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Copyright © 2016 The New York Times DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016 Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY VENTANA La computación busca el algoritmo de la poesía El daño de la tortura permanece Este artículo fue escrito por Matt Apuzzo, Sheri Fink y James Risen. Antes de que Estados Unidos permitiera que sospechosos de terrorismo fueran in- terrogados en formas espeluznantes, abo- gados del gobierno y funcionarios de inte- ligencia se aseguraron a sí mismos que no se presentaría daño psicológico duradero. Quince años después, resulta claro que es- taban equivocados. En Eslovaquia, Hussein al-Marfadi des- cribe dolores de cabeza permanentes y trastornos del sueño, plagados de recuer- dos de perros en una cárcel oscurecida. En Kazajistán, Lutfi bin Ali tiene pesadillas en las que se asfixia en el fondo de un pozo. En Libia, la radio de un automóvil que va pasan- do puede enfurecer a Majid Mokhtar Sasy al-Maghrebi, al recordar la cárcel de la CIA donde la música ensordecedora fue sólo una de las agresiones que sufrió. Tras soportar maltrato hasta agonizar en prisiones secretas de la CIA en todo el mun- do o en el campo de detención militar en la Bahía de Guantánamo, en Cuba, muchos desarrollaron problemas de salud mental, de acuerdo con expedientes médicos, docu- mentos gubernamentales y entrevistas con exprisioneros y médicos militares y civiles. Algunos salieron con los mismos síntomas que padecieron los prisioneros de guerra estadounidenses que fueron brutalizados décadas antes por algunos de los regímenes más crueles del mundo. Los torturados incluyen a víctimas de identidad equivocada o de evidencia incon- sistente que Estados Unidos desestimó más tarde. Al menos la mitad de las 39 personas que pasaron por el programa de “interrogatorio acentuado” de la CIA, que incluía privarlos del sueño, bañarlos con agua helada, gol- pearlos contra las paredes y encerrarlos en cajas como ataúdes, ha mostrado desde entonces problemas psiquiátricos. Algunos han sido diagnosticados con trastorno por estrés postraumático, paranoia, depresión o psicosis. Cientos de detenidos más pasaron por “si- tios negros” de la CIA o Guantánamo, donde el ejército infligió privación sensorial, aisla- miento, amenazas con perros y otras tácti- cas a hombres que ahora muestran serios daños. Casi todos han sido liberados. “No hay duda de que estas tácticas fueron totalmente incompatibles con nuestros va- lores como estadounidenses, y sus conse- cuencias presentan desafíos perdurables para nosotros como país y para los indivi- duos involucrados”, afirmó Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional. Este artículo se basa en una examinación de registros de tribunales, transcripciones de comisiones militares y evaluaciones mé- dicas. The New York Times entrevistó a más de 100 personas, entre ellas exdetenidos. Los investigadores advierten que puede ser difícil determinar una causa y efecto en las enfermedades mentales. Algunos detenidos tenían problemas psicológicos subyacentes; otros parecían haber sido no- tablemente resistentes. El encarcelamiento es inherentemente estresante. Aun así, asesores médicos y exfunciona- rios del gobierno declararon que un patrón vinculaba las prácticas crueles con proble- mas psiquiátricos. Aquellos que trataban a prisioneros en Guantánamo por cuestiones de salud mental generalmente no pregun- taban a sus pacientes qué había sucedido durante su interrogatorio. Sin embargo, algunos médicos vieron evidencia de daño mental casi de inmediato. Albert J. Shimkus, oficial al mando del hospital de Guantánamo en los primeros años de la prisión, ahora se lamenta de no haber hecho más preguntas. “Había un con- flicto entre nuestro deber médico con nues- tros pacientes y nuestro deber con la misión, La inteligencia artificial (IA) pudo vencer a un gran maestro del ajedrez unas dos décadas antes de que pudiera escribir un soneto pasable. El reto que el lenguaje humano presenta para la IA ha creado impor- tantes roles para los lingüistas, e incluso los poetas. El inglés tiene al- rededor de un millón de palabras y sigue en crecimiento. Los millennials han agregado unas nuevas como “phubbing” (desairar a alguien para ver el teléfono) y “dipset” (aban- donar un lugar). El vocabulario es fácil para la IA, pero analizar la gramática de una oración no lo es. De acuerdo con Google, las posibilida- des para la sintaxis de una oración de 25 palabras son de decenas de miles. La red social Yik Yak ha contratado a un lingüista como su director de inteli- gencia artificial para abordar este reto. La labor de Marsal Gavalda es descifrar las palabras de los millennials. “Las encuentro refrescantes y vigo- rizantes”, dijo a The New York Times. “También me ayudan a mantenerme al día con el lenguaje más reciente. Puedo decir ‘on fleek’ (impecable) y ‘sesh’ (se- sión), aunque no sé por cuánto tiempo estarán de moda”. Gavalda tiene una maestría en lingüística computacional y un doc- torado en tecnologías del lenguaje e informática. Todo eso entra en juego cuando alguien en Yik Yak postea que está “ordenando una pizza y viendo el juego”. Si hay un signo de exclamación, el sistema lo interpreta como felicidad e identifica los temas como deportes y comida. Esto ayuda a la app a desarro- llar perfiles de usuarios y hacer reco- mendaciones. Un practicante en The Times, Isaac Pena, tiene un interés similar en la in- tersección del lenguaje y la tecnología. Desarrolló un “analizador semántico” para buscar noticias con base en los sentimientos. Pena escribió que el objetivo de su proyecto, que aún no está implementa- do, es ayudar a los lectores a mejorar su “capacidad de entender nuestro cuerpo lingüístico entero”. Permite que las personas interesadas en “ver las noticias inspiradoras más recientes sobre algún tema busquen con un filtro positivo, y las que quieren leer noticias más aleccionadoras sobre una figura dada podrán buscar con un filtro negativo”. Entender los sentimientos detrás de las palabras también es la labor de un poeta. Daniel Nadler dijo a The Times que la poesía informa su trabajo con la start-up Kensho, un motor de búsqueda económico. “Son maravillosamente sinérgicos”, dijo Nadler, de 33 años, cuya primera colección de poesía se publicó en agosto. “La inteligencia artificial tiene que ver con reducir la duración de la percepción humana. El autocompletado de Google es un intento por acortar el tiempo y el camino entre un pensamiento y una respuesta”. La poesía es lo opuesto. Nadler dijo que desfamiliariza y extiende la dura- ción de la percepción, al proporcionar un contrapeso crítico a la tecnología en un intento por “recuperar la sensación de la primera percepción de una cosa”. Dijo que ése es el papel del arte en el siglo 21. Pero para Kensho, el rol de la poesía es enseñar “cómo reflexionar sobre el equilibrio necesario entre la expecta- tiva, la utilidad y el hallazgo fortuito. Si un motor de búsqueda sólo proporciona exactamente lo que uno busca, entonces es sólo tan inteligente o tan tonto como el usuario”. ROBB TODD FOTOGRAFÍAS POR BRYAN DENTON PARA THE NEW YORK TIMES “Vivo con depresión. Ya no soy normal”. YOUNOUS CHEKKOURI, marroquí a quien le da miedo salir TAREK EL SAWAH Bosnia y Herzegovina, detenido 14 años AHMED ERRACHIDI Marruecos, detenido 5 años MR. CHEKKOURI Marruecos, detenido más de 13 años LUTFI BIN ALI Kazajistán, detenido 12 años HUSSEIN AL-MARFADI Eslovaquia, detenido 12 años Comentarios son bienvenidos en [email protected]. Continúa en la página 2 INTELIGENCIA Derechos humanos, bajo sitio. PÁG. 2 EL MUNDO Latinoamérica vira a la derecha. PÁG. 3 DINERO Y NEGOCIOS Venezuela compra crudo a EE.UU. PÁG. 5 ARTE Y DISEÑO Perduran proyectos de Zaha Hadid. PÁG. 8

FOTOGRAFÍAS POR BRYAN DENTON PARA THE …images2.listindiario.com/n/pdf/5_10x16x2016.pdf · En un frío cuarto que era utilizado ... Khadr, ciudadano canadiense, había sido herido

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Copyright © 2016 The New York Times

DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY

VENTANA

La computación busca el algoritmo de la poesía

El daño de la tortura permaneceEste artículo fue escrito por Matt Apuzzo,

Sheri Fink y James Risen.

Antes de que Estados Unidos permitiera que sospechosos de terrorismo fueran in-terrogados en formas espeluznantes, abo-gados del gobierno y funcionarios de inte-ligencia se aseguraron a sí mismos que no se presentaría daño psicológico duradero. Quince años después, resulta claro que es-taban equivocados.

En Eslovaquia, Hussein al-Marfadi des-cribe dolores de cabeza permanentes y trastornos del sueño, plagados de recuer-dos de perros en una cárcel oscurecida. En Kazajistán, Lutfi bin Ali tiene pesadillas en las que se asfixia en el fondo de un pozo. En Libia, la radio de un automóvil que va pasan-do puede enfurecer a Majid Mokhtar Sasy al-Maghrebi, al recordar la cárcel de la CIA donde la música ensordecedora fue sólo una de las agresiones que sufrió.

Tras soportar maltrato hasta agonizar en

prisiones secretas de la CIA en todo el mun-do o en el campo de detención militar en la Bahía de Guantánamo, en Cuba, muchos desarrollaron problemas de salud mental, de acuerdo con expedientes médicos, docu-mentos gubernamentales y entrevistas con exprisioneros y médicos militares y civiles. Algunos salieron con los mismos síntomas que padecieron los prisioneros de guerra estadounidenses que fueron brutalizados décadas antes por algunos de los regímenes más crueles del mundo.

Los torturados incluyen a víctimas de identidad equivocada o de evidencia incon-sistente que Estados Unidos desestimó más tarde.

Al menos la mitad de las 39 personas que pasaron por el programa de “interrogatorio acentuado” de la CIA, que incluía privarlos del sueño, bañarlos con agua helada, gol-pearlos contra las paredes y encerrarlos en cajas como ataúdes, ha mostrado desde entonces problemas psiquiátricos. Algunos

han sido diagnosticados con trastorno por estrés postraumático, paranoia, depresión o psicosis.

Cientos de detenidos más pasaron por “si-tios negros” de la CIA o Guantánamo, donde el ejército infligió privación sensorial, aisla-miento, amenazas con perros y otras tácti-cas a hombres que ahora muestran serios daños. Casi todos han sido liberados.

“No hay duda de que estas tácticas fueron totalmente incompatibles con nuestros va-lores como estadounidenses, y sus conse-cuencias presentan desafíos perdurables para nosotros como país y para los indivi-duos involucrados”, afirmó Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional.

Este artículo se basa en una examinación de registros de tribunales, transcripciones de comisiones militares y evaluaciones mé-dicas. The New York Times entrevistó a más de 100 personas, entre ellas exdetenidos.

Los investigadores advierten que puede ser difícil determinar una causa y efecto

en las enfermedades mentales. Algunos detenidos tenían problemas psicológicos subyacentes; otros parecían haber sido no-tablemente resistentes. El encarcelamiento es inherentemente estresante.

Aun así, asesores médicos y exfunciona-rios del gobierno declararon que un patrón vinculaba las prácticas crueles con proble-mas psiquiátricos. Aquellos que trataban a prisioneros en Guantánamo por cuestiones de salud mental generalmente no pregun-taban a sus pacientes qué había sucedido durante su interrogatorio. Sin embargo, algunos médicos vieron evidencia de daño mental casi de inmediato.

Albert J. Shimkus, oficial al mando del hospital de Guantánamo en los primeros años de la prisión, ahora se lamenta de no haber hecho más preguntas. “Había un con-flicto entre nuestro deber médico con nues-tros pacientes y nuestro deber con la misión,

La inteligencia artificial (IA) pudo vencer a un gran maestro del ajedrez unas dos décadas antes de que pudiera escribir un soneto pasable. El reto que

el lenguaje humano presenta para la IA ha creado impor-tantes roles para los lingüistas, e incluso los poetas.

El inglés tiene al-rededor de un millón de palabras y sigue en crecimiento. Los

millennials han agregado unas nuevas como “phubbing” (desairar a alguien para ver el teléfono)  y “dipset” (aban-

donar un lugar). El vocabulario es fácil para la IA, pero analizar la gramática de una oración no lo es.

De acuerdo con Google, las posibilida-des para la sintaxis de una oración de 25 palabras son de decenas de miles.

La red social Yik Yak ha contratado a un lingüista como su director de inteli-gencia artificial para abordar este reto. La labor de Marsal Gavalda es descifrar las palabras de los millennials.

“Las encuentro refrescantes y vigo-rizantes”, dijo a The New York Times. “También me ayudan a mantenerme al día con el lenguaje más reciente. Puedo decir ‘on fleek’ (impecable) y ‘sesh’ (se-sión), aunque no sé por cuánto tiempo estarán de moda”.

Gavalda tiene una maestría en lingüística computacional y un doc-

torado en tecnologías del lenguaje e informática. Todo eso entra en juego cuando alguien en Yik Yak postea que está “ordenando una pizza y viendo el juego”. Si hay un signo de exclamación, el sistema lo interpreta como felicidad e identifica los temas como deportes y comida. Esto ayuda a la app a desarro-llar perfiles de usuarios y hacer reco-mendaciones.

Un practicante en The Times, Isaac Pena, tiene un interés similar en la in-tersección del lenguaje y la tecnología. Desarrolló un “analizador semántico” para buscar noticias con base en los sentimientos.

Pena escribió que el objetivo de su proyecto, que aún no está implementa-do, es ayudar a los lectores a mejorar su “capacidad de entender nuestro cuerpo

lingüístico entero”. Permite que las personas interesadas

en “ver las noticias inspiradoras más recientes sobre algún tema busquen con un filtro positivo, y las que quieren leer noticias más aleccionadoras sobre una figura dada podrán buscar con un filtro negativo”.

Entender los sentimientos detrás de las palabras también es la labor de un poeta. Daniel Nadler dijo a The Times que la poesía informa su trabajo con la start-up Kensho, un motor de búsqueda económico.

“Son maravillosamente sinérgicos”, dijo Nadler, de 33 años, cuya primera colección de poesía se publicó en agosto. “La inteligencia artificial tiene que ver con reducir la duración de la percepción humana. El autocompletado de Google

es un intento por acortar el tiempo y el camino entre un pensamiento y una respuesta”.

La poesía es lo opuesto. Nadler dijo que desfamiliariza y extiende la dura-ción de la percepción, al proporcionar un contrapeso crítico a la tecnología en un intento por “recuperar la sensación de la primera percepción de una cosa”. Dijo que ése es el papel del arte en el siglo 21.

Pero para Kensho, el rol de la poesía es enseñar “cómo reflexionar sobre el equilibrio necesario entre la expecta-tiva, la utilidad y el hallazgo fortuito. Si un motor de búsqueda sólo proporciona exactamente lo que uno busca, entonces es sólo tan inteligente o tan tonto como el usuario”.

ROBB TODD

FOTOGRAFÍAS POR BRYAN DENTON PARA THE NEW YORK TIMES

“Vivo con depresión. Ya no soy normal”.YOUNOUS CHEKKOURI, marroquí a quien le da miedo salir

TAREK EL SAWAH

Bosnia y Herzegovina, detenido 14 añosAHMED ERRACHIDI

Marruecos, detenido 5 añosMR. CHEKKOURI

Marruecos, detenido más de 13 añosLUTFI BIN ALI

Kazajistán, detenido 12 añosHUSSEIN AL-MARFADI

Eslovaquia, detenido 12 años

Comentarios son bienvenidos en [email protected].

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INTELIGENCIA

Derechos humanos, bajo sitio. PÁG. 2

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Venezuela compracrudo a EE.UU. PÁG. 5

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Perduran proyectos de Zaha Hadid. PÁG. 8

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E L M U N D O

2 DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

como soldados”, dijo.

‘Trapeador humano’En un frío cuarto que era utilizado

para interrogatorios en Guantánamo, Stephen N. Xenakis, ex psiquiatra mili-tar, enfrentaba a un otrora niño soldado de Al-Qaeda, Omar Khadr. Era diciem-bre de 2008, y esta evaluación llevaba ya dos años.

Khadr, ciudadano canadiense, había sido herido y capturado en un tiroteo a los 15 años en un presunto complejo terroris-ta en Afganistán, a donde dijo que había sido enviado por su padre, miembro de Qaeda, para traducir para combatientes extranjeros. Años más tarde, se decla-raría culpable de crímenes de guerra, incluyendo haber lanzado una granada que mató a un médico del ejército. Sin embargo, en ese entonces era el prisione-ro más joven en Guantánamo.

Dijo a sus abogados que los soldados estadounidenses le habían impedido dor-mir, le habían escupido en la cara y lo ha-bían amenazado con violarlo. En una re-unión con el psiquiatra, Khadr, entonces de 22 años, empezó a sudar y a echarse aire, pese al frío del aire acondicionado. Se arrancó la camisa, y el General Xe-nakis se dio cuenta de que estaba siendo testigo de un ataque de ansiedad.

Cuando volvió a suceder, Khadr expli-có que una vez se había orinado durante un interrogatorio y los soldados lo habían arrastrado por el mugrero. “Éste es el cuarto donde me usaron como trapeador humano”, comentó.

Xenakis encontró que Khadr tenía trastorno de estrés postraumático, con-clusión que el Ejército refutó. Dijo que encontró de manera consistente víncu-los entre los métodos de interrogación y trastornos psiquiátricos.

Dos psicólogos veteranos, James Mit-chell y Bruce Jessen, trabajaron con la CIA y el Departamento de Defensa para ayudar a desarrollar tácticas de interro-gación. Basaron sus estrategias en parte en la teoría de “indefensión aprendida”, frase acuñada por el psicólogo estadou-nidense Martin E.P. Seligman a finales de los 60. El especialista aplicó choques eléctricos a perros y descubrió que deja-ban de resistirse cuando aprendían que no podían detener los choques. Si Esta-dos Unidos podía volver indefensos a los hombres, se pensaba, revelarían sus se-cretos.

Abogados del Departamento de Justi-cia concluyeron que los métodos no cons-tituían tortura, que es ilegal de acuerdo con las leyes estadounidenses e interna-cionales. Escribieron que no existía evi-dencia de que resultaría un “significativo daño psicológico de duración significati-va, por ejemplo, que durara meses o in-cluso años”.

Sensación de ahogarseMohamed Ben Soud no puede decir

con seguridad cuándo empezaron los estadounidenses a usar agua helada para atormentarlo. La prisión de la CIA en Afganistán, conocida como el Foso de Sal, siempre estaba oscura, así que los días pasaban de manera imperceptible.

Ben Soud describió que lo ponían a la fuerza sobre una lona de plástico, desnu-do, con las manos esposadas por encima de la cabeza. A veces lo encapuchaban. Un funcionario de la CIA vertía cubetas de agua helada sobre él mientras otros levantaban las esquinas de la lona para

salpicar agua sobre él y causarle una sensación de asfixia o ahogamiento.

Ben Soud fue de los primeros cautivos en la red de prisiones de la CIA en Afga-nistán, Tailandia, Polonia, Rumania y Li-tuania. Este hombre libio dijo que había huido a Pakistán en 1991 y se había unido a un movimiento armado islamista cuyo objetivo era derrocar al coronel Muam-mar el-Kaddafi. Autoridades paquis-taníes y estadounidenses irrumpieron en su casa y lo arrestaron en 2003. Bajo interrogatorio, negó conocer o combatir con Osama bin Laden o dos agentes de Qaeda.

En 2004, la CIA entregó a Ben Soud a Libia, que lo encarceló hasta que Estados Unidos ayudó a derrocar al gobierno de Kaddafi siete años más tarde. Él y otros libios dijeron que fueron tratados mejor por los carceleros de Kaddafi que por la CIA.

Hoy, Ben Soud, de 47 años, dijo estar atormentado por las dudas y tiene pro-blemas para tomar decisiones sencillas. Su humor cambia radicalmente.

Ben Soud declaró que sus hijos le pre-guntan: “¿Papá, por qué de repente te enojas? ¿Por qué de repente gritas? ¿Hi-cimos algo que te hizo enojar?”.

Explicar significaría decir que los es-tadounidenses lo mantuvieron esposado en dolorosas contorsiones, o que lo ence-rraban en cajas, una del tamaño de un ataúd, la otra aún más pequeña, dijo en una entrevista telefónica desde su casa en Misurata, Libia. Lo golpeaban con-tra la pared y lo encadenaban del techo mientras la prisión retumbaba con el so-nido de música rock.

Ben Soud fue uno de los hombres iden-tificados en un reporte de 2014 del Comité de Inteligencia del Senado como someti-do a “técnicas acentuadas de interroga-ción” de la CIA. El reporte señalaba que los interrogadores también utilizaban tácticas no aprobadas, tales como simu-lacros de ejecuciones, amenazas de las-timar a los hijos de los detenidos o violar a sus familiares y “alimentación rectal”, que implicaba insertar suplementos ali-menticios líquidos o purés en el recto.

Uno de cada cuatro prisioneros nunca debió haber sido capturado o había sido identificado erróneamente por la CIA, concluyeron investigadores del Senado. Khaled el-Masri, un ciudadano alemán, es el caso más conocido.

Las autoridades macedonias lo arres-taron mientras estaba de vacaciones en diciembre de 2003 y lo entregaron a la CIA. Masri dijo que las autoridades lo golpearon, desnudaron y le metieron un

supositorio por la fuerza y lo trasladaron a un sitio negro en Afganistán. Estuvo detenido durante meses en una celda sin cama y soportó más golpizas e interro-gatorios.

‘Aún en Guantánamo’Younous Chekkouri, un marroquí que

vivía en Afganistán en 2001, estuvo de-tenido durante años como sospechoso de pertenecer a un grupo vinculado con Al Qaeda. Dijo que fue golpeado varias veces en una cárcel militar de Estados Unidos en Kandahar y obligado a ver a soldados hacer lo mismo con su hermano menor.

Chekkouri es un sufí, miembro de una secta islámica mística que ha sido opri-mida por Al Qaeda. En Guantánamo, fue mantenido aislado.

Dijo que los interrogadores lo amena-zaban con entregarlo a las autoridades marroquíes, que tienen un historial de tortura. Los estadounidenses advirtie-ron que su familia en Marruecos podía ser encarcelada y sufrir abusos, y le mos-traron fotos de ejecuciones.

Tras su liberación el año pasado, Esta-dos Unidos le entregó una carta que decía que ya no respaldaba la información de que era miembro de un grupo vinculado con Qaeda. Pero Marruecos lo encarceló por varios meses a finales del año pasado y sigue combatiendo los alegatos que él pensaba que habían quedado atrás.

Ahora está bajo atención de un psiquia-tra. Se queja de flashbacks, pesadillas persistentes y ataques de pánico. Tam-bién sufre de una vergonzosa incapaci-dad para orinar hasta sufrir dolor. Esto empezó, dijo, cuando era dejado encade-nado por horas durante interrogatorios y orinaba su ropa.

Indicó que sus médicos dicen que es mental. “Aún vives en Guantánamo”, co-mentó que le dijeron. “Es miedo”.

Chekkouri vio a psiquiatras en Guan-tánamo, pero no confiaba en ellos. En un caso, un psiquiatra recetó a un prisionero el medicamento antipsicótico olanzapi-na. Luego sugirió que los interrogadores explotaran un efecto secundario, antojo de alimentos, de acuerdo con otro médi-co militar que más tarde revisó los expe-dientes.

Por lo regular, tal información sería confidencial, pero las misiones duales de Guantánamo de cuidar a prisioneros y extraerles información creaba conflic-tos. Con el tiempo, el Ejército creó dos equipos de salud mental. Uno, dirigido por psiquiatras, estaba para curar. El otro, llamado el Equipo de Consulta de Ciencias Conductuales (BSCT por sus siglas en inglés), estaba encabezado por psicólogos con una misión muy diferente.

El 3 de septiembre de 2003, luego de

que un adolescente llamado Mohammed Jawad fue visto hablando con un póster en la pared, un interrogador pidió una consulta con un psicólogo del BSCT. La edad de Mohammed en ese entonces es-tá en discusión. El Ejército reporta que lo capturó a los 17 años; su abogado dice que lo más probable era que tuviera 14, o menos. Sin importar la edad, suplicaba por su madre.

El objetivo no era mitigar la angustia del joven, sino explotarla.

“El detenido dio la impresión de ser un individuo dependiente y muy inmaduro, que afirmaba extrañar a su madre y sus hermanitos, pero su comportamiento pa-rece ser una técnica de resistencia”, es-cribió el psicólogo, de acuerdo con notas vistas por The Times. “Intenta parecer como que está tan triste que está depri-mido. Durante el interrogatorio de hoy, parecía estar bastante asustado, y que fácilmente podría resquebrajarse”.

El psicólogo recomendó que Jawad fuera mantenido alejado de cualquier persona que hablara su idioma. “Hagan que se sienta lo más incómodo posible”, aconsejó el psicólogo.

Luego de estar detenido varios años, Jawad fue acusado en 2007 de haber lan-zado una granada que hirió a soldados estadounidenses. Pero la evidencia se vino abajo. El fiscal militar, teniente co-ronel Darrel Vandeveld, se retiró del ca-so y declaró que no había evidencia que justificara los cargos. “Sin embargo, hay evidencia confiable de que fue muy mal-tratado por autoridades norteamerica-nas, tanto en Afganistán como en Guan-tánamo, y ha sufrido y sigue sufriendo un gran daño psicológico”, escribió en una carta al tribunal.

El Ejército retiró todos los cargos con-tra Jawad, que ahora vive en Pakistán. En mensajes de texto, escribió: “Nos torturaron en cárceles, nos provocaron severos dolores físicos y mentales, bom-bardearon nuestros pueblos, ciudades, mezquitas y escuelas”. Añadió: “Por su-puesto que tenemos” flashbacks, ataques de pánico y pesadillas.

Ignoran vínculoGuantánamo, en especial durante sus

primeros años, operaba con un sistema de recompensas y castigos. Esa mani-pulación podía tener efectos peligrosos, como en el peculiar caso de Tarek El Sawah.

Sawah, un egipcio que dijo ser soldado del talibán, fue capturado en Afganistán en 2001 y entregado a Estados Unidos. Llegó a Guantánamo en mayo de 2002. Aunque no tenía historial de problemas mentales, Sawah empezó a gritar en las noches, aterrorizado por alucinaciones. Cuando comenzó a defecar y orinarse, los soldados lo bañaban con manguera enfrente de otros detenidos, declaró un preso cercano en documentos del tribu-nal. Sawah dijo que le daban fármacos antipsicóticos, a veces por la fuerza.

Después de su colapso nervioso, los in-terrogadores encontraron a Sawah dis-

puesto a hablar. “Tráiganme cosas ricas para comer”, les dijo. Le dieron hambur-guesas y sandwiches.

Sawah se convirtió en un informante valioso, aunque el valor de lo que ofrecía está en duda, y dice que inventaba his-torias, incluyendo que era miembro de Qaeda. Engordó de unos 97 kilos a más de 180, muestran registros. Cuando fue instalado en una choza especial para coo-peradores, la comida seguía llegando. Sus carceleros tuvieron que instalar una puerta de doble ancho para él. Desarrolló enfermedad de las arterias coronarias, diabetes y trastornos respiratorios.

Hoy en Bosnia, Sawah, de 58 años, se queja de frecuentes dolores de cabeza y le suplica al doctor por antidepresivos. Aunque ha bajado de peso, sigue comien-do de manera compulsiva.

Sawah no culpa a los soldados de Es-tados Unidos por su trato. “Me tenían miedo, temían por su vida”, dijo. “Guan-tánamo, en ambos bandos, era sólo gente asustada que quería vivir”.

Complican juiciosEl comprometido estado mental de

varios prisioneros más ha afectado los procesos militares contra ellos.

En la Bahía de Guantánamo, en enero de 2009, cinco hombres fueron acusados de maquinar los ataques terroristas del 11 de septiembre. Durante un descanso, uno de ellos, Ammar al-Baluchi, pidió hablar con un doctor. Xavier Amador, psicólogo de otro acusado, se reunió con él. Amador señaló que Baluchi parecía tener trastorno por estrés postraumá-tico, trastorno de ansiedad y depresión. “Nadie puede vivir así”, dijo Baluchi.

Baluchi, de 39 años, fue capturado por oficiales paquistaníes en abril de 2003. Aunque fue descrito como dispuesto a hablar, la CIA lo trasladó a una prisión secreta y aplicó de inmediato métodos de interrogación reservados para pri-sioneros recalcitrantes. En documentos del tribunal y cartas escritas a mano de Baluchi, describió haber sido desnuda-do y deshidratado, encadenado al techo de manera que sólo los dedos de los pies tocaban el piso. Soportó duchas de agua helada y dijo que fue golpeado hasta que veía destellos de luz y perdía el conoci-miento. Recuerda golpes de sus guardias siempre que lo vencía el sueño.

Hoy, dijo su abogado, Baluchi asocia el sueño con un dolor inminente. “No sólo no me dejaban dormir”, escribió Baluchi en una carta proporcionada por el abo-gado, “me entrenaron para mantenerme despierto”.

El General Xenakis, que está aseso-rando en el caso, dijo que Baluchi nece-sitaba que se le practicara un escaneo cerebral, al que se opone el Ejército. El examen tal vez provocaría más audien-cias, lo que complicaría más un juicio.

“Al haber causado estos problemas en primer lugar, ahora EstadosUnidos tiene que enfrentarlos en las comisio-nes militares”, dijo Connell. “Y eso toma tiempo”.”

Sombra de interrogaciónEn Libia, un exprisionero de la CIA

llamado Salih Hadeeyah al-Daeiki tie-ne problemas para concentrarse y su memoria también le falla. Confunde los nombres de sus hijos.

Daeiki, sobreviviente de el Foso de Sal, dice que lo mantenían desnudo, humilla-do y encadenado a una pared mientras la música retumbaba. Ahora le es difícil conciliar el sueño, pero cuando llega “Al-go me está estrangulando o estoy cayen-do desde lo alto”, dijo. “O a veces veo que me siguen fantasmas, me persiguen”.

El año pasado apareció un video que mostraba a Saadi, hijo del coronel Kad-dafi, cuando le vendaban los ojos y lo obli-gaban a escuchar lo que parecían gritos de prisioneros dentro de Al Hadba, una cárcel para miembros del anterior régi-men. Alguien le golpea las plantas de los pies con un palo.

Entonces, Daeiki apareció en la esce-na.

La golpiza fue un error, reconoció, pe-ro no la detuvo. El objetivo era recolectar información para prevenir un derrama-miento de sangre, explicó.

Ahora él era un interrogador.

Prisioneros de Estados Unidos padecen hoy por torturas recibidas

BRYAN DENTON PARA THE NEW YORK TIMES

Contribuyeron con reportes Jawad Sukhanyar; Rami Nazzal; Nour Youssef; Hwaida Saad; Maher Samaan; Suliman Ali Zway; Karam Shoumali. Kitty Bennett y Alain Delaquérière contribuyeron investigación.

Continúa de la página 1

“Guantánamo, en ambos

bandos, era sólo gente

asustada que quería vivir”.

TAREK EL SAWAH

ex prisionero que desarrolló un trastorno alimenticio.

EN LÍNEA: EN CÁRCEL DE LA CIAKhaled al-Sharif describe los interrogatorios que sufrió:nytimes.com Busque ‘torture’.

INTELIGENCIA/BAHEY ELDIN HASSAN

Egipto persigue a la sociedad civilComparado con algunos de mis com-

patriotas egipcios, he tenido suerte. Sólo he recibido amenazas de muerte. Algunos de mis connacionales hombres y mujeres han perdido la vida en la lucha por la libertad y la dignidad.

Mi primera amenaza de muerte llegó hace 25 años, de un grupo de islamis-tas conocidos por actos violentos. La segunda provino del gobierno, sólo dos semanas tras la toma de posesión del presidente Abdel Fattah el-Sisi, en 2014. Mi crimen: defender los derechos humanos. 

Durante más de 60 años, jefes mili-tares e islamistas han obstaculizado el progreso de Egipto hacia la moder-nidad, en parte mediante la hostilidad hacia los derechos humanos. Las ame-nazas de muerte en mi contra son sólo un pequeño ejemplo.

En un principio, no tomé en serio la amenaza del gobierno, pero muy pronto me di cuenta de que mi vida podría co-rrer peligro. Desde el golpe de Estado militar en 2013, decenas de miles de per-sonas han sido encarceladas o senten-

ciadas a muerte en lo que Naciones Uni-das ha llamado un “burla a la justicia”. Cientos de personas han desaparecido desde principios de 2015, entre ellas mu-chos menores. Las ejecuciones extra-judiciales y la tortura sistemática que resulta en muertes en centros de deten-ción son comunes. Y luego está la terri-ble masacre en la plaza Rabaa, en agos-to de 2013, que dejó a unos 1.000 civiles muertos, en su mayoría simpatizantes de la Hermandad Musulmana. (Fue un giro brutal dado que la Hermandad se había coludido con el Ejército durante su ofensiva contra jóvenes y cristianos tras el levantamiento de 2011).

Los hombres, mujeres y menores victimizados son una muestra repre-sentativa de la sociedad egipcia. Entre ellos se cuentan liberales, islamistas, cristianos, estudiantes, periodistas, ar-tistas, sindicalistas y académicos. Para quienes hemos trabajado para mejorar la sociedad civil, la situación actual es la peor en la historia moderna del país.

En un principio, las falsas promesas de estabilidad hechas por Sisi generaron apoyo generalizado. Pero su historial sangriento, su incapacidad para com-batir el terrorismo y su mal manejo de la economía han avivado el descontento popular.

El Instituto Cairota de Estudios sobre Derechos Humanos, el cual dirijo, fue la primera organización que advirtió sobre la intención del establishment mi-litar de tomar el poder. También antici-pó la ofensiva actual y reubicó la mayor parte de su actividad a Túnez hace dos años. Ahora vivo en el exilio.

Tras la masacre en Rabaa, mis peo-res temores se volvieron realidad. En octubre de 2013, traté de facilitar un diálogo entre las fuerzas armadas y los liberales. El Ejército rechazó la oferta y prohibió efectivamente las manifesta-ciones, permitiendo el encarcelamiento de miles de egipcios.

Cuando tomó el poder el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, las

organizaciones de derechos humanos estaban en primer lugar de su lista ne-gra por su papel en las manifestaciones callejeras masivas de 2011. Tras asumir la presidencia en 2014, Sisi obligó a la mayoría de los grupos internacionales a salir de Egipto y en cuestión de cuatro meses, había modificado la ley para poder encarcelar a los líderes de orga-nizaciones de derechos humanos hasta por 25 años.

El mes pasado, un tribunal egipcio aprobó la petición del gobierno de con-gelar los activos del Instituto Cairota, mis bienes personales y los de otros dos grupos de derechos humanos. El gobier-no de Sisi está enjuiciando a docenas de organizaciones y a cientos de activistas de derechos humanos con el objetivo de erradicar a la comunidad egipcia de derechos humanos. Esto marca el inicio de un nuevo capítulo más amargo en nuestra lucha.

No estoy seguro qué espera lograr el gobierno al congelar los activos del ins-

tituto, ya que no tiene bienes materiales. Es una institución dedicada a promover los derechos humanos en el mundo ára-be e instruir a los jóvenes. En 22 años, cientos de alumnos han egresado de su curso anual de verano y luego trabajado en puestos clave en la organización y en otros organismos culturales, políticos y artísticos.

El instituto es la casa editora más grande de libros sobre derechos huma-nos en la región y ha organizado doce-nas de talleres, seminarios y conferen-cias en El Cairo, Beirut, Túnez, Jartum, Casablanca, París, Bruselas, Ginebra y Nueva York. También tiene una oficina en Ginebra para facilitar y coordinar la labor de organizaciones árabes de derechos humanos con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, además de un representante ante la Unión Euro-pea, en Bruselas. ¿Cómo podría alguien congelar esos “activos”?

Los únicos activos reales que posee-mos son ideas, entre ellas la creencia en la libertad y el derecho de hombres y mujeres de vivir en una sociedad civil que respete el estado de derecho.

Nuestro mayor activo, que Sisi nunca podrá tocar, es el legado de los últimos 22 años invirtiendo en las mentes de la próxima generación de líderes árabes.

Bahey eldin Hassan es director del Instituto Cairota de Estudios sobre Derechos Humanos. Envíe comentarios a [email protected].

E L M U N D O

DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016 3THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

La gente se ha olvidado de Boko Haram

Latinoamérica quita apoyo a la izquierda

Por SIMON ROMERO

RIO DE JANEIRO — El 2 de octubre no fue un buen día para los izquierdistas latinoamericanos. Colombia rechazó un acuerdo de paz con rebeldes marxistas, dándole una victoria al expresidente

conservador que hizo campaña contra el tra-to. Y los electores en Brasil propinaron una rotunda derrota al par-tido de izquierda que estaba en el poder en su país, derrumbándolo en

elecciones municipales.Fue otra señal del viraje hacia la dere-

cha en Latinoamérica. Los electores han frustrado el movimiento izquierdista en Argentina y eligieron a un ex banquero de inversión como presidente de Perú, mien-tras que los legisladores llevaron a juicio político a la líder izquierdista de Brasil. “En términos sencillos, los conservado-res están en ascenso en Latinoamérica”, dijo Matías Spektor, profesor de relacio-nes internacionales en la Fundação Ge-túlio Vargas, una universidad en Brasil.

La fuerte caída en los precios de las materias primas y commodities ha ero-sionado el crecimiento económico de toda Latinoamérica y el apoyo que los gobiernos de izquierda antes recibían por él. La influencia de las megaiglesias cristianas evangélicas está en ascenso, y confrontan las políticas socialmente libe-rales. Los líderes que proponen políticas amigables con el mercado eclipsan a los izquierdistas que ejercieron influencia en la década anterior.

Aun así, la tendencia no necesariamen-te involucra un rechazo total a las polí-ticas que ganaron admiración para los gobiernos de izquierda. Michel Temer y Mauricio Macri, los líderes de Brasil y Argentina, han expresado su apoyo a mantener los populares programas an-tipobreza. El nuevo presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, dependió de una alianza con la izquierda para derrotar a su rival, Keiko Fujimori.

Y líderes en toda la región —de una ga-ma de antecedentes ideológicos— habían apoyado el acuerdo de Colombia, forjado entre el presidente Juan Manuel Santos, que ganó el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos, y las Fuerzas Armadas Re-volucionarias de Colombia, o las FARC.

Los colombianos rechazaron el acuer-do porque pensaban que era demasiado

clemente con las FARC. Pero el resultado también mostró cuán dispuestos estaban los electores a rehusar lo que ofrecía el poder político.

“El que los electores desafíen el statu quo difícilmente es privativo de Colom-bia”, dijo Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un grupo de políticas en Washington. “Correspon-de a un patrón que puede percibirse en Argentina, Brasil, Venezuela, México y otros países”.

En Chile, la presidenta Michelle Bache-let regresó a su cargo con una victoria aplastante en 2013, con una plataforma de reducir la desigualdad.

Pero el presupuesto de su gobierno pa-ra 2017 prioriza la tradición de Chile de prudencia fiscal mientras frena el gasto del estímulo.

En Brasil, los partidarios de la pre-sidenta llevada a juicio político, Dilma Rousseff, argumentan que su salida equivalía a un golpe de Estado, una opi-nión que ha pesado sobre Temer, su exvi-cepresidente. Los candidatos del Partido del Movimiento Democrático Brasileño centrista de Temer fueron derrotados en elecciones municipales en las ciudades más grandes de Brasil. Pero el Partido de la Social Democracia Brasileña, que tuvo sus orígenes en la oposición a la dictadura militar del país antes de evolu-cionar hasta convertirse en una agrupa-ción más conservadora, que ahora ancla la coalición de Temer, registró grandes avances.

En un discurso reciente con referen-cias a Marx y Lenin, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, reconoció la mermada influencia de los izquierdis-tas en la región.

“Enfrentamos un momento de cambio histórico en la región; algunos hablan de un regreso al pasado”, dijo, al comparar la situación actual con periodos anterio-res de resurgimiento conservador en La-tinoamérica. “Debemos volver a apren-der lo que aprendimos en los 80 y 90, cuando todo estaba en nuestra contra”.

Por DIONNE SEARCEY

MAIDUGURI, Nigeria — La crisis desatada por Boko Haram ha llevado a cientos de miles de personas a una ciudad relativamente desconocida en Nigeria que al fin se ha vuelto lo sufi-cientemente segura para que esperen allí la conclusión de una guerra terrible y sangrienta.

Con aldeanos llegando a raudales, es casi como si la ciudad entera, Maidugu-ri, se hubiera convertido en un enorme campamento de refugiados.

Las carpas de los campamentos gu-bernamentales salpican los predios en las afueras de la ciudad donde la gente espera la llegada de bolsas de comida. Barrios alguna vez pintorescos rebosan de chozas de cartón repletas de niños pequeños que tienen suerte de recibir tres comidas diarias.

Otros se hallan lejos del centro de la ciudad —y de la ayuda— en zonas re-motas del estado de Borno que fueron arrebatadas del control de Boko Haram hace poco. Las noticias que surgen de estas áreas son sombrías: los trabaja-dores humanitarios señalan que mu-chos residentes podrían morir de ham-bre.

La crisis de Boko Haram continúa con fuerza, pero no ha logrado sostener el nivel de indignación global que alcan-zó su apogeo cuando casi 300 niñas de

escuela fueron secuestradas en 2014, en la aldea de Chibok.

La ayuda humanitaria está en tierra, pero la ONU no puede reunir siquiera una cuarta parte del dinero que nece-sita para ayudar a combatir los proble-mas.

El mundo parece haber puesto la atención en otros sucesos terribles. Pa-ra Occidente, las víctimas son fáciles de pasar por alto. Los milicianos tienen en la mira a algunas de la gentes más pobres del mundo. En el estado rural de Borno, no existen salas de urgencias adecuadas para tratar a los heridos. Aquí, las madres de familia lloran a hi-jos que han sido abatidos por insurgen-tes o que se han unido a ellos sin tener más opción. 

En agosto, Bono, el músico irlandés y vocalista principal de U2, viajó a Mai-duguri con la esperanza de volver la atención internacional a Boko Haram.

Esta ciudad en el noreste de Nige-ria era el hogar de Mohammed Yusuf, fundador de Boko Haram, cuyas ense-ñanzas, con el tiempo, engendraron el movimiento extremista islámico que ha cobrado miles de vidas y desplazado a más de 2.6 millones de personas en cua-tro países.

Unas 200 de las niñas de Chibok aún están cautivas —una de ellas fue en-contrada en mayo, deambulando por

el bosque, hambrienta y con un bebé en brazos.

El presidente Muhammadu Buhari recientemente dio a conocer detalles de las negociaciones fallidas para la libe-ración de las niñas, y pidió que la ONU ayudara a reiniciar las pláticas.

Mercy Corps señaló en agosto que unas 800.000 personas viven en aldeas incendiadas y en campamentos sin es-tructura formal en 15 ubicaciones por todo el estado de Borno.

Unos 3.8 millones de personas en-frentan una grave inseguridad alimen-taria por toda la región. Tan sólo en el estado de Borno, 49.000 niños morirán si no reciben asistencia, de acuerdo con un reporte reciente de Unicef.

La oficina de Naciones Unidas para la coordinación de asuntos humanitarios ha indicado que necesita 739 millones de dólares para atender a los millones de personas afectadas por Boko Haram en Nigeria, una de las economías africa-nas más importantes, así como en Ca-merún, Chad y Níger. Para mediados de septiembre, había recibido sólo una cuarta parte de eso.

“Es tanta la importancia estratégica de Nigeria”, dijo Bono. “Una Nigeria fa-llida, es una África fallida. Una África fallida es una Europa fallida. Con una Europa fallida, Estados Unidos ya no será Estados Unidos”.

Es una tendencia que no involucra un rechazo total.

ASHLEY GILBERTSON PARA THE NEW YORK TIMES

Niños cargan leña en un campamento en Maiduguri para los desplazados en la guerra contra Boko Haram.

E L M U N D O

4 DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Por ADAM NOSSITER

BREIL-SUR-ROYA, Francia — Alre-dedor de una docena de hombres y mu-jeres jóvenes y de niños se encontraban sentados a la mesa de Cédric Herrou, un granjero de 37 años, bromeando sobre quién cocinaría esa noche. Podría haber sido una reunión familiar cualquiera en el entorno pastoral en los Alpes france-ses, justo sobre la frontera con Italia. Pe-ro no era así.

Un héroe local para algunos, criminal para otros, Herrou había ayudado a sus invitados, todos inmigrantes de África, a cruzar ilegalmente la frontera a Fran-cia. Planeaba llevarlos a escondidas a una estación de tren para que pudieran continuar su camino. Algunos podrían permanecer en Francia, pero la mayoría quería ir a Gran Bretaña o Alemania.

El día siguiente, Herrou y algunos vo-luntarios en su red clandestina intercam-biaron consejos sobre cuál sería la mejor estación de tren en la Riviera francesa para colarse.

Pese a todas las formas en que Europa ha tratado de mantener fuera a los inmi-grantes —ya sea interceptándolos en altamar, reforzando las reglas de asilo o suspendiendo su sistema de fronteras abiertas— siguen llegando. La frontera entre Italia y Francia, donde la Policía ahora patrulla las casetas de peaje y es-

taciones de tren clave, demuestra cómo siguen fracasando esas políticas.

A pesar del debate sobre migración a medida que se aproximan las elecciones presidenciales el año entrante, Francia no se ha decidido por una política: ¿Aca-so debe quedarse con los inmigrantes que ingresan por la frontera de Italia, expulsarlos, lidiar con ellos de manera humanitaria o tratarlos con dureza? Esa respuesta confusa se está desarrollando en uno de los patios de juegos más lujo-sos del mundo para los ricos, la Riviera francesa, y en su escarpada región alpi-na interior. 

La Policía gala ha capturado a miles de inmigrantes en el curso del último año. Jóvenes varones africanos son bajados de trenes, en escenas con reminiscencias desagradables de la persecución france-sa de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, personas como Herrou, quien se ha convertido en el líder de facto

de los traficantes de ciudadanos, están contrarrestando los esfuerzos policiales, molestos por lo que ven como la respues-ta inhumana del gobierno a la crisis.

Herrou, quien vive en una choza en una huerta de olivos, hace recorridos regula-res por el camino montañoso que cruza la frontera no supervisada de Ventimiglia, la última ciudad italiana antes de Fran-cia. Allí, las autoridades han instalado a 800 inmigrantes varones en un campa-mento de la Cruz Roja. Mujeres, niños y familias son llevados a la iglesia de Sant’Antonio da Padova, en Ventimiglia.

Herrou los lleva en su propia van hasta su propiedad, donde tiene dos casas ro-dantes para que puedan dormir y ocul-tarse. Él estima que ha ayudado a más de 200. Sus cómplices, a docenas más.

Tras despedirse con un abrazo del traductor sudanés de Herrou, quien se quedó atrás, 14 personas iniciaron el des-censo a pie por la montaña. En la van de Herrou fueron hacia la Riviera, agachán-dose cada que se cruzaban con la Policía.

Finalmente, Herrou decidió que 14 eran demasiados para abordar el tren al mismo tiempo. Así que redujo el gru-po a nueve. En Cannes, los trabajadores ferroviarios llamaron a la Policía. Final-mente, en la siguiente región, Var, el con-ductor aceptó hacer la vista gorda.

Docenas de personas han sido arresta-

das por lucrar con el tráfico de inmigran-tes. Herrou no busca ganancia, pero el 13 de agosto, la Policía francesa lo arrestó. Lo siguieron a su refugio en las monta-ñas, les apuntaron con armas a él y a los migrantes eritreos que había recogido y lo encarcelaron. Los migrantes fueron ldevueltos a Italia.

El fiscal en Niza decidió no presentar cargos, al concluir que Herrou actuaba por razones humanitarias, dijo su abo-gado.

En Breil-sur-Roya, una aldea francoi-taliana, Herrou es una celebridad. En una reunión del Cabildo, una noche de viernes, la gente lo recibió cálidamente. 

No obstante, en el poblado de Menton,

a diario se desarrolla una escena quecontrasta con los esfuerzos de Herrou.

Hace poco, el tren de las 6:16 proceden-te de Ventimiglia arribó a la estación deMenton-Garavan, la primera en el ladofrancés de la frontera. Policías antimoti-nes galos tomaron sus posiciones. Abor-daron el tren y hallaron a tres adolescen-tes africanos tratando de escabullirse aFrancia. Los chicos fueron puestos en untren de vuelta a Italia.

Los oficiales y muchos conductores detren dicen que no les gusta capturar a in-migrantes.

“Hay mujeres y niños”, apuntó el con-ductor que observaba la redada. “Es ho-rrible”.

Por JOE COCHRANE

YAKARTA, Indonesia — Parado junto a una compuerta, Bejo Santoso dice que lo ha visto todo. No se refiere a una vida de experiencias. Habla de la variedad de desechos que flota en el Río Ciliwung.

Bejo y docenas de sus colegas en toda la ciudad han sacado refrigeradores, te-levisores y muebles. A veces encuentran cadáveres humanos, las víctimas perdi-das de inundaciones repentinas. “Todos los años hallamos uno o dos”, dijo Bejo, que maneja una excavadora que saca unos 21 metros cúbicos de desechos del río cada día. Es suficiente para llenar tres veces el camión de su cuadrilla.

La Administración municipal de Yakarta está dragando sus 17 ríos y cana-les —la primera vez que se está haciendo desde los 70. Las vías acuáticas estaban obstruidas en un 70 por ciento, un factor crítico que contribuye para los proble-mas crónicos de inundación de la Ciudad.

Yakarta es una de las urbes más gran-des de Asia, con una población estimada de más de 10 millones de habitantes. El departamento de obras públicas de la ciudad ha determinado que alrededor de un 20 por ciento de sus desechos diarios termina en ríos y canales locales. Traba-jadores como Bejo utilizan boyas naran-jas flotantes para atrapar la basura.

La mayor parte de la basura, dicen, es lanzada al agua por gente que vive en las comunidades ribereñas a quienes nunca se les enseñó a pensar que los cuerpos de agua eran algo más que basureros.

Las atascadas vías acuáticas de Yakarta no sólo son ofensivas a la vista. Han matado a docenas de personas du-rante inundaciones en los últimos años, causado innumerables enfermedades, desplazado a más de un millón de perso-nas y se han llevado miles de millones de dólares en pérdidas.

Yakarta está ubicada en la costa del Mar de Java, al final de un delta, así que ya es propensa a las inundaciones en la temporada de lluvias. Además, mareja-das ciclónicas recurrentes erosionan su costa e inundan barrios cercanos, y la mi-tad norteña de la capital se está hundien-do a un ritmo anual de 5 a 8 centímetros.

El problema de inundaciones de Yakarta ha empeorado de forma ex-ponencial por dos razones. Primero, el gobierno nacional y los funcionarios ci-tadinos no realizaron obras adecuadas de dragado o mantenimiento de las vías acuáticas entre 1970 y 2010. En segundo lugar, el desarrollo sin control en el área conurbada de Yakarta, hogar de más de

30 millones de personas, significó que charcos de retención y otros espacios que normalmente absorben el agua de lluvia fueran pavimentados.

Desde mediados de los 90, Yakarta ha sufrido importantes inundaciones más o menos cada cinco años.

No fue hasta 2012 que se inició el pri-mer programa de dragado en cuatro dé-cadas, apoyado por una subvención de 189 millones de dólares del Banco Mun-dial.

El proyecto ha protegido a alrededor de un millón de residentes adicionales

de las inundaciones, dijo Iwan Gunawan, asesor titular de administración de de-sastres en el Banco Mundial en Yakarta. “Las inundaciones de 2007 anegaron más de la mitad de la ciudad, y realmente se convirtieron en una llamada de alerta para los políticos que gobiernan”, indicó.

A poca distancia de la compuerta de Bejo, Manutur Sitanggang, capataz de la tripulación de una excavadora flotante, dijo que sus trabajadores extraen unos 1.000 metros cúbicos de sedimento al día, en el intento de restaurar esa parte del río para que nuevamente tenga una profundidad de 6 metros. Trabajando en turnos desde el alba hasta el ocaso, la cuadrilla de 10 personas deposita el sedimento en las riberas del río antes de transportarlo en camión a un relleno sa-nitario.

“Vemos muchas cosas: ropa, utensilios de cocina, gatos muertos”, dijo Manutur.

Por CHRIS BUCKLEY

BEIJING — El presidente chino Xi Jinping parece preparado para desafiar el guión establecido del Partido Comu-nista para la transferencia del poder y retrasar la designación de su sucesor hasta después del congreso del partido el próximo año, lo que ha inquietado a la éli-te del partido y provocado especulación de que desea prolongar su mandato.

El retraso le compraría más tiempo a Xi para promover y poner a prueba a can-didatos favoritos y evitar que su influen-cia se escape hacia un líder en potencia, opinaron expertos y fuentes políticas bien informadas. Pero el precio podrían ser años de fricción mientras un cuadro de aspirantes compite por el puesto más importante, así como una desconcertan-te incertidumbre sobre si Xi quiere per-manecer en el poder más allá de los dos periodos comunes como líder del partido.

Aunque la decisión de Xi no se conoce-rá hasta finales de 2017, la sugerencia de que intenta romper con el precedente e iniciar su segundo periodo sin un proba-ble sucesor incrementa las incertidum-bres sobre quién ascenderá y quién caerá en la esperada reorganización, incluyen-do interrogantes sobre el destino del pre-mier, Li Keqiang.

“Es un asunto muy delicado”, dijo un

miembro del establishment del partido que habla frecuentemente con funciona-rios de alto nivel. “No creo que Xi quiera decidir hasta que la gente a la que favo-rece tenga más experiencia y esté más probada”.

Otros tres miembros del partido cerca-nos a funcionarios de alto nivel y sus fa-milias dijeron que parecía probable que Xi retrasaría la selección de un sucesor.

El dilema de la sucesión se perfila co-mo una prueba determinante del poder y la ambición de Xi, el líder más dominante de China en décadas. Cuándo y cómo se elija a su heredero, y quién sea escogi-do, ofrecerá una medida de cuánto más puede doblegar Xi las ideas partidistas de gobierno colectivo que evolucionaron luego de las revueltas de los últimos años de Mao Zedong.

El sistema de sucesión, desarrollado tras un largo periodo de zozobra política, fue diseñado para ayudar a asegurar una transición predecible y estable del poder en el Estado unipartidista. Cualquier esfuerzo de Xi por alterar ese convenio podría incrementar su considerable au-toridad, pero también podría inyectar inestabilidad al sistema delicadamente balanceado.

Es probable que el drama empiece en serio este mes, cuando el Comité Cen-

tral se reúna en Pekín. Esa reunión tal vez ponga en marcha los planes para el congreso, que se reunirá a finales de 2017 para apoyar una nueva alineación superior.

Aunque no hay duda de que el congre-so respaldará a Xi para otro mandato de cinco años como líder del partido, casi todo lo demás está disponible. Algunos dicen que Xi quiere relegar a Li, el pre-mier, a un puesto de menor nivel.

Cinco de los siete miembros del pode-roso Comité Permanente del Politburó deben renunciar debido a la edad, asu-

miendo que se mantenga la edad infor-mal de retiro de 68 años. Con ellos sólo regresarán Xi, de 63 años, y Li, de 61.

En el Politburó más amplio, el segundo nivel de la autoridad del partido, es pro-bable que casi la mitad de los 25 miem-bros se jubile.

Dos términos como líder del partido han evolucionado como la norma des-de los 90, y un aparente heredero por lo general queda claro para el inicio del segundo. La selección requiere un con-senso de la élite del partido. Los dos pre-sidentes anteriores tuvieron que aceptar a sucesores que no eran de su elección.

“Al haber jugado a la política del dic-tador desde que llegó al poder, Xi sería la persona menos probable en sentirse limitada por estas reglas tácitas” de la sucesión, dijo Warren Sun, investigador sobre la historia del Partido Comunista chino en la Universidad de Monash, en Australia.

Retrasar la elección de un sucesor da-ría tiempo a los consentidos de Xi para demostrar su capacidad y lealtad, dije-ron expertos.

“(Pero) no designar un sucesor podría verse como una treta de Xi para aferrar-se a un tercer periodo”, dijo Sebastian Heilmann, presidente del Instituto Mer-cator para Estudios de China, en Berlín.

Desechos de todo tipo atascan los ríos de Yakarta

El presidente Xi demora su tarea de designar a un sucesor

Red clandestina opera en FranciaPara africanos que huyen, una mano amiga los espera en Europa.

A mosquitas les gustanlas moreras. Allí radica el problema.

FOTOGRAFÍAS POR KEMAL JUFRI PARA THE NEW YORK TIMES

Por THOMAS ERDBRINK

TEHERÁN — Por lo general es a medio día, cuando el sol es abra-sador en la capital iraní, aparecen: mosquitas blancas minúsculas, apa-rentemente en todas partes, pero particularmente espesas en las ho-jas del árbol distintivo de Teherán: la morera.

Las mosquitas se han abierto pasoa la capital iraní en las últimas se-manas y ahora son una plaga en todoel sentido de la palabra.

“Cuando trabajo en el piso supe-rior de mi edificio, mi cabeza está entre nubes”, dijo Ali Mesgharan, ungerente de construcción. “Es decir, entre nubes de mosquitas”.

En la sede del Departamento de Medio Ambiente de Irán, Ali Naderi,un entomólogo de 43 años, dijo que las moscas vienen del sur de Irán, donde son un problema desde hace mucho, pero se han trasladado al norte con el calentamiento del cli-ma. Hace tres años, aparecieron en Teherán.

La construcción caótica y un mal planeamiento han convertido a Teherán en un nudo vial con altos niveles de contaminación. Hileras de rascacielos bloquean los vientos dominantes del oeste. Y al obstruir esa corriente natural de aire, se ele-va el número de partículas de polvo en el ambiente. Esto es terrible para los humanos, pero excelente para lasmosquitas blancas.

Ahora, las moreras están siendo

devoradas por los voraces insectos.Naderi dijo que sus únicos ene-

migos naturales, las catarinas, no han sobrevivido la era moderna de Teherán.

Naderi ha concluido que sólo hay dos formas de deshacerse de la pla-ga: rezar por un invierno frío y largoque mate sus huevos... o talar las moreras.

Pero al reconocer que no se ha tenido un invierno así en Teherán en por lo menos una década, ha op-tado con renuencia por la segunda opción.

Las moreras de Teherán se re-montan a una época en la que era una ciudad de viviendas modestas y muchos jardines. Y con el paso de losaños, han asumido un papel impor-tante: investigadores en la Univer-sidad de Teherán descubrieron que se cuentan entre los purificadores naturales de aire más eficaces en la ciudad.

Ningún funcionario municipal quería asumir la responsabilidad de talarlas.

Pero al crecer las exigencias del público para solucionar la plaga, las autoridades idearon una solución simple: papel atrapamoscas amari-llo, el color que atrae a los insectos, colocado por todas partes.

El ejército de jardineros municipa-les de Teherán, en su mayoría afga-nos, fue enviado a colocar franjas amarillas de papel atrapamoscas alrededor de las moreras.

“Nos dijeron que pusiéramos franjas amarillas alrededor de los árboles”, dijo Samiollah Hakimi, de 18 años, quien ha llegado reciente-mente a Irán. “Se nos hace chistoso”.

DIARIO DE TEHERÁN

Mosquitas invaden la

ciudad

PIERRE TERDJMAN PARA THE NEW YORK TIMES

THOMAS PETER/REUTERS

Xi Jinping ha sido más dominante de China en décadas. Souvenirs con imágenes de Mao Zedong y Xi.

Yakarta draga sus vías acuáticas por primera vez desde los años 70. La basura obstruía el calado en un 70 por ciento cuando se inició la labor.

Una red clandestina ayuda a inmigrantes a cruzar la frontera de Italia a Francia. Un cruce cerca de Ventimiglia, Italia.

C I E N C I A Y T E C N O L O G Í A

6 DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

El peligro de extinción amenaza a los caribúes

Una tumba griega abre más enigmas

Por JIM ROBBINS

BONNERS FERRY, Idaho — Los únicos caribúes que quedan en Esta-dos Unidos fuera de Alaska están en el norte de Idaho, donde suman alre-dedor de una docena y viven en lo pro-fundo de los bosques de las escarpadas Montañas Selkirk, cerca de la frontera canadiense. Debido a que los avista-mientos son raros, los caribúes —la versión norteamericana de los renos— son conocidos como fantasmas grises.

Bien podrían pronto convertirse en fantasmas de verdad: estos animales se cuentan entre las especies en mayor peligro de extinción en los 48 estados contiguos de los Estados Unidos.

“Ahora, el problema principal es la depredación, principalmente de lobos y pumas”, dijo Norm Merz, biólogo de fauna en la Tribu Kootenai de Idaho, que ha trabajado conjuntamente con el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos para crear un plan para revivir la población. No hace mu-cho tiempo, cientos de estos animales vivían en Norteamérica.

Parte del problema es que la mana-da Selkirk es internacional. Se puede hallar a los caribúes en los bosques ne-vados de Idaho y el extremo noreste de Washington, pero pasan alrededor del 90 por ciento de su tiempo en el sur de

Canadá. La amenaza para los anima-les allí es tan seria que francotiradores del gobierno canadiense empezaron a matar a lobos desde helicópteros. En las montañas Selkirk sólo se han mata-do a 19 a la fecha. Se le adjudica al am-plio sacrificio de lobos más al norte, en Alberta, el crédito por haber salvado a la manada de caribú Little Smoky en la región del Río Peace. Pero se pagó un precio alto: mataron alrededor de 1.000 lobos en una década.

Sin embargo, la depredación de los lobos es un síntoma de un problema mucho más extenso y más difícil. La causa fundamental de la caída en la población de caribúes son las conse-cuencias ecológicas imprevistas del desarrollo.

Los bosques donde medran los cari-búes son parte de un bosque templado húmedo, un ecosistema único carac-terizado por precipitación frecuente.

Los centenarios cedros y tsugas de Ca-nadá, así como los pinos de la especie contorta y los de corteza blanca en los altiplanos, son hogar de un liquen del que dependen las manadas sureñas del caribú de nieve profunda.

Durante décadas, el bosque ha sido fragmentado por la tala, la construc-ción de carreteras, el desarrollo pe-trolero y la minería. Las áreas donde se ha reestablecido el bosque están dominadas por sauces y otros árboles pequeños preferidos por alces, vena-dos y uapitíes.

En 2009, la población de lobos empe-zó a crecer de manera impresionante en el sur de Columbia Británica, el nor-te de Idaho y el noreste de Washington, atraída por las abundantes presas. La población de caribú de montaña se des-plomó, incluyendo la manada Selkirk, que en ese entonces rondaba los 50 es-pecímenes.

Cazadores del gobierno canadiense han matado jaurías enteras de lobos dentro de las áreas habitadas por los caribúes en un intento por evitar la extinción de la especie.

Las medidas drásticas para proteger a los cari-búes de montaña también han llevado al “cercado ma-terno”, en el que se recluye a las caribúes preñadas en un recinto cercado que mantiene fuera a los depre-dadores hasta que las crías pueden valerse solas.

Los caribúes de nieve profunda son ungulados musculares y corpulentos, en tonos de gris, blanco y café oscuro, con astas de inusitadamente gran ta-maño que se extienden ha-

cia atrás. Pesan hasta 270 kilos y tienen pezuñas del tamaño de platos, adapta-das especialmente para mantenerlos encima de muchos metros de nieve.

La protección para los caribúes es un tema controvertido en Estados Unidos, en parte porque los amantes de las motonieves quieren recorrer en ellas las tierras públicas que estaban destinadas a quedar reservadas para la especie en peligro de extinción. En 2012, el Servicio de Pesca y Vida Silves-tre propuso reservar más de 152.000 hectáreas de hábitat crítico para los caribúes. La oposición al plan forzó a los funcionarios a reducir eso a unas 12.000 hectáreas.

“Me parece que los gobiernos esta-tales y federales de Estados Unidos le han dado el carpetazo a los caribúes”, dijo Joe Scott, director de programas internacionales en Conservation Nor-thwest.

Por NICHOLAS WADE

Un tesoro de gemas y anillos de oro bellamente labrados, descubiertos el año pasado en la tumba sin profanar de un antiguo guerrero griego, eran ele-mentos de su cultura y no pertenecían a un botín tomado de la cercana isla de Creta, opinan los arqueólogos hoy.

Los anillos de oro, dijeron, eran ani-llos de poder. Estos artículos servían como un distintivo de la élite que gober-naba a los habitantes locales de Pilos, el poblado en la costa suroeste de Gre-cia donde fue descubierta la tumba del guerrero.

La tumba arroja luz sobre un dramá-tico proceso histórico, la expansión de la cultura minoica de Creta al sur de Grecia, donde formó la base de la civili-zación micénica, la primera en la Euro-pa continental.

Gobernantes micénicos como Aqui-les, Agamenón y Odiseo fueron los hé-roes de las epopeyas de Homero y la civilización micénica, aunque feneció poco después del año 1200 a.C., fue la precursora de la era clásica griega que surgió unos 700 años después.

La tumba fue descubierta el año pasado por Jack L. Davis y Sharon R. Stocker, un equipo de esposos en la Universidad de Cincinnati, en Ohio, y es considerada por otros arqueólogos como una de las tumbas más ricas de las que fueron halladas en Grecia en el último medio siglo.

El guerrero fue enterrado alrededor del año 1450 a.C., una fecha deducida por la cerámica encontrada alrededor de la tumba.

Los anillos de oro, gemas con graba-dos y muchos otros artículos en la tum-ba llevan temas minoicos, por lo que podrian haber sido saqueados durante una incursión a Creta.

Sin embargo, Davis y Stocker no lo creen así, al señalar que los objetos en la tumba están en consonancia con la ico-

nografía de los anillos de oro, escriben en un artículo que aparecerá publicado en la revista especializada Hesperia.

La tumba contenía un espejo de bron-ce y seis peines de marfil, accesorios que se sorprendieron los arqueólogos de encontrar en la tumba de un guerre-ro. Sin embargo, los guerreros griegos llevaban su cabello largo y se sabe que los guerreros espartanos se peinaban la cabellera antes de entrar en batalla.

Y el espejo podría haber tenido un significado ritual: uno de los anillos de oro retrata a una diosa sosteniendo un espejo similar.

Los arqueólogos desconocen aún si el guerrero y quienes lo enterraron eran minoicos o micénicos impregnados en la cultura minoica.

La tumba del guerrero “nos dice que desde el inicio hubo personas en Euro-pa continental que sabían lo que signi-ficaba la cultura minoica y la estaban llevando a tierra firme por una razón específica, la de establecerse en posi-ciones de poder”, dijo Davis.

Para el año 1400 a.c., medio siglo des-pués de la muerte del guerrero, ese po-der se había extendido a la provincia de Messenia y a 20 capitales de reinos, to-das pagando impuestos a sus caciques micénicos, quienes gobernaban Pilos desde el llamado Palacio de Nestor, bautizado así en honor al héroe homé-rico.

Cynthia W. Shelmerdine, experta de la Universidad de Texas en la Era del Bronce en el Egeo, dijo que coincidía en que los anillos y los sellos de gemas en la tumba del guerrero representaban poder administrativo y político.

“Esos objetos claramente tienen un vínculo con el poder”, dijo. La tumba, ya sea cavada por los minoicos o los mi-cénicos, “encaja con otra evidencia de que las élites en la Europa continental estaban cada vez más estrechamente conectadas con las élites en Creta”, dijo Shelmerdine.

Para más eficiencia del combustible, enfrían los cilindros con agua.

Es rara vez visto; el llamado“fantasma gris” podría desaparecer.

Científicos examinan a corales como medida del cambio climático.

FOTOGRAFÍAS POR DEPARTAMENTO DE CLÁSICOS/UNIVERSIDAD DE CINCINNATI

STEVE FORREST, UNITED STATES FISH & WILDLIFE SERVICE

Un reno americano en peligro de extinción. Un caribú visto en las Montañas Selkirk.

El arrecife, estudiado desde el airePor MICHELLE INNIS

SIDNEY, Australia — La Isla Heron, un cayo de coral en la punta sur de la Gran Barrera de Coral de este país, ha sido campo de pruebas para la ciencia de los arrecifes durante más de 80 años.

Debido a sus aguas azules y cristalinas y a sus cielos casi sin nubes, la Isla Heron es uno de pocos sitios en el mundo donde científicos de Estados Unidos, Bermu-das y Australia han convergido con un jet Gulfstream modificado de la NASA, la agencia espacial estadounidense, para modernizar la manera en que el mundo observa a sus frágiles arrecifes de coral, un sistema de advertencia temprana de un clima cambiante.

Los científicos utilizarán un sensor es-pecial para trazar un mapa de las condi-ciones de grandes porciones del arrecife con extremo detalle, reuniendo datos desde una altura de 8.500 metros para producir una imagen en tiempo real de cuánta arena, coral y algas componen grandes tramos de la Gran Barrera de Coral.

Su esperanza es que los vuelos de-muestren el valor del sensor, lo que lleva-rá a que éste sea colocado en un satélite y, con el tiempo, descifre algunos de los misterios de cómo los arrecifes se adap-tan al estrés natural y al provocado por el hombre, cómo se calcifican y cuánta fotosíntesis ocurre en ellos.

El coral está compuesto de millones de diminutos animales llamados póli-pos que forman relaciones simbióticas con algas, que capturan luz solar y dió-xido de carbono para producir azúcares que alimentan a los pólipos. Cuando las aguas se calientan, los corales desalojan las algas, lo que hace que el coral se torne blanco.

En el pasado, la ciencia de los arrecifes involucraba a buzos e intensos estudios

a pequeña escala basados en lotes que podían revelar mucho sobre una peque-ña porción de arrecife, pero no necesa-riamente podían ser extrapolados para medir la salud de toda la Gran Barrera de Coral, de más de 2.200 kilómetros de longitud y que, en algunos lugares, se ex-tiende casi 300 kilómetros mar adentro.

“¿Cuánto coral hay en un arrecife? ¿Cuánta arena y algas?”, cuestionó Eric Hochberg, de Cairns, en el extremo norte de Australia, donde se ubica el laborato-rio. “Eso es algo que simplemente no sa-bemos”.

Los arrecifes son incubadoras que proporcionan alimento y refugio a una cuarta parte de las especies del océano,

protegen a las comunidades costeras contra los caprichos del clima extremo y proporcionan miles de millones de dóla-res en ingresos de la pesca y el turismo.

Pero los océanos también absorben la mayoría del calor y los gases de efecto invernadero del mundo, lo que amenaza al frágil ecosistema de los arrecifes. Las temperaturas más calientes del mar po-drían incrementar la gravedad de clima destructivo, como huracanes y ciclones, y acelerar la muerte de los corales.

El proyecto utiliza un sensor de luz su-jeto a la parte inferior del jet modificado para medir la salud de los arrecifes. Cada objeto tiene su propia firma espectral y el Espectrómetro Portátil de Imágenes Re-

motas, o Prism por sus siglas en inglés, detecta la luz que rebota de la arena, las algas y el coral y la divide en cientos de bandas de color, creando imágenes de muy alta calidad del arrecife.

“Tiene la sensibilidad, resolución y uniformidad correctas para responder preguntas clave sobre las condiciones del arrecife de coral”, dijo Michelle Gie-rach, científica marina de la NASA.

Utiliza lo que se llama un sensor hipe-respectral, lo que significa que detecta todo el espectro de colores reflejado por el agua y la atmósfera.

“No ponemos atención a nuestros arre-cifes de la misma forma en que lo hace-mos con nuestros bosques, y deberíamos hacerlo”, dijo Stuart Phinn, director del Centro de Investigación de Detección Re-mota de la Universidad de Queensland.

Además de medir las características del arrecife, los científicos también de-sean saber cómo el aumento de tempera-tura del mar, la acidez del agua, la conta-minación, el sedimento y la sobrepesca afectan a los arrecifes con el tiempo.

“Actualmente visitamos pequeñas porciones del arrecife y esperamos saber todo sobre su salud, dónde vive el coral, qué vive en el coral y cómo sobrevive a varios tipos de estrés, como el agua más caliente,” dijo Robin Beaman, geólogo marino de la Universidad James Cook, en Queensland.

Para complicar más las cosas, los da-tos recabados para apoyar las prediccio-nes de la declinante salud del arrecife no son uniformes y son sorprendentemente escasos, indicó. Algunos países no tienen dinero para monitorear los arrecifes en sus propias aguas cercanas.

Se han realizado tan pocos estudios científicos a gran escala de los arrecifes del mundo que poco se sabe sobre ellos, dijo Hochberg.

BERMUDA INSTITUTE OF OCEAN SCIENCES/JPL-CALTECH, VÍA NASA

Agua cristalina y cielos despejados en la Isla Heron en Australia la hacen ideal para evaluar a los arrecifes.

Por NICK CZAP

Durante décadas, los fabricantes auto-motrices han dependido de la turbocom-presión, que utiliza energía capturada de gases de escape para introducir aire adicional a los cilindros a mayor presión para incrementar la potencia y eficiencia de algunos motores a gasolina.

Pero los motores turbocargados están entre la espada de estándares de econo-mía de combustible y emisiones cada vez más estrictos, y la pared de los consumi-dores que no están dispuestos a sacrifi-car el desempeño para poder lograr esos beneficios ambientales.

Es por ello que un destacado provee-dor automotriz ha desarrollado una tec-nología inusitada que podría mejorar los motores turbocargados para los autos de pasajeros al mejorar la economía de combustible sin ninguna reducción en potencia.

¿Cómo? Rociando con agua el interior de los cilindros mientras el motor está en marcha. El principio básico es que al enfriar la temperatura de combustión y reducir la tendencia de la mezcla com-bustible-agua a explotar erráticamente, la inyección de agua permite a los inge-nieros elevar la relación de compresión de un motor, o reducir el tamaño del mo-tor, incrementando así su eficiencia. El proveedor automotriz alemán Robert Bosch, su desarrollador, llama al sistema el WaterBoost.

Bosch dice que WaterBoost puede re-ducir el consumo de combustible hasta en un 4 por ciento en condiciones nor-males de manejo y hasta en un 13 por ciento en situaciones de alta carga, como acelerar en una autopista o hacer largos ascensos.

No se trata de un concepto nuevo. La tecnología de inyección de agua cobró imporancia durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue utilizada para me-jorar el desempeño de aviones caza im-pulsados por pistones y sobrecargados durante despegues y arduas maniobras de combate.

La inyección de agua hizo otra apari-

ción en el Oldsmobile Cutlass Turbo Je-tfire 1962, uno de los primeros autos tur-bocargados de producción, en el que una mezcla de agua y metanol se añadía a la mezcla aire-combustible para controlar la combustión, en lugar de los sofistica-dos sensores anticascabeleo que son equipo estándar en los autos modernos.

Como el método nunca se hizo popular en los automóviles de mercado masivo, el que lo pueda hacer ahora es un gran interrogante para Bosch. Sin embargo, BMW ya está empleando una versión de la tecnología en sus autos M4 GTS de alto desempeño, y los funcionarios de la ar-madora dijeron que estaban complacidos con los resultados.

Entre sus desventajas figura el que las armadoras tienen que rediseñar los puertos de entrada y muchos otros com-

ponentes de sus motores turbocargados, y la necesidad de que los consumidores periódicamente rellenen un tanque con agua destilada. Y algunos ejecutivos predicen que surgirán otras tecnologías menos disruptivas que puedan ofrecer avances similares en eficiencia.

“Si la turbocarga de hoy fuera la tec-nología del mañana, yo diría que sería probable que los fabricantes automotri-ces adoptaran esto en el futuro”, dijo Jo-hn German, miembro titular del Consejo Internacional de Transporte Limpio, un grupo independiente sin fines de lucro.

“Sin embargo, es el potencial de lograr mejoras similares en eficiencia mediante otros métodos lo que creo que es el mayor desafío para la tecnología WaterBoost, con maneras que no requieran que el consumidor rellene el tanque de agua”.

El agua podría mejorar la economía de motores turbo

Un peine de marfil y una cadena de oro indican que la cultura minóica se extendió de Creta a Grecia.

L A F O R M A E N Q U E C O M E M O S

DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016 7THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Cocineros rastrean en el campo los sabores de la comida de sus ancestros.

La cocina indígena se prepara para la mesaPor TEJAL RAO

RESERVA INDÍGENA LAKE TRA-VERSE, Dakota del Norte — Había Luna llena y las cerezas Virginia estaban ma-duras en el rincón sureste de Dakota del Norte. “Es el olor que me remonta a mi juventud”, dijo Sean Sherman, mientras las cerezas hervían bajo una espuma roja veteada.

Sherman ha hervido a fuego lento pe-los de elote con flores de bergamota mo-rada para hacer té, y ha guisado conejo con puntas de abeto. Ha rehidratado a la chaga, hongo que se reproduce en los abedules, en leche tibia de avellana, y quemado ramas de enebro y mazorcas de maíz hasta reducirlas a suaves ceni-zas negras. 

Sherman, chef de 42 años que es ogla-la lakota y se basa en el conocimiento de las tribus lakota y ojibwe que cultivaron y recolectaron alimento en las llanuras del Oeste Medio, forma parte de un mo-vimiento que él y otros cocineros llaman “nueva cocina nativa americana” o “co-cina autóctona”.

Ya que muchos de los usos y costum-bres alimenticios fueron pasados de ge-neración en generación por vía oral, han sido olvidados y la búsqueda de Sherman ha requerido una mezcla de ensayo y error, investigación académica y minu-ciosa labor detectivesca.

“Él es la segunda generación en hacer esta labor”, dijo Lois Ellen Frank, histo-riadora de alimentos en un servicio de banquetes en Santa Fe, Nuevo México. “Y está siguiendo nuestros pasos”.

Cuando Frank empezó a hacer pregun-tas en los 80 sobre la cocina nativa esta-dounidense, le dijeron que eso no exis-tía. “Pero por supuesto que tenían una gastronomía, y además era compleja, diversa y deliciosa”, afirmó Frank, que hoy tiene un doctorado en antropología culinaria.

En su retiro culinario de tres días en julio, en la Reserva India Lake Traverse, Sherman instruyó a más de una docena de personas. Explicó cómo las culturas alimentarias precolombinas eran sofis-ticadas, apoyadas por complejas rutas comerciales y tradiciones.

Para reconstruir sus técnicas, había entrevistado a patriarcas de comuni-dades y académicos, y estudiado libros como “Buffalo Bird Woman’s Garden”, las prácticas agrícolas de una mujer que vivió en la Reserva Fort Berthold en Dakota del Norte a principios del siglo 20.

A los participantes en el retiro se les pi-dió que recolectaran ingredientes para la cena. Alex Jimerson, de 27 años, miem-bro de la Nación Seneca y estudiante de posgrado en el programa de estudios alimentarios en la Universidad de Nue-va York, nunca había visto salvia blan-

ca creciendo de manera silvestre. Más tarde esa noche, ayudó mientras el chef ejecutivo Brian Yazzie usaba las hojas de salvia para ahumar pato rápidamente.

El pato sería servido con cerezas des-hidratas y una delicada galleta de arroz salvaje inflado y amaranto, con sabor a palomitas recién hechas.

Durante el retiro, Sherman empleó ce-rezas Virginia para hacer una gran can-tidad de wojapi (una salsa), un té previo a la cena y un aderezo para ensaladas.

Sus platillos son típicamente coloridos y elegantes, con raíces en la comida gour-met y la cocina ancestral, unidos a partir de una mezcla de ingredientes regiona-les silvestres y cultivados.

Pine Ridge, donde Sherman vivió has-ta los 12 años, es una de las reservas más

grandes de Estados Unidos y una de sus comunidades más empobrecidas. A los 13 años, Sherman consiguió su primer empleo en un restaurante lavando pla-tos, y rápidamente fue avanzando, coci-nando en Minneapolis y más lejos.

Tenía 32 años cuando finalmente puso su atención en los alimentos indígenas. En 2014, fundó Sioux Chef, una consulto-ría y compañía de banquetes en Minne-apolis.

En 2015, cuando Sherman fue contra-tado por un complejo habitacional de Minneapolis para desarrollar un menú para su puesto de comida, vio una opor-tunidad para poner en práctica todo lo que había aprendido, uniéndose a un gru-po vital que se extiende por todo Estados Unidos y Canadá.

Karlos Baca, un chef de Colorado en el resort Dunton Hot Springs, se basa en alimentos silvestres y cazados. Baca, que consiguió su primer empleo a los 14 años en un restaurante de comida mexi-cana en la Reserva Southern Ute en Co-lorado, fundó el Taste of Native Cuisine, un grupo de cocineros nativos estadou-nidenses.

“Somos una comunidad pequeña, pero sumamente unida”, dijo Sherman.

FOTOGRAFÍAS POR DAN KOECK PARA THE NEW YORK TIMES

(En sentido del reloj) Ingredientes recolectados; un platillo de pavo; espinaca silvestre; y el chef Sean Sherman.

Por ELISABETTA POVOLEDO

SAN LORENZO DI LERCHI, Italia — Pocos lugares son tan tranquilos como las colinas que rodean a la Città di Caste-llo, en Umbría.

Pero en su granja, Isabella Dalla Ra-gione anda en pos de una misión perso-nal: salvar de la extinción a árboles fru-tales antiguos, con un fuerte sentido de urgencia.

“Si muere una planta, basta; está aca-bada”, comentó. “No puedes preservar-la”.

Hace décadas, su padre, Livio Dalla Ragione, empezó a recorrer el campo, en busca de árboles frutales descuidados que ya no satisfacían las tendencias agrí-colas y los gustos modernos en proceso de cambio.

Recolectó ramas con brotes nuevos y los implantó en portainjertos para crear una huerta de cerezos, higueras, man-zanos, perales, duraznos, membrillos y otras especies en peligro de desaparición en una granja perteneciente a una igle-sia abandonada que él había comprado en 1960. 

Dalla Ragione, de 59 años, de niña em-pezó a acompañarlo, en la universidad estudió agronomía y, tras morir su padre en 2007, siguió manteniendo la huerta. Bautizaron su colección de viejas varie-dades frutales como “arqueología arbó-rea”. 

“Cuando él comenzó, la gente no habla-

ba de biodiversidad o erosión genética”, narró Dalla Ragione, aunque la pérdida de variedades ya era un hecho documen-tado. Los tratados agrícolas a principios del siglo 19 señalaban unas 100 varieda-des de manzanas. Cien años después, esa cifra había disminuido a unos 50 y hoy en día, tres variedades son el 80 por ciento de la producción en Italia, dijo.

San Lorenzo y sus alrededores han ofrecido un cúmulo particularmente vi-tal de diversidad.

Para buscar y recabar sus variedades olvidadas, ella y su padre platicaron du-rante décadas con granjeros y residentes locales en la campiña de Umbría y Tos-

cana. Recolectaron ramas y con ellas las tradiciones y las crónicas vinculadas a los frutos.

Cada planta conservada en San Loren-zo tiene una historia que Dalla Ragione trabaja para transmitir.

Durante su búsqueda de fruta olvida-da, ella también comenzó a examinar las obras de pintores renacentistas y barro-cos que trabajaban en Umbría y Toscana en la época en la que “los artistas tenían una relación estrecha con la agricultura”.

Dalla Ragione dedicó cuatro años a estudiar la obra de Cristofano Gherardi, también conocido como il Doceno, quien pintó frescos para los palacios de dos fa-

milias en Città di Castello y la cercana San Giustino. Ella reconoció varias va-riedades de su colección en las decoracio-nes del artista, en efecto determinando su antigüedad.

También se topó con algunas falacias. Sentada a la mesa de su cocina —en una casa de campo pintoresca, que data del siglo 12— Dalla Ragione tomó una fruta amarilla alargada y  magullada, muy parecida a una pera. “En realidad, se tra-ta de una manzana ‘muso di bue’”, alguna vez popular y muy cultivada, nombrada así por su parecido con el hocico de un buey, dijo.

Un vistazo más cerca a “Virgen y Niño con Pera”, de Alberto Durero, por ejem-plo, revela un error claro en el título, ase-veró Dalla Ragione. “Si fuera una pera, tendría un tallo arriba”, indicó. “María claramente está sosteniendo una man-zana muso di bue”.

Dalla Ragione tiene varios manzanos muso di bue en su granja de 8 hectáreas, junto con alrededor de otras 40 varieda-des de manzanos. Hay alrededor de una docena de variedades de cerezos y casi 30 perales distintos entre unos 500 árbo-les, que cuida amorosamente.

Sigue haciendo hallazgos, aunque al-gunas variedades aún son escurridizas, como el “fico rondinino di San Sepolcro”, un higo que aún no logra identificar.

“Quizá simplemente cambió de nom-bre”, dijo. “Tal vez nunca lo sabremos”.

Una huerta salva a viejos árboles frutales del olvido

Un grano etíope es un alimento muy nutriivo

Por ANAHAD O’CONNOR

Cuando Laura Ingalls, una ávida corredora de Boston, descubrió tras un examen de sangre de rutina que tenía deficiencia de hierro, fue a la co-cina en lugar de al botiquín. Empezó a comer tef.

Un grano del tamaño de una semi-lla de amapola y que es procedente de Etiopía, el tef contiene de manera natural una alta cantidad de minera-les y proteína. Ingalls empezó a coci-nar con él y utilizarlo para preparar cereal caliente con aceite de coco. Ahora le gusta tanto que no corre una carrera sin él.

El tef hace mucho tiempo que es un alimento básico para los legendarios corredores de fondo etiopes. Pero ahora está volviéndose popular en el resto del mundo. A los atletas de resistencia les gusta el grano porque tiene un alto contenido natural de minerales. La gente que no tolera el gluten emplea el tef como alternati-va del trigo. Y los nutricionistas re-comiendan al tef como una forma de incorporar más granos a las dietas.

El creciente interés en el tef es par-te de un mayor deseo por parte de los consumidores de granos “ances-trales” como farro, quinoa, espelta, amaranto y mijo. Los consumidores amantes de la salud emigran a estos granos porque son nutricionalmente densos y no han sido genéticamente modificados.

Pero mientras el tef llega a las coci-nas, los campesinos en África Orien-tal tienen sus dudas.

El tef fue cultivado primero en Etiopía hace más de 3.000 años, y hoy es la cosecha más ampliamente sem-brada en el país. Unos 6.5 millones de hogares etiopes cultivan el tef, casi un 15 por ciento de todas las calorías consumidas en el país —gran parte de ello en la forma de injera, un pan

sin levadura que se sirve con la ma-yoría de las comidas. Más del 90 por ciento del tef del mundo se cultiva en Etiopía.

Sin embargo, la mayoría del tef consumido en norteamérica, Europa y otras partes del mundo es cultiva-do en sitios como Idaho, los Países Bajos, Australia e India. Eso se debe a que el gobierno etíope prohíbe en gran parte a sus campesinos expor-tar tef, en un esfuerzo por mantener al grano al alcance del bolsillo en ca-sa.

En parte, el gobierno impuso la prohibición a las exportaciones de-bido a lo sucedido con la quinoa, otro grano ancestral que ganó el estatus internacional de “superalimento” ha-ce unos 15 años. La quinoa fue un ele-mento básico alimenticio en países como Bolivia y Perú durante déca-das. Pero a medida que crecía el ape-tito por ella, se reportó en los medios que se había vuelto demasiado cara para los sudamericanos, incluyendo aquellos que dependen de ella como parte de sus dietas tradicionales.

Los científicos llevan mucho tiem-po intrigados por el tef. Contiene más calcio y vitamina C que casi cual-quier otro tipo de grano. Es alto en proteína y hierro, y gran parte de su fibra es de un tipo que se conoce co-mo almidón resistente, vinculado en estudios a beneficios de salud, como mejor azúcar en la sangre.

Un estudio de 1.800 personas con mal celiaco encontró que quienes comían tef con regularidad tuvieron una reducción significativa en sínto-mas.

El gobierno etíope inició un progra-ma piloto que permite a un pequeño número de comerciales exportar el tef, pero sólo productos como harina e injera— no el cereal sin procesar.

“Queremos crear empleos aquí, en lugar de exportar tef entero y que los europeos y estadounidenses lo pro-cesen en harina y creen un mercado de valor agregado”, dijo Khalid Bom-ba, un funcionario gubernamental. “Preferiríamos hacer lo más posible de eso aquí en Etiopía”.

ANDREW SCRIVANI PARA THE NEW YORK TIMES

El tef procede de Etiopía, hace 3.000 años que se cultiva. Hotcakes de tef con moras.

Los vinos checos recuperan el prestigio perdidoPor HANA de GOEIJ

VALTICE, República Checa — Hace una docena de años, Mike Mazey elabo-raba vinos en Australia, su país natal, cuando recibió una inesperada oferta de trabajo desde Europa: venga a la Repú-blica Checa y enséñenos su oficio.

Lleno de curiosidad, Mazey partió al sur de Moravia, la principal región viní-cola de la República Checa, y de inmedia-to quedó encantado con su nuevo hogar.

“Moravia tiene algunos de los viñedos más espectaculares que jamás haya vis-to”, dijo. Sumadas a la atracción para él estaban las cavas de siglos de existencia y las variedades de uva como la palava e la irsay oliver.

El centro de la industria vinícola está en Valtice, un pequeño pueblo en la fron-tera checa-austriaca. Bajo el régimen comunista, muchas personas que pasa-ban por allí eran checos que esperaban cruzar la barrera de alambre de púas de la Cortina de Hierro y buscar una mejor vida.

Hoy, Valtice es un imán para los turis-tas atraídos por los vinos de la región, al igual que por los cotos de caza en las co-linas circundantes, que son atravesados por numerosos senderos para ciclistas.

Alguna vez Valtice fue regido por la Casa principesca de Liechtenstein, que adquirió propiedades en el pueblo por primera vez en el siglo 14.

En el siglo 19, la familia Liechtenstein desarrolló el área entre Valtice y Lednice para crear un paisaje diseñado de lagos, avenidas de castaños y pabellones de ca-za que hoy son Patrimonio de la Humani-dad de la Unesco.

También eran grandes entusiastas y

coleccionistas de vino, y guardaban sus mejores vinos añejos en una red de cavas siempre en expansión que aún se utilizan hoy.

La presencia de los Liechtenstein en Valtice terminó tras la Segunda Gue-rra Mundial, cuando fueron obligados a abandonar Checoslovaquia y todos sus bienes fueron transferidos a la propiedad estatal. Siglos de conocimiento sobre la vinicultura en Moravia casi se esfuma-ron.

Gradualmente, con la privatización, productores de vino comprometidos em-pezaron a recuperar el terreno que ha-bían perdido bajo el régimen comunista.

Métodos ya comunes en Occidente, co-mo el uso de tanques de acero inoxidable y la fermentación controlada por tempe-ratura, llegaron.

Ahora, los vinos checos empiezan a hacerse notar en competencias interna-cionales.

En 2010, un Grüner Veltliner 2009 de Chateau Valtice, que tiene una cava que

data de 1430, recibió una medalla de oro doble en la Competencia Internacional de Vino de San Francisco.

Expertos en vino, como Mazey, creen que los vinos moravos aparecerán en vi-naterías en todo el mundo. Por ahora, los vinicultores parecen contentos de que los aficionados acudan a ellos.

GORDON WELTERS PARA THE NEW YORK TIMES

La cava de vinos del Chateau Valtice fue edificada en 1430.

El tef es el alimento básico en un país de corredores de fondo.

FRANCESCO LASTRUCCI PARA THE NEW YORK TIMES

Pasado el comunismo, resurgen los antiguos y celebrados sabores.

Igual que su padre, Isabella Dalla Ragione cultiva variedades de frutos antiguos en su granja en Italia.

A R T E Y D I S E Ñ O

8 DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Jovencitas dan educación sexual en YouTube

El ballet exige mucho, aún a diseñadores

Ang Lee apuesta a un nuevo formato

Legado de arquitecta sigue en construcción

El video comienza dentro del depar-tamento de una veinteañera: novedo-sas guirnaldas de luces, sillón grande y mullido, pared de acento en color rojo. Una joven con lentes de armazón negra

y un aro en el labio se sienta frente a la cáma-ra. Oprime “grabar” y se precipita a una adivinanza. “¿Qué san-gra todos los meses sin morir, produce placer

y puede empujar humanos completos al mundo?”. Eleva las manos al cielo. Sus ojos destellan. “¡Es la única! ¡La inigualable!”. Su voz retumba hacia el final. “¡La vagina!”.

Ella es Laci Green, la reina de la edu-cación sexual en YouTube. Desde que publicó su primer video desde su habi-tación en un dormitorio universitario en 2008, sus videos han sido vistos, en total, 131 millones de veces. Está cons-truyendo un imperio digital en torno a lo que llama “educación sexual para in-ternet” y lidera a una nueva generación de “sexpertas” aficionadas.

Ganan dinero gracias a conferencias en universidades; anuncios en You-Tube; y al patrocinar productos como condones Durex.

Para los jóvenes criados con educa-ción sexual de abstinencia en la escuela y pornografía sin restricciones en in-ternet, estas gurús del sexo en internet ofrecen una tercera opción: acceso a otros jóvenes que se sienten cómodos

hablando de sexo. Esto es educación sexual por y para

nativos de internet: es energética, sin filtros y con información que no ha sido totalmente verificada.

Las estrellas modernas de la educa-ción sexual convierten su amateurismo en una ventaja.

Eileen Kelly, de 20 años, famosa en Instagram y fundadora del blog sexual Birds&Bees, se refiere a sí misma con modestia como “una chica cualquiera de Seattle”. La YouTuber británica de

educación sexual Hannah Witton se llama a sí misma una “experta autodi-dacta”.

“No tienes que ser doctor para estar involucrada en educación sexual”, dijo Witton. “Es sexo. Debería ser accesible para todo el mundo”.

La educación sexual en YouTube to-ma prestadas las formas que dominan los videos centrados en personalidad por todo el sitio; sólo que estos tienen más gente desnuda. (Las partes rele-vantes son censuradas, ya que la des-

nudez entra en conflicto con las reglas de YouTube).

Muchos de los videos son diseñados como juegos de fiesta, “experimentos sociales” ligeros o colaboraciones con otras estrellas de la Red. Los videos de Shannon Boodram en YouTube juegan con formatos de video clásicos como el confesionario de tabúes, el tutorial de habilidades y el sketch sobre relaciones interpersonales. Y Arielle Scarcella, quien hace videos desde una perspec-tiva lesbiana, aprovecha el apetito de internet por experimentos voyeuristas y le añade un giro sexual.

Entre sus videos más populares están “¡Chicas bicuriosas se besan por primera vez!” y “Mujeres DEGUSTAN sus propias vaginas”.

El aspecto educativo entra cuando las conductoras vinculan sus ganchos publicitarios con una lección más am-plia sobre autoestima, salud sexual, tolerancia, o lo que sea.

“Si sólo es sexy y divertido, pierdes la parte educativa”, dijo Boodram. “Pero si no es suficientemente sexy y diverti-da, pierdes al público”.

Por DAVE ITZKOFF

En las películas de acción con las que creció Ang Lee en Taiwán, era absoluta-mente común, y a la vez emocionante, ver a rivales surcar por los aires para chocar entre sí.

“La gente vuela a cada rato”, dijo Lee, director ganador del Óscar por “Una aventura extraordinaria” (Life of Pi). “No se requiere una explicación. Cuando la gente practica kung fu, vuela. Es emo-cionante. Simplemente te dejas llevar”.

Ahora, Lee, entre cuyas cintas figuran “Sensatez y sentimientos”, “Secreto en la montaña” y su propio relato de artes marciales “El tigre y el dragón”, está pi-diendo al público que haga un salto de fe diferente con su próximo proyecto.

Esta nueva película, “Billy Lynn’s Long Halftime Walk” está adaptada de la novela escrita por Ben Fountain sobre un joven soldado que mientras participa en el espectáculo de medio tiempo de un partido de futbol americano, revive sus experiencias de combate en la guerra de Irak y cuestiona el manto de valentía que le ha sido impuesto.

La película, que se estrenará mun-dialmente a partir del 11 de noviembre, es una historia de guerra, heroísmo y percepciones de la realidad. Al igual que muchas de las cintas de Lee, “Billy Lynn” es una que TriStar Pictures, la división de Sony que la lanza, espera compita por premios importantes.

Lo que la distingue incluso de la filmo-grafía idiosincrásica de Lee es que ha ro-dado “Billy Lynn” en 3-D y será proyec-tada —en los cines que lo permitan— en resolución 4K y un ritmo de 120 cuadros por segundo, superando cualquier otro lanzamiento cinematográfico anterior.

Lee se sintió frecuentemente frustra-do en “Una aventura extraordinaria”, su versión para la pantalla grande en 3-D de la novela de Yann Martel sobre un joven indio a la deriva en el Océano Pacífico. Cuando hizo esa cinta de 2012, dijo Lee, se sintió obstaculizado por el desenfoque de movimiento —la distorsión aparente de objetos en movimiento— que resultó de rodar en 3-D a los tradicionales 24 cuadros por segundo. En su opinión y la de sus colegas, eso desmereció particu-larmente la labor de Suraj Sharma, su actor principal.

“Había tanto desenfoque de movimien-to en su rostro que empiezas a perder la actuación”, dijo Tim Squyres, editor de la cinta.

Lee esperaba resolver este problema en películas futuras al rodar a un mayor ritmo de cuadro, una técnica que elimi-na el parpadeo tipo estrobo. “Quiero ser más temerario, simplemente para ver qué sucede”, dijo.

Hasta ahora, el público no ha acogido los ritmos de cuadro más acelerados, que pueden producir imágenes incómoda-mente realistas. Esa crítica fue lanzada a las películas “Hobbit” de Peter Jackson. Fueron proyectadas en ciertos cines a 48 cuadros por segundo, y algunos especta-dores sintieron haber sido transportados a un foro cinematográfico, no a un mundo de fantasía.

Lee dijo que Jackson estaba “avanzan-do en la dirección correcta” con esas cin-tas, pero en lugar de hacer “un cuento de hadas”, dijo Lee, para él era más lógico aplicar esta tecnología “a un drama re-alista, creo que es un experimento más probable, por así decirlo”.

En particular, dijo, la tecnología pa-recía adecuada para “Billy Lynn’s Long Halftime Walk” porque tiene que ver con la perspectiva cambiante de su prota-gonista (interpretado por el novato Joe Alwyn) en situaciones intensas, pero radicalmente diferentes: combate vida o muerte en Irak; un conmovedor concier-to de Destiny’s Child en un estadio; una confrontación con un implacable dueño de equipo de la NFL (Steve Martin).

Alwyn dijo que aunque nunca había he-cho una cinta de gran presupuesto antes, “Sabía que esto era extraño.

“Las cámaras eran increíblemente in-mensas”, dijo.

¿Por qué quiso Lee hacer un drama sofisticado con especificaciones de alta tecnología asociadas más cercanamente con espectáculos que son éxitos de taqui-lla, como “The Hobbit”?

“Simplemente se ve bien”, dijo. “Lo ves, e inmediatamente comprendes”.

Por JOSEPH GIOVANNINI

AMBERES, Bélgica — Para la arqui-tecta Zaha Hadid, hay vida después de la muerte. El 22 de septiembre, casi seis meses después de la muerte de esta ar-quitecta británica a los 65 años, uno de sus edificios más audaces, Port House, abrió en una ceremonia en la recién bau-tizada Plaza Zaha Hadid en esta ciudad.

Bajo la inmensa proa de una estruc-tura de vidrio y acero con ángulos diná-micos que se inclina como un dirigible sobre una estación de bomberos de ladrillos, un coro y una orquesta inter-pretaron “El himno a la alegría” de la Novena sinfonía de Beethoven. La obra musical y el telón de fondo equivalían a una cortina levantándose para el segun-do acto de la carrera de Hadid.

Su carrera póstuma promete entre-gar casi 50 estructuras más, tantas como las que fueron creadas en su vida. Patrik Schumacher, el socio de Hadid, estima que la firma abrirá edificios en 26 países en la próxima década. Zaha Hadid Architects conservará su nom-bre aun cuando evolucione bajo la direc-ción de él, “pero siempre con el ADN de Zaha”, señaló.

Marc Van Peel, presidente del Puer-to de Amberes, llamó a la estructura facetada un “barco de diamante”, en referencia tanto al famoso comercio de diamantes de la ciudad como al sitio del edificio con vista al enorme puerto. Am-beres se ubica al otro lado del río Escal-da de Rotterdam.

En 2008, Hadid compitió con otros 100 arquitectos por la oportunidad de ampliar una estación de bomberos del siglo pasado y convertirla en un edificio de oficinas para los 500 empleados que dirigen las operaciones del puerto.

Antes de terminar el diseño de 62 mi-llones de dólares y nueve pisos de Ha-did, cuando los directivos presentaban a delegaciones extranjeras un puerto actualizado con los embarcaderos más grandes, los canales más profundos y las tecnologías más recientes, tenían que hacerlo desde un amontonamien-to de oficinas con vista a un puerto rudimentario. De acuerdo con Joris Pauwels, arquitecto del proyecto, “que-rían sus oficinas en un edificio que re-presentara a su puerto vanguardista”.

Los planificadores urbanos también deseaban transmitir el crecimiento del distrito residencial de Amberes.

Hadid contrató a un consultor patri-monial que concluyó que el chapitel ori-ginalmente diseñado para la estación de bomberos, pero nunca construido, justificaba una pieza de “acento” en lo

alto de una base de cuatro pi-sos. Schumacher recordó que cuando Hadid vio un mapa e imágenes del sitio, dijo que su simple escala requería una pieza distintiva “que se adue-ñara del puerto”, comentó.

Desde el principio de su ca-rrera, Hadid elevó sus edifica-ciones en el aire, desafiando la gravedad: el aire ha sido su hábitat de diseño.

Los arquitectos colocaron el volumen de nuevas oficinas de cuatro pisos y 5.600 metros cuadrados sobre una columna inclinada que alberga una escalera de incendios que se encuentra con el suelo como un tacón Louboutin, y sobre un núcleo de elevadores que se levanta desde el patio original. Un espacio alto entre el edificio viejo y el nuevo ofrece una cubierta de paseo para recepciones y para apreciar la vista.

Adentro de la ampliación, todos los pi-sos son oficinas de espacios abiertos con filas de escritorios acomodadas en dia-gonal; las paredes trianguladas ofrecen vistas circunferenciales de la ciudad y del estuario del río Escalda.

Lo que provocó las frecuentes excla-maciones de asombro escuchadas en la Plaza Zaha Hadid es que los arquitectos

colocaron al volumen flotante fuera de balan-ce. Se inclina cual em-barcación que navega a vela. Por la noche, toda la estructura parece una enorme linterna ur-bana suspendida.

Desde la muerte de Hadid, la oficina ha reci-bido varias comisiones

importantes, entre ellas un distrito de negocios de usos mixtos en Praga con unos 90.000 metros cuadrados de ofici-nas y espacios comerciales, y las ofici-nas generales de Sberbank Technopark en Moscú, que se dice será la respuesta de Rusia a Silicon Valley. Varios rasca-cielos y un enorme aeropuerto en Pekín están en construcción.

Queda pendiente el asunto de Zaha Hadid Architects sin Zaha Hadid: ¿Ten-drá la firma el poder magnético para atraer a prestigiosos clientes institu-cionales y culturales sin su carismática líder?

“No soy tan conocido en el mundo de proyectos de los clientes”, dijo Schuma-cher, “y la pregunta es: ¿Tendré la cre-dibilidad para atraer comisiones de im-portancia cultural? Para mí, sin Zaha, eso será un desafío”.

Por ROBIN POGREBIN

A un lado del probador en el New York City Ballet, el diseñador Narciso Rodri-guez estudiaba el escote de un vestido rosa y negro que lucía la bailarina India-na Woodward. Al otro lado, la diseñado-ra Rosie Assoulin evaluaba el largo de un saco que vestía Sterling Hyltin.

Dado lo mucho en juego asociado con la quinta gala anual de la moda de oto-ño de la compañía —en que figuraban trajes de diseñadores prestigiosos (así como las muchas personalidades fuer-tes involucradas)— se podría haber previsto que Marc Happel, director de su departamento de vestuario, estuvie-ra sudando la gota gorda debajo de su camisa de algodón seersucker.

En lugar de eso, al asomar la cabeza por ambos lados de la cortina que sepa-raba las dos pruebas de vestuario —el diseño de Rodriguez para un estreno mundial de Lauren Lovette y el de As-soulin para otro estreno mundial de An-nabelle Lopez Ochoa— Happel parecía relajado y aplomado al sugerir una tela

más vaporosa aquí, una bastilla más corta allá.

“¿Está lo suficientemente alto en la entrepierna?”, preguntó Happel, cuan-do el bailarín principal Jared Angle mo-deló un pantalón de Assoulin.

Si la moda es una fantasía quimérica, Happel aporta una dosis de realidad a la labor: ¿Se apreciará todo ese bordado detallado desde lejos? ¿Podrán las bai-larinas realmente levantar los brazos en ese corpiño?

“Los trajes usualmente son el tercer peldaño, después de la danza y la mú-sica”, dijo. “Éste es el único evento que hacemos todos los años en que los trajes suben unos peldaños”.

Happel, de 60 años, lleva 10 años con el departamento de vestuario del New York City Ballet en un puesto que involu-cra todo, desde ocuparse de los clásicos de Balanchine, como los trajes de Marc Chagall para “El pájaro de fuego”, has-ta diseñar algunos él mismo, como los tutús con cristales Swarovski con un to-que de azul que imaginó para “Sinfonía

en Do” en 2012.“Toma en cuenta la

proporción, el peso, el movimiento, la grave-dad”, dijo la actriz Sarah Jessica Parker, vicepresidenta del consejo de la com-pañía, quien originalmente concibió la idea de reclutar a diseñadores para el vestuario del ballet. “Es el jugador más valioso”.

Pese a la aparente imperturbabili-dad de Happel, equipara su trabajo con “arrear a gatos”, “controlar de cuatro a cinco trenes de carga que se precipitan hacia la estación” o ser “un profesor lo-co detrás del telón, moviendo todas las palancas”. Agregó: “Trabajo a un nivel constante de sentirme ligeramente ner-vioso”.

Para lograr que la ropa funcione para los bailarines, utiliza diferentes trucos, como insertar paneles elásticos invi-sibles en costuras laterales o agregar mangas a una prenda interior, para que el caparazón exterior se convierta en una especie de chaleco que facilita el movimiento.

Ser el vínculo entre los bailarines, el coreógrafo y los diseñadores puede ser ingrato.

Sin embargo, generalmente “todo el mundo se une y dice: ‘Necesitamos lle-var esto al escenario, así que hagamos que sea cómodo’”, dijo Happel.

“Sexpertas” que celebran su amateurismo tienen miles de seguidores.

JAMES ESTRIN/THE NEW YORK TIMES

HUFTON + CROW

HELENE BINET

EMILY ANDREWS PARA THE NEW YORK TIMES

El director Ang Lee rodó su nueva cinta sobre un soldado que estuvo en Irak en 3-D y alta resolución.

RICH FURY/INVISION, VÍA ASSOCIATED PRESS; CHRISTIAN HANSEN PARA THE NEW YORK TIMES

Laci Green (izq.) y Eileen Kelly hablan de sexualidad sin restricciones para los fans de su generación, y convierten su amateurismo en ventaja.

Zaha Hadid

El Port House de Zaha Hadid en Amberes

abrió en septiembre. La estructura arriba de

una vieja estación de bomberos aloja oficinas.

AMANDA HESS

ENSAYO

Los trajes siguen a la danza y la música.

Marc Happel dirige el vestuario del New

York City Ballet.