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Guía del paciente en caso de necesitar hospitalización en psiquiatría DOCUMENTO MUY INTERESANTE RECOPILADO POR Alianza de Apoyo a Personas con Depresión y Trastorno Bipolar (DBSA) Guía del paciente en caso de necesitar hospitalización en psiquiatría ¿Cómo sé cuándo debo acudir al hospital? ¿Qué necesito saber sobre el hospital? ¿Qué puedo hacer para permanecer bien después de salir del hospital? ¿Cómo puedo prepararme para enfrentar las crisis en el futuro? ¿Cuándo necesito acudir al hospital? Una persona puede necesitar acudir al hospital si: Ve o escucha cosas (alucinaciones). Tiene ideas paranoicas o extrañas (delirios). Piensa en lastimarse a sí misma u otras personas. Piensa o habla muy rápido o salta de un tema de conversación a otro, sin que su plática tenga sentido. Se siente demasiado cansada o deprimida como para levantarse de la cama o cuidar de sí misma o su familia. Tiene problemas de consumo de alcohol o drogas. Se ha sometido a tratamiento ambulatorio (terapia, medicamentos y apoyo), pero todavía experimenta síntomas que interfieren con su vida. Necesita hacer un cambio importante en su tratamiento o en los medicamentos que toma, bajo estrecha supervisión médica.

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DOCUMENTO MUY INTERESANTE RECOPILADO POR Alianza de Apoyo a Personas con Depresión y Trastorno Bipolar (DBSA) Guía del paciente en caso de necesitar hospitalización en psiquiatría

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Guía del paciente en caso de necesitar hospitalización en psiquiatría

DOCUMENTO MUY INTERESANTE RECOPILADO POR Alianza de Apoyo a Personas con Depresión y Trastorno Bipolar (DBSA)

Guía del paciente en caso de necesitar hospitalización en psiquiatría

¿Cómo sé cuándo debo acudir al hospital? ¿Qué necesito saber sobre el hospital? ¿Qué puedo hacer para permanecer bien después de salir del hospital?

¿Cómo puedo prepararme para enfrentar las crisis en el futuro?

¿Cuándo necesito acudir al hospital?

Una persona puede necesitar acudir al hospital si:

• Ve o escucha cosas (alucinaciones). • Tiene ideas paranoicas o extrañas (delirios). • Piensa en lastimarse a sí misma u otras personas. • Piensa o habla muy rápido o salta de un tema de

conversación a otro, sin que su plática tenga sentido. • Se siente demasiado cansada o deprimida como para

levantarse de la cama o cuidar de sí misma o su familia. • Tiene problemas de consumo de alcohol o drogas. • Se ha sometido a tratamiento ambulatorio (terapia,

medicamentos y apoyo), pero todavía experimenta síntomas que interfieren con su vida.

• Necesita hacer un cambio importante en su tratamiento o en los medicamentos que toma, bajo estrecha supervisión médica.

¿Cómo puede ayudarle la hospitalización?

• El hospital es un sitio seguro donde usted puede empezar a mejorar. Es un sitio que le permite alejarse del estrés que podría estar empeorando los síntomas de su trastorno del estado de ánimo. Nadie que no sea de la familia necesita enterarse de la hospitalización.

• Usted puede ser tratado por profesionales que le ayuden a estabilizar sus síntomas graves, mantenerse seguro y aprender nuevos métodos para enfrentar su enfermedad.

• Usted puede conversar sobre las experiencias traumáticas y analizar sus pensamientos, ideas y sentimientos.

• Usted puede conocer más sobre las actividades, personas o situaciones que quizás desencadenen sus episodios depresivos o maníacos y aprender a enfrentarlas o evitarlas.

• Usted puede encontrar un tratamiento nuevo o una combinación de tratamientos que le sea de ayuda.

¿Qué necesito saber sobre el hospital?

• El propósito de la hospitalización es un lugar seguro donde la persona pueda permanecer hasta que pasen los síntomas graves, se le administren los medicamentos en las dosis adecuadas y se estabilice. Ésta no es un castigo ni nada de lo que deba avergonzarse.

• Es posible que usted se encuentre en una habitación bajo llave. Al principio, puede que no se le permita salir de la habitación. Posteriormente, quizás pueda visitar otras áreas del hospital u obtener un pase para salir brevemente del mismo.

• Durante su hospitalización, es posible que le guarden bajo llave: joyas, artículos de aseo personal, cinturones, cordones para zapatos u otras pertenencias. Quizás no se le permita tener consigo objetos con vidrio o bordes afilados, como marcos para cuadros, cajas para discos compactos o cuadernos con espiral.

• Es posible que tenga que apegarse a un horario. Puede que haya horarios establecidos para comer, desarrollar actividades en grupo, recibir tratamientos o medicinas, realizar otras actividades y acostarse.

• Quizás se le someta a exámenes de salud física o mental. Es posible que se le realicen pruebas de sangre para conocer los

niveles de sus medicinas o buscar otros problemas físicos que pudieran estar empeorando su enfermedad.

• Puede que comparta la habitación con alguien más. • Quizás, el personal del hospital le visite o entreviste

periódicamente. • Es posible que el médico que le atiende no pueda verle de

inmediato. Probablemente, usted converse con múltiples y diferentes médicos, enfermeras y miembros del personal mientras se encuentra en la habitación. Es posible que usted deba solicitar en más de una ocasión lo que necesita.

Su estadía en el hospital Puede que usted desee solicitarle a un ser querido que le ayude con los procedimientos para su admisión en el hospital, así como también con el llenado de los formularios. Solicítele a esa persona que le ayude a comunicarse con el personal del hospital, en caso necesario.

Es posible que usted o su ser querido también deseen llamar con anticipación al hospital,para saber cuáles son los procedimientos de admisión y qué artículos puede llevar consigo. Pregunte si puede llevar música, jabón, crema, almohadas, peluches, libros u otros artículos que sean para su comodidad. Pregunte sobre los horarios de visita y la disponibilidad de teléfono. Asegúrese de que su familia y amigos conozcan los procedimientos del hospital. Hágales saber qué pueden hacer para ayudarle.

Si es usted mismo quien realiza su ingreso en el hospital, también usted puede tramitar su salida, a menos que el personal le considere una amenaza para si u otras personas. Si usted no representa una amenaza, el hospital deberá darle de alta entre dos y siete días, dependiendo de las leyes del estado. Si usted tiene problemas para conseguir que el hospital le dé de alta, contacte a la agencia estatal para la defensa y la protección.

Usted tiene derecho a que se le explique su plan de tratamiento. Usted tiene derecho a que se le brinde información sobre los riesgos y beneficios de su tratamiento y a rechazar el tratamiento que considere inseguro. Usted también tiene derecho a que se le brinde información sobre cualquier prueba o examen que se le realice y a rechazar cualquier procedimiento que considere innecesario, como un examen ginecológico y otros procedimientos invasivos. Además, usted tiene derecho a rehusarse a formar parte de tratamientos experimentales o sesiones de capacitación en las

que participen estudiantes u observadores. Asegúrese de que las personas a cargo de su tratamiento conozcan sus necesidades y preferencias.

Quizás le tome tiempo acostumbrarse a la rutina del hospital. Si sus síntomas son graves, es posible que para usted algunas cosas no tengan sentido. Procure aprovechar esas actividades hasta donde le sea posible. Concéntrese en su propia salud mental. Escuche las intervenciones de las otras personas en las sesiones de grupo. Lleve un diario de sus propios pensamientos y sentimientos.

Usted conocerá a otras personas que trabajan para superar sus propios problemas. Trátelas con cortesía y respeto, independientemente de lo que puedan hacer o decir. Si alquien le hace sentirse incómodo o inseguro, comuníquelo a un miembro del personal. Aproveche al máximo el tiempo con su médico. Elabore una lista de las preguntas que tenga. Pídale a su familia o a otros miembros del personal del hospital que le ayuden con la lista. Informe a su médico y al personal sobre cualquier otra enfermedad que padezca o las medicinas que toma. Asegúrese de que las medicinas para las otras enfermedades le sean administradas junto con aquéllas para su depresión o trastorno bipolar.

Volver al inicio Bienestar después de la hospitalización

Conozca su tratamiento. Antes de abandonar el hospital, asegúrese de contar con una lista por escrito de las medicinas que debe tomar, las dosis y la frecuencia de administración. Pregunte si hay algún alimento, actividad o medicina (con receta, sin receta o natural) que deba evitar mientras toma sus otras medicinas y tome nota de esto. Lleve un control de sus medicinas y sus estados de ánimo.

Aprenda lo más posible sobre su enfermedad. Converse con su médico sobre nuevos tratamientos que le gustaría probar. Conozca cómo actúan los tratamientos y si el suyo está funcionando. Si considera que podría estar mejor, consulte a otro médico para obtener una segunda una opinión.

Haga una cosa a la vez. Es posible que usted no se sienta mejor de inmediato. Dése tiempo para recuperar su rutina de forma lenta y

gradual. Celebre los pequeños logros que representa realizar actividades como levantarse de la cama, vestirse o comer.

Priorice las actividades que necesita realizar y concéntrese en hacer una cosa a la vez. Anote las cosas o pídale a las amistades y a los familiares que le ayuden a evitar sentirse abrumado.

Establezca límites. Dedique tiempo para relajarse. Si se siente estresado o agotado, usted puede responder negativamente o cancelar planes. Dedique tiempo para cuidar de sí mismo y relajarse, meditar, darse un largo baño, escuchar música o realizar otra actividad que sea adecuada para usted.

Confíe en sí mismo. Esté consciente de que puede recuperarse. Si usted sufre un trastorno maníaco, es posible que no se sienta tan productivo como en el pasado. Sin embargo, su estado de ánimo será más estable y seguro, lo que a largo plazo le ayudará a ser más productivo.

Cumpla con su tratamiento. Acuda a sus citas médicas, terapia y grupos de apoyo. Tenga paciencia mientras las medicinas surten efecto. Al principio, quizás experimente algunos efectos secundarios. Si éstos persisten por más de dos semanas, consulte con su médico sobre la posibilidad de cambiarle las medicinas, la dosis o la frecuencia con que las toma. Nunca modifique ni interrumpa sus medicinas sin consultar antes con su médico.

Reconozca sus síntomas y los factores desencadenantes. Sentirse muy desanimado, desesperanzado o irritable pueden ser síntomas de su enfermedad. Si está muy enojado, su imaginación empieza a volar o empieza a pensar en lastimarse, deténgase, piense y llame a alguien que pueda ayudarle. Mantenga una lista de sus factores desencadenantes y signos de alerta, junto con una lista de las personas a las que puede llamar para pedirles ayuda.

Dé tiempo para que las relaciones se restablezcan. Al principio, puede que sus familiares y amigos estén inseguros sobre cómo actuar cerca de usted. Es posible que también haya sentimientos heridos o disculpas pendientes de ofrecer debido a cosas que usted pudo haber hecho mientras se encontraba en estado maníaco o depresivo. Demuestre que usted desea recuperarse, cumpliendo con su tratamiento. Anime a sus seres queridos a buscar el apoyo de un grupo de apoyo de la Alianza de Apoyo a Personas con Depresión y Trastorno Bipolar (DBSA), en caso necesario.

Ayude a sus seres queridos a ayudarle. Pida lo que necesite. Hágales saber qué cosas en particular pueden hacer para ayudarle. Si necesita ayuda para realizar los quehaceres domésticos, trasladarse de un sitio a otro o despertarse, solicítela.

Tome las cosas con calma en el trabajo. Explique a su supervisor y a sus compañeros de trabajo que ha estado enfermo y que necesita tomar las cosas con calma. No es necesario que hable sobre su depresión o su trastorno bipolar. Si alguien hace preguntas, dígale con cortesía, pero con firmeza, que no desea hablar al respecto. Realice su trabajo lo mejor posible. Procure no asumir demasiadas responsabilidades. Durante los recesos, llame a un amigo o familiar para informarles cómo está.

Busque apoyo de las personas que han tenido experiencias similares y que ya se sienten mejor. Entre en contacto con un grupo de apoyo posthospitalario o un grupo de apoyo de DBSA.

¿Cómo puedo prepararme para una crisis en el futuro? Elabore una lista anticipada para casos de crisis. Describa brevemente el tipo de ayuda que le gustaría recibir si experimenta nuevamente los síntomas graves. Incluya:

• El nombre e información de contacto de su médico. • Información de contacto de su grupo de apoyo y otros amigos

o familiares de confianza. • Otros problemas de salud que padezca y otras medicinas que

tome. • Alergias que padezca y medicinas que no deba tomar. • Información sobre su seguro o Medicaid y sobre el hospital en

el que prefiere ser tratado. • Las cosas que pueden desencadenar un episodio, como

sucesos de la vida, viajes, enfermedades físicas o estrés por el trabajo.

• Signos de alerta, entre éstos: hablar muy rápido, paranoia, insomnio, movimientos lentos, consumo excesivo de alcohol o drogas.

• Cosas que las personas pueden decirle para ayudarle a calmarse o darle seguridad.

• Cosas que las personas deben hacer por usted, entre las que figuran esconder las llaves de su carro y colocar bajo llave cualquier cosa que usted pudiera utilizar para lastimarse.

• Cosas que el personal de emergencia puede hacer por usted, como darle explicaciones, hablar con lentitud, escucharle o anotarle cosas.

• Razones por las que su vida vale la pena y por las que su recuperación es importante.

¿En qué me puede ayudar contar con instrucciones previas del paciente o un poder legal para atención médica? Las instrucciones previas del paciente y el poder legal para atención médica son documentos formales a través de los cuales usted autoriza a otra persona para que tome decisiones respecto de su tratamiento, en caso de encontrarse demasiado enfermo como para tomarlas por sí mismo. Lo mejor es consultar con un abogado calificado para que le ayude a elaborar las instrucciones previas del paciente o el poder legal para atención médica. Estos documentos funcionan en forma diferente, dependiendo del estado.