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1 Gritar tu miedo (Obra breve en un acto) Poli Calle PERSONAJES ELLA, mujer joven y sensual. ÉL, hombre maduro. Época actual. (Anochece. En escena un coche estacionado en un camino rural rodeado de grandes árboles, en medio del bosque. El coche tiene abiertas las dos puertas delanteras. Una joven atractiva con minifalda, en torno a los 25 años, fuma pausadamente un cigarrillo sentada en el lado del acompañante del conductor con las piernas estiradas fuera del coche. El hombre, pasados los 50, pasea a unos metros y aprovecha para desentumecer los músculos. Recoge, mientras tanto, un pequeño ramillete de flores.) ELLA.- ¿Y si fueras un animal? ÉL.- ¿Cómo? ELLA.- Un animal. Si fueras un animal, ¿qué animal te gustaría ser? ÉL.- ¿De qué tipo? ELLA.- Carnívoro, por ejemplo. ÉL.- (Breve pausa.) Creo que un león. Supongo que como todo el mundo. ELLA.- Todo el mundo no. A mí me gustaría ser una

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Gritar tu miedo(Obra breve en un acto)

Poli Calle

PERSONAJES

ELLA, mujer joven y sensual.

ÉL, hombre maduro.

Época actual.

(Anochece. En escena un coche estacionado en uncamino rural rodeado de grandes árboles, en medio del

bosque. El coche tiene abiertas las dos puertasdelanteras. Una joven atractiva con minifalda, en tornoa los 25 años, fuma pausadamente un cigarrillo sentada

en el lado del acompañante del conductor con laspiernas estiradas fuera del coche. El hombre, pasados

los 50, pasea a unos metros y aprovecha paradesentumecer los músculos. Recoge, mientras tanto, un

pequeño ramillete de flores.)

ELLA.- ¿Y si fueras un animal?

ÉL.- ¿Cómo?

ELLA.- Un animal. Si fueras un animal, ¿qué animal tegustaría ser?

ÉL.- ¿De qué tipo?

ELLA.- Carnívoro, por ejemplo.

ÉL.- (Breve pausa.) Creo que un león. Supongo que comotodo el mundo.

ELLA.- Todo el mundo no. A mí me gustaría ser una

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pantera. (Ruge.) Me acercaría sigilosamente hacía mi presa yantes de que pudiera notar mi presencia, saltaría sobre Ellaclavando mis afilados dientes en su tierno cuello, sin darletiempo a decir ni mu.

ÉL.- Dicho así da miedo.

(Risas de ambos.)

ELLA.- ¿Y si fueras una flor?

ÉL.- ¿No sabes que los hombres, a cierta edad, tenemosprohibido ser flores?

ELLA.- ¿Por qué?

ÉL.- Por no parecer unos capullos.

(Nuevas risas.)

ELLA.- En serio, dime ¿y si fueras una flor?

ÉL.- No sé, nunca se me había pasado por la cabezaconvertirme en flor.

ELLA.- No hace falta convertirse en nada, tonto, sólo setrata de imaginar, cerrar los ojos e imaginar.

ÉL.- ¿Y tú?

ELLA.- No me gustan las flores. Me recuerdan a loscementerios.

ÉL.- ¿En serio?

ELLA.- Sí. Cierro los ojos y al mencionar la palabra flor loprimero que se me viene a la cabeza es un muerto encerradoen un ataúd.

ÉL.- Estás como una cabra.

ELLA.- Cuando mi madre murió a mi padre no se le ocurrióotra cosa mejor que hacer que comprar un gran ramo deflores, una de esas enormes coronas mortuorias, con una notaescrita en púrpura que decía: NUNCA TE OLVIDAREMOS.

ÉL.- ¿Tú madre está muerta?

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ELLA.- Desde hace dos años.

ÉL.- No me habías dicho nada.

ELLA.- Porque nunca me lo habías preguntado.

ÉL.- ¿Cómo iba a preguntarte una cosas así?

ELLA.- Eso fue precisamente lo que yo pensé al conocerte,¿cómo voy a decirle a este tipo una cosa así? La gente no vapor ahí diciendo: Hola, me llamo fulanito de cual y mi madreestá muerta.

ÉL.- Perdona, pero no hace ni un mes me pareció que dijisteque no podíamos vernos porque tenías que acompañar a tumadre al oculista.

ELLA.- ¿Me vigilas?

ÉL.- No, claro que no.

ELLA.- ¿No te fías de mí?

ÉL.- No es nada de eso. Sólo me ha sorprendido que digas lode tu madre cuando no hace ni...

ELLA.- Tienes que saber, leoncito listo, que aunque creas locontrario no eres el único hombre de mi vida.

ÉL.- ¡Vaya por Dios!

ELLA.- ¿Sorprendido?

ÉL.- Estupefacto.

ELLA.- No te preocupes, no es nada serio. Sólo sexual.Perdona que tampoco te lo haya dicho pero yo creo que esascosas no se dicen, ¿no? Al menos a la pareja de hecho no sele dicen.

ÉL.- (Divertido.) Estás loca.

ELLA.- Un poco sí, la verdad. El caso es, como te decía, quea mi padre no se le ocurrió mejor idea que comprar un enormeramo de flores.

ÉL.- Normal, es lo que se hace en esos casos.

ELLA.- Vamos a ver leoncito, ¿a ti te parece normal regalarflores a los muertos?

ÉL.- ¿Qué hay de malo?

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ELLA.- No lo sé, dímelo tú.

ÉL.- Para mí es una cosa totalmente normal. Te mueres y teregalan flores. Una cosa lleva a la otra, ¿no? No te van aregalar, no sé, un viaje al Caribe.

ELLA.- ¿Por qué?

ÉL.- ¡Coño! porque estás muerto, ¿para qué quieres entoncesun viaje al Caribe?

ELLA.- ¿Y para qué quieres un ramo de flores?

ÉL.- Porque es una tradición.

ELLA.- ¿Por qué?

ÉL.- Supongo que porque se trata de una cosa cultural,religiosa. ¡Yo que sé! Deja de calentarme la cabeza,¿quieres?

ELLA.- ¿Y por qué hay que esperar a que se muera la gente?¿Por qué no regalar las flores antes?

ÉL.- Yo no he dicho que haya que esperar a que se mueranadie, yo sólo te digo que me parece normal que alguiencompre flores cuando se muere un ser querido. Es una manerade mostrar tu dolor.

ELLA.- ¿Con el muerto?

ÉL.- Pues sí.

ELLA.- Es decir, algo así como exteriorizar tus sentimientosa través de las flores.

ÉL.- Más o menos.

ELLA.- Si yo muriese leoncito, ¿me regalarías flores?

ÉL.- Un enorme y gigantesco ramo y pondría además unanota grande en letras de oro que dijese: HASTA SIEMPREPANTERITA.

ELLA.- ¡Que horterada! ¿Entiendes ahora por qué no megustan? Una cosa lleva a la otra, lo dijiste antes. No puedoremediarlo, a mí las flores me recuerdan siempre a losmuertos.

ÉL.- De acuerdo. (Breve pausa.) ¿Lo conozco yo?

ELLA.- ¿Qué?

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ÉL.- Al otro hombre de tu vida, ¿lo conozco yo? ¿Desdecuándo tienes otro hombre de tu vida?

ELLA.- ¿Estás celoso?

ÉL.- Estoy... asombrado.

ELLA.- ¿Por qué?

ÉL.- No sé, pensaba que lo nuestro iba en serio.

ELLA.- Y va. No tienes por qué preocuparte leoncito. Ya tehe dicho que sólo es un tema sexual, carnal, libidinoso,lúdico, lascivo. Tú eres mi león preferido, el que me saca lasuñas, el que me hace reír.

ÉL.- Me parece que tú tienes algo en la cabeza que no tefunciona bien del todo.

ELLA.- ¿Crees que me falta riego?

ÉL.- Creo que más bien te falta un tornillo.

ELLA.- A ver leoncito listo, siguiendo con los nuestro, nome cambies de conversación, entonces ¿para que muerto creestú que llevaba el tipo ese el ramo de flores?

ÉL.- Oye, a lo mejor lo llevaba para ti.

ELLA.- ¿Para mí?

ÉL.- Sí, porque como no cambies de tema la muerta vas a sertú.

(Nuevas risas de ambos.)

ELLA.- Eso es violencia de género, que lo sepas. Si vuelvesa amenazarme tendré que denunciarte. Vas a salir en la telecon la cabeza encapuchada y con un par de guardias civiles atu lado. (Estalla en una risa fácil.) Estaría bueno, ¿verdad?¡Qué disgusto ibas a darle a tu mujer y a tus hijos, leoncito!

ÉL.- Pero, ¿qué te pasa hoy? Has estado todo el puto viajecallada y ahora no paras de decir tonterías. ¿Te has metidoalgo?

ELLA.- A lo mejor sí, a lo mejor no.

ÉL.- Calla.

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ELLA.- ¿Qué ocurre?

ÉL.- Me pareció escuchar un ruido. (Breve silencio deambos personajes.)

ELLA.- Como tentativa disuasoria no estuvo mal, pero se teha visto un poquito el plumero.

ÉL.- Silencio.

ELLA.- (Después de unos segundos de alerta en silencio.)Hay formas más sutiles de decirme que cambie deconversación. ¿Podemos continuar?

ÉL.- No.

ELLA.- ¿Por qué?

ÉL.- Porque no me apetece.

ELLA.- Leoncito no me seas autocrático.

ÉL.- Panterita deja de decir tonterías.

ELLA.- Una sola más y termino, ¿vale? ¿A ti no te parececurioso que de todas las cosas posibles para regalar a unmuerto la mayoría de la gente elija flores?

ÉL.- Claro, seguro que tú prefieres un viaje al Caribe,¿verdad?

(Nuevas risas de ambos.)

ÉL.- Empieza a anochecer, será mejor que nos vayamos.(Entrega el ramillete de flores a la joven.) Panterita toma,¿te gustan?

ELLA.- Son muy bonitas, gracias. (Breve silenciocontemplando el ramillete de flores.) Yo pienso que cuandoregalas flores a alguien es porque deseas anticipar su muerte.(Breve pausa.) ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? Tengouna duda existencial y en este momento no tengo a nadiemejor que tú para ayudarme a responderla. ¿Te molesta quequiera saber más cosas de la vida?

ÉL.- ¿Sabes que me estás levantando dolor de cabeza?

ELLA.- Me ha venido así de repente, qué quieres que lehaga. No dejo de darle vueltas.

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(Breve pausa observado el ramillete de flores.) ¿Sabes loque pensé cuando veníamos de camino?

ÉL.- Dime.

ELLA.- Que eran para él. (Breve pausa.) Otra vez mevuelves a mirar así. ¿No me entiendes verdad? Estoyhablando de las flores, leoncito. Estoy segura de que ese tipotuvo que tener una especie como de revelación, algo asíinterior, una llamada divina probablemente. Para mí queintuía lo que se le venía encima y decidió anticiparse a lajugada.

ÉL.- Está bien, dámelas.

ELLA.- No

ÉL.- Dame el ramillete, por favor.

ELLA.- Te he dicho que no.

ÉL.- Entonces deja de decir tonterías.

ELLA.- (Imitando al personaje de la película ForrestGump.) "Mi madre dice que tonto es el que hace tonterías."

ÉL.- (Divertido.) Gilipollas.

ELLA.- No, escucha, al fin y al cabo un ramo de flores es elúnico detalle en común que pueden compartir un vivo y unmuerto. De alguna forma ambas cosas están interrelacionadas,¿me sigues?

ÉL.- Me cuesta.

ELLA.- No acabo de entender muy bien por qué hoy,precisamente hoy, tienes que darme estas flores.

ÉL.- ¡Joder!

ELLA.- No, si está muy bien el detalle leoncito, en serio, loque ocurre es que hoy...

ÉL.- Dame el puto ramo de flores, ¿quieres?

ELLA.- Leoncito, es normal que entre las parejas, a parte defollar, se hable de las cosas transcendentes de la vida. Esmucho más gratificante y enriquecedor para la relación.

ÉL.- ¿Me estás tomando el pelo?

ELLA.- ¡Que no leoncito!, que no es eso. Es que no quieresentenderlo. Llevo toda la tarde dándole vueltas a la cabeza sin

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encontrar respuesta. Sólo pretendo que alguien como tú, todoun hombretón de mundo, me ayude a salir de este laberinto.Me siento sola y perdida.

ÉL.- (Tras una breve pausa en la mirada.) Vámonos anda,se hace tarde.

ELLA.- Es que no te enteras leoncito. No me escuchas, yoquiero hablar y tú te quieres ir. Tenemos un problema.

ÉL.- No, tú tienes un problema.

ELLA.- Es posible. (Observa de nuevo el ramo de flores.)Son bonitas, pero inútiles. Como la vida, bonita pero inútil.

ÉL.- De acuerdo, está bien, lo siento. Perdona si te hamolestado que te de esas flores, yo no sabía que las teníastanta manía. No sé, yo pensaba que a todas las mujeres osgustaba este rollo. De nuevo te pido perdón. Y ahora seamosmayores, dame el ramo de flores, subamos al coche yvayámonos antes de que anochezca del todo.

ELLA.- ¿A ti nunca te ha pasado tu vida, así como en unfogonazo, por delante de los ojos en plan película y has tenidoentonces un escalofrío al sentir que la estabas desperdiciando?Como una sacudida de vacío en el estómago.

ÉL.- No.

ELLA.- ¿No tienes a veces la sensación de que el tiempo seha detenido? Quiero decir que a tu alrededor suceden cosas,pero... tú sigues igual, ajeno a todo, mirando a todo desdeafuera. Nada te perturba. Nada te conmueve. En realidad,nada pasa. El tiempo se ha detenido. Estás como muerto. Enserio, ¿a ti nunca te han cruzado imágenes de tu vida pordelante de los ojos?

ÉL.- No, por que eso sólo ocurre cuando te vas a morir.

ELLA.- ¿Y tú como lo sabes? ¿Te has muerto alguna vez?

ÉL.- ¡Vete a la mierda!

ELLA.- Oye leoncito, esas no son maneras de hablarle a unadama.

ÉL.- Perdóneme usted señorita dama.

(Nuevas risas de ambos personajes.)

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ELLA.- No entiendes nada porque te falta perspectiva. Yono te culpo, es una cosa de la edad. Está demostrado quenuestra generación es superior a la vuestra en conceptos depensamiento.

ÉL.- Esta sí que es buena. Demostrado por quién.

ELLA.- Por los especialistas. A vosotros, los niños de laposguerra, se os quedó bloqueado el pensamiento crítico portomar demasiadas gachas y por tanta unidad patria.

ÉL.- Y a vosotros, los niños de la leche en polvo, se os estáesponjando el cerebro por comer tanta hamburguesa concoca-cola.

ELLA.- Oye leoncito, hace un momento estabas mucho mástierno conmigo.

ÉL.- Cuando tú tomabas el biberón, los de las gachas yaestábamos hartos de luchar para darte a ti un lugar mejordonde vivir.

ELLA.- No seas arcaico, por favor, no eres tan viejo. Sicierro los ojos me parece que estoy hablando con mi abuelo.

ÉL.- Déjalo anda.

ELLA.- Como quieras, pero eso de que te pasan lasimágenes de tu vida por la cabeza es verdad. Y no esnecesario que te mueras leoncito. A mí me ocurre.

ÉL.- No es verdad.

ELLA.- Sí que lo es.

ÉL.- No, no lo es.

ELLA.- A ver, demuéstralo.

ÉL.- Yo no tengo nada que demostrar.

ELLA.- Eso lo dices porque no puedes tirar por tierra misargumentos. Te sientes inferior y eso te molesta.

ÉL.- ¿Me qué...?

ELLA.- Te molesta, te incomoda, te irrita, te fastidia, vamosquiero decir que te jode. Te jode que una jovencita como yole hable a todo un hombretón como tú de cosas que ignora. Atu edad es normal. Te jode tener que dar tu brazo a torcer. Estípico de los hombres inmaduros.

ÉL.- Oye jovencita, a mí no me jode nada de lo que tú puedas

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decir, porque sólo dices tonterías.

ELLA.- Ya salió el machito ibérico al ruedo.

ÉL.- Nos vamos o qué.

ELLA.- Primero o qué y luego nos vamos. (Estalla en unarisa fácil.)

ÉL.- ¿Se puede saber de qué cojones te ríes ahora?

ELLA.- Leoncito, te noto algo agresivo y desenfrenado,como con ganas de pelea.

ÉL.- Es que me estás levantando dolor de cabeza,¿recuerdas?

ELLA.- ¿No puedo tener dudas existenciales? ¿No puedohablarte de ellas? ¿Qué te pasa? ¿No soportas a las mujeresintelectuales?

ÉL.- ¡Joder!

ELLA.- Para tu información tenemos algo más que unchocho y un par de tetas. Aquí dentro (señala su la cabeza)hay todo un mundo por descubrir.

La imagen grotesca de la joven con las manos en lacabeza hace que el hombre comience a reír, lo que

contagia a la joven que, tras unos segundos de tensamirada, estalla en una nueva y estridente carcajada. La chica contornea su cuerpo de manera insinuante

frente al hombre, a modo de modelo en una pasarela, mientras con sus manos no deja de tocarse la cabeza.

ELLA.- ¿Lo ves? Cabecita, cabecita y más cabecita. Ademásde todo lo demás, cabecita.

ÉL.- Pero vamos a ver panterita, ¿a ti qué te pasa hoy?

ELLA.- (Breve pausa en la mirada.) Que me falta aire pararespirar. Que me aturden los colores de estas flores. Que estoyun poco cansada de esta vida.

ÉL.- (Coge el ramillete de flores y lo tira lejos.) ¿Contenta?¿Mejor así?

ELLA.- Dime que regalándome esas flores no queríasanticipar mi muerte.

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ÉL.- No seas estúpida. Nadie puede hacer eso. La muerte nose puede anticipar.

ELLA.- Dios lo hace.

ÉL.- Pero ni tú ni yo somos Dios.

ELLA.- Por supuesto que no. Yo de ser alguien sería sumadre.

ÉL.- Como una regadera.

ELLA.- Anda león dime, si fueras una flor ¿qué florelegirías?

ÉL.- (Breve pausa.) Un diente. Un diente de león.

(Nuevas risas de ambos.)

ELLA.- (Abrazando al hombre. A partir de estemomento la joven se vuelve mucho más sensual yprovocadora.) Tú eres mi diente, mi diente de león preferido,mi florecilla silvestre, mi Dios. ¿Y como besa un diente deleón?

ÉL.- Con la boca.

ELLA.- ¡Que poco original! Me temo que la respuesta no escorrecta, querido concursante.

ÉL.- ¿Qué haces?

ELLA.- Escuche con atención y responda correctamente. Notendrá usted otra oportunidad ¿Cómo besa un diente de león?Tic-tac, tic-tac, tic-tac.....

ÉL.- (Breve pausa.) ¿Con la nariz?

ELLA.- Calentito, calentito, pero...

ÉL.- Dímelo tú.

ELLA.- Un diente de león que se precie debe besar siemprecon la corola.

ÉL.- ¿Con qué?

ELLA.- Con la corola, con el cáliz, con los pistilos. Lo queno puede hacer nunca un diente de león es besar ni con laboca ni con la nariz, ¿sabes por qué?

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ÉL.- No.

ELLA.- Porque no tiene. (La joven besa al hombreapasionadamente entre risas. Hay en su manera de besarcierta agresión física que atropella y embiste.)

ÉL.- Hazme otra pregunta.

ELLA.- (Cambiando de actitud y manteniéndose másdistante sin dejar de lado la provocación.) No. En esteprograma sólo hay una pregunta por concursante, te damos lasgracias por haber participado pero tenemos que rogarte queabandones el plató.

ÉL.- (Encendido por la provocación.) Te prometo queahora sabré responder correctamente.

ELLA.- Eso es lo que dicen todos cuando fallan.

ÉL.- Por favor.

ELLA.- Me parece caballero que lo que usted busca no esotra pregunta. Más bien empiezo a pensar que lo que ustedquiere es pasárselo bien conmigo.

ÉL.- Me duelen sus palabras. Sepa que, ante todo, yo soy ungentilhombre.

ELLA.- ¡Anda leoncito!

ÉL.- Se lo juro por lo más sagrado y si no que me caigamuerto aquí mismo. (Breve pausa en las miradascómplices.) ¿Ve? Sigo en pie. ¿Necesita usted acaso algunaotra prueba de mi... (Empieza a sentirse molesto, condificultades para poder hablar correctamente. Tose y nodeja de llevarse las manos a la garganta. Quiere hablarpero sólo produce ruidos guturales.)

ELLA.- ¿Qué te pasa?

ÉL.- (Sus gestos son inequívocos de que le falta el aire.)No puedo respirar.

(El hombre cae al suelo convulsionado y entreestertores. Transcurridos unos segundos de angustia

queda inmóvil. Rompe el silencio su risa convulsiva queestalla en una carcajada.)

ELLA.- Eres un gilipollas.

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ÉL.- Te lo has tragado.

ELLA.- No me he tragado nada. Eres un malísimo actor.

ÉL.- Te has asustado.

ELLA.- ¡Una mierda!

ÉL.- Te has quedado blanca.

ELLA.- No es verdad.

ÉL.- Sí es verdad.

ELLA.- Sabía que era una broma. Se te ve a la legua.Disimulas muy mal.

ÉL.- ¡Ja! Tenías que haberte visto la cara.

ELLA.- Y tú la tuya. Tienes que dejar de ver tantas películasde pistoleros, leoncito. Nadie se muere así.

ÉL.- ¿Y tú como lo sabes?

ELLA.- Porque lo sé. (Tensa mirada entre ambospersonajes.)

ÉL.- (Se incorpora aunque permanece sentado sobre elsuelo.) ¡Joder!, me he puesto perdido.

ELLA.- Sufres el castigo divino por tu mentira. Te está bienempleado. (Se aproxima al hombre nuevamente de manerasensual.) Me va a perdonar pero no puedo hacer excepciones.Tengo que rogarle que abandone el plató. (Se sitúa sobre ÉLcon las piernas separadas.) Las reglas del programa debenser iguales para todos. En eso se basa la democracia, ¿verdad?

ÉL.- Ven aquí. (Introduce sus manos por entre laminifalda. A pesar de eso ella permanece rígida frente aél.)

ELLA.- ¿Qué haces?

ÉL.- Vamos, tengo ganas de ti.

ELLA.- ¡Déjame! No me apetece.

ÉL.- No seas tonta y...

ELLA.- Deja de tocarme, ¿quieres?

ÉL.- Me vuelves loco y lo sabes.

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ELLA.- No. Estás loco.

ÉL.- Voy a hacerlo panterita, en serio, voy a hacerlo. Lo heestado pensando y voy a dejar a mi mujer.

ELLA.- ¿Cuándo?

ÉL.- Ya. Esta misma noche.

ELLA.- ¿Cómo?

ÉL.- Se lo diré.

ELLA.- ¿Qué le dirás?

ÉL.- Que se acabó.

ELLA.- Y qué se supone que es lo que se acabó.

ÉL.- Lo nuestro. Quiero decir lo suyo y lo mío, nuestrarelación.

ELLA.- ¿Por qué se acabó?

ÉL.- Porque estoy enamorado de ti.

ELLA.- ¿Estás enamorado de mí?

ÉL.- Si.

ELLA.- Porque follamos, ¿estás enamorado de mí?

ÉL.- ¿Qué te pasa?

ELLA.- Contesta.

ÉL.- Claro que no.

ELLA.- Entonces dime, ¿por qué estás enamorado de mí?

ÉL.- Porque te quiero.

ELLA.- (Breve silencio que estalla en carcajada.) Eres ungilipollas.

ÉL.- ¿Qué pasa? ¿Qué he dicho?

ELLA.- La palabra mágica. No pongas esa cara de repollo.Eres un león, ¿recuerdas? Un león con dientes de leóncubriendo tu linda cabellera. Pon cara de león con caracongestionada si quieres pero aparta de tu rostro ese aspectode repollo.

ÉL.- Estás como una puta cabra. Aparta.

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ELLA.- No quiero.

ÉL.- Aparta, por favor, el suelo está húmedo.

ELLA.- (Se sienta de golpe sobre ÉL y comienza amoverse pausadamente.) Hay que reconocer que la muertete sienta muy bien. Verte tiritar de frío en el suelo me hapuesto cachonda. ¿Viste pasar tu vida en imágenes?

ÉL.- Espera, espera....

ELLA.- ¿Qué quieres?

ÉL.- Deja al menos que me baje los pantalones.

ELLA.- Deja tus pantalones en su sitio y sigue moviéndote,dientecito de león.

ÉL.- Me haces daño.

ELLA.- (Más rápido y con más violencia.) Dolor y placer,placer y dolor, son las dos caras de la misma moneda. Siguemoviéndote y dime si viste tu vida pasar delante de tus ojos.

ÉL.- Cuidado pantera.

ELLA.- Schiiii, Schiiiii, calla y sigue, sigue, sigue, sigue.....

ÉL.- Para un poco.

ELLA.- Sigue... no pares ahora, ahora no.

ÉL.- (Empujándola hasta conseguir liberarse de ella.)¿Qué te pasa? Me estabas haciendo daño.

ELLA.- (En el suelo.) La primera regla en todo contactosexual es la mutua colaboración. Si no colaboras lo másprobable es que te duela.

ÉL.- (Incorporándose.) Esto no era un contacto sexual, erauna violación.

ELLA.- ¿Cuál es la diferencia?

ÉL.- La principal es que si yo te digo que pares, tú paras.

ELLA.- ¿Ahora quieres que pare? Perdona me pareció quelo estabas deseando.

ÉL.- Así no.

ELLA.- ¿Y como se supone que debe ser entonces?

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ÉL.- Déjame en paz.

ELLA.- No, espera, no te vayas. Bueno, si todo se reduce aun problema de formas lo podemos arreglar. Vuelve aquíleoncito.

ÉL.- No me apetece.

ELLA.- ¿Ves? Primera dificultad. Nada como declarar elamor a alguien para que empiecen a surgir las dificultades.¿Y ahora como resolvemos esto?

ÉL.- ¿El qué?

ELLA.- Las ganas que tengo de ti.

ÉL.- ¿Tú estás bien de la cabeza?

ELLA.- ¿De cuál de ellas?

ÉL.- De la que se supone que tienes sobre los hombros.

ELLA.- ¿De esta? Ah, bueno, de esta no se puede decir queesté mal del todo.

ÉL.- Mírame el dedo. (Se lo chupa.)

ELLA.- Yo también lo sé hacer, ¿qué crees? (Imita alhombre y le habla con el dedo metido en la boca.) Y ahoraqué dientecito de león, ¿seguimos donde lo dejamos?

ÉL.- Olvídame.

ELLA.- (Levantándose del suelo.) ¿Tú en el fondo no serásgay? (Breve pausa.) Lo digo sin ánimo de ofenderte, quequede claro. Yo no tengo nada en contra de los gays. A mí laverdad no me molestan. ¿Qué miras?

ÉL.- ¿Nos vamos?

ELLA.- Sólo me fastidian cuando se ponen de por medio,¿me entiendes? Quiero decir que si ya de por sí lacompetencia entre nosotras es muy dura, eso de tener queaguantar además como te levantan a algún guaperas duele. Alas mujeres nos duele mucho. Dime, ¿tú eres o no eres gay?

ÉL.- ¿A ti que te parece?

ELLA.- Hombre, yo por lo visto diría que sí.

ÉL.- ¿Y tú? ¿Eres una puta?

ELLA.- ¿Por qué?

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ÉL.- Mujer, yo por lo visto diría que sí.

(Tras breves segundos manteniendo las miradas los dospersonajes estallan en una nueva carcajada.)

ELLA.- ¿Sabes? tenías la misma expresión que el tipo esedel ramo de flores.

ÉL.- ¿Cuándo?

ELLA.- Cuando estabas en el suelo, tumbado sobre el suelomientras yo intentaba pasármelo bien. Tenías la mismaexpresión que ese tipo.

ÉL.- ¿Les miras a la cara?

ELLA.- Siempre.

ÉL.- ¿Por qué?

ELLA.- Porque me gusta. (Breve pausa.) Bueno no megusta, me atrae, me llama la atención. No sabría explicarlo.Me cruzo en la calle con ellos y los miro directamente a losojos. Me insinúo. Los tipos me miran y sonríen. Les devuelvola sonrisa y los imagino desnudos. Toco la pistola y meexcito. Procuro pasar muy cerca de ellos, casi rozándoles. Mepone a cien. Nada más cruzarnos me doy la vuelta y lesobservo la nuca. Entonces les sigo unos metros, en silencio,sin dejar de mirarles la nuca. Me excita. Acelero mis pasos,saco la pistola y disparo. Pun, pun, se acabó. Vuelvo amirarlos en el suelo y no puedo dejar de imaginármelosdesnudos. Me echaría sobre ellos pero los gritos de la genteme ayudan a contener el impulso. Salgo corriendo. El corazónme estalla en el pecho. Me subo al coche. Todavía metiemblan las piernas y me recorre fuego por el cuerpo.(Silencio.) ¿Qué pasa? ¿Voy demasiado rápido para ti?

ÉL.- Estás enferma.

ELLA.- ¿Verdad que sí? Es lo que me digo muchas veces.Este no es el camino panterita, pero no puedo remediarlo.Bueno yo creo que también es culpa del trabajo. Este trabajotiene estas cosas. ¿A ti no te pasa? ¿Qué miras?

ÉL.- (Breve pausa.) Es mentira. Creo que te lo inventastodo para hacerte la interesante conmigo.

ELLA.- Escucha una cosa dientecito de león, yo nunca

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miento dos veces el mismo día. Me agota. De acuerdo que tegasté una broma con lo de la muerte de mi madre, pero yaestá. Se acabó. Aquello fue una mentirijilla sin importancia.Fue un reflejo del inconsciente. En serio, verte en el suelo meha puesto cachonda, ¡qué le vamos a hacer!

ÉL.- ¿Tu madre también te pone "cachonda"?

ELLA.- Mi madre no. Me pone de los nervios que esdiferente, pero lo cierto es que no consigue estimularme lalibido.

ÉL.- ¿Y tu padre?

ELLA.- Pues verás, hubo un tiempo en que sí me acelerabaEl ritmo cardíaco pero la verdad es que últimamente lo únicoque me acelera son las ganas de vomitar. Yo creo que los doshan perdido el sex-appeal que tenían. La edad no perdona.Bueno tú ya tienes que empezar a notarlo, ¿no?

ÉL.- No te pases conmigo panterita.

ELLA.- El caso es que, a veces, cuando observo a mi padrepor la espalda mientras ve la televisión, me fijo en su nucarepleta de pelos y me sube una cosa extraña por el cuerpo. Meacerco silenciosamente y simulo dos disparos, pan, pan. Enesos momentos me lo tiraría allí mismo.

ÉL.- No tienes remedio.

ELLA.- Como que tú no habrás tenido nunca sueñoseróticos con tu madre.

ÉL.- ¡Joder! por supuesto que no.

ELLA.- Anda, eso se lo cuentas a otro pero no a mí.Leoncito, es de manual de primero de psicología. Todos losniños desean acostarse con sus madres y todas las niñasdesean hacerlo con sus padres.

ÉL.- Eso es una gilipollez.

ELLA.- Será lo que tú quieras, pero todos los psicólogos loaseguran. Tú lees poco, ¿verdad?

ÉL.- Mierda de esa ninguna.

ELLA.- A mí sin embargo me parece interesante. Conócetea ti mismo, ¿no?

ÉL.- Vamos, sube al coche poeta, se hace tarde.

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ELLA.- Sigues cabreado y no me gusta verte así. No quieroverte así.

ÉL.- Vamos anda, sube al coche.

ELLA.- ¿Sabes?, sólo te falta un poquito de sentido delhumor para ser el hombre perfecto.

ÉL.- ¿Decir que me hubiese gustado follarme a mi madre estener sentido del humor?

ELLA.- Pero qué borrico eres. Nadie ha dicho nada defollar. Sólo te he dicho que aunque tú no lo sepas estoy segurade que en más de una ocasión has fantaseado con tener unrollo con tu madre.

ÉL.- Y yo te he dicho que no, ¿vale?

ELLA.- Por eso te pasa lo que te pasa.

ÉL.- ¿Y se puede saber qué es lo que me pasa?

ELLA.- Lo tuyo con el sexo. ¿Qué miras? Leoncito, te pasasla vida mirando con esa cara de repollo que la verdad es queno te favorece nada. (Breve pausa.) Eres un poco aburrido,¿lo sabías?

ÉL.- Sube al coche. Se está haciendo tarde.

ELLA.- ¿Para quién? ¿Tienes que fichar en casa antes de lasdiez o es que te gusta dar el besito de buenas noches a tushijos antes de irse a la camita? (Pausa.) Me gusta este sitio,lejos de todo. Me gusta abrazar a los árboles y notar su ásperacorteza en mi cara. Me recuerda los besos de papá, sin afeitar,cuando no paraba de besuquearme, de llenarme la cara debabas y saliva. Yo podría vivir aquí en el bosque. No necesitogran cosa. Luz, agua, aire puro...

ÉL.- Pajaritos cantando, nubes que se levantan, chaparronesy tormentas... (ELLA comienza a reír por la forma dehablar de ÉL. Los dos se contagian nuevamente de la risafácil.)

ELLA.- Que sí, que no, que caiga un chaparrón, encima dela estación.

ÉL.- Anda vamos ya.

ELLA.- ¿Sabes una cosa?

ÉL.- ¿Qué?

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ELLA.- Que me gusta tu nuca. Me pone.

ÉL.- (Breve pausa en la mirada.) Estimada pantera, dospuntos, me está usted empezando a poner nervioso con suscosas, punto. Está usted hoy, coma, especialmente rara, punto.Tengo la extraña sensación, coma, de que acabo de conocerla,coma, y creo que, tres puntos suspensivos, empiezo a tenermiedo, punto y final.

ELLA.- Querido leoncito, dos puntos, siento en lo máshondo de mi corazón haberle causado esa terrible impresión,coma, pero no debe usted tener miedo, coma, ya que tan solosoy una pobre jovencita indefensa y temerosa de Dios, puntoy final.

ÉL.- Llegados a este punto, coma, lo mejor sería entonces,coma, subir al coche y reanudar nuestro común viaje deregreso a la ciudad, punto y final.

ELLA.- Pero antes de ello, coma, una última pregunta,coma, por favor.

ÉL.- No, punto y final.

ELLA.- Por favor, puntos suspensivos.

ÉL.- Breve pausa para pensar, está bien, punto, se abreninterrogantes, ¿qué desea usted saber? Se cierran losinterrogantes.

ELLA.- ¿Eres o no eres gay?

ÉL.- Entre enormes admiraciones, vete a la mierda.

ELLA.- Está bien, como quieras. Si prefieres vivir parasiempre en la ignorancia es tu problema.

ÉL.- Yo no tengo ningún problema.

ELLA.- Hay muchos hombres de tu edad que dicen no sergays sin saber que en el fondo lo son.

ÉL.- Pero es que yo no lo soy.

ELLA.- ¿Estás seguro?

ÉL.- Por supuesto.

ELLA.- No subestimes el poder de la mente leoncito.

ÉL.- Yo - no - soy - gay.

ELLA.- Pero si a mí no me importaría que lo fueses, en

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serio.

ÉL.- ¿Qué quieres? ¿Quieres que follemos otra vez aquímismo?

ELLA.- No, que luego dirás que te he violado.

ÉL.- Entonces deja de decir tonterías.

ELLA.- ¿Se siente mi leoncito herido en su masculinidad?¿Por qué te ofendes tanto? Para tu información te diré queencuentro muy excitante el lado femenino de los hombres,sobre todo cuando son maduritos, pasan de los cincuenta,están casados y tienen tres adorables hijitos que lo admiran eidolatran. ¿Te suena?

ÉL.- ¿Sabes?, tengo la sensación de que tú encuentrasexcitante muchas cosas.

ELLA.- ¿Me estás llamando puta?

ÉL.- ¡No!

ELLA.- Porque me gusta disfrutar del sexo, ¿tengo que seruna puta?

ÉL.- Te he dicho que no.

ELLA:- ¿Debería limitarme a abrirme de piernas y nadamás?

ÉL.- ¿ Qué te pasa?

ELLA.- Lo siento leoncito, pero yo no soy así.

ÉL.- Ya me he dado cuenta.

ELLA.- Los hombres tenéis un grave problema educacional.¿Lo sabéis?

ÉL.- ¿En serio?

ELLA.- Claro que sí. Os han llenado la cabeza desdepequeñitos con la idea de que las mujercitas deben sersumisas y obedientes, temerosas del maridito, incapaces delevantar la voz por temor a ser maltratadas. Tu mujer es así,¿verdad?

ÉL.- Deja a mi mujer en paz.

ELLA.- Pues la realidad es bien distinta, que lo sepas.

ÉL.- No lo dudo.

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ELLA.- Seguro que tu mujer abre poco la boca en casa,vamos quiero decir que la abre poco salvo para... (Imitagestos de una felación.)

ÉL.- Te estás pasando panterita.

ELLA.- Mira como tiemblo de miedo. Ahora sí, ahora memiras con esos ojos de león enfurecido que tanto me gustan yque hacen que me tiemblen las piernas. (Cubriendo la caracon sus manos.) No me pegues, no me pegues por favor. ¿Tedice ella eso?

ÉL.- Sube al coche.

ELLA.- Por favor.

ÉL.- ¡Sube al puto coche!

ELLA.- Por - favor.

ÉL.- (Breve pausa.) Sube al coche. Por favor.

ELLA.- Tú dirás lo que quieras, pero eres gay.

(El hombre se dirige hacía la joven de formaamenazante. ELLA retrocede unos pasos mientras saca

su pistola y le encañona. Silencio.)

ELLA.- ¡No dejes de mirarme a los ojos leoncito! (Brevepausa.) Ahora date la vuelta. Despacio, despacio, sin prisas,quiero ver tus manos. Vamos, sube los brazos, que los veabien. Eso es. Tienes una nuca muy excitante, ¿lo sabías?

ÉL.- ¿Qué vas a hacer?

ELLA.- (Se ha ido acercando al hombre hasta tocar conel arma su nuca.) ¿Qué sientes?

ÉL.- ¿Qué vas a hacer?

ELLA.- ¿Tienes miedo?

ÉL.- Estoy acojonado, ¿qué vas a hacer?

ELLA.- (Estalla en una febril carcajada. Baja su pistolay abraza al hombre por la espalda.) Este es mi leoncitopreferido, el que me saca las uñas y los dientes. El que mehace reír. El que por amor dejaría a su linda esposa.

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ÉL.- Qué coño te pasa, ¿te has vuelto loca?

ELLA.- Escucha, no te pongas nervioso ni agresivo. Deja tumente en blanco. Necesito contarte una cosa antes de...

ÉL.- ¿Quieres decirme....?

ELLA.- Schiiii.... silencio. Calla. Cierra los ojos y calla.(Comienza un baile abrazado por la espalda al hombremientras tararea suavemente el tema "Mad about theboy"en la versión de Dinah Washington.)

ÉL.- ¿Qué haces?

ELLA.- (Bailando.) Schiii.... Déjate llevar. Antes demarcharnos me apetece bailar un poco contigo. Necesitobailar un poco contigo.

ÉL.- Suéltame.

ELLA.- (Imitando al hombre.) Suéltame. No seas tanestirado. Ven aquí, vamos, baila conmigo. ¿Sabes que tienesuna nuca muy atractiva? (El hombre intenta separarse.)Quieto, no te muevas, podrías hacer que se disparase y tengoque contarte una cosa muy importante (Breves segundosbailando en silencio sólo roto por el ronroneo de ellatarareando la canción.) Escucha y no te rías, por favor. Haceunos meses me ocurrió una cosa horrible. La pistola se meencasquilló en el segundo disparo. Por más que apretaba elgatillo... la pistola se encasquilló. Sigue bailando, no te paresahora leoncito. (Breve pausa entre pasos de baile.) Elprimer disparo le había atravesado el cuello. El tipo gruñíabocabajo como un cerdo. No dejaba de temblar, de agitarse enel suelo, mientras la sangre lo iba llenado todo. El muy cabrónno paraba de gruñir. Supongo que estaba tan sorprendido quetodavía no era capaz de entender qué hacía tirado en el suelosobre su propio charco de sangre. Eran gruñidos secos, comosi roncase. Roncaba y gruñía. Nunca antes me había sucedidouna cosa así, ¿entiendes? Nunca antes había oído quejarse aalguien así. No, escucha, no digas nada. Sigue bailando.Necesito sentirte cerca, necesito escuchar tu respiración,necesito tu calor. No puedes imaginarte cómo lo necesito enestos momentos. Sigue bailando, por lo que más quieras nopares ahora. Dame un poquito de calor. Si tú me das tu calortodo será más sencillo y yo dejaré de tener miedo. Estáanocheciendo y tengo frío. Hace frío en este bosque, peroantes de que nos vayamos déjame hablar, necesito hablar.(Breve silencio entre los pasos de baile.) Quiero dejarlo. Lollevo pensando desde hace tiempo leoncito. Quiero dejarlo, ya

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no puedo más. En estos últimos días no he podido dejar depensar en otra cosa ni un solo minuto. Necesito dejarlo. Noquiero pasar el resto de mi vida escondida y sola. Yo tambiénquiero una familia, y un hogar, y unos hijos a los que cuidary querer porque tengo mucho amor que dar, leoncito, y estavida me lo está robando. Si tú me ayudas todo será mássencillo. Si tú también estás dispuesto a dejar a tu mujer pormí, todo será más sencillo. Empecemos una nueva vida. Tú yyo. Llevo metidos demasiados gruñidos de cerdo en micabeza. Si cierro los ojos se me aparecen siempre las mismasimágenes. ¿Con qué sueñas tú, leoncito? ¿Qué imágenesllenan tu cabeza cuando apagas la luz de la mesilla de noche?Yo casi no recuerdo mis sueños, sólo la misma pesadilla unay otra vez, como si el tiempo se hubiese detenido en eseinstante, ¿entiendes? A veces tengo la sensación de que no hevivido de verdad y soy tan joven todavía... Tengo miedoleoncito, mucho miedo. Por eso hoy, cuando vi al tipo con eseenorme ramo de flores no tuve valor para hacerlo, loentiendes, ¿verdad? (Breve silencio sobre el recuerdo.Dejan de bailar.) Mírame leoncito, mírame a los ojos y dimeesas cosas tan bonitas que me dijiste antes. (El hombre segira y ambos personajes permanecen frente a frente ensilencio.)

ÉL.- Tranquila, todo se va a solucionar, déjame a mí.

ELLA.- Yo sólo quiero salir corriendo.

ÉL.- No pienses más en ello.

ELLA.- Correr y no mirar atrás nunca más. Dejar esta putavida y empezar una nueva contigo. Todo está lleno de floresy de muertos. No puedo más. Tienes que ayudarme a dejarlo,tienes que decirles que se acabó.

ÉL.- ¿Qué vas a hacer?

ELLA.- Necesito quitarme de encima tantos malospensamientos. Si no lo hago creo que me voy a volver localeoncito, más loca de lo que ya estoy. Llevo varias noches sinpoder dormir, con la imagen todavía tibia del tiporetorciéndose y gruñendo, aferrado a ese enorme ramo deflores. Tenías que haber visto cómo lo cogía, con qué ansia locogía. ¿Por qué no estabas conmigo en ese momento? ¿Dóndeestabas? ¿Dónde te habías metido? (Se abraza al hombrecon ímpetu.) Todo ha cambiado desde entonces. No puedomás leoncito, ya no puedo más. Ahora va en serio. Nuncamás, no pienso hacerlo nunca más. Se pueden poner como sepongan, pero yo no voy a hacerlo más.

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ÉL.- Tranquila, ya pasó todo.

ELLA.- No. Eso es lo peor, que no pasó, que no pasa, quesigue permaneciendo en mi cabeza.

ÉL.- No pienses más en ello.

ELLA.- Quiero dejarlo.

ÉL.- Muy bien.

ELLA.- No sé dónde ir.

ÉL.- No irás a ningún sitio. Déjame hacer a mí.

ELLA.- ¿No tienes frío? Abrázame más fuerte leoncito,abrázame y dime otra vez esas cosas tan bonitas que medijiste antes, eso de que me querías.

ÉL.- Te quiero.

ELLA.- Dime que a pesar de todo me vas a querer siempre.

ÉL.- Te voy a querer siempre.

ELLA.- Pase lo que pase.

ÉL.- Pase lo que pase.

ELLA.- Dime que me vas a ayudar y que nada malo me vaa ocurrir.

ÉL.- Claro que no.

ELLA.- Dime que hay una razón para todo esto.

ÉL.- Sabes que la hay.

ELLA.- Dime que es mejor así. Que a partir de ahora todoserá distinto.

ÉL.- Escucha, déjame hacer a mí. Yo hablaré. Todo sesolucionará. Creo que será mejor que descanses por untiempo. Todo se va a solucionar. Yo estaré contigo, a tu lado.Siempre a tu lado. Te quiero.

ELLA.- Muy bien. Eso ha estado muy bien. (Ambospersonajes permanecen unos instantes en silencio yabrazados. ELLA se decide al fin a besarle.) Este es mileón preferido, el que me saca las uñas, el que me hace reír.Ahora podré dormir tranquila ¿verdad? Podré relajarme encasa sabiendo que hay en el mundo un leoncito de ojos pardosque piensa en mí, que me va a ayudar, que quiere llevarme

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con él, que desea hacerme feliz.

ÉL.- Deja de darle vueltas, ¿quieres? No somos bestias.Vamos, se hace tarde.

ELLA.- Sí, será mejor. Ya me encuentro mejor. Muchomejor.

La chica inicia su camino lentamente hacía el coche. Elhombre saca su pistola y dispara. Se acerca unos pasosmás y remata a la chica con un nuevo tiro certero en lacabeza. Permanece unos segundos inmóvil con el armadirigida a la chica. Parece pensativo. Desde algún lugarllegan nítidas y claras las notas del tema "Mad about

the boy" interpretado por Dinah Washington. Elhombre recoge el ramillete de flores que antes tirara y

lo coloca sobre la espalda de la chica.

ÉL.- Que nadie diga, panterita, que tú no tuviste también turamo de flores. (Se dirige al coche decidido, con la firmeintención de marcharse sin mirar atrás. Oscuro.)

FIN