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Ha llegado el otoño. Tina mira por la ventana. Contempla las hojas que han caído y que el viento arrastra. Toni se irá dos meses a casa de sus tíos y ella ya lo echa de menos...
#SigueLeyendo
#QuedateEnCasa
No reacciona ni siquiera cuando oye el carrito del señor Talpus pasando por delante de su casa.
—¡Holaaa! –exclama Toni–. ¿A que no adivinas quién está ahí fuera? ¡El señor Talpus!—Ah, hola –responde, tristona, Tina.
—¿Quieres que te traiga una zanahoria? –le pregunta.—No tengo hambre –dice ella.Toni la mira extrañado. ¡Si a Tina le encantan las zanahorias!
«Esto sí que es raro», piensa Toni. A su amiga le pasa algo.
—¿Te encuentras bien? –le pregunta.Tina se encoge de hombros y no dice ni pio.
Como ve que a Tina no le apetece hacer nada, Toni regresa a su madriguera.
¿Por qué se siente así
Tina?
Al día siguiente, con la mochila a la espalda, Toni vuelve a la casa de su amiga.
—Toma la cámara, Tina. ¡Nos vamos de excursión! –le dice entusiasmado.—No me apetece –le contesta ella.—Anda, ven. Nos lo pasaremos muy bien... –insiste Toni.Con desgana, Tina agarra la cámara de fotos y sigue a su amigo.
El otoño ha cubierto el bosque de hojas que crujen bajo sus pies. El riachuelo, a la suave luz de la mañana, parece de plata.
El otoño ha cubierto el bosque de hojas que crujen bajo sus pies. El riachuelo, a la suave luz de la mañana, parece de plata.
—¿Adónde vamos? –pregunta Tina con desánimo.—¡Qué más da, lo importante es estar juntos! –responde Toni, intentando no perder el buen humor.
Toni propone a Tina que saque fotos. Piensa que eso la distraerá.
¿Qué haces tú cuando ves
que alguien está triste?
Pero Tina solo tiene una idea en la cabeza: Toni se marchará pronto.
—Tina, ¿se puede saber qué te pasa?
Ella, finalmente, lo suelta:
—¡Estoy triste porque te vas! –dice entre lágrimas–. Y ya no nos veremos...
Toni suspira y le dice: —¡Ahora lo entiendo! Por eso no tenías ganas de hacer nada... Pero si solo serán un par de meses. ¡Para Navidad ya habré vuelto!
—¡Uf! Pero falta mucho... –refunfuña Tina.
—No tanto, ya lo verás –dice él–. ¡El tiempo pasará volando!
Los dos amigos se abrazan mientras el sol los ilumina con los últimos rayos del día.
¿Te sientes mejor cuando
alguien te abraza? ¿Por qué?
Al volver, Toni y Tina buscan soluciones para no ponerse tristes mientras estén separados.
—Podemos escribirnos cada día –propone Toni.—Y enviarnos cartas con una paloma mensajera –añade Tina.—Y yo te mandaré dibujos de la casa de mis tíos y tú puedes enviarme fotografías de las setas más grandes que encuentres –dice él.
Han llegado a la madriguera más animados. Tina no está tan triste, pero aún tiene una sensación extraña, como si tuvieraun nudo en la garganta. Pero esta vez no se lo guarda dentro.
—Toni, te echaré mucho de menos –le dice con los ojos llenos de lágrimas–.
¡Pero que muuucho!
Toni esboza una pequeña sonrisa.—Tina, yo también te echaré de menos –replica él, tomándole la mano–. ¿Sabes qué haré cuando te añore?—¿Qué? –pregunta Tina con curiosidad.—¡Recordaré cada momento de este paseo y todo lo que hemos hecho juntos!
Tina reconoce que la excursión ha sido muy bonita, y también la idea de tomar fotografías. Si se hubiera dejado llevar por el desánimo, se habrían perdido estos momentos. Y por eso, le sale del corazón decir:
—¡Qué importante es tener buenos recuerdos!
Entonces, se le ocurre otra idea para no echar tanto de menos a Toni. Una cosa que pueden hacer ahora mismo. Tina agarra la cámara de fotos y dice:—Nos falta una foto muy importante.—¿Cuál? –pregunta Toni.
—¡La foto del adiós a la tristeza!
¿Te ayudan las fotos de los
momentos felices cuando estás triste?
¿Por qué?
Este otoño, las palomas mensajeras estarán muy ocupadas...
¡Juguemos!
Tina está triste porque...
Y tú, ¿cómo te sientes ahora?
NO QUIERE IR
DE EXCURSIÓN.
HA LLEGADO
EL OTOÑO.
NO QUIERE COMER
ZANAHORIAS.
TONI SE MARCHA.
Tina está triste porque...
Y tú, ¿cómo te sientes ahora?
Hacer
un dibujo.
¿Qué puedes hacer cuando estás triste?
Pensar
en un recuerdo
agradable. Llorar.
Jugar a lo que más
me gusta.
Hablar con
alguien.
Dormir.
¿Qué es la tristeza?
¿Cómo ayudar a los niños y niñas a identificar la tristeza?
Orientaciones para familiares y educadores
La tristeza es una de las emociones básicas. Se caracteriza por la falta de ánimo, alegría o ilusión por las cosas. La tristeza surge ante la pérdida de algo que para nosotros es importante (salud, bienes, etc.) o ante la separación o pérdida de alguien al que estamos unidos emocionalmente. Tiene relación, por tanto, con el vínculo afectivo que establecemos con otras personas. Cuanto mayor es el vínculo afectivo, mayor es la tristeza.
En general, la tristeza se manifiesta con un estado anímico bajo y la tendencia al llanto. Algunos niños y niñas exteriorizan su tristeza en forma de irritabilidad, problemas de conducta y enojo. Pueden ser frecuentes las quejas somáticas, como dolor abdominal o cefaleas, y las alteraciones del sueño o el apetito. Los niños o adolescentes tristes suelen mostrarse pesimistas y con baja autoestima.
En el ámbito escolar, la tristeza puede ocasionar dificultades de concentración y una disminución del rendimiento académico. Los niños y niñas tristes muestran menos interés en realizar actividades que antes les gustaban o en relacionarse con otros niños.
M Es importante crear espacios para hablar y escuchar al niño o niña de forma activa. Ayúdenle a poner nombre a las emociones que siente y analícenlas con él o ella.
M Ayúdenle a que explique cómo se siente ante las situaciones que está viviendo.Pregúntenle qué sensaciones siente «por dentro» y qué tiene ganas de hacer.
M Puede ser muy útil sugerirle que dibuje o pinte cómo se siente.
¿Cómo ayudar a los niños y niñas a gestionar la tristeza?
M Expliquen al niño o niña que la tristeza es una emoción inevitable y necesaria. Es interesante aportar ejemplos de momentos en que los adultos nos sentimos tristes: compartir esta experiencia puede ayudarle a entender que todos senti-mos esta emoción en ciertas situaciones.
M Permítanle que exprese su tristeza, acepten que llore y muestren comprensión por su estado. Legitimen su emoción sin culpas ni reproches, dejando que la sienta. Intenten no utilizar frases del tipo «no llores», «ya se te pasará» o «no te enojes». Sería más adecuado decir, por ejemplo, «Entiendo que te sientas triste... Vamos a ver qué podemos hacer para ayudarte a sentirte mejor».
M Cada niño o niña reacciona de una manera diferente ante la tristeza: si está de sanimado y no desea hacer nada, es mejor permitir que se quede en casa y no sobrecargarlo con actividades lúdicas o salidas. En cambio, otras veces, es más adecuado realizar actividades (como invitar a un amigo para que juegue con él, visitar a la familia, ir al parque, organizar una excursión en plena na-turaleza, etc.) que puedan aportarle emociones agradables. Se requiere com-prensión y comunicación para conocer el estado emocional del niño o niña y decidir cuál es la mejor opción para él o ella.
M Dediquen más tiempo al niño o niña y creen espacios para poder hablar sobre sus sentimientos: dando un paseo, tumbándose a su lado al acostarse, etc.
Meritxell Martí
Xavier Salomó
Cuando estudiaba piano, a menudo tocaba piezas
de Chopin, que son un poco tristes. Pero era una tristeza
bonita, como la de la lluvia o la del mar en invierno.
Sin embargo, algunas veces la tristeza se vuelve
inmensa y fea. Entonces sienta bien un abrazo cálido
y acogedor en el que poder perderse.
O escribir historias en las que los personajes se parten
de risa porque... ¡te la acaban contagiando!
Cuando murió mi perrito Panda, me puse muy triste. También me pongo triste por los grandes problemas del mundo. O cuando me siento solo. Pero me animo enseguida porque hay un montón de cosas divertidas que hacer: escuchar música, caminar por la playa, ir al cine con un amigo, preparar un viaje o pensar
en el próximo álbum que voy a ilustrar... ¡Si te distraes con algo, las penas pasan volando!
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www.meritxellmarti.net
TÍTULOS DE LA COLECCIÓN
1. ¡Qué CORAJE de juego!
2. Una tormenta de MIEDO
3. Los CELOS vienen... y se van
4. ¡Adiós, TRISTEZA!
5. ¡Vuela, vuela, SORPRESA!
6. ¡Fuera VERGÜENZA!
