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HISTORIA 10 SOL SOL        N        U        E        V         O Búscanos en: Viernes 17 de abril de 2015 Velasco rechaza ser ministro de Belaunde  ANTE GRAVE SITUACION DE CORRUPCION POLITICA EN EL PAIS GENERAL PATRIOTA DECIDE QUE LAS FFAA INTERVENGAN… Velasco propone un “gabinete militar” a Belaunde para salir de crisis política EL PLAN INCA Y EL GOLPE DE 1968 En abril de 1968, ante la grave crisis política, el ge- neral Juan Velasco Alvara- do, entonces comandante general del Ejército , habló por primera vez, con algu- nos colaboradores de con- anza en su Estado Mayor, sobre “un plan de refor- mas estruc- turales”. Antes de esa fecha, segura- mente de- bió de haber considerado, sin precisar con exactitud, los planes para un gobierno militar, con el presidente civil Fer- nando Belaunde a la cabe- za o sin él.  “Lo cierto es que Velasco consideró diversas alter- nativas antes de realizar el golpe del 3 de octubre, a pesar de aseveraciones de lo contrario por parte de sus colaboradores; fueron ellos los que concibieron, en gran parte, el Plan Inca: era «su» golpe y «su» revo- lución”, precisa el analista Dirk Kruijt en su libro “La Revolución por Decreto”. En esta obra, el autor re- úne declaraciones de los colaboradores cercanos de Velasco —los corone- les y futuros miembros del COAP que elaboraron el Plan Inca— y de los recuer- de Belaunde se estaba des- integrando. Un día, cuando trabajaban en la redacción del texto, los coroneles Gallegos y Rodríguez Figueroa se di- rigieron al patio del edi- cio ministerial para tomar un descanso y fumar un cigarrillo. El general Velas- co llegó y se sumó a los dos, y surgió el diálogo sobre la situación política del país. Ahí les dijo que era muy “probable” que el Ejército interviniera para solucionar la crisis. Cuatro días después, el 25 de abril de 1968, Velasco convocó a tres coroneles: a los ya mencionados Gallegos y Rodríguez, y a un tercero, Al día siguiente, el Servicio de Inteligencia se enteró de los escamoteos del gabinete de Belaunde con el presupuesto. El 23 de mayo, el general Mora- les Bermúdez, en ese entonces ministro de Hacienda, expuso los detalles de la situación a los generales Velasco , Dianderas y Sánchez Salazar —los núme- ros uno, dos y tres en los altos mandos del Ejército. Poco después, Morales presen- tó su dimisión como ministro. Las Fuerzas Armadas pronto se verían enfrentadas a un nuevo dilema: cubrir el puesto vacan- te del ministro de Guerra. El general Doig abandonó la cartera y Belaunde se acercó con tacto al general Velas- co para averiguar si él estaría eventualmente dispuesto a sucederlo. Este era el procedi- miento corriente para designar una sucesión, pero para Velas- co habría signicado la pérdida del control real sobre las Fuer- zas Armadas. Velasco convenció a Belaun- de para que nombrara como ministro al segundo hombre, Dianderas, y así conservó el mando de las FF AA. Velasco encargó a los redactores una nueva versión del texto origi- nal del plan político-militar. La segunda versión del plan, le fue entregada el 19 de junio. Él la depositó en una gaveta y re- comendó a sus colaboradores que, por el momento, se olvi- daran de la cuestión. (CONTI- NUARA) A  S  Í  F  U  E  C  O  M  O  NA  C  I  Ó  E  L  P  LA  N  I  N  CA  D  E  V  E  LA  S  C  O Molina, vicedirector inte- rino del Servicio de Inte- ligencia. Los tres fueron encargados de «analizar eventuales acciones del Ejército, para el caso de que la situación se agravara». Se comenzó a trabajar so- bre la base de los cinco puntos que había estable- cido el Movimiento Social Progresista: reforma de la empresa, reforma agraria, reforma scal, reforma del sistema bancario y reforma del aparato estatal. Las reuniones se realizaban en despachos del Servicio de Inteligencia y de noche en casa de alguno de ellos. A mediados de mayo, se te- nía preparada una primera versión, un plan de gobier- no que contaba con el apo- yo de las Fuerzas Armadas. El texto que Velasco recibió el 16 de mayo llevaba el tí- tulo provisorio de «Inca». dos del propio Velasco expre- sados a través de la memoria del general Aníbal Meza Cuadra, que lo acompañó durante su enfermedad, en los años 1976 y 1977, “y quien oía sus elucidaciones, a veces contradictorias, y anotaba algunas de ellas”, señala Dirk Kruijt. “Mi tesis es que Velasco fue creciendo progresivamen- te en su papel de confabu- lador contra el gobierno civil, como fue evolucio- nando, asimismo, en su rol de presidente durante los primeros meses después del golpe, y en el papel de líder de una revolución en los primeros dieciocho me- ses de su régimen”, precisa. VELASCO CONVOCA A SU EQUIPO “El Plan Inca, un croquis del proyecto de reformas, sur- gió probablemente como un plan de contingencia, al igual que otros que ya habían elaborado los altos mandos del Ejército para pronunciarse sobre los asuntos políticos naciona- les. A principios de 1968, Velasco sondeó a algunos de los que serían sus cola- boradores —Meza Cuadra, entre ellos— sobre la posi- bilidad de redactar un plan nacional de apoyo al go- bierno de Belaunde desde los medios castrenses”. A n de cuentas, Belaunde había llegado al poder, en 1963, como un político re- formador que contaba con la simpatía de la cúpula del Ejército. Pero los tiempos habían cambiado: el ga- binete había caído en una situación sumamente em- barazosa por escándalos de corrupción, y el partido Velasco,  siendo Jefe del Ejército, era  partidario de que las FFAA intervengan  para solucio- nar la crisis  provocada por los políticos. Según el testimonio de Meza Cuadra: “Él mismo Velasco me ha conrmado que el año 68 fue un año decisivo para él, para el Perú. En el año 1968 comenzó a tener la seguridad de que sería impostergable la intervención de la Fuerza Armada. Él ha propuesto, primero, hacer un gabinete mi- litar. Él le propuso al general Dianderas —eso me ha contado personalmente— que se- ría él quien iría al presidente diciéndole que se ha, desgraciadamente, despresti- giado tanto su gobierno, que será necesa- rio que se forme un gobierno militar. Esa era su primera opción”. “Y es natural, en los momentos de crisis en los países latinoamericanos, es necesario aumentar el poder decisivo del presidente y así a veces se forma un gabinete militar. Llamar al orden a la ciudadanía y darles un toque de alerta que ya no siga como antes, el abuso, el desbarajuste. Se fue, entonces, al general Dianderas. Dianderas era muy hábil como militar, pero no tenía políticamente mayor desa- rrollo. Era ministro de Belaunde. Y como él se negaba a acatar la propuesta, él [Velas- co] se decidió a dar el golpe”. Velasco propuso a Belaunde que, desgraciadame nte, como se ha desprestigiado tanto su gobierno, “será necesario que se forme un gobierno con un gabinete militar” Propuesta de un gabinete militar CIRCULACIÓN NACIONAL Velasco le propuso a Belaunde conformar un “gabinete militar” para  poner orden en el país en 1968.

HISTORIA DEL PLAN INCA

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Asi nacio el plan Inca del general Juan Velasco Alvarado

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HISTORIA10 SOLSOL       N       U       E       V        O

Búscanos en:Viernes 17 de abril de 2015

Velasco rechaza ser ministro de Belaunde

 ANTE GRAVE SITUACION DE CORRUPCION POLITICA EN ELPAIS GENERAL PATRIOTA DECIDE QUE LAS FFAA INTERVENGAN…

Velasco propone un “gabinete militar”a Belaunde para salir de crisis políticaEL PLAN INCA Y EL

GOLPE DE 1968

En abril de 1968, ante lagrave crisis política, el ge-neral Juan Velasco Alvara-do, entonces comandantegeneral del Ejército, habló

por primera vez, con algu-nos colaboradores de con-fianza en su EstadoMayor, sobre “unplan de refor-mas estruc-turales”.Antes deesa fecha,s e g u r a -mente de-bió de haberconsiderado,

sin precisar conexactitud, los planespara un gobierno militar,con el presidente civil Fer-nando Belaunde a la cabe-za o sin él.  “Lo cierto es que Velascoconsideró diversas alter-nativas antes de realizar elgolpe del 3 de octubre, apesar de aseveraciones delo contrario por parte desus colaboradores; fueronellos los que concibieron,en gran parte, el Plan Inca:era «su» golpe y «su» revo-lución”, precisa el analistaDirk Kruijt en su libro “LaRevolución por Decreto”.En esta obra, el autor re-úne declaraciones de loscolaboradores cercanosde Velasco —los corone-les y futuros miembros delCOAP que elaboraron elPlan Inca— y de los recuer-

de Belaunde se estaba des-integrando.

Un día, cuando trabajabanen la redacción del texto,los coroneles Gallegos yRodríguez Figueroa se di-rigieron al patio del edifi-cio ministerial para tomarun descanso y fumar uncigarrillo. El general Velas-co llegó y se sumó a los

dos, y surgió el diálogosobre la situación política

del país. Ahí les dijo queera muy “probable” que elEjército interviniera parasolucionar la crisis. Cuatrodías después, el 25 de abrilde 1968, Velasco convocóa tres coroneles: a los yamencionados Gallegos yRodríguez, y a un tercero,

Al día siguiente, el Servicio deInteligencia se enteró de losescamoteos del gabinete deBelaunde con el presupuesto.El 23 de mayo, el general Mora-les Bermúdez, en ese entoncesministro de Hacienda, expusolos detalles de la situación a los

generales Velasco, Dianderas ySánchez Salazar —los núme-ros uno, dos y tres en los altos

mandos del Ejército.Poco después, Morales presen-tó su dimisión como ministro.Las Fuerzas Armadas pronto severían enfrentadas a un nuevodilema: cubrir el puesto vacan-te del ministro de Guerra.El general Doig abandonó la

cartera y Belaunde se acercócon tacto al general Velas-co para averiguar si él estaría

eventualmente dispuesto asucederlo. Este era el procedi-miento corriente para designaruna sucesión, pero para Velas-co habría significado la pérdidadel control real sobre las Fuer-zas Armadas.Velasco convenció a Belaun-

de para que nombrara comoministro al segundo hombre,Dianderas, y así conservó el

mando de las FFAA. Velascoencargó a los redactores unanueva versión del texto origi-nal del plan político-militar.La segunda versión del plan, lefue entregada el 19 de junio. Élla depositó en una gaveta y re-comendó a sus colaboradores

que, por el momento, se olvi-daran de la cuestión. (CONTI-

NUARA)

A S Í  F U E  C O M O 

 NA C I Ó  E L  P LA N  I N

 CA 

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Molina, vicedirector inte-rino del Servicio de Inte-ligencia. Los tres fueronencargados de «analizareventuales acciones delEjército, para el caso de que

la situación se agravara».Se comenzó a trabajar so-bre la base de los cincopuntos que había estable-cido el Movimiento SocialProgresista: reforma de laempresa, reforma agraria,reforma fiscal, reforma delsistema bancario y reformadel aparato estatal.Las reuniones se realizabanen despachos del Serviciode Inteligencia y de noche

en casa de alguno de ellos.A mediados de mayo, se te-nía preparada una primeraversión, un plan de gobier-no que contaba con el apo-yo de las Fuerzas Armadas.El texto que Velasco recibióel 16 de mayo llevaba el tí-tulo provisorio de «Inca».

dos del propioVelasco expre-

sados a través dela memoria del general

Aníbal Meza Cuadra, quelo acompañó durante suenfermedad, en los años1976 y 1977, “y quien oíasus elucidaciones, a vecescontradictorias, y anotabaalgunas de ellas”, señalaDirk Kruijt.“Mi tesis es que Velasco fuecreciendo progresivamen-te en su papel de confabu-lador contra el gobiernocivil, como fue evolucio-nando, asimismo, en su rolde presidente durante losprimeros meses despuésdel golpe, y en el papel delíder de una revolución enlos primeros dieciocho me-ses de su régimen”, precisa.

VELASCO CONVOCA A

SU EQUIPO

“El Plan Inca, un croquis del

proyecto de reformas, sur-gió probablemente como

un plan de contingencia,al igual que otros que yahabían elaborado los altosmandos del Ejército parapronunciarse sobre losasuntos políticos naciona-les. A principios de 1968,Velasco sondeó a algunosde los que serían sus cola-boradores —Meza Cuadra,entre ellos— sobre la posi-bilidad de redactar un plannacional de apoyo al go-bierno de Belaunde desdelos medios castrenses”.A fin de cuentas, Belaundehabía llegado al poder, en1963, como un político re-formador que contaba conla simpatía de la cúpula delEjército. Pero los tiemposhabían cambiado: el ga-binete había caído en unasituación sumamente em-barazosa por escándalosde corrupción, y el partido

Velasco, siendo Jefe del

Ejército, era partidario deque las FFAAintervengan

 para solucio-nar la crisis

 provocada porlos políticos.

Según el testimonio de Meza Cuadra:

“Él mismo Velasco me ha confirmado queel año 68 fue un año decisivo para él, parael Perú. En el año 1968 comenzó a tenerla seguridad de que sería impostergablela intervención de la Fuerza Armada. Él hapropuesto, primero, hacer un gabinete mi-litar.Él le propuso al general Dianderas —esome ha contado personalmente— que se-ría él quien iría al presidente diciéndoleque se ha, desgraciadamente, despresti-giado tanto su gobierno, que será necesa-rio que se forme un gobierno militar. Esa

era su primera opción”.

“Y es natural, en los momentos de crisis enlos países latinoamericanos, es necesarioaumentar el poder decisivo del presidentey así a veces se forma un gabinete militar.Llamar al orden a la ciudadanía y darles untoque de alerta que ya no siga como antes,el abuso, el desbarajuste.Se fue, entonces, al general Dianderas.Dianderas era muy hábil como militar,pero no tenía políticamente mayor desa-rrollo. Era ministro de Belaunde. Y como élse negaba a acatar la propuesta, él [Velas-co] se decidió a dar el golpe”.

Velascopropuso a Belaunde

que, desgraciadamente,como se ha desprestigiado

tanto su gobierno, “seránecesario que se forme

un gobierno con ungabinete militar”

Propuesta de un gabinete militar

CIRCULACIÓN NACIONAL

Velasco le propuso a Belaundeconformar un “gabinete militar” para poner orden en el país en 1968.