27
FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO Juan Paulo Martínez 1 1 Más del autor en www.medium.com/@jpaulomartinez y en Twitter: @jpaulomartinez.

FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO

Juan Paulo Martínez1

1 Más del autor en www.medium.com/@jpaulomartinez y en Twitter: @jpaulomartinez.

Page 2: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

Todos los derechos reservados© Juan Paulo Martínez.

Todas las citas bíblicas pertenecen al Texto bíblico: Reina Valera Contemporánea. Sociedades Bíblicas Unidas, 2009, 2011. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909, 1960 y 1995.

Page 3: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

ÍNDICE

FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTOINTRODUCCIÓNI. DEL CRISTIANISMO SEGÚN NIETZSCHEII. DEL HASTÍO NIHILISTA DE NIETZSCHE Y SU CONTRIBUCIÓN A UNA CRÍTICA DE LA FE III. DEL NIHILISMO DE NIETZSCHE A LA PLENITUD DE LA VERDAD IV. CONCLUSIÓN: EL MITO DEL ANTICRISTO BIBLIOGRAFÍA

Page 4: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

Dedicado a Santiago y Ximena.

Page 5: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

“¿No será Dios mi propio estado de la nada?”.

E. M. Cioran.

Page 6: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

INTRODUCCIÓN

Leí a Friedrich Nietzsche cuando estaba cursando la etapa básica de la licenciatura en Derecho. No había leído los evangelios, ni ningún otro libro de la Biblia (con excepción de algunos fragmentos). No formaba parte de ninguna Iglesia ni tenía la intención de hacerlo. En realidad, mi vida era de práctica de pecado. Mi familia caía más en la etiqueta de agnósticos que de ateos por lo que no recibí exigencias de carácter religioso aunque sí de tipo moral. Pero aún estas me importaron un comino.

Joven en extremo y voluntarioso, sin restricciones reales, al leer a Nietzsche me sentí identificado -como muchos otros. A pesar de la incredulidad de mi seno familiar yo mostré desde temprano un interés especial por el sacerdocio romano. Fui acólito de niño y me gustaba estar en el templo. No recuerdo que mis padres se hayan aparecido en alguna de las misas donde serví al purpurado, así que todavía hoy pienso al respecto como una obra de la gracia de Dios para informarme de él y de su poder a pesar de todo. Pero una vez crecí lo suficiente para renegar de la autoridad de forma sesuda, Nietzsche me dio pautas para acumular razones en contra de la fe y a favor de mi autonomía y mi fantasía de ser independiente e invencible.

Este trabajo lo escribí consultando, entre otros libros, el ejemplar de El Anticristo que compré hace años y que fue la primera pieza del dominó nietzscheano que me llevó a lo largo de prácticamente todos sus libros. Mis subrayados de entonces me resultaron de enorme ayuda. Es una ironía que aquello que resalté en esos ayeres como convicciones hoy me hiciera reflexionar en el error en el que me encontraba sin esforzarme tanto en la búsqueda de esas nociones anticristianas. En ocasiones, Dios trabaja de formas misteriosas.

En los siguientes capítulos primero se analiza el cristianismo según Nietzsche para después intentar rescatar algunos aspectos que pueden ser estimulantes para el desarrollo de una fe cristiana madura y saludable. Más adelante se explican algunos pormenores necesarios para comprender mejor el nihilismo del filósofo y su impacto en la

Page 7: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

posmodernidad. Finalmente, se estudia la respuesta cristiana cuya verdad se presenta como absoluta, y que es conocida definitivamente en la persona de Jesús. En esta parte he colocado algunos comentarios sobre el cristianismo de Kierkegaard que para algunos creyentes es una clase de camino alternativo entre el escepticismo y la aceptación cabal de la revelación bíblica.

Es mi oración que estas notas ayuden a comprender mejor el plan de Dios para la humanidad a pesar de la negación constante de la oposición existencialista. Dios es soberano, Dios es rey. Dios es la verdad.

Juan Paulo Martínez

Primavera de 2014

Page 8: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

I. DEL CRISTIANISMO SEGÚN NIETZSCHE

De acuerdo con el filósofo alemán, su obra El Anticristo (1999) es una contribución a un ensayo crítico del cristianismo, que inicia con la definición de moralidad en la forma más simple: Lo bueno es “Todo lo que eleva en el hombre el sentimiento de la potencia, la voluntad de la potencia, la potencia en sí”, mientras que lo malo es “Todo aquello cuyas raíces residen en la debilidad”. La dicha, por tanto, es “La sensación que experimentamos cuando la potencia crece, cuando nos percatamos de que hemos vencido una resistencia” (p.14). Su grito de guerra es consecuente con su ética: “¡Que los débiles y los fracasados perezcan!” (Ibíd.), ardid que él mismo calificará como el primer principio de su amor por los hombres.

Nietzsche considera al cristiano una especie de “bestia doméstica”, un ser de rebaño enfermo. Piensa que representa el desafío más grande al tipo superior de hombre porque está del lado de todo lo débil y fracasado. Y este ser inferior llamado cristiano ha imperado enseñando “que los valores superiores de la inteligencia no son más que pecados, extravíos y tentaciones” (p.16). Para el filósofo la vida, la verdadera vida, es aquella que desarrolla su instinto de crecimiento y duración, que se dota constantemente de fuerza y de inclinación por la dominación de parte de la voluntad. Para él cualquier esfuerzo por atenuar el deseo de conquistar y gobernar es un crimen contra la naturaleza humana.

El obstáculo que más incide en esta visión aguerrida es que considera irreconciliable la misericordia con la voluntad de vivir: “Se pierde fuerza cuando se compadece” (p.18). Por eso, la muerte de Jesús es una “pequeñez”, algo insignificante como para que por causa de ello renunciemos a la lucha por ganar, destruir y crear. El amor es la afirmación de este poder de consumir y avasallar cueste lo que cueste, y no la negación de la voluntad a la que llama Cristo. El amor real es cruel. La “moral aristocrática” del filósofo alemán tiene a la misericordia como una debilidad y un estimulo depresivo: “es

Page 9: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

como un multiplicador y conservador de todas las miserias, uno de los principales instrumentos para la aparición de la decadencia” (p.19).

Una de sus acusaciones dice que los religiosos cristianos poseen un “benévolo desdén” hacia los sentidos, la razón y la ciencia. Por tanto, la santidad es un veneno para las personas que distribuye el purpurado como parte de su oficio (el sacerdote es un envenenador). El cristiano no representa la verdad sino que la niega, la despedaza y la tuerce para satisfacer su enemistad hacia la tierra y el hombre. Todo el que se incline por la teología se engaña a sí mismo porque la fe es un sentimiento que se conserva y alimenta cerrando los ojos y afirmando y promulgando mentira tras mentira. Kant (a quien llama “araña” y “bufón”), Lutero y Leibniz fueron hombres que solo vinieron a arruinar más la integridad alemana porque “las leyes más profundas de la conservación y del crecimiento exigen ...que...cada uno invente su virtud, su imperativo categórico” (p.24), es decir, las personas no crecerán por seguir un estándar de moralidad dado por un tercero (Cristo, Kant o quien sea) sino siendo ley en sí mismos sin capitular ante la presión de convertirse en un seguidor.

Ante esta declive moral, los auténticos espíritus libres no deben dejar de transmutar los valores y obtener la victoria sobre los conceptos de verdadero y falso. El hombre, hay que entender, no es un espíritu que provenga de la divinidad sino un animal sagaz en evolución que acostumbra traicionar su vocación violenta y natural. Por eso es llamado “el más fracasado de los animales, el más enfermizo, el que se desvía más peligrosamente de sus instintos” (p. 28). Pero esta crítica no quiere sino incentivarlos a arrebatar su derecho a imperar sin limitaciones mediante el desfogue de sus energías.

Dios, el alma y conceptos semejantes están fuera de la realidad y son producto de la imaginación. Nietzsche hila un argumento para explicar la bondad de Dios en términos de la necesidad humana de conservarse. Dios será bueno, humilde y hasta miedoso en la medida que la voluntad de dominio deje de ser necesaria para sobrevivir. Empero, los que siguen tal religión no se reconocen a sí mismos como los débiles sino como los buenos o justos.

Page 10: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

Nietzsche considera que el Dios cristiano es aquel en el que “todos los instintos de la decadencia, todas las cobardías y todas las flaquezas del alma tiene su germen” (p.35). Considera que el ateísmo budista es superior porque no arguye que debamos luchar contra el pecado sino luchar contra el dolor. Esto es más realista en función de la concepción que se posee de los dogmas cristianos como ficticios. El dolor aquí es fisiológico y por ello vivencial. En cambio, por ser el pecado un asunto de conciencia retorcida por la falsedad se debe abandonar para abrir paso a la voluntad de poder que echa por tierra los remordimientos.

La religión cristiana tiene por principio “los instintos de los subyugados y los oprimidos; las castas más bajas son las que buscan en él su salvación” (p.38). Los fieles se ocupan sobre todo de autoafligirse pensando en el pecado, criticándose al grado de que “es esencialmente cristiana cierta predisposición a la crueldad para consigo mismo y para con los demás; el odio a los incrédulos y a los disidentes, la manía de perseguir” (p. 39). En suma, “Cristianismo es sinónimo de odio a la inteligencia, al orgullo, al valor, a la libertad, al libertinaje de espíritu. Al decir cristiano, se sobreentiende que se pretende expresar odio a los sentidos, al deleite en general” (Ibíd.). La fe es tormento, endurecimiento y fatiga corporales y espirituales.

Jesús fue un “anarquista...un delincuente político en una sociedad tan absurdamente apolítica” (p.53) y un “antirrealista” (p.60). Muere por sus propios pecados y no por los de otros para redimirlos aunque sí deja el ejemplo de cómo vivir. Para Nietzsche, Cristo transforma la falta de capacidad para resistir en una moral positiva: el que es bueno no es enemigo de nadie. Y las buenas noticias son un amor sin distinciones, para todos, incluyente y acaparador. El filósofo considera esto una “estupidez” en cuanto él afirma la disparidad de voluntades entre seres humanos haciendo a unos superiores y a otros inferiores. El amor, como se vio, no es misericordia sino la manifestación del poder de uno mismo sin más categorías morales que las que uno se dá en su auto-emancipación. El mundo de los evangelios es “raro”, “pueril” y de nervios “enfermos”. El Salvador es “un tipo de la decadencia” (p.58) en el que convergen contradicciones y fanatismo.

El Evangelio descansa en una fe “exenta de rencores, [que] no reprende, no se defiende, no ciñe la espada, no se imagina siquiera que un día podría separar y engendrar

Page 11: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

discordias” (p.59). En esta tesitura, es interesante que el filósofo califica a Jesús como un “librepensador” porque “le repugnan” las palabras, los dogmas, las fórmulas y hasta la propia fe (p.60). La sabiduría cristiana, empero, está en ignorar el conocimiento científico, el arte, la cultura, la política, la naturaleza y cosas semejantes. El evangelio, prosigue Nietzsche, excluye la idea de culpabilidad, castigo, recompensa y pecado al explicar la felicidad eterna. Jesús “Rompió con toda la doctrina judía del arrepentimiento y el perdón” (p.62). El cristianismo no es una fe sino la práctica de sentirse divino y bienaventurado, porque Jesús solo se ocupa de lo interior; lo exterior (la realidad) únicamente sirve como materia para sus parábolas. Nada más. El Reino de Dios es una experiencia del corazón.

Los clérigos son “los parásitos más peligrosos” (p.68) que buscan tiranizar a sus fieles bajo el yugo de sus mentiras. La Iglesia en conjunto es una almáciga de gente confundida y miserable cuyas supersticiones barbarizaron el mensaje de Jesús. Las ideas del cielo y el infierno son herramientas que los ministros utilizaron para atormentar con crueldad al pueblo y sojuzgarlo. Por tanto, el cristiano- que el filósofo dice que no existe en realidad- es “un error sicológico” que no obra por la fe como se pregona sino por su instinto fracasado y sometido. Después de la muerte de Jesús perduró en aquel el sentido de venganza que más tarde se manifestó en la intención de la Iglesia de gobernar la tierra y arruinar la vida del infiel. Jesús fue convertido en un fariseo y en un teólogo. Entonces el cristianismo arrojó frutos de resentimiento hacia el mundo y la realidad.

Jesús negó la separación entre Dios y los hombres- explica-, y suprimió la idea de pecado: esa era la buena nueva que traía (p. 74), pero sus discípulos, en su venganza, inventaron que Dios había sacrificado a su propio hijo para perdonar los pecados y ataron las conciencias a la esperanza de la resurrección. Con ello, el cristianismo prometió todo sin dar nada. El apóstol Pablo, principal misionero de la Iglesia primitiva, fue “el genio del odio en la implantación lógica del odio” (p. 75) y “El apóstol mayor dela venganza” (p. 85). El “falsificador” de Pablo en su odio solo usó lo que le era útil para su maldad, y era de esperarse debido a su “instinto sacerdotal judío”. Acabó predicando “una historia apócrifa del primer cristianismo” (p.76). Presentó la historia de Israel como un prólogo del Nuevo Testamento atestando así un golpe duro a la realidad histórica. Niezsche sostiene que ni siquiera el mismo apóstol se creyó sus mentiras y aún así lo aceptaron los “imbéciles entre los cuales lanzó su doctrina” (Ibíd.).

Page 12: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

La “basura del cristianismo” plantea para el filósofo algo insuperable: “Nosotros negamos a Dios, en cuanto Dios. Si alguien pudiese demostrarnos (es difícil) la existencia del Dios de los cristianos, seguiríamos no creyendo en El” (p.88). Un espíritu libre es generalmente escéptico porque de ello obtiene su brío. Para Nietszche las convicciones son prisiones; liberarse de ellas es el principio de la fuerza. Desde luego que un hombre libre posee ciertas convicciones- dice- pero al ser soberano en sí mismo no se somete a ellas. En cambio, el cristiano “no se pertenece, no puede ser más que un medio” (p.103). No es independiente en nada porque sus convicciones lo mantienen esclavizado. Sería su perdición el alcanzar la libertad de conciencia. Pero el cristianismo es popular porque “las multitudes son más aficionadas a las actitudes del relumbrón, que a los razonamientos” (p.104). La mediocridad es su dicha.

Page 13: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche
Page 14: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

II. DEL HASTÍO NIHILISTA DE NIETZSCHE Y SU CONTRIBUCIÓN A UNA CRÍTICA DE LA FE

El genio de Friedrich Nietzsche bombardeó al cristianismo de una manera hasta entonces inusual. El filósofo alemán fue seductor y convincente no por un análisis objetivo de la fe -que no realizó- sino por su pasión mezclada con la sagacidad y agudeza intelectual que poseía. Su apelación al orgullo humano también fue decisiva. Despertó la ira de aquellos que consideraban suyo el mundo, con todos sus derechos y enfermedades. Y al ser popular la fe cristiana, catapultó las objeciones en su contra como un símbolo contra-cultural, como una señal de arrojo, valentía y coraje; significó el retorno a la auto-afirmación y su rebelión hacia las ideas ya concebidas. Con Nietzsche muchos que callaban se animaron a tratar como intelectualmente retardados a los cristianos y ha desarrollar una personalidad sin las limitantes del catecismo y su moralidad. La bandera y sostén de estas energías fue el hallazgo de un enemigo común al “súper hombre”: Jesús y sus seguidores, especialmente el clero.

En el libro III de La gaya ciencia (2003) Nietzsche cuenta de un loco que durante el día, con una linterna encendida, exclamaba en la plaza: “¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!”. Ante la presencia de los incrédulos que se reían de él, este loco concluyó que Dios había muerto. La nota final de la meditación dice: “¿Qué son estas iglesias sino las tumbas y los monumentos funerarios de Dios?”. Esta muerte de Dios retrata por un lado el agotamiento de la cultura europea que a juicio del filósofo estaba arruinada, y por otro marca la pauta para su desafío a vivir una vida sin los fundamentos últimos del cristianismo o alguna metafísica. Por eso Nietzsche es un nihilista, un negador de las afirmaciones absolutas y el vehículo por el cual el relativismo se coló hasta la posmodernidad. Él creía que sin Dios el hombre se encontraba por fin en el éxtasis de su capacidad creadora, que era libre -ahora sí- para aceptar su humanidad y trascenderla, abrazando tanto lo que lo edificaba como aquello que lo destruía.

Hay elementos en el trabajo de Nietzsche que son útiles para la reflexión aún de los

Page 15: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

cristianos más “ortodoxamente circunspectos”. En seguida me atrevo a enlistar y sugerir algunos de los más importantes:

a) Su reproche hacia la actitud derrotista del cristianismo nos puede estimular a meditar en esa “teología del fracaso” en la que caemos muchos cristianos. No es novedad que la Iglesia posea miembros y liderazgos que hacen del pesimismo y el carácter taciturno una señal de santidad y celo espiritual. Cristo es el modelo de la hombría por excelencia y no de una pasividad melancólica infructuosa.

b) Su reproche hacia la actitud despreciable y socarrona del cristianismo en torno a la ciencia, el arte y la razón nos puede permitir evaluar honestamente nuestra visión equívoca (anti-intelectual) del poder de Dios y su uso de las causas secundarias en su obrar soberano. Muchos cristianos todavía piensan, por ejemplo, que las manifestaciones artísticas son pecaminosas a menos de que se consideren los dogmas y valores bíblicos. Así, “estar apartados del mundo” les significa una alienación de cualquier clase de música y celebración secular. Además, hay quienes juzgan la fe de otros basados en las relaciones que guardan los creyentes con gente no cristiana que se dedica a la investigación científica y filosófica, y que intenta encontrar una explicación a los fenómenos que se manifiestan en el mundo desde sus disciplinas. Esto no solo nos aparta de la oportunidad de testificar sino que nos hunde en una ignorancia de cosas que Dios hizo, que son bellas y admirables, y que pueden permitirnos comprender mejor nuestra fe y tener un impacto más importante en donde vivimos.

c) Su observación acerca de la tendencia del cristiano a torturarse y querer imponer su versión sádica del cristianismo a los demás también es oportuna. Hay cristianos que no soportan ver realizadas a otras personas, ni aún a las que pertenecen a sus iglesias. Buscan encontrar la herida podrida de los que sonríen y claman que Dios los ha bendecido, al mismo tiempo que en sus devocionales lloran por su condición pecaminosa y falta de paz. Se arrepienten antes de pecar. La Iglesia reformada moderna queriendo pureza y buscando consolidarse como ejemplo del regreso a la ortodoxia y la sana exposición de las Escrituras, sin quererlo, se está llenando de gente que encuentra en ella un canal para vertir su amargura e incomodidad crónica sobre el prójimo: si ríes, festejas, te observas tranquilo y satisfecho, entonces algo estás haciendo mal porque Cristo te ha llamado a sufrir y a morir por él. Se trata de lo que yo llamo la infame “regla de san Benito

Page 16: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

reformada”.

Acuñando una expresión de Fernando Savater, Nietzsche azotó a sus lectores con “meteoritos intelectuales” dejando cráteres profundos, cuya oscuridad no fue superada por muchos que ahora continúan despreciando la fe cristiana. Pero ese lóbrego vacío y vacuidad nihilista paradójicamente encontrará siempre su final en el mensaje redentor de la Biblia, el mismo que intentó silenciar con su teotanasia.

Conviene anotar algo más antes de concluir este capítulo para comprender mejor este nihilismo nietzscheano y otras consecuencias de la llamada posmodernidad. Simplificando la historia, y suguiendo la clasificación del filósofo Heat White (2012) se pueden identificar tres periodos:

a) Pre-modernidad

b) Modernidad

c) Posmodernidad

El ser humano del mundo pre-moderno es aquél que depende de otros para conocer y desarrollarse interiormente. Es la cosmovisión de la edad media donde el conocimiento fue monopolizado por la curia romana. Aún dentro de Roma los propios clérigos, muchos de ellos, sufrían de una enorme ignorancia. Se cuenta que cuando llegó la reforma protestante algunos sacerdotes decían que el evangelio era “un invento de fray Lutero”. Si este era el caso de los purpurados el estado del pueblo era naturalmente peor. La autoridad premoderna, a pesar de esto, era la jerarquía religiosa. Lo que ellos decían era la verdad.

El mundo moderno se construyó sobre la descalificación de la autoridad espiritual pre-moderna y optó por entronizar en su lugar a la razón. Descartes y Locke, entre otros, fueron quienes alimentaron gran parte del iluminismo, época en que la ciencia y el arte comenzaron a nutrir la esperanza en el progreso de la humanidad. Ahora, el ser humano

Page 17: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

podía, por sí solo con su pura razón (prescindiendo de cualquier revelación divina), encontrar la verdad y el sentido de la existencia. La ciencia expandida por la educación rompería las ataduras del miedo y la ignorancia de la edad media, y la humanidad podría resolver cualquier problema político, social personal y ético. El pensamiento de la modernidad concluyó que se daría un proceso gradual y un consenso creciente entre los seres humanos basado solo en la razón y la ciencia, y se observaría el impresionante nacimiento de una sola cultura donde todos serían iguales y convivirían en paz y armonía.

La reforma protestante, en parte, refleja este impulso de la modernidad en su primera etapa de enfrentamiento de la curia romana, y en la afirmación del principio de Sola Scriptura. Alegando que la Palabra de Dios era suficiente para liberar al ser humano, los reformadores resquebrajaron la creencia popular de que solo los clérigos podían explicar las Santas Escrituras e hicieron llegar la Biblia al pueblo, animándolos a escudriñarla de forma personal: fue una invitación a usar su razón para comprender la voluntad de Dios desde los libros sagrados que poco a poco comenzaron a distribuirse en la lengua vernácula.

Por último, el hombre posmoderno, decantado por dos guerras mundiales, la guerra fría, la era nuclear y otros movimientos históricos coyunturales, cuestionó que los ideales de la modernidad hubieran sido realistas. Al fin y al cabo, la razón -esperanza del hombre moderno- no había logrado parar la masacre ni traer paz, progreso y bienestar duraderos. Entonces, si ni la autoridad civil ni la religiosa, ni la razón humana pudieron producir los frutos de esperanza tan anhelados para el ser humano, lo único que quedó fue resignarse a andar por la vida sin respuestas a las preguntas más trascendentales de la existencia. En la etapa temprana de esta tercera época aparecieron los trabajos de Nietzsche. Fueron cuatro los fenómenos filosóficos que la posmodernidad trajo consigo:

1. Nihilismo

2. Relativismo

3. Constructivismo

4. Pragmatismo

Page 18: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

El nihilismo enseña que es imposible resolver cuestiones básicas porque no existen respuestas correctas. El relativismo dice que la verdad varía de persona a persona o de sociedad a sociedad. El constructivismo sostiene que las preguntas elementales no se pueden responder porque la verdad no se descubre sino que se inventa o construye por el esfuerzo humano. Finalmente, el pragmatismo apunta que la verdad es cualquier cosa que nos ayude en la vida a conseguir la realización de nuestros propósitos personales y sociales.

Este hilo de acción histórica es entendible. Una humanidad caída que se revela contra Dios y cae en su propia trampa, presa de su propia mezquindad, acaba sometida por siglos a un clero prostituido por siglos. Después, al asociar la verdad del evangelio con la burocracia e irresponsabilidad eclesiástica, la mayoría corre a buscar dentro de sí, de su razón, la verdad. Y acaba estrellándose contra la inutilidad de la capacidad humana para dar respuestas a cuestiones torales y profundas. Se conciben finalmente los engendros de la posmodernidad (nihilismo, relativismo, constructivismo y pragmatismo) que producen una humanidad desesperanzada, al borde de viejas ideologías destructivas y totalitarias, presa de un escepticismo tóxico y de un agudo desconcierto generalizado. Es aquí donde, como nunca antes, la fe cristiana -siempre indispensable- es especialmente relevante.

Page 19: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

III. DEL NIHILISMO DE NIETZSCHE A LA PLENITUD DE LA VERDAD

El salmo 14 declara: “Dentro de sí dicen los necios: “Dios no existe.” Corrompidos están. Sus hechos son repugnantes. No hay nadie que haga el bien”. Este ateísmo es igual al nietzscheano con la ligera diferencia de que en su retórica punzante el filósofo asumió su existencia previa y después su muerte. Es inútil -aunque algunos lo han intentado- refutar el cristianismo según Nietzsche porque él no se preocupó por desvirtuarlo desde bases científicas y argumentos coherentes. La suya es una querella henchida de pasión desbordante, sí, pero nada más. Su fastidio en el capítulo XLV de El Anticristo es un ejemplo de su exegética pobre y despreocupada. Él no trató de demostrar que el cristianismo era mentira. Lo asumió y dio rienda suelta a su coraje.

Como se analizó en el capítulo anterior, la posmodernidad dimitió en la búsqueda de la verdad a partir de la razón -cuanto más de la revelación religiosa- y abrazó el vacío (la náusea escribiría Sartré) como parte normal de la vida. Había que aceptarlo y vivir con ello, sin respuestas absolutas, confiando en que esta situación traería cuando menos tolerancia entre los hombres, porque al no haber una sola verdad todos tendrían que bajar la guardia y convivir sin el peligro de imposiciones ideológicas.

Empero, esta posición de la mente posmoderna ha fracasado para darle al ser humano sentido. Una sociedad no puede desarrollarse en la incertidumbre. El ser humano puede soportar la angustia por un tiempo pero sus nervios colapsarán si se prolonga indefinidamente. La realidad es que el ser humano es esencialmente religioso. Lleva dentro de sí el semen religionis que perpetúa en él la necesidad de creer, confiar y entregarse. La idolatría en todas sus variantes (desde la ciencia y la filosofía hasta los amuletos y supercherías) es un testimonio fehaciente de esta realidad. El corazón del hombre -escribiría Calvino- es una fábrica de ídolos.

La verdad no es un concepto científico (allí se habla de certezas) ni tampoco filosófico

Page 20: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

(donde se considera un término elástico según la razón humana); la verdad es un concepto teológico, aunque material y realmente hablando es una persona: la persona de Jesús. Por tanto, la verdad no depende de nosotros ni puede ser hallada por la sola luz de la razón. En este sentido la teología tomista es precisa al decir que lo que alcanza a comprender la razón natural a partir de la experiencia y la lógica es insuficiente para descubrir las verdades eternas que se obtienen de la revelación que Dios ha hecho de sí mismo. La revelación bíblica es el fundamento de la razón y no al revés.

El hombre de hoy ha renunciado a la revelación y a la razón como caminos para conocer la verdad absoluta. Pero la verdad, en el soberano consejo de Dios, sale al encuentro del mundo en Jesucristo. La verdad crea al hombre quien decide resistirse a ella (Gn. 1-3), pero continúa buscándolo, arrastrándolo hacia sí con disciplina y amor inmerecido. La verdad obra gracia sobre el mundo y regenera el entendimiento humano por su Espíritu. El Dios Trino es la verdad y nuestro conocimiento de ella en esta tierra se consuma con la encarnación de Cristo.

Cristo dice: “Yo soy la verdad” (Jn. 14.6): la palabra hecha carne se introduce entre nosotros y completa el Pacto de la Redención celebrado por el Consejo Trinitario desde antes de la fundación del mundo. Juan inicia su evangelio diciendo: “En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra” (Jn. 1.1) y más adelante indica: “La Palabra, la luz verdadera, la que alumbra a toda la humanidad, venía a este mundo” (v.9). El salmista decía siglos antes: “La verdad es la esencia de tu palabra” (Salmo 119.160a). Jesús oró por sus discípulos diciendo: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” (Jn.17.17). La voluntad de Dios es que la verdad sea conocida y que transforme a las personas santificándolas (1 Tes. 4.3a) mediante la obra inicial y eterna del Espíritu Santo (Jn. 3:5 y ss.).

El vacío en el hombre se debe a su lejanía de Dios, y su lejanía de Dios se debe a su pecado. Por eso, el vacío no puede ser llenado con ciencia, filosofía, religiosidad o pasión. Estas cosas sirven para distraernos de la agonía que experimentamos al desconocer las respuestas a las preguntas más hondas de la existencia. ¿Cómo puede colmarse el vacío entonces?: Enfrentando el pecado en nosotros y tornándonos hacia Jesús “el autor y consumador de la fe” (Heb. 12.2). La plenitud en el ser humano se

Page 21: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

consigue aceptando el don gratuito de la salvación (Ef.2.8); La conclusión del espiral de la etapa pre-moderna hasta la posmoderna es completamente entendible. El salto de la autoridad humana a la razón, y de la razón a la resignación existencialista es el fruto ordinario de la ausencia de Cristo.

Hay que tomar una precaución aquí: la incredulidad no es un producto de la falta de evidencia a favor de la verdad absoluta, sino del pecado. Esto explica el porqué hay tantas personas que oponen objeciones intelectuales todo el tiempo, y jamás aceptan argumento por más convincente y elaborado que sea, provenga de quien sea. Aún si Richard Dawkins se convirtiera al cristianismo y publicara un libro defendiendo la fe ello sería irrelevante. Seguirían en su negación (Cfr. 1 Cor. 1.18). Pablo escribió:

Por esto quiero decirles en el nombre del Señor, y en esto quiero insistir: no vivan ya como la gente sin Dios, que vive de acuerdo a su mente vacía. Esa gente tiene el entendimiento entenebrecido; por causa de la ignorancia que hay en ellos, y por la dureza de su corazón, viven lejos de la vida que proviene de Dios (Ef. 4:17-18).

La incredulidad es un efecto del pecado. Si el pecado no es vencido tampoco lo será la incredulidad. Y lo único que puede vencer el pecado es la obra soberana de Dios: ningún argumento, ningún testimonio, ninguna prueba lo logrará. Solo el Evangelio de Jesucristo puede conseguir lo imposible (Mt. 19.26).

Es necesario negar la existencia de Dios -o matarlo- para derrumbar los fundamentos absolutos. Por eso, Nietzsche despuntó en su retahíla virulenta al desacreditar totalmente la autoridad del Señor. Sin embargo, Dios como el origen de la verdad absoluta es el punto culminante de cualquier “buscador”. Si buscas intelectualmente la verdad tarde o temprano te encontrarás cara a cara con la teología. Pero esas pistas conseguidas con la razón no serán suficientes para ceñirse a ella. Cristo habló en oración: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Jn. 17.3), lo cual refiere más que un conocimiento intelectual-racional. Jesús está hablando de un conocimiento que resulta de la regeneración sobrenatural de nuestro

Page 22: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

ser, y no de un esfuerzo humano por armar las piezas de una especie de rompecabezas filosófico. Conocer la verdad es conocer a Dios y conocer a Dios es obedecer sus mandamientos (1 Jn. 2.3), es decir, ser uno de sus redimidos.

La tristeza y melancolía de Kierkegaard es un estirón para tratar de conciliar el vacío existencial con la fe, lo que para muchos ha sido una opción viable. Empero, este filósofo rechaza también los absolutos. No importa la verdad absoluta sino “la verdad para mí”. No se trata aquí, sin embargo, de que cada cual tenga su verdad sino de que la verdad sea una realidad en la existencia de la persona que piensa. Para Kierkegaard existir es vivir experimentando, por lo que no importa si el cristianismo es verdadero o no: lo que trasciende es que sea verdad para mí aunque sea incapaz de obtener pruebas objetivas de su veracidad. Mientras Tomás de Aquino, por ejemplo, en su Suma contra gentiles arregló cientas de objeciones contra la fe y respondió a cada una utilizando la razón y la revelación, Kierkegaard ve al cristianismo no como un conjunto de fórmulas objetivas a las cuales hay que adherirse y que hay que defender sino como el puerto al que se llega como una consecuencia de la angustia y desesperación de la vida consciente. Luego de pasar por las fases del placer y de la moralidad, lo que le queda al hombre es “dar el salto” hacia la fe. No importa si Cristo resucitó o si la Biblia es la verdad. Importa vivir la fe para detener la sensación de vacuidad dentro de la gente.

Por supuesto, esto tampoco es lo que Dios preparó para nosotros. Aunque es cierto que la angustia de la existencia sin Dios es usada soberanamente por él para arrastrarnos hacia sí, como ya se vio no es el hastío el problema sino el pecado, y no somos regenerados por una decisión que tomamos de confiar ciegamente en la Palabra de Dios cuando ya no tenemos a dónde ir, sino que llegamos a ese punto por la obra del Espíritu de Dios. Kierkegaard desestimó las convicciones del Espíritu en nosotros y redujo la conversión al desenlace de una serie de estadios previos en los que opone el placer y la razón a la fe. El cristianismo no es racionalismo pero es racional, y la fe no es oscuridad sino luz (Cfr. Jn. 1.9). Al venir a Cristo no lo hacemos con los ojos cerrados sino abiertos por vez primera. Pero más importante aún es que la fe cristiana no es un misticismo platónico que genera convicciones por intuición sino que la validez del mensaje de Jesús se encuentra en un hecho histórico y verificable: su resurrección. Pablo indicó: “y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no tiene sentido, y ustedes todavía están en sus pecados” (1 Co. 15.17).

Page 23: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

IV. CONCLUSIÓN: EL MITO DEL ANTICRISTO

En 1951 en la ciudad de New York fue publicado el libro Mi hermana y yo del autor Friedrich Nietzsche. El escándalo y la crítica se volcaron sobre la obra porque muchos alegaban que se trataba de un escrito espurio. La polémica rampante también incluyó a aquellos que vieron en el libro un producto fascinante que retrataba el alma del filósofo como ninguna de sus producciones literarias conocidas.

En este trabajo Nietzsche declaraba: “He sido un rebelde contra el universo, y el universo ha cumplido su venganza contra mí” (II.2). Pero una de las anotaciones más inverosímiles es su comentario a Mateo 7:24-27:

Mi casa se ha derrumbado, y grande fue su caída. El Anticristo yace en ruinas frente al indestructible pie de Cristo, calzado con el amor del mundo, el amor manifestado en hechos. ¡Oh vida, no te burles de mí! ¡Tú has vencido, Galileo, tú has vencido en el mismo corazón de tu mayor enemigo!

¿Debo ocultar la victoria de Cristo a mi propia alma para perpetuar el mito del Anticristo, tema de mis futuros biógrafos?...(II.8).

Sin embargo dice más adelante: “creo en el absurdo absoluto de Jesús, pero tampoco puedo ser salvado. No puedo rendir mi orgullo del intelecto hasta el último momento ni mi convicción de que Jesús debe inclinarse frente a Nietszche, aunque sea un montón de ruinas” (II.8). Es un texto tan apasionado que pudiera continuar citándolo con emoción, pero para lo que quiero concluir en este trabajo es suficiente lo dicho.

El pecado del orgullo es un óbice gigantesco para que el hombre posmoderno acepte el mensaje de Jesús. Sin siquiera confiar en sí mismo el ser humano de hoy -como el de ayer- encuentra la quintaesencia del absurdo en la locura de la cruz: “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que para los judíos es ciertamente un tropezadero, y

Page 24: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

para los no judíos una locura” (1 Co.1.23). Jesús enseñó que “el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mt. 23.12). Lo dicho po Isaías también es aplicable al superhombre nietzscheano: “Tú, que en tu corazón decías: “Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios, y allí pondré mi trono...Pero ¡ay!, has caído a lo más profundo del sepulcro, a los más remoto del abismo” (Is. 14.13,15), a esas densas y lóbregas mazmorras de la locura que consumió sus últimos años de vida.

Page 25: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche
Page 26: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

BIBLIOGRAFÍA

Dellutri, S. (2002). La aventura del pensamiento. Una introducción al fascinante mundo de la filosofía occidental. 1Era.Ed. Edit. Logoi. Florida. 288 pp.

Gaarder, J. (2000). El mundo de Sofía. 1Era. Ed. Edit. Patria/Siruela. D.F. 638 pp.

Horton, M. (2011) Pilgrim Theology. Epub Edition 2012. Edit. Zondervan. Edición Kindle.

Nietzsche, F. (1999) El Anticristo. Opiniones y Sentencias. 1Era. Ed. Edit. Editores Mexicanos Unidos. México. 173 pp.

Nietzsche, F. (2003). Friedrich Nietzsche. 1Era. Ed. Edit. Tomo. D.F. 589 pp.

Nietzsche, F. (1984). Mi hermana y yo. 10ma Ed. Edit. Biblioteca Edaf. Buenos Aires. 267 pp.

Texto bíblico: Reina Valera Contemporánea. Sociedades Bíblicas Unidas, 2009, 2011. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569), revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909, 1960 y 1995.

The Reformation Study Bible (2005). Ligonier Ministries. Lake Mary. 1948 pp.

Page 27: FRIEDRICH NIETZSCHE Y EL MITO DEL ANTICRISTO · friedrich nietzsche y el mito del anticristo introducciÓn i. del cristianismo segÚn nietzsche ii. del hastÍo nihilista de nietzsche

White, H. (2006). Postmodernism 101. A first course for the curious christian. 1era. Ed. Edit. Brazos Press. Grand Rapids. Libro electrónico creado en 2012. Edición Kindle.