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Fundacion Rosa Luxemburgo - Alternativas Al Desarrollo, La Destruccion Del Planeta No Es Un Destino

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Desarrollo

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  • UNA COPRODUCCIN DE LA FUNDACIN ROSA LUXEMBURG Y RADIALISTAS APASIONADAS Y APASIONADOS.

    El contenido de este folleto es fruto de las discusiones y de procesos de validacin con representantes de mltiples orga-nizaciones sociales del Ecuador y tiene una finalidad educativa. Con los aportes y debates compartidos del Grupo Permanen-te de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo. Agradecemos especialmente a Miriam Lang, Beln Cevallos, Claudia Lpez, Jos Ignacio Lpez Vigil; a Eduardo Gudynas, el CLAES y la RedGe que nos inspiraron con la publicacin Transiciones para salir del viejo desarrollo (2012); a Pablo Ospina, William Sacher, Edgardo Lander, Alberto Acosta, Enrique Viale, Mario Rodrguez, Klaus Meschkat, Ulrich Brand, Esperanza Mart-nez, Mar Daza, Alexandra Martnez, Dunia Mokrani, Alejan-dra Santillana, Sandra Rtiva por sus comentarios al texto. A Santiago Arconada Rodrguez por los aportes sobre el Lago de Maracaibo, a Alberto Acosta, Esperanza Martnez y Wi-lliam Sacher por la investigacin Salir del extractivismo. Una condicin para el Sumak Kawsay. Propuestas sobre petrleo, minera y energa en el Ecuador; a Diego Carrin, Guido Du-que y Jos Luis Domnguez por la investigacin Escenarios econmicos para el financiamiento de la inversin estatal de acuerdo a distintos ejes de acumulacin del capital.

    Ilustracin:Nivio Lpez Vigil

    Ilustracin comic final:Liliana Gutirrez

    Mapas Giannina Zamora

    Impresin:Artes Grficas SILVA, Telf.: 2551-236, Quito - Ecuador

    Primera edicin: Diciembre de 2013

    Fundacin Rosa LuxemburgMiravalle N24-728 y Zaldumbide (La Floresta)Quito - Ecuador.Telfonos: (593-2) 2553771 / 6046945 / 6046946email: [email protected] www.rosalux.org.ec

    Alternativas al desarrollo. La destruccin del plane-ta no es un destino by Fundacin Rosa Luxemburg y Radialistas Apasionadas y Apasionados is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoCo-mercial 4.0 Internacional License.

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    ndiceIntroduccin Pgina

    Captulo 1: EXTRACTIVISMO ........................................................................................................ 7Antecedentes Qu es el extractivismo?Los hidrocarburosLa megamineraLos grandes monocultivos Mapas: Extractivismo en Amrica LatinaCasos para no olvidarLas actividades extractivas tienen mltiples efectos negativosEl cambio climtico: un indicador importante de la crisis

    Captulo 2: ESPEjISMOS ............................................................................................................... 33El desarrollo: un neocolonialismo disfrazado?El crecimiento: un dogma que nos lleva al colapso?La pobreza: otro discurso para incluirnos al sistema? Campo y ciudad: sinnimos de atraso y progreso?

    Captulo 3: Y EN ECUADOR? ....................................................................................................... 43Logros de la Revolucin CiudadanaContraste: El Plan de desarrollo 2007 y la nueva matriz productiva40 aos de explotacin petroleraAmpliacin de la frontera petroleraPlanes de mineraAgrocombustiblesEl agua vale ms que el oro

    Captulo 4: HORIZONTES ............................................................................................................. 55Crear mltiples economas diferentesDemocratizar la democraciaConstruir plurinacionalidadImpulsar otra educacinDevolver a la economa su funcin socialAprovechar la belleza y fertilidad del pas Controlar y cuidar el territorioPromover otro tipo de tecnologaConcebir la energa como derechoMonitorear impuestos y subsidiosDesterrar las falsas alternativasConstruir un nuevo internacionalismoRegionalizar la economa

    Notas ........................................................................................................................................... 86BibliografaPara ms informacin

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    PresentacinEsta publicacin se propone generar debates. Plantea como problema inicial que nuestro mundo atraviesa una crisis civilizatoria que, a raz de las lgicas capitalistas, patriarcales y profundamente coloniales que organizan la sociedad humana de hoy, amenaza la vida de las generaciones futuras, incluso la supervivencia de nuestra especie. El planeta es finito, y el modo de vida depredador de la Naturaleza que se nos presenta como desarrollo nos ha llevado a irrespetar estos lmites.

    El cambio climtico, que provoca una multiplicacin de sequas, inundaciones, tormentas tropicales, olas de calor o de fro, es solamente uno de los indicadores de esta crisis. Segn los cientficos, para mantener el calentamiento global en un rango de dos grados centgrados, lo que se considera mane-jable para nuestra sociedad humana, deberan quedar bajo tierra la mitad de las reservas mundiales probadas de petrleo y gas1.

    En Amrica Latina, en la actualidad, el modelo econmico que se expande a gran velocidad es el ex-tractivismo, un modelo que agrava estas lgicas depredadoras. La ola de movimientos sociales que han reconfigurado muchas sociedades latinoamericanas ya han planteado un debate fundamental so-bre el desarrollo en el continente. El desafo consiste en buscar colectivamente alternativas de fondo al modelo que se nos traza casi como un destino.

    El debate que se plantea aqu va ms all de nuestras preferencias electorales. No se trata de estar a favor o en contra de tal o cual gobierno o partido, sino de reflexionar sobre una problemtica que afecta la vida misma. La apuesta es tan grande que implica cuestionar lo que muchas veces se nos pre-senta como natural, inevitable, o inamovible, para mirar detrs, para poder pensar desde otro punto de partida, desde fuera de los discursos que se nos repiten una y otra vez. De otra manera, corremos el riesgo de fortalecer el sistema capitalista actual, simplemente reformndolo con algunos parches, y avanzar hacia el colapso.

    Esta publicacin no solamente analiza las consecuencias del modelo extractivista. Tambin busca cuestionar algunos conceptos que estn en la base de la crisis que estamos atravesando: El desarrollo, el crecimiento, las concepciones dominantes de calidad de vida. Analiza cmo stas se materializan en Ecuador. Y propone algunas pistas para pensar en otras direcciones.

    Mucho de lo planteado aqu se basa en los debates que ha llevado a cabo el Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo, coordinado desde principios de 2011 por la oficina andina de la Fundacin Rosa Luxemburg. Las personas interesadas en profundizar ciertos temas encontrarn referencias bibliogrficas adicionales al final de la publicacin.

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    EL EXTRACTIVISMO

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    La montaa de plataEn el corazn de Bolivia, en las alturas andinas, est la Villa Imperial de Potos. Y en Potos, est el Cerro Rico, el Sumaj Orko la mayor mina de plata de nuestro continente.

    En los primeros aos de la colonia espaola y durante muchsimos aos ms, Potos fue la ciudad ms grande de Amrica, cuando ni siquiera se oa hablar de Nueva York. Tena ms poblacin que las ms importantes ciudades de Europa: Roma, Pars, Sevilla... La fabulosa mina fue descubierta apenas 50 aos despus de llegar Coln a Amrica. Y desde ese momento, se volc sobre Potos una avalancha de buscadores de tesoros, caballeros, soldados y frailes. En pocos aos se hacan ricos y con la plata saqueada levantaban templos, palacios, monasterios y burdeles.

    Potos se convirti en la bocamina de Amrica. Durante los primeros 150 aos de la colonia espaola llegaron a Sevilla 35 millones de libras de plata fina. Una cantidad muy difcil de imaginar. Se deca entonces que con ella se podra haber construido un puente de pura plata desde la cumbre del Cerro Rico hasta la misma puerta del palacio de los reyes espaoles, al otro lado del mar inmenso.

    Despus de ms de dos siglos de explotacin, cuando la gran plata se acab, Potos cay en el vaco. La ciudad ms rica de Amrica se hundi en la mayor miseria. Lo mismo pas en Zacatecas y Guanajuato, en Mxico, y ms tarde, en Ouro Preto, en Brasil. El Cerro Rico, a cinco mil metros de altura, hoy pare-ce una muela cariada. En sus tneles ocho millones de indgenas fueron sacrificados para enriquecer Europa. Ocho millones de cadveres quedaron en los socavones de la fabulosa montaa de plata.

    Adems de metales, las colonias proporcionaban a Europa otras materias primas como caa de az-car y algodn, sembradas en grandes latifundios con mano de obra indgena o con esclavos trados de frica. El monocultivo de caa en lugares como Recife en Brasil arras con los bosques, los animales y las tierras hmedas. En el nordeste brasileo se privilegi la produccin de caa por la de alimentos y an hoy es una zona donde el hambre est instalada. La hacienda latifundista dej tierras estriles y secas.

    Este fue el extractivismoen los siglos de la colonia

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    Qu es el extractivismo?El modelo histrico de SAQUEO comenz en Potos y durante los siglos de colonia permiti la acumu-lacin de riqueza y el desarrollo del capitalismo en Europa. Hoy vivimos en un sistema de capitalismo mundial con un modelo econmico que llamamos EXTRACTIVISMO.

    A ESCALA INTERNACIONAL, este modelo asigna a determinados pases el papel de proveedores de materias primas, mientras otros pases las industrializan y comercializan con valor agregado y se que-dan con las tecnologas y los conocimientos para hacerlo. Los ingresos de los proveedores dependen de la fluctuacin de los precios en el mercado mundial.

    A ESCALA NACIONAL, el extractivismo consiste en priorizar la extraccin y exportacin de grandes vo-lmenes de materia prima sobre otras actividades econmicas. Puede tratarse de la exportacin de:

    Minerales (carbn, uranio, piedras preciosas, metales como oro, aluminio, hierro, cobre). Hidrocarburos (petrleo o gas). Productos agrcolas de monocultivo (soya, maz, azcar o palma para agrocombustibles, eucalip-

    to para pasta de papel).

    CARACTERSTICAS dEL ExTRACTIvISmO

    Una explotacin irresponsable, intensificada y expansiva de la Naturaleza y un modelo monopro-ductor.

    Se extrae para cubrir una demanda en el mercado mundial, no para las necesidades del pas, ni de la regin.

    No se procesa la materia prima en el pas, o solo muy bsicamente, mientras el mayor valor agre-gado es generado en el pas destino de la exportacin.

    Los ingresos que recibe el Estado, cuando sus empresas no explotan directamente los recursos, dependen de la captacin de impuestos y del dinero que pagan empresas extractivas, la llamada renta. Es decir, el extractivismo va de la mano del rentismo. Hablamos de sociedades rentistas cuando el Estado distribuye ingresos que no se basan en un esfuerzo productivo de la colectividad.

    Este papel central de la renta para el presupuesto del Estado favorece una estructura centralizada y vertical.

    Genera contaminacin de fuentes de agua, desaparicin de especies, es decir, devastacin am-biental y del tejido social de las zonas afectadas; la poblacin suele empobrecerse. Dificulta otras actividades econmicas como la agricultura campesina o el turismo.

    La mano de obra de las actividades extractivas suele ser especializada y generalmente proviene de los pases de las empresas extractivas. El empleo local es mnimo.

    Muchas veces las actividades extractivas funcionan como enclaves (islas en el territorio, im-puestos especiales) y estn en manos de empresas transnacionales (privadas, estatales o semi-estatales).

    El EXTRACTIVISMO y el RENTISMO cuando dominan la economaconforman lo que se llama el modelo econmico primario-exportador.

    Veamoslas tres variantes principales

    del EXTRACTIVISMO

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    Los hidrocarburosLos hidrocarburos ms comunes son el petrleo y el gas natural. Hay dos formas de extraerlos del subsuelo:

    EL MTODO CONVENCIONAL se hace mediante la perforacin de pozos. Antes de la extraccin de crudo o petrleo, se realizan trabajos de exploracin, es decir, la bsqueda de yacimientos de hidrocarburos a travs de mtodos geolgicos y ssmicos. Luego de la extraccin, se refina el crudo en combustibles, gas licuado, gasolina, diesel, qumicos para fumigar plantaciones, pintu-ras, gasolina para aviones y barcos, etc. Para transportar el petrleo se construyen oleoductos y poliductos.

    LA EXPLOTACIN NO CONVENCIONAL es una respuesta a la escasez de petrleo y gas en el pla-neta, porque permite extraer yacimientos de difcil acceso. Uno de los mtodos usados se llama fractura hidrulica o fracking. Primero se provocan explosiones a gran profundidad para rom-per la roca y luego, se inyectan a presin enormes cantidades de agua y qumicos para ampliar las fisuras y liberar el gas/petrleo que la roca contiene. Debido al aumento del precio de los combustibles fsiles, estos mtodos son ahora rentables y se han propagado en los ltimos aos, especialmente en los Estados Unidos y Europa, pero tambin en Argentina, Brasil y Mxico. La fractura hidrulica trae graves problemas ambientales porque requiere de mucha agua. Adems, los cientos de qumicos utilizados se pueden filtrar a las capas de agua subterrnea que sirven para consumo humano y para la agricultura.

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    Qu tienen que verlos hidrocarburos con mi vida?

    ConsumoLos combustibles fsiles son parte integral y omnipresente de nuestra civilizacin moderna. Los consumimos: Como fuente de energa en las casas y en la produccin industrial (gas y quema de hidrocarburos

    para generar electricidad). En el transporte de personas y bienes, sea por tierra, mar o aire. En las bolsas y botellas de plstico, juguetes, aparatos electrnicos, muebles, telas sintticas,

    baldes y mangueras, cables, autos... En la agricultura industrial (urea y agroqumicos) y el procesamiento de alimentos. En las medicinas, en artculos de belleza y otros productos de uso personal como la vaselina.

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    Impactos1- Contaminacin en cada etapaDesde la exploracin con explosivos hasta la explotacin con desechos industriales txicos, pasando por el transporte con frecuentes derrames, cada fase del uso de combustibles fsiles contamina. El crudo ya refinado ocasiona contaminacin del agua y el aire en las ciudades. Una gota de aceite pue-de contaminar hasta 1000 litros de agua, que ya no es apta para el consumo. Mucha de la basura que se acumula en nuestros basurales son productos a base de petrleo.

    2- Daos a la saludLa salud de las personas se ve afectada. La contaminacin de suelos y agua as como del aire causa problemas digestivos, enfermedades de la piel y enfermedades respiratorias. Tambin aumenta la incidencia del cncer. El consumo de alimentos industrializados mediante uso de combustibles fsiles genera obesidad, afecciones del corazn y otras enfermedades de la poca.

    3- Cambio climticoEl consumo de hidrocarburos y carbn es el mayor responsable de emisiones de dixido de carbono (CO2) que provocan el calentamiento global y que amenaza la vida misma.

    4- Desplazamiento de comunidadesLa industria petrolera es responsable del desplazamiento de comunidades y acorrala a los pueblos en aislamiento voluntario que viven en la Amazona. Como genera empleo casi exclusivamente para varones que migran al ritmo de la explotacin petrolera, destruye las formas de organizacin social, separa a las familias, aumentando la cantidad de madres solas, jefas de hogar.

    5- MilitarizacinEn muchos casos la explotacin de hidrocarburos es militarizada. Al declararse como sector estratgi-co, se construye un monopolio de la informacin en lugar de controles democrticos por comunida-des y pueblos. Como todos sabemos, el petrleo est en el origen de mltiples guerras.

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    La megamineraHay dos tipos de minas:

    Las de socavn y las de cielo abierto. En algunos casos, se combinan las dos formas de extraccin. Ha-blamos de megaminera cuando se remueven enormes cantidades de material para extraer metales y no metales.

    En el 2010, vimos cmo 33 mineros chilenos quedaron atrapados en una mina durante 70 das. Esa es una clsica mina de socavn, donde se cavan tneles para buscar las vetas de metal. Son minas subterrneas que, al igual que las de cielo abierto, usan mucha agua y energa.

    Las minas a cielo abierto estn en la superficie. Para hacerlas se remueven grandes cantidades de suelo o subsuelo, cavando crteres gigantescos que llegan a tener cientos de hectreas de extensin y cientos de metros de profundidad. El material resultante, la mena, se procesa para luego extraer el mineral. Los minerales que suelen extraerse de minas industriales a cielo abierto son oro, cobre, nquel, carbn y tierras raras. Se recurre a esta forma de extraccin porque las vetas de las minas de socavn se agotan.

    Para extraer los metales del material removido, se utilizan grandes cantidades de sustancias altamen-te venenosas como el cianuro o el mercurio. Adems, se requiere de cantidades de agua y de energa superiores a cualquier otro proceso industrial. Por eso, la mayora de minas estn cerca de cuencas hidrogrficas. Una vez que se han explotado los minerales, quedan enormes cantidades de desechos que causan serios problemas ambientales, muchas veces durante siglos.

    Para obtener una tonelada de cobre, se genera entre 300 y 600 toneladas de desechos, muchos de ellos txicos, y se consume entre 30 y 500 mil litros de agua. Para hacer un anillo de oro, se contamina un promedio de ocho mil litros de agua y se producen 20 toneladas de desechos lquidos y slidos.

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    Qu tiene que verla minera con mi vida?

    ConsumoMuchos metales son parte de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en el caso del oro, el 89% termina en las bvedas de los bancos o en usos de lujo como la joyera. Desde la colonia, el mayor lugar del consumo, la ciudad, fue apartado del lugar de la extraccin donde se producen los impactos ambien-tales y sociales. Algunos ejemplos de consumo: En la construccin, usamos gran cantidad de metales, adems de cemento, cal, piedra y arena

    que tambin son productos mineros. Cualquier produccin industrial emplea mltiples metales. Cada computadora, celular o tableta contiene cobre, plata, metales de tierras raras. Cada automvil contiene gran cantidad de metales y tierras raras. Uno de los mayores consumidores de metales en el mundo es la industria de armamentos.

    En los 10 millones de celulares descartados en Argentina en 2011, se estima un desperdicio de: 228 ki-logramos de oro equivalente a 12.462.480 dlares; 1.750 kgs de plata por 1.855.000 dlares, y 81.000 kgs. de cobre equivalente a 664.200 dlares; lo que representa un total de 14.981.680 dlares2.

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    Impactos1- Daos ambientales irreversiblesEl uso de cianuro, mercurio y otras sustancias txicas, y el drenaje cido de los desechos envenenan el agua. Esta agua se filtra hasta las capas subterrneas y los ros, contaminando as regiones incluso alejadas de la mina. En Cuenca, Ecuador, o en Bucaramanga, Colombia, se evidenci la afectacin del suministro de agua potable de grandes ciudades. Los terrenos se vuelven imposibles para la agricul-tura y se pierden los ciclos de reproduccin del suelo as como la biodiversidad. El agua contaminada pone en serio riesgo la salud de hombres y mujeres.

    2- Cambios en la vocacin productiva de la regin La megaminera afecta las posibilidades de ocupacin de los y las jvenes, de las nuevas generaciones, porque rompe las cadenas productivas regionales y locales. Suele acabar con la poca infraestructura que existe para agricultura, pesca, turismo o manufactura. Afectando a la produccin de alimentos, hace que la poblacin tenga que comprar todo lo que come.

    3- Destruccin del tejido socialLa megaminera transforma la comunidad y destruye las formas de convivencia tradicionales. Genera poco empleo y solo para los varones. Trae trabajadores de otros lados solo durante la instalacin del emprendimiento minero. Lleva al desplazamiento de las comunidades. Las mujeres son ms vulnera-bles porque exacerba el machismo, la violencia y la prostitucin, las tareas tradicionales de cuidado se desvalorizan. 4- Daos a la saludLa presencia de sustancias como plomo, arsnico, mercurio, cadmio, cromo, nquel, flor etc., disuel-tas en el agua o el aire cercanos a las minas, afectan gravemente tanto a los trabajadores como a la poblacin aledaa: cncer, daos reproductivos y defectos de nacimiento, enfermedades del pulmn, del hgado, de los riones, anomalas inmunolgicas. Existen mltiples ejemplos de estas enfermeda-des en comunidades cercanas a las minas.

    5- Militarizacin Frecuentemente, el Estado se responsabiliza de garantizar la seguridad de los proyectos mineros, y esta es su nica forma de hacerse presente. En otros casos, la minera se hace en regiones de guerra, donde las empresas suelen negociar con ejrcitos paramilitares o mercenarios. La presencia de cuer-pos armados, a su vez, refuerza el machismo en la vida cotidiana.

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    Los grandes monocultivosCualquier cultivo de la misma planta que se extiende por grandes superficies es un monocultivo.

    Esta forma de cultivar no corresponde a la Naturaleza donde diversas plantas coexisten y se comple-mentan en un mismo terreno. Tampoco corresponde a la produccin familiar campesina que com-bina varios cultivos, hace rotacin, deja descansar a la tierra, cra animales con cuyos excrementos se abona el suelo.

    Los monocultivos se caracterizan por un intenso consumo de los mismos nutrientes, hasta agotar la tierra. Tambin son vulnerables a plagas porque no existe una combinacin con otros cultivos que alejen ciertos insectos. Por tanto, requieren de cantidades crecientes de abono qumico y del uso intensivo de plaguicidas.

    En Amrica Latina, los monocultivos de mayor impacto son:

    La soya o soja transgnica ocupa buena parte del suelo argentino, paraguayo, uruguayo, brasi-leo y de las tierras bajas bolivianas. En Brasil, la soya invade el 21% de toda la tierra cultivada, ms que cualquier otro cultivo. La soya se expande por los buenos precios internacionales y la demanda externa crece, especialmente de China.

    Los agrocombustibles son combustibles lquidos producidos a partir de la materia orgnica pro-veniente de monocultivos. Existen dos tipos principales: etanol, sustitutivo de la gasolina, produ-cido a partir de caa de azcar; y biodiesel, sustitutivo del gasleo, producido a partir de oleagi-nosas (en Amrica Latina, sobre todo, de palma africana y soya). Su uso se ha extendido debido a los altos precios del petrleo. Amrica Latina es la regin del mundo donde ms se ha expandido la produccin de agrocombustibles.

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    Qu tienen que ver conmigo los grandes monocultivos?

    Consumo La gran mayora de los monocultivos para agrocombustibles sirven para la exportacin a EEUU,

    Europa o China. Sin embargo, en muchos pases latinoamericanos tambin se mezcla un porcen-taje de agrocombustibles con la gasolina y el diesel convencionales.

    Con la soya se producen alimentos balanceados para ganado y cerdos. Tambin se encuentra en muchos alimentos industrializados: cremas para caf, aceite de cocina, bases para leche, marga-rina, mayonesa, manteca vegetal, entre otros.

    La soya es utilizada en la produccin de medicinas, esencia de aceites, desinfectantes, anticorro-sivos y tintas.

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    Impactos1- Aumento de precios de los alimentosLos bancos especulan con nuestros ahorros. Hoy en da, se especula incluso con los precios de alimen-tos como arroz, maz, soya, quinua... lo que termina encareciendo estos productos. No se cultiva lo que necesitamos para alimentarnos, sino lo que tiene una cotizacin alta en la bolsa de valores. Por eso, las hambrunas, porque la comida est sometida a la lgica capitalista de acumulacin.

    2- Concentracin de la tierra y desplazamientosEsta especulacin conduce al alquiler o compra de enormes superficies de tierra para monocultivos por inversionistas extranjeros (empresas o gobiernos). La propiedad de la tierra se concentra cada vez ms y desaparece la pequea produccin campesina familiar. En Brasil, desde la dcada de 1970, dos millones y medio de personas fueron desplazadas por la produccin sojera en el Estado de Para-n. En Argentina, se triplic el rea sembrada con soya desapareciendo, solo en Las Pampas, 60 mil establecimientos agropecuarios. En Uruguay, la tercera parte del territorio nacional ya est en manos de inversionistas extranjeros.

    3- Dependencia de multinacionales y prdida de biodiversidadLos agricultores quedan atrapados en la dependencia de multinacionales como Monsanto, que les cobra derechos de propiedad intelectual por su tecnologa transgnica y los insumos que hay que aplicar a este tipo de cultivos. Los monocultivos para exportacin compiten en condiciones desiguales con la produccin campesina diversificada. Las polticas que fomentan los monocultivos priorizan el mercado mundial antes que la demanda interna de alimentos y se debilita nuestra soberana ali-mentaria. Este tipo de agricultura no cuida la diversidad de semillas de una misma especie, sino que favorece la expansin de semillas monopolizadas por empresas transnacionales que solo sirven para una siembra. Adems, la diseminacin y el consumo de plantas transgnicas conlleva serios riesgos en la salud de las personas y el ambiente.

    4- Cambio de uso de suelo y emisiones de CO2En muchos pases del Sur, la mayor cantidad de emisiones de gases con efecto invernadero proviene de la agricultura industrial; incluye el uso de hidrocarburos, el cambio de uso de suelos y la deforesta-cin. Adems, la calidad de los suelos se deteriora rpidamente.

    5- Daos a la salud Los productos de monocultivos contienen residuos de agrotxicos que afectan nuestra salud. La prio-ridad que se da al crecimiento rpido tambin afecta el sabor de las plantas y su valor nutricional. En Paraguay, en ciertas regiones sojeras, muchos nios y nias nacen con malformaciones genticas debido al alto porcentaje de agrotxicos en el agua.

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    En resumen:El extractivismo tiene efectos negativos mltiples

    Des-democratiza. Una vez que un territorio est destinado a la minera o a la exploracin petrolera, comienza la especulacin sobre las reservas, el valor de los predios, y la manipu-lacin de la informacin. El derecho a la consulta previa, libre e informada de los habitan-tes suele irrespetarse. A veces, se informa sobre el proyecto previsto y se toma esto como consulta sin que nadie haya podido opinar. A veces, no se hace siquiera eso. Hay muchas formas de tergiversar la consulta. El poder econmico y algunas estrategias jurdicas de las empresas interesadas hacen imposible que haya negociaciones transparentes en condicio-nes de igualdad entre las partes. Los gobiernos suelen actuar en complicidad con las empre-sas en el afn de atraer la inversin extranjera. En todos los pases del continente, existen personas perseguidas y encarceladas, heridas y hasta muertas por este tipo de conflictos. Se suele afirmar un inters general de la nacin por encima de los procesos de decisin democrtica en los territorios.

    Destruye la Naturaleza. Por la cantidad y magnitud de los proyectos extractivos, este modelo amenaza nuestra supervivencia como humanidad. Tanto en la minera, como en la extrac-cin de hidrocarburos y el monocultivo se aplican grandes cantidades de substancias txicas que destruyen fauna y flora, contaminan el agua en superficie y subterrnea, y aumentan la emisin de CO2 que produce los desastres climticos. Puede existir contaminacin a muy lar-go plazo, como el drenaje cido de mina, implicando impactos durante generaciones sobre la salud de los habitantes y trabajadores.

    Desplaza a pueblos enteros. Mucha gente se ve obligada a migrar a las ciudades o los cascos urbanos donde tendr que vivir en condiciones precarias, dependiendo de la asistencia del Estado o de algn trabajo informal.

    Modifica la estructura social y cultural. Los enclaves mineros y petroleros suelen atraer la prostitucin y, con ella, la trata de mujeres y nias, as como la violencia. El extractivismo divide comunidades, destruye la cohesin social y vuelve difcil la toma democrtica de deci-siones. Este tipo de proyectos de modernizacin desvalora las formas de vida y los patrones culturales que se erigen sobre otro tipo de relacin con la Naturaleza.

    Acapara el acceso al agua, deja suelos contaminados. Vuelve difciles o hasta imposibles otras actividades econmicas en los territorios afectados, como la agricultura, la pequea ganadera o el turismo. Los territorios dedicados al extractivismo, en el mundo entero, ter-minan siendo los ms pobres del respectivo pas.

    Perpeta la dependencia econmica y poltica. Mantiene nuestros pases en una posicin subordinada a nivel internacional. Nosotros vendemos materia prima no procesada, mien-tras el valor agregado se genera en los pases centrales que la importan e industrializan. Nuestros pases tienen muy poca posibilidad de influir en los precios que, sin embargo, cons-tituyen el eje de nuestras economas y de nuestras polticas pblicas.

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    Estos efectos negativos no se contabilizan cuando se habla de los beneficios econmicos que generar la actividad extractiva; tampoco se contabilizan los subsidios ocultos, como el suministro de electri-cidad y agua baratas a las empresas, y la construccin de carreteras y puertos por parte del Estado. Nuestra responsabilidad es pensar en las condiciones de vida que tendremos en 20 30 aos, y las condiciones que enfrentarn las generaciones futuras. Tambin es importante reflexionar sobre las condiciones econmicas y polticas que impone el extractivismo en las instituciones del Estado y de la sociedad en su conjunto.

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    ESPEJISMOS

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    El desarrollo: un neocolonialismo disfrazado?

    Tres argumentos sustentan al extractivismo: Se dice que atrae inversin extranjera, genera empleo y significa desarrollo. Empleo? Ya vimos antes que no demasiado. Inversin extranjera? Los mayores beneficios de la actividad extractiva van fuera del pas y nosotros quedamos con la devastacin am-biental y social. Veamos entonces el tercer argumento: qu es en realidad el desarrollo?

    Comnmente, se piensa que el desarrollo significa una vida mejor para la gente. Significa vivir como los ricos de la televisin, modernizarse, industrializar la agricultura, usar tecnologa avanzada... Es como si los pases considerados desarrollados hubieran trazado un nico camino, para escapar de esta aparente condicin indigna llamada subdesarrollo.

    Sin embargo, el subdesarrollo de unos, ha sido la condicin para el desarrollo de los otros. A partir de las conquistas, las riquezas de Amrica Latina, frica y Asia fueron transferidas a Europa donde sentaron las bases de la prosperidad. En ese entonces, se hablaba de civilizarnos, tarea en la cual las misiones cristianas han tenido un papel preponderante. La explotacin cruel y sistemtica de la fuerza de trabajo y de la Naturaleza en las colonias se justificaba presentndonos como inferiores.

    Mientras Europa vivi la revolucin industrial y el capitalismo, las colonias se rebelaron una a una y la esclavitud tuvo que abolirse progresivamente. Ya no era posible legitimar esta forma de relacionar Norte y Sur. Los ltimos pases adquirieron su independencia poltica despus de la segunda guerra mundial. Sin embargo, el capitalismo moderno an precisaba de un exterior del que nutrirse. Por esta razn, la independencia poltica no signific el fin de la relacin colonial. Se cre una nueva mi-sin civilizatoria, esta vez se trataba de desarrollar a los subdesarrollados.

    Fue el presidente estadunidense Harry S. Truman quin proclam esta nueva lgica imperial de domi-nacin, en 1949. Desde esa poca, las relaciones Norte-Sur se han organizado alrededor del desarro-llo, promesa tan potente que logr incluso implantarse como deseo en el Sur. Los pases del Norte se recuperaban de los estragos de la segunda guerra protegiendo a sus economas, los expertos de desa-rrollo propagaron reglas para el Sur que prohiban este tipo de proteccin: Limitaba a la libre compe-tencia. Mientras se crearon mltiples instituciones para promover el desarrollo, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organizacin Mundial del Comercio cuidaron que las condiciones en las que los pases del Sur participaban en el capitalismo mundial siempre fueran desfavorables.

    Despus de cinco dcadas dedicadas al desarrollo, Amrica Latina sigue siendo el continente ms desigual del planeta. Sin duda nuestros pases han cambiado en este proceso, se han modernizado en muchos aspectos y no todos han sido negativos. Pero la divisin internacional del trabajo permaneci intocada, seguimos alimentando al Norte y ahora a los pases emergentes como China, Rusia o Bra-sil- con fuerza laboral barata y materia prima.

    El desarrollo consagra el modo de vida moderno, occidental, consumista y capitalista, que limita su nocin de xito y felicidad a tener cada vez ms cosas materiales. Denigra como inferiores a otros

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    Y qu podemos hacer?

    modos de vida, comunitarios, indgenas, basados en otras formas de produccin, intercambio y con-vivencia. El desarrollo es una maquinara que uniformiza culturalmente, consagra ciertos saberes y margina otros.

    Lo que s logr el desarrollo fue hacernos perder capacidad de autogestin. Impide pensar en obje-tivos propios, socava la confianza en uno mismo y en nuestra cultura. Debilit tradiciones importantes como los trabajos comunitarios y la reciprocidad (minga, ayni, convite), para convertirnos en recepto-res de ddivas y proyectos. Mientras promete modernizacin y enriquecimiento, para la gran mayora el desarrollo ha significado siempre la modernizacin de la pobreza: la creciente dependencia de la gua y asesora de otros.

    El llamado desarrollo no es ms que un espejismo, un neocolonialismo disfrazado.

    Podemos cuestionar el concepto de desarrollo que hemos naturalizado como algo positivo.

    Podemos evaluar colectivamente las experiencias de desarrollo que conocemos: los proyectos de desarrollo en nuestro entorno. Han funcionado? Qu nos han trado y qu nos han quitado?

    Podemos rechazar la idea del subdesarrollo y revisar nuestra mirada colonizada que considera superior todo lo que viene de afuera.

    Podemos reivindicar el derecho a vivir sin centrarnos en el consumo o en la acumulacin de bie-nes, sino pensando desde nuestra cultura.

    Tambin podemos fortalecer los debates Sur-Sur para conocer otros modos de vida, otras civi-lizaciones que han persistido al margen del sistema capitalista mundial y poder aprender de su sabidura.

  • 36

    El crecimiento un dogma peligroso?

    El discurso del desarrollo predica el crecimiento econmico como solucin a todas las crisis. Sin em-bargo, en el pasado, muchos pases vieron crecer sus cifras macroeconmicas sin que esto trajera una mejora de la calidad de vida para las mayoras.

    Cuando se habla de crecimiento econmico, se alude al llamado Producto Interno Bruto (PIB), el conjunto de todas las transacciones econmicas de un pas. No se trata del crecimiento personal, el crecimiento del PIB no nos lleva automticamente a vivir mejor. Ms bien, ese crecimiento es el motor que mantiene vivo al sistema capitalista y que permite acumular capital. Este sistema, sin embargo, nos lleva a una concentracin cada vez ms perversa de la riqueza. Con las fortunas de Carlos Slim, Bill Gates y una decena de sper ricos en el mundo, podra comer la humanidad entera durante dcadas.

    Al mismo tiempo, si todas las economas y todos los sectores crecen permanentemente, crece tam-bin la explotacin del ser humano, la aceleracin de la vida, la contaminacin del agua, del aire y de la tierra con las enormes cantidades de basura y desechos. Crece el consumo de bienes naturales y con ello la destruccin de nuestro medio vital.

    Vivimos en un planeta con lmites, en superficie habitable y cultivable, en fuentes de agua potable, en capacidad de absorcin de desechos. Y pretendemos que la economa crezca ilimitadamente. Esto es una contradiccin que nos puede llevar al colapso ambiental. Sin embargo, en la poltica y las prcti-cas econmicas dominantes el crecimiento sigue vigente como la solucin a todos los males, como han demostrado las medidas tomadas para paliar la crisis econmica de 2008/2009.

  • 37

    Y qu podemos hacer?

    Podemos cuestionar el cuento del crecimiento econmico ilimitado y mostrar sus consecuencias para la vida en el planeta. Son legtimos el sistema capitalista y su promesa de la sociedad del bienestar?

    Podemos optar por un crecimiento selectivo, que apoye la redistribucin de la riqueza, la gene-racin de empleo y la preservacin del ambiente. Por ejemplo, deben crecer la infraestructura social (hospitales, escuelas), los servicios de cuidado, la produccin de alimentos sanos, la in-fraestructura relacionada a los mercados locales y regionales, as como las tecnologas y servicios que nos permitan reducir la contaminacin o el consumo de bienes naturales.

    Podemos impulsar un decrecimiento controlado, es decir, reducir la produccin en los sectores que consumen mucha energa, son depredadores de la Naturaleza y provocan muchas emisiones de CO2. Por ejemplo, la siderurgia, la produccin de aluminio, la industria automotriz, la produc-cin de aparatos electrnicos con vida til muy limitada, la joyera de oro y diamantes, la produc-cin de bienes de consumo de lujo.

    Podemos decidir de forma colectiva y democrtica, y no por lites empresariales y polticas, en qu se invierte y en qu no, qu crece y qu no. En estas decisiones deberan primar criterios de sustentabilidad, del buen vivir para todos y todas y de desconcentracin de la riqueza, en lugar de criterios de rentabilidad y lucro para unos pocos.

  • 38

    Riqueza y pobrezacmo medir la calidad de vida?

    La pobreza es considerada lo opuesto a la calidad de vida. Quien tiene menos de un dlar por da es oficialmente considerado extremamente pobre. Quien tiene muchos carros, negocios y dinero es considerado rico, y casi automticamente lo imaginamos como feliz.

    La igualdad es un objetivo histrico legtimo de las luchas sociales, pero no podemos confundir igual-dad con uniformidad. Quienes viven fuera de los circuitos monetarizados (campesinos, indgenas, mujeres, sectores urbanos populares con otras formas de intercambio) son tachados automtica-mente de pobres. Y se desarrollan planes para incluirlos al mercado y al modo de vida capitalista. La lucha contra la pobreza puede convertirse as en un arma ideolgica - igual que el subdesarrollo-, que ayuda a controlar y subordinar prcticas alternativas. El resultado es una creciente uniformidad y una prdida acelerada en diversidad y riqueza cultural.

    La misma tensin se genera con la demanda de inclusin social, pensada como el acceso al consumo. En la publicidad, cada da nos persuaden a comprar nuevos productos, como si stos condicionaran la felicidad. Pero las necesidades humanas no se limitan a lo material.

    Sin duda es importante contar con dinero. Pero existen mltiples dimensiones de la calidad de vida que no tienen precio ni pueden cuantificarse:

    La salud, entendida no solamente como la atencin cuando nos enfermamos, sino como con-dicin de vida sana, con buena alimentacin, aire, agua limpios, es decir, condiciones para no enfermarnos.

    La convivencia, es decir, compartir con la familia, el vecindario, los amigos y amigas. Un entorno social armnico, solidario, con relaciones de reciprocidad y tiempo para cuidarnos, celebrar y crear colectivamente.

    Una multiplicidad de relaciones sociales y con la Naturaleza. Tambin espirituales, que nos dan amparo y reducen nuestras necesidades materiales.

    El acceso a las ms variadas formas de conocimiento y al arte.

    No hay una sola vara para medir la calidad de vida. Somos pases diversos que renen a muchas cul-turas y modos de vida diferentes. Cada modo de vida merece ser respetado y producir nociones de qu significa, en su contexto, el Buen Vivir.

  • 39

    Y qu podemos hacer?

    Podemos preguntarnos qu entendemos por pobreza y riqueza, A quines miramos como po-bres? Qu tiene que ver esto con la percepcin de s mismas que tienen las personas? Estamos, quizs, discriminando como pobre lo culturalmente diferente? Qu riqueza podemos encon-trar en la diversidad cultural de nuestro pas?

    Replantearnos, ms all del discurso hegemnico, Qu es decisivo para nosotros, en nuestro con-texto especfico, para tener calidad de vida? Qu dimensiones incluye, ms all de la material?

    Podemos diferenciar nuestra demanda de igualdad, En qu queremos ser incluidos, y en qu no? A qu modelo poltico, a qu tipo de economa, a qu trabajos, a qu modo de vida aspiramos?

  • 40

    Campo y ciudadatraso y progreso?

    Mientras el campo es el sitio donde se producen la minera, el monocultivo, la explotacin petrolera, el lugar principal donde se consumen los productos finales del extractivismo es la ciudad. Nos han hecho creer que en la ciudad se materializa el progreso, la civilizacin y el xito moderno. Y que lo campesino y lo indgena representa el atraso, lo primitivo.

    Es cierto que el 80% de la poblacin latinoamericana hoy vive en ciudades. Pero independientemen-te de donde vivamos, en el campo o en la ciudad, es saludable cuestionar los modos de vida que la ciudad capitalista nos inculca: consumir y consumir, lo que consolida el extractivismo. Es necesario construir otro tipo de ciudad, inclusiva y desacelerada, que nos permita realmente convivir, apropiar-nos del espacio y de los beneficios de la vida urbana. Tambin es necesario construir otro tipo de campo que permita vivir en dignidad. Dar acceso a servi-cios, conocimientos, arte, libertades. El campo ofrecer condiciones atractivas para vivir bien. Y que cada quien decida dnde prefiere vivir.

    En la actualidad, las polticas pblicas y los discursos oficiales promueven la fuga del campo, lo que abre el camino a las grandes inversiones de monocultivos, minera o petrleo. La ocupacin del cam-po por empresas extractivistas lo convierte en zonas de violencia creciente y donde la impunidad, a veces, es mayor que en las ciudades.

  • 41

    Y qu podemos hacer?

    Podemos revalorar los modos de vida rurales, as como las experiencias alternativas que an resisten en el campo.

    Incluir opciones de educacin rural, pblica, que sea intercultural y bilinge en la ciudad. Las polticas pblicas deben generar opciones reales de educacin superior y tecnologas propias en el campo.

    Ayudar a transformar la ciudad capitalista y excluyente como hacen muchos movimientos

    urbanos que impulsan la autogestin social del hbitat, la construccin de comunidad en la ciudad, la agricultura urbana, los dineros comunitarios y el trueque, los mercados de produc-tos locales, la generacin descentralizada y gestin democrtica de la energa, entre otros.

    Podemos organizarnos para tender puentes entre campo y ciudad que mejoren las condicio-nes de vida en ambos lados, para construir relaciones recprocas y complementarias.

  • 42

  • 43

    Y EN ECUADOR?

  • 44

    Logros de la Revolucin Ciudadana

    Muchas de las polticas implementadas durante estos ltimos aos se han traducido en la populari-dad con la que cuenta el proyecto de Rafael Correa. Un logro fue el impulso a la nueva Constitucin que tiene avances significativos: declaratoria del Ecuador como pas plurinacional, la incorporacin de los derechos de la Naturaleza, avances en los derechos colectivos, econmicos, sociales, as como el mencionado Buen Vivir.

    La revolucin ciudadana retom la planificacin del Estado y puso nfasis en la inversin social y de infraestructura. Se han realizado significativas inversiones sociales en salud, educacin, seguridad social, atencin a la poblacin discapacitada. Se ampliaron las polticas de asistencia social: el bono de desarrollo humano pas de 30 a 50 dlares, beneficiando a casi 2 millones de personas. Se ha inver-tido en infraestructura vial: mejoramiento de las vas principales, puentes, caminos. Se han reducido los indicadores de pobreza, desempleo y subempleo. Hay avances importantes para las trabajadoras remuneradas del hogar, ahora se exige a sus empleadores el pago del salario bsico y la afiliacin a la seguridad social.

    Hay tambin logros en la poltica internacional: se consolida una poltica de soberana, se impulsan desde el Ecuador el Banco del Sur, la UNASUR, la CELAC, y otros espacios como el ALBA. Con la iniciati-va de dejar bajo tierra el petrleo del Yasun para evitar emisiones de carbono desechada en agosto de 2013 el gobierno ecuatoriano gan fama mundial por esta innovacin en las polticas contra el cambio climtico.

    La renta petrolera (mayor precio por barril petrolero) y la recaudacin de impuestos han permitido muchos de estos logros. La recaudacin de impuestos ha pasado de cuatro mil millones de dlares en 2006 a cerca de once mil millones de dlares en la actualidad, lo que ha permitido un incremento del gasto social10.

    No obstante, la dependencia del pas en la explotacin de petrleo ahora y en la explotacin de me-tales en el futuro inmediato, preocupa por lo poco sustentable del proyecto y por los problemas que el extractivismo ocasiona.

    Frente a los pequeos campesinos sin tierra, el Plan Tierras apenas ha entregado en 2013 cerca de 20.000 hectreas de las 60.000 ofrecidas por el gobierno11. No se avanza en la reforma agraria; tam-poco se redistribuye el agua, aunque sean mandatos constitucionales.

    Ecuador no est exento del contexto de la crisis internacional. Para superar su crisis, las grandes naciones exigen ampliar sus esferas de produccin, circulacin y consumo; Amrica Latina aparece como el mercado a conquistar y el lugar de las materias primas para extraer.

  • 45

    Planificacin para el Buen Vivir o para el extractivismo?

    Despus del triunfo de Rafael Correa en el 2006, el gobierno retom la planificacin de la economa a travs de los planes de desarrollo primero y de planes del Buen Vivir luego. El Plan Nacional de Desa-rrollo 2007-2010 seal tres orientaciones ticas de la planificacin expresadas en tres dimensiones: la justicia social y econmica, la justicia democrtica participativa y la justicia intergeneracional. El plan planteaba salir de la dependencia del petrleo y eso implicaba un cambio en la matriz productiva.

    Despus de las elecciones de febrero 2013, se present al pas el proyecto de cambio de la matriz energtica y productiva del Ecuador. Es decir, pasar a una etapa de desarrollo endgeno. El principal objetivo del cambio de matriz productiva (plasmado en el Plan de Cambio de Matriz Productiva, y delineado en el Plan del Buen Vivir 2009 - 2013) es salir del extractivismo y establece la priorizacin de: biocombustibles, maricultura, refinera, petroqumica, astilleros, siderrgica y metalurgia12. Es-tas industrias estn vinculadas a la explotacin petrolera, minera y de agrocombustibles. Es decir, el cambio de matriz productiva implica seguir explotando petrleo y abrir un espacio importante a la extraccin minera, adems sustituir la demanda interna de combustibles fsiles sobre la base de expansin del monocultivo para biocombustibles. Para salir de la dependencia petrolera se planifica mayor explotacin petrolera. Se argumenta que el desarrollo requiere de un fuerte crecimiento eco-nmico previo, que provea al pas de importantes recursos de inversin. La nica manera de poder competir con ventaja en el mercado externo es agregar valor a la produccin primaria, e invertir en sectores tecnolgicos de vanguardia13.

    El nuevo Plan del Buen Vivir en su versin borrador 2013-2017 incluye en el objetivo 11 la poltica es-tratgica de industrializar la minera como eje de la transformacin de la matriz productiva, tambin incluye a los biocombustibles, al transporte (que se contrapone con el cambio de matriz energtica porque no funcionara con electricidad), la petroqumica14. El nuevo Plan deja casi por fuera a la agri-cultura campesina, el fomento productivo va por el mismo estilo de la revolucin verde, elimina el turismo comunitario y la pesca artesanal.

    Es decir, para salir del extractivismo, ms extractivismo. Y agotar aceleradamente todos los recursos naturales que el Ecuador posee.

  • 46

    Ampliacin de la frontera petrolera Durante los ltimos 40 aos, la principal fuente de ingresos para el Estado ecuatoriano ha sido el petrleo. Entre 1995 y 2004, los ingresos petroleros aportaron un tercio del total del presupuesto del Estado y el petrleo represent el 40% del total de las exportaciones15.

    Si bien durante la dcada de 1970 y en los primeros aos de los 80 el petrleo posibilit mayor inver-sin del Estado en salud, educacin y vivienda, luego hubo un serio estancamiento, efecto del neoli-beralismo. Desde mediados de los 80, los gobiernos destinaron los ingresos petroleros al pago de la deuda externa.

    Recin en el 2006, el Estado vuelve a tener mayor control sobre las rentas petroleras, el precio del petrleo ha aumentado (alrededor de 100 dlares por barril) y la extraccin petrolera ha sido record. Por ejemplo, en el ao 2006 Ecuador extrajo 529.000 barriles de petrleo.

  • 47

    Adems de los efectos ambientales de la explotacin petrolera (en Ecuador se pierden 189.000 hec-treas de bosques al ao), fueron afectadas las nacionalidades y pueblos que habitan en la Amazona, zona de explotacin petrolera. Los enormes ingresos petroleros no se tradujeron en mejores condi-ciones de vida para la mayora de la poblacin, aunque hubo niveles de modernizacin.

    Ecuador sigue dependiendo en su economa de este recurso que se agota. En la actualidad el pe-trleo representa alrededor del 10% del PIB, un 55% de las exportaciones y un 35% de los ingresos fiscales. Se estima que en el caso ecuatoriano el pas dejar de ser exportador de petrleo, en 15 20 aos ms16. Y despus?

    El 15 de agosto de 2013, el presidente Correo anunci la explotacin del petrleo en el Parque Na-cional Yasun, a pesar de que segn encuestas, los dos tercios de la poblacin estn a favor de dejar el petrleo bajo tierra. Adems, el gobierno est impulsando la Onceava Ronda Petrolera, que es la licitacin de 21 bloques para la exploracin y explotacin petrolera en Pastaza, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, una parte de Napo y se incluyen zonas de Sucumbos y Orellana. Son 3,8 millones de hectreas que se ubican en los territorios de siete nacionalidades: Andoas, Shuar, Shiwiar, Spara, Kichwa, Waorani, Achuar y el pueblo mestizo amaznico. Segn declaraciones del presidente Correa: la primera gota de petrolero la veremos en siete aos17.

    Las nacionalidades ubicadas en los territorios amaznicos rechazaron los planes del gobierno ecuato-riano de avanzar con la ampliacin de la frontera petrolera. Expresaron su voz de protesta frente a los hechos que suceden en el marco de la XI Ronda Petrolera. Jaime Vargas, Presidente de la Nacionalidad Achuar, seal que los achuar estn dispuestos a resistir y a luchar en su territorio ante la entrada de cualquier empresa nacional o transnacional18.

    Durante dcadas los pueblos y nacionalidades de la Amazona han sufrido recortes en su territorio, han tenido la presin de la actividad petrolera y de los madereros. Estas presiones generan conflictos entre los pueblos y las nacionalidades que ponen en riesgo su vida, como las presiones generadas a los pueblos indgenas en aislamiento19.

  • 48

    Se abre la puerta a la megamineraDesde el gobierno se est impulsando no solo la ampliacin de la frontera petrolera, sino el inicio de una pretendida era minera, que lo lleva a transigir con el capital transnacional en bsqueda de inver-sin y tecnologa para el desarrollo de proyectos estratgicos20.

    Todos los proyectos estn en zonas de alta biodiversidad y cerca de importantes fuentes de agua. En junio del 2013 se hicieron cambios en la ley de minera para propiciar los contratos con las empresas mineras.

  • 49

    Se tienen previstos cinco proyectos de megaminera:

    Mirador: Est en la Cordillera del Cndor-El Pangui -Zamora, su explotacin est a cargo de la empresa ECSA-Ecuacorrientes S.A de origen chino. Contiene yacimientos de oro, cobre y princi-palmente plata. El proyecto se encuentra en fase de implementacin.

    Panantza San Carlos: Est en Limn Indanza, Morona; se explotar principalmente cobre y even-tualmente molibdeno. El proyecto est a cargo de la empresa Corriente Resources Inc., empresa de origen canadiense pero que es adquirida en 2010 por la china Tongguan /CRCC.

    Fruta del Norte: El proyecto se ubica en Los Encuentros, Zamora; los metales presentes son prin-cipalmente oro y plata. El proyecto estaba a cargo de la empresa canadiense Kinross hasta hace poco (la empresa decidi dejar el proyecto).

    Quimsacocha: Se ubica en Tarqui Victoria Portete Azuay. La empresa encargada es la canadiense INV Metals. Hay dos alternativas para la explotacin del yacimiento, el socavn subterrneo y la minera a cielo abierto.

    Ro Blanco San Luis Minerales: Chaucha y Molleturo, Azuay. Se espera obtener principalmente plata, pero existe tambin oro. La empresa a cargo es la canadiense San Luis Minerales Interna-tional Minerals Corporation (IMC). El proyecto est en fase de exploracin avanzada y en busca de la aprobacin del gobierno para la firma del contrato21.

  • 50

    Llegan los agrocombustibles? El decreto presidencial 1303 fomenta la produccin de agrocombustibles asegurando la compra y distribucin estatal al proponer la incorporacin de etanol en el diesel premium en un 5%, siendo la meta llegar a 10%. Hay un proyecto para destinar 40.000 has de tierra con riego en la pennsula de Santa Elena para la produccin de etanol, producido a partir de la caa. Al menos dos nuevos ingenios se incorporan para la produccin de etanol y azcar en la cuenca baja del Guayas. Se estima que hay alrededor de 100 mil hectreas de caa en el pas.

    Adems se tiene prevista la produccin de 79 millones de galones de agrodiesel de palma y 137 mil galones de aceite de pin para el ao 201322. La mancha de palma en Ecuador se riega por casi toda la costa desde Esmeraldas hasta Guayaquil, tambin hay grandes extensiones de palma en Santo Do-mingo, Pichincha y el norte de la Amazona. El pin se siembra en las provincias de Loja y Manab.

  • 51

    Para producir suficiente caa de azcar, etanol o combustibles para carros se necesitara superficies muy grandes de tierras. En el caso de Ecuador esas superficies sacrifican la produccin de alimentos o las zonas con bosques para destinar para la produccin de agrocombustibles23, siendo Ecuador un pas en que se ha agotado la frontera agrcola.

    La produccin de agrocombustibles es parte del modelo primario agroexportador. Se trata de mo-nocultivos industriales que no solo se oponen a los principios de la soberana alimentaria, sino que a la larga compiten por los recursos productivos y son un contrasentido a la produccin campesina de alimentos24.

    La produccin agrcola en Ecuador enfrenta un nuevo ingrediente: la amenaza de introducir transg-nicos. La Constitucin declar a Ecuador como un pas libre de cultivos y semillas transgnicas, pese a esto, el gobierno ha planteado la posibilidad de modificar el texto constitucional para el ingreso de transgnicos. Organizaciones campesinas e indgenas y movimientos ambientalistas se oponen a tal proyecto y han planteado ms de cien razones para que la prohibicin constitucional se mantenga.

  • 52

    El agua vale ms que el oroLa miseria no puede ser parte de nuestra identidad, y no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro, eso es irresponsable y el mayor racismo es pretender que la miseria es cultura.

    Rafael Correa, 2012.

    La miseria definitivamente no es parte de la identidad ecuatoriana, pero s lo es la diversidad cultural, las formas diferentes de ver el mundo y de plantear una relacin entre los seres humanos y la Naturaleza.

    Para gran parte de la poblacin, el goce de la Naturaleza, de los pramos, de las selvas (agua limpia, tierra para la siembra de alimentos, bosques que proporcionan comida, aire puro) es mayor riqueza que un saco de oro. En las ciudades se ven grafitis que dicen El agua vale ms que el oro. Porque sin agua la vida no es posible y sin oro se puede seguir viviendo. Pero no es solo agua, se trata tambin del peligro que corren las comunidades de ser desplazadas y del sacrificio de grandes extensiones de territorios agrcola para la explotacin minera. La soberana alimentaria est en peligro.

  • 53

    Est demostrado que ningn pas ha alcanzado el desarrollo teniendo como fuente preferente de fi-nanciamiento de su economa la explotacin minera. Es el caso de Nigeria, Sierra Leona, Bolivia25. No hay minera que no produzca daos ambientales, ni los avances tecnolgicos han logrado que exista minera limpia. Por eso, la megaminera megacontamina.

    La explotacin minera no es un destino, es una decisin poltica. Las comunidades tienen derecho a ser consultadas y a opinar sobre este modelo de desarrollo extractivista. Son decisiones de fondo que afectan nuestro destino como pueblo y merecen un amplio debate democrtico que no se reduce a elecciones peridicas.

  • 54

  • 55

    HORIzONTES

  • 56

    No existe una receta para transformar lo existente. Como deca Rosa Luxemburg, luchadora polaca-alemana por el socialismo democrtico a inicios del siglo 20, es mucho ms fcil desmontar lo que no queremos que construir la sociedad anhelada. sta no solamente requiere de otras polticas eco-nmicas, sino de otras formas de entender la poltica misma, de nuevas formas de democracia, de convivencia, incluso de la transformacin de nuestros deseos. Una de las formas que la modernidad capitalista europea y estadounidense ha usado para colonizar, es confinar los modos de vida, de co-nocimiento y de pensamiento diferentes al mbito de lo impensable, de lo imposible. Toca entonces pensar en dimensiones hasta ahora inconcebibles.

    Construir una sociedad ms all del capitalismo, ms all del colonialismo y de las relaciones patriar-cales, no es regresar al pasado, sino de volver visible la diversidad que existe en el presente, alejn-donos de esta mono-cultura aplastante que nos seduce a travs de la promesa de consumo. Con ello, estamos entrando en el terreno de lo experimental y de la duda. En este campo, el debate de todos y todas, democrtico y abierto, es crucial.

    Las soluciones que busquemos deberan garantizar que para las generaciones que vienen, existirn condiciones para una vida buena y digna en este planeta. Los indgenas de Norteamrica, al imple-mentar nuevas medidas en su sociedad, se preguntaban: Cmo afectar esto a las siete generacio-nes que vienen?

    Existen relaciones de poder que podemos modificar en la vida diaria. Otras requieren que nos orga-nicemos. A partir de ah, tenemos la posibilidad de incidir en el mbito local o nacional. Pero la cons-truccin de un mundo diferente requiere que estemos atentos a todas las escalas de la poltica. Este captulo pretende abrir algunas pistas de reflexin en este sentido.

  • 57

    Algunos conceptos nos ayudan a concebir el mundo que queremos...

    El Sumak Kawsay El Buen Vivir, tiene su origen en cosmovisiones indgenas, sealan que los humanos somos Na-

    turaleza, y necesitamos convivir en equilibrio y armona con ella. La vida, para que se regenere y permita el bienestar de los seres humanos y las generaciones futuras, solo puede ser entendida como relaciones de convivencia en reciprocidad complementaria entre seres humanos y con la Naturaleza. Si no logramos que la vida como totalidad se regenere en equilibrio, la propia vida de los seres humanos est en peligro, independientemente de los avances que podamos tener en trminos de distribucin de la riqueza.

    Los bienes comunes Son aquellos elementos naturales o socialmente construidos que tienen la caracterstica de ser

    colectivos y pasar de generacin en generacin. Ejemplos de ellos son: la biodiversidad, el agua, el aire, los recursos genticos agrcolas, los bosques, la energa, el conocimiento y las ideas. Pre-servarlos y garantizar su acceso para todos y todas, ahora y a futuro, es fundamental para la humanidad. El modelo econmico actual, sin embargo, los depreda y privatiza sistemticamente.

    El ecosocialismo o socialismo verde Subraya que hay que superar el capitalismo autodestructivo y crear un socialismo que sea a la

    vez democrtico y ecolgico, en donde el ser humano y la Naturaleza sean ejes centrales de la transformacin. En estas dos dimensiones, este nuevo socialismo difiere radicalmente de aquel que existi en los pases del Este europeo en el siglo XX basado en la explotacin sin lmite de la Naturaleza.

  • 58

    Crear economas diferentesEn Amrica Latina, muchas mujeres y hombres, colectivos y organizaciones se dedican a sostener y re-crear prcticas econmicas sociales y solidarias que se orientan en el bien comn ms que en el lucro individual. En ferias comunitarias, trueques, emprendimientos colectivos y cooperativas, cajas de ahorro populares, enfatizan la funcin social e incluso cultural de la economa. Ponen a los seres humanos y su actividad el trabajo por encima de las cosas y su valor monetario. Construyen nuevas formas de combinar el trabajo con la recreacin, con la convivencia, la fiesta y la ritualidad. Se trata tambin de espacios interculturales que valoran la produccin para el autoconsumo o el intercambio solidario. Son experiencias asentadas en un lugar, en un territorio, y tienen como eje la vida. Aunque conviven con el capitalismo, generan otras formas de interaccin social.

    Muchas veces, estas experiencias se mantienen contra viento y marea, y contra polticas que suelen ser cmplices de la otra lgica, la de las grandes empresas nacionales y transnacionales, la de los patrones, de la productividad por encima de todo. Estas experiencias defienden los territorios contra proyectos extractivistas, al luchar por mantener y valorar las formas de produccin e intercambio existentes, tra-dicionales, ancestrales, campesinas, indgenas; aportan a la construccin de alternativas del buen vivir.

  • 59

    Podemos re-conocer estas experiencias, a sus actores y aprender de ellas los sentidos de otra sociedad posible.

    Podemos pensar en cmo multiplicarlas y hacer de estas experiencias locales, experiencias nacio-nales o regionales. Qu tipo de organizacin del trabajo debera haber, de polticas pblicas que faciliten estos procesos, de condiciones de infraestructura, precios, cadenas que deben existir para que estas experiencias se vuelvan procesos nacionales?

    Podemos analizar las polticas y leyes sobre la economa social y solidaria existentes en el pas e incidir para que fortalezcan e incentiven este tipo de emprendimientos y espacios, en lugar de re-glamentarlos, limitarlos, ahogarlos en burocracia o someterlos a la lgica nica de las cooperativas.

    Podemos conectar estas experiencias entre s, para que se enriquezcan mutuamente. De esta manera, obtendremos un mapa de la otra Amrica Latina, construida desde abajo y a la izquierda.

    Qu podemos hacer?

  • 60

    Democratizar la democraciaEn Ecuador, desde el 2008 existe una institucin de participacin social: El Consejo de Control Social y Participacin Ciudadana. Sin embargo, muchas personas sienten que esta consagracin del Quinto Poder en la Constitucin no ha mejorado las posibilidades de participacin. En algunos casos se pretende que la participacin de la ciudadana se reduzca al voto, dando carta blanca a los ganadores por un perodo. O se proponen esquemas de participacin institucionalizados, reglamentados, burocrticos, muy estrechos para poder expresarnos.

    Por otro lado, la participacin libre y espontnea por ejemplo en forma de plantones, marchas, pro-testas, o mediante la difusin de visiones crticas sobre temas diversos se ha visto desacreditada. En algunos casos, estas formas de participacin son judicializadas y criminalizadas. Sin embargo, se trata de formas histricas de los pueblos para expresarse en todo el mundo y son profundamente democrticas. La participacin no es otra cosa que democratizar la decisin.

    El gobierno se presenta en la prctica como el nico actor legtimo para impulsar el cambio social, y tam-bin mucha gente espera de l que lo realice. Esto es una gran paradoja. Si queremos lograr un cambio real y profundo en el Ecuador, un cambio dirigido hacia un socialismo del siglo XXI o hacia el Sumak Kaw-say, no puede ser solo un proceso de gobierno implementado desde arriba, en el que somos seguidores. Es nuestra responsabilidad involucrarnos, proponer y criticar, individual- y colectivamente. Los actores de gobierno estn sometidos al poder propio de las instituciones del Estado, un Estado instalado hist-ricamente para perpetuar las relaciones de dominacin y de explotacin nacionales e internacionales. Si estas instituciones solas impulsan el cambio, modernizarn la injusticia y las desigualdades existentes.

  • 61

    El cambio necesita de la efervescencia, de la creatividad y de la movilizacin de la sociedad en su conjunto. Necesita de la organizacin social, de movimientos y gremios fuertes como lo ha demos-trado la defensa popular del proceso bolivariano en Venezuela contra el intento de golpe de Estado en 2002. El cambio necesita de la crtica como aporte, porque permite corregir errores. El cambio siempre es experimental, crea algo nuevo, e implica validar o rectificar democrtica y permanente-mente lo que se propone.

    Por definicin, es una contradiccin querer institucionalizar la participacin. La democracia vive de la negociacin entre diferentes intereses colectivos en el espacio pblico. El lugar donde estos intereses luchan por ser reconocidos como inters general es el Estado. Para ello, es necesario que existan espacios donde estos intereses puedan colectivizarse, organizarse, y expresarse.

    Solidarizarnos haciendo pronunciamientos, con las personas que son enjuiciadas por promover la participacin.

    Construir el cambio desde abajo, en la pareja, la familia, el barrio, la comunidad.

    Contribuir al fortalecimiento de las organizaciones y de la democracia, movilizarnos.

    Concebir al Estado como un campo de disputa no todo es homogneo adentro y podemos in-cidir en aquellas instituciones, leyes y polticas que jalan ms por el lado que queremos, desde la autonoma.

    Considerar como un derecho las carreteras, los hospitales, las casas del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI) y toda obra de infraestructura que el gobierno construya. No son ddivas que se pueden condicionar a cambio de votos o apoyo. El Estado est saldando por fin una deuda que tena con nosotros hace mucho tiempo.

    El cambio social en Ecuador es nuestro!

    Qu podemos hacer?

  • 62

    Construir plurinacionalidadEn las sociedades latinoamericanas no solo existen diferencias de clase, sino tambin aquellas basadas en la pertenencia tnica. El sistema de explotacin capitalista se cruza y refuerza con formas de do-minacin coloniales y lgicas patriarcales. La modernidad capitalista dominante se fundamenta en el racismo: El hombre blanco es considerado naturalmente capaz de gobernar, de ser gerente o patrn, mientras hay que dejar de ser indio, montubio o negro para alcanzar la ciudadana plena. El ser blanco-mestizo es smbolo de civilizacin. En cierto sentido, tambin hay que dejar de ser mujer para ejercer poder desde estructuras profundamente masculinas.

    El Estado, creado como un conjunto de instituciones calcadas de la repblica liberal europea, negando la historia propia, se ha erigido sobre lgicas machistas, racistas y clasistas. Las instituciones tienen el papel de reproducir una forma especfica de concebir el mundo, supuestamente universal, que garanti-za el poder de las lites dominantes. La religin y la educacin juegan un papel preponderante en esto. Nuestras relaciones sociales tambin siguen siendo coloniales: imitamos sin irona alguna las formas seoriales de antao en actos oficiales y fiestas. El desprecio sobreentendido al otro incivilizado, al indio, al negro est presente.

    De all la importancia de plantearse la descolonizacin y despatriarcalizacin del Estado y la sociedad. Esto no significa incluir cuotas de indgenas, afrodescendientes o de mujeres en un Estado monocultu-ral y vertical. Se trata de pluralizar las formas mismas de hacer poltica, los procedimientos institucio-nales, las formas de impartir justicia, la democracia, las formas de entender la educacin y la salud. Se trata de desterrar el patriarcado tanto en las estructuras como en el comportamiento de la sociedad ecuatoriana.

  • 63

    El Ecuador se declara Estado plurinacional en la Constitucin de 2008 un logro del movimiento ind-gena. Sin embargo, no se ha planteado desde entonces la descolonizacin de sus estructuras y prc-ticas. La plurinacionalidad significa descolonizar la mente, no solamente reconociendo la diversidad cultural, sino dejar que nos permee, que nos transforme. Tampoco las culturas diversas son estticas, sus integrantes las recrean a diario. En algunos casos, mujeres indgenas se han organizado para des-patriarcalizar ciertas prcticas comunitarias.

    Es necesario imaginar un mundo sin capitalismo, sin colonialismo y claro, sin machismo.

    Podemos cuestionar en nosotros mismos este yo que pretende imitar las sociedades del Norte

    Podemos cambiar las formas de hacer poltica en nuestras organizaciones. Volverlas ms horizon-tales, asamblearias, implementar voceras revocables en lugar de representaciones, etc.

    Podemos plantear en mltiples espacios la necesidad de analizar las estructuras y prcticas colo-niales y patriarcales existentes para desarmarlas.

    Podemos reconocer las luchas de los mltiples sujetos sociales, los afrodescendientes, los indge-nas, las mujeres, y tejer alianzas con ellos.

    Qu podemos hacer?

  • 64

    Impulsar otra educacinLa educacin que solemos recibir nos prepara justamente para el mundo que no queremos. Nos prepara para ganar dinero, trabajar en las empresas transnacionales, administrar agrotxicos que van a envenenar el agua y la tierra. La educacin nos da una visin parcial y tecnocrtica de la vida, sin ensearnos a mirar el todo. Los conocimientos que se consagran en la academia como verdades universales suelen ser generados en el Norte global y muchas veces estn vinculados a algn inters comercial o econmico. Los conocimientos locales, ancestrales, campesinos, pero tambin el pensa-miento acadmico generado en el Sur suelen ser desvalorizados. Eso es lo que se llama la colonialidad del saber.

    No se trata de cerrar nuestras mentes a influencias interesantes de otras culturas u otros pases siempre nos van a enriquecer, nos van a abrir el horizonte. Sin embargo, si queremos aprender para la vida, necesitamos una educacin desde nuestro contexto local, cultural, segn nuestras necesidades concretas de conocimiento. Necesitamos una educacin descolonizada que nos ensee a preguntar, a pensar, a cuestionar, a inventar, a crear. Una educacin que nos libere en lugar de disciplinarnos, reducirnos y encarrilarnos en un camino trazado con anterioridad. Una educacin que de lugar a las relaciones interpersonales y los retos emocionales de la vida, que nos prepare no solamente a ser bachilleres o doctores, sino tambin a ser padres, madres, y miembros de una comunidad. Una educacin intercultural, en dilogo permanente entre los saberes generados por la academia y los producidos por los pueblos ancestrales, por la experiencia de la gente, por las mujeres.

    Cul estu

    opinin?

  • 65

    Podemos discutir qu formas pedaggicas y contenidos educativos quisiramos para nuestros hijos.

    Podemos cuestionar la idea de que la excelencia se base solo en las calificaciones y diplomas, en ttulos y publicaciones esto es una lgica neoliberal.

    Podemos complementar la educacin formal que reciben nuestros hijos con una educacin emo-cional, que les motiva a preguntar y explorar el contexto en el que viven.

    Podemos volvernos curiosos de los saberes que los pueblos, las comunidades, los colectivos generan.

    Qu podemos hacer?

  • 66

    Devolver a la economasu funcin social

    Es urgente descentrar la economa y devolverle su funcin social. No podemos seguir siendo rehenes de la lgica de acumulacin. Tampoco el ingreso fiscal puede ser el nico rasero con el que se mide todo como suele argumentarse para imponer el extractivismo. La economa y las instituciones de-beran estar siempre al servicio de la gente y de la vida, no al revs.

    Es necesario un amplio debate democrtico nacional e internacional con miras a las generaciones futuras, sobre los sectores que deben crecer y aquellos que deben desmontarse sobre todo en los pases industrializados- o reducirse por su alto consumo de materia y energa.

    Una economa que se organiza alrededor de la reproduccin de la vida priorizar la educacin, el cuidado de los nios, de las personas ancianas y enfermas, la investigacin, los servicios sociales, la nutricin (es decir la produccin campesina) y la preservacin de la Naturaleza. Esto permite generar una riqueza de otro tipo, que pone en primer lugar lo cualitativo ante lo cuantitativo.

    El tiempo de vida es tambin una riqueza que necesita ser redistribuida. Unos se matan trabajando, mientras otros no tienen trabajo. Esto implica redistribuir el tiempo dedicado al trabajo formal re-ducirlo poco a poco para permitir el empleo de todos y todas. Se trabajara menos horas, pero no ha-bra desempleo ni empleo informal. Todos recibiran una renta bsica sobre la base de una evaluacin colectiva de necesidades humanas.

    Esta redistribucin liberara tiempo de vida para el cuidado, la participacin poltica y comunitaria, el arte, el deporte, el descanso y la autoformacin, para mujeres y hombres por igual. Es decir, transfor-mara la divisin patriarcal del trabajo.

    La industrializacin del continente es necesaria para reducir la necesidad de importar productos. Pero para garantizar el buen vivir de las generaciones futuras, no cualquier industrializacin es vlida.

  • 67

    Qu puede hacer el gobierno?

    Evaluar las necesidades nacionales y continentales y planificar segn este criterio. Aprender de los errores de la planificacin socialista centralizada. Evaluar las necesidades de materia y energa de cada actividad productiva. Promover el reciclaje y la reutilizacin mediante polticas pblicas.

    Impulsar la produccin de bienes realmente necesarios, durables y reparables. Evaluar los efec-tos que una actividad productiva tendr sobre la concentracin o la desconcentracin de la rique-za y sobre el empleo.

    Evaluar si una actividad productiva despoja a la poblacin de sus medios de produccin locales, llevndola a depender de bonos o ayudas estatales. Evaluar sus efectos negativos sobre modos de vida alternativos, comunitarios, no permeados por la lgica capitalista, que son un patrimonio.

    Prohibir la operacin de fondos especulativos en el pas. Desvincularse del capital financiero y establecer mayores controles y sanciones anti-monoplicas. Impulsar la participacin ciudadana en la gestin de las instituciones financieras y priorizar su funcin social. Transparentar el origen y las condiciones de las ganancias de fondos de pensiones, para que stos no refuercen el extrac-tivismo con nuestro dinero.

  • 68

    Aprovechar la belleza y fertilidad del pas

    A diferencia de Chile, donde la minera se asienta en el desierto, el Ecuador es un pas donde la tierra es frtil, las cosechas abundantes y la biodiversidad una de las ms altas del planeta. Por qu no aprovechar productivamente de estas condiciones en lugar de destruirlas?

    Si no destruimos su belleza, nuestro pas tiene un enorme potencial turstico. Aunque el impulso al turismo siempre est entre los objetivos del gobierno, no logra despegar. Si apostamos al turismo co-munitario y empresarial mediano no al megaturismo monoplico de empresas como Decameron!-, los ingresos beneficiaran al Estado mediante impuestos y tambin a buena parte de la poblacin.

    Dadas las condiciones del suelo y del clima la actividad turstica en Ecuador se podra complementar con produccin agrcola, y especializarse en productos orgnicos. Esta agricultura produce alimentos sanos, de buena calidad, ahorra energa y petrleo y fortalece la soberana alimentaria.

    Los ltimos aos la demanda de productos orgnicos en el mundo ha crecido exponencialmente. En Alemania, en 25 aos, el porcentaje de agricultores que producen orgnicamente subi del 0,5% a casi el 8%, y an no abastecen la demanda. Tienen en promedio 10% ms utilidades que los agriculto-res que usan qumicos, y sus productos son consumidos por todos los estratos sociales. Los productos orgnicos son accesibles: todas las grandes cadenas de supermercados alemanes tienen hoy un seg-mento orgnico, adems de aquellos que ofrecen solo alimentos orgnicos. Los agricultores reciben subsidios para la fase de conversin que implica, transitoriamente, prdidas de productividad. En Ecuador, tambin existen experiencias exitosas con la produccin orgnica.

  • Una reforma agraria contundente es otra medida que reducira la escandalosa desigualdad en el cam-po y generara empleo. No es suficiente distribuir las tierras del Estado, como se ha venido haciendo. Al incautar la hacienda La Clementina de Bananera Noboa en mayo del 2013, el gobierno dio un paso en la direccin correcta. Sin embargo, por qu no se redistribuy la enorme superficie de 11.000 ha productivas a campesinos sin tierra o a los propios trabajadores de la hacienda, creando nuevas formas de propiedad social?

    Mltiples estudios demuestran que la agricultura campesina diversificada es ms productiva que el monocultivo empresarial26. Mientras este desgasta los suelos y termina en la desertificacin, la agri-cultura campesina y orgnica regenera los suelos y asegura fertilidad para las generaciones futuras.

    Impulsar una reforma agraria para reducir la desigualdad en el campo.

    Desarrollar polticas de fomento a la agricultura orgnica y economa familiar campesina con crditos y subsidios para la fase de conversin, con precios justos que permitan posicionar como mejor opcin esos productos frente a los provenientes de monocultivos.

    Crear cadenas de comercializacin alternas y locales y la infraestructura correspondiente en lugar de empujar a los campesinos a insertarse en las redes monoplicas como las de Pronaca y Supermaxi.

    Priorizar productos campesinos y orgnicos en las compras pblicas de alimentos e impulsar el consumo de la diversidad agrcola existente.

    Adaptar las normas de registro sanitario para que no perjudiquen a los pequeos productores.

    Impulsar bancos de semillas y certificaciones orgnicas comunitarias.

    Qu puede hacer el gobierno?

    69

  • 70

    Consumir de formainteligente y crtica

    Todos y todas somos consumidores. Como tales, podemos introducir nuevos criterios en nuestros hbitos de consumo:

    De SUFICIENCIA: Realmente lo necesito? Cunto lo voy a usar?

    De SUSTENTABILIDAD: Cunto implica de consumo de energa, de destruccin de Naturaleza? Cunto me va a durar? Si se rompe, podr repararlo o tendr que tirarlo? Est hecho de ma-teriales reciclables?

    De SOLIDARIDAD: Puedo comprar un producto alternativo que d ingresos a los productores de mi zona? Es nacional o importado?

    Por qu cambiarlo si funciona?

  • 71

    Qu podemos hacer?

    Organizarnos para presionar los grandes actores econmicos. En los pases del Norte, varias campa-as de boicot han logrado que empresas que violaban derechos humanos o los derechos de la Natu-raleza cambien de poltica. Para ello, el internacionalismo es una perspectiva importante.

    Organizarnos para generar posibilidades de consumo alternativo, que fortalece a los emprendimien-tos comunitarios o colectivos. En nuestro municipio, en nuestro barrio, podemos influir para que las compras pblicas prioricen a los campesinos, a los artesanos y las cooperativas, o a pequeos empre-sarios locales. Y para que el Estado compense en costos de produccin o comercializacin para que estos productos puedan ser efectivamente adquiridos por los sectores populares.

  • 72

    Controlar y cuidar el territorioEl control y cuidado del territorio implica involucrarnos en las polticas ambientales a nivel local o incluso nacional. Una estrategia posible es visibilizar los costos reales de los proyectos extractivos y analizar como los precios de los minerales o del petrleo han sido distorsionados. Por ejemplo, el dinero que consume solucionar un derrame de crudo o de qumicos, atender el dao en la salud de pobladores locales por el consumo de agua contaminada, y lo que cuestan al Estado los subsidios ocultos en electricidad o infraestructura que reciben las empresas mineras o petroleras, nunca son incorporados en los precios de lo que se exporta. Si lo fueran, el extractivismo sera un mal negocio.

    SIN ORO SE VIVE, SIN AGUA SE MUERE

  • 73

    Qu podemos hacer?

    Involucrarnos activamente en el control ambiental de proyectos cerca de donde vivimos, desde el principio.

    Cuidar que los estudios de impacto ambiental y las consultas no sean realizados por partes interesadas (por ejemplo por las empresas extractivas), y que estos estudios, as como los controles y la fiscalizacin de los emprendimientos extractivos tampoco estn nicamente en manos del Estado.

    Impulsar veeduras ciudadanas o audiencias pblicas con la comunidad afectada, pero tam-bin otros mecanismos de control social y participacin que no estn institucionalizados.

    Vigilar colectivamente que los infractores a las normas ambientales establecidas sean penali-zados de verdad, al igual que los funcionarios o personas que falseen u oculten informacin.

    Organizarnos para evitar que la consulta previa, libre e informada un derecho colectivo ra-tificado por Naciones Unidas sea manipulada. La comunidad debe tomar decisiones colec-tivas segn sus formas de democracia, sobre la base de informacin plural sobre el proyecto, antes de que se comience la obra. La comunidad debe tener la posibilidad de rechazar un proyecto por razones sociales, ambientales u otras, sin ser por ello criminalizada. La simple socializacin del proyecto previsto con la comunidad no es una consulta.

  • 74

    Promover otro tipo de tecnologaLa tecnologa de punta se nos presenta como la solucin milagrosa a los problemas ambientales que genera un megaproyecto. El trmino sugiere que es algo complejo, para especialistas, que nunca lograremos entender. La tecnologa de punta pertenece a las grandes empresas transnacionales con las que hay que pactar si queremos aplicarla. Empresas que incluso en muchos casos tienen ms po-der que un gobierno nacional.

    El problema es que todas las tecnologas pasadas que se aplicaron, por ejemplo en los campos petro-leros o en las minas, en su poca tambin fueron de punta. Y generaron los desastres que conoce-mos. Por ejemplo, el derrame gigantesco causado en 2010 por la British Petroleum en el mar del Golfo de Mxico, se origin a pesar de la tecnologa de punta.

    Estamos sometidos a un patrn tecnolgico que promueve la concentracin tanto de la riqueza como del conocimiento. Las tecnologas de los megaproyectos hacen imposible el control social sobre su desempeo y sus riesgos. Se implantan en el territorio a espaldas de la comunidad. Se deciden en la articulacin entre intereses empresariales y del poder poltico.

    Sin duda la tecnologa es una parte importante de nuestra vida, ayuda a satisfacer mltiples necesi-dades y facilita un sinnmero de tareas. Algunas tecnologas como el internet o el telfono celular han cambiado significativamente nuestras vidas. Pero el patrn tecnolgico dominante es poco trans-parente y poco democrtico, adems promueve el consumo cada vez mayor de combustibles fsiles. Se nos expropi hasta de la facultad de reparar los electrodomsticos, los telfonos o los carros que usamos. Se nos obliga a consumir ms y ms, produciendo ms y ms basura.

  • 75

    Generar tecnologas descentralizadas, controlables, reparables. Recuperar tecnologas que han sido marginadas porque nadie poda lucrar con ellas por ejemplo porque eran baratas, sencillas y eficientes. Necesitamos tecnologas ecolgicas que nos acerquen, tanto entre nosotros mismos como a la Naturaleza.

    No se trata de volver al pasado. El software libre es un buen ejemplo de ello una tecnologa generada en colectivo, y que rompe la dependencia.

    Podemos aprender sobre las tecnologas para que estas no vengan solo del Norte.

    Se trata de inventar y compartir el futuro que queremos!

    Qu podemos hacer?

  • 76

    Concebir la energacomo derecho

    En Amrica Latina, ms de 30 millones de personas no tienen acceso a la electricidad. Paralelamente, millones de personas son desplazadas o afectadas por obras de infraestructura energtica.

    Necesitamos un nuevo modelo energtico, que debilite las relaciones capitalistas. Podemos mirar la energa, como un bien comn, o un derecho igual que el agua. El nuevo modelo se basa en fuentes de energa renovables. Adems, disputa la cultura dominante que plantea la necesidad de consumir cada vez ms energa.

    La energa tambin puede ser una herramienta para redistribuir riqueza. Se pueden establecer tarifas segn los ingresos, las condiciones de vivienda, y que se castigue el sobreconsumo de luz mientras se subsidia un consumo digno para sectores excluidos.

    Existen en el mundo ejemplos exitosos de una generacin y distribucin comunal de energa basados en biomasa, energa elica o solar. Generan empleo e ingresos para la comunidad. Incluso en mu-chas ciudades, existen edificios o manzanas autosuficientes en cuanto a su produccin y consumo de energa. En Ecuador, las comunidades de la zona de Intag en Imbabura propusieron con Hidrointag la construccin de nueve pequeas y medianas centrales hidroelctricas comunitarias que generaran ms de mil doscientos puestos de trabajo locales, en lugar de una gran represa construida por la mul-tinacional Odebrecht.

  • 77

    Podemos ahorrar energa en el hogar, pero tambin cuestionar, por ejemplo, una arquitectura que con un solo centro comercial, plantea un consumo de energa equivalente al de los hogares de una ciudad de tamao medio.

    Podemos impulsar proyectos descentralizados de generacin de energa limpia.

    Podemos exigir reformas en las tarifas de luz para fortalecer la redistribucin.

    Podemos proponer reformas del sector de transporte. El esquema de globalizacin que prima en la actualidad implica un desperdicio enorme de recursos. Si las manzanas de Chile son exportadas hacia Europa y las de Europa a Chile, esto quizs resulta en balances favorables de exportacin en ambos lados (en cifras), pero cuesta un montn de energa en materia de empaque, refrigeracin y transporte que fcilmente podra ser ahorrada. Si logramos revitalizar cadenas locales de pro-duccin y comercializacin, reduciremos las necesidades de transporte de carga.

    Podemos enfatizar que el tren es una de las formas ms eficientes y seguras de transporte de carga y personas. Cuestionar el automvil individual, que es el smbolo cultural de bienestar ms potente en la cultura consumista basada en petrleo. Podemos exigir un transporte pblico ur-bano e interregional de calidad que use energa limpia.

    Y qu podemos hacer?

  • 78

    Monitorear impuestosy subsidios

    A nadie le gusta pagar impuestos. Sin embargo, son un bien colectivo. Sin los impuestos el Estado no podra funcionar, no tendra fondos para financiar la construccin de carreteras, puertos, aeropuer-tos, o para prestar los servicios pblicos de salud, educacin, defensa, sistemas de proteccin social, etc. La poltica fiscal puede ser un instrumento de redistribucin importante. Si mientras alguien que es ms rico paga cada vez ms impuestos que los pobres, se redistribuye hacia abajo. El IVA en cam-bio es un impuesto regresivo, ya que todos pagan lo mismo sin importar sus ingresos. Una forma de luchar para que el presupuesto del Estado no dependa de las regalas de proyectos extractivos y para generar mayor igualdad es involucrarnos en la gestin de este bien colectivo: impulsar una reforma tributaria.

    En Ecuador, despus de haber mejorado la recaudacin fiscal, los impuestos constituyen hoy la parte ms importante del ingreso del Estado. En comparacin con otros pases, hoy en da la presin fiscal en Ecuador es baja. Pero existen algunos impu