Hackers Elcomercio 2014-03-02 #14

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  • 8/12/2019 Hackers Elcomercio 2014-03-02 #14

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    A14 lPas El Comercio

    domingo 2 de marzo del 2014

    DATOS ABIERTOS.Apoyo la liberacin de datos y un Internet libre, dice Antonio Cucho.

    DE LA PC A LA RED. Omar Palomino, hacker y consultor en seguridad informtica.

    FOTOS:OMARLUCAS

    SEGURIDAD.Las personas deben tomar ms en cuenta las medidas de seguridad cuando cuelgan su informacin personal en Internet. Pocos lo hacen, dice John Vargas.

    Tienen menos de 30 aos y uno figura en los salones de la fama de Microsoft, Twitter y Apple por haberlesencontrado vulnerabilidades. Nunca apagan el ordenador, duermen poco y dicen nadie est seguro en la red.

    Certezas y obsesiones de

    cuatro hackers en Lima

    HACKERS TICOS: REBELDES DEL CIBERESPACIO

    Un hacker parte de una certe-za: no hay sistema perfecto;

    y una obsesin: encon trar su

    vulnerabilida d, las fallas quele permitan recordarle luego aldesarrollador la imperfeccinde su sistema. Camilo Galdostiene 20 aos, hackea desdelos 14, fuma una cajetilla de ci-garros al da y hace varios aosque abandon el mundo ocultode Internet para ser un hackertico: busca vulnerabilidadespara impulsar programas msseguros. Su nombre figura enlos salones de la fama de Micro-soft, Adobe, Paypal, Twitter,eBay, Netflix, Nokia y Apple. Elhacker de 20 aos tiene su pro-pia certeza: nadie est seguroen la web. Se encuentra fueradel pas, ha decidido alejarse

    un tiempo, duerme poco, perocada vez mejor. Jams apaga sucomputadora.

    Antes de ser un experto enseguridad informtica, Cami-lo vivi una doble vida: mentasobre su edad, nacionalidad oprocedencia. Usaba ms de seisidentidades. Sus relaciones so-ciales se resuman a charlas porcanales secretos de chat conpersonas cuyo rostro jams ha-ba visto. Perdi el control deltiempo. Poda estar en Lima, pe-ro si alguien rastreaba su direc-cin IP lo ubicaba en Australia.Comenz a tener malas notasen el colegio y a dormir menos.Conoc a gente muy obsesiva.

    Me volv paranoico. En los chatsme hablaban y despertaban atoda hora, pero un da me abu-rr de todo eso, cuenta.

    Camilo continu leyendo eingres a Dragon Jar, una co-munidad especializada en se-guridad informtica. Aqu haygente ms normal. Eran mspersonas, menos mquinas.Eran tambin ms ticos, sedijo y se qued. En noviembredel 2012 impulsado por unade sus obsesiones prometi noafeitarse la barba hasta encon-trar alguna vulnerabilidad aMicrosoft. Luego de siete das y

    varias noches sin dormir, en unasola maana encontr ocho fa-llas del programa. La prcticahace al maestro: Para evitar unhackeo tienes que haber hac-keado alguna vez, dice Camilo.

    HACKING TICO

    El 28 de julio del ao pasado di-ferentes pginas de entidadesdel Gobierno fueron hackeadas:Cul es el sentido de justicia?fue la pregunta que apareca enla pantalla. Las pginas fueronintervenidas por AnonymousPer, un colectivo de hackersque ya antes haba interveni-do otros espacios del Gobierno.

    Y cinco meses despus, en di-ciembre del 2013, otro grupoautodenominado Lulzsec atacla pgina del Ministerio del Inte-

    rior, accedi a los correos elec-trnicos de altos funcionarios ydivulg informacin clasifica-da. El Gobierno nunca encontra los responsables.

    Omar Palomino deslindacon ese tipo de hackeo. Unhacker bueno publica en Inter-net la vulnerabilidad que ha en-contrado, lo reporta, te advier-te y te dice protgete. Un hackermalo no lo publica, se aprove-cha de esa falla y la usa para de-linquir, dice Omar, uno de lospocos hackers que estudiaronIngeniera de Sistemas. Su for-

    macin, sin embargo, comenzen su casa, a los 16 aos, cuan-do su padre perdi el empleo ycon el dinero de la liquidacininstal cabinas de Internet. Le-

    y y vio decenas de tutorialessobre hacking.

    Venan chicos y chicas a pre-guntarme si era posible accederal correo de otro. Yo no saba ycomenc a averiguar. S queestaba mal, ahora no lo hara,pero en ese momento, si queraaprender tena que probar conprogramas reales, recuerda.Omar se queja de los mitos quehay en torno a los hackers: Enotros pases empresas como Fa-cebook pagan a los hackers porreportar vulnerabilidades en susistema, en el Per t la repor-tas y las empresas te quieren de-nunciar.

    MS ALL DE LA CAJA

    Un hacker es alguien que piensams all de la caja que es Inter-net. Lo dice John Vargas, hac-ker y responsable del captuloOWASP en el Per, el proyectode seguridad abierta de aplica-ciones web. Un hacker es curio-so por naturaleza. No se confor-ma con lo que ve, dice y rechazalos mitos que hay en torno aellos: no todos son ingenierosde sistemas ni electrnicos nimatemticos ni chancones ni t-midos ni nerds. Somos autodi-dactas y a veces solitarios, pre-cisa John.

    NELLY LUNA AMANCIO

    [email protected]

    Con el tiempo todos entendern el lenguajede la programacin. La programacin ser ellenguaje del futuro, dice Antonio Cucho

    HANGOUT

    Para evitar unhackeo tienesque haberhackeado algunavez, dice CamiloGaldos.

    John Vargas y Omar Palomi-no sostienen que el nmero dehackers ticos, con experien-cia en seguridad informtica,en Lima no pasa de 20. De los

    otros, los que pertenecen a co-lectivos ocultos no se puede de-cir lo mismo, aunque dicen quelo que ms hay en la web son loslamers, personas que tienenganas de hacer hacking, peroque no cuentan con el conoci-miento necesario. Aprendices

    y entusiastas. Nosotros somoshackers, pero el trmino esttan maltratado y desprestigia-do que muchos prefieren nousarlo, aade John.

    COMO JUGANDO

    La madre de Antonio Cuchoculpa la mala caligrafa de suhijo a la computadora. Me di-ce que he pasado mucho tiem-po en la computadora y quepor eso no tengo buena letra.Su primer acercamiento con ellenguaje de programacin fuea los 12 aos. Era adicto a los

    videojuegos, no dorma, falta-ba al colegio, no tena compu-tadora en casa y alquilaba unacabina. No era muy sociable enla escuela, dice. A los 15 aosle regalaron una computadora.

    Viva hipnotizado por los jue-gos; no, en realidad, por el fun-cionamiento de estos.

    Despus llegaron los retos: to-dos los hackers se imponen uno.

    Antonio se propuso lo confiesaahora como quien recuerda sustravesuras infantiles acceder ala cuenta de otros jugadores que

    haban llegado a niveles ms al-tos. Se apoderaba de estas y las

    venda a otros amigos del co-legio. De eso hace ms de sieteaos. Tiene ahora 23, ya no hac-kea cuentas, estudi Informti-ca, lidera el captulo de Open Da-ta Per y tiene un sueo: apuestapor un gobierno de datos abier-tos. De algn modo, un hacker esun rebelde del ciberespacio: Nousa Windows, prefiere el Linux,apuesta por el software libre, de-fiende la libertad de informacin

    y expresin, y cuestiona la vigi-lancia de la navegacin.