27
Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa BIBLIOTECA BÁSICA - 31 MUESTRA EDITORIAL

Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

  • Upload
    doananh

  • View
    218

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

Historia del Abencerrajey la hermosa Jarifa

B I B L I OT E C A B Á S I C A - 31

12431 Abencerraje INT.indd 1 24/02/11 16:30

MUESTRA EDIT

ORIAL

Page 2: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

Historia del Abencerrajey la hermosa Jarifa

Versión modernizada, introducción,

notas y propuesta de actividades de

José Pallarés Moreno y

María Ángeles Pérez Rubio

O C TA E D R O

12431 Abencerraje INT.indd 3 24/02/11 16:30

MUESTRA María Ángeles Pérez Rubio

MUESTRA María Ángeles Pérez RubioEDITORIA

LVersión modernizada, introducción,

EDITORIA

LVersión modernizada, introducción,

notas y propuesta de actividades de

EDITORIA

L

notas y propuesta de actividades de

José Pallarés Moreno y

EDITORIA

L

José Pallarés Moreno y

María Ángeles Pérez RubioEDITORIA

L

María Ángeles Pérez Rubio

Page 3: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

Biblioteca básica, núm. 31

Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa

Edición a cargo de José Pallarés Moreno y María Ángeles

Pérez Rubio

Primera edición: marzo de 2011

© Derechos exclusivos de esta edición:

Ediciones OCTAEDRO, S.L.

Bailén, 5 - 08010 Barcelona

Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68

www.octaedro.com - [email protected]

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública

o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la

autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase

a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org)

si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

ISBN: 978-84-9921-157-2

Déposito legal: B. 10.742-2011

Ilustración de cubierta: Alhambra, de Elena Laura (Acrílico

sobre tela. 122x200 cm.)

Impreso en Liberdúplex, S.L..

Impreso en España - Printed in Spain

12431 Abencerraje INT.indd 4 24/02/11 16:30

MUESTRA © Derechos exclusivos de esta edición:

MUESTRA © Derechos exclusivos de esta edición:

Ediciones OCTAEDRO, S.L.

MUESTRA Ediciones OCTAEDRO, S.L.

Bailén, 5 - 08010 Barcelona

MUESTRA Bailén, 5 - 08010 Barcelona

Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68

MUESTRA Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68

www.octaedro.com - [email protected]

MUESTRA

www.octaedro.com - [email protected]

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública

MUESTRA

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública

o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la MUESTRA

o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la

autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase MUESTRA

autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase

EDITORIA

L

Page 4: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

5

Introducción

1. Características de la noveladenominada morisca1

El siglo XVI ofrece una amplia variedad de géneros narrativos, que suelen organizarse para su estudio en dos grandes blo-ques: por un lado, las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. Estas últimas tienen su expresión más clara en el Lazarillo, mientras que las primeras ofrecen una amplia variedad de subgéneros: novelas sentimentales, libros de caballerías, novelas pastoriles, bizantinas o moriscas. Este

1. Como estudio marco de la novela del siglo XVI, cfr. la «Introducción a la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa idealista)», de Antonio Rey Hazas, Edad de Oro I, 1982, pp. 65-105. Para el estudio de la novela morisca son imprescindibles los trabajos de María Soledad Carrasco Urgoiti, especial-mente El moro de Granada en la literatura [1956] (Granada, Universidad de Granada, 1989) y sus Estudios sobre la novela breve de tema morisco (Barce-lona, Bellaterra, 2005). Los trabajos de Francisco López Estrada El Abencerraje y la hermosa Jarifa. Cuatro textos y su estudio (Madrid, Publicaciones de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1957) y sus sucesivas ediciones de El Abencerraje (Novela y Romancero) (Madrid, Cátedra, 1980) son otro punto obligado de partida. Cfr. también Luis Morales Oliver: La novela morisca de tema granadino, Madrid, Universidad Complutense, 1972. Tenemos siempre presentes estos trabajos en esta introducción, así que, salvo en caso de citas textuales, omitimos otras referencias.

12431 Abencerraje INT.indd 5 24/02/11 16:30

MUESTRA las de corte realista. Estas últimas tienen su expresión más

MUESTRA las de corte realista. Estas últimas tienen su expresión más , mientras que las primeras ofrecen una

MUESTRA , mientras que las primeras ofrecen una

MUESTRA amplia variedad de subgéneros: novelas sentimentales, libros

MUESTRA amplia variedad de subgéneros: novelas sentimentales, libros de caballerías, novelas pastoriles, bizantinas o moriscas. Este

MUESTRA de caballerías, novelas pastoriles, bizantinas o moriscas. Este

1. Como estudio marco de la novela del siglo MUESTRA

1. Como estudio marco de la novela del siglo la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa idealista)», de Antonio Rey MUESTRA

la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa idealista)», de Antonio Rey

EDITORIA

L1. Características de la novela

EDITORIA

L1. Características de la noveladenominada morisca

EDITORIA

Ldenominada morisca

ofrece una amplia variedad de géneros narrativos,

EDITORIA

L ofrece una amplia variedad de géneros narrativos,

que suelen organizarse para su estudio en dos grandes blo-

EDITORIA

L

que suelen organizarse para su estudio en dos grandes blo-ques: por un lado, las obras de carácter idealista y, por otro,

EDITORIA

L

ques: por un lado, las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. Estas últimas tienen su expresión más EDIT

ORIAL

las de corte realista. Estas últimas tienen su expresión más

Page 5: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

6

último subgénero nace precisamente con el Abencerraje y se consolida con Las guerras civiles de Granada de Ginés Pérez de Hita, más concretamente con su primera parte, titulada «Historia de los bandos de Zegríes y Abencerrajes» (1591), y con la «Historia de Ozmín y Daraja», intercalada por Mateo Alemán en su Guzmán de Alfarache (1599). Surgía así una tra-dición de idealización del moro (maurofi lia), que se prolongará hasta el siglo XIX (Chateaubriand, Victor Hugo, Washington Ir-ving, Martínez de la Rosa, Zorrilla, Duque de Rivas…). Un tema colindante, el del cautivo, cobra especial relevancia en la obra de Cervantes.

En verdad, más que de novela morisca deberíamos hablar de «novela fronteriza», en paralelo con los romances así denomina-dos, sobre todo en el caso del Abencerraje, ya que el término morisco sólo cobra sentido a partir de 1502, cuando comienzan las conversiones forzosas en masa de musulmanes al cristianis-mo. Dejando de lado esta cuestión, lo que nos interesa señalar es que con la aparición del Abencerraje se producía un cambio radical en la fi cción de la época, con respecto, sobre todo, a los libros de caballerías, pues, como veremos, fue en forma de re-lato de caballerías como hizo su aparición nuestro Abencerraje. Frente al mundo fantástico y maravilloso de los libros de caballe-rías, aparecía ahora un trasfondo real e histórico perfectamente verosímil: una geografía real, habitada por algunos personajes que realmente existieron y que participaron en algunos hechos también documentados. Esto no quiere decir, lógicamente, que los hechos relatados fueran reales, sino que adquirían, gracias alos detalles topográfi cos, a los nombres de los protagonistas, et-cétera, una notable apariencia de realidad. Por otra parte, el tema heroico, propio de los libros de caballerías, y el amoroso, propio de las novelas sentimentales y pastoriles, se fundían armoniosamente en estas narraciones, en las que los personajes que aparecían eran

12431 Abencerraje INT.indd 6 24/02/11 16:30

MUESTRA mo. Dejando de lado esta cuestión, lo que nos interesa señalar

MUESTRA mo. Dejando de lado esta cuestión, lo que nos interesa señalar

MUESTRA es que con la aparición del

MUESTRA es que con la aparición del Abencerraje

MUESTRA Abencerraje

radical en la fi cción de la época, con respecto, sobre todo, a los

MUESTRA radical en la fi cción de la época, con respecto, sobre todo, a los libros de caballerías, pues, como veremos, fue en forma de re-

MUESTRA

libros de caballerías, pues, como veremos, fue en forma de re-

MUESTRA

lato de caballerías como hizo su aparición nuestro

MUESTRA

lato de caballerías como hizo su aparición nuestro Frente al mundo fantástico y maravilloso de los libros de caballe-MUESTRA

Frente al mundo fantástico y maravilloso de los libros de caballe-rías, aparecía ahora un trasfondo real e histórico perfectamente MUESTRA

rías, aparecía ahora un trasfondo real e histórico perfectamente

EDITORIA

Lcolindante, el del cautivo, cobra especial relevancia en la obra

EDITORIA

Lcolindante, el del cautivo, cobra especial relevancia en la obra

En verdad, más que de novela morisca deberíamos hablar de

EDITORIA

LEn verdad, más que de novela morisca deberíamos hablar de

«novela fronteriza», en paralelo con los romances así denomina-

EDITORIA

L«novela fronteriza», en paralelo con los romances así denomina-

Abencerraje

EDITORIA

L

Abencerraje, ya que el término

EDITORIA

L

, ya que el término morisco sólo cobra sentido a partir de 1502, cuando comienzan

EDITORIA

L

morisco sólo cobra sentido a partir de 1502, cuando comienzan las conversiones forzosas en masa de musulmanes al cristianis-EDIT

ORIAL

las conversiones forzosas en masa de musulmanes al cristianis-mo. Dejando de lado esta cuestión, lo que nos interesa señalar EDIT

ORIAL

mo. Dejando de lado esta cuestión, lo que nos interesa señalar

Page 6: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

INTRODUCCIÓN

7

creíbles, al mismo tiempo que se erigían en modelos idealizados de comportamiento.

En cuanto a su estructura narrativa, podemos considerar es-tos relatos moriscos o fronterizos como uno de los primeros in-tentos de aclimatación de la novela italiana anteriores a Cervan-tes: son relatos breves, centrados en un acontecimiento nuclear de carácter verosímil y que llevan aparejada una enseñanza. Entretenimiento y aprovechamiento corren así parejos en estas narraciones. En cuanto al estilo, domina la narración en tercera persona, sin apenas digresiones, la certera caracterización de los personajes y la utilización de una prosa elaborada, pero ágil y accesible a un amplio número de lectores. Éstos son –en síntesis de Luis Morales Oliver– los rasgos que caracterizan a este tipo de novelas:

1. Optimismo idealista.2. Condensación argumental.3. Estilización clasicista.4. Ambientación lingüística.5. Belleza decorativa.6. Amplitud de alma (lección de convivencia).7. Singularidad peninsular.

Por otra parte, el sustrato histórico de estos relatos favore-cía que su contenido pudiera tener una trascendencia de orden social en el marco de los acontecimientos históricos de la época en que aparecen: el moro idealizado contrastaba en efecto con la persecución y ensañamiento de que fueron objeto los moriscos hasta llegar a su expulsión general. Es decir, que el relato am-bientado en el siglo xv se trata desde dentro del confl icto en que vivían inmersos los españoles del siglo siguiente, con el doloroso resultado de constatar que, mientras que los protagonistas de la

12431 Abencerraje INT.indd 7 24/02/11 16:30

MUESTRA 2. Condensación argumental.

MUESTRA 2. Condensación argumental.3. Estilización clasicista.

MUESTRA 3. Estilización clasicista.4. Ambientación lingüística.

MUESTRA 4. Ambientación lingüística.5. Belleza decorativa.

MUESTRA

5. Belleza decorativa.

MUESTRA

6. Amplitud de alma (lección de convivencia).

MUESTRA

6. Amplitud de alma (lección de convivencia).7. Singularidad peninsular.MUESTRA

7. Singularidad peninsular.

EDITORIA

Lpersona, sin apenas digresiones, la certera caracterización de

EDITORIA

Lpersona, sin apenas digresiones, la certera caracterización de los personajes y la utilización de una prosa elaborada, pero ágil y

EDITORIA

Llos personajes y la utilización de una prosa elaborada, pero ágil y accesible a un amplio número de lectores. Éstos son –en síntesis

EDITORIA

Laccesible a un amplio número de lectores. Éstos son –en síntesis de Luis Morales Oliver– los rasgos que caracterizan a este tipo

EDITORIA

Lde Luis Morales Oliver– los rasgos que caracterizan a este tipo

2. Condensación argumental.EDIT

ORIAL

2. Condensación argumental.

Page 7: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

8

fi cción habían sabido resolver sus problemas de forma positiva, los españoles históricos no eran capaces de hacerlo. Así lo ha explicado don Antonio Domínguez Ortiz:

Los moriscos del reino de Granada hicieron gestiones para que se ampliasen los cuarenta años de plazo que Carlos V les había dado para que continuaran usando sus vestidos, baños y otras señas de identidad cultural. No sólo fueron inútiles tales gestiones, sino que la Inquisición y la Chanci-llería multiplicaron las vejaciones hasta agotar la paciencia de aquella pobre gente maltratada lanzándola a una suble-vación tan sangrienta como inútil. Duró la carnicería tres años a partir de la Navidad de 1568; casi todo aquel reino quedó asolado, abundando los casos de espantosa crueldad por ambas partes. […] Se le aconsejó a don Felipe la expul-sión de los 100.000 supervivientes, pero prefi rió darles una última oportunidad: serían desterrados al interior de Castilla divididos en pequeños grupos para facilitar su integración; el desplazamiento se hizo en pleno invierno y en circunstancias espantosas que causaron una gran mortalidad. Los super-vivientes, en contra de lo previsto, se fueron aglomerando en las ciudades, empleándose como mano de obra barata, ejerciendo de transportistas, hortelanos y otros ofi cios no agremiados con su reconocida laboriosidad y gran afán de supervivencia, cortada en el reinado siguiente por el inicuo decreto de expulsión general.2

2. Antonio Domínguez Ortiz: España, tres milenios de historia. Madrid, Marcial Pons, 2001, pp. 148-149. Sobre el tema de los moriscos, cfr. también la Historia de los moriscos de Antonio Domínguez Ortiz y Bernard Vicent (Ma-drid, Alianza Ed., 1978), Moriscos: la mirada de un historiador, del propio Do-mínguez Ortiz (Granada, Universidad de Granada, 2009) y La suerte de los ven-cidos, de Manuel Barrios Aguilera (Granada, Universidad de Granada, 2009).

12431 Abencerraje INT.indd 8 24/02/11 16:30

MUESTRA última oportunidad: serían desterrados al interior de Castilla

MUESTRA última oportunidad: serían desterrados al interior de Castilla

MUESTRA divididos en pequeños grupos para facilitar su integración; el

MUESTRA divididos en pequeños grupos para facilitar su integración; el desplazamiento se hizo en pleno invierno y en circunstancias

MUESTRA desplazamiento se hizo en pleno invierno y en circunstancias espantosas que causaron una gran mortalidad. Los super-

MUESTRA

espantosas que causaron una gran mortalidad. Los super-vivientes, en contra de lo previsto, se fueron aglomerando

MUESTRA

vivientes, en contra de lo previsto, se fueron aglomerando

MUESTRA

en las ciudades, empleándose como mano de obra barata, MUESTRA

en las ciudades, empleándose como mano de obra barata, ejerciendo de transportistas, hortelanos y otros ofi cios no MUESTRA

ejerciendo de transportistas, hortelanos y otros ofi cios no

EDITORIA

Lllería multiplicaron las vejaciones hasta agotar la paciencia

EDITORIA

Lllería multiplicaron las vejaciones hasta agotar la paciencia de aquella pobre gente maltratada lanzándola a una suble-

EDITORIA

Lde aquella pobre gente maltratada lanzándola a una suble-vación tan sangrienta como inútil. Duró la carnicería tres

EDITORIA

Lvación tan sangrienta como inútil. Duró la carnicería tres años a partir de la Navidad de 1568; casi todo aquel reino

EDITORIA

Laños a partir de la Navidad de 1568; casi todo aquel reino quedó asolado, abundando los casos de espantosa crueldad

EDITORIA

L

quedó asolado, abundando los casos de espantosa crueldad por ambas partes. […] Se le aconsejó a don Felipe la expul-

EDITORIA

L

por ambas partes. […] Se le aconsejó a don Felipe la expul-sión de los 100.000 supervivientes, pero prefi rió darles una EDIT

ORIAL

sión de los 100.000 supervivientes, pero prefi rió darles una última oportunidad: serían desterrados al interior de Castilla EDIT

ORIAL

última oportunidad: serían desterrados al interior de Castilla

Page 8: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

27

Historia del Abencerrajey la hermosa Jarifa

12431 Abencerraje INT.indd 27 24/02/11 16:30

MUESTRA EDIT

ORIAL

Page 9: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

29

Este es un vivo retrato de virtud, generosidad, valen-

tía, gentileza y lealtad, compuesto en primer término por

Rodrigo de Narváez y el Abencerraje, y, en segundo, por

Jarifa, su padre y el rey de Granada. En este cuadro des-

tacan las fi guras de Rodrigo de Narváez y del Abencerraje,

pero los demás personajes tienen también su importancia,

pues no dejan de ilustrar la tabla y le aportan algunos de-

talles signifi cativos.1 Y así como el precioso diamante, en-

gastado en oro, o en plata, o en plomo, siempre tiene su

justo y cierto valor por los quilates2 de su oriente,3 así tam-

bién la virtud resplandece y muestra sus accidentes aun-

que se asiente en cualquier sujeto dañado,4 pues su esen-

cia y efecto se asemeja al grano, que cayendo en buena

tierra se acrecienta y en la mala se pierde.5

��

1. Desde el principio se nos anuncia el carácter moral del relato: un re-trato de virtud, al que se unen los rasgos (liberalidad o generosidad, esfuerzo o valentía, gentileza y lealtad) propios del caballero cortesano renacentista. Se trata de un retrato colectivo, dispuesto por el autor como si se tratara efecti-vamente de una pintura (tabla): las fi guras principales –Rodrigo de Narváez y Abindarráez– destacan en primer plano y nos transmiten a los que contempla-mos el cuadro su valor como modelos de comportamiento; pero los restantes personajes son también importantes (ilustran el cuadro) y también nos sirven como modelos, en tanto ellos mismos siguen el modelo de los personajes principales. Así, la virtud que irradia de Narváez –en primer término– y de Abindarráez contagia a Jarifa, a su padre y al rey de Granada y –¿por qué no?– también contagia a los lectores. Eso al menos es lo que se pretende.

2. Quilates: «unidad de peso usada para las perlas preciosas».3. Oriente: «brillo especial de las perlas preciosas». 4. Abindarráez, como moro, es un «sujeto dañado», alguien que no profe-

sa la verdadera fe, pero esto no implica que no pueda ser noble y virtuoso. La virtud es algo propio de los individuos, no de las razas o las religiones. En el caso de Abindarráez la virtud brilla más, precisamente porque destaca sobre su carácter de «sujeto dañado».

5. Obsérvese la referencia a la parábola del sembrador (Mateo, 13, 3 ss.; Marcos, 4, 3 ss.; Lucas, 8, 5 ss.).

12431 Abencerraje INT.indd 29 24/02/11 16:30

MUESTRA 1. Desde el principio se nos anuncia el carácter moral del relato: un re-

MUESTRA 1. Desde el principio se nos anuncia el carácter moral del relato: un re-, al que se unen los rasgos (

MUESTRA , al que se unen los rasgos (

lealtad

MUESTRA lealtad) propios del caballero cortesano renacentista. Se

MUESTRA ) propios del caballero cortesano renacentista. Se lealtad) propios del caballero cortesano renacentista. Se lealtad

MUESTRA lealtad) propios del caballero cortesano renacentista. Se lealtad

trata de un retrato colectivo, dispuesto por el autor como si se tratara efecti-

MUESTRA trata de un retrato colectivo, dispuesto por el autor como si se tratara efecti-vamente de una pintura (

MUESTRA

vamente de una pintura (tabla

MUESTRA

tabla

MUESTRA

Abindarráez– destacan en primer plano y nos transmiten a los que contempla-

MUESTRA

Abindarráez– destacan en primer plano y nos transmiten a los que contempla-mos el cuadro su valor como modelos de comportamiento; pero los restantes

MUESTRA

mos el cuadro su valor como modelos de comportamiento; pero los restantes personajes son también importantes (ilustran el cuadro) y también nos sirven MUESTRA

personajes son también importantes (ilustran el cuadro) y también nos sirven como modelos, en tanto ellos mismos siguen el modelo de los personajes MUESTRA

como modelos, en tanto ellos mismos siguen el modelo de los personajes

EDITORIA

Lbién la virtud resplandece y muestra sus accidentes aun-

EDITORIA

Lbién la virtud resplandece y muestra sus accidentes aun-

pues su esen-

EDITORIA

L pues su esen-

cia y efecto se asemeja al grano, que cayendo en buena

EDITORIA

Lcia y efecto se asemeja al grano, que cayendo en buena

tierra se acrecienta y en la mala se pierde

EDITORIA

Ltierra se acrecienta y en la mala se pierde.

EDITORIA

L.5

EDITORIA

L5

��

EDITORIA

L

��

1. Desde el principio se nos anuncia el carácter moral del relato: un re-EDITORIA

L

1. Desde el principio se nos anuncia el carácter moral del relato: un re-

Page 10: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

30

Dice el cuento6 que en tiempo del infante don Fer-

nando, que ganó Antequera, hubo un caballero que

se llamó Rodrigo de Narváez, notable en virtud y he-

chos de armas.7 Éste, peleando contra moros, hizo

cosas muy notables, y particularmente en la guerra

de Antequera hizo hechos dignos de perpetua me-

moria, aunque esta nuestra España da tan poca im-

portancia al esfuerzo, quizás porque está acostum-

brada a él, que le parece que todo lo que se puede

hacer es poco. No era así entre los romanos y los

griegos, que hacían inmortal en sus escritos y trasla-

daban a las estrellas al hombre que se había aventu-

rado a morir, aunque lo hubiera hecho una sola vez en

toda su vida.8

Hizo pues este caballero tanto en servicio de su

ley9 y de su rey que éste, después de que don Rodri-

6. Cuento: «relato basado en algún acontecimiento».7. Observemos que Narváez es presentado desde el principio como

un modelo. Los datos de carácter histórico y geográfi co no son exactos. No estamos ante un texto histórico. Pero sirven para dar credibilidad a lo que se cuenta, situando al lector, familiarizado con las historias fabulosas de la caballería, ante situaciones verosímiles. Fernando de Antequera fue hijo segundo de Juan I de Castilla. Durante la minoría de edad de su sobrino, el futuro Juan II, asumió la regencia de Castilla (1406). Posteriormente fue rey de Aragón. Siendo él regente de Castilla se llevó a cabo la conquista de Antequera (1410), en la que tuvo una notable intervención Rodrigo de Narváez, que fue nombrado alcaide de esta ciudad por Fernando. No pudo, sin embargo, ser nombrado alcaide de Álora –como más adelante leere-mos– porque esta plaza no fue conquistada hasta muchos años después de la muerte de don Rodrigo. Insistimos en que no estamos ante una obra histórica.

8. La idea de que España no reconoce sufi cientemente el mérito de los suyos se había convertido en un lugar común que, en cierto modo, llega hasta nuestros días.

9. Ley: «religión».

3

12431 Abencerraje INT.indd 30 24/02/11 16:30

MUESTRA : «relato basado en algún acontecimiento».

MUESTRA : «relato basado en algún acontecimiento».

7. Observemos que Narváez es presentado desde el principio como

MUESTRA 7. Observemos que Narváez es presentado desde el principio como

un modelo. Los datos de carácter histórico y geográfi co no son exactos. No

MUESTRA

un modelo. Los datos de carácter histórico y geográfi co no son exactos. No

MUESTRA

estamos ante un texto histórico. Pero sirven para dar credibilidad a lo que

MUESTRA

estamos ante un texto histórico. Pero sirven para dar credibilidad a lo que se cuenta, situando al lector, familiarizado con las historias fabulosas de

MUESTRA

se cuenta, situando al lector, familiarizado con las historias fabulosas de la caballería, ante situaciones verosímiles. Fernando de Antequera fue hijo MUESTRA

la caballería, ante situaciones verosímiles. Fernando de Antequera fue hijo segundo de Juan I de Castilla. Durante la minoría de edad de su sobrino, MUESTRA

segundo de Juan I de Castilla. Durante la minoría de edad de su sobrino,

EDITORIA

Lgriegos, que hacían inmortal en sus escritos y trasla-

EDITORIA

Lgriegos, que hacían inmortal en sus escritos y trasla-

daban a las estrellas al hombre que se había aventu-

EDITORIA

Ldaban a las estrellas al hombre que se había aventu-

rado a morir, aunque lo hubiera hecho una sola vez en

EDITORIA

Lrado a morir, aunque lo hubiera hecho una sola vez en

Hizo pues este caballero tanto en servicio de su

EDITORIA

L

Hizo pues este caballero tanto en servicio de su

y de su rey que éste, después de que don Rodri-

EDITORIA

L

y de su rey que éste, después de que don Rodri-

Page 11: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

31

go hubiera ganado la villa de Antequera, le hizo alcaide

de ella, de modo que pudiera defenderla con el mismo

ánimo con que la había conquistado. Le nombró tam-

bién alcaide de Álora, de suerte que tenía a su cargo

ambas fortalezas, repartiendo el tiempo entre las dos,

y acudiendo siempre a donde más falta hacía. Habi-

tualmente residía en Álora, y allí tenía cincuenta escu-

deros hijosdalgo10 a los gajes del rey,11 para la defensa

y seguridad de la fortaleza. Nunca faltaba ninguno en

este grupo de cincuenta, pues, como en el caso de los

inmortales del rey Darío,12 cuando moría uno, inmedia-

tamente ponían a otro en su lugar. Tenían todos ellos

tanta fe y fuerza en la virtud de su capitán que ninguna

empresa se les hacía difícil, y así no dejaban de ofender

a sus enemigos y de defenderse de ellos, y en todas

las escaramuzas13 que entraban salían vencedores,

con lo cual ganaban cada vez más honra y provecho.

Pues bien, una noche en que estaba el tiempo muy

sosegado, acabando de cenar, el alcaide dijo a todos

ellos estas palabras:

–Me parece, hijosdalgo, señores y hermanos míos,

que ninguna cosa despierta tanto los corazones de

los hombres, como el continuo ejercicio de las armas,

porque con él se cobra experiencia en las propias y

10. Hijosdalgo: «hidalgos».11. A los gajes del rey: «pagados por el rey».12. El rey persa Darío tenía –según nos refi ere Herodoto, uno de los

grandes historiadores de la Antigüedad, en Los nueve libros de la historia (VII, 83)– un ejército de élite formado por diez mil hombres, llamados «inmortales» porque eran sustituidos inmediatamente a su muerte, de manera que el nú-mero nunca decreciera.

13. Las escaramuzas eran choques guerreros a caballo de poca impor-tancia. Revestían normalmente la forma de cabalgadas nocturnas, realizadas por ambos bandos fronterizos, con las que se perseguía conseguir botín, apre-sar cautivos o, simplemente, aumentar la fama.

12431 Abencerraje INT.indd 31 24/02/11 16:30

MUESTRA Pues bien, una noche en que estaba el tiempo muy

MUESTRA Pues bien, una noche en que estaba el tiempo muy

MUESTRA sosegado, acabando de cenar, el alcaide dijo a todos

MUESTRA sosegado, acabando de cenar, el alcaide dijo a todos

ellos estas palabras:

MUESTRA ellos estas palabras:

–Me parece, hijosdalgo, señores y hermanos míos,

MUESTRA –Me parece, hijosdalgo, señores y hermanos míos,

que ninguna cosa despierta tanto los corazones de

MUESTRA

que ninguna cosa despierta tanto los corazones de

MUESTRA

los hombres, como el continuo ejercicio de las armas,

MUESTRA

los hombres, como el continuo ejercicio de las armas,

porque con él se cobra experiencia en las propias y MUESTRA

porque con él se cobra experiencia en las propias y

EDITORIA

L cuando moría uno, inmedia-

EDITORIA

L cuando moría uno, inmedia-

tamente ponían a otro en su lugar. Tenían todos ellos

EDITORIA

Ltamente ponían a otro en su lugar. Tenían todos ellos

tanta fe y fuerza en la virtud de su capitán que ninguna

EDITORIA

Ltanta fe y fuerza en la virtud de su capitán que ninguna

empresa se les hacía difícil, y así no dejaban de ofender

EDITORIA

Lempresa se les hacía difícil, y así no dejaban de ofender

a sus enemigos y de defenderse de ellos, y en todas

EDITORIA

L

a sus enemigos y de defenderse de ellos, y en todas

que entraban salían vencedores,

EDITORIA

L

que entraban salían vencedores,

con lo cual ganaban cada vez más honra y provecho. EDITORIA

L

con lo cual ganaban cada vez más honra y provecho.

Pues bien, una noche en que estaba el tiempo muy EDITORIA

L

Pues bien, una noche en que estaba el tiempo muy

Page 12: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

32

se pierde miedo a las ajenas. Y para demostrar esto

no hace falta que yo traiga testigos de fuera, porque

vosotros sois claro ejemplo de lo que digo. Digo esto

porque han pasado muchos días sin que hayamos he-

cho cosa que nuestros nombres acreciente, y no me

portaría yo como me corresponde si teniendo a car-

go gente tan virtuosa y compañía tan valiente dejase

pasar el tiempo en balde. Me parece –si también os lo

parece a vosotros– que, puesto que la claridad y se-

guridad de la noche nos convidan, estaría bien dar a

entender a nuestros enemigos que los valedores14 de

Álora no duermen. Esto es lo que yo opino, pero ac-

tuaremos según vuestro parecer.

Ellos respondieron que ordenase, que todos le se-

guirían. Y nombrando a nueve de ellos, los hizo armar

y, una vez armados, salieron por una puerta falsa que

la fortaleza tenía, para no ser sentidos y que así la for-

taleza quedase a buen recaudo.15 Y yendo por su ca-

mino adelante, llegaron a un sitio en que se dividía en

dos. Entonces el alcaide les dijo:

–Ya podría ser que yendo todos por este camino se

nos fuese la caza por este otro. Vosotros cinco idos

por el uno, que yo con estos cuatro me iré por el otro;

y si acaso los unos toparen con enemigos que no pue-

dan vencer, toque uno su cuerno16 y a la señal acudirán

los otros en su ayuda.

Yendo los cinco escuderos por su camino adelante,

hablando de diversas cosas, uno de ellos dijo:

–Deteneos compañeros, que o yo me engaño o

viene gente.

14. Valedores: «defensores».15. Es decir, «segura».16. Cuerno: especie de trompeta.

6

12431 Abencerraje INT.indd 32 24/02/11 16:30

MUESTRA taleza quedase a buen recaudo.

MUESTRA taleza quedase a buen recaudo.

mino adelante, llegaron a un sitio en que se dividía en

MUESTRA mino adelante, llegaron a un sitio en que se dividía en

MUESTRA dos. Entonces el alcaide les dijo:

MUESTRA dos. Entonces el alcaide les dijo:

–Ya podría ser que yendo todos por este camino se

MUESTRA –Ya podría ser que yendo todos por este camino se

nos fuese la caza por este otro. Vosotros cinco idos

MUESTRA

nos fuese la caza por este otro. Vosotros cinco idos

por el uno, que yo con estos cuatro me iré por el otro;

MUESTRA

por el uno, que yo con estos cuatro me iré por el otro;

MUESTRA

y si acaso los unos toparen con enemigos que no pue-MUESTRA

y si acaso los unos toparen con enemigos que no pue-

dan vencer, toque uno su cuernoMUESTRA

dan vencer, toque uno su cuerno

EDITORIA

Lentender a nuestros enemigos que los valedores

EDITORIA

Lentender a nuestros enemigos que los valedores

Álora no duermen. Esto es lo que yo opino, pero ac-

EDITORIA

LÁlora no duermen. Esto es lo que yo opino, pero ac-

Ellos respondieron que ordenase, que todos le se-

EDITORIA

LEllos respondieron que ordenase, que todos le se-

guirían. Y nombrando a nueve de ellos, los hizo armar

EDITORIA

L

guirían. Y nombrando a nueve de ellos, los hizo armar

y, una vez armados, salieron por una puerta falsa que

EDITORIA

L

y, una vez armados, salieron por una puerta falsa que

la fortaleza tenía, para no ser sentidos y que así la for-EDITORIA

L

la fortaleza tenía, para no ser sentidos y que así la for-

taleza quedase a buen recaudo.EDITORIA

L

taleza quedase a buen recaudo.

Page 13: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

33

Se metieron en una arboleda que junto al camino

había y oyeron ruido. Por fi n, mirando con más aten-

ción, vieron venir por el camino a un gentil moro en

un caballo ruano.17 Era grande de cuerpo y hermoso

de rostro, y parecía muy bien a caballo. Venía vestido

con una marlota de carmesí y un albornoz de damas-

co del mismo color, todo bordado de oro y plata.18

Traía el brazo derecho arremangado y labrada19 en él

una hermosa dama; en la mano llevaba una gruesa y

hermosa lanza de dos hierros.20 Traía una adarga21 y

una cimitarra,22 y en la cabeza una toca tunecí,23 que,

con sus muchas vueltas, le servía al mismo tiempo

de adorno y defensa de su persona.24 De esta mane-

ra venía el moro, mostrando un gentil aspecto y can-

tando un cantar que él mismo había compuesto en el

dulce recuerdo de sus amores y que decía así:

17. Ruano: «de color blanco con manchas negras redondeadas». Obsér-vese la nota de color en plena noche, incrementada por la descripción de la vestimenta del moro.

18. Observemos la minuciosidad y brillantez con que se describe la ves-timenta del moro, lo que contribuye a su idealización: sobre la marlota («túnica morisca») de carmesí («tela de seda roja»), lleva un albornoz («especie de capa con capucha») de damasco («tela fuerte de seda o lana y con dibujos formados con el tejido»), también rojo. Este color rojo es símbolo de su pasión amorosa y las riquezas del traje son muestras de su elevada estirpe.

19. Labrada: «dibujada». No queda claro si la imagen de la dama va bor-dada en la tela o tatuada en el brazo.

20. Es decir, «con dos puntas». 21. Adarga: «escudo de cuero ovalado». 22. Cimitarra: «espada curva».23. Es decir, una toca de punto tejida con una aguja de gancho. 24. El detallismo en las descripciones es una de las características de

estas narraciones. Algunos autores han visto un precedente de esto en las narraciones árabes, como la Crónica del moro Rasís, base de la Leyenda del rey don Rodrigo, que hemos editado en esta misma colección.

12431 Abencerraje INT.indd 33 24/02/11 16:30

MUESTRA : «de color blanco con manchas negras redondeadas». Obsér-

MUESTRA : «de color blanco con manchas negras redondeadas». Obsér-

vese la nota de color en plena noche, incrementada por la descripción de la

MUESTRA vese la nota de color en plena noche, incrementada por la descripción de la vestimenta del moro.

MUESTRA

vestimenta del moro. 18. Observemos la minuciosidad y brillantez con que se describe la ves-

MUESTRA

18. Observemos la minuciosidad y brillantez con que se describe la ves-timenta del moro, lo que contribuye a su idealización: sobre la

MUESTRA

timenta del moro, lo que contribuye a su idealización: sobre la morisca») de MUESTRA

morisca») de carmesíMUESTRA

carmesícon capucha») de MUESTRA

con capucha») de

EDITORIA

L y en la cabeza una toca tunecí,

EDITORIA

L y en la cabeza una toca tunecí,

con sus muchas vueltas, le servía al mismo tiempo

EDITORIA

Lcon sus muchas vueltas, le servía al mismo tiempo

24

EDITORIA

L24 De esta mane-

EDITORIA

L De esta mane-

ra venía el moro, mostrando un gentil aspecto y can-

EDITORIA

Lra venía el moro, mostrando un gentil aspecto y can-

tando un cantar que él mismo había compuesto en el

EDITORIA

L

tando un cantar que él mismo había compuesto en el

dulce recuerdo de sus amores y que decía así:

EDITORIA

L

dulce recuerdo de sus amores y que decía así:

Page 14: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

34

Nacido en Granada,

criado en Cártama,

enamorado en Coín,

frontero de Álora.

Aunque a la música faltaba el arte, no le faltaba

al moro alegría, y, como traía el corazón enamorado,

todo lo que decía lo decía con gracia. Los escuderos,

sorprendidos al verle, le dejaron pasar para después

caerle encima por sorpresa. Él, viéndose salteado,

con ánimo gentil se volvió y esperó a ver lo que ha-

cían. De inmediato, cuatro de los cinco escuderos se

apartaron, y uno solo le acometió, mas, como el moro

era mejor luchador, de una lanzada dio con él y con

su caballo en el suelo. Cuando los cuatro que queda-

ban vieron esto, le acometieron entre tres a un mismo

tiempo, pues les pareció que era muy fuerte. De esta

manera luchaban contra el moro tres cristianos, cada

uno de los cuales valía por diez moros, y, sin embar-

go, entre los tres juntos no podían con éste solo. Allí

se vio en gran peligro, porque se le quebró la lanza y

los escuderos no le daban tregua, pero entonces, fi n-

giendo que huía, espoleó a su caballo y arremetió con-

tra el escudero al que había derribado y, colgándose

como un ave de la silla, le arrebató su lanza y con ella

volvió a hacer frente a sus enemigos, que le iban si-

guiendo pensando que huía. Tan buena maña se dio

que poco después tenía a dos de los tres en el suelo.

El otro que quedaba, viendo el apuro de sus compa-

ñeros, tocó el cuerno y acudió a ayudarlos. Se trabó

entonces fuertemente la escaramuza, porque ellos

estaban afrentados25 al ver que no conseguían vencer

25. Afrentados: «avergonzados».

9

12431 Abencerraje INT.indd 34 24/02/11 16:30

MUESTRA manera luchaban contra el moro tres cristianos, cada

MUESTRA manera luchaban contra el moro tres cristianos, cada

MUESTRA uno de los cuales valía por diez moros, y, sin embar-

MUESTRA uno de los cuales valía por diez moros, y, sin embar-

go, entre los tres juntos no podían con éste solo. Allí

MUESTRA go, entre los tres juntos no podían con éste solo. Allí

se vio en gran peligro, porque se le quebró la lanza y

MUESTRA se vio en gran peligro, porque se le quebró la lanza y

los escuderos no le daban tregua, pero entonces, fi

MUESTRA

los escuderos no le daban tregua, pero entonces, fi

MUESTRA

giendo que huía, espoleó a su caballo y arremetió con-

MUESTRA

giendo que huía, espoleó a su caballo y arremetió con-

tra el escudero al que había derribado y, colgándose MUESTRA

tra el escudero al que había derribado y, colgándose

como un ave de la silla, le arrebató su lanza y con ella MUESTRA

como un ave de la silla, le arrebató su lanza y con ella

EDITORIA

Lcon ánimo gentil se volvió y esperó a ver lo que ha-

EDITORIA

Lcon ánimo gentil se volvió y esperó a ver lo que ha-

cían. De inmediato, cuatro de los cinco escuderos se

EDITORIA

Lcían. De inmediato, cuatro de los cinco escuderos se

apartaron, y uno solo le acometió, mas, como el moro

EDITORIA

Lapartaron, y uno solo le acometió, mas, como el moro

era mejor luchador, de una lanzada dio con él y con

EDITORIA

Lera mejor luchador, de una lanzada dio con él y con

su caballo en el suelo. Cuando los cuatro que queda-

EDITORIA

L

su caballo en el suelo. Cuando los cuatro que queda-

ban vieron esto, le acometieron entre tres a un mismo

EDITORIA

L

ban vieron esto, le acometieron entre tres a un mismo

tiempo, pues les pareció que era muy fuerte. De esta EDITORIA

L

tiempo, pues les pareció que era muy fuerte. De esta

manera luchaban contra el moro tres cristianos, cada EDITORIA

L

manera luchaban contra el moro tres cristianos, cada

Page 15: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

35

a un solo caballero, y a él le iba más que la vida en

defenderse de ellos. En cierto momento, le dio uno de

los dos escuderos una lanzada en un muslo, que, si no

se la hubiera dado de refi lón, se lo hubiera atravesado

por completo. Él, con rabia de verse herido, se revolvió

y le dio una lanzada tan certera que dio con él y con su

caballo muy mal herido en tierra.

Rodrigo de Narváez, barruntando26 el apuro en el

que estaban sus compañeros, atravesó el camino y,

como traía mejor caballo, se adelantó. Cuando llegó y

vio la valentía del moro quedó asombrado, porque te-

nía ya a cuatro de los cinco escuderos en el suelo, y al

otro casi vencido. Él le dijo:

–Moro, lucha conmigo y si tú me vences yo te ga-

rantizo que ninguno de mis hombres te atacará.

Y así comenzaron a trabar una brava escaramu-

za; mas como el alcaide venía de refresco y el moro

y su caballo estaban heridos, el cristiano acometía al

moro con tal fuerza que no podía mantenerse. Mas

viendo que en esta sola batalla le iba su vida y su

felicidad, dio tal lanzada a Rodrigo de Narváez que,

si éste no hubiera parado el golpe con su adarga, le

habría matado. Rodrigo de Narváez, en cuanto reci-

bió el golpe, arremetió contra el moro, hiriéndole en

el brazo derecho.27 Inmediatamente se le echó enci-

ma, le trabó con sus brazos y, sacándole de la silla,

dio con él en el suelo. Entonces, cayendo sobre él, le

dijo:

–Caballero, date por vencido; si no, te mataré.

–Matarme bien podrás –dijo el moro–, porque en tu

26. Barruntando: «presintiendo». 27. Obsérvese el valor simbólico de la herida, ya que es en el brazo dere-

cho donde Abindarráez lleva impresa la imagen de su amada.

12

12431 Abencerraje INT.indd 35 24/02/11 16:30

MUESTRA y su caballo estaban heridos, el cristiano acometía al

MUESTRA y su caballo estaban heridos, el cristiano acometía al

moro con tal fuerza que no podía mantenerse. Mas

MUESTRA moro con tal fuerza que no podía mantenerse. Mas

MUESTRA viendo que en esta sola batalla le iba su vida y su

MUESTRA viendo que en esta sola batalla le iba su vida y su

felicidad, dio tal lanzada a Rodrigo de Narváez que,

MUESTRA felicidad, dio tal lanzada a Rodrigo de Narváez que,

si éste no hubiera parado el golpe con su adarga, le

MUESTRA

si éste no hubiera parado el golpe con su adarga, le

habría matado. Rodrigo de Narváez, en cuanto reci-

MUESTRA

habría matado. Rodrigo de Narváez, en cuanto reci-

MUESTRA

bió el golpe, arremetió contra el moro, hiriéndole en MUESTRA

bió el golpe, arremetió contra el moro, hiriéndole en

el brazo derecho.MUESTRA

el brazo derecho.

EDITORIA

Lvio la valentía del moro quedó asombrado, porque te-

EDITORIA

Lvio la valentía del moro quedó asombrado, porque te-

nía ya a cuatro de los cinco escuderos en el suelo, y al

EDITORIA

Lnía ya a cuatro de los cinco escuderos en el suelo, y al

–Moro, lucha conmigo y si tú me vences yo te ga-

EDITORIA

L–Moro, lucha conmigo y si tú me vences yo te ga-

rantizo que ninguno de mis hombres te atacará.

EDITORIA

L

rantizo que ninguno de mis hombres te atacará.

Y así comenzaron a trabar una brava escaramu-

EDITORIA

L

Y así comenzaron a trabar una brava escaramu-

za; mas como el alcaide venía de refresco y el moro EDITORIA

L

za; mas como el alcaide venía de refresco y el moro

y su caballo estaban heridos, el cristiano acometía al EDITORIA

L

y su caballo estaban heridos, el cristiano acometía al

Page 16: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

36

poder me tienes, mas no podrá vencerme sino quien

una vez me venció.28

El alcaide no reparó en el misterio que encerraban

estas palabras y, haciendo uso en aquel momento de

su acostumbrada virtud, le ayudó a levantarse, por-

que había quedado muy quebrantado a causa de las

heridas en el muslo y en el brazo, aunque no eran de

importancia, y también a causa del cansancio y la caí-

da. Él mismo, tomando de los escuderos lo necesario,

le vendó las heridas y, hecho esto, le hizo subir en un

caballo de un escudero, porque el suyo estaba herido,

y emprendieron el regreso a Álora. Iban hablando por

el camino de la buena disposición y valentía del moro,

cuando éste dio un grande y profundo suspiro y habló

algunas palabras en algarabía,29 que ninguno enten-

dió. A Rodrigo de Narváez, que iba mirando su buen

talle y disposición y que se acordaba de lo que le ha-

bía visto hacer, le parecía que una tristeza tan grande

no podía proceder, en un hombre de ánimo tan fuerte,

de lo que parecía a simple vista. Quiso pues informar-

se de primera mano y, dirigiéndose al moro, le dijo:

–Caballero, mirad que el prisionero que en la pri-

sión pierde el ánimo aventura el derecho de la libertad.

Mirad que en la guerra los caballeros han de ganar y

perder, porque los más de sus trances están sujetos

28. La vida del Abencerraje está en efecto en las manos de Narváez. Pero éste no puede vencerle (es decir, «convencerle» o «ganar su voluntad») porque ha sido Jarifa la que lo ha vencido, la que tiene su voluntad. En este sentido, Narváez sólo conseguirá «vencer» al caballero moro por medio de su generosidad, es decir, mediante el ejercicio de la virtud.

29. Algarabía: «lengua árabe». La falta de entendimiento no se debe atri-buir a difi cultad de comprensión del idioma, ya que el bilingüismo era frecuen-te en la frontera, sino al hecho de que Abindarráez habla bajo, para sí mismo.

15

12431 Abencerraje INT.indd 36 24/02/11 16:30

MUESTRA bía visto hacer, le parecía que una tristeza tan grande

MUESTRA bía visto hacer, le parecía que una tristeza tan grande

no podía proceder, en un hombre de ánimo tan fuerte,

MUESTRA no podía proceder, en un hombre de ánimo tan fuerte,

de lo que parecía a simple vista. Quiso pues informar-

MUESTRA de lo que parecía a simple vista. Quiso pues informar-

se de primera mano y, dirigiéndose al moro, le dijo:

MUESTRA se de primera mano y, dirigiéndose al moro, le dijo:

–Caballero, mirad que el prisionero que en la pri-

MUESTRA

–Caballero, mirad que el prisionero que en la pri-

sión pierde el ánimo aventura el derecho de la libertad.

MUESTRA

sión pierde el ánimo aventura el derecho de la libertad.

Mirad que en la guerra los caballeros han de ganar y MUESTRA

Mirad que en la guerra los caballeros han de ganar y

perder, porque los más de sus trances están sujetos MUESTRA

perder, porque los más de sus trances están sujetos

EDITORIA

Lcaballo de un escudero, porque el suyo estaba herido,

EDITORIA

Lcaballo de un escudero, porque el suyo estaba herido,

y emprendieron el regreso a Álora. Iban hablando por

EDITORIA

Ly emprendieron el regreso a Álora. Iban hablando por

el camino de la buena disposición y valentía del moro,

EDITORIA

Lel camino de la buena disposición y valentía del moro,

cuando éste dio un grande y profundo suspiro y habló

EDITORIA

Lcuando éste dio un grande y profundo suspiro y habló

algunas palabras en algarabía,

EDITORIA

L

algunas palabras en algarabía,29

EDITORIA

L

29 que ninguno enten-

EDITORIA

L

que ninguno enten-

dió. A Rodrigo de Narváez, que iba mirando su buen

EDITORIA

L

dió. A Rodrigo de Narváez, que iba mirando su buen

talle y disposición y que se acordaba de lo que le ha-EDITORIA

L

talle y disposición y que se acordaba de lo que le ha-

bía visto hacer, le parecía que una tristeza tan grande EDITORIA

L

bía visto hacer, le parecía que una tristeza tan grande

Page 17: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

37

a la fortuna,30 y parece fl aqueza que quien hasta aquí

ha dado tan buena muestra de su valor, la dé ahora

tan mala. Si suspiráis por el dolor de las llagas, a lu-

gar vais donde seréis bien curado. Si os duele la pri-

sión, pensad que todos los que nos dedicamos a la

guerra podemos sufrirla en cualquier momento. Pero,

si tenéis otro dolor secreto, confi ádmelo a mí, que yo

os prometo como hijodalgo hacer todo lo que esté en

mis manos para remediarlo.

El moro, levantando el rostro, que hasta aquel mo-

mento había tenido fi jo en el suelo, le dijo:

–¿Cómo os llamáis, caballero que tanta compasión

mostráis por mi mal?

Él le dijo:

–A mí me llaman Rodrigo de Narváez y soy alcaide

de Antequera y Álora.

El moro, tornando el semblante algo alegre, le dijo:

–Con vuestras palabras desaparecen ciertamen-

te algunos de los motivos de mis quejas, pues aun-

que mi fortuna me fue adversa, me puso en vuestras

manos. Nunca os había visto hasta ahora, pero tenía

noticia de vuestra virtud y he tenido experiencia de

vuestro valor.31 No quiero que penséis que es el dolor

de las heridas el que me hace suspirar. Me parece

también que sois capaz de guardar cualquier secreto,

30. Esta es una de las constantes de los libros de caballerías. Recuérde-se lo que dice don Quijote a Sancho, después de la aventura de los molinos: «Calla, amigo Sancho –respondió don Quijote–, que las cosas de la guerra más que otras están sujetas a continua mudanza». (I Parte, Cap. V.) Y el propio Sancho dirá ya al fi nal de la novela: «Cuanto más que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros y el que es vencido hoy ser vencedor mañana». (II Parte, Cap. LXXIV.)

31. La fama de Rodrigo de Narváez ha llegado a oídos del Abencerraje, que, además, ha podido comprobar por sí mismo el valor del alcaide de Álora. Ahora comprobará su generosidad.

18

12431 Abencerraje INT.indd 37 24/02/11 16:30

MUESTRA –Con vuestras palabras desaparecen ciertamen-

MUESTRA –Con vuestras palabras desaparecen ciertamen-

te algunos de los motivos de mis quejas, pues aun-

MUESTRA te algunos de los motivos de mis quejas, pues aun-

que mi fortuna me fue adversa, me puso en vuestras

MUESTRA que mi fortuna me fue adversa, me puso en vuestras

manos. Nunca os había visto hasta ahora, pero tenía

MUESTRA manos. Nunca os había visto hasta ahora, pero tenía

noticia de vuestra virtud y he tenido experiencia de

MUESTRA

noticia de vuestra virtud y he tenido experiencia de

MUESTRA

vuestro valor.

MUESTRA

vuestro valor.31

MUESTRA

31 No quiero que penséis que es el dolor

MUESTRA

No quiero que penséis que es el dolor

de las heridas el que me hace suspirar. Me parece MUESTRA

de las heridas el que me hace suspirar. Me parece

también que sois capaz de guardar cualquier secreto, MUESTRA

también que sois capaz de guardar cualquier secreto,

EDITORIA

L–¿Cómo os llamáis, caballero que tanta compasión

EDITORIA

L–¿Cómo os llamáis, caballero que tanta compasión

–A mí me llaman Rodrigo de Narváez y soy alcaide

EDITORIA

L

–A mí me llaman Rodrigo de Narváez y soy alcaide

El moro, tornando el semblante algo alegre, le dijo:EDITORIA

L

El moro, tornando el semblante algo alegre, le dijo:

–Con vuestras palabras desaparecen ciertamen-EDITORIA

L

–Con vuestras palabras desaparecen ciertamen-

Page 18: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

38

así que mandad que se aparten vuestros escuderos y

os diré lo que me pasa en dos palabras.

��

El alcaide entonces ordenó a sus escuderos que se

apartasen y, cuando quedaron solos, el moro, soltan-

do un gran suspiro, le dijo:

–Rodrigo de Narváez, famoso alcaide de Álora, es-

cucha atentamente lo que te voy a contar y comproba-

rás por ti mismo si las desgracias que mi mala fortuna

me ha deparado son o no sufi cientes para derribar el

corazón de un hombre cautivo. A mí me llaman Abin-

darráez el mozo,32 a diferencia de un tío mío, hermano

de mi padre, que tiene el mismo nombre. Soy de los

Abencerrajes33 de Granada, de los cuales muchas ve-

ces habrás oído hablar y aunque bastaría con que te

contase mi pena presente, sin hacer memoria de las

pasadas, también éstas quiero contártelas.

Hubo en Granada un linaje de caballeros al que

llamaban los Abencerrajes. Eran la fl or de todo aquel

reino, porque en gentileza de sus personas, buena

gracia, disposición y valentía extrema aventajaban a

32. «Abindarráez» signifi ca en árabe hijo de capitán. El apelativo «el mozo» sirve además para marcar la diferencia de edad no sólo con su tío, sino con Rodrigo de Narváez, que va asumiendo el papel de maestro de virtud del joven moro.

33. Los Abencerrajes eran en efecto una de las familias más nobles e in-fl uyentes del reino nazarí de Granada y participaron activamente en las intrigas palaciegas. La historia documenta varias ejecuciones de Abencerrajes, si bien aquí no debemos buscar referencias concretas, sino el fondo trágico sobre el que se cimenta la historia de Abindarráez.

21

12431 Abencerraje INT.indd 38 24/02/11 16:30

MUESTRA de Granada, de los cuales muchas ve-

MUESTRA de Granada, de los cuales muchas ve-

MUESTRA ces habrás oído hablar y aunque bastaría con que te

MUESTRA ces habrás oído hablar y aunque bastaría con que te

contase mi pena presente, sin hacer memoria de las

MUESTRA contase mi pena presente, sin hacer memoria de las

pasadas, también éstas quiero contártelas.

MUESTRA

pasadas, también éstas quiero contártelas.

Hubo en Granada un linaje de caballeros al que

MUESTRA

Hubo en Granada un linaje de caballeros al que

MUESTRA

llamaban los Abencerrajes. Eran la fl

MUESTRA

llamaban los Abencerrajes. Eran la fl

reino, porque en gentileza de sus personas, buena MUESTRA

reino, porque en gentileza de sus personas, buena

EDITORIA

L–Rodrigo de Narváez, famoso alcaide de Álora, es-

EDITORIA

L–Rodrigo de Narváez, famoso alcaide de Álora, es-

cucha atentamente lo que te voy a contar y comproba-

EDITORIA

Lcucha atentamente lo que te voy a contar y comproba-

rás por ti mismo si las desgracias que mi mala fortuna

EDITORIA

Lrás por ti mismo si las desgracias que mi mala fortuna

cientes para derribar el

EDITORIA

L cientes para derribar el

corazón de un hombre cautivo. A mí me llaman Abin-

EDITORIA

L

corazón de un hombre cautivo. A mí me llaman Abin-

a diferencia de un tío mío, hermano

EDITORIA

L

a diferencia de un tío mío, hermano

de mi padre, que tiene el mismo nombre. Soy de los EDITORIA

L

de mi padre, que tiene el mismo nombre. Soy de los

de Granada, de los cuales muchas ve-EDITORIA

L

de Granada, de los cuales muchas ve-

Page 19: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

39

todos los demás. Eran muy estimados por el rey y por

todos los caballeros, y muy amados y queridos por la

gente común. En todas las escaramuzas en que en-

traban salían vencedores, y en todos los regocijos34

de caballería se señalaban. Ellos inventaban las galas

y los trajes de manera que bien se podía decir que

tanto en la paz como en la guerra eran el modelo para

todo el reino. Se dice que nunca hubo Abencerraje ta-

caño, ni cobarde, ni de mala disposición. No se tenía

por Abencerraje el que no servía a una dama, ni se

tenía por dama la que no tenía a un Abencerraje por

servidor.

Quiso la Fortuna, enemiga de su bien, que de esta

cumbre en que estaban cayesen abajo de la mane-

ra que oirás. El rey de Granada hizo a dos de estos

caballeros, los que más valían, un notable e injusto

agravio, haciendo caso a falsas informaciones que le

dieron sobre ellos. Hubo entonces quien dijo –aun-

que yo no lo creo– que estos dos, y a su instancia

otros diez, se conjuraron para matar al rey y dividir el

reino entre sí, vengando su injuria. Esta conjuración,

siendo verdadera o falsa, fue descubierta y el rey los

hizo degollar a todos una noche. Lo hizo así para no

escandalizar al reino, que tanto los amaba, porque si

no se hubiera dado tanta prisa en cometer esta injus-

ticia, no hubiera tenido poder sufi ciente para hacerla.

Se ofrecieron al rey grandes rescates por sus vidas,

mas él no quiso ni escucharlos. Cuando la gente se

vio sin esperanza de salvar sus vidas, comenzó de

nuevo a llorarlos. Los lloraban los padres que los en-

gendraron y las madres que los parieron; los lloraban

las damas a quien servían, y los caballeros con quien

34. Regocijos: «juegos».

24

12431 Abencerraje INT.indd 39 24/02/11 16:30

MUESTRA dieron sobre ellos. Hubo entonces quien dijo –aun-

MUESTRA dieron sobre ellos. Hubo entonces quien dijo –aun-

que yo no lo creo– que estos dos, y a su instancia

MUESTRA que yo no lo creo– que estos dos, y a su instancia

MUESTRA otros diez, se conjuraron para matar al rey y dividir el

MUESTRA otros diez, se conjuraron para matar al rey y dividir el

reino entre sí, vengando su injuria. Esta conjuración,

MUESTRA reino entre sí, vengando su injuria. Esta conjuración,

siendo verdadera o falsa, fue descubierta y el rey los

MUESTRA

siendo verdadera o falsa, fue descubierta y el rey los

hizo degollar a todos una noche. Lo hizo así para no

MUESTRA

hizo degollar a todos una noche. Lo hizo así para no

MUESTRA

escandalizar al reino, que tanto los amaba, porque si MUESTRA

escandalizar al reino, que tanto los amaba, porque si

no se hubiera dado tanta prisa en cometer esta injus-MUESTRA

no se hubiera dado tanta prisa en cometer esta injus-

EDITORIA

Ltenía por dama la que no tenía a un Abencerraje por

EDITORIA

Ltenía por dama la que no tenía a un Abencerraje por

Quiso la Fortuna, enemiga de su bien, que de esta

EDITORIA

LQuiso la Fortuna, enemiga de su bien, que de esta

cumbre en que estaban cayesen abajo de la mane-

EDITORIA

Lcumbre en que estaban cayesen abajo de la mane-

ra que oirás. El rey de Granada hizo a dos de estos

EDITORIA

L

ra que oirás. El rey de Granada hizo a dos de estos

caballeros, los que más valían, un notable e injusto

EDITORIA

L

caballeros, los que más valían, un notable e injusto

agravio, haciendo caso a falsas informaciones que le EDITORIA

L

agravio, haciendo caso a falsas informaciones que le

dieron sobre ellos. Hubo entonces quien dijo –aun-EDITORIA

L

dieron sobre ellos. Hubo entonces quien dijo –aun-

Page 20: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

40

se acompañaban. Y toda la gente común alzaba un

alarido tan grande y continuo como si en la ciudad

hubieran entrado los enemigos, de manera que si a

precio de lágrimas se hubieran podido comprar sus

vidas, no hubieran muerto los Abencerrajes tan mi-

serablemente. Ves aquí en lo que acabó tan escla-

recido linaje y tan principales caballeros como en él

había. Considera cuánto tarda la Fortuna en subir a

un hombre y cuán presto le derriba. Cuánto tarda en

crecer un árbol y cuán presto va al fuego. Con cuánta

difi cultad se edifi ca una casa y con cuánta brevedad

se quema. Cuántos podrían escarmentar en las ca-

bezas de estos desdichados, pues tan sin culpa pa-

decieron con público pregón y, siendo tantos y tales

y gozando del favor del mismo rey, sus casas fueron

derribadas, sus heredades enajenadas y su nombre

dado en el reino por traidor.35

Resultó de este infeliz caso que ningún Abencerra-

je pudo seguir viviendo en Granada, salvo mi padre y

un tío mío, a los que hallaron inocentes de este delito,

pero se les impuso no obstante la condición de que

habrían de enviar a criar fuera de la ciudad a los hijos

que les naciesen, para que no volviesen a ella, y de

que habían de casar a las hijas fuera del reino.

Rodrigo de Narváez, que estaba mirando con

cuánta pasión le contaba su desdicha, le dijo:

–Por cierto, caballero, que lo que contáis es sor-

35. El discurso de Abindarráez es de una belleza conmovedora. Repárese en la elegancia de los paralelismos y en la intensifi cación progresiva del dolor. Por último, en la afi rmación de que «tan sin culpa padecieron con público pregón y, siendo tantos y tales y gozando del favor del mismo rey, sus casas fueron derribadas, sus heredades enajenadas y su nombre dado en el reino por traidor» se ha querido ver una referencia velada a la situación sufrida por los judíos y moriscos, también injustamente perseguidos y desterrados.

27

12431 Abencerraje INT.indd 40 24/02/11 16:30

MUESTRA Resultó de este infeliz caso que ningún Abencerra-

MUESTRA Resultó de este infeliz caso que ningún Abencerra-

je pudo seguir viviendo en Granada, salvo mi padre y

MUESTRA je pudo seguir viviendo en Granada, salvo mi padre y

un tío mío, a los que hallaron inocentes de este delito,

MUESTRA un tío mío, a los que hallaron inocentes de este delito,

pero se les impuso no obstante la condición de que

MUESTRA pero se les impuso no obstante la condición de que

habrían de enviar a criar fuera de la ciudad a los hijos

MUESTRA

habrían de enviar a criar fuera de la ciudad a los hijos

que les naciesen, para que no volviesen a ella, y de

MUESTRA

que les naciesen, para que no volviesen a ella, y de

que habían de casar a las hijas fuera del reino.MUESTRA

que habían de casar a las hijas fuera del reino.

Rodrigo de Narváez, que estaba mirando con MUESTRA

Rodrigo de Narváez, que estaba mirando con

EDITORIA

L ca una casa y con cuánta brevedad

EDITORIA

L ca una casa y con cuánta brevedad

se quema. Cuántos podrían escarmentar en las ca-

EDITORIA

Lse quema. Cuántos podrían escarmentar en las ca-

bezas de estos desdichados, pues tan sin culpa pa-

EDITORIA

Lbezas de estos desdichados, pues tan sin culpa pa-

decieron con público pregón y, siendo tantos y tales

EDITORIA

Ldecieron con público pregón y, siendo tantos y tales

y gozando del favor del mismo rey, sus casas fueron

EDITORIA

L

y gozando del favor del mismo rey, sus casas fueron

derribadas, sus heredades enajenadas y su nombre

EDITORIA

L

derribadas, sus heredades enajenadas y su nombre

dado en el reino por traidor.EDITORIA

L

dado en el reino por traidor.35

EDITORIA

L

35

Resultó de este infeliz caso que ningún Abencerra-EDITORIA

L

Resultó de este infeliz caso que ningún Abencerra-

Page 21: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

41

prendente, y la sinrazón que a los Abencerrajes se

hizo fue grande, porque no es de creer que, siendo

ellos como decís, cometiesen traición.

–Es como yo lo digo –dijo él–. Pero aguardad más

y veréis cómo desde ese momento todos los Abence-

rrajes llegamos a ser desdichados.

Yo salí al mundo del vientre de mi madre y por cum-

plir mi padre la orden del rey, me envió a Cártama con

el alcaide que en ella estaba, con quien tenía estrecha

amistad. Éste tenía una hija, casi de mi edad, a quien

amaba más que a sí, porque además de ser hija única

y hermosísima, le costó la mujer, que murió de su par-

to. Ésta y yo, en nuestra niñez, siempre nos tuvimos

por hermanos, porque así nos oíamos llamar. No me

acuerdo de haber pasado una hora en que no estuvié-

semos juntos. Juntos nos criaron, juntos andábamos,

juntos comíamos y bebíamos. Nos nació de esta con-

vivencia un natural amor que fue siempre creciendo

con nuestras edades.

Pues bien, me acuerdo de que entrando una vez a

la hora de la siesta en la huerta que llaman de los jaz-

mines la hallé sentada junto a la fuente, componiendo

su hermosa cabeza. La miré vencido por su hermo-

sura, y se me asemejó a Salmacis y dije para mí: «¡Oh,

quién fuera Troco para aparecer ante esta hermosa

diosa».36 No sé cómo me pesó que fuese mi hermana;

y sin aguardar más me fui hacia ella, que, cuando me

vio, con los brazos abiertos me salió a recibir y, sen-

tándome junto a sí, me dijo: «Hermano, ¿cómo me de-

jaste tanto tiempo sola?». Yo le respondí: «Señora mía,

36. La ninfa Salmacis, según refi ere Ovidio en su Metamorfosis (IV, 285-388), enamorada de Hermafrodito o Troco, imploró la ayuda de los dioses para acabar fundiéndose con él en un solo cuerpo.

30

12431 Abencerraje INT.indd 41 24/02/11 16:30

MUESTRA vivencia un natural amor que fue siempre creciendo

MUESTRA vivencia un natural amor que fue siempre creciendo

MUESTRA con nuestras edades.

MUESTRA con nuestras edades.

Pues bien, me acuerdo de que entrando una vez a

MUESTRA Pues bien, me acuerdo de que entrando una vez a

la hora de la siesta en la huerta que llaman de los jaz-

MUESTRA la hora de la siesta en la huerta que llaman de los jaz-

mines la hallé sentada junto a la fuente, componiendo

MUESTRA

mines la hallé sentada junto a la fuente, componiendo

MUESTRA

su hermosa cabeza. La miré vencido por su hermo-

MUESTRA

su hermosa cabeza. La miré vencido por su hermo-

sura, y se me asemejó a Salmacis y dije para mí: «¡Oh, MUESTRA

sura, y se me asemejó a Salmacis y dije para mí: «¡Oh,

quién fuera Troco para aparecer ante esta hermosa MUESTRA

quién fuera Troco para aparecer ante esta hermosa

EDITORIA

Lamaba más que a sí, porque además de ser hija única

EDITORIA

Lamaba más que a sí, porque además de ser hija única

y hermosísima, le costó la mujer, que murió de su par-

EDITORIA

Ly hermosísima, le costó la mujer, que murió de su par-

to. Ésta y yo, en nuestra niñez, siempre nos tuvimos

EDITORIA

Lto. Ésta y yo, en nuestra niñez, siempre nos tuvimos

por hermanos, porque así nos oíamos llamar. No me

EDITORIA

Lpor hermanos, porque así nos oíamos llamar. No me

acuerdo de haber pasado una hora en que no estuvié-

EDITORIA

L

acuerdo de haber pasado una hora en que no estuvié-

semos juntos. Juntos nos criaron, juntos andábamos,

EDITORIA

L

semos juntos. Juntos nos criaron, juntos andábamos,

juntos comíamos y bebíamos. Nos nació de esta con-EDITORIA

L

juntos comíamos y bebíamos. Nos nació de esta con-

vivencia un natural amor que fue siempre creciendo EDITORIA

L

vivencia un natural amor que fue siempre creciendo

Page 22: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

42

porque hace gran rato que os busco y no hallé quien

me dijese dónde estabais, hasta que mi corazón me

lo dijo. Mas decidme ahora, ¿qué certeza tenéis vos

de que seamos hermanos?» «La única –dijo ella– es el

gran amor que te tengo, y el ver que todos nos llaman

hermanos.» «Y si no lo fuéramos –dije yo– ¿me querríais

tanto?» «¿No ves –dijo ella– que, si no lo fuéramos, no

nos dejaría mi padre andar siempre juntos y solos?»

«Pues si ese bien me habían de quitar –dije yo– prefi ero

el mal que tengo.» Entonces ella, encendiendo su her-

moso rostro en color,37 me dijo: «¿Y qué pierdes tú con

que seamos hermanos?» «Pierdo a mí y a vos» –dije

yo. «Yo no te entiendo –dijo ella– mas a mí me parece

que sólo serlo nos obliga a amarnos naturalmente.» «A

mí vuestra hermosura por sí sola me obliga, mientras

que esa hermandad parece que me produce escalo-

fríos algunas veces.» Y con esto, bajando mis ojos de

vergüenza por lo que le había dicho, la vi en las aguas

de la fuente tal como ella era, de suerte que donde

quiera que volvía la cabeza hallaba su imagen y en mis

entrañas la más verdadera. Y me decía yo a mí mis-

mo, no queriendo que alguno me lo oyera: «Si yo me

anegase ahora en esta fuente donde veo a mi señora,

¡cuánto más disculpado moriría yo que Narciso!38 Y si

ella me amase como yo la amo, ¡qué dichoso sería yo!

Y si la fortuna nos permitiese vivir siempre juntos, ¡qué

sabrosa vida sería la mía!» Diciendo esto me levanté y,

volviendo las manos a unos jazmines de que la fuente

estaba rodeada, mezclándolos con arrayán, hice una

37. Es decir, «sonrojándose». 38. Narciso se ahogó en la fuente persiguiendo su propia imagen, de la

que se había enamorado; Abindarráez querría morir como Narciso, pero fun-diéndose no con su imagen, sino con la imagen de Jarifa, que también lleva grabada en sus entrañas.

12431 Abencerraje INT.indd 42 24/02/11 16:30

MUESTRA vergüenza por lo que le había dicho, la vi en las aguas

MUESTRA vergüenza por lo que le había dicho, la vi en las aguas

MUESTRA de la fuente tal como ella era, de suerte que donde

MUESTRA de la fuente tal como ella era, de suerte que donde

quiera que volvía la cabeza hallaba su imagen y en mis

MUESTRA quiera que volvía la cabeza hallaba su imagen y en mis

entrañas la más verdadera. Y me decía yo a mí mis-

MUESTRA entrañas la más verdadera. Y me decía yo a mí mis-

mo, no queriendo que alguno me lo oyera: «Si yo me

MUESTRA

mo, no queriendo que alguno me lo oyera: «Si yo me

MUESTRA

anegase ahora en esta fuente donde veo a mi señora,

MUESTRA

anegase ahora en esta fuente donde veo a mi señora,

¡cuánto más disculpado moriría yo que Narciso!MUESTRA

¡cuánto más disculpado moriría yo que Narciso!

ella me amase como yo la amo, ¡qué dichoso sería yo! MUESTRA

ella me amase como yo la amo, ¡qué dichoso sería yo!

EDITORIA

L me dijo: «¿Y qué pierdes tú con

EDITORIA

L me dijo: «¿Y qué pierdes tú con

que seamos hermanos?» «Pierdo a mí y a vos» –dije

EDITORIA

Lque seamos hermanos?» «Pierdo a mí y a vos» –dije

yo. «Yo no te entiendo –dijo ella– mas a mí me parece

EDITORIA

Lyo. «Yo no te entiendo –dijo ella– mas a mí me parece

que sólo serlo nos obliga a amarnos naturalmente.» «A

EDITORIA

Lque sólo serlo nos obliga a amarnos naturalmente.» «A

mí vuestra hermosura por sí sola me obliga, mientras

EDITORIA

L

mí vuestra hermosura por sí sola me obliga, mientras

que esa hermandad parece que me produce escalo-

EDITORIA

L

que esa hermandad parece que me produce escalo-

fríos algunas veces.» Y con esto, bajando mis ojos de EDITORIA

L

fríos algunas veces.» Y con esto, bajando mis ojos de

vergüenza por lo que le había dicho, la vi en las aguas EDITORIA

L

vergüenza por lo que le había dicho, la vi en las aguas

Page 23: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

43

hermosa guirnalda y, poniéndola sobre mi cabeza, me

volví hacia ella, coronado y vencido. Ella puso los ojos

en mí, a mi parecer más dulcemente que solía y qui-

tándomela la puso sobre su cabeza. Me pareció en

aquel punto más hermosa que Venus cuando salió al

juicio de la manzana,39 y volviendo el rostro hacia mí,

me dijo: «¿Qué te parezco así, Abindarráez?» Yo le dije:

«Me parece que acabáis de vencer al mundo y que os

coronan por reina y señora de él». Levantándose me

tomó por la mano y me dijo: «Si así fuera, hermano, no

perdierais vos nada». Yo sin responderle la seguí hasta

que salimos de la huerta.

Esta engañosa vida trajimos mucho tiempo, hasta

que ya el Amor por vengarse de nosotros nos des-

cubrió, conforme fuimos creciendo ambos en edad,

que no éramos hermanos. Ella no sé lo que sintió al

principio de saberlo, mas yo nunca recibí mayor ale-

gría, aunque desde entonces hasta ahora lo he paga-

do con creces. A partir del momento en que fuimos

conscientes de esto, aquel amor limpio y sano que nos

teníamos se comenzó a dañar y se convirtió en una ra-

biosa enfermedad que nos ha de durar hasta la muer-

te.40 Aquí no hubo primeros movimientos que escon-

der, porque el principio de estos amores fue un gusto

y deleite fundado sobre bien, mas después no vino el

mal por principios, sino de golpe y todo junto. Ya yo te-

nía mi contentamiento puesto en ella y mi alma hecha

a medida de la suya. Todo lo que no veía en ella me

parecía feo, innecesario y sin provecho en el mundo.

39. Zeus designó a Paris para juzgar quién era la más bella entre Venus, Juno y Minerva y entregar a la vencedora la manzana de la Discordia. Fue Venus la vencedora.

40. Como vemos, Abindarráez recoge aquí la idea de que el enamora-miento es una enfermedad, una suerte de locura.

12431 Abencerraje INT.indd 43 24/02/11 16:30

MUESTRA gría, aunque desde entonces hasta ahora lo he paga-

MUESTRA gría, aunque desde entonces hasta ahora lo he paga-

do con creces. A partir del momento en que fuimos

MUESTRA do con creces. A partir del momento en que fuimos

MUESTRA conscientes de esto, aquel amor limpio y sano que nos

MUESTRA conscientes de esto, aquel amor limpio y sano que nos

teníamos se comenzó a dañar y se convirtió en una ra-

MUESTRA teníamos se comenzó a dañar y se convirtió en una ra-

biosa enfermedad que nos ha de durar hasta la muer-

MUESTRA

biosa enfermedad que nos ha de durar hasta la muer-

Aquí no hubo primeros movimientos que escon-

MUESTRA

Aquí no hubo primeros movimientos que escon-

MUESTRA

der, porque el principio de estos amores fue un gusto MUESTRA

der, porque el principio de estos amores fue un gusto

y deleite fundado sobre bien, mas después no vino el MUESTRA

y deleite fundado sobre bien, mas después no vino el

EDITORIA

Lperdierais vos nada». Yo sin responderle la seguí hasta

EDITORIA

Lperdierais vos nada». Yo sin responderle la seguí hasta

Esta engañosa vida trajimos mucho tiempo, hasta

EDITORIA

LEsta engañosa vida trajimos mucho tiempo, hasta

que ya el Amor por vengarse de nosotros nos des-

EDITORIA

Lque ya el Amor por vengarse de nosotros nos des-

cubrió, conforme fuimos creciendo ambos en edad,

EDITORIA

L

cubrió, conforme fuimos creciendo ambos en edad,

que no éramos hermanos. Ella no sé lo que sintió al

EDITORIA

L

que no éramos hermanos. Ella no sé lo que sintió al

principio de saberlo, mas yo nunca recibí mayor ale-EDITORIA

L

principio de saberlo, mas yo nunca recibí mayor ale-

gría, aunque desde entonces hasta ahora lo he paga-EDITORIA

L

gría, aunque desde entonces hasta ahora lo he paga-

Page 24: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

44

Todo mi pensamiento era para ella. Ya en este tiempo

nuestros pasatiempos eran diferentes; ya yo la mira-

ba con recelo de ser sentido, ya tenía envidia del sol

que la tocaba. Su presencia me lastimaba la vida y su

ausencia me enfl aquecía el corazón. Y de todo esto

creo que no me debía nada, porque me pagaba con la

misma moneda.41 Pero quiso la Fortuna, envidiosa de

nuestra dulce vida, quitarnos este contentamiento de

la manera que oirás.

El rey de Granada, queriendo mejorar en su car-

go al alcaide de Cártama, le ordenó que abandonase

aquella fortaleza de inmediato y que se fuese a Coín,

que es aquel lugar42 frontero del vuestro, y que me

dejase a mí en Cártama con el alcaide que a ella vi-

niese. Sabida esta desastrada nueva por mi señora

y por mí, juzgad vos, si algún tiempo fuisteis enamo-

rado, lo que podríamos sentir. Nos juntamos en un

lugar secreto para llorar nuestra separación. Yo la lla-

maba señora mía, alma mía, solo bien mío y otros dul-

ces nombres que el amor me enseñaba. Y le decía:

«Apartándose vuestra hermosura de mí, ¿tendréis al-

guna vez memoria de este vuestro cautivo?» Aquí las

lágrimas y suspiros atajaban las palabras. Yo, esfor-

zándome para decir más, malparía algunas razones

turbadas de las que no me acuerdo, porque mi se-

ñora se llevó mi memoria consigo. Pues ¡quién podría

contaros sus quejas, aunque a mí siempre me pare-

cían pocas! Me decía mil dulces palabras que hasta

ahora me suenan en las orejas; y al fi n, porque no

nos sintiesen, nos despedimos con muchas lágrimas

y sollozos, dejando cada uno al otro por prenda un

41. Quiere decir, porque ella sentía lo mismo. 42. Población pequeña.

12431 Abencerraje INT.indd 44 24/02/11 16:30

MUESTRA lugar secreto para llorar nuestra separación. Yo la lla-

MUESTRA lugar secreto para llorar nuestra separación. Yo la lla-

MUESTRA señora mía, alma mía, solo bien mío

MUESTRA señora mía, alma mía, solo bien mío

ces nombres que el amor me enseñaba. Y le decía:

MUESTRA ces nombres que el amor me enseñaba. Y le decía:

«Apartándose vuestra hermosura de mí, ¿tendréis al-

MUESTRA «Apartándose vuestra hermosura de mí, ¿tendréis al-

guna vez memoria de este vuestro cautivo?» Aquí las

MUESTRA

guna vez memoria de este vuestro cautivo?» Aquí las

MUESTRA

lágrimas y suspiros atajaban las palabras. Yo, esfor-

MUESTRA

lágrimas y suspiros atajaban las palabras. Yo, esfor-

zándome para decir más, malparía algunas razones MUESTRA

zándome para decir más, malparía algunas razones

turbadas de las que no me acuerdo, porque mi se-MUESTRA

turbadas de las que no me acuerdo, porque mi se-

EDITORIA

Lgo al alcaide de Cártama, le ordenó que abandonase

EDITORIA

Lgo al alcaide de Cártama, le ordenó que abandonase

aquella fortaleza de inmediato y que se fuese a Coín,

EDITORIA

Laquella fortaleza de inmediato y que se fuese a Coín,

frontero del vuestro, y que me

EDITORIA

L frontero del vuestro, y que me

dejase a mí en Cártama con el alcaide que a ella vi-

EDITORIA

Ldejase a mí en Cártama con el alcaide que a ella vi-

niese. Sabida esta desastrada nueva por mi señora

EDITORIA

L

niese. Sabida esta desastrada nueva por mi señora

y por mí, juzgad vos, si algún tiempo fuisteis enamo-

EDITORIA

L

y por mí, juzgad vos, si algún tiempo fuisteis enamo-

rado, lo que podríamos sentir. Nos juntamos en un EDITORIA

L

rado, lo que podríamos sentir. Nos juntamos en un

lugar secreto para llorar nuestra separación. Yo la lla-EDITORIA

L

lugar secreto para llorar nuestra separación. Yo la lla-

Page 25: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

45

abrazo, con un suspiro arrancado de las entrañas. Y

viéndome ella tan necesitado y con señales de muer-

to, me dijo: «Abindarráez, a mí se me sale el alma al

apartarme de ti y, como siento que a ti te ocurre lo

mismo, yo quiero ser tuya hasta la muerte; tuyo es

mi corazón, tuya es mi vida, mi honra y mi hacienda;

y en testimonio de esto, cuando llegue a Coín, donde

ahora voy con mi padre, en cuanto tenga ocasión de

hablarte, o por ausencia o indisposición suya, que ya

deseo, yo te avisaré. Irás donde yo estuviere y allí yo

te daré lo que solamente llevo conmigo, una vez que

seas mi esposo –que de otra suerte ni tu lealtad ni mi

ser lo consentirían–, que todo lo demás muchos días

hace que es tuyo.» Con esta promesa mi corazón se

sosegó algo y le besé las manos por la merced que

me prometía.

Ellos partieron al otro día; yo quedé como a quien

caminando por unas fragosas43 y ásperas montañas

se le eclipsa el sol. Comencé a sentir su ausencia ás-

peramente buscando falsos remedios contra ella.

Miraba las ventanas en que se solía poner, las aguas

en que se bañaba, la cámara en que dormía, el jar-

dín en el que reposaba la siesta. Andaba todas sus

estaciones44 y en todas ellas hallaba representa-

ción de mi fatiga. Verdad es que la esperanza que me

dio de llamarme me sostenía, y con ella engañaba parte

de mis sufrimientos. Pero, a veces, al ver que no llega-

ba su llamada, sentía tanta pena que llegaba a pensar

que hubiera sido mejor que me hubiera dejado sin es-

peranza alguna, porque la desesperanza fatiga hasta

43. Fragosas: «intrincadas, llenas de maleza».44. Abindarráez recorría todos los lugares –«sagrados» para él– que le

recordaban a Jarifa, a semejanza de la costumbre cristiana de recorrer las estaciones que evocan la Pasión de Cristo.

33

12431 Abencerraje INT.indd 45 24/02/11 16:30

MUESTRA caminando por unas fragosas

MUESTRA caminando por unas fragosas

se le eclipsa el sol. Comencé a sentir su ausencia ás-

MUESTRA se le eclipsa el sol. Comencé a sentir su ausencia ás-

peramente buscando falsos remedios contra ella.

MUESTRA peramente buscando falsos remedios contra ella.

Miraba las ventanas en que se solía poner, las aguas

MUESTRA Miraba las ventanas en que se solía poner, las aguas

en que se bañaba, la cámara en que dormía, el jar-

MUESTRA

en que se bañaba, la cámara en que dormía, el jar-

dín en el que reposaba la siesta. Andaba todas sus

MUESTRA

dín en el que reposaba la siesta. Andaba todas sus

estacionesMUESTRA

estaciones44MUESTRA

44 y en todas ellas hallaba representa-MUESTRA

y en todas ellas hallaba representa-

ción de mi fatiga. Verdad es que la esperanza que meMUESTRA

ción de mi fatiga. Verdad es que la esperanza que me

EDITORIA

Lte daré lo que solamente llevo conmigo, una vez que

EDITORIA

Lte daré lo que solamente llevo conmigo, una vez que

seas mi esposo –que de otra suerte ni tu lealtad ni mi

EDITORIA

Lseas mi esposo –que de otra suerte ni tu lealtad ni mi

ser lo consentirían–, que todo lo demás muchos días

EDITORIA

Lser lo consentirían–, que todo lo demás muchos días

hace que es tuyo.» Con esta promesa mi corazón se

EDITORIA

Lhace que es tuyo.» Con esta promesa mi corazón se

sosegó algo y le besé las manos por la merced que

EDITORIA

L

sosegó algo y le besé las manos por la merced que

Ellos partieron al otro día; yo quedé como a quien EDITORIA

L

Ellos partieron al otro día; yo quedé como a quien

caminando por unas fragosasEDITORIA

L

caminando por unas fragosas

Page 26: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

HISTORIA DEL ABENCERRAJE Y LA HERMOSA JARIFA

46

que se tiene por cierta y la esperanza hasta que se

cumple el deseo.

Quiso mi ventura que esta mañana mi señora me

cumplió su palabra, enviándome a llamar con una cria-

da de su confi anza, aprovechando que su padre había

partido para Granada, llamado por el rey para volver

de inmediato. Yo, resucitado con esta buena nueva,

me preparé y, dejando venir la noche por salir más en

secreto, me vestí tal como me encontraste, para mos-

trar a mi señora la alegría de mi corazón. Nunca hubie-

ra yo creído que me podrían vencer ni cien caballeros

juntos, porque traía a mi señora conmigo; y si tú me

venciste no fue por valor, que no es posible, sino por-

que mi corta suerte o la determinación del cielo quisie-

ron atajarme tanto bien. Así que considera tú ahora,

después de haber oído mis palabras, el bien que perdí

y el mal que tengo. Yo iba de Cártama a Coín, breve

jornada,45 aunque el deseo la alargaba mucho, el más

ufano Abencerraje que nunca se vio, iba respondiendo

a la llamada de mi señora, a ver a mi señora, a go-

zar de mi señora y a casarme con mi señora. Me veo

ahora herido, cautivo y vencido y sintiendo sobre todo

que el término y coyuntura de mi bien se acaba esta

noche.46 Déjame pues, cristiano, consolar entre mis

suspiros y no pienses que son señal de fl aqueza, pues

fl aqueza mucho mayor sería tener ánimo para sufrir

tan riguroso trance.

��

45. Jornada: «trayecto, distancia». 46. Es decir, «que ya no podré conseguir mi sueño».

12431 Abencerraje INT.indd 46 24/02/11 16:30

MUESTRA aunque el deseo la alargaba mucho, el más

MUESTRA aunque el deseo la alargaba mucho, el más

ufano Abencerraje que nunca se vio, iba respondiendo

MUESTRA ufano Abencerraje que nunca se vio, iba respondiendo

a la llamada de mi señora, a ver a mi señora, a go-

MUESTRA a la llamada de mi señora, a ver a mi señora, a go-

zar de mi señora y a casarme con mi señora. Me veo

MUESTRA zar de mi señora y a casarme con mi señora. Me veo

ahora herido, cautivo y vencido y sintiendo sobre todo

MUESTRA

ahora herido, cautivo y vencido y sintiendo sobre todo

que el término y coyuntura de mi bien se acaba esta

MUESTRA

que el término y coyuntura de mi bien se acaba esta

46 MUESTRA

46 Déjame pues, cristiano, consolar entre mis MUESTRA

Déjame pues, cristiano, consolar entre mis

suspiros y no pienses que son señal de flMUESTRA

suspiros y no pienses que son señal de fl

EDITORIA

Lra yo creído que me podrían vencer ni cien caballeros

EDITORIA

Lra yo creído que me podrían vencer ni cien caballeros

juntos, porque traía a mi señora conmigo; y si tú me

EDITORIA

Ljuntos, porque traía a mi señora conmigo; y si tú me

venciste no fue por valor, que no es posible, sino por-

EDITORIA

Lvenciste no fue por valor, que no es posible, sino por-

que mi corta suerte o la determinación del cielo quisie-

EDITORIA

Lque mi corta suerte o la determinación del cielo quisie-

ron atajarme tanto bien. Así que considera tú ahora,

EDITORIA

L

ron atajarme tanto bien. Así que considera tú ahora,

después de haber oído mis palabras, el bien que perdí

EDITORIA

L

después de haber oído mis palabras, el bien que perdí

y el mal que tengo. Yo iba de Cártama a Coín, breve EDITORIA

L

y el mal que tengo. Yo iba de Cártama a Coín, breve

aunque el deseo la alargaba mucho, el más EDITORIA

L

aunque el deseo la alargaba mucho, el más

Page 27: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa - … · ... las obras de carácter idealista y, por otro, las de corte realista. ... la novela del Siglo de Oro, I (Formas de la narrativa

71

Índice

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

1. Características de la novela denominada

morisca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

2. La construcción del texto: de la anécdota

fronteriza al relato moral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

2.1. Un relato en la frontera: la Historia

del moro y Narváez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

2.2. Un librito de caballerías: Parte de la

Crónica del ínclito infante don

Fernando, que ganó a Antequera . . . . . 11

2.3. El disfraz de pastor: el Abencerraje

incluido en la Diana de Jorge de

Montemayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

2.4. Antonio de Villegas y su Inventario:

el Abencerraje como relato ejemplar . 14

3. Temas y estructura del Abencerraje . . . . . . . 16

4. La significación del Abencerraje . . . . . . . . . . . 21

5. Criterios de edición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa . . . . 27

Propuesta de actividades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

12431 Abencerraje INT.indd 71 24/02/11 16:30

MUESTRA 2.2. Un librito de caballerías:

MUESTRA 2.2. Un librito de caballerías:

MUESTRA Crónica del ínclito infante don

MUESTRA Crónica del ínclito infante don

Fernando, que ganó a Antequera

MUESTRA Fernando, que ganó a Antequera

2.3. El disfraz de pastor: el

MUESTRA

2.3. El disfraz de pastor: el

incluido en la

MUESTRA

incluido en la

MontemayorMUESTRA

Montemayor

EDITORIA

L1. Características de la novela denominada

EDITORIA

L1. Características de la novela denominada

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

EDITORIA

L . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2. La construcción del texto: de la anécdota

EDITORIA

L2. La construcción del texto: de la anécdota

. . . . . . . . . . . . . . . . . . .

EDITORIA

L . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.1. Un relato en la frontera: la

EDITORIA

L

2.1. Un relato en la frontera: la

del moro y NarváezEDITORIA

L

del moro y Narváezdel moro y Narváez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . del moro y NarváezEDITORIA

L

del moro y Narváez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . del moro y Narváez

2.2. Un librito de caballerías: EDITORIA

L

2.2. Un librito de caballerías: