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www.anayainfantilyjuvenil.com
Central de pedidosTel. 902 426 292 Fax. 902 126 292
Comercial Grupo Anayac/Juan Ignacio Luca de Tena, 15 28027 Madrid
GRUPO ANAYA, 2017
s/IVA c/IVA Cantidad
978-84-698-3391-9
*HYYEWJ|833919]1588411 Cuentos clásicos para leer y contar
15,34 € 15,95 €
Colección Cuentos clásicos para leer y contar 19 x 24 cm · 256 páginas · Cartoné · Color · A partir de 3 años
IBIC YFJ Cuentos tradicionales
Disponible Guía de lectura en PDF
A LA VENTA EL 19 DE OCTUBRE
Esta recopilación de cuentos clásicos nace con la idea de recuperar aquellas historias conocidas por todos que perduran a través del tiempo,
de hacerlas accesibles a los primeros lectores.
Los músicos de Bremen, Jacob y Wilhelm Grimm Ilustraciones de Maria Espluga
Caperucita Roja, Jacob y Wilhelm Grimm Ilustraciones de Emilio Urberuaga
La princesa y el guisante, Hans Christian Andersen Ilustraciones de Elena Odriozola
Blancanieves, Jacob y Wilhelm Grimm Ilustraciones de Beatriz Castro
La Cenicienta, Charles Perrault Ilustraciones de Noemí Villamuza
El gato con botas, Charles Perrault Ilustraciones de Mikel Valverde
El lobo y los siete cabritillos, Jacob y Wilhelm Grimm Ilustraciones de Elisa Arguilé
El flautista de Hamelín, Jacob y Wilhelm Grimm Ilustraciones de Adolfo Serra
La Sirenita, Hans Christian Andersen Ilustraciones de Laura Catalán
La historia de los tres cerditos, Joseph Jacobs Ilustraciones de Xan López Domínguez
Grandes ilustradores dan vida a los personajes de los cuentos clásicos
Hans Christian Andersen · Ilustraciones de Elena Odriozola
La princesa
y el guisante
m Los músicos de Bremen m
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m Los músicos de Bremen m
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El asno dijo:—Bien, entonces nos levantaremos y nos iremos; esta no es buena posada.El perro pensaba que unos huesos y algo de carne le vendrían bien. Se pusieron, por tanto, en camino en dirección al lugar de donde procedía la luz, y pronto vieron un brillo cada vez más fuerte y más intenso, hasta que llegaron a una casa llena de ladrones y bien alumbrada. El asno, como era el más grande, se acercó a la ventana y miró hacia adentro.
—¿Qué ves, rucio? —preguntó el gallo.—¿Qué veo? —contestó el asno—. Una mesa con rica comida y bebida, y ladrones sentados a su alrededor pasándolo bien.—Eso no nos vendría mal —dijo el gallo.