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GARCÍA, R. 2011: Un botín de guerra en el Museo Cerralbo: el legado Foronda

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Pieza del Mes. Enero

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Ventura Rodríguez, 1728008 Madrid

UN BOTÍN DE GUERRA ENEL MUSEO CERRALBO:EL LEGADO FORONDA

Días 8, 15, 22 y 29 de Enero a las 12:30por Raúl García Girón

PIEZA DEL MESENERO 2011

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Apasionado de la historia y del pasado, la afición por lacultura y el arte de don Enrique de Aguilera y Gamboa (1845-1922), XVII marqués de Cerralbo, se manifestó en elcontinuo deseo de adquirir cualquier objeto que irradiasehistoria. El museo es testimonio vivo de su fascinación por lapintura, escultura, artes decorativas, numismática ymedallística... y por supuesto, por las armas. En ciertasestancias del Piso Principal de su palacio-museo, como laArmería y el Salón Vestuario, se exponen armas occidentalesde diversas tipologías. En la Sala Árabe, un fumoir al estilooriental tan de moda en el siglo XIX, se exhiben,cuidadosamente dispuestas sobre kilims en las paredes, todotipo de armas blancas y de fuego procedentes de diferentes

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Texto: Raúl García GirónCoordinación: Cecilia Casas DesantesMaquetación: Gráficas Pedraza © Museo Cerralbo, 2010N.I.P.O. 551-10-008-0

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LA SALA ÁRABE DEL MARQUÉS DE CERRALBO

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lugares del mundo, como Filipinas, Borneo, Nueva Zelanda,Polinesia, India, Japón, Marrakesh, Senegal o Turquía.

EL REGALO DE UN AMIGO

El inventario de las colecciones del Museo Cerralbo,redactado por Juan Cabré en 1924, cita una espingarda consu polvorera y una gumía de procedencia árabe. En el ArchivoHistórico del Museo se conserva una carta, destacable por sutono de cordialidad y afecto, que nos revela el origen de estosobjetos, que en 1918 fueron donados al Marqués por Salvadorde Foronda, un familiar lejano (1). En base a estadocumentación y probablemente también a que Cabréconoció la historia de boca del propio Marqués, las piezasfueron inventariadas como armas marroquíes tomadas comobotín de guerra en la campaña de Beni Bu Frur, en septiembrede 1909.

El título de marqueses de Cerralbo, de rancio abolengo,se remonta al siglo XIII, y puede rastrearse su origen en losPacheco, residentes ya en Ciudad Rodrigo desde el siglo XI. Alos Pacheco suceden en el título los Nieto de Silva, losMoctezuma y los Aguilera. La hidalguía de los Aguilerapermite que Manuel Isidoro de Aguilera y Galarza, bisabuelodel fundador del museo, contraiga matrimonio en 1780 conMaría Josefa Contreras y Vargas. El XVI marqués de Cerralbo,José de Aguilera y Contreras, casó con Francisca Becerril eHinojosa. Su primogénito, Francisco de Aguilera Becerril,conde de Villalobos, emparentó con María Luisa de Gamboay López de León. La pareja tuvo trece hijos, siete varones y seisféminas. Uno de sus vástagos fue don Enrique de AguileraGamboa.

Por su parte el linaje Foronda es originario de Álava,siendo de hecho un topónimo próximo a Vitoria;posteriormente se extendió a La Rioja y desde aquí losdescendientes se establecieron en suelo castellano y tierrasandaluzas. Martín de Foronda y Sánchez Biedma, madrileñode nacimiento, fue quien enlazó con María Josefa de Aguileray Moyano de Haro, emparentando con los Aguilera, pues eraprima de Francisco de Aguilera Becerril, padre del Marqués.Una vez celebrados los desposorios, el matrimonio pasó aresidir en Ávila. Manuel de Foronda y Aguilera, su hijo, nacióen la capital abulense. Sólo cinco años mayor que Enrique,ambos compartieron aficiones eruditas y laureles académicos.El título de Marqués de Foronda le fue concedido por AlfonsoXIII principado el mes de mayo de 1916, poco después casócon María Dolores González Bravo y Vallarino, natural de ElEscorial.

Hijos de Manuel de Foronda Aguilera y María DoloresGonzález Vallarino fueron Mariano y Salvador de Foronda yGonzález Bravo. Al primero le tocó en gracia heredar el títulonobiliario, el segundo probó suerte con la carrera militar.Salvador nació en la capital un doce de junio de 1879. De suinfancia acomodada poco o nada se sabe hasta cumplir lamayoría de edad, pero debió transcurrir apaciblemente,cultivando su trato con la familia Aguilera y, por extensión,también con el Marqués de Cerralbo, a la sazón primo suyo ensegundo grado, aunque debido a la diferencia de edad lellamaba cariñosamente “tío”.

En la Academia de Infantería desde el 27 de junio de1897 (2), su carrera militar fue meteórica, pasando hasta portres Regimientos distintos (1901-1903) antes de recibir enCáceres la orden de trasladarse a Algeciras. Allí precisamente

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recibió su primera condecoración al mérito militar,declarándosele apto para el ascenso (3). Destinado enPontevedra, concibió incluso el proyecto de escribir un tratadosobre disposición de los Batallones que, en su redaccióndefinitiva (1905), agradó a sus superiores. Tanto, que endiciembre aceptó una oferta para hacerse cargo de la Academiade Cabos y de la de Sargentos (4).

De vuelta a Madrid, en mayo de 1908, ha de compareceren un juicio de faltas. Su demora le obliga a causar baja en elBatallón de Cazadores de Talavera acuartelado en Vigo.Reconocido como buen tirador, nuevamente ha de desplazarseel 9 de agosto de 1909, esta vez a Melilla, junto al Batallón deCazadores de Ciudad Rodrigo número 7 (5). Allí tendría lugarel episodio de Bu Frur, obteniendo el mencionado botín que,en prueba de amistad, encontraría acomodo en la coleccióndel Marqués.

LA GUERRA EN MARRUECOS: LA TRAGEDIA DE “EL LOBO”

Los asuntos exteriores de España no pintaban bien en1909. Con el Imperio Ultramarino liquidado tras el desastrenoventayochista, el país se desangraba ahora por recuperar unprestigio internacional ya irreparablemente perdido ante lasnuevas potencias nacidas de la industrialización. Si las primerascampañas norteafricanas (1840) tuvieron su razón de ser en elhostigamiento marroquí a las plazas de Ceuta y Melilla, lasposteriores (1859) se convirtieron en el ansiado casus belli deuna opinión pública unánime y sin fisuras. La firma en octubrede 1904 de un tratado franco británico a propósito de laEntente Cordial no ayudó a calmar la tensión enquistada en laregión septentrional del continente africano: dicho acuerdo

consignaba el territorio montañoso del Rif como zona deinfluencia española.

El protectorado, de difícil orografía, quedaba delimitadopor el Mediterráneo, los ríos Muluya y Kert, y las estribacionesmontañosas del Rif en su flanco meridional próximo a Melilla.La extensión de 24.000 kilómetros incluía las provincias deGuelaya y Quebdana, con serranías abruptas que se quebrabanen el Gurugú y el Youksen y se ramificaban en el Milón, elAxara y el Uicsan. El propio macizo del Gurugú, contorneadopor el Río Oro y constreñido por las pendientes de la MarChica, presentaba una estructura bastante irregular conpequeñas alturas unidas por estrechas mesetas (Jardú, Taxuda,Atlaten), crestones (Barbel, Kol La), picos (Tagui Griat) y unsinfín de barranqueras (Frajana, Lobo, Alfer, Sidi Musa,Ibarraguen).

Mapa de Melilla y sus alrededores. Primera mitad del siglo XX.

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El Rif era beréber y estaba visto que este pueblo no iba aacatar los acuerdos que el poder central marroquí hubieraalcanzado con las potencias europeas. Rápidamente losguerrilleros rifeños comenzaron a frenar la tímida penetracióncolonialista española. La privilegiada situación topográfica deJardú y Taxuda auguraba la importancia geoestratégica detomar la ventajosa posición del monte Gurugú, desde el que sepodrían lanzar ataques rápidos y eficaces. Además, el caminoque enlaza las mesetas limítrofes (Taxuda, Atlaten y Jardú), seconvierte muy tempranamente en enclave prioritario paraalcanzar la costa en la cala de Cazaza, pues el resto deescabrosidades quedaban intransitables en época de lluvias.

Es cierto que Abu Himara, alias Muley Mohamet ypretendiente al trono marroquí, había vendido en 1907 lasminas de hierro de Beni Bu Frur a la recién creada CompañíaEspañola de Minas del Rif; pero los beréberes que habitabanSidi Musa hacían caso omiso a tales directrices. El empréstitose abastecía de capitales hispano-franceses y la vía férrea quetransportaría el mineral hasta la ciudad de Melilla mostrabasíntomas de una amenazante debilidad, ya que discurría por laprovincia de Guelaya, atravesando los territorios de hasta cincocabilas (Beni Sicar y Mazuza, fronterizas con Melilla; Beni BuFrur y Beni Bugafar, costeras; y Beni Sidel).

En julio de 1909, confidentes musulmanes revelaron alos españoles planes de ataque sobre Sidi Musa. Con las tropasdesplegadas en el campo circundante, la guarniciónpeligrosamente disminuida en la ciudad y la amenaza latentede una rápida razzia desde los riscos del Gurugú, el GeneralMarina planea un ataque preventivo sobre el cerro de Ait Aixa,para al menos poder sofocar la presión beréber sobre la plaza.Los nativos instan a los trabajadores moros a robar

herramientas y a sabotear las instalaciones ferroviarias,inutilizando buena parte de la vía. Aunque se esperanrefuerzos, los peores augurios están a punto de confirmarse. Elmartes 27 de julio, un convoy con suministros parte haciaposiciones adelantadas. La tragedia se consuma: con los raílesinutilizados, las tropas en Sidi Musa ocupan posicionesdominantes, allí esperan los moros al convoy.

Fuerte, ágil y sobrio, la historiografía tradicional retratóal rifeño con unas condiciones guerreras que le hacían amantede la libertad y de la independencia. Su manera de combatirtambién era especial. Usaba la formación en media luna paraenvolver la retaguardia enemiga, y a continuación atemorizabay diezmaba a sus adversarios mediante cargas intermitentes decaballería. Los jinetes minaban la moral de sus opositoresdisparando las armas de fuego a poca distancia y retirándosecon la misma intrepidez y velocidad con la que seaproximaron, pero sin efectuar el choque cuerpo a cuerpo,practicando el “tornafuye” para atraerlo a una trampa. La

Emboscada rifeña. Plumilla de Martín Gómez.

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infantería, desperdigada por las alturas más inaccesibles,presentaba un frente extenso y difícil de envolver. Se trataba delíneas flexibles que reaccionaban sin romperse ante cada nuevoenvite.

Sus ataques por sorpresa calculaban cuáles eran lasposiciones más importantes, sopesaban los pasos obligados através de aquella complicada topografía y facilitaban, en casode retirarse sin combatir, que el grueso de su tropa quedaraintacto. Los extremos de la media luna táctica, ocultos entre lasbarranqueras, caían así fácilmente sobre la retaguardia. En basea su conocimiento del enemigo, el temor a una emboscadaobliga al general Marina a replantearse la situación: organizarásus tropas en dos columnas, la primera protegerá la marchadel convoy y a los trabajadores empleados en la reconstrucciónde la vía saboteada, la segunda cubrirá el flanco derecho delavance de la primera columna y del convoy.

Al comenzar el fuego enemigo, el avance se detiene y haymuchos heridos. Las tropas rifeñas de Mazuza y Beni Sicar,comandadas por Abd el Krim, desplazan la contienda hacia elsur oeste de Melilla. Soldados españoles superan el barrancodel Infierno, son parte de la Segunda Agrupación, obcecadaen marchar hacia el barranco del Lobo, donde su vanguardia,el Batallón de Las Navas, es emboscado y masacrado desde lasalturas. Un error logístico conduce al Comandante Fresneda aotra trampa mortal, pues los rifeños han maniobrado con talhabilidad que han envuelto a dos batallones. El resultado de lamatanza es de 154 muertos y más de 600 heridos.

El General Marina en persona ha de hacerse cargo de lasoperaciones: la artillería se emplea con decisión y se ordenanataques de infantería parciales, todo para conseguir reorganizarla situación y replegar las tropas hasta posiciones más seguras.El suministro llegó hasta la vanguardia y la vía férrea quedóasegurada, pero la jornada sangrienta evidenció lainexperiencia de los combatientes españoles. Ante lasorprendente capacidad combativa de las cabilas rifeñas, latáctica europea hubo de someterse a revisión.

LA ACCIÓN DE SEPTIEMBRE DE 1909

Ante la necesidad urgente de refuerzos, a principios deagosto nuevos batallones llegan a Melilla; a mediados de messe incorporan también los reservistas. Desgraciadamente, lanoche del 11 al 12 de dicho mes, al revisar el servicio deavanzada, Salvador de Foronda cae por un barrancoproduciéndose heridas varias, algunas de ellas calificadas depronóstico reservado por el médico del cuerpo (6).Seguramente, en los más de veinte días que ha de permanecer

Escena de combate. Colección del Museo de San Telmo (San Sebastián).

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convaleciente en el Hospital Militar de la Plaza, reactivaría sucorrespondencia con el Marqués, remitiéndole noticias ydetalles de la sonada derrota. A su compañía se le encarganarriesgadas misiones en la conducción de convoyes, pero paraentonces ya se habían logrado dos importantes objetivos:coronar el Gurugú y llegar hasta el barranco del Lobo. El 9 deseptiembre Salvador ha de asistir a la conducción de otroconvoy de víveres, el 21 hace lo propio con el avituallamientode municiones artilleras con destino a Tafegra, y un díadespués, su Batallón recibe la orden de ocupar las lomaspróximas al poblado de Beni Sicar. Descansa en Nador y afinales de septiembre pisa Zeluán. Las operaciones que siguenson exitosas. Combate junto a sus compañeros en Jemis deBeni Bu Frur el 30 de septiembre.

La ocupación del territorio es costosa y requiere un granesfuerzo. Pacificada la península de las Tres Forcas, reforzadoel cabo de Agua y controladas las Chafarinas, la campaña delZoco de Jemis es otra complicación añadida. Será en el lancede la campaña donde Foronda tomará las piezas hoy expuestasen el Museo. El 1 de octubre su unidad es la elegida paraconducir un convoy de heridos hasta Melilla, pero ha deregresar a toda prisa a Zeluán para volver sus pasos de nuevohacia Nador. Allí Salvador fue ascendido a Capitán deInfantería y destinado a la posición de Ben Guen Zeni. Hasta1910 permanece en África participando en operaciones decampaña y conducción de convoyes. A mediados de mayorecibe la Cruz Roja de Primera Clase al Mérito Militar por sucomportamiento en el episodio de Beni Bu Frur y la dedistintivo rojo y pensionada por su valentía en la conducciónde convoyes (7), pues a últimos de mes se reincorpora a suBatallón para trasladarse a Alcalá de Henares.

Apurada la estancia en Alcalá, su siguiente destino esPontevedra, en el Batallón de Segunda Reserva. Sabemos de élque participa en diversos concursos de tiro, sufre un mes dearresto en el castillo coruñés de San Felipe en septiembre yrealiza esporádicos viajes a Pontevedra, Astorga y Ferrol(1911). Incumplimientos del arresto, otras faltas disciplinariasy reclamaciones poco respetuosas motivan su sanción y esrecluido, de febrero a junio de 1912, en el castillo de Castro,en Vigo.

En la solicitud del certificado de soltería el 6 de julio,antes de reincorporarse a la Caja de Recluta de Astorga, pareceser que el Marqués medió para paliar el dictamen militar de supariente y amigo. La Real Licencia para contraer matrimoniocon María del Carmen Fariña Cores fue concedida el 27 dejulio, y acto seguido consigue un permiso de dos meses porasuntos propios que se suma a la convalecencia de unasupuesta enfermedad que comunica vía telegrama. Ni siquierala prórroga de su Licencia matrimonial en enero de 1913consigue librarle de un nuevo arresto, en Astorga, porescándalo público en una fonda.

En 1914, de guarnición en Vizcaya tras otro arrestomilitar, viaja a Burgos, Madrid y Vigo. El 20 de febrero de1915, al salvar a dos ancianos de un incendio con riesgo de suvida, es premiado con la Cruz de Primera Clase con distintivonegro y blanco de la Orden Civil de la Beneficencia (8). Enjunio se le declara apto para el ascenso a Comandante,mientras, sigue en Burgos. Su residencia en Madrid durante1918 y 1919, propiciaría nuevos encuentros entre Salvador yel Marqués, de hecho la donación de las piezas se realizó en1918.

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La caja se alinea en torno a la tapa de cierre o pletina. Lallave de chispa es la típica norteafricana, denominadasnaphance o “gallo que pica”. En ella se distinguen el pie degato con su pedernal, la cazoleta y el rastrillo. En la parteinferior, el muelle del rastrillo, su oído y el guardamontepreservan el gatillo o disparador. Toda la recámara estátachonada de clavos y chapas de cobre. La culata no tienecarrillera pero curva su lomo para alinear el hombro con elretroceso y facilitar el tiro. Conserva el correaje primitivo derango de cordones encarnados con borlas revestidas de hilosde oro.

Con un peso de aproximadamente 4,5 kilogramos, lasecuencia de carga y disparo era compleja y requería de larepetición de una serie de movimientos. La tensión yconfusión en la lid hacían al rifeño un tirador instintivo ycertero: primero descubría la cazoleta de la llave de chispa,mantenía la espingarda en horizontal, depositaba una pequeñacantidad de pólvora en la cazoleta, la cubría luego con la cobijapara evitar que se derramara, y disparaba. Al apretar el gatillo,el pie de gato bajaba y el pedernal golpeaba sobre el rastrillo,esta acción provocaba la chispa que acababa por prender lapólvora de la cazoleta, disparando el arma. Su fabricación eraartesanal, y la inexistencia de una industria armamentísticapropició que fuera en los talleres donde se cincelaban a manoy pulían con lima. Por lo tanto, los calibres, calidades y diseñoseran muy variados.

Complemento de la espingarda es la polvorera, de formacircular y realizada en metal amarillento. Apenas tiene 10 cmde diámetro, pero está primorosamente decorada con motivosvegetales grabados al aguafuerte y adamasquinados de plata.Aún pueden apreciarse sus cordones de hilo de plata. El

DE LAS MÁS ANTIGUAS Y AUTÉNTICAS

Las armas de las que hemos hablado, que Salvadordenomina en su carta “de las más antiguas” y “auténticas” sonpiezas de gran interés, que merecen un análisis en profundidad.En el caso de la espingarda, se trata de un arma de fuegoportátil, a la postre, cañón de artillería algo mayor que elfalconete, en el sentido de escopeta muy larga usada por moros.En su origen, formó parte de la artillería de marina y, aposteriori, evolucionó desde la culebrina de mano transportadapor dos hombres hasta el arma de fuego precursora del arcabuzde mecha y de rueda. La modificación de su culata permitíaapoyarla sobre el hombro para apuntar y disparar con mayoreficacia, aligerando su peso y favoreciendo tanto la reducciónde calibre como la adopción de la llave de chispa.

La pieza aportada por Foronda mide 125 centímetros delongitud y presenta tres partes bien diferenciadas: la culata, lacaja de chispa y el cañón. Éste, de ánima lisa, es la parte máscaracterística debido a su evidente desproporción. En él lavarilla o caña inferior aparece unida al eje por medio de sieteabrazaderas con decoración de soles repujados y grabadosadamasquinados en cobre en forma de medias lunas.

Espingarda, vista general. Museo Cerralbo, Inv. Nº 00558.

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soldado debía tener la suficiente destreza para, con la pólvoracontenida en este recipiente, cargar el arma con rapidez ydisparar con precisión, solventando las dificultades técnicasque pudieran presentarse en el fragor de la refriega, que noeran pocas.

Buenos conocedores de sus armas, los hombres delMagreb las amaban con un fanatismo similar al religioso,teniéndolas por símbolos de masculinidad. Se les habituaba asu contacto desde pequeños, estimándolas como propiedad delsultán y heredad familiar. De espíritu vivo y aprendizajeprecoz, estos consumados guerreros formaban tropasirregulares y de carácter temporal. El vínculo era el tribal y launidad la pautaban las leyes coránicas. Tampoco necesitabanlas cabilas rifeñas demasiadas razones para acudir a la pelea.Ni siquiera existía uniformidad armamentística, cada unohacía acopio del arsenal que podía (9).

La última pieza del terno expuesto en el museo es unagumía, puñal curvo de 43 cm de longitud. La empuñadura esde madera estriada y su pomo, al igual que la vaina, es de latónde cobre decorado a base de geometrías cinceladas de rombosy crucetas. En la hoja, cercana al enmangue, presenta unamarca grabada en forma de aspa o cruz, probablemente marcadel fabricante, lo que vuelve a hablarnos de una manufacturaeminentemente artesanal. Conserva aún los cordones dealgodón azul con hilo de oro que pendían de sus anillos desujeción. Parte de esta guarnición se anuda a modo de tahalí,para facilitar su suspensión, por ejemplo, de un cinturón. Sinembargo, era habitual que el cabileño del Rif, que vestíachilaba blanca con capucha y una capa parda y tosca paraprotegerse hombros y espalda del frío, llevara dos cordonescruzados sobre el pecho, uno para la skara o bolsa de vituallasy otro para la gumía, que junto a nimchas, flises o mijes,constituían las armas blancas más demandadas. Hay quedestacar que el Museo Lázaro Galdiano, cuyo fundador teníamuchas cosas en común con Cerralbo, conserva una gumíasimilar, con inventario 7347.

Polvorera. Museo Cerralbo, Inv. Nº 00556.

Gumía. Museo Cerralbo, Inv. Nº 00555.

Marca de artesano en la hoja de la gumía. Museo Cerralbo, Inv. Nº 00555.

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RAÚL GARCÍA GIRÓN

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Estas fueron las piezas que Salvador aportó al museo desu primo don Enrique de Aguilera y Gamboa, de enormeinterés por su relación con la historia contemporánea deEspaña, y por constituir ya entonces piezas raras entre loscombatientes rifeños. Ideales para ser integradas en laexposición de la Sala Árabe, la forma en que fueron adquiridaslas haría especiales para su nuevo propietario.

Archivo Museo Cerralbo. C Argensola 2. “Excelentísimo Señor Marquésde Cerralbo, mi respetable y querido tío: según le indiqué, adjunto le envíola espingarda, gumía y bolsa de pólvora, que yo mismo tomé en la acciónde septiembre de 1909 en el zoco del Jemis en Beni Bu Ifrur. Como verála espingarda es de las más antiguas que existen y las otras cosas, sonauténticas. Le ruego que las conserve en su portentoso museo, como unamuestra del verdadero afecto y gratitud que le guarda su deudo y leal amigoque le besa la mano. Salvador de Foronda. Hoy 9 de mayo de 1918”.

Archivo General Militar de Segovia, en adelante A.G.M., Arma deInfantería. Batallón de Cazadores de Ciudad Rodrigo número 7.Primera Subdivisión. LGA F-1666. Hoja matriz de servicios de DonSalvador de Foronda González.

A.G.M., Arma de Infantería. Batallón de Cazadores de CiudadRodrigo número 7. Décima Subdivisión. LGA F-1666. Licenciastemporales que ha disfrutado, 1901-1903 y Séptima Subdivisión. LGAF-1666. Servicios, vicisitudes, guarniciones, campañas y acciones en lasque se ha hallado, 1897-1903.

A. G. M., Registro 987/1904. Junta Consultiva de Guerra. ExpedienteF-1666. Recompensa por su obra “Ligeras consideraciones sobre losbatallones de Infantería de Montaña”.

A.G.M., Arma de Infantería. Batallón de Cazadores de CiudadRodrigo número 7. Séptima Subdivisión. LGA F-1666. Servicios,vicisitudes..., 1903-1909.

Íbid, 1909: “Prestando sus servicios en el Hipódromo de la plaza deMelilla, la noche del 11 al 12 de dicho mes y al ir á revisar las parejas queprestaban servicio de avanzada, tuvo la desgracia de caer por un barranco,produciéndose diferentes heridas, algunas de pronóstico reservado”.

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NOTAS

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A.G.M., Arma de Infantería. Batallón de Cazadores de Ciudad Rodrigonúmero 7. Novena Subdivisión. LGA F-1666. Órdenes militares yciviles, títulos, cruces, medallas y otras condecoraciones que ha obtenido,1910: “La cruz de primera clase con distintivo rojo por su comportamientoen el combate de Beni Bu Frur de fecha de 30 de septiembre de 1909, segúnReal Orden de 20 de mayo”.

Íbid, 1915: “La cruz de primera clase con distintivo negro y blanco de laOrden Civil de Beneficencia en virtud de Real Orden de 17 de noviembrede 1914 del Ministerio de la Gobernación”.

El armamento rifeño varió mucho a principios del pasado siglo; lapistola de chispa se sustituyó por el revólver, y la espingarda dejó pasoal fusil (Maüser, Remingthon, Lebel o Chassepot). Véase GALLEGORAMOS, Eduardo: La Campaña del Rif de 1909. Algazara . Málaga,2005; p. 84: “La espingarda no reporta ya más utilidad que la que porella le pague algún extranjero caprichoso”.

GLOSARIO

Beréber o bereberePersona perteneciente a un conjunto de etnias autóctonas delMagreb que se distribuyen desde Siwa, al oeste del Nilo, hasta lacosta atlántica y desde el litoral mediterráneo hasta el río Níger.Conocidos en lengua beréber o tamazight como imazighen,etimológicamente hombres libres, se concentran especialmente enArgelia y Marruecos. Mashauash para los egipcios, libios para losgriegos y numidios o mauritanos para los romanos, los europeosmedievales se refirieron a estas tribus nómadas norteafricanas conel término genérico de moros.

CabilaSe entiende por cabila, del árabe marroquí qbila y del árabe clásicoqabilah, la tribu de beduinos o beréberes y, por extensión, laorganización tribal en primitivas jurisdicciones que, en la regiónrifeña (Beni Sicar, Mazuza, Beni Bu Frur, Beni Bugafar y BeniSidel) se subdividían en fracciones (en cinco la de Beni Sicar, encuatro la de Beni Bu Frur y en diez la de Beni Sidel). Especialmenteimportantes eran las fracciones de At Laten Uicsan y Segangan, enBeni Bu Frur, por albergar en su demarcación un importanteyacimiento metalífero.

Cincelado Artesanía que consiste en labrar o grabar a golpe de martillo conuna herramienta de boca acerada y recta de doble bisel sobre piedraso planchas de metal para convertirlas en alto o bajorrelieve de unafigura. El metal ha de cortarse en láminas del tamaño deseado,tratarse con resinas o lacre y golpearse sobre planchas dúctiles. Elartesano trabaja sobre la superficie que quedará a la vista.

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DamasquinadoTécnica consistente en la ornamentación mediante autajía oembutido de finos hilos de oro o plata en acero o hierro pavonado.Su nombre refiere al topónimo de origen en épocas muy antiguas.El primitivo picado a punceta derivó en el estriado a cuchilla paraintroducir los filamentos mediante punzón y martillo en la pieza adecorar.

EmpréstitoFuente de financiación ajena, dividida en obligaciones o pequeñospréstamos a repartir entre un gran número de acreedores oprestamistas, debida a la urgente necesidad de capitales de muyelevada cuantía por parte de grandes empresas y entes públicos. Lostítulos emitidos y amortizados adquieren un valor triple: nominal,de importe y de reembolso.

GumíaArma blanca similar a la daga pero con una curvatura característicaen su hoja que usan los magrebíes. Deriva etimológicamente delárabe comí, que significa valiente, considerándose también unaherramienta indispensable.

Llave de chispaMecanismo de resorte que sirve para disparar armas de fuegoportátiles, imprimiendo con fuerza un movimiento pivotante altrozo de pedernal que, al percutir con el depósito, produce chispasque incendian la pólvora.

NimchaEspada a una sola mano característica del Magreb, muy usada apartir del siglo XVIII. Este tipo de arma blanca se montaba sobrehojas más antiguas de origen europeo, y sus diseños, muy variados,dieron como resultado la existencia de nimchas con empuñaduraspeculiares: las había con un par de gavilanes resaltados y mangos demadera cuadrados, con empuñaduras protege-nudillos, e inclusocon un tercer gavilán. Se asemejaban, en todo caso, a las saif deprocedencia árabe.

RepujadoTécnica que consiste en trabajar planchas de metal blando (latón,estaño, oro o plata) para obtener ornatos en relieve. Se elaborabacon buriles de distintos tamaños y formas desde el envés de la pieza.Los detalles finales se perfilaban en el derecho de la pieza, conburiles más finos para apurar la definición del dibujo.

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RAÚL GARCÍA GIRÓNUN BOTÍN DE GUERRA EN EL MUSEO CERRALBO: EL LEGADO FORONDA

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UN BOTÍN DE GUERRA EN EL MUSEO CERRALBO: EL LEGADO FORONDA

PORTADA. Llave de chispa de la espingarda Nº Inv. 00558. ArchivoDigital Museo Cerralbo, Fotografía Ángel Martínez Levas.CONTRAPORTADA. Polvorera y Gumía. Nº Inv. 00556 y 00555.Archivo Digital Museo Cerralbo, Fotografía Ángel Martínez Levas.

Mapa de Melilla. http://efmiguelfernandez.files.wordpress.com/2009/11/guelaya-bravo-2002.jpg (22-09-2010).

Emboscada rifeña. MARTÍN GÓMEZ, A. L.: Los combates deCeuta. Guerra de África, 1859 – 1860. Almena, Madrid, 2009, pá-gina 47.

Escena de combate. MARTÍN GÓMEZ, A. L.: Los combates deCeuta. Guerra de África, 1859 – 1860. Almena, Madrid, 2009, pá-gina 79.

Espingarda. Nº Inv. 00558. Archivo Digital Museo Cerralbo, Foto-grafía Ángel Martínez Levas.

Polvorera. Nº Inv. 00556. Archivo Digital Museo Cerralbo, Foto-grafía Ángel Martínez Levas.

Gumía. Nº Inv. 00557. Archivo Digital Museo Cerralbo, Fotogra-fía Ángel Martínez Levas.

Gumía. Nº Inv. 00557. Archivo Digital Museo Cerralbo, Fotogra-fía Ángel Martínez Levas.

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CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS

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