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Hacia una Breve Concepción Integral del Sufrimiento
Daniel Franco Betancourt, [email protected]
Artículo de reflexión presentado para optar al título de Psicólogo
Asesor: Liliam Patricia Blair David. Magister en Psicología y Salud Mental
Universidad de San Buenaventura Colombia
Facultad de Psicología
Psicología
Medellín, Colombia
2018
Citar/How to cite (Franco, 2018)
Referencia/Reference
Estilo/Style:
APA 6th ed. (2010)
Franco, D. (2018). Hacia una breve concepción integral del sufrimiento.
(Trabajo de grado Psicología). Universidad de San
Buenaventura Colombia, Facultad de Psicología, Medellín.
Grupo de Investigación: Estudios Clínicos y Sociales.
Línea de Investigación: Transformaciones Contemporáneas.
Bibliotecas Universidad de San Buenaventura
Biblioteca Fray Alberto Montealegre OFM - Bogotá.
Biblioteca Fray Arturo Calle Restrepo OFM- Medellín, Bello,Armenia, Ibagué.
Departamento de Biblioteca - Cali.
Biblioteca Central Fray Antonio de Marchena – Cartagena.
Universidad de San Buenaventura Colombia
Universidad de San Buenaventura Colombia - http://www.usb.edu.co/
Bogotá - http://www.usbbog.edu.co
Medellín - http://www.usbmed.edu.co
Cali -http://www.usbcali.edu.co
Cartagena - http://www.usbctg.edu.co
Editorial Bonaventuriana - http://www.editorialbonaventuriana.usb.edu.co/
Revistas - http://revistas.usb.edu.co/
Biblioteca Digital (Repositorio)
http://bibliotecadigital.usb.edu.co
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 3
Resumen
En este artículo se recoge la opinión de muchos referentes académicos de distintas áreas del
conocimiento como la filosofía existencial, la medicina, la antropología, la psicología, etc; desde
las cuales se han construido comprensiones acerca del concepto de sufrimiento, lo que da paso al
señalamiento final de la necesidad de una práctica ampliada en relación al descubrimiento
experiencial y epistémico del ser en el sufrimiento; éste artículo puede considerarse como un
encuentro epistemológico en donde se evidencia la modificación del significado del término y
cómo la experiencia y la razón han dado un importante constructo a la hora de brindar una
concepción integral.
Partiendo del hecho manifiesto de la existencia del dolor y el sufrimiento, se encarnó en este
texto la posibilidad de brindar al lector una mirada integral, sosteniendo la comprensión de éste
concepto desde los diferentes saberes académicos mencionados anteriormente y así concluyendo
con las convergencias y divergencias que poseen las diferentes significaciones de este término.
Palabras clave: Sufrimiento, Sufrimiento Existencial, Angustia, Dolor, Muerte, Sentido del
sufrimiento, Psicología humanista existencial, Experiencia límite, Espiritualidad.
Abstract
In this article it is gathered the opinion of many academic references of different areas of
knowledge as existential philosophy, medicine, anthropology, psychology, etc. from which the
understandings of the concept of suffering have been constructed, which gives way to the final
signaling of the necessity of an extended practice in relation to the experiential and epistemic
discovery of the being in the suffering; this article can be considered as the encounter of a
journey where the modification of the meaning of the term is evidenced and how the experience
has given an important construct when giving an integral conception.
Starting from the manifest fact of the existence of pain and suffering, the possibility of
giving the reader an integral perspective, which facilitates the understanding of this concept from
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 4
the different knowledge that was worked for the accomplishment of the text and thus to
emphasize the convergences and divergences that have the different meanings of this term.
Keywords: Suffering, Existential Suffering, Angst, Pain, Death, Meaning of suffering,
Existential humanistic psychology, Limit-Experience, Spirituality.
Introducción
A partir del material consultado en las diferentes bases de datos como EBSCO,
PsycINFO, SpringerBooks, Scielo, Scholar Google, BC medical Journal, Redalyc, ResearchGate
entre la época de 1984 hasta el 2016. En este artículo, se planteará una aproximación teórica al
concepto de sufrimiento que ha estado atravesado por los prejuicios y necesidades de la época,
donde la probabilidad de su estigmatización por las consecuencias en el psiquismo humano está
latente y se sospecha ha influido en la construcción de una idea que limita el conocimiento del
mismo.
Desde hace algún tiempo, las preguntas frente al conocimiento personal y su relación con
el sufrimiento han sido de gran auge y conmoción, movimientos religiosos y filosóficos han
estructurado y sistematizado la idea del sentido del sufrimiento, brindándole a este concepto
significados relacionados con el castigo y con el devenir. Para otros, la experiencia del
sufrimiento es algo que está ligado inherentemente al existir del ser humano y puede ser utilizado
como catalizador en el reconocimiento de lo que implica Ser en el mundo con otros. Sin
embargo, algunos referentes teóricos señalan que sólo tienen sentido los elementos lingüísticos y
que preguntarse por el sentido de experiencias que no se adscriban a este orden como la del
sufrimiento no haría sino crear confusión (Papineau, 2004, citado por Casado Da Rocha, 2012).
Por ende, éste artículo nace como respuesta al deshilado curso que se ha estado trabajando
frente al concepto de sufrimiento en la actualidad, esto a razón de que cada una de las
perspectivas teóricas con sus particulares diferencias filosóficas, prácticas y demás, brota con una
visión singular e individual que limita el alcance integral del término, cabe aclarar, que desde
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 5
esas mismas particularidades la ciencia ha decidido crear límites que posibiliten centralizar el
conocimiento desde un área de estudio como son la psicología, la medicina, la filosofía, la
religión, etc. Esto se evidenciará a lo largo del texto mencionando las divergencias y
convergencias entre los distintos tipos de conocimiento.
A causa de eso, la población “natural” o “común” que no se inscribe desde el campo
académico ni científico se ha tomado la libertad de crear significados que surgen a través de la
significancia, es decir, las personas han construido diferentes concepciones de sufrimiento a
partir de las experiencias y como consecuencia se ha desdibujado del lenguaje, del sentir y el
quehacer del sufrimiento en la contemporaneidad.
Montoya-Juárez, y otros en (2012) proponen un ejemplo que evidencia lo dicho en el
anterior párrafo; señalan que la construcción del concepto de sufrimiento se puede observar en
cuyos contextos esté explícita una situación que genere incomodidad y además, esté involucrada
una percepción negativa de los hechos por ejemplo, en situación de enfermedad terminal en niños
donde los padres indagan acerca de sus sentimientos y abren las puertas de su intelecto para
nombrar aquella sensación como sufrimiento.
El consumismo y el modernismo han criticado a las filosofías orientales con el fin de
degradar su posición y cerrar las puertas de su conocimiento al público “natural”, ya que suponen
que algunas de las posiciones del Zen y el Budismo niegan la verdad que se ha venido
construyendo desde la época Newtoniana con el método científico, lo cierto es que no utilizan el
mismo método pero logran, de diferente forma, encontrar la verdad. Desde algunas de estas
posiciones, el sufrimiento es una de las muchas posibilidades de la vida y se propone
transcenderlo mediante la aceptación, lo cual se logra a través de la meditación y la
contemplación.
Una constante que se ha encontrado a partir de la búsqueda de información en las bases
bibliográficas radica en que el mismo personal que ha trabajado durante décadas el concepto del
sufrimiento, ha sido abrumada por la amplitud y bastedad del tema, que aloja dentro de sus
albores las criaturas más temibles y hermosas que el ser humano haya podido descubrir, por lo
que, en la mayoría, por no decir todos los escritos que hacen referencia teórica a la posibilidad del
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 6
sufrimiento, han dejado la incógnita abierta y han exclamado que la información que se tiene del
sufrimiento es tan nimia que no se puede llegar a una conclusión.
Y, como consecuencia de esto surge la idea de crear un artículo que integre las
perspectivas que se han desarrollado a través del tiempo, con el fin de llegar a una breve
conclusión integral de lo que significa y ha significado la palabra sufrimiento. Para esto se
aclararán brevemente las bases epistemológicas de las disciplinas mencionadas anteriormente,
luego se abstraerán las concepciones de dichas disciplinas acerca del sufrimiento y por último se
presentarán una serie de discusiones que precisen la connotación social y académica que se tiene
en la contemporaneidad acerca del sufrimiento.
Para finalizar es importante señalar que las diferentes perspectivas que se conciban del
término sufrimiento no serán señaladas como equívocas o se hará ningún juzgamiento al
respecto, esto con el fin de limitar el alcance del artículo y dejar las puertas abiertas a nuevas
intervenciones que hagan posible diseñar un nuevo paradigma que acoja la totalidad de las
posibilidades.
1 Desarrollo del tema
Los encuentros conceptuales entre las teorías predominantes en el medio suele acudir a
bases científicas contundentes que limitan la posibilidad de conocimiento desde otros ejes y
puntos de vista considerados “poco” científicos ya que no se rigen desde el método científico
Newtoniano, en este informe se entenderá el contenido científico no solamente desde el eje
Newtoniano sino también desde el eje Einsteniano lo que permitirá observar los fenómenos desde
perspectivas subjetivas y relativas a las cuales es necesario entender que se dota de algún
significado ya sea personal o grupal.
Para comenzar este marco teórico se hace fundamentalmente necesario realizar algunas
especificaciones conceptuales de ciertos términos utilizados en la filosofía existencial a razón de
que ésta será una de las bases teóricas que sustentarán el resto del contenido, a causa de esto, el
marco conceptual estará dividido por secciones las cuales tendrán un hilo integral que promueva
el entender desde la totalidad.
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 7
Aun así, se debe tener en cuenta que particularmente en algunos saberes como la
medicina, se hace realmente complicado proporcionar algún tipo de respuesta epistémica en tanto
tal saber se justifica no solamente desde la filosofía existencial, sino también desde la filosofía de
Descartes y Locke, lo que quiere decir que se rigen desde el paradigma Newtoniano, por lo tanto,
se abstraerá de las bases de datos revisadas, información que guíe el trabajo hacia una concepción
de sufrimiento.
Entendiendo la condición epistemológica a la cual estará ligado este artículo, se
presentarán a continuación las características fundamentales abstraídas de algunos de los
diferentes paradigmas que encaminarán el constructo general. Cabe decir que no existe un orden
prescrito de organización explicativa para delimitar los paradigmas, esto a modo de integración
teórica.
En primer lugar, el médico Bates (2016) señala que el sufrimiento generalmente está
ligado a enfermedades terminales u otras diferentes como la depresión, ansiedad y el deseo por
una muerte anticipada, pero aun reconociendo esto, queda en el enigma el cómo responder frente
a las palabras de una persona que vivencia estas experiencias; frente a una persona que sufre. Sin
embargo, la percepción de este sufrimiento en el otro es lo que posibilita la comprensión y
sensación del sentir ajeno. Es en el momento del acto comprensivo donde se concibe la
importancia de la filosofía existencial, y aunque a algunos se les dificulte la comprensión de
dicho saber, es una herramienta fundamental para el reconocimiento y trascendencia de la
experiencia de quien sufre.
Por lo tanto es necesario explorar las bases del existencialismo y para eso se debe
mencionar a Soren Kierkegaard quien es considerado el padre de la filosofía existencial. Bates
(2016) expone que el trabajo de este autor estuvo principalmente dirigido a la elección personal,
el compromiso y a cómo cada uno de los seres vive individualmente, además exploró muchas de
las emociones humanas y cómo estas afectan las decisiones que “conscientemente” elegimos.
Cuando se habla de Kierkegaard no se puede dejar atrás su concepción de angustia y mucho
menos, la apertura conceptual que recae en él para definir el sufrimiento.
La angustia del sufriente es precisamente una reflexión y, en este sentido se
diferencia claramente de la pena, pero entonces ¿qué es la pena? –Se pregunta, la
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 8
angustia observa la pena, pero lo hace de una manera ambigua ya que tanto ama
como teme a su objeto, es decir, la angustia tiene una función doble, en primera
parte descubre la pena tangencialmente y por otra en un solo instante asume la
pena entera. Por lo tanto, la reflexión ante la angustia consiste entonces, en que el
hombre en la angustia puede pensar sobre un estado en el que puede encontrarse a
él mismo, por ejemplo, en la pena. En otras palabras, la angustia es el verse
directamente al objeto, el devenir en su sí mismo (Grön, 1995, p.16).
Según Kierkegaard la angustia no está ligada a un objeto concreto tal como puede estarlo
cuando por ejemplo cuando se teme a algo. En la angustia, el hombre se relaciona con él mismo,
es decir, en la angustia el hombre se relaciona con su propia posibilidad de relacionarse, en esto
consiste la angustia, la angustia como medio por el cual el hombre puede conocerse como un yo
(Grön, 1995).
Unos años después otro filósofo llamado Martin Heidegger trasciende la idea de
Kierkegaard y dice que no solamente los humanos vivimos solos, sino también morimos solos a
causa de que la muerte es un proceso completamente personal y único (Bates, 2016). A todo esto,
es necesario aclarar que todo proceso de muerte rige un camino diferente atravesado por la
subjetividad y no hay manera de hacer símiles que sean satisfactorios frente a esto“Mientras
algunos al final de su vida encuentran gran confort en su fe, otros pueden encontrarse con
circunstancias infortunadas que lleven a cuestionarla” (Bates, 2016).
Kierkegaard teorizó que no existe la fe sin incertidumbre o duda. Él describió
como la fe no es requerida para creer en algo tangible como una silla, pero es
necesaria para creer en algo de lo cual no se tiene evidencia. En otras palabras, la
fe es requerida cuando existe incertidumbre o duda, y sin incertidumbre o duda la
fe no tendrá un rol significante. El concepto de “salto de fe” es originario de los
textos de Kierkegaard, sin embargo él no utilizó esa misma frase. Uno puede
sugerir a un paciente que centre su miedo en la incertidumbre ya que esta puede
ser una oportunidad para fortalecer su fe en vez de abandonarla (Bates, 2016, p.
269).
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 9
Para este mismo autor, otro personaje importante a mencionar es Jean Paul Sartre, quien
es considerado un filósofo existencial de alto renombre del siglo XX. Una de sus propuestas
principales nace a favor de la experiencia en tanto sugiere que “la existencia precede la esencia”
lo que en otras palabras quiere decir, nosotros creamos nuestra propia esencia mediante existimos
por lo que no hay un antes de mi sin mí. Sartre sugiere que la muerte es el fin de todas las
posibilidades de la existencia y ésta guía al ser humano a existir únicamente en el exterior no
como un algo sino como un alguien(Bates, 2016).
Sin embargo, este autor también suscita que debe existir siempre una consciencia de
muerte que guíe lo que realmente tenga importancia en la vida, es decir, en el proceso de muerte
se realiza una organización psíquica que propone un “ser más uno mismo” y como menciona
Bates (2016) “Los pacientes terminales algunas veces describen esto como un tipo de “luz
celestial”. Desafortunadamente ésto también puede ser experienciado como una terrible
realización de que la vida no fue utilizada para lo que el paciente ve ahora importante”. Por
último, Irwin Yalom es un psicólogo que sintetiza las características ontológicas fundamentales
desde la filosofía existencial las cuales son la muerte, la libertad, la responsabilidad y la soledad.
Según Yalom (1984) la angustia ante la muerte es un factor que determina la experiencia
y la conducta humana, es un permanente recordatorio de nuestra finitud, en otras palabras, el
miedo a morir es permanente y de tal dimensión que una parte considerable de la propia energía
vital se consumen en la tarea de negar la muerte.
Uno de los afanes básicos del ser humano es intentar trascender la muerte, desde
los fenómenos personales más profundos, pasando por nuestras defensas,
motivaciones, sueños y pesadillas, hasta las estructuras macrosociales más
externas, como los monumentos funerarios, las teologías e ideologías los apacibles
cementerios, los embalsamientos, la necesidad de extendernos en el espacio, todo
nuestro sistema de vida, incluidos la distribución del tiempo disponible, la
predilección por las diversiones, la infatigable reverencia al mito del progreso, el
impulso a avanzar y el afán con el que perseguimos a la fama duradera, todo ello
tiene como sentido trascender la muerte(Yalom, 1984, p.61).
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Y por ello, los humanos siempre estaremos en búsqueda de la inmortalidad a través de
modos; ya sea en el modo biológico, es decir la cadena sanguínea del ser humano en su
reproducción; en el modo teológico, consistente en vivir en un plano más elevado de su propia
existencia; el modo creativo, que permite al hombre extenderse en sus propias obras; el modo de
eterno en la naturaleza y el modo en el cual se trasciende la experiencia en el cual se vive el
presente eterno (Yalom, 1984).
Esta inmortalidad lo que busca es aliviar la angustia y el miedo frente a la muerte, pero
¿Cuál es la relación que tienen? Esta pregunta convoca categorías en las cuales subyace el miedo
al dolor, el cual Yalom (1984) señala, solo tiene que ver con el efecto físico del hecho, con la
experiencia corpórea de la muerte. Pero además se pregunta, ¿Existe entonces alguna diferencia
entre la angustia y el miedo? responde: “Kierkegaard fue el pionero en realizar una clara
distinción entre el miedo y la angustia, al contrastar el miedo a algo con la angustia que es un
miedo a nada en particular “una nada a la que el individuo es ajeno”. El miedo a la muerte es un
miedo a lo desconocido lo que en sí, genera más angustia.” (p. 63)
De tal manera que la muerte se combate desplazándola de la nada hacia algo, “esa nada de
la que sentimos angustia se va convirtiendo paulatinamente en algo”. Esto quiere decir que si
convertimos el temor a la nada en un miedo a algo podemos evitar la causa de nuestra inquietud.
Todos los individuos temen a la muerte, la mayoría desarrolla sistemas adaptativos para resolver
la angustia, basados en la negación, tales como la supresión, la represión, el desplazamiento, el
convencimiento de la omnipotencia personal, todas aquellas estrategias destinadas a crear una
inmortalidad simbólica. Robert JayLifton empleó la expresión “entumecimiento psíquico” para
describir la forma en que el neurótico se acoraza para evitar el miedo a la muerte. (JayLifton,
1982)
Un ejemplo para ilustrar mejor lo anterior lo encontramos en la literatura de Tolstoi citado por
Yalom:
…en lo más profundo de su corazón sabía que se estaba muriendo, pero no estaba
acostumbrado a esta idea y además no podía o no quería captarla. El silogismo que
había aprendido en La lógica de Kiezewetter: “Cayo es un hombre, los hombres
son mortales, luego Cayo es mortal”, le había parecido siempre correcto en lo
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 11
referente a Cayo, pero no en relación consigo mismo. El hecho de que Cayo –El
hombre abstracto- fuese mortal, le parecía perfectamente correcto, pero él no era
Cayo, ni un hombre abstracto, sino una criatura bien diferente a las demás. Él
había sido el pequeño, el adolescente y el adulto, todos sus pensamientos y
emociones. Es imposible que tenga que morir, sería demasiado terrible (Yalom,
1984, p.148).
Este autor menciona que la confrontación con la muerte es una situación límite por
excelencia y posee la capacidad de provocar un cambio radical en la manera personal de vivir el
mundo. La muerte actúa como catalizador capaz de hacer progresar al individuo de un estado del
ser a otro más elevado: “De un estado de incertidumbre por cómo son las cosas a otro de
admiración por el hecho que sean.” (p.195)La consciencia de la muerte nos aleja de las
preocupaciones triviales y comunica a la vida una profundidad, una agudeza y una perspectiva
diferentes (Yalom, 1984).
Yalom (1984) haciendo una recopilación de frases célebres escribe:
La muerte nos recuerda, pues, que la existencia no puede posponerse, que todavía
hay tiempo para vivir. Si uno es lo bastante afortunado como para tener un
encuentro con su propia muerte, experimentar la vida como “posibilidad de las
posibilidades” (Kierkegaard) y saber que la muerte es la “imposibilidad de las
ulteriores posibilidades” (Heidegger), puede entonces darse cuenta de que,
mientras viva, tiene la posibilidad de alterar la propia vida hasta, pero solo hasta,
el último momento. (Yalom, 1984, p.199).
Sin embargo, este autor menciona que la angustia a la muerte es proporcional a la
satisfacción de la vida, es decir, mientras más satisfacción se haya construido en la vida menos
angustia hacia la muerte habrá y viceversa. “Cuando la vida resultaba más satisfactoria, la
muerte, en cambio, menos penosa… Cuando la satisfacción vital era menor, la enfermedad y su
desenlace se tornaban más conflictivas”. (Yalom, 1984, p.251)
Un punto importante que mencionar, señala Irwin Yalom (1984), es la desensibilización
con respecto a la muerte y la popularización que ha tenido en los ámbitos médicos y psicológicos,
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 12
en tanto los psicólogos contemporáneos al igual que los médicos han sucumbido a las ideas del
desplazamiento del acontecimiento de la muerte para así alejarse de su propio encuentro con ella.
Aun así expone:
Me parece, sin embargo que existe una manera de familiarizarnos con la muerte y
de acostumbrarnos a ella hasta cierto punto. Podemos tener una experiencia de
contacto con ella que, aunque incompleta e imperfecta, nos resulte útil, porque nos
fortalezca y asegure. Si no podemos alcanzarla, si acercarnos y reconocerla; y,
aunque no penetremos hasta sus pliegues más profundos, al menos conoceremos
las vías de acceso a ella (Yalom citando a Montaigne, 1984, p.255).
Las demás preocupaciones que trabajaremos a continuación, colaboran junto con otros
tantos aspectos para construir sistemas psicoterapéuticos más amplios, la libertad ayuda a
comprender la toma de responsabilidades, al planteamiento del cambio, a la decisión y a la
acción; el aislamiento señala el papel que desempeñan las relaciones y la falta de un sentido vital
permite enfocar la capacidad del ser humano para comprometerse (Yalom, 1984).
Para algunos filósofos, la libertad puede enfocarse desde el punto de vista tanto personal,
como social, político y personal. Por consiguiente constituye un tema sumamente amplio y,
además, en algunas ocasiones uno de los más controvertidos.
Desde hace más de dos mil años ha existido el debate entre la libertad y la
causalidad. A lo largo de los siglos, el concepto de libertad absoluta ha engendrado
siempre enconados desacuerdos porque choca con las jerarquías que prevalecen en
el mundo: en primer lugar con el concepto de la divina providencia; en segundo
lugar, con el concepto hegeliano de la historia como la progresión significativa o
con las teorías deterministas de Marx o Freud (Yalom, 1984, pp.264-265).
Es necesario también entender la responsabilidad como un pequeño apartado dentro de lo
que atañe a la libertad. Yalom (1984) señala, que la responsabilidad implica ser el autor de algo,
y ser consciente de ella y en ella, es darse cuenta de que “uno está creando su propio destino, el
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 13
propio ser, su predicamento vital, sus sentimientos y, en algunos casos, el propio sufrimiento”.
En el nivel más profundo, la responsabilidad confiere sentido a la existencia.
Los estudios acerca de la responsabilidad han sido muy amplios y controversiales, han
sido estudiados por filósofos occidentales y orientales, dentro de los cuales resalta Kant el cual
señala que “no es algo objetivo y real, sino algo subjetivo e ideal” luego, los existencialistas
Heidegger y Sartre exploraron el significado de la responsabilidad del ser individual. Heidegger
por su lado llamó al individuo dasein porque quería hacer hincapié en la naturaleza dual de la
existencia humana. El individuo está “ahí” pero también forma parte de lo que “está ahí”. Desde
Sartre se aborda la responsabilidad desde una perspectiva más amplia “el ser humano no solo es
libre, sino que está condenado a su libertad”; aunque el concepto de libertad se entiende más allá
de la responsabilidad ante la creación del mundo es decir: “Por haber dotado de significados la
realidad, uno es también íntegramente responsable de su propia vida, no solo de las propias
acciones, sino también de sus propios fracasos” (Yalom, 1984, p.268).
El hecho de dejarse engañar por cualquiera de los mecanismos que permiten escapar de la
libertad, es vivir de una manera “no auténtica” desde Heidegger o de “mala fe” desde Sartre. En
este sentido, Sartre intuía que era necesario liberar a los individuos de su mala fe y ayudarles a
asumir sus responsabilidades, lo que en un principio puede generar angustia, y se combate del
mismo modo que cualquier otra angustia es decir, buscando alivio (Yalom, 1984). Sin embargo,
no podemos limitar la idea de la mala fe como un proceso negativo, en tanto se reconoce que el
cuidado de uno mismo está también enfocado al descuido y a la deconstrucción.
Esto conlleva que al tratar de facilitar la tarea del paciente de asumir su responsabilidad,
el terapeuta descubre la presencia de un elemento inesperado: la culpa, “la sombra oscura de la
responsabilidad” que tan frecuentemente se inmiscuye en el proceso personal del individuo. Para
el ser humano es normal sentir la sensación de culpa, en la existencia hay diversas experiencias
de culpa, señala Yalom (1984), la culpa se experimenta no solo por las transgresiones en contra
de otro o de algún código moral o social, sino que se puede ser culpable de una transgresión en
contra de uno mismo.
“Ser culpable no es el resultado de una deuda, sino que por el contrario, ésta sólo es posible a
partir de un sentimiento primordial de culpa” (Yalom, 1984, p.336)
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 14
Para continuar con la exposición de las preocupaciones existenciales también debemos hacer
referencia a la tercera preocupación existencial, el aislamiento existencial, el cual lo describe
Yalom, es:
…un golfo intransitable que separa a uno de todos los demás seres”. También lleva
implícita una separación aún más fundamental: la del individuo con el mundo; la
separación del mundo… El aislamiento existencial “es un valle de soledad, al cual
se puede acceder por múltiples avenidas, la confrontación con la muerte y con la
libertad, por ejemplo, conducirán al individuo de una manera inevitable hasta este
valle.” (Yalom, 1984, pp. 427-428)
Es el conocimiento de “mi muerte” lo que lleva al ser humano a comprender que nadie
morirá conmigo o por mí. Heidegger afirmó que aunque alguno pueda morir por otro, ese “morir
por” nunca podrá significar que el otro se haya salvado de su propia muerte. “En la medida en
que uno es responsable de su propia vida, uno está solo”. Esta fusión de sentimientos de soledad
y desamparo que envuelven el aislamiento son una respuesta emocional comprensible por el
hecho de haber descubierto que el ser humano se halla, sin su consentimiento, sumergido en una
existencia que no ha elegido, Heidegger se refiere al término de “arrojabilidad” para referirse a
este estado (Yalom, 1984).
Las experiencias del sentirse aislado menciona Yalom (1984) no suceden “ahí afuera”
sino que obviamente surgen en el ser, y no es necesario ningún estímulo externo para producirla;
todo lo que se requiere es una laboriosa búsqueda interior en el “ahí adentro”. Si en ésta búsqueda
interior se logra desarrollar la fuerza, el sentido del valor como personas y una firme identidad
que permita enfrentarse al aislamiento existencial, es decir “sea” y hacerse cargo de la angustia
interna, se estará alejando del camino más corto para conquistar la seguridad, es decir, enfrentarse
directamente al aislamiento e intentar superarlo siempre será más complejo que intentar
subyugarlo a partir de las defensas.
Los individuos que viven bajo los efectos del aislamiento, generalmente tratan de
mitigar su terror recurriendo a la relación interpersonal: necesitan la presencia de
otros para afirmar su propia existencia; anhelan encontrar a alguien superior que
los absorba, o, por el contrario alivian su sentido de desamparo absorbiendo ellos a
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 15
otros; procuran encontrar numerosas vinculaciones, una caricatura de relación
autentica (Yalom, 1984 p.471).
Lo cierto, según Yalom es que no hay “solución” para el aislamiento. Como parte de la
existencia, el ser humano se tiene que enfrentar a él y encontrar la manera de integrarlo en sí
mismo. La comunicación con los demás es el principal recurso que tiene el ser humano para
atenuar el temor que produce, es decir, la angustia.
La cuarta preocupación existencial es la carencia de sentido vital, es el último engranaje
de las características ontológicas del ser, en la cual el sentido es el eje fundamental de la
angustia en tanto no se construyó o no se tiene consciencia. Yalom (1984) parte de una premisa
fundamental y es que los seres humanos necesitan un significado y un propósito, el significado se
refiere al sentido, a la coherencia; el propósito se refiere a la intención, la meta, la función.
Así mismo la pregunta por ¿Cuál es el significado de la vida? Se trata de una indagación
acerca del significado cósmico, acerca de la vida en general o la vida humana en particular
encajada dentro de un patrón global y coherente. En cambio, la cuestión por ¿Cuál es el
significado de mi vida? Es una indagación diferente y habla acerca del significado terrenal en el
cual la persona vive abarcando la posibilidad de un propósito. Sartre hace referencia a este estado
como “proyecto” o “ser para sí”. (Yalom, 1984)
La cuestión por el sentido, señala Irwin Yalom es una directriz que se dirige a la
trascendencia, sin embargo una larga tradición del pensamiento occidental aconseja no elegir para
la propia vida un propósito que no sea trascendental, por lo que “uno empieza con uno mismo
para, después olvidarse de sí mismo y sumergirse en el mundo; uno se comprende a sí mismo
para no tener que preocuparse de uno mismo” (Yalom, 1984)
También es importante señalar que los significados no son estáticos; los significados son
dinámicos y existe una evolución gradual a lo largo del ciclo de vida de los individuos. Mientras
en la adolescencia y en la primera juventud el ser se preocupa antes que nada por sí mismo y
lucha por establecer una identidad estable, por desarrollar relaciones íntimas y por conquistar un
sentido de minio en el terreno profesional, hacia los cuarenta o cincuenta años, uno pasa la etapa
en que ya puede encontrar significado en las aventuras trascendentes (Yalom, 1984).
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 16
Las necesidades humanas de poseer un marco de referencia perceptivo general y un
sistema de valores para basar las acciones comunes, constituyen las razones “puras” por las
cuales buscamos un significado en la vida. No obstante, la cuestión del significado suele ser
bastante controvertida; se confunde con muchas otras cuestiones que no son el significado per se.
Dentro de estas confusiones permanece latente la creencia de que la vida está incompleta sin la
realización de una meta (como propósito y significado), esto se interpreta en la contemporaneidad
como un hecho trágico y además, es un mecanismo cultural occidental.En cambio el mundo
oriental nunca ha afirmado que exista una “finalidad” en la vida, ni cree que éste sea un problema
o una cuestión a resolver; la vida es un misterio que hay que vivir, a esto, Shree Rajneesh citada
por Yalom escribe:
La existencia no tiene una meta, es simplemente un viaje. El viaje por la vida es
tan bello, que ¿a quién le importa el destino? La vida sucede y nosotros nos vemos
lanzados a ella; no requiere ninguna razón ni justificación (Yalom, 1984, p.561).
Éste concluye, que aunque es necesario tratar por separadas esas preocupaciones esenciales, in
vivo están inextricablemente mezcladas y representan el substrato de la terapia. La confrontación
de la persona con la muerte, la libertad, el aislamiento y la carencia de sentido vital ofrece al
terapeuta un contenido interpretativo explícito.
Por otro lado, reconociendo la significancia que tiene el sufrimiento en la existencia se
propone otra abertura temática la cual deja abierta la siguiente pregunta (entre muchas otras) de
¿qué es el sufrimiento existencial? a lo que Bates (2016) señala, descubrir realmente qué significa
esto propondría una ardua labor ya que un grupo de investigadores se dieron la libertad de
proponer una guía sencilla acerca del sufrimiento existencial en el cual revisaron 64 artículos y
resultaron 56 definiciones diferentes para un mismo concepto, dentro de los cuales se
encontraban la falta de sentido o propósito, falta de interacción con otros, pensamientos acerca
del proceso de muerte, la lucha frente a ser, dificultad para encontrar el sentido de vida, pérdida
de autonomía y pérdida de temporalidad.
Teniendo en cuenta estas definiciones, Cicely Saunders simplifica todas estas
características en un concepto macro que define como dolor total (total pain) en el cual engloba
el sufrimiento físico, espiritual y psíquico y los llama directamente esfera del sufrimiento, por lo
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 17
tanto el sufrimiento existencial podría definirse como el sufrimiento que integra estas tres esferas
del dolor total (Bates, 2016).
Desde la perspectiva anterior se podría considerar al sufrimiento como inherente al ser
humano y categorizado como una de las características naturales del existir, además Casado Da
Rocha (2012) señala que la experiencia del sufrimiento es algo circunstancial a ser humano y
desde la posición ética puede decirse que el sufrimiento revela valores como la resistencia y la
solidaridad. Éste autor, propone que el sufrimiento se ha concebido como la reacción a una
pérdida, ya sea a la pérdida de una existencia sin cuidados, la pérdida de salud, de dignidad, de
autonomía, etc.
Pero el sufrimiento también puede ser considerado como un recurso terapéutico, en ese
sentido Morse (2001) citado por Casado Da Rocha (2012) define el sufrimiento como una
liberación emocional y realiza un comparativo en el cual añade al aguante como supresor
emocional, ambos estados están mediatizados por el contexto y las normas culturales que
atraviesan el sujeto, por ejemplo “uno aguanta en público y sufre en privado”. En todo caso,
Morse considera que el sufrimiento es un factor fundamental para la recuperación, es un agente
curativo (Casado Da Rocha, 2012)
Es necesario traer a colación que la cuestión del sufrimiento trae consigo una ética
atravesada por la contemporaneidad y la historia y por lo tanto el sufrimiento conlleva un sentido,
no solamente sanador en cuanto a la pérdida, sino también que el sufrimiento per sé está
direccionado a darle sentido a la vida en retrospectiva, es decir, se propone que el sufrimiento no
es ocasional en relación a la situación, el sufrimiento es un continuo devenir que posibilita la
aceptación y el cambio a lo largo de la existencia (Casado Da Rocha, 2012)
En este orden de ideas Cassell (1991) define el sufrimiento como un estado de aflicción
grave (severedistress) asociado con hechos que amenazan la integridad de la persona. Refinando
esta definición, Chapman y Gravin (1993) definen el sufrimiento como “un estado cognitivo y
afectivo, complejo y negativo, caracterizado por la sensación que experimenta la persona de
encontrarse amenazada en su integridad, por el sentimiento de impotencia para hacer frente a esta
amenaza y por el agotamiento de los recursos personales y psicosociales que le permitirían
afrontarla” (p.15).
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 18
Sin embargo, surge una cuestión significativa que atañe a los profesionales de la salud en
el siglo XXl y es ¿qué hacer con aquél que sufre? A menudo los profesionales de la salud no
logran resolver los problemas de fondo ni proponer respuestas definitivas. A esto Casado Da
Rocha (2012) responde:
Los profesionales no deberían convertirse en los falaces y omnipotentes portadores
del sentido, pero sí pueden intentar deconstruir el sinsentido, la falaz afirmación de
que “la vida no tiene sentido”, como si se hiciera con ello un “terrible
descubrimiento, y así reconstruir una pluralidad de sentidos posibles (Casado Da
Rocha, 2012, p.253).
Es decir, el profesional puede acompañar a la persona, sus procesos, sus encuentros, sus
preguntas y respuestas, por lo tanto, su labor es amplia, a sabiendas de que eso también le puede
colocar en el límite donde el aguante y el dolor dejan paso al sufrimiento existencial,es decir, el
paso al reconocimiento de la propia muerte (Casado Da Rocha, 2012)
En contexto, puede añadirse que la conceptualización actual que se tiene de la palabra
sufrimiento no solamente ha estado moldeado por la epistemología sino también por las
experiencias, por lo que se hace necesario mencionar que tales experiencias hacen posible brotar
nuevas significaciones para el término.
A partir de lo anterior, se torna indispensable mencionar los aportes que plantea Molina
(2011) en sus estudios frente a su propia experiencia de sufrimiento dentro de la técnica médica,
en primer lugar, si bien el dolor tiene una génesis fisiológica, el sufrimiento atraviesa toda la
estructuraantropológica del ser humano, enmarcado en la interrelación física, psíquica y espiritual
que existe en la completitud del ser humano y por tanto, es entendido como unsentir que va más
allá de lo físico, un conjunto de emociones negativas que experimenta el ser como angustia y
malestar, frente a aquellas situaciones que amenazan su integridad.
También señala que, el sufrimiento no tiene la necesidad de ser demostrado o probado ya
que “ni siquiera hay que ir a buscarlo, es él quien puntualmente, en uno u otro ángulo de la vida,
viene a nuestro encuentro” (Molina, 2011). También toma importancia el señalar que para este
autor, el dolor subyace en el sufrimiento, en cualquier espacio de tiempo, en cualquierámbito,
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 19
independientemente del contexto que se trate; de ahí que existe dolor físico ydolor espiritual, el
sufrimiento constituye una categoría mucho más general.
Por último, en algunas personas gravemente enfermas, la muerte no es lo peor, hay
estados de vida peores que la muerte misma, en los cuales ésta viene a presentarse como una
salida, un alivio a un sufrimiento insoportable, un fin anhelado. Además, apunta que la base que
proporciona la compresión del sentimiento del otro es la empatía, acorde a lo anterior también
menciona que debe de tenerse precaución frente a este sentir ajeno, ya que para el ser humano
existe una vulnerabilidad para fundirse en el sufrimiento del otro, por lo que debe ser
considerablemente importante, establecer los límites de la relación y controlar los procesos
empáticos, es decir, el buen manejo de las transferencias psicológicamente hablando. “El
sufrimiento empático es muy común cuando nos hallamos profundamente conmovidos por el
dolor de una persona que nos importa” (Molina, 2011).
Sin embargo y en concordancia con Saunders, este autor propone que la falta de empatía
con un paciente terminal puede ser muchísimo más peligroso en términos del vínculo, a causa de
que la falta de empatía genera insensibilidad al dolor ajeno y por tanto, ajenos a su situación.
“Visto hasta aquí, que el sufrimiento humano es una condición inherente a nuestra propia
naturaleza, solo queda encontrarle un sentido en nuestra vida” (Molina, 2011)
Anteriormente, se hizo referencia al término dolor como una característica fundamental
del sufrimiento y cómo éste era parte implícita de la experiencia de quien sufría, a esto Bustos
(2000) interpretando a Le Breton expone que, el dolor es plenamente subjetivo y nadie reacciona
a él de la misma manera, en parte ya que la sensación del dolor nunca es únicamente experiencia
sensorial, sino más bien una percepción compleja que contiene muchos matices, dentro de la
construcción intersubjetiva del ser.
Es decir, para Le Breton citado por Bustos (2000) la sensación de dolor no tiene su
génesis en el individuo sino que tal dolor es una construcción que está atravesada por complejos
componentes simbólicos, culturales y hasta transpersonales, por lo que se tiene la tesis de que el
dolor no parte de un hecho plenamente biológico. Para ilustrar mejor lo anterior el autor propone
el siguiente ejemplo: “En la actualidad es común la presencia de individuos que han sufrido un
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 20
accidente laboral y que persisten con dolores más allá de la convicción clínica de que no tienen
nada orgánico comprometido”. (Bustos, 2000, p. 110)
Igualmente, no se puede dejar a un lado la importancia que cumple la religión en el
ámbito de definir lo doloroso y su extrínseca relación con lo malvado o maligno “No debemos
ignorar que las culturas religiosas imponen su marca en los comportamientos y valores de los
individuos a la manera de un inconsciente cultural.” No es secreto para la gran cantidad de
personas que existe una relación implícita (en ciertos casos) entre el mal y el dolor expuesto en
relatos bíblicos, no es coincidencia que las religiones sean tan populares exponiendo tan
oportunas salidas al sufrimiento existencial (Bustos, 2000)
Por lo tanto, es necesario tener en cuenta la variable transcultural para definir el
sufrimiento, a esto esclarecen Montoya Juárez, Schmidt Río-Valle, & Prados Peña en (2006) que
el método con el cual debe medirse/explicarse la intensidad del sufrimiento en las distintas
culturas no se encuentra a disposición de la ciencia, por lo que la base de los estudios están
estancados en sintomatología biológica y no en aspectos intersubjetivos y socioculturales.
Sin embargo, existen estrategias con las cuales se puede darle pie a la detección o a la
medición del sufrimiento las cuales son: la práctica clínica, investigación cualitativa y
cuantitativa. Así mismo, las producciones escritas que revelan la subjetividad del individuo frente
al sufrimiento pueden ser mecanismos que posibilitan la comprensión de este
fenómeno.(Montoya Juárez, Schmidt Río-Valle, & Prados Peña, 2006)
Aun así, es necesario profundizar en el concepto de sufrimiento con el fin de hallar una
definición transcultural que contemple aspectos individuales y socioculturales del individuo.
Hasta el 2006 no se han encontrado instrumentos que midan de forma objetiva la intensidad del
sufrimiento a consecuencia de que la experiencia del sufrimiento es totalmente subjetiva
(Montoya Juárez, Schmidt Río-Valle, & Prados Peña, 2006).
Por otro lado, Pérez (2011) expone las características del dolor como un componente
esencial de la subjetividad de la persona y además partícipe necesario de una dinámica particular,
cuyo resultado es la vulneración de la identidad de quien lo padece. Con respecto a lo anterior,
éste autor propone dar el primer paso hacia una teoría de la participación del dolor en el proceso
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 21
de despersonalización del sujeto sufriente, en el que las sensaciones de alteridad y extrañeza
respecto de la narración de su identidad son fundamentales, a razón de esto son la exclusión y el
aislamiento los que imposibilitan la acción humana, degradando al sufriente en su mismidad.
Del mismo modo, Fenili, Takase Gonçalves, &Azevedo dos Santos, en (2006) proponen
que el sufrimiento puede ser considerado como una cuestión meramente subjetiva, incluyendo las
dimensiones psíquicas, mentales, sociales, espirituales. El dolor, generalmente, está más ligado a
una percepción de un estímulo doloroso periférico o en el sistema nervioso central, pero está
asociado a una respuesta afectiva.
Tal vez el sufrimiento pueda ser visto de mayor amplitud, complejo, global,
existencial que el dolor. Sin embargo, se refuerzanmutuamente, o sea, un dolor
insoportable puede influir en las dimensiones del sufrimiento y de la misma
manera, una ansiedad puede acentuar el dolor. Aun así el dolor y el sufrimiento
que surgen de enfermedades, pérdidas, injusticias, violencias, odio, envidia,
desamor, o sea, un rol de determinantes que van demarcando el vivir, son
cuestiones que se pueden abordar como metafísicas, morales, corporales y,
que constituyen la esencia del ser humano (Fenili, TakaseGonçalves, &Azevedo
dos Santos, 2006 , p.2).
Considerándose el dolor y el sufrimiento como uno de los componentes de la dinámica del
vivir, generalmente se procura ignorarlos. Esa es una realidad tan próxima, tan familiar, en
cuanto a la extrañeza y al pavor, que muchas veces atrapa de sorpresa. La sociedad moderna
dirige su quehacer para evitar los sufrimientos, los dolores, para “proteger” de alguna manera a
las personas de sí mismas, lo que no ocurría en las sociedades primitivas donde los rituales, las
ceremonias, estaban presentes integrando al hombre con su cuerpo, al hombre con el cosmos y a
todos se les daba la oportunidad de vivenciar sus dolores(Fenili, Takase Gonçalves, & Azevedo
dos Santos, 2006)
También éstos autores señalan que Schopenhauer, relaciona el sufrimiento al aspecto del
deseo; éste surge a consta de una falta que necesita ser satisfecha. Mientras que la necesidad no
se satisfaga, es sufrimiento. Sin embargo, afirman que “ninguna satisfacción es proceso, ella es
sólo el punto de partida de un nuevo deseo. Vemos al deseo estancado en todas partes, siempre en
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lucha, por tanto siempre en estado de sufrimiento: no existe un fin último para el esfuerzo, por lo
tanto no existe medida, término para el sufrimiento” (Fenili, Takase Gonçalves, & Azevedo dos
Santos, 2006)
“La voluntad esclarece la forma de ver la realidad, el mundo y lo que en él sucede” (p.3).
La voluntad es algo infinito, uno, indivisible, y no una voluntad finita, individual, consciente. Por
ser la voluntad infinita, trae la insaciabilidad, o sea, genera un conflicto resultando en dolor y
sufrimiento. Schopenhauer describe el sufrimiento como “sólo una voluntad que no está
satisfecha y que está contrariada: incluso el dolor físico que acompaña la desorganización o la
destrucción del cuerpo no tiene otro principio, lo que lo torna posible es que el cuerpo es la
propia voluntad en el estado de objeto(Fenili, Takase Gonçalves, & Azevedo dos Santos, 2006)
Así mismo deben considerarse las posturas espirituales o religiosas, ya que pueden
encontrarse diversas visiones o significados para el dolor y el sufrimiento. Una de ellas es la
visión Cristiana significando el sufrimiento como el padecimiento, la muerte y la resurrección de
Cristo, dando sentido, significado al dolor; el sacrificio del cuerpo lleva a la salvación. El
cristianismo atribuye el dolor y el sufrimiento, de cierta forma, a la desobediencia, a las culpas, al
pecado original y a los otros pecados cometidos (Fenili, Takase Gonçalves, & Azevedo dos
Santos, 2006)
También para algunas doctrinas espiritistas, el reaccionar con ira, violencia y rebeldía
(vicios) al sufrimiento, contribuye a que este aumente, pues surgen nuevas desarmonías en áreas
que no fueron acometidas. “El dolor físico alerta de que algo no está funcionando correctamente
en la máquina orgánica. El dolor moral, presentado a través del miedo, angustia, ansiedad,
inseguridad, desesperación, entre otros, señala desequilibrios en el espíritu, en la
individualidad”(p.7). Tanto uno como otro dolor pasan la información de que algo no está bien y
que necesita ser sanado.(Fenili, Takase Gonçalves, & Azevedo dos Santos, 2006)
Además, Yalom menciona que los sistemas de creencias proporcionan a la mayoría de
personas un sentido de seguridad, por las mismas razones que las explicaciones ofrecen seguridad
a los pacientes. Así, el dolor y el sufrimiento necesitan ser percibidos, encarados, asistidos en la
totalidad de sus dimensiones -físicas, psíquicas, espirituales, sociales, culturales, ecológicas,
económicas y otras más que se quieran añadir-. Lo que quizás pueda reflexionarse con la
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 23
afirmación de Kardec (1997) citado por Fenili, Takase Gonçalves, & Azevedo dos Santos(2006):
“Si los médicos fracasan en las mayoría de las enfermedades, es que tratan el cuerpo sin el alma,
pues si el todo no está en buen estado, es imposible que la parte esté bien”.
2 Metodología
Para la construcción de este artículo se realizó una serie de procesos que posibilitaron, en
un primer momento descubrir la bastedad del tema y sus posibilidades dentro de las ramas
académicas, asimismo se facilitó la aproximación epistemológica desde la filosofía y por último,
se logró delimitar el marco de estudio desde el cual se trabajará.
Este artículo se enmarca en una base filosófica existencial, por lo que en un primer
momento se abstrajo la información de algunos de los autores más representativos de dicha
corriente filosófica y además se tomó como punto de partida para la búsqueda de más
interpretaciones y conceptualizaciones frente al sufrimiento.
Para organizar y categorizar la información se utilizó una Ficha Bibliográfica/descriptiva
que posibilitó la sistematización de la información construyendo una guía de aproximadamente
30 referentes teóricos, que van desde constructos plenamente filosóficos hasta conceptos
médicos, desde la objetividad de la ciencia newtoniana, hasta la subjetividad sobre experiencias
de padres y la sensación frente a la enfermedad de sus hijos.
Objetivo General:
Realizar un acercamiento a una concepción integral de sufrimiento que tenga como bases algunas
perspectivas científico/filosóficas/espirituales/psicológicas aceptadas en el siglo XX y XXI, a
través de una revisión bibliográfica.
Objetivo Específico:
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 24
Evidenciar las convergencias y divergencias teóricas que se tengan desde las diferentes
perspectivas frente al concepto de sufrimiento.
3 Discusión
Como se ha mencionado anteriormente, acercarse al tema del sufrimiento y sus diferentes
vertientes epistemológicas para realizar una síntesis teórica parecería ser una tarea temeraria, ya
que en la contemporaneidad se utilizan una serie de términos recurrentes para definir el concepto
sufrimiento, por lo que este tema demanda una comprensión articulada. A través del tiempo, el
ser humano ha estado habituado a la idea del bienestar, comodidad, seguridad y a causa de esto,
en algunos contextos, se ha dejado a un lado la consideración positiva en torno al sufrir como
posibilidad potencializadora.
Sin embargo, existen propuestas teóricas que plantean supuestos similares en tanto se
evidencia que en algunos teóricos se resalta la relación positiva con el sufrimiento y por otro
lado, se proponen reflexiones relacionadas al apaciguamiento y destrucción del mismo. Teniendo
en cuenta lo anterior ¿cómo acercarnos entonces a una compresión del sufrimiento que tenga en
cuenta esta profunda ambigüedad?, pues, por un lado, se realizan esfuerzos sobrehumanos en
controlar sus efectos y por el otro, existen perspectivas dentro de lo cual se exaltan sus
características.
Como señalan (Montoya-Juárez, y otros, 2012) realizar una compresión objetiva del
sufrimiento en el siglo XXl se ha convertido en una tarea titánica ya que hasta el 2006 no se han
encontrado instrumentos que midan de forma objetiva la intensidad del sufrimiento como
consecuencia de que la experiencia del este es totalmente subjetiva. Así, partiendo de la base del
contenido subjetivo del sufrimiento Fenili, Takase y Azevedo Dos Santos en (2006) señalan la
importancia de globalizar el sufrimiento a todos los aspectos del ser incluyendo las dimensiones
psíquicas, mentales, sociales, espirituales, etc.
Sin embargo, señala Montoya-Juárez y otros en (2006), existen estrategias con las cuales
se puede dar pie a la detección o a la medición del sufrimiento las cuales son: la práctica clínica,
investigación cualitativa y cuantitativa. Así mismo, las producciones artísticas que revelan la
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 25
subjetividad del individuo frente al sufrimiento pueden ser mecanismos que posibilitan la
comprensión de este fenómeno. Con respecto a esta propuesta algunos teóricos definen
características del sufrimiento desde su subjetividad, es decir, a través de su propia experiencia
como es el caso de Molina (2011) quien realizó una aproximación al sufrimiento humano desde
una óptica personal y profesional, en primer lugar, mediante una teorización que tuvo en cuenta
las principales tendencias que desde el punto de vista ético y bioético se refieren al tema y, en
segundo término, se expuso la experiencia que en el plano personal y profesional como médico
ha tenido el autor en el transcurso de la vida.
En el 2011, Molina concluye que el sufrimiento es una condición ineludible de la
naturaleza humana y debe afrontarse con un sentido determinado, siguiendo esta línea de
pensamiento, Saunders (1978) propone un término que engloba muchas de las dimensiones
planteadas por los autores anteriores al cual denomina “dolor total”, además expone que el
sufrimiento es una condición inherente a la naturaleza humana por lo que solo quedaría
encontrarle un sentido al sufrimiento en nuestra vida.
Sin embargo, algunos pensadores argumentan que sólo tienen “sentido” (esto es,
significado) los elementos lingüísticos (documentos, frases, palabras), y que preguntarse por el
sentido de experiencias no-lingüísticas como la del sufrimiento no haría sino crear confusión
(Papineau, 2004, citado por Casado Da Rocha, 2012). Pero aun si nos acogemos a que no todo el
sufrimiento se expresa mediante el lenguaje, si podemos interrogarnos por lo que significa hoy
día la experiencia del sufrimiento, verbal o no verbal, por su significado interpersonal, el sentido
del sufrimiento podría ser entonces entendido como la “actividad” o la “forma de vida” al que
irremediablemente nos aboca, pues, tal y como afirma Wittgenstein (1929) “el significado de una
palabra es su uso en el lenguaje”.
Entendiendo entonces la posibilidad del sufrimiento como característica fundamental e
inherente a la realidad humana sería necesario realizar una abstracción breve sobre los
planteamientos de algunos de los filósofos existenciales acerca del sufrimiento.
Algunos supuestos de la filosofía existencial, tienen como sustento aspectos ontológicos
del ser, dentro de ellos, el sufrimiento, es decir, en la concepción existencialista el ser humano
está ligado al sufrimiento en su existencia, es inherente a sí mismo y hace parte de los procesos
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continuos mediante los cuales el ser se construye. Como señala Grön (1995) citando a
Kierkegaard, en el sufrimiento, el hombre se relaciona con una posibilidad que es únicamente
suya, en el sentido desde el cual es una posibilidad de relacionarse con él mismo, en otras
palabras, en el sufrimiento el hombre se relaciona con su propia posibilidad de relacionarse, en
esto consiste el sufrimiento, es el medio por el cual el hombre puede conocerse como un yo.
Además, este conocerse como un yo no es necesariamente un encuentro directo y
estático, el vivenciar el sufrimiento coloca al ser humano en una balanza que permite el
movimiento, por lo cual la construcción de conocerse como un yo es dinámica y además fluctúa
entre situaciones que no dependen únicamente de la persona en relación consigo mismo sino en
una interrelación con el otro, con el mundo, en una correlación intersubjetiva. Esta correlación
intersubjetiva explica uno de los supuestos del filósofo Jean Paul Sartre en la cual señala “la
existencia precede la esencia”. (Sartre, 1946)
El sufrimiento desde la filosofía existencial podría considerarse catalizador para la
construcción del ser, el cual en su existencia crece y se potencializa. Para comprender esta
construcción y qué papel juega el sufrimiento en ella debemos en primer lugar señalar que la
construcción en relación con el tiempo no es únicamente progresiva, es también regresiva, ya que
como mencionamos anteriormente la propuesta existencialista es precisamente dinámica y
siempre está en el flujo de la construcción. En segundo lugar, el sufrimiento es una herramienta
en donde el ser se deconstruye, sin dejar a un lado que esta posibilidad de deconstrucción es parte
del cambio mediante el cual el ser crece; el ser como proyecto no implica necesariamente
progreso para su cimentación, como menciona Heidegger con el cuidado de sí.
Por otro lado, existen propuestas desde las cuales el sufrimiento es un padecimiento
meramente biológico que debe ser paliado y además, en el cual existe dolor como base
fundamental, sin embargo que existan posturas que defiendan la extinción del sufrimiento
eliminando el padecimiento doloroso, no implica que el dolor sea en sí un proceso singular, dice
Bustos (2000) “cada individuo responde de una manera diferente a una herida o a una afección,
aunque éstas sean idénticas”, es decir, el dolor no puede considerarse un proceso objetivo sino
meramente subjetivo, por lo tanto, el sufrimiento desde esta perspectiva es a razón de lo anterior,
un proceso subjetivo.
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 27
Además, algunas de estas perspectivas biológicas/médicas no hablan del sufrimiento
como proceso que encamina al ser hacia su construcción, ya que desde su epistemología la
medicina se interesa por la salud, entendiéndose salud por la experiencia de bienestar y procesos
integrales del cuerpo y de la mente, caracterizada por la ausencia de circunstancias patológicas
(Siurana, 2004). Por lo tanto, para estas perspectivas la experiencia del sufrimiento y dolor deben
ser disminuidas y erradicadas para el mejor funcionamiento y adaptación del hombre en su
contexto, incluyendo procesos consigo mismo.
Con esto no pretendo decir que las posibilidades existentes dentro de algunas perspectivas
como la medicina no sean útiles para el hombre ni mucho menos, en este punto creo que es
necesario mencionar a Le Breton citado por Bustos (2000) quien señala que la enfermedad no
significa sólo como una configuración de signos clínicos, sino que se podría especificar un
síndrome de experiencias vividas, cargadas de significaciones, interpretaciones y explicaciones,
mediatizadas por la cultura y la subjetividad individual.
También, algunas perspectivas religiosas parten del hecho desde el cual su sentido en
relación al ser humano implica la promesa de extinguir el sufrimiento y “vivir” dentro de mundos
utópicos fantásticos alejándose precisamente de lo que significa el vivir desde una lógica humana
terrenal, entendiéndose el sufrimiento como castigo al cual como seres humanos estamos atados.
Sin embargo entra en consideración la propuesta de Fenili, Takase Gonçalves, & Azevedo dos
Santos (2006) en la cual el sufrimiento moviliza la necesidad y la eficacia de una creencia que se
coloca, al mismo tiempo, en el intelecto, en la sensación y en los hechos que, de cierta forma,
explique el dilema del dolor.
De acuerdo a lo anterior, el contexto en el cual se implica el sufrimiento es variado y
complejo, ya que las vertientes epistemológicas de las distintas ciencias y pseudociencias que se
complementan para formar un intricado árbol de definiciones carece de un orden dirigido, son
concretas en su diferencia pero aun así no se desprenden de un marco comunicacional llamado
lenguaje, el cual señala Lacan “es un completo malentendido”.
La experiencia del sufrimiento contiene desde su recuento histórico ciertas
particularidades energéticas en el cuerpo, el sentir del sufrimiento en lo corpóreo genera además
del dolor, incomodidad e insatisfacción, por lo que para realizar un breve significado del
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 28
sufrimiento es necesario romper con el paradigma cartesiano y ampliar profundamente las
construcciones habituales que se tienen sobre este tema. Como lo señala Cabral (1993) citado por
Ventura (2013)
Aunque el dolor va acompañado de sufrimiento, y en la mayoría de los casos este
es directamente proporcional a la intensidad del dolor, puede ser que en ocasiones
la intensidad sea recompensante, como en el caso del dolor del parto. (p.206)
Así, reconociendo que en la particularidad del ser existen situaciones de orden complejo
que están ligadas a la existencia, debe darse por entendido que el vínculo es un medio por el cual
el sufrimiento y la satisfacción (placer) van de la mano, es decir, en la construcción con el otro se
generan situaciones que posibilitan el espectro de la incertidumbre, sin embargo en la exclusión y
el aislamiento la fuente del reconocimiento de uno mismo (que es el otro) está significativamente
alejada y por ende el encuentro directo con el yo se ve obstaculizado, en otras palabras, el
encuentro significativo entre dos seres auténticos facilita el proceso de emancipación del
sufrimiento.
De igual manera, entendiendo que las diferentes perspectivas académicas diversifican su
concepción de sufrimiento a partir de la epistemología a la que se adscriben, debe mencionarse
que dentro de sus definiciones se encuentra una integralidad interdisciplinaria implícita, en tanto
se reconocen ciertos aspectos similares en cada uno de estos saberes, por tanto, para brindar una
breve concepción integral del término no debe dejarse a un lado las significaciones de ningún
referente.
Por lo tanto, teniendo en cuenta las bases epistemológicas señaladas, el sufrimiento
podría considerarse como una característica inherente al ser humano, distinguida de la angustia y
dolor en tanto éstas pueden ser derivadas del concepto a tratar, además es una experiencia de
orden subjetivo y no necesariamente debe estar limitado al contexto sociocultural, también su
sensación corporal tiene implícita la condición de malestar, lo que no implica que sea negativo y
lingüísticamente propone significados abstractos no alejados de la situación per sé.
Aun así, hay que tener en cuenta que esta característica humana tiene un sentido en
relación a quien lo vivencia independientemente de la edad y el estrato social al que pertenezca,
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 29
entendiendo que la experiencia del sufrimiento es catalizadora de procesos de transformación
donde la persona es el principal responsable de sí mismo, sin embargo es parte de la
consideración a tratar que no todas las personas tienen las herramientas internas para elaborar
experiencias a través del sufrimiento, ya que éste generalmente conlleva una carga negativa y
podría estar acompañado de sensaciones dolorosas y perjudiciales.
Entendiendo el marco en el que se desenvuelve esta connotación integral del término,
señalo que las propuestas académicas retomadas hacen referencia a pocos de los saberes que
trabajan desde diferentes perspectivas el concepto, con base en esta afirmación se hace necesario
resaltar la posibilidad del encuentro por parte de las demás comprensiones lingüísticas para así
ampliar y facilitar procesos de definición que propongan una concepción más interdisciplinar en
relación al termino del sufrimiento.
A sabiendas, de que en los diferentes planteamientos bibliográficos se menciona que para
concluir con la idea de una concepción del sufrimiento, es necesario desarrollar una mayor
profundidad experiencial y evidenciar qué papel cumple el sufrimiento en los diferentes
contextos actuales, debe también tenerse en cuenta que las aperturas epistemológicas son cada
vez más amplias y diversas por lo cual la construcción del concepto sufrimiento, se ampliará
mediante hayan diferentes formas y experiencias para vivenciar este, es decir, la construcción del
concepto de sufrimiento no solamente está ligada a un saber, sino que además tiene implícita una
cargar cultural que se modifica gradualmente con el paso del tiempo.
A partir de lo anterior, se deja como sugerencia al lector que aporte desde su saber
propuestas que añadan significativamente ramas alternativas de conocimiento a esta concepción
de sufrimiento, con el fin de reconocer que las posibilidades de significación de un término
pueden tener aristas de diferente orden, pero sin dejar de tener en cuenta que se debe partir de un
eje central que evidencie una mirada integral del término.
4 Conclusiones
Con base a lo cimentado en este artículo, se han abstraído diferentes conclusiones de las
cuales debe señalarse como eje central; que el sufrimiento es una condición inherente a nuestra
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 30
propia naturaleza y emerge del ser humano con un sentido determinado. Además, la sociedad
contemporánea concentra sus esfuerzos en evitar y disminuir el sufrimiento, tratando de eludir su
interpretación y por lo tanto eliminando su sentido.
Las definiciones del término sufrimiento, desde los diferentes constructos académicos
están limitadas por su campo de acción, es decir, cada uno de los referentes académicos ha
delimitado su concepción de sufrimiento a partir del quehacer del especialista en su rama del
saber y por ende la comprensión del sufrimiento se ha visto fragmentada y dividida. Sin embargo
no se excluye la posibilidad de evidenciar el sufrimiento como una cuestión meramente subjetiva,
incluyendo las dimensiones psíquicas, mentales, sociales, espirituales.
Es importante y significativo, que para brindar una concepción integral del término no
solamente es necesario realizar un acercamiento desde los diferentes saberes aquí planteados;
para esto se debe ampliar y profundizar desde otras disciplinas no necesariamente relacionados
con la salud y la filosofía, así se lograría exponer de manera representativa los factores que
influyen directa o indirectamente en este concepto, desde un punto de vista ajeno a los
conceptualizados en este artículo, es decir, se posibilitaría brindar una representación menos
limitada a esta definición.
Se debe considerar que en el ejercicio, que se realizo en este articulo, de poner a dialogar
los diversos saberes que se retomaron, puso en evidencia de que existen ciertas divisiones
tajantes en relación a la episteme de cada disciplina, esto tal vez nos indique que no se puede
lograr una integralidad conceptual. No obstante, la integralidad no debe ser el final de este
proceso, sino la columna vertebral que permita darle un orden a lo experienciado, lo construido,
lo vivido y lo sufrido.
HACIA UNA BREVE CONCEPCIÓN INTEGRAL DEL SUFRIMIENTO 31
Referencias
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