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Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

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Page 1: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

E_sc::t cdtclóo h::::. .sido posible con la cobboración de LL FUNDA.CION LUIS CERNUDA DE L\. DIPUTACION PROVINCL.\L DE SE\'lLL'\ y del MINISTERIO DE CULTURA

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Page 2: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

Rt 1 CIE

Esta revi;:¡U.l e,s <aiembro de ARCE. A.suci0.cióc de Revistas CulrurJks de Esp:1ñ:1.

CONSEJO DE DlltECCIÓN: Juan Arllonio Tous (director) lvlanuel Barrios Cas:::-.res (subdirecror) Franci::;co lvia.~.-:I'nez Pérez ~ César Moreno Francisco

© de los aL~torcs ©Er, Revista ele fllosofía 1992

SE-130-1985 ISSN 0213-1668 Irnpl~Ín1e: S .L., Sevilla Edita: A. Port~lcla: Gr:íhcas Siete Revueltas, Sevilla

José ja ;ier

es semestrai

!vloreno (::tclminisrr:lción)

_1\_rgenrina, 32. 41011 Sevilla 12345 4l080 Sevii!a

SUiviARIO

"El más ÜK[Ltier.ante de codos los huéspedes" NÚMERO MONOGR1\FICO DEDICADO A FRIEDRICH NIETZSCHE

Remedios Á V1LA. CRESPO transualoración_

La filosojla como búsqueda de !a salud Manuel BARRIOS CASARES

Los de la virt-ud que hace regalos Giuliano Ct\.lv!PIONI

Las de la íiheración en la filosofía de Nietzsche

9

35

57

99 Felipe JVLA,.RTÍNEZ lVLARZOA

E! tiernpo del eterno retorno

Diego SÁNCHEZ MECA

Perspectíuas actuales de del Uebermensch nietzschecmo lll

TRADUCCIONES E

Frieclrich NIETZSCHE

IJV.OHi./ntJ.J (1869)

Traducción y presemación ele A11drés Sánchez Pascual

Frieclrich NIETZSCHE

Nietzsche contra lY'agner_ Documentos de un psicólogo Traducción, presentación y notas ele Manuel Barrios C1sares

----~----------

COMENTARlO Y RESEÑAS BlBUOGl\i\FICAS

COI'vlENTARIOS

Lo de Nietzscbe

RESEÑAS

157

177

221 1''-~J)

269

Page 3: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

lviONOGRÁFJCO DEDICADO A FRIEDRICH NIETZSCHE

un pasado ideal e idealizante. Con ello el poeta afirma, por tanto, la universalidad de íos temples lírico-musicales para todos los Iiempos, e. d., da un paso en dirección a la música absoluta.

El límite de la música absoluta está en eso: en no dejar de ser música de ocasión, e. d., se supone que determinados estados ele ánimo que son musicales y otros que no lo son. Se consideraba como norma el estado de ánimo en que el ser humano canta.

Así se obtenían dos mundos yuxtapuestos que se alternaban más o menos, de suerte que el mundo del ojo desaparecía cuando comenzaba el mundo del oído, y al revés. La acción servía ún:icamen­te para llegar a la pasión, y la efusión del volví:! a hacer nece­saria una nueva acción. La consecuencia lógica de ello era que no se buscaba la mediación entre esos dos sino su neta contrapo­sición: una vez que se le habia demarcado su reino al ánimo, también el encendimiento debía hacer valer ahora sus derechos; Eurípides introdujo en el la dialéctica, el tono de la sala de juicios.

Vemos aquí la enojosa consecuencia lógica que de ello se sigue: la música y la acción, el intelecto y la

voluntad son cada una de las partes separadas se atrofia. drama musical de los antiguos surgie­

ron la música absnh:ta y el drama de familia.

50 Unidad del poeta y el compositor. Dado que tenernos un media­

dor entre nosotros y la Idea (eso que los católicos llaman un santo, un e~'cemplurn clásico), nuestro tiempo sería el primero en estar capa­citado para tal unidad si no hubiera qued:1do aterroriza­do por la irrupción ele esa codopocleros:J. fuerza natural y no tratan de quirarse de encim;:¡ su miedo produciendo un ruido de coribantes: el santo vive y muere desconocido, cierramente, ¡mas clep a la poste~ ricbcl un recuerdo comnoveclorl

176

FRlEDRlCH NIETZSCHE

NIETZSCHE CONTRA. W~Gl'.'ER Documentos de un psicólogo

Traduccion, presentación y notas de !Han: teZ Bar!! os Casares

PRESElYTACIÓN

Dentro del conjunto ele obras del último elaboradas por Nietzsche a parTir ele la primavera de 1888, en de la gran cosecha", en medio de arrebatos de inspiración y de fuenes tensiones anímicas que ~mtececlen (peo que todavía no sor; s:c mELs síntoma de ello) la euforia ele Turín y su definitivo huccbniento psíquico, el escrito Nietzsche contra \-Vagner ocupa sin lugar a dud::cs un lugar muy peculiar, dadas sus caracrerísticas 1 porqne no se trata propiameme de un nueva obra de Nietzsche, sino de una recopila­ción de textos pertenecientes a varios de sus lóros ~u;reriores y en lo:' que ahora re:J.liza una seTie de modificaciones, omisiones, añadidos y demás correcciones tanto estilísticas coGo de contenido. Segundo, por los motivos específicos que le a preparar esta antología antiwagneriana. Pues si bien en toda la licenria ele este período se hace cada vez más !;¡ necesidad qt:e Nie~zsche siente de "ponerse en claro", de aclarar posihles en torno a

1: Los datos relativos :1 las circunstancias biográficas y J. la génesis de b obr:.1 h:1n sido extcúclos princip;Jlrnence del r~iC'O!)llH:"'nr:ll rr:1h:1jo de Curt Paul Janz, Friedrich

LVietzsche_ .BiogrojTo Cf·;Iadrid, _Alianz::t edirnr-L::!), -vols. 3 (Los diez arlo::; dPl j!l(!snftJ

errarzte) y (Los aiios de traducción de j::.cohn lvluñor: e Isidoro Reguer:t, Evf:1drid) Alianza, 1985 y 1987; así con1o de b Crónica efe !a de !Vict::::­

sche, vol. 15 de la Frz'ecirich LViet:::sche .S'itn:.'Ifcl1 C w·erke) J(ritisc:be 5'tudic?&n:tsgohe

(=KSA), lYlünchen-Berlin, drv-de Gruytcr, 1980, a cargo de Ginrgio Co!li y ;\tf::lzzinc i'viontin:Jri, que ::t su vez se süve de ést.:1 y otr~ls ;·¡pnrr2ciones de

177

Page 4: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

IRWUCCIONES E INÉDITOS

su pensamiento2 y, al mismo üempo, de llegar a un público más amplio e influirle, en !Vierzs"be contra Wagner dicha pretensión se ext~ema y adquiere unas connotaciones singulares, que arrojan un significativo saldo de cara a una comprensión más exhaustiva de su última filosofía.3 Como en gran medida ello se debe justa­menee a los motivo:o que están a la base de la génesis de la obra Y

que, por tanw, merece la pena recordar ahora. El Caso Wagner, ese mro gran documento del antiwagnerismo

a mediados de septiembre de 1888. depositadas en él por Nietzsche y a

que la primera edición se vendió casi de irunediato, el libro no había

2: y no sólo en lo co~antc a Sl.l teórica, sino también en sus <-lLtitudes Y reh1ciunes ruí pueJ.e comptGL:..Lrse en su carta a fliJ.l\vLdJ. von Lvleysen­

burg dei 20 de octubre ele 1888, en l:l que Nietzsche fuerza la ruptura de sus rela­civc1CS con ac:uelia vieja :u:nig~: a cauoa de la predilección de ésta por \Vagner: ··Poco a poco ite rvu1plendo Gl.si todas n1is relactones hucnanas por repugnan­cia a que se n1e tvtne y01. J.lgu dLSLlr:to ~ lo que soy. Ahora está usted en la lista. DesJe hace ~lfu.)~ n·~~:.:; e;)cr:c.Jo, para que ahor~t al ;~inal venga usted a n1ani­

fe~tJ..rnlt.:, honLtda e ingenu<.unente, ''repuJ~o cacb una ele sus palabra:)" (. . .) ¡Aclá­rese, por fin, entre \Vagner y Nietzsche!, (Frieclrich Nietzsche, Sürntiicbe Briefe. Kri­iiscbe (~KGB) a cargo ele G. Colli y M Mvminari, München-Beriin,

cirv-dc Gru.ycer¡ 1986, vol. 8, pp. 457-8). ~Ic cr.::.sLdnte, J~tt1Z p1cciso tener en cuentJ adernás en este punto el impor-

LHLLC: papel jug~tZ:kJ pvr el nuevo e~ihJl·, C. G. ~,¡,JLHll~U111 1 quien inf1uyó de modo nlJL~LLle en tas decisiones de Nie[zsche sobre la secuencia de publicación de sus obras. Entre otn.J;:J en favor de tal conslderación, Janz aduce la _carra de

N3

urnarl. ... '1 ::1 Franz Overbeck, del 21 de febrero de 1889: "Cuando et Prof. Nietzsche rae vl~ttó b úlLl.au v·cz [al:.~vv de 1886], le lnvité a escribir. ances de lJ. iJUiDt.lcauuJo

de su ''tr:::tnsvalut;_¡~ión", .otlg.L:n.cs pequeños opúscuios, bara[OS de lanz:tr, en lo que se reLc:re n:..:peLi~L~rJ.c:nce a su obra capical; él aceptó b iclea de lnrnt::di:uo Y n1e

aseguré que b llevarla ;.L cabo. No creo que sea apenas necesario justificar ::thora oue con ello pensé en el =·c~.so \Vagner", aunc.1ue tnás bien er:tn del tipo

clel '·CrepC!.s~;_~lo Jc lo~ ~J.v~cs" tos que teni~l en. tnienr.es. Es un h.echc en contr:l qLLe

el "CJso \'V'ag:ner" ha revtt:.llizado exrr:~.ordinariarnetl[C el interés por el profesor L-üeLzsd1c en..__ t.:~;..-:....LiL.:::-3, :::.sí canto el de ios ídolos" no hará rnenos en otra::; esl'eras. Doo~._~e rnejor se ntanifiesc.t esto es en b buen:1 situJ.ción

t:LOo.úuüca de L..L e._itrvti...;.: .. (ClL:tdo por ]:.1nz, op. cit. vol. 3, p. 513 ).

178

Friedrich Nietzsche· tYietzscbe cotztra ~Vagner

obrado el efecto deseado: el sentido más hondo de su apasionada y desgarradora polémica con Wagner, su lugar específico en el contexto general de la tarea de transvaloración de todos los valores, continuaba siendo una incógnita para sus contemporáneos.4 Y las reacciones de incomprensión no se hicieron de esperar. Por supuesto, Nietzsche contaba de antemano con la animadversión de personajes como el furibundo wagneriano y biógrafo del maestro, Richard Pohl, quien se apresuró a replicar con un ataque frontal ad horninent ritulado "El caso Nietzsche, un problema psicológico", en el que prácticamente se limi­taba a acusarle de celos de músico frustrado disoaratando sobre el falso supuesto de la existencia de una ópera' con~puesta en tiempos por Nietzsche y criticada por Wagner como único motivo real de la ruptura entre ambos. Menos podía esperarse, en cambio, la discreta acogida que su escrito tuvo por pane de Ferdinand Avenarius, ediwr por aquel entonces de la revista Kunstwart. En el mismo número en que Heinrich Koselitz -su fiel am~muense, Peter Gast- reseñaba el libro, Avenarius venía a comentarlo en términos tan poco favorables como los siguientes: "Es un hecho declarado el cambio de sensibilidad de uno ele los más destacados, quizá el más destacado, de los "wagne­rianos". Si éste nos hubiera hecho, tranquila y objetivamente, una exposición de las razones que inv:tliclan sus r:1zones ::interiores -no podríamos hacer otra cosa que agradecérselo: más improbablemente porque nos convenciera, más probablemente porque nos hubiera pro­porcionado ocasión para el análisis agudo, en orden a la refutació~-. Tal como se nos presenta el escrilo, aparece casi como el regalo de un folletinista muy ocunente, que juega a las gnndes ideas .. 5

De este modo, Nietzsche pudo tomar conciencia bien pronto de cómo, de cara a la opinión general, su intempesrivo escrito

4: Senrido que tvi:..tzzino i'vlon[inarl subray:J y slntetiz:J. ele b rnanera n1{is pregnar:te con

estas · "No se debe olvidar lo aoünJ.cionail,SC:.t, anügernt.ínico, ~Lrl[il ron1inxi­

,_::o, anti-:1nciserüüíco, ancio~curarutsr.a, antirucL..tfísico, :lnEi-lrracionalisc:.t., antin1ícico

(e.d., ;.1ncijesuüico') de la lucha J.nri\V:.lgneri;..lna de Nierzsche-. ((v[or:;tütari, 1Vietzsche

lesen, Berlin, de Gruyl:e<', 1980, p. 53) 5: CiLado por J::tnz, op. cit., Ili, 526.

179

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TRADUCCIONES E Ii\ÉDJTOS

pasaba por ser el fruto de una repentina conversión por parte del que hasca entonces había seguido siendo, a ojos de la mayoría, un ferviente admirador de la música de Wagner. Toda la intensidad de la crítica nietzscheana quedaba así rebajada, en la misma medida en que, desconociendo la evolución de sus ideas, en particular por lo referente a esta cuestión, se la malinrerpretaba poco menos que como expresión de una súbita apostasía y de. un improvisado ataque. Nietzsche comprendió entonces que había de aducir pruebas de lo conrrario, pero en su precipitación y vehemencia en deshacer el equívoco erró en sus cálculos de cómo llevar esto a cabo. Decidió en principio que lo mejor era que no fuese él mismo, ni tampoco, claro está, sino una tercera persona quien se encargara de ello, y escogió para tan delicado asunto al crírico de ane Carl Spiue­ler, a la sazón reconocido adversario de la "música del futuro", que acababa además de escribir una carta felicitando a Nietzsche por su trabajo y había manifestado su coincidencia con los gustos musicales de éste en un artículo publicado el 8 de noviembre en el una revista ediracla en Berna. Nietzsche se apresuró, pues, a escribirle el 11 ele diciembre, ya con la mente puesta en la edición ele una reco­pilación de sus textos:

"Quiero hacerle hoy una proposición a la que le ruego encare­cidamente que no se niegue. Mi lucha contn Wagner ha fracasado porque nadie conoce mis escritos: de modo que el "cambio de sen­sibilicbcl", como se expresa Avenarius, por ejemplo, pasa por ser algo sucedido al mismo tiempo, más o menos, que el ''Caso w·agner" De llevo luchando ya diez años. El propio Wagner era quien mejor lo sabía-: no he enunciado en el "Caso Wagner" ninguna proposición general, ele orden psicológico o estrictamente estéüco, que no expuesto ya con la mayor gravedad en mis escritos anteriores. estas circunstancias, para avivar la cuestión al m:S.ximo y lievarla ahora otro escrito ele i:J. m i.s1Tu presenración y que el "Caso \Vagner", que se componga sólo de ocho trozos graneles y cuidadosamente

entre mis bajo el título "Nietzsche contra \Vagner. Doet.tJnemos sacados de las obras ele Nietzsche". Estimado señor,

180

Nietzsche comra Wagner

usted es el que ha ele y escribir cm una auténtica declaración de guerra,.6

que sea

Como sucede con otros muchos juicios vertidos por Nietzsche en su intensa correspondencia de estos meses finales de 1888, su afir-mación de que El caso n.o añade nada sust:1.ccial a lo expues-to por él sobre este asuc.to en ser m:ltiZJ.-

da. Hay al menos un aspecto en el que El caso tV:11gner representa un avance respecto a tratamientos de la cuestión: el del establecimiento de una ímima corre!:J.n.ió.r:. e.r:.tre hegelianismo, o, si queremos ser más

y

Hegel son interpreraclos aquí en Et:nción de las que de sus respecüvos pensamienros realiza la época, y por tamo poseen más bien el valor ele mecifora y síntoma de ést::t), el del reconoci­miento de la connivencia entre romJ.;;ticisrr.c y modern:::Js dentro de una única din:S.mi::::a nihiLsta. El paralelismo trazado ahí entre las posiciones hegeliana y wagneriana -al cual Nie~zsche sólo habb aludido antes, ele pasada, en un par de ocasio­nes 1- se conviene ahora en una ele las cl::t ves ele la dimensión filosófica ele su controversia con Wagner, y lo hace justo en esa época en la que Nietzsche retoma a la temática de El ·nací­miento de la tragedia, reformulJnd(>b sensiblemente: retorna al arre como tarea ele afirmación vital comra la décadence y como actividad

6: Cit3 n1os ta cart:::t por la traducción de J. e L Reguera que aparece en Janz, III, 526-7, rescituyer>.do ::tl texw las CL'rsivcts er, r:;se al trahajo de edición crítica cíe Colli y Monrinari, KGB, voL S, pp. 523-4.

7: Sóio bentos ioc~üizado do~ referencias, un2 en el :.1fori;,r:~c 99 libro segt:r:dc de

Lil Cayct Ciencin: ,Rich~1rd \X1:1gner se ha cie-j:do pnr Hegei h::~:::;r:¡ ,::[e

su vid:1; después, ha vuelto a h::tcer lo n1ísn1o Lnterpre(:~:rdr~ sus fig~tras a panir de la doccrlna de Schorenhauer y cornenzando a form:.d::tr:c;e a sí en. té:-minos

de ·'vn!unt:ld", "genio" y "cornp:Jslón" .. (KSA, 3, 455); y otra en el :1fc-Jri·;n1n ::Ui/+ de 1Héts a!lá del Bien y del idai: "Los ex[ranjeros se detienen, y ::::r:;ídn'S,

:1nte !os enigrnas que tes p!an[ea la conrr·ldic-:'lr::-. h~l y en el fondo de! a[rn:l a!e1T1ana (n;..Hur::deza COflfrJJ:l!n,_)r~a que Hegel redujo a sisten1a, y Rich::n-d \V':.1gner Crltirnarnt""nfe codavtJ. :1 (T~:lcL.:cc~ór.. de Ar.dré.s S:lnchez. Pascua!, Maclricl, Alianz:l, 1972, p. 198; KSA,

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TRiWUCCIONE'S E J!Y'ÉDITOS

(oost)metafísica. A tal fin, al mismo tiempo que trata de recobrar todo aquello que pudo constilurr su "Primera transvaloración de todos los valores", lucb.1. por desembarazarse defi.nitivar:aente de los perturbado-res de de desde el postulado transfe-noménico de un l!nc.> hasta la hipmeca romámica del

Las anotac:iones para la obra proyectada bajo el título de La recuge:1 n~anerosus testimonies de su litigio con

mientras que este escrito -como luego Nietzsche se concenua en su otro gran adversario.

Hecha, pues, esta salvedad, sí que puede considerarse por lo demás que, en los .documcmus sacados ele las obras ele Nietz-sche· Avenarius, Pohl y otros, que su polémica con \vagner venía y que los términos esenciales ele la misn1a no Labían una repentina y caprichosa varia-ción. En ia misma cana antes referida, Nietzsche indicaba ya a Spitte­ler qué e. el., qué pasajes ele sus obras eran los escogi­dos par:1 clen.:ost.rar estos Se trataba empero de una primera selec­ción, que no serí:l la y que pergeñada en una de sus m1::.ivas del día amerior a F. Avenarius, en la que por una parte agradecb a no sin cierta ironía su crítica, pero por ocra le reprochaba el n.o haber sa!Jido reparar en lo esencial -«die

8:

9:

y Cúllldnicárselo a sus lectores 9

La selección propuesta por Nietzsche en su carta a er:1 la siguiente: L Dos amfptJdas (Gaya Cic:".cia, pp. 312-16) 2. Un arte sin (Humano, demasiado ltULL..lnu, 76-78) 3. BL·~rr·oGo (iiL.¡nano, toinO 2 1 62-6LD 4. Lo espressivo a toda costa (El Cl1ninante y su sorTtbr~l, p. 93) 5. YVagnet: actor y ndt-ht ntús (Gay:l cienciJ, pp.

cr Fraticia ,)Les allá del bien y del mal, 220-24) 7. (Genealogía de la mor::ti, pp. 99-105) S. Ruptura de

ciernasiado hu:nano, con1o 2, prlJlogo, pp. VII­

V1II) De c::st:J. selt.:-.:.c~0n : ','..:Lh:.l :1 üaJ:l~l ,:h:: h.1s l·~fcr:;:::nci:;lS indic:.:~das en un:.1

c::tn~· ~l [\v'c;.1L:r~u.~, NEeczscbe exclu~ó un par de pasajes e incluyó otros en la

versión ciehnicív~L Cfr. T.1LL.L con ios sucesivos planes de edición.

KGB 8 517-8. En esu carta, a la que ~vL.:,ncicJri h:.1 CJ.lificado de vercbder:.l ~clave·· de l~~ ~br::1, .'i tecz;:;c.~l:.e st:l-~LLLI y:J c~n .... 0 textos --nut::ve ciGlS- en los que puede

b corrupción de Bayceutb .. , la ,:Ji2>put:l entre una

182

Friedrich Nietzsche ;Vietzsche contra rVagner

No obstante, Nietzsche se arrepintió ele inmediato de la idea ele recurrir a terceros para dilucidar la cuestión, escribiéndole el 12 de diciembre a Spittler su cambio de parecer y su decisión de publicar él mismo el texto, aunque ya un nuevo equívoco al respectO había sido sembrado, puesto que Spitteler interpretó todos estos vaivenes como un intento de manipular su persona. 10 No acabaron ahí, sin embargo, las dudas de Nietzsche sobre la conveniencia de publicar esa aclara­ción, ni sobre cómo y cuándo hacerlo. Las indecisiones, los cambios de planes fueron constantes: Nietzsche pensó inicidlmeme en postpo­ner la publicación de Ecce homo en favor del nuevo enviado a Naumann el 15 ele diciembre, y así se lo hizo saber a Peter Gast al día siguiente1

\ pero cuando a los pocos días recibió de su editor las primeras pruebas ele corrección de Ecce homo, volvió a modificar sus planes ele edición, comunicándole entonces a Kóselitz el 22 de diciembre: "No vamos a imprimir el escrito "Nietzsche contra

··nawralez;:¡ dionisiaca· y la de un .. décadent·, dura ya desde 1876. Ademis de La gaya ciencia, 312ss., encontrarnos ahí !as s1guíenres referencias: "_ffu;naJ~tc, deJna­

sütt.-fo bunu.Jno (escri[O hace n1ás de diez :.tños) 2, 62ss. décadence y bt::rnintsrno en

el estilo de Wagner; 2, 51: su sensualidad neurótica; 2, 60: barbarie rítmica; 2, 76: catolicislnO del sentüniento; sus "héroes", fisioiógicarnence irnposibles). E! canúnan­

te y su sornhra, 93: contrct lo espressivo a coda costa. Aurora, 225: el af(e de Wagner para falsear en música el dolor Gaya ciencia, 309: Wagner actor, también como músico. 110: Digno de admiración en d refin:ctEicnto del dolor sensual. iY!ás

a!!ú del bien y de! tnal, 221: Wagn-.:::r. pertenectente o! París enferJno, p1cpldn1entc

un tardo-romántico fr:tncés como Delacroix, corno Berlioz, todos ellos con un fondo de i.ncur:tbtliUad ;1 b base y, por consiguiente, fan:iricos de b expresión·· (idem).

10: Víd. KGB, 8, 525 Pan b reacción dé Spitteler, cfr )cmz, op. cit., Ill, )27-8 y IV, docun1enEo nº 12.

11: KGB, 8, 527: "Ayer envié :1 C. G. Naun::::tnn un n1:1nuscrito que h:ay que pubLicar

lnrnedi2tainence, por w.o.co, antes que ,.fcce hotno". i'lo encuentro [raduC(Or pJ.r::i

,,Ecce": 2sí que J.Ún debo rt:[rasar !a tn1prestón unos n1eses. A f1n de cuentJ.s, no corre prisa. - Lo nueuo k va :1 gus[ar -LLSt•.::cl tarnbién aparece- ¡y cón1o! Se Licula JVietz­

scbe conEra l.\?úgner: Docurnentos de LtCl psicólogo. Se crau. esencia!rne:tte de: una car:..tcr:eriz::-tción de r.utJ.ij:.:cdd.), en la que be ~rnpteado una serie de pasajes ele tTUS

escritos anteriores y de ese n:oc!o he cbdo un:1 contraparrida rnuy seria ::d "C:.1so \Vagner". EUo no t:::.s óbice parJ que tos :.:letnanes se~H1 [raudos en. db con r:naicbd

183

Page 7: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRADUCCIONES E INÉDITOS

Wagner". El "Ecce" contiene todo lo esencial también a este respecto. La parte que, entre otras, recuerda al maestro "Pietro Gasti" ya está incluida en "Ecce". Quizá inserte también la canción de Zaratustra es decir: "De la indigencia del más rico"- como interludio entre dos a parta dos fundamentales" .12

Tampoco en esta ocasión la advertencia a Naumanri llegaría a tiempo, la celeridad del editor obligaría de nuevo a Nietzsche a recti­ficar sus planes sobre la marcha y, aun a pesar de insisür por última vez el 2 de enero de 1889 en su renuncia a editar la obra, los aconte­cimientos, junto con la crisis, acabarían precipitándose. Cuando el 8 de enero Franz Overbeck encontró a Nietzsche en su habitación de una pensión turinesa, sumido en las primeras ünieblas de la locura y rodeado de montones de papeles que ya no era capaz de descifrar, entre éstos se hallaban las primeras pruebas de imprenta de Nietzsche contra tFagner. Lo. obra aparecería publicada por primera vez ese

en una edición privada, y más tarde sería dada a conocer al en 1895, dentro del octavo volumen ele la Grossoktauaus­gabe. Hasta las decisivas aportaciones de Erich Podach13 y la apari­ción de la Kritische Gesamtausgabe a cargo de Cclli y Montinari, las sucesivas reediciones hechas desde 1899, incluida la de Karl Schlech­ta Hauser, 1954í6), se atuvieron al cexto de esta edición de

--··--·--·-·~~~~---------

espai\oi:.1 --el escrito (unos tres ptiegos) es extrern:lda1nence antict!ernán" Result:1

sugestivo prt:gunt::use en qué n1edlcb b "Jnaldad española .. a la que Nietzsche alude en su cart:t no hct pcocur::rdo expresarla ya en el título rnismo de la obra, que es l~te·

r:ürnentc el de "Nietzsche co,ntra Wagner", así escrito, en la fórrnub btina en1pleada par::t incoar procesos judici::tles, coincidente coo b expresión en cascellano¡ y no ,,Nietzsche ,gegerl Wagner", con1o se diría en alernán. En es<1 c::tn::t, Nietzsche introdu­ce aden1:.'is un juego de dcJbles secrido.s propó:-;ito de una f.eferencL::.t previa a b opereca española de Federico CLueca, aLa gran vía .. : "Este nuevo escrito ~.erá quizá muy leído, debido a la curiosidad que ha suscitado el "Caso \Vagner" ~--y como ::thora no escribo uns. p~dabra en la que yo no rne rnue.stre :1 b tuz por cornpieto, esr~1 ancf:cs;s de-p_.,-icr5!ngc es yJ., er: deftniciva, ei carnioo p~r; .. t "=:ntenderrr.e - l:l gran vt~L .. " (ihid. 528).

KGB, 8, :·AS-6.

13: Pod~ch, Erlch F., Friedrich 1Vietzsche \Verke des ZusrJrnmcnhruc:bs. He1delberg, \Voifgang Rocbe, 1961.

Friedrich •Vi~tn.~ho l\fiet::sche contra ~Vagncr

versión original: se 1895, que difiere en puntos omitió el capítulo titulado , así como los poemas "Venezia" conocido como ·Canciór de góndola"), con el que concluía dicho capírulo, y "De la del más que debía haber ido situado al final del libro. Pero a diferencia de mras mutila­ciones y falsificaciones sufridas por los teA.rtos nierzsche3nos, la menos escabrosa, de estas omisiones

Nietzsche a Kóselitz que citábamos más ya que los fragmentos suprimidos en la edición de 1895 a los que en ella se mencionaba como objeto de un traslado al otro libro enton-ces en prensa. Claro que lo que Nietzsche argumentaba ahí era única­mente que Ecce homo podía recoger esos textos éltm en el caso ele que, corno al fin había decidido, no se publicara Nietzsche cnntra

, !a obra que les incluía. Pero en absoluto daba pie al proce­der e_clítorial seguido, como si lo resuelto por él hubiese sido svprimir tan solo esos pasajes y publicar el resto.

De esta carencia fundamental se han venido resintiendo igual­menee las diversas traducciones que en nuestro país se hicieron de la obra, desde las de Luciano de Mantua 0904) y Pedro González­Blanco (Valencia, Sempere, 1906) hasta las ele J E. de (Caro 1930) o, inclusive, ía ele Eduardo Ovejero y Mauri

AguiJar, 19_32), basada en la edición de Króner y _en la Esta es, que sepamos, la primera vez que se en castellano este escrilo -~ un escriw

en el que, como ya indicamos ames, Nietzsche muestra, en sus propios rexros, la genealogía cte .su En ello reside el

cieno moclc> ele la n1ayor inceré.s y atraclivo d~ esta nacida en obsesión del último Nietzsche por afroncar una ,. renEe pregunta con la que .

otra vez esa insis­Ecce horno: .,;se

me ha entendido?, A su manera, Nietzscbe contra Vvagner es o~ro comempbdo sola y exclusivamence desde el prisma

ele su oposición a . Las duelas de Nieczsche sobre si ?ublicar con ancelación uno u otro libro no hacen sino s1; hcl yar este mcEno paremesco desde un punco cie visea extrínseco. Más mente, aúaclir: si bien es cierto ---como ha moscrado

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TRADUCCIONES E INÉDiTOS

Mazzíno Montinari y ha reiterado con todo lujo de detalles Andrés Sinchez Pascual en su estu.dio introductorio a la obra en cuestión -que, en última instancia, El Anticristo acaba recogiendo para Nietzsche todo el conceLido de la Tmns~·aloración de todos los valores -o sea, de S'Li Hauptwerk-- en otro sentido no menos decisivo, a nuestro juicio, Ecce Homo y Nietzsche contra \.Vagner constituyen asimismo otras tantas facetas de la transvalora­ción, que no se e:o::Iictarr:er:t.e en el terreno pero que tampoco permanecen sin mis ajenos a él. Tal vez sea sobre todo por 1Eoti\ o por lo que merezca la pena leer ahora este texto con la r:.1ü:ZldJ. acema, en ese arte de buen leer, que Nietzsche de la y quiso también como clesEino para los escricos de la filosoLa.

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Friedrich Nietzsche Nietzsche contra Wagner

Tabla de Sucesivos Planes de Edición de Nietzscbe contra Wagner

10.11.88 11.12.88 12.12.88 (A Avenarius) (A Spitteler) (W II 98)

FW370 F\'V 370 FW 279

VM 144 YM 171 FW87

VM116V w 144 FW368

VM 134 WS 165 YM 134

YM 171 }~368 WS 165

ws 165 ]GB 256 VÑf 171

M 255 GM, ID, 2-3 FW' 99

FW368 MAt\1, II, FW370 Prólogo, 3-4

FW87 ]GB, 254,256

MAM, II, Pról, 3-4

FW, Pról, 3-4

-l<: En negriL'l se tndic:1n 1os textos iacluiclos en la vers.{~n definüi v ~l de L'f';v". Las obr:.1s de Nietzsche son cüacbs conJonne a las abreviJ[Ur:J.s de b A>iti:;;c:be Ges<-Lnttt:zLlS­

gahe. Salvo los dos aforismos de FW exc!uiclos (279 y 99), ei plan del 12 ele diciembre de ~888 responde casi cxacc.lrnen[e al contenido y :1l orden deLrliLivu ck l) .. ..,Ll¡Ju:Jición

ele Nietzscbe contra \í7agner, en el que se :cñaden los :~forismos 269 y 270 de JGB. e1sí

como los versos del final del aforismo 256, y se recuperan los pasajes ele GM. m 2 y 3 señai;1dos en b carta a Spicceler.

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1 1 Nietzsche contra !

agner.

Aktenstücke emes Psychologen.

Von

Friedrich Nietzsche.

LEIPZIG.

Ycrlag ;on C. G. Nuumann.

¡33<).

5

FRIEDRICH NIETZSCHE

NIETZSCHE CONTRA WAGNER Documentos de un psicólogo

Prefacio

Los capítulos siguientes han sido seleccionados en su conjunto, no sin cautela, de mis escritos anteriores -algunos se remont:J.n a 1877-, acaso aclarados aquí y allá y, sobre todo, abreviados. Leídos uno tras or.ro, no dejarán duda ni sobre Richard somos anripodas. Con ello se otra cosa:

10 por ejemplo, que éste es un ensayo para pero no para alemanes .. Yo tengo mis lectores en todas partes, en Viena, en San Petersburgo, en Copenhague y en París, en Nueva York -, no los tengo en el país chaLO de Europa, en .'\lemania ... Y quizá tendría que decir también una al oído de los señores italia-

15 nos, a quienes amo tanto cuanto yo... t::tndem, Crispí ...

20

30

Triple alliance: un pueblo inteligente no hace nunca con el "Reich" sino una mésalliance ...

Friedrich Nietzsche Turin, Navidad ele 1888

Dónde siento admiración

Creo que los artisras desconocen a menudo es lo que mejor pueden hacer: son demasiado vanidosos para ello. Tienen puestas sus mientes en algo más soberbio ele cuamo parecen serlo esas pequeñas plantas que, nuevas, raras y saben crecer sobre su suelo con genuina Aprecian ele :nanera superficial lo que en definiti­va constituye lo mejor ele su y su y su amor y su entendimiento no son del rnismo rango. He aquí a un músico que más que otro músico CJfra su maestría en hallar los ronos del reino ele !as alrr!as doliemes, y aun en prestar lenguaje a la muda miseria. Nadie le iguala en los colores dei otoño

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TRADUCCIONES E INÉDITOS

tardío, en la felicidad índescrípliblemente conmovedora de un último, brevísimo goce; conoce el sonido para esas arcanas e

iilquietantes mediacoches del alma en que causa y efecto parecen sacados fuera de y donde, en cualquier instante, algo puede surgir "de la nada". Con rn.ayor acier~o que: ninguno, crea desde el 5 má; hondo sustrato de la feiícidad humana y, por así decirlo, desde su copa vacía, donde, en buena y n:ldla hora, las gotas más ásperas Y amargas se escancian junto a las más dulces. Co~oce ese fatigoso deambular del alma que ya no es capaz de saltar ni de. volar, ni tan siquiera camin::té; tiene la müJ.da del dolor encubierto, del 10 comprender sin consuelo, del despedirse sin confesiones; como Orfeo de toda secreta es superior a cualquier otro, y por mediación suva se han añadido al arte muchas cosas que antes pare­cían inefable; e incluso indignas clei arte -por ejemplo, las cínicas revueltas ele las qc,e sólo es cap<1Z el que sufre, así como un sinfin ele diminutas y cosas del alma, por así decir, las escamas ele su nacuraleza anfibia; ciertamente, es el maestro ele lo diminuto. Pero no serlo. cL·ftLLer m;;is bien los graneles muros y las pintura.,; murales atrevidas! ... No se da cuenta ele que su espíritu posee otro gusto y otra inclinación -una óptica contrapuesta- Y de que por encima de codo gusta de sentarse quedamente en los rinco-nes ele los edificios en ruin,c.,;: allí, escondido ele sí mismo, pima sus auténticas obras maesrras, que son todas muy breves, a menudo ele un único compás, -sólo quizá exclusivamente allí,

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-r se hace y perfecto.- Wagner es -) alguien que ha subdu -tal es su rango de privilegio sobre los demús rnú:oicos.- Yo adnüro a \X/agner en wdo aquello en lo que él se pone en música a sí mismo.-

Dé,nc~e hago

Con ello no dicho que yo tenga por sana a esta música, al nwnos ::üli donde habb \'Vagner. Mis objeciones a la música ele Wagner son fisioiúgicas: ¿para qué clisfnzarlas bajo fór­mulas estéticas? La estética no es cienamente otra cosa que una

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Friedrich Nietzscbe 1Vietzsche contra ~Fagner

fisiología aplicada. - Mi "hecho", mi "Petir fait vrai>, es que ya no respiro bien cuando esta música obra su efecto sobre rrú; que de inmediato mi pie se pone malo y se revuelve contra ella: pues tiene necesidad ele cadencia, de danza, ele marcha -al compás de la

5 marcha imperial de \'Vagner, ni siquiera el joven emperador alemán puede marchar-, de la música pide ame todo los deleites que están a la base de un bue·n anclar, pasear y danzar. Pero, ¿no- protesta también mi estómago? ¿mi corazón! ¿mi circulación de la sangre? ¿no se revuelven mis tripas? Me quedo afónico sin darme cuenta ... Para

10 escuchar a Wagner necesito paslillas Gérandel.. Y me pregunto, pues: ¿qué es lo que quiere propiamente todo m1 cuerpo de la música en Porque no alma.. Creo que su esparcimien­to: como si todas las funciones animales tuvieran que ser aceleracl::ts mediante ritmos ligeros, acreviclos, desenvueltos y seguros ele como si esta vida férrea y plomiza tuviese que su pesadez por medio ele melodías doradas y suaves como el aceite. Mi melan­colía quiere reposar en los escondrijos y abismos de la perfección: para ello necesito la mC1siG1. Pero Wagner me pone enfermo. -¿Qué me impona a mí el teatro? ¡¿Qué me importan las convulsiones

20 de sus éxtasis "éticos", en los que el pueblo -¡y quién no es "pueblo,!- halla su satisfacción71 ¡¿Qué me importan todos los ade­manes ele hocuspocus clei comediame' - Como se ve, yo soy ele índole esencialmeme antiteatral, en el fondo de mi alma tengo contra el teatro, ese arte de masas par excellence, el profundo des-

25 precio que tiene hoy todo anista. Éxito en el teatro -con_esto u~; cae en mí estima hasta nunca-más-ver; fracaso ahí agttzo los oídos y comienzo a apreciat· ... Pero Wagner, por el junto a! \'Vagner que ha escrito la música más solitaria que existe, ha sido además, esenci~1lmente, un hombre ele teatro y un comediante, el

30 mimómano más emusiasra que l.::tl vez haya existido incluso como músico.. Y, dicho sea ele paso, si la teoría de lu sido la ele que "el clrarru es el la música es tan ;;ólo el mediO··, - su práxis fue por el comrario, de a final, la ele que "la pose es el fin; el drama, como también la música, son

35 siempre sólo sus medios". L::t música ccimo medio para la clarifica-

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T!U'JJUCCIONES E INÉDITOS

ción, fortalecimiento e interiorización de los gestos dramáticos y expresiones del actor; ¡y el drama wagneriano únicamente como ocasión para las muchas poses interesantes! -Wagner tuvo, junto a todos los demás instintos, los instintos de mando de un gran actor en todo y en cada cosa: y, como queda dicho, también en cuanto músico. - Esto se lo hice ver claro una vez, no sin a un

5

wagneriano pur sang, - ¡claridad y wagneriano 1 No digo una palabra más. Hubo razones para añadir: ¡Sea usted un poco más sincero consigo mismo, que no estamos .en Bayreuthl En Bayreuth sólo se es sincero en cuanto masa; en cuamo individuo se miente, lO se miente uno a sí mismo. Cuando se va a Bayreuth, uno se deja a sí mismo en casa, renuncia al derecho a la propia lengua y elección, a su gusto, incluso al valor, tal como se ejercita contra Dios y el mundo entre las cuatro Nadie trae consigo al teatro su sensibilidad más sutil para el ane, menos que nadie el artista que 15 trabaja para el teatro, - falt<l soledad, nada perfecto tolera testi-gos ... En el teatro se convierte uno en pueblo, en rebaño, en mujer, en fariseo, en ganado electoral, en señor de patronatO, en idiota -en hasta la conciencia más personal sucumbe a la magia nivela&1ra del gran número, ahí reina el vecino, ahí se con-vierte uno en . . 20

lntermezzo

- Aún diré unas palabras para los oídos más refinac!os: qué es lo que yo propiamente de la música. Que sea clara y profun-da, como un mediodía de octubre. Que sea peculiar, 25 tierna, una dulce mujercita de gracia y perfidia. Nunca adrnitiré q:1e un alem:ín saber lo que es la música. Los llamados músicos alemanes, sobre todo los más son eslavos, croatas, holandeses - en otro caso, alemanes de raza fuerte, alemanes extinguidos, como Heinrich Bach y H~1ndel. Yo mismo sigo siendo coclavia lo bastante pobco como para no dar todo el resm de la música :1 carnbio ele Chopin: por tres motivos, ei Idilio de Sigfrido de Wagner, quizá también a Listz,

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5

Friedrich Nietzsche 1Vietzsche contra W"'(:¡gner

que domina los acentos nobles de la orquesta por encima de todos los demás músicos; y, por todo 1o que h:J crecido mis all:í de los Alpes más acá ... No sabría de y aún menos de mi sur en la música, la \·eneci::mo Piet::-o Gasti. Y cuando digo más acá ele los Alpes, sólo Venecia. Cuando busco otr::i hallo siempre la palabra Venecia. No sé lágrimas y música, no sé pensar la de terror.

entre un escalofrío

lO Sobre el puente me hallaba no ha mucho en la noche oscura. De un canto venía: gotas doradas se derramaban sobre la temblorosa

15 Gónclobs, luces, música­ebríos hacia el crepúsculo nadaban Mi alma, un laúd, conmovida sin ser vista, se cantaba en secreto una canción de

20 temblando de dicha multicolor. -¿Había alguien para escucharla?

\vagner como un

25 la que persigue la música mocte;::.a en qt:e er modo pero se denomina

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puede ser :1ciarado de esté' ;T;.Odo: '...LC.o se :Jde:-:rra en el mar, poco a poco va pie fir::rre v fir::llrr1enre 'ie aban­dona al favor o disb\/o:· del elemento: tiene que. rzodm: En la música amigua, a veces ele m::tnera , otras solemne, o briosa, más deprisa o más despacio, debia hacerse algo ciiscin~n. 0

sea, danzar. La medida necesaria para ello, la conserv:Jción ele deter-

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mirudos grados de oyente a una constante flujo de aire frío

y fuerza equivalentes, forzaban el alma del -en los contr-astes entre este

de la meditación y el cálido aliento del ent:Jsi::lsmo residía L1 magia de Loda buena música_ Richard \Vagner quiso otra clase de in \-'Írtió el presupuesto fisiológico de 5 h :núsic:1 de entonces_ Nadar, flotar -ya no caminar, danzaL_ Quizá

dicho lo decisivo_ ~a ccmelodía infinita.. precisa-mente codo y fuerza, incluso se burla del mis1:10,- de justamente en aquello que a un cído antiguo le suena como paradoja y blasfemia rítmicas. 10 De una inüt~~cióD, ele un de semejame gusto ha nacido un peligro para lz, mCt;;;íca como no puede pensarse otro mayor - la degeneración total del ser;Lin~iento el caos en lugar del ritmo ___ El pelig:-o a su pLcnro álgido cuando semejame música se apoya de modo cada vez más e:c>t~icto en un hisu-iunismo y una 15 Ininli'--'n cornpleta.rn.ente la plástica, que sólo toda costa y la n1úsica al

;lu dominados por ninguna ley de e}~'c·to y nada más ... Lo "espressivo,. a es~bva de la pose -éste es el fin.

2

¿Acaso sería e: ectiv~unLnte la virtud de una 20

interpretación tal como <t;1ura parecen creer los artistas intér­pretes de la mC,sica, la de lograr para cada pieza, en toda circunstan­cia, tan alto que no se lo pueda superar! Aplicado, por

a Mozarc, ¿no es esto un auténtico pecado comra el espíritu de Mozart, el sereno, soñador, tierno y amable de Mozart, 25 quien por fortuna no fue un aíernán y cuya seriedad es una seriedad

doud«, y no la seriedad de un caballero alemán? ... Así que n1e callo sobre la -:ierlec!._ú=l c~ei .. ...:::orT\iicLtdo de piedra".. Pero ¿creéis

c1ue t(;,c"h-i n1:coi~_~t es la mCsic1 del "convidado de piedra .. ,- que todet

mC1sica dculeLL y cunmoviendo al aucli- 30 :otio i:~L:iLa las er'''''l~cLo'. ¡Sólo así oúm b música! - Pero,

lo lt;, (oLJLLcL_) Sobre sobre el que un artista nuuic nu Lic:be obtclr -¡Sobre la masa1 ¡Sobre los inma

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Friedrich Nietzsche Nictzscb" contra Wagner

duros! ¡Sobre los ir1dolemes! ¡sobre los enfermos! ¡Sobre los idiotas! ¡Sobre wagnerianos!. __

UnJ música sin futuro

De todas las artes que saben crecer en el terreno de una deter­minada cultura, la músi-.:a hace su aparición como la última de todas las plantas, quizá porque es la más íntima y, por la que se logra más tJrdíamente, -en el moño y en el momento del marchi­tarse de la cultura a la que pertenece. Sólo en el arte de los maestros holarccleses halló cumplida expresión el alma de la Edad Media cris­tiana, -su arquitectura de los sonidos es la hermana tardía, pero legí­tima y de idéntico rango, del górico. Sólo en la música de Haendel resonó lo mejor del alma de Lutero y sus fieles, rasgo judeo­heroico que dió a la Reforma un rasgo de grandeza ---el J-'uitiguo Tes­tamenro, no el Nue-vo, hecho música. Sólo ivlozart acuño en sones ele oro la época de Luis XIV y el ane ele Racine y de Claude Lorrain; sólo en la música ele Beethoven y de Rossini cantó su adiós el siglo die­ciocho, el siglo del lirismo exaltado, de los ideales destrozados y de la felicicbd Toda músic2 verdadera, toda música original, es un canto de cisne.- Puede que también nuestra música más reciente, aunque domine tamo y esté tan ávida de clominiu, tenga merameme ante sí un corto espacio ele tiempo: pues ha surgido ele una cultura cuyo suelo está en rápido declive, -ele una cultura que dentro de poco estará sepultado Un cieno catolicismo del sentimiento y un gusto por determinadas esencialidacles e lnesencialiclacles de cepa denominadas "nacionales" son sus presupuestos_ La apropiación por parte de \'Vagner de amiguas sagas y canciones, en las que el clocro prejuicio había enseñado a ver germánico par excellence

nos reírnos ele eso--, b vuelta a la vida ele todos esos mons­truos escandinavos con sed ele sensualidad y espiríwalización extáti­cas - todo ese wma y cbca ele \'Vagner con respecto a la rnateria, las figuras, pasiones y r1ervios, expresa cambién claramente el e:,prritu de su rmísica, que eila misma. como toda no sepa hablar ele sí ele manera pues la música es una mujer. ..

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TRADUCCIONES E INÉDITOS

Uno no debe dejarse inducir a error sobre semejante estado de cosas porque en estos instantes vivamos justamente en la reacción dentro de la reacción.La época de las guerras nacionales, del ma1tirio ultra­montano, todo este carácter de entreacto que es propio del estado actual de Europa, pudiera de hecho procurarle una gloria momentá- 5 nea a un arte como el de Wagner, sin garantizarle por ello un futuro. Los alemanes mismos no tienen futuro ...

Nosouos, antípodas

Tal vez alguien recuerde, por lo menos entre mis amigos, que al principio me vi arrojado a este mundo moderno con algunos errores lO y sobreesrimaciones y en cualquier caso como alguien que tenía espe­ranzas. Entendí -¿quién sabe en base a qué experiencias persona­les?- el pesimismo filosófico del siglo XIX como síntoma de una fuerza superior del pensamiento, de una triunfante plenitud de vida, wl como había ,Venido a expresarse en la filosofía de Hume, de Kant 15 y de Hegel, -'tomé el conocimiento trágico como el más bello lujo de nuestra cult1.1í"a, como su más precioso, noble y peligroso modo de disipación, pero en todo caso como un lujo que le era lícito en razón de su sobreabundancia. Asimismo, interpreté la música de Wagner como expresión de un poderío dionisíaco del alma, creí oír en ella el 20 terremoto con el que una fuerza primordial de la vida, retenida desde antiguo, salía por fin al aire libre, indiferente ante el hecho de que todo lo que hoy se llama cultura resultara conmovido por ello. Ahora se ve qué equivocado esmba, como también se ve con qué obsequié a Wagner y a Schopenhauer - conmigo mismo ... Todo arte, toda 25 filosofía pueden ser considerados como medios de curación y auxilio de la vida ascendente o descendente: presuponen siempre sufrimien-to y seres que sufren. Pero hay dos tipos de sufrientes, por una parte, los que sufren por una sohreahundancia de vida, los que quieren un arte dionisíaco y una visión y una perspectiva lrágica de la vida - y, 30 por otra parte, los que sufren por un empobrecimiento de la vida y anhelan del arte y la filosofía el sosiego, el silencio, el mar en calma, o bien la embriaguez, la convulsión, el aturdimiento. La venganza en

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Friedrich Nietzsche 1Vietzsche contra \T7agncr

la misma vida - la especie más voluptuosa de embri:J.guez para tales indigentes. Al doble estado de necesidad de estos últimos responden tanto Wagner como Schopenhauer - ellos niegan la vida, la calum­nian, y por eso son mis - El más rico en abundancia de

5 vida, el dios y hombre dionisíaco, puede goz:1r no sólo de la visión de lo terrible y lo problemático, sino de la acción terrible misma y de todo lujo de destmcción, disolución, negación, - en él el mal, el sin­sentido, la fealdad, parecen, por así decirlo, tal como parecen lícitos en la naturaleza, a consecuencia de un exceso de fuerzas gene-

lO radoras y reconstituyentes, que es capaz incluso de hacer de un desierto una opulema tierra fértil. Por el el que más sufre, el más pobre de vida, tendrá ame todo necesidad de de apacibilidad y de bondad --de eso que hoy se denomina hum::mi­dad- tamo en el pensar como en el obrar, y con ello posiblemente

15 de un dios que sea un dios para enfermos, un así como también tendrá necesidad de la de una inteligibilidad conceptual de la existencia incluso para idintJ.s -los típicos "espíri­tus libres .. , como los "idealistas .. y "almas bellas .. , son todos décadents - en suma, tendrá necesidad de cierta cálida

20 de temores, y de cierta reclusión en L:r.os horizontes que le permitan estupidizarse ... De esta forma poco a poco a comprender a Epicuro, lo a un así como al cristiano, que de hecho es sólo un tipo de y que con 5ll "la fe os hace bienaventurados" lleva el ele! hecloni;c;mo tan

25 lejos como es posible- hasta rn;;s ~,llá de tod:J. intelectuaL .. Si alguna ventaja tengo sobre todos los ésta, que mi mirada es más aguda para esa dificilísirna y S\ 1 numfTlte clase de silogismo en el que se comete la mayor DnLicbd de errores - el silogismo que va de la obra al autor, ele la ::lcción al ageme, clel ideal

30 a aquél al que le es necesano, de ncodn de per.sar y vz-tlora:-a la necesidad dominante que éste tierH:: trJ.S de sí. Con respecto a artistas de codo tipo, me sirvo hora de una distinción capital: ¿se ha vuelto aquí creador el cdio b vida o la sobreabundancia de vida? En Goethe, por la sobreabuncbncia vnlvió cre::tdora; en Flaubert, el odio: Flaubert, una nueva edición de Paso!, pero,

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'TRADUCCIOl\'ES E !iVÉDJTOS

como artista, con este lilsti-:ttivo a la base: ,.f)aubert est toujours !Jc¡i·ssable, l"homme n"est l"oeuure est tout" ... El se torturaba cuando escribía, enteramente lo mismo que Pascal se torturaba cuJ.ndo pensaba -ambos sentían de modo no egoísta ... "Desinterés" -el de la voluntad de final tanto en el arte 5 como en la moraL-

ALiónde pertenece Wagner

Francia siendo todavía hoy la sede de la cultura más espi-ritual y refin~1da de Europa y la alta escuela del gusto: pero hay que saber encontctr esa "Francia del gusto". l.a Norddeutsche Zeicung, por ejemplo, o quien tiene en ella su portavoz, ve en los franceses "bár­baros,.- yo, por n~i pJ.rTe, busco en las cercanías de la Norddeutsche el continente n2gru d0nde tendrü que liberarse a ,.Jos esclavos" ... Quie~: pertenece a esa se wanticne escondido: ha ele ser un nurrÁero el ele en los que toma cuerpo y vive, hombres además que: no se sostengan sobre las piernas más sólidas, en parte fatalisL:.ts, melancólicos y enfermos, en parte min;ados y éd que tienen la ambición de ser artificiales, -pero cllo:o e::>c5.n en posesión de todo lo elevado y sutil que aú!l resta

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ahora en el mundo. En esta Francia ele! que es también la 20

Francia del se encuentra hoy en su casa más de lo que nunca io estuvo en su obra principal ha sido tr~LLlLLcicb ya dos veces, la segunda de forma excelcme, tamo, que ahora leer a Schopenhauer en francés (él fue un azar entre los lal como yo soy un azar semejante - los alema- 25 nes no tienen dedos para nosotros, en genecal no tienen cleclos, meramente tienen Por no hablar de Heinrich Heine -l"CLc:loclble dicen en París-, quien hace ciempo que se ha CO!l'icréiclo en ca;r;c y .~<Lngre ele ius l"iricos nüs profundos e inspirados SJ.bria hacer b bestia cornucb alemana con las clélí- 30

\\'¿tgncr: se con los q-ue París es el it:rrenu dpi

en lo que concierne a aur;que quizá no con los puños, p~1r:1 cuamo más se con-

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Friedrich Nietzsche

forme la música francesa a las necesidades del "áme moclerne", tanto más se wagnerizará -ya hoy lo ha hecho bastante.- Aquí uno no debe dejarse llevar a engaño por el propio Wagner -fue una amén­cica maldad de Wagner la de burlarse de París el año ele 1871 en su agonía ... En Alemania, \vagner es, a pesar de ello, simplerneme un malentendido. ¿Quién más incapaz ele entender algo ele Wagner que, por ejemplo, el joven kaiser? -Para cualquier conocedor del movi­miento cultural europeo no es menos cierto el hecho ele que el romanticismo francés y Richard '~agner están estrechamente empa­rentados entre sí. Todos dominados por la literatura hasta en sus ojos y sus oídos -los primeros artistas de una cultura literaria universal ele Europa- en su mayoría ellos mismos escritores, poetas, mediado­res y mezcladores ele los sentidos y las artes, fanáticos todos ellos de la expresión, grandes descubridores en el reino ele lo así como en el de lo feo y lo horrendo, aCm más grandes en el ele los efectos, en ia puesta en escena, en el arte del escaparalismo, todos talemos muy por encima ele su genio -, virtuosos, con inquietantes accesos a todo lo que seduce, atrae, constriñe, invierte, enemigos nacos ele la lógica y de la línea reCEa, ávidos de lo extraüo, lo exótico, lo monstruoso, ele todos los opiáceos ele los sentidos y del emendi-miento. En conjunto, una elida-violenta, que vuela alto y enseñar a su siglo --el de

de artistas temeraria-audaz, esplén­se que ha tenido que la masa- el concepto ele <:trtism".

Pero

\vagner como apóstol de la CJsticlad

- ¿Es <::Sto aún alem:m' ¿De uo corazón alemún vino este abriclo? ¿De un cuerpo alemán esta autornortificación ha sido?

tal bendecir sacerclmai ele brazo excendido, esca a incienso olorosa excitación de los sentidos?

es akmán este pararse y

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TRADUCCIONES E livEDITOS

este dulcísimo, acaramelado bimbambolear? ¿Este mirar monacal, de avemarías rumorear, todo ese falso éxtasis celeste y ultracelestiaJ?

~¿Es esto aún alemán? ¡Meditad1 Aún estáis ante el portal... Pues Rema es lo que vais a escuchar, ~ ¡fe de Roma sin bczhlari.

2

Entre sensualidad y castidad no una oposición necesaria; wdo buen matrimonio, toda auténtica pasión amorosa de corazón está por encima de dicha oposición. Pero en el caso de que ésta se dé efectivamente, por suerte no es preciso que sea ya una oposición trágica Esto debería valer al menos para todos los mortales de buena crianza y buen ánimo, íos cuales escán lejos de contar sin más entre las contrarias a la existencia su lábil equilibrio entre el ángel petite bete, ~ los más finos, los más lúcidos, como Hafis, como Goethe, incluso han visto en ello un aliciente mas.. Precisamente semejantes contradicciones nos seducen a la existencia.. Por otra parte, bien claro está que cuando los animales malogrados de Circe son ilevados a adorar la castidad, sólo ven y ¿.Jdorcm en ella a su opuesto ~¡oh, y con qué trágico gruñido y fervor lo hacen. es algo que uno imaginárselo'~ aquella penosa y completamente superl1ua a la que, sin duda alguna, Richard aún ha querido poner música y llevar a escena ai final ele su vida. iYfas, ¿para , como cor;, justicia cabe preguntar.

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Cierto que hay que eludir le imponaba propiamente a viril (¡ah, tan poco

viril!) "sencillez del campo .. , aquel pobre diablo y asilvescrac!o ele Parsifal, a quien con tan insidiosos medios convi.ltió finalmente en católico ~

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Friedrich Nietzsche LVíetzsche conrra t't7agner

¿cómol, ¿fué en absoluto tomado en serio este Parsifal? Porque, que se han reído ele él, yo al menos no podría ni tampoco Gcdried Keller ... Sería ele desear, en que el Parsifal de \'Vagner hubiese sido considerado serenamente, en cierto modo como conclusiva y como drama satírico con el que el Wagner trágico hubiese queríqo des­pedirse ele nosotros, también ele sí mismo, y, sobre de la tr""'""''"-"

de manera adecuada y digna de es decir, con un exceso ele suprema y muy malévola parodia ele lo mismo, de toda la terrible seriecl:1cl y lamento terrenos de otro tiempo, ele la más finalmente superada, ele contranaturaleza del ideal ascético. El Parsifal es un tema ele opereta par excellence.. el Parsifal de \'Vagner su secreta risa ele superioridad sobre sí rn.ismo, el triunfo ele su suprema libertad de a1tista, ele su ir más allá del artista? ~ ¿es Wagner, que sabe reírse ele sí mismol Como he dicho, habría que desearlo: pues, sería el Parsifai tomado en serió' ¿Se tiene realmente necesidad de ver en él como se ha dicho en contra mía) ..el fruto de un odio hacia el conoci­miento, el espíritu y la sensualidad.? ¿Una maldición sobre los sentidos y el espíritu en un mismo odio y un mismo aliento! apostasía y una conversión hacia erJ'ermizos y oscurantistas ideales cristi:mos? Y, en suma, ¿incluso un negarse-a-sí un tacharse-a-sí-rnismo por parte de un artisLa que hasta entonces había pretendido lo conrr:1rio con todo el poder de su voluntad, la suprema talizaciór: y sensualiz::tción ele su a1te? no sólo ele su arte, sino también de su vida' Recuérdese con qué entusiasmo marchó en tcls los pasos del filó­sofo Feuerbach La frase de Feuerbach sobre la "sana sensu::didad, resonó enrie los años treinta y cuarenta en \X1agner. al que en muchos alemanes -se autode:1ominaban los palabra ele redención. ¿Ha acabado \vagner por sus enseñanc:a.s al respecto? parece al menos que, a últlm;¡ tt;vc la volumacl de

30 carnbiar lo ¿No se ha enseñoreado ele él el ndio a !a como en Flauberc?.. Porque el Parsifal es una obra del rencor, de avidez ele venganza, ele secreto envenenan:iento de los presttpuestos. ele la vida, una rnala obra.~ LJ. una incita-ción a la contran:ltt:nleza: yo a todo élquel que no experimen-ta el Parsifal como un atentado comra la ';:.or::d ;el~; el.

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TRADUCCIONES E INÉ'DJTOS

Cómo me desligue de \Vagner

Ya en el verano de 1876, a mediados de temporada de los prime­ros Festivales, tuvo lugar dentro de mí una despedida de Wagner. No soporto nada equívoco; desde que es[uvo en Alemania, con­descendió paso a paso con todo lo que yo desprecio ,--- incluso con el antisemitismo ... Fue entonces, en efecto, el momento cümbr.e para la despedida: prontc ol.JL;_,ve la prueba de ello. Richard Wagner, en apa­riencia el m5xirr:o triunL¡dor, en realidad un podrido y desesperado décaclent, se de improviso, desamparado y abariclo, ante la cruz criséiana.. ¿No tuvo entonces, pues, alemán ojos en la cara ni

en su cor:cícn.:i<t para ese horrible espectáculo? yo el único que por ello' - en S\.:ma, el inesperado suceso arrojó sobre mí un relámpago de claridad soi.:Jíe el lugar que acababa de abandonar - y también ese estremecimiento posterior que siente el que ha corrido inconscientemente un enorme peligro. Cuando proseguí en .'i0Lit:J.rio .:ni no después caí enfermo, más que enfermo, cansado, cansado ele la insoportable desilusión ante todo lo que aún enc;_¡siasmándunos a nosocros, hombres modernos, ante la fcterza, el la esperanza, la juventud, el amor dihtpidados p0r todas partes, cansado de la náusea ante toda la mentira idealista y el Liebiliumienro ele la conciencia. que de nuevo habían logrado ahí la victoria sobre uno ele los más cansado, en fin, y no fue esto lo ele menos, de sospecha- la de que de

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ahora en adelante escaba condenado a desconfiar más profctndarnente, 25 a despreciar más a estar más profundarneme solo que antes. Pues no he tenido nunca a nadie como Richard \Vagner. .. Sier:1pre e;:,2c.l\ e cunvÍUnddu a tener alemanes.

En solecbd a ele mí mismo,

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de entonces y clescocfiando penosamente no sin rabia, con tea mí y en pro ele todo

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lo que precisamente me hacía daño y me endurecía: así volví a encontrar el camino hacia ese pesimismo intrépido que es lo opuesto a toda hipocresía idealista, y también, como quiero que me parezca, el camino hacia mí misrno, -hacia mí tarea ... Ese algo oculto y dominador, para el que durante mucho tiempo no tenemos nombre hasta que no se evidencia como nuestra tarea, ese tirano que hay en nosotros, se torna un terrible desquite por cada tentativa que hacemos ele esquivado o de huirle, por cada decisión prematu­ra, por cada acercamiento a aquellos a quienes no pertenecemos, pm cada ocupación, aunque sea estimable, que nos desvía ele nuestro asunto principal, - y hasta por cada virtud misma que quiere protegernos del rigor de nuescra responsabilidad más propia. La enfermedad es en cada caso la respuesta cuando queremos dudar de nuestro derecho a nuestra tarea, cuando en un momento cual­quiera comenzarnos a tomarla a la ligera. ¡Cosa extrañ::t y terrible aun tiempo! Son nuestros esparcimientos lo que tenemos que expiar más duramente 1 Y sí luego queremos recobrar la salud, no nos queda otra elección: tenemos que soportar una carga más pesada que la que soporcábamos antes ...

toma la palabra

Cuanto más se vuelve un psicólogo, un psicólogo y adivina­dor-de-almas nato, inevitable, hacia los casos y hombres más esco­gidos, tanto mayor se hace su riesgo de ahogarse de compasión.

25 Tiene necesidad de clurt?za y serenidad más que ningún otro hombre. La corrupción, la decadencia ele los hombres superiores es

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ciertamente Lt regla: resulra terrible tener ame los ojos semejante regla. El tormento del que ha descu-bierto es::t decadencia, que, una vez, y ha descubierto roda esa intima "incurabilicbct .. del ese eterno "iclenusiado rarde 1" en todos los roda la historia - quizá un clb puede llegar a

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casi siempre, hombte superior,

a lo iargo ele convertirse en la

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TJV..DUCCJONES E INÉDITOS

causa de que él mismo se corrompa ... Casi en todo psicólogo se percibe una reveladora tendencia al trato con hombres corrientes y bien eauilibrados: en esto se revela que él necesita siempre una cura, q~e tiene necesidad de una suerte de huida y olvido, lejos de aquello que sus observaciones e incisiones, de aquello que su oficio 5 ha ouesto ante su conciencia. El temor a sus recuerdos le es algo inh~rente. Ante e] juicio de los demás, enmudece fácilmente, escucha con rostro imperturbable cómo se venera, admira, ama y glorifica allí donde él ha visto--, o inclúso disimula su mutismo asintiendo expresamente a un::t ooinión superficial cualquiera. Acaso lO la paradoja d~ su situación vaya ~an terriblemente lejos que b.s "per­son::ts culeas .. aprendan por su parte el gran respeto justamente ahí donde él ha aprendido la gran compasión junto al gran desprecio ... Y quién sabe si en todos los grandes casos no ha ocurrido tan sólo esw, -que se adoró a un dios y que el dios no era más que un 15 pobre ani:nal clisptcesw para el sacrificio ... El éxito siempre ha sido el mayor embustero- y también la obra, la acción, es un éxüo ... El gran escadista, el conquistador, el descubridor están disfrazados, ocultos en sus creaciones hasta lo irreconocible; la obra, la del artista, la del filósofo, inventa propiamente a que la ha 20 creado, que ha te-nido que crearia ... Los "graneles hombres", tal como se les venera, son pequeños y malos poemas rarclíos,- en el mundo de los valores históricos dornino la moneda falsa

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- Esos grandes poetas por ejemplo, esos Byron, rviusset, Poe, Leoparcli, Gogol -~ no me atrevo a nombres mucho mayores, pero los rengo en menee- así como son y deben ser: hombres del mon1emo, sensuales, absurdos, cupaclos e en la desconfianza y en la con almas en las que habirualrnente tienen que ocultar que a menudo tom~m venganza con sus obras de una rior, que a menudo buscan con sus vuelos el olvido ele una memoria demasixlo fiel, íde~1listas en las cercanías del pantano-

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Friedrich Nietzsche Nietzsche contra Wagner

¡qué tormento son estos anistas y en general los llamados hombres superiores para aquél que ya los ha descifrado! Todos nosotros somos portavoces de la mediocridad ... Es que ellos reciban con tanta precisamente ele la

S es darivideme en el mundo del sufrimiento y por desgracia ávida también de ayudar y de salvar muy por er;cimJ. de sus fuerzas, esas explosiones de compasión ilim:tJ.da que la mayoría de la gente, sobre todo la mayoría colma de interpretaciones curio­sas y presuntuosas ... Esta compasión se engaña por lo general

10 sobre su propia fuerza: la mujer quisiera creer que el amor todo lo puede, -tal es su superstición más ¡Ah, el que sabe del corazón adivina cuán desvalido, arrogante y desacertado es incluso e] mejor y más profundo amor -y cómo m:í.s bien que salva ...

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El hastío espiritual y la arrogancia de todo 1-:ombre que ha sufrido profundamente - la ccn la que uno sufrir casi determina la jer:lTquía-, su estremecedor:? cerceza, de la que est3 com­pletamente impregnado y coloreado, de saber más en virrud ele su

20 sufrimiento de lo que saber los m:í.s imelígentes y los más sabios, de haber sido conocido y h:1ber esrctdo af~'lc::tdo vez en muchos mundos lej:1nos y ele los que "uosntros nada sabéis" ... , esa callada arrogancia ese org::Ho del del conoci-miento, del "iniciado .. , dei cuasi encuentra necesaria toda

25 clase de disfraces para protegerse del contacto ele manos y compasivas y, en gerreral, de todo c¡1 'e no es su en el dolor. El sut'rirrlienro separa - Una de las fnrmas más sutiles ele disfraz es el y una ciern. audacia clel gusto, hoy a la que toma a la ligera el "' y se pon.e a la clet'en.-

30 siva frente a todo lo rriste y "hombres coerenos .. , que se sir-ren de la serenidad porque por su causa son malentendidos -quieren ser malentendidos. "espiritus cienrí.Lcos". que sirven de la ciencia porque ésta confiere un2 serena y porque la cien-

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tificidad permite concluir que el hombre es superficial -quieren inducir a una falsa conclusión ... Hay insolentes espíritus libres, que qui­sieran ocultar y negar que en el fondo son corazones rotos e incurables ---e-éste es el caso .:le Hamlet: y entonces la locura misma puede ser la máscara para un saber funesto y derrt&zsiado cierto.- 5

Epílogo

Me he preguntado a menudo si no estoy más profundameme en deuda con los años más difíciles de mi vida que con cualquiera de los demás. Así es como mi más íntim::t naturaleza me enseña que todo lo mireldo desde la altura y en el sentido de una gnm economía, es también lo útil en sí, -que no sólo hay que soportarlo, que hay que amw!.u ... Amorfczti: ésta es mi más ímima naturaleza. -Y en lo tocante a mi larga enfermedad, ¿no le debo indeciblememe mucho más que a mi salud? Le debo una salud superior, ¡una salud tal, que ante todo lo que no le mata, se hace más fuerte! - Le debo t;_unbién rni J sólo el gran dolor es el liberador úlümo del espíritu, maestro de la gran sospecha que hace ele cada U una X, una X hecha y es decir, que pone la letra antes de poner la última .. Sólo el gran dolor, ese dolor lemo y prolongado en que nos cons:.1r::ümcs cual leños verdes al fuego, que se toma su tiempo,- nos a nosotros, los filósofos, a descender a nuestra úlcima ele toda ele toda benevolencia, y medianía, en donde quizi habí::uaos cifradc ames nuestra humanichcl. Dudo ele que semejante

::llfOZlllCnte

que nos hace rnás pm)imdos. Ya sea que nuestro sarcasmo,

el indio que, al ser se resarce mostrando a su tor[Urador la perfidia

ele su lengua; o ya sea que ame el cioior nos refugiernos en esa nada, en la sorda resignación, o! vicio ele sí y autoanulación: uno sale ele un pi peligrosos ejercicios de autodominio como otro sigr"~'s de interrogación ele más, -

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sobre todo con la voluntad ele preguntar en lo sucesivo más profun­damente, más severa y rigurosameme, más maliciosa y sigilosameme de lo que se ha preguntado hasta ahora sobre la tierra ... La confianza en la vida ha desaparecido; la vida misma se ha convertido en p-roble-

5 ma.- ¡Que no sea crea que con esto uno se ha vuelto necesariamen­te oscurantista o brujo! Incluso el amor a la vida es posible aún, -sólo que se la ama de otro modo ... Es el amor a una mujer que nos inspira dudas ...

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Lo más extraño es esto: que pronto se tiene otro gusto -un segundo gusto. De tales abismos, aun de los abismos de la gran sos­pecha, vuelve uno renacido, con otra piel, más susceptible, más mali­cioso, con un gusto más exquisito para la con un más delicado para todas las cosas buenas, con los sentidos más joviales, con una segunda inocencia más peligrosa en la alegría, más infantil y al mismo tiempo cien veces más refinado de lo que nc.mca ames se había sido .. Moraleja: no se es impunemente el espíriru más de tocios los milenios,- tampoco se lo es sin recompensa ... Doy de inmediato una prpeba ele ello.

¡Oh, qué repulsivo le resulta a uno a partir ele entonces el goce, el goce grosero, obtuso y tal como habitualmente lo entienden quienes disfrutan ele él, nuestras "personas cultas .. , nueslms ricos Y o-obernantes' ¡Qué maliciosamente escuchamos entonces el gran o . bumbum ele feria con que el hombre 'ü.lltivaclo .. de la gran cmdacl se ve forzado día a "goces espirituales" mediante el arte, el libro Y la música, bajo el auxilio ele espirituosos bebedizos' ¡Cómo nos hiere ahora los oídos la estridencia teacral de la qué ajeno a nuestro gustO se ha vuelto todo el desconcierto románrico y la confusión de los sentidos que ranro ama la plebe culu, con sus a lo sublime, lo elevado, lo excéntrico' No, si nosotros, convaiecien­[e::;, tene1nos todavía necesidad ele un arte, se trata ele un ane diferen­te -ele un ane burlón, ligero, escurridizo, clívinarneme divinamente artificioso, que resplandece como una lbma pura en un

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cielo sin nubesl Sobre todo: un arte para artistas ¡sólo para anista.sf Ahora entendemos mejor qué es lo que ame todo se requiere para ello, la serenidad, serenidad, amigos míos!.. Nosotros, sapientes, sabemos ahora demasiado bien algunas cosas: ¡Oh, cómo hemos de aprender a partir de ahora a olvidar bien, a no-saber bien, 5 como artistas! .. Y en lo que respecta a nuestro futuro: difícih:nente se nos volverá a encomrar por la senda de aquellos jóvenes egipcios que de noche rondaban los templos, abrazaban a las estatuas y querían quitar el desnudar y poner a plena luz todo cuanto con buenas razones se había mantenido oculto. No, este mal gusto, esta voluntad de de ,.)a verdad a toda costa", esta locura juvenil en

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el amor a la verdad la hemos perdido: somos demasiado expertos para ello, demasiado serios, demasiado risueños, demasiado suspica­ces, demasiado projimdos ... Ya no creemos que la verdad siéndo­lo aún si se le arrancan sus velos, - hemos vivido demasiado como para creérnoslo.. nos tomamos como una cuestión de decoro el no querer verlo todo desnudo, no querer presenciarlo todo, emender­lo y "saberlo" todo. Tout comprendre c'est tout mépriser.. "¿Es verdad que el buen Dios está presente en todas partes?", preguntaba una niñita a su madre: "pero eso lo encuentro indecente"- ¡Una llamada ele atención para los filósofos! Se debería tener en más alta estima el pudor con el que la naturaleza se ha escondido tras enigmas e incertidumbres variopimas. ¿Acaso la verdad es una mujer que tiene razones para no uer sus razones? .. ¿Acaso su nombre es, para ele cirio en griego, Bcwbo.. ¡Oh, esos !Ellos sí que sabían uivirl ¡Para lo cual se hace preciso mantenerse con firmeza en la superficie, en el pliegue, en ia piel, adorar la apariencia, creer en las los sonidos, las en todo el Olimpo de la apariencia! Esos griegos enn -por pro)imdiriad . . ¿Y no volvemos pTeci~ samente a eso nosotros, temerarios del espíritu, que hemos escalado las más altas y cimas del actual y desde ahí hemos mirado en torno a nosmros, por deha;o de nosotros~' No somos en esto ~ griegos? ¿Adoradores de la:; los sonidos, las pala-bras' somos, precisamente por ello ctrtistas' ..

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De la indigencia del más rico

Diez años quedaron ni una gota me ha alcanzado, ni un húmedo viento, ni ele amor un rocío -una tierra sin l!uuia ... Ahora ruego a mi sabiduría que no se vuelva avara en esta sequía: que se derrame ella misma, gotee rocío, que sea lluvia para el desierto amarillo!

Un día grité a las nubes que se apartaTan de mis montañas,­un día les dije "¡más luz, oscuras!,. Hoy las seduzco para que vuelvan:

iVietzschc contra ~V,_--zgner

con ·vuestras ubres que en tomo mía oscurezca! ~ ¡ordeñaras quiero, vacas ele las alturas! Sabiduría ele cálida leche, dulce rocío de amor he de derramar sobre la tierra.

apartáos vosocras, verdades que tenéis la mirada en sombras! Que no quiero· ver sobre mis montañas impacientes verdades amargas. Dorada por la risa, hoy la verdad se me acerca, endulzada por el sol, bronceada por el amor del árbol sólo arranco maciura una verdad.

Hoy exric:nclo la mano hacia los bucles del azar, lo bastante astmo como para engawsarlo y Hoy quiero ser hospitalario

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TRADUCCIONES E INÉDITOS

ante lo inoportuno, ante el destino mismo no quiero ser punzante, - Zaratustra no es ningún erizo.

lv1i alma, insaciada, con su lengua ya ha degustado todas las cosas buenas y malas, en toda se ha sumido Pero siempre, cual corcho, de nuevo a L:l superficie emerge, flota como aceice sobre mares de bronce: por causa de este alma me llaman el afortunado.

¿Quienes son y madre para mí? ¿No es padre el prín~ipe abundancia

\Y madre la serena ·r!sa? \¿No me engendró tal -;naridaje

a mí, esfinge, a mí, hoslil a la a m[, derrochador de toda sabiduria, Zaratustra?

Hoy enfermo ele ternura, viento de se sienta Zar:1tustra esperando, en sus rnomañas esperando,-

su propio cocido y enddzado. por debajo de sus por debajo de sus hielos, comenco y cual creador

- ¡Silencio! una verd:::1d n1e da VLlelcas ::l un:.=:. nube se asernejai-

dí~.

con invisibles rayos me alcanz~1,

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Friedrich Nietzsche

por 'luengas y despaciosas escalas hasta mí su dicha eleva: ¡Ven, ven, verdad amada!

- ¡Silencio! ¡Jvfi verdad es! -

Con ojos que titubean y un temblor de terciopelo me encuentra su mirada, amorosa, malvada, de doncella la mirada ... De rrü dicha alcanzó razón, me alcanzó -¡ah', ¿qué planea? Un dragón púrpura aguarda en el abismo de su mirada de doncella.

- ¡Silencio! ¡Mí verdad habla!-

¡Zaratustra, ay de tí! Te pareces a uno que oro hubiera tragado:

el vientre te han de abrir!.

Demasiado rico eres, corruptor de muchos.

A demasiados provocas i1:1ces pobre a demasiados Inciuso a mí tu luz sombras me arroja -, me hace temblar: vete, espléndido:

Zaratustra, vece ele tu so\1 ..

QuisierJ.s regalar, reg;:tlar a lo lejos tu ¡pero tú mismo eres lo más sobreabundantel ¡Sé inteligente, tú, espléndido!

a ti rnisrno, oh Zaratuscra!

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iv':'e!zsche contra Wagner

Page 21: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRADUCCIONES E INÉDITOS

Diez años quedaron atrás-, ¿y ni una gota te ha alcanzado? , ¿ni un húmedo viento?, ¿ni de amor un rooo? Pero, ¿quién podría también amarte

a tí, ubérrimo? Tu dicha provoca sequía en derredor, hace pobres en amor, - tierra sin lluu'ia ..

Nadie te da ya las gracias. Pero tú agradeces a todo el que de tí algo toma: en eso te reconozco, ubérrimo, ¡el más de todos los ricos!

En sacrificio te das, tu riqueza te atonnenta--,

te entregas, no te cuidas, no ce amas: A cada instante ce obiiga el tormento inmenso de un granero rebosante, de un corazón rebosante-­pero nadie te cb ya las gracias.

Has de volverte más pohre, ¡sabio idiota!, si quieres ser amado. Sólo se ama a los que sufren, Sólo se da amor a los hambrientos: ¡Regáiate primero a tí mismo, oh Zaran.tstra1

-Yo soy tu verdad ..

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Friedricb Nietzsche :Vt'etzscbe contra l'Vagner

Notas del Traductor

189/3: Documentos de un psicólogo/ Nietzsd:e modificó el subrüalo previsto todav[a el 17 de diciembre de 1888, "Ei::: Psycl;ologen·Probiem·, por éste, «.Aktenstücke eines Psychologer:". De CL~alq~ier medo, er: arnbos casos se t:-:1r3

d~:: una réplica impiícüa al arr!'c.;_lo rle Ric~:.J.rd Pohl) "El ~ietzsche. Un pro­blema psicológico· (vid. supra), y es •ambién en ese sentido en el 'lue i'iielZSche afL.rma en el prefacio que su libro e.s p~ra psicólogos, pero no p;:tra alemanes.

189/4: Prefacio/ Este prólogo fue remiüdo por Nie;zsche desde Lcipng, JUnto con d resco de correccione::; de pnJ~bas de i.rnprer;ra de ~\V. rnanuscrito ~a sig­n:_uura iVip :xvr 6 según la de Colli y ~1nntin::ui contiene una primera versión, ftn~:!l:nent.e dascanada, que reza así: "Considero necesario co-rresponder a la 3hsoll:t::1 falta de délicatesse con la que en Alemania se ha

recibido mi libro El caso lt7agne~~ oponiéndo!e :llgl:cu0 c;.:idacos2-:nente escogidos de mis escritos :mteriores. Una vez más, los alemanes se h2::: puesto

en evidencia ante mí -no tengo razón alguna para modiftcar mí juicio sobre e:;w raza inepta en cuestiones de decoro. 1.c.cL:so se les esca_paJo :.1 cp:lér: es al único a quien yo hablo, al músico, a la conciencia-de-músico -y .en tanto que n1úsico ... í Nietzsche/ Turin, 10 de diciembre de 1888~ (KS!\ 14, 523)

189/13: El pais chato de Europa/ Cfr Ecce Houo, "Por qué escribo tan buenos libros .. , 2. La designación de Alerr:.::.n:::l com? país chato de Europa debido a

sus pecutiarid::1des orogr:ific:-:J.s es emp!e::1da irónic:1mente por Nierzsche

v:1rias ocasiones para C1f;:ICteriru CJ.mbién su altur~ ~nceiectuaL

189/15: Quousque tandem, Crispí/ Nietzsche se refiere aquí en rono crítico :t la rnlírica promov~cia a p:1rtir de 1887 cocno pri~}1er min!srro de 1L:1lt:1 por Fr::n­cesco Crispi (1818-190l), quien se había rnoc;rracto :1 !a pe~manenci;1 de su país en eL pacto de b Tripl:= Ali:1nz::t de 1882. TJmpoco es ~::1.su:1l, t:-n esce concexLo, b evocación nietzscheana de[ fa!:'coso de l:1 prime;J

Catdinaria de Cicerón, antes bien, alude nuevamente a sus dtscrepanciJ.S con e! Reich y, más concretamenle, con Bisrn;:: r1k; pues, corno :\..'1drés

S.incb.ez P;1scual dentro su excelente fr:lh::J.jo de 1.n:<t~~tón rritiGJ. de obr2s de ~ieczsche, Bisrnarck h::tbía popl:LHiZ:ldO en ~:\len1:tni:J. ~a expr::::sión ·existcn.c::-r catilinaria,., a[ afirrnar en una sesión del Parbmenco celebrad:! en sepciem.bre de 186'2: "H2y en el país tocb una a1uchedumhr...=- de P"":;·s·te·ncias

que tieaen un gran interés en l1<.zcer

Nietzsche en CrepúscuLo de los "Casi t0rlo genio com() ~1no ele

sus desarrolio.c:;, la ·exi.-;terlCia c:J.tilinari;.:t', un sentinüentv de odio, veng-:1nz:1 y rebelión contra todo lo que ya es, lo que y:1 (op cit) !'vfaclr:d, Aitanza, 1973, p. 123 y n,ota de A. Sánchez Pascual en p. 168).

189/20: Dónde sientO admiración/ Cf;· ti

190/29: Dónde hago objeciones/ Este ~~:•pír_:lc :·eebboD -:cm v:Ht1¡:.tes, sobre todo al final, aunque la mayo<ia de der~il,,_ ce!

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r~.d.DUCC'IONES E llVÉDITOS

191/1: «petit fait vrai"/ Sobre los ·pecirs faics·, vid. también Crepúsculo de los ídolos, ·Incursrones de un intemoccscivo·, 7. Vid. una úlcima referencia en KSA, 13, 639.

191/5: El joven emperador/ ·Der junge Kaiser·. Nietzsche se refiere así con frecuencia al recieg :1;)CenJiJ.o J.: Cn..illlerrno II (1895-1941\ a quien guardaba pocas

si.rnprüas por considendu totalmente dependiente de la policica imperialista de Bismarck. La animadversión de Nietzsche llegaría a su exrremo en una de 1as

anoucior:es r:erGLras ya a¡ c!ehrio, en la qcte tJiOpone convocar a los soberanos de Europa Ronu 0;1.ra hacer fusila:- al ¡oven I<.aiser y 3. todos lus anlisen1ic1s.

191/10: Pastilla;, Gf:rande11: Las eran un preparado mercurial para la sifilis Y

otras infc:ccicn~:) .::>inulares uue cvtnerciaüzo el farmacéuticO francés Gérandel.

En su GllW a Peter Gast del 30 de diciembre de 1888, Nietzsche anota: ·hacer ain1Il:1Sl:J. v tOlll~f }XJ.StilL.i.S GéLJ.úd2L".

192/22: i'uterrne;zo/ Para la iüc:r.:~i6n cÍei ·lncermezzo .. y el poema ·Venecia .. en NW, ::JUlJr:.L }Jurnu l::.:coge íntegramente esce G:'1pítulo.

19 .)/:23: \Vagn~1· como un peligro, I/ Cfr. Opiniunto y :ienlencias diversas, 134. En el LlldilL~0criLo pd_tA la ;..:nf.~Lt:nra, Nie[zsche rachó, al final del epígr:.tfe, ia frase:

"Pero sernej~:1te cJnt.rctn:i.LU.Ltleza del gusto estético es la prueba de la déc::t~e~ce". 194/17: Lo ,espressivo .. a toda costa/ "Das espress[vo um jeden Freís .. era el m:lo

pensado ongiu~titr:,-:i1Le pui Nietzsche para et siguienre epígrafe de este cap!Ll.J­lo, que en el Ln<.i.HU::,....:riLo par::t l:1 Lmpr~nta cun._:luíJ. con la frase, luego tachada por Nieczsche: ··Pero lo esRressivo a coda cosca es la pmeba de la décaclence .....

194/19: -\Vagner como peligr:o, 2/ Cfr. El <.:anúnan.te y su so¡ni.Jra, aforisn10 _165. . 194/30: In·urnpü· atraves:.mJ.o hl pared/ Nietzoche alude a la escena del Don CwummL

mCJDHtt:.t.no ;.;n '-\ut.: ei jet cornendador h:1ce su aparición y que, a veces)

par:t acentu:J.r 0~ c:C~c;:v dranúLi,_u, se rek-'r~sentaba haciendo que el cunvu.J.ado de

¡_ .. hcdta latJ.lüpi.cse en [;J estancia ..J.Lr:lvesando un tUlliD, en lugar Jc que ei propio

don Juan le aLniese L.1 pL~CrL.t, LcÜ coc::.o consta en ellíbreto de Lorenzo Da Ponte.

195/3: Una .música sin fururo/ El ciculo de esce c1piculo, que reelaboca la versión

196/2:

de[ aforisrno 171 de Opi;.:~·0 t;<:..·~ y )C:JJtr.::nciczs diuursas, retnite obviarr1en-

Le 3. b conoc.(..~ fórraula "Lnúsica del futuro" en1pleaci.a pJ.ra designar la nlÚSica

de \V<.t.gner d raí.z de ::,u c:::n..-rl~v Z .. :t. c.~i.Jr.,:. de arte tlel futuro. _ _ La reacción dc:nlrv J.e la reacció:íii Ei senüJu de este pasaje --y b conslgLnen­

t:..ul>.bién L..l ::Ln1big:....ccLLi....: -..le en LunU.ih .. ..lCL~ Lun el ~Ju¡

reSL..lUi.:.lJ .... ~~ll··, y, ::,.._...Lne

un i~~ovüu.i.cnto reacttvo a todos tos niveles, pero todo an:e a este respecco- ·se aciar-::t n1ejor si se lee

178 de Opinivnc:::, y ::;e:ruent~ia.Y c:li"ue-rsas, "f·)..rte y con Ll prU11erJ. versión del n1isn1o, tituL.u .. b .. obra de

~dlc y reau . ..i..:Jn .. , ~U.L-.: :..u1ade un ::>i.,:5LLifi ...... ...:.Livo parén~:.esis: "Esos rnovünientos regre­

~tvos L [ü:;,cc.r: ... , L:.s L.L:·~~'-~~ .. .s (reacciones), que devuelven b

p 1 uxiu.iJd'-~ .1 un csL:.t'-k"' csptritu:d y potítico que fue precionlinant~ antes __ cl~i acru:.tl, poseen d cn.'-Llli.LG de\ recuerdo lleno de scntünieuLo, del ans1.a nostalgt­c:.l de lo (;....;:;~ yc~L~t,JG, c:;,.,_~~ ... l .. ü1 b n1agi::1 de la Lnuene, en ellas baUan un suelo n'"ll:Utal las arres y bs tetras \.Jebldo pceci.sarnence ;J.. esa slnguhu

214

Friedricb Nietzscbe Nierzscbe contra Wagner

194/8:

198/7:

de los estados de ánimo, tal como las plantas (más bellas) más raras y delicadas crecen en las escarpadas pendientes de las montar1as· (KSA, 14, 174-5).

Nosotros, antípodas/ Todavía en el manuscrico para la imprenta se mantenía también el tículo de ·Dos antípodas .. para esce apanado, que, en forma abrevia-da Y con mtmerosas varianres, reprodLtce el aforismo 370 de La gaya ciencia, "¿Qué es rOí11<1nticismo? ...

Adónde pertenece Wagner/ Este epigrafe reelabora considerablemente tamo la primera mitad del aforismo 254 de ¡l¡fás allá del bien y del mal

como una pane del 256. Tal como ha observado .M.1zzino !'vluntin::1ri en su artícuto "Aufgaben der Níetzsche-Forschung heute: NieEzsches ~.'"\u.seina.nJcr­seczung mir der franzósischen Literamr des 19. jahrhundens .. (en Bauschin­ger, Cocalis y Lennox (eds.), Nietzsche heute. Die RezeDtion seines Werkes

nacb 1968 Bem-Scutcgart, Francke, 1987), la densa labc~ de reescritura a la

que Nie:tzsche somece aquí el aforismo 254 de JGB permite comprender cómo, a un nivel rnás su polémica con Wagner no se redLtce a una caracterización ele amipodas, ames bien, opera sobre el supuesco de la propia afinidad con el renómeno de Ll décaclence según se ejempliflca en la cultura pC~cisina ele! XIX. Por eso es por lo qcce aquella Francia del gusto, sede de la cultura europea rnás espirttuat y refinada, da paso ~hora a París como la ,;us;nupolis que es capaz de acoger a los tipos singulares --Schopen­hauer, Heine- pero aden1ás con1o el "lugar natural·· de l:1 enfermedad f0DlÚI1[1Ca.

198/13: ,los esclavos .. / Con el aüaclido de esce párrafo a la versión original dei aforis­mo 254 de JGB, Nieczsche alude al debate sobre e! comercio de esclavos sos­tenido por la pcensa y la upinión pública alemana en nuviembte ele 1888. El sentido ele su alusión se completa con esta ocra de la misma época, que aparece en Ecce honJO: "En este rnon1ento, por ejernplo, el en1perador alemán aftn11a que su "deber cristiano" es liberz;.r a los es el a vos de África: nosotros, los ot,.-os europeos, llamariarnos a e::ito sencil!an1ence ''alemán"··. Lo que Nietzsche sugiere, pues, en son de burla, es que hay ~.::scbvos rnJ.s cercanos de cuya liberrrción podría ocuparse e! Reich (o su portavoz, la 0Joccklec,bche Zeitung), arltes que de l~t de los ne,~ros afric1nos o los bárf.xuvs franceses.

199/24: Pero enj"ernza ... 4/ Lt LdLiinJ. frase, "~c\.ber krank ... ', que in[rod:...tce efcctiv:.unence

un notable giro ckt sentido ele toda b CJ.racterizacLón anterior, no en Mós allá del bien y del rru:tl.

199/25: Wagner como apóstol de la castidad, I/ Nierzsche rep!Oclci~e aqui con rninünas v:triaciones los versos del final dei afuti~tnu 256 de JGB. El ~crner verso alude SJ.rcisricunence J.! rícuio del ~l!tícuto p;Jblicado por Wagne1~ en et núrnero ele febrero de 1878 de tos Bayreuther 13/úLt¿r (fluj(.,¿::; ,)e Sa;reutb, 2º

cu:t.clerno, pp. 29-42 ), ., H'?as ist deucsc!J? .. , at que también se haDta refertdo Nietzsche en el aforlstno 357 ele LcJ go.~ya ciencia, "Sobre el v 1ejo problem:r:·¿qué es alemán? ...

215

Page 23: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRADUCCIONES E INÉDfl"OS

200/6: ¡Fe de Roma sin hablar!/ KSA, 14, 371 sugiere la posibilidad de que la expresión "Glaube ohne Worte, (literalmente "fe sin palabras·) se remita a la de Mendelssohn "Lieder ohne \'V'orte".

200/7: \Vagner como apóstol de la castidad, 2/ Este epígrafe reproduce, con ligeras variantes, la segurrda parte de Genealogía de la moral, III, 2.

200/16: Hafis/ Hafis (1327-1390, aprox.), sobrenombre del poeta persa Moh:1rr.med Schams od-Din, autor del Diván, obra poética que in.flujó en Goethe para la composición del Diván de Oriente y Occidente.

200/19: Circ~/ E! rrüto de Circe, que transformaba en animales a sus adoradores, ha sido frecuentado por Nietzsche, volviendo a relacionado· en otras ocasiorres con la sensación suscilada por el arte romántico.

201/26: Wagner como apóstol de la castidad, 3/ Versión algo modlficada· / abrevia­da de Genealogía de la moral, III, 3.

201/2: Gottfried Kelie.r/ Gottfried Keller (1819-1890), poeta suizo muy admirado por Nietzsche, autOr de narraciones como Die Leute uon Scldwyla o Der grüne Heinn·ch y cernprano adversario de la música wagneriana.

202/1: Cómo me desligué de Wagner/ Los dos apartados de este capítulo reprodu­cen, respectivamente, los epígrafes tercero y cuarto del prólogo al segundo libro de demasiarfo humano, con algún añadido en el primer caso Y sin apenas en el segundo_ En cuanto al título ( .. Wie ich von Wagner loskam·), teniendo en cuenw que Nietzsche se libem de Wagner como quierr se desintoxica, como quien se quita ele la adicción a una droga, y que las expresiones en ese sentido son frecuemes a lo largo de la obra ¡ambién podrí" crctducirse: "Cómo me desenganché de Wagner".

202/4: prin1eros Festivales/ Nietzsche se refiere a los festivales de Bayreuth, desctnados a la representación de las óperas de \Vagner. Nietzsche asistió incluso a los ensayos de El crepúsculo de los dioses y La Valquiria, así corno a la represent~ción inaugural de EL oro del Rhin: pero se rnJ.rchó antes del fino.! del tercer ciclo de representaciones) previsto para el 30 de agosto.

203/20: El psicólogo toma la palabra/ Los dos primeros apartztclos reproducen en dos pan:es (algo abreviada l:l primera), e! aforismo 269 ele Jvfé.s allá del bien y del rruz!, ceniendo a b vlsta la redacción onginaL El tercero es üna versión apenas modificada del aforismo 270 de esa misma obD.

206/6: E~ilogo/ Las dos ¡xtnes ele este epílogo son una versión mínimamente reela­borads -algo ~cortada la prirnera- de los epígrafes ter-cero y cuarto del prólogo de 1886 a L1 segunda edición de ltz Cayo cie-rlrClCl.

206/16: Ante todo lo que n<) le n~ata, se hace más fuerte/ Cfr Crepú:oculo de los íclolns, ·ScnLcncias y flechas .. , 8.

208/lS: Tout co.mprendre ~ c'esr tour lTlépriser/ Comprenderlo todo -es menospre­ci:.lrlo todO··. Nlerzsche inviene aquí ei sentido de b frase de iYiadarne von SLaet: "Tout COITl.prendre -c'esc tout parclonner~.

216

1Vit:tzsche cnnt;a ~Y'~:zg ncr

208/23: ¿Acaso la verdad es una mujer que tiene razones pa-ra no dejar ver sus

razones?/ Gr. también ei prólogo de 1Yfás allá del bien y deí mal, redactado en la rnisma fecha que este texto (1886), si bien ei morivc) del im:Josibie des-velamienco último de la verdad ya está oresente en El • de la tr.cwe-

, o

dia con cérminos similares: "Si, en efecto, a cada desvelamienro de la verdad el artista, con miradas extáticas, pErmant=:ce siempre suspenso únican1ence de aquello que t;J.rnbién ahora, tras el desvelamief!to, conrinúa siendo velo, el hombre teórico, en cambio, goza y se sacisface con el velo airoJado y tiene su más alta meEa de placer en el pmceso de un desvelamiento caci1 vez más afor­t;_;nado, lngr:1cto por b propia fuerza. No habría cienc:i:I :;.lg~~na si ésta tuvíera que ver sólo ;:on esa única diosa clesnuc!a, y con nada más, (KSA, !, 98. Trad. case. de A. Sánchez Pascual, fvíadnd, ,\/iaflZ:1, 1973, pp. 126-7).

208/25: Banbo/ Figura de los ancigLOS mitos órficos de Dernéter.

209/1: De la indigencia del1nás rico/ Esce poema .J.parece inc:luido tarr:bién en los Ditiran-zbns de Dion"isos. Hay traducción a cargo de TxJ.ro Sr1ntoro y V!rgi:t.ú Careaga en: Nierzsche, PoPnv7s (L'vi:+---Jrjd, PerJ.ita, ?9""""'9), que hemos cc-nfro:-ltJ.­do con nuestr::t propl.a Y'ersión.

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217

Page 24: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

E_sc::t cdtclóo h::::. .sido posible con la cobboración de LL FUNDA.CION LUIS CERNUDA DE L\. DIPUTACION PROVINCL.\L DE SE\'lLL'\ y del MINISTERIO DE CULTURA

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~-~~ hc.Ni~CA C-;.?A6~-JcL . .-1~

Page 25: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

Rt 1 CIE

Esta revi;:¡U.l e,s <aiembro de ARCE. A.suci0.cióc de Revistas CulrurJks de Esp:1ñ:1.

CONSEJO DE DlltECCIÓN: Juan Arllonio Tous (director) lvlanuel Barrios Cas:::-.res (subdirecror) Franci::;co lvia.~.-:I'nez Pérez ~ César Moreno Francisco

© de los aL~torcs ©Er, Revista ele fllosofía 1992

SE-130-1985 ISSN 0213-1668 Irnpl~Ín1e: S .L., Sevilla Edita: A. Port~lcla: Gr:íhcas Siete Revueltas, Sevilla

José ja ;ier

es semestrai

!vloreno (::tclminisrr:lción)

_1\_rgenrina, 32. 41011 Sevilla 12345 4l080 Sevii!a

SUiviARIO

"El más ÜK[Ltier.ante de codos los huéspedes" NÚMERO MONOGR1\FICO DEDICADO A FRIEDRICH NIETZSCHE

Remedios Á V1LA. CRESPO transualoración_

La filosojla como búsqueda de !a salud Manuel BARRIOS CASARES

Los de la virt-ud que hace regalos Giuliano Ct\.lv!PIONI

Las de la íiheración en la filosofía de Nietzsche

9

35

57

99 Felipe JVLA,.RTÍNEZ lVLARZOA

E! tiernpo del eterno retorno

Diego SÁNCHEZ MECA

Perspectíuas actuales de del Uebermensch nietzschecmo lll

TRADUCCIONES E

Frieclrich NIETZSCHE

IJV.OHi./ntJ.J (1869)

Traducción y presemación ele A11drés Sánchez Pascual

Frieclrich NIETZSCHE

Nietzsche contra lY'agner_ Documentos de un psicólogo Traducción, presentación y notas ele Manuel Barrios C1sares

----~----------

COMENTARlO Y RESEÑAS BlBUOGl\i\FICAS

COI'vlENTARIOS

Lo de Nietzscbe

RESEÑAS

157

177

221 1''-~J)

269

Page 26: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

lviONOGRÁFJCO DEDICADO A FRIEDRICH NIETZSCHE

un pasado ideal e idealizante. Con ello el poeta afirma, por tanto, la universalidad de íos temples lírico-musicales para todos los Iiempos, e. d., da un paso en dirección a la música absoluta.

El límite de la música absoluta está en eso: en no dejar de ser música de ocasión, e. d., se supone que determinados estados ele ánimo que son musicales y otros que no lo son. Se consideraba como norma el estado de ánimo en que el ser humano canta.

Así se obtenían dos mundos yuxtapuestos que se alternaban más o menos, de suerte que el mundo del ojo desaparecía cuando comenzaba el mundo del oído, y al revés. La acción servía ún:icamen­te para llegar a la pasión, y la efusión del volví:! a hacer nece­saria una nueva acción. La consecuencia lógica de ello era que no se buscaba la mediación entre esos dos sino su neta contrapo­sición: una vez que se le habia demarcado su reino al ánimo, también el encendimiento debía hacer valer ahora sus derechos; Eurípides introdujo en el la dialéctica, el tono de la sala de juicios.

Vemos aquí la enojosa consecuencia lógica que de ello se sigue: la música y la acción, el intelecto y la

voluntad son cada una de las partes separadas se atrofia. drama musical de los antiguos surgie­

ron la música absnh:ta y el drama de familia.

50 Unidad del poeta y el compositor. Dado que tenernos un media­

dor entre nosotros y la Idea (eso que los católicos llaman un santo, un e~'cemplurn clásico), nuestro tiempo sería el primero en estar capa­citado para tal unidad si no hubiera qued:1do aterroriza­do por la irrupción ele esa codopocleros:J. fuerza natural y no tratan de quirarse de encim;:¡ su miedo produciendo un ruido de coribantes: el santo vive y muere desconocido, cierramente, ¡mas clep a la poste~ ricbcl un recuerdo comnoveclorl

176

FRlEDRlCH NIETZSCHE

NIETZSCHE CONTRA. W~Gl'.'ER Documentos de un psicólogo

Traduccion, presentación y notas de !Han: teZ Bar!! os Casares

PRESElYTACIÓN

Dentro del conjunto ele obras del último elaboradas por Nietzsche a parTir ele la primavera de 1888, en de la gran cosecha", en medio de arrebatos de inspiración y de fuenes tensiones anímicas que ~mtececlen (peo que todavía no sor; s:c mELs síntoma de ello) la euforia ele Turín y su definitivo huccbniento psíquico, el escrito Nietzsche contra \-Vagner ocupa sin lugar a dud::cs un lugar muy peculiar, dadas sus caracrerísticas 1 porqne no se trata propiameme de un nueva obra de Nietzsche, sino de una recopila­ción de textos pertenecientes a varios de sus lóros ~u;reriores y en lo:' que ahora re:J.liza una seTie de modificaciones, omisiones, añadidos y demás correcciones tanto estilísticas coGo de contenido. Segundo, por los motivos específicos que le a preparar esta antología antiwagneriana. Pues si bien en toda la licenria ele este período se hace cada vez más !;¡ necesidad qt:e Nie~zsche siente de "ponerse en claro", de aclarar posihles en torno a

1: Los datos relativos :1 las circunstancias biográficas y J. la génesis de b obr:.1 h:1n sido extcúclos princip;Jlrnence del r~iC'O!)llH:"'nr:ll rr:1h:1jo de Curt Paul Janz, Friedrich

LVietzsche_ .BiogrojTo Cf·;Iadrid, _Alianz::t edirnr-L::!), -vols. 3 (Los diez arlo::; dPl j!l(!snftJ

errarzte) y (Los aiios de traducción de j::.cohn lvluñor: e Isidoro Reguer:t, Evf:1drid) Alianza, 1985 y 1987; así con1o de b Crónica efe !a de !Vict::::­

sche, vol. 15 de la Frz'ecirich LViet:::sche .S'itn:.'Ifcl1 C w·erke) J(ritisc:be 5'tudic?&n:tsgohe

(=KSA), lYlünchen-Berlin, drv-de Gruytcr, 1980, a cargo de Ginrgio Co!li y ;\tf::lzzinc i'viontin:Jri, que ::t su vez se süve de ést.:1 y otr~ls ;·¡pnrr2ciones de

177

Page 27: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

IRWUCCIONES E INÉDITOS

su pensamiento2 y, al mismo üempo, de llegar a un público más amplio e influirle, en !Vierzs"be contra Wagner dicha pretensión se ext~ema y adquiere unas connotaciones singulares, que arrojan un significativo saldo de cara a una comprensión más exhaustiva de su última filosofía.3 Como en gran medida ello se debe justa­menee a los motivo:o que están a la base de la génesis de la obra Y

que, por tanw, merece la pena recordar ahora. El Caso Wagner, ese mro gran documento del antiwagnerismo

a mediados de septiembre de 1888. depositadas en él por Nietzsche y a

que la primera edición se vendió casi de irunediato, el libro no había

2: y no sólo en lo co~antc a Sl.l teórica, sino también en sus <-lLtitudes Y reh1ciunes ruí pueJ.e comptGL:..Lrse en su carta a fliJ.l\vLdJ. von Lvleysen­

burg dei 20 de octubre ele 1888, en l:l que Nietzsche fuerza la ruptura de sus rela­civc1CS con ac:uelia vieja :u:nig~: a cauoa de la predilección de ésta por \Vagner: ··Poco a poco ite rvu1plendo Gl.si todas n1is relactones hucnanas por repugnan­cia a que se n1e tvtne y01. J.lgu dLSLlr:to ~ lo que soy. Ahora está usted en la lista. DesJe hace ~lfu.)~ n·~~:.:; e;)cr:c.Jo, para que ahor~t al ;~inal venga usted a n1ani­

fe~tJ..rnlt.:, honLtda e ingenu<.unente, ''repuJ~o cacb una ele sus palabra:)" (. . .) ¡Aclá­rese, por fin, entre \Vagner y Nietzsche!, (Frieclrich Nietzsche, Sürntiicbe Briefe. Kri­iiscbe (~KGB) a cargo ele G. Colli y M Mvminari, München-Beriin,

cirv-dc Gru.ycer¡ 1986, vol. 8, pp. 457-8). ~Ic cr.::.sLdnte, J~tt1Z p1cciso tener en cuentJ adernás en este punto el impor-

LHLLC: papel jug~tZ:kJ pvr el nuevo e~ihJl·, C. G. ~,¡,JLHll~U111 1 quien inf1uyó de modo nlJL~LLle en tas decisiones de Nie[zsche sobre la secuencia de publicación de sus obras. Entre otn.J;:J en favor de tal conslderación, Janz aduce la _carra de

N3

urnarl. ... '1 ::1 Franz Overbeck, del 21 de febrero de 1889: "Cuando et Prof. Nietzsche rae vl~ttó b úlLl.au v·cz [al:.~vv de 1886], le lnvité a escribir. ances de lJ. iJUiDt.lcauuJo

de su ''tr:::tnsvalut;_¡~ión", .otlg.L:n.cs pequeños opúscuios, bara[OS de lanz:tr, en lo que se reLc:re n:..:peLi~L~rJ.c:nce a su obra capical; él aceptó b iclea de lnrnt::di:uo Y n1e

aseguré que b llevarla ;.L cabo. No creo que sea apenas necesario justificar ::thora oue con ello pensé en el =·c~.so \Vagner", aunc.1ue tnás bien er:tn del tipo

clel '·CrepC!.s~;_~lo Jc lo~ ~J.v~cs" tos que teni~l en. tnienr.es. Es un h.echc en contr:l qLLe

el "CJso \'V'ag:ner" ha revtt:.llizado exrr:~.ordinariarnetl[C el interés por el profesor L-üeLzsd1c en..__ t.:~;..-:....LiL.:::-3, :::.sí canto el de ios ídolos" no hará rnenos en otra::; esl'eras. Doo~._~e rnejor se ntanifiesc.t esto es en b buen:1 situJ.ción

t:LOo.úuüca de L..L e._itrvti...;.: .. (ClL:tdo por ]:.1nz, op. cit. vol. 3, p. 513 ).

178

Friedrich Nietzsche· tYietzscbe cotztra ~Vagner

obrado el efecto deseado: el sentido más hondo de su apasionada y desgarradora polémica con Wagner, su lugar específico en el contexto general de la tarea de transvaloración de todos los valores, continuaba siendo una incógnita para sus contemporáneos.4 Y las reacciones de incomprensión no se hicieron de esperar. Por supuesto, Nietzsche contaba de antemano con la animadversión de personajes como el furibundo wagneriano y biógrafo del maestro, Richard Pohl, quien se apresuró a replicar con un ataque frontal ad horninent ritulado "El caso Nietzsche, un problema psicológico", en el que prácticamente se limi­taba a acusarle de celos de músico frustrado disoaratando sobre el falso supuesto de la existencia de una ópera' con~puesta en tiempos por Nietzsche y criticada por Wagner como único motivo real de la ruptura entre ambos. Menos podía esperarse, en cambio, la discreta acogida que su escrito tuvo por pane de Ferdinand Avenarius, ediwr por aquel entonces de la revista Kunstwart. En el mismo número en que Heinrich Koselitz -su fiel am~muense, Peter Gast- reseñaba el libro, Avenarius venía a comentarlo en términos tan poco favorables como los siguientes: "Es un hecho declarado el cambio de sensibilidad de uno ele los más destacados, quizá el más destacado, de los "wagne­rianos". Si éste nos hubiera hecho, tranquila y objetivamente, una exposición de las razones que inv:tliclan sus r:1zones ::interiores -no podríamos hacer otra cosa que agradecérselo: más improbablemente porque nos convenciera, más probablemente porque nos hubiera pro­porcionado ocasión para el análisis agudo, en orden a la refutació~-. Tal como se nos presenta el escrilo, aparece casi como el regalo de un folletinista muy ocunente, que juega a las gnndes ideas .. 5

De este modo, Nietzsche pudo tomar conciencia bien pronto de cómo, de cara a la opinión general, su intempesrivo escrito

4: Senrido que tvi:..tzzino i'vlon[inarl subray:J y slntetiz:J. ele b rnanera n1{is pregnar:te con

estas · "No se debe olvidar lo aoünJ.cionail,SC:.t, anügernt.ínico, ~Lrl[il ron1inxi­

,_::o, anti-:1nciserüüíco, ancio~curarutsr.a, antirucL..tfísico, :lnEi-lrracionalisc:.t., antin1ícico

(e.d., ;.1ncijesuüico') de la lucha J.nri\V:.lgneri;..lna de Nierzsche-. ((v[or:;tütari, 1Vietzsche

lesen, Berlin, de Gruyl:e<', 1980, p. 53) 5: CiLado por J::tnz, op. cit., Ili, 526.

179

Page 28: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRADUCCIONES E Ii\ÉDJTOS

pasaba por ser el fruto de una repentina conversión por parte del que hasca entonces había seguido siendo, a ojos de la mayoría, un ferviente admirador de la música de Wagner. Toda la intensidad de la crítica nietzscheana quedaba así rebajada, en la misma medida en que, desconociendo la evolución de sus ideas, en particular por lo referente a esta cuestión, se la malinrerpretaba poco menos que como expresión de una súbita apostasía y de. un improvisado ataque. Nietzsche comprendió entonces que había de aducir pruebas de lo conrrario, pero en su precipitación y vehemencia en deshacer el equívoco erró en sus cálculos de cómo llevar esto a cabo. Decidió en principio que lo mejor era que no fuese él mismo, ni tampoco, claro está, sino una tercera persona quien se encargara de ello, y escogió para tan delicado asunto al crírico de ane Carl Spiue­ler, a la sazón reconocido adversario de la "música del futuro", que acababa además de escribir una carta felicitando a Nietzsche por su trabajo y había manifestado su coincidencia con los gustos musicales de éste en un artículo publicado el 8 de noviembre en el una revista ediracla en Berna. Nietzsche se apresuró, pues, a escribirle el 11 ele diciembre, ya con la mente puesta en la edición ele una reco­pilación de sus textos:

"Quiero hacerle hoy una proposición a la que le ruego encare­cidamente que no se niegue. Mi lucha contn Wagner ha fracasado porque nadie conoce mis escritos: de modo que el "cambio de sen­sibilicbcl", como se expresa Avenarius, por ejemplo, pasa por ser algo sucedido al mismo tiempo, más o menos, que el ''Caso w·agner" De llevo luchando ya diez años. El propio Wagner era quien mejor lo sabía-: no he enunciado en el "Caso Wagner" ninguna proposición general, ele orden psicológico o estrictamente estéüco, que no expuesto ya con la mayor gravedad en mis escritos anteriores. estas circunstancias, para avivar la cuestión al m:S.ximo y lievarla ahora otro escrito ele i:J. m i.s1Tu presenración y que el "Caso \Vagner", que se componga sólo de ocho trozos graneles y cuidadosamente

entre mis bajo el título "Nietzsche contra \Vagner. Doet.tJnemos sacados de las obras ele Nietzsche". Estimado señor,

180

Nietzsche comra Wagner

usted es el que ha ele y escribir cm una auténtica declaración de guerra,.6

que sea

Como sucede con otros muchos juicios vertidos por Nietzsche en su intensa correspondencia de estos meses finales de 1888, su afir-mación de que El caso n.o añade nada sust:1.ccial a lo expues-to por él sobre este asuc.to en ser m:ltiZJ.-

da. Hay al menos un aspecto en el que El caso tV:11gner representa un avance respecto a tratamientos de la cuestión: el del establecimiento de una ímima corre!:J.n.ió.r:. e.r:.tre hegelianismo, o, si queremos ser más

y

Hegel son interpreraclos aquí en Et:nción de las que de sus respecüvos pensamienros realiza la época, y por tamo poseen más bien el valor ele mecifora y síntoma de ést::t), el del reconoci­miento de la connivencia entre romJ.;;ticisrr.c y modern:::Js dentro de una única din:S.mi::::a nihiLsta. El paralelismo trazado ahí entre las posiciones hegeliana y wagneriana -al cual Nie~zsche sólo habb aludido antes, ele pasada, en un par de ocasio­nes 1- se conviene ahora en una ele las cl::t ves ele la dimensión filosófica ele su controversia con Wagner, y lo hace justo en esa época en la que Nietzsche retoma a la temática de El ·nací­miento de la tragedia, reformulJnd(>b sensiblemente: retorna al arre como tarea ele afirmación vital comra la décadence y como actividad

6: Cit3 n1os ta cart:::t por la traducción de J. e L Reguera que aparece en Janz, III, 526-7, rescituyer>.do ::tl texw las CL'rsivcts er, r:;se al trahajo de edición crítica cíe Colli y Monrinari, KGB, voL S, pp. 523-4.

7: Sóio bentos ioc~üizado do~ referencias, un2 en el :.1fori;,r:~c 99 libro segt:r:dc de

Lil Cayct Ciencin: ,Rich~1rd \X1:1gner se ha cie-j:do pnr Hegei h::~:::;r:¡ ,::[e

su vid:1; después, ha vuelto a h::tcer lo n1ísn1o Lnterpre(:~:rdr~ sus fig~tras a panir de la doccrlna de Schorenhauer y cornenzando a form:.d::tr:c;e a sí en. té:-minos

de ·'vn!unt:ld", "genio" y "cornp:Jslón" .. (KSA, 3, 455); y otra en el :1fc-Jri·;n1n ::Ui/+ de 1Héts a!lá del Bien y del idai: "Los ex[ranjeros se detienen, y ::::r:;ídn'S,

:1nte !os enigrnas que tes p!an[ea la conrr·ldic-:'lr::-. h~l y en el fondo de! a[rn:l a!e1T1ana (n;..Hur::deza COflfrJJ:l!n,_)r~a que Hegel redujo a sisten1a, y Rich::n-d \V':.1gner Crltirnarnt""nfe codavtJ. :1 (T~:lcL.:cc~ór.. de Ar.dré.s S:lnchez. Pascua!, Maclricl, Alianz:l, 1972, p. 198; KSA,

Page 29: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRiWUCCIONE'S E J!Y'ÉDITOS

(oost)metafísica. A tal fin, al mismo tiempo que trata de recobrar todo aquello que pudo constilurr su "Primera transvaloración de todos los valores", lucb.1. por desembarazarse defi.nitivar:aente de los perturbado-res de de desde el postulado transfe-noménico de un l!nc.> hasta la hipmeca romámica del

Las anotac:iones para la obra proyectada bajo el título de La recuge:1 n~anerosus testimonies de su litigio con

mientras que este escrito -como luego Nietzsche se concenua en su otro gran adversario.

Hecha, pues, esta salvedad, sí que puede considerarse por lo demás que, en los .documcmus sacados ele las obras ele Nietz-sche· Avenarius, Pohl y otros, que su polémica con \vagner venía y que los términos esenciales ele la misn1a no Labían una repentina y caprichosa varia-ción. En ia misma cana antes referida, Nietzsche indicaba ya a Spitte­ler qué e. el., qué pasajes ele sus obras eran los escogi­dos par:1 clen.:ost.rar estos Se trataba empero de una primera selec­ción, que no serí:l la y que pergeñada en una de sus m1::.ivas del día amerior a F. Avenarius, en la que por una parte agradecb a no sin cierta ironía su crítica, pero por ocra le reprochaba el n.o haber sa!Jido reparar en lo esencial -«die

8:

9:

y Cúllldnicárselo a sus lectores 9

La selección propuesta por Nietzsche en su carta a er:1 la siguiente: L Dos amfptJdas (Gaya Cic:".cia, pp. 312-16) 2. Un arte sin (Humano, demasiado ltULL..lnu, 76-78) 3. BL·~rr·oGo (iiL.¡nano, toinO 2 1 62-6LD 4. Lo espressivo a toda costa (El Cl1ninante y su sorTtbr~l, p. 93) 5. YVagnet: actor y ndt-ht ntús (Gay:l cienciJ, pp.

cr Fraticia ,)Les allá del bien y del mal, 220-24) 7. (Genealogía de la mor::ti, pp. 99-105) S. Ruptura de

ciernasiado hu:nano, con1o 2, prlJlogo, pp. VII­

V1II) De c::st:J. selt.:-.:.c~0n : ','..:Lh:.l :1 üaJ:l~l ,:h:: h.1s l·~fcr:;:::nci:;lS indic:.:~das en un:.1

c::tn~· ~l [\v'c;.1L:r~u.~, NEeczscbe exclu~ó un par de pasajes e incluyó otros en la

versión ciehnicív~L Cfr. T.1LL.L con ios sucesivos planes de edición.

KGB 8 517-8. En esu carta, a la que ~vL.:,ncicJri h:.1 CJ.lificado de vercbder:.l ~clave·· de l~~ ~br::1, .'i tecz;:;c.~l:.e st:l-~LLLI y:J c~n .... 0 textos --nut::ve ciGlS- en los que puede

b corrupción de Bayceutb .. , la ,:Ji2>put:l entre una

182

Friedrich Nietzsche ;Vietzsche contra rVagner

No obstante, Nietzsche se arrepintió ele inmediato de la idea ele recurrir a terceros para dilucidar la cuestión, escribiéndole el 12 de diciembre a Spittler su cambio de parecer y su decisión de publicar él mismo el texto, aunque ya un nuevo equívoco al respectO había sido sembrado, puesto que Spitteler interpretó todos estos vaivenes como un intento de manipular su persona. 10 No acabaron ahí, sin embargo, las dudas de Nietzsche sobre la conveniencia de publicar esa aclara­ción, ni sobre cómo y cuándo hacerlo. Las indecisiones, los cambios de planes fueron constantes: Nietzsche pensó inicidlmeme en postpo­ner la publicación de Ecce homo en favor del nuevo enviado a Naumann el 15 ele diciembre, y así se lo hizo saber a Peter Gast al día siguiente1

\ pero cuando a los pocos días recibió de su editor las primeras pruebas ele corrección de Ecce homo, volvió a modificar sus planes ele edición, comunicándole entonces a Kóselitz el 22 de diciembre: "No vamos a imprimir el escrito "Nietzsche contra

··nawralez;:¡ dionisiaca· y la de un .. décadent·, dura ya desde 1876. Ademis de La gaya ciencia, 312ss., encontrarnos ahí !as s1guíenres referencias: "_ffu;naJ~tc, deJna­

sütt.-fo bunu.Jno (escri[O hace n1ás de diez :.tños) 2, 62ss. décadence y bt::rnintsrno en

el estilo de Wagner; 2, 51: su sensualidad neurótica; 2, 60: barbarie rítmica; 2, 76: catolicislnO del sentüniento; sus "héroes", fisioiógicarnence irnposibles). E! canúnan­

te y su sornhra, 93: contrct lo espressivo a coda costa. Aurora, 225: el af(e de Wagner para falsear en música el dolor Gaya ciencia, 309: Wagner actor, también como músico. 110: Digno de admiración en d refin:ctEicnto del dolor sensual. iY!ás

a!!ú del bien y de! tnal, 221: Wagn-.:::r. pertenectente o! París enferJno, p1cpldn1entc

un tardo-romántico fr:tncés como Delacroix, corno Berlioz, todos ellos con un fondo de i.ncur:tbtliUad ;1 b base y, por consiguiente, fan:iricos de b expresión·· (idem).

10: Víd. KGB, 8, 525 Pan b reacción dé Spitteler, cfr )cmz, op. cit., Ill, )27-8 y IV, docun1enEo nº 12.

11: KGB, 8, 527: "Ayer envié :1 C. G. Naun::::tnn un n1:1nuscrito que h:ay que pubLicar

lnrnedi2tainence, por w.o.co, antes que ,.fcce hotno". i'lo encuentro [raduC(Or pJ.r::i

,,Ecce": 2sí que J.Ún debo rt:[rasar !a tn1prestón unos n1eses. A f1n de cuentJ.s, no corre prisa. - Lo nueuo k va :1 gus[ar -LLSt•.::cl tarnbién aparece- ¡y cón1o! Se Licula JVietz­

scbe conEra l.\?úgner: Docurnentos de LtCl psicólogo. Se crau. esencia!rne:tte de: una car:..tcr:eriz::-tción de r.utJ.ij:.:cdd.), en la que be ~rnpteado una serie de pasajes ele tTUS

escritos anteriores y de ese n:oc!o he cbdo un:1 contraparrida rnuy seria ::d "C:.1so \Vagner". EUo no t:::.s óbice parJ que tos :.:letnanes se~H1 [raudos en. db con r:naicbd

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Page 30: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRADUCCIONES E INÉDITOS

Wagner". El "Ecce" contiene todo lo esencial también a este respecto. La parte que, entre otras, recuerda al maestro "Pietro Gasti" ya está incluida en "Ecce". Quizá inserte también la canción de Zaratustra es decir: "De la indigencia del más rico"- como interludio entre dos a parta dos fundamentales" .12

Tampoco en esta ocasión la advertencia a Naumanri llegaría a tiempo, la celeridad del editor obligaría de nuevo a Nietzsche a recti­ficar sus planes sobre la marcha y, aun a pesar de insisür por última vez el 2 de enero de 1889 en su renuncia a editar la obra, los aconte­cimientos, junto con la crisis, acabarían precipitándose. Cuando el 8 de enero Franz Overbeck encontró a Nietzsche en su habitación de una pensión turinesa, sumido en las primeras ünieblas de la locura y rodeado de montones de papeles que ya no era capaz de descifrar, entre éstos se hallaban las primeras pruebas de imprenta de Nietzsche contra tFagner. Lo. obra aparecería publicada por primera vez ese

en una edición privada, y más tarde sería dada a conocer al en 1895, dentro del octavo volumen ele la Grossoktauaus­gabe. Hasta las decisivas aportaciones de Erich Podach13 y la apari­ción de la Kritische Gesamtausgabe a cargo de Cclli y Montinari, las sucesivas reediciones hechas desde 1899, incluida la de Karl Schlech­ta Hauser, 1954í6), se atuvieron al cexto de esta edición de

--··--·--·-·~~~~---------

espai\oi:.1 --el escrito (unos tres ptiegos) es extrern:lda1nence antict!ernán" Result:1

sugestivo prt:gunt::use en qué n1edlcb b "Jnaldad española .. a la que Nietzsche alude en su cart:t no hct pcocur::rdo expresarla ya en el título rnismo de la obra, que es l~te·

r:ürnentc el de "Nietzsche co,ntra Wagner", así escrito, en la fórrnub btina en1pleada par::t incoar procesos judici::tles, coincidente coo b expresión en cascellano¡ y no ,,Nietzsche ,gegerl Wagner", con1o se diría en alernán. En es<1 c::tn::t, Nietzsche introdu­ce aden1:.'is un juego de dcJbles secrido.s propó:-;ito de una f.eferencL::.t previa a b opereca española de Federico CLueca, aLa gran vía .. : "Este nuevo escrito ~.erá quizá muy leído, debido a la curiosidad que ha suscitado el "Caso \Vagner" ~--y como ::thora no escribo uns. p~dabra en la que yo no rne rnue.stre :1 b tuz por cornpieto, esr~1 ancf:cs;s de-p_.,-icr5!ngc es yJ., er: deftniciva, ei carnioo p~r; .. t "=:ntenderrr.e - l:l gran vt~L .. " (ihid. 528).

KGB, 8, :·AS-6.

13: Pod~ch, Erlch F., Friedrich 1Vietzsche \Verke des ZusrJrnmcnhruc:bs. He1delberg, \Voifgang Rocbe, 1961.

Friedrich •Vi~tn.~ho l\fiet::sche contra ~Vagncr

versión original: se 1895, que difiere en puntos omitió el capítulo titulado , así como los poemas "Venezia" conocido como ·Canciór de góndola"), con el que concluía dicho capírulo, y "De la del más que debía haber ido situado al final del libro. Pero a diferencia de mras mutila­ciones y falsificaciones sufridas por los teA.rtos nierzsche3nos, la menos escabrosa, de estas omisiones

Nietzsche a Kóselitz que citábamos más ya que los fragmentos suprimidos en la edición de 1895 a los que en ella se mencionaba como objeto de un traslado al otro libro enton-ces en prensa. Claro que lo que Nietzsche argumentaba ahí era única­mente que Ecce homo podía recoger esos textos éltm en el caso ele que, corno al fin había decidido, no se publicara Nietzsche cnntra

, !a obra que les incluía. Pero en absoluto daba pie al proce­der e_clítorial seguido, como si lo resuelto por él hubiese sido svprimir tan solo esos pasajes y publicar el resto.

De esta carencia fundamental se han venido resintiendo igual­menee las diversas traducciones que en nuestro país se hicieron de la obra, desde las de Luciano de Mantua 0904) y Pedro González­Blanco (Valencia, Sempere, 1906) hasta las ele J E. de (Caro 1930) o, inclusive, ía ele Eduardo Ovejero y Mauri

AguiJar, 19_32), basada en la edición de Króner y _en la Esta es, que sepamos, la primera vez que se en castellano este escrilo -~ un escriw

en el que, como ya indicamos ames, Nietzsche muestra, en sus propios rexros, la genealogía cte .su En ello reside el

cieno moclc> ele la n1ayor inceré.s y atraclivo d~ esta nacida en obsesión del último Nietzsche por afroncar una ,. renEe pregunta con la que .

otra vez esa insis­Ecce horno: .,;se

me ha entendido?, A su manera, Nietzscbe contra Vvagner es o~ro comempbdo sola y exclusivamence desde el prisma

ele su oposición a . Las duelas de Nieczsche sobre si ?ublicar con ancelación uno u otro libro no hacen sino s1; hcl yar este mcEno paremesco desde un punco cie visea extrínseco. Más mente, aúaclir: si bien es cierto ---como ha moscrado

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Page 31: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRADUCCIONES E INÉDiTOS

Mazzíno Montinari y ha reiterado con todo lujo de detalles Andrés Sinchez Pascual en su estu.dio introductorio a la obra en cuestión -que, en última instancia, El Anticristo acaba recogiendo para Nietzsche todo el conceLido de la Tmns~·aloración de todos los valores -o sea, de S'Li Hauptwerk-- en otro sentido no menos decisivo, a nuestro juicio, Ecce Homo y Nietzsche contra \.Vagner constituyen asimismo otras tantas facetas de la transvalora­ción, que no se e:o::Iictarr:er:t.e en el terreno pero que tampoco permanecen sin mis ajenos a él. Tal vez sea sobre todo por 1Eoti\ o por lo que merezca la pena leer ahora este texto con la r:.1ü:ZldJ. acema, en ese arte de buen leer, que Nietzsche de la y quiso también como clesEino para los escricos de la filosoLa.

186

Friedrich Nietzsche Nietzsche contra Wagner

Tabla de Sucesivos Planes de Edición de Nietzscbe contra Wagner

10.11.88 11.12.88 12.12.88 (A Avenarius) (A Spitteler) (W II 98)

FW370 F\'V 370 FW 279

VM 144 YM 171 FW87

VM116V w 144 FW368

VM 134 WS 165 YM 134

YM 171 }~368 WS 165

ws 165 ]GB 256 VÑf 171

M 255 GM, ID, 2-3 FW' 99

FW368 MAt\1, II, FW370 Prólogo, 3-4

FW87 ]GB, 254,256

MAM, II, Pról, 3-4

FW, Pról, 3-4

-l<: En negriL'l se tndic:1n 1os textos iacluiclos en la vers.{~n definüi v ~l de L'f';v". Las obr:.1s de Nietzsche son cüacbs conJonne a las abreviJ[Ur:J.s de b A>iti:;;c:be Ges<-Lnttt:zLlS­

gahe. Salvo los dos aforismos de FW exc!uiclos (279 y 99), ei plan del 12 ele diciembre de ~888 responde casi cxacc.lrnen[e al contenido y :1l orden deLrliLivu ck l) .. ..,Ll¡Ju:Jición

ele Nietzscbe contra \í7agner, en el que se :cñaden los :~forismos 269 y 270 de JGB. e1sí

como los versos del final del aforismo 256, y se recuperan los pasajes ele GM. m 2 y 3 señai;1dos en b carta a Spicceler.

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1 1 Nietzsche contra !

agner.

Aktenstücke emes Psychologen.

Von

Friedrich Nietzsche.

LEIPZIG.

Ycrlag ;on C. G. Nuumann.

¡33<).

5

FRIEDRICH NIETZSCHE

NIETZSCHE CONTRA WAGNER Documentos de un psicólogo

Prefacio

Los capítulos siguientes han sido seleccionados en su conjunto, no sin cautela, de mis escritos anteriores -algunos se remont:J.n a 1877-, acaso aclarados aquí y allá y, sobre todo, abreviados. Leídos uno tras or.ro, no dejarán duda ni sobre Richard somos anripodas. Con ello se otra cosa:

10 por ejemplo, que éste es un ensayo para pero no para alemanes .. Yo tengo mis lectores en todas partes, en Viena, en San Petersburgo, en Copenhague y en París, en Nueva York -, no los tengo en el país chaLO de Europa, en .'\lemania ... Y quizá tendría que decir también una al oído de los señores italia-

15 nos, a quienes amo tanto cuanto yo... t::tndem, Crispí ...

20

30

Triple alliance: un pueblo inteligente no hace nunca con el "Reich" sino una mésalliance ...

Friedrich Nietzsche Turin, Navidad ele 1888

Dónde siento admiración

Creo que los artisras desconocen a menudo es lo que mejor pueden hacer: son demasiado vanidosos para ello. Tienen puestas sus mientes en algo más soberbio ele cuamo parecen serlo esas pequeñas plantas que, nuevas, raras y saben crecer sobre su suelo con genuina Aprecian ele :nanera superficial lo que en definiti­va constituye lo mejor ele su y su y su amor y su entendimiento no son del rnismo rango. He aquí a un músico que más que otro músico CJfra su maestría en hallar los ronos del reino ele !as alrr!as doliemes, y aun en prestar lenguaje a la muda miseria. Nadie le iguala en los colores dei otoño

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TRADUCCIONES E INÉDITOS

tardío, en la felicidad índescrípliblemente conmovedora de un último, brevísimo goce; conoce el sonido para esas arcanas e

iilquietantes mediacoches del alma en que causa y efecto parecen sacados fuera de y donde, en cualquier instante, algo puede surgir "de la nada". Con rn.ayor acier~o que: ninguno, crea desde el 5 má; hondo sustrato de la feiícidad humana y, por así decirlo, desde su copa vacía, donde, en buena y n:ldla hora, las gotas más ásperas Y amargas se escancian junto a las más dulces. Co~oce ese fatigoso deambular del alma que ya no es capaz de saltar ni de. volar, ni tan siquiera camin::té; tiene la müJ.da del dolor encubierto, del 10 comprender sin consuelo, del despedirse sin confesiones; como Orfeo de toda secreta es superior a cualquier otro, y por mediación suva se han añadido al arte muchas cosas que antes pare­cían inefable; e incluso indignas clei arte -por ejemplo, las cínicas revueltas ele las qc,e sólo es cap<1Z el que sufre, así como un sinfin ele diminutas y cosas del alma, por así decir, las escamas ele su nacuraleza anfibia; ciertamente, es el maestro ele lo diminuto. Pero no serlo. cL·ftLLer m;;is bien los graneles muros y las pintura.,; murales atrevidas! ... No se da cuenta ele que su espíritu posee otro gusto y otra inclinación -una óptica contrapuesta- Y de que por encima de codo gusta de sentarse quedamente en los rinco-nes ele los edificios en ruin,c.,;: allí, escondido ele sí mismo, pima sus auténticas obras maesrras, que son todas muy breves, a menudo ele un único compás, -sólo quizá exclusivamente allí,

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-r se hace y perfecto.- Wagner es -) alguien que ha subdu -tal es su rango de privilegio sobre los demús rnú:oicos.- Yo adnüro a \X/agner en wdo aquello en lo que él se pone en música a sí mismo.-

Dé,nc~e hago

Con ello no dicho que yo tenga por sana a esta música, al nwnos ::üli donde habb \'Vagner. Mis objeciones a la música ele Wagner son fisioiúgicas: ¿para qué clisfnzarlas bajo fór­mulas estéticas? La estética no es cienamente otra cosa que una

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30

Friedrich Nietzscbe 1Vietzsche contra ~Fagner

fisiología aplicada. - Mi "hecho", mi "Petir fait vrai>, es que ya no respiro bien cuando esta música obra su efecto sobre rrú; que de inmediato mi pie se pone malo y se revuelve contra ella: pues tiene necesidad ele cadencia, de danza, ele marcha -al compás de la

5 marcha imperial de \'Vagner, ni siquiera el joven emperador alemán puede marchar-, de la música pide ame todo los deleites que están a la base de un bue·n anclar, pasear y danzar. Pero, ¿no- protesta también mi estómago? ¿mi corazón! ¿mi circulación de la sangre? ¿no se revuelven mis tripas? Me quedo afónico sin darme cuenta ... Para

10 escuchar a Wagner necesito paslillas Gérandel.. Y me pregunto, pues: ¿qué es lo que quiere propiamente todo m1 cuerpo de la música en Porque no alma.. Creo que su esparcimien­to: como si todas las funciones animales tuvieran que ser aceleracl::ts mediante ritmos ligeros, acreviclos, desenvueltos y seguros ele como si esta vida férrea y plomiza tuviese que su pesadez por medio ele melodías doradas y suaves como el aceite. Mi melan­colía quiere reposar en los escondrijos y abismos de la perfección: para ello necesito la mC1siG1. Pero Wagner me pone enfermo. -¿Qué me impona a mí el teatro? ¡¿Qué me importan las convulsiones

20 de sus éxtasis "éticos", en los que el pueblo -¡y quién no es "pueblo,!- halla su satisfacción71 ¡¿Qué me importan todos los ade­manes ele hocuspocus clei comediame' - Como se ve, yo soy ele índole esencialmeme antiteatral, en el fondo de mi alma tengo contra el teatro, ese arte de masas par excellence, el profundo des-

25 precio que tiene hoy todo anista. Éxito en el teatro -con_esto u~; cae en mí estima hasta nunca-más-ver; fracaso ahí agttzo los oídos y comienzo a apreciat· ... Pero Wagner, por el junto a! \'Vagner que ha escrito la música más solitaria que existe, ha sido además, esenci~1lmente, un hombre ele teatro y un comediante, el

30 mimómano más emusiasra que l.::tl vez haya existido incluso como músico.. Y, dicho sea ele paso, si la teoría de lu sido la ele que "el clrarru es el la música es tan ;;ólo el mediO··, - su práxis fue por el comrario, de a final, la ele que "la pose es el fin; el drama, como también la música, son

35 siempre sólo sus medios". L::t música ccimo medio para la clarifica-

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T!U'JJUCCIONES E INÉDITOS

ción, fortalecimiento e interiorización de los gestos dramáticos y expresiones del actor; ¡y el drama wagneriano únicamente como ocasión para las muchas poses interesantes! -Wagner tuvo, junto a todos los demás instintos, los instintos de mando de un gran actor en todo y en cada cosa: y, como queda dicho, también en cuanto músico. - Esto se lo hice ver claro una vez, no sin a un

5

wagneriano pur sang, - ¡claridad y wagneriano 1 No digo una palabra más. Hubo razones para añadir: ¡Sea usted un poco más sincero consigo mismo, que no estamos .en Bayreuthl En Bayreuth sólo se es sincero en cuanto masa; en cuamo individuo se miente, lO se miente uno a sí mismo. Cuando se va a Bayreuth, uno se deja a sí mismo en casa, renuncia al derecho a la propia lengua y elección, a su gusto, incluso al valor, tal como se ejercita contra Dios y el mundo entre las cuatro Nadie trae consigo al teatro su sensibilidad más sutil para el ane, menos que nadie el artista que 15 trabaja para el teatro, - falt<l soledad, nada perfecto tolera testi-gos ... En el teatro se convierte uno en pueblo, en rebaño, en mujer, en fariseo, en ganado electoral, en señor de patronatO, en idiota -en hasta la conciencia más personal sucumbe a la magia nivela&1ra del gran número, ahí reina el vecino, ahí se con-vierte uno en . . 20

lntermezzo

- Aún diré unas palabras para los oídos más refinac!os: qué es lo que yo propiamente de la música. Que sea clara y profun-da, como un mediodía de octubre. Que sea peculiar, 25 tierna, una dulce mujercita de gracia y perfidia. Nunca adrnitiré q:1e un alem:ín saber lo que es la música. Los llamados músicos alemanes, sobre todo los más son eslavos, croatas, holandeses - en otro caso, alemanes de raza fuerte, alemanes extinguidos, como Heinrich Bach y H~1ndel. Yo mismo sigo siendo coclavia lo bastante pobco como para no dar todo el resm de la música :1 carnbio ele Chopin: por tres motivos, ei Idilio de Sigfrido de Wagner, quizá también a Listz,

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5

Friedrich Nietzsche 1Vietzsche contra W"'(:¡gner

que domina los acentos nobles de la orquesta por encima de todos los demás músicos; y, por todo 1o que h:J crecido mis all:í de los Alpes más acá ... No sabría de y aún menos de mi sur en la música, la \·eneci::mo Piet::-o Gasti. Y cuando digo más acá ele los Alpes, sólo Venecia. Cuando busco otr::i hallo siempre la palabra Venecia. No sé lágrimas y música, no sé pensar la de terror.

entre un escalofrío

lO Sobre el puente me hallaba no ha mucho en la noche oscura. De un canto venía: gotas doradas se derramaban sobre la temblorosa

15 Gónclobs, luces, música­ebríos hacia el crepúsculo nadaban Mi alma, un laúd, conmovida sin ser vista, se cantaba en secreto una canción de

20 temblando de dicha multicolor. -¿Había alguien para escucharla?

\vagner como un

25 la que persigue la música mocte;::.a en qt:e er modo pero se denomina

30

puede ser :1ciarado de esté' ;T;.Odo: '...LC.o se :Jde:-:rra en el mar, poco a poco va pie fir::rre v fir::llrr1enre 'ie aban­dona al favor o disb\/o:· del elemento: tiene que. rzodm: En la música amigua, a veces ele m::tnera , otras solemne, o briosa, más deprisa o más despacio, debia hacerse algo ciiscin~n. 0

sea, danzar. La medida necesaria para ello, la conserv:Jción ele deter-

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Page 35: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

mirudos grados de oyente a una constante flujo de aire frío

y fuerza equivalentes, forzaban el alma del -en los contr-astes entre este

de la meditación y el cálido aliento del ent:Jsi::lsmo residía L1 magia de Loda buena música_ Richard \Vagner quiso otra clase de in \-'Írtió el presupuesto fisiológico de 5 h :núsic:1 de entonces_ Nadar, flotar -ya no caminar, danzaL_ Quizá

dicho lo decisivo_ ~a ccmelodía infinita.. precisa-mente codo y fuerza, incluso se burla del mis1:10,- de justamente en aquello que a un cído antiguo le suena como paradoja y blasfemia rítmicas. 10 De una inüt~~cióD, ele un de semejame gusto ha nacido un peligro para lz, mCt;;;íca como no puede pensarse otro mayor - la degeneración total del ser;Lin~iento el caos en lugar del ritmo ___ El pelig:-o a su pLcnro álgido cuando semejame música se apoya de modo cada vez más e:c>t~icto en un hisu-iunismo y una 15 Ininli'--'n cornpleta.rn.ente la plástica, que sólo toda costa y la n1úsica al

;lu dominados por ninguna ley de e}~'c·to y nada más ... Lo "espressivo,. a es~bva de la pose -éste es el fin.

2

¿Acaso sería e: ectiv~unLnte la virtud de una 20

interpretación tal como <t;1ura parecen creer los artistas intér­pretes de la mC,sica, la de lograr para cada pieza, en toda circunstan­cia, tan alto que no se lo pueda superar! Aplicado, por

a Mozarc, ¿no es esto un auténtico pecado comra el espíritu de Mozart, el sereno, soñador, tierno y amable de Mozart, 25 quien por fortuna no fue un aíernán y cuya seriedad es una seriedad

doud«, y no la seriedad de un caballero alemán? ... Así que n1e callo sobre la -:ierlec!._ú=l c~ei .. ...:::orT\iicLtdo de piedra".. Pero ¿creéis

c1ue t(;,c"h-i n1:coi~_~t es la mCsic1 del "convidado de piedra .. ,- que todet

mC1sica dculeLL y cunmoviendo al aucli- 30 :otio i:~L:iLa las er'''''l~cLo'. ¡Sólo así oúm b música! - Pero,

lo lt;, (oLJLLcL_) Sobre sobre el que un artista nuuic nu Lic:be obtclr -¡Sobre la masa1 ¡Sobre los inma

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5

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Friedrich Nietzsche Nictzscb" contra Wagner

duros! ¡Sobre los ir1dolemes! ¡sobre los enfermos! ¡Sobre los idiotas! ¡Sobre wagnerianos!. __

UnJ música sin futuro

De todas las artes que saben crecer en el terreno de una deter­minada cultura, la músi-.:a hace su aparición como la última de todas las plantas, quizá porque es la más íntima y, por la que se logra más tJrdíamente, -en el moño y en el momento del marchi­tarse de la cultura a la que pertenece. Sólo en el arte de los maestros holarccleses halló cumplida expresión el alma de la Edad Media cris­tiana, -su arquitectura de los sonidos es la hermana tardía, pero legí­tima y de idéntico rango, del górico. Sólo en la música de Haendel resonó lo mejor del alma de Lutero y sus fieles, rasgo judeo­heroico que dió a la Reforma un rasgo de grandeza ---el J-'uitiguo Tes­tamenro, no el Nue-vo, hecho música. Sólo ivlozart acuño en sones ele oro la época de Luis XIV y el ane ele Racine y de Claude Lorrain; sólo en la música ele Beethoven y de Rossini cantó su adiós el siglo die­ciocho, el siglo del lirismo exaltado, de los ideales destrozados y de la felicicbd Toda músic2 verdadera, toda música original, es un canto de cisne.- Puede que también nuestra música más reciente, aunque domine tamo y esté tan ávida de clominiu, tenga merameme ante sí un corto espacio ele tiempo: pues ha surgido ele una cultura cuyo suelo está en rápido declive, -ele una cultura que dentro de poco estará sepultado Un cieno catolicismo del sentimiento y un gusto por determinadas esencialidacles e lnesencialiclacles de cepa denominadas "nacionales" son sus presupuestos_ La apropiación por parte de \'Vagner de amiguas sagas y canciones, en las que el clocro prejuicio había enseñado a ver germánico par excellence

nos reírnos ele eso--, b vuelta a la vida ele todos esos mons­truos escandinavos con sed ele sensualidad y espiríwalización extáti­cas - todo ese wma y cbca ele \'Vagner con respecto a la rnateria, las figuras, pasiones y r1ervios, expresa cambién claramente el e:,prritu de su rmísica, que eila misma. como toda no sepa hablar ele sí ele manera pues la música es una mujer. ..

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TRADUCCIONES E INÉDITOS

Uno no debe dejarse inducir a error sobre semejante estado de cosas porque en estos instantes vivamos justamente en la reacción dentro de la reacción.La época de las guerras nacionales, del ma1tirio ultra­montano, todo este carácter de entreacto que es propio del estado actual de Europa, pudiera de hecho procurarle una gloria momentá- 5 nea a un arte como el de Wagner, sin garantizarle por ello un futuro. Los alemanes mismos no tienen futuro ...

Nosouos, antípodas

Tal vez alguien recuerde, por lo menos entre mis amigos, que al principio me vi arrojado a este mundo moderno con algunos errores lO y sobreesrimaciones y en cualquier caso como alguien que tenía espe­ranzas. Entendí -¿quién sabe en base a qué experiencias persona­les?- el pesimismo filosófico del siglo XIX como síntoma de una fuerza superior del pensamiento, de una triunfante plenitud de vida, wl como había ,Venido a expresarse en la filosofía de Hume, de Kant 15 y de Hegel, -'tomé el conocimiento trágico como el más bello lujo de nuestra cult1.1í"a, como su más precioso, noble y peligroso modo de disipación, pero en todo caso como un lujo que le era lícito en razón de su sobreabundancia. Asimismo, interpreté la música de Wagner como expresión de un poderío dionisíaco del alma, creí oír en ella el 20 terremoto con el que una fuerza primordial de la vida, retenida desde antiguo, salía por fin al aire libre, indiferente ante el hecho de que todo lo que hoy se llama cultura resultara conmovido por ello. Ahora se ve qué equivocado esmba, como también se ve con qué obsequié a Wagner y a Schopenhauer - conmigo mismo ... Todo arte, toda 25 filosofía pueden ser considerados como medios de curación y auxilio de la vida ascendente o descendente: presuponen siempre sufrimien-to y seres que sufren. Pero hay dos tipos de sufrientes, por una parte, los que sufren por una sohreahundancia de vida, los que quieren un arte dionisíaco y una visión y una perspectiva lrágica de la vida - y, 30 por otra parte, los que sufren por un empobrecimiento de la vida y anhelan del arte y la filosofía el sosiego, el silencio, el mar en calma, o bien la embriaguez, la convulsión, el aturdimiento. La venganza en

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Friedrich Nietzsche 1Vietzsche contra \T7agncr

la misma vida - la especie más voluptuosa de embri:J.guez para tales indigentes. Al doble estado de necesidad de estos últimos responden tanto Wagner como Schopenhauer - ellos niegan la vida, la calum­nian, y por eso son mis - El más rico en abundancia de

5 vida, el dios y hombre dionisíaco, puede goz:1r no sólo de la visión de lo terrible y lo problemático, sino de la acción terrible misma y de todo lujo de destmcción, disolución, negación, - en él el mal, el sin­sentido, la fealdad, parecen, por así decirlo, tal como parecen lícitos en la naturaleza, a consecuencia de un exceso de fuerzas gene-

lO radoras y reconstituyentes, que es capaz incluso de hacer de un desierto una opulema tierra fértil. Por el el que más sufre, el más pobre de vida, tendrá ame todo necesidad de de apacibilidad y de bondad --de eso que hoy se denomina hum::mi­dad- tamo en el pensar como en el obrar, y con ello posiblemente

15 de un dios que sea un dios para enfermos, un así como también tendrá necesidad de la de una inteligibilidad conceptual de la existencia incluso para idintJ.s -los típicos "espíri­tus libres .. , como los "idealistas .. y "almas bellas .. , son todos décadents - en suma, tendrá necesidad de cierta cálida

20 de temores, y de cierta reclusión en L:r.os horizontes que le permitan estupidizarse ... De esta forma poco a poco a comprender a Epicuro, lo a un así como al cristiano, que de hecho es sólo un tipo de y que con 5ll "la fe os hace bienaventurados" lleva el ele! hecloni;c;mo tan

25 lejos como es posible- hasta rn;;s ~,llá de tod:J. intelectuaL .. Si alguna ventaja tengo sobre todos los ésta, que mi mirada es más aguda para esa dificilísirna y S\ 1 numfTlte clase de silogismo en el que se comete la mayor DnLicbd de errores - el silogismo que va de la obra al autor, ele la ::lcción al ageme, clel ideal

30 a aquél al que le es necesano, de ncodn de per.sar y vz-tlora:-a la necesidad dominante que éste tierH:: trJ.S de sí. Con respecto a artistas de codo tipo, me sirvo hora de una distinción capital: ¿se ha vuelto aquí creador el cdio b vida o la sobreabundancia de vida? En Goethe, por la sobreabuncbncia vnlvió cre::tdora; en Flaubert, el odio: Flaubert, una nueva edición de Paso!, pero,

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'TRADUCCIOl\'ES E !iVÉDJTOS

como artista, con este lilsti-:ttivo a la base: ,.f)aubert est toujours !Jc¡i·ssable, l"homme n"est l"oeuure est tout" ... El se torturaba cuando escribía, enteramente lo mismo que Pascal se torturaba cuJ.ndo pensaba -ambos sentían de modo no egoísta ... "Desinterés" -el de la voluntad de final tanto en el arte 5 como en la moraL-

ALiónde pertenece Wagner

Francia siendo todavía hoy la sede de la cultura más espi-ritual y refin~1da de Europa y la alta escuela del gusto: pero hay que saber encontctr esa "Francia del gusto". l.a Norddeutsche Zeicung, por ejemplo, o quien tiene en ella su portavoz, ve en los franceses "bár­baros,.- yo, por n~i pJ.rTe, busco en las cercanías de la Norddeutsche el continente n2gru d0nde tendrü que liberarse a ,.Jos esclavos" ... Quie~: pertenece a esa se wanticne escondido: ha ele ser un nurrÁero el ele en los que toma cuerpo y vive, hombres además que: no se sostengan sobre las piernas más sólidas, en parte fatalisL:.ts, melancólicos y enfermos, en parte min;ados y éd que tienen la ambición de ser artificiales, -pero cllo:o e::>c5.n en posesión de todo lo elevado y sutil que aú!l resta

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ahora en el mundo. En esta Francia ele! que es también la 20

Francia del se encuentra hoy en su casa más de lo que nunca io estuvo en su obra principal ha sido tr~LLlLLcicb ya dos veces, la segunda de forma excelcme, tamo, que ahora leer a Schopenhauer en francés (él fue un azar entre los lal como yo soy un azar semejante - los alema- 25 nes no tienen dedos para nosotros, en genecal no tienen cleclos, meramente tienen Por no hablar de Heinrich Heine -l"CLc:loclble dicen en París-, quien hace ciempo que se ha CO!l'icréiclo en ca;r;c y .~<Lngre ele ius l"iricos nüs profundos e inspirados SJ.bria hacer b bestia cornucb alemana con las clélí- 30

\\'¿tgncr: se con los q-ue París es el it:rrenu dpi

en lo que concierne a aur;que quizá no con los puños, p~1r:1 cuamo más se con-

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Friedrich Nietzsche

forme la música francesa a las necesidades del "áme moclerne", tanto más se wagnerizará -ya hoy lo ha hecho bastante.- Aquí uno no debe dejarse llevar a engaño por el propio Wagner -fue una amén­cica maldad de Wagner la de burlarse de París el año ele 1871 en su agonía ... En Alemania, \vagner es, a pesar de ello, simplerneme un malentendido. ¿Quién más incapaz ele entender algo ele Wagner que, por ejemplo, el joven kaiser? -Para cualquier conocedor del movi­miento cultural europeo no es menos cierto el hecho ele que el romanticismo francés y Richard '~agner están estrechamente empa­rentados entre sí. Todos dominados por la literatura hasta en sus ojos y sus oídos -los primeros artistas de una cultura literaria universal ele Europa- en su mayoría ellos mismos escritores, poetas, mediado­res y mezcladores ele los sentidos y las artes, fanáticos todos ellos de la expresión, grandes descubridores en el reino ele lo así como en el de lo feo y lo horrendo, aCm más grandes en el ele los efectos, en ia puesta en escena, en el arte del escaparalismo, todos talemos muy por encima ele su genio -, virtuosos, con inquietantes accesos a todo lo que seduce, atrae, constriñe, invierte, enemigos nacos ele la lógica y de la línea reCEa, ávidos de lo extraüo, lo exótico, lo monstruoso, ele todos los opiáceos ele los sentidos y del emendi-miento. En conjunto, una elida-violenta, que vuela alto y enseñar a su siglo --el de

de artistas temeraria-audaz, esplén­se que ha tenido que la masa- el concepto ele <:trtism".

Pero

\vagner como apóstol de la CJsticlad

- ¿Es <::Sto aún alem:m' ¿De uo corazón alemún vino este abriclo? ¿De un cuerpo alemán esta autornortificación ha sido?

tal bendecir sacerclmai ele brazo excendido, esca a incienso olorosa excitación de los sentidos?

es akmán este pararse y

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TRADUCCIONES E livEDITOS

este dulcísimo, acaramelado bimbambolear? ¿Este mirar monacal, de avemarías rumorear, todo ese falso éxtasis celeste y ultracelestiaJ?

~¿Es esto aún alemán? ¡Meditad1 Aún estáis ante el portal... Pues Rema es lo que vais a escuchar, ~ ¡fe de Roma sin bczhlari.

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Entre sensualidad y castidad no una oposición necesaria; wdo buen matrimonio, toda auténtica pasión amorosa de corazón está por encima de dicha oposición. Pero en el caso de que ésta se dé efectivamente, por suerte no es preciso que sea ya una oposición trágica Esto debería valer al menos para todos los mortales de buena crianza y buen ánimo, íos cuales escán lejos de contar sin más entre las contrarias a la existencia su lábil equilibrio entre el ángel petite bete, ~ los más finos, los más lúcidos, como Hafis, como Goethe, incluso han visto en ello un aliciente mas.. Precisamente semejantes contradicciones nos seducen a la existencia.. Por otra parte, bien claro está que cuando los animales malogrados de Circe son ilevados a adorar la castidad, sólo ven y ¿.Jdorcm en ella a su opuesto ~¡oh, y con qué trágico gruñido y fervor lo hacen. es algo que uno imaginárselo'~ aquella penosa y completamente superl1ua a la que, sin duda alguna, Richard aún ha querido poner música y llevar a escena ai final ele su vida. iYfas, ¿para , como cor;, justicia cabe preguntar.

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Cierto que hay que eludir le imponaba propiamente a viril (¡ah, tan poco

viril!) "sencillez del campo .. , aquel pobre diablo y asilvescrac!o ele Parsifal, a quien con tan insidiosos medios convi.ltió finalmente en católico ~

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Friedrich Nietzsche LVíetzsche conrra t't7agner

¿cómol, ¿fué en absoluto tomado en serio este Parsifal? Porque, que se han reído ele él, yo al menos no podría ni tampoco Gcdried Keller ... Sería ele desear, en que el Parsifal de \'Vagner hubiese sido considerado serenamente, en cierto modo como conclusiva y como drama satírico con el que el Wagner trágico hubiese queríqo des­pedirse ele nosotros, también ele sí mismo, y, sobre de la tr""'""''"-"

de manera adecuada y digna de es decir, con un exceso ele suprema y muy malévola parodia ele lo mismo, de toda la terrible seriecl:1cl y lamento terrenos de otro tiempo, ele la más finalmente superada, ele contranaturaleza del ideal ascético. El Parsifal es un tema ele opereta par excellence.. el Parsifal de \'Vagner su secreta risa ele superioridad sobre sí rn.ismo, el triunfo ele su suprema libertad de a1tista, ele su ir más allá del artista? ~ ¿es Wagner, que sabe reírse ele sí mismol Como he dicho, habría que desearlo: pues, sería el Parsifai tomado en serió' ¿Se tiene realmente necesidad de ver en él como se ha dicho en contra mía) ..el fruto de un odio hacia el conoci­miento, el espíritu y la sensualidad.? ¿Una maldición sobre los sentidos y el espíritu en un mismo odio y un mismo aliento! apostasía y una conversión hacia erJ'ermizos y oscurantistas ideales cristi:mos? Y, en suma, ¿incluso un negarse-a-sí un tacharse-a-sí-rnismo por parte de un artisLa que hasta entonces había pretendido lo conrr:1rio con todo el poder de su voluntad, la suprema talizaciór: y sensualiz::tción ele su a1te? no sólo ele su arte, sino también de su vida' Recuérdese con qué entusiasmo marchó en tcls los pasos del filó­sofo Feuerbach La frase de Feuerbach sobre la "sana sensu::didad, resonó enrie los años treinta y cuarenta en \X1agner. al que en muchos alemanes -se autode:1ominaban los palabra ele redención. ¿Ha acabado \vagner por sus enseñanc:a.s al respecto? parece al menos que, a últlm;¡ tt;vc la volumacl de

30 carnbiar lo ¿No se ha enseñoreado ele él el ndio a !a como en Flauberc?.. Porque el Parsifal es una obra del rencor, de avidez ele venganza, ele secreto envenenan:iento de los presttpuestos. ele la vida, una rnala obra.~ LJ. una incita-ción a la contran:ltt:nleza: yo a todo élquel que no experimen-ta el Parsifal como un atentado comra la ';:.or::d ;el~; el.

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Cómo me desligue de \Vagner

Ya en el verano de 1876, a mediados de temporada de los prime­ros Festivales, tuvo lugar dentro de mí una despedida de Wagner. No soporto nada equívoco; desde que es[uvo en Alemania, con­descendió paso a paso con todo lo que yo desprecio ,--- incluso con el antisemitismo ... Fue entonces, en efecto, el momento cümbr.e para la despedida: prontc ol.JL;_,ve la prueba de ello. Richard Wagner, en apa­riencia el m5xirr:o triunL¡dor, en realidad un podrido y desesperado décaclent, se de improviso, desamparado y abariclo, ante la cruz criséiana.. ¿No tuvo entonces, pues, alemán ojos en la cara ni

en su cor:cícn.:i<t para ese horrible espectáculo? yo el único que por ello' - en S\.:ma, el inesperado suceso arrojó sobre mí un relámpago de claridad soi.:Jíe el lugar que acababa de abandonar - y también ese estremecimiento posterior que siente el que ha corrido inconscientemente un enorme peligro. Cuando proseguí en .'i0Lit:J.rio .:ni no después caí enfermo, más que enfermo, cansado, cansado ele la insoportable desilusión ante todo lo que aún enc;_¡siasmándunos a nosocros, hombres modernos, ante la fcterza, el la esperanza, la juventud, el amor dihtpidados p0r todas partes, cansado de la náusea ante toda la mentira idealista y el Liebiliumienro ele la conciencia. que de nuevo habían logrado ahí la victoria sobre uno ele los más cansado, en fin, y no fue esto lo ele menos, de sospecha- la de que de

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ahora en adelante escaba condenado a desconfiar más profctndarnente, 25 a despreciar más a estar más profundarneme solo que antes. Pues no he tenido nunca a nadie como Richard \Vagner. .. Sier:1pre e;:,2c.l\ e cunvÍUnddu a tener alemanes.

En solecbd a ele mí mismo,

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de entonces y clescocfiando penosamente no sin rabia, con tea mí y en pro ele todo

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lo que precisamente me hacía daño y me endurecía: así volví a encontrar el camino hacia ese pesimismo intrépido que es lo opuesto a toda hipocresía idealista, y también, como quiero que me parezca, el camino hacia mí misrno, -hacia mí tarea ... Ese algo oculto y dominador, para el que durante mucho tiempo no tenemos nombre hasta que no se evidencia como nuestra tarea, ese tirano que hay en nosotros, se torna un terrible desquite por cada tentativa que hacemos ele esquivado o de huirle, por cada decisión prematu­ra, por cada acercamiento a aquellos a quienes no pertenecemos, pm cada ocupación, aunque sea estimable, que nos desvía ele nuestro asunto principal, - y hasta por cada virtud misma que quiere protegernos del rigor de nuescra responsabilidad más propia. La enfermedad es en cada caso la respuesta cuando queremos dudar de nuestro derecho a nuestra tarea, cuando en un momento cual­quiera comenzarnos a tomarla a la ligera. ¡Cosa extrañ::t y terrible aun tiempo! Son nuestros esparcimientos lo que tenemos que expiar más duramente 1 Y sí luego queremos recobrar la salud, no nos queda otra elección: tenemos que soportar una carga más pesada que la que soporcábamos antes ...

toma la palabra

Cuanto más se vuelve un psicólogo, un psicólogo y adivina­dor-de-almas nato, inevitable, hacia los casos y hombres más esco­gidos, tanto mayor se hace su riesgo de ahogarse de compasión.

25 Tiene necesidad de clurt?za y serenidad más que ningún otro hombre. La corrupción, la decadencia ele los hombres superiores es

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ciertamente Lt regla: resulra terrible tener ame los ojos semejante regla. El tormento del que ha descu-bierto es::t decadencia, que, una vez, y ha descubierto roda esa intima "incurabilicbct .. del ese eterno "iclenusiado rarde 1" en todos los roda la historia - quizá un clb puede llegar a

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casi siempre, hombte superior,

a lo iargo ele convertirse en la

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TJV..DUCCJONES E INÉDITOS

causa de que él mismo se corrompa ... Casi en todo psicólogo se percibe una reveladora tendencia al trato con hombres corrientes y bien eauilibrados: en esto se revela que él necesita siempre una cura, q~e tiene necesidad de una suerte de huida y olvido, lejos de aquello que sus observaciones e incisiones, de aquello que su oficio 5 ha ouesto ante su conciencia. El temor a sus recuerdos le es algo inh~rente. Ante e] juicio de los demás, enmudece fácilmente, escucha con rostro imperturbable cómo se venera, admira, ama y glorifica allí donde él ha visto--, o inclúso disimula su mutismo asintiendo expresamente a un::t ooinión superficial cualquiera. Acaso lO la paradoja d~ su situación vaya ~an terriblemente lejos que b.s "per­son::ts culeas .. aprendan por su parte el gran respeto justamente ahí donde él ha aprendido la gran compasión junto al gran desprecio ... Y quién sabe si en todos los grandes casos no ha ocurrido tan sólo esw, -que se adoró a un dios y que el dios no era más que un 15 pobre ani:nal clisptcesw para el sacrificio ... El éxito siempre ha sido el mayor embustero- y también la obra, la acción, es un éxüo ... El gran escadista, el conquistador, el descubridor están disfrazados, ocultos en sus creaciones hasta lo irreconocible; la obra, la del artista, la del filósofo, inventa propiamente a que la ha 20 creado, que ha te-nido que crearia ... Los "graneles hombres", tal como se les venera, son pequeños y malos poemas rarclíos,- en el mundo de los valores históricos dornino la moneda falsa

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- Esos grandes poetas por ejemplo, esos Byron, rviusset, Poe, Leoparcli, Gogol -~ no me atrevo a nombres mucho mayores, pero los rengo en menee- así como son y deben ser: hombres del mon1emo, sensuales, absurdos, cupaclos e en la desconfianza y en la con almas en las que habirualrnente tienen que ocultar que a menudo tom~m venganza con sus obras de una rior, que a menudo buscan con sus vuelos el olvido ele una memoria demasixlo fiel, íde~1listas en las cercanías del pantano-

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Friedrich Nietzsche Nietzsche contra Wagner

¡qué tormento son estos anistas y en general los llamados hombres superiores para aquél que ya los ha descifrado! Todos nosotros somos portavoces de la mediocridad ... Es que ellos reciban con tanta precisamente ele la

S es darivideme en el mundo del sufrimiento y por desgracia ávida también de ayudar y de salvar muy por er;cimJ. de sus fuerzas, esas explosiones de compasión ilim:tJ.da que la mayoría de la gente, sobre todo la mayoría colma de interpretaciones curio­sas y presuntuosas ... Esta compasión se engaña por lo general

10 sobre su propia fuerza: la mujer quisiera creer que el amor todo lo puede, -tal es su superstición más ¡Ah, el que sabe del corazón adivina cuán desvalido, arrogante y desacertado es incluso e] mejor y más profundo amor -y cómo m:í.s bien que salva ...

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El hastío espiritual y la arrogancia de todo 1-:ombre que ha sufrido profundamente - la ccn la que uno sufrir casi determina la jer:lTquía-, su estremecedor:? cerceza, de la que est3 com­pletamente impregnado y coloreado, de saber más en virrud ele su

20 sufrimiento de lo que saber los m:í.s imelígentes y los más sabios, de haber sido conocido y h:1ber esrctdo af~'lc::tdo vez en muchos mundos lej:1nos y ele los que "uosntros nada sabéis" ... , esa callada arrogancia ese org::Ho del del conoci-miento, del "iniciado .. , dei cuasi encuentra necesaria toda

25 clase de disfraces para protegerse del contacto ele manos y compasivas y, en gerreral, de todo c¡1 'e no es su en el dolor. El sut'rirrlienro separa - Una de las fnrmas más sutiles ele disfraz es el y una ciern. audacia clel gusto, hoy a la que toma a la ligera el "' y se pon.e a la clet'en.-

30 siva frente a todo lo rriste y "hombres coerenos .. , que se sir-ren de la serenidad porque por su causa son malentendidos -quieren ser malentendidos. "espiritus cienrí.Lcos". que sirven de la ciencia porque ésta confiere un2 serena y porque la cien-

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tificidad permite concluir que el hombre es superficial -quieren inducir a una falsa conclusión ... Hay insolentes espíritus libres, que qui­sieran ocultar y negar que en el fondo son corazones rotos e incurables ---e-éste es el caso .:le Hamlet: y entonces la locura misma puede ser la máscara para un saber funesto y derrt&zsiado cierto.- 5

Epílogo

Me he preguntado a menudo si no estoy más profundameme en deuda con los años más difíciles de mi vida que con cualquiera de los demás. Así es como mi más íntim::t naturaleza me enseña que todo lo mireldo desde la altura y en el sentido de una gnm economía, es también lo útil en sí, -que no sólo hay que soportarlo, que hay que amw!.u ... Amorfczti: ésta es mi más ímima naturaleza. -Y en lo tocante a mi larga enfermedad, ¿no le debo indeciblememe mucho más que a mi salud? Le debo una salud superior, ¡una salud tal, que ante todo lo que no le mata, se hace más fuerte! - Le debo t;_unbién rni J sólo el gran dolor es el liberador úlümo del espíritu, maestro de la gran sospecha que hace ele cada U una X, una X hecha y es decir, que pone la letra antes de poner la última .. Sólo el gran dolor, ese dolor lemo y prolongado en que nos cons:.1r::ümcs cual leños verdes al fuego, que se toma su tiempo,- nos a nosotros, los filósofos, a descender a nuestra úlcima ele toda ele toda benevolencia, y medianía, en donde quizi habí::uaos cifradc ames nuestra humanichcl. Dudo ele que semejante

::llfOZlllCnte

que nos hace rnás pm)imdos. Ya sea que nuestro sarcasmo,

el indio que, al ser se resarce mostrando a su tor[Urador la perfidia

ele su lengua; o ya sea que ame el cioior nos refugiernos en esa nada, en la sorda resignación, o! vicio ele sí y autoanulación: uno sale ele un pi peligrosos ejercicios de autodominio como otro sigr"~'s de interrogación ele más, -

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Friedricb Nietzsche !.Vietzsche contra ~V(lgner

sobre todo con la voluntad ele preguntar en lo sucesivo más profun­damente, más severa y rigurosameme, más maliciosa y sigilosameme de lo que se ha preguntado hasta ahora sobre la tierra ... La confianza en la vida ha desaparecido; la vida misma se ha convertido en p-roble-

5 ma.- ¡Que no sea crea que con esto uno se ha vuelto necesariamen­te oscurantista o brujo! Incluso el amor a la vida es posible aún, -sólo que se la ama de otro modo ... Es el amor a una mujer que nos inspira dudas ...

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Lo más extraño es esto: que pronto se tiene otro gusto -un segundo gusto. De tales abismos, aun de los abismos de la gran sos­pecha, vuelve uno renacido, con otra piel, más susceptible, más mali­cioso, con un gusto más exquisito para la con un más delicado para todas las cosas buenas, con los sentidos más joviales, con una segunda inocencia más peligrosa en la alegría, más infantil y al mismo tiempo cien veces más refinado de lo que nc.mca ames se había sido .. Moraleja: no se es impunemente el espíriru más de tocios los milenios,- tampoco se lo es sin recompensa ... Doy de inmediato una prpeba ele ello.

¡Oh, qué repulsivo le resulta a uno a partir ele entonces el goce, el goce grosero, obtuso y tal como habitualmente lo entienden quienes disfrutan ele él, nuestras "personas cultas .. , nueslms ricos Y o-obernantes' ¡Qué maliciosamente escuchamos entonces el gran o . bumbum ele feria con que el hombre 'ü.lltivaclo .. de la gran cmdacl se ve forzado día a "goces espirituales" mediante el arte, el libro Y la música, bajo el auxilio ele espirituosos bebedizos' ¡Cómo nos hiere ahora los oídos la estridencia teacral de la qué ajeno a nuestro gustO se ha vuelto todo el desconcierto románrico y la confusión de los sentidos que ranro ama la plebe culu, con sus a lo sublime, lo elevado, lo excéntrico' No, si nosotros, convaiecien­[e::;, tene1nos todavía necesidad ele un arte, se trata ele un ane diferen­te -ele un ane burlón, ligero, escurridizo, clívinarneme divinamente artificioso, que resplandece como una lbma pura en un

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TPADUCCJONES E INÉDITOS

cielo sin nubesl Sobre todo: un arte para artistas ¡sólo para anista.sf Ahora entendemos mejor qué es lo que ame todo se requiere para ello, la serenidad, serenidad, amigos míos!.. Nosotros, sapientes, sabemos ahora demasiado bien algunas cosas: ¡Oh, cómo hemos de aprender a partir de ahora a olvidar bien, a no-saber bien, 5 como artistas! .. Y en lo que respecta a nuestro futuro: difícih:nente se nos volverá a encomrar por la senda de aquellos jóvenes egipcios que de noche rondaban los templos, abrazaban a las estatuas y querían quitar el desnudar y poner a plena luz todo cuanto con buenas razones se había mantenido oculto. No, este mal gusto, esta voluntad de de ,.)a verdad a toda costa", esta locura juvenil en

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el amor a la verdad la hemos perdido: somos demasiado expertos para ello, demasiado serios, demasiado risueños, demasiado suspica­ces, demasiado projimdos ... Ya no creemos que la verdad siéndo­lo aún si se le arrancan sus velos, - hemos vivido demasiado como para creérnoslo.. nos tomamos como una cuestión de decoro el no querer verlo todo desnudo, no querer presenciarlo todo, emender­lo y "saberlo" todo. Tout comprendre c'est tout mépriser.. "¿Es verdad que el buen Dios está presente en todas partes?", preguntaba una niñita a su madre: "pero eso lo encuentro indecente"- ¡Una llamada ele atención para los filósofos! Se debería tener en más alta estima el pudor con el que la naturaleza se ha escondido tras enigmas e incertidumbres variopimas. ¿Acaso la verdad es una mujer que tiene razones para no uer sus razones? .. ¿Acaso su nombre es, para ele cirio en griego, Bcwbo.. ¡Oh, esos !Ellos sí que sabían uivirl ¡Para lo cual se hace preciso mantenerse con firmeza en la superficie, en el pliegue, en ia piel, adorar la apariencia, creer en las los sonidos, las en todo el Olimpo de la apariencia! Esos griegos enn -por pro)imdiriad . . ¿Y no volvemos pTeci~ samente a eso nosotros, temerarios del espíritu, que hemos escalado las más altas y cimas del actual y desde ahí hemos mirado en torno a nosmros, por deha;o de nosotros~' No somos en esto ~ griegos? ¿Adoradores de la:; los sonidos, las pala-bras' somos, precisamente por ello ctrtistas' ..

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Fliedr.ch Nietzsche

De la indigencia del más rico

Diez años quedaron ni una gota me ha alcanzado, ni un húmedo viento, ni ele amor un rocío -una tierra sin l!uuia ... Ahora ruego a mi sabiduría que no se vuelva avara en esta sequía: que se derrame ella misma, gotee rocío, que sea lluvia para el desierto amarillo!

Un día grité a las nubes que se apartaTan de mis montañas,­un día les dije "¡más luz, oscuras!,. Hoy las seduzco para que vuelvan:

iVietzschc contra ~V,_--zgner

con ·vuestras ubres que en tomo mía oscurezca! ~ ¡ordeñaras quiero, vacas ele las alturas! Sabiduría ele cálida leche, dulce rocío de amor he de derramar sobre la tierra.

apartáos vosocras, verdades que tenéis la mirada en sombras! Que no quiero· ver sobre mis montañas impacientes verdades amargas. Dorada por la risa, hoy la verdad se me acerca, endulzada por el sol, bronceada por el amor del árbol sólo arranco maciura una verdad.

Hoy exric:nclo la mano hacia los bucles del azar, lo bastante astmo como para engawsarlo y Hoy quiero ser hospitalario

J. un niño

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Page 43: Friedrich Nietzche, Nietzche contra Wagner, Documentos de un psicólogo (OCR)

TRADUCCIONES E INÉDITOS

ante lo inoportuno, ante el destino mismo no quiero ser punzante, - Zaratustra no es ningún erizo.

lv1i alma, insaciada, con su lengua ya ha degustado todas las cosas buenas y malas, en toda se ha sumido Pero siempre, cual corcho, de nuevo a L:l superficie emerge, flota como aceice sobre mares de bronce: por causa de este alma me llaman el afortunado.

¿Quienes son y madre para mí? ¿No es padre el prín~ipe abundancia

\Y madre la serena ·r!sa? \¿No me engendró tal -;naridaje

a mí, esfinge, a mí, hoslil a la a m[, derrochador de toda sabiduria, Zaratustra?

Hoy enfermo ele ternura, viento de se sienta Zar:1tustra esperando, en sus rnomañas esperando,-

su propio cocido y enddzado. por debajo de sus por debajo de sus hielos, comenco y cual creador

- ¡Silencio! una verd:::1d n1e da VLlelcas ::l un:.=:. nube se asernejai-

dí~.

con invisibles rayos me alcanz~1,

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/­~)

Friedrich Nietzsche

por 'luengas y despaciosas escalas hasta mí su dicha eleva: ¡Ven, ven, verdad amada!

- ¡Silencio! ¡Jvfi verdad es! -

Con ojos que titubean y un temblor de terciopelo me encuentra su mirada, amorosa, malvada, de doncella la mirada ... De rrü dicha alcanzó razón, me alcanzó -¡ah', ¿qué planea? Un dragón púrpura aguarda en el abismo de su mirada de doncella.

- ¡Silencio! ¡Mí verdad habla!-

¡Zaratustra, ay de tí! Te pareces a uno que oro hubiera tragado:

el vientre te han de abrir!.

Demasiado rico eres, corruptor de muchos.

A demasiados provocas i1:1ces pobre a demasiados Inciuso a mí tu luz sombras me arroja -, me hace temblar: vete, espléndido:

Zaratustra, vece ele tu so\1 ..

QuisierJ.s regalar, reg;:tlar a lo lejos tu ¡pero tú mismo eres lo más sobreabundantel ¡Sé inteligente, tú, espléndido!

a ti rnisrno, oh Zaratuscra!

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iv':'e!zsche contra Wagner

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TRADUCCIONES E INÉDITOS

Diez años quedaron atrás-, ¿y ni una gota te ha alcanzado? , ¿ni un húmedo viento?, ¿ni de amor un rooo? Pero, ¿quién podría también amarte

a tí, ubérrimo? Tu dicha provoca sequía en derredor, hace pobres en amor, - tierra sin lluu'ia ..

Nadie te da ya las gracias. Pero tú agradeces a todo el que de tí algo toma: en eso te reconozco, ubérrimo, ¡el más de todos los ricos!

En sacrificio te das, tu riqueza te atonnenta--,

te entregas, no te cuidas, no ce amas: A cada instante ce obiiga el tormento inmenso de un granero rebosante, de un corazón rebosante-­pero nadie te cb ya las gracias.

Has de volverte más pohre, ¡sabio idiota!, si quieres ser amado. Sólo se ama a los que sufren, Sólo se da amor a los hambrientos: ¡Regáiate primero a tí mismo, oh Zaran.tstra1

-Yo soy tu verdad ..

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Friedricb Nietzsche :Vt'etzscbe contra l'Vagner

Notas del Traductor

189/3: Documentos de un psicólogo/ Nietzsd:e modificó el subrüalo previsto todav[a el 17 de diciembre de 1888, "Ei::: Psycl;ologen·Probiem·, por éste, «.Aktenstücke eines Psychologer:". De CL~alq~ier medo, er: arnbos casos se t:-:1r3

d~:: una réplica impiícüa al arr!'c.;_lo rle Ric~:.J.rd Pohl) "El ~ietzsche. Un pro­blema psicológico· (vid. supra), y es •ambién en ese sentido en el 'lue i'iielZSche afL.rma en el prefacio que su libro e.s p~ra psicólogos, pero no p;:tra alemanes.

189/4: Prefacio/ Este prólogo fue remiüdo por Nie;zsche desde Lcipng, JUnto con d resco de correccione::; de pnJ~bas de i.rnprer;ra de ~\V. rnanuscrito ~a sig­n:_uura iVip :xvr 6 según la de Colli y ~1nntin::ui contiene una primera versión, ftn~:!l:nent.e dascanada, que reza así: "Considero necesario co-rresponder a la 3hsoll:t::1 falta de délicatesse con la que en Alemania se ha

recibido mi libro El caso lt7agne~~ oponiéndo!e :llgl:cu0 c;.:idacos2-:nente escogidos de mis escritos :mteriores. Una vez más, los alemanes se h2::: puesto

en evidencia ante mí -no tengo razón alguna para modiftcar mí juicio sobre e:;w raza inepta en cuestiones de decoro. 1.c.cL:so se les esca_paJo :.1 cp:lér: es al único a quien yo hablo, al músico, a la conciencia-de-músico -y .en tanto que n1úsico ... í Nietzsche/ Turin, 10 de diciembre de 1888~ (KS!\ 14, 523)

189/13: El pais chato de Europa/ Cfr Ecce Houo, "Por qué escribo tan buenos libros .. , 2. La designación de Alerr:.::.n:::l com? país chato de Europa debido a

sus pecutiarid::1des orogr:ific:-:J.s es emp!e::1da irónic:1mente por Nierzsche

v:1rias ocasiones para C1f;:ICteriru CJ.mbién su altur~ ~nceiectuaL

189/15: Quousque tandem, Crispí/ Nietzsche se refiere aquí en rono crítico :t la rnlírica promov~cia a p:1rtir de 1887 cocno pri~}1er min!srro de 1L:1lt:1 por Fr::n­cesco Crispi (1818-190l), quien se había rnoc;rracto :1 !a pe~manenci;1 de su país en eL pacto de b Tripl:= Ali:1nz::t de 1882. TJmpoco es ~::1.su:1l, t:-n esce concexLo, b evocación nietzscheana de[ fa!:'coso de l:1 prime;J

Catdinaria de Cicerón, antes bien, alude nuevamente a sus dtscrepanciJ.S con e! Reich y, más concretamenle, con Bisrn;:: r1k; pues, corno :\..'1drés

S.incb.ez P;1scual dentro su excelente fr:lh::J.jo de 1.n:<t~~tón rritiGJ. de obr2s de ~ieczsche, Bisrnarck h::tbía popl:LHiZ:ldO en ~:\len1:tni:J. ~a expr::::sión ·existcn.c::-r catilinaria,., a[ afirrnar en una sesión del Parbmenco celebrad:! en sepciem.bre de 186'2: "H2y en el país tocb una a1uchedumhr...=- de P"":;·s·te·ncias

que tieaen un gran interés en l1<.zcer

Nietzsche en CrepúscuLo de los "Casi t0rlo genio com() ~1no ele

sus desarrolio.c:;, la ·exi.-;terlCia c:J.tilinari;.:t', un sentinüentv de odio, veng-:1nz:1 y rebelión contra todo lo que ya es, lo que y:1 (op cit) !'vfaclr:d, Aitanza, 1973, p. 123 y n,ota de A. Sánchez Pascual en p. 168).

189/20: Dónde sientO admiración/ Cf;· ti

190/29: Dónde hago objeciones/ Este ~~:•pír_:lc :·eebboD -:cm v:Ht1¡:.tes, sobre todo al final, aunque la mayo<ia de der~il,,_ ce!

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r~.d.DUCC'IONES E llVÉDITOS

191/1: «petit fait vrai"/ Sobre los ·pecirs faics·, vid. también Crepúsculo de los ídolos, ·Incursrones de un intemoccscivo·, 7. Vid. una úlcima referencia en KSA, 13, 639.

191/5: El joven emperador/ ·Der junge Kaiser·. Nietzsche se refiere así con frecuencia al recieg :1;)CenJiJ.o J.: Cn..illlerrno II (1895-1941\ a quien guardaba pocas

si.rnprüas por considendu totalmente dependiente de la policica imperialista de Bismarck. La animadversión de Nietzsche llegaría a su exrremo en una de 1as

anoucior:es r:erGLras ya a¡ c!ehrio, en la qcte tJiOpone convocar a los soberanos de Europa Ronu 0;1.ra hacer fusila:- al ¡oven I<.aiser y 3. todos lus anlisen1ic1s.

191/10: Pastilla;, Gf:rande11: Las eran un preparado mercurial para la sifilis Y

otras infc:ccicn~:) .::>inulares uue cvtnerciaüzo el farmacéuticO francés Gérandel.

En su GllW a Peter Gast del 30 de diciembre de 1888, Nietzsche anota: ·hacer ain1Il:1Sl:J. v tOlll~f }XJ.StilL.i.S GéLJ.úd2L".

192/22: i'uterrne;zo/ Para la iüc:r.:~i6n cÍei ·lncermezzo .. y el poema ·Venecia .. en NW, ::JUlJr:.L }Jurnu l::.:coge íntegramente esce G:'1pítulo.

19 .)/:23: \Vagn~1· como un peligro, I/ Cfr. Opiniunto y :ienlencias diversas, 134. En el LlldilL~0criLo pd_tA la ;..:nf.~Lt:nra, Nie[zsche rachó, al final del epígr:.tfe, ia frase:

"Pero sernej~:1te cJnt.rctn:i.LU.Ltleza del gusto estético es la prueba de la déc::t~e~ce". 194/17: Lo ,espressivo .. a toda costa/ "Das espress[vo um jeden Freís .. era el m:lo

pensado ongiu~titr:,-:i1Le pui Nietzsche para et siguienre epígrafe de este cap!Ll.J­lo, que en el Ln<.i.HU::,....:riLo par::t l:1 Lmpr~nta cun._:luíJ. con la frase, luego tachada por Nieczsche: ··Pero lo esRressivo a coda cosca es la pmeba de la décaclence .....

194/19: -\Vagner como peligr:o, 2/ Cfr. El <.:anúnan.te y su so¡ni.Jra, aforisn10 _165. . 194/30: In·urnpü· atraves:.mJ.o hl pared/ Nietzoche alude a la escena del Don CwummL

mCJDHtt:.t.no ;.;n '-\ut.: ei jet cornendador h:1ce su aparición y que, a veces)

par:t acentu:J.r 0~ c:C~c;:v dranúLi,_u, se rek-'r~sentaba haciendo que el cunvu.J.ado de

¡_ .. hcdta latJ.lüpi.cse en [;J estancia ..J.Lr:lvesando un tUlliD, en lugar Jc que ei propio

don Juan le aLniese L.1 pL~CrL.t, LcÜ coc::.o consta en ellíbreto de Lorenzo Da Ponte.

195/3: Una .música sin fururo/ El ciculo de esce c1piculo, que reelaboca la versión

196/2:

de[ aforisrno 171 de Opi;.:~·0 t;<:..·~ y )C:JJtr.::nciczs diuursas, retnite obviarr1en-

Le 3. b conoc.(..~ fórraula "Lnúsica del futuro" en1pleaci.a pJ.ra designar la nlÚSica

de \V<.t.gner d raí.z de ::,u c:::n..-rl~v Z .. :t. c.~i.Jr.,:. de arte tlel futuro. _ _ La reacción dc:nlrv J.e la reacció:íii Ei senüJu de este pasaje --y b conslgLnen­

t:..ul>.bién L..l ::Ln1big:....ccLLi....: -..le en LunU.ih .. ..lCL~ Lun el ~Ju¡

reSL..lUi.:.lJ .... ~~ll··, y, ::,.._...Lne

un i~~ovüu.i.cnto reacttvo a todos tos niveles, pero todo an:e a este respecco- ·se aciar-::t n1ejor si se lee

178 de Opinivnc:::, y ::;e:ruent~ia.Y c:li"ue-rsas, "f·)..rte y con Ll prU11erJ. versión del n1isn1o, tituL.u .. b .. obra de

~dlc y reau . ..i..:Jn .. , ~U.L-.: :..u1ade un ::>i.,:5LLifi ...... ...:.Livo parén~:.esis: "Esos rnovünientos regre­

~tvos L [ü:;,cc.r: ... , L:.s L.L:·~~'-~~ .. .s (reacciones), que devuelven b

p 1 uxiu.iJd'-~ .1 un csL:.t'-k"' csptritu:d y potítico que fue precionlinant~ antes __ cl~i acru:.tl, poseen d cn.'-Llli.LG de\ recuerdo lleno de scntünieuLo, del ans1.a nostalgt­c:.l de lo (;....;:;~ yc~L~t,JG, c:;,.,_~~ ... l .. ü1 b n1agi::1 de la Lnuene, en ellas baUan un suelo n'"ll:Utal las arres y bs tetras \.Jebldo pceci.sarnence ;J.. esa slnguhu

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Friedricb Nietzscbe Nierzscbe contra Wagner

194/8:

198/7:

de los estados de ánimo, tal como las plantas (más bellas) más raras y delicadas crecen en las escarpadas pendientes de las montar1as· (KSA, 14, 174-5).

Nosotros, antípodas/ Todavía en el manuscrico para la imprenta se mantenía también el tículo de ·Dos antípodas .. para esce apanado, que, en forma abrevia-da Y con mtmerosas varianres, reprodLtce el aforismo 370 de La gaya ciencia, "¿Qué es rOí11<1nticismo? ...

Adónde pertenece Wagner/ Este epigrafe reelabora considerablemente tamo la primera mitad del aforismo 254 de ¡l¡fás allá del bien y del mal

como una pane del 256. Tal como ha observado .M.1zzino !'vluntin::1ri en su artícuto "Aufgaben der Níetzsche-Forschung heute: NieEzsches ~.'"\u.seina.nJcr­seczung mir der franzósischen Literamr des 19. jahrhundens .. (en Bauschin­ger, Cocalis y Lennox (eds.), Nietzsche heute. Die RezeDtion seines Werkes

nacb 1968 Bem-Scutcgart, Francke, 1987), la densa labc~ de reescritura a la

que Nie:tzsche somece aquí el aforismo 254 de JGB permite comprender cómo, a un nivel rnás su polémica con Wagner no se redLtce a una caracterización ele amipodas, ames bien, opera sobre el supuesco de la propia afinidad con el renómeno de Ll décaclence según se ejempliflca en la cultura pC~cisina ele! XIX. Por eso es por lo qcce aquella Francia del gusto, sede de la cultura europea rnás espirttuat y refinada, da paso ~hora a París como la ,;us;nupolis que es capaz de acoger a los tipos singulares --Schopen­hauer, Heine- pero aden1ás con1o el "lugar natural·· de l:1 enfermedad f0DlÚI1[1Ca.

198/13: ,los esclavos .. / Con el aüaclido de esce párrafo a la versión original dei aforis­mo 254 de JGB, Nieczsche alude al debate sobre e! comercio de esclavos sos­tenido por la pcensa y la upinión pública alemana en nuviembte ele 1888. El sentido ele su alusión se completa con esta ocra de la misma época, que aparece en Ecce honJO: "En este rnon1ento, por ejernplo, el en1perador alemán aftn11a que su "deber cristiano" es liberz;.r a los es el a vos de África: nosotros, los ot,.-os europeos, llamariarnos a e::ito sencil!an1ence ''alemán"··. Lo que Nietzsche sugiere, pues, en son de burla, es que hay ~.::scbvos rnJ.s cercanos de cuya liberrrción podría ocuparse e! Reich (o su portavoz, la 0Joccklec,bche Zeitung), arltes que de l~t de los ne,~ros afric1nos o los bárf.xuvs franceses.

199/24: Pero enj"ernza ... 4/ Lt LdLiinJ. frase, "~c\.ber krank ... ', que in[rod:...tce efcctiv:.unence

un notable giro ckt sentido ele toda b CJ.racterizacLón anterior, no en Mós allá del bien y del rru:tl.

199/25: Wagner como apóstol de la castidad, I/ Nierzsche rep!Oclci~e aqui con rninünas v:triaciones los versos del final dei afuti~tnu 256 de JGB. El ~crner verso alude SJ.rcisricunence J.! rícuio del ~l!tícuto p;Jblicado por Wagne1~ en et núrnero ele febrero de 1878 de tos Bayreuther 13/úLt¿r (fluj(.,¿::; ,)e Sa;reutb, 2º

cu:t.clerno, pp. 29-42 ), ., H'?as ist deucsc!J? .. , at que también se haDta refertdo Nietzsche en el aforlstno 357 ele LcJ go.~ya ciencia, "Sobre el v 1ejo problem:r:·¿qué es alemán? ...

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TRADUCCIONES E INÉDfl"OS

200/6: ¡Fe de Roma sin hablar!/ KSA, 14, 371 sugiere la posibilidad de que la expresión "Glaube ohne Worte, (literalmente "fe sin palabras·) se remita a la de Mendelssohn "Lieder ohne \'V'orte".

200/7: \Vagner como apóstol de la castidad, 2/ Este epígrafe reproduce, con ligeras variantes, la segurrda parte de Genealogía de la moral, III, 2.

200/16: Hafis/ Hafis (1327-1390, aprox.), sobrenombre del poeta persa Moh:1rr.med Schams od-Din, autor del Diván, obra poética que in.flujó en Goethe para la composición del Diván de Oriente y Occidente.

200/19: Circ~/ E! rrüto de Circe, que transformaba en animales a sus adoradores, ha sido frecuentado por Nietzsche, volviendo a relacionado· en otras ocasiorres con la sensación suscilada por el arte romántico.

201/26: Wagner como apóstol de la castidad, 3/ Versión algo modlficada· / abrevia­da de Genealogía de la moral, III, 3.

201/2: Gottfried Kelie.r/ Gottfried Keller (1819-1890), poeta suizo muy admirado por Nietzsche, autOr de narraciones como Die Leute uon Scldwyla o Der grüne Heinn·ch y cernprano adversario de la música wagneriana.

202/1: Cómo me desligué de Wagner/ Los dos apartados de este capítulo reprodu­cen, respectivamente, los epígrafes tercero y cuarto del prólogo al segundo libro de demasiarfo humano, con algún añadido en el primer caso Y sin apenas en el segundo_ En cuanto al título ( .. Wie ich von Wagner loskam·), teniendo en cuenw que Nietzsche se libem de Wagner como quierr se desintoxica, como quien se quita ele la adicción a una droga, y que las expresiones en ese sentido son frecuemes a lo largo de la obra ¡ambién podrí" crctducirse: "Cómo me desenganché de Wagner".

202/4: prin1eros Festivales/ Nietzsche se refiere a los festivales de Bayreuth, desctnados a la representación de las óperas de \Vagner. Nietzsche asistió incluso a los ensayos de El crepúsculo de los dioses y La Valquiria, así corno a la represent~ción inaugural de EL oro del Rhin: pero se rnJ.rchó antes del fino.! del tercer ciclo de representaciones) previsto para el 30 de agosto.

203/20: El psicólogo toma la palabra/ Los dos primeros apartztclos reproducen en dos pan:es (algo abreviada l:l primera), e! aforismo 269 ele Jvfé.s allá del bien y del rruz!, ceniendo a b vlsta la redacción onginaL El tercero es üna versión apenas modificada del aforismo 270 de esa misma obD.

206/6: E~ilogo/ Las dos ¡xtnes ele este epílogo son una versión mínimamente reela­borads -algo ~cortada la prirnera- de los epígrafes ter-cero y cuarto del prólogo de 1886 a L1 segunda edición de ltz Cayo cie-rlrClCl.

206/16: Ante todo lo que n<) le n~ata, se hace más fuerte/ Cfr Crepú:oculo de los íclolns, ·ScnLcncias y flechas .. , 8.

208/lS: Tout co.mprendre ~ c'esr tour lTlépriser/ Comprenderlo todo -es menospre­ci:.lrlo todO··. Nlerzsche inviene aquí ei sentido de b frase de iYiadarne von SLaet: "Tout COITl.prendre -c'esc tout parclonner~.

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1Vit:tzsche cnnt;a ~Y'~:zg ncr

208/23: ¿Acaso la verdad es una mujer que tiene razones pa-ra no dejar ver sus

razones?/ Gr. también ei prólogo de 1Yfás allá del bien y deí mal, redactado en la rnisma fecha que este texto (1886), si bien ei morivc) del im:Josibie des-velamienco último de la verdad ya está oresente en El • de la tr.cwe-

, o

dia con cérminos similares: "Si, en efecto, a cada desvelamienro de la verdad el artista, con miradas extáticas, pErmant=:ce siempre suspenso únican1ence de aquello que t;J.rnbién ahora, tras el desvelamief!to, conrinúa siendo velo, el hombre teórico, en cambio, goza y se sacisface con el velo airoJado y tiene su más alta meEa de placer en el pmceso de un desvelamiento caci1 vez más afor­t;_;nado, lngr:1cto por b propia fuerza. No habría cienc:i:I :;.lg~~na si ésta tuvíera que ver sólo ;:on esa única diosa clesnuc!a, y con nada más, (KSA, !, 98. Trad. case. de A. Sánchez Pascual, fvíadnd, ,\/iaflZ:1, 1973, pp. 126-7).

208/25: Banbo/ Figura de los ancigLOS mitos órficos de Dernéter.

209/1: De la indigencia del1nás rico/ Esce poema .J.parece inc:luido tarr:bién en los Ditiran-zbns de Dion"isos. Hay traducción a cargo de TxJ.ro Sr1ntoro y V!rgi:t.ú Careaga en: Nierzsche, PoPnv7s (L'vi:+---Jrjd, PerJ.ita, ?9""""'9), que hemos cc-nfro:-ltJ.­do con nuestr::t propl.a Y'ersión.

tl

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