14
GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, pp. 166 -180, 2004 TURISMO Y ESPACIO. APORTES PARA OTRA GEOGRAFÍA DEL TURISMO Analía Verónica Almirón* *Profesora de Geografía; Docente del Departamento de Geografía de la Universidad de Buenos Aires; Becaria doctoral del CONICET, con sede de trabajo en el Instituto de Geografía de la Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: [email protected] RESUMEN Los estudios geográficos del turismo se vienen desarrollando con gran rapidez, ocupando espacios cada vez más significativos en la producción académica de la Geografía. A pesar de esto, la denominada Geografía del Turismo precisa revisar y, al mismo tiempo, profundizar sus bases teórico- metodológicas. El presente trabajo se propone pensar la práctica turística y sus espacios, en el marco de una reflexión sobre las posibilidades concretas de construir una perspectiva geográfica diferente, más compleja y flexible, que avance más allá de las usuales formas de entender (y estudiar) el espacio del turismo como un mero escenario de la práctica turística. De acuerdo con este propósito, en primer lugar, abordo cómo es entendida la práctica del turismo, sus espacios y sus relaciones, desde una perspectiva tradicional. Luego, en segundo lugar, presento algunas perspectivas críticas sobre la práctica del turismo y su dimensión espacial, con el propósito de introducirnos en el proyecto de construcción de otra mirada sobre el fenómeno desde una perspectiva geográfica. Así, en tercer lugar, abordo los aportes teóricos que permitirían complejizar las miradas críticas sobre la práctica turística, y ayudar en el proyecto de construir otra Geografía del turismo. PALABRAS CLAVES Turismo; espacio; geografía del turismo. I - Introducción En los últimos años se evidencia un creciente interés por la temática del turismo, visto no sólo el aumento de investigaciones y de publicaciones sino también su incorporación a las discusiones más amplias y en marcos disciplinarios diversos. Es todavía muy fuerte el carácter superficial que presenta la investigación turística, centrándose en la mera enumeración y descripción (de los atractivos, equipamientos turísticos), y constatación empírica (de salidas, llegadas y movimientos de un lugar a otro). Así, continúa prevaleciendo una conceptualización superficial del fenómeno, limitada a definiciones muy vagas y principalmente de carácter empíricas. Por su parte, los estudios geográficos del turismo se vienen desarrollando con gran rapidez, ocupando espacios cada vez más significativos en la producción académica de la Geografía. A pesar del aumento del número de investigaciones, publicaciones de trabajos y organización de encuentros científicos, la denominada Geografía del Turismo, si es que

geografia-aplicada al turismo.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: geografia-aplicada al turismo.pdf

GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, pp. 166 -180, 2004

TURISMO Y ESPACIO. APORTES PARA OTRA GEOGRAFÍA DELTURISMO

Analía Verónica Almirón*

*Profesora de Geografía; Docente del Departamento de Geografía de la Universidad de Buenos Aires; Becaria doctoral del CONICET, con sedede trabajo en el Instituto de Geografía de la Universidad de Buenos Aires. Correo electrónico: [email protected]

RESUMENLos estudios geográficos del turismo se vienen desarrollando con gran rapidez, ocupando espacioscada vez más significativos en la producción académica de la Geografía. A pesar de esto, ladenominada Geografía del Turismo precisa revisar y, al mismo tiempo, profundizar sus bases teórico-metodológicas. El presente trabajo se propone pensar la práctica turística y sus espacios, en elmarco de una reflexión sobre las posibilidades concretas de construir una perspectiva geográficadiferente, más compleja y flexible, que avance más allá de las usuales formas de entender (yestudiar) el espacio del turismo como un mero escenario de la práctica turística.De acuerdo con este propósito, en primer lugar, abordo cómo es entendida la práctica del turismo,sus espacios y sus relaciones, desde una perspectiva tradicional. Luego, en segundo lugar, presentoalgunas perspectivas críticas sobre la práctica del turismo y su dimensión espacial, con el propósitode introducirnos en el proyecto de construcción de otra mirada sobre el fenómeno desde unaperspectiva geográfica. Así, en tercer lugar, abordo los aportes teóricos que permitirían complejizarlas miradas críticas sobre la práctica turística, y ayudar en el proyecto de construir otra Geografíadel turismo.PALABRAS CLAVESTurismo; espacio; geografía del turismo.

I - IntroducciónEn los últimos años se evidencia un

creciente interés por la temática del turismo,visto no sólo el aumento de investigaciones yde publicaciones sino también su incorporacióna las discusiones más amplias y en marcosdisciplinarios diversos. Es todavía muy fuerte elcarácter superficial que presenta la investigaciónturística, centrándose en la mera enumeracióny descripción (de los atractivos, equipamientosturísticos), y constatación empírica (de salidas,llegadas y movimientos de un lugar a otro). Así,

continúa prevaleciendo una conceptualizaciónsuperficial del fenómeno, limitada a definicionesmuy vagas y principalmente de carácterempíricas.

Por su parte, los estudios geográficos delturismo se vienen desarrollando con granrapidez, ocupando espacios cada vez mássignificativos en la producción académica de laGeografía. A pesar del aumento del número deinvestigaciones, publicaciones de trabajos yorganización de encuentros científicos, ladenominada Geografía del Turismo, si es que

Page 2: geografia-aplicada al turismo.pdf

168 - GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, 2004 ALMIRÓN, A. V.

podría denominarse así, precisa revisar y, almismo tiempo, profundizar sus bases teórico-metodológicas.

Gran parte de la literatura científica queanaliza el turismo y su relación con el espacioes fuertemente descriptiva y empírica,interesándose generalmente por los contrastesgeográficos de los flujos turísticos, la distribucióngeográfica de los focos de origen y destinoturísticos, y especialmente por lassingularidades de los lugares de destino delturismo, sus atractivos y modalidades de turismopracticadas, etc. Aún persiste una falta dereconocimiento de la dimensión espacial comouna dimensión constitutiva del turismo, queavance más allá de considerar el espacio comodimensión soporte o escenario de los procesossociales. Sin embargo, se asiste a un progresonada despreciable en ese sentido, a partir deun replanteamiento crítico de las relacionesentre el fenómeno turístico y el espacio, quebusca analizar cómo el espacio participa en elturismo y, al mismo tiempo, cómo el fenómenoturístico contribuye a la transformación delespacio. En este sentido, se advierten avancesque analizan la práctica turística como unapráctica social, como tantas otras, que necesitadel espacio y, al mismo tiempo, lo transforma yproduce. Se pretende con esto superar lasvisiones excepcionalistas antes citadas, lo quepermitiría articular el estudio del turismo conenfoques conceptuales y preocupacionesvigentes en el campo de los estudios sociales.

II - El turismo y su relación con el espaciodesde una perspectiva tradicional

Existe una variedad de definiciones deturismo, puesto que no siempre contemplan elalcance temporal del movimiento, las mismasmotivaciones que están en la base de esteúltimo, sus vínculos con las necesidades de ocioy recreación, o las repercusiones del turismo enlos lugares de destino1 . A pesar de esto, entodas ellas prevalece la idea de movimiento deun lugar de origen hacia otro diferente – segúnlas definiciones: destino, área o lugar dedestino, núcleo receptor, localidad turística, etc-

, y que tal práctica de desplazamiento es llevadaa cabo por sujetos denominados turistas. Así,el viaje o desplazamiento de personas en elespacio aparece como un aspecto básico delturismo, un rasgo esencial que lo define. Elestablecimiento de un desplazamiento en elespacio como rasgo intrínseco del turismosugiere, al mismo tiempo, el reconocimiento deáreas emisoras y receptoras de esos flujos.Aunque no explicitado, el espacio aparece comouna dimensión central del turismo.

Es en ese tipo de conceptualización delturismo que se basan los trabajos tradicionalessobre turismo y espacio2 . Dentro de los trabajosque presentan un enfoque tradicional en elanálisis del turismo y su relación con el espaciocabe citar, por su amplia difusión, los clásicostextos de: Lozato-Giotart (1987) denominadoGeographie du turisme. Del l’espace regardé al’espace consommé; el texto de Callizo Soneiro(1991) Aproximación a la geografía del turismo;el de Fernández Fuster (1991) Geografíageneral del turismo de masas; el texto de VeraRebollo –coord.-(1997) Análisis territorial delturismo; y el trabajo de Barrado y Calaguig –edits-(2001) Geografía mundial del turismo.

En esta literatura, el análisis espacial delturismo consiste, en términos generales, en elestudio de la diversidad geográfica de los flujosturísticos, de la localización de los focosemisores y receptores, y del contenido específicode cada uno de estos componentes, de losfactores de localización de la actividad turística,de la diversidad de tipos de espacios de destinoturístico (como por ejemplo, litorales, demontaña, rurales, etc.) y de las modalidades deturismo asociadas, de los atractivos, y de losefectos que el desarrollo del turismo provocaen los lugares de destino turístico3 . Estosestudios presentan un fuerte sesgo descriptivoy empírico en sus análisis, teniendo a losanuarios estadísticos de turismo provistos porla OMT y otras instituciones vinculadas al turismocomo fuente de información fundamental y elmapa como instrumento esencial para laespacialización del fenómeno4 . Por otra parte,utilizan clasificaciones y tipologías -ya sea delos flujos y focos turísticos, de los tipos y formas

Page 3: geografia-aplicada al turismo.pdf

Turismo y espacio. Aportes para otra Geografía del turismo, pp. 167 -180 169

de espacios turísticos, etc.- como importantesherramientas en el análisis.

El énfasis en los análisis está puesto enlos datos estadísticos que vinculan oferta ydemanda (salidas, llegadas, gastos, ingresos,etc.) y en la descripción de las característicasde los flujos que vinculan las áreas emisoras yreceptoras, de las características generales delas regiones emisoras y receptoras, y de lassingularidades de las regiones, lugares dedestino turístico -particularmente en lo que hacea la enumeración y descripción de sus atributosatractivos que definen la aptitud o vocaciónturística5 de los mismos-. Respecto a estoúltimo, los estudios se limitan a la exposiciónsistemática y descripción de los distintosatractivos reconocidos en los lugares, yclasificados según atributos dominantes (porejemplo, atractivos naturales -sol y playa,montañas, etc.-, culturales o históricos -museos,monumentos, etc.-, entre otros). En estesentido, se presenta un escasaconceptualización de qué se entiende poratractivos turísticos. Los lugares de destinoturísticos son vistos como portadores de unconjunto de atributos que lo hacen aptos parael turismo. La condición de destino turístico esel mero resultado de condiciones objetivas dellugar que serían las que definen la aptitud ovocación turística innata del mismo. Cada lugarturístico aparece definido por la unicidad ysingularidad de sus atributos, y visto como áreascontinuas y delimitadas, como productos de laagregación de puntos en el espacio que a travésde sus encajes perfectos forman el mapaturístico mundial; de esta forma, se concibe alos lugares turísticos del mundo como espaciossingulares y como piezas fijas con límitesdefinidos.

En suma, el turismo es visto como unfenómeno constituido por tres elementos:demanda –lugar de origen de los turistas-,oferta – lugar de recepción de los turistas-, ylos Turistas, sujetos que se desplazan del primerlugar hacia el segundo, para después de untiempo regresar al primero. El lugar de origenqueda definido por el lugar donde se genera lademanda (los turistas consumidores), el lugar

de destino como el lugar donde se encuentra laoferta turística (atractivos y equipamientos)donde los turistas llevarán a cabo el consumoturístico y, por último, el turista como el elementocentral que forma el flujo que vincula amboslugares. Esta conceptualización remite a unanoción de espacio turístico que se reduce a laidea de un espacio dividido en dos: sociedadesemisoras y sociedades receptoras, y recortadosegún las salidas y las llegadas de los turistas.El espacio emisor contiene a los turistaspotenciales; el espacio receptor contiene a losatractivos potenciales. Ambos se articulan pormedio del viaje o desplazamiento de los turistas,consumándose así el hecho turístico. El espacioes conceptualizado como soporte de lasprácticas sociales, como un mero lugar donde lapráctica turística ocurre: como un espacio dondeocurren los traslados de un lugar a otro, dondese localizan las sociedades emisoras yreceptoras, y donde se encuentran los atributosconvocantes que generan la demanda turística.

III - El turismo y su relación con el espaciodesde una perspectiva crítica

Desde abordajes críticos a los planteostradicionales, el turismo más que un simpledesplazamiento físico entre dos lugares (emisory receptor), es ante todo una práctica social,con implicancias territoriales específicas. Urry(1996) señala que el turismo constituye unamanifestación “de la separación entre el trabajoy el ocio, que caracterizó al desarrollo social enel siglo XIX” (URRY, 1996, p. 204). La sociedadmoderna industrial generó una esfera deltrabajo, más organizada y rutinizada,promoviendo el desarrollo de una racionalizaciónequivalente del ocio, siendo el incremento deltiempo de trabajo un proceso que duraráaproximadamente hasta mediados del siglo XIX,momento a partir del cual, en el marco dedemandas sociales y laborales de lostrabajadores, comienza a ser limitado (URRY,1996; BERTONCELLO, 2002). Para comprenderla difusión de los viajes turísticos debeconsiderarse, entonces, el desarrollo dedeterminadas condiciones sociales y laboralesque permitieron a los trabajadores el incremento

Page 4: geografia-aplicada al turismo.pdf

170 - GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, 2004 ALMIRÓN, A. V.

del tiempo libre y, en consecuencia el acceso alocio .

Por su parte, Hiernaux Nicolás (1994),propone incorporar al análisis del procesoturístico los mitos colectivos, puesto quepermiten generan no sólo una nueva mirada delfenómeno con una comprensión más amplia ycompleja del mismo sino que, al mismo tiempo,contribuyen a una lectura en el mismo sentidode su espacio. De esta forma, el surgimientodel turismo como fenómeno social debecomprenderse teniendo en cuenta también lacreación de un imaginario colectivo: “unimaginario colectivo basado sobre la imagen quese hizo la clase trabajadora (...) frente a unanaturaleza con la cual había perdido la mayorparte de sus contactos” (HIERNAUX NICOLÁS,1994, p. 25).

Desde estas perspectivas, del mismomodo deben pensarse e interpretarse lastransformaciones que el turismo vienemanifestando en las sociedades actuales6 . Deesta manera, no se concibe pensar la prácticaturística en forma independiente o desligada delos contextos sociales concretos en los cualesse lleva a cabo y, al mismo tiempo, en los cualesdefine sus especificidades. Bertoncello (2002)señala que insertar la práctica turística enprocesos sociales más amplios resulta una tareafundamental para avanzar en suconceptualización y compresión7 .

A partir de entender la práctica turísticacomo una actividad de ocio que presupone, enoposición, un trabajo reglamentado yorganizado, Urry (1996) la conceptualiza comouna práctica de desplazamiento espacial de loslugares normales de residencia y trabajo haciaotros lugares -con el fin de servirse de éstoscomo lugares de ocio- y en la permanencia enellos durante períodos de tiempo breves y denaturaleza temporaria. Es en este sentido que,Rodrigues Balastreri (1995) sostiene que elturismo es una práctica social que precisanecesariamente de la organización de treslugares diferentes (emisores, de traslado yreceptores), con incidencias territorialesespecíficas en cada uno de ellos; y si bien es enlos últimos que “se produce el espacio turístico

o se reformula el espacio anteriormenteocupado y es aquí también que se da elconsumo del espacio” (RODRIGUES BALASTRERI,1995, p. 45), el espacio del turismo no debedefinirse dejando fuera uno de sus elementosbásicos: los lugares de origen de los turistas.Del mismo modo, Bertoncello (2002) sostieneque la práctica turística supone, para constituirsecomo tal, “la valorización de la diferenciación delugares”: lugares de origen, lugares de destinoy de traslado; aunque este autor agrega que,si bien se trata de lugares diferentes, éstosestán articulados entre sí de formas específicas;“esta articulación es social, implicando porsupuesto las dimensiones materiales ysubjetivas de cada uno de ellos”(BERTONCELLO, 2002, p. 10).

En torno a esta diferenciación de lugares,Urry (1996) sostiene que la organización delturismo no se basa en la búsqueda de laautenticidad sino en la diferenciación existenteentre la práctica cotidiana del lugar normal deresidencia/ trabajo y la práctica -hasta ciertopunto libre de normas- del lugar objeto de lamirada del turista. Sin embargo, el autor noniega que la búsqueda de elementos auténticospueda ser un aspecto importante que defina lapráctica8 , pero señala que si eso se produce esporque existe un contraste con las experienciascotidianas. Las prácticas turísticas no tienencaracterísticas en sí, sino que se definen porcontraste respecto a las prácticas socialescotidianas, no turísticas. Sin embargo, el autoradvierte que, en el desarrollo de la experienciaturística, el turista puede sentirse, pormomentos, no tan alejado de las prácticascotidianas; así, el turismo consiste en unapráctica de ruptura limitada con las prácticascotidianas y rutinarias de la vida diaria,permitiendo el despliegue de experiencias quecontrastan con las vividas cotidianamente,aunque estas últimas consistan en unasemirutina o en “una especie de no rutina queacabó tornándose rutina” (URRY, 1996, p. 27)9 .

En este sentido, los lugares turísticos sonelegidos porque existe la expectativa de lodiferente, construida por una variedad deprácticas no turísticas10 . Los lugares objetos de

Page 5: geografia-aplicada al turismo.pdf

Turismo y espacio. Aportes para otra Geografía del turismo, pp. 167 -180 171

la mirada turística precisan ser diferentes dealgún modo, que se distingan de aquello quees encontrado en los lugares de origen de losturistas. Tales miradas turísticas se definen,entonces, en el lugar de origen de los turistas;son construidas por medio de la diferencia, através de una colección de signos que seincorporan a paisajes del campo y de la ciudadcomo diferentes de aquellos que encontramosen la experiencia cotidiana de los turistas. Laatracción de un lugar para el turismo, no es elobjeto en sí, sino el signo que se refiere a esamirada tan característica11 . También Knafou(1992) sostiene que la valorización turística deun lugar de destino parte de una lógica que esajena a la sociedad del lugar de destino, partede la sociedad de origen de los turistas. Estoimplica que los lugares de destino sonvalorizados a partir de una dinámica social ajena,que se constituye en los lugares de origen delos turistas12 .

De acuerdo a Bertoncello (2002), si bien“puede aceptarse que es en la sociedad deorigen donde la práctica turística se constituyecomo tal, en ella cobra especificidad y sentido”(BERTONCELLO, 2002, p. 9) una perspectiva deeste tipo no debe llevarnos a considerar a lasociedad de destino turístico como un lugarsubordinado del territorio turístico. El lugar dedestino de los turistas, no es un mero lugarreceptor de las decisiones que se toman enotros lugares; los lugares de destino “van ainteractuar, facil itanto u obstaculizando,integrándose de diversas maneras al turismo”(BERTONCELLO, 2002, p. 9). De esta forma, esposible pensar en “un territorio turístico”(BERTONCELLO, 2002, p. 9) que incluye a ambassociedades13 . De mismo modo, Santana Talavera(2002) entiende que el turismo implica einterrelaciona “las motivaciones y experienciasde los turistas, las expectativas y los ajusteshechos por los residentes del área receptora”(SANTANA TALAVERA, 2002, p. 6). El autorconsidera que las áreas receptoras no son áreasque participan en forma subordinada en elturismo, áreas meramente expectantes de lasdemandas de otros lugares o incluso merasvíctimas de sus deseos y expectativas. Los

lugares de destino participan activamente en elturismo articulándose y relacionándose dediferentes maneras, de acuerdo a sus interesesy expectativas, con las demandas y expectativasde los turistas; así, los lugares de destinoturístico se integran de diversas formas alturismo, no suelen estar al margen del mismo,salvo excepciones como la creación deatractivos o recursos turísticos que estánimpuestos, controlados y explotadosexternamente.

Desde estas perspectivas, es posiblepensar la atractividad de los lugares de destinoturístico. Ellas permiten construir una miradacrítica sobre la condición de destino turístico deun lugar y sobre sus aptitudes para satisfacerla demanda turística. Los lugares de destinoturístico presentan un conjunto de rasgos oatributos específicos, cuya transformación enatractivos turísticos no resulta de undescubrimiento de sus cualidades turísticasinnatas sino de un proceso en el que intervienen-y se articulan- diferentes actores sociales. Laconstrucción de atractividad es un complejoproceso en el que se articulan sociedades deorigen de los turistas y de destino. De estaforma, no se trata de negar que los lugares dedestino turístico presentan rasgos propios, sinode entender que éstos de por sí no sonatractivos turísticos. En el proceso deconstrucción de la atractividad de un lugar dedestino turístico tiene, entonces, un importantepapel la mirada del turista, que a partir de lasnecesidades de las sociedades de origen definequé cualidades del lugar de destino serán objetode interés turístico y podrán transformarse enatractivos turísticos.

Por otra parte, el espacio del turismo noes sólo el elemento que posibilita desarrollarprácticas sociales distintas a las tradicionales,socialmente aceptadas o rechazadas, es decirel que permite cambiar de mundos (del trabajoal ocio): es también un factor constitutivo de laexperiencia del turismo. Las lógicas sociales queestructuran el espacio del turismo, tanto las dela sociedad de origen como las de la sociedadde destino de los turistas, incorporan al espaciocomo una dimensión constitutiva fundamental,

Page 6: geografia-aplicada al turismo.pdf

172 - GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, 2004 ALMIRÓN, A. V.

y por ende no actúan en un espacio neutro “ellasse concretan en él, valorizándolo de distintasformas, apropiándolo material osimbólicamente, actuando y ejerciendo poder através de él; todas estas son acciones socialesen las que el territorio está implicado, seconcretarán en hechos sociales específicos, yal mismo tiempo darán lugar a transformacionesespecíficas del territorio” (BERTONCELLO, 2002,p. 9). De esta manera, el espacio del turismono es un mero soporte donde la práctica turísticaocurre. El turismo, como otras prácticas sociales,utiliza y precisa del espacio, como uno de suscomponentes fundamentales. El espacioturístico es consumido a partir la visión delmismo, de los actos de recorrer o de ubicarse,y de la asignación de valores simbólicos a lossitios donde el turismo se ubica14 (HIERNAUXNICOLÁS, 1996). Bustos Cara (1995) afirma queese consumo de espacio, si bien en su etapafinal debe efectuarse en in situ (en el lugar dedestino), comienza a realizarse mucho antes deque el pasajero emprenda el viaje15 ; por lotanto, el turismo es, al mismo tiempo, productory transformador del espacio.

Hienaux Nicolás (1995), sostiene que esnecesario no olvidar que la producción turísticadel espacio no responde a las leyes de laproducción económica tradicional: “el espacioturístico se crea y recrea como valor de uso (ytambién de cambio), sin que su destruccción seaobligada” (HIERNAUX NICOLÁS, 1995, p. 45). Almismo tiempo, advierte que el mundo territorialdel turismo, en relación al consumidor, no esguiado por la lógica de la ganancia sino por lalógica del ocio. Sin embargo, “es tal el deseode consumir turismo en las sociedadesmodernas, es decir de participar del mundo deocio distinto del de la producción, que haposibilitado la penetración de criterios derentabilidad empresarial, propias del mundo dela producción, en la esfera turística” (HIERNAUXNICOLÁS, 1995, p. 45). En este sentido, en lalógica del espacio turístico se contraponen dosmundos: el del turismo y el de la producción, esdecir entran en contradicción la lógica del ocio -que sostiene al primero- y la lógica de laganancia -que sostiene al segundo-.

Desde una perspectiva económica, quecontrasta con la de Fernández Fuster, Sánchez(1985) indica que la valorización turística delespacio parte de la valorización social dedeterminadas características del espacio, quese trasforman en recursos turísticos. Estosrecursos tienen la peculiaridad de estar fijadosal espacio, y como tales deben ser consumidosin situ. Para este consumo es necesario unconjunto de equipamientos, instalaciones yservicios que permitan la permanencia delturista y la realización de actividadesrecreativas. Esto último es lo que el autordenomina como espacio complementario, a partirdel cual el espacio turístico asume una funciónproductiva. Esta distinción analítica entreespacio de ocio y complementario esinteresante para comprender el proceso devalorización de los recursos de un lugar por elturismo y el proceso de valorización económicaa través del espacio complementario, de laprovisión, por parte de los agentes que formanel negocio turístico, de todo lo necesario parala permanencia del turista en el lugar y parapermitir el consumo turístico.

IV - Aportes para otra Geografía del turismo

En la teoría y análisis socialcontemporáneo, la espacialidad vienecrecientemente siendo reafirmada como unadimensión relevante en la construcción de todainteracción y relación social16 . Geógrafos y teó-ricos sociales vienen insistiendo en que ladimensión espacial debe incorporarse ennuestra explicación e interpretación de losfenómenos sociales, y por ende debe tener unpapel central para la formulación de la teoríasocial; denunciando, al mismo tiempo, lareducción analítica de conceptos como espacioy lugar, en muchos trabajos, a una mera funciónilustrativa o a una cosa estática y carente decontenido social (SOJA, 1993, 1996; LEFEBVRE,1986).

De acuerdo a Soja (1993), durante lasúltimas décadas del siglo XX se asiste a laemergencia de una teoría social crítica másflexible que enlaza creativamente, en una

Page 7: geografia-aplicada al turismo.pdf

Turismo y espacio. Aportes para otra Geografía del turismo, pp. 167 -180 173

dialéctica triple (trialéctica), espacio, tiempo yser social. Es en este contexto que el autorprecitado advierte la emergencia de nuevosmodos de pensar en relación al espacio y laespacialidad social; una nueva concienciaespacial crítica, otra manera de comprender laespacialidad, que la denomina con el términoTercerespacio (SOJA, 1996). El Tercerespaciocomprende todo, lo real y lo imaginario, loabstracto y lo concreto, lo subjetivo y loobjetivo, lo conocible y lo inimaginable, laestructura y la agencia, la vida cotidiana y lahistoria a largo plazo, etc., y si bien no se reducea tales dialécticas, las incorpora y superacríticamente con un pensamiento trialéctico.Tercerespacio es el tercer- Otro, es el lugardonde están todos los lugaresrealesimaginarios. Esta Otra forma (desde laespacialidad) de pensar la realidad socialaparece como una propuesta capaz de superarlas formas de pensar binarias que dificultan sucomprensión y explicación.

Así, en la trialéctica de la espacialidadpueden diferenciarse tres momentos o espacioscuyas dinámicas son indivisibles (SOJA, 1996) einterconectadas en la producción del espacio(LEFEBVRE, 1986). El primer espacio refiere alespacio físico, de la materialidad concreta de lasformas espaciales (según Soja refiere a lo queLefebvre denomina prácticas espaciales, elespacio percibido por los sentidos). El segundoespacio, el espacio concebido, pensado en ideas,“en representaciones reflexivas de laespacialidad humana bajo formas mentales ocognitivas” (SOJA, 1996, p. 8), que permiten quelas prácticas espaciales se comprendan, sea conlas nociones del sentido común sea con las delas disciplinas académicas que se vinculan a lasprácticas espaciales (según Soja, este espaciocoincide con lo que Lefebvre denominarepresentación del espacio, el espacioconcebido). Por último, el tercer espacio, es elespacio vivido, significado e imaginado, hacereferencia a la construcción simbólica del espacioque imagina nuevos sentidos o nuevasposibilidades de las prácticas espaciales (deacuerdo a Soja, refiere a lo que Lefebvredenomina como espacios de representación).

Estos espacios son los espacios llenos deelementos imaginarios y simbólicos, construidosy modificados en el trascurso del tiempo por losactores sociales. El tercer espacio es una formade los otros (primer y segundo espacios), losabarca y, al tiempo que los transforma, lostrasciende. En este sentido, la espacialidad esuna trialéctica de la espacialidad física, de laespacialidad concebida y de la espacialidadvivida; la espacialidad no es resultado de lasumatoria del devenir independiente de los tresmomentos o espacios, sino de la interrelación,superposición e interdeterminación de lo mismos17 (SOJA, 1996).

Siguiendo una interpretación semejante,Lefebvre (1986) afirma que el espacio esindudablemente producido y no puedeexplicarse ni por la naturaleza, como contextoingenuamente dado, ni por su historia previa,sino por la acción y relación social. Este autorafirma que resulta relevante analizar al espaciono en sí mismo sino construyendo una miradatendiente a descubrir las relaciones socialesinsertas en él;. de otra forma, las relacionessociales quedarían en el campo de la abstracción,de la ideologías, de las representaciones, y elespacio reducido a los objetos que contiene oal espacio sin objetos y, por ende, neutral.Materialidades, representaciones eimaginaciones se entretejen de múltiples formasen la producción del espacio social.

En este sentido, Soja entiende que laespacialidad trialéctica de la vida social essimultáneamente medio y resultado de lasacciones y relaciones sociales. En tanto productosocial manifiesto, la espacialidad puede serreproducida con el trascurso del tiempo perotambién reestructurada y reconstituida. “Elespacio y el tiempo socialmente producidos sonlas manifestaciones concretas, las referenciasmateriales de la estructura y las relacionessociales” (SOJA, 1985, p. 5). Espacialidad ytemporalidad, en tanto productos sociales, soncentrales en la construcción de lo social, y porlo tanto lo social no puede comprenderse sinconsiderar ambas dimensiones. La sociedadactúa a través del espacio, y al tiempo que lo

Page 8: geografia-aplicada al turismo.pdf

174 - GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, 2004 ALMIRÓN, A. V.

produce y transforma se produce y transformaa sí misma.

Este aspecto ha sido también explicadoen la teoría de la estructuración a partir de latesis central de las interacciones dialécticas ycomplejas entre estructura y acción social.Según Giddens (1995), uno de los autoresidentificados con la perspectiva de laestructuración18 , “la constitución de agentes yla de estructuras no son dos conjuntos defenómenos dados independientemente, noforman un dualismo sino que representan unadualidad” (GIDDENS, 1995, p. 61). El conceptode dualidad de la estructura relaciona laproducción de interacciones sociales con lareproducción de los sistemas sociales: “lasreglas y recursos que se aplican a la produccióny reproducción de una acción social son, almismo tiempo, los medios para la reproducciónsistémica” (GIDDENS, 1995, p. 55). Así, lossistemas sociales son entendidos comosistemas de interacciones entre estructuras ylas actividades localizadas de sujetos humanos,capaces y conocedores. Los individuos sonagentes entendidos que tienen la posibilidadde transformar la estructura social. Lasestructuras han sido creadas por los sujetoshumanos, y aunque puedan presentarobstáculos en la conducta de la vida social,también pueden ser ajustadas, cambiadas oinclusive derrotadas por los mismos actoressociales. En otras palabras, la estructura no esexterna a la práctica humana, y no se debereducir a constreñimiento sino que essimultáneamente constrictiva y habilitante. Espor ello que Giddens (1995) conceptualiza a lasprácticas sociales como esencialmenterecursivas, es decir que los “actores socialesno les dan nacimiento sino que las recrean decontinuo a través de los mismos medios por loscuales ellos se expresan en tantoactores”(GIDDENS, 1995, p. 40). Los actoressociales en sus prácticas, y por medio de ellas,reproducen las condiciones que hacen posibleslas mismas. Por ello, para esta teoría el conceptode rutina tiene un papel clave para explicar elmodo en que eso ocurre: “las prácticasrutinizadas son la expresión saliente de la

dualidad de estructura con respecto a lacontinuidad de una vida social”19 (GIDDENS,1995, p. 308).

Las implicaciones geográficas de estosplanteamientos teóricos de la estructuración sonimportantes. Giddens (1995) sostiene que todapráctica social está situada necesariamente enel tiempo y el espacio y, por ende, lasintersecciones espacio- temporales estáninvolucradas en toda interacción social. Pordiferentes y múltiples que sean, les es común atodas las prácticas humanas que estánactuadas y mediadas en el espacio y en eltiempo, están inscritas y enmarcadas en ellos.Los lugares giddensianos 20 , como ámbitosdonde se desarrollan las actividades y lasinteracciones sociales, son no sólo productosde las prácticas sociales sino también una parteconstitutiva (partícipe) de la reproducción dedichas prácticas. El lugar proporciona el contextoen que la acción social interpela a la estructurasocial. El lugar permite pensar la contextualidadde la vida social, el hecho de que “toda vidasocial ocurre en intersecciones de presencia yausencia (...), y está constituida por ellas(GIDDENS, 1995, p. 164).

Al respecto, Pred (1984) afirma que ellugar no es sólo el escenario, el locale comoámbito de la acción y de las interaccionessociales, o el centro de valores y significados –como un simple objeto de significación emocionalpara los individuos- sino también lo que el lugarconlleva incesantemente, lo que ocurre sincesar, lo que contribuye a la historia en uncontexto específico a través de la creación yutilización de lo que la escena es como lugar.La transformación y reproducción de lasrelaciones sociales deben tener lugar en algunaparte. Así, el lugar no es tan sólo el ámbito parala actividad social, la sociedad del contacto caraa cara del locale, sino también localización; enel lugar se interpenetran procesos deestructuración locales y de mayor escala.Asimismo, en el proceso de construcción de laestructura de afinidad e identidad en un lugar,éste no sólo es objeto sino también una parteconstitutiva de ese proceso. Las actividadessociales que dan origen a un sentimiento de

Page 9: geografia-aplicada al turismo.pdf

Turismo y espacio. Aportes para otra Geografía del turismo, pp. 167 -180 175

afinidad necesariamente se ponen en prácticaen un lugar. En este sentido, el lugar “siemprerepresenta un producto humano”; siempreinvolucra “la apropiación y transformación delespacio y de la naturaleza que es inseparablede la reproducción y transformación de lasociedad en el tiempo y en el espacio” (PRED,1984, p. 1). El lugar constriñe las acciones, y almismo tiempo, las habilita, y a su vez esasacciones construyen y mantienen el lugar; lasactividades sociales al tiempo que construyen ytransforman el lugar se construyen ytransforman a si mismas.

Por su parte, Agnew (1987), rescatandolos aportes de Giddens y Pred, propone unaalternativa teórica de lugar que enfatiza en lascualidades tanto objetivas como subjetivas delmismo. Este autor, al igual que los anteriores,señala la importancia de la contextualidad de laactividad y de la interacción social puesto que“los individuos no experimentan la vida en elcontexto abstracto de la “sociedad de masas”.Adquieren sus conocimientos y viven su vida enel contexto de “mundos sociales””(AGNEW,1987, p. 2), de la sociedad cara a cara del locale.Al mismo tiempo, advierte los riesgos dereemplazar el término lugar por locale, conformeGiddens. Según Agnew (1987), siguiendo a Pred,entiende que asociar de manera exclusiva eltérmino lugar con el término locale implica “omitirel aspecto del lugar captado por el términolocalización” (AGNEW, 1987, p. 2).

De esta manera, Agnew (1987) proponeun concepto de lugar constituido de treselementos: localidad (el locale), localización, ysentido de lugar. La localidad refiere a losámbitos dentro de los cuales están constituidaslas interacciones y relaciones socialescotidianas. Por su parte, la localización se definecomo el área geográfica que abarca la localidadque está afectada por procesos sociales yeconómicos que operan a escalas más ampliasen lo regional, lo nacional y lo global. Por último,el tercer elemento es el sentido del lugar, esdecir la estructura de sentimiento o afinidadlocal. El sentido del lugar expresa lassubjetividades que se derivan del vivir en unlugar particular, respecto al cual los individuos

desarrollan profundas significaciones y arraigosemocionales a través de sus experiencias ymemorias. El autor afirma que este sentido dellugar “refuerza la definición socioespacial delugar desde adentro, por así decirlo” (AGNEW,1987, p. 2); este componente del lugar expresael sentimiento de pertenencia a lugaresparticulares, y de esta forma, inserta una fuertecualidad subjetiva al concepto de lugar. Sinembargo, el autor considera que seríaequivocado ver estos tres componentes de lugarcomo separados, afirmando que “un principioclave es que los mundos sociales locales dellugar (locale) no pueden entenderse al margendel macroorden objetivo de la localización y laidentidad territorial subjetiva del sentido dellugar. Todos están relacionados” (AGNEW, 1987,p. 3). Así, el concepto de lugar refiere a “áreasdiscretas si bien ‘elásticas’ en las que estánlocalizados los ámbitos para la constitución delas relaciones sociales y con las que losindividuos pueden identificarse” (AGNEW, 1987,p. 3). En este sentido, esos tres elementosactúan en interacción, se influencian y se formanentre sí. Un sentido del lugar influencia y modelalas interacciones y relaciones sociales de lalocalidad (y viceversa), y ambos componentesestán marcados por procesos sociales,económicos, políticos más amplios.

V - A modo de conclusiónAvanzar más allá de la mera constatación

empírica de los flujos de un lugar a otro, de ladescripción de los componentes del hechoturístico y de la enumeración y descripción delos atributos atractivos de los lugares turísticos,etc., -características distintivas de lastradicionales Geografías del Turismo- implicapensar el espacio del turismo como espacioconstruido por la sociedad. El concepto deespacialidad de Soja, permite una mirada nuevade las prácticas turísticas, una perspectiva quepermite ir más allá de pensar que toda prácticaturística tiene lugar en el espacio y el tiempo y,al mismo tiempo, de conceptualizar el espaciocomo un mero reflejo o un escenario contenedorde las prácticas sociales ligadas al turismo. Elespacio turístico participa de la constitución de

Page 10: geografia-aplicada al turismo.pdf

176 - GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, 2004 ALMIRÓN, A. V.

la práctica turística y, al tiempo que lamaterializa, es transformado por ella. En estesentido, la trialéctica espacial de Soja, nosbrinda un interesante marco teórico dentro delcual podemos tratar de aproximarnos alproyecto de pensar una espacialidad delturismo. Los tres espacios interconectadosidentificados por Soja pueden contribuir a laconceptualización de una espacialidad deturismo, es decir a una conceptualización de lasformas concretas en las cuales espacio y turismointeractúan, se entretejen y se influencian el unosobre el otro. Desde esta perspectiva, el turismosería una práctica social –como cualquier otra-que precisa del espacio material, conceptual yvivido, y produce espacio, tanto material,conceptual como vivido.

Las aproximaciones teóricas sobre lugarpermitirían arraigar esa conceptualización deSoja, esos tres espacios que constituyen latrialéctica espacial. Las prácticas sociales seaglutinan al lugar; la organización del turismorequiere de la organización de lugaresdiferentes y articulados de formas específicas.La formación y transformación de los lugaresturísticos está signada de procesos materialesy discursivos, físicos y simbólicos, reales eimaginados. En este sentido, los lugares delturismo son más que simples ámbitos deinteracción y acción social; en los lugares lopercibido, lo concebido y lo vivido adquieren unacierta coherencia estructurada y estructurante.Desde una perspectiva de lugar, como lapropuesta por Agnew, es posible situar lasprácticas turísticas en lugares específicos y a lavez dentro de un marco social más amplio. Así,no sólo la distinción de los tres componentesdel lugar (locale, localización y sentido del lugar)sino las interacciones e interconecciones entrelos mismos, son las que dan al concepto de lugarsu fuerza analítica.

En este sentido, la descripción de lassingularidades de los lugares turísticos no debeser la tarea fundamental. Es necesario poner elénfasis no en el lugar turístico en sí mismo (ensus singularidades y excepcionalidades, que deacuerdo a las tradicionales Geografías delturismo son las que definen la aptitud o vocación

turística de un lugar) sino en su proceso deconstrucción geográfica e histórica. De estamanera, es posible avanzar hacia unaconceptualización del lugar turístico comoproducto de procesos sociales, subjetivos ycambiantes (históricos), en el que se articulanintereses, valores e imágenes (de lassociedades de origen de los turistas y dedestino) con los atributos materiales del lugar.La condición de atractividad turística de un lugarno resulta de sus atributos intrínsecos sino deprocesos de valorización social que definencuáles de esos atributos o rasgos del lugar setransformarán en atractivos turísticos. Si lacondición turística de un lugar, su atractividadpara el turismo, es un producto de la dinámicasocial, cabe preguntarse, así, por los procesossociales que definen (y redefinen) la atractividadturística de un lugar y que aseguran supermanencia en el tiempo; es válidopreguntarse, entonces, por las prácticas ydiscursos sociales que construyen un lugar comolugar turístico, que definen cuáles atributos dellugar se convertirán en atractivos turísticos y através de qué imágenes y constructos seránpuestos en valor.

Si bien, como se ha advertido, es en lassociedades de origen que se define la prácticaturística -y las condiciones en que ésta se llevaráa cabo-, no por ello los lugares de destino sonmeros receptores de decisiones que se tomanexternamente (en los lugares de origen de losturistas). Ambos lugares, de origen y de destino,están necesariamente entretejidos para existir,para definirse como diferentes. Así, cabepreguntarse por el rol de las sociedades dedestino en el proceso de construcción de unlugar turístico, en especial por el papel de losagentes involucrados en la práctica. Es precisoindagar por las articulaciones específicas entreprocesos internos y externos que definen unlugar como lugar turístico. En este sentido, unlugar turístico es más que el simple ámbito deinteracción entre turistas y población local, esun locale que se estructura no sólo por lasprácticas propias que se desarrollan en el lugarsino por procesos sociales que ocurren a escalasmás amplias. Estos procesos, al mismo tiempo,

Page 11: geografia-aplicada al turismo.pdf

Turismo y espacio. Aportes para otra Geografía del turismo, pp. 167 -180 177

como señala Agnew, influencian y estructuranel sentido de afinidad o arraigo emocional quelos individuos tienen con su lugar. En torno aesto último, sería preciso preguntarse cómo elsentido del lugar participa en la construcción deun lugar como turístico y, al mismo tiempo, cómoel sentido del lugar es marcado por procesossociales más amplios, es decir por procesos queocurren fuera de la localidad.

Por otra parte, en términos de prácticasocial, hemos visto que la práctica turística sedefine a partir del contraste con las experienciascotidianas y rutinarias vividas en los lugares deresidencia habitual. Sin embargo, los autores(Urry y Krippendorf), que señalan esto, tambiénadvierten que la práctica turística se trata deuna práctica de ruptura limitada con la vidacotidiana, puesto que si bien en el desarrollode la práctica turística el turista experimentaactividades diferentes de las vividascotidianamente, también desarrolla prácticasque no lo alejan tanto de lo que habitualmentedesarrolla en su vida de todos los días. En estesentido, podríamos pensar a la práctica turísticacomo una modalidad de ocio “cuasi”desrutinizadora. Al respecto, cabe indagar quéaspectos o dimensiones de las prácticasturísticas y de las experiencias vividas por los

turistas en el lugar de destino, ponen enevidencia sus aspectos desrutinizadores ycolaboran en el sentimiento de ajenidad con lavida cotidiana, y, por el contrario, qué actividadesque el turista lleva a cabo en los lugares dedestino colaboran con el sentimiento de unaruptura limitada con las experiencias vividas ensus lugares de residencia habitual, es decir queno lo distancian totalmente de los ámbitoscotidianos y conocidos de acción.

En síntesis, en este trabajo he tratado demostrar que es necesario (y posible) laconstrucción de otra Geografía del turismo, apartir de la utilización de las referencias teóricasde Soja, Lefebvre, Giddens, Pred y Agnew. Porello, se analizaron, en el punto anterior, losconceptos de espacio, prácticas sociales y lugarcomo conceptos relevantes en la investigaciónde la práctica turística, es decir como terrenosconcretos a partir de los cuales es posible pensarel turismo como una realidad compleja quearticula diversas dimensiones, tanto objetivascomo subjetivas. Desde las perspectivas deespacialidad, prácticas sociales y lugar es posibleencontrar una vía para explicar, comprender einterpretar en forma sustantiva y compleja elfenómeno del turismo.

1 Véase, como ejemplo, las definiciones de De LaTorre Padilla (1980), Michaud (en Callizo Soneiro,1991), Callizo Soneiro (1991), Viñals Blasco (enBarrado y Calaguig –org-, 2001), Mathienson yWall (1990) y Fernández Fuster (1991).

2 También es posible advertir un enfoque tradicionalen los trabajos dedicados a la planificaciónespacial del turismo. Como ejemplo de éstos verel trabajo de Boullón (1985).

4 Respecto a esta cuestión véanse principalmente lostextos de Lozato- Giotart (1987), de CallizoSoneiro (1991) y de Vera Rebollo (1997).

4 Como por ejemplo, para la representación de losprincipales tipos de flujos turísticos, de los focosturísticos mayores y menores, de la distribución

Notas

mundial del turismo litoral, o del espacio turísticode América del Sur y Central, sus centrosturísticos y espacios naturales y culturalesprincipales, etc.

5 Acerca de la definición de los elementos del espacio(elementos naturales, elementos históricos yculturales, entre otros) que justifican la asignaciónde vocación turística a un territorio, verespecialmente el texto de Barrado y Calaguig(2001).

6 Sobre el tratamiento de esta cuestión ver Urry(1996) y Bertoncello (2002). También véaseHiernaux Nicolás (1994), que abordaespecialmente esa cuestión desde la formaciónde nuevos mitos e imaginarios colectivos que dan

Page 12: geografia-aplicada al turismo.pdf

178 - GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, 2004 ALMIRÓN, A. V.

lugar a nuevas formas de apropiación delterritorio. También ver Marchena (s. f.) sobre elanálisis de las características de las nuevas formasde turismo (Turismo Postfordista).

7 Una tarea no siempre realizada en gran parte dela literatura sobre el tema, obstaculizada en granmedida por una conceptualización que piensa elturismo como un simple desplazamiento físicocon fines no laborales entre dos lugares. Alrespecto, Bertoncello (2002) afirma que el usolineal de este tipo de definición conlleva, enmuchas reseñas históricas del turismo, alcuestionable reconocimiento de antecedentes yorígenes de esa práctica en tiempos históricosremotos. Así, hay autores que orientados por estetipo de conceptualización han tratado deestablecer los orígenes o antecedentes remotosdel turismo (véase De la Torre Padilla, 1991 yFernández Fuster, 1991).

8 Santana Talavera (2002) afirma que la autenticidadque busca el turista “no necesariamente tiene quecoincidir con la materialidad forjada en el área.La autenticidad tiene más que ver con el cómose percibe una experiencia y artefacto –quévalores admirables se contemplan encarnados enellos y con qué estética son expresados- que conla cosificación de la experiencia y el artefactomismo” (SANTANA TALAVERA, 2002, p. 15).

9 En un línea semejante, Krippendorf (2000) afirmaque el deseo de evasión de la vida cotidiana –hacia lo anticotidiano- desempeña un papel muchomás importante en la explicación de la prácticaturística, que el interés por los lugares ypoblaciones visitadas. Sin embargo, este autoradvierte que la vida cotidiana acompaña lapráctica turística: “somos marcados por nuestroestilo de vida diario, adquirimos un buen númerode hábitos, exigencias y comportamientos de loscuales no podemos librarnos de súbito, cuandosalimos” (KRIPPENDORF, 2000, p. 89).

10 Urry (1996) sostiene que las prácticas no turísticasque colaboran en la construcción y mantenimientode la mirada turística son el cine, la televisión, laliteratura, las revistas, los discos y los videos.Considera que a través de las fotografías,postales, filmaciones, etc., la mirada turística esreproducida y recapturada infinitamente; lasmemorias de los lugares son construidas yreconstruidas por medio de esos elementos y delas narrativas producidas alrededor de ellos,

cuando son mostrados a otras personas. En elmismo sentido, Hiernaux Nicolás (1994) afirmaque en la difusión del conocimiento yreconocimiento- valorización de los espaciosturísticos del mundo, han contribuido no sólo laexpansión de los medios de comunicación, lapublicidad sino también la “interacción social (elrelato de vacaciones, el envío de postales y lapasada “forzada” de las fotos, películas o videosson parte de la difusión de las imágenes de loscentros turísticos)” (HIERNAUX NICOLÁS, 1994,p. 27).

11 En este sentido, el autor afirma que los turistas“se desplazan a la búsqueda de significantes o deciertos signos preestablecidos, que derivan devarios discursos del viaje y del turismo” (URRY,1996, p. 29).

12 Según el autor, “los territorios turísticos soninventados y producidos por los turistas, más omenos retomados por los operadores turísticos ypor los planificadores” (KNAFOU, 1992, p. 73);esto explica gran parte de los conflictos que seproducen en los lugares de destino, puesto queen éstos se confrontan diferentes tipos deterritorialidad: “la territorialidad sedentaria de losque viven frecuentemente, y la territorialidadnómade de los que sólo pasan pero que no tienenmenos necesidad de apropiarse (...) de losterritorios que frecuentan” (KNAFOU, 1995, p.64).

13 Hiernaux Nicolás (1995) sostiene que no debemospensar en términos de exterioridad las relacionesentre turismo y cultura local puesto que nosllevaría a entender el turismo como una actividadexógena y el turista como un simple intruso operturbador de los lugares que visita.

14 Hiernaux Nicolás (1995) señala que, por ejemplo,“ir a Venecia, Río, París, Cancún, se erigen ensímbolos de estatus, por ende en valorizaciónespacial” (HIERNAUX NICOLÁS, 1995, p. 44).

15 Los paquetes de pasajes, las publicidades, sonalgunos de los elementos que determinan elconsumo anticipado de los espacios turísticos(BUSTOS CARA, 1995).

16 De acuerdo a Soja (1993), la dimensión espacial“está infundiendo provocativamente a latradicional cupla historicidad- socialidad connuevos modos de pensamiento e interpretación(...) hay una creciente conciencia de lasimultaneidad y entretejida complejidad de lo

Page 13: geografia-aplicada al turismo.pdf

Turismo y espacio. Aportes para otra Geografía del turismo, pp. 167 -180 179

social, lo histórico y lo espacial, su inseparabilidade interdependencia” (SOJA, 1993, p. 3). Estainterpretación en torno a la interdependencia einseparabilidad de lo social, lo espacial y lotemporal fue anticipada por Lefebvre (1986) alsostener que las relaciones sociales tienen “unaexistencia social sólo en la medida que tienenuna existencia espacial; se proyectan a sí mismasen el espacio, inscribiéndose allí, y en el procesoproduciendo ese espacio mismo” (LEFEBVRE,1986, p. 45). De la misma manera, señala que eltiempo y el espacio son inseparables, el espacioimplica tiempo y viceversa.

17 De acuerdo a Soja (1996), la espacialidad en tantoespacio socialmente producido no debe serconceptualizada como equivalente al espaciofísico de naturaleza material (primer espacio) oal espacio concebido (segundo espacio); pero,distinguir la espacialidad del primer y segundoespacios no implica desconocer que ambosespacios no sólo son usados e incorporados(apropiados) en la construcción social de laespacialidad sino también transformados en elproceso (SOJA, 1985) y, por tanto, componentesimportantes de la espacialidad de la vida social(SOJA, 1996).

18 De acuerdo al autor, los conceptos de estructura,sistema y dualidad constituyen el núcleo de lateoría de la estructuración. Las definiciones deestos conceptos pueden encontrarse en Giddens(1995).

Bibliografía

19 Según Giddens (1995) el concepto de rutina refierea toda aquella actividad que se realiza de manerahabitual. La repetición de actividades que se llevana cabo de manera similar día tras día constituyeel fundamento material de la naturaleza recursivade la vida social. Sin embargo, las rutinas no son“simples formas repetitivas de una conductallevada a la práctica “sin pensar”” (GIDDENS,1995, p. 119). La duración de la vida cotidianaocurre como un fluir de acción intencional. Losagentes producen y reproducen prácticas, rutinas,durante su vida cotidiana sustentando la creaciónde escenarios conocidos de interacción y, conellos, de un sentimiento de seguridad ontológica.El autor sostiene, asimismo, que “los aspectosde los escenarios también se usan, como rutina,para constituir el contenido significativo de unainteracción” (GIDDENS, 1995, p. 151).

20 El término de locale (en inglés) fue originalmentepropuesto por Giddens en su desarrollo de lateoría de la estructuración. De acuerdo a Giddens(1995) “el término “lugar” no se puede emplearen teoría social simplemente para designar “puntoen el espacio” (GIDDENS, 1995, p. 150); así, parael autor “el lugar queda mejor conceptualizado através de la noción de “local”, que se refiere a losasentamientos físicos de la actividad socialubicada geográficamente” (GIDDENS, 1997, p.29).

AGNEW J. “Una alternativa teórica acerca dellugar y la política”. Place and Politics, Allen Unwin,Winchester –Traducción interna de la cátedra deIntroducción a la Geografía- Departamento deGeografía/ UBA, 1987.

BARRADO, Diego y Jordi Calabuig (editors).Geografia mundial del turismo. Madrid, Síntesis,2001.

BERTONCELLO, Rodolfo. “Turismo y territorio.Otras prácticas, otras miradas”. Aportes ytransferencias, 6(2): 29-50. Mar del Plata, CIT-UNMDP, 2002.

BOULLON, Roberto. Planificación del espacioturístico. México, Trillas (Serie Turismo), 1985.

BUSTOS CARA, Roberto. “El turismo y losprocesos de transformación territorial”.Rodrigues Balastreri, Adyr (org), Turismo eGeografía. Reflexoes teóricas e enfoques regionais.San Pablo, Hucitec, 1995.

CALLIZO SONEIRO, Javier. Aproximación a lageografía del turismo. Madrid, Síntesis, 1991.

DE LA TORRE PADILLA, Oscar. El turismo.Fenómeno social. México, F.C.E, 1980.

Page 14: geografia-aplicada al turismo.pdf

180 - GEOUSP - Espaço e Tempo, São Paulo, Nº 16, 2004 ALMIRÓN, A. V.

FERNÁNDEZ FUSTER, Luis . Geografía general delturismo de masas. Madrid, Alianza, 1991.

GIDDENS, Anthony. La constitución de la sociedad.Bases para la teoría de la estructuración. BuenosAires, Amorrortu, 1995.

GIDDENS, Anthony. Las consecuencias de lamodernidad. Madrid, Alianza, 1997.

HIERNAUX NICOLÁS, Daniel . “En busca del Eden:turismo y territorio en las sociedadesmodernas». Revista Ciudades (23): 24-30, julio-septiembre, México, RNIU, 1994.

HIERNAUX NICOLÁS, Daniel . “Elementos paraun análisis sociogeográfico del turismo”.Rodrigues Balastreri, Adyr –org-, Turismo eGeografía. Reflexoes teóricas e enfoques regionais.San Pablo, Hucitec, 1995.

KNAFOU, Remy. “L’ invention du tourisme”.Antoine Bailly et al.(dir.), Encyclopedie deGeographie. París, Economica, 1992.

KNAFOU, Remy . “Turismo e território. Por unabordaje científico del turismo”. RodriguesBalastreri, Adyr (org), Turismo e Geografía.Reflexoes teóricas e enfoques regionais. SanPablo, Hucitec, 1995.

KRIPPENDORF, Jost . Sociologia do turismo. Ríode Janeiro, Civilizacao Brasileira, 2000.

LEFEBVRE, Henri. “El espacio social”. Laproduction de l’espace. París, Antrophos –Traducción: Anselmo Curutchet-, 1986.

LOZATO-GIOTART, Jean-Pierre . Geographie dutourisme. De l’espace regarde a l’espaceconsomme. París, Masson, 1987.

MARCHENA GOMEZ, Manuel. “Un ejercicioprospectivo: de la industria del turismo«fordista» al ocio de producción flexible”(Mimeo). Sevilla, (s/d, s/f).

MATHIESON, Alister y Geoffrey WALL. Turismo.Repercusiones económicas, físicas y sociales.México, Trillas, 1990.

PRED, Allan. “El lugar como procesohistóricamente contingente”. Place, Practice andStructure. Polity Press – Traducción interna dela cátedra de Introducción a la Geografía-Departamento de Geografía/ UBA, 1984.

RODRIGUES BALASTRERI, Adyr . “Desafios paraos estudiosos do turismo”. Balastreri Rodrigues,Adyr (org.), Turismo e Geografía. Reflexoesteóricas e enfoques regionais. San Pablo, Hucitec,1995.

RODRIGUES BALASTRERI, Adyr. Turismo e espaco.Rumo a um conhecimento transdisciplinar. SanPablo, Hucitec, 1997.

SÁNCHEZ, Joan-Eugeni . “Por una geografía delturismo de litoral. Una aproximaciónmetodológica”. Estudios Territoriales, 17:103-122. Madrid, 1985.

SANTANA TALAVERA, Agustín. “Mirar y leer:autenticidad y patrimonio cultural para elconsumo turístico”. VI Encuentro Nacional deTurismo con Base Local. Campo Grande, 2002.

SOJA, Edward . “La espacialidad de la vidasocial: hacia una reteorización transformativa”.Derek Gregory y John Urry (eds), Social Relationsand Spacial Structures, Londres, Macmillan-Traducción: H.A. Torres, 1985.

SOJA, Edward. Geografías Pós- Modernas. Areafirmacao do espaco na teoría social crítica. Ríode Janeiro, Jorge Zahar, 1993.

SOJA, Edward. Thirdspace. Journeys to LosAngeles and Other real-and-Imagined Places.Cambridge, Blackwell, 1996.

URRY, John. O olhar do turista. Lazer e viagensnas sociedades contemporaneas. San Pablo, SESCy Studio Nobel, 1996.

VERA REBOLLO, Fernando (coord.), F. LopezPalomeque, Manuel Marchena Gómez y SalvadorAnton Clavé . Analisis territorial del turismo. Unanueva geografia del turismo. Barcelona, Ariel,1997.

� �