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Gustavo Bueno, Confrontación de doce tesis características del sistema del Idealismo trascendental con las correspondientes tesis del Materialismo filosófico. En El Basilisco, 2° época, n° 35, 2004, páginas 3-40. (*) El texto que aquí se publica es una reconstrucción de la intervención que al autor le correspondió llevar a cabo en los IX Encuentros de Filosofía en Gijón (9 de julio de 2004). La intervención tuvo la forma de «conferencia expuesta» (no leída); por lo que en esta reconstrucción se ha optado por mantener el «género literario», más próximo al del ensayo (descargado de todo aparato doxográfico erudito) que al de la «memoria» estrictamente académica. Introducción ¿Qué es lo que estamos conmemorando? Nuestras primeras palabras, en esta conmemoración del segundo centenario de la muerte de Kant, sean de reconocimiento a su condición de astro de primera magnitud en el horizonte de la historia del pensamiento occidental. Con este reconocimiento no hacemos otra cosa sino sumarnos al que expresa la inmensa mayoría de quienes, durante el presente año de 2004, conmemoran en todo el mundo este centenario. 2. Y el contenido principal de nuestro reconocimiento es el de la actualidad de Kant, el reconocimiento de su presencia en nuestro mundo, el mundo de la globalización, ideológicamente orientado hacia el pacifismo perpetuo, con el ideal supremo de las democracias homologadas, así como del progreso indefinido de las ciencias y de la tecnología. Podría afirmarse que la presencia de Kant, en el siglo XXI, es más inmediata que la que pudo tener en los siglos XIX y XX, hasta la caída del nazismo y de la Unión Soviética. La presencia de Kant, durante los siglos XIX y XX, habría estado, por decirlo así, mediatizada por los nuevos principios que fueron abriéndose a través de Hegel, Comte y Marx; y en su proyección concreta en el siglo XX, del nazismo, la tecnocracia y el comunismo soviético, respectivamente. Pero una vez que el nazismo y el comunismo han caído, y una vez que las tecnocracias, y la idea del progreso que ellas implicaban, han sido reducidas a límites más estrechos, Kant 1

Gustavo Bueno 12 Tesis Del Idealismo Trascendental Con Las Correspondientes Del Materialismo Filosofico

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Gustavo Bueno, Confrontacin de doce tesis caractersticas del sistema del Idealismo trascendental con las correspondientes tesis del Materialismo filosfico. En El Basilisco, 2 poca, n 35, 2004, pginas 3-40.(*) El texto que aqu se publica es una reconstruccin de la intervencin que al autor le correspondi llevar a cabo en losIX Encuentros de Filosofa en Gijn(9 de julio de 2004). La intervencin tuvo la forma de conferencia expuesta (no leda); por lo que en esta reconstruccin se ha optado por mantener el gnero literario, ms prximo al del ensayo (descargado de todo aparato doxogrfico erudito) que al de la memoria estrictamente acadmica.Introduccin Qu es lo que estamos conmemorando?Nuestras primeras palabras, en esta conmemoracin del segundo centenario de la muerte de Kant, sean de reconocimiento a su condicin de astro de primera magnitud en el horizonte de la historia del pensamiento occidental.Con este reconocimiento no hacemos otra cosa sino sumarnos al que expresa la inmensa mayora de quienes, durante el presente ao de 2004, conmemoran en todo el mundo este centenario.2. Y el contenido principal de nuestro reconocimiento es el de la actualidad de Kant, el reconocimiento de su presencia en nuestro mundo, el mundo de la globalizacin, ideolgicamente orientado hacia el pacifismo perpetuo, con el ideal supremo de las democracias homologadas, as como del progreso indefinido de las ciencias y de la tecnologa.Podra afirmarse que la presencia de Kant, en el siglo XXI, es msinmediataque la que pudo tener en los siglos XIX y XX, hasta la cada del nazismo y de la Unin Sovitica. La presencia de Kant, durante los siglos XIX y XX, habra estado, por decirlo as, mediatizada por los nuevos principios que fueron abrindose a travs de Hegel, Comte y Marx; y en su proyeccin concreta en el siglo XX, del nazismo, la tecnocracia y el comunismo sovitico, respectivamente. Pero una vez que el nazismo y el comunismo han cado, y una vez que las tecnocracias, y la idea del progreso que ellas implicaban, han sido reducidas a lmites ms estrechos, Kant recupera la hegemona. Por ello, cuando conmemoramos la muerte de Kant, no lo hacemos en nombre de su memoria, sino en nombre de la percepcin de Kant que el presente comienza a tener.3. El reconocimiento de la actualidad de Kant va ligado, por tanto, a la idea de que Kant es el punto de cristalizacin de las ideologas de la poca moderna, que revolucionan el orden antiguo: de la Ilustracin, de la Democracia y de la Ciencia.Y cmo definir esta revolucin de la poca moderna que encontr en Kant su primer gran sistematizador? Kant mismo nos da la definicin (y su formulacin est hecha en funcin de los dos trminos consabidos: Hombre / Naturaleza, o en versin epistemolgica: Sujeto / Objeto), en elPrefacioque antepuso a la segunda edicin (la del ao 1787) de laCrtica de la Razn Pura, pero no en elPrefacioa la primera; como si hubiera sido preciso que transcurrieran seis aos para que su autor madurase reflexivamente la frmula ms adecuada para determinar el significado histrico que, desde su propio sistema, poda atribuir a su obra maestra: el giro copernicano.Pero resulta que esta frmula, aparentemente muy clara y pedaggica, es filosficamente muy oscura. En efecto:Kant comienza suponiendo que la Matemtica y la Fsica ya han emprendido su propia revolucin, gracias a la cual han pasado a ser lo que hoy [entonces] son; y que estos acontecimientos debern servir como ejemplo, al menos a ttulo de ensayo, para llevar a cabo una transformacin anloga en el resto de los conocimientos racionales, como son sin duda los de la metafsica. He aqu cmo concibe Kant esta transformacin: Hasta ahora se admita que todo nuestro conocimiento deba regirse por los objetos; pero todos los intentos para decidir [4] algoa priorisobre estos, mediante conceptos, por donde sera extendido nuestro conocimiento, no conduca a nada. Ensyese pues, una vez, si no adelantaremos ms en los problemas de la metafsica, admitiendo que los objetos tienen que regirse por nuestro conocimiento..., y explica (de un modo paradjico, y opuesto a su propsito final) la revolucin proyectada con la revolucin que ya se haba cumplido en la Fsica, de este modo: Ocurre aqu como con el primer pensamiento de Coprnico, quien, no consiguiendo explicar bien los movimientos celestes, s admita que la masa toda de las estrellas daba vueltas alrededor del espectador [la Tierra], ensay si no tendra mayor xito haciendo al espectador dar vueltas y dejando en cambio a las estrellas inmviles. Kant concluye entonces: Hay que dar un giro copernicano a la filosofa.Por qu interpretar el regirse por los objetos desde la frmula S O? Porque este regirse arrastra la idea de que el sujeto seconformapor el objeto; por tanto, es como si el objeto fuese envolvente de los sujetos, y esto ya se parece a la frmula recin escrita. Pero tras elgiroser el sujeto quien envuelve a los objetos, y stos sern los que estn contenidos no ya espacialmente, en el crneo pero s en un sujeto trascendental. Es entonces cuando la frmula O S, que es la inversin o giro de la anterior, comienza a tener sentido: Veo en el objeto lo que he puesto en l.Ahora bien, la frmula con la que Kant inaugura la ampliacin de una idea originariamente astronmica (la idea de las revoluciones de los orbes) al campo de las revoluciones del pensamiento (revoluciones filosficas primero, y revoluciones cientficas, en el sentido de Fontenelle, y luego de Kuhn, despus) no deja de ser una metfora; pero no llega a ser una analoga de proporcionalidad (la Tierra, respecto del Sol, como el sujeto respecto del objeto), como lo hubiera sido si Kant hubiera hablado del giro copernicano refirindolo al cambio de la posicin relativa de la Tierra respecto del Sol del geocentrismo. Pero Kant, al referirse a la Revolucin copernicana, toma ya como trmino explcito al espectador, diramos, al sujeto cognoscente, al hombre como sujeto operatorio. Y este trmino se mantiene l mismo en el momento de diagnosticar el significado de su propia revolucin, pues lo que Kant est cambiando es la masa de las estrellas por el objeto del conocimiento, en general. Por tanto, Kant no est forjando, dicho estilsticamente, una analoga o metfora, cuanto una ampliacin de la misma revolucin copernicana, al sustituir la masa de las estrellas por la realidad objetiva en general.Y esta ampliacin resulta ser, al menos a primera vista, muy poco afortunada, cuando nos atenemos a lo que Kant mismo quera obtener de ella. Pues Kant hace consistir la revolucin copernicana en el hecho de que los individuos comiencen a girar en torno a las estrellas, en lugar de sugerir que las estrellas son las que giran en torno a ellos. La afirmacin de la posicin determinante del sujeto frente al objeto, en el proceso del conocimiento, es una afirmacin que parece insinuar la necesidad de conferir al sujeto un puesto central (un puesto que la revolucin copernicana le haba hecho perder), al hacerle girar alrededor de s la masa de las estrellas inmviles.Sin embargo, bastara interpretar la supuesta analoga kantiana como una contra analoga, para que la eficacia de su frmula pudiera ser recuperada. La revolucin copernicana, que Kant se autoatribuye, slo resulta copernicana entonces por su forma (de inversin o permutacin de las relaciones entre dos trminos dados); por su materia es anticopernicana, y en realidad es una contrarrevolucin ptolemaica (para decirlo con B. Russell), en tanto que se orienta, de algn modo, a restituir al hombre el papel central que como habitante de una Tierra situada en el centro del universo, y de una Tierra en la que haba tenido lugar la unin hiposttica entre Dios y el Hombre, en la figura de Cristo, ocupaba en el Universo; una posicin que haba ya perdido a consecuencia de Coprnico, como ya lo advirti, con toda clarividencia, Giordano Bruno.Utilizando palabras de Hegel, la contrarrevolucin ptolemaica de Kant parece orientada a devolver al hombre el lugar del centro metafsico, si no fsico, del universo que le sigue correspondiendo, incluso despus de la revolucin astronmica de Coprnico. Segn esto, y en resolucin, la revolucin copernicana de Kant equivale a una recuperacin de la revolucin cristiana representada por el dogma de la Encarnacin (cuando se compara con la metafsica tradicional, desde Aristteles hasta Plotino).Y qu tienen que ver estos giros copernicanos, que Kant dio a la filosofa del siglo XVIII, con los giros copernicanos que est experimentando en nuestra poca de la globalizacin, que es una poca de grandes relatos (si es cierto que se equivocan en toda la lnea los tericos del postmodernismo, cuando intentaron formular la estructura ideolgica de nuestro presente, a raz del hundimiento de la Unin Sovitica)? El giro copernicano que los idelogos o filsofos de nuestro presente la poca de la globalizacin estn imprimiendo a la visin que el fascismo o el comunismo sovitico haban dado en el recin acabado siglo XX, podra concretarse en dos giros concntricos, el uno situado en la Naturaleza, y el otro en la Historia. La expresin ms potente del giro copernicano de la Naturaleza, de nuestro tiempo, nos la ofrecen los cosmlogos que interpretan la doctrina delBig Banga la luz del principio antrpico (fuerte pero tambin dbil), porque lo que no dice este principio es que el Universo est evolucionando como si todas sus variables hubieran sido seleccionadas para que fuera posible la aparicin del Hombre: tuvo luego que ser transformado, expandindose, para que al enfriarse pudiera formarse el carbono y con l la vida y el hombre. Y el giro copernicano en la Historia lleva el nombre de Humanismo democrtico, del hombre como fin y no como medio de la Democracia y de la Paz perpetua. Nuestra poca habra ido, segn esto, ms all de Kant, precisamente tras el control de la bomba atmica y la supresin de la pena de muerte (asunto que muchos consideran como lapars pudendadel pensamiento kantiano).4. Pero si el giro copernicano, en virtud del cual Kant habra revolucionado el curso de la historia de la filosofa es una contrarrevolucin ptolemaica, en qu consiste, dejando de lado las metforas astronmicas, la revolucin filosfica instaurada por Kant? No tiene mucho de esa revolucin de una revolucin de 360 que es la que corresponde precisamente a las revoluciones astronmicas? Es decir, a lo que los matemticos llaman transformaciones idnticas.Y como, a nuestro entender, en cierto modo, as es, habra que comenzar por poner en duda la eficacia de la frmula kantiana, cuando esta pretende diagnosticar el lugar singular de Kant como uno de los hechos ms grandes de la historia del pensamiento humano en el curso de su desarrollo.Sencillamente habra que prescindir de la oscura frmula metafrica o ampliativa revolucin copernicana, que se aplica tanto a Kant como a nuestra poca, como si fuera expresin de [5] un concepto claro y distinto. Pero no porque lo dejemos de lado (puesto que en este caso, correramos el peligro de cortar el hilo del diagnstico que Kant mismo nos ofreci), sino porque lo tendramos presente, pero a fin de descomponerlo o reinterpretarlo desde sistemas de coordenadas diferentes a las que son propias del sistema plano de coordenadas que Kant utiliz, definido por los dos ejes consabidos del sujeto (S) y el objeto (O). A fin de cuentas un giro no se reduce a la permutacin del lugar relativo de dos trminos (por ejemplo, a la permutacin de la relacin de inclusin de S en O, o la recproca, de O en S). El giro de dos trminos slo dejar de ser meramente relativo (en el sentido de los enantiomorfos) si suponemos que ellos se desplazan, en su rotacin, ante terceros trminos. El espectador de Kant slo podra girar en torno a la masa de las estrellas si dispone de un tercer trmino, como pueda serlo el entorno de esa masa, que acaso nos lleva simplemente a un espacio vaco. O, por lo menos, a un espacio distinto de esa masa de estrellas, es decir, por ejemplo, lleno de eseterde Euler, al que Kant se refiere ya en la primera parte de suCrtica del Juicio(15), al hablar de los colores: Si se admite, con Euler, que los colores son latidos (pulsus) del ter, que se siguen a tiempos iguales, como las notas musicales son latidos del aire que vibran el sonido...Puede afirmarse que la frmula que Kant utiliz (y que se pone ordinariamente en correspondencia con la frmula S O) para reflexionar sobre su revolucin, implicaba ya el idealismo o estaba hecha desde la plataforma del idealismo, siempre que se tenga en cuenta que la contraposicin S/O se corresponde a la contraposicin Libertad (Hombre)/Naturaleza (Mundo). Pero desde el punto de vista del materialismo, habr que decir que Kant estaba imposibilitado para representar aquello que l mismo haba ejercitado. Por ello su formulacin es intemporal y ahistrica (qu es ese sujeto?), es decir, psicolgica.Pero es demasiado simplismo dividir a la historia del pensamiento en funcin de los conceptos psicolgicos de S/O y sus relaciones recprocas. Desde el materialismo filosfico, elminimumde trminos necesarios para coordinar la Realidad no son los dos trminos S/O (o bien Naturaleza/Espritu), sino tres: Mi, E, M (Mundo, Ego trascendental en sentido positivo, no kantiano y Materia ontolgico general). Parece que con tres trminos ser ms hacedero dar una estructura a las revoluciones histricas que con dos.El materialismo filosfico utiliza sistemas de tres ejes de coordenadas para determinar las revoluciones, los giros y las rotaciones en los tres ejes del espacio antropolgico. Y da por cierto que quien no est dispuesto, o sencillamente no disponga de tales sistemas tridimensionales (por lo menos) de coordenadas, no podr, ms que confusa o torpemente, situarse en un curso tan complejo como pueda serlo la historia del pensamiento filosfico (tambin, la historia de las revoluciones polticas: no podra hablarse de revolucin estructural contando con slo dos trminos, y hacindolas consistir, por ejemplo, en el paso de la situacin en que los pocos que mandan pasan a obedecer y los muchos que obedecen pasan a mandar). La revolucin, o lo que fuera, que hizo Kant, fue un hecho genial, uno de los ms grandes que pueden sealarse en la historia del pensamiento humano (como deca Natorp), como lo es sin duda el idealismo trascendental, pero no puede manifestar su novedad basndose en la metfora de un giro mutuo de dos trminos que rotan el uno alrededor del otro.5. Conviene advertir que cuando intentamos diagnosticar el puesto de Kant en el curso de la historia universal de la filosofa, si no creemos posible atenernos a un espacio plano de dos ejes coordenados (como se hace de ordinario), necesitaremos un espacio de ms ejes. Por lo menos de tres, los suficientes para incorporar, como un fragmento suyo, a las dos oposiciones binarias.El materialismo filosfico utiliza un sistema de coordenadas definibles en torno a los tres trminos ya referidos (E, Mi, M), en funcin de los cuales distingue seis alternativas sistemticas abstractas (desplegadas ulteriormente en dieciocho modalidades) a partir de las cuales cabr diferenciar las tres grandes pocas sucesivas en las que convencionalmente suele ser dividido el curso histrico del pensamiento occidental (Antigedad, Edad Media, Edad Moderna), as como tambin los pares de orientaciones correspondientes a cada edad. Y no slo sucesivamente, sino tambin en coexistencia polmica (Presocrtica / poca clsica, Teologa dogmtica / Escolstica, Idealismo-Espiritualismo / Materialismo).Por supuesto, las correspondencias de estas alternativas bsicas (o filosofas bsicas) con las escuelas filosficas histricas fijadas por la doxografa, es slo aproximativa. Y, en todo caso,etic(es decir, constituye una interpretacin de las mismas que, a veces, podr parecer forzada). Aadiramos incluso que cabe interpretar las frmulas correspondientes en una perspectivaemicimplcita, con lo que adquiriran la funcin de argumentosad hominemfrente a quienes las impugnan. En efecto, cualquiera que intente atribuir una posicin a un sistema filosfico dado en el conjunto de la historia del pensamiento, no tiene otro remedio que utilizar esquemas de esta ndole, de los cuales no suele estar consciente. Invitamos, por tanto, a quienes muestren gran recelo inicial ante las frmulas propuestas, a reflexionar sobre sus propios esquemas implcitos.Las alternativas bsicas no tienen por qu circunscribirse exclusivamente a una poca; pero en cambio las escuelas histricas de una poca difcilmente pueden ponerse en correspondencia con alternativas bsicas correspondientes a pocas posteriores. Recprocamente, en cambio, cosmogonas de nuestro siglo, como pueda serlo la cosmologa delBig Bang,[6] puede ponerse en correspondencia con cosmologas preso-crticas. Esto es debido a que las tres grandes alternativas bsicas que distinguimos pueden ponerse en correspondencia con losmbitosrespectivos (polticos, tecnolgicos, culturales), vinculados a una poca histrica determinada.(I) La Antigedad (los mil aos que transcurren desde el 575 hasta el 475, como fechas convencionales aproximativas el eclipse de Sol que predijo Tales de Mileto en 575 a. C. y la cada del Imperio romano de Occidente, con Rmulo Augstulo) referida a una civilizacin atcnica, en la que no caba hablar del control tecnolgico (por el hombre) de los fenmenos (polticos, cosmolgicos) del mundus adspectabilisque, a su vez, se conceba como incluido en una Realidad impersonal (Caos, Apeiron, Sphairos eletico, Migma, Acto Puro, Cosmos atomstico, Heimarmene) habra determinado una ideologa metafsica de fondo, ejercida, ms que representada, en la cual los elementos egoiformes E (hombres, dmones, dioses) se tratan como si estuvieran incluidos en el mundo de los fenmenos (Mi), a su vez envuelto en una Realidad impersonal M: por tanto, la ordenacin bsica de fondo de la Antigedad podra representarse por la frmula (E Mi M). No formulamos aqu hiptesis orientadas a establecer causas de esta ordenacin causas tecnolgicas, polticas, culturales, &c.Ahora bien, esta ordenacin bsica (o filosofa bsica), podra serrecorridaen la representacin (literaria, artstica o filosfica) segn las dos orientaciones opuestas siguientes: (1) (E Mi M) (2) (E Mi M)La orientacin (1) correspondera, en general, a la Metafsica presocrtica, muy directamente vinculada a los mitos cosmolgicos.La orientacin (2) correspondera a la Filosofa clsica (desde Platn hasta Plotino). Caracterstica de la Metafsica presocrtica sera partir, dndola por supuesta, de una Realidad impersonal (M), al modo de los mitos cosmolgicos, de un Arj o de varios Arjai (agua, aire, apeiron...) a partir de los cuales se pretender obtener el Mundo (Mi) y, dentro de l, a los cuerpos o almas egoiformes (E).Lo que caracteriza a la gran revolucin ateniense (a veces llamada revolucin humanstica, que se hace consistir en un bajar la filosofa del Cielo a la Tierra, en frase de Cicern, o en la frmula de Protgoras, el Hombre es la medida de todas las cosas) no sera tanto la mutacin de esta ordenacin bsica, que seguira intacta, sino el cambio de perspectiva o de sentido, segn el cual esta ordenacin es recorrida por la filosofa que comienza a distanciarse de la metafsica presocrtica. La crtica sofstica y platnica a los metafsicos milesios, pitagricos o eleatas, crtica lindante con el escepticismo (Gorgias, Scrates, crtico, en elFedn,de Anaxgoras) equivale a la renuncia a partir, en la explicacin del universo, de unarjdado en funcin de M. Se parte, en cambio, de las sensaciones, opiniones, &c., de los sujetos E; de ah se pasar a reconstruir el mundo de los fenmenos (a salvar los fenmenos, Mi), y, por ltimo, a la realidad transmundana (M) que conservar su carcter impersonal, incluso en el Acto Puro de Aristteles, que ni crea el Mundo, ni necesita conocer su existencia.Las frmulas precedentes no hay por qu entenderlas con la rigidez que se deriva de la abstraccin de las distancias que pueden tomarse entre los trminos vinculados por la relacin , por ejemplo, introduciendo trminos intermedios, que mantengan el orden, aprovechando la transitividad de (por ejemplo: E X Y M), o bien simplemente introduciendo el concepto de mayor o menor proximidad entre los trminos vinculados por . Podramos obtener de este modo tres modulaciones en cada alternativa. Por ejemplo, en (1) E Mi M tendramos (1' )E Mi M, (1' ' ) E Mi M, segn que se consideren pertinentes las diferentes aproximaciones, o bien segn se considere pertinente destacar la mayor presencia de Mi a E, o la de M a Mi. O, si se prefiere, segn que, sin perjuicio de la ordenacin, queden flotantes los trminos iniciales o finales. El conjunto de las frmulas nos permitira disponer de dieciocho alternativas en total, un nmero ms adaptado al propsito de una taxonoma de la frondosa tipologa histrica. Sin embargo, slo en la Edad Moderna, tendremos en cuenta algunas modulaciones de la frmula general.Sealaremos, por ltimo, que el conjunto de estas dieciocho alternativas forman un sistema cerrado de permutaciones que permite la confrontacin de cada alternativa con todas las dems, como nico procedimiento para advertir su propio alcance (tanto lo que afirma como lo que niega).En cualquier caso, la gran revolucin representada por la sofstica y el platonismo, no habran rebasado la ordenacin bsica sobre la que se habra movido la Metafsica presocrtica. La metafsica clsica remueve la ingenuidad de la metafsica presocrtica, y la transforma en una doctrina filosfica; pero no remueve la ordenacin bsica heredada.(II) La Edad Media (los mil aos que transcurren entre el 475 y el 1475) la entenderemos marcada, en Occidente, por las nuevas sociedades herederas del Imperio romano que, a travs de la Teologa judeocristiana monotesta del Dios creador del Mundo, transforma profundamente la ordenacin bsica del mbito ideolgico del pensamiento antiguo. Sera necesario definir con la mayor precisin posible el sistema de condiciones presupuestas. Acaso la ms llamativa podra definirse de este modo: el Acto Puro de Aristteles rompe a hablar en la nueva poca del Cristianismo. Es creador del Mundo y serevelaa las criaturas. Traduciendo esta novedad a nuestras frmulas algebraicas: E ha sobrepasado a M; podramos hablar de una subversin.Esto equivale a quebrantar la ordenacin antigua, an cuando conservando la permanencia Mi M; desplazamiento de E desde su puesto inferior o subordinado en el orden antiguo, al puesto superior y subordinante, a travs de un Dios egoiforme, que crea el Mundo a partir de la Nada (acaso de un Caos) y lo ordena, habla con los hombres, pacta con ellos, e incluso se encarna en el hombre a travs de la figura de Cristo. La nueva ordenacin bsica, es decir, la nueva filosofa bsica, quedara representada en esta frmula: (Mi M E).Tambin esta ordenacin bsica es susceptible de ser recorrida en dos sentidos opuestos: (3) (Mi M E) (4) (Mi M E)La alternativa (3) la ponemos en correspondencia muy puntual con el curso de la Teologa Dogmtica, en funcin de la cual ir desplegndose la recuperacin de la filosofa antigua (ancilla theologiae) confundida casi siempre con la filosofa (Scoto Erigena: la verdadera filosofa es la verdadera religin). [7]La Teologa dogmtica, que ocupa todo el campo en los primeros siglos medievales (San Isidoro, Gundisalvo, Scoto Erigena), parte, en efecto, y obligadamente (cualquier transgresin llevara al destierro o a la hoguera), de la Revelacin, como Palabra de Dios, de un Dios que habla, que es egoiforme, por tanto, E. Es Dios quien instruye a los hombres acerca de un vaco, de la Nada, o acaso de la materia catica (M) que Dios transforma en un mundo (Mi) gracias a su obra de los seis das. Dentro del mundo (Mi) se encuentra una entidad egoiforme (E), que recapitula en l a la propia divinidad E.La Filosofa escolstica, sin perjuicio de su orientacin racionalista, enteramente opuesta, por su mtodo, a la Teologa dogmtica, no altera la ordenacin bsica. Pero la recorre en distinto sentido (4), partiendo de la constatacin de las cosas del mundo visible y sensible (elsensu constat) de las cinco vas de Santo Toms, y pasando al otro mundo invisible (el mundo de las formas separadas, y an el del caos), hasta alcanzar al Dios creador (E) de la Teologa Natural, perfectamente diferenciado del Dios revelador de la Teologa Dogmtica. (Es obvio que la lnea fronteriza entre las orientaciones (2) y (3) no es siempre ntida; el llamado argumento ontolgico de San Anselmo no arranca de Mi, sino de una idea de Dios asentada en un E humano; aunque a su vez esta idea de Dios ha sido probablemente sembrada en los hombres por la propia revelacin.)(III) Cmo definir ahora, y nicamente en funcin de los ordenamientos (I) y (II) la filosofa bsica (por tanto, la ordenacin bsica) que atribuimos a la edad moderna (o, como otros dicen, a la modernidad).La transformacin o subversin ms importante que la filosofa experimentar en la Edad Moderna la pondramos en la destitucin del E medieval (de la Revelacin) del puesto supremo que ocupaba en la ordenacin bsica precedente, y esta destitucin puede ponerse en correspondencia con el llamado racionalismo de la modernidad, un racionalismo definido precisamente como negacin de toda autoridad revelante, en cuanto canon o norma de la filosofa o de la ciencia. Aqu pondramos la subversin, ms que en el supuesto individualismo de la poca moderna; pues este individualismo es una relacin entre los hombres, ms que una relacin entre los hombres y el mundo. La subversin habra comenzado con la Reforma, cuando Lutero niega la autoridad del Papa y de la tradicin eclesistica, y cuando concibe la Revelacin como proceso que tiene lugar a travs de cada conciencia humana identificada con el Dios que sopla en ella.Sin embargo, esta destitucin de un E revelante de su puesto supremo, no repercute de forma que tambin pierda el puesto que ocupaba respecto de Mi, cayendo por debajo de l (al modo antiguo), por debajo de Mi: esta es la herencia medieval (judeo cristiana) que asume la Edad Moderna. Se mantiene en cambio el orden Mi M caracterstico de la Edad Antigua. En conclusin, la ordenacin bsica de la Edad Moderna quedara representada de este modo: (Mi E M). Ordenacin que mantiene como herencia el fragmento antiguo (Mi M), pero tambin el fragmento medieval (Mi E). Esta representacin es posible gracias a la transitividad de .Por lo dems, tambin la ordenacin bsica moderna ser susceptible de ser recorrida en dos sentidos opuestos: (5) (Mi E M) (6) (Mi E M)La ordenacin (5) la pondremos en correspondencia precisamente con el racionalismo moderno, de signo espiritualista o idealista; una orientacin que inspira el proceso que en otras ocasiones hemos denominado inversin teolgica, propia de la poca moderna.La ordenacin (6) la pondremos en correspondencia con el racionalismo moderno de signo materialista. Segn esto, el materialismo moderno no habra alterado el orden bsico, o la filosofa bsica en la que tambin se mueve el idealismo moderno: nadie puede saltar por encima de su sombra, simplemente recorre el campo de otro modo. La subversin moderna que destituye a E de la cpula que ocupaba en la Edad Media, la interpretamos, no necesariamente, como un atesmo formal, puesto que tambin puede tener el sentido de una transformacin delDeus absconditusen una entidad que ya no fuera egoiforme, sino que tuviese la condicin de una Voluntad, con una lgica distinta de la lgica humana (Descartes, Schopenhauer).Pero la ordenacin bsica (5), de acuerdo con lo anteriormente expuesto, podra llevarse a cabo segn dos modulaciones, si tomamos en cuenta la posibilidad de que E se mantenga ms prximo a M, o ms prxima a Mi.Si E se mantiene en la proximidad de M, de suerte que Mi quede vinculado a E indirectamente o mediatamente, la representacin ser la siguiente: (5' ) Mi E M.Cuando E se mantenga inmediatamente vinculado a Mi, quedando M en situacin distante o flotante, obtendremos la representacin (5' ' )Mi E M.La ordenacin (5' ) se corresponde muy bien con el racionalismo espiritualista francs (Descartes, Malebranche) y con el empirismo ingls (Locke, Berkeley, Hume). En efecto, el racionalismo francs, y, sobre todo, el cartesiano, parte de una situacin de duda (la duda metdica respecto de Mi), de un caos en el que todo se confunde; un caos que tiene que ver con un Genio maligno, que acta por encima de la voluntad humana. Pero este Genio maligno se detiene precisamente ante el Cogito espiritual, que se erige en una roca firme, con independencia del Mundo de los cuerpos Mi (entre los cuales se encuentra el propio cuerpo humano). En el cartesianismo, el vnculo inmediato de la ordenacin (Mi E) se ha roto, en beneficio de la inmediatez del vnculo Mi M; el argumento ontolgico, que nos hace presente a un Dios voluntarista M, en el Alma humana E, y slo a travs de E se restablece mediatismo el vnculo M E.El espiritualismo ocasionalista, segn esto, representa una indiscutible exasperacin de los componentes medievales de la ordenacin bsica: Nosotros vemos a Dios en todas las cosas. La existencia del mundo exterior, llega a decir Malebranche, la conozco porque la Biblia me ensea que Dios ha creado el Mundo. Sin embargo, el espiritualismo de Malebranche incorpora los componentes principales del racionalismo moderno.Por lo que se refiere al empirismo ingls, o a los platnicos de Cambridge, tambin cabra advertir que en ellos E se mantiene alejado del mundo (cuya existencia, en Locke y Hume, es reducida a no mucho ms que a una cierta intensidad o vivacidad de las sensaciones). Berkeley, el obispo irlands, ocupa en esta tradicin empirista el lugar que Malebranche, el sacerdote [8] francs, ocupaba en el racionalismo: el lugar ms prximo al Dios medieval de la revelacin. Dios (M) llena a E (ngeles, almas humanas), a quien ha creado, y slo a su travs crea el Mundo de los fenmenos (Mi), cuyo ser se reduce a la condicin de percepcin de E.Berkeley funda as el idealismo, en su forma ms moderna, la que Kant denomin idealismo material, pero que Fichte lleg a definir como una forma de materialismo (precisamente por admitir la existencia de un principio M divino distinto del E humano).Y con esto llegamos ya a la ordenacin (5'' Mi E M), mediante la cual ensayamos definir o diagnosticar el puesto de Kant, y despus, del idealismo clsico alemn, en el curso general de la filosofa, y, en particular, de la filosofa moderna. Dicho de otro modo:la forma (5' ' ) ha de poder servir para redefinir el giro copernicano cuya ambigedad hemos comenzado por denunciar.Manteniendo el orden antiguo (Mi M), sin embargo Kant habra pasado de la subsuncin de E en Mi (el sujeto est determinado por el objeto Mi) a subsumir en su revolucin Mi en E (el objeto est determinado por el sujeto).Este sera el contenido principal del giro copernicano de Kant,tal como l mismo lo formula.Pero, segn nuestras premisas,esta revolucin ya haba sido practicada por el Cristianismo.En las frmulas: la transitividad de (Mi M E) permite establecer (Mi E). Desde esta perspectiva, la revolucin copernicana de Kant no es otra cosa sino un ciclo nuevo (que conduce al idealismo trascendental) de la revolucin instaurada por el Cristianismo. Y el eslabn entre estos dos giros es el idealismo material de Berkeley, en funcin del cual precisamente Kant ha sentido la necesidad de definirse. Contraprueba: difcilmente podra entenderse una doctrina tan extravagante, como la de Berkeley, que niega la evidencia ms comn acerca de la existencia independiente de los cuerpos que nos rodean, si no fuera porque el creacionismo cristiano haba preparado y madurado la idea de que las cosas que existen como criaturas (res natae) necesitan en cada instante de la asistencia divina, en un acto de conservacin muy prxima al acto de la creacin (Berkeley, por otro lado, estaba persuadido de que su idealismo estaba de acuerdo con el sentido comn; y le daramos la razn si sobreentendemos que su sentido comn es el de los cristianos genuinos).La revolucin a la que Kant se refiere con su frmula del giro copernicano y su distanciacin del idealismo material de Berkeley se comprende muy bien con la revolucin que representa el idealismo frente al realismo antiguo, principalmente el aristotlico, y seala la fuente misma (judeocristiana) de esta revolucin.Pero en cambio no discrimina la revolucin del idealismo trascendental respecto de la revolucin cristiana, ni, menos an, discrimina la revolucin kantiana de la revolucin cartesiana. Si mantenemos la analoga con el giro copernicano, habra que redefinirlo segn estos otros dos giros o, si se prefiere, estos dos epiciclos:(a) El giro racionalista, que se corresponde a la inversin de la posicin de E respecto de M (del paso M E medieval al E M moderno).(b) El giro idealista derivado del desplazamiento de E desde el bloque (E M) hasta el bloque (Mi E), y en virtud del cual E, en lugar de girar en torno a M, comienza a girar en torno a Mi. Este es el giro copernicano que permite sealar las diferencias entre el racionalismo espiritualista (psicolgico) francs o ingls y el racionalismo idealista de la filosofa alemana clsica, inaugurada por Kant, con el precedente de Leibniz.Que el giro copernicano que define especficamente la revolucin kantiana no se reduce a la inversin de E Mi por Mi E, sino a la transformacin 5' (Mi M) en 5' ' (Mi M) se demuestra principalmente por la doctrina kantiana de laapercepcin transcendental: La conciencia originaria y necesaria de la identidad de s mismo [E] es, pues, al mismo tiempo, la conciencia de una unidad igualmente necesaria de la sntesis de todos los fenmenos [Mi] segn conceptos (Analtica trascendental,2, III; pg. 271 de K.r.V., tomo 1 de la edicin Cassirer).Dicho de otro modo: la revolucin que condujo a Kant a posiciones opuestas a las del espiritualismo mediatista de cartesianos y empiristas, fue la revolucin del inmediatismo, que aproxim, hasta identificarlos, a E y a Mi, y con ello alej a M, como una entidad flotante, que ya no poda percibirse inmediatamente, porque slo poda ser pensada por un sujeto que no requiriese la mediacin de los sentidos, sino que fuera slo pensamiento capaz de pensar elnoumeno.Incluso cuando este M se interpret, no ya como noumeno inmaterial, sino como un ter natural, porque tampoco el ter euleriano era visible o tangible, sino slo pensable (por tanto, como un noumeno positivo, y no slo negativo, como lo era la cosa en s).Aadiramos una conclusin metodolgica: la consideracin del idealismo trascendental como sistema construido por Kant, pero que, en cuanto sistema objetivo, desborda los propios horizontesemicdesde los cuales Kant hubo de proceder a construirlo, nos lleva a concluir que no podramos darnos por satisfechos con la exposicin del idealismo trascendental, reducindonos, con espritu filolgico (doxogrfico) al anlisis de la obra de Kant (incluyendo aqu elOpus postumumcoleccionado y rotulado de este modo, por primera vez, por Erich Adickes, en 1920, e incluido en 1936 en los volmenes XXI y XXII de la edicin de las obras de Kant de la Academia de Berln). Slo si ponemos en relacin el legado que Kant dej con los desarrollos sistemticos a los que esa obra dio lugar inmediatamente (Benecke, Fichte, Schopenhauer, Hegel...) podramos aproximarnos a la perspectiva sistemtica imprescindible para penetrar en la estructura misma del idealismo trascendental. Y esto implicara no ya tanto considerar a Fichte o a Hegel como sistemas surgidos a raz de Kant, pero con su propia ley, sino considerar al sistema de Kant como si no fuera independiente de los sistemas del idealismo en la medida en que estos desplieguen lneas embrionarias o abortivas del propio sistema kantiano.Supongamos que consideramos suficiente, a efectos de fijar la posicin del idealismo trascendental, la determinacin del giro copernicano que hemos expuesto. No por ello podramos darnos por satisfechos. Si mantenemos el sistema de coordenadas que venimos utilizando, sera preciso confrontar tambin los resultados a los que conduce el giro copernicano de Kant con los resultados a los que otros tantos giros copernicanos condujeron al materialismo, tal como lo hemos representado en la frmula (6 Mi E M). A esta frmula, en efecto (en su modulacin 6' Mi E M) se acoge no slo la [9] filosofa de Benito Espinosa, sino tambin la filosofa de los materialistas del siglo XVIII (Helvecius, Herder, bajo la influencia de Espinosa), el materialismo histrico y en gran medida la corriente del llamado materialismo espontneo de los cientficos (desde Darwin hasta Du Bois-Reymond, del siglo XIX). Y an la corriente ms vigorosa del positivismo (la filosofa espontnea de los cientficos de los siglos XIX y XX, como Mach o Einstein) y del neopositivismo. Ensayaramos, como regla hermenutica general, la recuperacin materialista de mltiples componentes del idealismo (de su lado activo, en palabras de Marx) y an del positivismo. En cualquier caso, y si mantenemos el principio dialctico segn el cual slo entendemos verdaderamente algo cuando sabemos contra quin va dirigido, tendramos que concluir que slo podemos fijar el alcance del giro copernicano de Kant cuando lo confrontamos con los giros copernicanos del materialismo filosfico, as como recprocamente.Ahora bien: entre las mltiples maneras de llevar a efecto esta confrontacin, hemos elegido, ms que la confrontacin global, que requerira mucho volumen y se prestara a divagaciones no del todo pertinentes, la va de la confrontacin puntual, atenindonos a un nmero (una docena, en este caso) de tesis, que pueden considerarse necesarias (acaso no suficientes), atribuibles a la filosofa kantiana y a las que puedan oponerse las correspondientes tesis del materialismo filosfico.Podemos esperar que, tras unir con lneas continuas las doce tesis puntuales del idealismo trascendental y las correspondientes tesis del materialismo filosfico, podramos dibujar el perfil del idealismo trascendental en tanto se contrapone al materialismo filosfico (sin agotar, desde luego, el anlisis de las diferencias, ni menos an el de las semejanzas). La atribucin de las doce tesis que hemos escogido a la filosofa de Kant la justificamos ante todo en el planoemic: las tesis a las que vamos a referirnos las consideramos presentes y utilizadas (en diverso grado de ejercicio y de representacin) por el propio Kant. Otra cosa es la interpretacin que puedan recibir estas tesis cuando se proyectan en un sistema de coordenadas materialistas.Las doce tesis escogidas pueden considerarse agrupadas en dos bloques, que podran acaso caracterizarse, respectivamente, comobloque de las tesis gnoseolgicas(si se prefiere, metodolgicas) las seis primeras tesis y comobloque de las tesis metafsicas(o si se prefiere, ontolgicas).Caracterstica diferencial muy notable entre estos dos bloques es la siguiente: las tesis del bloque primero tienen una estructuraantittica(en el sentido de Kant:thesi cum antithesi,CRP II, pg. 10), mientras que las tesis del segundo bloque tienen una estructurattica.Esto no excluye la posibilidad de explorar el fondo ttico que pueda subyacer en las tesis antitticas (contraria sunt circa eadem), as como el fondo antittico que pueda estar actuando tras las tesis tticas.Por ltimo, y como es lgico, expondremos cada una de las tesis antitticas desde dos perspectivas: (A) la perspectiva del idealismo trascendental, y (B) la perspectiva del materialismo filosfico.Podra pensarse que entre estas dos perspectivas media la diferencia que separa a la perspectivaemicde la perspectivaeticen el sentido de Pike, pero no es as. An dando por supuesto que es inevitable un minimun de perspectiva emic, no es nunca tal perspectiva la aqu asumida. Al menos la perspectiva A, la del idealismo trascendental, est expuesta tambin etic, es decir, desde una confrontacin con otros sistemas filosficos y, en especial, con el materialismo filosfico.Seccin 1. Bloque de tesis gnoseolgicas (metodolgicas)Incluimos en este primer bloque de tesis metodolgicas (gnoseolgicas, epistemolgicas) una media docena de dualismos utilizados (ejercitados y representados tambin de algn modo por Kant) y cuya importancia en filosofa difcilmente podr ser puesta por nadie en tela de juicio. Y ello sin perjuicio de que Kant no haya reunido, ni se haya hecho cuestin de este conjunto de dualismos, ni de su estructura, como parte especial de su sistema (Kant en cambio ha reflexionado sobre la divisin en tres, al final de su introduccin a laCrtica del Juicio).Desde luego, Kant no se ha representado estos dualismos en forma de tesis proposicionales, enfrentadas a tesis antitticas, o a anttesis, como lo hace en suAntitticaexpuesta en el libro II, captulo 2 de laDialctica trascendental.Antittica que comprende el sistema de las clebres cuatro antinomias cosmolgicas (primera oposicin: tesis: el mundo tiene comienzo en el tiempo y lmites en el espacio; anttesis: el mundo no tiene comienzo en el tiempo ni lmites en el espacio; segunda oposicin: tesis: toda sustancia del mundo se compone de partes simples; anttesis: ninguna sustancia compuesta se compone de simples; tercera oposicin: tesis: hay una causalidad libre; anttesis: no hay libertad; cuarto conflicto: tesis: el mundo supone algn ser parte o causa suya necesario; anttesis: no existe ningn ser necesario).Pero ello no justificara pasar de largo sobre estos dualismos que, aunque no contienen oposiciones entre proposiciones, s contienen oposiciones entre trminos (en el sentido tradicional de las oposiciones relativas padre/hijo o contrarias, con trminos medios blanco/negro o dicotmicas sin trminos medios par/impar). En todo caso, la meraposicinde estos dualismos constituye ya una tesis, [10] que comprende a los trminos opuestos y a su comn fundamento.No deja de producir cierto asombro, o perplejidad (una vez que hemos identificado esta media docena de dualismos, a los que podran aadirse algunos ms), la constatacin de la ausencia en el sistema del idealismo trascendental, de una parte dedicada a ellos. Ocurre como si Kant, que utiliz y analiz con mayor o menor extensin, alguno de estos dualismos, no los hubiera comparado entre s, es decir, no hubiera re-flexionado sobre su conjunto. No podemos detenernos aqu sobre este asunto, en una ocasin en la que hablamos del idealismo trascendental slo en su confrontacin con el materialismo. Tan solo diremos que la ausencia de reflexin de Kant sobre el conjunto de dualismos tan significativos en su sistema y que contrasta con la cuidada reflexin sobre el conjunto de las antinomias proposicionales, puede descubrirnos mucho acerca de aquellos fundamentos no explcitos en el sistema, y que precisamente por no haber sido sistematizados, nos permiten comprobar las lneas ms precarias o artificiosas del sistema explcito.En cualquier caso, la ausencia de un tratamiento sistemtico, por parte de Kant, de los dualismos que l, sin embargo, utiliza (y a veces analiza por separado y con muy diferente alcance) constituye la principal dificultad para su anlisis. Porque, obviamente, en el tratamiento que podemos dar a este conjunto de tesis dualistas, habr que poner un tanto de interpretacin mucho mayor de lo que es corriente.Ante todo, cabe atribuir una estructura similar a los diferentes dualismos, o tesis dualistas, de las que hablamos? En su Antinmica (de proposiciones) Kant mismo distingue (basndose en la doctrina escolstica sobre los tipos de oposiciones opuestas: contradictorias, contrarias, subalternas) distintas clases de antinomias, por ejemplo, las antinomias matemticas (la primera y la segunda, que pueden ser falsas a la vez, pero no verdaderas a la vez), y las antinomias dinmicas (que pueden ser verdaderas a la vez, pero no falsas al mismo tiempo). Kant pudo reclasificar sus antinomias porque ya exista una doctrina escolstica sobre la oposicin de proposiciones. Cmo hubiera reclasificado sus dualismos, dada la pobreza de la doctrina escolstica sobre la oposicin de trminos? Pero adems de los tipos de oposicin relativa (que en todo caso es preciso desarrollar), dicotmica y contraria (dualismos fsicos, tales como calor y fro) hay que tener en cuenta la oposicin de los dualismos proyectivos (los dualismos de la geometra proyectiva, por ejemplo, punto/recta) y los dualismos conjugados.Y no tenemos por qu pensar que las tesis dualistas (los dualismos kantianos) de los que estamos hablando tuvieran que ser todos del mismo tipo, pues acaso los trminos opuestos en un dualismo pueden serlo dicotmicamente, y los que se oponen en otro dualismo pueden mantener oposicin contraria o acaso conjugada.Y si alguien cree que la dilucidacin de estas cuestiones slo podra afectar, a lo sumo, al grado de perfeccin o acabado ornamental de sistema, pero no a su arquitectura, que permanecera inconmovible, se equivocara por completo; porque de la interpretacin y clasificacin tipolgica de alguno de estos dualismos de referencia (si no de todos ellos), por ejemplo, del dualismo sujeto/objeto, o del dualismo fenmeno/nomeno, o del dualismo esttica/lgica, dependen precisamente la interpretacin y diagnstico del sistema ntegro del idealismo trascendental, sobre todo en lo que concierne a su significado comoWeltanschauung,ya sea como una concepcin del Mundo de fondo dualista (en la tradicin, por ejemplo, del maniquesmo o del marcionismo), ya sea como una concepcin del Mundo de fondo monista (en la tradicin por ejemplo del pantesmo estoico, precursor del idealismo absoluto de Fichte y acaso del idealismo objetivo de Hegel).Los dualismos, en Kant, tienen seguramente que ver, en general, con lasntesisde los trminos opuestos en los dualismos, precisamente porque la unin sinttica resulta de la composicin de los opuestos. Aqu est el fundamento de las divisiones ternarias (que prefiguran las series de tesis, anttesis y sntesis hegelianas) como Kant mismo dice en la nota final a laIntroduccin a la Crtica del Juicio: Una divisin ha de ser una tricotoma, pues debe constar (1) de la condicin (2) de lo condicionado y (3) del concepto que nace de la unidad (sinttica) de lo condicionado y de la condicin. Kant se refera en esta Introduccin a la tricotoma facultad de conocer / facultad de desear / facultad de juzgar (facultad intermedia entre las dos precedentes).Y si aplicsemos este modelo a otros lugares, podramos advertir muy bien la cocina de Kant, sobre todo cuando se enfrenta con la necesidad de hacer la sntesis de ingredientes opuestos que son tratados antes al modo de las sntesis qumicas de los elementos (en combinaciones, no slo en mezclas) que al modo de las sntesis lgicas (las del mtodo de los gemetras). Es el caso de los esquemas trascendentales, que Kant introduce en laCrtica de la Razn Pura,en su Analtica de los Principios, cap. I, y que podran ponerse en conexin con los mediadores plsticos de Ralph Cudworth (1617-1688) y los platnicos de Cambridge. Kant plantea el problema de la conexin entre los conceptos puros del entendimiento y las intuiciones sensibles, que considera como totalmente heterogneas, como un proceso de subsuncin entre objetos a subsumir (por ejemplo, un plato, como concepto emprico, y un concepto puro, por ejemplo, un crculo geomtrico): la redondez, pensada en ste, puede intuirse en aquel. Kant, en rigor, est proponiendo una situacin de subsuncin de clases: la clase de los platos, en la clase de los crculos geomtricos; lo que est presuponiendo (1) que los crculos geomtricos son conceptos puros del entendimiento, acaso como lugares geomtricos compuestos de puntos inexistentes en la realidad primogenrica, (2) que los platos son conceptos empricos, que ya tienen la circularidad dada en la materia, pero cuya redondez puede ser pensada. El ejemplo puede considerarse chapucero, porque no corresponde con el problema planteado de la subsuncin de conceptos puros con intuiciones sensibles, dado que estas ya estaban formalizadas como crculos.Pero sobre este ejemplo de subsuncin, establecida entre un supuesto concepto emprico y un supuesto concepto puro (es decir, una subsuncin entre una clase especfica los platos redondos y un gnero o clase genrica los crculos) Kant extiende la idea de subsuncin a la relacin de conceptos puros e intuiciones empricas. Es decir, aqu ya no se trata de clases (genricas y especficas) sino de entidades heterogneas, como pudieran serlo dos sustancias qumicas heterogneas (acaso el agua y el fuego), que sin embargo pudieran componerse en una sntesis. Y es aqu donde aparece la idea de un mediador [un catalizador], de un esquema transcendental (sjemaen Platn,Menn76A, era figura que limita los cuerpos, sobre todo los [11] coloreados) que por un lado sea homogneo con los conceptos puros, y por otro con las intuiciones sensibles. Este es el razonamiento que recuerda a los mediadores plsticos de los platnicos de Cambridge (Cudworth, en su intento de frenar el materialismo, y desde el supuesto de que los cuerpos son pasivos los tomos y los espritus son activos, no vea otra manera de explicar la conexin entre ambos que recurrir a una naturaleza o mediador plstico capaz de organizar los cuerpos para recibir la accin de los espritus: Es este un arte que corresponde a Dios, como artista supremo y misterioso). Kant dice: Este esquematismo de nuestro entendimiento, respecto de los fenmenos y de su mera forma, es un arte recndito en las profundidades del alma humana, cuyo verdadero manejo difcilmente adivinaremos a la naturaleza, y pondremos al descubierto.Por lo dems Kant dice enseguida que el esquema de un concepto puro es slo la sntesis pura [es decir, la sntesis no es ahora tanto algo intermedio entre concepto e intuicin, cuanto el propio esquema, en la medida en que l contiene a la vez reglas de unidad, segn conceptos que expresan la categora y la aplican a las intuiciones [es la sntesis contenida ya en el mediador plstico]. Y es aqu donde vemos bien lo que hemos llamado la cocina de Kant, cuando nos detenemos a considerar con qu ingredientes trabaja: son los ingredientes de la Psicologa escolstica: sentidos externos, sentidos internos y entendimiento. Y lo que hace es poner a los sentidos internos como mediadores entre la sensibilidad y el entendimiento. Pero esta cocina quedara encubierta o disimulada cuando nos acercamos a Kant, como lo hizo Heidegger, desde una metafsica de la temporalidad y de la imaginacin, dotndola, por principio, de consideracin trascendental, en lugar de restituirles a su origen psicolgico.Ahora bien: Kant sita sus esquemas, no ya en la Naturaleza, como Cudworth, sino en el Alma, entre la sensibilidad externa y el entendimiento. Es decir, sus esquemas tienen que ver con los sentidos internos de los escolsticos, que eran, a saber, la imaginacin que sin duda aparecer en el recuerdo que Heidegger tena de sus tiempos de novicio jesuita, memoria, estimativa y sentido comn. Kant funde la imaginacin y la memoria (que implica el tiempo) en su idea de la imaginacin productora (operatoria), que contiene la determinacin del tiempo. Los esquemas terminan siendo as un producto trascendental de la imaginacin que se refiere a la determinacin del sentido interno en general, segn la condicin de su forma (el Tiempo). As, el esquema puro de la magnitud (quantitas) es el nmero (que Kant entiende como la unidad de la sntesis de lo mltiple de una intuicin homognea, por la cual produzco yo el tiempo mo, y de lo uno). El tiempo es forma de la intuicin de los objetos como fenmenos: lo que en estos corresponde a la sensacin es la materia trascendental de todos los objetos (materia trascendental que recuerda ms a la materia prima de Aristteles, inmanente al Mundo, que una materia trascendental que lo desborda). Cantidad es algo que llena el tiempo; la sustancia tiene como esquema la permanencia en el tiempo; el esquema de la causa es la sucesin de lo mltiple sometida a una regla (y=fx).Tesis 1. El dualismosujeto / objetoen su conexin con el dualismofenmeno / nomeno.A. La perspectiva del Idealismo trascendental1. Afirmamos, en nuestra interpretacin, que el dualismo sujeto/objeto [correspondientemente: sujeto/cosa, conciencia de s mismo/Mundo de la apercepcin trascendental, yo pienso (yo siento)/cosas pensadas (sentidas)] desempea un papel primordial en la arquitectura del sistema kantiano. Advertimos que los trminos S y O pueden ponerse en correspondencia (correspondencia no es identidad) con los trminos E y Mi del Materialismo filosfico.Bastara acaso, como pieza de conviccin para probar nuestra afirmacin, la constatacin de que es en funcin de este dualismo, y precisamente con esta denominacin (dualismus) como Kant establece la distincin entre el Idealismo y el Realismo, en la exposicin que el libro II, captulo I de laDialctica trascendentalofrece del cuarto paralogismo implicado por la idea de Alma: ...la existencia de todos los objetos de los sentidos externos es dudosa. A esta incertidumbre la llamo idealidad de los fenmenos externos; la filosofa de esta idealidad se llamar idealismo, y en oposicin con este sistema, la afirmacin de una certeza posible tocante a los sentido externos, es nombrada dualismo. Y contina:El idealista trascendental puede ser realista emprico y, por consecuencia, como suele llamrsele, un dualista, es decir, concordar la existencia de la materia sin salir de la simple conciencia de s mismo y admitir alguna cosa ms que la certeza de las representaciones en m, es decir, elcogito ergo sum. Kant vendra a decir, suponemos, que en elegocartesiano est elcogito(conciencia de s) y elsum,es decir, una realidad que no se reduce alcogito,porque lo desborda, y no se deduce (ergo) de l.Pero es necesario poner cara a estas filosofas presentadas por Kant de un modo tan abstracto.Entendemos que Kant toma como referencia del idealismo del idealismo emprico a las posiciones tales como las que mantuvieron Locke o Hume, incluso Berkeley; mientras que la referencia de su dualismo, en tanto es equiparado poco despus con el realismo emprico, sera Descartes y los cartesianos.Y su famosa distincin entre el idealismo emprico y el idealismo trascendental y correspondientemente, entre el [12] realismo emprico y el idealismo trascendental tambin presupone el dualismo sujeto/objeto. Entiendo por idealismo trascendental de todos los fenmenos la doctrina segn la cual los contemplamos en su semejanza como simples representaciones [del sujeto!] y no como cosas [Dinge] en s mismas [Dinge an sich]... a este idealismo se opone un realismo trascendental [definido respecto de la sensibilidad] que mira el tiempo y el espacio como algo dado en s mismo, independientemente de nuestra [subjetiva] sensibilidad. Es precisamente este realismo trascendental [Descartes, por ejemplo] aquel que podra jugar el papel de idealista emprico, mientras que el realista emprico puede a su vez ser idealista trascendental.2. Pero si el dualismo sujeto/objeto tiene en el sistema de Kant la importancia arquitectnica que le atribuimos, por qu no est representado, como tesis explcita, en el sistema, con el mismo rango que alcanzan (en rtulos de secciones, captulos o prrafos) otros dualismos, tales como el dualismo fenmeno/nomeno, o bien el dualismo esttica/lgica? No es que el dualismo que nos ocupa no sea ampliamente utilizado o ejercitado por Kant; lo que pasa es que no est representado (si se quiere, no est tematizado). Ocurre como si Kant lo diera por supuesto, como distincin obvia o trivial, cuya re-presentacin resultase superflua.Sin embargo, no es fcil contentarnos con esta explicacin. Por obvia y trivial que sea una distincin de tal importancia, no cabe, salvo por negligencia o descuido, inhibirse de su anlisis, como tampoco cabra inhibirse, en Geometra, de la evidencia obvia y trivial que nos obliga a reconocer la igualdad de los cuatro ngulos del cuadrado.3. Por mi parte, me inclino a sospechar que no hay negligencia ni descuido en el proceder de Kant; por tanto, que cabe barruntar que existe alguna razn suficiente para explicar por qu Kant no se propuso temticamente, como distincin fundamental de su sistema, el dualismo presupuesto sujeto/objeto.Y esta razn podra exponerse de un modo muy sencillo: que no le habra sido posible introducir en su sistema arquitectnico este dualismo (sujeto/objeto) del que haba partido, an en el caso de que lo hubiera deseado. Y no le era posible porque, si lo hubiera introducido, hubiera tenido que retirarlo a continuacin, y, con ello, el sistema mismo se habra derrumbado.Segn esto al dualismo sujeto/objeto podra atribursele el papel de un presupuesto bsico de la arquitectura del sistema. Pero un fundamento que precisamente requiere ser ocultado por el propio edificio, que acta como superestructura (en el sentido de Marx,berbau).El dualismo sujeto/objeto es el fundamento (suponemos) del sistema del idealismo trascendental kantiano; pero este dualismo trabaja en su infraestructura, ejerciendo su papel de fundamento, pero sin posibilidad de ser representado como un fragmento ms de la superestructura arquitectnica.4. Para decirlo brevemente: el dualismo sujeto/objeto que consideramos como fundamento del sistema kantiano del idealismo trascendental, se dibuja no slo originariamente, sino tambin estructuralmente es decir, en su gnesis y en su estructura en el terreno psicolgico. El dualismo sujeto/objeto es un dualismo psicolgico, y, por serlo, dado que, suponemos, el sujeto es l mismo un concepto crtico, es a la vez un dualismo epistemolgico. En consecuencia (y salvo fingir que nos situamos emic en la perspectiva del espiritualismo o, lo que es an peor, que estamos situados, sin fingir, ingenuamente en esta perspectiva) un dualismo que implica la consideracin del sujeto como sujeto corpreo, puesto que, al menos desde el materialismo, no cabe situarse, ni siquiera por hiptesis, en la perspectiva del espiritualismo (o del mentalismo), como lo hacen de hecho (ocultndose en la Historia) tantos comentaristas y profesores que comienzan, al exponer a Kant, invocando a la conciencia, al Alma espiritual o al cogito cartesiano, como si fueran las plataformas desde las cuales ellos operan. Desde la perspectiva materialista, ese espritu, esa mente o esa autoobservacin no pueden tomarse como una plataforma desde la cual definir al sujeto. A lo sumo, podrn verse como un lmite vaco al que slo podremos acudir desde el sujeto corpreo.Ahora bien: el dualismo (S/O) que se da en el terreno psicolgico (emprico), y a partir del cual suponemos se constituye el sistema del idealismo, es justamente el dualismo que debe ser borrado (superado, por emprico) en el momento de alcanzarse el idealismo trascendental. Porquedesde l el sujeto ya no podr ser definido como sujeto corpreo, dado que el cuerpo, o la corporeidad, resulta ser ella misma puesta por las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo).El dualismo psicolgico sujeto/objeto sera la escalera que nos permite subir, desde el terreno psicolgico emprico, hasta el edificio del idealismo trascendental. Y ocurre como si una vez dentro de este edificio, la escalera debiera ser arrojada. Pero la razn de este debiera es precisamente lo que no se entiende, y slo una mentalidad literaria (como lo fue la de Wittgenstein), ms que dialctica, podra contentarse con la explicacin pragmtica (una vez arriba, la escalera ya no es necesaria). Porque la escalera no slo ha de permitir subir (progressus), tambin ha de servir para bajar (regressus), porque de otro modo el circuito racional progressus/regressus se interrumpe. En nuestro caso, la situacin tiene an mayor inters: no se tratara de que una vez arriba debiramos arrojar la escalera (el dualismo psicolgico sujeto/objeto) que nos permiti subir; lo que estara ocurriendo es que, al llegar arriba era la propia escalera que habamos utilizado aquello que desaparecera, como si se hubiera disuelto en el piso superior. Ni siquiera podramos arrojarla, porque ella se habra desvanecido. Dicho de otro modo, la distincin psicolgica sujeto/objeto, que nos haba permitido entrar en el sistema, habra de ser aniquilada (no arrojada) si quisiramos habitar en l.Una situacin paradjica, la de la distincin sujeto/objeto, que parece propia del sistema de Kant, y que acaso podra reproducirse tambin en otros lugares del sistema, incluso en lugares creados explcitamente no ya implicados por l mismo, como podra ser el caso de la cosa en s respecto de la cual F. H. Jacobi (Werke,II, pg. 304) encontraba una dificultad anloga a la que nosotros hemos encontrado en la distincin Sujeto/Objeto: Debo confesar que este escrpulo me ha detenido no poco en el estudio de la filosofa kantiana, de suerte que yo, en distintos aos sucesivos, he debido siempre comenzar desde el principio laCrtica de la Razn Pura,porque yo, sin cesar, reconsideraba que sin este presupuesto [de la cosa en s] no poda entrar en el sistema, y con este presupuesto [Voraussetzung] no poda permanecer [bleiben] en l. [13]5. La base del idealismo trascendental, tal es nuestra tesis, encuentra en el campo de la Psicologa un campo organizado (si mantenemos una perspectiva materialista) no a partir de la confrontacin metafsica entre el alma (o el espritu) y el cuerpo (o el mundo de los cuerpos), sino a travs de la confrontacin entre los sujetos corpreos (humanos, pero tambin animales; y esta ampliacin es esencial en funcin de lo que en otras ocasiones hemos llamado el argumento zoolgico frente al idealismo) y el entorno o mundo de esos sujetos (un entorno constituido por cuerpos inorgnicos y tambin por otros sujetos corpreos). Esta nos parece la mejor manera de traducir al lenguaje filosfico del materialismo la influencia histrica que en Kant ejerci el espiritualismo francs y, sobre todo, el idealismo emprico ingls, sobre todo el de Hume. Dicho de otro modo: la reconocida influencia que Hume ejerci en Kant no la reduciramos a la influencia directa de unas lecturas o pensamientos literarios, sino a la ocasin que aquellos tuvieron para hacer que Kant despertase de su sueo dogmtico (escolstico-abstracto),poniendo el pie en el suelo de la psicologa emprica(y no, por ejemplo, en el suelo de la Geologa, de la Qumica o en el de la Zoologa).Ahora bien, el desplazamiento o transformacin del tratadoDe Animade la tradicin aristotlica hacia el Tratado del sujeto, en cuantoPsicologa,contemplado desde su experiencia interior (hacia el Tratado del sujeto, en cuanto Psicologa capaz de contemplarlo desde su experiencia interna), es un resultado que tuvo lugar en el mbito protestante. Goclenius, como es sabido, cre el trmino Psicologa para designar no ya alDe Animaaristotlico (cuya perspectiva era naturalista comprenda a los animales, una perspectiva ms cercana a lo que en nuestros das llamamos Etologa), sino a una nueva perspectiva introspeccionista, reservada al confesionario primero, y luego a la autoconfesin, una vez que comenz a excluir de su campo a los animales, considerados como mquinas. Y lleg tambin a excluir, en algunas escuelas (Gmez Pereira, Descartes), al propio cuerpo humano. Es este el famoso sujeto ntimo (elcogito,no tanto intelectual, cuanto sentimental y pasional), de nueva referencia en la edad moderna, aquello que culminar en la doctrina delsujeto empricode Kant.A partir de la estructuracin del campo psicolgico, podramos acaso llegar a construir, como trminos ideales, las ideas de espectros, mentes, fantasmas, autoconciencias, pero en modo alguno podramos tomarlos como datos primarios. Los sujetos corpreos, obrando como organismos vivientes (dotados de sistema nervioso en un medio entorno), sern susceptibles de ser analizados en cuanto tales sujetos. Y segn formas de comportamiento con el medio, concebidas como capacidades o facultades tales como sentidos externos (tacto, olfato, vista), sentidos internos (memoria, imaginacin, estimativa), facultades intelectuales (entendimiento, razn), afectivas (sentimiento) y apetitivas (en particular, la voluntad). La perspectiva psicolgica implica la delimitacin de los sujetos corpreos como entidades finitas dadas en un mundo entorno y con operaciones y relaciones entre ellos.En la sumaria clasificacin psicolgica de las facultades que haba cristalizado en la obra de Juan Nicols Tetens (Philosophische Versuche ber die menschliche Natur und ihre Entwicklung,de 1776-77), que aadi, con espritu sistemtico, a las dos facultades tradicionales an reconocidas por Leibniz lavis cognoscitivay lavis apetitiva una facultad de sentir (la facultad de los sentimientos), fundar Kant su proyecto sistemtico de las tresCrticas,como puede verse en la Tabla de las Facultades mayores del Alma que figura en la Introduccin de laCrtica de la Razn Prctica: la clebre carta a Reinhold dio noticia de esta nueva orientacin de Kant.Lo importante es tener presente que esta clasificacin psicolgica est fundada en la oposicin sujeto/objeto. Y que ella tiene ya, desde la tradicin escolstica, una inspiracin sistemtica, no emprica, que Tetens complet. Un sistema que podra razonarse de este modo (supuesta la distincin entre sujeto corpreo y su mundo entorno):(1) Facultades a travs de las cuales los objetos del mundo son recibidos o se hacen presentes en el sujeto. Son las facultades receptivas, especulativas (de espejo) de lavis cognoscitiva,sensible o intelectual. Llamaremos sensibilidad dice Kant a la receptividad de nuestro espritu para recibir representaciones en cuanto ste es afectado de alguna manera (Introduccin a laLgica trascendental,1).(2) Facultades a travs de las cuales los sujetos entran en el terreno de las cosas o se hacen presentes, con su espontaneidad, en los objetos: son las facultades de lavis apetitiva(tanto los apetitos sensibles como la voluntad); pero tambin, ambiguamente, entra aqu el entendimiento. Advirtamos que el entendimiento (Verstand) es definido (loc. cit.) como entendimiento prctico: entendimiento es la facultad de producir nosotros mismos representaciones (la espontaneidad del conocimiento). Aade Kant: la intuicin no puede nunca ser ms que sensible, de suerte que encierre slo el modo como somos afectados por los objetos (por ejemplo las cualidades secundarias: colores, olores, sonidos, sabores). En cambio es el entendimiento la facultad de pensar el objeto de la intuicin sensible.(3) Tetens aadi una facultad a travs de la cual los sujetosse hacan presentes a s mismos,a travs de los sentimientos. Aunque con una acepcin nueva del trmino, cuya extensin se constituir arrancando parte a las antiguas facultades cognoscitivas y parte a las facultades apetitivas. En la tradicin escolstica, los sentimientos se adscriban o bien a las facultades sensibles cognoscitivas todava hoy se dice, en espaol: he sentido abrirse la puerta, una expresin en la que sentir dice ante todo relacin a objetos exteriores o bien ante facultades apetitivas los sentimientos eran conceptuados como pasiones, o emociones: amor, odio, tristeza.En correspondencia con estas tres dimensiones psicolgicas de los sujetos corpreos, estableci Kant sus divisiones sistemticas ms importantes.Ante todo la divisin correspondiente a las facultades del conocimiento, cuyo dominio es la Naturaleza; la Esttica trascendental, a la que se asignan las facultades sensibles; la Lgica analtica, a la que corresponde la facultad del entendimiento, la cual no toma nada de la Psicologa, y la Razn dialctica (Vernunft). Todos estos asuntos constituyen el campo de laCrtica de la Razn Pura.En segundo lugar, la divisin que corresponde a los sentidos de placer y de dolor, a los sentimientos, a los que se ordenara la facultad de juzgar, cuyo dominio es el Arte y la Naturaleza teleolgica, todo ello campo de laCrtica del Juicio.[14]En tercer lugar, la divisin que corresponde a la facultad de desear, a la voluntad, a la razn prctica aplicada a la libertad, campo de laCrtica de la Razn Prctica.Cabra corroborar la tesis de este psicologismo, que est en la base del sistema kantiano, recogiendo los importantes conceptos psicolgicos (en el sentido dicho) que aparecen en lasCrticas.Nos limitaremos aqu a dos de estos conceptos, que consideramos decisivos en nuestra argumentacin:(1) Ante todo, el concepto de las cosas que estn fuera de mi (ausser sich), que Kant nombra en su anlisis de los paralogismos del Alma. Fuera es correlativo de dentro; pero el par de conceptos dentro/fuera es propio de la Psicologa emprica.(2) El concepto de sentido interno del Alma, que aparece tambin en los paralogismos.El psicologismo kantiano, en el momento de trazar las divisiones fundamentales del sistema de las disciplinas crticas, en funcin de las facultades psicolgicas (entendimiento, voluntad, sentimiento) no disuena en escala aunque es distinto en contenido del psicologismo baconiano, que estableci la clebre divisin de las ciencias fundada en las facultades psicolgicas (de la Memoria, Imaginacin y Razn); una clasificacin que pas, a travs de D'Alembert, a laEnciclopediafrancesa: Ciencias de laMemoriao Historia, Ciencias de laImaginacino Poesa, Ciencias de laRazno Matemtica y Filosofa.Pero, acaso el sujeto psicolgico que Kant toma como plataforma para organizar las partes de su sistema, no sigue siendo un sujeto diferente de aquel sujeto trascendental que figura en laCrtica de la Razn Pura? Algunos lo califican de sujeto epistemolgico, es decir, de un sujeto cognoscente que se considera en funcin de los valores de verdad o de falsedad (del conocimiento verdadero o falso).Sin duda.Pero lo que aadiramos, por nuestra parte, es que ese sujeto epistemolgico es precisamente el sujeto psicolgico.Y ello porque tambin el sujeto psicolgico cognoscente es un sujeto epistemolgico.Acaso lo que se llama autoconciencia no resulta precisamente de la experiencia psicolgica de los errores? La idea de que la actitud crtica sobre el conocimiento implica un desarrollo refinado (incluso una revolucin copernicana) es un efecto de la pedantera acadmico burocrtica. Una pedantera capaz de crear nombres de disciplinas (tenidas como enteramente nuevas respecto del horizonte psicolgico ingenuo) tales como Epistemologa, ya desde Reinhold. Pero la actitud crtica es co-originaria con la misma actitud psicolgica. La actitud crtica aparece ya en los nios de tres o cuatro aos, con la experiencia del engao o del error (cuando se queman con un vaso que a la vista pareca fro, cuando les engaa otro compaero, &c.). El embrin delego,como sentido de la realidad, se inicia precisamente en funcin de estas crticas, resultantes de su enfrentamiento con la realidad. La verdad o el error, la apariencia o la ilusin, son categoras propias ya de la vida psicolgica, animal y humana. Son a la vez conceptosepistemolgicos(no ya gnoseolgicos). La Psicologa acadmica, en su paseo por la Mecnica (Galileo), incorpora a su campo las cualidades secundarias (colores, sonidos), considerndolas como modificaciones del alma. Dejando las cualidades primarias al cuidado de los fsicos, hasta que Berkeley, y el propio Kant, otorgen tambin a estas cualidades primarias (al espacio, por ejemplo), la condicin de contenidos de conciencia (que se anunciar como conciencia trascendental).Todo esto aparece ms claro despus del movimiento que encabez Juan Piaget con su Epistemologa Gentica, en tanto que ella (la especial, no ya la general) sigue siendoPsicologa (evolutiva).Kant mismo ya se movi en estas coordenadas, puesto que su concepto de Idealismo emprico y de Dualismo son conceptos psicolgicos y epistemolgicos a la vez. No pueden, en cambio, llamarse gnoseolgicos. (Para la distincin entre la perspectiva epistemolgica y la perspectiva gnoseolgica, puede verse TCC, tomo 1, parte primera, seccin primera, captulo quinto, pgs. 329-350.)7. Ahora bien: el sujeto psicolgico (y su correlativo, el objeto psicolgico) no puede, como hemos dicho, mantenerse en el momento en el que tiene lugar el trnsito de la problemtica epistmica mundana o vulgar (la Epistemologa especial de Piaget, aqulla en la que se dibujan los conflictos entre el idealismo emprico y el dualismo) y la problemtica epistemolgica acadmica (la Epistemologa generalizada). Y la razn de esta imposibilidad puede advertirse no slo cuando nos situamos en la perspectiva misma en que Kant se situ, la del Idealismo trascendental (es decir, cuando procedemosad hominem), sino tambin cuando nos situamos en la perspectiva del materialismo filosfico.La imposibilidad, en una argumentacinad hominem,de mantenerse en la perspectiva psicolgica de la distincin sujeto/objeto se deduce de la contradiccin entre la necesidad de tratar el sujeto psicolgico como un sujeto corpreo (si rechazamos toda concesin a la posibilidad de adoptar el punto de vista espiritualista o mentalista, propio del cartesianismo o del empirismo ingls) y la necesidad de prescindir de una tal corporeidad en el momento en que nos situamos en la perspectiva de un sujeto trascendental, en cuanto condicin de posibilidad del propio sujeto emprico (psicolgico-corpreo). Y, por tanto, definido gracias a la accin de unas formasa prioride la sensibilidad, el espacio y el tiempo, que se postulan lgicamente como anteriores a la misma corporeidad del sujeto emprico.Si de algn modo pudiramos reandar el camino deregressusque parte del sujeto emprico (psicolgico) y llega a alcanzar al sujeto trascendental como un camino de segregacin de los lmites espacio temporales en los que acta el sujeto psicolgico, de ningn modo podramos retornar, en el camino delprogressus(desde el sujeto trascendental hasta el sujeto emprico). La razn es que el sujeto trascendental habr debido dejar de ser un sujeto, es decir, un ego psicolgico. Y esto es imposible de entender al margen del cuerpo.La posicin de Kant implica la liquidacin delDe Anima(la ciencia del alma de la tradicin aristotlica, en el captulo de losParalogismosde laDialctica trascendental). Pero la sustituye por el sujeto psicolgico. Ahora bien, ese sujeto psicolgico es en el que se sita (como heredero de la tradicin espiritualista del mecanicismo y automatismo cartesianos y del empirismo ingls), que Kant diagnostica certeramente como emprico (es decir, no formalmente filosfico), slo permanece en la perspectiva de una psicologa ficcin (la del introspeccionismo posterior). [15]Kant busca superar la contradiccin regresando a la metafsica del sujeto trascendental, con su correlatoad hocdel objeto trascendental, y de lacosa en s.Y todo esto lo aleja definitivamente de la psicologa positiva, en lugar de seguir el camino de esta psicologa positiva. Un camino que comenz a abrirse mediante la positivizacin (es decir, mediante la corporeizacin) de ese sujeto trascendental de las formasa priori,cuando estas comenzaron a ser interpretadas como formasa prioridel cuerpo humano: la ley de la energa especfica de los sentidos de J. Mller y Benecke; despus las formasa priorisocialesde Durkheim, o lasformas genticasde Lorentz, o las estructuras culturales de Lvi-Strauss. Todo ello movindose en la lnea de eso que podramos llamar kantismo sin sujeto trascendental. Un kantismo que sigue siendo, pura y simplemente, psicologismo o sociologismo.Pero el sujeto trascendental ha debido prescindir del cuerpo, de un cuerpo propio del sujeto psicolgico, puesto que es l quien implica la primera persona, el ego que es inconcebible al margen de un cuerpo. Con ello prescinde tambin del objeto, y, en consecuencia, del dualismo sujeto/objeto.Que Kant ha tenido vislumbres de esta imposibilidad puede probarse por algunos pasajes de su obra. Limitmonos a citar el 24 de la seccin segunda de laAnaltica trascendental(la deduccin trascendental): Cmo puedo decir que yo, como inteligencia y sujeto pensante, me conozco en cuanto objeto pensante, ofrecindome a la intuicin como los dems fenmenos, es decir, no tal como soy ante el entendimiento, sino tal como me aparezco?Elregresodesde el sujeto emprico hacia el sujeto trascendental equivaldra a una aniquilacin del sujeto emprico o psicolgico, a unantipsicologismo ejercido, ante todo, ya por el propio Kant. Desde esta perspectiva podra reinterpretarse la tantas veces sealada variacin de la segunda edicin de laCrtica de la Razn Purarespecto de la primera. Variacin que habra estado orientada precisamente a eliminar el psicologismo evidente de la primera edicin, mediante una aproximacin a un logicismo patente en la segunda edicin, es decir, en un tratamiento del ego como un principio lgico de unidad de los fenmenos antes que como un principio psicolgico. Proceso que ulteriormente estara representado por el idealismo, en general. Al menos, en la medida en la que, para el idealismo, laobjetivacinsiga siendo una des-subjetivacin (Entsubjektivierung), como dir Natorp, en su conferencia de 27 de abril de 1912 (publicada enKant-Studiende 4 de julio de 1912); sin dejar de referirnos al antipsicologismo de Husserl. (El proceso de des-subjetivizacin o de des-psicologizacin, por parte de sus intrpretes, del Kant de la segunda edicin, tiene sin duda que ver con el enfrentamiento de Husserl contra Kant, que Ricardo Snchez Ortz de Urbina ha analizado en estos mismosEncuentros:enfrentamiento de Husserl con el psicologismo implicado en elidealismo trascendental, que Husserl habra pretendido superar mediante suidealismo fenomenolgico.)La des-psicologizacin obligara a aniquilar eldualismosujeto/objeto del que Kant haba partido. El sujeto trascendental no podr ser considerado como una entidad real, como un hecho o unFaktum;sera una condicin o fundamento de posibilidad (y, con esto, un fundamento de derecho (Rechsgrund), como deca Natorp).Otra cosa es que la frmula psicologista el sujeto determina al objeto, que ulteriormente vino a transformarse en una sea de identidad para los profesores de filosofa kantianos, se mantenga, mediante la reproduccin homomrfica delFaktumemprico (el dualismo psicolgico sujeto/objeto), en ese ter de la posibilidad se abrir, de este modo, con el anlisis de las condiciones de posibilidad, una va a la reexposicin tautolgica del mismo Mundo de los fenmenos, a la reexposicin, en particular, del dualismo.Aqu pondramos tambin la razn ltima de la ms discutida construccin del idealismo trascendental, a saber, la cosa en s (comonomeno). Pues si el sujeto trascendental ya no se considera como tal sujeto, la nica manera de mantenerlo como tal sera postularad hocun objeto proporcionado a ese sujeto trascendental (que no es sujeto); un objeto que tampoco podra ser considerado objeto (dado a la intuicin), sino como un objeto dado al Nous, es decir, elnomenoo cosa en s.No se trataba, por tanto, de rechazar la cosa en s por los motivos por los cuales se rechazara despus elIncognosciblede Spencer (B. Russell: No cabe hablar de una cosa definida precisamente como lo desconocido); pues la cosa en s, antes que desconocida por definicin, es el trmino de una construccindialctica,es una simple Idea obtenida por el procedimiento de la metbasis contradictoria. El regressus filosfico del dualismo psicolgico no puede llevarse a cabo mantenindolo, sin embargo, en un mundo de los posibles; ha de ser aniquilado en el mismo mundo de lo real. Es lo que pretende el materialismo filosfico, a travs de su doctrina del hiperrealismo.Diramos, en resolucin, que si bien Kant ha culminado el proceso de constitucin de una Psicologa que se gest (fuera de la Moral) en ambientes protestantes, y, sin embargo, intent escapar de su territorio propio, regresando a un sujeto trascendental, de hecho esta psicologa permanecera prisionera del campo del espiritualismo, desarrollado como Psicologa ficcin introspectiva. (Slo cuando el dualismo sujeto/objeto sea superado, cabr hablar de una Psicologa objetiva, que se mantenga en el terreno emprico.) [16]B. La perspectiva del Materialismo filosfico1. En el apartado A hemos analizado crticamente el dualismo kantiano sujeto/objeto, desde una perspectivaad hominem(desde el propio Idealismo trascendental). En este apartado B reexponemos brevemente este anlisis del dualismo kantiano desde la perspectiva del Materialismo filosfico.2. Kant, abandonando la plataforma tradicional delAlma(renovada por el espiritualismo mecanicista), se habra situado en la plataforma delSujeto psicolgico.Pero desde una perspectiva materialista consideramos inviable (salvo dialcticamente, en la argumentacinad hominem), el proyecto de anlisis del sujeto psicolgico desde el sujeto trascendental. El sujeto psicolgico es siempre un sujeto corpreo, situado ante objetos de su entorno, que el propio sujeto psicolgico, en cuanto tal, ya percibe crticamente. Es decir, es el sujeto psicolgico el que plantea la cuestin de su existencia real, aparente o ilusoria (que quedar recogido en la distincin de Kant entre sujeto emprico e idealismo emprico).El sujeto psicolgico (emprico) es ya un sujeto epistemolgico. Precisamente su enfrentamiento con objetos que muchas veces son ilusorios, son vistos como tales ya desde la infancia: la perspectiva epistemolgica no es un descubrimiento de la humanidad adulta o ilustrada, es un constitutivo del ego infantil.No se trata, por tanto, de suponer que hay una primera fase de realismo ingenuo, en donde el sujeto se asienta firmemente en sus evidencias y las de su Mundo, y una fase superior, o filosfica, de realismo crtico, en la que el sujeto se plantease la cuestin de la realidad apottica (de los objetos). La fase crtica (en la que se duda de la existencia de determinados objetos) es ya primaria, porque slo cuando se han constatado las dudas sobre determinados objetos, el sujeto se constituye como tal, en pronombres personales de primera persona. No habra que esperar a que se escribiera elDiscurso del mtodo; unDiscursocuyo verdadero inters puede comprenderse cuando se le supone dirigido a los canacos (si es cierto, como sostuvo Leenhardt, enDo Kamo,que ellos no tienen el pronombre de primera persona). Con esto, no nos parece estar muy lejos de la oposicin que Kant estableci entre elidealismo empricoy elrealismo trascendental.La cuestin filosfica comenzara, sin embargo, no ya en el momento de establecerse las diferencias, en particular, entre objetos ilusorios o aparentes pseudopercepciones, alucinaciones y objetos reales, sino en el momento de generalizar la posibilidad de extender estas diferencias a todo objeto. Lo que llevar a plantear la cuestin misma de laobjetividadde las percepciones, y, ms an, cuando el problema de esta objetividad sea planteado como el problema de suconstitucin apottica(a partir, precisamente, delsujeto corpreo).Para hacer ms preciso y positivo este sujeto corpreo, dotado de sentidos, del que segn nuestro supuesto parte Kant, podramos concretarlo en su especificacin de sujeto corpreo oculado, es decir, de sujeto corpreo dotado de sentido de la vista. Es decir, de un sujeto capaz de enfrentarse con objetos apotticos; si es que el concepto mismo de objeto est vinculado a experiencias visuales.Ob-iectolo que est lanzado contra nosotros (Gegen-standes el calco germnico del trmino latino) tiene una estirpe ptica, visual, aunque no sea exclusiva suya (tambin poseen esta caracterstica otros teleceptores, como el odo, o incluso el tacto).Pero al plantear el problema filosfico de la constitucin, desde el sujeto ptico, del objeto apottico (y no ya de un objeto indeterminado), se abren dos metforas disyuntivas, y muy groseras, entre las cuales es preciso comenzar a moverse:1) La metfora del ojo fuego, del ojo como luz que proyecta hacia el exterior, a fin de constituir el objeto,formasinternas (no es el ojo el que ve, sino el alma a travs del ojo, de Galeno); es decir, a la manera como la linterna (o el Sol, ojo del Cielo, en muchas religiones astrales) proyecta las sombras. La explicacin de la visin, esto es, del objeto apottico del platonismo, recorre esta metfora y en este recorrido se desarrolla el mito de la caverna.2) La metfora del ojo-agua, del ojo como un lago (por su humor acuoso) que refleja, a modo de un espejo, los objetos ya dados previamente en el exterior. La metfora del espejo tambin tiene que ver con la luz. Slo que ahora la luz viene del exterior, no del interior, delsujeto, y se refleja sobre el entendimientoespeculativo(el ojo del alma): esta metfora es la base de la teora aristotlica de la visin.Cmo no poner en correspondencia estas dos metforas del conocimiento psicolgico con la distincin, tal como la ofrece Kant, entre el conocimiento (o razn o entendimiento) prctico, y el conocimiento (o razn o entendimiento) especulativo? Pues el conocimiento prctico es el que crea el objeto (la facultad de desear es la facultad de ese mismo ser [el ser viviente], por medio de sus representaciones, de ser causa de la realidad de los objetos de esas representaciones (nota 4 del Prlogo a laCrtica de la Razn Prctica). Mientras que el conocimiento especulativo, en la tradicin aristotlica, se limita areflejaro reproducir, con mayor o menor fidelidad, un objeto preexistente.En cualquier caso, seran estas dos metforas, forjadas desde el sujeto psicolgico oculado, las que habran dado lugar a las dos grandes doctrinas filosficas enfrentadas en la poca moderna, muy especialmente, delIdealismoy delRealismo.Dicho de otro modo: en el fondo de laoposicin epistemolgicafundamental entre el idealismo y el realismo, habra que poner no tanto supuestas profundas disyuntivas metafsicas, sino simplemente la disyuncin entre dos metforas vulgares y, por decirlo as, rurales, suscitadas por la perspectiva psicolgica de la visin. Disyuncin que toma una figura ms intensa y misteriosa cuando se lleva a cabo desde el supuesto de un sujeto espiritual incorpreo. Es decir, por ejemplo, cuando el ojo proyector (de formas) asume las funciones de un entendimientodator formarum,al modo del Entendimiento Agente de Al Farabi o de Avicena (muy vinculado a larevelacincornica, que hizo pensar a los telogos musulmanes en la posibilidad de que fuera el Arcngel San Gabriel o acaso el mismo Al quien hiciera la revelacin a Mahoma). EnEnsayos materialistas,pg. 333 y ss., puede verse un desarrollo de estas ideas.3. Ahora bien, la disyuntiva entre estas dos metforas conduce a dificultades insuperables, que muchos consideran como elsummumde la profundidad filosfica. A nuestro juicio, se trata slo de efectos derivados de tomar como gua unas [17] groseras metforas, basadas en las tecnologas de la proyeccin de sombras o de espejos.Pero ninguno de los trminos del dilema constituido por esas metforas puede ser aceptado, salvo incurrir en construcciones puramente metafsicas.Elrealismo,es decir, la metfora del espejo, porque lleva al subjetivismo, y an al solipsismo: la imagen o reflejo del objeto en el ojo (o en el alma), dar cuenta de un conocimiento inmanente al estuche corpreo, que slo podra interpretarse como verdadero mediante el supuesto de la duplicacin del Mundo en dos Mundos que seran iguales entre s, homonmicos. Esta duplicacin, para muchos epistemlogos, constituye la culminacin de la profundidad filosfica y crtica que alcanza la distincin entre elobjeto conocidoy elobjeto de conocimiento.Como si la cuestin se resolviera dando cuenta del reflejo del objeto en el ojo (del cuerpo o del alma), y no consistiera ms bien en dar cuenta del paso de ese supuesto reflejo (en el ojo, en el cuerpo o en el alma) al objeto real (apottico).Elidealismoes decir, la metfora del fuego lleva al nihilismo (y as lo vio Jacobi). Porque ahora el objeto se nos presenta como una creacin del alma, salvo que, por hiptesis gratuita, se supongaad hocque la forma proyectada sesuperponea una forma real.4. En esta disyuntiva, Kant se inclin abiertamente por el idealismo, en la forma de un idealismo trascendental. Por ello, su doctrina de las formasa prioridel sujeto cognoscente, se desarrolla paralelamente con la doctrina del sujeto trascendental, tendiendo a la demostracin de la actividad de un sujetodator formarum(de un Entendimiento Agente, o de Dios). Y no habra ms misterio en la apelacin de Kant a eseintellectus archetypus, que Kant menciona, y que algunos interpretan (como es el caso de Heidegger, en suKant y el problema de la metafsica), dejando de lado sus antecedentes mitolgicos o metafricos, como si fuera doctrina arcana y sublime.Lo que es ms importante: Kant ha desarrollado la doctrina del sujeto trascendental en el contexto de su relacin con los objetos (la relacin S/O). Es decir, sin tener en cuenta las relaciones del sujeto psicolgico con otros objetos, aunque s teniendo en cuenta la relacin del objeto con otros objetos del Mundo. En efecto, el sujeto trascendental de Kant es tratado como si fuera un sujeto suprapsicolgico que, por tanto, no puede contener ninguna indicacin sobre la relacin con otros sujetos (salvo los anglicos o el divino, elintellectus archetypus). En particular, cuando tratamos de ponerlo en relacin con la multiplicidad de sujetos humanos (y por qu no animales, si no se acepta la doctrina del automatismo de las bestias?), el sujeto trascendental slo funciona de hecho ejercitndose como una idea distributiva entre sujetos humanos (y no animales), como un sujeto que distribuye las formasa priorien los diferentes elementos de la clase de los sujetos psicolgicos (al modo como el Entendimiento Agente de los musulmanes se distribua en cada uno de los fieles) pero sin que estos traben por ello relaciones mutuas, salvo la de isologa.Una tal distributividad se manifestar, sobre todo, en la doctrina kantiana del imperativo categrico: laforma universal de la leyacta en cada sujeto, independientemente de los dems; otra cosa es que cada sujeto haya de enfrentarse (especulativa y prcticamente) con los dems sujetos corpreos. Pero el sujeto trascendental kantiano, segn su estructura distributiva, poco tiene que ver con la sociologa o con esa comunidad totalizadora de la que habl Goldmann hace ya medio siglo. La estructura distributiva del sujeto, en el dualismo sujeto/objeto kantiano, se mantiene ms cerca del individualismo democrtico propio de la sociedad de mercado (fundada sobre los sujetos calculadores), del liberalismo y de la teora pactista del Estado.5. Kant ha disociado, en definitiva, en la relacin S/O, al sujeto trascendental respecto de los dems sujetos, y muy especialmente influido por la doctrina del automatismo de las bestias de los sujetos animales, que son, para el materialismo, la plataforma ms importante para apoyar los argumentos ms definitivos contra el idealismo, sobre todo el argumento que en otra ocasin hemos llamado argumento zoolgico contra el idealismo (puede verse,TCC,tomo 3, pgs. 95 y ss.).Sin emba