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Genocidio sobre el pueblo chino por el ejercito imperial japones

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Ensayo sociologico acerca del genocidio sufrido por el pueblo chino en la segunda guerra sino-japonesa, centrandose en la masacre de Nanjing y el accionar del Escuadron 731. Incluye analisis de los eventos bajo la optica de genocidio y estudio de las sanciones emitidas por los tribunales internacionales.Año: 2015Español.

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Genocidio sobre el pueblo chino por el ejrcito imperial japons

Dos caras del mismo proceso: El escuadrn 731 y la Masacre de Nanjing.

Autor: Matas Iezzi

Ao: 2015

NDICE

Introduccin ------------------------------------------------------------------------------------------------ 3

Marco Histrico ----------------------------------------------------------------------------------------------4

Adoctrinamiento en el ejrcito imperial japons: Deshumanizacin y otredad negativa. -------------------------------------------------------------------------------------------------------5

La masacre de Nanjing -----------------------------------------------------------------------------------11

Escuadrn 731 ----------------------------------------------------------------------------------------------14 Deshumanizacin y diferencias con Nanjing ------------------------------------------------16 Dos procesos distintos o dos caras de una misma moneda? -------------------------18

Genocidio? ------------------------------------------------------------------------------------------------20

Tribunales de Justicia ------------------------------------------------------------------------------------26 Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente -----------------------------27 Tribunal de Crmenes de Guerra de Nanjing -----------------------------------------------31

Reflexiones finales: Negacin de la identidad de las vctimas y realizacin simblica. --------------------------------------------------------------------------------------------------- 32

Bibliografa consultada --------------------------------------------------------------------------------- 37

Filmografa consultada --------------------------------------------------------------------------------- 38

Introduccin

En el presente trabajo me propongo estudiar las prcticas realizadas por el Ejercito Imperial Japons sobre el pueblo chino, en el marco de la segunda guerra sino-japonesa transcurrida entre 1937 y 1945.Buscare enmarcar dichos eventos en el concepto de prctica social genocida[footnoteRef:1], intentando diferenciarlo de la denominacin de Crmenes de Guerra que recibi en el momento. Para estudiar este proceso, tomo como eje dos procesos simultneos realizados por las fuerzas armadas japonesas, marcando ciertas diferencias que considero pertinentes a la investigacin. [1: FEIERSTEIN, Daniel: El genocidio como practica social: Entre el nazismo y la experiencia argentina, Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2014. ]

Por un lado, el accionar del Escuadrn 731, famoso por su accionar en los campos de concentracin japoneses, donde se realiz el exterminio de una enorme cantidad de prisioneros chinos, luego de haber realizado sobre ellos experimentos biolgicos. Se enmarca este primer aspecto dentro de una lgica altamente burocrtica y racional, donde la bsqueda por el avance tecnolgico llevo a cometer todo tipo de pruebas biolgicas, de un sufrimiento atroz para sus vctimas. No podra darse este tipo de prcticas sin una fuerte deshumanizacin previa, determinada por la construccin de una otredad negativa hacia las milicias chinas, lo cual llev al segundo eje de este trabajo: La masacre de Nanjing (tambin llamada Nankn o Nanking). Se estudiara esta salvaje matanza y violacin masiva, como contraste con el accionar del Escuadrn 731, mostrando dos caras dentro de una misma prctica. Por un lado, el accionar sistematizado y burocrtico, por otro, el sadismo presente en los tipos de tortura y humillaciones que sufri el pueblo chino, altamente excesivas e innecesarias aun para los fines de reconstruccin de las relaciones sociales del pueblo chino propuesto por el Imperio Japons, consecuencias de una deshumanizacin extrema del individuo chino, tanto combatiente como civil.Se buscara adentrarse en la realizacin simblica del genocidio, considerando la fuerte negacin que reciben estos hechos por parte del pueblo japons aun hoy en da, transcurridos ms de 70 aos, enmarcando a los muertos en la figura de victimas culpables al pertenecer a las milicias, y negando las miles de muertes de civiles, hombres, mujeres y nios. Finalmente se estudiara la sancin emitida por el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente, observando las distintas figuras jurdicas que existieron, las penas que recibieron los acusados y las crticas que recibi este tribunal. Marco HistricoSi bien no es el objetivo de este trabajo el realizar un relato histrico, sino sociolgico, es pertinente el desarrollar brevemente el marco histrico en el que se dieron los sucesos que analizare en esta investigacin. Luego de la Restauracin Meij de 1868, el cual fue la culminacin de la era de los Shogunatos y la modernizacin del pas, Japn se estableci bajo un rgimen imperial. Este Imperio del Japn durara hasta poco tiempo despus de la finalizacin de la segunda guerra mundial, con la prdida del Imperio Nipn en la guerra y los lanzamientos de las bombas atmicas en Hiroshima y Nagasaki. Desde 1928 hasta el final de su poca imperial Japn estara gobernada por el emperador Hirohito, quien tras la cada del Imperio debe resignar de su condicin divina. En 1937, dos aos antes del inicio de la segunda guerra mundial, el Imperio Japons entra en un conflicto blico con China por segunda vez en el siglo, en lo que sera conocido como la segunda guerra sino-japonesa. El ejrcito imperial japons, que ya controlaba la ciudad china de Manchuria desde 1931, decide invadir el resto de la Repblica de China, por conveniencias estrategias que el terreno le otorgaba, desatando el inicio de la guerra el 7 de julio de 1937 en el ataque al puente de Marco Polo. El ultranacionalismo del Imperio Japons lo lleva a rechazar las polticas liberales de Occidente mientras intenta emular su modernizacin, desarrollando un ejrcito notablemente ms poderoso que el de la Republica China, gobernada en ese momento por el partido nacionalista Kuomintang. En el marco de este creciente proceso de nacionalismo, el Imperio comienza a ver como irremediable el expandirse hacia otros terrenos para abastecerse de recursos y zonas estratgicas, por lo cual la ocupacin de Manchuria deja de ser suficiente para los propsitos imperiales nipones. China por su parte, con una sucesin histrica de alianzas y divisiones entre los nacionalistas y los comunistas, se encuentra internamente dividida y debilitada. En agosto de 1937 el ejrcito imperial japons invade la ciudad de Shanghai, donde se encuentra con una fuerte resistencia que sera vencida finalmente en noviembre de ese mismo ao. Frente a esta derrota, las autoridades chinas deciden que no pueden darse el lujo de perder a sus tropas de elite en una defensa simblica de Nanjing, y retiran gran parte de sus soldados, planificando a futuro usar la gran extensin de China para debilitar al ejrcito japons. De este modo, las tropas imperiales continan su camino a sangre y fuego hasta ingresar finalmente a la ciudad de Nanjing el 13 de diciembre.Este breve marco histrico es suficiente para proceder a analizar dos hechos fundamentales de esta guerra. El primero, la masacre de Nanjing (la entonces capital de la Repblica de China) iniciada el 13 de diciembre de 1937 al mando del general Matsui Iwane y sostenida durante un lapso aproximado de 6 semanas, la que se estima dejo un saldo de ms 200.000 civiles chinos muertos y aproximadamente 20.000 mujeres violadas (los nmeros varan segn las investigaciones) por los soldados del ejrcito imperial japons, los cuales no mostraron ninguna piedad ante la poblacin civil china bajo la prenocin de que podan ser parte de la milicia rebelde. El segundo, el accionar del Escuadrn 731, y su accionar en los campos de concentracin japoneses, donde realizaron una gran cantidad de experimentos biolgicos sobre prisioneros vivos. Presentado ya el trasfondo histrico y los hechos fundamentales, se puede comenzar a analizar las diferencias entre estas dos prcticas cometidas por el Imperio del Japn y las condiciones sociolgicas y psicolgicas que fueron necesarias para que estas pudieran ser llevadas a cabo.

Adoctrinamiento en el ejrcito imperial japons: Deshumanizacin y otredad negativa. "Del Emperador del Sol Naciente al Emperador del Sol Poniente"Prncipe Shotoku, carta al Emperador de China. Siglo VII d.c

Para poder explicar los trgicos sucesos de Nanjing, es menester profundizar en los antecedentes histricos del ejrcito japons para intentar comprender como miles de soldados pudieron cometer todo ese tipo de atrocidades (las cuales no se detallaran aqu sino ms adelante) ante una poblacin civil indefensa. No es un dato menor el hecho de que en la primera guerra mundial, los prisioneros polticos recibieron un trato totalmente diferente y sus derechos bsicos fueron respetados (Rees: 2009)[footnoteRef:2]. [2: La informacin completa de las publicaciones utilizadas se encuentra en el final del trabajo en Bibliografa consultada.]

Cmo explicar esta transformacin en la mentalidad de los soldados japoneses sino a travs del fuerte proceso de creacin de una conciencia nacionalista a la que fueron sometidos? La conviccin de los soldados imperiales de la superioridad racial de los japoneses es un factor clave, acompaado por el necesario proceso de estigmatizacin sobre el forneo, la creacin de la imagen del enemigo externo, en este caso el pueblo chino (aunque no fue el nico). Este proceso de estigmatizacin genera una otredad negativa, donde el otro, el distinto, el inferior, sufre un fuerte proceso de deshumanizacin, y es visto por el perpetrador como una amenaza a la cual eliminar bajo cualquier costo. Es imprescindible tomar estos conceptos y entender esta idea de deshumanizacin y construccin de una otredad negativa, para explicar hechos de otra forma inexplicables, o argumentables solo con banalizaciones o respuestas que satisfacen poco a un anlisis de la profundidad necesaria que un caso as requiere. Solo desde esta perspectiva uno puede intentar comprender como un ejrcito compuesto por miles de soldados, pudo atacar una poblacin civil indefensa, cuyo ejrcito ya haba sido derrotado. La perspectiva cobra mucho ms fuerza considerando las terribles violaciones, torturas y humillaciones que sufrieron tanto hombres como mujeres, nios y ancianos, todo bajo el pretexto y la conviccin (realmente discutible) de que dentro de esa poblacin civil se podan encontrar miembros de las milicias a las cuales se enfrentaban los soldados japoneses. Al igual que en otros procesos genocidas, anlisis simplificadores cayeron en una banalizacin de la maldad de los perpetuadores, planteando en este caso que el genocidio haba sido posible debido a la naturaleza cruel, inescrupulosa y malvada de los japoneses. Se presentaba al japons como miembro de una cultura milenaria en la cual haban sido entrenados para ser guerreros, continuando con el cdigo de honor Bushido de los samuris, lo que los haba convertido en sanguinarios y sin piedad. De esta forma, se eliminan todas las causas y las razones que llevaron a que prcticas como estas pudieran tener lugar, y se construye una figura totalmente banal (sobre todo en occidente) del japons como un sujeto cruel con natural predisposicin a tener desenlaces como este.Considero que un anlisis sociolgico serio no puede recaer en explicaciones de este tipo, y es necesario poder investigar con mayor profundidad. Tomando como ejemplo el caso del genocidio nazi, los anlisis de Zygmunt Bauman y Hannah Arendt contribuyen a trazar un paralelismo con el caso japons (a pesar de las grandes diferencias que se observan en ambos casos) en donde se entiende que un genocidio no puede recaer simplemente en la creencia de un grupo delimitado de personas con desviaciones psiquitricas como responsables de la masacre. Si bien los mtodos utilizados fueron distintos, el objetivo a descubrir es similar al que se planteaba Arendt, el descubrir como los genocidas lograron: [] vencer la piedad animal que sienten todos los hombres normales en presencia del sufrimiento fsico (Arendt: 1998)Uno de los que se encarg de desmitificar lo inhumano de los japoneses fue Laurence Rees, quien en su trabajo Horror in the East: Japan and the Atrocities of World War II profundizo sobre todo el accionar del Imperio durante la segunda guerra mundial. En su trabajo destaca que en la primera guerra mundial, a diferencia de la segunda, Japon estuvo enfrentado a Alemania. Y el tratamiento que recibieron los miles de prisioneros de guerra fue totalmente diferente al que recibieron los chinos. Los testimonios recogidos indican que el trato que recibieron los prisioneros fue digno, donde se respetaron sus derechos y en la gran mayora de los casos no sufrieron ninguna ultranza. Lo mismo puede decirse de los rusos que cayeron prisioneros en la guerra ruso-japonesa de 1905. Esta informacin deja una conclusin y un interrogante. Primero, reforzar una vez ms lo incorrecto de la nocin del japons como natural e inevitablemente malvado; y segundo, sembrar una pregunta fundamental: Qu circunstancias generaron el profundo cambio en la mentalidad de los soldados japoneses y el trato a los prisioneros de guerra, en un lapso de tan solo 20-30 aos?Es pertinente tener en cuenta que a mediados del siglo XIX, como se explic en el marco histrico, Japon comenz a adoptar ciertos aspectos de la cultura occidental como propias, as como se marc el fin del shogunato y una reforma en el papel del Emperador. Uno de estos cambios fue una orden imperial de 1880 que dictaba que los prisioneros de guerra deban ser tratados con respeto. Para la poca en la que la masacre de Nanjing tuvo lugar, sin embargo, el entonces emperador Hirohito (nieto del antiguo Emperador Meiji) haba dictaminado (en 1937) que los prisioneros chinos no estaban sometidos a los convenios internacionales sobre el trato que deban recibir los llamados POW (prisoners of war).Rees plantea que esta absorcin de costumbres occidentales que devinieron en una nueva organizacin poltica de Japon, tuvo tambin como consecuencia que el Imperio decidiera que para ser una nacin fuerte era necesario comenzar un proceso de colonizacin, tomando como ejemplo las colonias de las potencias europeas. De esta forma Japon comenz a expandir su control y para fines de la primera guerra mundial emerga como una de las mayores o la mayor potencia asitica. Esta poltica imperialista se vera reflejada posteriormente en la toma de Manchuria y el resto de las ciudades chinas en la dcada del 30. La transformacin del rol del Emperador tampoco debe tomarse a la ligera, ya que como producto de la restauracin Meiji la elite japonesa se encarg de presentar a la mayor figura del Japon como una divinidad, quien deba ser venerado como un dios. Las generaciones de nios japoneses posteriores al Emperador Meiji fueron educados en las escuelas a adorar al Emperador como a un dios en el cuerpo de un humano. El Emperador, claro est, era el comandante en jefe de su poderoso ejrcito imperial. Al ser consultado por que no senta culpa por haber violado mujeres chinas, un soldado imperial respondi: Porque yo estaba luchando por el Emperador. l era un Dios. En nombre del Emperador nosotros podamos hacer lo que quisiramos contra los chinos. Por eso no tena sentimiento de culpa. Pero las crisis econmicas que sufri Europa en la dcada del 20, as como el incremento de las ideas como el sufragio universal y la infiltracin del comunismo, hicieron que sectores japoneses se replantearan los beneficios de la coexistencia con occidente y su utilizacin como modelo para algunos aspectos de su cultura. El problema del hacinamiento comenz a incrementar su peso, Japon necesitaba aumentar su territorio debido a su gran densidad de poblacin y la notable cantidad de territorios difciles de habitar. Pero diversos tratados firmados impedan que sus objetivos de expandirse pudieran llevarse a cabo. Esto desencadeno que Japon realizara algo que la historia del siglo XX ha visto en distintas oportunidades, el inculpar a un grupo enemigo de una accin propia por intereses estratgicos. Es as que Japon realizo un atentado a un ferrocarril en Manchuria y culpo a China de haberlo realizado, para justificar la invasin a dicha ciudad que era rica en diversos recursos naturales escasos en el Imperio.Como se mencion anteriormente, es imprescindible focalizarse en el entrenamiento que los soldados recibieron y los antecedentes del ejrcito imperial, y en esto es necesario concentrarse ahora, para intentar comprender su accionar en la segunda guerra sino-japonesa. Ya he manifestado la intencin del Imperio japons de convertirse en una nacin fuerte, y para realizar este proceso de extensin e imperialismo era necesario tener, por supuesto, un ejrcito numeroso y fuerte. El ejrcito imperial creci exponencialmente durante la primera parte del siglo XX, el servicio militar era obligatorio para hombres entre 17 y 40 aos, e incluso los nios ya reciban algn tipo de instruccin militar en la semana (Forty: 2013). Junto a este aumento cuantitativo las autoridades decidieron endurecer la disciplina para mantener el orden interno. Severos castigos fsicos eran aplicados a los soldados en entrenamiento, llegando incluso al punto de obligarlos a golpearse entre ellos una vez que sus superiores estaban agotados; y dichos castigos no eran necesariamente responsabilidad del propio soldado castigado, sino que ante el error de un soldado toda la unidad reciba el mismo castigo, para fomentar la idea de que no hay individualidades sino una gran unidad. La idea del ejrcito como no solo una unidad sino una gran familia tambin fue implantada en sus integrantes, aumentando la humillacin de un fracaso e incentivando a los soldados a forjar la mentalidad que sus autoridades deseaban. Pero el entrenamiento del ejrcito imperial consista en mucho ms que un exceso de violencia fsica y una estructura autoritaria. La futura invasin china era una posibilidad real y los soldados fueron entrenados particularmente para ello. A los soldados japoneses se les inculco la idea de que los chinos no eran humanos, que se encontraban por debajo de este nivel, al igual que los animales. Xavier Casals tambin pone nfasis en esto: Los oficiales les golpean para inculcarles obediencia y les infunden una cosmovisin racial: los chinos son chancorro, lo inhumano (insectos y animales), y su vida carece de valor. Los japoneses haban existido por miles de aos, los chinos no calificaban en ese mismo nivel, eran inferiores, subhumanos, eran en las propias palabras de los japoneses, chancorro. Esta cosmovisin racial no fue inculcada tan solo mediante el discurso, y el castigo fsico, los soldados japoneses deban comprobar que los chinos eran inferiores y conocer el acto de matarlos. Los propios testimonios de los soldados japoneses relatan cmo, ya una vez en china, fueron entrenados en el uso de la bayoneta mediante el asesinato de civiles chinos. Las vctimas eran atadas a un rbol, y los soldados imperiales en fila deban avanzar y atacarlas con su bayoneta, matndolas en el acto. El miedo a ser estigmatizado como cobarde al negarse a matarlos, sumado a la felicitacin y el mrito que las autoridades les otorgaban a quienes lo hacan efectivamente, fueron forjando la conciencia de los soldados que perdan lo poco que les quedaba de culpa muerto tras muerto. Otros testimonios demuestran que la misma prctica se utilizaba para practicar el tiro con armas de fuego. Esta cita de un soldado imperial, recogida por Laurence Rees, es precisa para explicar la situacin: La primera vez aun tienes conciencia y te sientes mal. Pero si te etiquetan de corajudo, te honran y te dan merito, y si eres alabado por tener este coraje, eso ser lo que te lleve a hacerlo la segunda vez. Si hubiera pensado en ellos como seres humanos no lo podra haber hecho, pero como pensaba en ellos como animales o seres infrahumanos, lo hicimos. Michel Foucault plantea que en la modernidad el Estado asume el rol de hacer vivir y de dejar morir, y que ante el surgimiento del bio-poder y la bio-poltica, el Estado ya no puede ejercer su poder soberano matando si es responsable de asegurar y mejorar la vida de su poblacin. Se pregunta como un Estado que debe hacer vivir, puede hacer morir. Encuentra esta respuesta en el racismo como instrumento del Estado, el cual le permite delimitar quienes deben morir, para que otros puedan vivir (Foucault: 1983). Es evidente que el Imperio japons necesito del racismo para poder invadir China, y para eso necesito inculcar en sus soldados la idea de que el enemigo no era como ellos, sino que era distinto, y fundamentalmente, que era inferior. Este fuerte proceso de deshumanizacin no es hecho siquiera de una forma sutil, sino, como ya vimos, bastante burda y clara. Los chinos son sub-humanos y matarlos es como matar animales, esa fue la mentalidad que se forjo en cada soldado imperial, mentalidad forjada a sangre y golpes, sin la cual los planes imperialistas nipones no podran haberse llevado a cabo. Como explicar sino que quienes haban dado a principios de siglo un trato digno a sus prisioneros, ahora los masacraban con una brutalidad sorprendente. El hecho de que el Emperador Hirohito hubiera impuesto que los chinos no estaban sujetos a los convenios internacionales no parece ser, no puede ser, suficiente para explicar un genocidio. La explicacin debe caer en la construccin de la otredad negativa, un largo proceso al que fue sometido el ejrcito imperial, y que tuvo como desenlace no solo Nanjing y los crmenes de los Escuadrones en los campos de concentracin, sino todas las crueles matanzas que ocurrieron en la guerra sino-japonesa, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Crmenes que fueron opacados por los cometidos en Europa durante aquella poca, los cuales es difcil creer que tuvieran una repercusin tan mnima y tengan al da de hoy una presencia tan mnima en la memoria colectiva, producto de la clsica visin eurocntrica de la historia. Pero estos temas los analizare en profundidad ms adelante.

La Masacre de NanjingEste es el da ms corto en el ao pero aun contiene 24 horas de este infierno en la Tierra Dr. Robert Wilson, 21 de diciembre de 1937.

Una vez explicado el adoctrinamiento y la intensa disciplina a la que fue sometido el ejrcito imperial, es tiempo de realizar un recuento de los hechos que ocurrieron en Nanjing a partir del 13 de diciembre de 1937. Como ya se mencion, no es el objetivo de este trabajo el hacer un simple recuento de los hechos de Nanjing, ni de realizar una innecesaria y morbosa descripcin de cada una de las atrocidades que se cometieron en la entonces capital china. Sin embargo, considero que en este caso es importante dar una nocin de la intensidad y la enorme cantidad de crmenes cometidos, por diversas razones. En primer lugar, ayuda a entender las dimensiones de la masacre ocurrida, su magnitud, y permite dar una idea de lo que esta gener en el pueblo chino. Segundo, la informacin es extrada principalmente de relatos de sobrevivientes, los cuales fueron utilizados luego en los juicios para ejercer las condenas correspondientes. Y finalmente, el nivel de violencia y el sorprendente carcter sanguinario de los acontecimientos permite diferenciar dicho caso no solo con otros genocidios de otras partes del mundo, sino con distintos procesos dentro del propio genocidio acaecido sobre el pueblo chino, interesante distincin que constituye uno de los pilares de este trabajo. Nanjing (utilizo el nombre original de la ciudad, es comn que se la llame tambin Nanking o Nankn) era la capital de China por aquella poca, sin embargo, la defensa ante la invasin japonesa fue mnima. Esto se debe a que, como ya expuse brevemente, las tropas japonesas se haban encontrado con una fuerte resistencia meses antes en la ciudad de Shanghai. La ofensiva china en aquella ciudad fue mucho ms fuerte de lo que los japoneses esperaban, por lo que la cantidad de muertos supero lo presupuesto y demoro los planes imperiales. Este obstculo en los objetivos japoneses es frecuentemente considerado como una de las razones por las cuales el nivel de violencia en Nanjing fue tan grande, debido a la frustracin y el cansancio que sufran los soldados imperiales. Razn que, a mi parecer, fue influyente pero no es determinante ante explicaciones mucho ms relevantes como el entrenamiento con civiles vivos. Luego de la derrota de Shanghai, el gobierno chino (que en ese momento estaba en manos de los nacionalistas pero cuyo poder estaba muy debilitado por el enfrentamiento con los comunistas) decidi retirar la mayora de sus tropas de Nanjing, creyendo que una resistencia como la de Shanghai no tendra sentido, ya que se perderan tropas de elite. China apost, por el contrario, a utilizar la extensin territorial como una ventaja y a esperar que las tropas japonesas lleguen debilitadas al enfrentamiento. La capital quedo as desprotegida e incapaz de resistir la invasin japonesa, y desprovista de todos los servicios gubernamentales, quedando a cargo como nica institucin el Comit Internacional para la Zona de Seguridad de Nanjing. Dicho Comit fue creado por una veintena de inmigrantes, su mayora estadounidenses o europeos, que residan en Nanjing o se encontraban all por cuestiones comerciales. Estos decidieron quedarse en vez de huir y crear una zona de seguridad, acordando con las autoridades japonesas que la misma no sera atacada por las tropas siempre y cuando se hallara totalmente desmilitarizada. Fue un factor clave para establecer esta regin protegida que su lder sea el alemn John Rabe, miembro afiliado del partido nazi (aliado de Japn en la guerra) y presidente de la empresa telefnica Siemens en China. Muchos soldados que se encontraban en Nanjing para defenderla, ante el terror de la invasin japonesa, descartaron sus armas y sus ropas y se infiltraron en la poblacin civil dentro de la zona de seguridad. Si bien los ataques a civiles dentro de la zona de seguridad fueron muchos, as como la violacin de mujeres y nias y el robo de bienes personales, es cierto que el acuerdo fue respetado hasta cierto punto y la violencia en esta zona fue notablemente menor que en el resto de la ciudad. La promesa de las autoridades japonesas del respeto a la zona de seguridad y el hecho de que esta estuviera presidida por un afiliado Nazi, considerando el pacto Anti-Komintern en el que Alemania y Japn se encontraban envueltos, fue fundamental para salvar la vida de miles de habitantes de la ciudad. Para muchos, John Rabe es considerado el Oskar Schindler de China. El comit internacional planeaba gobernar la ciudad, administrando los servicios y comida, hasta que las autoridades japonesas formaran un nuevo gobierno en la ciudad y restauraran el orden. Se observa en la correspondencia del Comit, principalmente hacia la embajada japonesa, intentos de establecer una coexistencia pacfica para poder reinstalar los servicios de electricidad, telfono y agua que haban sido perjudicados por los bombardeos japoneses. La correspondencia emitida por el propio John Rabe, as como por otros miembros del Comit Internacional, como el Dr. Robert Wilson, son una fuente fundamental para conocer los hechos que ocurrieron durante esas semanas en la ciudad. No solo son muy valiosas para hacer un recuento de los hechos, sino que como ya fue mencionado los propios tribunales que juzgaron a los japoneses ya finalizada la guerra se valieron de estos registros e incluso de los propios testimonios para poder indagar en los hechos acaecidos. El Dr. Wilson escribi cartas a su familia casi todos los das desde que la masacre comenz, probablemente sin saber la importancia que tendran en el futuro, y en ellas se presenta de forma muy clara todas las atrocidades cometidas (considerando que era el nico medico en la zona de seguridad) y como el relato se va volviendo ms desesperanzado a medida que avanzan los das. En las sucesivas cartas a su familia, Wilson relata la miseria que genera la invasin japonesa en Nanjing, el exceso de pacientes para un personal mdico escaso, el problema de no poder dar el alta a pacientes que no tienen hacia dnde ir, la dificultad de realizar intervenciones quirrgicas cuando el suministro de electricidad, agua y comida se ve afectado ante las incesantes explosiones. Algunas citas extradas de las cartas del Dr. Wilson ayudan a complementar lo descrito:

El da de hoy marca el sexto da de este Infierno de Dante moderno, escrito en letras enormes con sangre y violacin. Homicidio al por mayor y violacin por miles de casos. Parece no haber freno para la ferocidad, lujuria y atavismo de los brutos. Al principio intente ser amable con ellos para evitar aumentar su ira pero la sonrisa se ha ido gradualmente y mi mirada esta tan framente sospechosa como la de ellos.

Toda la comida est siendo robada a la gente pobre y estn en un estado de pnico histrico afligido por el terror.

En los distintos relatos de sobrevivientes o personas que lograron escribir lo que vieron durante su tiempo en Nanjing, se encuentran: miles de casos de violaciones de mujeres, nias y ancianas, violaciones en grupos, robos, incendios, asesinatos a civiles (incluidos bebes y nios) sin razn aparente o por no inclinarse ante la presencia de un japons, miles de heridos o muertos por ataques con bayonetas, el entierro de prisioneros chinos vivos e incluso registros de soldados japoneses abriendo el vientre de mujeres embarazadas y bayoneteando a los fetos. La violacin de mujeres llego incluso a ser un acto de iniciacin dentro del ejrcito, y una actividad de la cual los novatos no tomaban parte. En otros casos, los soldados obligaban a sus vctimas a violar mujeres pertenecientes a sus propias familias, incluso a monjes que se haban dedicado al celibato. El nefasto suceso de las Mujeres de Confort tuvo lugar en base a esto, donde las autoridades japonesas ordenaron secuestrar mujeres para obligarlas a prostituirse, con la intencin de que eso bajara la cantidad de violaciones por parte de los soldados imperiales.Miles de chinos, tanto soldados como civiles, eran llevados hasta la orilla del rio Yangts o de una trinchera y acribillados a la par por una ametralladora.En el camino de las tropas imperiales hacia Nanjing incluso se registr una competencia entre dos soldados que tendra como ganador al primero que lograra matar a 100 personas usando una espada, hazaa que ambos lograron. Ambos soldados fueron ejecutados luego del fin de la guerra, y este hecho como tantos cometidos en el marco de la guerra es motivo de debate entre japoneses sobre su real existencia.

Las matanzas y violaciones se extendieron a lo largo de seis semanas dejando a su paso miles de muertos y heridos, as como un nivel de destruccin sorprendente. El saldo total de muertos y mujeres violadas fue y es tema de discusin entre los asiticos, y ser analizado con mayor profundidad hacia el final de este trabajo. Por supuesto Nanjing no fue un hecho aislado, sino el mayor exponente dentro de un marco de matanzas en el marco de la guerra sino-japonesa. Hecho que genero conmocin en occidente pero que tuvo una repercusin mnima comparado al de otros sucesos de igual o menor magnitud. Se ha planteado que este genocidio es un desenlace predecible conociendo el fuerte proceso de estigmatizacin y deshumanizacin de los chinos por parte del ejrcito imperial japons, y cuyo exterminio no era el fin ltimo sino un medio para lograr cumplir los objetivos de las autoridades japonesas. Antes de enmarcarse en un anlisis preciso del carcter genocida de la ofensiva japonesa sobre China, se presentara el accionar del infame Escuadrn 731, el principal escuadrn de investigacin biolgica y desarrollo de armas qumicas del ejrcito imperial. Este es parte indiscutible del proceso genocida en China, pero con caractersticas llamativamente diferentes a los hechos ocurridos en Nanjing, lo cual me permite comparar y contrastar ambos eventos, buscando el punto en comn as como analizando las claras diferencias.

Escuadrn 731

Camuflado oficialmente como un laboratorio encargado de la prevencin de epidemias y la purificacin de agua, la unidad o escuadrn 731 liderada por Shiro Ishii, general del ejrcito Kwantung, permanece como uno de los aspectos ms dramticos y misteriosos tanto de la segunda guerra sino-japonesa como de la Segunda Guerra Mundial. Representa la principal, pero no la nica, unidad encargada de realizar pruebas bacteriolgicas y el desarrollo de armas qumicas. Se encontraba en Harbin, en la zona que desde 1931 reciba el nombre de Manchukuo (anteriormente Manchuria) la cual haba sido invadida por los japoneses, como ya he mencionado, por su riqueza de recursos y en la cual se instauro un gobierno ttere que simulaba autonoma liderado por Pu Yi, quien fuera el ltimo Emperador de China antes de que la misma se proclamara una Republica 20 aos antes. Financiada por el gobierno imperial, la unidad 731 realizo todo tipo de experimentos biolgicos sobre miles de prisioneros que eran enviados a la base tanto por el ejrcito imperial como por su marina. Dichos prisioneros, quienes eran en su gran mayora chinos, pero tambin rusos, habitantes del sudeste asitico y una minora de Aliados; eran utilizados como conejillos de indias. Durante su estada, los prisioneros eran sometidos a todo tipo de investigaciones biolgicas y qumicas, las cuales consistan principalmente en el contagio de diversas enfermedades para poder estudiar cmo estas funcionaban en el cuerpo. El mtodo utilizado consista en otorgarles inyecciones, las cuales podan contener una gran variedad de enfermedades, y esperar aproximadamente 24 horas o ms para comenzar a ver si los prisioneros haban contrado la enfermedad y los resultados que estas generaban en los cuerpos. El suplicio de los prisioneros alcanzaba su mximo nivel, as como su final, cuando se practicaba sobre ellos una viviseccin, muchas veces sin ningn tipo de anestesia, para poder estudiar los efectos de las enfermedades en los rganos del ser humano. Por miedo a que la muerte generara descomposicin y condicionara los resultados del experimento, los rganos de las vctimas eran sustrados quirrgicamente mientras an seguan vivos, en pos de aumentar el conocimiento que se tena sobre estas plagas. Los objetivos de Shiro Ishii y de toda su unidad no eran simplemente un mayor desarrollo del conocimiento mdico que pudiera ser utilizado para proteger y asistir a las tropas imperiales, sino el testeo y la creacin de diversas armas qumicas que luego seran utilizadas para el ataque tanto de civiles como de militares. Los experimentos realizados, aparte de los ya mencionados, consistan en una gran variedad de atrocidades sumamente dolorosa para sus vctimas, las cuales no proceder a relatar detalladamente, pero que convierten a la unidad 731 en una de las prcticas ms polmicas del siglo XX. Muchos de los prisioneros que se encontraban en este laboratorio fueron traslados a campos abiertos donde fueron utilizados como blanco, recibiendo los ataques areos o terrestres cargados de enfermedades contagiosas. Una vez que se haba estudiado el efecto de las enfermedades en los cuerpos de los prisioneros y que se haban realizado las pruebas en los campos abiertos para observar la efectividad de las armas, el ejrcito imperial procedi a utilizar su armamento biolgico contra poblaciones civiles. Es difcil estimar un nmero de vctimas y los datos varan segn las fuentes, pero cientos de miles de civiles chinos (tanto de zonas ocupadas ya por Japn como de zonas que an se encontraban bajo el control de la resistencia China) murieron a causa de los ataques biolgicos realizados por el ejrcito imperial. No fueron los chinos las nicas vctimas, por supuesto, ya que Japn continuo expandindose hacia el sudeste asitico mientras mantena su lucha en la China ocupada; e incluso hay evidencia de que un ataque biolgico a la poblacin civil estadounidense estaba planeado pero no pudo concretarse ya que los nipones se rindieron unas semanas antes (Lamont-Brown: 2013). Estos ataques consistan principalmente en realizar descargas areas de ratas o pulgas infectadas con enfermedades o toxinas, que luego transmitiran las plagas a los civiles condenndolos en muchos casos a una muerte segura. Era tal el poder de estos ataques que incluso un grupo de aproximadamente 1600 soldados japoneses murieron cuando el ataque fue realizado en el lugar equivocado. Deshumanizacin y diferencias con Nanjing

El accionar del escuadrn 731 y el tratamiento que recibieron muchos prisioneros polticos durante la guerra por parte de los japoneses quizs sea, junto con el ataque a Pearl Harbor y las bombas atmicas de Hiroshima y Nagasaki, uno de los aspectos ms recordados de la Segunda Guerra Mundial involucrando al Imperio de Hirohito. Es tambin, por ende, uno de los responsables de la creacin de la figura del japons como naturalmente malvado, cruel y heredero de una cultura milenaria enfocada en el combate. Irnicamente, a pesar de su importancia quiz sea tambin uno de los aspectos de los que menos se sabe, as como tambin uno de los crmenes que menos castigo recibi. Esto se debe a que luego de los bombardeos atmicos por parte de Estados Unidos y de la invasin sovitica de Manchukuo, anticipando el fin de la guerra, las autoridades del laboratorio liberaron gas toxico en las celdas de los prisioneros para matarlos, y luego quemaron sus cuerpos, junto con gran parte de la informacin documentada que haban recopilado en sus experimentos. Si bien la destruccin de la documentacin no fue total y los testimonios de los perpetradores brindan ms informacin, un gran porcentaje de los documentos realizados en la unidad 731 y en todas las instalaciones de pruebas biolgicas fueron destruidas. Los avances mdicos logrados y la gran cantidad de informacin recopilada le valieron una polmica amnista otorgada por los Estados Unidos a sus perpetradores, a cambio del otorgue de todo lo que haban descubierto, en un controvertido acuerdo que recuerda a la infame Operacin Paperclip[footnoteRef:3].Resulta interesante estudiar estos eventos ya que parecieran ser de una lgica distinta, en cuanto a su modus operandi, a los hechos ocurridos en Nanjing. La lgica de tomar prisioneros enviados por las fuerzas armadas, retenerlos secretamente mientras se experimenta sobre ellos, pareciera dar una imagen cualitativamente diferente a la de una ola de matanzas y violaciones desenfrenadas durante el transcurso de 6 semanas, de forma aparentemente no planeada y, por decirlo de alguna forma, a la vista de todos. La primera constituye un planificado y secuencial accionar, con mayor semejanza al accionar de una sociedad burocrtica, mientras que la segunda es ms desorganizada, burda y sin objetivos tan concretos como los que tena la unidad de experimentacin biolgica. La tortura de prisioneros para la experimentacin puede ser entendible (no justificable) desde el punto de vista de los objetivos imperiales, pero la matanza indiscriminada de civil y la violacin de mujeres no pareciera responder necesariamente a objetivos oficiales, o no lo hace al menos, de la misma forma. Sin embargo, hay un antecedente en el cual ambas prcticas coinciden, un proceso que ya se ha mencionado y sin el cual no se puede explicar los eventos que ocurrieron: un fuerte proceso de deshumanizacin y de construccin de una otredad negativa. [3: Operativo estadounidense que otorgo inmunidad a cientficos nazis a cambio de que contribuyan con la informacin recogida en la lucha contra la Unin Sovitica.]

Durante el entrenamiento militar, sabemos que a los soldados imperiales se les enseaba que los chinos eran chancorro, es decir, sub-humanos, animales inferiores. Esta lgica deshumanizadora no es ajena a la Unidad 731, donde los prisioneros solan ser referidos en el lenguaje de los oficiales como Maruta, trmino que si ha de traducirse debera recibir la denominacin de leo. Esta objetivacin de seres humanos contina la misma lgica deshumanizadora, donde los prisioneros recin llegados eran referidos por las autoridades oficiales como leos, como simples objetos con los cuales se iba a experimentar. Es as que ante la llegada de nuevos prisioneros a los miembros de menor jerarqua se les informara simplemente que se estaban transportando unos leosEn el documental francs Kizu (les fantmes de lunite 731) el director Serge Viallet accedi a entrevistar a algunos veteranos japoneses que haban participado de los experimentos de la unidad 731. Uno de ellos confiesa que se uni a la unidad creyendo que podra retirarse cuando quisiera, solo para descubrir que los soldados que intentaran escapar eran castigados como desertores, e incluso los desafortunados que contrajeran algunas de las enfermedades con las que se estaba experimentando, podan pasar a ser ellos mismos objetos de investigacin. Quienes se negaran a realizar las vivisecciones podan ser privados de su alimento hasta que aceptaran hacerlo. Los soldados haban sido convencidos que los prisioneros no eran humanos y que todos esos sacrificios eran necesarios para la guerra, sin embargo el relato de uno de los veteranos resulta interesante en este sentido. Declara que con el tiempo empezaba a conocerlos ms y a evitar el contacto visual todo lo que pudiera. Si bien en estos casos torturador y prisionero se encontraban en el mismo espacio fsico, experiencias como las de Milgram demuestran que evitar el contacto visual puede haberle facilitado la tarea de torturar a otro ser humano. Como declara el japons, incluso a los que haba visto eventualmente ya no poda reconocerlos, ya que haban perdido tanto peso y su piel se haba oscurecido tanto por la enfermedad que le era imposible. En un Imperio que destinaba tanta importancia a sus fuerzas armadas y el fuerte adoctrinamiento que estas practicaban, con una gran parte de la poblacin integrndolas al menos por un par de aos, es lgico que la construccin del pueblo chino como el otro al que hay que eliminar se haya expandido notablemente. Sin embargo, la deshumanizacin nunca afecta a la totalidad del grupo y se observa que gran parte se neg a realizar las torturas en primer lugar, o al menos le genero grandes controversias el hacerlo. Pero los mtodos coercitivos de las autoridades militares japonesas empujaron a sus soldados a realizar estas prcticas, las cuales se iban volviendo cada vez ms normales, revalidando el proceso de deshumanizacin. Dos procesos distintos o dos caras de una misma moneda?Qu relacin existe entre los hechos de Nanjing y los de la Unidad 731? Cmo se articulan ambos sucesos dentro de un mismo proceso? Como ya he dicho, observo una diferencia clara entre ambos procesos. La siguiente cita de Weber, utilizada por Bauman para explicar la Shoah puede explicar en parte el accionar de la Unidad 731, pero no pareciera contribuir mucho al anlisis de la Masacre de Nanjing: En la administracin estrictamente burocrtica, los siguientes aspectos alcanzan el punto ptimo: precisin, rapidez, falta de ambigedad, conocimiento de los expedientes, continuidad, discrecin, unidad, estricta subordinacin y reduccin de las fricciones y de los costos materiales y de personal. La burocratizacin ofrece sobre todo una posibilidad ptima para poner en prctica el principio de creciente especializacin de las funciones administrativas siguiendo consideraciones puramente objetivas El cumplimiento objetivo de las tareas significa principalmente que estas tareas se llevan a cabo segn unas normas calculables y sin tener en cuenta a las personas (Bauman: 1997). El accionar preciso, rigurosamente documentado, fuertemente disciplinado y unitario de la Unidad 731 pareciera ser un logro de la administracin burocrtica, una posibilidad que solo podra existir como fruto de la modernidad. El deseo por el desarrollo de armas qumicas y la capacitacin mdica de sus tropas responde a la lgica burocratizada propia de la modernidad, en la cual se cumplen los tres requisitos que Bauman tomaba de Herbert C. Kelman: la violencia est autorizada (las ordenes eran dadas por sus superiores), las acciones estn enmarcadas dentro de una rutina (el aplicar enfermedades y realizar vivisecciones era una tarea diaria que se fue convirtiendo en algo natural) y las victimas estn deshumanizadas (los prisioneros subhumanos a los que se los refera como Maruta). Pero esta lgica del trabajo conjunto, de las torturas solo con el fin de realizar avances cientficos, no se identifica con las acciones de los japoneses en la antigua capital china. La frase de Bauman (utilizada nuevamente para el caso Nazi) refleja en este caso el contraste entre ambas experiencias Una multitud de individuos vengativos y sanguinarios no encajara con la efectividad de una burocracia pequea pero disciplinada y rgidamente coordinada. (Bauman: 1998)Considero que ambos eventos analizados en este trabajo probablemente sean dos caras de un mismo proceso. Distintas, sin duda, pero parte de una misma lgica imperial. La investigacin biolgica y el desarrollo de armas qumicas requera de un accionar burocrtico, donde los experimentos no podan ser alterados y el ambiente era, por decirlo de alguna forma, seguro para los japoneses. De hecho se podra decir que los soldados japoneses que realizaban los experimentos en la Unidad 731 tenan ms razones para temer a sus propios superiores y los castigos que estos aplicaban que a los prisioneros, quienes no podan hacer mucho ms que resistirse al comienzo a los experimentos, estando totalmente indefensos como se encontraban. (Forty: 2013). En la invasin de Nanjing, por otra parte, los soldados se encontraban en un contexto de varios meses de guerra y a punto de tomar el control de la ciudad ms importante del pas, donde si bien es cierto que las defensas de Nanjing eran prcticamente nulas, los japoneses saban que muchos de los soldados que se haban quedado para defender Nanjing se haban despojado de sus uniformes e incorporado a los civiles. Esto desato la paranoia de los soldados, la cual quizs realmente haya sido potenciada por el hecho de haber encontrado una resistencia mucho ms fuerte y una mayor cantidad de muertos de lo que esperaban en Shanghi, as como por la unin temporal entre los nacionalistas de Chiang Kai-Shek (Kuomintang) y los comunistas de Mao que la invasin japonesa haba generado. La evidencia tambin parece indicar que el hecho de que el comandante en jefe Matsui Iwane, quien condeno la masacre, haya ingresado a la ciudad 4 das despus para luego ser reemplazado por Asaka (miembro de la familia imperial) puede haber agravado la violencia de los soldados. Osaka podra haber utilizado su influencia imperial para enviar a Matsui de vuelta a Japn y quedar a cargo de la operacin (Goma: 2010). Es una posibilidad tambin que la repercusin de los crmenes cometidos en Nanjing en el momento hayan influenciado al Imperio a esconder las prcticas de la Unidad 731, pero los evidentes bombardeos y ataques japoneses no parecen fortalecer la teora de un intento de discrecin por parte de los nipones, al menos durante el transcurso de la guerra. Es claro que ambos procesos tienen una base en comn el cual es la estigmatizacin y deshumanizacin que sufrieron los chinos en el ejrcito, as como los objetivos de expansin territorial que las autoridades japonesas se plantearon en sus objetivos imperialistas. Sin este pilar fundamental no se puede comenzar a analizar lo ocurrido durante la guerra. Por eso considero que ambas tragedias eran resultados potenciales para cualquier habitante del suelo nipn que haya sido vctima del fuerte adoctrinamiento al que eran sometidos, las cuales varan de forma tan marcada por los diferentes contextos en que tuvieron lugar y por los diferentes objetivos a los que respondan, constituyendo, como he intentado explicar, dos caras de una misma moneda. Genocidio?

Conociendo ya los dos sucesos que se plantearon analizar en este trabajo, y considerando el proceso de deshumanizacin como la base de ambos, es tiempo de intentar enmarcar los hechos ocurridos durante la segunda guerra sino-japonesa dentro del concepto de genocidio. No me preocupare todava de como definieron jurdicamente los crmenes cometidos los tribunales que enjuiciaron a los responsables en los aos posteriores al fin de la guerra, eso se ver ms adelante. Pero se intentara enmarcar lo acaecido en China dentro de las distintas definiciones de genocidio no solo preocupndose por su carcter jurdico, sino sociolgico, con el objetivo de poder tener una mayor comprensin del proceso y de la seleccin de las vctimas y un mayor respaldo para evitar sucesos como estos en el futuro.Tomando como punto de partida la definicin de genocidio realizada por la Convencin para la Sancin y Prevencin del Delito de Genocidio de ONU en 1948: se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuacin, perpetrados con la intencin de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, tnico, racial o religioso como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesin grave a la integridad fsica o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destruccin fsica, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por la fuerza de nios del grupo a otro grupo" se procede a intentar analizar los hechos bajo esta ptica. Es evidente la destruccin parcial de un grupo nacional como lo es el pueblo chino, encontrando con facilidad los crmenes nombrados en a), b) y c). Respecto al impedimento de nacimientos en el seno del grupo y el traslado por la fuerza de nios a otro grupo, se presentan mayores dificultades a la hora de definir su existencia. La matanza de mujeres embarazadas y los bombardeos qumicos considero bien podran ser ledos de esa manera, pero no hay evidencia de procesos de esterilizacin forzada o de segmentacin por sexos para evitar nacimientos en los grupos. Tampoco se encuentran casos de nios extrados de sus padres y luego entregados a otros sujetos, dato que no pareciera ser un atenuante del proceso considerando la enorme cantidad de nios que fueron asesinados junto a sus padres. Retomando la definicin, la intencin del perpetrador siempre presenta problemas para ser probada, ya sea mediante documentos o mediante las acciones. La existencia de documentos como el de Matsui Iwane especificando el respeto que deban sufrir los chinos prisioneros as como la falta de documentacin que pruebe que tal de nivel de violencia haya sido ordenada, pueden ser utilizados para relativizar la intencin. Considero sin embargo que el hecho de excluir a los prisioneros chinos de la convencin internacional por orden de Hirohito, educar a los soldados japoneses de que los chinos son chancorro y recluir a miles de personas en un laboratorio para experimentar con ellos son smbolos irrefutables de la intencin de las autoridades japonesas, ms all de si la magnitud de los hechos estaba o no en los planes. La responsabilidad del propio Hirohito en los crmenes cometidos por el ejrcito imperial fue y sigue siendo un largo debate. El hecho de que las acciones sean realizadas en el marco de la guerra es siempre una dificultad a la hora del anlisis, ya que se puede excusar (como veremos que se hizo) que los crmenes cometidos son simplemente acciones contra milicianos dentro del marco de una guerra, y no por fines ajenos a ella. Es claro el carcter de grupo nacional de las vctimas, pero la definicin de la convencin genera otra polmica respecto al carcter de grupo como tal. Fueron asesinados los chinos simplemente por su nacionalidad? O hubo acciones que determinaron que se los incluya en ese grupo? Cierto es que China se encontraba dividida entre los nacionalistas y los comunistas, ambos grupos con intereses e ideologas que contrastaban con la poltica del Imperio japons. La unin temporal de ambas facciones para enfrentar la invasin nipona y la infiltracin de las milicias entre los civiles exacerbaron el ataque japons, pero pareciera ser que ms all de la ideologa del pueblo a dominar la figura negativa creada consista en cualquier grupo que se interpusiera en los objetivos de expansin territorial. Es decir, considero que Japn utilizo la estigmatizacin del pueblo chino como medio para justificar su invasin y destruccin con el fin de cumplir sus objetivos imperialistas, frente a la escases de recursos y el aumento demogrfico. La articulacin de la identidad nacional china junto con el rol subversivo de la resistencia poltica frente a la invasin, crearon una imagen de todo miembro de la sociedad china como un sujeto a destruir, reflejado en las matanzas de mujeres, nios y ancianos. Pero teniendo en cuenta los flamantes deseos del Imperio de expandirse, as como la realizacin de auto-atentados para poder justificar sus invasiones, se podra estimar que ms all del accionar poltico del pueblo a invadir el Imperio generaba una imagen negativa del otro para convencer a sus soldados, siempre fieles a su emperador divino, de cometer cualquier crimen que beneficiara los intereses nacionales.

Otros autores se distanciaron de la polmica definicin de la convencin y realizaron sus propios aportes a intentar definir procesos como este. Tal es el caso de Daniel Feierstein, quien ofrece otro enfoque al asunto y cuyos conceptos utilizare para seguir analizando la viabilidad de enmarcar el caso chino dentro de la figura del genocidio. Comprendiendo que un genocidio comienza mucho antes del aniquilamiento de personas, en este caso, antes del inicio de la guerra; y que finaliza despus del mismo, se debe abarcar un lapso de tiempo indefinido mayor que el de los 8 aos de guerra para poder comprender realmente el carcter de estas prcticas (Feierstein: 2014). Feierstein deja por un lado el concepto de genocidio, el cual reserva a su definicin jurdica, y desarrolla para un anlisis sociolgico el concepto de practica social genocida, propia de la modernidad, a la cual define como: aquella tecnologa de poder cuyo objetivo radica en la destruccin de las relaciones sociales de autonoma y cooperacin y de la identidad de una sociedad, por medio del aniquilamiento de una fraccin relevante (sea por su nmero o por los efectos de sus prcticas) de dicha sociedad, y del uso del terror producto del aniquilamiento para el establecimiento de nuevas relaciones sociales y modelosidentitarios. El aniquilamiento fsico de las victimas pasa a ser as un medio, y no un fin en s mismo, para reorganizar las relaciones sociales. No se realiza simplemente una matanza, sino que se utiliza la misma como medio para destruir las relaciones sociales existentes as como la identidad de la vctima, reemplazndolas en su lugar con unas nuevas. A diferencia de la definicin de la convencin, el nfasis recae en la accin del perpetrador y no en el carcter de las victimas (nacional, tnico, etc.). A partir de esto, se propone un intento de periodizacin delimitando 6 etapas que un proceso genocida debe cumplir (aunque no necesariamente de forma secuencial) para poder reformular las relaciones sociales. Comprendiendo que la prctica social genocida se divide en dos sucesos, la realizacin material y la simblica, las 6 etapas consisten en: la construccin de una otredad negativa y la estigmatizacin, el hostigamiento, el aislamiento, el debilitamiento sistemtico, el aniquilamiento material y la realizacin simblica. Mirar el caso en cuestin a travs de esta ptica aporta al anlisis del carcter genocida del mismo.Creo que se ha desarrollado bastante el concepto de construccin de una otredad negativa a lo largo del trabajo, por lo que un anlisis detallado seria redundante. Se demostr, mediante la presentacin de hechos y testimonios histricos y siguiendo el pensamiento terico de Foucault, como el imperio japons creo una imagen negativa y sub-humana del integrante del pueblo chino, prejuicio sin el cual no podra haber justificado su lgica imperialista. La violencia en este punto es aun simblica (respecto a las vctimas, al menos) y una nueva figura del otro como algo negativo y fuente de los problemas es insertada poco a poco en el inconsciente colectivo. Para analizar el proceso desde el hostigamiento hasta el efectivo aniquilamiento, considero pertinentes ciertas reflexiones que ayudan a comprender mejor el caso particular que nos compete. A diferencia de otros procesos genocidas, el enemigo en este caso es totalmente externo, tratndose el mismo de la poblacin, o al menos en un comienzo la poblacin combatiente, de otro pas (el hecho de que hubiera chinos viviendo en Japn no le da relevancia a la existencia de un enemigo interno pues no afecta los fines de expansin del imperio). Por otra parte, los hechos ocurridos entre ambas naciones asiticas se dieron en el medio de una guerra entre ambos y posteriormente en el marco de la segunda guerra mundial. El hecho de un enfrentamiento blico entre ambos permite comprender que las etapas y cualidades necesarias de una prctica social genocida pueden darse con mucha mayor rapidez, o incluso a la par, que en otras experiencias similares. Si bien la construccin de la otredad negativa fue un proceso planificado y se podra decir justificadamente que invadir China estaba en los objetivos imperiales desde hace largo tiempo, las situaciones de crisis o relevancia extrema intensifican la rapidez con que el proceso avanza. El hostigamiento se caracteriza por elevar la violencia del plano simblico al material y se caracteriza por la existencia de dos tipos de acciones simultneas: una de violencia directa espordica realizada por la vanguardia de la fuerza social dominante y otra estatal de sancin de medidas jurdicas que legitimen la discriminacin. Como mencione previamente, el carcter externo del otro negativo gener que este tipo de acciones comiencen a verse claramente ya en el mismo ao de la masacre y en el marco de la guerra. Asesinatos de campesinos chinos en el avance hacia la invasin del pas o la utilizacin de los mismos como prctica de entrenamiento para los soldados, as como la sancin jurdica que expele a los chinos de los tratados convencionales sobre el trato a prisioneros de guerra son ejemplos de estas prcticas. En estos niveles el objetivo es an ms de exclusin que de exterminio, en el caso sino-japons esto se refleja en el pedido al ejrcito chino de rendicin, con el cual se podra especular que los sucesos posteriores podran haber sido distintos si esto ocurra. El hostigamiento tambin cumple la funcin de testear el nivel de aceptacin de la sociedad, lo cual quizs podra retrotraerse hasta la invasin de Manchuria de 1931, pero la creacin de un Estado ttere con el ltimo emperador chino a su cargo y la ausencia de matanzas masivas pareciera poner a ese suceso en un marco anterior. Frente al momento del aislamiento, se presenta una problemtica en donde este no existe de una forma clara, y de hacerlo lo hace ya en pleno proceso blico. La particularidad del caso es que considero que la fraccin negativizada es, en un punto, la totalidad del conjunto social. Esto impide que una separacin entre ambos y la ruptura de sus lazos pueda ocurrir. Si bien alguien podra argumentar que el enemigo eran los milicianos y no el pueblo chino, los hechos posteriores demuestran que la fraccin negativizada abarca a la totalidad de la poblacin, la cual al ser un enemigo externo no puede ser fsicamente delimitada dentro del Imperio. Si bien el avance de las tropas japonesas iba haciendo retroceder y replegar a los chinos, as como muchos que intentaron escapar fueron asesinados, esto se da en el marco de una guerra y no de una forma que fuera propia de una prctica genocida. El respeto parcial de la zona de seguridad, creada por occidentales residentes en China y no por los propios japoneses, siempre y cuando la misma se encuentre desmilitarizada, sea quizs el aspecto ms cercano al aislamiento en el sentido que se dio en otros procesos genocidas. Las polticas de debilitamiento sistemtico se dan prcticamente a la par del exterminio, el resquebrajamiento fsico es evidente frente a las torturas y bombardeos previos a los que fue sometida Nanjing o los ataques bacteriolgicos que los nipones lanzaron sobre miles de civiles chinos. El aspecto psquico del resquebrajamiento es igual de notorio frente al asesinato de familiares enfrente de los mismos, la violacin de mujeres enfrente de su propio entorno social o la cantidad de hombres a los que se los obligo a violar a otras mujeres, sean o no de su propia familia. Testimonios de soldados robando vestimentas de civiles para poder infiltrarse en la zona de seguridad tambin iluminan este aspecto de destruccin de las relaciones de solidaridad. En un comienzo hay un proceso de seleccin, al menos en el discurso, de los milicianos como el objetivo de los japoneses. El hecho de que ex soldados se entremezclen con los civiles pareciera ser ms una excusa para poder masacrar a un sector ms amplio de la sociedad, considerando que los ataques frente a mujeres ancianos y nios ya venan teniendo lugar con anterioridad. El eventual aniquilamiento material tambin ha sido largamente desarrollado en este trabajo, destacando su particularidad de asesinatos extremadamente directos por gran cantidad de soldados, basndose en lo fundamental de la disciplina y el seguimiento de rdenes en el ejrcito japonesa as como la devocin a la figura divina del emperador. Ambos procesos estudiados en este trabajo representan una parte fundamental en el proceso genocida, pero tan solo inician otro proceso, el final, el de la realizacin simblica, sin la cual una prctica no puede ser definida como genocida. El proceso no puede estar completo si no se realiza tambin una reformulacin en la forma en que se representa la experiencia y la identidad de quienes sufrieron la practica genocida. Es necesario clausurar los tipos de relaciones sociales que estos encarnaban (o amenazaban encarnar) para generar otros modos de articulacin social entre los hombres (Feierstein: 2014). La existencia de una efectiva realizacin simblica ser estudiada con mayor profundidad en la parte final del trabajo, considerando el negacionismo japons, la acusacin de un complot contra Japn y la justificacin de los actos cometidos bajo una lgica de guerra. Considero, como qued reflejado previamente, que enmarcar los hechos en cuestin dentro de esa periodizacin presenta algunas complicaciones, y el caso presenta particularidades que hacen que sea difcil de enmarcar en la figura de prctica social genocida. Como ya mencione, el hecho de ser un enemigo totalmente externo y en el marco de una guerra acelera procesos y genera diferencias con otras prcticas genocidas. Sin embargo considero que la fuerte presencia de los procesos simblicos, es decir la estigmatizacin y la realizacin simblica (a mi juicio los ms importantes junto al necesario aniquilamiento material), permiten enmarcar a las acciones japonesas sobre el pueblo chino en la figura de una prctica social genocida. Es clara la existencia de una tecnologa de poder que destruye las relaciones de autonoma y de cooperacin as como reconstruye la identidad de la vctima, mediante un uso del terror pocas veces visto en el siglo XX. La definicin de genocidio establecida por la convencin en 1948 tambin enmarca el accionar del Imperio del Sol naciente en el de una prctica genocida, pero, Por qu es importante esto?El definir a un proceso como genocida, ya sea jurdica o sociolgicamente, va ms all de las sanciones que la misma implique para los perpetradores. De hecho, como veremos a continuacin, si bien muchos japoneses tuvieron impunidad ante los hechos gran parte de ellos fue sancionado intensamente, llegando incluso a la pena capital. La importancia de denominarlo genocidio radica en el hecho de devolverle a las victimas el sentido de sus prcticas, de no caer en banalizaciones y respetar la identidad, como esa articulacin entre el ser y el hacer, de las vctimas. Respetando la figura de las vctimas como sujetos sociales con prcticas que denotan su identidad, se evita un asesinato simblico de las mismas y se avanza en el camino hacia prevenir que hechos como estos vuelvan a ocurrir. Jurdicamente, se busca de la misma forma evitar reducir al sistema judicial a un simple aparato represivo/punitivo, sino utilizarlo como generador de conciencia y verdad. El papel de la realizacin simblica del genocidio as como de la negacin de las vctimas y la importancia de denominar al proceso como genocidio ser profundizado en el final del trabajo, de forma posterior a un estudio de las sanciones que efectivamente emitieron los tribunales que juzgaron a las autoridades japonesas tras la derrota del Imperio en la guerra, las cuales se presentan a continuacin.

TRIBUNALES DE JUSTICIA

Debilitado el Imperio por los bombardeos atmicos, el fracaso en la conquista de China y la dificultad de mantener su guerra en el resto de Asia ante los embargos econmicos, el pueblo japons debi escuchar a su Emperador Hirohito anunciar por la radio el fin de la participacin japonesa en la segunda guerra mundial. Esto dio lugar a una invasin estadounidense con el objetivo de determinar cmo seran juzgados los criminales de guerra japoneses y cul sera el futuro del pas. Me centrare en dos procesos penales, el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente realizado por los pases aliados en Tokio y el Tribunal de Crmenes de Guerra de Nanjing realizado por el gobierno nacionalista chino de Chiang Kai-Shek.

Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente

Este tribunal es uno de los de mayor importancia en el siglo XX respecto a crmenes cometidos en la guerra, as como uno de los ms polmicos. Realizado por jueces de 11 naciones (China, Australia, Estados Unidos, Gran Bretaa, Francia, Canad, Filipinas, URSS, Pases Bajos, Nueva Zelanda e India)[footnoteRef:4] y tomando en parte como modelo a los juicios de Nremberg, se dispuso durante un lapso de ms de dos aos a recopilar evidencia y or testimonios para determinar la culpabilidad de los perpetradores de algunas de las masacres cometidas por el Imperio nipn en la guerra. Enumer un total de 55 delitos, divididos a su vez en tres categoras principales: - Crmenes en contra de la paz (delitos 1-37)- Homicidio (delitos 37-52)- Crmenes de guerra convencionales y crmenes contra la humanidad (delitos 53-55) [4: Nueve de ellos haban participado en la firma del Acta de Rendicin de Japn. ]

La primera categora abarcaba mayormente la planificacin o conspiracin para realizar una guerra no provocada contra China, Estados Unidos y varios pases que haban enfrentado al pas imperial y ahora lo estaban juzgando. La segunda categora por su parte se centraba mayormente en los homicidios cometidos, el trato que recibieron los prisioneros de guerra y el incumplimiento de convenciones internacionales acerca de los derechos de los mismos. Dentro de esta categora destaca el delito 45 el cual remite directa y nicamente a los hechos cometidos en la ciudad de Nanjing a partir del 12 de diciembre. Dentro de la tercera categora destaca el polmico e innovador delito n55, el cual fuera criticado por muchos sectores. El mismo incluye la figura de omisin, planteando como criminales a quienes Deliberada y desinteresadamente desobedecieron su deber legal de tomar los pasos adecuados para asegurar la observancia y prevenir infracciones de la misma, violando entonces la ley de la guerra. Declarando la inaccin para prevenir crmenes de guerra como un crimen contra la humanidad, el Tribunal de Tokio estableci un nuevo precedente para ley internacional, uno que no haba sido tenido en cuenta en Nremberg. (Brook: 1999) El Tribunal Internacional de Tokio fue duramente criticado por muchos sectores, si bien la mayora de los japoneses acepto las condenas emitidas al finalizar los juicios y el pas acepto la legitimidad del mismo oficialmente en 1951. Dentro de las crticas recibidas destaca el hecho de haber otorgado inmunidad no solo a Hirohito y el prncipe Asaka sino a toda la familia imperial. Esta decisin desato grandes controversias entre quienes responsabilizaban a Hirohito de lo ocurrido y quienes, independientemente de la responsabilidad del Emperador, no consideraban una buena decisin juzgar a la mxima autoridad japonesa. Esto aumento an ms el desprecio de algunos sectores al Tribunal por ser altamente funcional a los intereses estadounidenses. Al finalizar la guerra del pacifico los Estados Unidos haban invadido Japn y la realizacin de un tribunal para juzgar a los responsables haba sido delegada al Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas, el estadounidense Douglas MacArthur. En el recaa la obligacin de tomar una decisin respecto a Hirohito, considerando las consecuencias de enjuiciar a la mxima autoridad, una eminencia divina para su pueblo. Su protegido, el militar Bonner Fellers realizo investigaciones desde el 22 de septiembre de 1945 hasta el 6 de marzo de 1946, interrogando a ms de 40 lderes de guerra japoneses principalmente en la prisin de Sugamo. Creyendo que la destitucin de Hirohito como Emperador podra generar revueltas populares en un Japn golpeada por la posguerra y la crisis alimenticia y dificultar la transicin del pas asitico a un orden democrtico, las historias de los interrogados fueron coordinadas para lograr que la responsabilidad no caiga en el divino Emperador, sino en su primer ministro Tojo. Muchos pases, incluida la Unin Sovitica estalinista, queran culpar a Hirohito de las acciones pero pensaban hacerlo solo si Estados Unidos tambin lo haca. Incluso la propia China nacionalista de Chiang Kai-Shek, la principal vctima del Imperio japons pero sumida en una profunda guerra civil contra los comunistas de Mao Tse-Tung, no quera culpar a Hirohito ya que consideraba que su presencia poda ayudar a frenar el avance del comunismo. Considerando mantener el apoyo financiero que Estados Unidos otorgaba a los nacionalistas chinos en su guerra civil, Chiang Kai-Shek no entrego toda la informacin que haba recopilado desde 1938 sobre el uso de gas veneno ni la poltica japonesa de Matar todo, quemar todo, robar todo (Sanko Sakusen); crmenes que de todas formas haban ocurrido mayoritariamente en las zonas comunistas del pas por lo que no eran de tanta importancia para el lder del Kuomintang. Hirohito de esta forma no solo fue exonerado sino que no otorgo diarios o documentos ni dio testimonio ante el Tribunal de Tokio, e incluso cuando las autoridades japonesas hacan declaraciones que de forma no intencional podan complicar la situacin del Emperador, eran corregidas en sus prximos testimonios. (Bix: 2007) La crtica a la lgica de Justicia del Vencedor que recibi el Tribunal de Tokio, al igual que la haba recibido Nremberg (siegerjustiz) toma mayor fuerza considerando la inmunidad que recibieron Shiro Ishii y todos los responsables del accionar de la Unidad 731 y otras unidades de experimentos biolgicos. El uso de gas veneno y otras armas qumicas as como la experimentacin en personas utilizadas como conejillos de indias no recibieron ninguna sancin, y sus responsables fueron exonerados de sus crmenes a cambio de la informacin que haban recopilado. Esta informacin poda serle til a Estados Unidos en su naciente guerra con la superpotencia sovitica, por lo que sancionar legalmente su uso resultara contraproducente para sus intereses. Los crmenes cometidos por los Aliados incluyendo las dos bombas atmicas y el incendio de Tokio, claro est, no fueron juzgados en este Tribunal perpetrado por naciones victoriosas. Sumados a la nacionalidad de los jueces favoreciendo intereses Aliados y la introduccin del delito por omisin, el Tribunal recibi crticas por vulnerar principios bsicos de la legalidad como la irretroactividad, ante la falta de leyes internacionales previas a los delitos, y la tipicidad, ante la imprecisin de los conceptos contenidos en los delitos a juzgar. Sectores descontentos con el Tribunal tambin criticaron la posibilidad de sancionar a individuales por acciones estatales. Uno de los principales crticos del Tribunal fue Radhabinod Pal, el juez de la Alta Corte de Calcuta y representante de India en el propio Tribunal Internacional de Tokio. En un escrito de 1235 hojas de largo, cuestiona la legitimidad del Tribunal y pretende exonerar a todos las autoridades japonesas de todos los cargos en su contra. Pal plantea que el uso de la propaganda poltica puede haber influenciado en los testigos y relativiza muchos testimonios, considerando que no se puede demostrar la veracidad de los mismos. De la misma forma deslegitima el delito n55 creyendo que esta fuera de su jurisdiccin al no estar integrada en los estatutos para el Tribunal de Tokio establecidos por Douglas MacArthur. Si bien Radhabinod no niega los hechos de Nanjing ante la masiva cantidad de evidencia, no cree que haya evidencia para demostrar que lo ocurrido fue resultado de una poltica de gobierno, por lo cual no cree que haya que sentenciar a las autoridades gubernamentales por ello. Plantea que las autoridades gubernamentales debieran ser juzgadas distinto a las autoridades militares, sin embargo no cree que haya responsabilidad en ninguno de ellos, resaltando el carcter de maquinaria de las fuerzas armadas y la dificultad de un individuo para controlar su funcionamiento. La conspiracin para desatar una guerra agresiva, uno de los delitos en los estatutos del Tribunal, no era un delito en 1937 por lo que Pal exiga que los acusados no podan ser sentenciados por ese cargo.

Frente a la masacre de Nanjing de 1937, tan solo dos acusados fueron sancionados por las acciones cometidas. Matsui Iwane, Comandante en jefe del ejrcito del rea central de China, y Hirota Koki, ministro de exterior del Imperio en el momento de la ocupacin. Matsui, quien haba ingresado a Nanjing cuatro das despus de iniciada la Masacre, fue acusado de 9 delitos pero encontrado culpable solo del delito n55, por la omisin de su deber legal de frenar las matanzas, y solo por ese delito fue condenado a morir en la horca. La responsabilidad de Matsui fue largamente debatida, considerando sus testimonios muchas veces contradictorios y la documentacin por l escrita. Si bien no se lo considero responsable de haber ordenado ni realizado ninguno de los crmenes, y a pesar de evidencias que parecieran demostrar su sincero arrepentimiento, el Tribunal considero que Iwane no cumpli la responsabilidad de su rol como Comandante en Jefe de frenar el accionar criminal de sus tropas. Hirota Koki, por su parte, fue acusado de 8 delitos pero encontrado culpable de solo tres, incluyendo el 55, por lo cual fue considerado responsable tanto por accin y conspiracin para iniciar una guerra contra China as como por omisin de su deber legal de frenar las masacres y finalmente condenado a la horca. El Tribunal no solo juzgo los hechos ocurridos en la ocupacin de China (de hecho fue criticado por no investigar lo suficiente las ocupaciones de China y Corea) sino que juzgo las acciones cometidas por el Ejercito Imperial en toda Asia, incluyendo otros infames crmenes como los de Manila, la Marcha de la Muerte en la ciudad filipina de Bataan y la construccin del Ferrocarril de Birmania, conocida popularmente por su representacin en la clebre novela y pelcula El puente sobre el rio Kwai (Bix: 2007). A diferencia de los juicios de Nremberg, en Tokio no hubo ninguna absolucin, y todos los acusados fueron encontrados culpables al menos de uno de los cargos. La inmunidad otorgada a la familia imperial y a los responsables de las unidades de investigacin biolgica relativizan, por supuesto, tal mrito. De los aproximadamente 6000 japoneses acusados en el Tribunal, 70 correspondan a la primera categora de crmenes, de los cuales 28 representaban autoridades mximas japonesas. Las condenas que recibieron, sin embargo, fueron exoneradas por las autoridades japonesas en 1958 y los responsables puestos en libertad. Tanto Shiro Ishii como los miembros de la familia imperial incluyendo al propio Emperador continuaron con cargos de autoridad y totalmente impunes durante el resto de sus vidas, teniendo que resignar sin embargo Hirohito su condicin de autoridad divina, como parte de los acuerdos establecidos con el Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas Douglas MacArthur, cuya reunin fue inmortalizada en una fotografa que quedo marcada en la historia de ambas naciones. Tribunal de Crmenes de Guerra de NanjingDe menor repercusin y magnitud fue el Tribunal de Crmenes de Guerra de Nanjing de 1946, uno de los 13 tribunales nacionales realizados por Chiang Kai-Shek para juzgar a los responsables de la masacre. En estos tribunales se juzg a cientos de japoneses de los cuales muchos fueron condenados a la pena capital. En el Tribunal de Crmenes de Guerra de Nanjing, sin embargo, solo cuatro japoneses fueron juzgados por su responsabilidad en la masacre. El general Okamura, responsable de la masacre que no se encontraba dentro de los cuatro juzgados, fue protegido por Chiang Kai-Shek para ser utilizado como consejero militar para el Kuomintang. De los 4 acusados, solo uno, el teniente general Tani Hisao, era una autoridad militar al momento de la cada de Nanjing. El resto de los responsables estaban siendo juzgados por el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente o ya se encontraban muertos. Tani Hisao fue declarado culpable ante la gran cantidad de evidencia y fusilado por el gobierno chino. El deseo de Chiang Kai-Shek de no confrontar con Japn y Estados Unidos finalizada la guerra y la presin constante ante la intensa guerra civil que azotaba su gobierno y generara el ascenso de Mao Tse-Tung en 1949, tuvo como consecuencia que los tribunales ocurridos en China no tuvieran la magnitud ni el funcionamiento sistemtico que tuvo el Tribunal Internacional de Tokio. Tomando como base los testimonios de testigos de los eventos as como la informacin otorgada por las casas funerarias y las organizaciones caritativas que enterraron cadveres, el Tribunal de Crmenes de Guerra de Nanjing declaro oficialmente 300.000 muertos como un estimado de las vctimas de la masacre. Dicho nmero, se encuentra an grabado en la pared que homenajea a los cados en la ciudad de Nanjing, y es frecuentemente utilizado por China como el nmero real de vctimas en manos del ejrcito imperial japons.

Reflexiones Finales: Negacin de la identidad de las vctimas y Realizacin Simblica

Presentado ya el caso y su anlisis, es interesante estudiar la repercusin que los hechos ocurridos tuvieron en el mundo y el papel que juegan incluso hoy en da no solo en las relaciones sino-japonesas, sino en la memoria colectiva de todo el mundo. Si bien es cierto que no puede decirse que los hechos de Nanjing y la unidad 731 no hayan tenido repercusin alguna considerando que incluso en occidente las noticias llegaron a odos del pueblo, la magnitud de los hechos ocurridos junto con la importancia del Tribunal Internacional de Tokio en contraste con la poca cantidad de trabajos de investigacin respecto al tema, as como representaciones en pelculas o libros, pareciera demostrar que los crmenes no mantuvieron hasta el da de hoy el nivel de repercusin que probablemente hubieran tenido si hubieran ocurrido en otra parte del mundo. La falta de repercusin respecto a las atrocidades cometidas por el ejrcito imperial responde a varios factores, ejerciendo una clara influencia la fuerte cosmovisin occidental que se observa del mundo. Los crmenes cometidos por la Alemania Nazi, aliada de Japn en la guerra, tienen hoy en da una repercusin notablemente mayor, contando con una gran cantidad de producciones literarias y filmogrficas sobre el tema y una fuerte presencia de la Shoah en el discurso y en la conciencia de la mayora de los habitantes del mundo. A diferencia del caso asitico, el cual podra decirse vulgarmente que no tiene nada que envidiarle al caso nazi en muchos aspectos, el carcter europeo del accionar del nazismo y su confrontacin con las grandes potencias del mundo le otorgan otro nivel en el patrimonio histrico mundial. Ya siguiendo a Traverso se puede observar como el racismo y muchas de sus prcticas se encontraban presentes en pases del tercer mundo con anterioridad al nazismo y el fascismo, pero estuvieron muy lejos de generar una indignacin mundial de esa magnitud (Traverso: 2002). De hecho, es claro que el aspecto que ms presente se encuentra del Imperio japons es su accionar en la guerra del pacifico con Estados Unidos, con el ataque a Pearl Harbor, los pilotos kamikaze y la cada de las dos bombas atmicas. El hecho de que las vctimas no hayan sido en el corazn de Europa no alcanza, sin embargo, para entender el manto de sombra que envuelve a muchos de los hechos ocurridos en la segunda guerra sino-japonesa. No es el objetivo el demonizar a los japoneses como un pueblo victimario ni presentar a los chinos como las vctimas inocentes, sino el realizar un anlisis acertado de responsabilidades que ayuden a entender la complejidad del proceso. El intenso adoctrinamiento de un servicio militar obligatorio as como la fuerte censura que haba por parte del Imperio, presenta dificultades a la hora de analizar tanto las culpabilidades como el conocimiento real de lo que ocurra en el pueblo japons. Pero no se puede ni debe desviar la vista de quienes, incluidas las propias autoridades chinas, desviaron la atencin del conflicto por intereses propios estratgicos. La inmunidad otorgada a toda la familia imperial as como a Shiro Ishii, el hecho de que Hirohito haya continuado con su cargo aun as haya resignado a su condicin divina, el sometimiento de muchos pases a las decisiones de un Tribunal Internacional altamente funcional a intereses estadounidenses y el conveniente silencio de Chiang Kai-Shek y Mao Tse-Tung para no perjudicar sus intereses propios en una China azotada por la guerra civil; son todos factores que contribuyeron a que tanto Nanjing como el resto de los crmenes permanecieran prcticamente ocultas por dcadas, y lo sigan estando aun hoy en da para un gran sector de la poblacin. La existencia de los hechos ha sido una fuente de lucha en las relaciones sino-japonesas a travs de los aos, siendo uno de los exponentes del nacionalismo chino frente a los nacionalistas japoneses revisionistas que niegan o relativizan la veracidad de los hechos. Las filmaciones del misionero estadounidense John Magee sobre la masacre de Nanjing fueron incluso sacadas por contrabando del pas y enviadas a Estados Unidos, John Rabe por su parte se dispuso a otorgarle las evidencias a Hitler con la expectativa de su intervencin, pero fue presionado por la Gestapo para no difundir esa informacin. En 1997 la escritora estadounidense Iris Chang, hija de padres asiticos, publico su clebre novela La violacin de Nanking la cual se volvi inmediatamente en un best-seller y reavivo el tema de la masacre en el discurso pblico. La obra literaria narraba los hechos ocurridos durante las seis semanas posteriores a la entrada del ejrcito imperial en la capital china y tuvo grandes mritos en volver a dar a luz a un hecho que pareca sumergido en las sombras. Su magnum opus sin embargo fue fuertemente criticado por muchos sectores, tanto revisionistas japoneses que niegan que los hechos hayan ocurrido como historiadores que denuncian a la obra por estar minada de errores histricos y descripciones errneas de las fotografas utilizadas. A pesar de sus anlisis quizs banales del porqu del accionar japons, relacionndolo con la implantacin por parte del Imperio japons del bushido (cdigo tico de los samuri) como baluartes morales para toda su poblacin continuando una secuencia milenaria de una cultura guerrera, su obra contribuyo a reavivar el reclamo por justicia y reconocimiento de los cados en Nanjing. Diversos documentales, pelculas y libros han sido publicados durante los ltimos 20 aos, de orgenes tanto occidental como oriental. Como ya se ha mencionado, no basta con el aniquilamiento material para perpetrar una prctica social genocida, sino que es necesario completar el proceso en el mbito simblico e ideolgico, re-narrando las experiencias y las representaciones de las vctimas, transformando sus identidades. Si bien durante aos e incluso hoy en da algunos sectores ultra-nacionalistas siguen argumentando que esos hechos nunca ocurrieron y fueron fabricados como propaganda de guerra, muchos otros no niegan la totalidad de los hechos sino que minimizan su magnitud o tergiversan los objetivos imperiales y la forma en que fueron llevados a cabo. En su obra, Feierstein aclara que no es el olvido absoluto la frmula ms efectiva para la realizacin simblica. El olvido absoluto implicara apenas un salto hacia atrs en la experiencia, la desaparicin de una relacin social, pero no necesariamente su clausura (Feierstein: 2014). El genocidio debe destruir las relaciones sociales que estos encarnaban (y que atentan contra el orden del perpetrador) para establecer nuevas relaciones sociales afines a los intereses de la nueva organizacin. El deseo imperialista de Japn de conseguir nuevos recursos lo urga a apresurarse frente a la primera unificacin de China bajo el gobierno nacionalista y luego ante la unin entre estos y los comunistas para enfrentar la invasin nipona. En la representacin que gran parte de Japn realizaba, incluyendo su ministerio de Educacin, el Imperio Japons haba luchado en defensa propia y liberado a los pases asiticos de la influencia toxica de occidente en el continente, siendo luego el propio Imperio la victima por los sucesos de Hiroshima y Nagasaki. Todos los libros de texto escolares deben pasar por la supervisin del Ministerio de Educacin, el cual hasta 1994 no informaba a sus estudiantes acerca de los aproximadamente 20 millones de muertos que el ejrcito de Hirohito dejo como saldo en la Segunda Guerra Mundial. La polmica frente a los libros escolares estuvo latente por aos y sigue en menor medida hasta el da de hoy, donde por dcadas la mayora de los libros aprobados por el gobierno no contena referencia a los hechos o eran brevemente explicadas, hecho que en 1982 genero una crisis diplomtica en varios pases asiticos. Ienega Saburo, historiador japons, se entablo en una batalle legal con el gobierno en la dcada del 60 por su deseo de incluir la masacre de Nanjing en los libros escolares, hecho que le vali crticas e incluso amenazas de muerte. Misma suerte corrieron Azuma Shiro, el primer veterano japons en reconocer las atrocidades cometidas; y Motoshima Hitoshi, Mayor de Nagasaki a quien su crtica a Hirohito le vali un disparo en la espalda que no logro asesinarlo. Incluso la clebre pelcula de 1987 El ltimo Emperador sufri en Japn un recorte de 30 segundos en una escena que mostraba los crmenes de Nanjing, hecho que genero el repudio de su director Bernardo Bertolucci. (Chang: 1998) La realizacin simblica encuentra uno de sus puntos mximos en la negacin de la identidad de las vctimas, donde todas estas son agrupadas bajo la categora de inocentes y despojadas as de la identidad y el accionar que las volvi victimas en primer lugar, atribuyendo su exterminio al simple hecho de pertener a un determinado grupo, legitimando as el discurso genocida. Si bien ya exprese mi opinin de que cualquier pueblo que se hubiera visto en el medio de los deseos de expansin imperialistas probablemente hubiera corrido la misma suerte, es cierto que el carcter poltico de una china enfrentada en una guerra civil pero unificada frente a la amenaza extranjera tena un carcter subversivo para los intereses japoneses. Este proceso suele verse acompaado de una transferencia de la culpa (Feierstein: 2014) donde la responsabilidad recae en aquellos que se resistieron al exterminio, las victimas culpables, proceso que se observa en Japn en los sectores que plantean que los nicos muertos fueron los soldados que combatieron y los que se infiltraron en la poblacin civil, siendo su muerte algo natural e inevitable de todo proceso blico. Si bien las voces mayoritarias, tanto oficiales como no oficiales, reconocen los crmenes cometidos por Japn durante la dcada del 30 y el 40, el discurso pos genocida an se encuentra fuertemente arraigado en la sociedad, no solo en su expresin ms burda de negar la totalidad de los hechos sino en la reformulacin de la identidad de las vctimas y el porqu de su muerte, as como en un exceso de nfasis en el sadismo de las torturas ocurridas y no en avanzar hacia una mayor comprensin de las razones que llevaron a ese desenlace. Devolver a las victimas su carcter de sujeto social, de identidad por accin ms que por pertenencia a un grupo, es la importancia de caracterizar a un proceso como genocida e intentar que las relaciones sociales que aquellas victimas representaban no sean destruidas en el discurso y reemplazadas por las del propio perpetrador del genocidio. No reconfortarse, si es que se puede usar el trmino, en la maldad absoluta y natural de los perpetradores para escapar del rol de potencial genocida que cualquier sociedad puede tener, si es vctima de todos los procesos psicolgicos necesarios para poder efectuarlo. Mantener viva la memoria real de las vctimas y el accionar que las llevo a convertirse en ellas, es nuestro deber social para combatir el genocidio en su faceta simblica y evitar que sucesos como los aqu presentados vuelvan a ocurrir.

De modo que no tuve empacho en destruir algunas piedras talladas que haban hecho los esclavos. Por el contrario, me proporcion cierta satisfaccin el hacerlo. Destruimos completamente las imgenes y de ellas no quedaron ms que polvo, de modo que no hay rastro alguno de ellas. As tambin destruimos a Espartaco y a su ejrcito. Y as tambin, con el tiempo, destruiremos hasta su recuerdo y el recuerdo de lo que hizo y por qu lo hizo General Craso Espartaco, Howard Fast, 1951.

BI