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¡Hagamos pasito! Grupo de estudio “El colectivo Los Villanos “ Villavicencio, septiembre de 2010 1 ¡Hagamos pasito! Emilio García Gutiérrez Catedrático ESAP Unillanos Grupo de estudio “El colectivo Los Villanos “ 1. Las dinámicas del conflicto La existencia de conflictos al interior de una sociedad es un fenómeno natural pues siempre existirán grupos sociales con intereses divergentes. La resolución no violenta de estos conflictos, sin embargo, depende de la capacidad que tengan los mecanismos institucionales de esa sociedad para proveer arreglos compatibles con los incentivos de los diferentes grupos sociales y las preferencias de los individuos que los conforman. Los conflictos violentos, por otra parte, no se dan en el vacío. Se presentan en medio de un complejo sustrato de actividades productivas y de depredación de rentas legales e ilegales que les hacen viables financieramente. El análisis de los conflictos violentos que se pueden dar al interior de una sociedad ha de considerar, por lo tanto, la naturaleza de los diferentes grupos que intervienen en la confrontación violenta, las víctimas y los métodos mediante los cuales se ejerce la violencia, los intereses que mueven a los grupos en confrontación, las condiciones en las que surge el conflicto y las fallas institucionales que permiten que la violencia continúe siendo un mecanismo de resolución de disputas y de apropiación de recursos. De inmediato surgen múltiples preguntas: ¿Cómo medir su impacto en términos humanos, sobre la sociedad y sobre la economía? En el caso de Colombia, ¿Son las violaciones a los derechos humanos un resultado del conflicto? ¿Es el conflicto armado interno el causante del crimen violento y la violencia en Colombia? Si bien se puede dar respuesta a varios de estos interrogantes, se necesitan herramientas cuantitativas y cualitativas, para mejorar la calidad y precisión del análisis. Pero la información es escasa y de baja calidad, cuando existe. La economía del desarrollo se ha ocupado poco de estudiar los conflictos, concentrándose en examinar los problemas de desarrollo cuando prevalece la calma en la sociedad. En una revisión bibliográfica de los principales textos de desarrollo económico, por ejemplo, no encontramos una sola mención a temas relacionados con conflictos violentos. Existe, sin embargo, un conjunto de trabajos de tipo econométrico que sirvieron de base al Banco Mundial (2003) para su publicación sobre las causas y posibles

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Según los teóricos del conflicto armado, existe una relación económica entre fuerzas legales e ilegales para apropiarse del territorio

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    Hagamos pasito!

    Emilio Garca Gutirrez Catedrtico ESAP Unillanos

    Grupo de estudio El colectivo Los Villanos

    1. Las dinmicas del conflicto La existencia de conflictos al interior de una sociedad es un fenmeno natural pues siempre existirn grupos sociales con intereses divergentes. La resolucin no violenta de estos conflictos, sin embargo, depende de la capacidad que tengan los mecanismos institucionales de esa sociedad para proveer arreglos compatibles con los incentivos de los diferentes grupos sociales y las preferencias de los individuos que los conforman. Los conflictos violentos, por otra parte, no se dan en el vaco. Se presentan en medio de un complejo sustrato de actividades productivas y de depredacin de rentas legales e ilegales que les hacen viables financieramente. El anlisis de los conflictos violentos que se pueden dar al interior de una sociedad ha de considerar, por lo tanto, la naturaleza de los diferentes grupos que intervienen en la confrontacin violenta, las vctimas y los mtodos mediante los cuales se ejerce la violencia, los intereses que mueven a los grupos en confrontacin, las condiciones en las que surge el conflicto y las fallas institucionales que permiten que la violencia contine siendo un mecanismo de resolucin de disputas y de apropiacin de recursos. De inmediato surgen mltiples preguntas: Cmo medir su impacto en trminos humanos, sobre la sociedad y sobre la economa? En el caso de Colombia, Son las violaciones a los derechos humanos un resultado del conflicto? Es el conflicto armado interno el causante del crimen violento y la violencia en Colombia? Si bien se puede dar respuesta a varios de estos interrogantes, se necesitan herramientas cuantitativas y cualitativas, para mejorar la calidad y precisin del anlisis. Pero la informacin es escasa y de baja calidad, cuando existe. La economa del desarrollo se ha ocupado poco de estudiar los conflictos, concentrndose en examinar los problemas de desarrollo cuando prevalece la calma en la sociedad. En una revisin bibliogrfica de los principales textos de desarrollo econmico, por ejemplo, no encontramos una sola mencin a temas relacionados con conflictos violentos. Existe, sin embargo, un conjunto de trabajos de tipo economtrico que sirvieron de base al Banco Mundial (2003) para su publicacin sobre las causas y posibles

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    curas para los conflictos internos. Estos trabajos constituyen la literatura ms conocida en materia de economa y conflicto. El eje de este enfoque lo constituye el gran nfasis que se hace en la viabilidad financiera de los conflictos internos, otorgando menor importancia a las caractersticas de los grupos en conflicto o a los fundamentos ideolgicos como ha sido tradicional en otros anlisis. La principal herramienta metodolgica de estos estudios es el uso de regresiones de corte transversal donde la unidad de anlisis estadstico son los pases en los que ocurren los conflictos. La excepcin, en materia de estudios empricos, la constituye el trabajo de Deininger (2003) quien utiliza datos a nivel de hogares para analizar los patrones de victimizacin y participacin en el conflicto de Uganda, desde una perspectiva econmica. Por otra parte est la vasta y cada vez ms extensa literatura econmica que analiza los conflictos internos desde una perspectiva puramente terica, esto es, mediante el uso de modelos basados en la racionalidad econmica. Los libros de Garfinkel y Skaperdas (1996), Sandler (2000) y Breton et al. (2002) son especialmente tiles para una primera aproximacin a esta literatura, por cierto bastante desconocida en Colombia. Estos trabajos tienden a ver los conflictos internos como una lucha entre grupos sociales por recursos con valor econmico (o por el valor econmico del poder poltico). Esta lucha puede expresarse de forma violenta cuando existe una falla institucional severa que impide la resolucin pacfica de las diferencias entre dos o ms grupos sociales. Esta visin es consistente con el enfoque recin mencionado que privilegia la viabilidad: sin financiacin, no existe la posibilidad de organizar un grupo rebelde, aun cuando su motivacin ltima no necesariamente descansa en las actividades depredadoras. El desarrollo de estos modelos ha producido interesantes resultados tericos pero ha estado limitado por la ausencia de trabajos empricos que contrasten estas teoras. Una importante excepcin son los trabajos sobre terrorismo en los cuales la literatura econmica ha podido desarrollar un buen trabajo terico soportado en ejercicios economtricos (vase, por ejemplo Enders and Sandler, 2000). Esto ltimo, sin embargo, est slo parcialmente relacionado con los conflictos civiles. Tambin en otras ciencias sociales, diferentes a la economa, hay excelentes trabajos sobre conflictos internos, y en el caso colombiano existe un buen nmero de estudios de gran calidad acadmica. Sin embargo, sea cual fuere el enfoque argumentativo, existe la posibilidad de mejorar el anlisis de conflictos mediante estudios cimentados en bases de datos slidas. Desafortunadamente estas bases de datos son muy escasas, haciendo que muchas de las hiptesis de estos estudios sean difciles de probar. En este documento presentamos un esfuerzo por construir una base de informacin sobre el conflicto en el Meta y en especial acerca de las alianzas establecidas entre grupos ilegales en diferentes reas de la economa en varios municipios del departamento.

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    Las dinmicas del conflicto armado colombiano hoy en da han experimentado cambios profundos, no slo en cuanto a los factores endgenos de la guerra, es decir su degradacin, sino a los factores exgenos de la confrontacin. Las investigaciones adelantadas en torno a las alianzas de grupos ilegales evidencian, como primera hiptesis, que estas asociaciones son de tipo tctico, es decir, momentneas y en torno a cuestiones especficas. No generan campamentos, entrenamientos ni patrullajes conjuntos y, en muchos casos, son atribuibles a la debilidad de las estructuras que se asocian. De ah que estas alianzas sean inestables y temporales (Observatorio del Conflicto Armado de la Corporacin Nuevo Arco Iris).

    El profesor Stathis Kalyvas, de la Universidad de Yale y experto en dinmicas de las guerras civiles, propuso la existencia de tres tipos de territorios que se dan en medio de un conflicto armado. *Bajo control del Estado, es aquel donde las instituciones tienen un funcionamiento estable y el Estado ejerce control total sobre el territorio y la poblacin. *Bajo control de un grupo armado ilegal, se da donde el grupo en cuestin tiene un control territorial, ejerce prcticas de administracin de justicia y, en trminos generales, suplanta al Estado. *En disputa, es decir, tierra de nadie, donde los niveles de violencia, desplazamiento y asesinatos son altos y donde ninguno de los actores en conflicto controla el territorio. 55 Pero, adicionalmente, en el caso del departamento del Meta se encuentra una de cuarto tipo, que denominamos territorios compartidos. En ellos, los niveles de violencia ya han disminuido y los enfrentamientos entre los grupos que estn all son espordicos o inexistentes. La tasa de homicidios ha descendido, y los desplazamientos forzados no existen o son mnimos. El territorio compartido se da bajo el principio de divisin territorial dentro de una misma regin: es una convivencia pacfica. Es el fenmeno observado en la relacin de las FARC con los nuevos grupos armados, que la Polica Nacional denomina genricamente bandas criminales (BACRIM). 2. La violencia en el Meta en el 2009 Durante el primer semestre de 2009 los homicidios en Colombia descendieron 3% con relacin al mismo periodo del ao 2008, al pasar de 8.203 a 7.965 casos, segn cifras de la Polica Nacional. La tasa de homicidios en Colombia estimada por cien mil habitantes revela como la dinmica principal de estos hechos est determinada por la presencia de grupos armados ilegales, en particular las FARC y las Bandas Emergentes, asociadas a la produccin y

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    trfico de estupefacientes. Segn la Polica Nacional, en este semestre, los departamentos ms violentos fueron Arauca, seguido por Guaviare y en tercer lugar el departamento del Meta. No obstante, la tasa ms alta de homicidios en el primer semestre de 2009 la present el municipio de Puerto Rico con 184 vctimas por cada 100 mil habitantes, con una poblacin proyectada por el DANE para el ao 2009 de 17.976 habitantes. Le siguen Mesetas, Cubarral y Uribe, con 92, 91 y 86 homicidios por cada cien mil habitantes. Con tasas ms bajas encontramos Vistahermosa con 79 y el Castillo con 75 homicidios por cada cien mil habitantes. Analizando la variacin de los homicidios en el primer semestre del ao 2009, con respecto al mismo semestre del ao anterior, encontramos que el municipio con la cifra absoluta ms alta fue Villavicencio, pasando de 64 homicidios en el primer semestre de 2008 a 86 homicidios en el primer semestre del 2009, es decir, 22 vctimas ms, lo que equivale a un incremento del 34% (Oficina Promotora de Paz de la Gobernacin del Meta, Villavicencio, 2010). Despus de Villavicencio se encuentra Puerto Rico, que presenta el segundo lugar en aumento de victimas del primer semestre de 2009 con respecto al primer semestre de 2008, registrando 11 casos ms, lo que corresponde a un incremento del 50%. En resumen, trece municipios registraron incrementos, ocho municipios mostraron una reduccin en el nmero de casos en el primer semestre de 2009 con respecto al primer semestre de 2008 y tres municipios no registraron homicidios ni en 2008 ni en 2009: El Dorado, Barranca de Upa y Cabuyaro. Figura 1. Participacin de los homicidios en el total de muertes, primer semestre 2009.

    Fuente: INML y CF CRNV SIRDEC, 2009 Concluye la Oficina Promotora de Paz de la Gobernacin del Meta, (2010), que en el Meta en el primer semestre de 2009, el 45% son homicidios, el 21% muertes en

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    accidentes de trnsito, el 20% son suicidios, el 7% accidental y el otro 7% aun no se ha determinado. Veamos otro tem: muertes violentas en el Meta durante el primer semestre de 2009. En el primer semestre de 2009 se incrementaron las muertes violentas en el departamento del Meta en un 23%, es decir 85 muertes ms que en el mismo periodo del ao anterior. Los homicidios se incrementaron en 29%, las muertes por accidente de trnsito en 18%, las muertes accidentales en 10%, los suicidios disminuyeron en 5%. Nueve casos no se han podido determinar (Oficina Promotora de Paz de la Gobernacin del Meta, 2010) . Cuadro 1. Muertes violentas segn manera, primer semestre 2008-2009.

    Fuente: INML y CF CRNV SIRDEC, 2009 Las estadsticas de violencia poltica muestran los territorios del sur del departamento como de control hegemnico de alguno de los actores, o como territorios pacificados, lo que no permite distinguir los territorios compartidos. As, los casos donde los indicadores tienden a disminuir se interpretan como el avance significativo de uno de los actores armados sobre el otro. Es por ello que las estadsticas deben tomarse con cuidado, al analizar determinadas regiones del Meta. En trminos generales, en los territorios compartidos se encuentra que las FARC controlan las zonas rurales apartadas, con cultivos de coca. Esa guerrilla permite que los campesinos vendan la pasta base a los grupos de narcotraficantes y emergentes que permanecen en las zonas urbanas. A su vez, los emergentes permiten que los milicianos de las FARC adquieran alimentos y medicinas en los cascos urbanos. La alianza tctica consiste, bsicamente, en que las FARC custodian los cultivos de coca, pero las bandas emergentes son las dueas de las rutas del narcotrfico. As pues, en la zona rural de un mismo territorio estn las FARC y en los cascos urbanos las BACRIM. El fenmeno se mantiene mientras ninguno de los actores armados toque el

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    territorio del otro; de ah que sean regiones que viven una calma tensa, que explota con mucha facilidad. Tan pronto los grupos nacientes se fortalecen militarmente y estn en capacidad de disputarle poder a las FARC, la especie de asociacin llega a su fin. Se desata la vocacin de expansin territorial de estos grupos, y los enfrentamientos comienzan. Esta es la segunda hiptesis que se ha comprobado: la alianza se da mientras las BACRIM no tengan vocacin territorial. La alianza de las FARC con Chuchillo es un ejemplo de lo que ocurren el Meta. En un primer momento, esta sociedad, si se puede llamar as, pareca estable. Pero desde enero de 2008, el pacto de no agresin empez a deteriorarse y se registran enfrentamientos. Cuchillo ha adquirido fuerza e influencia suficientes sobre determinados actores sociales, lo que le permite sobrevivir sin una convivencia pacfica con las FARC. Ya no necesita de alianzas para crecer o sostenerse, y quiere ampliar su territorio. Al mismo tiempo, las FARC son hoy dbiles en la regin, que abarca el sur del Meta y el norte del Guaviare. 3. En el Meta: el pacto de no agresin pegado con babas El ex jefe paramilitar y narcotraficante Daniel Rendn Herrera alias 'Don Mario' cont detalles de cmo supuestamente Miguel Arroyave alias 'Arcngel' manej la financiacin y el apoyo de las Autodefensas para las elecciones regionales en el Meta en 2003. Segn las declaraciones del ex paramilitar ante Justicia y Paz, Arroyave jug a cara y sello para tener aliados en la gobernacin de ese departamento (www. verdadabierta.com., martes, 01 de Diciembre de 2009 07:45). Los polticos del Llano necesitaban el aval de las autodefensas para lanzarse. A todos los engabamos dicindoles que los apoybamos y despus nos quedbamos con sus maquinarias. Con esta frase alias Don Mario resumi la estrategia de Arcngel, difunto jefe del Bloque Centauros, para tomarse el poder poltico en la regin. En el Meta en 2003, Arroyave se comprometi a ayudar a Edilberto Beto Castro, candidato de Cambio Radical a la Gobernacin y al mismo tiempo a su rival directo, Euser Rondn de Equipo Colombia. Segn record Don Mario, Beto Castro se reuni en varias ocasiones con Arroyave y con Manuel de Jess Pirabn, alias Jorge Pirata, para pedirles la autorizacin de lanzarse a las elecciones, una ayuda con las comunidades que los paras podan convencer, transporte el da de las elecciones y seguridad mientras haca campaa. Rondn por su parte recibi dos mil millones del Bloque Centauros para financiar su campaa. Don Mario dijo que l incluso le ayud con 86 millones de pesos de su bolsillo. Prometi restituir el dinero cuando ganara las elecciones. Don Mario recuerda que Rondn le deca: prstame, prstame, yo te devuelvo cuando sea gobernador.

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    La relacin de Rondn y los paras vena de tiempo atrs. Segn Don Mario fue Rondn, cuando era alcalde de El Dorado, Meta (1999-2001), quien le abri las puertas del Alto Ariari al Bloque Centauros de las AUC. Durante varios aos, segn el paramilitar, el municipio era presuntamente controlado por las autodefensas de Vctor Carranza, quien tena minas de cal en esa regin. Cuando Arroyave se convirti en jefe del Bloque Centauros en el 2001, Rondn negoci directamente con Carranza para que le diera va libre en la regin a los hombres de 'Arcngel'. El alcalde de El Dorado presuntamente le entreg a Julin, el comandante de las AUC en la zona, ms de 20 fusiles que antes le pertenecan a los Carranceros, como conocan en la regin a los paras del zar de las esmeraldas. Los dos candidatos, que crean tener el exclusivo respaldo de los paras, emprendieron una ofensiva electoral llena de agresiones personales y denuncias mutuas. Castro, dueo de la firma Bioagrcola, abiertamente le deca a la gente que Rondn era el candidato de las AUC, mientras que su contradictor, cuyo lema era Cero corrupcin, expona en la plaza pblica al empresario como el representante de este fenmeno y de los contratistas. En la agria disputa por la Gobernacin, en medio de la reparticin de mercados y dinero, las encuestas radiales y la misma Registradura, al terminar la tarde, estaban dando el triunfo a Rondn. Pero en momentos en que estaban listos los ltimos boletines oficiales, misteriosamente se fue la luz en todo Villavicencio, que concentra ms de la mitad de los votantes del departamento. Cuando volvi la energa, Castro apareci ganando con un margen de cerca de 3 mil votos, 87.368, en tanto que Rondn pas al segundo lugar con un total de 84.660. Los partidarios de Rondn hicieron una asonada contra la Registradura, alegando que les haban robado las elecciones. La protesta dur cerca de 20 das hasta que Rondn acept que no poda hacer nada, disolvi la protesta y demand la eleccin de Castro ante el Consejo de Estado, alegando que el candidato de Cambio Radical estaba inhabilitado. Ante las alteraciones del orden pblico, la zozobra y las incansables denuncias de Rondn, Don Mario cont que Luis Carlos Torres, gobernador saliente de Cambio Radical, se reuni con l y con Miguel Arroyave para solucionar el problema. En el encuentro Torres explic que las denuncias de Rondn estaban perjudicando el mandato de Beto Castro y le entreg a Arroyave mil millones de pesos para que se los ofreciera al ex alcalde de El Dorado si se callaba y retiraba sus denuncias. Torres le ofreci adems a Arroyave otros mil millones por hacer de intermediario. Adems de denunciar el fraude, Euser Rondn, y otros polticos como Nubia Snchez y el ex gobernador Carlos Javier Sabogal, comenzaron a denunciar a Castro por presuntas irregularidades en la contratacin de la Gobernacin. La procuradura le abri un proceso disciplinario por una contratacin de 150 mil paquetes escolares que valan 1900 millones de pesos, 800 millones ms de lo que deban costar.

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    Don Mario, que era amigo de Rondn, fue personalmente a entregarle el dinero, pero este rechaz la oferta y dijo que no se iba a vender. Sin embargo las alianzas peligrosas de Rondn con los paras y sus constantes acusaciones terminaron saliendo ms caro As, con lista en mano, los hombres de Arroyave y Don Mario extorsionaban a los contratistas, que tenan que pagarles cinco por ciento del total de los contratos. Don Mario dijo adems que Castro le giraba a Arroyave mil millones de pesos mensuales que salan directamente del presupuesto de la Gobernacin del Meta. Las graves irregularidades del gobierno de Castro terminaron costndole el puesto. El Consejo de Estado despoj del cargo a Castro y la Corte Suprema inici el proceso penal en el que finalmente termin condenado a 40 aos de prisin el 8 de noviembre de 2007, por el crimen de los tres polticos Cuando en septiembre de 2004 muri Miguel Arroyave, comandante del Bloque Centauros de las AUC, tres jefes medios quedaron como cabezas principales de otras tantas columnas que lo integraban. Mauricio qued con la zona donde fue asesinado Arroyave (Inspeccin de Casibare, municipio de Puerto Lleras, sur del departamento del Meta), y sus hombres se desmovilizaron en septiembre de 2005 junto con Vicente Castao. Las otras dos fracciones se denominaban Hroes del Llano, al mando de Pirata, y Hroes del Guaviare, al mando de Cuchillo. Cuchillo se concentraba en la zona de Puerto Rico, Puerto Concordia y Mapiripn, en el sur del Meta, y en algunos puntos del departamento del Guaviare, y comenz hacia finales de 2006 una fuerte confrontacin con los llamados Paisas o Macacos, que haban copado el centro del Meta. Todas son zonas de siembra de coca, con unas 11 mil hectreas actualmente, segn el SIMCI. Desde 2005, el Meta se convirti en el estadio de operaciones del ejrcito, con grandes acciones militares. Esto ha llevado a la captura o muerte en combate de muchos comandantes de las FARC, lo que ha obligado a la guerrilla a rotar los mandos. Simultneamente, el gobierno aplica all un modelo piloto contrainsurgente que se centra en la llamada Recuperacin Social del Territorio. La estrategia consiste en combinar una fuerte presin blica con inversin social, para la cual Accin Social canaliza los recursos de cooperacin internacional y dirige la destinacin de los mismos. El pacto de no agresin entre los hombres de Cuchillo y los frentes 43, 27 y 39 de las FARC se inici a finales de 2006, cuando ambos estaban diezmados. Durante todo 2007, Cuchillo sostuvo fuertes enfrentamientos con sus rivales, hasta que hacia febrero de 2008 asumi el control de toda la regin.

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    Los grupos de Cuchillo y las FARC no combaten juntos, no patrullan juntos, no comercializan juntos, pero han respetado divisiones territoriales y en algunos casos han hecho negocios en torno al narcotrfico. En esta zona del Meta, las FARC no suman ms de 400 combatientes a finales de 2008, mientras Cuchillo tiene ms de 1.200 hombres. En el sur del Meta se mueve alias John 40, comandante del Frente 43 de las FARC y a cargo del negocio del narcotrfico tras la muerte del Negro Acacio en 2007. Inicialmente John 40 y Cuchillo entablaron una relacin de libre comercializacin de pasta base, facilitada por el precedente, en aos anteriores, de una alianza de Acacio con el Loco Barrera. Sin embargo, la alianza John 40-Cuchillo es muy inestable y hasta febrero de 2008 clasificaba solamente como pacto de no agresin. La rotacin de mandos de las FARC en el rea le ha dificultado a Cuchillo mantener relaciones con esa guerrilla dado que no existe, en principio, una poltica de prolongacin de alianzas. Adicionalmente, ambas fuerzas protagonizaron, en los tiempos del Centauros, los enfrentamientos ms sangrientos que se vivieron en los Llanos Orientales. En slo dos meses de 2004 murieron a manos de las FARC ms de 400 hombres que estaban bajo el mando de Cuchillo, cuando la guerrilla aprovech la guerra intestina del paramilitarismo entre las Autodefensas Campesinas del Casanare y el Centauros. En esta regin las FARC, al igual que Cuchillo, mantienen corredores con contactos del narcotrfico que controlan la frontera con Venezuela y Brasil. As, esa guerrilla no necesita la alianza con Cuchillo para venderles la pasta base. El Mapa 1 muestra la ubicacin de los frentes de las FARC aliados con Cuchillo en el Meta. Desde marzo de 2008 se han registrado enfrentamientos entre Cuchillo y las FARC que indicaran que el pacto de no agresin comienza a deteriorarse. A medida que la fuerza pblica expulsa a las FARC de sus territorios histricos, los hombres de Cuchillo estn entrando a ellos. Al menos, en cascos urbanos como Vista Hermosa, La Macarena e incluso La Uribe, su presencia es notoria. Por otra parte, la fortaleza de Cuchillo a finales de 2008 permite prever el inicio de su expansin a territorios rurales de la guerrilla. Las fuerzas de Cuchillo han dejado de ser una subestructura y pasaron a ser una estructura. La creciente presencia de Cuchillo se ha visto precedida de intensas operaciones militares de la fuerza pblica contra las FARC. Los estudios indican que, a medida que las Fuerzas Armadas avanzan, Cuchillo y sus hombres van detrs, copando los territorios. Aunque en este caso no es procedente hablar de alianzas, ya que la tendencia observada no arroja tal resultado, s se puede afirmar que existe cierta complacencia por parte de algunos efectivos de la fuerza pblica.

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    4. Primeras conclusiones Los grupos insurgentes, que durante la dcada del ochenta del siglo pasado lograron extender su influencia a zonas de gran valor estratgico, hoy corren el riesgo de hacerse militarmente vulnerables. La guerrilla se enfrenta a unas Fuerzas Militares fortalecidas y mejor preparadas gracias al proceso de modernizacin iniciado por el gobierno anterior, y que la actual administracin ha continuado y profundizado. Las acciones emprendidas por el gobierno han situado a la guerrilla en condiciones de inferioridad militar y la han debilitado desde el punto de vista econmico. La subversin ha perdido la iniciativa en la confrontacin armada, mientras que la Fuerza Pblica la ha recuperado. Sin embargo, la guerrilla ha sabido adaptarse a las nuevas realidades del escenario de guerra colombiano. Con el fin de compensar su inferioridad militar, la subversin ha modificado sus estrategias y tcticas para hacerse menos vulnerable. De este modo, evade el enfrentamiento directo con las Fuerzas Militares y privilegia acciones propias de la guerra de guerrillas, cuyo propsito es desgastar progresivamente al gobierno. En este contexto, los grupos guerrilleros decidieron posponer su objetivo de lograr el control territorial para buscar, en cambio, el control de posiciones estratgicas que garanticen su supervivencia y la continuidad de la guerra.

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    Se apunta, que las alianzas aqu descritas no se presentan en todas las regiones del pas. No son una prctica generalizada por parte de las FARC. Deben atribuirse, en primer trmino, a la notable autonoma o descentralizacin que presentan algunas unidades de estas guerrillas y que favorecen tales alianzas, pero tambin a los problemas de comunicaciones y de movilidad en que se encuentran las FARC. Las alianzas estn relacionadas con el debilitamiento o los fuertes problemas financieros de los frentes de las FARC en algunas regiones. Es decir, la debilidad los obliga a aliarse con grupos armados que en principio seran contrarios a ellos. Aunque este documento no aborda el anlisis sobre la fuerza pblica, cabe mencionar que se encuentran tendencias que indican complicidad con estos grupos emergentes en varias regiones del Meta. Como se advirti, las alianzas son tcticas, ya que son momentneas y se basan en que no existe, en principio, una disputa por el territorio. Se hacen por conveniencia mutua y resultan bastante inestables. No son alianzas de patrullaje ni de entrenamiento conjunto de tropa, ni se combate coordinadamente a la fuerza pblica. Los puntos en comn suelen ser el trfico de coca y/o el abastecimiento de los grupos armados, y en otros casos se trata de una convivencia pacfica. En conclusin, las alianzas no son profundas, como pregonan algunos, ni inexistentes, como dicen otros. Son bastante inestables y se rompern apenas se evidencie la ambicin territorial de las bandas emergentes, disidentes y rearmadas. El control territorial es el elemento clave para entender estas alianzas. La actual es una fase de reconfiguracin del poder regional y de presencia de los actores armados ilegales en los distintos territorios. Resta observar esta evolucin, as como la respuesta institucional y guerrillera ante el fenmeno. La tendencia muestra que la confrontacin entre grupos armados ilegales tender a darse tan pronto uno de ellos adquiera suficiente fortaleza para disputar territorio. En todo caso, a aquella discusin sobre los fines y los medios, a que suelen aludir los grupos insurgentes, hay que agregarle la variable de las repercusiones sobre las comunidades donde operan estas alianzas.

    Villavicencio, septiembre de 2010 Notas bibliograficas Banco Mundial. (2003), Breaking the Conflict Trap: Civil War and Development Policy.

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