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GEORGE M. HYOE
LA POEsíA DE LA CIUDAD
!¡ ,
Podría afirmarse que la liter atura modernista nació en la ciudad y con Baudelaire , particularmenteco n su descubrimiento de que soledad y muchedumbre quieren decir lo mismo y de que las palabras 'm ulti tud ' y 'soledad ' resultan int erca m bia bles para un poeta de imagi nac ión activa y fért il:
M ult itude, so litude: termes égaux et co nver tiblespou r le poete actif et fécond . Oui ne sait pas neuplcr sa solitude, ne saí t pas non plus étre seuldans une foule affairée.!"
LoI ce rcan ía de estos casi -ho mófonos (' m ultitude ' . ' solitudc' ) nos con vence, gracias a un ara bescode la ac tiva y fértil imagi nación de Baudelaire , dequ e las masas so n un a a bstracción generalizada delm ismo or de n que el susta ntivo soledad, y aquí seprefigura The Wastc' Land de Elio t. Las ciudades sevuelven menos rea les cua nto más se acercan, onu cntra s lino más se acerca a ellas. Esta proposici ón co nstituye un reto ;1 las lc.yes de la perspecti vade un a manera característ ica del modernismo:
Jerusal én Atenas A leja ndríaViena LondresIrreales.
I:n este momento de su poe ma, el nad ir de la rue-
• ~ I Il Il , l u d . •o k d;,, !. t ér nunos 'ltlJale, e intercam biables1','1.' el I"'el.• ;, Ch '" ) fec undo . Quien no sabe publar su so led ... I. 1.. 111 1"";0 . abe e.• IM ,olu en una muc hedumbre a tu readu .
da de la historia , Eliot cambia de dirección: su búsqueda por el punto donde se intersectan lo que estásujeto al tiempo y lo intemporal, toma aquí, abiertamente, la forma del mito cristiano. La búsquedadel grial es más sustanciosa que las multitudes urbanas no redimidas que son, para Eliot, especímenes de degeneración y esterilidad. Otros importantes poetas modernistas (Crane, Mayakovsky) hanexplicado lo irreal de la ciudad irreal como una falla del arte más que como una fa lla humana. Así,profundamente en desacuerdo con las actitudesantidemocráticas de la generación simbolista, Crane encuentra a Elena de Troya en un tranvía, Mayakovsky contempla con júbilo al proletariado urbano como agente del milenio, y en la obra de ambos poetas se renuevan las ciudades junto con lapoesía y se impone una visión antisimbolista dellenguaje como propiedad del pueblo y no de una élite cultural purificadora. Pero Crane y Maya-
# kovsky , arquitectos del ambiente urbano transfigurado, cuyos mundos míticos eran dem asiado pesados para un solo hombre, ta mbién marc an lamuerte de la ciudad modernista: Crane se ahoga en1923 y Ma yakovsky se pega un tiro en 1930. El trabajo de ambos muestra una confusión entre el po dcr revolucionario de la poesía y el apocalipsis, elfin del tiempo histórico. Este dilema se encuentraimplícito en la obra de Baudelaire .
Si mult itud y soleda d so n términos iguales e intercambiables, la ciud ad no tiene ninguna realidado bje tivas. En Les Fenétres, Baudelaire amplía suproposición:
Cclui qu i regard du ' dehors a travers une feriétre ouverte, ne voit jamais autant de choses quecelui qu i regarde une fenétre fermée . 11 n'est pasd 'objet plus profond, plus mystérieux, plus fécond, plus ténébreux, plus éblouissant qu'une fenétre écla irée d'une chandelle*.2
La palabrafecundo aparece aquí en un a po sicióncrucial: la ciudad es no-poética por excelencia (estaes la actitud básica del romanticismo a pesar delsoneto de Westminster Bridge de Wordsworth,donde el poeta descubre a la ciudad como despreven ida , dormida, sin darse cuenta, en una posturaasombrosamente natural); y sin embargo, la ciudad es, por excelencia, el mater ial más poético .
Todo depende de cómo se mire . Baudelaire, inquieto por el prestigio de su proposición y anticipando un a aguda respuesta del lector, siente quetiene que defender su posición. Esta actitud (defensiva pero a rr ogante) se ha convertido en la clásicapo se de los escritores modernist as , lo mismo que eldeb ate con un interlocutor imaginario -que por lomismo resulta demasiado real- se ha convert ido
• Aquel qu e se asoma a una venta na abierta nun ca ve tantascosas como el que mira una ventana cerrada. No hay ningúnobjeto más pr o fund o. más misterioso , más fecundo, más tenebroso , más aso mbroso, que una ventana iluminada por una vela .
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73ILU"RAClONES DE 'ULOAN AOAM. Traducción: Marina Fe
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gar de la plasticidad vita ldelcrecimiento natu ral.Laciudad y su vida estaban dominada por la ideologíade la burguesía. lo que hizo inevita ble quesurgieran elementos disidentes en ella y contra ella.El poeta pertenecía literal y simbólicamente a lasbuhardillas y desvane que ocultaban las enormesfachadas; todavía no soña ba con una ciudad transfigurada o un nuevo orden ino que trataba de entender por qué estaba necesariamente condenadoen una sociedad tan egura de su salvación. El destino de Evgeny, en el poema de Pushkin El j inetedebronce, prefiguraba esta condición corno sin dudatambién prefigurabu la grandes novelas urba nasde Dostoyev ky. E geny, el cmpleaducho. atrapado entre la inundación ( engunza de la naturalezasobre el hombre por su hibris ale nstruir la ciudaden contra de su designios) y el ri rido monumentodel déspota ilustrado que fundara ' :In Pctcrsburgo, se vuelve loco. u hubiiuci ón ser á ocupada porun poeta empobrecido, u re tu ccumcntc Pushkin.En esto radica la diferencia con Uiudcluirc )' la raezón de que, u pesar del re .onocldo lugar que ocupaa la cabeza de la ficción rus I del siglo XIX, no noparezca tener un I sensibilid Id moderna. Pu hkinvio a San Peier bur o en t érminos hegeliano ,como la encurnnci ón de la ide I de libertad. uspremoniciones respecto a la tirnnlu que surgir;a dela inclemente sujeción de lo n uur 11 (incluyendo alhombre) a los dictados de II ldcu encarnada, impregnan a un arte que en el fondo es upollnc , gr 1
cioso y Severo como II iud Id misrn l . S 111 Peier •burgo, imitación con cicntc de ciudndc de ccidente como Arnstcrdum y en pleno crecimientocomo una totalidad urm ón ic , r I ion ti durante elsiglo XVIII, equivale, en la piedra. u la urbanidaddisciplinada del verso de Pu: hkin. El P IriSde Buudelaire presenta, por el e ntrurío, sólo el ir I e ti •mo del claci i mo: sus fu hudu. esconden inmudicial (quizá fue iempre así. pero sólo uhoru puedeversedebido a la disolución de las forma o ialesyal colapso de la jera rq uía naturales). :1conspicuo desgaste de la arquitectura de Hau smunn esuna parodia de la ciudad cl á icu de critu por Auden en su ensayo El poeta y la ciudad' . donde lasinstituciones garantizan la libertad y la vida pública expresa las facultades má elevada del hombre.La uniformidad de estilo y estructura que algunavez fuera radiante testigo del hecho de que loshombres civilizados hablaban un mismo lenguaje,amenaza ahora con encerrarlos en el duro caparazón de hipocresla del Segundo Imperio. El spleenes sobre todo un sentimiento de eocierro (el temapredomina en la poesía urbana de Blake) y la libertad toda es ahora interior. La poesla urbana deBaudelaire no está marcada por una radical innovación formal (aunque a veces, como en Cr épuscule du Soir, trabaja con el alejandrino desde dentro ,aprovechando su equilibrio formal para yuxtaponer material 11rico y sórdido), pero su obra expresaya los problemas que llevarían a las innovacionesformales del modernismo. Estas surgen de la pro-
! '\* .Me dirán quizá: '¿Estás seguro de que esta leyenda sea laverdaderat'<Qué importa lo que pueda ser la realidad fuera de
"ml si me ha ayudado a vivir, a sentir que yo soy y lo que soy.
.1, "
en el modo de existencia de muchas obras de artemodernistas ('Let us go then, you and 1'). De una
.dialéctica clásica en élcasode Baudelaire, se vuelvenerviosa y de autci:escarnio en el caso ~e Laforguey.reverbera vibranternente en Prufrock y.The Waste Land. Múchas veces es tanto diálogo con unomismo como diálogo con otro y parece vincularsecon la'enfermedad característica delas civilizaciones modernas, la esquizofrenia. El,mismo Baudelaire, por .supuesto.tes de hecho su propio interlo-cutor: .; (, ,, ' , ' . ~.. , ,.-- '
\ " .Pe~t~etre ~e direz-vó~s: 'Es-tu siír que cette lé-. gendesoit I ~ vraie?" Qu'importe ce que peut étre.r la-réalité placée hors de moi si elle m'a aidé a
. -sentir que je suiset ce que je suis.*3'· 2,' , .
.' Este soÜpsismo encuentra en Eliot un triste eco:'Estos,fragmentos arrastré contra mis ruinas' y ha
.brá de servir como introducción a otro aspecto del" modernismo queencuentra sus metáforas más ade· r. cuadas en imágenesde ciudades: el tema de la rela-
' ci ón del talento individual y la tradición literaria,de mi raza.y -yo,'de mi raza y su pasado.. Laciudad dondeescribía Baudelaire era el París ·
. del,Segundo. Imperio, en plena expansión; la es-, pléndída ciudad de Hausmannque sugería un resur-gimientede-lasglorias de la antigua Roma. París aparecía corno la flor tardía de la Ilustración yadquirió las rígidasfrornasde una immortelleen lu-
o .. .. • ' .
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blemática relación del poeta con su público, con suraza con su herencia cultural, con su medio ambiente, con su lector. En un a sociedad que sóloofrece una falsa e hipócrita explicación de cómo seinterrelacionan sus partes, la ciudad es la única metáfora adecuada mediante la cual se pueden expresar estos problemas. Las exigencias del mercadoobligan al poeta a vivir en la ciudad, c?mu un artesano, y las presiones de la competencia est~blecen
que tenga que existir en guerra con su sociedad ycon todos aquellos que se disputa,n ~a plusvalía d,ela burguesía emergente que es la UOlC~ en. garant ízar una base material para el arte. ASI, aislado, elpoeta se vuelve hacia adentro con una introspección distinta a la subjetividad romántica y junta losfragmentos culturales que I~ dan un sentido priv?do de pertenencia, un sentido de orden por maspersonal que sea.
Le cygne de Baudelaire plantea estos problemasy anticipa los temas.y métodos de .T~~ W~sl.e La~d.Su primera invocaci óna un~ tradici ón clásica viva(transmitida a través de Racine) con~rasta, a la ':llanera de Eliot, con un presente reducldo.y co~~tItu.
ye una contribución tempra~a a ese hlstoncls~o
invertido que rechaza las confiadas proclamaciones de progreso ahora ree~plaza~o por un? afirmacíón de retroceso, es decir, el mito de la calda, ladeclinación de Occidente. El río es eterno (cf. elNeva en el poema de Pushkin y el Támesis en el deEliot) y las aguas dan vida (fécond, fécon~é) m~entras el río evoca otros ríos recordados e imaginados y el poeta vuelve a posee~ los fragment?s deuna tradición cultural destruida yuxtapomendoirónicamente lo clásico a lo neoclásico para afir-
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marse, medi ante la fragmentar iedad , ante las totalidades opresivas que niegan la fertilid ad :'
Le vieux Paris n'est plus (la forme d'une vílleChange plus vite, hélas ! que le coeur d'un mortel) ."
El cisne del título del poem a es uno de los muchos pari as urbanos de Baudelaire y sufre, en pr imer lugar , porque ha escapado de su jaula (bonitaironía) y porque el pavimento es puro; pero, a únmás, porque anhela el trueno que trae la lluvia, epifanía con la que termina The Wasle Land de Eliol.La estrofa clave aparece vulnerablemente al principio de la segunda parte del poema:"
Paris change! mais rien dans ma mélancolieN'a bougé! palais neufs, échafaudages, blocs,Vieux faubourgs, tout pour moi devient allégo-
rie,Et mes chers souvenirs sont plus lourds que des
roes."
Baudelaire se siente lleno de cierta materia dolorosamente cruda que ninguna forma puede abarcar y que, no obstante, es su más preciosa posesión,es la roca de donde se cortan los bloques para construir la civilización, tiene una edad de siglos, es suherencia cultural y la nuestra y es una carga paralizante para él. En poemas como Le Cygne y LesSept Viellards, las imágenes urbanas llevadas a loque Eliot describía como 'primera intensidad', semoldean en una alegoría que empieza a expresar laescisión trágica del artista moderno y, a través deél, del hombre moderno.
3La poesía de Baudelaire tiene una estatura moralque dism inuye la obra de casi todos sus seguidorese imitadores. La mejor poesía urbana en Inglaterraestá en la prosa de las novelas de Dickens. GeorgeGissing, su seguidor y crítico sensible, aunque carecia de la profunda originalidad y humanidad deéste, expresa como su maestro no lo hizo la falta deraíces del individuo sensible que está a merced delas presiones comerciales de la metrópoli . La misma falta de riqueza creativa se suma al pathos de suobra, pues muestra al lector la magnitud de la derrota del esfuerzo imaginativo que se requiere paracrear un orden propio a partir del vacío , tal y comotiene que hacerlo el artista moderno. El ~an,tasma
de la comunidad recorre el mundo de Gissing ennovelas como New Grub Street donde toma la burlona apariencia de la fe.li.cidad conyug~l, ~e la seguridad de la vida en familia, del companensmo entre
• El viejo Par ís ya no existe (la forma de una ciuda dCamb ia más pronto. ¡ah! que el corazón de un mort al),
•• ' París cambi a! ¡pero nada en mi melancolíaSe ha
lmovido ! palacios nuevos. anda miajes, bloqu es,
Viejos suburbios, todo para mi se vuelve alegoría,y mis grato s recuerdo s pesan más que las rocas,
condiscípulos, y consigue que el anhelo de descanso se parezca mucho al anhelo de muerte. Pero nodebe sorprender que la poesía inglesa de los añosnoventa, que intenta atrapar el movimiento fugaz yla luz caleidoscópica de un medio ambiente, seaparasitaria del verso simbolista francés y de la pintura impresionista de los cuales refleja sólo las superficies. Dos excepciones notables merecen mención: John Davidson , principalmente por su obraextraordin aria Thirty Bob a Week y James Thomson, por su destart alada obra maestra que es eguramente el equivalente literar io más cercano al falso gót ico del Londres victoriano: The City 01Dreadful Night, En todo caso, Eliot considerabaque ambos habían contribu ido a la tradición modernista con un elemento inglés nativo que no había sido imitado de la literatur a continental. Lonativo inglés de Davidson es su cualidad má importante : el proletariado urbano le abre el pa o altrabajador británico. la dicción y el ritmo imitan elhabla popular y nos encontramo en el mundo de' los hombres solitarios en manga de camí a' ; e elmundo donde Prufrock se apresura para llegar ulos salones decepcionanles que le dan burlonurnenle la bienvenida con una fal a cultura, la de la mujeres que vienen y van y hablan de Miguel Ang 1.El poema de Davidson es un di álogo con el le torEn esto no'es original. pero re ulla muy perturbador su contrarian le tono argumentat ivo, aquel deuna voz disidente en medio de una complacienteasamblea y. asimismo. la forma como convierte allector en participe indulgente de di ha reunión.Por un momento el poeta, portavoz de la alla culotura, ha unido sus esfuerzos a la víctima de laanarquía. Pero aunque Eliot haya aprendido deDavidson la manera de int roducir un habla vivadentro de la poesía. no aprendi ó nunca cómo usarla lírica en el discurso público; no olvidcrno quealabab a equivocadamente a Baudelaire por evitara propósito los asuntos públicos caro al reformi ta siglo XIX.
City 01 Dreadful Night de Jame Thom on emás un documento terriblemente aut éntico queuna obr a literaria lograda. Su exten a e tructuraconstituye una ruina gótica deliberada y u filo 0
fla una extraña perversión del calvini mo. Thornson era un libre-pensador . pero el -anunciar queDios ha muerto ante una congregación hambrientaen una enorme catedral no trae consigo una liberación de la agonía moral. Thomson e taba muy eguro de encontr arse entre los malditos y ningunateoría darwinista sobre el origen de las e pecie podía hacerle dudar; vivía su infierno personal, un reflector gigantesco dirigido hacia las dudas y e cr úpulos victorianos. La eterna sucesión de lo conocido es el principio de organización del univer ocomo lo es también de la vida urbana victorianasujeta al tiempo. Quitemos las manecilla al reloj,dice uno de los fantasmagóricos interlocutore queaparecen y desaparecen en el poema, y eguir áandando . En lenguaje de estos espectros, e pecial-
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mente en los diálogos en que nada se comunica,prefigura a Eliot. Aqul y en la poesía de Jules Laforgue encontró el habla de Prufrock, e! I~~guajede un hombr e incapacitado por su sensibilidad yfruslrado en sus intento de const ruir un puentehacia el otro :'
y ha vuelto después de todo; has vuelto.Estaba a punto de eguir tu huella.y ha fallado: nuestra chispa de esperanza es neogra .
Bref, j'allai me donner d'un 'Je vou aime'Quand je rn'avi ai non an peineQue d'ubo rd. je ne me po édai pa rnoi
méme."
i un o, pon iendo una almohada junto a u cabelólDijera:' o no e para n da lo que qui e decir," 0 no • para nad :
: ro on tod di 1 go entre mantes, intentode e. capar a la pri ión de I que re ulta de la equivalen ia entre oled d y mull itud . i el hombremoderno e t mutil do e pirituulmente, tien herida má. profunda ún en u entro pa ionale •y'de una u otra rnaner I u d tino e I terilidad.De e terilidud e tr' ta The J a te Land, e peciulmente dond e h' bl del ardiente d eo exual enlu parte ba adu en el errn ón de Fuego de Buda.A l. The Brldg« de rane traza un puente del hombre moder no a P ahontas. la prin e. india. ca tapero de unu e uulid d r diunte. En For the Marriagr 01 Faustu: and lielen, e d po un el hombreIau tino de pengler, ujeto al tiempo. y u vi i ónde la belleza etern a. :Iena. ' n ambo p ema ede cubre una gran influencia con iente de Eliot,lo que e manifie ta en lu polémica deliberada quee tablccen con la e pr iones e imágenes de The!Ya I r Land. i bien ' Iiot logra crear un podero oent ido de la ineludible pr enc ía de la tradicione
encarnada en la mente europea gracia a u amplia per pecti a hi t órica, la ob tinada mitologización de rane explota lo que del pa ado puede poner. e al ser icio de una imaginación ecléctica quecelebra un futuro in trabas . La fina delicia que engendra al pen am iento de cuya pérdida e lamentaba Hopkin en u oneto, o tiene al arte de erane (o por lo meno no lo hace creer de maneramuy con incente): u impulso dioni iaco encuentra u expresión en un erotismo ba tante ajeno almundo de The Wa le Land, donde la exualidadapa rece solamente como estér il o órdida. La prostituta, la de nudi ta y la remilgada virgen de ThreeSongs (quinta parte de The Bridge) pueden estar'equivocada ' pero no como lo e t án la rnecan ógrafa el joven carbunclo:o de Eliot. Su ineficacia
• En resumen. iba a entregarme con un 'Te amo'Cuando me di cuent a no in penaQue. p' ra empeza r. no me poseía a mi mi mo.
~ .:
1. Baudelaire, Le Sp/een de Paris, XII, Les Fou/es. CL WalterBenjamin, Illuminations (London, 1970).2. Baudelaire, ibid, XXXV.3. Baudelaire, ibid,4. W. H. Auden, The Dyer's Hand (London, 1962).5. Baudelaire, Le Cygne.6. Baudelaire, Le Cygne .7. A.H . Clough, "Recent English Poetry: A Review", NorthAmerican Review, vol. lxxii, julio, 1853.8. James Thomson, The CUy of Dreadful Night; Jules Laforgue , " Dimanches" ; T . S. Eliot, "The Love Song of J. AlfredPrufrock".9, Sobre esto consultar Alan Trachtenberg, Brook/yn Bridge(New York and London, 1965).
al ferry de Brooklyn de Whitman y comunica nosólo con la isla de Manhattan sino con el cuerpodesconocido del futuro americano. Es interesanteque Eliot sólo haya querido publicar en Criterionuna parte del poema de Crane, la parte dedicada altúnel bajo el puente, ese descenso al mundo subterráneo . El ideal engendra su oscura antítesis: tantoen The Tunnel como en Thomson o Eliot se desciende igual de profundamente al averno de unahumanidad desconcertada y brutalizada, ese mundo donde acecha el fantasma de Poe, el hombre alque Crane acusaba de haber 'rechazado el boleto'.Pero el túnel de Crane emerge confiadamente haciala luz del día, el tren subterráneo nos conduce através de este infierno urbano casi sanos y salvos.y sin el culpable sentimiento de complicidad dePrufrock .
En muchos sentidos la poesía de Crane es paralela a la del futurista ruso Mayakovsky quien, enLa nube en pantalones, canta a una ciudad transfigurada con una poesía pública que tiene el mismotono profético que la de Crane pero bastante másoratoria política. Lo mismo que en el caso del socialista Verhaeren -algunos de cuyos poemas tienen un milenario acento mayokovskiano- la ciudad no es para Mayakovsky la jungla o el desiertode la imaginería de Thomson sino más bien unacriatura monstruosa, una Ville Tentaculaire (tomando el nombre de una de las colecciones de Verhaeren) dotada dela vida alienada de la gente decuya sangre se ha nutrido. Sus instituciones encarnan las pasiones distorsionadas y exageradas desus menos-que-humanos habitantes, volviéndoseamenazantes hacia sus víctimas, negando la vida yel amor. Así, el poeta se presenta a sí mismo tantocorno profeta corno víctima del sacrificio. Mayakovsky, quien por una parte realiza la dialéctica dela ciudad con una intensidad que recuerda a Blake,por otra parte nos acerca a la metrópoli del expresionismo alemán. Casi un siglo después de Push kin, Mayakovsky profiere una reformulación marxista de las aspiraciones ilustradas. La ciudad capitalista debe caer y su lugar ser ocupado por la comunidad socialista. Todavía ningún artista haconstruido esta ciudad, aunque algunos han satirizado (por ejemplo Zamyatin, en We) las matemáticas de su anteproyecto,
Notas
co rno im ágenes de [u sexualidad se debe a su unidimcn sronnlidnd pues hUI1 sido , usa ndo una fra se del1111\1110 Cr nnc en Fuust us and IIdl·II. 'desenredadospUl cl mu ndu duncnsion al' , scpurudos por cl mundo mutcrml de la grun tot ulidud a que toda vida asPlf :1.
l' u dC l1h l ~ uuugrnur lo que Eliot hizo con la búsqucdu de Cranc de dioses cxrruños. ya que el sistc11\.\ con ccptuul de 1'111' !Va,lf l' Land, por más per sona l que ~e ;1, se hasu en una orto doxia austera ; un;\( 10 un puro hil secado las aguus dadoras de vida yLI ucrrn no vo lvcr úallo rcccr hasta que el da ño haya~Ilhl rcp uradu . Es Iücil ver co mo The WClSfe Land- po ema fundado sobre una gran cultura a la quercvalor ó desde la perspect iva del pre sente pero dem.uicr a profundam ente ncgutiva -r tu vo que con sll tUIf un reto paru que C rune hicier a real idad el opurm smo qu e modela ba la historia de los Estados
rudo s y pilril que lo hiciera en los mismos térrni/lll s de Ehot, haciendo de 1;1 ciudad una parte centra l de su poema y ut iliza ndo como símbolo articulado r el ar tific io que no descansa so bre nada: elpuent e suspend ido . Part iend o de Whitman (y porlo tanto tambi én de Emerso n), Crane levanta unaes t ructu ra a érea de met áforas sin cimientos con laforma del puen te de Brook lyn, esa telaraña de acero que Rocbling concib iera y que representa la subordinaci ón de la naturaleza a la voluntad heroicadel hombre,' La cslab on uda curva de acero se estabili za po r elpeso de la ca rretera y el ferrocarril quesosti ene y, au nq ue cons truir un puente sobre un ríosea un acto q ue simbo liza la confianza exploradorav co lo nizadora, este puente es totalmente urbano ycons tituye una ava nzada hazaña técn ica. Sustituye
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