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Programa Biodiversidad en Cubiertas Verdes
EN TODO ESTÁS VOS
1
PROGRAMA BIODIVERSIDAD EN CUBIERTAS VERDES
Buenos Aires, 19 de Septiembre de 2011
Autoridades Javier Corcuera Presidente de la Agencia de Protección Ambiental Sergio Recio Dirección General de Estrategias Ambientales Carolina Risolo Gerente Operativa de Riachuelo y Borde Costero María Eugenia Vidal Gerencia Operativa de Riachuelo y Borde Costero
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ÍNDICE
Antecedentes ..................................................................................................................................... 3
Objetivos ............................................................................................................................................ 9
Actividades ........................................................................................................................................ 9
Muestreo de biodiversidad ............................................................................................................... 9
Ubicación de las Cubiertas Verdes ................................................................................................ 11
Anexo. Nivel de identificación de artrópodos y listado de aves de la Ciudad de Buenos Aires ...... 12
Bibliografía ....................................................................................................................................... 14
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Antecedentes
La urbanización es un proceso complejo que involucra la transformación de suelo natural o
rural a suelo urbano, causando diversos impactos sobre la estructura, función y dinámica de los
ecosistemas (McDonnell et al. 1997, Luck y Wu 2002), afectando la biodiversidad (Savard et al.
2000), los ciclos biogeoquímicos (Bennett 2003) y las condiciones climáticas (Zhang et al.
2005).
La biodiversidad desempeña varias funciones importantes en los ambientes urbanos. Estas
funciones incluyen servicios de los ecosistemas tales como la purificación del aire y del agua,
(Bolund y Hunhammar 1999) y su valoración estética y recreativa (Miller 2005, 2006). Además,
la diversidad biológica urbana representa un papel clave en la educación de la población sobre
la naturaleza y la conservación de las especies (Miller y Hobbs 2002).
De acuerdo al disturbio e intensidad de la actividad humana, las especies de flora y fauna
nativas de los ambientes urbanos varían en composición y proporción, al beneficiarse o
excluirse. Algunos aspectos de la urbanización promueven la pérdida de especies, tales como
el efecto de la superficie impermeable que reduce y fragmenta el área disponible para plantas y
animales. En la mayoría de los centros urbanos aproximadamente el 80% de la superficie
corresponde a pavimento y edificios (Blair y Launer 1997) y solamente el 20% de la misma es
destinada a áreas vegetadas. A esta pérdida de superficie habitable se suma también la
reducción en la calidad de la vegetación remanente. La intensidad de la urbanización se
correlaciona con la simplificación estructural de la vegetación: eliminando generalmente plantas
leñosas, hojarasca y otros microhábitats de las comunidades naturales (Marzluff y Ewing 2001).
De esta manera, la reducción del área y la calidad de los hábitats disponibles impacta
negativamente sobre los animales, cuya diversidad tiende a correlacionarse con la complejidad
y la riqueza de las especies vegetales (Savard et al. 2000, Alberti et al. 2001, Hahs y
McDonnell 2006).
Sin embargo, otros aspectos de la urbanización pueden promover mayores niveles de
biodiversidad, por lo general mediante la adición de especies exóticas que reemplazan a las
especies nativas más rápido de lo que se pierden (McKinney 2002, 2006a). Los asentamientos
humanos suelen importar especies por varias razones, por ejemplo la importación accidental
por el tráfico (camiones, aviones y barcos) y la importación para el comercio de especies de
cultivos, animales domésticos y de otros usos humanos (Mack y Lonsdale 2001). De esta
manera, la mayoría de los núcleos urbanos presentan una mayor proporción de especies
exóticas tanto de plantas (Kowarik 1995), aves (Marzluff 2001), mamíferos (Mackin-Rogalska et
al. 1988) e insectos (McIntyre 2000), que sus áreas rurales adyacentes.
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Al proceso de sustitución de especies nativas por especies exóticas se lo conoce como
homogenización biológica. Estas especies (sinantrópicas) se adaptan a los hábitats
intensamente modificados de las ciudades mostrando un alto grado de asociación con los
seres humanos al alimentarse y desarrollarse a partir de elementos presentes en los
asentamientos humanos: construcciones, terrenos baldíos y basurales (Johnston 2001). Se las
considera ''homogeneizadores globales'' ya que se encuentran en todas las ciudades del
mundo, reduciendo la biodiversidad a nivel global (McKinney y Lockwood 1999) y generando
que las biotas de ciudades distantes se parezcan más entre sí que con sus propios
ecosistemas nativos (Sukopp y Werner 1982).
Muchos estudios han descrito los efectos de la urbanización sobre la riqueza de especies,
indicando un aumento o disminución dependiendo del grupo taxonómico analizado y las
características propias de la ciudad. McKinney (2008) en su revisión bibliográfica sobre los
efectos de la urbanización en mamíferos, reptiles, anfibios, invertebrados y plantas, concluyó
que la urbanización extrema (tal como se encuentran en los núcleos urbanos) reduce la riqueza
de especies de todos los grupos. Esto explicado por la pérdida de superficie habitable
(superficie impermeable) y la degradación del hábitat remanente por la contaminación, el
transito vehicular y otras perturbaciones humanas. Sin embargo, los efectos producidos a
niveles moderados de urbanización (áreas suburbanas) varían significativamente en los grupos
taxonómicos: la mayoría de los estudios en plantas (65%) indican un aumento en la riqueza de
especies, mientras que sólo una minoría de los estudios en invertebrados (30%) y en
vertebrados (12%) mostraron un aumento en la riqueza de especies. Las posibles
explicaciones para estos resultados son discutidos, incluyendo la importación de especies
exóticas, la heterogeneidad espacial y los requerimientos diferenciados de cada taxón.
Diversidad de la vegetación
Como se dijo anteriormente los cambios en las características físico-químicas y biológicas de
los ambientes urbanos afectan directamente la composición y estructura de la vegetación. Las
ciudades suelen caracterizarse por presentar una cobertura vegetal fragmentada, poco
estratificada y con predominio de especies exóticas: ornamentales o especies adaptadas a
ambientes intervenidos (especies anuales, pioneras de la sucesión secundaria,
malezas/ruderales) (White et al. 2005).
Diversidad de artrópodos
A pesar de su presencia global y de su importancia en el funcionamiento de los ecosistemas
(dinámica en la cadena alimentaria, ciclo de nutrientes y polinización) muy poco se sabe sobre
cómo responden los artrópodos a los efectos de la urbanización (McIntyre 2000). Con
frecuencia se documentan densidades elevadas de artrópodos herbívoros en los bosques
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urbanos, que rara vez o nunca llegan a altas densidades en los bosques naturales (Watson
1994, Tooker y Hanks 2000). Un ejemplo de ello son los ácaros tetraníquidos (Acari:
Tetranychidae) cuya abundancia aumenta con los niveles de urbanización (Balder et al. 1999,
Sperry et al. 2001). Por el contrario, la urbanización también puede conducir a la disminución
en la abundancia y diversidad de artrópodos, como ocurre generalmente con las mariposas.
Por ejemplo, en la bahía de San Francisco la destrucción y el deterioro de los hábitats llevaron
a la desaparición de casi la mitad de las especies nativas de mariposas y a la extinción local en
las zonas donde los bosques y praderas fueron reemplazados por edificios y autopistas
(Hafernick y Reinhard 1995). La densidad, riqueza y origen de la vegetación, así como el
tamaño del hábitat y su grado de aislamiento moldean las comunidades de artrópodos a través
de los efectos en la distribución de sus plantas hospederas y enemigos naturales (Griffin et al.
2003). Se considera que el estudio de las comunidades de artrópodos en su conjunto puede
proporcionar información importante sobre el fenómeno de urbanización (McIntyre 2000).
Diversidad de aves
No es de extrañar que la urbanización tenga efectos drásticos sobre sus comunidades ya que
las aves se encuentran directamente ligadas a los espacios verdes y se movilizan en función de
la forestación existente, siendo los árboles su principal soporte más no el único. La vegetación
de menor envergadura como arbustos o herbáceas también es relevante para su supervivencia
(Blair 1999, Marzluff 2001, Chace y Walsh 2006). Las aves que se alimentan de frutos por ser
dispersoras de semillas y los colibríes por su rol de agentes polinizadores, juegan un papel
clave dentro de los ecosistemas. Siendo la vinculación de flora y fauna nativas de suma
importancia, y en la medida que las ciudades vayan incorporando vegetación autóctona la
presencia de aves nativas se verá favorecida.
Las aves son muy susceptibles a los cambios en la estructura y composición del hábitat, por
ello son consideradas excelentes indicadoras de los cambios ambientales (Savard y Falls
1982). La urbanización altera la composición de las comunidades de aves mediante el aumento
del fitness (aptitud biológica) de especies sinantrópicas y disminución en las especies
asociadas a hábitats nativos (Johnston 2001). A medida que la urbanización avanza, las
especies sinantrópicas colonizan y aumentan su abundancia mediante el aprovechamiento de
nuevos hábitats antropogénicos: alimentos suplementarios y sitios de anidación; disminuyendo
la equidad de las comunidades (Lancaster y Rees 1979). De esta manera, los centros urbanos
presentan generalmente mayor abundancia de aves y menor riqueza de especies, con
predominio de exóticas, viéndose favorecidos los gremios de aves granívoras, omnívoras y
aquellas que nidifican en cavidades (Blair 1999). Una característica común de los centros
urbanos es la elevada abundancia de paloma doméstica (Columba livia) y gorrión (Passer
domesticus), dos especies exóticas que representan casos extremos de homogeneización
alrededor del mundo (Blair 2001a).
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Faggi y Perepelizin 2006 analizaron la composición y riqueza de aves a lo largo de un
gradiente de urbanización E-O en la Ciudad de Buenos Aires. En su estudio registraron 49
especies donde el 91,8% corresponden a especies nativas, mostrando altos valores de riqueza
de especies a ambos extremos del gradiente, un patrón que no sigue el tradicional gradiente
urbano-rural presentado por otros estudios. Los autores sugieren que la heterogeneidad interna
de cada espacio verde (por ejemplo, áreas de pastizales, zonas inundadas, cuerpos de agua
artificiales, etc.) representa un buen indicador de la riqueza de aves en esta ciudad.
El concepto de corredor de biodiversidad o corredor ecológico implica una conectividad
entre áreas con una biodiversidad importante, favoreciendo la migración y la dispersión de
especies de flora y fauna silvestres (Spellerberg y Gaywood 1993). Los corredores constituyen
una de las estrategias posibles para mitigar la fragmentación de los hábitats causada por la
urbanización, preservando y aumentando la biodiversidad urbana (Flink y Searns 1993).
Las cubiertas verdes instaladas en los techos de los edificios representan un componente
importante para permitir dicha conexión entre los diferentes parches verdes de la ciudad. A su
vez, las cubiertas verdes brindan una amplia serie de beneficios ambientales: mejoran el
rendimiento térmico de los edificios y prolongan la vida útil de los techos. Reducen los niveles
de dióxido de carbono de la atmósfera y mejoran los niveles de oxígeno, incrementando la
calidad del aire mediante el filtrado de polvo y partículas en suspensión. Reducen el
escurrimiento de las aguas pluviales y mejoran la calidad del agua. Y además proveen
beneficios sobre la población humana a través de su atractivo estético.
Diseño (Kadas y Gedge 2007)
Se las puede clasificar en cuanto a su diseño en intensivas, jardines ornamentales, y en
extensivas a aquellas de plantaciones más naturales. En particular, las cubiertas verdes
extensivas se caracterizan por presentar una capa de sustrato de 30 a 150 mm de profundidad,
sembradas con herbáceas o establecidas con especies suculentas del género Sedum o
simplemente libradas a la colonización natural por especies espontáneas. A su vez, existe una
variedad de cubiertas verdes extensivas diseñadas principalmente para la biodiversidad, estas
se caracterizan por presentar una capa de sustrato de profundidad variable (entre 50 a 150
mm) por lo general de ladrillo o de hormigón triturado, con materia orgánica y sembradas con
mezclas de semillas de flores silvestres o libradas a la colonización natural.
El sustrato es el elemento más importante en el diseño de las cubiertas verdes. Las
propiedades del sustrato tales como su profundidad, contenido de nutrientes y tamaño de las
partículas influyen en gran medida en la estructura y diversidad del hábitat. El tipo de sustrato
utilizado debe ser principalmente pobre en nutrientes y con un buen drenaje. Un suelo pobre en
nutrientes promueve la diversidad a partir de una lenta colonización, reduciendo el predominio
de ciertas especies (por ejemplo hierbas). Un exceso de materia orgánica puede reducir la
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diversidad de plantas y fauna, como ocurre en los suelos ricos en nutrientes. El uso del ladrillo
triturado, grava, cemento y mezclas de arena, ofrecen un buen medio de cultivo creando un
mosaico de hábitats dentro de la cubierta verde.
Así mismo la diversidad estructural dentro de la cubierta verde puede generar un mosaico de
diferentes hábitats y microclimas que favorecerán a una amplia gama de especies. La
diversidad estructural se puede crear mediante la colocación de sustrato a diferentes
profundidades. Esto produce una topografía muy variada y permite la colonización de una
mayor diversidad de vegetación y de animales. También la adición de trozos de madera, rocas
y otros elementos tales como paneles solares suman a la diversidad topográfica del hábitat, ya
que proporcionan sombra, zonas de amortiguación y humedad para anidación y alimentación
de algunas especies.
Las cubiertas verdes adecuadamente diseñadas pueden proporcionar nuevos hábitats en las
zonas que carecen de espacio para la vida silvestre (Kadas 2002). Actúan tanto como hábitats
transitorios o como estables (McIntyre 2000) brindando alimento, protección contra predadores
y hábitats de cría para varias especies (Noss 1993).
Biodiversidad
Diversos estudios realizados en cubiertas verdes han indicado que esta tecnología puede dar
lugar a aumentos significativos de la biodiversidad urbana (Baumann 2006). Por ejemplo en
Suiza, en una cubierta verde de 3 años de antigüedad, se identificaron 78 especies de arañas y
254 especies de escarabajos, donde el 18 y 11% de las especies respectivamente se
encuentran catalogadas como raras o en peligro de extinción (Brenneisen 2006). En otra
cubierta verde de 90 años de antigüedad, se identificaron 9 especies de orquídeas y otras
especies de plantas también catalogadas como raras o en peligro de extinción (Brenneisen
2006). A su vez, se han registrado muchas especies de aves en estos hábitats tanto en
Alemania, como en Suiza e Inglaterra (Brenneisen 2006, Gedge 2003). Incluso aquellas
cubiertas verdes relativamente nuevas pueden proporcionar un hábitat adecuado para especies
de flora y fauna. Por ejemplo, la cubierta verde más grandes del mundo ubicada en el edificio
de Ford Motor en Michigan, de 42.900 m2 con 13 especies de Sedum y una capa de sustrato
de 7,6 cm, dentro de los primeros 2 años de establecimiento se identificaron 29 especies de
insectos, 7 de arañas y 2 especies de aves (Coffman y Davis 2005). No obstante, dada la
ubicación de las cubiertas verdes los animales que se encuentran en ellas tienden a ser muy
móviles, no sólo porque en primer lugar tienen que ser capaces de alcanzar la terraza sino
porque también, debido a la variación de la temperatura y los niveles de humedad, se ven
obligados a moverse de un lugar a otro. Diferentes estudios mostraron que las mariposas
visitan cubiertas ubicadas hasta los 20 pisos de altura, las abejas hasta el 23 y las aves más
allá del piso 19, incluso se han observado halcones anidando en la cubierta de la fábrica
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Ecover en Bélgica (Peck 1999). Sin embargo, resulta fundamental un adecuado diseño y
construcción orientada a la recreación de hábitats propicios para la biodiversidad. En un
estudio donde se comparó la taza de colonización de insectos en dos cubiertas verdes, se
encontró que el número de especies de escarabajos y arañas aumentó a lo largo de un período
de tres años en una cubierta diseñada específicamente para la biodiversidad, mientras que
aproximadamente el mismo número de especies fue hallado luego de 3 a 5 años en una
cubierta convencional (Brenneisen 2006). Mas aun, aquellas cubiertas verdes que presenten
escasa intervención humana se encontrarán más protegidas y podrán proveer un hábitat a
especies vegetales sensibles, a aves que nidifiquen sólo en el suelo y a insectos que requieran
áreas poco alteradas para su subsistencia, y a su vez, cuanto más profunda sea la capa de
sustrato mayor diversidad de insectos albergará.
El Área Metropolitana de Buenos Aires, se ubica desde el punto de vista biogeográfico en la
transición de las regiones Pampeana, del Espinal y Paranaense o Delta (Cabrera 1994). La
ecorregión Pampeana se caracteriza por su fisonomía de pastizal, donde se encuentran
principalmente herbáceas como las flechillas (Stipa spp), cola de zorro (Bothriochloa
laguroides), el pasto miel (Paspalum dilatatum) y el gramillón (Stenotraphrum secundatum). La
ecorregión Paranaense se desarrolla en la franja costera y se caracteriza por ser una selva en
galería, con gran cantidad de especies vegetales epifitas y arbóreas como el ceibo (Erythrina
crista-galli) o el sauce criollo (Salix humboldtiana). Mientras que la ecorregión del Espinal se
desarrolla sobre las barrancas, caracterizado por bosques xerófilos con predominio de especies
como espinillo (Acacia caven) y tala (Celtis ehrenbergiana).
Entre la fauna autóctona se destacan aves como el chimango (Milvago chimango), carancho
(Caracara plancus), tero común (Vanellus chilensis) y el hornero (Furnarius rufus), ave nacional
argentina. Asimismo, entre los roedores se encuentran el cuis (Cavia aperea), la laucha
manchada (Calomys musculinus) y el ratón de pastizal (Akodon azarae). Con respecto a los
reptiles, los más comunes son el lagarto overo (Tupinambis merianae), la serpiente de cristal
(Ophiodes vertebralis) y en las lagunas la tortuga cuello de serpiente (Hydromedusa tectifera),
la tortuga de laguna (Phrynops hilarii); además, habitan varios anfibios como el sapo común
(Buffo chaunus) y la rana criolla (Leptodactylus ocellatus).
Además de las especies autóctonas típicas de la región, se introdujeron otras con gran
capacidad de adaptación a los ambientes urbanos, tales como la rata (Rattus spp) y el ratón
(Mus spp), varias especies de cucarachas (Blatella spp) y, entre las aves, el gorrión (Passer
domesticus), la paloma doméstica (Columba livia) y el estornino pinto (Sturnus vulgaris).
En toda la región del Área Metropolitana se encuentran aproximadamente 1.600 especies de
plantas superiores, 270 especies de aves, 19 de roedores, 24 de anfibios, 30 de reptiles, y 10
de arácnidos, entre otros organismos. En particular, los lugares de la ciudad más interesantes
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para observar aves son la Reserva Ecológica Costanera Sur y los parques Tres de Febrero,
Avellaneda, Indoamericano, del Centenario, de Flora Nativa de Casa Amarilla, de los Niños,
Gral. Paz, Chacabuco y el predio de las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la
Universidad de Buenos Aires.
Las ciudades son a menudo consideradas como ambientes muy alterados, degradados y
demasiado frágiles para funcionar como reservorios de biodiversidad. Sin embargo las
cubiertas verdes podrían ofrecen beneficios biológicos recreando hábitats propicios, aun en los
espacios acotados de la ciudad, para favorecer el intercambio fluido de especies autóctonas
aportando de esta manera a una mejor calidad ambiental urbana.
El presente programa se desarrolla en el marco del Proyecto de Instalación de Cubiertas
Verdes en Edificios Públicos de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de la Unidad Cambio
Climático, Calidad de Aire y Ruido y Energía Sustentable.
Objetivos del programa
1. Registrar y describir la biodiversidad presentes en las cubiertas verdes.
2. Promover el interés por el conocimiento de la biodiversidad de los ambientes urbanos.
3. Desarrollar, a partir de las cubiertas verdes, un sistema de corredores de biodiversidad
conectando los principales espacios verdes de la Ciudad de Buenos Aires.
Actividades
1. Muestreo de biodiversidad
A continuación se describe la metodología utilizada para el monitoreo estacional de la flora y
fauna existente en las cubiertas verdes.
Materiales: Vasos plásticos, alcohol 96%, pala y guantes de jardinería, detergente, frascos,
metro, red de barrido, cuaderno de campo, lápiz, marcador indeleble, guía de identificación de
aves y mariposas, binoculares.
1.1. Muestreo de artrópodos
Para el estudio de artrópodos que se desplazan por el suelo se utiliza el método de colecta
mediante trampas de caída o pit-fall. Las trampas consisten en un recipiente enterrado de
manera que la boca queda a nivel de la superficie del suelo, conteniendo una mezcla de
alcohol 96% y detergente, adicionalmente se les puede colocar un “techo” para impedir que
penetre el agua de lluvia. Y para el muestreo de artrópodos que se desplazan por las secciones
superiores de la vegetación se utiliza una red de barrido entomológica (Fig. 1).
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Figura 1. Esquema de trampa de caída con techo y líquido fijador y Red de barrido.
1.2. Muestreo de aves
Se desarrolla un muestreo de observación directa registrando las especies que se encuentren
dentro de la cubierta verde: identificando la especie, actividad y ubicación dentro de la cubierta
verde.
1.3. Muestreo de vegetación
Se evalúa el crecimiento de las especies originalmente plantadas, registrando altura y
cobertura (%) de cada una de ellas. A su vez se identifican las especies de crecimiento
espontáneo y se estima también su cobertura (%) dentro de la cubierta verde.
2. Procesamiento de las muestras y análisis de los datos
En el laboratorio se examina bajo lupa el contenido de cada trampa/red de barrido,
identificando los ejemplares a nivel de orden y se calcula tipos o grupos de organismos (Anexo
I). Junto con el muestreo de aves se confecciona una matriz de datos por hábitat (tipo de
vegetación, tabla1.) para evaluar la riqueza y abundancia de artrópodos y aves en relación a la
vegetación existente a lo largo de las distintas temporadas.
Grupo Veg. 1 Veg. 2 Veg. 3 Total
Lepidoptera 100 50 30 180
Coleoptera 1 1 1 3
Aves 0 3 9 12
N° total de individuos 100+1 5+1+3 30+1+9
Riqueza de grupos 3 4 4
Tabla 1. Matriz original de datos.
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3. Ubicación de las Cubiertas Verdes
A partir de los principales espacios verdes presentes de la Ciudad de Buenos Aires se
proponen dos corredores de biodiversidad (Mapa 1):
Corredor de biodiversidad N-S: conformado por los espacios verdes de la ribera norte,
los bosques de Palermo (Parque de los Niños, Ciudad Universitaria, Parque Tres de
Febrero) y la Reserva Ecológica Costanera Sur.
Corredor de biodiversidad S-SO: conformado por la Reserva Ecológica Costanera Sur
y los espacios verdes del borde ribereño y el Parque Indoamericano.
Se recomienda priorizar la instalación de aquellas cubiertas verdes que se encuentren dentro
de los corredores y la utilización de vegetación autóctona de la región.
Mapa 1. Corredores de biodiversidad y cubiertas verdes en evolución.
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Anexo. Nivel de identificación de artrópodos y listado de aves de la Ciudad de Buenos Aires
Clasificación de Artrópodos
Crustacea: isópodos (bicho bolita) Myriapoda: ciempiés, milpiés Arachnida: arañas, escorpiones, ácaros. Collembola Insecta Blattodea: cucarachas Isoptera: termitas Mantodea: mantis Dermaptera: tijeretas Odonata: libélulas Plecoptera: moscas de la piedra Orthoptera: saltamontes y grillos Phasmathodea: insecto palo Phthiraptera: piojos Hemiptera: chinches, pulgones, cigarras Coleoptera: escarabajos, gorgojos, mariquitas Lepidoptera: mariposas y polillas Diptera: moscas y mosquitos Hymenoptera: abejorros, abejas y avispas
a. Formicidae: hormigas Otros invertebrados posiblemente presentes en la cubierta verde Mollusca: babosa y caracoles Annelida: lombrices Aves
Nombre Nombre Científico
Macá Grande Podiceps major
Biguá Phalacrocorax olivaceus
Garza Blanca Egretta alba
Garcita Blanca Egretta thula
Pato Barcino Anas flavirostris
Caracolero Rostrhamus sociabilis
Carancho Polyborus plancus
Carau Aramos guarauna
Gallareta Ligas Rojas Fulica armillata
Tero Común Vanellus chilensis
Gaviotín Lagunero Sterna trudeaui
Paloma Domestica Columba livia
Paloma Picazuró Columbia picazuro
Torcaza Zenaida auriculata
Cotorra Myiopsitta monacha
Ñanday Nandayus nenday
Chiripepé Cabeza Verde Pyrrhura frontales
Pirincho Guiara guiara
Caburé Chico Glaucidium brasilianum
Picaflor Común Chorostilbon aureoventris
Martín Pescador Grande Ceryle Torquita
Carpintero Campestre Colapses campestres
Carpintero Real Colapses melanolaimus
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Chinchero Chico Lepidocolaptes angustirostris
Hornero Furnarius rufus
Picabuey Machetornis rixosus
Benteveo Común Pitangus sulphuratus
Golondrina Domestica Progne chalybea
Golondrina Ceja Blanca Tachycineta leucorrhoa
Ratona Común Troglodytes aedon
Calandria Grande Mimus saturninus
Zorzal Colorado Turdus rufiventris
Zorzal Chalchalero Turdus amaurochalinus
Tacuarita Azul Polioptila dumicola
Gorrión Passer domesticus
Celestino Común Thraupis sayaza
Cardenal Común Paroaria coronata
Jilguero Dorado Sicalis flaveola
Chingolo Zonotrichia capensis
Cabecita Negra Común Carduelis magellanica
Boyerito Icterus cayanensis
Tordo Renegrido Molothrus bonariensis
Tordo Músico Molothrus badius
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Bibliografía
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