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    Lserbvseb srt dtyj tum dtum dtyumcin individual, observando que, aunque todos

    dicen que el bien es la felicidad, no todo el mundo est de acuerdo acerca de quconstituye la felicidad. Algunos consideran quserbvases virtudes de la vida encomn o poltica (coraje, templanza, justicia, etc.) y de la vida intelectual (ciencia ycapacidad). La legislacin o el establecimiento de instituciones sociales, argumentaAristteles, son necesarios para conseguir la realizacin de cualquiera de estasvirtudes con alguna regularidad. dtyjDe un modo similar, es necesario unconocimiento del bien para emprender el examen crtico de las polticas. LaPolticade Aristteles, por tanto, pone en prctica y realiza referencias explcitas a lasideas centrales de la Etica.

    Desde sus comienzos, la reflexin tica tambin ha involucrado con frecuenciadiscusiones sobre ciencia y tecnologa (incluyendo la medicina) --normalmenteasociando, y ocasionalmente disociando, las esferas tcnica y moral. En la Etica aNicmaco, ciencia y tchne (la raz griega de "tcnica" y "tecnologa") se describencomo virtudes intelectuales, tomndose ejemplos de las artes y la medicina al explorarla naturaleza de tales cualidades. Durante el mismo periodo, el juramento hipocrticopresenta formulaciones de principios ticos generales para la conducta mdicaprofesional.

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    Sin embargo, hay fundamentos para identificar histricamente dos actitudes ticasgenerales respecto a la ciencia, la tcnica y la medicina. Desde Platn y Aristteles

    hasta el Renacimiento, la ciencia y sus correlatos tcnicos eran objeto de restriccionesreligiosas y polticas ampliamente aceptadas. La sociedad y el estado eranconsiderados como la gua apropiada para decidir si se impulsaba o no el desarrollode la astronoma, o el modo en que deban construirse las casas. La ciencia y latecnologa sin algn tipo de gua poltica o cultural eran juzgadas como formasdeficientes de conocimiento y actividades socialmente desestabilizadoras, si nomoralmente perniciosas.

    No obstante, desde el Renacimiento, y especialmente en la poca de la Ilustracin, lasrestricciones polticas y culturales fueron suprimidas efectivamente, siendoreemplazadas por un nuevo compromiso tico respecto al desarrollo sin trabas de laciencia y la tecnologa para "el bienestar de la humanidad" (the relief of man's estate--Francis Bacon). El Estado, simplemente, debera invertir todo lo posible en la ciencia.Los cientficos deberan gozar de autonoma en el ejercicio de su profesin, mientrasque la economa de mercado, como una especie de proceso neutral para la promocinde las tecnologas ms eficientes, guiara el desarrollo tcnico. La ciencia sepresentaba como la nica forma verdadera de conocimiento; y sus aplicaciones enmedicina y tecnologa industrial, como fuentes de ilimitados beneficios materiales paratodos.

    Desde mediados del siglo XVIII, y como reaccin a las ideas cientficas modernas y,

    ms tarde, al impacto social de la Revolucin Industrial, surgieron una serie de re-evaluaciones ticas de la ciencia y la tecnologa, y despus, de la medicina. La ideacentral de estas re-evaluaciones es observar que, aunque la ciencia y la tecnologason formas poderosas de conocimiento muy atractivas para la sociedad, y que confrecuencia, a primera vista, parecen promover el progreso, en muchas ocasiones sehallan tambin ntimamente ligadas a efectos colaterales no deseados o a resultadosde segundo o tercer orden que estn lejos de ser beneficiosos.

    Es posible resumir estas tres actitudes --que pueden llamarse "escepticismo moral","promocin moral" y "duda moral"-- por medio de la siguiente tabla:

    Escepticismo moral

    La ciencia y latecnologa son formasdefectuosas de conoci-miento y formas deaccin humana social-mente desestabilizado-ras.

    Promocin moral

    La ciencia y latecnologa son verdade-ras formas de conoci-miento y son social-mente beneficiosas

    Duda moral

    La ciencia y latecnologa constituyenformas poderosas deconocimiento y accinque son muy atractivaspero que a veces tienenefectos colaterales no

    deseados.ii

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    El cuestionamiento tico de la tecnologa, una problematizacin que es el fundamento yconduce directamente a todas las discusiones polticas contemporneas sobre la tecnologa,no surge repentinamente, sino en relacin con una serie de desarrollos tecnolgicos. El

    descubrimiento y la aplicacin de la energa nuclear, el reconocimiento de la contaminacinambiental, las innovaciones y las manipulaciones biomdicas, y las modernas tecnologasde la informacin han dado lugar a reflexiones y anlisis distintivamente ticos. El presentetexto tiene precisamente como objetivo revisar dichas reas de inters tico, as comodiversas cuestiones en tica de la ciencia, tica ingenieril profesional, y tica de la tecnologaen general. Cada uno de los apartados consta de una breve historia, la identificacin de losproblemas bsicos y una seleccin de referencias bibliogrficas. (La gran cantidad dereferencias en ingls, o traducciones de stas, refleja el hecho de que muchas de estasdiscusiones, especialmente las que se refieren a tica ambiental, biotica y tica informtica,se han originado en Estados Unidos).

    Muchos de estos anlisis presuponen algn conocimiento de la discusiones en historia,economa y filosofa de la ciencia y la tecnologa, especialmente en la medida en que estasforman parte del campo general conocido como Ciencia, Tecnologa y Sociedad. Otrasfuentes interesantes que revelan el desarrollo de la percepciones morales se hallan en laliteratura y cultura popular (especialmente en los libros y pelculas de ciencia ficcin), ascomo en los procesos legales. Pelculas como "Terminator" (1984) o "Robocop" (1987)exploran nuestra ambivalencia respecto a la simbiosis humano-mquina. De un modosimilar, las extensiones legales de la responsabilidad empresarial en los accidentesindustriales, la legislacin de proteccin del ambiente y del consumidor, y las decisionesjudiciales en casos biomdicos (como los relacionados con cundo retirar los sistemas demantenimiento artificial de la vida, la propiedad de los vulos fertilizados in vitro, losderechos de las madres de alquiler, el aborto y las transfusiones de sangre en menores omiembros de ciertas religiones, la eutanasia, los trasplantes de rganos, etc.) contribuyen anuestro compromiso tico con la tecnologa.

    tica en ciencia

    "La exaltacin de la ciencia pura es [...] una defensa [de] la investigacincientfica como una actividad socialmente valiosa [...] Las comodidades yventajas que se derivan de la tecnologa y, en ltima instancia, de la ciencia

    [tambin] invitan al apoyo social de la investigacin cientfica"

    -- Robert K. Merton (1938)iii

    Hay tres enfoques diferentes, aunque relacionados, respecto a la tica en ciencia. En primerlugar, dado que la distincin entre tica y ciencia se ha expresado con frecuencia como ladistincin entre hechos y valores, hay anlisis que tratan de salvar ese hiato, bienargumentando el "hecho" de que los seres humanos tienen y necesitan valores, o bienmanteniendo que la promocin de la investigacin de los hechos cientficas es en s mismaun "valor". En segundo lugar, algunos enfoques exploran la tica profesional de la prcticacientfica, por ejemplo, los principios morales y valores de los cientficos en tanto que

    cientficos. En tercer lugar, otro enfoque argumenta que debido al impacto social de la

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    ciencia moderna, los cientficos deberan adoptar alguna forma de tica social, entrando asen el campo del anlisis de la poltica pblica.

    Si dejamos de lado el primer enfoque, que tiende a ser fundamentalmente terico, el

    segundo y el tercero pueden describirse, respectivamente, como un anlisis internalista yotro externalista sobre la tica en ciencia. Con respecto a los enfoques internalistas, elsocilogo Robert K. Merton identific en 1940 lo que denomin el "ethosde la ciencia" o un"complejo de valores y formas que [son vividos] como imperativos para el hombre deciencia". Cuatro principios se suponen centrales en este ethos: el universalismo ocompromiso con la objetividad; el comunismo o la disposicin a compartir el conocimiento; eldesinters, estrechamente relacionado con el universalismo y la objetividad; y elescepticismo organizado. Merton supona que los cientficos, especialmente en lassociedades democrticas, se rigen en general por estos ideales.

    Durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior guerra fra, la existencia de tal ethosfue

    con frecuencia esgrimida para defender la imposibilidad de que los regmenes fascistas ocomunistas pudiesen promocionar la ciencia y beneficiarse de ella. En efecto, la oposicinde cientficos como Albert Einstein a la Alemania nazi o la crtica de Andrei Sajarov a laUnin Sovitica fueron consideradas como una confirmacin de este anlisis. Adems, enrespuesta a las crticas de la ciencia por la creacin de armas nucleares y su contribucin ala contaminacin ambiental, apologistas como Mario Bunge han defendido una distincinradical entre ciencia y tecnologa. Para Bunge, la ciencia como conocimiento es neutral conrespecto a la accin y, por tanto, moralmente inocente; slo las acciones de la cienciaaplicada o la tecnologa son susceptibles de juicio tico, siendo as capaces de culpabilidadmoral.

    Sin embargo, durante las ltimas tres dcadas, y especialmente durante los aos 80, uncierto nmero de casos bien conocidos han comenzado a revelar pblicamente que loscientficos, incluso en occidente, con frecuencia fracasan en vivir de acuerdo con sus propiosestndares ticos. La historia de James T. Watson en The Double Helix(1968)

    ivacerca de la

    carrera intensamente competitiva hacia el descubrimiento de la estructura del ADN, mostrque los cientficos suelen estar poco dispuestos a compartir el conocimiento cuando stepuede ayudar a otros a arrebatarles un descubrimiento, y que la bsqueda del prestigiocientfico no es en absoluto desinteresada. La posterior lucha de David Baltimore, PremioNobel y presidente de la Universidad Rockefeller, para invalidar las sospechas sobrepresuntos datos fabricados en un artculo del que l era coautor, as como la disputa sobre el

    descubrimiento del virus del SIDA entre Robert Gallo, del Instituto Nacional de la Salud deEstados Unidos, y Luc Montangier, del Instituto Pasteur en Pars, slo han conseguidoaumentar el escepticismo acerca de la existencia de una rgida tica internalista de la cienciaque sea diferente de las otras lites que sirven a sus propios intereses.Los conflictos de intereses, la mala conducta y el fraude parecen en ocasiones tan comunesentre los cientficos como entre otros muchos grupos. Esto ha dado lugar a que algunasorganizaciones cientficas respondan con esfuerzos especficos para promover unaconducta ms tica en la ciencia. La Asociacin Americana para el Avance de la Ciencia(AAAS --American Association for the Advancement of Science), por ejemplo, cre unComit especial sobre la Libertad y la Responsabilidad Cientfica que en 1980 hizo pblicoun informe titulado "Actividades de Etica Profesional en las Sociedades Cientficas e

    Ingenieriles".v

    Pero el hecho de que sean los periodistas y polticos quienes han continuadosacando a la luz una buena parte de la conducta no profesional de la comunidad cientfica

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    pone en cuestin la tan repetida frase de que la ciencia es capaz de corregir sus propioserrores.

    Estos interrogantes respaldan la importancia de las perspectivas externalistas sobre la tica

    en la ciencia. El "contrato social" tpico del siglo XX entre la ciencia y el estado consista enque el estado debera proporcionar a la ciencia un gran apoyo econmico, dejando a loscientficos (al menos nominalmente) decidir entre ellos sobre su distribucin, y que la cienciaa su vez debera proporcionar al estado armas poderosas y otros beneficios tecnolgicos. La"ciencia pura" se vea como algo bueno en s mismo y, a la vez, como algo que con eltiempo producira numerosos beneficios prcticos. Pero los beneficios prcticos de la"ciencia aplicada" slo podan alcanzarse si la ciencia reciba un apoyo y autonomaconsiderables, sin presiones para producir resultados con demasiada rapidez. Este contratosocial, que tiene sus orgenes en la Primera Guerra Mundial pero que recibe su formulacinms articulada en la obra Science- The Endless Frontier: A Report to the President on aProgram for Postwar Scientific Research(1945) de Vannevar Bush, consejero cientfico de

    Estados Unidos, ha sido socavado por al menos cinco factores interrelacionados:

    - el coste cada vez ms alto y la creciente abstraccin de los proyectos en la BigScience;- el fin de la guerra fra;- las necesidades sociales en competicin;- la degradacin ambiental;- la competencia econmica global.

    Muchos proyectos cientficos (tales como la exploracin espacial, los grandes aceleradores,y la investigacin sobre el genoma humano) son tan caros que la financiacin puede llegar asuperar el PNB de un alto porcentaje de pases industrializados avanzados, produciendoresultados (como el descubrimiento de un agujero negro o una nueva partcula subatmica)con poco valor prctico inmediato. El fin de la guerra fra ha privado a la ciencia del apoyoderivado de la rivalidad entre las superpotencias, al tiempo que otras necesidades socialescomo la atencin mdica y la educacin, as como los problemas de la degradacinambiental y la competencia econmica global, contribuyen a desafiar al estado pararenegociar su apoyo a la "investigacin pura". Todo ello ha conducido tambin a una nuevadiscusin acerca de la clase de responsabilidad tica que deberan tener los ingenieros noslo respecto a su profesin sino tambin con relacin a la sociedad.

    De este modo, algunas de la cuestiones ticas fundamentales con respecto a la cienciapueden resumirse como sigue:

    - Hay una tica de la ciencia distinta de la tica de cualquier otra institucin social?De ser as, cmo debera hacerse cumplir: internamente, por los mismos cientficos, otambin externamente a travs de la sociedad?

    - Hay alguna diferencia tica entre la ciencia y la tecnologa?- Cules son las responsabilidades morales de los cientficos respecto a la sociedad,

    y de los ciudadanos respecto a la ciencia y los cientficos?

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    Referencias

    Bell, Robert (1992), Impure Science: Fraud, Compromise and Political Influence in ScientificResearch, Nueva York: John Wiley, xvi + 301 pp. Los temas abordados incluyen la crisis del

    sistema de evaluadores, los intentos de los cientficos de presionar a los polticos, el mal usode los datos, el mercado de la ciencia, los conflictos de intereses en ciencia, y las relacionesentre la ciencia y los militares. Contiene buenos casos de estudio, como el caso Baltimore.Escrito por un economista y periodista.

    Broad, William y Nicholas Wade (1983), Betrayers of the Truth, Nueva York: Simon andSchuster, 256 pp. Casos de estudio histricos y contemporneos mediante los que sedefiende que el fraude en ciencia es mucho ms importante de lo que admitira la imagenpopular. Los autores son periodistas cientficos del New York Times.

    Bronowsky, Jacob (1968), Ciencia y Valores Humanos, Barcelona: Lumen, 192 pp. Una

    defensa por un cientfico del argumento clsico de que la ciencia es en s misma un valorhumano.

    Bunge, Mario (1976), Etica y Ciencia, 3 ed., Buenos Aires: Siglo XX, 111 pp. Vasetambin: Bunge (1991), "Basic Science Is Innocent; Applied Science and Technology CanBe Guilty", en: Daniel O. Dahlstrom (ed.), Nature and Scientific Method, Washington, DC:Catholic University of America Press, pp. 95-105.

    Chalk, Rosemary (ed.) (1988), Science, Technology and Society: Emerging Relationships,Washington DC: American Association for the Advancement of Science, ix + 262 pp. Unaseleccin de ms de 80 artculos publicados originalmente en Scienceentre 1949 y 1988,seguidos de cuatro informes del comit de la AAAS. Incluye secciones especiales dedicadasa ciencia y responsabilidad, ciencia y tica, fraude y mala conducta en tica, etc.

    Dou, Alberto (1983), Los Fundamentos de la Etica en la Actividad Cientfica, Madrid: RealAcademia de las Ciencias, 82 pp.

    Dubos, Ren (1970), Reason Awake: Science for Man, Nueva York: Columbia UniversityPress, xviii + 280 pp. "Las restricciones sociales sobre la empresa cientfica se hanconvertido en inevitables porque la ciencia afecta a todos los aspectos de la vida humanacon creciente efectividad y violencia". Al mismo tiempo, la ciencia puede "ayudar al hombre a

    examinar objetiva, racional y creativamente los nuevos problemas". Una defensa crtica de laciencia por parte de un cientfico.

    Holton, Gerald y Robert S. Morison (eds.) (1979), Limits of Scientific Inquiry, Nueva York:Norton, xviii + 254 pp. Discusin seminal, publicada originalmente en la revista Daedalus(1979), acerca de si la ciencia debera estar limitada por razones ticas o de otra naturaleza.Incluye las respuestas de 15 cientficos, filsofos e historiadores.

    Mayor Zaragoza, Federico (ed.) (1982), Investigacin Cientfica y Metas Sociales, Madrid:Alhambra, 212 pp.

    Merton, Robert K. (1977), La Sociologa de la Ciencia, 2 vols., Madrid: Alianza. Incluye losensayos de Merton sobre el ethosde la ciencia desde la dcada de 1940.

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    Ramrez, Edgar Roy (ed.) (1985), Ciencia, Responsabilidad y Valores, Cartago: EditorialTecnolgica de Costa Rica. 92 pp. Cinco ensayos crticos sobre la idea de que la ciencia esvalorativamente neutral.

    tica nuclear

    "La guerra moderna, la bomba y otros descubrimientos se nos presentan [...]no como un problema de fsica sino de tica."

    -- Albert Einstein (1946)vi

    Tanto para los cientficos como para el pblico en general, el compromiso prctico de la

    fsica terica respecto al uso de la energa nuclear en la fabricacin de armas y laproduccin de energa elctrica ha constituido el mayor estmulo individual para la revisinde la fe ilustrada en la ciencia moderna. Pueden distinguirse dos fases principales en ladiscusin resultante.

    En primer lugar, los cientficos e ingenieros nucleares de finales de los aos 40 y pricipios delos 50 demostraron una creciente preocupacin por las implicaciones polticas de las armasnucleares. Para Einstein y otros cientficos, las armas nucleares alteraban esencialmente lacondicin humana y demandaban "una nuevo modo de pensamiento".vii Los intentos depromover esas nuevas formas de pensamiento pusieron en marcha el Bulletin of AtomicScientistsy el movimiento Pugwash. El Bulletin (que entre 1970 y 1974 cambi su nombrepor el de Science and Human Affairs) comenz su publicacin en 1945, inmediatamentedespus de la explosin de la primera bomba atmica, y contina siendo una referencianecesaria (dos colecciones del Bulletinestn incluidas en la posterior lista de referencias). Elmovimiento Pugwash, que recibe su nombre de la serie de conferencias original en Pugwash(Nueva Escocia) en 1957, ha tenido intereses ms generales, aunque tiene su punto departida en un manifiesto hecho pblico en 1955 por Albert Einstein y Bertrand Russell comorespuesta a las pruebas nucleares con bombas de hidrgeno. A finales de los 50 y principiosde los 60, ambos movimientos contribuyeron a la protesta pblica contra las armasnucleares, que finalmente condujo al tratado de limitacin de pruebas nucleares de 1963.

    La "nueva forma de pensamiento" que hizo posible este tratado, sin embargo, dependi engran medida de lo que podemos denominar el "apao tecnolgico", esto es, buscar unasolucin tecnolgica para un problema social. Los principales partidos fueron en principioincapaces de llegar a un acuerdo acerca del tratado, dado que Estados Unidos comenzabaa transformarse en una sociedad ms abierta, y se exiga ms en los sistemas de inspeccinque en la Unin Sovitica. El desarrollo de la ingeniera de los sistemas de control remoto,que no requeran inspeccin directa in situ, fue lo que ayud a salvar las diferenciaspolticas. En efecto, muchos cientficos nucleares comenzaron a defender que la fuerzadisuasiva del poder nuclear era en s misma un apao tecnolgico ante la amenaza de laguerra. Esta idea de que los problemas sociales, como el de la superpoblacin, puedenabordarse no con cambios en la conducta humana, sino con inventos tecnolgicos (no con la

    castidad, sino con anticonceptivos artificiales) se convirti en una nueva manera de pensaracerca de muchos problemas ticos.

    viii

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    En segundo lugar, a finales de la dcada de 1970 se produce un movimiento, relacionadocon el movimiento ambiental, de reaccin contra la energa nuclear y una protesta renovadacontra el desarrollo de una nueva generacin de armas nucleares. El tema de la energa

    nuclear fue dramatizado por el accidente en la central nuclear de Three Mile Island (EstadosUnidos) en 1979, as como por el desastre ms serio que tuvo lugar en Chernobyl (ex-UninSovitica) en 1986. El tema de la armas nucleares recibi mpetu por el hundimiento de ladistensin, por la Iniciativa de Defensa Estratgica o "guerra de las galaxias" del presidenteReagan (anunciada en marzo de 1983), y por una epstola pastoral de la conferencia deobispos catlicos de Estados Unidos criticando las armas nucleares (mayo de 1983) con elapoyo de la encclica Pacem In Terris(1963) del Papa Juan XXIII.

    Con el fin de la guerra fra (1989), la discusin entra en una tercera fase y el nfasis sedesplaza hacia los problemas de desmantelamiento y destruccin de las armas nucleares,las amenazas de la proliferacin nuclear, y de nuevo hacia los peligros y presunta necesidad

    de la energa nuclear.

    Las cuestiones ticas fundamentales que reaparecen con diversos nfasis en todas lasfases de estas discusiones, pueden resumirse como sigue:

    - Han alterado la condicin humana las armas nucleares? De ser as de qumodos?

    - Dadas las consecuencias transnacionales y transgeneracionales de las pruebas dearmas nucleares, son estas pruebas moralmente legtimas?

    - Bajo qu circunstancias es moralmente justificable el uso de armas nucleares?- Es moral la prctica de la disuasin nuclear? Esto es, bajo qu circunstancias, si

    es que hay alguna, es moralmente aceptable la amenaza del uso de las armas nucleares?(Hay alguna diferencia entre la disuasin nuclear y el terrorismo nuclear?)

    - Cmo deberan tomarse las decisiones acerca de la construccin y operacin delas centrales de energa nuclear? Cul es el nivel adecuado de seguridad en elfuncionamiento de las centrales de energa nuclear?

    - Qu debera hacerse con los desechos nucleares de los programas de desarrollomilitares y civiles? Cmo deberan tomarse las decisiones acerca de los depsitos deresiduos nucleares?

    - En general, cmo deberan compartirse los beneficios y riesgos de la energanuclear?

    Referencias

    Ackland, Len y Steven McGuire (eds.) (1987), La Edad Nuclear, Mexico: Fondo de CulturaEconmica, 404 pp. Artculos del Bulletin of the Atomic Scientists.

    Born, Max y Hedwig Born (1971), Ciencia y Conciencia en la Era Atmica, Madrid: Alianza,206 pp. Reflexiones personales de Max Born y su esposa.

    Cohen, Avner y Steven Lee (eds.) (1986), Nuclear Weapons and the Future of the Humanity:

    The Fundamental Questions. Totawa; NJ: Rowman. xii + 496 pp. Las dos "cuestiones

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    fundamentales" a las que se refiere el subttulo son: alteran las armas nucleares lacondicin humana? est justificada moralmente la disuasin nuclear?

    Fagnani, F. y A. Nicolon (eds.) (1986), Nuclepolis: Materiales para el Anlisis de una

    Sociedad Nuclear, trad. de J. Vioque Lozano, Madrid: Instituto de Estudios de AdministracinLocal, 479 pp.

    Grodzins, Morton y Eugene Rabinowitch (eds.) (1963), The Atomic Age: Scientists inNational and World Affairs, Nueva York: Basic Books, xviii + 616 pp. Se trata de unacoleccin de artculos publicados en el Bulletin of the Atomic Scientistsentre 1945 y 1962.

    Jaspers, Karl (1961), La Bomba Atmica y el Futuro de la Humanidad, Buenos Aires: Fabril,551 pp. El primer gran intento filosfico de defender que las armas nucleares alteran lacondicin humana.

    Kaku, Michio y Jennifer Trainer (eds.) (1986), La Energa Nuclear: Argumentos en Favor yen Contra de la ms Controvertida de las Tecnologas Actuales, Barcelona: Gedisa, 288 pp.Veinte ensayos originales.

    Nelkin, Dorothy y Michael Pollak (1981), The Atom Besieged: Extraparliamentary Dissent inFrance and Germany, Cambridge (Mass.): MIT Press, x + 235 pp. Estudio comparativo dedos movimientos antinucleares que se presentan como partes de una crtica general socio-tica de la tecnologa.

    Pars, Carlos (1991), Crtica de la Civilizacin Nuclear: Tecnologa y Violencia, Madrid:Ediciones Libertarias, xxx + 357 pp. Se entiende la tecnologa nuclear como el factoresencial en la sociedad tecnolgica actual.

    Rotblat, Joseph (1972), Scientists in Quest for Peace: A History of the PugwashConferences, Cambridge, MA: MIT Press, xix + 399 pp.

    Shrader-Frechette, Kristin S. (1983), Energa Nuclear y Bienestar Pblico: Problemas Eticosy Sociales de la Tecnologa de la Fisin, trad. de Eulalia Prez Sedeo y Jos Luis Rey-Barreau, Madrid: Alianza, 168 pp.

    Shrader-Frechette, Kristin S. (1993), Burying Uncertainty: Risk the Case against Geological

    Disposal of Nuclear Waste, Berkeley: University of California Press, xiv + 346 pp.

    Vilanova, Santiago (1988), El Fin del Mito Nuclear- El Impacto Informativo y Biolgico delMayor Accidente de la Industria Electronuclear, Barcelona: Anthropos, 278 pp.

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    tica ambiental

    Las primeras ticas han tratado el tema de las relaciones entre los individuos;el Declogo de Moiss es un ejemplo [...] La Regla de Oro ha sido tratar de

    integrar lo individual en lo social [...] Es como si an no hubiera una tica quetrate de las relaciones del individuo con la tierra y con los animales y plantasque crecen sobre ella [...] Nuestra relacin con la tierra es an estrictamenteeconmica, entraando privilegios, pero no obligaciones. La extensin de latica a este tercer elemento en el entorno humano es [...] una posibleevolucin y una necesidad ecolgica.

    --- Aldo Leopold (1949)ix

    En contraste con la crtica tica de las bombas nucleares, que a menudo ha sidopromocionada por, e identificada con, el cristianismo, la tica ambiental ha estado asociadadurante su periodo de concepcin disciplinar con un intensa crtica de la tradicin cristiana.

    En "The Historical Roots of Our Ecologic Crisis" (1967), un artculo que se convirti en gritode guerra de los primeros movimientos ecologistas, el historiador medieval Lynn White Jr.defenda que la creencia judeo-cristiana en los seres humanos como seres creados aimagen y semejanza de Dios para dominar la tierra, creencia especialmente manifestada enla tradicin cristiana occidental, ha sido un factor decisivo que contribuy a la explotacin dela naturaleza "con total indiferencia respecto a los sentimientos de los objetos naturales".Como resultado, "el cristianismo posee gran parte de la culpa" de la degradacin del medio.x

    El dictamen acerca del cristianismo de White se halla anticipado por la tradicin literarianorteamericana que parte de Henry David Thoreau (1817-1862), pasa por John Muir (1838-1914) y llega a Aldo Leopold (1887-1948). En cada uno de estos casos, la acusacin que sehace al cristianismo es que ste no logra apreciar el valor inherente de la naturaleza,especialmente de la naturaleza como naturaleza salvaje. Edward Abbey (1927-1989), en sunovela The Monkey Wrench Gang (1975), lleva esta tradicin ms all aportando unargumento a favor del sabotaje industrial en defensa del estado salvaje.

    xiLa idea de una

    accin directa para proteger el sagrado estado salvaje se convirti en la inspiracin de unaserie de grupos ecologistas radicales como "Earth First!" (fundado en 1980).

    Este impulso recibi fundamentacin filosfica gracias a ensayos como el de Arne Naess"The Shallow and the Deep, Long-Range Ecological Ethic?" (Inquiry, 1973) y el de HolmesRoston III (Ethics, 1975). Pero la fundacin de la revista Environmental Ethics(en 1979) fue

    el punto de inflexin en la emergencia de una reflexin disciplinar sobre tica ambiental.Desde entonces, la tica ambiental se ha desarrollado enormemente, junto con una multitudde estudios en ecologa natural, explosin demogrfica, disminucin de recursos,contaminacin y cambios climticos globales. Pero los elementos ticos bsicos implican lassiguientes cuestiones claves:

    - Es la naturaleza solamente valiosa en relacin a su uso humano o tiene un valoren s misma?

    - Debe basarse una tica ambiental slo en la naturaleza humana y susnecesidades o tambin en la preservacin de un orden natural no humano?

    - Tienen los seres humanos deberes respecto a las generaciones futuras, o respecto

    a los animales, plantas y objetos inanimados?

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    - Ha de dirigirse la preocupacin moral directamente hacia los individuos, lasespecies, o incluso a los ecosistemas?

    - Es posible equilibrar el desarrollo econmico con la preservacin de la naturaleza?

    Un punto central para comprender los debates en torno a estas preguntas es la distincinentre conservacin y preservacin. La primera de ellas procura administrar los recursosnaturales con el fin de maximizar los beneficios humanos, precisamente porque son tilespara los seres humanos, mientras que la segunda trata de proteger la naturaleza de lacontaminacin humana, no a causa de su utilidad, sino porque la naturaleza, especialmenteentendida como estado salvaje, tiene un valor intrnseco. De hecho, el trmino "ticaambiental", por su propio nfasis en lo que se encuentra en torno a los seres humanos,tiende a implicar la primera acepcin. Pero la crtica ambiental del cristianismo tambin se haampliado a un ataque contra gran parte de la tradicin secular occidental, llegando aformular una serie de propuestas de "ecologa profunda" sobre nuevas formas de pensaracerca de la naturaleza que justificaran la delimitacin y restriccin del uso humano de todo

    aquello que posee un valor intrnseco en la naturaleza. Dos versiones distintas de estaecologa profunda son los programas de ecologa social neo-marxista (Murray Bookchin) y elecofeminismo (Carolyn Merchant).

    El reconocimiento de una distincin entre cuatro tipos de impactos ambientales resultatambin de gran ayuda a la hora de reflexionar sobre esos elementos bsicos. El primero esla simple sobreutilizacin de la naturaleza: exceder la tasa de caza de un bosque, la depesca de un ro, la de pasto de un terreno. En general, la respuesta a este tipo de problemasha sido siempre la de desarrollar mtodos de gestin ms eficaces. El segundo tipo deimpacto es el de una excesiva concentracin local de productos de desecho naturales talescomo excrementos animales o humanos. "La solucin a este tipo de contaminacin es ladisolucin". En tercer lugar, se halla la introduccin en el medio de materiales que no formanparte de ningn ecosistema establecido en cantidades que tienen como consecuencia unimpacto ambiental estrictamente local. Podemos citar como ejemplos muchos productosqumicos sintticos, desde el DDT a los plsticos, algunos de los cuales constituyen seriasamenazas para los organismos vivos, en especial los humanos, y son de esta maneraclasificados como txicos. La respuesta suele ser o bien regular la produccin de estosproductos qumicos o bien buscar modos de reducirlos, reciclarlos o aislarlos.

    En cuarto lugar, est la introduccin de productos naturales o sintticos en tal cantidad quecausen ya no slo cambios ambientales locales, sino globales. Algunos ejemplos son el

    incremento en la atmsfera de gases invernadero como el CO2(un elemento natural) y laemisiones de CFCs (un compuesto sinttico que destruye el ozono de la estratosfera). Losdesechos radioactivos de las armas y plantas nucleares constituyen otro ejemplo de estecuarto tipo de contaminacin debido a su impacto a largo plazo y su potencial catastrfico.La respuesta a estos impactos ha sido un esfuerzo intensificado por controlar el cambioambiental global (por ejemplo, mediante una ciencia del sistema tierra) y la creacin deprocedimientos internacionales que se ocupen, e.g., de los productos qumicos txicos y losresiduos nucleares.

    A la luz de la oposicin entre conservacin y preservacin, este estmulo hacia una gestinverde global es a un mismo tiempo irnico y cuestionable. Una de la ironas es que fue

    precisamente el alunizaje del Apolo en 1969, un gran logro del "proyecto de dominacin", elque nos llev a los ojos las imgenes de una tierra azul y verde frente a un desolado paisaje

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    lunar que se han convertido en el emblema de la conciencia ecolgica. Otra es que la ideamisma de control refleja el atractivo, incluso para los ecologistas, del apao tecnolgicocomo solucin para los problemas ambientales. Aldo Leopold, por ejemplo, no fue slo elprimero en elaborar un manifiesto sobre tica ambiental, sino tambin el autor del primer

    manual sobre Game Management (1933) y el profesor fundador de esta nueva disciplina.Aunque ms tarde rebautiz la disciplina con el nombre de "gestin de la vida salvaje" en unintento de evitar el punto de vista antropocntrico de que lo que es gestionado essimplemente un juego (o de que los animales son meros utensilios del hombre), anconserva el mismo impulso antropocntrico hacia el control cientfico y tecnolgico. En losintentos de controlar el ecosistema global de la "nave tierra", este impulso se hace an mspronunciado. La pregunta clave es sta: Se pueden resolver realmente los problemascreados por la tecnologa con ms tecnologa?

    Referencias

    Las mejores bibliografas sobre tica ambiental son dos estudios crticos de Eric Katz (1989),"Enviromental Ethics: A Select Annotated Bibliography, 1983-1987", Research in Philosophyand Technology 9: 251-285; y (1990), "Environmental Ethics: A Select AnnotatedBibliography II, 1987-1990", Research in Philosophy and Technology12: 287-324.

    Bookchin, Murray (1982), The Ecology of Freedom: The Emergence and Dissolution ofHierarchy.Palo Alto: Cheshire Books, xi + 385 pp.

    Gorz, Andr (1978), Ecologie et Politique, Pars: Seuil, 190 pp. El primer captulo ha sidotraducido al castellano con el ttulo de Ecologa y Libertaden Cali (Colombia): Barborroja,1977.

    Hargrove, Eugene C. (1989), Foundations of Environmental Ethics, Englewood Cliffs, NJ:Prentice Hall, x + 299 pp. Defiende que la apreciacin esttica de la naturaleza esfundamental para la tica ambiental.

    Leopold, Aldo (1970), A Sand County Almanac: With Essays on Conservation from RoundRiver, Nueva York: Ballantine, xix + 295 pp. Aldo Leopold (1887-1948) fund en 1924 laprimera reserva salvaje de Estados Unidos y fue tambin fundador de la profesin degestin de juegos, que imparti como asignatura en la Universidad de Wisconsin y para la

    cual escribi el primer manual.

    Merchant, Carolyn (1990), The Death of Nature: Women, Ecology and the ScientificRevolution, 2 ed., San Francisco: Harper and Row, xxiv + 348 pp.

    Orr, David W. (1991), Ecological Literacy: Education and the Transmission to a PostmodernWorld, Albany, NY: State University of New York Press, xiii + 210 pp.

    Passmore, John (1978), La Responsabilidad del Hombre Frente a la Naturaleza: Ecologa yTradiciones en Occidente, Madrid: Alianza, 237 pp. Un repaso general histrico-filosficoque quizs sea todava la mejor introduccin al tema.

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    Rolston, Holmes III (1989), Philosophy Gone Wild: Essays in Environmental Ethics,Prometheus Books, 269 pp. Se trata de un conjunto de ensayos publicados previamenteentre los que se encuentra "Existe una tica ecolgica?" (Ethics, 1975) un artculo pioneroen la materia.

    Sachs, Wolfgang (ed.) (1993), Global Ecology: A New Arena of Political Conflict, Londres:Zed Books, xvii + 262 pp.

    Stone, Christopher (1988), Should Trees Have Standing? Toward Legal Rights for NaturalObjects, 2 ed., Palo Alto, CA: Tioga, xxi + 102 pp. Se trata del clsico argumento acerca deque los seres no humanos poseen derechos naturales y por tanto "entidad" frente a lostribunales legales.

    Van der Veer, Donald y Christine Pierce (eds.) (1986), People, Penguins and Plastic Trees:Basic Issues in Environmental Ethics, Belminot (Ca.): Wadsworth. Una buena recopilacin

    general de lecturas.

    White, Lynn Jr. (1973), Machina ex Deo: La Tecnologa y la Cultura, Mxico: EditoresAsociados. Incluye el famoso artculo de White "The Historical Roots of Our Ecologic Crisis"(Science, 1967).

    Wilson, Edward O. (1984), Biophilia, Cambridge, MA: Harvard University Press. "La biologamoderna ha proporcionado una forma genuinamente nueva de contemplar el mundo [y] en lamedida en que lleguemos a entender a otros organismos, les otorgaremos ms valor, a ellosy a nosotros mismos".

    Zimmerman, Michael E. et al.(eds.) (1993), Environmental Philosophy: From Animal Rightsto Radical Ecology, Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall. x + 437 pp. Una serie de ensayossobre enfoques generales en tica ambiental, ecologa profunda, ecofeminismo y ecologasocial. Incluye un trabajo de Arne Naess.

    tica medica y biotica

    [La biotica es] la respuesta de la tica tradicional a las tensiones y urgencias

    que se han originado en virtud de los nuevos descubrimientos y tecnologas.La tica se ha visto obligada, no a encontrar nuevos principios o fundamentos,sino a extraer todas las implicaciones relevantes de los que ya posee.

    --- K. Danner Clouser (1978) xii

    Los pases desarrollados gastan cada ao ms dinero en sanidad que en armas nucleares,plantas energticas o cualquier otra fuente de contaminacin ambiental. La medicina estambin el campo en el que los avances tecnolgicos tienen un impacto ms inmediatosobre un gran nmero de personas. No es sorprendente entonces que la tica biomdicasea el rea ms desarrollada de interaccin entre la tica y la tecnologa.

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    La tica biomdica es un campo con muchos y excelentes manuales, revistasespecializadas, su propia enciclopedia y una extensa bibliografa anual. A causa de sunecesaria implicacin con la tica mdica profesional, la biotica tambin se caracteriza porposeer una races histricas ms importantes que las del resto de disputas y discusiones

    contemporneas sobre tica en otros campos de la tecnologa.

    El campo de la biotica podra dividirse en diferentes cuestiones morales relacionadas conlos diversos estadios de la vida humana. El aborto, la fertilizacin in vitro, la experimentacinfetal o las madres de alquiler son todos ellos temas relacionados con el comienzo de la vida.Las relaciones mdico-paciente, junto con aquellas cuestiones relacionadas con laprivacidad, confidencialidad y consentimiento informado, afectan al cuidado mdico de losadultos. Los trasplantes de rganos y la eutanasia son temas asociados al final de nuestrasvidas. Cubriendo todos los estadios de la vida se encuentran las preguntas acerca de lapoltica de sanidad o la distribucin de los escasos recursos mdicos, los procedimientos dela investigacin biomdica (incluyendo la experimentacin con animales) y las perspectivas

    especiales de enfermeras, psiclogos y asistentes sociales.

    En cada una de estas reas, las cuestiones bioticas tienden a estructurarse en trminos deafirmaciones en conflicto que apelan de formas diversas a los derechos de la persona, lautilidad social y la ley natural. A diferencia de lo que ocurre en tica nuclear y ticaambiental, la inclinacin no es la de formular nuevos modos de pensar, sino la de intentaraplicar y reaplicar principios ticos tradicionales. Una serie de cuestiones relacionadaspodran formularse de la siguiente manera:

    - Hasta qu punto se hallan las tecnologas anticonceptivas, sean "naturales" o"artificiales", en armona con el orden natural?

    - Cundo comienza la vida humana? En qu fase del desarrollo biolgico deberaconsiderarse a los seres humanos (sea por razones utilitarias o cualesquiera otras) comopersonas y no como animales y, por tanto, no ser objeto de manipulacin teconolgica sinderecho a ejercer su consentimiento informado?

    - Hasta qu punto tiene derecho la mujer a "controlar" su propio cuerpo cuando estembarazada?

    - Cules son los derechos de las "madres de alquiler" y los padres donantes desemen?

    - En qu medida se ve afectada la relacin mdico-paciente por procedimientosmdicos altamente tecnificados que pasan por alto la necesidad de informes del propio

    paciente?- En qu medida se ve alterada la autocomprensin humana por la diagnosis y lostratamientos mdicos altamente tecnificados?

    - Existen unos lmites a la confidencialidad del paciente? Cundo es posible que laenfermedad de un paciente amenace la salud de otras personas?

    - Cmo pueden aquellos pacientes que no comprenden la naturaleza tcnica de unadolencia o su tratamiento ejercer su derecho al consentimiento informado? Quresponsabilidad tienen los mdicos de educar a sus pacientes con el fin de asegurar suconsentimiento a tratamientos que consideran los mejores para ellos?

    - Quin es la persona ms adecuada para dar su consentimiento a la aplicacin deciertos procedimientos experimentales (incluyendo las donaciones de rganos) en nios o

    personas incapaces de expresarse o razonar por s mismas?

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    - Qu tipos de trasplantes son permisibles? Pulmones? Corazn? Cerebros?Riones? De animales?

    - En qu medida debera promoverse la simbiosis humano-mquina? Brazosartificiales? Corazones artificiales? Cerebros artificiales?

    - Hasta qu punto puede demandar con pleno derecho un paciente de un mdicotratamientos cosmticos o de ciruga esttica (tales como cambios de sexo)?

    - Cundo cesa la vida humana? En qu punto de deterioro biolgico deberan losseres humanos dejar de considerarse personas y empezar a ser tratados como animales y,por tanto, ser objeto de manipulacin tecnolgica sin un consentimiento informado?

    - Cmo deberan distribuirse los recursos mdicos cuando stos son escasos?Deberan tener prioridad los nios sobre los ancianos? Los ricos sobre los pobres? Losque poseen mayores probabilidades de sobrevivir sobre aquellos que poseen menos?

    - Quin debera pagar por aquellos tratamientos tcnicos ms caros o por eldesarrollo de tales tratamientos?

    - Qu debera justificar la eleccin entre el apoyo econmico a la sanidad o,

    pongamos por caso, la educacin o la exploracin espacial?

    Como ya se ha indicado, las cuestiones principales tienen que ver con las redefiniciones dela vida y la muerte requeridas por las intervenciones mdicas posibles durante la concepciny la gestacin, y por la viabilidad de prolongar indefinidamente el funcionamiento arterial ypulmonar, as como con la necesidad de reconcebir las relaciones mdico-paciente.Diferentes autores, incluso aquellos que ofrecen teoras generales de tica biomdica,tienden a enfatizar uno u otro de estos tpicos. Por ejemplo, Tom Beauchamp y TristamEngelhardt infravaloran en cierta medida los nuevos puntos de vista acerca de en quconsiste convertirse en un ser humano. Dan Callahan, por el contrario, se centra en lo quesignifica morir o en las implicaciones del empeo excesivo en evitar la muerte. Para RobertVeatch, no obstante, la cuestin central es una interpretacin ms profunda y extensa de lasrelaciones mdico-paciente.

    Histricamente, las discusiones bioticas sobre tales interrogantes, originadas a finales delos aos 50, comenzaron a tomar una forma ms madura a partir de la fundacin de dosinstituciones bioticas claves: el Institute of Society, Ethics and the Life Sciencesen 1969(tambin conocido como el Hastings Center dado que su emplazamiento original era enHastings-on-the-Hudson, Nueva York) y el Kanney Institute of Ethicsde la Universidad deGeorgetown en 1971. Pero los desarrollos en biologa molecular (esto es, ingenieragentica y biotecnologa) y la creacin del Proyecto Genoma Humano (1990) han extendido

    y profundizado tales discusiones hasta introducir preguntas como:

    - Debera limitarse la investigacin gentica a las clulas somticas o tambinpodra permitirse con clulas germinales?

    - Cules son los lmites apropiados para el sondeo genticoxiiien el mbito laboral?Y en el mbito de las compaas de seguros?

    Finalmente, la proliferacin de medicinas alternativas complica estas discusionesintroduciendo nuevos interrogantes acerca de la eficacia de la homeopata, los masajes, laacupuntura y otras tcnicas no ortodoxas. Las tradiciones mdicas no occidentales como laacupuntura, del mismo modo que las terapias de alta tecnologa o la ingeniera gentica

    occidentales, suscitan cuestiones acerca de la autntica naturaleza del cuerpo.

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    Referencias

    Debido a la gran cantidad de literatura en este campo, el presente conjunto de referencias esel ms selectivo de todos los facilitados en este artculo. No se ha intentado ni siquiera

    mencionar material alguno de las perspectivas sobre enfermera, psiquiatra, nutricin y otrasespecialidades biomdicas.

    Beauchamp, Tom y James F. Childress (1994), Principles of Biomedical Ethics, 4 ed.,Nueva York: Oxford University Press, xv + 284 pp.

    Callahan, Daniel (1985), The Tyranny of Survival: And Other Pathologies of Civilized Life,Lanham, MD: University Press of America, xv + 284 pp.

    Engelhardt, H. Tristam (1986), Foundations of Bioethics, Nueva York: Oxford UniversityPress, xvi + 398 pp.

    Gracia, Diego (1989), Fundamentos de Biotica, Madrid: EUDEMA (ediciones de laUniversidad Complutense), 620 pp. Se trata de un cuidadoso estudio de la historia de labiotica y la biotica fundamental (la fundamentacin, el mtodo y una biotica mnima) connumerosas referencias a casos de estudio.

    Glover, Jonathan (1986), El Hombre Prefabricado: Problemas Eticos de la IngenieraGentica, Barcelona: Ariel. Defiende la modificacin de la naturaleza humana.

    Hottois, Gilbert (1991), El Paradigma Biotico: Una Etica para la Tecnociencia, Barcelona:Anthropos, 205 pp.

    Illich, Ivan (1975), Nmesis Mdica: La Expropiacin de la Salud, Barcelona: Barral, 218 pp.Una crtica exhaustiva del estamento mdico e implcitamente de toda la empresa biotica.

    Hring, Bernard (1978), Etica de la Manipulacin: En Medicina, en el Control de la Conductay en Gentica, trad. de E. Lator, Barcelona: Herder, 290 pp.

    Jonsen, Albert R. et al.(1992), Clinical Ethics: A Practical Approach to Ethical Decisions inClinical Medicine, 3 ed., Nueva York: McGraw-Hill, x + 197 pp. Un libro de referenciaprctica para los mdicos.

    Kieffer, George H. (1983), Biotica, trad. de E. Snchez-Monje, Madrid: Alhambra, 495 pp.Traduccin de un manual estndar norteamericano.

    Lugo, Elena (1984), Etica Mdica, Mayagez (Puerto Rico): Librera Universal, 173 pp. Unaperspectiva general de una filsofa que confa plenamente en el trabajo norteamericano.

    Nelkin, Dorothy y Laurence Tancredi (1989), Dangerous Diagnostics: The Social Power ofBiological Information, Nueva York: Basic Books, x + 207 pp. Expone cmo se utilizan elsondeo gentico, la cartografa del ADN, las pruebas del SIDA, la tomografa por emisin depositrones y las evaluaciones psiquitricas en los lugares de trabajo, escuelas y tribunales.

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    Reich, Warren T. (ed.) (1978), Encyclopedia of Bioethics, 4 vols. Nueva York: Free Press,1933 pp.

    Sanmartn, Jos (1988), Los Nuevos Redentores: Reflexiones sobre la Ingeniera Gentica,

    la Sociobiologa y el Mundo Feliz que nos Prometen, Barcelona: Anthropos, 206 pp. Laintroduccin ms completa a las cuestiones bioticas de la ingeniera gentica.

    Suzuki, David y Peter Knudtson (1990), GenEtica, trad. de J. Sanmartn y M. Vicedo, Madrid:Tecnos, 1991.

    Veatch, Robert M. (1983),A Theory of Medical Ethics, Nueva York: Basic Books, 1983, xi +387 pp. Un contrato social entre el paciente y el mdico como iguales es necesario paraconseguir el mejor cuidado mdico posible.

    Vilardell, Francisco (ed.) (1988), Etica y Medicina, Madrid: Espasa-Calpe, 288 pp. Nueve

    ensayos originales que se ocupan de todos los problemas ticos de la medicina moderna yde la alta tecnologa mdica, los comits de tica en los hospitales, tica del diagnsticomdico y "gen-tica".

    Waters, LeRoy et al.(1975-1994), Bibliography of Bioethics, vols. 1-6, Detroit: Gale (1975-1980); vols. 7-9, Nueva York: Free Press (1981-1983); vols. 10-presente (con Tamar JoyKahn como coautor), Washington, DC: Kennedy Institute of Ethics (1984-1994). Losprimeros volmenes tienen aproximadamente unas 200 pginas cada uno, los ltimos entorno a las 600. Cada volumen est dividido en aproximadamente 50 secciones ysubsecciones con ndices por disciplinas y temas.

    tica de los ordenadores y otras tecnologas electrnicas de tratamiento deinformacin

    Los avances en las tecnologas de la comunicacin y computacin de datoshan dado como resultado la necesidad de reevaluar la aplicacin de principiosticos y establecer nuevos acuerdos sobre las prcticas ticas. [Se trata deuna tarea ardua por diversas razones] En primer lugar, los ordenadores y lacomunicacin de datos alteran las relaciones entre las personas [...] Ensegundo lugar, la informacin conservada y transmitida en forma electrnica,

    magntica u ptica es mucho ms frgil que la informacin sobre un papel [...]Finalmente, las relaciones comerciales se basan en firmas hechas a mano ycasi todas las relaciones electrnicas tienen lugar sin firma alguna.

    --- Donn B. Parker (1990) xiv

    Las dos tecnologas que presentan los desafos ticos ms profundos y generales son las dela biologa y de la informacin, las bases fsica y espiritual de la vida y cultura humanas. Delmismo modo que la ciencia y tecnologa biomdicas han transformado y transforman elpensamiento y las prcticas humanas en relacin al cuerpo, las tecnologas de lainformacin estn alterando el pensamiento y la prctica en relacin a lo que una vez fue

    llamado el espritu. De hecho, la sustitucin del trmino "conocimiento" (y su correlato"sabidura") por el trmino "informacin" es un caso sintomtico de esta transformacin.

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    La persona que por primera vez llam la atencin acerca de que la ciencia de losordenadores y las tecnologas de la informacin introducan transformaciones fundamentalesen las dimensiones intelectuales o espirituales de la cultura fue Joseph Weizenbaum, siendo

    l mismo un respetado cientfico informtico. En La Frontera entre el Ordenador y la Mente(1978) Weizenbaum argumentaba que el ordenador depende de la reduccin delconocimiento a una especie de clculo debido a que manipula grandes cantidades deinformacin, pero de manera similar a como las calculadoras reordenan grandes nmeros deacuerdo a ciertas reglas,

    "El ordenador [...] ayud a forzar la puerta hacia el espacio exterior y salv a ciertasinstituciones sociales que amenazaban con derrumbarse bajo el peso del rpidocrecimiento de la poblacin. Pero su impacto cerr tambin otras puertas queestuvieron una vez abiertas [...]"xv

    Aunque la imagen popular del ordenador como una mquina que toma decisiones de formadirecta es rechazada comnmente debido al nmero cada vez mayor de usuarios que tienenla experiencia de utilizar dichos aparatos para sus propios fines, Weizenbaum sugiere queexiste una sutil verdad subyacente al temor popular.

    "Lo que ocurre es que el hombre ha transferido el proceso de informacin,informacin que utilizar para la toma de decisiones, a unos sistemas sumamentecomplejos de ordenadores, reservndose el derecho de tomar las decisionesbasadas en tales procesos. Pero [...] un sistema de ordenadores que permitesolamente cierta clase de preguntas, que acepta solamente cierta clase de "datos" yque ni siquiera pueden comprender, en principio, quienes confan en l, ha cerradoevidentemente muchas puertas que antes se hallaban abiertas."xvi

    Los ordenadores, como cualquier otra tecnologa fundamental, abren algunas puertas almismo tiempo que cierran otras, y de este modo alteran el curso de la historia tanto como lopuede hacer el ascenso de un rgimen poltico que abre nuevos caminos en el desarrollosocial slo cerrando otras muchas alternativas. La diferencia es que mientras se admite quela realidad poltica est dominada por el poder en bruto, se supone que los cierres queconllevan la ciencia y la tecnologa son el resultado de la razn. Para Weizenbaum, noobstante, la ciencia y la tecnologa corren el peligro de limitar la racionalidad nicamente a larazn que puede ejercer el poder por medios tecnolgicos y cientficos.

    Para oponerse a esta tendencia, Weizenbaum argumenta en "contra del imperialismo de larazn instrumental" y en favor del establecimiento de dos delimitaciones ticas para losordenadores. Para Weizenbaum, "hay [...] dos clases de aplicaciones que no deberanemprenderse en absoluto y que, si se intentan, habr que poner en ellas mayor cautela". Enprimer lugar estn "todos los proyectos que proponen sustituir una funcin humana, queimplica respeto interpersonal, comprensin y amor, por un sistema basado en unordenador".

    xviiDentro del segundo tipo de aplicaciones "que deberan evitarse o, al menos,

    emprenderse con el mximo cuidado, [estn aqullas] en las que pueden producirse efectosirreversibles y no enteramente previsibles".xviii

    Dentro del campo de la tica de los ordenadores tal y como fue desarrollado a partir del librode Weizenbaum, las discusiones se han centrado en un nmero muy limitado de temas que

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    pueden, sin embargo, relacionarse con los desafos ms generales sealados porWeizenbaum. De hecho, el trmino "tica de los ordenadores" es innecesariamenterestrictivo, ya que los temas ms candentes respecto a los ordenadores pueden asociarsecon los suscitados en torno a otros medios de comunicacin, desde los medios de

    comunicacin impresos a la TV. Entre estos temas se encuentran:

    - Los concernientes a las amenazas contra la privacidad y la confidencialidad, ascomo su contrapartida respecto a la seguridad corporativa.

    - Los cdigos ticos para los profesionales del ordenador.- Los derechos de propiedad de los programas de ordenador y la responsabilidad de

    su mal funcionamiento.- Las decisiones por ordenador con sistemas expertos.- El acceso pblico justo y las relaciones entre los ordenadores y el poder social.- El carcter de la sociedad y cultura informtico-electrnica.- Las implicaciones antropolgicas de la inteligencia artificial.

    - Las interpretaciones esttico-ontolgicas de las realidades virtuales.

    El primero de los casos, esto es, las amenazas a la vida privada, la confidencialidad y laseguridad, ha dado lugar a nuevas formas de pensamiento, no slo en la sociedad engeneral (el reconocimiento general del derecho a la privacidad), sino tambin dentro delconjunto de los profesionales del ordenador. Por ejemplo, una de la sociedades deprofesionales informticos ms importantes, laAssociation for Computing Machinery(ACM),ha aadido a su cdigo de conducta profesional la siguiente clusula (canon 5,consideracin tica 2):

    "Un miembro de la ACM, siempre que est manipulando datos concernientes aindividuos, deber considerar el principio de la privacidad individual y tratar de:

    - minimizar la cantidad de datos recogidos,- limitar el acceso autorizado a tales datos,- proveer de seguridad adecuada a los datos,- determinar el periodo requerido de utilizacin de dichos datos,- asegurar una disposicin adecuada de los datos."

    Tales esfuerzos profesionales para tener en cuenta los intereses sociales generales en tornoal derecho de privacidad constituyen claramente intentos no slo de reevaluar la aplicacinde ciertos principios ticos tradicionales, sino tambin de establecer nuevos acuerdos acerca

    de los principios y las prcticas relacionadas con la presencia de los ordenadores y otrasnuevas tecnologas del tratamiento de informacin.

    Referencias

    Forester, Tom y Perry Morrison (1990), Computer Ethics: Cautionary Tales and EthicalDilemmas in Computing, Cambridge, MA: MIT Press, vii + 193 pp.

    Gould, Carol C. (ed.) (1989), The Information Web: Ethical and Social Implications ofComputing Networking, Boulder, CO: Westview Press, xi + 280 pp.

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    Johnson, Deborah G. (1985), Computer Ethics, Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall, xv + 110pp. Un texto breve en el que se habla de algunos temas relacionados con los informticosprofesionales y los usuarios sociales.

    Johnson, Deborah G. y W. Snapper (eds.) (1985), Ethical Issues in the Use of Computers,Belmont, CA: Wadsworth, 363 pp. La mejor seleccin de lecturas sobre el tema.

    Maras, Julin (1985), Cara y Cruz de la Electrnica, Madrid: Espasa-Calpe, 103 pp. Unaintroduccin general a los cambios sociales debidos a la introduccin de los medioselectrnicos de comunicacin.

    Parker, Donn B., Susan Swope y Bruce N. Baker (1990), Ethical Conflicts in Information andComputer Science, Technology and Business, Wellesley, MA: QED Information Sciences, ix+ 245 pp. La ms reciente de una serie de publicaciones que comenzaron con el libro deParker (1986), Crime by Computer (Nueva York: Scribner). Parker es un experto en

    informtica.

    Pylyshyn, Zenon W. (ed.) (1975), Perspectivas de la Revolucin de los Computadores,Madrid: Alianza, 695 pp. El captulo 8, "Consecuencias ticas y morales" incluye losartculos: "Las responsabilidades sociales de las personas que trabajan con computadores"de C. Berkeley, "Seguridades legales para garantizar la intimidad en una sociedad decomputadores" de Alan F. Westin y "Un Ethospara la era de la cibercultura" de Alice MaryHilton.

    Roszak, Theodore (1988), El Culto a la Informacin, Barcelona: Crtica, 277 pp. Se trata deuna crtica popular.

    Turkle, Sherry (1984), El Segundo Yo: Las Computadoras y el Espritu Humano, BuenosAires: Galpago, 349 pp. Se ocupa de los impactos psicolgicos del uso de los ordenadores.

    Weizenbaum, Joseph (1978), La Frontera entre el Ordenador y la Mente, Madrid: Pirmide,230 pp.

    tica ingenieril

    Todas las personas listadas en el registro de FEANI [Federacin Europea deAsociaciones Nacionales de Ingenieros] tienen la obligacin de serconscientes de la importancia de la ciencia y la tecnologa para la humanidady de sus responsabilidades sociales en el desempeo de sus actividadesprofesionales.

    --- Cdigo de Conducta Feani (1988)xix

    El papel central y la responsabilidad de los profesionales tcnicos en los problemas de ticade la ciencia y la tecnologa, tal como se ejemplifica en el cdigo tico de la ACM, ha sido

    desarrollado fundamentalmente por la profesin ingenieril. Adems, la tica ingenieril, ms

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    que cualquier otra discusin acerca de aspectos de la tica y la tecnologa, ha surgido deldesarrollo de la ingeniera como profesin.

    Desde los inicios de la ingeniera como disciplina profesional en el siglo XIX hasta la ltima

    parte del siglo XX, se supuso normalmente que la responsabilidad principal de un ingenieroera hacia quien le proporcionaba empleo y que la tica ingenieril se agotaba, ms o menos,en lo que podramos caracterizar como etiquetteprofesional. En la primera mitad del sigloXX se comenz a cuestionar tal presuposicin, y desde diversas versiones de lo que enEstados Unidos se denomin "movimiento tecnocrtico" se intentaron formular idealesdefinitorios para la prctica ingenieril como tal. Donde se deca que los cientficos en tantoque cientficos persiguen la verdad (vase Merton, por ejemplo), que los abogados en tantoque abogados persiguen la justicia, y que los mdicos en tanto que mdicos persiguen lasalud, se propuso que los ingenieros en tanto que ingenieros persiguieran la eficacia.

    El reconocimiento de que la eficacia (por no hablar de la verdad, la justicia y la salud) es

    dependiente de contexto hizo que, en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, losingenieros desarrollaran progresivamente un ideal de responsabilidad social. Especialmentedurante los aos 70, este movimiento se asoci con el desarrollo de tecnologas alternativas,y con los intentos de proteger a los ingenieros del poder de los empleadores, dos lneas deaccin que no obtuvieron xitos totales.

    La tica ingenieril como responsabilidad social ha estado, sin embargo, sujeta tanto ainterpretaciones estrechas como demasiado amplias, especialmente en los libros de texto detica ingenieril que surgieron durante los aos 80 y 90. El libro Ethics in Engineeringde MikeW. Martin y Roland Schinzinger (1989), por ejemplo, define la tica ingenieril como "(1) elestudio de los problemas y decisiones morales a los que se enfrentan los individuos yorganizaciones involucradas en la ingeniera y (2) como el estudio de las cuestionesrelacionadas con la conducta moral, el carcter, los ideales y las relaciones de las personasy las organizaciones involucradas en el desarrollo tecnolgico". La definicin (1) limita latica ingenieril a las preocupaciones de los ingenieros profesionales, mientras que ladefinicin (2) incluye las preocupaciones de todos aquellos involucrados con los ingenierosen elaborar y utilizar la tecnologa moderna, por lo que se debera llamar ms bien "tica dela tecnologa". Con respecto a la primera definicin, Deborah Johnson enfatiza en EthicalIssues in Engineering(1991) que la tica ingenieril tambin incluye tanto cuestiones tericasal estilo de "cules son las responsabilidades sociales de los ingenieros?" como problemasprcticos del tipo de "cmo podemos conseguir que los ingenieros se comporten de formas

    socialmente responsables?"

    Reflejando su interpretacin ms amplia, Martin y Schinzinger comienzan su anlisis(primera parte) con una discusin general de la teora y el razonamiento moral, despusdefienden (segunda parte) una comprensin de la ingeniera como experimentacin social.Esto conduce a discusiones ms especficas acerca de la medida apropiada de lapreocupacin del experimentador ingenieril-social por la seguridad, seguida deconsideraciones (tercera parte) acerca de diversas cuestiones ligadas a las relaciones entrelos ingenieros profesionales y aquellos que los emplean. Estas cuestiones incluyen laautonoma profesional, la lealtad a los empleadores, los conflictos de intereses, laconfidencialidad, las "llamadas de alerta",

    xxy otros asuntos relacionados con stos. En la

    conclusin (cuarta parte), Martin y Schinzinger abordan los temas del empleo en empresas

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    multinacionales, las relaciones entre la ingeniera y los ordenadores, as como la ticaambiental, la influencia de lo militar en la ingeniera y el futuro de la profesin ingenieril.

    Reflejando su concepcin ms estrecha, Johnson, tras unas lecturas introductorias (primera

    parte) acerca de las cuestiones planteadas a los ingenieros por el desastre del Challenger, laIniciativa de Defensa Estratgica y los problemas de la responsabilidad colectiva frente a laresponsabilidad individual en ingeniera, aade lecturas (segunda parte) que colocan laprctica de la ingeniera en contextos histricos, profesionales y corporativos. La partecentral de libro se dedica a discusiones sobre cdigos de tica ingenieril profesional (terceraparte), la responsabilidad social de los ingenieros (cuarta parte), las obligaciones respecto alos empleadores (quinta parte), y las obligaciones respecto a los clientes (sexta parte). Estosdos ltimos conjuntos de lecturas se ocupan de los temas de la lealtad a la compaa, la"llamada de alerta", el secreto de empresa, los conflictos de intereses y el soborno. Las treslecturas finales (parte sptima) consideran el futuro del desarrollo de la ingenieraprofesional.

    Ambos libros de texto coinciden, de este modo, en que para la tica ingenieril son centralescuestiones tales como:

    - la tensin entre la lealtad a la compaa y la autonoma profesional, incluyendo eldesacuerdo y la "llamada de alerta";

    - los conflictos de intereses; y- la confidencialidad.

    Existe tambin consenso, sin embargo, en que estas cuestiones especficas dependen deconcepciones ms amplias de la auto-comprensin de la ingeniera como una profesin y dela responsabilidad social. La diferencia radica en que Martin y Schinzinger van ms all,implicando que la auto-comprensin profesional adecuada tambin depende de una teoratica general acerca del lugar de la tecnologa en la sociedad y los asuntos humanos.

    Referencias

    Escola Gil, Rafael (1987), Deontologa para Ingenieros. Pamplona: Ediciones Universidad deNavarra, 314 pp. Libro escrito por un ingeniero y profesor de ingeniera.

    Johnson, Debora G. (ed.) (1991), Ethical Issues in Engineering, Englewood Cliffs, NJ:Prentice-Hall, vii + 392 pp. Un libro de lecturas con 32 artculos sobre el contexto histrico y

    social de la ingeniera, cdigos ticos profesionales de ingeniera, y obligaciones hacia losempleadores y la sociedad.

    Layton, Edwin Jr. (1986), The Revolt of the Engineers: Social Responsibility and theAmerican Engineering Profession, Baltimore: Johns Hopkins University Press, xxii + 286 pp.Una buena panormica histrica.

    Lugo, Elena (1985), Etica Profesional para la Ingeniera, Mayagez, Puerto Rico: LibreraUniversal, 263 pp. Panormica realizada por una filsofa que confa decididamente en eltrabajo norteamericano.

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    Martin, Mike W. y Roland Schinzinger (1989), Ethics in Engineering, 2 ed., Nueva York:McGraw-Hill, xviii + 404 pp. Escrito por un filsofo (Martin) y un ingeniero (Schinzinger). Ellibro de texto en ingls ms utilizado.

    Tapia de Rended, Benedicto (1981), Deontologa del Ingeniero: Principios, Normas yPrcticas, Madrid: Departamento de Publicaciones, E.T.S. de Ingenieros deTelecomunicacin, 223 pp. Una teologa moral de la ingeniera.

    Unger, Stephen H. (1982), Controlling Technology: Ethics and the Responsible Engineer,Nueva York: Holt, Rinehart and Winston, x + 192 pp. Escrito por un ingeniero activo enorganizaciones de ingeniera profesional para promocionar la tica ingenieril. El mejor librode texto en ingls.

    tica de la tecnologia

    "Sin tener en cuenta la locura de un repentino y suicida holocausto atmico,que un saludable temor puede evitar con relativa facilidad, est el lento, y alargo plazo acumulativo, uso pacfico y constructivo del poder tecnolgicomundial, un uso en el que todos colaboramos como beneficiarios cautivosmediante el aumento de la produccin, el consumo, y el vertiginosocrecimiento de la poblacin-- que plantea amenazas mucho ms difciles deenfrentar [...] La tecnologa moderna ha introducido acciones tan novedosasen su escala, amplitud y consecuencias, que el marco de la tica anterior yano puede contenerlas.

    --- Hans Jonas (1984) xxi

    La definicin ms amplia de tica ingenieril, que incluye a quienes estn involucrados en laelaboracin y uso de la tecnologa moderna, se puede denominar con mayor propiedad"tica de la tecnologa". La tica de la tecnologa se refiere al intento general de adaptarse ala tecnologa como un todo, y no solamente a las armas y las centrales nucleares, lacontaminacin industrial, la biomedicina de alta tecnologa y los medios de comunicacinelectrnicos. La tica de la tecnologa busca sintetizar todas las discusiones de mbito msrestringido, incluyendo contribuciones relevantes de diversos campos de la tica aplicadaque no se tratan aqu, como la tica agrcola, los derechos de los animales, la tica de la

    energa, la tica del desarrollo, la tica de los lugares de trabajo, la tica en los negocios y lomilitar, y otras.La tica de la tecnologa se funda sobre un amplio cuestionamiento moral de la tecnologacientfica. En sus trminos ms generales, este cuestionamiento descansa sobre elreconocimiento de que el desarrollo tecnolgico, simplemente, no puede continuar como loha hecho en los ltimos trescientos aos (vase, e.g., Donella Meadows et al., 1973; yGarret Hardin, 1993). De un modo ms especfico, la discusin de la tica en ciencia iniciatal cuestionamiento al considerar la medida en que la conducta cientfica profesional ideal sevive realmente en la prctica, y ms en general, al considerar el poder y la responsabilidadde los cientficos. Las impurezas expuestas en la prctica cientfica obligan a lareconsideracin de las relaciones apropiadas entre ciencia y sociedad, especialmente la

    denominada autonoma de la ciencia, a la luz de la economa de la ciencia y la tecnologauna vez terminada la guerra fra.

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    Al mismo tiempo, los fsicos nucleares y los ingenieros parecen reivindicar el ethoscientficoideal precisamente en sus confrontaciones con los polticos y sus apelaciones a elevadosprincipios y prcticas ticas en los problemas internacionales como nicas formas deabordar las amenazas y riesgos de un futuro puesto en peligro por las armas nucleares.

    Pero esta misma comunidad de fsicos e ingenieros ha sido mucho menos honorable en supromocin tecnocrtica y en el desarrollo de la energa nuclear.

    El nico reto de la tica nuclear es extender las reflexiones morales para incluir elpensamiento acerca de ese futuro puesto en peligro. Esto se complementa en la ticaambiental con el reto de pensar no slo a ms largo plazo, sino tambin con mayor amplitudde miras, con el fin de extender la reflexin moral de modo que incluya no slo a los sereshumanos sino tambin al mundo no humano de animales, plantas y ecosistemas. Losriesgos de la destruccin nuclear (por las armas) y la contaminacin nuclear (por lascentrales nucleares) se extienden a los riesgos de la contaminacin qumica y el cambioambiental global.

    Los retos morales de la medicina de alta tecnologa y la biotecnologa, as como los de losordenadores y la tecnologa de la informacin, invitan a una apreciacin ms profunda deaspectos previamente desatendidos de lo humano, los primeros en relacin con el cuerpo,los segundos en relacin con la mente. La autonoma y la privacidad se convierten enasuntos cada vez ms preocupantes en los tratamientos mdicos del cuerpo humano y en lamanipulacin informtica de datos personales. Las tecnologas mdicas avanzadas,adems, redefinen las cuestiones de riesgo e incertidumbre en trminos de los conceptos devida y muerte y se centran en cmo distribuir los recursos mdicos, mientras que latecnologa informtica hace lo mismo en relacin con programas tan complejos que sucomprensin es tericamente imposible.

    La tica ingenieril, al explorar las lneas directrices de la tica para la profesin de laingeniera, desarrolla el nico concepto moderno de responsabilidad: la idea de que espreciso tener en cuenta las consecuencias a largo plazo, el riesgo, y los impactosambientales amplios y humanos profundos. Puede considerarse que la tica de la tecnologatoma esta idea de responsabilidad profesional y la aplica de formas apropiadas a todos losque viven en una sociedad tecnolgica avanzada.

    En resumen, junto a conceptos tan tradicionales como el bien, la virtud y la justicia, la cienciay la tecnologa estn desafiando a la reflexin moral a que investigue y desarrolle nuevos

    temas que incluyen:

    - el futuro en peligro;- la seguridad, el riesgo y la incertidumbre;- el ambiente;- la privacidad; y- la responsabilidad.

    Los debates acerca de si, y en qu medida, estos temas conducen a nuevas formas depensamiento que tienden a convertirse en posibles apaos tecnolgicos (como opuesto acambios en la conducta humana) constituyen elaboraciones de los asuntos ticos en ciencia,

    tecnologa y medicina.

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    Sin embargo, del mismo modo que ocurre con las discusiones ticas sobre tecnologas msespecficas, el anlisis de estos asuntos generales ha recibido la influencia de circunstanciashistricas. El factor histrico central fue la formacin a finales de los aos 60 y principios delos 70 de una masa crtica para el desarrollo de la evaluacin social de la tecnologa que

    surgi de la conjuncin de los movimientos antinucleares y ambientales con los movimientosde proteccin de los consumidores, las preocupaciones acerca de la salud y la seguridad delos trabajadores en industrias y oficinas, y diversos desastres tecnolgicos como accidentesareos o fallos en puentes, presas y otras obras de ingeniera civil. El inters por unaevaluacin de tecnologas (ET) auto-crtica tanto en el frente popular como en el tcnico hadado paso a investigaciones centradas sobre las ideas de la tecnologa alternativa, lasmetodologas de riesgo-coste-beneficio, y la responsabilidad como imperativo moral.

    Entre los intentos ms radicales de sealar las posibilidades de una tecnologa alternativa seencuentra el trabajo de Ivan Illich. En La Convivencialidad (1974), Illich vuelve contra smisma la idea del "apao tecnolgico" argumentando que la autntica solucin para los

    problemas de la tecnologa se encuentra en una tecnologa alternativa que "eche abajo laslida estructura que regula la relacin del hombre con la herramienta". Ms queherramientas o tecnologas que separen y sirvan a los seres humanos, Illich propone"criterios negativos de diseo para artefactos tecnolgicos"xxii que funcionaran como loslmites morales de la conducta humana (No matars, no robars, etc.) para promocionar eldiseo y desarrollo de tecnologas que permitan la mejora de la autntica comunidad oconvivencialidad humana.

    La crtica principal a las metodologas de riesgo-coste-beneficio en la evaluacin detecnologas es quiz la realizada por Kristin Shrader-Frechette. Las ETs existentes se basano bien en el anlisis riesgo-coste-beneficio o bien en el mtodo de las preferenciasreveladas. En el libro Science Policy, Ethics, and Economic Methodology(1985a) critica elprimero, en Risk Analysis and Scientific Method (1985b), el segundo. En cada caso,Shrader-Frechette revisa las debilidades metodolgicas, epistemolgicas y ticas en lateora y la prctica habituales al mismo tiempo que realiza propuestas especficas dereforma.

    La mejor articulacin individual sobre la responsabilidad como principio sustantivo para latica de la tecnologa ha sido el trabajo de Hans Jonas. Para Jonas, la responsabilidad no serefiere simplemente a la libertad preliminar para responder o a la capacidad de actuacinque hace posible la accin autnticamente moral. En su lugar, "el alcance extendido de

    nuestros hechos [tecnolgicos] coloca la responsabilidad, con nada menos que el destinodel hombre como su objeto, en el centro del escenario tico"xxiii. A la luz de los nuevospoderes tecnolgicos, el imperativo kantiano puede ser reformulado como "acta de talmodo que los efectos de tu accin sean compatibles con el mantenimiento de la vidahumana genuina".xxiv

    En trminos ms generales, que no son precisamente los de Jonas y trascienden su marcoantropocntrico: s cuidadoso, ten ms cuidado, ten ms cosas en cuenta. Es esta orden laque puede describirse como el centro de la tica de la tecnologa, desde los intentos dedeterminar criterios de diseo de tecnologas alternativas y las crticas metodolgicas a laevaluacin de tecnologas, hasta las reformulaciones de las teoras deontolgica,

    consecuencialista y de la ley natural de modo que estn en consonancia con los retos ticosde la ciencia y la tecnologa modernas.

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    Referencias

    Barbour, Ian (1992), Ethics in an Age of Technology, San Francisco: Harper and Row, xix +312 pp. La segunda parte incluye extensos captulos sobre tres tecnologas polmicas: la

    agrcola, la energtica y la informtica. El primer captulo de la tercera parte considera, msbrevemente, problemas ambientales, la ingeniera gentica y las armas nucleares.

    Dou, Alberto (ed.) (1980), Aspectos Eticos del Desarrollo Tecnolgico, Bilbao: Mensajero,1980, 296 pp.

    Garca Bacca, Juan David (1987), Elogio de la Tcnica, Barcelona: Antrhopos, 154 pp.Fuerte defensa de la influencia humanizante de la tecnologa moderna.

    Hardin, Garrett y John Baden (eds.) (1977), Managing the Commons, San Francisco: W.H.Freeman, xii + 294 pp. Veintisis lecturas, incluyendo el influente texto de Hardin "The

    Tragedy of the Commons" (Science, 1968).

    Hardin, Garrett (1993), Living within Limits: Ecology, Economics, and Population Taboos,Nueva York: Oxford University Press, x + 339 pp. La presentacin ms extensa delargumento de "The Tragedy of the Commons" de Hardin.

    Illich, Ivan (1974), La Convivencialidad, Barcelona: Barral, 148 pp.

    Jonas, Hans (1984), The Imperative of Responsibility: In Search of an Ethics for theTechnological Age, trad. de Hans Jonas y David Herr, Chicago: University of Chicago Press.

    Ladrire, Jean (1978), El Reto de la Racionalidad: La Ciencia y la Tecnologa frente a lasCulturas, Salamanca: Sgueme, 196 pp.

    Meadows, Donella H., Dennis L. Meadows, Jorgen Randers y William W. Behrens III (1973),Los Lmites del Crecimiento, Mxico: FCE, 254 pp. Vase tambin: Meadows, Meadows yRanders (1992), Beyond the Limits: Confronting Global Collapse, Envisioning a SustainableFuture, Post Mills, Vermont: Chelsea Green.

    Mitcham, Carl (1989), Qu es la Filosofa de la Tecnologa?, Barcelona: Anthropos, 214 pp.El presente anlisis es, en gran medida, una extensin del material del captulo 6 de la

    segunda parte: "Las cuestiones ticas". La tercera parte es una amplia discusin sobre eltema de la responsabilidad y la tecnologa.

    Nelkin, Dorothy (ed.) (1992), Controversy: Politics of Technical Decisions, 3 ed., NewburyPark, CA: Sage Publications, xxv + 258. Doce lecturas sobre cuatro temas: sentimientosmorales frente a valores instrumentales en la ciencia, prioridades polticas frente a valoresambientales, intereses econmicos frente a salud, y derechos individuales frente a objetivossociales.

    Pars, Carlos (1973), Mundo Tcnico y Existencia Autntica, Madrid: Alianza, 208 pp.

    Pars, Carlos (1983), El Rapto de la Cultura, nueva ed., Barcelona: Laia, 183 pp.

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    Ramrez B., Edgar Roy (1987), La Responsabilidad Etica en Ciencia y Tecnologa, Cartago:Editorial Tecnolgica de Costa Rica, 102 pp. Distingue la ciencia de la tecnologa, perodefiende que ambas implican responsabilidades morales especiales.

    Ramrez B., Edgar Roy, y Mario Alfaro (eds) (1992), Etica, Ciencia y Tecnologa, 2 ed.,Cartago, Costa Rica: Editorial Tecnolgica de Costa Rica, 137 pp.

    Sanmartn, Jos (1990), Tecnologa y Futuro Humano, Barcelona: Anthropos, 158 pp.

    Shinn, Roger L. (1992), Forced Options: Social Decisions for the Twenty-First Century, 3ed., Pilgrim Press, xi + 291 pp. Una "opcin forzada" denota una eleccin que se deberealizar, e.g., entre continuar contaminando o no. Rehuir tal eleccin es de hecho optar porel statu quo.

    Shrader-Frechette, Kristin S. (1985a), Science Policy, Ethics, and Economic Methodology:

    Some Problems of Technology Assessment and Environmental Impact Analysis, Boston: D.Reidel, xviii + 321 pp.

    Shrader-Frechette, Kristin S. (1985b), Risk Analysis and Scientific Method: Methodologicaland Ethical Problems with Evaluating Societal Hazards, Boston: D. Reidel, x + 232 pp.

    Winner, Langdon (1987), La Ballena y el Reactor: Una Bsqueda de los Lmites en la Era dela Alta Tecnologa, Barcelona: Gedisa, 208 pp. La primera parte contiene tres artculosimportantes: "Las Tecnologas como Formas de Vida", "Los Artefactos Tienen Poltica?" y"Tkne y Politia".

    Conclusin

    La discusin poltica asume e implica ideas ticas acerca de la naturaleza y la conductahumana. En ese segundo comienzo de la tradicin occidental, representado, por ejemplo,por el Leviatn de Thomas Hobbes (1651), lo humano se concibe como un productotecnolgico de Dios, en el que "el corazn no es ms que un muelle, y los nervios soncuerdas, y las articulacionesno son sino ruedas".

    xxvPara tal autmata, la virtud es menos un

    funcionamiento perfeccionado que la simple eficacia de la operacin, el bien no es tanto un

    fin teolgico como simplemente lo que se necesita para poder sobrevivir, siendo las leyes opatrones ordenados de conducta el resultado de las diversas fuerzas introducidas en elmundo por las necesidades o impulsos bsicos de tales mquinas vivas. Para talesautmatas, la poltica es, del mismo modo, una construccin artificial para hacer frente a lasdemandas de tales impulsos elementales (principalmente, por supuesto, con mediostecnolgicos).

    De una forma u otra, tal visin de la persona humana como constituida fundamentalmenteen y por la actividad tecnolgica dio lugar a un mundo tecnolgico en el que la tica tal ycomo se construa tradicionalmente (esto es, como reflexin acerca de los finesinterrelacionados de la vida e intento de identificar los fines ms elevados) acab

    restringindose a los mrgenes de los asuntos humanos. En lugar de la reflexin sobre lasopciones sustantivas en la vida humana, apareci lo que puede denominarse estudios de

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    contexto o proceso acerca de las formas de mejorar o ajustar la produccin y distribucineficaz de bienes y servicios. Dado que lo artificial se mantiene (esto es, que existe algunamnima constriccin sobre la violencia y la competencia desleal), las necesidades positivasde lo artificial, siendo ellas mismas artificiales, no tienen ningn lmite natural o racional. Del

    mismo modo que la economa de libre mercado, en la que los precios fluctan segn laoferta y la demanda, la tica liberal orientada en relacin a procesos subraya elmantenimiento de un contexto abierto en el que los deseos personales de placer fsico,honor o conocimiento pueden competir libremente para determinar desarrollos en ciencia ytecnologa.

    Una importante implicacin del nuevo cuestionamiento de la tecnologa cientfica es el retoque supone para la delimitacin moderna de la tica y la idea de naturaleza humana en laque se basa. An queda por ver si, y en qu medida, la tica de procesos es capaz deocuparse de los nuevos problemas ticos suscitados por la ciencia, la tecnologa y lamedicina. Al mismo tiempo, sin embargo, la tecnologa cientfica y la medicina tecnolgica no

    dejan de proponer nuevas extensiones en la capacidad de construir ms profundamente quenunca en lo humano y ms ampliamente que nunca en el mundo. No sabemos cul ser elresultado final de esta tensin fundamental entre la tica y la tecnologa.

    Este texto es un captulo de: Marta Gonzlez Garca, Jos Antonio Lpez Cerezo y JosLuis Lujn: Ciencia, tecnologa y sociedad. Una introduccin al estudio social de la cienciay la tecnologa, ed. Tecnos, Madrid 1996. Reproducido con la amable autorizacin de losautores y de ed. Tecnos.

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    NOTAS

    i.Versin castellana de Mario Francisco Villa, Marta I. Gonzlez Garca y Jos A. Lpez Cerezo.

    ii.Vase un desarrollo ampliado de estos contrastes en: Carl Mitcham (1989), "Tres Formas de Ser-con la Tecnologa", trad. de Estela Ponisio,Anthropos94-95 (Marzo-Abril): 13-27.

    iii. Robert K. Merton (1938), "Science and the Social Order", Philosophy of Science 5: 321-337.Incluido en Robert K. Merton (1973), The Sociology of Science: Theoretical and EmpiricalInvestigations, Norman W. Storer (ed.), Chicago: University of Chicago Press, pp. 254-266. La citaaparece en la pgina 260. (N. de los T.: trad. castellana en Alianza).

    iv.N. de los T.: trad. castellana en Ariel.

    v. Rosemary Chalk, Mark S. Frankel y Sallie B. Chafer (1980), AAAS Professional Ethics Project:

    Professional Ethics Activities in the Scientific and Engineering Societies, Washington, DC: AmericanAssociation for the Advancement of Science, Committee on Scientific Freedom and Responsibility.

    vi.Albert Einstein (1946), "The Real Problem Is in the Hearts of Men", New York Times Magazine, 23de junio, pp. 7 y 42-44. Reimpreso en: Otto Nathan y Heinz Norden (eds.) (1960), Einstein on Peace,Nueva York: Simon and Schuster, pp. 383-388. La cita est tomada de las pginas 384-385.

    vii. "El poder desencadenado del tomo lo ha transformado todo excepto nuestras formas depensamiento, y as, nos movemos hacia una catstrofe sin precedentes... Es esencial un nuevo tipode pensamiento si queremos que la humanidad sobreviva y se encamine hacia objetivos mselevados". De un llamamiento telegrfico para recaudar fondos hecho por el Comit de Emergencia

    de los Cientficos Atmicos en el que apareca la firma de Einstein, 23 y 24 de Mayo de 1946.Reimpreso en Otto Nathan y Heinz Norden, op. cit, p. 376.

    viii.El enunciado general de esta idea pertenece al fsico Alvin M. Weinberg (1966), "Can TechnologyReplace Social Engineering?", University of Chicago Magazine 59 (octubre): 6-10. Entre otroslugares, est reimpreso en Albert H. Teich (ed.) (1990), Technology and the Future, 5 ed., NuevaYork: St. Martin's Press, pp. 29-38. El argumento a favor de una "ingeniera moral" de Ana MaraO'Neill en Etica para la Era Atmica, San Juan: Universidad de Puerto Rico, 1967, presentaesencialmente la misma tesis.

    ix.En Aldo Leopold (1949), "The Land Ethic",A Sand County Almanac, Nueva York: Oxford UniversityPress, parte III, "The Upshot", un libro que Leopold dej completamente manuscrito a su muerte en

    1948. Citado de la edicin ampliada, A Sand County Almanac: With Essays on Conservation fromRound River, Nueva York: Ballantine, 1970, pp. 238-239.

    x. Lynn White Jr. (1967), "The Historical Roots of Our Ecologic Crisis", Science 155/3767 (10 deMarzo): 1203-1207.

    xi.Edward Abbey, The Monkey Wrench Gang, Nueva York: J.B. Lippincott, 1975.

    xii.K. Danner Couser (1978), "Bioethics", en: Warren T. Reich (ed.), Encyclopedia of Bioehtics, NuevaYork: Free Press, vol. 1, pp. 124-125.

    xiii.N. de los T.: Diagnsticos para colectivos de individuos. En ingls genetic screening.

    xiv.D.B. Parker (1990), "Introduction", en Donn B. Parker, Susan Swope, y Bruce N. Baker, Ethical

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