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Gotas de tinta. Entre fantasmas y palabras. A las madres. Por Petronius Fragmentos autobiográficos. Javier Peña D. Bogotá, 2015. No sé desde cuando vio la ansiedad en mis ojos. No lo sé, pero no es extraño. Al fin y al cabo, vengo de sus entrañas. Estoy hecho de sus moléculas e ilusiones. Corría el año del Señor de 1980 y quince diciembres ondeaban en el puerto de mis esperanzas. Eran las cuatro de la tarde. Ese día, como siempre, ya había hecho mis obligaciones. Se encendía la programación nacional de la televisión. Nos sentamos en las mecedoras de la sala. En silencio pero, a mi lado como siempre, hacía sentir su presencia. Su mirada atenta, su voz tranquila y segura. Sus labios delicados y delgados, como si fueran a sonreír. Como si fueran a pronunciar las palabras más bellas y misteriosas del mundo, me alentaban, me invitaban a soñar, a creer. Ella parecía una pirámide: colosal y poderosa. Parecía una gaviota, tierna, débil y libre. Y llena de autoridad me invitaba a pronunciar palabras, a pronunciar sueños para decirme sí, sueña que son posibles. Era cuando más sentía ese deseo de decirle que la amaba, de abrazarla con la fuerza furiosa de un loco y llorar. Vivía seguro. Han pasado los años y todavía soy víctima de ese gesto inconcluso, de ese timbre mágico que tan solo con anunciarse desata un huracán de esperanzas. Afuera de casa, el gigantesco árbol de almendro que

Gotas de Tinta. Entre Fantasmas y Palabras. a Las Madres

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Se construye un relato autobiografico en relacion con el homenaje a las madres.

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Gotas de tinta. Entre fantasmas y palabras.A las madres.Por PetroniusFragmentos autobiogrficos. Javier Pea D. Bogot, 2015.No s desde cuando vio la ansiedad en mis ojos. No lo s, pero no es extrao. Al fin y al cabo, vengo de sus entraas. Estoy hecho de sus molculas e ilusiones. Corra el ao del Seor de 1980 y quince diciembres ondeaban en el puerto de mis esperanzas. Eran las cuatro de la tarde. Ese da, como siempre, ya haba hecho mis obligaciones. Se encenda la programacin nacional de la televisin. Nos sentamos en las mecedoras de la sala. En silencio pero, a mi lado como siempre, haca sentir su presencia. Su mirada atenta, su voz tranquila y segura. Sus labios delicados y delgados, como si fueran a sonrer. Como si fueran a pronunciar las palabras ms bellas y misteriosas del mundo, me alentaban, me invitaban a soar, a creer. Ella pareca una pirmide: colosal y poderosa. Pareca una gaviota, tierna, dbil y libre. Y llena de autoridad me invitaba a pronunciar palabras, a pronunciar sueos para decirme s, suea que son posibles. Era cuando ms senta ese deseo de decirle que la amaba, de abrazarla con la fuerza furiosa de un loco y llorar. Viva seguro. Han pasado los aos y todava soy vctima de ese gesto inconcluso, de ese timbre mgico que tan solo con anunciarse desata un huracn de esperanzas. Afuera de casa, el gigantesco rbol de almendro que fue sembrado por el abuelo Santander, meca sus hojas y ventilaba nuestro hogar. Afuera de casa, mi ciudad entraba en un retroceso econmico fuerte Se desataba la llegada de la bonanza marimbera con su coctel de dinero y muerte. Era la llegada de las camionetas rangers y del barrio guajiro, del cambio de dlares sin freno. An recuerdo, la actitud de rechazo y dolor impotente de mam al escuchar por la radio los desmanes de la bonanza en mi ciudad, humillndonos, ofendindonos. Afuera de casa, con mis amigos seguamos jugando a la chequita, al microftbol y viva el impacto maravilloso y desastroso del primer amor. Afuera de casa, en la regin sucumba la siembra de algodn y la United Fruit Company se iba de Cinaga para siempre, dejando tras de s un pasado de riqueza y un presente de incertidumbre. Afuera de casa, en el pas terminaba la revista Alternativa, ese proyecto de crtica de Gabriel Garca Mrquez y Enrique Santos Caldern. Era el periodo desesperado de Julio C. Turbay y su Estatuto de Seguridad. El primer presidente sin ttulo superior en Colombia. Fue la poca de la toma sorpresiva y explosiva de la embajada de la Republica dominicana durante dos meses por parte del grupo guerrillero M-19. An puedo ver, el silencio preocupado de mi madre al avistar, horrorizada, la transmisin de las imgenes. En ese contexto, a las cuatro de la tarde, la programacin empezaba con las aventuras del Llanero solitario y su leal amigo por imponer la justicia, en los duros desiertos de California. Entonces, llegaron los comerciales. Apareci, otra vez, ante mis ojos, a mi vista, la invitacin a comprar los tomos de los premios nobel de literatura, publicados por Plaza y Jans. Mi corazn estall de alegra. A mi edad, y a pesar de los cambios emocionales, de la llegada de nuevas inquietudes e intereses no poda explicar las sensaciones que me llegaban, en aguacero, cuando vea las letras brillantes de aquellos libros. Me imaginaba comprndolos, leyndolos, devorndolos. Me preguntaba qu pasaba conmigo, si acaso mi destino estara vinculado con la escritura. Todo era especulacin. Solo s que senta un afn al ver su presencia slida, inquieta, vulnerable y misteriosa. Presenta que algo me esperaba en la intimidad de sus pginas, y entre tanto cada vez que vea aparecer, en la tele, aquellas letras doradas en sus lomos marrones se me encenda el pecho. Era una tormenta de ideas, de proyectos, de esperanzas. Muchas veces pens si le comentaba o no de aquellos deseos. Me arrepenta, no tena el valor. Mi espritu se agitaba en silencio mientras por fuera disimulaba. Haban pasado das y no era capaz. Ya me haba resignado. Pero esa tarde ella me guardaba una sorpresa. No escuch bien lo que me dijo, hasta que me lo repiti con claridad. Javi, quieres leer esa coleccin de libros?. Han pasado ms de treinta aos de ese pequeo momento. Pero, ese episodio, impuls en m la carrera por el conocimiento. O, ms exactamente, por la curiosidad, por la independencia, por la dignidad. Un camino que me ha llevado lejos de mi grupo de amigos, de mi ciudad. Lejos de t, tambin, y de mi familia. Quiero hacerte un homenaje hoy, y recordarte que tus sueos son los mos, y que tal vez, al estar lejos, estoy, de alguna manera, cumplindolos. Gracias, muchas gracias, mam.Con amor, tuyo siempre. Javier.