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Annotation En lo alto de la colina, se alzaba el castillo con las murallas ennegrecidas por el fuego como una araña pétrea que se aferrase a la cumbre con marchitos pies de roca. Ante la abertura que dejaba la puerta destrozada, colgaban hombres que se balanceaban en el extremo de unas cuerdas como moscas atrapadas en una telaraña de un solo hilo. —Ha llegado la hora de derramar un poco de sangre —dijo Gotrek. Se pasó la mano izquierda por la enorme cresta de cabello rojizo que coronaba su cráneo rapado y cubierto de tatuajes. La cadena que le perforaba la nariz titineó con suavidad, en extyraño contrapunto con el demencial rugido de su risa. —Soy un Matatrolls, humano. Nací para morir en el combate. No hay lugar para el miedo en mi vida. Matatrolls es la primera parte de la saga mortífera de Gotrek Gurnisson, relatada por su compañero de viaje Félix Jaeger. Ambientada en el mundo gótico y tenebroso de Warhammer, Matatrolls es una novela que contiene las aventuras más extraordinarias de esta letal pareja de héroes. El lector de encontrará con monstruos, demonios, brujos, mutantes, orcos y seres aun peores mientras Gotrek sigue buscando una muerte honorable en el combate. Félix, por su parte, debe sobrevivir para contar la historia. Capítulo 1 Geheimnisnacht (Noche de Difuntos) Después de los terribles acontecimientos y las angustiosas

Gotrek Y Felix - Matatrolls

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Gotrek Y Felix - Matatrolls

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(Las Aventuras De Gotrek Y F?lix 01) Matatrolls

AnnotationEn lo alto de la colina, se alzaba el castillo con las murallas ennegrecidas por el fuego como una araa ptrea que se aferrase a la cumbre con marchitos pies de roca. Ante la abertura que dejaba la puerta destrozada, colgaban hombres que se balanceaban en el extremo de unas cuerdas como moscas atrapadas en una telaraa de un solo hilo.

Ha llegado la hora de derramar un poco de sangre dijo Gotrek.

Se pas la mano izquierda por la enorme cresta de cabello rojizo que coronaba su crneo rapado y cubierto de tatuajes. La cadena que le perforaba la nariz titine con suavidad, en extyrao contrapunto con el demencial rugido de su risa.

Soy un Matatrolls, humano. Nac para morir en el combate. No hay lugar para el miedo en mi vida.

Matatrolls es la primera parte de la saga mortfera de Gotrek Gurnisson, relatada por su compaero de viaje Flix Jaeger. Ambientada en el mundo gtico y tenebroso de Warhammer, Matatrolls es una novela que contiene las aventuras ms extraordinarias de esta letal pareja de hroes. El lector de encontrar con monstruos, demonios, brujos, mutantes, orcos y seres aun peores mientras Gotrek sigue buscando una muerte honorable en el combate. Flix, por su parte, debe sobrevivir para contar la historia.

Captulo 1

Geheimnisnacht

(Noche de Difuntos)

Despus de los terribles acontecimientos y las angustiosas aventuras que tuvimos que soportar en Altdorf, mi compaero y yo huimos hacia el sur escogiendo cualquier senda al azar. Utilizamos los medios de desplazamiento que se nos presentaron diligencias, carros de campesinos o de transporte, y recurrimos a los pies cuando fallaba todo lo dems.

Fueron tiempos difciles y me senta atemorizado. Daba la impresin de que a cada paso nos encontrbamos en peligro de que nos arrestaran para encarcelarnos o ejecutarnos. Vea alguaciles en todas las tabernas y asesinos a sueldo detrs de cada arbusto. Si el Matatrolls sospechaba que las cosas podan ser distintas, no se molest en informarme de ello en ningn momento.

Para alguien tan ignorante del verdadero estado de nuestro sistema legal como yo entonces, pareca probable que todo el aparato de nuestro poderoso y extenso gobierno estuviera abocado a aprehender a dos fugitivos como nosotros. En ese tiempo, yo no tena ni idea de la forma dbil y aleatoria con que se aplicaban los mandatos de la ley. En realidad, fue una verdadera pena que todos esos alguaciles y asesinos a sueldo que poblaban mi mente no existieran de hecho porque si hubiesen sido una realidad, tal vez el mal no habra medrado con tanta fuerza en los confines de mi tierra natal.

La extensin y la naturaleza de ese mal iban a hacrseme muy evidentes en un ominoso crepsculo despus de que subiramos a una diligencia que parta hacia el sur. Tal vez fue la noche ms fatdica de todo nuestro calendario

FLIX JAEGER, "Mis viajes con Gotrek", vol. II,

Impreso en Altdorf, 2505

Malditos sean todos los cocheros humanos y todas las mujeres humanas mascull Gotrek Gurnisson, y aadi una imprecacin en idioma enano.

Tenas que insultar a la dama Isolda, verdad? pregunt Flix Jaeger, malhumorado. Segn estn las cosas, hemos tenido suerte de que no nos dispararan, si puede llamarse suerte a que te dejen tirado en Reikwald en la Noche de Difuntos.

Habamos pagado nuestro pasaje; tenamos tanto derecho como ella de sentarnos en el interior. Los cocheros eran unos afeminados cobardes refunfu Gotrek. Se negaron a enfrentarse conmigo cara a cara. No me habra importado que me ensartaran con acero, pero que te llenen de perdigones no es muerte digna de un Matatrolls.

Flix sacudi la cabeza. Se daba cuenta de que estaba a punto de sobrevenir uno de los estados anmicos ms negros de su compaero. No habra manera de discutir razonablemente con Gotrek, y l tena muchsimas otras cosas por las que preocuparse. El sol estaba ponindose y confera una tonalidad rojiza a los bosques cubiertos por la bruma. Las sombras danzaban de modo ominoso y traan a la memoria demasiados relatos atemorizadores de los horrores que podan encontrarse bajo la copa de los rboles.

Se limpi la nariz con el borde de la capa, y luego se arrebuj en la lana de Sudenland. Sorbi y levant los ojos al cielo, donde ya eran visibles Morrslieb y Mannslieb, las lunas menor y mayor. Pareca que Morrslieb despeda un resplandor verdoso, que no era buena seal.

Creo que estoy a punto de tener fiebre coment Flix.

El Matatrolls alz la mirada hacia l y ri entre dientes con desdn. Bajo el efecto de los ltimos rayos del sol agonizante, la cadena que le iba de una fosa nasal al lbulo de la oreja del mismo lado dibujaba un arco sangriento.

La tuya es una raza dbil dijo Gotrek. La nica fiebre que siento esta noche es la fiebre de la batalla. Noto que canta dentro de la cabeza.

Se volvi y ech una mirada feroz hacia la oscuridad del bosque.

Salid, pequeos hombres bestia! aull. Tengo un regalo para vosotros.

Profiri una sonora carcajada y pas un dedo pulgar por el borde de la hoja de su enorme hacha a dos manos. Flix vio que del dedo manaba sangre, y entonces Gotrek se chup la yema herida.

Sigmar nos libre! Cllate le sise Flix. Quin sabe lo que acecha por ah en una noche como sta?

Gotrek lo mir con fiereza, y Flix vio que a sus ojos asomaba un destello de violencia demente. De modo instintivo, la mano de Jaeger se desplaz hasta quedar cerca de la empuadura de la espada.

No me des rdenes, humano! Pertenezco a la Antigua Raza, y slo estoy obligado a los Reyes bajo la Montaa, aunque est exiliado.

Flix hizo una reverencia formal. Estaba bien entrenado en el uso de la espada. Las cicatrices del rostro demostraban que haba participado en varios duelos en sus tiempos de estudiante; incluso en una ocasin haba matado a un hombre, lo que le haba supuesto el fin de una prometedora carrera acadmica. No obstante, no le gustaba la idea de luchar contra un Matatrolls. El extremo de la cresta de cabello de Gotrek llegaba slo al pecho de Flix, pero el enano lo superaba en peso, y su cuerpo era todo msculos. Adems, haba visto cmo Gotrek utilizaba aquella hacha.

El enano interpret la reverencia como una disculpa, y se volvi una vez ms hacia las tinieblas.

Salid! grit. Me trae sin cuidado si todos los poderes del mal andan por el bosque durante la noche. Har frente a cualquier desafo.

El enardecido nimo del enano rayaba en la furia. Desde que lo conoca, Flix haba advertido que a los largos perodos de melancola del Matatrolls, a menudo, seguan breves estallidos de clera. Era una de las cosas que lo fascinaban de su compaero. Saba que Gotrek se haba hecho Matatrolls para expiar algn crimen; que haba jurado ir al encuentro de la muerte en un combate desigual con algn monstruo pavoroso, y aunque pareca amargado hasta el punto de la locura, se mantena fiel al juramento.

Tal vez pens Flix tambin yo perdera la razn si me hubieran condenado al exilio entre desconocidos que ni siquiera perteneciesen a mi raza. Sinti cierta compasin por el enloquecido enano, pues saba cmo era eso de ser arrastrado fuera de casa por haber cado en desgracia; el duelo con Wolfgang Krassner haba provocado un buen escndalo.

En ese momento, sin embargo, el enano pareca decidido a conseguir que los mataran a ambos, y l no quera participar en sus planes. Continu avanzando con paso cansino mientras lanzaba alguna mirada de preocupacin a las brillantes lunas llenas. Detrs de l, Gotrek segua vociferando.

Es que no hay ningn guerrero entre vosotros? Venid a sentir la caricia de mi hacha. Est sedienta!

Flix decidi que slo un demente tentara de aquel modo al destino y a los Poderes Siniestros en Geheimnisnacht, la Noche Misteriosa, en los ms oscuros confines del bosque.

Percibi un canturreo en el ptreo, gutural idioma de los Enanos Montaeses y, luego, oy una voz en Reikspiel.

Enviadme un paladn!

Durante un segundo rein el silencio. La condensacin de la niebla le haba humedecido la frente. De pronto, desde muy, muy lejos, el sonido de caballos a galope recorri la noche.

Qu ha hecho este manaco? pens Flix. Habr ofendido a uno de los Poderes Ancestrales? Acaso han enviado a sus jinetes demonacos para que se nos lleven?

Flix sali de la carretera, y se estremeci cuando unas hojas mojadas le acariciaron el rostro, pues tenan el tacto de los dedos de los muertos. El tronar de los cascos de los caballos se aproximaba, avanzando a una velocidad infernal por la senda del bosque. Sin duda, slo un ser sobrenatural poda mantener una velocidad tan vertiginosa sobre el serpenteante sendero. Al desenvainar la espada, sinti que le temblaba la mano.

He sido un necio al seguir a Gotrek se dijo . Ahora jams acabar el poema. Poda or el relincho de los caballos, el restallar de un ltigo y el girar de unas ruedas colosales.

Bien! rugi Gotrek, cuya voz le lleg por el aire desde el camino que haba dejado a sus espaldas. Bien!

Se oy un poderoso bramido, y cuatro inmensos caballos negros como la brea, que arrastraban un carruaje igualmente negro, pasaron a la velocidad del rayo. Flix vio que las ruedas rebotaban al pasar sobre una raz que asomaba al sendero, y apenas pudo distinguir a un cochero embozado en una capa negra. Retrocedi y se acuclill entre los arbustos.

Oy el sonido de unos pies que se aproximaban, y algo apart los arbustos a un lado. Ante l se encontraba Gotrek, cuyo aspecto pareca ms demente y salvaje que nunca. Tena la cresta de pelo apelmazada; el cuerpo tatuado, sucio de barro pardo, y el justillo de cuero con tachones metlicos, desgarrado y roto.

Esos insolentes han intentado pasarme por encima! chill. Vayamos tras ellos!

Dio media vuelta y ech a correr por el fangoso sendero con un trote veloz. Flix advirti que Gotrek cantaba alegremente en Khazalid.

* * *

Un poco ms adelante, por el camino de Bogenhafen, los dos llegaron a la Posada de las Piedras Erguidas. Las ventanas tenan echados los postigos y no se vean luces; podan or los relinchos procedentes de los establos, pero cuando miraron no vieron carruaje alguno, ni negro ni de otro color, sino algunos ponis asustadizos y el carro de un buhonero.

Hemos perdido el carruaje. Lo mejor ser conseguir una cama para pasar la noche sugiri Flix, y le lanz una cautelosa mirada a la luna ms pequea, Morrslieb, cuyo enfermizo resplandor verdoso era ms potente. No me gusta estar en el exterior bajo esta luz maligna.

Eres dbil, humano, y tambin cobarde.

Tendrn cerveza.

Por otra parte, algunas de tus sugerencias no carecen de mrito, aunque la cerveza humana es aguada, claro est.

Claro est respondi Flix. Gotrek no detect el tono irnico de su voz.

La posada no estaba fortificada, pero tena paredes gruesas, y cuando intentaron abrir la puerta descubrieron que estaba atrancada. Gotrek la aporre con el extremo del mango del hacha, pero no hubo respuesta alguna.

Puedo oler humanos dentro declar Gotrek, y Flix se pregunt cmo poda oler algo que no fuese su propio hedor. Gotrek no se lavaba nunca y llevaba el pelo apelmazado con grasa animal para mantener en su sirio la cresta teida de rojo.

Se han encerrado, ya que nadie sale al exterior en Geheimnisnacht, a menos que sean brujas o amantes de los demonios.

El carruaje negro estaba en el exterior lo contradijo Gotrek.

Sus ocupantes no andaban en nada bueno. Llevaba las cortinillas echadas y no lo coronaba ningn escudo de armas.

Tengo la garganta demasiado seca para discutir ese tipo de detalles. Vamos, los de ah dentro, abrid, o la emprender a hachazos con la puerta!

Flix crey percibir movimiento en el interior y acerc una oreja a la puerta. Pudo distinguir murmullos y algo que parecan sollozos.

A menos que quieras que te abra la cabeza, humano, sugiero que te apartes a un lado le advirti Gotrek.

Espera un momento. Od, los de dentro! Abrid! Mi amigo tiene un hacha muy grande y una paciencia muy corta, as que os sugiero que hagis lo que quiere y nos franqueis la entrada.

Qu has querido decir con corta? inquiri Gotrek, susceptible.

De detrs de la puerta les lleg un grito agudo, tembloroso.

En el nombre de Sigmar, marchaos, demonios del abismo!

Bueno, ya est bien le espet Gotrek. He tenido ms que suficiente.

El hacha describi un enorme arco en el aire cuando la ech hacia atrs, y Flix vio brillar a la luz de Morrslieb las runas que tena grabadas en la hoja, al mismo tiempo que saltaba a un lado.

En el nombre de Sigmar! grit Flix. No podis exorcizarnos. Somos simples viajeros agotados de cansancio.

El hacha se clav en la puerta, y a la vez se escuch el sonido de la madera al henderse y algunas astillas salieron despedidas por el aire. Gotrek se volvi a mirar a Flix y le sonri con expresin maligna, y ste vio los huecos de los dientes que le faltaban a su compaero.

Esta puerta es de psima calidad coment Gotrek.

Os sugiero que abris mientras an tenis puerta grit Flix.

Esperad dijo la voz temblorosa. Jurgen, el carpintero, me cobr cinco coronas por la puerta.

Fue retirada la tranca de la puerta, y sta se abri. Entonces, apareci un hombre alto y delgado, cuyo rostro triste estaba enmarcado por blancos cabellos lacios. Con una mano asa una gruesa porra, y detrs de l haba una mujer anciana que sujetaba un platillo sobre el que arda una vela que goteaba cera.

No va a necesitar el arma, seor. Slo queremos una cama para pasar la noche dijo Flix.

Y cerveza gru el enano.

Y cerveza asinti Flix.

Montones de cerveza aadi Gotrek, y Flix mir al anciano y se encogi de hombros con aire de impotencia.

En el interior de la posada, el comedor era de techo bajo, y la barra estaba hecha con tablones colocados sobre dos barriles. Desde un rincn, tres hombres armados, que tenan aspecto de buhoneros, los contemplaban con desconfianza. Cada uno haba desenfundado una daga, y aunque las sombras les ocultaban el rostro, parecan preocupados.

El posadero hizo entrar a toda prisa a los recin llegados, y volvi a colocar la tranca en su sitio.

Podis pagar, herr doktor? pregunt con nerviosismo, y Flix pudo ver cmo la nuez de Adn del hombre se mova.

No soy profesor, sino poeta explic al mismo tiempo que sacaba su fina bolsa y contaba las pocas monedas de oro que le quedaban; pero puedo pagar.

Comida dijo Gotrek. Y cerveza.

Al or eso, la anciana estall en lgrimas, y Flix la mir fijamente.

La vieja est alterada observ Gotrek.

Nuestro Gunter ha desaparecido, precisamente esta noche respondi el anciano mientras asenta.

Treme cerveza orden Gotrek, y el posadero se march. Entonces, el enano se levant y avanz con pasos pesados hasta donde estaban sentados los buhoneros, que lo observaron con recelo.

Alguno de vosotros sabe algo de un carruaje negro tirado por cuatro caballos negros? les pregunt.

Has visto el carruaje negro? pregunt uno de los buhoneros, cuya voz trasluca miedo.

Que si lo he visto? Esa maldita cosa casi me pasa por encima.

El hombre profiri un grito ahogado, y Flix oy el ruido de un cucharn al caer contra el suelo. Luego, vio que el posadero se inclinaba para recogerlo y comenzaba a llenar de nuevo la jarra.

En ese caso, eres afortunado declar el buhonero ms gordo y de aspecto ms prspero. Algunos dicen que ese carruaje es conducido por demonios. He odo decir que cada ao pasa por aqu en Geheimnisnacht. Hay quien asegura que lleva nios pequeitos de Altdorf, que son sacrificados en el Crculo de Piedras Oscuras.

Gotrek lo mir con inters, y a Flix no le gust el giro que estaban tomando las cosas.

Es seguro que se trata slo de una leyenda dijo.

No, seor grit el posadero. Cada ao omos el estrpito que hace al pasar. Hace dos aos, Gunter mir por la ventana y lo vio; era un carruaje negro como el que ustedes describen.

Ante la mencin del nombre de Gunter, la anciana comenz a llorar otra vez. El posadero les sirvi guisado y dos grandes jarras de cerveza.

Trae tambin cerveza para mi compaero dijo Gotrek, y el posadero se alej en busca de otra jarra.

Quin es Gunter? le pregunt Flix cuando regres, y se oy otro lamento de la mujer.

Ms cerveza pidi Gotrek, y el dueo de la posada contempl las dos jarras vacas con expresin atnita.

Toma la ma insisti Flix. Dime, mein anfitrin, quin es Gunter?

Y por qu esa vieja alla en cuanto se menciona su nombre? inquiri Gotrek mientras se limpiaba la boca con un brazo sucio de fango.

Gunter es nuestro hijo. Esta tarde sali a cortar lea y no ha regresado.

Gunter es un buen muchacho intervino la anciana en tanto sorba por la nariz. Cmo vamos a sobrevivir sin l?

Tal vez, sencillamente, est perdido en el bosque

Imposible neg el posadero. Gunter conoce los bosques de los alrededores como yo los pelos de mis manos. Debera haber llegado a casa hace horas. Temo que lo haya apresado la Secta con la intencin de sacrificarlo.

Es igual que lo que sucedi con la hija de Lotte Hauptmann, Ingrid coment el buhonero gordo, y el posadero le lanz una mirada de profundo desprecio.

No quiero que se cuente ninguna historia sobre la prometida de nuestro hijo respondi.

Deja hablar al hombre intervino Gotrek, y el buhonero le dedic una mirada de agradecimiento.

Lo mismo sucedi el ao pasado en Hartzroch, al final del sendero. La esposa de Hauptmann fue a ver a su hija adolescente, Ingrid, justo despus del ocaso, porque crey haber odo golpes procedentes de la habitacin de la muchacha. La hija haba desaparecido. Vaya usted a saber qu poderes de hechicera la arrebataron de su cama estando la casa cerrada con llave! Al da siguiente se dio la alarma, y encontramos a Ingrid. La hallamos cubierta de moretones y en un estado terrible. Alz la vista hacia ellos para asegurarse de que le prestaban atencin.

Le preguntasteis qu haba sucedido? quiso saber Flix.

S, seor. Al parecer, se la haban llevado unos demonios, seres salvajes del bosque, hacia el Crculo de Piedras Oscuras. All aguardaba la Secta con las criaturas malignas de los bosques. Iban a sacrificarla en el altar, pero ella consigui liberarse de sus captores e invoc el buen nombre del bendito Sigmar. Mientras ellos se tambaleaban, Ingrid huy, y aunque la persiguieron no lograron darle alcance.

Fue una suerte coment Flix con sequedad.

No hay necesidad de mofarse, herr doktor. Fuimos hasta el Crculo de Piedras Oscuras y hallamos toda clase de rastros en la tierra removida, incluidas huellas de humanos, de bestias y de demonios de pezua hendida, y un becerro destripado sobre el altar como un cerdo.

Demonios de pezua hendida? pregunt Gotrek, y a Flix no le gust la expresin de inters que haba en sus ojos.

El buhonero asinti con la cabeza.

Yo no me aventurara hasta el Crculo de Piedras Oscuras esta noche replic ni por todo el oro de Altdorf.

Sera misin adecuada para un hroe declar Gotrek mientras le lanzaba una mirada significativa a Flix, que se sinti conmocionado.

Sin duda, no querrs decir que

Qu mejor misin para un Matatrolls que enfrentarse a esos demonios en su noche sagrada? Sera una muerte magnfica.

Sera una muerte estpida murmur Flix.

Qu has dicho?

Nada.

Me acompaars, no? dijo Gotrek en tono amenazador mientras pasaba el pulgar por el filo del hacha, y Flix advirti que el dedo volva a sangrar.

Un juramento es un juramento replic, al mismo tiempo que asenta con la cabeza.

El enano le dio una palmada tan fuerte en la espalda que Flix pens que le haba partido las costillas.

A veces, humano, creo que tienes sangre de enano corrindote por las venas, y no porque ningn miembro de la Antigua Raza fuera a rebajarse a semejante matrimonio mixto, por supuesto. Regres con pasos pesados junto a su cerveza.

Por supuesto replic su compaero mientras le devolva una mirada feroz.

Flix revolvi en su equipaje para sacar la cota de malla, y advirti que el posadero, la esposa de ste y los buhoneros lo observaban pasmosamente. Gotrek se sent cerca del fuego; a la vez que beba cerveza, mascullaba algo en idioma enano.

No irs a acompaarlo de verdad, no? susurr el buhonero gordo, y Flix asinti.

Por qu?

Me salv la vida. Tengo una deuda con l. Flix crey que era mejor no mencionar las circunstancias en las que Gotrek lo haba salvado.

Saqu al humano de debajo de los cascos de la caballera del Emperador grit Gotrek, y Flix asinti con amargura.

El Matatrolls tiene el odo de bestia salvaje, y tambin el cerebro, pens para s mientras continuaba sacando la cota de malla.

S. El humano crey que era algo inteligente presentar su caso ante el Emperador con peticiones y marchas de protesta. El viejo Karl Franz decidi responder, muy sensatamente, con cargas de caballera.

Los buhoneros comenzaban a retroceder.

Un insurrecto oy Flix que deca quedamente uno de ellos, y sinti que se ruborizaba.

Se trataba de otro impuesto cruel e injusto: una pieza de plata por cada ventana. Para empeorar las cosas, todos los ricos comerciantes tapiaron sus ventanas y la milicia de Altdorf sali a abrir agujeros en las casuchas de la gente pobre. Tenamos razn de quejarnos.

Hay una recompensa por la captura de los insurrectos coment el buhonero; una recompensa sustanciosa.

Por supuesto continu Flix al mismo tiempo que fijaba su mirada en l, la caballera imperial no era rival digno del hacha de mi compaero. Qu carnicera! Haba cabezas, piernas y brazos por todas partes. Acab sobre una pila de cadveres.

Llamaron a los arqueros intervino Gotrek. Nos largamos por un callejn porque ser ensartados desde lejos habra sido una muerte indecorosa.

El buhonero gordo mir a sus compaeros, luego a Gotrek, despus a Flix, y volvi a mirar a los primeros.

Un hombre sensato se mantiene alejado de la poltica le dijo al hombre que haba hablado de la recompensa, e inmediatamente fij los ojos en Flix. Por supuesto, no pretendo ofenderte.

No me ofendes replic Flix. Tienes toda la razn del mundo.

Insurrecto o no dijo la anciana, que Sigmar te bendiga si traes de vuelta a mi pequeo Gunter.

No es pequeo, Lise intervino el posadero. Se trata de un hombre joven y robusto. Aun as, espero ver de vuelta a mi hijo. Soy viejo, y lo necesito para cortar la lea, herrar los caballos, levantar los barriles y

Me siento conmovido por tales preocupaciones paternales lo interrumpi Flix a la vez que se encasquetaba la gorra de cuero.

Gotrek se levant y lo mir. Luego se golpe el pecho con una mano carnosa.

Las armaduras son para las mujeres y los afeminados elfos declar.

Tal vez sea mejor que yo la lleve, Gotrek. En definitiva: quiero regresar vivo para narrar tus hazaas como he jurado hacer.

Tienes algo de razn, humano. Pero recuerda que no es lo nico que juraste hacer. Se volvi a mirar al posadero. Cmo encontraremos el Crculo de Piedras Oscuras?

Flix sinti que se le secaba la boca, y luch para evitar que le temblaran las manos.

Hay un sendero que sale del camino. Os llevar hasta el punto en que nace.

Bien replic Gotrek; se trata de una oportunidad demasiado buena para dejar que pase. Esta noche expiar mis pecados y llegar a los Salones de Hierro de mis antepasados si el Gran Grungni as lo quiere.

Hizo un signo peculiar sobre el pecho con la mano derecha cerrada.

Vamos, humano, en marcha decidi, y ech a andar hacia la puerta.

Flix cogi el zurrn y, al llegar a la entrada, la anciana lo detuvo y le puso algo en una mano.

Por favor, seor le dijo. Toma esto. Es un amuleto de Sigmar. Mi pequeo Gunter lleva la pareja de ste.

Y mucho bien que le ha hecho, casi respondi Flix, pero la expresin de la mujer hizo que se contuviera. En su rostro, haba miedo, preocupacin y, tal vez, esperanza, lo que lo conmovi.

Har todo lo posible, frau.

En el exterior, el cielo estaba brillantemente iluminado por la verdosa luz de la brujera de las lunas. Flix abri la mano y vio que se trataba de un pequeo martillo de hierro que penda de una cadena de finos eslabones. Se encogi de hombros y se la colg del cuello; dado que Gotrek y el anciano avanzaban ya por la carretera, tuvo que correr un corto trecho para alcanzarlos.

* * *

Qu crees t que es esto, humano? pregunt Gotrek al mismo tiempo que se inclinaba hacia el suelo. Ante ellos, el camino continuaba hacia Hartzroch y Bogenhafen. Flix se recost en el poste leguario; se encontraban al borde del sendero, y confiaba en que el posadero hubiese regresado a casa sano y salvo.

Huellas dijo, que se dirigen al norte.

Muy bien, humano. Son huellas de carruaje y entran por el sendero que va al Crculo de Piedras Oscuras.

El carruaje negro? pregunt Flix.

Eso espero. Qu noche tan gloriosa! Es la respuesta a todas mis plegarias: una oportunidad para purgar mis culpas y vengarme de ese cerdo que estuvo a punto de aplastarme.

Gotrek profiri una alegre risa aguda, pero Flix pudo percibir que en l se haba operado un cambio. Pareca tenso, como si sospechara que se avecinaba la hora de su muerte y que no se enfrentara bien a ella. Estaba inslitamente hablador.

Un carruaje? Acaso la Secta est formada por nobles, humano? Tu Imperio est muy corrompido?

Flix sacudi la cabeza.

No lo s. Podra tener a un noble por lder. Es probable que los miembros sean gentes de la localidad. Dicen que la corrupcin de Caos est muy arraigada en estos lugares apartados.

Gotrek sacudi la cabeza y, por primera vez desde que lo conoca, pareci consternado.

La locura de tu pueblo me da ganas de llorar, humano. Que seis tan corruptos que vuestros gobernantes puedan venderse a los Poderes Siniestros, es algo terrible.

No todos los hombres son as le contest Flix, enfadado. Es cierto que algunos buscan el poder fcil o los placeres de la carne, pero son pocos. La mayora de la gente conserva la fe. De todas formas, la Antigua Raza no es demasiado pura. He odo hablar de ejrcitos enteros de enanos dedicados a los Poderes Malignos.

Gotrek profiri por lo bajo un furibundo gruido y escupi al suelo, y Flix aferr con ms fuerza el puo de la espada mientras se preguntaba si no se habra excedido con el Matatrolls.

Tienes razn respondi Gotrek con voz suave y fra. Nosotros no hablamos con ligereza de esas cosas. Hemos jurado la guerra eterna contra las abominaciones de las que hablas y contra sus amos oscuros.

Al igual que mi pueblo. Tenemos nuestros cazadores de brujas y nuestras leyes.

Tu pueblo no lo entiende afirm Gotrek sacudiendo la cabeza. Es una gente blanda y decadente, que vive alejada de la guerra. No comprenden las cosas terribles que roen las races del mundo y pretenden minarnos a todos. Cazadores de brujas? Ja! Volvi a escupir al suelo. Leyes! Slo existe una manera de enfrentarse con la amenaza de Caos concluy mientras blanda el hacha de modo significativo.

* * *

Avanzaban con paso cansado por el bosque. En lo alto, las lunas brillaban con luz febril; Morrslieb se haba vuelto an ms brillante y en ese momento su resplandor verdoso manchaba el cielo. Haba cado una fina niebla, y el terreno por el que avanzaban era inhspito y salvaje. De la turba surgan rocas como la erupcin de una peste que se abriera en la piel del mundo.

En ocasiones, Flix crea or el batir de unas enormes alas sobre ellos, pero cuando alzaba los ojos slo vea el resplandor del cielo. La niebla se extenda y distorsionaba el entorno de cal modo que daba la impresin de que ambos caminaban por el fondo de un mar infernal.

Este lugar produce malas sensaciones, pens Flix. El aire tenia un sabor nauseabundo, y el pelo de la nuca estaba constantemente erizado. Una vez, cuando era nio, en Altdorf, en casa de su padre, se haba sentado a contemplar cmo el cielo se ennegreca con nubes amenazadoras. Luego haba llegado la tormenta ms monstruosa de la que se tena memoria. Entonces experimentaba la misma sensacin expectante, y saba que cerca de all estaban reunindose fuerzas poderosas. Se sinti como un insecto que se arrastrara por el cuerpo de un gigante que en cualquier momento poda despertarse y aplastarlo.

Incluso pareca que Gotrek tambin se senta oprimido, pues guardaba silencio y no mascullaba para s como sola hacerlo. De vez en cuando se detena y le haca un gesto a Flix para que no hiciera ruido; a continuacin, olfateaba el aire. Flix poda ver cmo el cuerpo de su compaero se tensaba como si cada uno de sus nervios se esforzara por captar el ms leve rastro de algo, y luego volvan a ponerse en movimiento.

Todos los msculos de Flix estaban agarrotados a causa de la tensin, y se arrepenta de haber acompaado a Gotrek. Sin duda, mi obligacin en relacin con el enano no incluye que deba enfrentarme a una muerte segura. Tal vez pueda escabullirme en la niebla.

Apret los dientes. Se preciaba de ser un hombre honorable, y la deuda que tena con el enano era algo real porque ste haba arriesgado su propia vida para salvarlo. Era cierto que en aquel entonces l no saba que Gotrek buscaba la muerte, que la cortejaba como un hombre corteja a una dama deseable, pero a pesar de eso se vea obligado por el juramento.

Record la velada de alborotadora borrachera en las tabernas del Laberinto; aquella noche se juraron hermandad de sangre mediante el curioso rito enano, y l se comprometi a ayudar a Gotrek en su empresa.

Gotrek deseaba que su nombre y sus hazaas fuesen recordados. Cuando el enano descubri que Flix era poeta, le pidi que lo acompaara. En aquel momento, bajo los efectos de la alcohlica calidez de la camaradera, le pareci una idea estupenda. El destino del Matatrolls se le presentaba como un tema excelente para un poema pico, y ese poema lo hara famoso como autor.

Cmo poda imaginarme pens Flix que me conducira a esto: a cazar monstruos en Geheimnisnacht! Sonri con irona. Resultaba fcil cantar valientes hazaas en las tabernas y salas de juego, donde el horror era conjurado por las palabras de hbiles artfices. Ah fuera, sin embargo, todo cambiaba. Senta que los intestinos se le aflojaban de miedo, y la atmsfera opresiva haca que le entraran ganas de salir corriendo y gritando.

A pesar de todo intent consolarse, esto es material adecuado para un poema si sobrevivo para escribirlo.

* * *

El bosque se hizo ms profundo y enmaraado. Los rboles parecan seres contorsionados y pavorosos, y Flix tuvo la sensacin de que lo observaban. Aunque intent apartar de s el pensamiento dicindose que todo eran fantasas suyas, la niebla y la fantasmagrica luz de las lunas no hacan ms que estimular su imaginacin. Tena la impresin de que cada zona en sombras albergaba un monstruo.

Flix baj la mirada hacia el enano, y vio en el rostro de ste una mezcla de expectacin y miedo. Haba credo que era inmune al terror, pero entonces se daba cuenta de que no era as, sino que una voluntad feroz arrastraba a Gotrek hacia la muerte. Al sentir que su propio fin poda estar cerca, Flix se atrevi a formular una pregunta que desde haca mucho tiempo deseaba hacer.

Herr Matatrolls, qu hiciste que ahora tienes que expiar? Qu crmenes te impulsan a castigarte de este modo?

Gotrek alz los ojos hasta l, y luego apart la mirada para dirigirla hacia las profundidades de la noche. Durante el movimiento, los gruesos msculos de su cuello ondularon como serpientes.

Si otro hombre me hubiese formulado esa misma pregunta, lo habra matado. Te disculpo a causa de tu juventud e ignorancia, y por el rito de amistad al que nos hemos sometido; si te matara, me convertira en el asesino de un pariente. Ese crimen por el que me preguntas es un crimen terrible. Nosotros no hablamos de ello.

Hasta ese momento, Flix no haba sido consciente de lo unido que estaba a l el enano. Gotrek pos la vista sobre el poeta como si aguardara una respuesta.

Lo comprendo le dijo.

Lo comprendes, humano? De verdad lo comprendes? La voz del Matatrolls era tan spera como las piedras al partirse.

Flix le sonri con tristeza, pues de pronto atisb el abismo que separaba a los hombres de los enanos. l jams entendera los extraos tabes de ellos; su obsesin por los juramentos, el orden y el orgullo. No poda comprender qu impulsaba al Matatrolls a ejecutar una sentencia de muerte autoimpuesta.

Los de tu pueblo sois demasiado duros con vosotros mismos dijo.

Y los del tuyo, demasiado blandos replic el Matatrolls.

Guardaron silencio, y ambos se vieron sobresaltados por una risa queda, demente. Flix se volvi a la vez que desenvainaba la espada a toda velocidad para colocarse en guardia. Gotrek alz el hacha.

Algo sali de la niebla arrastrando los pies. Flix pens que en otra poca esa figura haba sido un hombre. La silueta an se corresponda con la de un humano, pero pareca, por el resultado, que un dios loco hubiese sujetado a la criatura cerca de un fuego demonaco para que la carne se derritiera y as modelarla con una nueva forma repugnante.

Esta noche vamos a bailar dijo, con una voz aguda que no contena ni una pizca de cordura. Vamos a bailar y a tocarnos.

Con suavidad, tendi una mano hacia Flix y le roz un brazo. El hermano retrocedi con horror cuando aquellos dedos parecidos a un racimo de gusanos se alzaron hacia su rostro.

Esta noche, donde las piedras, bailaremos, nos tocaremos y nos frotaremos. Hizo ademn de ir a abrazar a Flix al mismo tiempo que su sonrisa dejaba ver unos dientes puntiagudos. El poeta permaneci quieto y en silencio; se senta como un espectador, distanciado de lo que suceda.

Luego retrocedi y apoy la punta de la espada contra el pecho de aquella cosa.

No te acerques ms le advirti.

La figura sonri, y su boca pareci hacerse ms grande, con lo que an dej a la vista ms dientecillos puntiagudos. Los labios se retiraron hasta que la mitad inferior del rostro pareci completamente constituida por brillantes encas mojadas, y la mandbula inferior descendi todava ms que la de una serpiente. Entonces, se apoy sobre la espada y en su pecho relucieron perlas de sangre; despus profiri una risa gorgoteante y estpida.

Bailar, y tocarse, y frotarse, y comer dijo, y con inhumana celeridad se retorci para esquivar la espada y salt hacia Flix.

Aunque el movimiento result muy veloz, el Matatrolls lo fue an ms, y en medio del salto el hacha alcanz el cuello de aquella cosa. La cabeza se alej rodando hacia el interior de la noche, y una fuente roja comenz a manar del cuello cercenado.

Esto no est sucediendo, pens Flix.

Qu era eso? Un demonio? quiso saber Gotrek, y Flix percibi una gran emocin en su voz.

Creo que alguna vez fue un hombre replic, uno de los corrompidos por la Marca de Caos. Los abandonan en cuanto nacen.

se hablaba tu idioma.

En ocasiones, la corrupcin no se manifiesta hasta que son mayores. La familia piensa que estn enfermos y los protege, hasta que se marchan al bosque y desaparecen.

Los familiares protegen abominaciones semejantes?

A veces, sucede. Nosotros no hablamos del asunto. Resulta difcil volverle la espalda a las personas que quieres, aun cuando hayan cambiado.

El enano fij en l una mirada incrdula, y luego sacudi la cabeza.

Demasiado blandos sentenci; demasiado blandos.

* * *

El aire estaba en calma. De vez en cuando, Flix crea percibir presencias que se agitaban entre los rboles circundantes y, nervioso se quedaba quieto, intentando penetrar con los ojos la niebla que lo rodeaba en busca de sombras en movimiento. El encuentro con el corrupto le haba hecho comprender plenamente lo peligrosa que era la situacin, y senta dentro de s un enorme miedo y un tremendo enojo.

Una parte del enojo estaba dirigida contra s mismo por tener miedo. Se senta mareado y avergonzado, y decidi que, con independencia de lo que sucediera, no iba a repetir el error de quedarse quieto como una oveja para que lo mataran.

Qu ha sido eso? pregunt Gotrek, y Flix lo mir. No lo oyes, humano? Escucha! Es como un cntico! Flix se esforz por captar el sonido, pero no oy nada. Ya estamos cerca, muy cerca.

Continuaron avanzando en silencio y, a medida que se movan entre la niebla, Gotrek se volvi an ms cauteloso; abandon el sendero y aprovech las hierbas altas para avanzar a cubierto. Y Flix lo sigui.

Entonces pudo or los cnticos, que parecan proceder de una veintena de gargantas. Algunas voces eran humanas; otras, roncas y bestiales. Haba voces femeninas y voces masculinas mezcladas con el lento batir de tambores, el estrpito de cmbalos y las notas discordantes de flautas.

Flix pudo distinguir una sola palabra porque era repetida una y otra vez: Slaanesh.

Se estremeci. Slaanesh era el Seor Oscuro de placeres indecibles. Ese nombre evocaba las peores profundidades de la depravacin y era susurrado een los tugurios de la droga y en las casas de vicio de Altdorf por gentes que de tan hastiadas buscaban placeres que estaban ms all de la comprensin humana. Se trataba de un nombre asociado a la corrupcin, los excesos y el oscuro vientre de la sociedad imperial. Para los seguidores de Slaanesh, no exista ningn estmulo demasiado grotesco, ningn placer que estuviese prohibido.

La niebla nos oculta le susurr Flix al Matatrolls.

Silencio! Mantente callado. Debemos acercarnos ms.

Continuaron arrastrndose con lentitud: la alta hierba mojada frotaba el cuerpo de Flix, y al poco rato se le haban humedecido las ropas. Ante s poda ver hogueras que servan de gua en medio de la oscuridad. El aroma de la madera que arda y del incienso empalagosamente dulce colmaba el aire. Volvi la cabeza para mirar a su espalda con la esperanza de que ningn rezagado fuese a tropezar con ellos, pues se senta absurdamente desprotegido.

Avanzaron centmetro a centmetro. Gotrek arrastraba el hacha de guerra tras de s. Flix iba tan cerca de su compaero que un dedo roz la afilada hoja; se hizo un corte y tuvo que contenerse para no gritar.

Cuando llegaron al borde de la extensin de hierba, vieron un rstico crculo compuesto por seis piedras de forma obscena; en medio haba un monolito. Las piedras brillaban con la tonalidad verde de algn hongo luminoso. Sobre cada una de ellas haba un brasero que despeda nubes de humo. Los rayos de la plida luz lunar verdosa iluminaban una escena infernal.

Dentro del crculo danzaban seis humanos enmascarados. Vestan largas capas echadas hacia atrs por encima de un hombro; a la vista quedaban los cuerpos desnudos, tanto femeninos como masculinos. En los dedos de una mano, los celebrantes llevaban cmbalos que hacan entrechocar; la otra mano sujetaba una rama de abedul con la que azotaban al danzarn que tenan delante.

Ygrak tu amat Slmnesh! gritaban.

Flix vio que algunos cuerpos presentaban cardenales, pero no pareca que los bailarines sintieran ningn dolor, tal vez a causa del efecto narctico del incienso.

Contorneando el crculo, podan distinguirse, echadas, siluetas horrorosas. El tamborilero, un hombre enorme, tena la cabeza de ciervo y las pezuas hendidas, y cerca de l estaba sentado un flautista con cabeza de perro y dedos en forma de ventosa. Un numeroso grupo de hombres y mujeres corruptos se retorca en el suelo, cerca de ellos.

Algunos cuerpos estaban sutilmente distorsionados: hombres altos con cabezas delgadas y muy pequeas; mujeres bajas y gordas con tres ojos y tres pechos. Otras figuras resultaban difcilmente reconocibles como seres que haban sido humanos. Haba hombres serpiente cubiertos de escamas, bestias peludas con cabeza de lobo y cosas que eran todo dientes, boca y otros orificios. Flix apenas poda respirar mientras contemplaba el espectculo con miedo creciente.

El ritmo de los tambores se aceler, el rtmico cntico aument su tempo y las notas de la flauta se hicieron an ms sonoras y discordantes. Los danzarines, presos de un mayor frenes segn avanzaba el tiempo, se azotaban, a s mismos y a sus compaeros, cada vez con ms ahnco, hasta que las heridas sangrantes fueron bien visibles. Luego, se oy un repique de cmbalos, y todo qued en silencio.

Flix pens que los haban descubierto, pero permaneci inmvil. El humo del incienso que le llenaba las fosas nasales pareca amplificar sus sentidos, y se sinti an ms distante y desconectado de la realidad. Entonces, lo acometi un agudo, punzante dolor en un flanco, y se sobresalt al comprender que Gotrek le haba propinado un codazo en las costillas; le sealaba algo que se encontraba ms all del crculo de piedras.

Se esforz para ver qu era aquello que asomaba entre la niebla, y finalmente comprendi que se trataba del carruaje negro. Gracias al repentino, asombroso silencio, pudo or que se abra una de las puertas, y contuvo la respiracin mientras aguardaba para ver qu sala del interior.

Una silueta empez a tomar forma en la niebla. Era alta, iba enmascarada y estaba cubierta por una capa de varias telas superpuestas de numerosos colores pastel. Se mova con serena autoridad y llevaba en los brazos un bulto envuelto en brocado. Flix mir a Gotrek, pero vio que ste contemplaba la escena que se desarrollaba ante ellos con intensidad, y se pregunt si habra perdido el valor en el ltimo momento. El recin llegado avanz hacia el interior del crculo de piedra.

Amak tu amat Slaanesh! grit al mismo tiempo que alzaba en alto el bulto. Se trataba de un nio, aunque Flix no logr determinar si estaba vivo o muerto.

Ygrak tu amat Slaanesh! Tzarkol taen amat Slaanesh! respondieron los presentes embargados por el xtasis.

El hombre embozado recorri con la vista los rostros circundantes, y Flix tuvo la sensacin de que lo miraba directamente a l con sus pardos ojos serenos. Se pregunt si el maestro de la Secta ya saba que se encontraban all y estaba jugando con ellos.

Amak tu Slaanesh! grit el hombre con voz ntida.

Amak klessa! Amat Slaanesh! respondieron los dems. Era evidente que acababa de comenzar un ritual maligno. El maestro de la Secta avanz hacia el altar con lentos pasos ceremoniosos. Flix sinti que se le secaba la boca, y se lami los labios. Gotrek observaba los acontecimientos como si estuviera hipnotizado.

El nio fue depositado sobre el altar a la vez que sonaba un atronador tamborileo de acompaamiento. Los seis bailarines se encontraban de pie, cada uno junto a una columna, a la que rodeaba con las piernas abiertas y la abrazaba de modo sugerente. Mientras el ritual progresaba, ellos se frotaban contra las columnas con lentos movimientos sinuosos.

El maestro extrajo un cuchillo de hoja curva de sus vestiduras y el poeta se pregunt si el enano iba a hacer algo, ya que el apenas poda soportar la visin de aquella escena.

Con lentitud, el oficiante alz el cuchillo muy por encima de su cabeza. Flix se oblig a mirar. Una presencia ominosa se cerna entonces sobre la escena; pareca que la niebla y el humo del incienso se haban condensado hasta solidificarse, y dentro de esa nube crey distinguir una silueta grotesca, que se retorca y comenzaba a tomar forma. El poeta no pudo soportar la tensin por ms tiempo.

No! grit.

l y el Matatrolls abandonaron las altas hierbas y marcharon hombro con hombro hacia el crculo de piedras. Al principio, el oficiante pareci no darse cuenta de su presencia, pero finalmente ces el tamborileo, los cnticos se apagaron y el maestro se volvi para echarles una mirada atnita.

Durante un momento, todos los miraron con fijeza. Nadie pareca comprender qu suceda, pero luego el maestro los seal con el cuchillo.

Matad a los intrusos! grit.

Los celebrantes avanzaron como una ola. Flix sinti que algo le tiraba de una pierna, y luego le acometi un agudo dolor. Al mirar hacia abajo, vio una criatura, medio mujer y medio serpiente, que le morda un tobillo. Lanz una patada al aire para que el ser soltara la pierna y le clav la espada; sta al chocar contra un hueso, se estremeci y sacudi el brazo de Flix.

Ech a correr, entonces, para unirse a Gotrek, que estaba abrindose camino a hachazos hacia el altar. La poderosa hacha de doble filo se alzaba y caa de modo rtmico, y dejaba tras de s una senda de restos sanguinolentos. Los celebrantes, drogados y lentos de reaccin, no manifestaban ningn miedo. Hombres y mujeres, corruptos e incorruptos, se lanzaban contra los intrusos sin pensar siquiera en su propia vida.

Flix asest tajos y estocadas a cualquiera que se acerc. Clav la espada por debajo de las costillas y atraves el corazn de un hombre con rostro de perro que salt hacia l. Cuando intentaba liberar la hoja del cuerpo del atacante, una mujer con garras y un hombre con la piel cubierta de mucosidad saltaron sobre l, y el peso de ambos lo derrib y dej sin aliento.

Sinti que las garras de la mujer le araaban la cara en el momento en que l, apoyando un pie en el estmago de ella, se la quitaba de encima. Mientras la sangre de los araazos le caa en los ojos, vio que el hombre, que haba sufrido una fea cada, saltaba para cogerlo por la garganta. Con la mano izquierda busc a tientas la daga, en tanto con la derecha aferraba el cuello del enemigo, que se retorca para zafarse. Resultaba difcil de sujetar a causa de la capa de mucosidad que lo cubra pero sus manos, en cambio, se cerraban de modo inexorable sobre el cuello de Flix, al mismo tiempo que la criatura se frotaba contra l y jadeaba de placer.

Las tinieblas amenazaban con vencer al poeta, ante cuyos ojos resplandecan pequeos puntos plateados. Sinti el abrumador impulso de relajarse y caer en la oscuridad mientras, desde algn sitio lejano, le llegaba el aullante grito de guerra de Gotrek. Por pura fuerza de voluntad, logr desenvainar la daga y la clav en las costillas de su atacante. La criatura se puso tensa, abri la boca en una sonrisa que dej a la vista hileras de dientes como los de las anguilas, y profiri un gemido de placer, incluso en el momento de morir.

Slaanesh, llvame! chill el hombre. Ah, el dolor, el adorable dolor!

Flix se puso de pie justo en el momento en que tambin la mujer con garras lograba levantarse. Le lanz un puntapi que le acert en la mandbula, y se oy un crujido cuando ella cay hacia atrs. Flix sacudi la cabeza para quitarse la sangre de los ojos.

La mayor parte de los celebrantes se haba concentrado en Gotrek, lo que, sin duda, haba salvado la vida de Flix. El enano intentaba abrirse paso hasta el corazn del crculo de piedras, pero su avance se vea entorpecido por la presin que ejercan los cuerpos de los enemigos contra el suyo. Flix pudo ver que sangraba por una docena de pequeas heridas.

La feroz energa del enano era algo terrible de contemplar. Echaba espuma por la boca y despotricaba mientras asestaba hachazos y lanzaba extremidades y cabezas volando hacia todas partes. Estaba cubierto por una repugnante capa de sangre, pero, a pesar de esa absoluta ferocidad, Flix se dio cuenta de que la lucha se decantaba contra Gotrek. Entretanto observaba, un celebrante embozado en una capa le asest un golpe con una porra, y el enano cay bajo una oleada de cuerpos.

As que ha encontrado su muerte pens Flix; justo como l deseaba.

Libre de la refriega, el maestro haba recobrado la compostura. Comenz a entonar el cntico una vez ms, alz la daga en el aire, y la figura que haba empezado a formarse en la niebla pareci volverse ms tangible.

Flix tuvo la premonicin de que, si llegaba a adquirir plena solidez, estaran condenados; pero no poda abrirse paso a travs de los cuerpos que rodeaban al Matatrolls. Durante un momento, observ cmo la hoja curva del cuchillo reflejaba la luz de Morrslieb. Y, entonces, ech hacia atrs su propia daga.

Que Sigmar gue mi mano! implor al mismo tiempo que la lanzaba.

El arma vol directa y certeramente hacia la garganta del maestro; se clav por debajo de la mscara, donde la carne quedaba al descubierto. Con un grito gorgoteante, el maestro cay de espaldas.

Un largo gemido de frustracin colm el aire, y la niebla pareci evaporarse; con ella, se desvaneci la silueta que contena. Como si fueran uno solo, los celebrantes alzaron la mirada, conmocionados, y se volvieron para mirar a Flix, que se encontr enfrentado con docenas de ojos hostiles. Se qued inmvil y muy, muy asustado, en medio de un silencio mortal.

Se oy un rugido imponente cuando Gotrek surgi de la pila de cuerpos, asestando golpes a diestro y siniestro con sus puos como jamones. Baj una mano y, de alguna parte, recuper el hacha; desplaz las manos hacia la mitad del mango y lo utiliz para golpear a quienes lo rodeaban. Flix recogi su espada del suelo y corri para reunirse con su compaero, y ambos lucharon para abrirse paso entre la multitud hasta quedar espalda con espalda.

Los celebrantes, invadidos por el miedo ante la prdida de su lder, huyeron hacia la noche y la niebla, y pronto Gotrek y el poeta se encontraron a solas bajo las sombras del Crculo de Piedras Oscuras.

El enano le dedic a Flix una mirada funesta; tena la cresta de pelo cubierta de sangre coagulada. En aquella luz fantasmal, mostraba un aspecto demonaco.

Se me ha despojado de una muerte grandiosa, humano.

Alz el hacha con gesto amenazador, y Flix se pregunt si an estara posedo por el frenes de la lucha y se dispona a derribarlo a pesar del juramento que los una. El enano comenz a avanzar hacia l, y luego le dedic una ancha sonrisa.

Da la impresin de que los dioses me reservan una muerte an ms grandiosa.

Clav el mango del hacha en la tierra, y empez a rer, hasta que las lgrimas le corrieron por las mejillas. Una vez agotadas las carcajadas, se volvi hacia el altar y recogi al nio.

Est vivo dijo.

Flix inspeccion los cuerpos de los celebrantes ataviados con capas. El primero era una muchacha rubia cubierta de cardenales; el segundo, un hombre joven que tena un amuleto en forma de martillo que penda casi burlonamente de su cuello.

Creo que ser mejor no regresar a la posada coment.

* * *

Una leyenda local cuenta que un nio pequeo fue hallado en los escalones del templo de Shallya, en Hartzroch. Estaba envuelto en una capa ensangrentada de lana de Sudenland. Junto a l, haba una bolsa llena de oro y, en torno a su cuello, un amuleto de acero en forma de martillo. La sacerdotisa jur haber visto un carruaje negro que se alejaba a toda prisa bajo la luz del alba.

Los habitantes de Hartzroch refieren otra historia mucho ms ttrica en relacin con los asesinatos de Ingrid Hauptmann y Gunter, hijo del posadero; al parecer, fueron vctimas de un horrible sacrificio en homenaje a los Poderes Siniestros. Los guardias de caminos que encontraron los cadveres junto al Crculo de Piedras Oscuras coinciden en que tuvo que ser un rito espantoso. Los cuerpos haban sido rebanados por un hacha blandida por un demonio.

Captulo 2

Jinetes de lobo

No puedo recordar con exactitud cmo decidimos tomar rumbo al sur en busca del oro perdido de Karak-Ocho-Picos, pero, ay!, recuerdo que, como muchas resoluciones importantes de ese perodo de mi vida, fue una que tomamos en una taberna bajo la influencia de enormes cantidades de alcohol. Tambin recuerdo a un enano viejo y desdentado que balbuceaba repetidamente la palabra oro, y tengo muy claro en la memoria el brillo demente que apareci en los ojos de mi compaero mientras escuchaba la descripcin.

Tal vez era algo tpico del Matatrolls estar dispuesto a arriesgar su vida e integridad fsica en el territorio ms salvaje y rido que imaginarse pueda, pese a lo tenue de la provocacin. O quiz se tratara del caracterstico efecto de fiebre del oro que tienen tendencia a sufrir todos los miembros pertenecientes a su pueblo. Como iba a descubrir ms tarde, el atractivo de ese metal brillante tiene un poder aterrorizador y tremendo sobre las mentes de todos los integrantes de la Antigua Raza.

En cualquier caso, la decisin de dejar atrs las fronteras ms meridionales del Imperio fue fatdica y nos llev a encuentros y aventuras cuyas espantosas consecuencias me persiguen an

FLIX JAEGER, "Mis viajes con Gotrek", vol. II,

Impreso en Altdorf, 2505

Honradamente, caballeros, no quiero problemas de ninguna ndole declar Flix Jaeger con sinceridad, al mismo tiempo que tenda las manos abiertas ante s. Slo quiero que dejis en paz a la muchacha. Es cuanto pido.

Los cazadores borrachos soltaron perversas carcajadas.

Slo quiero que dejis en paz a la muchacha lo imit uno de ellos con voz aguda y ceceante.

Flix recorri la factora con la vista en busca de apoyo. Unos pocos tipos robustos, ataviados con las gruesas pieles de los montaeses, lo miraron con ojos enturbiados por la bebida. El dueo del establecimiento, un hombre alto, encorvado y de pelo lacio, se volvi y comenz a colocar frascos de confitura en los estantes de madera rstica. No haba ningn cliente ms.

Uno de los cazadores, un hombre enorme, se acerc a l. Flix poda ver las partculas de grasa que tena adheridas a la barba, y cuando abri la boca para hablar, despidi un hedor a coac barato que dominaba incluso sobre el olor de la grasa de oso rancia con la que se untaban los cazadores para protegerse del fro. Flix hizo una mueca.

Oye, Hef, creo que aqu tenemos un chico de ciudad dijo el cazador. Habla muy bien.

El que se llamaba Hef alz los ojos de la mesa contra la que tena sujeta a la muchacha.

S, Lars, ya lo creo que habla bien, y con todo ese bonito pelo dorado como trigo maduro, yo podra tomarlo a l por una muchacha.

Cuando bajo de las montaas, cualquier cosa tiene buen aspecto. Te dir lo que haremos: t qudate con la muchacha, que yo me contentar con este guapo chico.

Flix sinti que se le arrebolaba el rostro. Estaba comenzando a enojarse, pero ocult el enfado tras una sonrisa porque no quera meterse en problemas, al menos si poda evitarlos.

Vamos, caballeros, no hay necesidad de todo esto. Permitidme que os invite a una copa.

Lars se volvi para mirar a Hef, y el tercer montas profiri una risotada.

Y encima tiene dinero Es mi noche de suerte!

Lars sonri con satisfaccin, y Flix mir tras de s, desesperado, mientras el hombre avanzaba hacia l. Dnde estaba Gotrek? Por qu el enano nunca se encontraba cerca cuando lo necesitaba? Se volvi para encararse con Lars.

De acuerdo, siento haberme entrometido. Os dejo continuar con vuestros asuntos, caballeros.

Vio que Lars se relajaba un poco y bajaba la guardia, aunque continu avanzando. Permiti que se acercase ms mientras observaba que abra los brazos como si estuviese a punto de abrazarlo; de modo repentino, le clav un rodillazo en la entrepierna. Con un soplido como el de un fuelle de herrero, todo el aire sali del cuerpo del hombretn, que se dobl en dos con un gemido. Despus Flix aferr la barba del hombre y tir de ella hacia abajo para golpearlo con una rodilla.

Entonces oy un crujido de dientes que se partan, y la cabeza del cazador rebot y sali despedida hacia atrs. Lars cay al suelo, boqueando en busca de aire y aferrndose la entrepierna.

En el nombre de Taal! exclam Hef, que le lanz un golpe a Flix cuya fuerza lo hizo atravesar la sala dando traspis y estrellarse contra una mesa donde derrib una jarra de cerveza.

Lo siento se disculp Flix ante el sobresaltado dueo de la cerveza, y se puso a forcejear para coger la mesa en peso y lanzrsela a su atacante. Se esforz hasta que crey que se le desgarrraran los msculos de la espalda.

El borracho lo mir y le dedic una sonrisa malvada.

No puedes levantarla. Est clavada al suelo por si surgen peleas.

Gracias por decrmelo respondi Flix mientras senta que alguien lo aferraba por el cabello y le estrellaba la cabeza contra la mesa.

Un dolor espantoso le recorri el crneo, y ante sus ojos comenzaron a danzar puntitos negros; entonces, sinti el rostro mojado. Estoy sangrando, pens, pero enseguida se dio cuenta de que slo era cerveza. Le estrellaron la cabeza contra la mesa una vez ms, y desde muy lejos oy unos pasos que se aproximaban.

Sujtalo bien, Kell. Vamos a divertirnos un poco por lo que le hizo a Lars. Flix reconoci la voz de Hef.

Desesperado, lanz hacia atrs un codo y golpe la dura musculatura del estmago de Kell. La presa en sus cabellos se afloj un poco, y Flix logr zafarse y se volvi para hacer frente a sus atacantes. Con la mano derecha busc a tientas, frentico, la jarra de cerveza, y a travs de una bruma comprob que los dos gigantescos cazadores se le acercaban. La muchacha haba desaparecido; Flix vio que la puerta se cerraba tras ella y oy que comenzaba a gritar pidiendo ayuda. Hef estaba desenvainando un cuchillo que llevaba al cinturn en el momento en que los dedos de Flix se cerraron sobre el asa de la jarra; entonces la lanz, y el golpe acert de pleno en la cara de Kell. El cazador gir la cabeza con brusquedad, escupi sangre y se volvi de nuevo hacia Flix con una sonrisa imbcil en los labios.

Unos dedos musculados como cintas de acero aferraron la mueca de Flix, y la presin lo oblig a soltar la jarra. A pesar de su frentica resistencia, la superior fuerza de Kell logr llevarle el brazo hacia su espalda y empujrselo inexorablemente hacia arriba. El hedor de grasa de oso y el olor corporal eran casi abrumadores. Flix profiri un gruido e intent zafarse, pero su lucha fue intil.

Entonces sinti que algo afilado le pinchaba la garganta, y al bajar la mirada observ que Hef sujetaba un cuchillo de hoja larga contra su cuello. Oli el acero bien aceitado del arma, vio que su propia sangre bajaba por la depresin de la garganta, y se qued completamente inmvil, porque lo nico que Hef tena que hacer era presionar hacia adelante, y el entrara en el reino de Morr.

Eso ha sido muy agresivo, muchacho coment Hef. El viejo Lars slo estaba demostrndote su cario, y t vas y le haces saltar los dientes. Dime, qu crees que deberamos hacer nosotros al respecto, puesto que somos sus amigos?

Mataz a eze inzolente jade Lars.

Flix sinti que Kell le empujaba el brazo hacia arriba, hasta el punto de que tuvo miedo de que se lo partiese, y gimi de dolor.

Creo que haremos justo eso decidi Hef.

No podis gimote el comerciante que se hallaba detrs de la barra. Eso sera asesinato.

Cllate, Pike! Quin te ha preguntado nada?

Flix comprendi que estaban decididos a matarlo. La violencia que propiciaba el alcohol los dispona al asesinato, y l les haba dado la excusa que necesitaban.

Ha pasado mucho tiempo desde que mat al ltimo chico guapo coment Hef a la vez que empujaba el cuchillo apenas unos milmetros. Flix hizo una mueca de dolor. Vas a implorar clemencia, chico guapo? Vas a implorar por tu vida?

Vete al infierno replic Flix. Le habra gustado escupirle a la cara, pero tena la garganta seca y las rodillas flojas. Se puso a temblar y cerr los ojos.

Ya no eres tan educadito, chico de ciudad? Flix oy que una risa pastosa tronaba en la garganta de Kell.

Vaya un sitio para morir fue el incongruente pensamiento que tuvo: una endemoniada factora perdida en las Montaas Grises.

Se produjo una repentina corriente de aire helado y el sonido de la puerta al abrirse.

El primero que le haga dao al humano, morir al instante dijo una voz profunda que raspaba como una piedra estrellada contra otra. Con el segundo me tomar ms tiempo.

Flix abri los ojos y, por encima de los hombros de Hef, pudo ver a Gotrek Gurnisson, el Matatrolls. La silueta del enano llenaba la entrada, ya que su cuerpo achaparrado ocupaba todo el vano de la puerta. No era ms alto que un nio de nueve aos, pero tena la musculatura de dos hombres fuertes. La luz de las antorchas iluminaba los extraos tatuajes que cubran su cuerpo semidesnudo y converta las cuencas de sus ojos en cavernas umbras, desde las que destellaban sus pupilas.

Hef se puso a rer, y luego habl sin volverse.

Pirdete, desconocido, o arreglaremos cuentas contigo cuando hayamos acabado con tu amigo.

Entonces, Flix sinti que la presa sobre su brazo se aflojaba, y la mano de Kell seal hacia la entrada por encima de su hombro.

De verdad? pregunt Gotrek, que entr con pesados pasos en la sala al mismo tiempo que sacuda la cabeza para quitarse la nieve de la enorme cresta de pelo teido de color naranja, lo que haca tintinear la cadena que describa una curva entre la nariz y la oreja derecha. Para cuando yo acabe contigo, cantars tan alto como un elfo afeminado.

Hef volvi a rer mientras se volva para mirarlo, pero de pronto la risa muri para transformarse en una tos farfullante a la vez que el color abandonaba su rostro hasta dejarlo blanco como un cadver. Gotrek le dedic una ancha y siniestra sonrisa y pas un dedo pulgar sobre la hoja de la enorme hacha a dos manos que sujetaba con un puo grande como un jamn. La sangre comenz a gotear en abundancia a causa del corte, pero el enano se limit a sonrer ms ampliamente, y el cuchillo cay de la mano de Hef y repiquete en el suelo.

No queremos ningn problema le asegur Hef, y menos con un Matatrolls.

Flix no poda reprochrselo. Ningn hombre en su sano juicio cruzara armas con un miembro de aquel culto condenado de frenticos buscadores de la muerte. Gotrek les ech una mirada feroz, y luego golpe suavemente el suelo con el mango del hacha. Mientras Kell estaba distrado, Flix aprovech la oportunidad para poner algo de distancia entre s mismo y el montas. Hef pareca presa del pnico.

Mira, no queremos ningn problema. Slo nos estbamos divirtiendo.

Me gusta tu idea de la diversin replic Gotrek tras una carcajada maligna. Creo que yo tambin voy a divertirme.

El Matatrolls avanz hacia Hef, y Flix vio que Lars haba logrado levantarse y avanzaba a gatas hacia la puerta con la esperanza de pasar por detrs del Matatrolls mientras ste estaba distrado. Gotrek descarg un pie sobre una mano de Lars; el crujido que se escuch provoc en Flix una mueca de dolor. Est claro que sta no es la noche de Lars, pens.

Adnde te crees que vas? Ser mejor que te quedes con tus amigos, ya que dos contra uno no ofrece muy buenas probabilidades.

No nos mates implor Hef, que estaba ya quebrantado por completo.

Kell se desplaz hasta quedar otra vez cerca de Flix. Gotrek, que se haba situado justo delante de Hef, mantena la hoja del hacha apoyada en la garganta del hombre. Flix poda ver cmo las ancestrales runas destellaban en color rojo a la luz de las antorchas. Con lentitud, Gotrek sacudi la cabeza.

Qu sucede? Sois tres. Pensasteis que tenais buenas posibilidades contra el humano. Os habis quedado sin agallas?

Hef asinti con torpeza; pareca a punto de echarse a llorar y en sus ojos poda verse el terror supersticioso que le inspiraba el enano. Estaba ya al borde del desmayo cuando Gotrek seal la puerta.

Fuera de aqu! rugi. No ensuciar mi arma con unos cobardes como vosotros.

Los cazadores se precipitaron hacia la entrada; Lars cojeaba mucho. La muchacha se apart a un lado para dejarlos pasar y luego cerr la puerta. Entonces, Gotrek le ech una mirada feroz a Flix.

Acaso no puedo ni detenerme para atender a una llamada de la naturaleza sin que t te metas en los?

* * *

Tal vez debera escoltarte de regreso a tu casa coment Flix.

En esa ocasin, inspeccion a la muchacha con una mirada ms atenta. Era menuda y delgada, y su rostro habra resultado ordinario de no ser por los grandes ojos oscuros. Ella se envolvi en la capa de spera lana de Sudenland, apret contra el pecho el paquete de lo que haba comprado en la factora, y luego alz el rostro para dedicarle al poeta una sonrisa tmida que confiri belleza a aquel semblante plido y famlico.

Te lo agradecera, si no es demasiada molestia.

En absoluto supone una molestia replic l. Quizs esos rufianes an anden al acecho por ah afuera.

Eso lo dudo. Parecan tenerle mucho miedo a tu amigo.

Deja que te ayude a llevar esas hierbas, entonces.

La seora me dijo con exactitud cules tena que comprar. Son para aliviar los efectos de la congelacin. Me sentir ms tranquila si las llevo yo.

Flix se encogi de hombros, y salieron al aire libre; el fro era tan intenso que sus alientos formaban nubes de vapor.

En el cielo nocturno, las Montaas Grises se encumbraban como gigantes, y la luz de ambas lunas se reflejaba en los ventisqueros que las coronaban, de tal forma que parecan islas suspendidas en el cielo, flotando sobre un mar de sombras.

Avanzaron por la mugrienta aldea de cabaas que rodeaba la factora. A lo lejos, Flix vio luces y oy el mugido del ganado y el amortiguado golpeteo de los cascos de los caballos. Se encaminaban baca un campamento al que estaban llegando otras personas.

Macilentos soldados de mejillas hundidas, ataviados con tnicas andrajosas, en las que poda verse la muy desteida figura de un lobo sonriente, escoltaban carros tirados por flacos bueyes. Los cansados carreteros, vestidos con ropas de campesinos, lo miraban al pasar. Junto a ellos iban sentadas mujeres que se arropaban apretadamente con chales y tenan la cabeza cubierta por un pauelo que casi les ocultaba el rostro. A veces, algn nio se asomaba por la parte trasera de un carro para observarlos.

Qu sucede? pregunt Flix. Parece ser que todo un pueblo est de viaje. La muchacha mir los carros, y luego volvi los ojos hacia l.

Somos la gente de Gottfried von Diehl. Lo seguimos al exilio, a la tierra de los Reinos Fronterizos.

Flix se detuvo para mirar hacia el norte, y vio que haba ms carros, que descendan por el camino, y que detrs avanzaban a pie los rezagados, cojeando y aferrados a pobres sacos como si stos contuvieran oro. Sacudi la cabeza con desconcierto.

Tenis que haber llegado por el paso del Fuego Negro coment. l y Gotrek haban utilizado las antiguas rutas de los enanos que discurran por el pie de la montaa. Estamos muy adentrados en la estacin fra para hacer eso. Ya deben de estar producindose las primeras ventiscas all arriba. El paso nicamente est abierto durante el verano.

A nuestro seor slo le han dado de plazo hasta final de ao para abandonar el Imperio. Ella gir y comenz a avanzar hacia el interior del crculo que haban formado los carruajes para tener alguna proteccin contra el viento. Nos pusimos en marcha con tiempo suficiente, pero una serie de accidentes enlenteci nuestro avance. En el paso mismo nos pill una avalancha, y perdimos a mucha gente. Hizo una pausa, como si recordara alguna desgracia personal. Algunos dicen que fue por la Maldicin de los Von Diehl, y que el barn nunca podr dejarla atrs.

Flix la sigui. Sobre las hogueras haba algunas cacerolas, y un gran caldero del que sala vapor. La muchacha seal esta ltima vasija.

El caldero de la seora. Estar esperando las hierbas.

Tu seora es una bruja? pregunt Flix, y ella lo mir con seriedad.

No, seor. Es una hechicera con buenas credenciales, que estudi en Middenheim. Es la asesora del barn en asuntos de magia.

La muchacha avanz hacia los escalones de un carromato repleto de signos msticos. Comenz a ascender, pero se detuvo para encararse con Flix.

Gracias por tu ayuda dijo.

Se inclin para besarle en una mejilla, y luego se volvi y abri la portezuela. Flix pos una mano sobre un hombro de ella y la retuvo con suavidad.

Un momento pidi. Cmo te llamas?

Kirsten replic ella. Y t?

Flix, Flix Jaeger.

La muchacha volvi a sonrer antes de desaparecer en el interior del carromato, y Flix se qued mirando la portezuela cerrada, ligeramente aturdido. Luego, con la sensacin de estar caminando por el aire, regres a la factora.

* * *

Ests loco? pregunt airadamente Gotrek Gurnisson. Ahora resulta que quieres que viajemos con un barn renegado y con la chusma que forma su squito. Has olvidado por qu hemos venido hasta aqu?

Flix se volvi para asegurarse de que nadie los miraba, aunque decidi que no era muy probable que alguien lo hiciese. l y el Matatrolls beban sus cervezas en el rincn ms oscuro de la factora. Unos pocos borrachos estaban echados sobre las mesas de caballetes, y las miradas de malhumor del enano mantenan alejados a los curiosos casuales. As pues, Flix se inclin con aire de conspiracin.

Bien mirado, es de lo ms sensato. Nosotros vamos a atravesar los Reinos Fronterizos, y ellos tambin. Ser ms seguro viajar acompaados.

Gotrek le lanz una mirada amenazadora.

Acaso insinas que yo temo algn peligro que pueda surgir por el camino?

Flix neg con la cabeza.

No. Lo nico que digo es que eso har que el viaje nos resulte ms cmodo, y que podran pagarnos por el esfuerzo si logramos persuadir al barn de que nos contrate como mercenarios.

Gotrek se anim ante la mencin del dinero. En el fondo, todos los enanos son unos avaros, pens Flix. Pareci que Gotrek consideraba el asunto durante un segundo, pero luego sacudi la cabeza.

No. Si ese barn ha sido desterrado, es un criminal y no va a poner las manos sobre mi oro. Encorvndose, mir alrededor con tensin paranoica. El tesoro es nuestro, tuyo y mo; bueno, sobre todo mo, por supuesto, ya que yo cargar con la mayor parte de la lucha.

Flix sinti ganas de rer. No haba nada como un enano bajo los efectos de la fiebre del oro.

Gotrek, ni siquiera sabemos si existe tesoro alguno. Lo nico que tenemos para guiarnos son las divagaciones de un senil explorador de terrenos que afirma haber visto el tesoro perdido de Karak-Ocho-Picos. Faragrim apenas puede recordar su propio nombre la mitad de las veces.

Faragrim es un enano, humano, y un enano nunca olvida la visin del oro. Sabes cul es el problema de tu pueblo? Que no sents ningn respeto por vuestros ancianos. Entre los mos, Faragrim merece la mxima consideracin.

Entonces, no me extraa que tu pueblo sea tan terriblemente estrecho de miras murmur Flix.

Qu has dicho?

Nada. Slo responde a esto: por qu Faragrim no volvi l mismo a buscar el tesoro? Ha tenido dieciocho aos para hacerlo.

Por una sensata cautela econmica

Por tacaera, querrs decir.

Como quieras llamarlo, humano. El guardin lo dej tullido, y nunca encontr a nadie en quien pudiese confiar.

Y por qu te lo cuenta a ti, as, de repente?

Ests insinuando que yo no soy digno de confianza, humano?

No. Creo que quera librarse de nosotros, que quera que salieras de su taberna. Me parece que invent esa historia inverosmil sobre el tesoro ms grande del mundo custodiado por el troll ms grande que existe porque saba que t te la creeras; saba que eso pondra un centenar de leguas entre t y su establecimiento.

Las barbas de Gotrek se erizaron, y gru con enojo.

No soy tan estpido, humano. Faragrim jur que era verdad sobre las barbas de todos sus ancestros.

Y supongo respondi Flix tras proferir un gemido que ningn enano ha roto jams un juramento ni jurado en falso.

Bueno, en raras ocasiones, s admiti Gotrek; pero a ste le creo.

Flix comprendi que no servira de nada continuar con el tema. Gotrek quera que la historia fuese verdica, y, por tanto, para l lo era.

Es como un hombre enamorado pens el poeta, incapaz de ver las flaquezas de su amada debido a la muralla de ilusiones que ha levantado en torno a ella. El enano se acarici la barba con la vista fija en el infinito, perdido en la contemplacin del tesoro guardado por el troll, y Flix decidi jugar el triunfo que le quedaba.

Significara no tener que caminar dijo.

Qu? gru Gotrek.

Si el barn nos contrata, podremos viajar en un carro, Siempre ests quejndote de que te duelen los pies. Es tu oportunidad de darles un descanso. Piensa en ello aadi en tono tentador: nos pagarn y no te dolern los pies.

Gotrek pareci considerarlo una vez ms.

Veo que no tendr paz a menos que consienta en plegarme a tus planes. Lo har con una condicin.

Cul?

Que no se mencione para nada nuestro objetivo; a nadie.

Flix asinti, y Gotrek alz una ceja enmaraada para mirarlo con expresin astuta.

No creas que no s por qu tienes tantas ganas de viajar con el barn, humano.

Qu quieres decir?

Te has enamorado de esa chiquilla con la que te marchaste de aqu hace un rato, verdad?

No farfull Flix. Qu te ha hecho pensar eso?

Gotrek solt una estruendosa carcajada que despert a varios borrachos amodorrados.

Si no es as, por qu se te ha puesto la cara tan roja, humano? interrog de modo triunfal.

* * *

Flix llam a la portezuela del carromato que, segn le dijeron, perteneca al maestro de armas del barn.

Adelante dijo una voz.

Al abrir la puerta, su nariz fue asaltada por el olor de la grasa de oso, as que tendi la mano hacia la empuadura de la espada.

Dentro del carromato haba cinco hombres reunidos, y a tres los reconoci: se trataba de los cazadores con los que se haba encontrado la noche anterior. Los otros dos eran un joven, que iba ricamente vestido y tena rasgos delicados, con el cabello corto segn la moda de los guerreros nobles, y un hombre alto, de constitucin poderosa, ataviado con pieles de gamo. Este ltimo estaba bronceado y pareca tener unos treinta aos, aunque su cabello era gris plateado. Llevaba una aljaba de flechas de cola negra colgada a la espalda, y cerca de su mano haba un arco robusto y largo. Los hombres que Flix no conoca guardaban cierto parecido familiar.

ze ez el baztardo dijo Lars a travs de los dientes que le faltaban, y los dos desconocidos intercambiaron miradas.

Flix los observ con prevencin, mientras el del cabello gris lo inspeccionaba aparentando indiferencia.

As que t eres el joven que le parti los dientes a uno de mis guas coment.

Uno de tus guas?

S, Manfred y yo los contratamos la estacin pasada para que nos guiaran a travs de las tierras bajas, a lo largo del Ro del Trueno.

Son montaeses coment Flix para ganar tiempo, en tanto se preguntaba en qu clase de lo se haba metido.

Son cazadores respondi el joven bien vestidoo, con acento culto. Tambin atraviesan las tierras bajas en busca de caza.

Yo no lo saba respondi Flix al tiempo que tenda las manos abiertas ante s.

Qu has venido a buscar aqu? quiso saber el del cabello gris.

Estoy buscando trabajo como mercenario. Quera ver al maestro de armas del barn.

se soy yo respondi el mayor. Dieter. Tambin soy el guardabosque jefe del barn, el entrenador de sus perros de caza y su halconero.

La hacienda de mi to est pasando por momentos bastante difciles coment el joven.

ste es Manfred, sobrino y heredero de Gottfried von Diehl, barn de la Marca de Vennland.

Antiguo barn lo corrigi Manfred. La condesa Emmanuelle crey conveniente desterrar a mi to y confiscar nuestras tierras en lugar de castigar a los verdaderos malhechores.

Diferencias religiosas, sabes? aadi al ver la mirada de interrogacin de Flix. Mi familia procede del norte y es adepta al bendito Ulric. Todos nuestros vecinos meridionales son sigmaritas devotos. En estos tiempos de intolerancia, sa era la nica excusa que necesitaban para apoderarse de las tierras que codiciaban. Dado que son primos de la condesa Emmanuelle, nos destierran por iniciar una guerra. Sacudi la cabeza con disgusto. Poltica imperial, no?

Dieter se encogi de hombros y se volvi para mirar a los montaeses.

Esperad fuera les dijo. Tenemos asuntos que atender con herr

Jaeger. Flix Jaeger.

Los cazadores se dispusieron a salir. Mientras se diriga hacia la portezuela, Lars le ech a Flix una mirada llena de odio. El poeta lo mir directamente a los ojos inyectados en sangre, y sus miradas quedaron fijas la una en la otra durante un segundo. Luego, los cazadores desaparecieron y slo dejaron tras de s la vaharada de grasa de oso flotando en el aire.

Me temo que te has ganado un enemigo coment Manfred.

No me preocupa.

Debera preocuparte, herr Jaeger. Ese tipo de hombres son de los que guardan rencor dijo Dieter. Dices que ests buscando trabajo?

Flix asinti.

Mi compaero y yo

El Matatrolls? Dieter alz una ceja.

Gotrek Gurnisson, s.

Si queris trabajo, ya lo tenis. Los Reinos Fronterizos son tierras violentas y nos vendran bien dos guerreros ms. Por desgracia, no podemos pagar mucho.

Los bienes de mi to son ahora escasos explic Manfred.

No pedimos mucho ms que cama, comida y transporte respondi Flix, y Dieter se ech a rer.

Me parece excelente. Podis viajar con nosotros si lo deseis. En caso de que nos ataquen, tendris que luchar.

Estamos contratados?

Dieter le entreg dos monedas de oro.

Habis aceptado la corona del barn. Estis con nosotros. El hombre del cabello gris abri la puerta. Y ahora, si nos disculpas, tenemos que planificar el viaje.

Flix hizo una reverencia a cada uno de ellos, y sali.

Un momento.

Se volvi y vio que Manfred sala del carromato tras l, y le sonrea.

Dieter es un hombre brusco, pero te acostumbrars a l.

Estoy seguro de que as ser, mi seor.

Llmame Manfred. Estamos en la frontera, no en la corte de la condesa de Nuln. Aqu el rango no es tan significativo.

Muy bien, mi seor Manfred.

Slo quera decirte que anoche hiciste lo correcto. Defender a la muchacha, aunque sea la servidora de esa bruja. Te lo agradezco.

Gracias. Puedo hacerte una pregunta?

Manfred asinti, y Flix se aclar la garganta.

El nombre de Manfred von Diehl no es desconocido entre los eruditos de Altdorf, mi ciudad natal. Se relaciona con un dramaturgo.

Manfred le dedic una amplia sonrisa.

Soy yo. Por Ulric, un hombre culto! Quin podra pensar que encontrara a uno por estas tierras? Puedo asegurarte que t y yo vamos a llevarnos bien, herr Jaeger. Has visto Flor Extraa: Te gust?

Flix medit cuidadosamente la respuesta. No le haba interesado la obra, que trataba de la cada en la locura de una mujer de la nobleza cuando descubra que era una mutante que involucionaba hacia la bestialidad. A Flor Extraa le faltaba la humanidad benevolente que poda hallarse en el ms grande dramaturgo del Imperio: Detlef Sierck. No obstante, la obra resultaba muy actual en esos das en que el nmero de mutaciones, aparentemente, estaba aumentando. La condesa Emmanuelle la haba prohibido, segn recordaba Flix.

Tiene mucha fuerza, Manfred. Resulta muy obsesionante.

Obsesionante, muy bien! De verdad que muy bien! Ahora tengo que ir a visitar a mi to, que est enfermo, pero espero hablar contigo de nuevo antes de que acabe el viaje.

Se hicieron una reverencia, y el joven noble se alej. Flix se qued mirndolo, incapaz de reconciliar a ese amistoso joven excntrico con las imgenes melanclicas, obsesionadas con Caos, de su obra. Entre los eruditos de Altdorf, Manfred von Diehl era famoso como dramaturgo brillante y blasfemo.

* * *

Hacia media maana, los exiliados estaban a punto para ponerse en marcha. Al frente de la larga fila desordenada, Flix vio un anciano de cabellos blancos, ataviado con una capa de cebellina, que montaba un corcel de guerra negro. Cabalgaba bajo el estandarte desplegado del lobo, que enarbolaba Dieter. Junto a l, Manfred se inclin para decirle algo al anciano; el barn hizo entonces un gesto, y la caravana que formaba su pueblo comenz a avanzar.

El poeta sinti que lo recorra un estremecimiento ante la visin de todo aquello. Se embebi en el espectculo de la fila de carromatos y carros con su escolta armada de guerreros montados y ataviados con armadura, y luego subi a un carro de provisiones que l y Gotrek le haban expropiado a un viejo sirviente avinagrado, que iba vestido con la librea de la barona.

En torno a ellos, las montaas apuntaban al cielo como gigantes grises, los rboles salpicaban los bordes del camino y algunos arroyos corran como mercurio por los lados hacia el nacimiento del Ro del Trueno. La lluvia mezclada con nieve suavizaba los contornos del paisaje y le confera una belleza indmita.

Hora de volver a partir gimi Gotrek al mismo tiempo que se coga la cabeza entre las manos. Tena los ojos turbios a causa de la resaca.

Avanzaron con estrpito sordo y ocuparon su sitio en la fila. Detrs de ellos, los soldados se colgaron los arcos a la espalda, se envolvieron apretadamente en las capas y comenzaron la marcha. Sus juramentos se mezclaban con las imprecaciones y latigazos de los conductores, y con los mugidos de los bueyes. Un beb se puso a llorar, y una mujer, en algn punto detrs de ellos, empez a cantar en voz baja y musical, que acall el llanto del nio. Flix se inclin hacia adelante con la esperanza de atisbar a Kirsten entre la gente que avanzaba con paso trabajoso bajo la aguanieve hacia las onduladas colinas que se desplegaban bajo ellos como un mapa.

Se senta casi en paz, arrastrado por todo aquel movimiento humano, como si un ro lo llevara hacia su meta. Se senta ya parte de esa pequea comunidad itinerante, una sensacin de la que no haba disfrutado desde haca mucho tiempo. Sonri, pero un codazo de Gotrek en las costillas lo arranc de la ensoacin.

Mantn los ojos abiertos, humano. Orcos y goblins rondan por estas montaas y por las llanuras de ah abajo.

Flix le lanz una mirada feroz; sin embargo, cuando alz la vista de nuevo no fue para apreciar la indmita belleza del entorno, sino para mantenerse alerta ante cualquier posible accidente del terreno que fuera apropiado para una emboscada.

* * *

Flix gir la cabeza para mirar las montaas. No lamentaba abandonar aquellas inhspitas tierras altas, ya que haban sido asaltados varias veces por goblins de piel verde, cuyos escudos lucan el emblema de la Garra Escarlata. Los jinetes de lobo fueron rechazados, pero con bajas humanas. Tena los ojos enrojecidos debido a la falta de sueo, pues, como todos los guerreros, haban doblado los turnos de guardia por si se producan ataques nocturnos. Slo Gotrek pareca decepcionado por el hecho de que no los persiguieran.

Por Grungni dijo el enano, no volveremos a verlos; no, despus de que Dieter mat al lder. Son todos unos cobardes cuando no tienen matones para que les metan el fuego en el cuerpo. Lstima! Nada es mejor que matar a unos cuantos goblins para que se despierte el apetito. El ejercicio sano es fantstico para la digestin.

Flix le lanz una mirada avinagrada, y seal con un pulgar hacia el carromato del que en ese momento descendan Kirsten y una mujer alta, de mediana edad.

Estoy seguro de que los heridos que hay en ese carruaje estarn en desacuerdo con tu idea de lo que es el ejercicio sano, Gotrek.

En esta vida, humano replic el enano a la vez que se encoga de hombros, la gente se hace dao. Simplemente, algrate de que no te tocara a ti.

Flix ya estaba harto, as que se baj del carro y salt al suelo fangoso.

No te preocupes, Gotrek. Tengo intencin de quedarme contigo para completar la epopeya porque no me gustara romper un juramento, no te parece?

Gotrek lo mir fijamente, como si sospechara un atisbo de sarcasmo, pero Flix se cuid de adoptar una expresin dulce. Gotrek se tomaba muy en serio la obra de su compaero, pues quera ser el hroe de un poema pico; por eso, mantena al educado poeta cerca, para asegurarse de que su sueo sera cumplido. Al mismo tiempo que sacuda la cabeza, Flix se encamin hacia donde se encontraban Kirsten y su seora.

Buenos das, frau Winter. Kirsten Las dos mujeres lo observaron con precaucin. Un entrecejo fruncido pas por el rostro de la hechicera, aunque no pareci que a sus ojos de reptil, con pesados prpados, aflorara ninguna expresin. Se arregl una de las plumas de cuervo que adornaban su cabello.

Qu tienen de buenos, herr Jaeger? Han muerto otros dos hombres a causa de las heridas. Las flechas estaban envenenadas. Por Taal, cmo detesto a esos jinetes de lobo!

Dnde est el doctor Stockhausen? Pensaba que se encontrara ayudndote.

La mujer de ms edad sonri aunque, en opinin de Flix, se trataba de una sonrisa burlona.

Est ocupado con el heredero del barn. El joven Manfred tiene un corte en un brazo, y Stockhausen preferira dejar que murieran buenos hombres antes que desatender una herida del pequeo Manfred.

Dio media vuelta y se alej, con el cabello y la capa ondulando en la brisa.

No le hagas caso a mi seora dijo Kirsten. El seor Manfred se mof de ella en una de sus obras, y est resentida. En realidad, es una buena mujer.

Flix la mir mientras se preguntaba por qu los latidos de su corazn parecan tan ruidosos y tena las palmas de sus manos tan sudadas. Record las palabras que Gotrek le haba dicho en la taberna y sinti que se ruborizaba. De acuerdo, admiti para s: Kirsten le resultaba atractiva. Qu tena eso de malo? Tal vez el hecho de que quizs ella no se sintiera atrada por l. Mir a su alrededor; senta que tena la lengua paralizada e intent pensar en algo que pudiese decir. Cerca de ellos, unos nios jugaban a soldados.

Cmo ests? pregunt al fin.

Bien replic ella, algo temblorosa. Anoche tuve miedo a causa del aullido de los lobos y las flechas que caan, poro ahora Bueno, durante el da parece todo tan irreal

Del carromato situado detrs de ellos, llegaron los gemidos de un hombre agonizante. Ella se volvi por un momento, y luego la dureza cruz su rostro y se asent como si fuera una mscara.

No es agradable trabajar con los heridos coment Flix.

Te acostumbras replic ella al mismo tiempo que se encoga de hombros.

Flix sinti un escalofro al ver aquella expresin en el rostro de la muchacha; antes slo la haba visto en la cara de mercenarios, hombres cuya profesin era la muerte. Al mirar en derredor, se fij en los nios que jugaban cerca del carromato de los heridos: uno disparaba un arco imaginario, y otro profera un grito gorgoteante, se aferraba el pecho y caa. Flix se sinti, de pronto, aislado y muy lejos del hogar. La vida cmoda de poeta y erudito que haba dejado tras de s en el Imperio pareca haberle sucedido a algn otro haca mucho tiempo. Las leyes y quienes las hacan cumplir aquello que siempre le haba parecido incuestionable acababan de quedar atrs, en las Montaas Grises.

Aqu se muere con facilidad, no es cierto? dijo.

Kirsten lo mir, dulcific la expresin del rostro y pas su brazo por el de l.

Ven, vayamos a un sitio donde el aire est ms limpio decidi.

Detrs de ellos, los chillidos de los nios que jugaban se mezclaron con los gemidos de los hombres agonizantes.

* * *

Flix vio la ciudad en el momento en que salieron de las colinas, a ltima hora de la tarde. A la izquierda, hacia el este, se prolongaba la curva descrita por la rpida corriente del Ro del Trueno y, ms all, los imponentes picos de las Montaas del Fin del Mundo. Al sur, otra cadena de colinas se perda, inhspita, en la distancia. Eran colinas desnudas y formidables, y algo en ellas hizo que Flix se estremeciera.

En el valle que quedaba entre ambas cadenas, se acurrucaba una ciudad amurallada. Unas formas blancas, que podan ser ovejas, eran conducidas al exterior a travs de las puertas. Flix crey ver siluetas que se movan sobre la muralla, pero desde esa distancia no poda estar seguro. Dieter le hizo una seal para que se acercara.

T hablas muy bien le dijo. Baja hasta all para parlamentar. Dile a la gente de la ciudad que no pretendemos causarles ningn mal.

Flix se limit a mirar al hombre alto y flaco. Lo que quiere decir pens es que yo soy prescindible en caso de que esa gente no sea amistosa. Se le ocurri que poda enviarlo al infierno, pero Dieter debi adivinar lo que estaba pensando.

Has aceptado la corona del barn le record sin ms.

Es cierto, admiti Flix. Entonces consider la posibilidad de tomar un bao caliente, beber en una taberna de verdad, dormir bajo techo todos los lujos que podan ofrecer incluso los pueblos fronterizos ms primitivos. La perspectiva le result muy tentadora.

Dadme un caballo pidi, y una bandera blanca.

Mientras montaba el caprichoso caballo de guerra, intent no pensar en lo que unos nombres suspicaces y armados con arcos podran hacerle al mensajero de un enemigo potencial.

* * *

La saeta de la ballesta hendi el aire con un silbido y se clav, temblorosa, en la tierra que haba ante los cascos del corcel. Flix luch para controlar el animal, que se encabrit. En momentos como se se alegraba de que su padre hubiese insistido en que el arte de montar formaba parte de la educacin de un joven caballero adinerado.

No te acerques ms, forastero, o te llenaremos de flechas, con o sin bandera blanca. La voz era ronca pero poderosa. Estaba claro que su dueo la usaba para dar rdenes y hacer que fuesen obedecidas. Flix luch con la montura y logr controlarla.

Soy el heraldo de Gottfried von Diehl, barn de la Marca de Vennland grit Flix. No tiene intencin de causaros ningn mal. Slo queremos cobijarnos de los elementos y renovar las provisiones.

Bueno, pues aqu no podis hacerlo! Dile a tu barn Gottfried que, si es tan pacfico, puede continuar su camino. Esto es Akendorf, y no nos interesa ningn trato con los nobles.

Flix estudi al hombre que le gritaba desde el torren de la puerta de la ciudad. Debajo del casco metlico en pico, se adivinaba un rostro perspicaz e inteligente. Se encontraba flanqueado por dos hombres cuyas ballestas apuntaban a Flix con tal frrea firmeza que al poeta se le sec la boca y un sudor fro empez a correrle por la espalda. Llevaba la cota de malla, pero dudaba de que pud