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_Hb1HNAHDO VJLLALOBOS V_b)GA ALFREDO GONZALEZ FLORES Tercera y última entrega. y LA TIRAN IA DE LOS 30 ANOS FRACASARON LAS CONVERSACIONES El capitalismo costarricense trató de agarrar por hambre al Gobierno, y pidió a cambio, de una serie de perrogativas que don Alfredo no aceptó. Afortunadamenta estaba en la Presidencia de la República, investido de facultades extraordinarias, un hombre que no sentia el dogal opresor de la deuda, ni tenía ligamen alguno de compromisos, que le coartaran la libertad de movimientos para defender al Gobier· no y al Pais de las ,imposiciones del capi· tal. Los Bancos pidieron que era necesa· río una emisión de dinero de emergencia respaldada con bonos del Estado y garan- tizada con su propio crédito, pero eso sí, para prestar de esa misma emisión, a un alto interés, al Gobierno; a un más alto in· terés al público. Don Alfredo dijo nci. Lo malo, por con· siguiente, no era la emi;ión; lo malo era la negación del Gobierno a pagar interés más caro por alimentarse con sus propios tejidos. Los Bancos exigieron la condición esencial de que el Gobierno renunciara formalmente al derecho de emitir papel fi· ducíaria. Don Alfredo dijo no. Estas son sus pa· labras textuales: "El Gobierno no podia, sin menoscabo de primordiales derechos de la Nación, renunciar a favor de institu- ciones privadas !>U legitimo derecho de emitir papel del Estado". Era enteramente imposible calcular la posible extensión del conflicto europeo y era muy posible, de haberse suscrito el empréstito, se hubiera consumido antes de volver el pais a condiciones económi· cas normales. Tenia, por consiguiente, el Gobierno que recurrir de nuevo a la Banca Privada a implorarle un nuevo empréstito, y de ha· ber renunciado al previlegio de emisión, esta Banca hubiera dictado los requisitos del préstamo a su antojo. Veamos el epilogo de estas conversa· ciones, según palabras de don Alfredo: "La situación se planteó sencillamente como una lucha por la supremacía defini· tlva entre el Gobierno por un lado y los Bancos y Banqueros por el otro. Com- prendereis que en tal alternativa no cabia vacilar. Como costarricense, y sobre todo, como Jefe de Estado, no podia permitir que las operaciones financieras del pais quedaran en las manos de unos pocos hombres, como no permltlria que suce- diera eso con otras actividades, y crei en mi deber en consecuencia, tomar medí· das necesarias para librarnos de tirania. Las finaruas constituyen el corazón del Estado. El dinero es el principio vital del organismo politico. Quien controla las fi· nanzas del Estado, tiene en sus manos el control de la politica nacional. El estable· cimiento del Banco Internacional fue, pues, la consecuencia de aquella lucha ... " Al tener de las facultades omnimodas, don Alfredo González Flores emitió el de· ereto N º. 16 de 9 de octubre de 1914 por medio del cual de vida al BANCO INTER· NACIONAL DE COSTA RICA, fecha históri· ca en que nace la primera institución, au· tónoma de Costa Rica, institución de eré· dito emisora del Estado, administrada por Particulares y bajo la vigilancia inmediata del Poder Ejecutivo. Es pués una casaban· carla que va a competir con el Banco de Costa Rica, el Banco Anizlo Costarricense, el Banco Mercantll de Costa Rica y el Ban· co Comercia! de Costa Rica. Don Alfredo González Flores puso punto y aparte a la más peculiar tiranía que padeció Costa Ri· ca desde su independencia ejercida por el oeapitalismo costarricense por cerca de 30 años y parapeteado por el Banco de Costa Rica y se dió inicio, por parte del Estado, a un nuevo concepto del crédito en función de las necesidades públlcas. Hemos concluldo que el texto de la ley fundamentai dd é'Janco Internacional de Costa Rica fue redactado por González Flores. Breve, consta únicamente de doce articulas, resume la actitud suya para en· carar el problema del conflicto europeo y dar a la agricultura la soltura demandada. En efecto, por un lado el Banco coadyuvó a mantener a flote la Hacienda Pública, y por el otro, comenzó a otorgar crédito a la agricultura, a la industria y al comercio, abrió los credltos rurales y dló inicio a la financiación cafetalera. Para dar origen y vida al Banco Estatal, don Alfredo González, al tenor de las fa· cuitadas omnimodas, emitió una Idea de leyes financiero económicas. Además, mientras duró la vigencia de dichas facul· tades, puso en vigor otras leyes trascen· dentales como la Ley de Sucesiones retor· mada, la creación y organización de las Juntas de Crédito Agrícola, el establecí· miento de los Almacenes de Depósito, la ley de timbre y papel sellado, y la más ce· . lebre después de la del ban¡:o estatal, la ley de Seguro Mercantil y Compañias de Seguros, la primera que tuvo Costa Rica en este campo. No será. en esta oportunl· dad en que comentemos todo lo concer· niente al negocio de los seguros en Costa Rica, pero si atrevemos a afirmar que 1 don Alfredo Gorizález, con esta ley, provo· ' otra conmoción en nuestra sociedad; él es el padre del seguro costarricense, co· mo también es fascinante, extraordinario y casi desconocida, su posición de esta· dista como precursor del seguro estatal.

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ALFREDO GONZALEZ

FLORES Tercera y última entrega. y LA TIRAN IA

DE LOS 30 ANOS FRACASARON LAS CONVERSACIONES

El capitalismo costarricense trató de agarrar por hambre al Gobierno, y pidió a cambio, de una serie de perrogativas que don Alfredo no aceptó. Afortunadamenta estaba en la Presidencia de la República, investido de facultades extraordinarias, un hombre que no sentia el dogal opresor de la deuda, ni tenía ligamen alguno de compromisos, que le coartaran la libertad de movimientos para defender al Gobier· no y al Pais de las ,imposiciones del capi· tal.

Los Bancos pidieron que era necesa· río una emisión de dinero de emergencia respaldada con bonos del Estado y garan­tizada con su propio crédito, pero eso sí, para prestar de esa misma emisión, a un alto interés, al Gobierno; a un más alto in· terés al público.

Don Alfredo dijo nci. Lo malo, por con· siguiente, no era la emi;ión; lo malo era la negación del Gobierno a pagar interés más caro por alimentarse con sus propios tejidos.

Los Bancos exigieron la condición esencial de que el Gobierno renunciara formalmente al derecho de emitir papel fi· ducíaria.

Don Alfredo dijo no. Estas son sus pa· labras textuales: "El Gobierno no podia, sin menoscabo de primordiales derechos de la Nación, renunciar a favor de institu­ciones privadas !>U legitimo derecho de emitir papel del Estado".

Era enteramente imposible calcular la posible extensión del conflicto europeo y era muy posible, de haberse suscrito el empréstito, se hubiera consumido antes de volver el pais a condiciones económi· cas normales.

Tenia, por consiguiente, el Gobierno que recurrir de nuevo a la Banca Privada a implorarle un nuevo empréstito, y de ha· ber renunciado al previlegio de emisión, esta Banca hubiera dictado los requisitos del préstamo a su antojo.

Veamos el epilogo de estas conversa· ciones, según palabras de don Alfredo:

"La situación se planteó sencillamente como una lucha por la supremacía defini· tlva entre el Gobierno por un lado y los Bancos y Banqueros por el otro. Com­prendereis que en tal alternativa no cabia vacilar. Como costarricense, y sobre todo,

como Jefe de Estado, no podia permitir que las operaciones financieras del pais quedaran en las manos de unos pocos hombres, como no permltlria que suce­diera eso con otras actividades, y crei en mi deber en consecuencia, tomar medí· das necesarias para librarnos de tirania. Las finaruas constituyen el corazón del Estado. El dinero es el principio vital del organismo politico. Quien controla las fi· nanzas del Estado, tiene en sus manos el control de la politica nacional. El estable· cimiento del Banco Internacional fue, pues, la consecuencia de aquella lucha ... "

Al tener de las facultades omnimodas, don Alfredo González Flores emitió el de· e reto N º. 16 de 9 de octubre de 1914 por medio del cual de vida al BANCO INTER· NACIONAL DE COSTA RICA, fecha históri· ca en que nace la primera institución, au· tónoma de Costa Rica, institución de eré· dito emisora del Estado, administrada por Particulares y bajo la vigilancia inmediata del Poder Ejecutivo. Es pués una casaban· carla que va a competir con el Banco de Costa Rica, el Banco Anizlo Costarricense, el Banco Mercantll de Costa Rica y el Ban· co Comercia! de Costa Rica. Don Alfredo González Flores puso punto y aparte a la más peculiar tiranía que padeció Costa Ri· ca desde su independencia ejercida por el oeapitalismo costarricense por cerca de 30 años y parapeteado por el Banco de Costa Rica y se dió inicio, por parte del Estado, a un nuevo concepto del crédito en función de las necesidades públlcas.

Hemos concluldo que el texto de la ley fundamentai dd é'Janco Internacional de Costa Rica fue redactado por González Flores. Breve, consta únicamente de doce articulas, resume la actitud suya para en· carar el problema del conflicto europeo y dar a la agricultura la soltura demandada. En efecto, por un lado el Banco coadyuvó a mantener a flote la Hacienda Pública, y por el otro, comenzó a otorgar crédito a la agricultura, a la industria y al comercio, abrió los credltos rurales y dló inicio a la financiación cafetalera.

Para dar origen y vida al Banco Estatal, don Alfredo González, al tenor de las fa· cuitadas omnimodas, emitió una Idea de leyes financiero económicas. Además, mientras duró la vigencia de dichas facul· tades, puso en vigor otras leyes trascen· dentales como la Ley de Sucesiones retor· mada, la creación y organización de las Juntas de Crédito Agrícola, el establecí· miento de los Almacenes de Depósito, la ley de timbre y papel sellado, y la más ce· . lebre después de la del ban¡:o estatal, la ley de Seguro Mercantil y Compañias de Seguros, la primera que tuvo Costa Rica en este campo. No será. en esta oportunl· dad en que comentemos todo lo concer· niente al negocio de los seguros en Costa Rica, pero si no~ atrevemos a afirmar que 1

don Alfredo Gorizález, con esta ley, provo· ' có otra conmoción en nuestra sociedad; él es el padre del seguro costarricense, co· mo también es fascinante, extraordinario y casi desconocida, su posición de esta· dista como precursor del seguro estatal.

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LUCHA CIVIL Y ECONIMICA CONTRA EL

BANCO ESTATAL.

No vayamos a creer que el nacimiento del Banco Internacional de Costa Rica fue un acto sencillo de emitir los acuerdos pa· ra darle vida y forma flslca. No, el caplta· llsmo criollo, desde el mismo momento en que González Flores comenzó a emitir los decretos previos a su erección, ya ha· bla comenzado a erosionar sus ralees asl como la misma constitución del Banco. Abrió dos frentes de lucha, al cual más fe· roz y despiadado, uno fue en la vla civil, el otro en la vla económica. El capitalismo jamás le perdonarla a don Alfredo Gonzá· lez Flores haber perdido el monopolio de emisión y la pérdida absoluta del n.!!gocia· do bancario en Costa Rica.

Veamos, de manera breve, estos dos as· pectos y comenzaremos por el civil. Desde el Inicio de la magistratura de Gonzélez Flores el matutino " La Información" co· menzó a arengar a·la oposición contra el Presidente de la República, y en esa oposi· clón comenzó a destacarse un hombres con lustre, entre ellos, el Lic. don Cleto Gonzélez Vlquez, ex-Presidente de la Re· pública, veterado del foro. En menos de un mes de haber llegado a la Casa Presi· denclal González Flores, el Lic. don Cleto González Vlquez lanzó los primeros dar· dos, su brillante lntellgencla y pluma y por los correspondientes honorarios, se puso al servicio de las Compañlas de Seguros, grupo capitalista muy Importante mlen· tras reinaron los liberales, con el propósi· to decidido y firme de destruir o acomo· dar a los intereses de sus clientes la ley de seguros en discusión en el Congre10. No es secreto que estos establecimientos, vla don Cleto Gonzalez, llevaron sus amena· zas al Congreso. Cuando don Alfredo co· menzó a dictar las disposiciones al ampa· ro de las facultades omnlmodas, Gonzá· lez, Vlquez no cejó en su empeño en de· mostrar su oposición. ¡Quién no Iba a creer a su verbo, si era figura dominante en el escenario polltico! En noviembre de 1914 se emite la ley de papel sellado y tlm· bre y don Cleto Gonzélez Viquez abierta· mente declara que desde agosto de 1914 parece que Costa Rica vive bajo el régl· men de una especie de dictadura econó· mica financiera y, agregó que allá los Tri· bunales de Justicia resolvieran si estuvo bien hecha esa delegación de funciones.

Dicho, y hecho. En marzo de 1915. la Corte anuló uno de los artlculos de la Ley de Suceclones. Fue una clarinada, si esa resolución fue contra una ley emitida bajo el periodo de las facultades omnlmodas, bien podia ocurrir sucediera Igual sltua· .clón contra las restantes. Don Alfredo Gonzalez, a principios de marzo de 1915 convocó al Congreso Constitucional a fin de que declara la legltimldad y la constitu· clonalldad de las leyes en cuestión.

En el seno del Congreso el liberalismo asumió la misma actitud que se expresó fuera de sus lares. Entre dientes, opina· ron que las medidas dictadas por Gonzá· lez Flores " con el carácter de leyes, eran beneficiosas ", pero a dicho grupo pen· sante no le importaba la tesis económica

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que se tenia por delante, sino la tesis poli· tica. Para el liberalismo costarricense no importaba la bondad, ni la oportunidad, ni la eficacia de las leyes dictadas al amparo de las omnlmodas, sino que lo que lmpor· taba era la habilidad constitucional del Poder Ejecutivo para legislar, porque el camino escogido era camino vedado, toda vez que para ello habla asumido don Alfre· do la potestad legislativa que no le corres· pondla conforme a nuestro régimen cons· titucional.

En el Congreso el liberalismo asumió ur.a carateristica muy suya, el civillsmo, el apego a las leyes, para él era secundario que don Alfredo resolviera el problema provocado por la guerra europea; lo malo era que, al darle solución, según ellos, vio· laba la Carta Magna.

Magnificos discursos fueron pronun­ciados a favor de esta tesis, sobresale el dicho por el Lic. don Luis Anderson Mo· rúa. Este debate ocurria mientras don Al· fredo encaraba otro problema, la quiebra del Banco Comercial de Costa Rica. Ahora bien, un análisis de la conducta de la opo· sición en el Congreso nos revela que, al través de su tesis anticonstitucional, bus· có o pretendió, en primer lugar, el des· prestigio, para lograr luego su destruc· ción, del Partido Republicano, espina in· cómoda para el capitalismo; recordemos que tanto el Presidente de la República co· mo gran parte de los diputados del Con· greso provienen de esa agrupación politi· ca, y en segundo lugar, las criticas fueron con el fin de poner dique al Banco Interna· cional de Costa Rica, la Ley de Seguros y la Ley de Sucesiones, entes juridicos que hablan decapitado al capitalismo.

Los gobiernistas y no gobiernistas que estaban a favor de la tesis ciel Poder Ejecu· tivo basaron sus defensa en la existencia de principios históricos que sustentaban esas delegación de facultades, e hicieron sendos recorridos desde los tiempos del Dr. don José Maria Castro Madrlz en 1848 hasta los del Lic. don Ricardo Jiménez Oreamuno, en la administración última. El Lic. don Leonidas Pachaco Cabezas, el Lic. don Máximo Fernández, jefe del Parti· do Repúblicano, don Rafael Rodriguez Sa· las, el Lic. don Juan Alfaro Vargas, éste úl· timo de manera especial, hicieron brillan· tes exposiciones sobre este punto y otros interesantes argumentos para defender esas delegaciones. El Poder Ejecutivo triunfó y el Congreso, el dia 27 de marzo de 1915, declaró que los decretos emiti· dos por don Alfredo tenian fuerza legal desde el dia en que ellos mismos designa· ban y, a falta de '9!1os, diez di3s de5pues de publicados en La Gaceta.

Cinco meses después de haber visto la luz del dia el Banco Internacional de Costa Rica pasó una gran prueba de fuego, asi como la Ley de Seguros y la de Beneficien· cia, etc. Pocos, según creemos, conocen los nombres de los diputados que confir· maron la creación del Banco Estatal. Por responsabilidad histórica damos en segui· da detalle de sus nombres.

DIJERON NO;

Diputado por:

Lic. don Aristides Agüero González Alajue· la Lic. don Luis Anderson Morúa Alajuela Don Leonldas Brlceño Baltodano Guana· caste Don Napoleón Briceño Baltodano Guana· caste Don León Cortés Castro Alajuela Lic. don Francisco Faerron suarez Guana· caste Don Manuel J. Grillo Alvarado Puntarenas Lic. don Manuel de Jesús Jlménez Orea· muno Cartago. Lic. don Carlos Lelva Qulrós Cartago Dr. don Vicente Lachner Sandoval Cartago Don Ramón Rivera Brenes Cartago Dr. don José Maria Soto Alfaro Alajuela Don Juan Maria Solera Rodriguez Heredia Don Alberto Vargas Calvo San José Lic. dori Arturo Volio Jlménez Cartago

zo lo mejor; y creyó el Lic. don Alfredo González Flores y todos aquellos que lo se­cundaron que se entregaban a la Ilusión y a la razonable esperanza de que el Pals, todo, arrimarla sus hombros para perpe­tuar el Banco Internacional de Costa Rica de cuya entraña iba a salir la redención, emancipación y prosperidad de la Agrlcul· tura Nacional, que vale tanto como decir la felicidad de Costa Rica.

BANCA CENTRAL Y SEGUROS ESTATALES

La sorda campaña del capitalismo wol· vlóse contra él. Se demostró que nuestra organización banacarla, basada en la Ley de Bancos de 1900 y posteriores refor· mas, habla fallado porque no pudo man· tener la normalidad de los negocios en época dificil. El dia l de mayo de 1915, don Alfredo González, en el Mensaje al Congreso, puso en entredicho la ley eco· nómica más Importante elnltlda por los 11· berales, buena para la época no podia ser eterna ni decir la última palabra, su gran defecto, la emisión de bllletes la contem· pió como un negocio particular cualqule· ra, sujeta a una leve Intervención contra• lora del Estado. Y don Alfredo González llamó la atención del Congreso en una medida de gran trascendencia, la necesl· dad de un Banco Central en Costa Rica, asl como también de la necesidad de. una reforma tributarla para lograr de esta ma nera las· bases de un Estado fuerte, lnde· pendiente financieramente y que permi· tiera la llegada de la legislación social.

Un año después, el l de mayo de 1916 se dirigió don Alfredo de nuevo al Congre· so, mensaje que es una radlografia de los problemas económicos sociales que pade· ce Costa Rica y, para buscarles solución, el Presidente de Costa Rica planteó un programa de acción y podemos afirmar. sin cortapizas, que serian al que tuvieron que enfrentarse todos los gobiernos que le sucedieron posteriormente.

El detalle de este programa, en forma resumida, es el que describimos en segui· da:

PRIMERA ETAPA:

Dar facilidad de crédito a los peque· ños agricultores para que aumenten la producción de los articulos básicos de consumo. 1) Aumentar el dlf:ponlble de las Juntas de Crédito anexas al Banco Internacional de Costa Rica. 2) Crear una Sección Hipotecarla en el Banco Internacional de Costa Rica.

Consolidar el Banco Internacional de Cos· ta Rica creado como de emergencia, en un Banco Central.

SEGUNDA ETAPA

Consolidad el Banco Internacional de Cos· ta Rica creado como de emergencia, en un Banco Central.

Acción Inmediata:

Llevar a cabo la reforma tributarla a fin de que el Gobierno tenga vida financie· ra independiente y fuertemente asegura· da; que deje de ser el mayor cliente de los Bancos o del futuro "Banco Nacional de Costa Rica". Asi denominó don Alfredo su ideal de Banco Central. La contribución directa, argumentó don Alfredo, aleja el peligro de que el Gobierno pueda resolver sus dificultades pecunarlas por medio de una emisión y asi no atente contra la base efectiva de nuestra moneda.

Acción siguiente:

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DIJERON SI:

Lic. don Francisco Aguilar Barquero San José Don Francisco de Paula Amador Puntare· nas Lic. don Adán Acosta Valverde San José Lic. don Juan Alfaro Vargas Alajuela Don Marcial Alpizar Young Limón Lic. don Bernardo Benavldes Zumbado Heredla Don Luis Castalng Alfaro Alajuela Don Rafael Lauro Calvo Astroga Cartago Lic. don Alberto Calvo Fernández Alajuela Lic. don Manuel Coto Fernández San José Dr. don Rafael Calderón Muñoz San José Dr. don Rafael Calderón Muñoz San José Lic. don Horaclo Castro Rodriguez Limón Don Enrique Chaverrl Arce Heredla Don Alberto Chaverrl Alfaro Heredla Dr. don Carlos Durán Cartln San José Don José Joaquin Esquive! Guanacaste Lic. don Máximo Fernández Alvarado San José Lic. don Juan Rafael Flores Camacho San José. Lic. don Claudio González Rucabado San José Don Nicolás Orlich Zamora Alajuela Lic. don Leonidas Pacheco Cabezas :arta· go Lic. don Enrique Pinto Fernández San Jo· sé Lic. don Juan Felipe Picado San José Don Manuel Romero Escobar San José Don Rafael Rodríguez Salas Alajuela Lic. don José Joaquin Soto Alvarez Alajue· la Don Tranquilino Sáenz Rojas Heredia Lic. don Tobias Zúñiga Montúfar San José

En el interin, ¿como se desarrollaba la erosión económica contra el Banco lnter· nacional de Costa Rica? El capitalismo tra· tó.de provocar una moratoria. De haberla aupado el Gobierno habria generado la posposición de pagos de las deudas, se re· tardaría la posibilidad de recoger dinero, ésto último hubiera sido gravisimo para el Banco Estatal, pues siendo uha casa bancaria nueva no contarla con suflcien· te liquidez para incrementar sus operacio· nes a favor de la agricultura, la industria y el comercio. Para explicar este asunto, de· berramos traer a colación una serie de as· pectos económicos que podrían hacer te· diosa esta narracción. De todo ello resul· tó que el armamortifera empleada por los Bancos Emisores privados a fin de lograr la moratoria fue la que restringieron sus negocios y asi lograron retirar de la circu· !ación una gran parte, sino la mayor, de sus billetes, todo ello con decididas inten· ciones de contribuir a agravar la paraliza· ción de las actividades comerciales.

Esta medida de recortar los créditos era justa y prudente vista desde el lado de los capitalistas, del banquero y de los ac· cionistas de los Ba11cos, pero lncompati· ble con los Intereses generales, del pais, porque persegulan una tendencia al alza de las tasas de Interés hasta niveles casi prohibitivos y una paralización de la exis· tencia del medio circulante.

El capitalismo falló en sus Innobles In· tenciones. Gracias a la creación del Ban· co Internacional de Costa Rica, el vació provocado por los Bancos Privados y la si· tuaclón general de Costa Rica fue menos apurada.

Es cierto que el Banco estatal no pu· do, en tan azarosas condiciones, prestar con toda la extensión deseable los auxilios que la postrada agricultura reclamaba, pero dentro de lo que era hacedero, se hl·

Convertir el "Banco Internacional de Costa Rica" en "Banco Nacional de Costa Rica, centra, úntco emisor, para que entre en vigencia antes del 30 de diciembre de 1920 si los Bancos emisores privados lo aceptara o después de esa fecha . Don Al· fredo, en esa oportunidad, dló las bases de ese Banco, y los objetivos que ae pene· guia con esta medida.

TERCERA ETAPA:

NACIONALIZACION DE LOS SEGUROS

Don Alfredo aprovechó la oportunidad para hacer un balance de los seguros en Costa Rica desde el punto de vista de la balanza de pagos y de la colectividad en general. Propuso la soluclón siguiente: Primera etapa:

Aprovechando el futuro Banco Cen· tral, monopolizar los seguros en conexión con ese Instituto, na'Clonaflzado, en prl· mer lugar, el seguro de Incendio por pres· tarse con mayor facllldad y el que exige un control más eficaz de parte del Estado, por razones de orden público v social. Segunda etapa:

Utilizar la misma organización banca· ria para extender los seguros de:

- Cosechas - Ganado - Otros bienes expuestos a perecer - Otros seguros como el de vida - El de enfermedad - Accidentes de Trabajo - Vejez

Del programa sugerido por don Alfre· do_. el llevó a cabo en forma completa la primera etapa y la reforma trlb4taria, es decir, dló a las Juntas de Crédito más re· cursos (ley de 11 de mayo de 1916), y creó por decreto Nº. 16 de 16 de junio de 1914, la tan anhelada Sección Hipotecarla ads· crita al Banco Internacional de Costa Ri· ca. Un historiador de nuestra banca ha di· cho lo siguiente:

"Esta sección Hipotecarla ha sido otra de las grandes concepciones que ha lleva· do adelante el Banco del Estado y que ha venido a ser una verdadera ayuda para los agricultores en general.Muchos de nues · tros hombres del campo hubieran tenido que entregar sus fincas a sus acreedores si no hubiera sido la existencia de esta Secció1~ y por el criterio amplio y cons· ciente <!::. la verdadera necesidad nacional que han tenido sus funcionarios y directo· res de otorgar crédito a largo plazo a esta rama tan importante de nuestra econo· mia".

La reforma Tributarla se logró, des· pués de vencer mil y una dificultades en diciembre de 1916. El resto del progr~ma bien lo sabia don Alfredo que no le tocaba atenderlo pues habla que Iniciarlo a partir de 1920. Don Alfredo no llegó a terminar su periodo constitucional. Fue victima de una de las más infames corrupciones lle· vadas a cabo por una compañia estadou­nidense i;>etrolera. Sin embargo, su visión de. estadista queda confirmada por lo si· gu1ente: 1921: El Banco Internacional de Costa RI·

ca asume el monopollo de emisión. 1924: El Estado asume, como monopolio,

los contratos de seguros sobre ries· gos de cualquier género y crea el Banco Nacional de Seguros como ad· ministrador de este monopolio.

1925: El Estado asume por su cuenta los Accidentes de Trabaio

1936: Se crea el Departamento Emisor en el Banco estatal.

1941: El Estado crea los seguros de lnvall· · d"éz, vejez y muerte.

1950: Creación del Banco Central de Cos· ta Rica

1969: Se da vida al Seguro de Cosechas