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trabajo sobre la responsabilidad social de antopólogos y arqueólogos frente a los restos culturales del pasado
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BIENES CULTURALES, ARQUEOLOGA Y
RESPONSABILIDAD SOCIAL Mara Laura Gili1
Resumen
La prctica arqueolgica siempre ha tenido que ver con la realidad de su contexto de realizacin, con las circunstancias de las sociedades en cada momento histrico. Ella se contextualiza en experiencias sociales, polticas e histricas propias de sus diferentes momentos de realizacin. En trminos de la arqueologa social latinoamericana, se trata de encontrar formas de construir un conocimiento cientfico, abordando al mismo tiempo las historias locales y el proceso colonial con sus efectos negativos sobre las poblaciones originarias del continente. La responsabilidad social de la arqueologa se ve incrementada por las particularidades de su historia y de sus conexiones con el colonialismo y con la expansin capitalista europea sobre las reas colonizadas en Amrica Latina, Asia y frica. Por ello una discusin tica en el contexto Latinoamericano no puede pasar por alto las situaciones de marginalidad y de explotacin a las que fueron sometidas sus
poblaciones.
Palabras clave : prctica arqueolgica bienes culturales responsabilidad social
1 Instituto Acadmico Pedaggico de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Villa Mara. Vil la Mara.
Crdoba. Argentina. [email protected]
CMO CITO ESTE ARTCULO? Gili, Mara Laura; Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social; en: Patrimonio Cultural y Natural. Experiencias mexicanas en torno a su proteccin y su manejo. Red Patrimonio, Revista Digital de Estudios en Patrimonio Cultural. Nueva poca. Volumen I, Nmero 1. Abril de 2013. El Colegio de Michoacn, A.C; Universidad Autnoma de Campeche. Mxico. www.colmich.edu.mx/red.
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
2
Mara Laura Gili
LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
EN LOS ESTUDIOS SOBRE LOS
BIENES CULTURALES
El presente es un trabajo de reflexin acerca
de la la responsabilidad social en los estudios
de los bienes culturales. No se abordan aqu
casos especficos. Sin embargo, el trabajo se
desprende de una investigacin previa sobre
la tica aplicada a la arqueologa. Problemas
de fundamentacin de su deontologa
profesional, en la que analizamos el conflicto
tico planteado en la prctica de la
Arqueologa entre el Estado, los
investigadores, las comunidades aborgenes
y los pobladores de reas de inters
arqueolgico por incidir en los sitios, cada
uno a partir de intereses particulares y, por
momentos, en contradiccin. Para ello
indagamos en el pensamiento filosfico
contemporneo, los conceptos ms
pertinentes para la reflexin de temas propios
a la prctica arqueolgica sealando la
transversalidad de la problemtica (Gili 2002,
2003, 2004a, 2004b, 2005, 2007).
En publicaciones previas he sealado que,
entre las partes mencionadas, se dan
situaciones de conflicto de ndole moral y
cientfica por los sistemas de valor
particulares, tradicionales y modernos que
all se entrecruzan; asimismo, por las
diferentes perspectivas en orden al estudio y
de produccin de conocimiento sobre bienes
culturales, es decir, el pensamiento
tradicional y el pensamiento crtico.
Nuestra experiencia se enmarca en estudios
arqueolgicos sobre el arte rupestre del Sur
de la Sierra de Comechingones, en la
Provincia de Crdoba, Argentina. A partir de
all, se nos ha presentado la instancia de la
reflexin sobre los criterios y principios que
orientan la toma de decisin, en el estudio y
gestin de bienes culturales como as
tambin, el razonamiento sobre el ejercicio
profesional.
En las ltimas dcadas se observa un mayor
inters por realizar estudios vinculados al
patrimonio cultural. Al respecto el historiador
francs Jacques Revel (2005), seala que ha
habido un uso excesivo de la
conmemoracin, haciendo de la cultura una
herramienta poltica. As como de
patrimonializacin de los bienes culturales, lo
cual ha generado una sociedad museogrfica
y archivstica, y finalmente, de produccin de
memoria, de un nuevo rgimen de memoria,
al servicio de un nuevo modelo de Estado.
En efecto, el modelo de Estado nacional
homogneo que rechaz la diversidad
sociocultural durante el siglo XIX y la primera
mitad del XX, ahora procura la reivindicacin
y la promocin de formas particulares y
originarias, con renovadas estrategias que
intentan reformular el lazo social (ibdem). De
esta manera, la cultura da visibilidad a la
diversidad, ocultando la disparidad
socioeconmica profunda que refuerzan las
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
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Mara Laura Gili
polticas neoliberales (Achilli 2006).
La prctica arqueolgica en contexto
latinoamericano adquiere sentidos
particulares. Aqu, la historia social se
construy sobre el conflicto y la
fragmentacin, generando una profunda
desigualdad socio-econmica, con sectores
sociales proclives a hegemonizar el poder.
Por ello se producen cuestionamientos a la
prctica de la arqueologa en los principios
que guan la actividad, poniendo en
consideracin el contexto social e histrico
en el cual trabaja. Lo anterior, con re-
planteamientos en trminos ticos sobre el
compromiso y la responsabilidad social que
conlleva producir conocimiento en estas
circunstancias, dado que los bienes
culturales que exhuma en su prctica y luego
estudia, son objeto de confrontacin de
intereses.
Las discusiones en torno a la responsabilidad
social de la arqueologa, y en el mbito de la
gestin cultural a ella vinculado, deberan
comenzar por cuestionar el rol de la disciplina
en cuanto constructora de memoria social de
los Pueblos Originarios marginados y
silenciados por prcticas coloniales
sostenidas en el tiempo desde el Estado
Colonial al Moderno. Dicho cuestionamiento
permitira esclarecer el problema y avanzar
hacia su pleno reconocimiento. Sera un acto
de reparacin histrica y tica para con las
comunidades originarias y sus descendientes
actuales, sin con esto inhibir la continuidad
en la produccin de conocimiento
arqueolgico con metodologas cientficas
desarrolladas en dcadas de trabajo
sostenido.
Analizar algn aspecto vinculado con el
patrimonio cultural y los bienes culturales,
arqueolgicos, materiales y simblicos que lo
constituyen, es una tarea compleja en la
actualidad. Su complejidad est dada por la
diversidad de perspectivas que atraviesan su
anlisis. En las ltimas dcadas distintas
reas de pensamiento han demostrado tener
algo que decir al respecto: la antropologa, la
historia y la arqueologa tradicionalmente se
ocuparon del tema, pero a ellas se sumaron
la filosofa, la teora poltica y la economa
entre las ms reconocidas.
Una de las caractersticas del pensamiento
social es su diversidad de manifestaciones a
lo largo del tiempo. Las formas del
pensamiento tradicional sobreviven en la
actualidad y permiten entender la historia y la
cotidianeidad de las comunidades que lo
conservan en sus formas. El pensamiento
crtico-moderno, a su vez, explica la sociedad
contempornea y desempea un rol
destacado en ella en aplicaciones
tecnolgicas y en nuevas perspectivas del
mundo y la realidad social. Ambos
construyen racionalidades y maneras
diferentes de ver y de entender la realidad, y
ambos confluyen en la prctica arqueolgica,
especialmente en los temas ms sensibles a
las comunidades originarias como son los
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
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Mara Laura Gili
relacionados con el uso y el estudio de restos
seos, lugares y objetos sagrados.
La prctica arqueolgica siempre ha tenido
que ver con la realidad de su contexto de
realizacin, con los circunstancias de las
sociedades en cada momento histrico. Ella
se contextualiza en experiencias sociales,
polticas, histricas propias de sus diferentes
momentos de realizacin. En trminos de la
arqueologa social latinoamericana, del
reconocido arquelogo peruano Luis
Guillermo Lumbreras (1981), se trata de
encontrar formas de construir un
conocimiento cientfico, abordando al mismo
tiempo las historias locales y el proceso
colonial con sus efectos negativos sobre las
poblaciones originarias del continente.
Una discusin tica en contexto
Latinoamericano no puede pasar por alto las
situaciones de marginalidad y explotacin a
las que fueron sometidas sus poblaciones.
Por ello la responsabilidad social de la
arqueologa se ve incrementada por las
particularidades de su historia y por las
conexiones con el colonialismo y la
expansin capitalista europea sobre las
reas colonizadas en Amrica Latina, Asia y
frica.
Esta situacin hace que el problema tnico
sea de ndole tica y poltica. tica, porque
existe una deuda histrica con la sociedad
aborigen que sufri la exclusin formando
parte de vnculos de marginacin y
postergacin; y poltica, porque lo son los
reclamos por autonoma, en tanto la
autonoma territorial y poltica aborigen es
una de las principales fuentes de
construccin de identidad. Ella organiza y
dota de sentido a los Pueblos Originarios del
continente (Iturralde 1995: 135). Por esto, la
cuestin indgena latinoamericana merece
ser reflexionada a partir de principios
tericos, polticos y ticos.
Frente a tal estado de situacin, la realidad
social y poltica latinoamericana le impone al
mbito acadmico, la necesidad de un
pensamiento y una teora crtica propia,
donde la tica sea una herramienta de
denuncia de las condiciones de dominacin,
prolongadas en renovadas formas de
accionar, como tambin de planteos de
nuevas instancias de transformacin y no tan
solo un instrumento para diluir los reclamos y
las contradicciones, como entendemos
ocurre con las demandas de los Pueblos
Originarios por contar con mayores
posibilidades de decisin sobre el uso de sus
bienes culturales.
Contemplar estas nuevas realidades y la
aplicacin de principios ticos, facilitara la
construccin de nuevos discursos y
conocimientos que desenmascaren lo
convencional, las opciones ya establecidas.
Sera una manera de revisar la narrativa
arqueolgica e histrica acerca del pasado y
del presente de los Pueblos Originarios. Los
criterios a adoptar, deberan consignar los
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
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Mara Laura Gili
diferentes aspectos que involucran valores y
condiciones de distintas perspectivas y
formas de pensamiento. Esto, porque los
afectados en el estudio y la gestin de bienes
culturales arqueolgicos, provienen de
marcos de referencia diversos: crtico,
tradicional, mtico, etc.
Toda puesta en escena de lo patrimonial,
debera ser una interpelacin poltica y social,
en respuesta a la responsabilidad social y
comunitaria que su produccin de
conocimiento implica (Gili 2004a). Asumiendo
a la arqueologa como ciencia til al re-
descubrimiento y respeto de la diversidad y
del pasado, el respeto por la diversidad
debera ser el principio tico fundamental a
partir del cual se desprendieran los otros. La
historia es fragmentaria, dado que la
construimos sobre mltiples objetos y
referentes que expresan identidades
comunitarias, mltiples miradas y
diversidades. Por consiguiente, la realidad no
podra ser acotada a una sola perspectiva; es
la sumatoria de aportes individuales, de
tradiciones diferentes (mtico, religiosas,
crticas, etc.), donde cada elemento se define
por lo que es y por su red de relaciones, lo
cual evidencia su complementariedad.
ALGUNAS DISCUSIONES ACERCA DE LAS CONDICIONES DE PRODUCCIN DE
CONOCIMIENTO CIENTFICO
Como deca con anterioridad, la prctica
arqueolgica siempre ha tenido que ver con
la realidad de su contexto de realizacin, con
los circunstancias de las sociedades en cada
momento histrico. Ella se contextualiza en
experiencias sociales, polticas e histricas
propias de sus diferentes momentos de
realizacin (Patterson 1990: 5). La ciencia
como forma de pensamiento desempea un
rol muy importante en la sociedad
contempornea, por las aplicaciones
tecnolgicas y por la perspectiva que
introduce acerca del mundo y de la realidad
social. sta es ese cmulo de conocimiento
utilizado para comprender el mundo y
transformarlo (Klimovsky 1995: 21). Ciencia y
tecnologa pueden ser entendidas tambin
como parte integrante de la cultura, su
aspecto ms creativo. Ellas constituyen un
sector de la vida social, la cual est
compuesta tambin por instancias polticas,
econmicas y culturales (Ladriere 1978: 70).
En cuanto componente de la instancia
cultural, la ciencia aparece como un sistema
de conocimientos que responden al
pensamiento crtico. Mientras que la
tecnologa, se manifiesta a partir de un
conjunto de artes que actan como soporte
de actividades vinculadas a la economa y a
la comunicacin.
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
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Mara Laura Gili
Pero adems la ciencia, en el marco de los
Estados Modernos, cuenta con espacios de
organizacin, instituciones, centros de
investigacin, academias de ciencias,
universidades, etc. Los investigadores que
all se desempean, tienen el aadido de la
responsabilidad tica y social por su trabajo.
Ocurre que la irrupcin de la ciencia en la
cultura repercute fuertemente en los valores.
Jean Ladriere en su obra El reto a la
racionalidad de 1978, seala que el impacto
de la ciencia en la cultura parece consistir en
generar una pluralidad de sentidos
diferentes, difciles de integrar y, as,
desestructurar los elementos bsicos que
componen la tradicin, tales como su forma
de autoridad, la manera en que sta se
sustenta y sus estilos de expresin. De este
modo, termina por afectar profundamente la
armona establecida entre la sociedad, sus
miembros y cada uno de los diferentes
componentes de su mundo, de su
cosmovisin y de su realidad.
Cuando los ms diversos documentos
producidos por organismos internacionales
de cultura y de educacin se promueven la
inclusin y la aceptacin de las metodologas
indgenas y tradicionales aplicadas a trabajos
de arqueologa, estn generando
automticamente un problema del rea de la
epistemologa, una contradiccin con el
pensamiento cientfico y sus criterios de
validacin y justificacin. Lo mismo ocurre
con los trabajos de investigacin de las
universidades o institutos acadmicos,
cuando se le otorga importancia y da
participacin a las tradiciones indgenas; se
abre as, la puerta a una forma de ver y
pensar los hechos actuales de manera
diferente a como lo hace la ciencia, en
definitiva a una racionalidad diferente y, por
consiguiente, a un pensamiento ms cercano
a relatos y narrativas ancestrales que an se
utilizan para explicar fenmenos de la
realidad.
Por consiguiente, se debera asumir el reto
por completo; esto es, tomar la perspectiva
indgena y, con ella, su racionalidad, su
manera de entender el pasado y la realidad,
especialmente en aquellos temas ms
sensibles a su perspectivas sobre la vida y la
muerte. En el caso de la arqueologa, estos
temas son los relacionados con el uso y el
tratamiento de restos seos, de lugares y
objetos sagrados. Como efectivamente
ocurre en el Complejo Arqueolgico El Brujo,
en la costa norte peruana.
All, los investigadores a cargo de la
excavacin, convocaron al Maestro de
Ascope, maestro curandero de Magadalena
de Cao (Maestro es la denominacin comn
de los curanderos o maestros curanderos en
la costa norperuana), para intervenir en la
Huaca Cao Viejo2. En 1990 se iniciaron los
2 Cesar Glvez Mora, 2008. Comunicacin
personal.
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Mara Laura Gili
trabajos de excavacin arqueolgica en el
Complejo Arqueolgico El Brujo, en la Huaca
Blanca (luego denominada Huaca Cao Viejo)
emplazada en la margen derecha del ro
Chicama, distrito Magdalena de Cao,
provincia de Ascope, regin La Libertad,
Per. La huaca fue un centro ceremonial de
gran envergadura en el Valle de Chicama,
entre el 0 y el siglo VII de la era, en tiempos
de desarrollo de la cultura Mochica, costa
norte de Per (Franco y Glvez Mora, 2005:
8-12). En ocasin de iniciar las tareas de
excavacin arqueolgica, los trabajadores
locales se resistieron a entrar al rea de
excavaciones. Entendan que la huaca,
conocida como la come nios, tomara
represalias con ellos o que sus hijos moriran
si trabajaban all sin pedirle permiso. Por lo
cual fue convocado el Maestro de Ascope,
reconocido Chaman del lugar, quien realizo
su ceremonia y los trabajos se iniciaron.
Frente a lo cual surge otra pregunta Cmo
se produce el impacto de la ciencia y la
tecnologa en la cultura? En primer lugar es
de advertir que el cruce de la ciencia con la
cultura ha provocado en sta, histricamente,
un efecto desestructurador, particularmente
en las culturas tradicionales. El ejemplo se
hace ms notable en aquellas regiones de
dependencia colonial, con experiencias
violentas y traumticas, como ha ocurrido en
Latinoamrica y contina ocurriendo en las
reas y sectores ms sumergidos en la
opresin y la marginalidad por efectos del
capitalismo salvaje o neoliberalismo. Es por
ello que el vnculo entre la ciencia y las
culturas tradicionales, aquellas anteriores al
proceso de industrializacin, deriv en
situaciones de confrontacin y contradiccin.
El pensamiento crtico y la sistematizacin
son dos aspectos claves de la ciencia que
chocan con el pensamiento tradicional. Es
propio al pensamiento cientfico favorecer la
constante bsqueda y produccin de
conocimiento; promover la bsqueda del
conocimiento; no presuponer verdades
absolutas; observar la diversidad de
perspectivas entorno a cada problema; estar
en constante trnsito; poseer ms de una
estrategia metodolgica; y reconocer que los
problemas actuales no tienen una nica
solucin sino desafos mltiples.
En efecto, el pensamiento crtico le permite al
conocimiento cientfico progresar y avanzar
regularmente, siguiendo mecanismos cada
vez ms controlados. De esta manera la
ciencia adquiere dinamismo y progresividad,
ventajas frente a otras formas de
pensamiento y saberes estticos, ms
ligados a lo no sistemtico (Ladriere 1978:
85) y a las prcticas ancestrales. Se
manifiestan, as, dos instancias; por un lado,
la existencia de racionalidades diferentes
(crtica, religiosa, mitolgica, tradicional) y por
otro, las caractersticas propias a la ciencia:
la crtica, la sistematicidad y progresividad.
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
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Mara Laura Gili
VAS Y ESTRATEGIAS PARA POSIBLES
SOLUCIONES
Entendemos que es pertinente plantear la
estrecha relacin establecida entre la ciencia
y la tica, especialmente en aquellas reas
de produccin de conocimiento ms
sensibles a problemas de ndole social,
donde los resultados del conocimiento
cientfico afectan aspectos vinculados con la
vida cotidiana, mtica y tradicional de la
sociedad o de determinadas comunidades,
como efectivamente ocurre con los Pueblos
Originarios, en los que stos ltimos
mantienen el estado de discusin y malestar;
ello explica la creciente produccin de
documentacin en respuesta o en defensa de
los conflictos planteados, especialmente
entre arquelogos y Pueblos Originarios. As
han resultado, por ejemplo, los cdigos de
tica profesional que se discuten en los
espacios acadmicos con el fin de regular la
actividad arqueolgica a partir del
establecimiento de normas de conducta.
La intersubjetividad y el dilogo intercultural
seran dos potenciales vas de solucin a las
disyuntivas dadas por el uso de los bienes
culturales y el patrimonio cultural, mediante la
reflexin permanente, especialmente cuando
en torno a l se reagrupan sectores sociales,
tnicos, cientfico-acadmicos y polticos con
intereses dispares. Ellas permitiran la
construccin de un sistema de referencias
tico, de principios ticos, que acten como
regulador en instancias problemticas y
conflictivas originadas por la diversidad
moral. Se favorecera de esta manera,
respetar las opiniones propias de cada
comunidad moral y as evitar el
enfrentamiento entre s de todos los sectores
implicados.
Hay documentos especficos de la legislacin
cultural internacional (UNESCO-ICOMOS),
de la legislacin nacional, o bien, de la
reglamentacin y los cdigos de tica de las
asociaciones profesionales de arquelogos
que evidencian la preocupacin por deslindar
las injerencias disciplinarias y, en esta tarea,
ponen de manifiesto principios y criterios a
seguir en las acciones culturales que
promueven. As por ejemplo en 1990, el
ICOMOS, a travs de la Carta Internacional
de Arqueologa, sugiri la conservacin
integrada para solucionar problemas
derivados del estudio y la gestin del
patrimonio arqueolgico y cultural; ella se
concibe como la participacin de todos los
afectados, invocando los principios de
responsabilidad pblica y colectiva,
propiciando relaciones solidarias y
comunitarias, como as tambin, la
realizacin de lecturas amplias del proceso
histrico-social en el que se hallan inmersos
los bienes culturales.
Los criterios a adoptar, los principios ticos
que se contemplen en una accin cultural
que contemple aspectos relacionados a la
prctica arqueolgica, deberan consignar los
diferentes aspectos que involucran valores y
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
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Mara Laura Gili
condiciones de diferentes perspectivas y
formas de pensamiento. Esto, debido a que
los afectados por temas de inters
arqueolgico provienen de marcos de
referencia diversos: crtico, tradicional, mtico,
etc.
La conservacin integrada del patrimonio
arqueolgico y cultural, propuesta por el
ICOMOS, permitira empezar a introducir
principios ticos e involucrar, de manera
efectiva, las partes en conflicto a partir de sus
intereses particulares. As, cada vez que se
planteen instancias dilemticas entre las
partes citadas: el Estado, los Pueblos
Originarios, los arquelogos y los vecinos de
las reas de inters arqueolgico, se debera
generar una instancia de dilogo que
permitiera a las diferentes partes
involucradas expresar sus voluntades al
respecto; sus intencionalidades para con el
bien cultural en disputa. As, se podra
avanzar hacia el establecimiento de un
razonamiento tico intercultural que
permitiera hallar categoras transculturales de
aplicacin concretas, en un marco de accin
social cada vez ms atravesado por la
diversidad cultural.
Por otra parte, la elaboracin de un
documento que oficie de gua y referencia en
materia de principios y normativas ticas que
ordenen la prctica arqueolgica debera
comenzar por la reflexin acerca de los
principios ticos que la sustentan, Gili (2002,
2003, 2004a, 2004b, 2005). La filosofa
contempornea, entre las muchas opciones
que ella ofrece, brinda criterios y principios
pertinentes a situaciones de disyuntivas
ticas que se podran aplicar a instancias
derivadas de la prctica arqueolgica tales
como la gestin de los bienes arqueolgicos
culturales.
As por ejemplo el sentido de
corresponsabilidad, por el cual se facilitara la
participacin del conjunto social en la
discusin sobre el estudio y la intervencin
en los bienes culturales; el principio de
responsabilidad, que supondra el realizar
acciones de intervencin y de gestin sobre
las cuales se pueda dar cuentas frente a
quienes lo requieran; el principio de
solidaridad y de respeto para con los
sectores sociales ms desprotegidos, sobre
una postura tica orientada a la construccin
de nuevos discursos, nuevos conocimientos
que desenmascaren lo convencional, las
opciones ya establecidas. Con ello se
promovera una accin cultural actualizada y
sustentada en opciones ticas
consustanciadas, a su vez, con la profunda
diversidad cultural de nuestros pases.
Lo anterior teniendo en cuenta, adems, las
morales emergentes, a las que se refiriera el
filsofo argentino Arturo Roig, producto de la
complejidad y la conflictividad de la realidad
latinoamericana que se manifiesta en formas
de eticidad contradictorias, en lucha por la
liberacin de formas histricas de opresin
(Roig 1981). Dichas morales emergentes
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
10
Mara Laura Gili
estn representadas en los movimientos
sociales latinoamericanos y en los
documentos generados por el accionar de los
Pueblos Originarios, especialmente
representados en la Nueva Constitucin
Poltica del Estado Plurinacional de Bolivia,
de 2008.
Ello se dara a partir de una idea de
patrimonio integral (sensu Martini 2007) cuya
investigacin, registro, conocimiento,
proteccin y difusin sea herramienta de
afirmacin colectiva, recuperando la
policroma cultural regional (ibdem: 351).
Asimismo, a partir de una interculturalidad
crtica (sensu Rocchietti 2011), sobre una
idea de cultura como ideologa, que interpela
polticamente a los sujetos o se vuelve una
herramienta de lucha (ibdem: 60),
entendiendo la interculturalidad en su doble
aspecto: en cuanto vnculo de respeto, de
reconocimiento y de auto-reconocimiento, y
en cuanto poltica, con acciones de Estado.
Se puede considerar como antecedentes y
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Declaracin de Ro Cuarto, 2005.
Ratificada en el I Foro Pueblos
Originarios/Arquelogos, Actas del
XV Congreso Nacional de
Arqueologa Argentina. Arqueologa
e Integracin conceptual. Fronteras
del conocimiento. Universidad
Nacional de Ro Cuarto. Crdoba.
Su consideracin no habra de menoscabar
la posibilidad de la investigacin arqueolgica
cientfica. Por una investigacin social
inclusiva, sugerimos y ponemos en discusin
el contemplar una accin cultural patrimonial
al amparo de criterios ticos de inclusin,
responsabilidad social, dignidad, libertad,
armona social, intersubjetividad,
interculturalidad, corresponsabilidad,
solidaridad, compromiso,
complementariedad, pluralidad social y
cultural, y respeto.
Bienes culturales, arqueologa y responsabilidad social
11
Mara Laura Gili
CONCLUSIONES Hemos procurado a lo largo de este artculo
hacer hincapi en la necesidad de reflexionar
sobre los principios ticos que fundamentan
los valores particulares para salir de
situaciones de conflictividad moral, aportando
la realizacin de una prctica arqueolgica
consustanciada con la realidad histrico-
social en la que se desempea, en un
contexto de intersubjetividad y de inclusin
de la diversidad. Se deberan contemplar en
dicho ejercicio los valores particulares,
aquellos ms pertinentes a la resolucin del
conflicto, que se sustente en principios
generales aplicables a diferentes situaciones
de diversidad moral.
Entendemos que es apropiado sealar y
asumir el vnculo dado entre la prctica
cientfica de los arquelogos y su reflexin
tica, ms an en aquellas reas de
produccin de conocimiento cercanas a
problemas de ndole social en donde los
resultados del conocimiento cientfico afectan
aspectos relacionados a lo cotidiano, lo
mtico y lo tradicional de las sociedades o de
determinadas comunidades. El Estado, a
travs de sus organismos de cultura y
educacin, no puede eludir su
responsabilidad histrica para con los
Pueblos Originarios que han sido excluidos,
sistemticamente, desde la forma estatal
colonial a la moderna. Tampoco los
arquelogos, en ejercicio de su profesin,
pueden soslayar que sus objetos de estudio
son producto de sociedades sometidas a
vnculos de desigualdad social y poltica.
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