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Historia de la Música Mexicana IJosé Manuel Jaramillo Arce
No. Cuenta: 305078104
El vinculo entre vida y muerte
Es inevitable sentir variedad de sentimientos desde el nacer hasta morir, la angustia
de no saber que pasara, desesperanza de tantos conflictos entre naciones, tristeza
por el dolor de los pueblos, nostalgia por la justicia, alegría por la nobleza de un niño,
felicidad al ver un árbol. Cuando termina o comienza un momento o una época en
cualquier tópico de nuestra vida individual o colectiva el ciclo permanece, es un
fenómeno infalible y a través de las diversas maneras de enfrentarlo y de pensarlo se
obtiene una filosofía de vida. Esta manera creada de pensar la vida y la muerte
genera una pantalla entre nuestra recorrido por el mundo y el sentido que le damos.
Morir y vivir fenómenos distintos englobados en un mismo proceso, el proceso de
reconocerte a ti mismo.
En el pensamiento mesoamericano el hombre es una creación divina, creado por
los Dioses para alabarlos, reconocerlos y admirar su obra, además de respetar y
admirar lo que nos rodea. Al hablar de la muerte, la concepción mesoamericana de
esta tiene elementos ontológicos muy fuertes, por una parte implica que la muerte
es una parte fundamental de la existencia, pues es necesario conocer el elemento
contrario para distinguir la vida de la muerte y a su vez estos dos elementos
convergen en un constante ciclo en el cual los dos son el inicio y el fin. El principio o
nacimiento ya tiene intrínseco el morir o el fin, la muerte es parte del cosmos su
representación estaba sujeta a una manera de vivir y de pensar de los pueblos acto
trascendente a la individualidad y a la comunidad, no sólo durante las ceremonias a
los dioses o en los deberes con los difuntos, era parte de la esencia de la persona.
Cabe aclarar qué la forma de pensar mesoamericana se podría nombrar como una
filosofía de la vida y la muerte, simplemente usando el termino filosofía para
entender mejor desde nuestra época lo que es pensar la vida de un pueblo de
manera general, así como el sentido de la misma y no con el afán de decir que estos
pueblos ya pensaban “filosóficamente”, que lo hacían, el problema solo es de
etiqueta. Los mesoamericanos dieron un sentido a la vida a través de la capacidad de
crear, el cuerpo y la vida se extinguen, pero nuestras obras y pensamientos pueden
perdurar. En esta parte es muy parecido con el pensamiento griego que solamente
se trasciende a la muerte con la obra.
El conocimiento lo entendían, como un acto religioso, es decir; como un intento
del hombre por volverse a unir o a ligar con esa naturaleza que le dio origen. El
objetivo del conocimiento era descubrir que los dioses los hicieron y ordenaron el
mundo, y por lo tanto, al hombre le corresponde aprender y vivir en armonía con ese
orden.
Así, tenemos que el lugar denominado Mictlán, “lugar de los muertos “o
inframundo, era concebido como un lugar donde se iban las almas comunes puesto
que la vida de un guerrero, la muerte por sacrifico humano o la muerte de una mujer
al dar a luz ameritaban un espacio con los dioses mismos “brillando como estrellas
en el firmamento”. Así es el cosmos, orden y en ese orden esta la esencia de la vida
misma, la creación de un nuevo comienzo. Cada alma hace un viaje, descienden al
Mictlan y sus almas encontrarán descanso eterno. Sin embargo, primero tienen que
hacer el peligroso viaje al Mictlán, en el entierro, al difunto se le otorga poderes
mágicos y con la ayuda del dios Xólotl, son capaces de hacer este viaje con
seguridad. El dios de este mundo subterráneo es Mictlantecuhtli.
Los registros sobre los entierros muestran varias posturas, la más común fue la
posición fetal como un retorno al vientre materno.
En la mitología está presente la muerte como hilo conductor y artífice de la
existencia, el sacrificio de la vida para generarla. En el mito de la creación se narra
cómo Quetzalcóatl, viajaba a Mictlán en el Quinto Sol para restaurar la raza humana
a la vida a partir de los huesos de aquellos que murieron en épocas anteriores. Los
huesos son como las semillas: todo lo que muere se deposita en la tierra, y de la
tierra surge la vida nueva en el ciclo sagrado de la existencia. Quetzalcóatl recogió
los huesos y junto con otros dioses, les roció con su propia sangre, restaurando la
vida. Así, la humanidad ha nacido del sacrificio de los Dioses, la muerte debe ser la
causa de la vida.
Los pueblos de México son civilizaciones del maíz. Para el mundo mesoamericano
el maíz era el milagro cósmico de la eterna renovación de la vida, así; encontramos
una vez más en el mito la correlación de la muerte para la creación en este caso del
maíz y del pulque. Gracias al maíz subsistía la vida humana al germinar del grano
nacía la vida a través del sacrificio de Centéotl, dios del maíz, para transformarse en
alimento. El grano de maíz se hunde en la tierra, bajo tierra muere para hacer el
milagro de resurgir como planta en maíz.
El esfuerzo del mundo cristiano va encaminado a la salvación del alma, en el
México prehispánico el esfuerzo es para preservar el orden cósmico, A través del
maíz esto se logra pues asegura la eternidad de la vida así es que en la germinación
del maíz gira el pensamiento cósmico religioso de aquellos pueblos.
Existe un orden cósmico y lo mejor que podemos hacer es conservarlo, a veces
llegamos a pensar que al paso del tiempo el humano evoluciona íntegramente, pero
si reflexionamos un poco las ideas mesoamericanas de la vida, del orden, de los
ciclos del sacrificio, brotan los escrúpulos dirigiendo el cauce actual a un entorno
moral. Pareciera que nos alejamos del orden cósmico razón por la cual el mundo se
desmorona poco a poco. ¿Dónde nos lleva la vida?, ¿Dónde no lleva la muerte?,
¿Cual es nuestra cosmovisión? Aun están muy borrosas las respuestas y vemos que la
filosofía de nuestra vida no está funcionando o tal vez no tengamos. Tenemos que
escarbar aun más y encontrar nuestra raíz para conocer nuestro ciclo que ha sido
nublado por distintas causas políticas, económicas, religiosas, históricas para así
llegar a integrarnos a un todo, a un orden, equilibrio de manera consciente.
El ciclo es perpetuo y la forma de dejar huellas para bien en la conservación de la
vida es creando. El arte sobrepasa los ciclos y es nuestra responsabilidad como
creadores de Música dar continuidad. Necesario y urgente será unirnos al proceso…