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PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
"GONZALEZ FACUNDO RUBEN C/ FARIAS ENRIQUE OLIVERO Y OTRO S/ORDINARIO DAÑOS Y PERJUICIOS" (9936)
CAPITAL- JUZ. CIV. Y COM. Nº 7- DR. MARTÍN L. FURMAN
/ / / -C U E R D O:
En la ciudad de Paraná, Capital de la Provincia
de Entre Ríos, a los veinte días del mes de marzo de 2017, se
reúnen los Señores miembros de la Sala Segunda de la Excma.
Cámara Segunda de Paraná, para conocer del recurso interpuesto
en los autos caratulados: "GONZALEZ FACUNDO RUBEN C/
FARIAS ENRIQUE OLIVERO Y OTRO S/ ORDINARIO DAÑOS Y
PERJUICIOS" respecto de la sentencia de fs.557/567. De
conformidad al sorteo oportunamente realizado, la votación tendrá
lugar en el siguiente orden: Sres. Vocales Dres. Graciela Aída
Basaldúa, Oscar Daniel Benedetto y Eduardo Romeo Carbó .
Estudiados los autos la Sala propuso la siguiente
cuestión a resolver:
¿Es justa la sentencia apelada?
A LA CUESTION PLANTEADA LA SRA. VOCAL DRA. BASALDÚA
EXPRESO:1.- Se origina esta causa en el accidente de
tránsito acaecido el 03 de octubre de 2009, aproximadamente a la
hora 16:20, en la intersección de las calles San Luis y Fitz Gerald
de la ciudad de Nogoyá, oportunidad en que el actor se desplazaba
en una moto Marca Gilera Smash 110C.C., dominio 975-CVI, en
dirección S-N, por la primera arteria, en tanto el demandado, lo
hacía conduciendo automóvil Peugeot 405, dominio SGX-241, por
calle Fitz Gerald en dirección E-O. Reclama el accionante la
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indemnización correspondiente por daños en el vehículo y las
lesiones sufridas, discriminando daño material por la suma de $
2.552,00, gastos médicos por la suma de $ 13.680,00, pérdida de
chance $ 13.000,00, incapacidad parcial y permanente, por la
suma de $ 248.490,00, daño psicológico $ 40.000,00, daño
estético por $ 13.000,00 y daño moral por $ 30.000,00,
alcanzando el monto total a $ 360.728,97 y/o lo que en más o en
menos resulte de la prueba a producir.
Concluye la causa con la sentencia que admite
parcialmente la demanda, imputando a la víctima un 20% de
responsabilidad. Para así decidir, luego de establecer la
responsabilidad objetiva del conductor del Peugeot, el a quo,
desgrava su responsabilidad en un 80%, generada en la falta
cometida por la víctima aquí actora, de no respetar la prioridad de
paso absoluta que le asistía al conductor del automóvil. La condena
comprende los daños en el vehículo por la suma de $ 6.610 que
calcula a la fecha de la pericia; gastos médicos referidos al clavo
endomedular que se le colocó al actor por la suma de $ 2.080,00;
incapacidad sobreviniente calculada en $ 90.346,08 más $
8.562,00 a la fecha del accidente, y daño moral por la suma de $
100.000,00, computando daño psicológico y estético, montos
desgravados en un 80%, más los intereses, a la tasa activa del
Banco de la Nación Argentina, que se devengan en la forma que
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discrimina en los considerandos.
Ello provoca el recurso de ambas partes,
cuestionando la culpa concurrente establecida, como así también el
monto fijado por indemnización por incapacidad parcial y
permanente y daño moral.
2.- En punto a la responsabilidad que le cabe a
las partes en la producción del evento dañoso, se parte del análisis
del Art. 41 de la Ley 24.449 que establece la prioridad de paso en
las encrucijadas, del vehículo que circula por la derecha, prioridad
de carácter absoluto y que solo se pierde en los supuestos de
excepción que dicha norma enumera. Especificando, a su vez, el
decreto reglamentario, que dicha prioridad rige
independientemente de quien ingrese primero a la misma (Art. 41
Dec. 779/95). Ello significa que, indefectiblemente, el vehículo que
llega a una bocacalle o encrucijada, debe en todos los casos reducir
sensiblemente la velocidad y tiene obligación de ceder
espontáneamente el paso a todo vehículo que se presenta por una
vía pública situada a su derecha, sin discriminar quién fue el que
llegó primero a la intersección. Al respecto esta Sala en su anterior
composición ha dicho que: "En tal sentido el accidente motivo de
litis ha ocurrido bajo la vigencia de la Ley Nacional de Tránsito Nº
24.449 (declarada aplicable en el ámbito provincial mediante Ley
8.963, con vigencia a partir del 14/3/96, Art. 14º). La nueva
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normativa, a diferencia de la anteriormente vigente (Ley 13.893)
consagra una prioridad de paso en las encrucijadas, respecto a
quien circula por la derecha, que se califica de "absoluta" y que
sólo cede en los supuestos de excepción que la propia norma se
encarga de precisar con detalle y exhaustividad (Art. 41)." (Confr.
"Villaverde c/ Solaro" del 04/08/99).
El incumplimiento de tal regla acarrea contra
quien la infringe, una presunción de culpabilidad, conforme lo
determina el Art. 64 de la Ley de Tránsito. De modo que, para el
supuesto de colisión entre dos vehículos en una intersección de
calles, la ley crea una presunción de culpa de quien venía
circulando por la izquierda (confr. TRIGO REPRESAS, Félix A.-
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H. "Responsabilidad civil por
accidentes de automotores", T.2-A, pag. 160).
Esta presunción de responsabilidad admite
prueba en contra, en tanto se deja a salvo la responsabilidad de
quienes, aún respetando las reglas, no hubieran evitado el
accidente pudiendo hacerlo. Así lo ha señalado la Sala I de esta
Cámara: "Conforme la Ley 24.449 -Art. 64- cabe presumir la
responsabilidad de quien carece de prioridad de paso, pero ello no
impide apreciar, según las circunstancias, la existencia de
impericia, negligencia o imprudencia en el obrar de quien avanza
desde la derecha pues la presunción lo es sin perjuicio de la
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responsabilidad que pueda corresponderles a los que aún
respetando las disposiciones, pudiendo haberlo evitado
voluntariamente (al accidente), no lo hicieron." (Confr. "Mazzoni de
Bonetti Analía c/ Piloni Martín Gabriel y otro s/ Sumario", del 25-
06-02, "Mosqueda c/ Gasparin" del 30/05/02). De modo que, de
acuerdo a las normas de tránsito referidas, la prioridad de paso en
las intersecciones, del vehículo que circula por la derecha es
absoluta, sin importar cuál de los vehículos llegó primero,
estableciéndose la presunción de responsabilidad, en caso de
siniestro, del vehículo que circula por la izquierda, la que, a su vez,
no es absoluta sino juris tantum, admitiendo la prueba de la
responsabilidad del otro protagonista, aunque tuviera a su favor el
derecho de prioridad de paso, si no adoptó las precauciones para
evitar el accidente pudiendo hacerlo (Confr. esta Sala in re "Álvarez
c/ Stronati", Expte. 7-4112, del 09/05/06; "Latrónico c/ Cayo",
Expte. 7- 4109, del 22/08/06).
Numerosos antecedentes de este Tribunal, han
reafirmado, el principio de prioridad de paso de quien circula por la
derecha, conforme lo estableció la Ley de Tránsito y su norma
reglamentaria, a la que han adherido la Provincia de Entre Ríos y
este Municipio. Y si bien he sostenido -aún en voto minoritario-,
que tal presunción de responsabilidad, no es absoluta sino juris
tantum, admitiendo la prueba de la responsabilidad del otro
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protagonista, aunque tuviera a su favor el derecho de prioridad de
paso, si no adoptó las precauciones para evitar el accidente
pudiendo hacerlo, ello debe surgir de los elementos de prueba
producidos en la causa que así lo indiquen (confr. esta Sala in re
“Álvarez c/ Stronati”, Expte. 7-4112, del 09/05/06; “Latrónico c/
Cayo”, Expte. 7-4109, del 22/08/06; “Fogel c/ Becker”, 7-5751,
04/12/2008;"Sauthier c/ Riera”, 7-5653, 02/03/2010; "Ortiz Basso
c/ Coassolo”, 6209, 16/03/2010; “Butazzoni c/ Ynza”, 6671,
11/05/2011; "Velazquez c/ Aluz", 8129, 14/02/2012; "Kliphan c/
Padilla", 8929, 20/03/2014; "Figueroa c/ Silvestre", 9111, del
17/09/2014; “Ovejero c/ Vergara”, 9658, del 24/08/2016; “Zárate
c/ Reisenauer”, 9699, del 14/12/2016).
3.- Que, en el sub lite, la prioridad de paso
asistía al vehículo de la demandada -automóvil Peugeot-, quien
atraviesa la intersección a una velocidad no inferior a 55 km/h,
produciéndose el impacto en el medio de la calzada, tal como lo
señala el informe técnico accidentológico que obra a fs. 40/43 de
las actuaciones penales, el que agrega que, de haber transitado a
menor velocidad se hubiera evitado el accidente, corroborado por la
Pericia practicada en esta sede (fs. 268/269). Tal velocidad, resulta
indudablemente excesiva a tenor de las previsiones del art. 50 de
la Ley de Tránsito, no solo porque contradice tales reglas en cuanto
al máximo permitido entre 20/30 km/h para las intersecciones en
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zona urbana -arts. 50 y 51 inc. e) ap. 1 y 52 a) 1) L. T.-, sino
también, porque la misma impidió al conductor del automotor
evitar el accidente. Sabido es que la velocidad debe calificarse
como excesiva, cuando de acuerdo a las circunstancias de tiempo y
lugar, impide a su conductor el dominio del vehículo - (Confr. esta
Sala in re "García c/ Roitberg", 7-5108a, 30/04/2008; Emery c /
Segovia", 8985, del 10/06/2014).
De acuerdo a lo descripto, ambos protagonistas
contribuyeron con su accionar negligente y antirreglamentario a
producir el accidente. El actor quien no respetó la prioridad de
paso, adoptando las precauciones necesarias antes de cruzar,
máxime si, como lo explicara, el ligustro que había en la esquina le
impedía ver los vehículos que venían circulando por su derecha; y,
el demandado, quien atraviesa la intersección a excesiva velocidad
en forma desaprensiva y altamente peligrosa, desechando la
necesaria precaución que la maniobra exige dentro de los avatares
del tránsito urbano.
De tal modo recae sobre ambos protagonistas la
responsabilidad en la producción del accidente, por lo que, si bien
aparece en el evento la culpa concurrente, corresponde modificar el
porcentaje establecido en la sentencia, el que se establece en un
50% a cada parte, porcentaje por el que se desgravará el monto de
la indemnización.
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4.- Respecto al monto establecido para
indemnizar la incapacidad parcial y permanente, el actor al apelar
cuestiona que el sentenciante no haya tenido en cuenta que la
actividad laboral ha quedado demostrada con la testimonial, razón
por la cual debió tomarse el escalafón del empleado de comercio y
no el salario mínimo vital y móvil para calcular el daño futuro, ni
aprecia que de la misma prueba, se desprenden las secuelas
ocasionadas en orden a su actividad social y deportiva, que se
incluye en el principio de reparación integral, que tenga en cuenta
el derecho de la víctima a su integridad física protegido de acuerdo
a las nuevas normas del Código Civil y Comercial de la Nación, en
sus arts. 1738 y 1746. Indica, además, que no se ha
fundamentado la reducción al 50% que hace de la formula
adoptada por el a quo. La demandada, solicita se reduzca este
rubro por no surgir prueba que avale la pérdida de chance
calculada.
5.- Que en punto a este rubro se ha producido
una modificación en la normativa sustancial, que la doctrina y parte
de la jurisprudencia ya han venido propiciando. Esta modificación
se establece en el art. 1746 del nuevo código, referido a la
cuantificación del daño, cuya aplicación inmediata, ha sido
sostenida en razón de que, tal regla no varía ni la naturaleza ni la
extensión de la indemnización a que tiene derecho la víctima, sino
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que unicamente establece una pauta para su liquidación. A su vez,
se ha señalado que “el art. 1746 del nuevo Código resulta
aplicable en tanto no se refiere a la constitución de la relación
jurídica (obligación de reparar) sino sólo a las consecuencias de
ellas (art. 7º, CCyC)” -(Confr. KEMELMAJER DE CARLUCCI, A., “La
aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y situaciones
jurídicas existentes” -Segunda Parte- pág. 227/236, Rubinzal
Culzoni Editores, 2016, y jurisprudencia y doctrina citada:
PICASSO, S., CNCiv, sala A, 31/8/2015, RCyS, año XVII, nro. 3,
marzo 2016, p. 132). Por otra parte, dicha norma, está referida a
los supuestos de incapacidad permanente (física o psíquica) -total o
parcial-, daño continuado, que permanece en el tiempo.
Cabe destacar, que el rubro por incapacidad
sobreviniente, producto de las lesiones sufridas en oportunidad del
accidente, debe indemnizarse, teniendo en cuenta si tal
incapacidad es transitoria o permanente. Cuando la víctima resulta
disminuida en sus aptitudes físicas o psíquicas en forma
permanente, esta incapacidad debe ser objeto de reparación, al
margen de lo que puede corresponder por el menoscabo de la
actividad productiva o por el daño moral, pues la integridad física
tiene por sí misma un valor indemnizable - (Confr. REV. DER.
DAÑOS, Ed. Rubinzal – Culzoni, T. 2005-III, pág. 242, y
jurisprudencia citada nota 38). Es preciso, en consecuencia,
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considerar la existencia de secuelas en la salud de la víctima con
motivo de las lesiones sufridas en el evento dañoso que la
involucrara, que pudieran afectarla en sus actividades laborales y
de relación (confr. esta Sala II, "Yuber c/ Castellani", 6380,
28/05/2010).
La jurisprudencia en la materia, ha sostenido
que la incapacidad física es indemnizable aunque no se pruebe
actividad lucrativa actual, llegando a sostener la C.S.J.N. que
cuando la víctima resulte disminuida en sus aptitudes físicas o
psíquicas en forma permanente, esta incapacidad debe ser objeto
de reparación pues la integridad física tiene por sí misma un valor
indemnizable y su lesión comprende a más de aquella actividad
económica, diversos aspectos en la persona que hacen al ámbito
doméstico, cultural o social, con la consiguiente frustración del
desarrollo pleno de la vida aunque no se haya acreditado la
existencia del lucro cesante. Se ha expresado además que la
incapacidad sobreviniente no solo debe apreciarse con respecto a
las tareas específicas que desarrollaba la víctima en el momento
del accidente, sino con arreglo a las demás que se enuncian
teniendo en cuenta su vida en relación. De modo que la
indemnización por incapacidad sobreviniente debe establecerse no
solo en función de la capacidad laboral futura de la víctima sino en
todas las actividades del sujeto y de la proyección que la secuela
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del accidente tiene sobre su personalidad integral, o sea lo que se
debe resarcir no solo es la aptitud laborativa sino también la
genérica comprensiva de toda la vida de relación del damnificado
(Confr. Sala I "Taborda c/ Herederos y/o sucesores de Leonardo
Sebastián Graglia", 8-6832, 22/09/2008; L.S. l998, de fecha
30/10/98, in re "Martínez c/ Municipalidad de La Paz", con citas de
Sala en lo Civil y Com. de la Cam. de Apel. de C. del Uruguay, de
fechas 27/9/93 y 2/10/96, autos "Godoy c/Heidel" y "Cotto
c/Vallejos" y Sala II de esta Cámara II, L.S. 1996, de fecha
25/3/96, in re "Sánchez c/Ricardo").
6.- Sentado ello, el informe médico en sede
penal (fs. 2vo.), es concluyente en cuanto determina que el actor
sufrió las lesiones consistentes en las siguientes: traumatismo de
cráneo con herida contusa en región interparietal de cuero
cabelludo de aproximadamente 1,5 cm de longitud, y otra lesión
con pérdida de sustancia (piel y tejido celular subcutáneo ) en igual
región de aproximadamente 2cm de diámetro, traumatismo de
rodilla izquierda con excoriación, traumatismo de pierna derecha
con rotación de pie interna con excoriaciones en tercio medio y
distal anterior de dicha pierna, y la RX de pierna derecha muestra
fractura tercio medio desplazada y “en conminuta” de tibia y
peroné. Lesiones que demandarán más de un mes de curación. El
perito médico traumatólogo dictamina a fs. 293/296, que las
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lesiones consistieron en fractura de tibia y peroné, que se
encuentran consolidadas, donde se colocó un clavo endomedular
acerrojado luego de estar un tiempo enyesado, y cuya extracción
aconseja. Refiere que tales lesiones duelen a la palpación; que el
actor fue operado a los 20 días del accidente y la fractura le
demoró 5 meses en consolidar. Señala la existencia de una cicatriz
en la pierna derecha de 7 cm, y dos cicatrices de 2cm por donde se
colocaron los clavos. No determina secuela alguna en su movilidad,
y calcula la incapacidad laboral parcial y permanente en un 15%,
teniendo en cuenta su actividad consistente en changas de
albañilería, teniendo en cuenta su edad -25 años-, sexo masculino
y re-inserción laboral. Conforme detalla la pericia se fundamentó
en el examen médico e interrogatorio, además de radiografías y
antecedentes. Los testigos, por su parte, detallan en forma
concordante que el actor antes del accidente estudiaba educación
física y hacía deportes e iba a bailar, lo que abandonó por el
accidente (253/256), sin embargo no puede dejar de señalarse,
que tal limitación solo pudo ocurrir en los primeros meses luego del
accidente, ya que según la pericia no ha perdido su movilidad, en
ningún aspecto.
Con respecto a la prueba pericial médica, se ha
señalado, que la misma "es determinante en la demostración del
daño, teniendo en cuenta que los parámetros de la incapacidad son
PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
técnicos, siendo imposible que el tribunal pueda reemplazar los
conocimientos de los peritos para establecer porcentajes, y de que
se requiere una prueba acabada y concreta de las causas y grados
de la incapacidad para poderla acoger como daño resultante del
evento dañoso" (Confr. REV. DER.DAÑOS, Ed. Rubinzal - Culzoni, T.
5, jurisprudencia citada en pág. 433, Tribunal Colegiado Resp.
Extrac. De Santa Fé). Sobre la importancia de la pericia en orden a
la determinación de la incapacidad sobreviniente y su porcentaje se
han expedido, del mismo modo, otros tribunales, resaltando la
pauta orientadora que implica para el juzgador (Confr. REV.
DER.DAÑOS, Ed. Rubinzal - Culzoni, T5, Tribunales de San Isidro y
Azul, jurisprudencia citada en págs. 326/ 327 y Mendoza,
jurisprudencia pág. 364).
De acuerdo a los parámetros señalados en el
considerando 5., que refieren a que esta incapacidad sobreviniente,
debe ser objeto de reparación pues la integridad física tiene por sí
misma un valor indemnizable y su lesión comprende a más de la
actividad económica, diversos aspectos en la persona que hacen al
ámbito doméstico, cultural o social, por lo que corresponde tener
en cuenta en su totalidad el porcentaje de incapacidad establecido
en la pericia. Sin perjuicio de lo cual, como ha venido sosteniendo
este tribunal, tanto para este daño como para el daño moral, se
tendrán en cuenta los precedentes de esta Cámara, a fin de llegar
PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
a un resultado más equitativo (confr. esta Sala in re, "Ríos c/
Ramírez - Sumario", 31/10/2001 y sus citas; "Alem Raquel Graciela
y Otros C/ Gerner Alfonso Felipe Y Otro S/ Sumario por Daños y
Perjuicios", Expte. Nº 7-5491 del 17/04/08; "Núñez c/ De La
Torre", Expte. 6626, del 03/06/2011; “Morgesnster c/ Carrasco”,
6779, del 27/04/11; "Marín c/ Bustamante”, 7-5676, 25/02/2011;
“Gramundi c/ Solaro”, 8165 , 07/08/2012; “Carrizo c/ Acevedo”,
9332, del 27/03/2015, entre otros; Sala III de esta Cámara
Segunda de Paraná, in re “Godoy c/ Schoenfeldt”, 7896,
05/10/2007; “Alva c/ Fiorio”, 8161, del 12/05/2016). Así se ha
señalado que influyen en el monto de la indemnización, las
circunstancias particulares que implican tener en cuenta factores
de corrección que disminuyen o re dimensionan el resultado.
(Confr. ZAVALA DE GONZÁLEZ, M., “Resarcimientos de Daños”, T.
4º, “Presupuestos y funciones del Derecho de Daños, Ed.
Hammurabi 1999, pág. 439).
7.- Por otra parte, para su cuantificación habrá
de tenerse en cuenta como parámetro una formula de matemática
financiera a fin de determinar el capital tal que sus rentas cubran la
disminución de la aptitud del damnificado para realizar las
actividades productivas o económicamente valorables, y que se
agote al término del plazo en que razonablemente pudo continuar
realizando tales actividades, conforme lo indica el art. 1746 del
PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
Código Civil y Comercial ya citado. Sin olvidar que, más allá de este
parámetro economicista, el juez debe considerar al ser humano, no
solo como un productor de bienes y servicios, sino como un
partícipe de la vida en sociedad, y es en función de esto último,
que se habrá de tener en cuenta el total del porcentaje de
incapacidad establecido en la pericia, como ya se dijera. El interés
que se contempla en dichas fórmulas, habrá de ser del 6% anual,
considerado el interés puro, en tanto el plazo a considerar tendrá
en cuenta, el promedio de vida estimado según la Organización
Mundial de la Salud, que para los varones es de 73 años, por las
mismas razones ya invocadas en cuanto a la consideración de la
persona en su integridad y no solo respecto a su desempeño
laboral. (Confr. ALTERINI, Jorge (Director), Código Civil y Comercial
Comentado, Tratado Exegético, T. VIII, págs. 278 y ss, ALFERILLO,
P. E. - GOMEZ LEO, O. R. -SANTARELLI, F. G. (Directores del
Tomo), La Ley, Ed. 2015; LÓPEZ HERRERA, E., “Responsabilidad
Civil”, en RIVERA – MEDINA (Directores), "Código Civil y Comercial
de la Nación Comentado", T IV, págs. 1088/1089, Edit. La Ley-
2014; ZAVALA DE GONZÁLEZ, M., ob. cit., págs. 491/505).
Teniendo en cuenta la actividad del actor, que se
desprende de la pericia médica al fijar la incapacidad parcial del
15%, y las secuelas en la vida social y deportiva que indican las
testimoniales rendidas, por el lapso transcurrido hasta que pudo
PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
recuperarse, y los dichos del actor en oportunidad de iniciar el
Beneficio para litigar sin gastos (fs. 8/10 y 18/19), quien era
solventado por sus padres en los estudios, y actualmente trabaja
como ayudante de albañil según la pericia médica donde se
calculara su incapacidad, el parámetro utilizado por el a quo del
Salario Mínimo Vital y Móvil, resulta acorde con la prueba
producida. Por otra parte, sustenta el a quo la reducción al 50% de
la suma resultante por la aplicación de la fórmula en la
circunstancia que el actor no trabaja y por lo tanto se trata de una
chance.
8.- En precedentes de este Tribunal se ha tenido
en cuenta la edad de la víctima al momento del accidente, el
SMVM, vigente en la oportunidad del accidente, si no surge el
monto de los haberes, a lo que se aplica el coeficiente establecido
por los años de vida computables, para la fórmula matemática Las
Heras Requena -simplificación de la fórmula Vuoto invocada por el
apelante-, que ha venido utilizando la Sala III de este Tribunal
(Confr. Precedentes: “Morgenster c/ Carrasco”, Nº 6779,
25/04/2011; “Mosqueda c/ Sup. Gobierno”, Nº 5899, 27/09/2016,
entre otros, citados en “Zárate c/ Resenauer”, 9699, del
14/12/2016).
En la especie, el actor a la fecha del accidente
03/10/2009, contaba con 21 años de edad, el SMVM alcanzaba a $
PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
1.440,00, el plazo de vida computable, es de 54 años de acuerdo a
la formula matemática utilizada, por lo que se establece el monto
del resarcimiento en la suma de $ 24.000,00, con más los intereses
desde la fecha del accidente.
9.- El daño moral, que ha sido cuestionado por
la demandada, encuentra justificación en el padecimiento que las
lesiones le han ocasionado a la víctima, no requiriendo otra prueba,
ya que, probadas las lesiones y sus secuelas, se torna evidente tal
afección espiritual, a partir de los dolores y molestias que aquéllas
le han ocasionado. Para ello se tiene presente que tal perjuicio se
configura cuando se lesionan los sentimientos o afecciones
legítimas de la persona y la finalidad del resarcimiento por daño
moral es producir una gratificación que compense el sufrimiento
padecido aunque no está dirigido a sustituir otros conceptos que no
hubieren sido reclamados, debiendo tenerse en cuenta para su
fijación la magnitud de los sufrimientos que el evento dañoso
pueda producir en el común de las personas (Cfr.: "Ledesma c/
Tonutti", L.S. 30/12/87, Fº 830; "Weischeim c/ Schundt", L.A.S.
30/4/93; "Stel c/ Repetto, "27/12/94; "Marangoni c/ Costich",
5975, del 22/06/09, entre otros).
Esta Sala ha venido señalando, a su vez, la
dificultad de la cuantificación del daño moral, para lo cual se ha
tenido en cuenta, que resultan de utilidad los precedentes y la
PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
necesidad de detallar los parámetros tenidos en cuenta en orden a
facilitar su control. Así, se ha venido sosteniendo que la
determinación del monto indemnizatorio correspondiente al
presente rubro se encuentra librada al prudente arbitrio judicial,
que deberá tener en cuenta las circunstancias de la causa. Y
citando jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza
se ha sostenido que la facultad que se otorga al Juez, "presupone
la existencia de elementos de juicio que, sin llegar a constituir
plena prueba, le permiten evaluar prudencialmente la cuantía del
daño. Es decir, que la estimación prudencial que aquél haga debe
estar fundada en elementos que dejen ver la racionalidad y
prudencia de la estimación; que se ha respetado en alguna medida
el valor justicia y, en definitiva, permita ser controlada por los
justiciables y eventualmente por los tribunales superiores".
Habiendo precisado que "en la sentencia deben hacerse mención a
las pautas que se han tenido en cuenta para apreciar el daño, de lo
contrario se impide que las partes puedan verificar y controlar si su
magnitud justifica la suma otorgada", siendo necesario hacer
referencia a las particularidades de cada una de las víctimas,
debiendo los jueces "fundar adecuadamente sus sentencias
refiriéndose concretamente, entre otros datos, a la edad, estado de
salud, actividad habitual, preparación intelectual o capacitación
para el trabajo, condición social, familiar y económica anterior al
PODER JUDICIAL - ENTRE RIOSCAMARA SEGUNDA DE PARANA -SALA SEGUNDA-
hecho..." (ALFERILLO, P.E., "Cuantificación de daños personales", L.
L. 11/07/2007, 1, y jurisprudencia citada). En igual sentido se dijo
en dicha oportunidad que: Ha sido objeto de ponderación la
tendencia que ha marcado el Superior Tribunal de Justicia de la
provincia de Córdoba, respecto a la tarifación judicial del daño
sobre la base de los precedentes de otros tribunales de la Provincia
para casos similares. Afirmándose que el tribunal interviniente debe
vincular los parámetros de razonabilidad y previsibilidad que otros
casos, al menos en el contorno fáctico han podido considerar
(Confr. TSCórdoba, S.CivilyCom. "L.Q.,C.H. c/ Citibank N.A."
20/06/06, comentado por PIZARRO, R. D. en LLC 2006, 893,
LALEYONLINE; esta Sala in re "Zoff c/ Villagra", Expte. 7-5580, del
01/12/08; "Marangoni c/ Costich", 5975, del 22/06/09, entre
otros).
Desde esta perspectiva, valorando los
sufrimientos padecidos por el demandante, los que se reputan
ajustados a las lesiones sufridas e intervenciones quirúrgicas
realizadas, que no pueden obviarse, puesto que es evidente la
alteración espiritual que ha de provocar a cualquier persona en la
misma situación que la del actor, además del dolor por las lesiones
físicas ocasionadas y las alteraciones en el sueño y teniendo en
cuenta las lesiones sufridas y secuelas mencionadas, considerando
el monto fijado en precedentes de este Tribunal por lesiones
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similares (confr. “Gramundi c/ Solaro”, 8165 , 07/08/2012;
“Parodie c/ Vitale, 6439, 21/09/2010; "Zoff c/ Villagra" 7-5580,
del 01/12/08; "Milocco c/ Cantoni", 7-4511, del 20/12/07; "Alem c/
Gerner", 7-5491, del 16/04/08; "Martínez c/ Budasoff", 7-5398, del
17/09/08; “Carrizo c/ Acevedo”, 9332, del 27/03/2015, entre
otros), el monto establecido de $ 100.000,00, a la fecha de la
sentencia, resulta excesivo, estableciéndose en la suma de $
30.000,00 a la fecha del accidente.
Por lo expuesto me expido por la negativa
propiciando la modificación de la sentencia recurrida en la forma
establecida en los Considerandos anteriores.
De acuerdo a ello la condena a la accionada
resulta en un 50% de los rubros fijados, modificándose los
establecidos en primera instancia por incapacidad parcial
permanente y daño moral, en las sumas establecidas en los
considerandos.
En punto a costas, de acuerdo al principio de
reparación de integral, se establecen en ambas instancias en un
50% a cada parte – art. 68 del C.P.C.C.
Así voto.-
A LA MISMA CUESTION EL SR. VOCAL DR. BENEDETTO DIJO:
que adhiere al voto precedente por iguales fundamentos.
A LA MISMA CUESTION EL SR. VOCAL DR. CARBÓ DIJO: que
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existiendo mayoría, hace uso de la facultad de abstenerse de emitir
su voto en los términos del art. 47 de la L.O.P.J. (texto según Ley
9.234).
Con lo que se dio por terminado el acto, quedando
acordada la Sentencia siguiente:
GRACIELA AíDA BASALDÚA OSCAR DANIEL BENEDETTO
EDUARDO ROMEO CARBÓ
MARIA CLAUDIA FIORESecretaria de Cámara
SENTENCIA:
PARANA, 20 de marzo de 2017.
Y VISTO:
Por los fundamentos del Acuerdo que anteceden,
SE RESUELVE:1º) Admitir parcialmente el recurso de apelación
interpuesto por la actora a fs. 345 y por la demandada a fs. 349, y
en consecuencia, modificar la sentencia apelada de fs. 327/342
vta., estableciendo la responsabilidad por el accidente en un 50% a
cada parte. Modificar el monto de la condena por la suma total de
PESOS VEINTIOCHO MIL CUARENTA ($ 28.040) -comprensiva del
50% de daño moral, incapacidad sobreviniente y gastos médicos-
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con más los intereses desde la fecha del accidente -03/10/2009- y
hasta el efectivo pago, a la tasa activa del Banco de la Nación
Argentina. Y la suma de PESOS TRES MIL TRESCIENTOS CINCO ($
3.305,00), por el 50% de los daños en el vehículo, más los
intereses desde la fecha de la pericia -13/09/2013-.
2º) Costas de ambas instancias en un 50% a
cada parte -art. 68 del C.P.C. y C.-.
3º) Adecuar los honorarios regulados en primera
instancia, a los Dres. M.S.N., C.A.P., M.M.B, J.M.R. y H.R.A., en las
respectivas sumas de pesos Ocho mil cuatrocientos ($ 8.400),
Ocho mil cuatrocientos ($ 8.400), Tres mil novecientos veinte ($
3920), Tres mil novecientos veinte ($ 3920) y Tres mil novecientos
veinte ($ 3920), arts. 3, 30, 31, 60 y 63 de la Ley 7046. Adecuar
los honorarios a los peritos Ing. J.J.C., médico traumatólogo Dr.
J.J.U, Lic. en Psicología M.C.F., en las respectivas sumas de pesos
Tres mil doscientos ($ 3.200), Tres mil doscientos ($ 3.200) y Dos
mil quinientos ($ 2.500), arts. 13 y 72 de la Ley 1031/62 y art.
133 L.O.T.
4º) Regular los honorarios de Alzada a los Dres.
M.S.N. y A.R.B., en las respectivas sumas de pesos Seis mil
setecientos ($ 6.700) y Cuatro mil setecientos ($ 4.700), arts. 3 y
64 de la Ley 7046.
Regístrese, notifíquese y en estado bajen,
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sirviendo la presente de suficiente y atenta nota de remisión.
GRACIELA AíDA BASALDÚA OSCAR DANIEL BENEDETTO
EDUARDO ROMEO CARBÓ
Se registró. Conste. MARIA CLAUDIA FIORESecretaria de Cámara