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BIENAVENTURADO
SOYG U Í A S E G U N D O
T R I M E S T R E
TOC
índiceP U N T O D E I N I C I O
2
A B R I L
3
F E V I V ADonde hay misericordia
STEFANI MCDADE
12
M A Y O
21
J U N I O
33
P O R V E N I R
47
Tenía 12 años cuando recibí a Cristo como mi Señor
y Salvador. Nunca olvidaré lo que dijo el pastor cuando terminó de
orar por mí: “Bueno, Charles, crece y sé un buen chico”. Había mucha
amabilidad en sus palabras, aunque en ese momento no sabía que la
vida cristiana podía ser mucho más desafiante que las instrucciones
que me había dado.
Eso es algo que descubrimos más adelante, mientras buscamos
seguir a diario al Señor. Me alegra mucho que nos acompañe a medida
que continuamos nuestro estudio de las Bienaventuranzas. Las palabras
que el Señor Jesús predicó aquel día a sus seguidores son clave para
conocer quiénes somos en Él y en quién nos convertiremos a medida
que aprendemos a andar en sus caminos. Le animo a que ore para
que el Señor esté cerca de usted cada vez que abra esta guía. Cuanto
más experimente su presencia, más comprenderá lo que sus palabras
significan para usted.
Crecer a imagen de Cristo no es algo que lograremos por completo
en este mundo. Es una búsqueda de toda la vida, tanto para los pastores
como para todos los demás. Felizmente, la Biblia dice que esto es
parte del plan de Dios. Como creyentes, “Dios nos predestinó para que
fuésemos hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Ro 8.29). Espero
que le consuele saber que su Padre celestial ya ha previsto su éxito.
Dios le bendiga a medida que camina junto a Él.
UN
A N
OT
A D
EL
DR
. ST
AN
LE
Y
abía que los primeros cristianos pensaban en las
Bienaventuranzas como una especie de escalera espiritual? Nadie
estaba exento de la necesidad de escalarla, y el único camino era
ir peldaño por peldaño, uno a la vez. Y esta es una buena manera
en la que nosotros también podemos pensar en cuanto a las
Bienaventuranzas: estos versículos son como una escalera, y su solides depende de la
conexión de una parte con la siguiente.
Las palabras del Señor Jesús en este pasaje están destinadas a transformar la manera
en la que interactuamos con
el mundo, y necesitamos cada
afirmación para entender a las
demás. Nuestra disposición
a ser pobres en espíritu,
por ejemplo, nos ayudará a
buscar el consuelo de Dios
cuando estemos de luto. Y, a
medida que le entregamos
a Dios lo que nos entristece,
comenzamos a crecer en
humildad.
Nos convertimos en
quienes Dios quiere que
seamos al estudiar y seguir las
enseñanzas de Jesucristo.
Por ello, en este volumen
de Bienaventurado soy,
mientras consideramos la mansedumbre (Mt 5.5) y el hambre de justicia que se deriva
de ella (v. 6), prestaremos atención a cómo las Bienaventuranzas se construyen las
unas sobre las otras. Terminaremos el trimestre contemplando cómo es la búsqueda de
la justicia en aquellos que tienen sed de Dios, los cuales claman por misericordia para
poder vivir siendo misericordiosos (v. 7).
PU
NT
O D
E I
NI
CI
O
¿SBienaventuranza para memorizar
Este año, memorizaremos una sección del Sermón del monte, algunos versículos a la vez; y, cuando los unamos todos, ¡habremos memorizado las Bienaventuranzas! En cada guía trimestral, le proporcionaremos los versículos en los que deberá centrarse cada mes. Este trimestre, memorizamos...
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.5-7
2
5
ABRILB I E N A V E N T U R A D O S
A L S E R M A N S O S
A l principio, Dios dio a los primeros seres humanos dominio sobre lo que había creado (Gn
1.26). Desde entonces, hemos realizado varios esfuerzos por someter la Tierra, a menudo sin considerar el costo. Desde construir la torre de Babel hasta reclamar tierras lejanas como nuestras, nos hemos centrado en aumentar las riquezas y expandir las fronteras. Es importante considerar si esto es lo que Dios tenía en mente cuando encargó a Adán y Eva que atendieran y cultivaran su creación (2.15).
Imagínese cómo debe haber sido para
los discípulos y otros que escuchaban al Señor Jesús predicar el Sermón del monte. Habrían estado familiarizados con los conquistadores y emperadores: sus propias ciudades y países estaban ocupados, y casi siempre a la fuerza. En este contexto, ¿cómo habrían considerado el mandato de Dios para la humanidad que encontramos en Génesis? Piense en cómo el sermón de Cristo, en particular las Bienaventuranzas, podría haber afectado la comprensión que tenían del dominio y la forma en que interactuaban con el mundo que los rodeaba.
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.5-7
Memorización Verá una porción de la Biblia cada semana, como recordatorio para memorizar las Bienaventuranzas. Este mes, se enfocará en los versículos en negrita:
Padre celestial, gracias por tu gentileza. Me asombra tu amor infini-to. Tu Hijo Jesucristo se humilló y sufrió por mí. Por favor, ayúdame a seguir su ejemplo. Produce en mí un espíritu de mansedumbre y permíteme ser uno contigo. Anhelo expresar tu bondad al relacio-narme con los demás. Amén.
Oración Utilice esta oración, o úsela como inspiración para orar con sus propias palabras, a medida que avanza a través de las reflexiones semanales en la próxima sección.
IN
TR
OD
UC
CI
ÓN
DE
AB
RI
L
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A B R I LS E M A N A U N O
que para ser felices, tenemos que esforzarnos por obtener todo lo
que deseamos. Debemos ser poderosos, fuertes, incluso agresivos. Sin
embargo, a lo largo de las Sagradas Escrituras, se nos anima a vivir con
mansedumbre, o gentileza, hacia Dios y el mundo que nos rodea.
Cuando pensamos en lo que significa ser manso, podemos imaginar a
alguien callado, introvertido y tal vez débil. Pero el Señor Jesucristo
no se refiere a ninguna de esas características. En cambio, quiere que
demostremos el tipo de gentileza que es generosa, piadosa y genuina.
Cuando vivimos de esta manera, como si no mereciéramos nada,
podemos encontrar la verdad de la promesa divina de que realmente
tenemos todo lo que necesitamos.
El mundo nos dice
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A B R I L
S E M A N A U N O
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. —Mateo 5.5
Memorizar
Mientras contempla las Bienaventuranzas y el Sermón del monte este año, tenga
en cuenta cómo cada versículo se basa en el anterior. Por ejemplo, el versículo 3
dirige nuestra atención a nuestra impotencia. Luego, el versículo 4 nos pide que
consideremos nuestro pecado y nos aflijamos por él. Y ahora, el siguiente, nos reta a
usar la mansedumbre al interactuar con el mundo. Pero ¿cómo lo hacemos? Escriba
algunos ejemplos de personajes mansos en la Biblia y de personas en su propia vida.
Por ejemplo, podría mencionar a Moisés (Nm 12; Dt 34) o Pablo (2 Co 10; Ga 5) y la
manera en que ejemplifican este atributo. Al revisar su lista de nombres pasados y
presentes, ¿qué cualidades encuentra que tienen en común?
Intentar esto
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S E M A N A D O S
que ser complicada. Pero a menudo, cuando nuestra débil naturaleza
se interpone, lo que debería ser simple ya no lo es. Ya no nos vemos
bien ante Dios. A pesar de que nuestro corazón y nuestra mente están
ansiosos por anunciar la bondad del Señor, luchamos por expresar al
mundo gentileza y humildad genuina.
La forma en que nos vemos a nosotros mismos con respecto a Dios
afecta nuestras relaciones con otras personas. Cuando pensamos en
cómo Dios nos ve, es sorprendente que nos considere hijos e hijas
honorables y que nunca se contenga en su amor por nosotros. Tal vez
sea esta la manera en que deberíamos considerar a los demás: recordar
siempre el increíble regalo de ser apreciados por quienes nos rodean,
ser escuchados y que pasen tiempo con nosotros, aunque seamos
vasos rotos.
La mansedumbre no tiene
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A B R I L
S E M A N A D O S
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. —Mateo 5.5
Memorizar
Tómese un momento para contemplar cómo interactúa con las personas que le
rodean: la manera en que comunica sus opiniones, ofrece consuelo o consejos,
o comparte información. ¿Es usted pasivo? ¿Se muerde la lengua para evitar
conflictos? Quizás luche con el orgullo o con un espíritu de crítica. Mientras ora
esta semana, ofrezca estas observaciones al Señor, pidiéndole que le ayude a
expresar mansedumbre y gentileza a la hora de relacionarse con las personas.
Intentar esto
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S E M A N A T R E S
tener la última palabra en una discusión o ganar un acalorado debate?
Puede sentirse bien en el momento, pero también puede tener
consecuencias destructivas. La mayoría de las veces, este tipo de
interacción intensa hace que todos los involucrados se sientan mal. Por
otro lado, escuchar con paciencia y tratar de entender la posición del
otro, en especial cuando hay desacuerdo, toma más tiempo y energía.
Requiere dejar de lado las opiniones y emociones que uno tenga.
Puede ser difícil discernir cuándo está bien defender nuestra posición y
cuándo debemos frenarnos. Por un lado, la mansedumbre, como otras
virtudes, no es un rasgo con el que la mayoría de nosotros nacemos.
Tampoco es algo que, voluntariamente, nos obliguemos a hacer a
menudo. Piense en ello como si se tratara de un músculo que debe
ejercitarse o una nueva habilidad que debe aprenderse: la mansedumbre
se desarrolla con el tiempo, a través de la práctica y la experiencia. Pero
estas cosas por sí solas no son suficientes. Necesitamos la presencia del
Espíritu Santo para ser gentiles y humildes.
¿Quién no quiere
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A B R I L
S E M A N A T R E S
Memorizar
El discernimiento es una parte importante de las conversaciones saludables y
exitosas. A algunos de nosotros nos resulta más fácil hablar, mientras que otros se
sienten más cómodos al permanecer en silencio. Esta semana, pídale a Dios que le
revele con claridad qué decir y cuándo decirlo. Pídale discernimiento para saber
cuándo afirmarse, retirarse o tratar de crear vínculos entre las personas.
Intentar esto
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. —Mateo 5.5
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Cristo anhela
manifestar
su vida a
través de la de
usted, de su
personalidad,
sus palabras y
acciones.
Charles F. Stanley
L a lucha por aceptar por completo a las personas con discapacidades no
es nada nuevo, ni en la sociedad en general, ni para el pueblo de Dios.
Así como las personas discapacitadas de hoy en día a menudo son obligadas
a vivir apartadas, también lo fueron los ciegos, los cojos y los leprosos en los
tiempos del Señor Jesucristo. Pero, aunque la mayoría de las personas que
vivían en el primer siglo de Israel intentaron evitar interactuar con ellos,
Cristo viajaba frecuente e intencionalmente por áreas donde los hombres y
mujeres marginados se veían obligados a vivir.
¿Recuerda la historia de Bartimeo en Marcos 10? Cuando el Señor Jesús se cruzó con él en
el camino a Jericó, sus discípulos estaban preparados para ignorar al ciego, como siempre lo
hacían, quizás responsabilizando a Bartimeo de su condición (cf. Jn 9.1-12). Los discípulos in-
cluso trataron de silenciarlo mientras le gritaba al Señor: “¡Hijo de David, ten piedad de mí!”
(Mr 10.47). Pero ese día, al sanar a Bartimeo de su ceguera, el Señor también lo liberó del estig-
ma social que lo acompañaba.
Puede que hoy no presenciemos ese tipo de sanidad física en nuestras iglesias, pero hay
algo en la historia de Bartimeo que debemos considerar: el Señor Jesús nos llama a seguir su
ejemplo y servir a hombres y mujeres discapacitados como lo haríamos con cualquier otro
miembro de la familia de Dios. Pero hay dificultades que nos detienen, una de ellas es que
a menudo no conocemos personalmente a nadie con una discapacidad. No sabemos qué les
apasiona, cuáles son sus sueños, cómo es su sentido del humor, no conocemos sus historias.
FE
VI
VA
Donde hay misericordiapor STEPHANI MCDADE
Ilustración por MARK SMITH
Donde hay misericordia
Por ahora, consideremos la historia de
una de esas personas. Tim Landis, esposo y
padre, ha pasado gran parte de su vida adulta
al servicio de personas con discapacidades,
tanto enseñando fundamentos bíblicos a
quienes están dentro de la iglesia como a través
de capacitación ocupacional fuera de ella. Su
ministerio está lleno de la clase de compasión
y empatía que surgen solo cuando uno está
discapacitado.
A diferencia de Bartimeo en el camino a
Jericó, Landis no nació ciego,
sino que fue diagnosticado
de niño con una enfermedad
ocular degenerativa llama-
da retinitis pigmentosa. A
partir de los 18 años, cuando
la mayoría de sus compañeros
se dirigían a la universidad,
la vista de Landis disminuyó
y, siete años después, estaba
ciego por completo.
Landis recuerda haber
sentido diversas emociones
en ese momento: ira,
amargura, desesperación.
Tareas sencillas que antes realizaba de
manera automática, pronto se volvieron
arduas y abrumadoras, desde las tareas
domésticas hasta exprimir la cantidad
correcta de pasta dental. También solía
disfrutar el caminar a la iglesia los domingos
por la mañana, mientras saludaba a
conocidos, se tomaba un café y conversaba
con amigos en el vestíbulo del templo. Pero
al estar ciego, comenzó a aferrarse a los
bordes de la habitación, y así deslizar su
mano y su bastón a lo largo de la pared para
evitar el caótico tráfico peatonal. Mientras
las personas se cruzaban para saludarse, lo
último que Landis quería hacer era tropezar
con alguien y llamar más la atención. Su
personalidad extrovertida no había cambiado,
pero su ceguera limitaba su capacidad de
conectarse con otros en entornos sociales,
incluso en la iglesia.
La experiencia de Landis es común entre
las personas invidentes y con discapacidades
de todo tipo. Con frecuencia, nuestras iglesias
no están diseñadas como lugares acogedores,
y los miembros de nuestras congregaciones se
sienten poco capacitados cuando se trata de
saber cómo reaccionar o incluso hablar con
alguien diferente a ellos en esta materia.
La buena noticia es que, hoy en día, un
número cada vez mayor de comunidades
religiosas están explorando cómo interactuar
de manera compasiva y efectiva con la dis-
capacidad. La iglesia de Landis, por ejemplo,
creó un equipo ministerial cuyo objetivo
principal es cultivar un ambiente acogedor
donde cualquiera, sin importar su capacidad
física o intelectual, se sienta como en casa al
cruzar las puertas. En el interior, los ujieres
no solo dan instrucciones sobre dónde está el
baño; sino que guían a la persona hasta allí.
Y cuando una madre trae a su hijo autista,
el equipo asigna a un “amigo” mayor, al que
han entrenado específicamente para que lo
acompañe a la escuela dominical.
Si bien existen muchas maneras prácticas
en las que una iglesia puede ayudar a sus
miembros discapacitados a sentirse bienve-
nidos, es la conexión humana lo que les da
la sensación de que realmente forman parte
de la congregación. Aquí, el Cuerpo de Cristo
tiene una oportunidad única, por medio de su
llamado, a reconocer el valor de cada miem-
bro, donde aquellos considerados inferiores
según la sociedad pueden ser apreciados.
Cuando una iglesia incorpora a los
hombres y mujeres discapacitados en la
comunidad, no solo crea espacio para sus
contribuciones especiales, sino que también
deja más espacio para las necesidades y
dependencias humanas de todos los demás,
pues la misericordia es recíproca: cuando la
damos, la recibimos. Y si la iglesia es un lugar
misericordioso donde todos somos libres de
ser quienes somos por completo, entonces
cada uno de nosotros experimenta la alegría
de ser aceptado tal y como somos.
FE
VI
VA
El Cuerpo de Cristo
tiene una oportunidad única, por medio de su llamado, de reconocer
el valor de cada miembro.
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A B R I L
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para todos. En algún momento, de cierta manera, deseamos salirnos con
la nuestra. Pero la mayoría de las veces, estos deseos no nacen de la
fortaleza. Por el contrario, están arraigados en la inseguridad y el miedo.
Luchamos de manera constante, esforzándonos por llenar los vacíos,
obtener la aprobación de los demás, o lograr el éxito; lo que a veces
puede parecer tonto o incluso inútil.
En estos momentos, debemos recordar las palabras de Pablo: “lo
insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más
fuerte que los hombres” (1 Co 1.25). Al refrenarnos en lugar de imponer
nuestras propias preferencias, comenzaremos a reconocer que nuestra
seguridad no radica en lo que hacemos o exigimos; sino que viene de
confiar en Dios y darle gloria.
La humildad es una batalla
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Memorizar
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”, nos recuerda el Salmo 46.10. Sin embargo,
a menudo hacemos todo lo contrario: trabajamos más y más para obtener respuestas,
resolver problemas y ser mejores. Esta semana, piense en lo que significa confiar en
Dios: saber que Él es quien dice ser. ¿Puede pensar en algún aspecto de su vida en el
que no confíe por completo en Dios? Mientras ora esta semana, ofrézcale a Dios dicho
aspecto de su vida con humildad y pídale ayuda para confiar más en Él.
Intentar esto
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. —Mateo 5.5
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a los primeros seres humanos que cultivaran y mantuvieran la tierra
(Gn 2.15). Al hacerlo, les ofreció la oportunidad de administrar un mundo
con suficiente espacio para que todos los seres vivos prosperaran y
se convirtieran en aquello para lo cual fueron creados. Dios les dio el
poder de mantener la armonía o traer discordia a su creación.
Así como nuestra relación con Dios afecta nuestras otras relaciones,
la manera en que interactuamos con las personas tiene un impacto en
la sociedad y en el mundo que nos rodea. Mostrar gentileza en estas
interacciones es fundamental para ser buenos administradores de la
creación de Dios.
Dios encargó
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A B R I L
S E M A N A C I N C O
Memorizar
Imagínese escuchando personalmente al Señor Jesucristo predicar el Sermón del
monte. ¿Qué podrían haber estado pensando los discípulos y los seguidores de
Cristo cuando dijo que los mansos son bienaventurados y heredarán la Tierra?
Quizás se sintieron alentados a seguir creciendo en mansedumbre. O tal vez se
sintieron abrumados por la responsabilidad. ¿Qué imagina cuando piensa en lo que
significa heredar la Tierra? Mientras ore esta semana, pídale a Dios que le ayude a
mantenerse fuerte y mostrar gentileza, de la misma manera que Él lo hace.
Intentar esto
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. —Mateo 5.5
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C I E R R E M E N S U A L
Este mes, contemplamos lo que significa ser manso y al mismo tiempo tener do-
minio sobre la creación de Dios. Nos enfocamos en ser gentiles y fieles mayordomos
de nuestra vida, nuestra relación con el Señor, nuestras interacciones con los demás y
la Tierra que algún día heredaremos.
Mientras avanzamos, continúe concentrándose en hacer que su interacción y
experiencias con otras personas sean más tolerantes. Un espíritu gentil es vital para
buscar lo verdadero y correcto; por lo cual exploraremos esta idea más adelante.
Otro vistazo
Al culminar cada mes y pensar en el siguiente, tómese un momento para reflexionar acerca de las siguientes preguntas. Puede responderlas mentalmente, anotar sus ideas en un diario o discutirlas en su grupo de estudio.
SJ ¿QUÉ ES LO OPUESTO A LA MANSEDUMBRE? ¿Cómo la mansedumbre glorifica a Dios?
SJ CONFIAR EN DIOS PARECE IR DE LA MANO CON LA MANSEDUMBRE. ¿Cómo se reflejaría esto en su propia vida?
SJ ¿HA CAMBIADO SU COMPRENSIÓN EN CUANTO A HEREDAR la Tierra? Si es así, ¿cómo?
Preguntas para reflexionar
En nuestro proyecto de un año de memorización de las Bienaventuranzas, este mes memorizó:
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.5-7
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c o n s i s t e e n o b e d e c e r l o ,
s o m e t e r n u e s t r a vo l u nta d
a l a d e É l ,
s e r s e n s i b l e s a s u g u í a
d i a r i a y
c o m p ro m e t e r n o s a
c u m p l i r s u vo l u nta d
pa r a n u e s t r a v i da .
Charles F. Stanley
servir a Cristo
MAYOB I E N A V E N T U R A D O S
A L T E N E R H A M B R E
Charles F. Stanley
a Cristo
M uchos de nosotros nunca
hemos tenido que enfrentar una
escasez continua de alimentos y
agua potable. Pero incluso hoy, en nuestro
mundo moderno, hay personas en todos
los continentes que saben lo que significa
no tener agua ni alimentos, y entienden lo
urgente que es satisfacer sus necesidades.
Este es el mismo tipo de urgencia que
el Señor Jesucristo quiere que tengamos
en nuestro anhelo de justicia. No nos pide
que seamos perfectos, pues sabe que
todos pecaremos y que necesitaremos
arrepentirnos. Por el contrario, Dios
quiere que busquemos su voluntad con
todo nuestro ser: corazón, alma, mente y
espíritu. Es el tipo de anhelo que solo Él
puede satisfacer. Este mes exploraremos
en qué consiste vivir motivado por esta
búsqueda ferviente.IN
TR
OD
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ÓN
DE
MA
YO
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.5-7
Memorización Verá una porción de la Biblia cada semana, como recordatorio para memorizar las Bienaventuranzas. Este mes, se enfocará en los versículos en negrita:
Padre celestial, gracias por la manera en que llamas a cada persona. Has puesto la eternidad en mi corazón y el anhelo de experimentar la vida que deseas para mí. Señor, ayúdame a demostrar el tipo de bondad y justicia que solo provienen de ti. Te pido que me des fuerzas para buscar tu voluntad y la satisfacción que solo Tú puedes ofrecer. Amén.
Oración Utilice esta oración, o úsela como inspiración para orar con sus propias palabras, a medida que avanza a través de las reflexiones semanales en la próxima sección.
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M A Y 0
S E M A N A U N O
que solo seguir las reglas y acatar la ley. Es un deseo continuo de
santidad y justicia. En Mateo 5.6, el Señor Jesús no bendice a los justos,
sino a los que buscan justicia. Es importante entender la diferencia.
El apóstol Pablo explica a los romanos que la justicia viene por fe
(Ro 1.17). En otras palabras, a medida que busquemos y confesemos
la justicia de Dios, Él establecerá la nuestra (10.2-10). Las palabras de
Cristo ofrecen bendición a aquellos que tienen hambre y sed de hacer
su voluntad: aquellos que actúan con justicia, aman la bondad y caminan
humildemente con Él (Miq 6.8).
Pero para buscar la justicia de verdad, primero debemos reconocer
nuestra propia imperfección. Una vez que obtenemos una perspectiva
correcta de nuestra propia pecaminosidad, estamos en condición
de acercarnos a Dios con mansedumbre y humildad. Cuanto más
admitamos nuestra falta de justicia, más nos daremos cuenta de que la
máxima satisfacción proviene de las promesas y de la sanidad de Dios.
La justicia es más
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M A Y O
S E M A N A U N O
Memorizar
El Señor Jesús usa la palabra justicia varias veces en el Sermón del monte: habla de
tener hambre y sed de ella (Mt 5.6), ser perseguidos por ella (v. 10) y tener más de
ella que los líderes religiosos (v. 20). Esta semana, contemple lo que significa tener
un deseo genuino de justicia en el mundo de hoy. ¿Cómo se manifiesta esta hambre,
este anhelo? Y, ¿qué significa estar satisfecho en nuestra búsqueda?
Intentar esto
“ Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. —Mateo 5.6
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S E M A N A D O S
sentimiento universal. Desde el profundo deseo de Ana de tener un hijo
(1 S 1.1-18) hasta nuestra propia búsqueda de éxito o de relacionarnos
con otras personas, todos los seres humanos sabemos lo que es sentirse
inquieto o anhelar algo que no se tiene. Muchos de nosotros nos hemos
arrodillado en oración, afligidos por algo que percibimos como una
carencia, y le hemos pedido a Dios que nos proporcione lo que buscamos,
o que elimine los obstáculos que parecen impedirlo.
Pero un deseo que Dios puso en nuestros corazones supera a todos
los demás: el anhelo por la eternidad. Muchos intentan satisfacer esta
necesidad profundamente arraigada con satisfacciones temporales,
pero no funciona. Al hablar con el profeta Isaías, Dios cuestionó esta
inclinación nuestra, cuando preguntó: “¿Por qué gastáis el dinero en lo
que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia?” (55.2). Nos está
atrayendo hacia Él, pidiéndonos que lo busquemos para que podamos
vivir (v. 3). El que nos creó sabe que la satisfacción nos eludirá hasta que
la encontremos en Él.
El anhelo es un
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M A Y O
S E M A N A D O S
Memorizar
Es fácil quedar atrapados en nuestras listas de tareas diarias, las responsabilidades
familiares y las demandas laborales. Pero en Colosenses 3, el apóstol Pablo alienta
a la Iglesia a tomar una perspectiva eterna, al decir: “Poned la mira en las cosas
de arriba, no en las de la tierra” (v. 2). Mientras reflexiona esta semana, piense en
cuáles podrían ser algunas de esas “cosas de arriba”. Aparte tiempo para leer lo que
las Sagradas Escrituras dicen acerca de lo terrenal y lo eterno, y las promesas que
podemos esperar. (Puede considerar versículos como el Sal 90.12; Mt 6.19-24;
Fil 2.9-11; y 2 Tim 4.8).
Intentar esto
“ Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. —Mateo 5.6
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M A Y O
S E M A N A T R E S
tienen hambre, lloran hasta que alguien los alimenta. A medida que los
niños crecen, aprenden a reconocer y articular sus necesidades. Pero
luego, en la edad adulta, aprenden a confiar en sí mismos. El resultado
es que olvidan lo que es tener hambre con la urgencia de un bebé. Para
muchos cristianos hoy, lo mismo se aplica al hambre espiritual. Dios
nos hizo para que estuviéramos satisfechos por su amor; sin embargo,
a menudo lo evitamos y tratamos de satisfacer dicha necesidad de
muchas otras maneras.
La abundancia de distracciones y oportunidades de entretenimiento
de nuestra sociedad hace que sea difícil reconocer las señales del
hambre espiritual. Pero para identificar lo que satisface nuestras
almas en realidad, es importante que aprendamos cuáles son esas
señales. Felizmente, tenemos herramientas que nos ayudan a lograrlo:
adoración, oración, confesión, dar generosamente, servir a los demás
y ayunar. La participación regular en todas estas actividades agudizará
nuestra conciencia de cuán dependientes somos de Dios, lo que nos
ayudará a realinear nuestro pensamiento con las Sagradas Escrituras.
Cuando los bebés
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M A Y O
S E M A N A T R E S
Memorizar
Como parte de sus hábitos de vida cotidiana, los primeros cristianos y los judíos
del primer siglo demostraron su búsqueda de justicia al ayunar, orar y servir a
los pobres. Así que, cuando Cristo habló de estas cosas en el Sermón del monte
(Mt 6.1-18), la gente que escuchaba ya estaba familiarizada con estas prácticas
en sus propias vidas y comunidades.
Esta semana, haga una lista de hábitos que demuestren la búsqueda de justicia
en el mundo de hoy, como ayunar, orar, dar y servir. ¿Alguno de ellos forma ya
parte de su rutina habitual? Si hay alguno que le gustaría incorporar, ¿cómo podría
ponerlo en práctica? Recuerde, no tiene que hacerlo todo en su lista de una sola vez.
La búsqueda de la justicia es un viaje de rendición que dura toda la vida.
Intentar esto
“ Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. —Mateo 5.6
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M A Y O
S E M A N A C U A T R O
de alimentar milagrosamente a una multitud de 5.000 personas, el
Señor les dijo a sus seguidores: “Yo soy el pan de vida; el que a mí vie-
ne, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”
(Jn 6.35). Lo siguieron debido al milagro, pero el Señor satisfizo su
hambre terrenal como una forma de mostrarles que Él es el único ca-
mino hacia la verdadera y eterna satisfacción. Dios quiere hacer más
que llenar nuestros estómagos y satisfacer nuestras necesidades terre-
nales: quiere transformar nuestros deseos.
Imagine si viéramos nuestros deseos terrenales como recordatorios de
nuestro deseo eterno por el Señor; entonces, cada vez que bebiéramos
una taza de té caliente, disfrutáramos de un hermoso amanecer o pasá-
ramos tiempo con nuestros seres queridos, obtendríamos un vistazo de
la satisfacción prometida. En Sorprendido por la alegría, C. S. Lewis habla
acerca de su camino a la fe y usa la palabra sehnsucht (anhelo) para descri-
bir una experiencia de anhelo o deseo abrumador. Pero este término ale-
mán dice más de lo que la palabra castellana anhelo puede transmitir; im-
plica una cierta tensión, casi como el sentimiento de una experiencia real
que ahora es solo un recuerdo. Y lo mismo sucede con nosotros mientras
esperamos el regreso del Señor: tenemos hambre de una experiencia
familiar que está fuera de nuestro alcance.
El día después
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Memorizar
Cuando piense en la satisfacción eterna, tenga en cuenta que ella no significa que
sus placeres terrenales no sean importantes. Pues estos son buenos para disfrutar,
pero lo que es más importante, sirven como recordatorios de lo prometido por el
mismo Señor Jesús. Esta semana, reflexione en cuanto a cómo podría ser la satis-
facción de una búsqueda apasionada y hambrienta de justicia. Considere lo que el
Señor promete y, al orar, reflexione acerca de su grandeza y misericordia, dando
gracias por un Salvador amoroso que promete que podemos esperar satisfacción
plena cuando regrese.
Intentar esto
“ Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. —Mateo 5.6
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M A Y OC I E R R E M E N S U A L
Este mes, exploramos lo que significa buscar la justicia con hambre insaciable
en el presente, pero con una perspectiva eterna. También examinamos lo que
significa anhelar el tipo de satisfacción que proviene de Dios.
Mientras avanzamos, continúe reflexionando en cuanto a su propia búsqueda
de justicia: su deseo de ser amable y misericordioso, su anhelo de paz y justicia.
Recuerde esto a lo largo del mes que viene a medida que ampliamos nuestra
comprensión de la misericordia, tanto de Dios como en nuestras interacciones con
el mundo.
Otro vistazo
Al culminar cada mes y pensar en el siguiente, tómese un momento para reflexionar acerca de las siguientes preguntas. Puede responderlas mentalmente, anotar sus ideas en un diario o discutirlas en su grupo de estudio.
SJ AL CONTEMPLAR LAS BIENAVENTURANZAS, hemos vuelto a la idea de que cada versículo se basa en el anterior. ¿Cómo podría una postura de mansedumbre en su vida crear hambre y sed de justicia?
SJ DIKAIOSYNĒ, LA PALABRA GRIEGA QUE A MENUDO SE TRADUCE como “justicia” en la Biblia, también se puede traducir como “rectitud”, “santidad” o “integridad”. Lea Mateo 5.6 en voz alta, reemplazando “justicia” con uno de estos otros tres significados. ¿Cambia esto su experiencia o comprensión de la palabra?
Preguntas para reflexionar
En nuestro proyecto de un año de memorización de las Bienaventuranzas, este mes memorizó:
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.5-7
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con Cristo cara a cara.
C H A R L E S F . S TA N L E Y
El anhelo
por Dios que tenemos
en esta vida
se cumplirá cuando
nos encontremos
JUNIOB I E N A V E N T U R A D O S
A L S E R M I S E R I C O R D I O S O S
E n nuestra condición de pecadores,
es fácil ser egocéntricos y pasar por
alto las necesidades de las personas
que nos rodean, aquellos que podrían estar
sufriendo o ser menos afortunados que no-
sotros. Sin embargo, Dios desea que seamos
misericordiosos, así como Él es misericor-
dioso. Esto significa que debemos desviar
nuestra atención centrada en nosotros y ser
misericordiosos, amables y generosos con
las personas que nos rodean.
Es decir, en nuestras relaciones con los
demás, desde amigos y seres queridos hasta
vecinos, extraños e incluso nuestros enemi-
gos, Dios quiere que reflejemos su amorosa
bondad (otra traducción de la palabra mi-
sericordia). El Señor Jesucristo nos dice que
al ser misericordiosos, también recibimos
misericordia. Este mes, exploraremos cómo
es demostrar y recibir el tipo de misericordia
que solo proviene del Señor.
IN
TR
OD
UC
CI
ÓN
DE
JU
NI
O
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.5-7
Memorización Verá una porción de la Biblia cada semana, como recordatorio para memorizar las Bienaventuranzas. Este mes, se enfocará en los versículos en negrita:
Padre celestial, gracias por amarme y mostrarme tu misericordia. Sé que estás conmigo, incluso cuando me siento abrumado por la injusticia y el quebrantamiento en este mundo. Ayúdame a ser mi-sericordioso de una manera que te honre. Señor, tengo la bendición de saber que, gracias a tu sacrificio, prevalecerá tu misericordia. Ayúdame a ser un reflejo de ti cada día. Amén.
Oración Utilice esta oración, o úsela como inspiración para orar con sus propias palabras, a medida que avanza a través de las reflexiones semanales en la próxima sección.
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J U N I O
S E M A N A U N O
se convirtió en uno de los discípulos, el Señor Jesús fue invitado
a un banquete con “muchos recaudadores de impuestos y pecadores”
(Mt 9.9, 10 NVI). Los fariseos, enfurecidos porque el Maestro cenaría
con pecadores, confrontaron a los discípulos acerca de lo que
consideraban un error de juicio. Los líderes religiosos vivían con reglas
estrictas, ceremonias y sacrificios. Pero al reaccionar como lo hicieron,
descuidaron mostrar misericordia a sus compañeros de cena.
Cristo desafió la mentalidad que tenían al mandar a los fariseos a
que aprendieran lo que significa que Dios desea “misericordia y no
sacrificio” (v. 13).
Ya hemos visto antes este contraste entre misericordia y sacrificio. En
Oseas 6, Dios le dice a la gente que el amor y la lealtad que dicen tener
son fugaces, como el rocío de la mañana que desaparece después de un
corto tiempo (vv. 4-6). Él no quiere que actúen de manera mecánica, ya
sea que se trate de las ofrendas en el Antiguo Testamento o la severidad
de los fariseos.
Jesucristo quiere que lo busquemos con todo nuestro corazón y, que
dicha búsqueda nos haga sentir afecto y misericordia el uno por el otro.
Nosotros también estamos enfermos, y Él es nuestra única cura.
Cuando Mateo
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J U N I O
S E M A N A U N O
Memorizar
El Señor Jesucristo a menudo desafió la manera de pensar y de comportarse de
los fariseos. Lo vemos en Mateo 23, cuando los retó a priorizar la misericordia, la
justicia y la fe (v. 23), pues habían descuidado “lo más importante de la ley”. A
medida que avanza la semana, trate de mantenerse consciente de sus pensamientos
y preocupaciones. ¿Qué dirige su tiempo e impulsos? ¿Desea de manera consciente
ser misericordioso o buscar la misericordia de Dios? Tómese el tiempo para escribir
sus pensamientos o discutirlos con un amigo o ser querido de confianza.
Intentar esto
“ Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.7
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J U N I OS E M A N A D O S
le hace daño, ¿cuál es su primera reacción? Es posible que sienta que
las ofensas de la persona deben ser castigadas, o tal vez quiera utilizar
las acciones de dicha persona como un ejemplo público de lo que no
se debe hacer. Tal vez incluso crea que los errores deben castigarse a
toda costa.
Ahora imagínese que el individuo en cuestión es usted. Supongamos
que ya sea por su sufrimiento, dolor o incluso desesperación, ha herido
o traicionado la confianza de alguien. Esperaría recibir misericordia, ser
recibido con perdón, gracia y compasión, a pesar de las circunstancias.
Aprendemos cómo recibir misericordia dándola primero a otros.
Debemos aspirar a ser misericordiosos con los demás de la misma
manera en que Dios lo es con nosotros, quienes somos personas débiles
e inmerecedoras de su piedad. Dios se le manifestó a Moisés como
“misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia
y verdad” (Ex 34.6). El Señor elige ser misericordioso con nosotros:
quiere nuestro bien, y también quiere que elijamos ser misericordiosos
cada día. Quiere que esperemos y trabajemos por el bien de los demás.
Cuando alguien
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Memorizar
Esta semana, piense en los momentos de su vida cuando alguien le ha mostrado
misericordia o ha tenido la oportunidad de ser misericordioso con los demás. Tal vez
le perdonaron por ofensas o injusticias, o tal vez conoció a alguien en una época de
sufrimiento. ¿Cómo fue para usted o la otra persona elegir ser misericordiosa en esas
situaciones, apoyar o trabajar por el bien de la otra persona?
Intentar esto
“ Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.7
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C H A R L E S F . S T A N L E Y
E l a m o r d e D i o s y e l p e r d ó n
d e D i o s
v a n d e l a m a n o .
A l i g u a l q u e
e l a m o r d e D i o s y l a g r a c i a
d e D i o s .
J U N I O
S E M A N A T R E S
Señor Jesucristo, el camino de Jerusalén a Jericó era traicionero:
el sinuoso viaje cuesta abajo era perfecto para que los ladrones de
carreteras acecharan. En la parábola del buen samaritano (Lc 10.25-
37), el Señor habla de un hombre judío que fue robado y dejado por
muerto en este mismo camino. Otros viajeros judíos continuaron
pasando por allí, hasta que al final un hombre samaritano se detuvo y lo
cuidó, al punto de salvar la vida del herido.
Decir que los judíos y los samaritanos no se llevaban bien es un
eufemismo: se veían mutuamente con desprecio. Sin embargo, el
viajero samaritano dejó de lado estas diferencias y, arriesgó de manera
intencional su propia seguridad en un lugar peligroso, al ayudar a la
víctima del robo en un momento de gran necesidad.
Del mismo modo, ser misericordioso; es decir, ser un buen vecino, a
menudo requiere que seamos proactivos en la forma en que vivimos
y respondemos a los demás. Tenemos la oportunidad de actuar de una
manera que promueva no solo nuestro propio bien, sino también el
bien de nuestras familias, la comunidad y toda la creación de Dios.
En los días del
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Memorizar
Cuando alguno de sus seres queridos sufre o padece injusticia, es probable que
desee aliviar el dolor de dicha persona y satisfacer sus necesidades. Piense en lo que
significa extender esa misma compasión a sus vecinos, su ciudad, e incluso al mundo
en general. ¿Puede pensar en algunas maneras en que podría demostrar compasión
en su comunidad? Mientras ora esta semana, pídale a Dios que le ayude
a identificar oportunidades para ser bondadoso con toda la creación.
Intentar esto
“ Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.7
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Acercarse A Dios involucrA riesgo,
pero caDa vez que se sienta tentAdo
A reprimirse, recuerDe que Él Dio toDo
lo que teníA para poDer Demostrarle
su Amor incondicional.
CHARLES F. STANLEY
en cuanto a cuándo ser misericordioso, o incluso si debe o no serlo en
ciertas situaciones. Si bien Cristo no nos da reglas específicas para cada
circunstancia, sí sabemos que Dios es justo y misericordioso. La justicia
puede parecer que las personas obtienen lo que se merecen, tanto en
castigo como en recompensa. Por el contrario, la misericordia puede
hacer que la gente obtenga más de lo que creemos que se merece.
Sin embargo, si alguien está siendo hiriente, abusivo o cruel con otra
persona, no es misericordioso permitir que ese comportamiento con-
tinúe. En tales circunstancias, la misericordia puede significar permitir
que se haga justicia para redimir una situación o evitar más daños.
A medida que navegamos por las complejidades de la vida diaria, lo me-
jor que podemos hacer es esforzarnos por ser lo más parecido a Cristo
que podamos, y las Bienaventuranzas proporcionan la guía para lograr-
lo. A medida que crecemos en nuestra comprensión de lo que significa
volvernos dependientes de Dios, sentirnos afligidos por el pecado, ser
mansos en nuestras interacciones y tener hambre de bien, podemos
ser tan misericordiosos como el Señor lo propuso.
Puede tener dudas
J U N I O
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Memorizar
A menudo pensamos en la justicia como algo negativo, es decir, un castigo. Pero la
justicia también puede ser positiva. Lo vemos en todos los Salmos, muchos de los
cuales son oraciones que claman por la justicia de Dios para corregir el mal. Esta
semana, aparte un momento para meditar en cuanto a cómo la justicia y la miseri-
cordia van de la mano. ¿Cuándo la justicia es algo bueno? ¿Cómo puede un acto ser
misericordioso, incluso cuando se hace justicia?
Intentar esto
“ Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.7
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Este mes, al reflexionar sobre lo que significa ser misericordioso, exploramos
tanto lo que es la misericordia como lo que no es. Examinamos nuestras propias
reacciones cuando hemos sido perjudicados y consideramos cómo la justicia y la
misericordia trabajan juntas en la comprensión de nuestra fe.
Mientras miramos hacia el futuro, continúe pidiéndole a Dios que le revele
oportunidades para ser misericordioso, consigo mismo y con el mundo que le rodea,
y contemple cómo puede reflejar el amor y gracia de Dios. Esta es una parte esencial
para entender lo que significa ser puro de corazón, que exploraremos el próximo mes.
Otro vistazo
Al culminar cada mes y pensar en el siguiente, tómese un momento para reflexionar acerca de las siguientes preguntas. Puede responderlas mentalmente, anotar sus ideas en un diario o discutirlas en su grupo de estudio.
SJ ¿DE DÓNDE VIENE LA MISERICORDIA? ¿Qué se requiere de nosotros para convertirnos en personas misericordiosas? Piense en las cualidades de una persona que es misericordiosa y otra que no lo es.
SJ ¿QUÉ SIGNIFICA ENFOCARSE EN LO “MÁS IMPORTANTE” de “la justicia, la misericordia y la fe” (Mt 23.23)? ¿Necesitaría cambiar algo sobre sus hábitos diarios u otras áreas de su vida?
Preguntas para reflexionar
En nuestro proyecto de un año de memorización de las Bienaventuranzas, este mes memorizó:
“ Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. —Mateo 5.5-7
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Libre sus batallas de rodillas,
con humildad ante el Señor su Dios.
Vaya delante con un corazón reverente
y entregado.C H A R L E S F . S T A N L E Y
ada una de las afirmaciones del Señor en las Bienaventuranzas incluye una
condición del corazón y una consecuencia cuando gozamos del atributo
descrito. Estas ideas no siempre son fáciles de entender y parecen pedirnos
demasiado, pero nos recuerdan que debemos tener una perspectiva eterna
mientras nos esforzamos por reflejar a Cristo en el presente.
Este trimestre, comenzamos examinando la importancia de la mansedumbre, es decir,
la gentileza y la fidelidad que debemos demostrar como hijos de Dios. Continuamos
contemplando lo que significa anhelar y buscar la justicia como si nuestra vida
dependiera de ello. Y, finalmente, exploramos en qué consiste dar y recibir misericordia.
De cara al próximo ejemplar de la guía ministerial de este año, sigamos meditando en
lo que significa ser bendecido. Nos basaremos en lo que hemos aprendido hasta ahora al
considerar...
SJ Cómo ser puros de corazón y buscar a Dios
SJ Cómo convertirnos en pacificadores
SJ Cómo ser justos, incluso en tiempos de persecución
PO
RV
EN
IRC
Otro vistazo
Este trimestre, vimos una porción del Sermón del monte como parte de nuestro proyecto de memorización de un año. El texto en negrita es lo que ha memorizado hasta ahora:
Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. “ Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
“ Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. —Mateo 5.1-16 47
Cuando reconocemos el control de Dios
sobre nuestra vida, podemos ser como una de sus pequeñas aves y colocarnos bajo su
cuidado por completo.
Charles F. Stanley
El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser
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