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Inspectoría San José Don Bosco en algunas de sus fotos

Fotos de Don Bosco - Salesianos Uruguay · Presencia evangelizadora y alegre entre los muchachos. En los inicios de 1861, cuando entre los primeros clérigos del ... Los jovencitos

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Inspectoría San José

Don Bosco en algunas de sus fotos

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FEBRERO

LA PRIMERA FOTO: DON BOSCO

ENTRE LOS MUCHACHOS (1861)

Presencia evangelizadora y alegre entre los muchachos.

En los inicios de 1861, cuando

entre los primeros clérigos del

Oratorio se establece una

«comisión» que se proponía

recoger los hechos y los di-

chos de Don Bosco, surge

también el deseo de tener un retrato suyo.

Don Bosco era reacio a dejarse fotografiar, y cede solo por

la insistencia de Cagliero, su brazo derecho en el Oratorio.

Acepta únicamente para dejar contentos a sus jóvenes y

aprovecha la ocasión para hacer de aquella instancia una

oportunidad educativa.

Para hacer la fotografía llaman a Francesco Serra, exalumno

del Oratorio, quien aceptó el encargo de buena gana.

“Sabes una cosa – dice Don Bosco a Serra mientras armaba

el telón oscuro de fondo – si tú estás en gracia con Dios,

bien. Si no, deja la tarea, que perderemos el tiempo”. Se

cuenta que el mejor fotógrafo (litógrafo, para ser más exac-

tos) de Turín, un tal Dubois, había hecho lo posible y lo im-

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posible, pero no pudo conseguir que la imagen de Don Bos-

co quedara impresa en sus placas.

En cambio, la fotografía de Serra tuvo éxito. Los jóvenes,

animados por la táctica de Don Bosco, se pusieron a gritar:

“¡Serra está en gracia con Dios! ¡Serra está en gracia!”.

Se puede decir, con Lemoyne, que “cada frase de Don Bos-

co era un estímulo para la confesión”. Éste era su modo de

actuar: recogía toda pequeña ocasión para obtener su fin,

educar, incidir en los ánimos juveniles, valiéndose de los

medios adaptados a los muchachos.

¿Quién compuso la pose de esta fotografía? Don Bosco

mismo, como nos lo dice don Francesia. ¿Y cuántas poses se

hicieron? Leamos lo que dice don Ruffino en la Crónica:

«Hoy 19 de mayo, día de Pentecostés, Francesco Serra, hijo

del Oratorio, tomó un retrato a Don Bosco por medio del

aparato dagherrotipo. Primeramente lo retrató solo, y des-

pués con los jóvenes Jarach, Costanzo, Fabre, Bracco y Álbe-

ra, y a lo último con cincuenta y pico alumnos. Dos días des-

pués lo retrata confesando: los penitentes más cercanos

eran Reano, Álbera y Viale; muchos estaban al fondo en ac-

titud de preparación para la confesión».

Tales retratos fueron exclusivamente destinados al Oratorio y

Don Bosco no quiso que fueran reproducidos. Debían que-

dar para la crónica.

-3-

Don Bosco entre sus jóvenes

Examinando la fotografía parece no ser una fotografía origi-

nal. En primer lugar, se nota en la imagen dos planos diver-

sos de foco: están enfocados los muchachos en la primera

fila y Don Bosco que está más retrasado, mientras que están

desenfocados los jóvenes que están en su misma línea. Por

otra parte, el armado de la pose parece muy forzado: entre

los muchachos no hay espacio físico para Don Bosco;

además, mientras todos los muchachos están iluminados

desde la izquierda, Don Bosco aparece iluminado desde la

derecha. La perspectiva del cuello y de la figura de Don Bos-

co tampoco es correcta respecto al cuello.

Sabemos también que el pequeño clérigo en primer plano a

la derecha, que Giraudi identifica como Garino1, que en el

‟61 tenía 16 años, aparece aquí mucho más joven. También

la estructura del grupo contradice la autenticidad: en la épo-

ca se tendía a formar en una absoluta simetría, que aquí, en

cambio, no está. En el ‟61 era difícil técnicamente tomar una

fotografía a un grupo y se precisaba mucho tiempo de pos-

tura firme. Los jovencitos de la foto no son mozos, lo que,

por su joven edad, hace dificultoso que pudieran permane-

cer posando por largos tiempos.

Todos estos elementos llevan a afirmar que se trata de un

fotomontaje. ¿Cómo se obtuvo?

1 Giovanni Garino, nacido el 19 de abril de 1845, profesó en Turín en 1862

y fue ordenado en marzo de 1869.

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Puede darse que se trate de una fotografía realizada algún

tiempo antes (no siempre las crónicas eran precisas para

datar los hechos) de la cual se tomó solo una parte, in-

sertándose el retrato de Don Bosco.

Pudo darse que la fotografía original se haya perdido (en

efecto, de las fotografías originales de Serra no se conserva

ninguna), y que se haya reconstruido esta sirviéndose de la

información de las crónicas. De qué retrato de Don Bosco se

hayan servido no se puede saber.

Se trataría de un «falso fotográfico», esto es una fotografía

compuesta artificialmente y con mucha habilidad sobre la

base de un texto. Tal vez, se intenta reconstruir la historia

iconográfica del Santo en ocasión del Proceso de Canoniza-

ción abierto en 1900.

¿Cuándo aparece esta fotografía?

Giraudi es el primero en publicarla en 1929 con la explica-

ción: «Don Bosco en medio de un grupo de jóvenes del

Oratorio (1861?)». En el mismo volumen, en el apéndice, de

nuevo la nombra y dice «Torino – Oratorio, 1861», y no figu-

ra más con la interrogación. En la edición de 1935 ya no

figura la fecha. ¿Se trata de poca certeza sobre la fecha?

Más allá de la fecha, vemos a Don Bosco rodeado de «SUS»

muchachos. Aquel pequeño clérigo abajo a la derecha, con

una regla en la mano, llegará a ser el sacerdote profesor

Giovanni Garino, latinista ilustre.

Es muy significativo que, quien hizo el fotomontaje, haya

puesto en el centro a Don Bosco, con los jóvenes como

marco, creando un efecto de medio busto. Tal vez estaba así

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colocado en la foto original. Es verdaderamente emblemáti-

co. De su persona emerge un sentido de orgullo, de satis-

facción y de espontaneidad. El rostro parece expresar com-

placencia, así como una alegría serena. Particularmente sig-

nificativa es la boca, incierta entre lo serio y lo travieso. Los

ojos están en la sombra y no permiten apreciar la mirada,

que los contemporáneos destacaban por su fascinación y

vivacidad.

Se puede apreciar la expresión de una persona serena, reali-

zada por estar en medio de los jóvenes y divertida por estar

participando en una iniciativa novedosa y curiosa.

Esta fotografía es llamada comúnmente: «el amigo de la ju-

ventud».

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SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

Antes de la convocatoria, se pedirá a cada hermano que elija y

lleve una foto personal significativa, de su presencia como salesia-

no entre los muchachos.

1. Colocación de la foto, reconocimiento, canto

En un lugar destacado de la Comunidad se cuelga o coloca la

foto, acompañado con un canto (se sugiere “Fruto de un lugar,

fruto de una historia”).

ORACIÓN INICIAL

Señor, Dios Nuestro

En tu Providencia nos has dado a San Juan Bosco,

Padre y maestro de los jóvenes,

Que, bajo la guía de la Virgen María trabajó con entrega infa-

tigable por el bien de la Iglesia,

Suscita también en nosotros la misma caridad apostólica,

Que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos

Para servirte a Ti,

Único y sumo bien.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.

2. Lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto

-7-

3. Breve reflexión personal y pastoral en torno al conte-

nido visual e histórico

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías de la descripción histórica de esta

foto?

¿Qué le agregarías desde tu experiencia de vida salesiana

entre los jóvenes?

¿Nos sentimos invitados a vivir la alegría del encuentro

con los jóvenes, como se ve de Don Bosco?

Si se quiere, se puede leer el Art 26 de las Constituciones.

Los jóvenes a quienes somos enviados El Señor indicó a Don Bosco, como primeros y princi-pales destinatarios de su misión, a los jóvenes, espe-cialmente a los más pobres. Llamados a esa misma misión, nos percatamos de su extrema importancia: los jóvenes viven los años en que hacen opciones de vida fundamentales, que pre-paran el porvenir de la sociedad y de la Iglesia. Con Don Bosco reafirmamos nuestra preferencia por la juventud pobre, abandonada y en peligro, la que tiene mayor necesidad de ser querida y evangelizada, y trabajamos, sobre todo, en los lugares de mayor po-breza.

A partir de estas sencillas preguntas, de la foto de Don Bosco y de

la foto que cada hermano haya traído, se anima el diálogo y el

compartir fraterno.

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4. Celebración comunitaria

Una vez que se haya compartido a gusto, iniciamos un momento

celebrativo.

Canto inicial: “Yo soy el camino firme, yo soy la vida…”

Lectura de Mc. 6, 30-34

Recogiendo lo compartido anteriormente, se invita a ex-

presar distintas oraciones de acción de gracias y petición.

Padrenuestro

Oración final

Oh, Señor, que por medio de señales inequívocas

indicaste a nuestro Padre los jóvenes como primeros y principales

destinatarios de su misión, haz que también nosotros,

llamados a idéntica obra de salvación, reafirmemos con el corazón y con las obras

la misma predilección,

haciéndonos educadores atentos y disponibles de los jóvenes,

que les ayuden a descubrir en su vida tu presencia salvadora.

Que los jóvenes pobre, abandonados y en peligro oi-gan en nuestra voz tu anuncio de salvación,

y, acogiéndolo con sinceridad y confianza, cooperen a colmar las expectativas y esperanzas que la humanidad y la Iglesia tienen puestas en las nuevas generaciones.

Por Jesucristo nuestro Señor.

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MARZO

DON BOSCO CONFIESA (1861)

Sacerdote, caminando junto a los jóvenes.

Esta fotografía fue tomada,

según las crónicas, dos días des-

pués de la primera. Se dice que

Don Bosco había encontrado

que esa era la mejor pose para

expresar su apostolado. En efec-

to, la escena muestra aquello

que estaba en la cima de todos

sus pensamientos: el bien de las almas de sus hijos. El grupo

que aparece en la fotografía de dos días antes, rodeando a

Don Bosco, no expresaba suficientemente esto. Por tanto, se

dispone en actitud de confesar junto a un grupito de cléri-

gos y de alumnos, reunidos en torno en devota preparación.

Cuando debió elegir uno que hiciese de penitente, elige a

Pablo Álbera, su futuro sucesor.

«Ven aquí – le dice – ponte en rodillas y apoya tu frente en

la mía; ¡así no nos moveremos!».

Efectivamente, se debía posar durante un tiempo prolonga-

do y había que recurrir a varias formas, soportes y posicio-

nes para mantener firme a la persona. Esta fotografía, por

tanto, está probablemente movida por esta razón, pero

también porque en el foco está Don Bosco, mientras que

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resultan desenfocados los jóvenes que están en los alrede-

dores.

La postura está armada para que se comprenda el rol sacer-

dotal, aunque si se confronta con los parámetros de la épo-

ca no es rígida. El rostro es serio y en la boca se refleja esta

actitud. Los ojos, si bien no es posible verlos en profundidad,

comunican una extrema atención, así como una cierta acti-

tud de familiaridad propia de Don Bosco cuando confesaba.

Más allá de la impresión global de seriedad, se percibe una

notable serenidad, una disponibilidad de la persona, no co-

mo juez sino como amigo, uno que sabe escuchar, partícipe

y comprometido con las situaciones de los otros.

Esta foto, junto a la que está entre los jóvenes, son los do-

cumentos más simpáticos que Don Bosco dejó y también los

más expresivos de sí mismo y de la vida del Oratorio: sacer-

dote para los jóvenes.

La satisfacción que transparenta el rostro del Santo al mos-

trarse junto a sus jóvenes y mientras está trabajando por

ellos, por su bien, es casi como un testamento moral para su

familia. Se encuentra en esas fotos una indicación funda-

mental acerca del método de Don Bosco (la presencia), el

estilo (familiaridad, amabilidad), los valores fundamentales

(religión). Tal vez sea por esto que ambas fotos se encuen-

tran tan presentes en las Casas salesianas, como para mos-

trar la carta de identidad a quienes llegan y como un per-

manente recuerdo para quienes trabajan allí.

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SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

1. Colocación de la foto, reconocimiento, canto

Junto a la foto anterior se coloca la nueva foto, acompañando con

un canto (se sugiere “Salve, Don Bosco santo”).

ORACIÓN INICIAL

Señor, Dios Nuestro

en tu Providencia nos has dado a San Juan Bosco,

Padre y maestro de los jóvenes,

que, bajo la guía de la Virgen María trabajó

con entrega infatigable por el bien de la Iglesia,

suscita también en nosotros la misma caridad apostólica,

que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos

para servirte a Ti,

único y sumo bien.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.

2. Lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto

3. Breve reflexión personal y pastoral en torno al conte-

nido visual e histórico

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías de la descripción histórica de esta

foto?

¿Cuáles son los aspectos a convertir pastoralmente en tu

experiencia de vida salesiana?

¿Cómo estás viviendo la dimensión “sacerdotal” (mediado-

ra, orante, sacramental) de tu presencia entre los jóvenes?

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Si se quiere, se puede leer el Art 34 de las Constituciones.

Esta Sociedad comenzó siendo una simple catequesis. También para nosotros la evangelización y la catequesis son la dimensión fundamental de nuestra misión.

Como Don Bosco, estamos llamados, todos y en todas las ocasiones, a ser educadores de la fe. Nuestra ciencia más eminente es, por tanto, conocer a Jesucristo, y nuestra alegría más íntima, revelar a todos las riquezas insonda-bles de su misterio.

Caminamos con los jóvenes para llevarlos a la persona del Señor resucitado, de modo que, descubriendo en Él y en su Evangelio el sentido supremo de su propia existencia, crez-can como hombres nuevos.

La Virgen María es una presencia materna en este camino. La hacemos conocer y amar como a la Mujer que creyó y que auxilia e infunde esperanza.

A partir de estas preguntas, de la foto de Don Bosco y de lo vivido

en el inicio del año se anima el diálogo y el compartir fraterno.

4. Celebración comunitaria

Estando en tiempo de cuaresma, puede animarse una cele-

bración penitencial, ya sea en la celebración eucarística o

aparte. Si no, se sugiere:

Exposición del santísimo con un canto

Rezo de los salmos de Vísperas

Lectura de 1 Timoteo 2, 1-6.

Espacio para oraciones de intercesión por los jóvenes

Padrenuestro y Bendición.

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ABRIL

DON BOSCO EN SU HABITACIÓN

Por ustedes trabajo, por ustedes estudio…

A partir de los datos encontrados, se

puede pensar que la habitación en la

cual Don Bosco fue retratado es

aquella que ocupó entre los años

1853 y 1861. De la Casa Pinardi,

donde se alojaba, pasó en noviembre

de 1853 a un sector de la nueva

construcción, paralelo a la iglesia de San Francisco de Sales.

Era el último de los tres cuartos en el segundo piso. Por

ocho años será al mismo tiempo el estudio, la sala de recep-

ción y su habitación para dormir.

Cuando en 1861 el ala de la fábrica paralela a la iglesia de

San Francisco de Sales fue llevada al doble de ancho, la

habitación se convirtió en antecámara y sala de espera.

Se presume que en 1861 la comisión que venía recogiendo

documentos fotográficos preciosos sobre Don Bosco y sobre

su vida en el Oratorio, deseara conservar también el recuer-

do de Don Bosco en esta habitación, en donde estaban afin-

cados tantos recuerdos afectuosos e importantes aconteci-

mientos.

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En este cuarto fueron gestadas las bases de la Sociedad de

San Francisco de Sales, y en la noche del 26 de enero de

1854 sus primeros hijos se llamaron «salesianos».

En el recogimiento de esta modesta habitación, Don Bosco

comenzó en 1855 la compilación de las Reglas de la Socie-

dad que tenía intenciones de fundar.

El 8 de diciembre de 1859 Don Bosco, conmovido, anunció a

aquellos que lo ayudaban en las fatigas del Oratorio y que

había reunido en torno al escritorio de su habitación, que

había llegado la hora de dar forma a la Sociedad que desde

hacía tiempo venía meditando.

En un lugar en el cual se habían gestado tantos aconteci-

mientos, los primeros hijos del Oratorio, de acuerdo con

Don Bosco que se mostró disponible a posar, decidieron

perpetuarlo también en la imagen.

No hay datos para afirmar con exactitud cuándo fue tomada

esta fotografía, aunque es una de las más antiguas que se

conservan.

Se ven los muebles de un estilo sobrio y digno. Don Bosco

está en su escritorio de trabajo, en frente tiene la biblioteca,

a un lado el diván donde hacía sentar a sus visitas y también

a sus jóvenes, que se sentían importantes con esta delicada

atención. Don Bosco está en el centro de la habitación, en

segundo plano respecto al mobiliario, que crean un ambien-

te espontáneo y no de orden estudiado para la ocasión. To-

do se presenta como una situación cotidiana: el sofá, el es-

critorio, la biblioteca son signos de la actividad que se desa-

rrolla en esta habitación y que tanta importancia y significa-

do debían tener para quienes eran cercanos a Don Bosco.

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Evidenciaban su disponibilidad a escuchar a los otros y

hacerlos sentir como en su propia casa; su preocupación por

escribir libros adaptados al crecimiento cultural y cristiano de

sus jóvenes, para que se insertaran gradualmente en la so-

ciedad; el estudio, el valor del libro que Don Bosco siempre

sostuvo.

Subraya esta atmósfera a figura de Don Bosco, sentado en el

escritorio de trabajo, en una posición espontánea como de

quien interrumpe por un instante su actividad para escuchar

al recién llegado. Se nota en él un rostro recio, de persona

sufriente. Las Memorias Biográficas nos dicen que en este

periodo don Bosco «continua trabajando no obstante su

enfermedad, y está cansado más allá de lo que pudiera de-

cir». Fuertes y persistentes dolores de cabeza, problemas de

visión y una infección que le produce úlceras en las piernas,

dan razón de su rostro sufrido. También la posición de su

cuerpo, ligeramente curvada, evidencia su estado de salud,

su debilidad, que, sin embargo, no le harán abandonar su

obra y sus actividades de dedicación a los otros.

Un testimonio para reflejar el valor del buen recibimiento

que cada joven sentía por parte de Don Bosco. Dice Don

Lemoyne: «Los recibía con el mismo respeto que mostraba a

visitantes distinguidos, indicándoles que se sentaran en el

sofá mientras él se sentaba a su mesa y escuchaba atenta-

mente como lo que le estaban contando fuese muy impor-

tante […]. Cuando la entrevista concluía, los acompañaba a

la puerta, la abría y los despedía diciendo: „Seremos siempre

amigos, ¿verdad?‟».

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SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

1. Colocación de la foto, reconocimiento, canto

Junto a la foto anterior se coloca la nueva foto, acompañando con

un canto (se sugiere “Viva papá Don Bosco”).

Observación en silencio de la foto.

ORACIÓN INICIAL

Señor, Dios Nuestro

en tu Providencia nos has dado a San Juan Bosco,

Padre y maestro de los jóvenes,

que, bajo la guía de la Virgen María trabajó con entrega

infatigable por el bien de la Iglesia,

suscita también en nosotros la misma caridad apostólica,

que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos

para servirte a Ti,

único y sumo bien.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.

2. Lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto

3. Breve reflexión personal y pastoral en torno al conte-

nido visual e histórico

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías a la descripción histórica de la fo-

to?

¿Qué te dice para el hoy de tu vida religiosa salesiana?

¿Cómo estás viviendo las distintas dimensiones de la vida

salesiana: trabajo, estudio, piedad…?

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Si se quiere, se puede leer el Art 21 de las Constituciones.

Don Bosco, nuestro modelo

El Señor nos ha dado a Don Bosco como padre y maestro.

Lo estudiamos e imitamos admirando en él una espléndida armonía entre naturaleza y gracia. Profundamente humano y rico en las virtudes de su pueblo, estaba abierto a las reali-dades terrenas; profundamente hombre de Dios y lleno de los dones del Espíritu Santo, vivía como si viera al Invisible.

Ambos aspectos se fusionaron en un proyecto de vida fuer-temente unitario: el servicio a los jóvenes. Lo realizó con firmeza y constancia, entre obstáculos y fatigas, con la sen-sibilidad de un corazón generoso: No dio (un) paso, ni pro-nunció palabra, ni acometió empresa que no tuviera por ob-jeto la salvación de la juventud. Lo único que realmente le interesó fueron las almas.

A partir de estas preguntas y de la foto de Don Bosco, se anima el

diálogo y el compartir fraterno.

4. Celebración comunitaria

Canto: “Es hermoso ver bajar de las montañas los pies del

mensajero de la paz”

Lectura de Jn 10, 1-11

Respondemos rezando el salmo 22, “El señor es mi pas-

tor”, con la antífona cantada y haciendo oraciones en eco

con alguna frase del salmo.

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Oración final y bendición:

Oremos a Dios para que sepamos escuchar siempre la voz de Jesús, nuestro Buen Pastor. (Pausa) Oh Dios, Señor nuestro, Padre lleno de poder y de amor: Tú nos has dado a nosotros, tu pueblo, un guía fiable y cuidadoso para llevarnos a ti y a los hermanos: tu Hijo y nuestro Buen Pastor Jesucristo. Mueve nuestros corazones con las palabras del evangelio como el mensaje de Buena Noticia hoy para nosotros; y ayúdanos también a oír la voz de Dios en el silencio de nuestra fe, en el gemido de nuestras miserias, y en las palabras de aliento y alegría de los pastores de tu Iglesia y de todos los que tienen buenas palabras para nosotros, porque por medio de ellos habla también y llama nuestro Buen Pastor, Jesucristo, nuestro Señor

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MAYO

EN LOS TREINTA AÑOS DEL ORATORIO.

DON BOSCO CON LOS PRIMEROS

SALESIANOS (1870)

Todos los miembros reunidos llevan una vida común unidos

por el vínculo de la caridad fraterna.

La razón precisa por la cual

fue tomada esta foto no se

conoce directamente de las

fuentes, pero se puede expli-

car por el deseo – permitido o

incluso promovido por Don

Bosco – de tener una docu-

mentación fotográfica de todos los grupos, clases, sectores

profesionales del Oratorio al inicio del año escolar 1870/71,

trigésimo aniversario del Oratorio. En efecto, don Amadei en

las Memorias Biográficas (volumen X, página 6, edición italiana),

publica todas estas fotografías, todavía inéditas «porque nos

presentan, junto con tantos alumnos, muchos de los anti-

guos superiores y también a Don Bosco en su pose llena de

dignidad y amabilidad paterna».

En la parte posterior de esta fotografía se lee: «Fotografía de

los Superiores del Oratorio de Don Bosco – Turín – tomada

en setiembre de 1870».

-20-

El deseo de Don Bosco de documentar, con ocasión del

trigésimo aniversario del Oratorio, su actividad educativa y

de sus colaboradores en favor de los jóvenes, se confirma en

sus palabras: «Para educar se necesitan muchos». El teólogo

Borel, don Cafasso, don Cinzano, don Nasi, don Pacchiotti,

el marqués Fossati… le daban una mano, pero con los mu-

chachos se precisa una presencia constante, continua, como

en una familia. Por esto implica a sus propios alumnos en la

tarea: estos son algunos, entre los primeros jóvenes, que

dan a Don Bosco no solo una mano, sino toda la vida para

educar a la juventud.

Don Bosco muestra una expresión satisfecha de padre orgu-

lloso entre sus hijos. Seguramente por su corazón pasara el

momento sencillo y tremendamente profundo de la “funda-

ción”:

Aquel 18 de diciembre de 1859 era domingo. Don

Bosco terminó la densa jornada festiva vivida entre un

millar de jóvenes, como en la fiesta de la Inmaculada

y los domingos. Después convocó para su conferen-

cia a los que habían decidido entrar en la Pía Socie-

dad de San Francisco de Sales.

Eran las 21 horas, después de las oraciones de la no-

che. La cita era en la habitación de Don Bosco. En

pocos minutos se presentaron dieciocho, incluido

Don Bosco. Dos solamente no habían acudido. Los

congregados alrededor de Don Bosco eran diecisiete:

un sacerdote (47 años), un diácono (24 años), un

subdiácono (22 años), trece clérigos (entre 15 y 21

años), y un estudiante jovencísimo.

-21-

El acta fiel, firmada por Don Alasonatti y con la firma

añadida de Don Bosco, “es un documento de encan-

tadora simplicidad, que contiene el primer acto oficial

de la Sociedad Salesiana”; en él se lee:

“(Nos reunimos) todos con el fin y el deseo de pro-

mover y conservar el espíritu de verdadera caridad

que exigía la obra de los Oratorios para la juventud

abandonada y en peligro, que en estos tristes tiem-

pos es engañada de mil maneras con daño de la so-

ciedad y abocada a la impiedad e irreligión.

“Pareció bien por lo tanto a los mismos congregados

erigirse en Sociedad o Congregación que, teniendo

como meta la ayuda recíproca para la propia santifi-

cación, decidiese promover la gloria de Dios y la sal-

vación de las almas, especialmente de las más necesi-

tadas de instrucción y de educación / y, aprobado de

común acuerdo el proyecto presentado, después de

una breve oración y de haber invocado la luz del

Espíritu Santo, procedían a la elección de los Miem-

bros que debían constituir la dirección de la sociedad

para esta o para nuevas Congregaciones, si quisiera

Dios favorecer su desarrollo.

“Unánimemente pidieron por tanto a Él (Don Bosco),

iniciador y promotor, que aceptara el cargo de Supe-

rior Mayor, como cosa muy conveniente, el cual,

habiendo aceptado con la reserva de la facultad de

nombrar al prefecto (Vicario y Administrador), ya que

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ninguno se opuso, dijo que le parecía no tener que

cambiar de su oficio de prefecto al que escribe (Don

Alasonatti), que hasta entonces había ocupado este

cargo en la casa.

“Se trató después del modo de elección de los demás

Socios que integran la Dirección, y se acordó adoptar

la votación con voto secreto, como modo más rápido

para completar el Consejo, que debía estar compues-

to por un Director Espiritual, el Ecónomo y tres Con-

sejeros junto con los ya descritos cargos oficiales (el

Superior Mayor y el Prefecto).

“[…] en la elección del Director Espiritual (resultó) ele-

gido por unanimidad el Clérigo Subdiácono Rua Mi-

guel, que aceptó. Y volviendo a repetirse lo mismo

para el Ecónomo, resultó y fue confirmado el Diácono

Angel Savio, que prometió igualmente asumir la rela-

tiva tarea.

“Quedaban aún por elegir los tres consejeros; para el

primero de ellos, hecha como de costumbre la vota-

ción, fue (elegido) el clérigo Juan Cagliero. Para se-

gundo consejero fue elegido el clérigo Juan Bonetti.

Como tercero y último, resultando con el mismo

número de votos los clérigos Carlos Ghivarello y

Francisco Provera, hecha otra votación, la mayoría

tocó al clérigo Ghivarello, y así quedó definitivamente

constituido el órgano de administración de nuestra

Sociedad (que se llamó después „Capítulo Superior‟).

-23-

“Todo esto, tal que como ha sido expuesto hasta aquí

en su conjunto, fue leído en la Asamblea de todos los

ya citados socios y oficiales, y éstos, reconociendo su

veracidad, acordaron unánimemente que se conser-

vase el texto original, que firma el Superior Mayor y el

Secretario.

Sac. Juan Bosco

Víctor Alasonatti Sac. Prefecto.”

-24-

SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

1. Colocación de la foto, reconocimiento, canto

Junto a la foto anterior se coloca la nueva foto, acompañando con

un canto (se sugiere “Su concierto han entonado…”).

ORACIÓN INICIAL

Señor, Dios Nuestro

en tu Providencia nos has dado a San Juan Bosco,

Padre y maestro de los jóvenes,

que, bajo la guía de la Virgen María trabajó con entrega

infatigable por el bien de la Iglesia,

suscita también en nosotros la misma caridad apostólica,

que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos

para servirte a Ti, único y sumo bien.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

2. Lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto

Una forma diferente de complementar la lectura es la pro-

yección de un trozo de la película de Don Bosco con el

llamado a los primeros salesianos.

3. Breve reflexión personal y pastoral en torno al conte-

nido visual e histórico

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías de la descripción histórica de esta

foto?

¿Qué paso te parece te pediría Don Bosco en tu vida co-

munitaria actual? ¿En qué te pediría mejorar, crecer…?

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Si se quiere, se puede leer el Art 49 de las Constituciones.

Valor de la vida en comunidad

Vivir y trabajar juntos es para nosotros, salesianos, exigencia fundamental y camino seguro para realizar nuestra vocación.

Por eso nos reunimos en comunidades, en las que nos amamos hasta compartirlo todo en espíritu de familia y construimos la comunión de las personas.

En la comunidad se refleja el misterio de la Trinidad; en ella encontramos respuesta a las aspiraciones profundas del co-razón y nos hacemos, para los jóvenes, signos de amor y de unidad.

A partir de estas preguntas, del testimonio fundacional y de la foto

de Don Bosco, se anima el diálogo y el compartir fraterno.

4. Celebración comunitaria

Canto inicial: “Juntos como hermanos…”

Lectura de Romanos 12, 9-16

Además de las siguientes oraciones, se pueden agregar

otras espontáneamente:

Para que no nos encerremos nunca en nuestros intereses

particulares, sino que tengamos la mente y el corazón

abiertos al bien de la Iglesia y el mundo. Oremos

Para que sepamos armonizar fidelidad a nuestro carisma

y colaboración con la Iglesia en que vivimos. Oremos.

Para que tengamos el ánimo pronto a acoger los valores

del mundo que nos rodea y a desarrollarlos. Oremos.

-26-

Para que abandonando generosamente nuestros gustos

sepamos hacernos todo a todos, siguiendo el ejemplo de

Jesucristo y de Don Bosco. Oremos.

Finalmente, rezamos juntos la fórmula de la profesión reli-

giosa.

«Dios Padre,

Tú me consagraste a Ti en el día de mi bautismo.

Como respuesta al amor de Jesús, tu Hijo,

que me llamó a seguirlo más de cerca,

y, conducido por el Espíritu Santo,

que es luz y fuerza,

Yo con plena libertad te ofrezco todo mi ser,

comprometiéndome a entregar

todas mis energías a quienes me envíes,

especialmente a los jóvenes más pobres,

a vivir en la Sociedad salesiana

en comunión fraterna de espíritu y de acción,

y a participar, de ese modo,

en la vida y en la misión de tu Iglesia.

Por esto, en presencia de mis hermanos,

hago voto de vivir obediente, pobre y casto

según el camino evangélico

trazado en las Constituciones salesianas.

Tu gracia, Padre,

la intercesión de María Santísima Auxiliadora,

de san José, de san Francisco de Sales y de san Juan Bosco, y

mis hermanos salesianos,

me asistan todos los días y me ayuden a ser fiel».

-27-

JUNIO – JULIO

DON BOSCO CON LA BANDA (1870)

Un oratorio sin música es un cuerpo sin alma.

Don Bosco posa en medio

de los alumnos de la Es-

cuela de Música Instru-

mental del Oratorio. Es

una de las pocas fotograf-

ías en que elige aparecer

sonriente. Aunque en la

que aparece rodeado de jóvenes muestra un rostro satisfe-

cho por estar entre ellos, también aquí notamos, respecto a

las fotografías de estudio, una mayor espontaneidad y ex-

presividad. Es evidente que está contento de fotografiarse

en ese contexto.

Ha de saberse además que, en toda la serie de fotografías

que se tomaron para documentar el andar del Oratorio, Don

Bosco elige posar él mismo en dos de ellas: con sus salesia-

nos y con la Banda. Es que la música revestía un gran signifi-

cado para Don Bosco. Ella tenía un valor educativo como

posibilidad de expresión de los jóvenes, como atmósfera de

alegría y unión, como elemento de reconocimiento de una

identidad de grupo, como propiciadora del esfuerzo y la

creatividad. Encontramos la confirmación de tales afirmacio-

nes en las palabras mismas de Don Bosco respecto a la utili-

-28-

dad de una escuela de música en el Oratorio: «Un Oratorio

sin música es un cuerpo sin alma».

Vemos a la izquierda de Don Bosco al maestro De Vecchi y

G. Enría. A la derecha: Buzzeti, con su tupida barba roja; don

Cagliero, maestro de la Escuela de canto y compositor rico

en fantasía y creatividad; don Lazzero, primer Consejero de

las Escuelas Profesionales.

Detrás, entre don Cagliero y Buzzetti, el joven Giuseppe Do-

gliani que será después gran músico y sucederá a don Ca-

gliero en el 1875 en la dirección de la Schola Cantorum y en

el 1889 en la dirección de la Banda musical.

De este retrato no se conserva el original y la copia que

permanece es muy tardía y con múltiples retoques.

En cuanto a la fecha de la fotografía, existe en archivo un

ejemplar con escrito al dorso «Banda Oratorio 1873». Pero

es poca la certeza de esta noticia porque la copia conserva-

da es reciente. Es más atendible el comentario de don Ama-

dei que la ubica entre las fotografías hechas entre 1870 y

1871, en los treinta años del Oratorio.

-29-

SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

1. Colocación de la foto, reconocimiento, canto

Junto a la foto anterior se coloca la nueva foto, acompañando con

un canto (se sugiere “Cuando recibiste los primeros gurises…”).

ORACIÓN INICIAL

Señor, Dios Nuestro

en tu Providencia nos has dado a San Juan Bosco,

Padre y maestro de los jóvenes,

que, bajo la guía de la Virgen María trabajó con entrega

infatigable por el bien de la Iglesia,

suscita también en nosotros la misma caridad apostólica,

que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos

para servirte a Ti,

único y sumo bien.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.

2. Lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto

3. Breve reflexión personal y pastoral en torno al conte-

nido visual e histórico

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías de la descripción histórica de esta

foto?

¿Cuál ha sido una “gran alegría” vivida con los jóvenes, los

educadores, la comunidad en esta primera parte del año?

-30-

Si se quiere, se puede leer el Art. 40 de las Constituciones.

El oratorio de Don Bosco, criterio permanente

Don Bosco vivió una típica experiencia pastoral en su primer oratorio, que para los jóvenes fue casa que acoge, parroquia que evangeliza, escuela que encamina hacia la vida, y patio donde se comparte la amistad y la alegría. Al cumplir hoy nuestra misión, la experiencia de Valdocco sigue siendo criterio permanente de discernimiento y renovación de toda actividad y obra.

A partir de estas preguntas, de la foto de Don Bosco, se anima el

diálogo y el compartir fraterno.

4. Celebración comunitaria

Canto inicial: “Cantando la alegría de vivir…” o “Nosotros

hacemos consistir la santidad en estar siempre ale-

gres…”

Lectura de Filipenses 4, 4-9

Canto o recitación del Magnificat. Entre las distintas estro-

fas damos gracias a Dios por los testimonios de santidad y

alegría que hemos recibido en nuestra vida, intercalando

oraciones espontáneas.

Padrenuestro y bendición.

-31-

AGOSTO – SETIEMBRE

DON BOSCO CON LA PRIMERA

EXPEDICIÓN MISIONERA (1875)

Quisiera acompañarlos yo mismo, confortarlos, consolarlos,

protegerlos.

Es la primera foto querida

expresamente por Don Bos-

co.

Es 1875. Don Bosco corona

el sueño de enviar a sus sa-

lesianos a la lejana América,

entre los hijos de los emi-

grantes.

Es un acontecimiento importante: los periódicos hablan de

ello, en el Oratorio hay una gran agitación y todo debía te-

ner la impronta de un gran suceso, como en realidad lo era.

Para dar lustre a las circunstancias llega a Valdocco el Cónsul

argentino en Savona. Don Bosco quiere inmortalizar con una

fotografía el acontecimiento para darle publicidad y para

que sirva de estímulo. Para esto se convoca al fotógrafo más

cualificado de la ciudad. La fotografía fue tomada en el es-

tudio Schemboche.

Es significativa esta elección: nunca Don Bosco se había ser-

vido de un profesional tan notorio y costoso, ni siquiera para

retratos que difundieran su imagen; y jamás se han tenido

-32-

noticias de que él mismo haya decidido fotografiarse. Po-

demos presentar esta imagen como emblemática de Don

Bosco, su «fotografía oficial».

La fotografía muestra toda la importancia que se desea dar a

tal acontecimiento: don Bosco viste una capa y solideo como

en las grandes ocasiones en que se presentaba al Papa; el

Cónsul G. Battista Gazzolo viste un gran uniforme; los que

están por partir visten a la española, con el manto caracterís-

tico de aquellos lugares, para demostrar que eran «de ellos»

y no extraños. Sobre ellos destaca el Crucifijo de los misione-

ros.

Don Bosco está entregando un libro a Don Cagliero, jefe de

la expedición: son las Constituciones. La pose fue querida

por Don Bosco mismo. Deseaba darle relevancia a este ges-

to que para él tiene un profundo significado. Es interesante

leer lo que escribe al respecto Don Rua:

«Cuando el Venerable don Bosco envió a los primeros

de sus hijos hacia América, quería que la fotografía lo

representase en medio de ellos en el acto de entregar

a don Giovanni Cagliero, jefe de la expedición, el libro

de nuestras Constituciones. ¡Cuántas cosas decía Don

Bosco con aquella actitud! Era como si dijera: “Ustedes

atravesarán los mares, se encontrarán en países igno-

tos, tendrán que tratar con gente de lenguas y cos-

tumbres diversas, tal vez sean expuestos a duras prue-

bas. Quisiera acompañarlos yo mismo, confortarlos,

consolarlos, protegerlos. Pero aquello que no puedo

-33-

hacer yo mismo, lo hará este librito. Cuídenlo como un

tesoro precioso.»

El grupo estaba destinado a la fundación de un Colegio para

trabajadores y aprendices en San Nicolás de los Arroyos,

pero después algunos se dedicaron al servicio de la Iglesia

«Mater Misericordiae» para los italianos en Buenos Aires.

La imagen está compuesta artísticamente respetando una

equilibrada simetría que deja, sin embargo, espacio a un

cierto movimiento. Las figuras tienen diversas posturas y una

cierta espontaneidad. Al contrario, Don Bosco aparece rígido

en su actitud, decididamente posando. El hábito extendido,

la espalda sin inclinación alguna, el rostro decididamente de

frente contribuyen a crear el efecto de rigidez.

¿Quitaba espontaneidad la máquina fotográfica?

De acuerdo a las declaraciones de los contemporáneos, Don

Bosco era, en las situaciones oficiales, más bien torpe. Y al

mismo tiempo que emanaba una fascinación debida a su

riqueza interior, no tenía aquella fluidez relacional propia de

las personas de mundo. Permanecía en él el trato propio de

su origen campesino: vivaz y enérgico en el actuar, parco en

los encuentros formales.

En la foto aparecen:

Primera fila, de izquierda a derecha

D. Giovanni Cagliero - Don Bosco - Giovanni Battista

Gazzolo, cónsul argentino en Savona – D. Giuseppe

-34-

Fagnano, destinado a ser director del colegio de San

Nicolás.

Segunda fila

Coadj. Bartolomeo Scavini, maestro carpintero - ¿¿?? – D.

Valentino Cassini – D. Giovanni Baccino, que morirá diecio-

cho meses después abatido por el excesivo trabajo – Coadj.

Stefano Belmonte, músico y encargado de la economía

doméstica – Don Doménico Tomatis, cronista de la expedi-

ción – Clérigo Giacomo Allavena – Coadj. Bartolomeo Moli-

nari, maestro de música instrumental y vocal.

-35-

SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

1. Colocación de la foto, reconocimiento, canto

Junto a la foto anterior se coloca la nueva foto, acompañando con

un canto (se sugiere “Espíritu de Cristo, Espíritu Joven”).

ORACIÓN INICIAL

Señor, Dios Nuestro

en tu Providencia nos has dado a San Juan Bosco,

Padre y maestro de los jóvenes,

que, bajo la guía de la Virgen María trabajó con entrega

infatigable por el bien de la Iglesia,

suscita también en nosotros la misma caridad apostólica,

que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos

para servirte a Ti,

único y sumo bien.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.

2. Lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto

3. Breve reflexión personal y pastoral en torno al conte-

nido visual e histórico

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías de la descripción histórica de esta

foto?

¿Cuál ha sido un Misionero que te haya impactado por su

testimonio? ¿Qué experiencia misionera con jóvenes re-

cuerdas en forma especial?

-36-

Al leer el Art. 30 de las Constituciones, ¿a qué te motiva, a

qué te invita?

Los pueblos aún no evangelizados

Los pueblos aún no evangelizados fueron objeto especial de la solicitud y pasión apostólica de Don Bosco, y siguen apre-miando y manteniendo vivo nuestro celo. En el trabajo mi-sionero reconocemos un rasgo esencial de nuestra Congre-gación.

Con la acción misionera realizamos una obra de paciente evangelización y plantación de la Iglesia en un grupo huma-no. Esta obra moviliza todos los recursos educativos y pasto-rales típicos de nuestro carisma.

A ejemplo del Hijo de Dios, que en todo se hizo semejante a sus hermanos, el misionero salesiano hace suyos los valores de esos pueblos y comparte sus angustias y sus esperanzas.

El diálogo y el compartir fraterno puede animarse, además de con

la foto y las preguntas, con la entrevista a un misionero uruguayo

en Angola, disponible en http://www.youtube.com/watch?v=B-

B6MHxXZ0k; o con el testimonio de algún hermano misionero; o

de algún joven que haya hecho una experiencia misionera signifi-

cativa (voluntariado, p.ej.).

-37-

4. Celebración comunitaria

Canto: “Yo vengo del sur y del norte…”

Un lector proclamará en forma de salmo el texto de Jer. 1

(puede intercalarse el estribillo del canto anterior):

El Señor me dirigió la palabra: Antes de formarte en el vientre te elegí, antes de salir del seno materno te consagré y te nombré profeta de los paganos. Yo repuse: –¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho. El Señor me contestó: –No digas que eres un muchacho: que a donde yo te envíe, irás; lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte. El Señor extendió la mano, me tocó la boca y me dijo: –Mira, yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para arrancar y arrasar, destruir y demoler, edificar y plantar.

-38-

Lectura de Mateo 28, 26-20

Oraciones de petición:

Para que los misioneros salesianos, integrados con

humildad y amor en los pueblos adonde son envia-

dos, se dediquen con fe y decisión a la obra de su

paciente evangelización. Oremos.

Para que den prueba de caridad salesiana, atendien-

do a los pobres y a los que sufren, a los jóvenes y a

las vocaciones de especial consagración. Oremos.

Para que a ejemplo del Hijo de Dios, que en todo se

hizo semejante a los hermanos, los misioneros sale-

sianos hagan suyos los valores de los pueblos que

evangelizan y compartan sus angustias y esperanzas.

Oremos.

Intenciones libres

Haz, Señor,

que nuestra Congregación no pierda nunca

el fervor misionero que tuvo en su origen,

y concede a todos los salesianos,

especialmente a los misioneros,

el don de hacerse todo para todos,

a fin de que a todos llegue el anuncio de tu Reino.

Por Jesucristo nuestro Señor.

-39-

OCTUBRE - NOVIEMBRE

DON BOSCO EN LA

VILLA MARTÍ-CODOLAR (1886)

Un inmenso movimiento de personas por el bien de los

jóvenes.

Durante su estancia en España,

el 3 de mayo Don Bosco fue

hospedado, con todos los

jóvenes de la casa, en la fabu-

losa villa Martí-Codolar, de don

Luis Pascual, benefactor.

Aquí fue tomada la fotografía

más interesante que se conserva: «A las cuatro – leemos en

las Memorias Biográficas que recopilan textualmente la

crónica de don Viglietti – Don Bosco baja con los demás al

jardín, donde don Joaquín Pascual dispone un bello grupo

para hacer una fotografía ideada para recordar aquel feliz

día». Y añade: «En pocos minutos fueron tomadas diez foto-

grafías diferentes». No se sabe de dónde se obtuvo esta no-

ticia, porque Viglietti en su crónica no habla de otras poses,

aunque, obviamente, el fotógrafo habrá tomado diversas

fotos para obtener la mejor.

-40-

El fiel secretario Viglietti nos ha dejado testimonio vivo y de-

tallado del triunfal viaje de Don Bosco a Barcelona. Casi al

final de su vida, en 1886 - dos años antes de morir -, nuestro

padre decide hacer un largo viaje a la capital de Cataluña

con el objeto de seguir recaudando fondos entre las familias

burguesas de la ciudad condal para sostener su obra y con-

seguir adhesiones a su proyecto. El viaje tuvo unas resonan-

cias enormes y de él quedó constancia en muchos periódi-

cos de la época, pero sobre todo, en el corazón de los ciu-

dadanos catalanes que tuvieron la ocasión de escucharlo,

celebrar la misa con él o recibir su bendición.

En el contexto de esta visita, Don Bosco (con Don Rua y Vi-

glietti) fue invitado a comer el día 3 de mayo a la casa del

Señor Luis Martì Codolar y con él los chicos huérfanos del

Oratorio de Sarriá que vivieron un día de fiesta corriendo y

jugando a sus anchas por la finca de la familia. Les fue servi-

da una buena comida y pudieron saludar con alegría a Don

Bosco. ¡Un día completo!

Cuenta el cronista:

“Todos los familiares, casi 50, fueron invitados a la

comida. En el jardín estaban preparados también 150 cu-

biertos para los jóvenes del Oratorio Salesiano. ¡Fue una

verdadera fiesta! (…) Hacia las cuatro, bajamos al jardín y un

fotógrafo retrató a toda la comitiva por ocho o diez veces en

menos de cinco minutos”.

-41-

Aquí encontramos a Don Bosco rodeado por todos los pre-

sentes en aquella ocasión, de los cuales hay muchos identifi-

cados por sus nombres. Esta foto es llamada por algunos la

«fotografía de los santos». En efecto, además de Don Bosco

se encuentra el Beato Don Rua, la Venerable doña Dorotea

de Chopitea, el Abad de la Trapa de Santa María del Desier-

to – en causa de beatificación –, el Beato don José Calasanz

(1872-1936) aquí muchacho, que después llegará a ser Ins-

pector y será asesinado en Valencia en la revolución españo-

la.

La fotografía ha sido tomada con gran calidad técnica y tie-

ne un carácter vivaz y animado. Una curiosidad, si se quiere,

es que Don Rua tiene en su mano derecha un escarba dien-

tes. Eran las cuatro de la tarde, recién había terminado el

almuerzo, según las costumbres de España. Da un tono de

familiaridad y de… usanza salesiana.

Tenemos aquí uno de los más bellos y fieles retratos de Don

Bosco, del rostro amablemente paterno, rodeado de sus

hijos, muchachos y cooperadores. Tal imagen del rostro, ya

en aquella época, gustó mucho: fue aislada del resto de la

foto y reproducida en muchas copias en la Escuela Fotográ-

fica Salesiana.

Don Bosco está sentado sobre una poltrona al centro de la

foto y lo rodean los demás participantes. La fotografía está

armada para enmarcar y resaltar la figura del Santo. Tam-

bién el dibujo del tapiz del sillón ayuda a crear el efecto de

enmarcado. Don Bosco tiene un rostro sereno, sonriente. Se

-42-

notan sus 72 años, pero es una vejez vigorosa de hombre

activo, que participa intensamente de la vida. Los ojos son

vivaces, penetrantes, la boca tiene una actitud espontánea

de sonrisa; su rostro da la impresión de dulzura, de amabili-

dad, de bondad. Probablemente refleja un momento de

satisfacción por sentirse acompañado por «sus» personas: el

sentido de su vida realizada en los otros y por los otros.

Cien años más tarde, Don Viganó, contemplando la foto

escribió:

“¡Esta es la mejor foto de Don Bosco! A los cien años,

los jóvenes que no cupieron en ella esperan, por las calles y

los continentes, el don de la apasionante misión salesiana!

¡Seamos imitadores de Don Bosco como él lo fue de Cristo!”.

-43-

SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

Se propone invitar a jóvenes, laicos, cooperadores, miem-

bros de la CEP a compartir este momento con la Comunidad

salesiana, celebrando la Eucaristía y compartiendo fraternal-

mente.

1. Celebración comunitaria

En la celebración de la Eucaristía, se privilegiará algunos

momentos para compartir la reflexión y la oración.

Se sugiere como evangelio: Jn. 15, 9-17

La foto estará presente en algún lugar destacado de la capi-

lla (al pie del altar, p. ej.). Tras un canto (“Somos dueños de

una historia”) se leerá como monición de entrada el Art. 16

de las Constituciones.

Espíritu de familia

Don Bosco quería que en sus ambientes cada uno se sintie-

ra como en su propia casa. La casa salesiana se convierte

en familia cuando el afecto es correspondido y todos, her-

manos y jóvenes, se sienten acogidos y responsables del

bien común.

En un clima de mutua confianza y de perdón diario, se

siente la necesidad y la alegría de compartirlo todo, y las

relaciones se regulan no tanto recurriendo a la ley, cuanto

por el movimiento del corazón y por la fe.'

Un testimonio así suscita en los jóvenes el deseo de conocer

y seguir la vocación salesiana.

-44-

La lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto y la re-

flexión personal y pastoral se hará en pequeños grupos durante la

homilía. A modo de homilía compartida, cada grupo comentará

brevemente algo de lo conversado.

Algunas preguntas motivadoras:

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías de la descripción de esta foto?

¿Qué destacarías de tu experiencia de vida y trabajo en

forma comunitaria salesiana?

La Oración de los fieles será también un espacio de partici-

pación espontánea de pedido por las necesidades comuni-

tarias.

-45-

DICIEMBRE

DON BOSCO REZANDO DE RODILLAS

(1880)

Ella lo ha hecho todo.

En esta fotografía se presenta a Don

Bosco de perfil, arrodillado delante de

Cristo y de la Virgen. Evidencia intensa-

mente la dimensión orante y piadosa de

Don Bosco. Toda la fotografía está ar-

mada para subrayar la actitud de ora-

ción y crear una atmósfera de devoción.

Hay una impostación de la figura del

santo según los cánones de la época. De todos modos,

siendo una pose construida, Don Bosco presenta un rostro

espontáneo, con una mirada natural y devota. Por ser una

imagen que reproduce un semblante del Santo muy agra-

dable, esta imagen ha sido muy usada para publicaciones y

reproducciones. Dice uno de sus biógrafos, Don Giraudi:

«Este retrato fue muy difundido porque aquí Don Bosco está

igualito a como es». Esta foto fue distribuida a los niños que

tomaron la Primera Comunión en París, en el año 1883.

Probablemente la fotografía no haya sido retocada. En efec-

to, son evidentes las arrugas y las mejillas algo caídas: son

-46-

elementos que tienden a dar al rostro un aspecto natural y

familiar.

Es la tercera vez que Don Bosco es fotografiado con la ima-

gen de la Virgen. Antes lo había sido con la imagen de Mar-

ía Auxiliadora. Las otras dos veces, con una imagen de por-

celana de la Inmaculada.

La mariología de Don Bosco era sencilla y eminentemente

pastoral. En su devoción a María experimentó su presencia

viva y orientadora durante toda su vida. Mantuvo una tierna

y personal relación con ella y expresó su devoción con la

oración y su dedicación personal a la misión. Estaba a favor

de las manifestaciones de culto devocional a María en la

celebración de las fiestas litúrgicas tradicionales en su honor,

haciéndolas instrumento de crecimiento en la vida cristiana

para él y para sus muchachos. Desaconsejaba una exagera-

da piedad y el sentimentalismo.

No podía concebir la devoción a María, no importa cuál fue-

ra su forma, sin el esfuerzo por imitar sus virtudes, sobre

todos du fe, su amor y la pureza. La meta de la devoción a

María debe ser una vida cristiana mejor.

Don Bosco incorporó a su estilo de espiritualidad salesiana lo

que tenía de valor duradero el mensaje de la Inmaculada

Auxiliadora de los cristianos. En su concepción y en la prácti-

ca devocional, la Inmaculada Concepción y la Auxiliadora de

los cristianos se unen para formar una doble estrella que

brilla en el firmamento de la espiritualidad salesiana. Los dos

títulos aparecen inseparables aunque simbólicamente distin-

tos. María Inmaculada se convirtió en la presencia que po-

-47-

tencia la educación salesiana y es el símbolo de la victoria

personal sobre el mal. María Auxiliadora se convirtió en la

presencia que potencia el apostolado y la victoria sobre el

mal en la sociedad.

Un tiempo después de construir y consagrar la Iglesia de

María Auxiliadora escribía Don Bosco: «La necesidad de re-

currir a María es universalmente sentida en nuestros días. No

es solo una necesidad individual, sino una necesidad general

de la sociedad. […] Por lo tanto, para merecer la protección

especial de Dios, tenemos que recurrir a María, que es nues-

tra Madre y el auxilio especial de reyes y pueblos católicos y

de los católicos individuales en todo el mundo».

-48-

SUGERENCIA PARA TRABAJAR CON ESTA FOTO

Antes de la convocatoria, se pedirá a cada hermano que

lleve un rosario significativo.

1. Colocación de la foto, reconocimiento, canto

Junto a la foto anterior se coloca la nueva foto, acompañando con

un canto (se sugiere “En la historia de Don Bosco…”).

ORACIÓN INICIAL

Señor, Dios Nuestro

en tu Providencia nos has dado a San Juan Bosco,

Padre y maestro de los jóvenes,

que, bajo la guía de la Virgen María trabajó con entrega

infatigable por el bien de la Iglesia,

suscita también en nosotros la misma caridad apostólica,

que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos

para servirte a Ti,

único y sumo bien.

Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén.

2. Lectura del aspecto descriptivo e histórico de la foto

3. Breve reflexión personal y pastoral en torno al conte-

nido visual e histórico

¿Qué te suscita esta foto?

¿Qué subrayados harías de la descripción de esta foto?

¿Cómo integras la piedad y devoción a María en tu vida

espiritual, comunitaria y apostólica?

-49-

Si se quiere, se puede leer el Art. 8 de las Constituciones.

Presencia de María en nuestra Sociedad

La Virgen María indicó a Don Bosco su campo de acción entre los jóvenes, y lo guió y sostuvo constantemente, so-bre todo en la fundación de nuestra Sociedad. Creemos que María está presente entre nosotros y con-tinúa su misión de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos. Nos confiamos a Ella, humilde sierva en la que el Señor hizo obras grandes para ser, entre los jóvenes, testigos del amor inagotable de su Hijo.

A partir de estas preguntas, de la foto de Don Bosco y de la expe-

riencia personal mariana, se anima el diálogo y el compartir fra-

terno.

4. Celebración comunitaria

Rezo comunitario del Rosario

Al final, rezamos la consagración diaria a la “Inmacu-

lada Virgen Auxiliadora”.

-50-

Los textos descriptivos de las fotos han sido tomados y

adaptados libremente de G. Soldà, (1987) Don Bosco nella

fotografía dell´800, Torino, SEI.

Montevideo, febrero de 2012

www.salesianosuruguay.org/mauxi