16
Cuaderno de Campo 52 Vista general de la Sierra del Aguilón, con el crestón oxidado de las minas de Pilar de Jaravía. A la derecha se observa una explotación actual de áridos. Foto: Fernando Gómez. HISTORIA, GEOLOGÍA Y MINERALOGÍA HISTORIA, GEOLOGÍA Y MINERALOGÍA

HISTORIA, GEOLOGÍA Y MINERALOGÍA · (Geología). FERNANDO GÓMEZ DÍAZ, Geólogo. (Historia). JOSÉ MANUEL CUESTA. Mineralogista. (Mineralogía). Las antiguas minas de hierro y

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Cuadernode Campo

52

Vista general de la Sierra del Aguilón, con el crestón oxidado de las minas de Pilar de Jaravía. A la derecha seobserva una explotación actual de áridos. Foto: Fernando Gómez.

HISTORIA, GEOLOGÍA Y MINERALOGÍAHISTORIA, GEOLOGÍA Y MINERALOGÍA

53

Geología a la vista:Reemplazamiento selectivo de los niveles gruesos de mármoles.

Excepcionales cristalizaciones:Yeso mostrando las sucesivas fases de crecimiento.

La belleza de sus labores mineras:Pasillo de pedriza y enmaderado en el socavón general.

J. M. Cuesta, uno de los descubridores de laGran Geoda, fotografiado el primer dia deentrada a la misma. Foto: E. Cuesta.

ITUADAen la vertiente orien-tal de la Sierra del Aguilón, Pi-lar de Jaravía da nombre a unabarriada y a un paraje ubicado

en los denominados terrenos del Cortijodel Pilar, Las Zorreras y Cortijo de Oroz-co, pertenecientes a la localidad almerien-se de Pulpí, muy cerca del limite provin-cial con Murcia.

HISTORIAAunque no se sabe con certeza, se cree

que la Sierra del Aguilón y aledaños ya fue

objeto de exploración en busca de metales,en especial de plata, por todos los pueblosque, desde la prehistórica Cultura del Ar-gar, han pasado por el SE español, si bienla importancia de otros yacimientos comoel de Las Herrerías y Sierra Almagreracentralizaron la actividad minera en Al-mería desde entonces. De cualquier ma-nera, es a mediados del siglo XIX cuandocomienza el verdadero desarrollo indus-trial y minero de esta provincia.

Fruto del auge que tuvo la minería delhierro y del plomo en la comarca, hoy endía queda como vestigio de esta actividad

minera un puñado de antiguas instalacio-nes en estado ruinoso, entre las que desta-can varios hornos para la calcinación delmineral de hierro y una galería, o socavónde acceso (cerrado actualmente), a las la-bores subterráneas de la mina más impor-tante de la zona, denominada Quien TalPensara. La mayor parte de estas instala-ciones han ido desapareciendo desde elcierre de las minas, por la especulación dela chatarra o el abandono al que son some-tidas por la Administración, lo que suponeuna grave pérdida del patrimonio minero ehistórico de la zona.

54

PILAR DE JARAVÍA

PILAR DE JARAVÍALA GEODA GIGANTE DE LA MINA RICA

S

Cristal de yeso de 7 cm sobre matriz limonítica. Colección: J. M. Cuesta. Foto: F. Piña.

Autores:FERNANDO J. PALERO FERNÁNDEZ, Dr. en CC. Geológicas. (Geología).

FERNANDO GÓMEZ DÍAZ, Geólogo. (Historia).JOSÉ MANUEL CUESTA. Mineralogista. (Mineralogía).

Las antiguas minas de hierro y plomo argentífero de Pilar de Jaravía,localizadas en la Sierra del Aguilón (Almería), sumidas en el olvido des-de su cierre, han cobrado nueva fama gracias al descubrimiento de unaexcepcional geoda de cristales de yeso en la mina “Quien Tal Pensara”,más conocida por los lugareños como la Mina Rica.

Como consecuencia de esta etapa de es-plendor, en la que la Sierra Almagrera, al Nor-te de Villaricos, será el centro de la actividadminera en la provincia desde el descubrimien-to en 1838 de la galena argentífera en el ba-rranco del Jaroso, la Sierra del Aguilón, se viosalpicada de numerosas labores e instalacionesmineras. En el siglo XIX, a partir de la décadade los sesenta, casi un centenar de concesionesmineras fueron reclamadas por numerosasempresas, muchas de ellas familiares, princi-palmente para la extracción de minerales de

hierro y plomo argentífero, si bien muy pocasde ellas resultaron fructíferas. Este fue el casode la Mina Rica, en la que se desarrollaron lostrabajos más importantes de la zona.

Las grandes empresas foráneas invir-tieron a finales del siglo XIX importantescapitales para la mecanización de la pro-ducción y el transporte del mineral me-diante cables aéreos y ferrocarriles, comoel ramal Almendricos-Aguilas, de la líneaBaza-Lorca, además de numerosos em-barcaderos a lo largo de toda la costa al-meriense, como el de Aguilas, lugar dondeera cargado el mineral de hierro proceden-te de las minas de Pilar de Jaravía. En es-tos tiempos, densas nubes de humo cubrí-an los cielos noche y día, mientras docenasde barcos esperaban la codiciada carga.

En el término municipal de Pulpí, exis-ten varios criaderos de plomo que dieronlugar a algunas labores mineras de escasaimportancia, hasta que en 1872 se descu-brió en la mina Providencia de Dios unenorme filón, que originó diversas solici-tudes de permisos de investigación paramineral de plomo en los alrededores, aun-que todos ellos fracasaron en breve parali-zando los trabajos (Cortázar, 1874). Segúnel Boletín de la Comisión del Mapa Geo-lógico de España (tomo II) y datos oficia-les del distrito de Almería, la actividad mi-nera resurge en la comarca gracias al ha-llazgo en 1874 de una enorme masa degalena argentífera en la mina Quien Tal

Pensara. Por aquel entonces, en la minaConsolación se descubrió un filón con lamisma dirección (N 70º E y buzamiento alSur) y similares características al anterior.

De 1890 a 1922, las minas de Pilar deJaravía funcionaron a pleno rendimiento,exportándose una gran parte del mineral dehierro extraído a Inglaterra y Alemania. Eltransporte del mineral, que se realizaba a laestación de Pilar de Jaravía, se verificabamediante una vía minera que iba paralela alferrocarril Almendricos-Aguilas, descar-gando a tan solo 1.000 o 1.500 metros de labocamina, con la consiguiente reducciónde costes. Las situadas más al SO de la sie-rra, se cargaban en carros y caballerías has-ta la playa de Terreros, desde donde se lle-vaban al Puerto de Aguilas o por gabarrasse cargaban en barcos en la misma bahía.

Tras los parones en la producción de al-gunas de las minas, provocados por la GranGuerra Mundial y la Guerra Civil, así co-

55

PILAR DE JARAVÍA

ABSTRACT

The ancient iron and silvery plumbmines of Pilar de Jaravía, located inSierra del Aguilón (Almería), deeplyforgotten since they were closed, havebecome famous recently thanks to thediscovery of an exceptional geode ofgypsum cristals in the Quien TalPensara mine,more commonly namedas Mina Rica.

Estructura triangular extensional rellena parcialmen-te de yeso. Este tipo de estructuras se produce pordesplazamiento diferencial entre dos unidades roco-sas de diferente competencia, comportándose deforma frágil la roca competente, en este caso el ni-vel de mármoles parcialmente sideritizado. En laimagen se puede observar la entrada a la Geoda Gi-gante de yeso. Foto: Fernando Gómez.

Plano de concesiones de la Sierra del Aguilón hacia 1910. Foto: Gonzalo García.

Observación

Quien TalPensara

PeninsularesSanFrancisco

Por Si Acaso

Luego Veremos

Demasía

San José

La Margarita

Virgen de losDolores

Virgen delCarmen

La RevalentaArábiga

Más Vale

CarmenNo Está

LibreSan José

San Andrés

Mi Luisito

mo las fluctuaciones en el mercado del mi-neral de hierro, se produjo en las minas dePilar de Jaravía una etapa decadente, quedio paso, en la segunda mitad del siglo XX,a un periodo marcado por nuevas solicitu-des de permisos de investigación. La in-fluencia positiva de las explotaciones deSierra Almagrera, cuyos filones presenta-ban características similares a los de las mi-nas de Pilar de Jaravía, dio pie a que nue-vos empresarios se fijasen en las antiguasminas de Pulpí.

En marzo de 1961, el industrial Fran-cisco Peñalver Sánchez solicitó, dirigién-dose a la Jefatura de Minas, el arrenda-miento a la “Sociedad Especial MineraQuien Tal Pensara”, con domicilio en lalocalidad Almeriense de Vera, y a la “So-ciedad Especial Minera Por Si Acaso”,domiciliada en Aguilas (Murcia), de lasconcesiones mineras denominadas Dema-sía a Por Si Acasoy Quien Tal Pensara, asícomo, la de Mas Valey Demasía a MasVale, con objeto de realizar un proyecto deinvestigación y exploración minera, quepasará, en octubre de 1962, a la empresamurciana “Pluriminera La Unión, S.A.”,con la mediación del facultativo de minasJuan M. Barrionuevo, quien concertó conlas empresas propietarias los arrendamien-tos de las minas denominadas: Quien TalPensara(de 41.924 m2 de superficie), PorSi Acaso(66.000 m2) y Demasía a Por SiAcaso(6.938 m2), siendo la primera la queprotagonizó los trabajos de mayor enverga-dura en Pilar de Jaravía hasta su cierre de-finitivo en 1970, llegando a producir a me-diados de los años 60 hasta 6 kg de platapor tonelada de plomo extraída. Esta minaacaparó durante mucho tiempo la mayorproducción de la comarca. El mineral deplomo, extraído por el pozo principal, eratriturado y lavado en las propias instalacio-nes de la mina para ser después transporta-do a Cartagena, a razón de unos 8.000 kgsemanales, donde era procesado para la se-paración de la plata.

Con perspectivas similares, el 24 demarzo de 1962, Eladio García-Viana y Ju-lio Federico Pérez, solicitan el permiso deinvestigación de 595 pertenencias deno-minado Victoria, con el fin de poder eva-luar las posibilidades de explotación de losocres de hierro (hematites y limonita) ycarbonatos de hierro (llamados por los lu-gareños “molinera” o “siderosa”), en lafalda oriental de la sierra del Aguilón, encasi toda su longitud, presentando la cua-

dricula unas dimensiones de 3.500 m x1.700 m, quedando enclavadas dentro deesta demarcación las minas Quien TalPensara, Por Si Acaso, Mas Vale y otras.

Después de solventar una serie de de-nuncias y problemas con los propietariosde los terrenos, utilizados por estos para laexplotación ganadera y agrícola, la solici-tud de investigación sigue su curso hastaque, en noviembre del mismo año, fueotorgada con una demarcación final de521 pertenencias.

En el perímetro de Victoria había más de40 concesiones antiguas, explotadas para laextracción de hierro y plomo argentífero. Conuna inversión de 45.000 ESP, se proyectaba eldescombro de algunas labores de estas minas,como numerosos pozos y socavones para,una vez efectuado el reconocimiento, tanto ensuperficie como de las labores subterráneas,estudiar y evaluar un plan de labores para to-da la demarcación solicitada.

En el año 1964 se aprueban los planes delabores presentados, tras haberse realizadouna campaña de limpieza de labores y pro-fundización de pozos. En 1966 se prorroganlos permisos y se aumenta el presupuesto.Pese a la escasez de obreros en estos últimosaños, se realizan numerosas calicatas y poci-llos de reconocimiento en toda la demarca-ción, comprobándose la existencia de aflora-mientos de galena argentífera y perforandoun pozo sobre un filón de 15 metros de pro-fundidad, extrayendo 300 kg de plomo, conleyes de hasta 400 g de plata por tonelada.Estos indicios les animaron a solicitar, en ma-yo de 1969, el pase a concesión de explota-ción para realizar trabajos de mayor enverga-dura en el permiso Victoria, pero tras los in-formes desfavorables del Ingeniero Jefe de laDelegación Provincial de Minas, alegando lainviabilidad del proyecto, ésta solicitud es de-negada. Simultáneamente se solicitan nue-vos permisos de investigación denominados“Primera Ampliación a Victoria”(de 821pertenencias), “Segunda”y “Tercera” . Unaño más tarde, tras conseguir una nueva pro-rroga para la investigación del yacimiento, yase habían realizado unas 120 calicatas (con600 m en total) y numerosos pocillos, quepusieron de manifiesto la presencia en la zo-na de numerosos recursos minerales comogalena argentífera, cinabrio, etc y, sobre todohierro, especialmente en el paraje denomina-do “Los Pérez”, donde los sondeos mecáni-cos realizados pusieron de manifiesto carbo-natos de hierro de gran calidad. Los des-muestres superficiales en esta zona dieronvalores que oscilan entre el 35% y el 50% enlos carbonatos y del 20% al 30% en los óxi-

56

PILAR DE JARAVÍA

Cristal de yeso de 4 cm. Colección: Gonzalo García.Foto: M. Sanchís.

Cristales de celestina de 16 mm. Colección : J. M.Cuesta. Foto: F. Piña.

Frente de sideritización en el nivel 14 de la mina, afec-tando a capas sensiblemente verticales. Foto: G. García.

dos. Para su extracción se pretendía realizarun socavón de 100 m de longitud y secciónde 2 m x 1 m, para cortar en profundidad lamineralización, si bien, al igual que los pla-nes para la explotación a cielo abierto de otrofrente de unos 500 metros, nunca llegaron arealizarse. Estos afloramientos, más otrosubicados en la zona de Los Guirados, ade-más de nuevos indicios de filones plumbife-ros, muy ricos en plata, en la zona del Agui-lón, fueron motivo suficiente para la solici-tud, en 1973, del pase a concesión de lospermisos Victoria y Ampliación AVictoria.

Apesar de las buenas características delmineral, la explotación subterránea con losmedios conocidos no se perfilaba rentable,y la explotación a cielo abierto aun con los

sistemas modernos de extracción. Por to-do ello, este segundo intento de explota-ción a gran escala también fue denegado.

Los señores García-Viana y Pérez Fer-nández, pese a las infructuosas pesquisasadministrativas y convencidos de las posi-bilidades de la Sierra del Aguilón, conti-nuaron en su empeño, para a mediados de1980, tras casi dos décadas de importantestrabajos de investigación en los que inter-vinieron empresas contratadas como “RíoAlto Mining Cía.”, y “Astur Belga de Mi-nas, S.A.”, entre otras, y tras realizar unelevadísimo número de sondeos, calicatas,pozos y galerías, pusieron de manifiesto,siempre según informes del Ministerio deIndustria, además de numerosos recursos

de minerales metálicos, un importante ya-cimiento de mármoles rojos y grises en laSierra del Aguilón, de más de 2 km de lon-gitud y una potencia superior a 200 m, per-tenecientes al Trías Medio-Superior delComplejo Alpujárride. En este mismo tra-mo, descubrían la presencia de un yaci-miento de plomo que continuaba con lasfilitas triásicas del tramo inferior, y que secorrespondía con supuestas prolongacio-nes de la explotación de la Mina Rica. Elbeneficio de las calizas y dolomías mar-móreas proporcionaría los recursos sufi-cientes para la evaluación y explotacióndel yacimiento de galena. Con todo ello, seintentó poner en explotación estos recur-sos, pero la caducidad de las concesiones

57

PILAR DE JARAVÍA

Textura milonítica “fosilizada” por el fenómeno de sideritización del nivel de már-moles. La situación estructural de la imagen corresponde a un flanco de pliegue li-geramente invertido y cizallado, produciéndose un fuerte estiramiento con la for-mación de boudines, pliegues en condón y foliaciones miloníticas. Foto: F. Palero.

Descendiendo a los niveles inferiores de la explotación. Este contrapozo, bien con-servado con sus escalas y descansos, da acceso a un sector de explotación con fi-lones bien metalizados en bournonita. Foto: G. García.

Cristal de yeso de 9 cm con haces de celestina en su interior. Nivel 4º de la mina. Colección : G. García. Foto: J. M. Sanchís.

por una parte y un error administrativo porotra, dieron como resultado la pérdida delos permisos Victoriay Ampliación a Vic-toria que, tras un contencioso administra-tivo que duró más de diez años, concluyó,en abril de 1992, desfavorablemente a losdemandantes, poniendo fin, con ello, acualquier iniciativa de explotación de mi-nerales metálicos en la Sierra del Aguilón.

Hay que señalar que, a mediados del si-glo XX y de forma esporádica, en dos de lasminas situadas a 3 km al Norte del Castillode Terreros, se explotó, aunque sólo de for-ma superficial, un yacimiento de cinabriocon leyes en mercurio superiores al 50%.

La historia más moderna de las minasde Pilar de Jaravía, está marcada por el cie-rre de la Mina Rica hacia 1970 y el com-pleto estado de abandono de sus instalacio-nes. Desde entonces, esta mina ha sido vi-sitada por algunos coleccionistas que sehan adentrado en las labores subterráneasen busca de minerales, incrementándoseesta actividad a finales de los años 90.

GEOLOGÍAEl yacimiento explotado en Pilar de Ja-

ravía constituye un ejemplo más de las nu-merosas mineralizaciones de hierro en ro-cas carbonatadas que aparecen en las Cor-dilleras Béticas, p.e. Sierra Alhamilla,Sierra de Bédar, Herrerías, Beires, Alquife,etc. (Pérez de Perceval, 1989, Torres Ruiz,1980). Estas mineralizaciones consistenbásicamente en un reemplazamiento deciertas capas de mármoles por siderita, queen niveles superficiales se han transforma-do en minerales de hierro oxidados (goet-hita y hematites). Estos minerales fueron elprincipal objeto de beneficio en este tipode minas, pero normalmente las explota-ciones al profundizar alcanzaban la parte

inalterada del criadero, explotándose en-tonces la siderita como mena de hierro.

Esto fue lo que debió ocurrir en el Pilarde Jaravía, pero este yacimiento tiene unaserie de peculiaridades paragenéticas quemotivaron que dejara de ser una mina dehierro para transformarse en una de plomoargentífero. Efectivamente, el nivel de car-bonatos sideritizados contiene una fina di-seminación y un relleno fisural de una mi-neralización sulfurada constituida princi-palmente por galena y bournonita, ambasricas en plata. Además de los sulfuros hayotra mineralización sulfatada integrada porbarita, celestina y yeso. Todos estos mine-rales se presentan con una distribución irre-gular en el yacimiento, pero siempre estánpresentes. Amediados de siglo XX se ins-taló un lavadero de flotación para el bene-ficio de los minerales argentíferos, explo-

tándose la capa de siderita de una forma in-tegral en cámaras de desigual tamaño e in-tentando dejar las zonas estériles como pi-lares barrera entre cámaras.

Acontinuación se hace una descripciónde la estructura geológica del yacimiento yde la secuencia paragenética que presenta.

CONTEXTO GEOLÓGICO REGIONALDesde el punto de vista geológico, el

yacimiento de Pilar de Jaravía se sitúa enel sector oriental de la denominada ZonaBética (Egeler y Simon, 1969). Las capasde carbonatos sideritizados se halla a techode la secuencia metamórfica que constitu-ye el basamento paleozoico del denomina-do Complejo Alpujárride (Espinosa Go-doy et al., 1974), que es una de las unida-des estructurales en que se subdivide laZona Bética (Egeler y Simon, op. cit.). Es-te basamento forma una amplia banda deafloramientos en el entorno de la mina y seextiende desde el norte de Águilas hasta laSierra Almagrera. Está integrado por unamonótona secuencia de micaesquistos conintercalaciones de cuarcitas, y que a techoaparecen localmente intercalaciones demármoles grises. Esta serie ha sido afecta-da por un metamorfismo polifásico de gra-do medio en el que se ha alcanzado la fa-cies de la estaurolita. La edad de estas rocasno se conoce con precisión, considerándo-se de forma genérica como Paleozoico In-ferior y más antiguo.

Sobre las rocas del basamento paleo-zoico aparecen con contacto mecánico lasrocas del Triásico, en las cuales se diferen-cian dos conjuntos litológicos. El conjuntoinferior tiene unos 100 m de espesor y es-tá integrado por una serie de filitas y cuar-citas, con intercalaciones de areniscas, cal-coesquistos, yesos y rocas de falla (brechasy milonitas). Sobre estas rocas se halla elconjunto superior que tiene unos 50 m depotencia y está formado por calizas, dolo-

58

Acceso al socavón general, antes de su obstrucción. Este acceso fue recuperado hace variosaños por buscadores de minerales, permitiendo los posteriores hallazgos. Foto: G. García.

Ejemplar de yeso de 11 cm, donado por G. García al Museo de Ciencias Naturales deÁlava. Foto: J. M. Sanchís.

Pliegue sinclinal con vergencia SE del nivel de már-moles mineralizado. La parte de color marrón corres-ponde a la parte sideritizada, mientras que la gris setrata de una alternancia de mármoles y micaesaquis-tos que no ha sido reemplazada. Foto: F. Palero.

PILAR DE JARAVÍA

mías fétidas y calcoesquistos. En el entor-no inmediato de la mina, estas rocas sonlas que dan lugar a los relieves de la Sierradel Aguilón, situándose el conjunto infe-rior en las laderas, mientras que las rocascarbonatadas del conjunto superior for-man los crestones de la sierra. (Fig. 1).

En el extremo Norte de la Sierra delAguilón afloran rocas de las otras unidadesestructurales, los complejos Maláguide,Nevado-filábride y Unidades Intermedias.En discordancia sobre las rocas paleozoicasy triásicas, tanto del Complejo Alpujárridecomo del resto de unidades estructurales, seencuentra una delgada cobertera de conglo-merados, areniscas y margas de edad Ter-ciario (Mioceno y Plioceno). En los alrede-dores de la mina estos materiales aparecenen afloramientos discontinuos entre los re-lieves de la Sierra del Aguilón y la costa.

La estructuración geológica del entor-no del yacimiento es muy compleja. Agrandes rasgos, se puede decir que los ma-teriales del Complejo Alpujárride apare-cen formando un horst tectónico (bloquelevantado) limitado por grandes fracturasde rumbos NE-SO y N-S. Este gran blo-que levantado aparece rodeado por los se-dimentos terciarios y seguramente se ori-ginó cuando se individualizaron las cuen-cas donde se sedimentaron dichas rocas.Es decir debió ocurrir hace unos 11 millo-nes de años (Tortoniense).

Dentro de las rocas del Complejo Al-pujárride, la deformación y estilo defor-mativos son distintos en las rocas triásicasy en el basamento paleozoico. En las pri-meras se reconoce una tectónica de cabal-gamiento a la que se superpone una de ple-gamiento, con pliegues poco apretados deplano axial subvertical con rumbos NE-SO. En el basamento se produce un inten-so plegamiento, con pliegues tumbados deplano axial subhorizontal. Asociado a esteplegamiento se forma una esquistosidad

penetrativa superpuesta a otra foliación,seguramente prealpina.

En los alrededores de la mina las rocastriásicas forman el flanco Este de una es-tructura sinclinorial cabalgante, que es laque da lugar a la Sierra del Aguilón (ver fig.1). Presentan un rumbo general NE-SOcon inclinaciones de 30° a 60° al NO. Elbasamento paleozoico se encuentra reple-gado con un rumbo general NE-SO y pla-nos axiales tendidos al NO unos 40°, lo queda lugar a una estructura acusadamentevergente al Este. Los flancos de estos plie-gues aparecen estirados y cizallados y sonfrecuentes los engrosamientos de charnela.

59

Enganche del pozo en el 2º piso. Foto: G. García.Mineralización sulfatada tardía rellenando espaciosabiertos en el nivel de mármoles sideritizado. Laparte marrón es siderita, que aparece brechificada yrodeada por celestina fibrosa blanca. Los últimoshuecos se rellenan de yeso (en el centro de la foto).Foto: F. Palero.

PILAR DE JARAVÍA

Figura 1. Esquema geológico de los alrededores del yacimiento del Pilar de Jarávia. Cartografía basada en Espinosa Godoy et. al. (1974).

ESTRUCTURA GEOLÓGICADEL YACIMIENTO

El yacimiento de Pilar de Jaravía se en-marca en un nivel concreto de mármoles,fuertemente replegado con los flancos delos pliegues estirados y despegados porefecto de cizallamiento dúctil. El nivel demármoles se encuentra entre micaesquistosy aparece reemplazado por siderita en unproceso típico de sustitución de la calcitapor otro tipo de carbonato, en este caso si-derita. El proceso de reemplazamiento hatenido lugar después de los principales pro-cesos deformativos que han sufrido las ro-cas, pues la sideritización está fosilizandola estructura plegada y cizallada, y sus gra-nos minerales aparecen indeformados. Porlo tanto se trata de un yacimiento estratifor-me desde el punto de vista geométrico, pe-ro epigenético respecto a los principales fe-nómenos tectónicos reconocibles.

El nivel de mármoles mineralizadodescribe una estructura general sinclinalorientada NE-SO, con el plano axial tum-bado unos 40° al NO. El flanco occidentalse encuentra ligeramente invertido, con in-clinaciones del orden de 75° al NO. Esteflanco es el que aflora en la ladera de laSierra del Aguilón, donde forma unos

crestones muy llamativos. El flanco orien-tal se presenta muy replegado, dando lugara pliegues de segundo orden con uno delos flancos cizallados, muy estirados y ca-balgados (Fig. 2). Esto origina la repeti-ción del cuerpo mineralizado por variasveces en un mismo nivel de la mina.

Posteriormente al proceso de sideritiza-ción se reconocen algunos fenómenos tec-tónicos que afectan al cuerpo mineraliza-do. Se trata principalmente de casos de tec-tónica frágil que produce brechificacionesy roturas, algunas de ellas relacionadas conciertas etapas de la paragénesis que serádescrita más adelante. De estos fenóme-nos, el más evidente es una etapa distensi-va, que parece bastante tardía respecto alas mineralizaciones, que produce rejue-gos de contactos litológicos y fracturasabiertas de bajo ángulo que cortan con cla-ridad a la capa de siderita.

LA MINERALIZACIÓNEl cuerpo mineralizado.En base a lo descrito hasta ahora, el

cuerpo mineralizado de la mina de Pilar deJaravía se puede definir como estratiforme,de geometría lentejonar y epigenético res-pecto a los principales eventos tectónicos

que han afectado a la zona. La mineraliza-ción en él contenida se puede agrupar endos partes, que serían una mineralizaciónde reemplazamiento carbonatada y una mi-neralización de relleno sulfurada y sulfata-da. Temporalmente, la segunda es clara-mente posterior a la primera. La minerali-zación carbonatada, que está representadapor siderita, es la que define propiamente alcuerpo mineralizado. El resto de minerali-zaciones, sulfurada y sulfatada, están con-troladas por la porosidad y permeabilidadque tiene la masa de siderita. Esta porosi-dad puede ser, bien heredada del procesode sideritización, o bien sobreimpuesta porrejuegos tectónicos posteriores.

El espesor del cuerpo mineralizado esvariable, pudiéndose establecer entre 2 m y10 m. Este parámetro está controlado pordos factores del nivel de mármoles, uno es-tructural y otro composicional. El factor es-tructural produce, como ya se ha dicho,adelgazamientos por estiramiento de losflancos de los pliegues y engrosamientos enlas zona de charnela. Igualmente, en las zo-nas cizalladas se pueden dar, tanto aumentode potencia por repetición del nivel mine-ralizado, como reducción de su espesor porexagerado estiramiento. El factor composi-cional influye en el grado de sideritización,

60

PILAR DE JARAVÍA

Cristal de yeso recogido en el 2º nivel de la Mina Rica. Ejemplar de 15 cm x 8 cm.Colección: G. García. Foto: J. M. Sanchís.

Cristales de 4 mm de galena cuboctaédrica con dolomita, recogidos en la Mina Ri-ca. Colección: Gonzalo García. Foto: F. Piña.

Inspección visual de la Gran Geoda antes de ser posible la entrada. Foto: I. Orea.

61

PILAR DE JARAVÍA

siendo claramente más alterables los bancoscarbonatados gruesos y masivos, que losdelgados y bien estratificados con intercala-ciones de micaesquistos. Este hecho es cla-ramente visible en los frentes de sideritiza-ción, de los que hay excelentes ejemplosdentro de la mina. En ellos se puede reco-nocer como la siderita progresa mucho másen los bancos masivos y gruesos de már-moles que en las alternancias.

La extensión lateral del cuerpo minera-lizado aparece controlada por la presenciade los mármoles. Estos presentan un carác-ter lentejonar, con una corrida en los aflora-mientos de superficie de unos 300 m.

La profundidad que alcanza el cuerpomineralizado no se conoce, ya que no hasido posible acceder al nivel más bajo de lamina. Los trabajos de explotación parecenhaber alcanzado los 125 m, pero se desco-noce si la mineralización continúa o se es-teriliza a esos niveles.

Paragénesis y secuencia mineral.La paragénesis del yacimiento está in-

tegrada por una secuencia mineral que sepuede sintetizar en tres fases de cristaliza-ción hipogénicas que se las ha denomina-do carbonatada, sulfurada y sulfatada. Aestas fases hay que añadir una fase super-génica por efecto de la meteorización. Ca-da una de estas fases está caracterizada porun mineral o conjunto mineral específico,que serían respectivamente la siderita, lagalena y barita, y la celestina y yeso (Fig.3). Aparte de estos minerales hay otros queaparecen en menores cantidades y que se-rían detectados en un estudio petrográfico.Cada una de estas fases de cristalizaciónson correlativas en el tiempo y aparecenseparadas por los rejuegos tectónicos su-fridos por el cuerpo mineralizado.

La mineralización carbonatada represen-ta un típico ejemplo de reemplazamiento de

una roca caliza por otro tipo de carbonato(dolomita, ankerita o siderita). Este procesolleva asociado una reducción de volumen dela roca reemplazada, por la diferencia de vo-lumen molecular. Este hecho da lugar a laaparición de multitud de huecos aportandomucha porosidad y permeabilidad a la rocaalterada. Van a ser, por tanto, excelentestrampas para fijar mineralizaciones si hayactividad de fluidos en su entorno. El proce-so de reemplazamiento da un aspecto gene-ral cavernoso a la roca y forma texturas ca-racterísticas como las brechas cebradas, tex-tura que sigue la estructuración primaria dela roca, y las brechas de colapso, producidaspor la rotura de la roca en las cavidades decierto tamaño. Asociada a la siderita se en-cuentran pequeñas cantidades de pirita co-mo mineral acompañante.

La etapa de cristalización sulfurada esclaramente una mineralización de relleno yse encuentra ocupando espacios vacíos quehan quedado tras el proceso de sideritiza-ción o han sido producidos en rejuegos tec-tónicos posteriores. Esta paragénesis estáconstituida por bournonita, galena y baritacomo minerales principales, acompañadospor una siderita de neoformación y trazasde esfalerita. Se aprecia con claridad unasucesión sulfuros barita siderita. Estos mi-nerales aparecen con dos texturas diferen-tes, bien como diseminación en rellenos decarácter brechoide, bien como relleno dehuecos y pequeñas venas. Las disemina-ciones están integradas casi exclusivamen-te por los sulfuros, mientras que los rellenosestán formados por la secuencia paragené-tica completa, con crecimientos sintaxialescon los sulfuros en los bordes de las cavi-dades y la barita en el centro. Sólamentecuando se produce un relleno parcial delhueco se encuentra entonces la siderita so-bre cristales de los otros minerales. Todoparece indicar que los rejuegos tectónicosse producen de forma sincrónica con el ini-cio del emplazamiento de esta etapa de mi-neralización, terminando su cristalizaciónen condiciones de tranquilidad, lo que per-

mitió el desarrollo de cristales bien forma-dos. Las condiciones físico-químicas de es-te proceso mineralizador parece estar enequilibrio con la mineralización preceden-te, pues no se aprecian procesos de rediso-lución de la siderita de primera generación,ni otras alteraciones asociadas.

La mineralización sulfatada se produceen dos pulsos distintos y es claramente unamineralización de relleno. Ocupa princi-palmente espacios abiertos formados porrejuegos tectónicos y, consecuentemente,aparece rellenando nuevos huecos abiertosen la capa de siderita así como los que aunno han sido completados de rellenar en lasfases de cristalización precedentes. Losminerales que integran esta paragénesisson la celestina y el yeso, y es muy evi-dente que el yeso cristaliza posteriormenteque la celestina. La cristalización del sulfa-to de estroncio ocurre posteriormente a unrejuego frágil que rompe la capa de sideri-ta a favor de sus propias irregularidades.La formación del yeso tiene lugar despuésde un nuevo rejuego frágil, en este caso re-abriendo huecos precedentes y formandonuevas fracturas que cortan al yacimiento.Por esta razón hay estructuras en las quecoexisten celestina y yeso, mientras quehay otras en que solamente están ocupadaspor el yeso. Los espacios abiertos en el úl-timo rejuego puede ser muy grandes y es-tar solo parcialmente ocupados por la pa-ragénesis sulfatada, permitiendo la forma-ción de grandes cristales como es el casode la famosa geoda de yeso. Las condicio-nes de formación de los minerales sulfata-

Mineralización sulfurada rellenando una fractura enel nivel de mármoles sideritizado. Los minerales me-tálicos son galena y bournonita, mientras que el ni-vel blanco es baritina. Foto: F. Palero.

Figura 3. Paragénesis y sucesión mineral del yaci-miento de Pilar de Jaravía.

Figura 2. Corte geológico del entorno de la Mina Rica. Se puede observar la estructura geológica del yaci-miento con el nivel de mármoles plegado y cizallado, con marcada vergencia al Este.

dos es muy tranquila, pudiéndose interpre-tar que cada pulso de cristalización tienelugar después del correspondiente rejuegotectónico. Prueba de ello son los creci-mientos sintaxiales de celestina fibrosa ellas paredes de los huecos y los grandescristales de yeso en el centro de dichoshuecos parcialmente ocupados. Este mine-ral también rellena los espacios abiertos delas nuevas fracturas, tales como las fallasde bajo ángulo. Por último, parece que nodebió haber nuevos eventos tectónicos sig-nificativos después de la cristalización delyeso, pues un mineral tan fácilmente de-formable como este lo revelaría.

Respecto a la temporalidad de estas mi-neralizaciones, ya se ha comentado que elproceso de sideritización ha tenido lugarposteriomente a la deformación del nivelde mármoles, ya que "fosiliza" su estruc-turación tectónica. Teniendo en cuenta es-te hecho y tomando como referencia lostrabajos de Puga et al. (1976) y Monie etal. (1991) respecto a la edad de las defor-maciones alpinas, se puede decir que lamineralización carbonatada tuvo que ocu-rrir después del Oligoceno (como muchohace unos 18 Ma.). Torres Ruiz (1980)considera que estos procesos de sideritiza-ción tendrían lugar en relación con el me-tamorfismo de las rocas de la Zona Bética,en unas condiciones post-cinemáticas. Losrejuegos frágiles pueden relacionarse conla actividad de fallas directas que condi-

cionan la formación de las cuencas sedi-mentarias neógenas de la región, por loque el emplazamiento de las mineraliza-ciones sulfurada y parte de la sulfatada handebido formarse durante el Mioceno me-dio y superior (entre los 11 y 5,5 Ma.).

EXPLOTACIÓNLa primera referencia sobre labores mi-

neras en Pilar de Jaravía procede de Cortá-zar (1874), quien indica la actividad de tra-bajos extractivos de galenas argentíferashasta 40 metros de profundidad, por méto-dos subterráneos. En general, diversos ha-llazgos plomizos en la Sierra del Aguilónprovocaron una avalancha de solicitudesde pertenencias, pero aquellos encuentrosresultaron ser ocasionales. Tan sólo en lasminas “Quien tal pensara”y “Por si aca-so” se localizaron metalizaciones con al-guna continuidad, concordante con el cres-tón ferruginoso aflorante que sería explota-do 20 años después. La decadencia de estosplomos dio paso a diversas denuncias demineral de hierro, formadas por los aflora-mientos limoníticos de lo que fue una side-rita que los agentes atmosféricos y lasaguas someras oxidaron. La inmediata dis-ponibilidad de mineral vendible por su ca-rácter aflorante y las buenas posibilidadesde transporte por la proximidad a la costa y

el ferrocarril avivó el interés por comercia-lizar las hematites de la Sierra. La sencillezdel trabajo se vió favorecida por la bajaconsistencia del mineral, cuyo carácter te-rroso permitía un arranque directo desde lasuperficie. El testimonio de esta etapa pre-liminar son las grandes ranuras abiertas enla falda de la Sierra del Aguilón, con ungrado creciente de dificultad a medida quese iban alcanzando cotas más bajas. Se re-conocen dos grandes masas con varias ro-zas: una primera en el límite de la Mina Ri-ca, de unos 80 metros de longitud, que aunos 40 metros del límite de pertenencia sedivide en dos, hacia el SO (Guardiola,1926). La segunda masa, localizada en lamina “Por si acaso”, es un lentejón de 50m de longitud por 25 m de anchura, ataca-do desde varios cortes. El trabajo en estosniveles trajo consigo la estrechez de los es-pacios, peores condiciones de luminosidady mayores dificultades con el agua y la du-reza del mineral, que progresivamente ibapasando a siderita. También el acarreo detierras empezó a resultar engorroso, de for-ma que se trazaron algunos socavones ho-rizontales para dar salida a los minerales sintener que luchar contra la gravedad, sir-viendo además como apoyo al drenaje delos cortes. El mineral explotado era una he-matites pardo-rojiza, manganesífera, noexenta de elementos perjudiciales como el

62

PILAR DE JARAVÍA

Los hermanos Efrén y Adrián Cuesta, descubridores de la Gran Geoda de yeso, también llamada “La Casa de Hielo”. Esta cavidad, de 9 m x 2 m, se encuentra situadaentre las plantas 2ª y 3ª de la mina Quien Tal Pensara. Foto: J. M. Cuesta.

63

PILAR DE JARAVÍA

fósforo y el arsénico. Con todo, estos mi-nerales fundían bien por su naturaleza cali-za, y eran perfectamente comercializables.

El cambio de mena de limonita a side-rita obligó a una calcinación previa del mi-neral, haciendo más costoso el proceso enmina. Para ello fueron construidos treshornos circulares, que aún se conservan,en los cuales el mineral fragmentado eracalcinado para descomponer el carbonato.Nunca se alcanzaron producciones fuertes,si bien fueron cifras significativas a nivelde la provincia de Almería. El máximohistórico se registró en 1913, con 18.870 tde mineral embarcado. Entre 1890 y 1922la producción acumulada fue de 235.497 t(Guardiola,1926).

El incremento en galena que se obser-vaba en profundidad, marcó el paso de lasiderita como mena, a siderita como gan-ga del mineral argentífero. La distribuciónde los trabajos se hizo más selectiva, re-duciendo el alcance de las excavaciones yla importancia de sus dimensiones, pasan-do a una minería de filones estrechos yverticales. Los trabajos más recientes in-corporaron servicios básicos como airecomprimido, ventilación forzada, desa-güe y electricidad, imprimiendo a la minael carácter de una explotación racional yplanificada. Se construyó en superficie un

lavadero de flotación para la recuperaciónde los sulfuros, del cual actualmente sóloqueda el dique de finos. El pozo principal,de sección rectangular, tenía una profun-didad de 92 m y era atendido por un cas-tillete de obra que realizaba la extracciónde tierras. Disponía de enganches en losniveles 14 y 68, encontrándose todo el re-corrido seco a la fecha actual. El guionajede las jaulas era de madera y el mismo po-zo servía para la acometida de tuberías,estando la mina estructurada en 5 plantas.Había tres contrapozos y los trabajos deextracción a mayor profundidad se desa-rrollaron a partir del nivel 68, ocupandoen los mejores tiempos no más de 40hombres. El arranque se realizaba me-diante perforación y voladura, acarreandolas sideritas mineralizadas en vagonetassobre un ferrocarril interior. En la calle elmineral se trituraba y molía al tamaño deliberación, que era submilimétrico. Para lafortificación se empleaba madera y pedri-za, que se ha conservado en buenas con-diciones desde la detención de los trabajosen 1970. El excelente estado de conserva-ción de las escaleras y maromas de los ac-cesos y comunicaciones interiores ha sidoposible gracias a la sequedad generalizadade las excavaciones, si bien referenciasverbales de mineros certifican graves pro-

blemas con las aguas en otras épocas. Elsocavón principal se encontraba parcial-mente colmatado por material fino proce-dente de la balsa que las aguas de lluvia seencargaron de arrastrar, penetrando variosmetros en su interior. En diversos tramos elsocavón se encuentra enmaderado a tablajunta en su techo y reforzado con mam-postas verticales para la conservación de loque parecen pasadas pizarrosas de bajacompetencia. La generalidad de las exca-vaciones se ha realizado sin posteo alguno,ni siquiera en las cámaras de mayor tama-ño, pese a lo cual el estado global de las ga-lerías es aceptable habida cuenta de losaños transcurridos sin ninguna clase de tra-bajos de conservación. En el nivel 68, sepuede reconocer un sector con serios pro-blemas de estabilidad. Se trata de una cá-mara en la que se ha generado una blo-quera de siderita, con hastiales de calizafresca mostrando grandes fracturas abier-tas que en cualquier momento podrían ori-ginar un nuevo desplome de roca.

MINERALOGÍAA continuación se describen los mine-

rales más significativos del yacimiento, sibien también se han detectado otras espe-cies de menor importancia.

Cristal incoloro de yeso de 7 cm, con inclusiones limoníticas y arcillosas. Colección:Gonzalo García. Foto: J. M. Sanchís.

Espectaculares cristales transparentes en la Gran Geoda. Foto: J. M. Cuesta.

El normal trabajo de la mina sin duda destruyó grandes geodas de yeso, una cir-cunstancia inevitable. Foto: G. García.

GALENA

Aunque las referencias bibliográficas yotras evidencias ponen explícitamente demanifiesto trabajos industriales para la ex-tracción de galenas argentíferas, no se hanobservado en nuestros muestreos cantida-des que permitan entender un aprovecha-miento como mena. Esta circunstancia po-dría explicarse por la incompleta extensiónde nuestras exploraciones, a menos que,como es probable, este mineral vaya fina-mente disperso en la masa de siderita. Cal-derón (1910) refiere los “hermosos crista-les de galena de Pulpí, sentados sobre cos-tras de hierro espático”. Bien visible hasido encontrada en las excavaciones másprofundas de la mina, donde el enrriqueci-miento en sulfuros es general, conforman-do finos recubrimientos sobre la caliza.Cuando cristaliza lo hace en individuos cu-boctaédricos de pequeño tamaño, general-mente bien definidos. Las facetas (111) sonlisas y brillantes, mientras que las caras delcubo pueden presentar tolvas y picaduras.

BOURNONITA

Aparece con cierta abundancia en la sal-banda de filones centimétricos de sideritaamarillenta, o en el seno de masas de bari-tina, mostrando secciones de cristales tabu-lares de hasta 2 cm de longitud. En super-ficie reciente ofrece el brillo y el aspecto tí-picos de este mineral, llegando a asomarcristales aéreos perfectamente formados enlos huecos del filón. Pueden haber sufridouna oxidación en superficie que oscurecesu color y les elimina el brillo, llegando ala formación de alteraciones verdosas porel cobre contenido cuando la alteración esprofunda. Se vuelven quebradizos y apare-cen picaduras sobre la superficie de loscristales, que en algunos casos pierden latendencia tabular y adquieren un grosor no-table. Las maclas en rueda son muy fre-cuentes, y las cristalizaciones más perfectasy brillantes parecen ir acompañadas de ga-lena, con siderita accesoria. Bournonitas demayor tamaño pero sin brillo metálico apa-recen con celestina, yeso y siderita.

SIDERITA

Desde un punto de vista mineralógico, lasiderita de este yacimiento carece de singu-laridad, configurando la mayor parte de lasveces la matriz que sirve de soporte a otras

especies de mayor atractivo e interés. Cal-derón (1910) refiere que “es muy conocidoel hierro de Pilar de Jaravía, el cual con-siste en siderita tapizada ordinariamente decristales de pirita”. Su color es muy varia-ble, de amarillento claro a marrón oscuro,según la oxidación. En algunas zonas de lamina la siderita aparece extraordinariamen-te oquerosa, con desarrollo de cristales rom-boédricos de tamaño milimétrico, de colormuy oscuro, bien desarrollados y brillantes.Estas cavidades, en interminable número,suelen contener otras especies bien cristali-zadas, particularmente celestina, yeso, bari-tina y pirita, por este orden de abundancia.Otra siderita, más amarillenta o beige, cris-taliza como un profuso recubrimiento decavidades, generando sobre la caliza dolo-mitizada una multitud de facetas brillantes,poco levantadas de la matriz y, muy fre-

cuentemente, mostrando un contorno lenti-cular difuso, traslúcido y con las aristas co-loreadas más intensamente.

DOLOMITA

Este carbonato cristaliza de una for-ma tardía y escasa. Lo hace en pequeñoscristales romboédricos que conformansillas de montar, de color crema o amari-llento. Crece sobre sulfuros y otras espe-cies, sin excesivo brillo y en tamaños mi-limétricos. Estos grupos son una peque-ña movilización procedente de la calizadolomitizada.

CELESTINA

La celestina se encuentra muy extendi-da por el yacimiento, siendo abundante enuna gran parte de los recorridos accesi-bles. Aparece, sin embargo, monótona-mente acicular y de color blanco, en lar-gos cristales centimétricos que tienden acrecer desde un centro común, formandoesprays débilmente insertados sobre lamatriz. En algunas geodas, la celestina estan abundante que llega a colapsar casipor completo el espacio libre, constitu-yendo delicados entramados de bello co-lor níveo, una sucesión de penachos idén-ticamente orientados y consolidados poralguno de sus contactos con la pared de lacavidad. Observados en detalle, los crista-les son incoloros, siendo a veces percepti-ble la terminación de los prismas. Se hanobservado también bandas continuas delmineral, sin perder el hábito prismático,componiendo horizontes fibrosos y com-pactos sin espacio libre entre los cristales.Aunque lo más frecuente es hallar la ce-

64

Muestra de mano de mineral argentífero explotadoen la mina: siderita + bournonita + galena. Colección:G. García. Foto: J. M. Sanchís.

La siderita se calcinaba en estos hornos para sutransformación a óxidos. Foto: Fernando Gómez.

Castillete de mampostería sobre el pozo principal, de92 m de profundidad. Foto: G. García.

PILAR DE JARAVÍA

Agregado de baritina de 2 cm sobre matriz de side-rita. Colección: Fernando Gómez. Foto: F. Piña.

lestina en cavidades despejadas, el yesopuede acompañarla, atrapando en suscristalizaciones a las finas agujas de celes-tina, cuya transparencia permite apreciarcon nitidez los penachos de este sulfato yconfigurando ejemplares de gran belleza einterés. Localmente la celestina puedeaparecer sin brillo y recubierta de óxidosde hierro.

EPSOMITA

Se han localizado grandes masas de ep-somita en la proximidad de la rampa de co-municación entre el primer nivel de la mi-na y el segundo. Se trata de largos cristalescapilares, flexibles y sedosos, con el carac-terístico sabor de esta sal purgante. Parecenproceder de la sulfatación de una pizarraazulada con pirita finamente dispersa.

BARITINA

Es un mineral relativamente frecuentecomo ganga en los filones, hallándose co-múnmente bien cristalizado en individuoscentimétricos transparentes y brillantes.Destacan por su interés las perfectas cris-talizaciones que se han podido obtener enlos cortes a cielo abierto del otro lado de lavía férrea, de un intenso color celeste y bri-llantes. También en los subterráneos sehan localizado agregados en libro de estemineral, componiendo cristales incolorosbien definidos y brillantes sobre sideritaamarillenta. Es frecuente que sobre las ta-blas de baritina se dispongan pequeñosromboedros de siderita, habiéndose en-contrado cristales de hasta 3 cm de arista.Algunos ejemplares ofrecen un contornoredondeado y afilado hacia los bordes.

PIRITA

No configura cristales dignos de men-ción, pero como especie es frecuente en laszonas mineralizadas. Constituye matricescavernosas sobre las que se implantan otrasespecies, y su mezcla con marcasita es pro-bable. Se han observado masas globularesde pequeño tamaño, finamente granudas eirisadas, con brillo metálico. Se asocia considerita, mineral que puede recubrir exte-riormente a la pirita. De forma impregnati-va, es frecuente en las rocas de caja, tantoen la caliza como en las pizarras.

YESO

Anivel mineralógico, parece la especiemás notable del yacimiento, tanto por laextraordinaria cantidad en que aparece,como por la inusual perfección y bellezade sus cristalizaciones. Calderón (1910) danoticia de “grupos cristalinos del mineral,de notable tamaño y hermosura, que se re-cogen en Pulpí y en Pilar de Jaravía”. Sudistribución por los diferentes materialesdel yacimiento es muy discreccional. Laincreíble dispersión de tamaños de suscristales, de milimétricos a decimétricos,pone de manifiesto una repetición intensade las condiciones de crecimiento, refleja-da también por los nítidos zonados de loscristales. Las geodas más grandes se hanencontrado en la caliza dolomitizada, cu-yas cavidades, a veces de dimensionesmétricas, han resultado tapizadas de per-

fectos cristales monoclínicos de yeso.Cristalográficamente se trata de formassimples y típicas, presentando poca varia-ción de hábitos. Los individuos más esca-sos son los prismáticos y los tabulares, ha-biéndose encontrado no obstante prismasque superan el metro de longitud y los 15centimetros de ancho, configurando crista-les de muchos kilos de peso. Algunas ca-vidades se saturan de yeso, al punto decontactar los diferentes cristales por su ba-se quedando individualizada únicamentela punta. Sin duda, han sido las geodas encaliza del encajante las que han proporcio-nado un mayor número de cristales de ye-so explotables como ejemplares para elcoleccionismo, pero en contrapartida hayuna ausencia total de otros minerales. Setrata de cavidades de superficie redondea-da originadas por un posible proceso hi-drotermal, con restos reticulados de lámi-nas de material que el proceso de disolu-

65

Cristales de siderita sobre agregado en libro de bariti-na de 2 cm. Colección: G. García. Foto: J. M. Sanchís.

Jaula del pozo fuera de su compartimento. Foto:Gonzalo García.

Cristales de bournonita de 14 mm sobre siderita.Colección: J. M. Cuesta. Foto: F. Piña.

PILAR DE JARAVÍA

Fibras de epsomita “in situ”. Foto: G. García.

Muchos cristales de yeso fueron calcinados y molidospara encalar las fachadas de las casas de algunos mine-ros. Cristal de 14 cm. Col.: G. García. Foto: J.M. Sanchís.

ción no llegó a eliminar. Es muy normalque los cristales procedentes de estas geo-das contengan abundantes inclusiones dematerial laminar, así como tinciones gri-ses, amarillentas, anaranjadas y marronesdebidas a contaminaciones de óxidos dehierro y otras turbiedades producidas porel material arcilloso. Muchas veces sucedeque la continuidad de un cristal está apa-rentemente interrumpida por una láminaresidual que no ha sido englobada duranteel desarrollo del mismo; sin embargo, elparalelismo de sus facetas revela un origencomún. También se han observado crista-lizaciones que engloban a otras del mismomineral, y la transparencia del yeso exter-no permite apreciar con claridad los crista-les que atrapa. Esta circunstancia es inde-pendiente del hábito del cristal, ya que seha observado en todos los casos.

En el largo desarrollo practicable de ga-lerías se ha podido contabilizar un alto nú-mero de cavidades con yeso, la mayor par-te de las cuales fueron deterioradas por lanormal actividad de la mina, y han llegadoa nuestros días irreparablemente dañadas.Sin embargo, durante los últimos años, laactividad de algunos buscadores de mine-rales ha permitido localizar cavidades in-tactas en otros emplazamientos más prote-gidos, como en los techos de las excava-ciones (sólamente accesibles medianteescaleras) o, lo que ha sido más normal, re-tirando la tapadera de roca que las ocultaba,siguiendo la guía de un indicio que sí eravisible. De estas características se han loca-lizado 4 cavidades, una de ellas enorme, ytodas ellas, salvo la cueva gigante, han pro-porcionado muchas decenas de excelentesmuestras. Ejemplares con esta procedencia

fueron comercializados hace ya más dediez años, si bien se trataba en general decristalizaciones centimétricas recuperadasdel nivel del socavón.

También algunas cavidades de la sideritahan sido ocupadas por yeso. La presencia deotras especies permite observar y recuperarmuestras muy llamativas, en las que el yesoacompaña a cristales de celestina y siderita.

LA “GEODA GIGANTE”En diciembre de 1999, un equipo de in-

vestigación de esta revista se encontraba enla Mina Rica recogiendo muestras y to-mando fotografías para el presente artícu-lo. Uno de los miembros del equipo cam-bió de lugar una escalera de madera parapoder acceder a lo que parecía un pocilloancho, pero de escasa profundidad, y ob-servó un amplio manchón de yeso, con unapequeña cavidad y grandes cristales exte-riormente rotos por la proximidad de la ex-cavación. Se retiraron unas costras de rocapara comprobar la continuidad del hueco,que efectivamente se prolongaba más alláde lo que la vista permitía alcanzar. Huboque subirse a la boca de la cavidad y, congran complicación, introducirse entre lasenormes puntas de los cristales que impe-dían la entrada a la geoda. Llegaba un pun-to en el que era imposible seguir avanzan-do, pero ya se pudo contemplar la extraor-dinaria longitud del hueco y suespectacular tapizado de grandes cristalesde yeso. Se intentó fotografiar el interior,pero la falta de espacio impedía que la luzdel flash penetrase, y algunos primeros pla-nos resultaban inevitables, imposibilitandotomar otras fotos que no fueran las de la en-trada. Se abandonó la geoda y continuó elmuestreo por otros sectores de la mina. A

66

PILAR DE JARAVÍA

Maclas de bournonita con dolomita, obtenidas en la 3ª planta de la mina. Encuadre de 14 mm. Colección: J. M.Cuesta. Foto: F. Piña.

Detalle de la transparencia que presentan los cristales de yeso de la Geoda Gigante. Foto: Fernando Gómez.Prisma de yeso con inclusiones de yesos previos. Ejem-plar de 5 cm. Colección: G. García. Foto: J. M. Sanchís.

las pocas semanas se regresó y se retiró de-finitivamente la tapadera de la cavidad, en-trando por primera vez el 1 de enero de2000. Pudo reconocerse una geoda de 9metros de longitud por 2 de alto, con pro-fusión de cristales de yeso de dimensionesdecimétricas. Se realizaron las primeras fo-tografías del interior, que se reproducen enestas páginas. El piso de la geoda, igual-mente recubierto por cristales, contenía unacapa de polvo grisáceo que no afectaba alos cristales del techo, poniendo de eviden-cia una circulación de aire mantenida. Me-ses después, la noticia del hallazgo llegó alconocimiento de la Universidad de Alme-ría, que contactó con el CSIC, y miembrosde estas entidades visitaron la geoda, con-ducidos por coleccionistas almerienses. Enprevisión de una posible usurpación de lanoticia y conscientes de la dificultad de suexhibición “in situ” sin la extracción, cuan-do menos parcial, de cristales de la misma,

BOCAMINAabrió en internet una web deopinión en la que se postulaba un trabajoprogramado de extracción de la geoda, co-mo ya se ha realizado en otros casos congeodas similares. Esto se hizo aún contraun conservacionismo mal entendido alque, por cierto, nunca ha preocupado el pa-trimonio geológico. El CSIC se dirigió a laprensa nacional y se organizó un fenome-nal revuelo en los medios de comunica-ción, desatando los titulares más absurdos(Calvo, 2000). Con la intervención delExcmo. Ayuntamiento de Pulpí y de laAgencia de Medio Ambiente, a instanciasde los organismos citados, el acceso a lamina fue clausurado con escombro, inutili-zando el socavón del nivel 14 de la MinaRica. Temporalmente se estableció tam-bién un servicio de vigilancia y se creó unacomisión multilateral para el estudio de lageoda, en la que los descubridores fueronmarginados con interesadas acusaciones deapología del expolio. Los trabajos que BO-CAMINArealizaba para el presente artícu-lo quedaron interrumpidos y sus investiga-dores fueron calumniados, para dar paso aun estudio científico de "alto nivel", dirigi-do por el CSIC. Desde el cierre de la mina,no parece haber emanado de la comisiónninguna propuesta concreta técnico-econó-mica sobre el modo de llevarse a cabo lasvisitas del público ni de las obras a realizarpara que ello sea posible, si bien trascen-dieron algunas sugerencias que, por su in-consistencia, no es de interés comentar.

Actualmente, el servicio de vigilanciano se mantiene. Sin embargo, se ha sem-brado una expectativa de cara a la posibleexplotación turística de la minaque, de no verse satisfecha, de-cepcionará las ilusiones que contanta ligereza fueron sembradas.

BIBLIOGRAFÍA

-CALDERÓN, S. (1910). "Los Minerales de España".Junta para la Ampliación de Estudios e InvestigacionesCientíficas. Madrid. 2 vol. - CALVO, M. (2000). "Descubrimiento de una Geodade yeso excepcional en Pilar de Jaravía ". Le RègneMinéral. Nº 34.- CORTÁZAR, D. (1874). "Boletín de la Comisión delMapa Geológico de España". Tomo II.- EGELER, C.G. et SIMON, O.J. (1969). "Sur latectonique de la zone Bétique (Cordilleres Bétiques,Espagne)". Verh. Kon. Nerder. Akad. v. Wet. 25. - ESPINOSA, J.S.; MARTÍN VIVALDI, J.M.;MARTÍN ALAFONT, J.M. y PEREDA, M., (1974)."Mapa geológico y memoria de la hoja nº 997,Águilas". Mapa Geológico de España a escala1:50.000. 2ª serie, plan MAGNA. ITGE.- GUARDIOLA, R. y SIERRA, A. (1926). "Criaderosde hierro de España: hierros de Almería y Granada"(tomos III y IV). Memorias del IGME.- MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENERGÍA.Informes originales de la Dirección General de Minas eIndustrias de la Construcción.- MONIE, P.; et al.(1991). "First repport on 40Ar/39Argeochronology of alpine tectonics in the Betic Cordilleras(Southern Spain)". Jour. Geol. Soc. London, 148. pp.289-297.- PÉREZ, M.A. (1989). "La minería almeriensecontemporánea (1800-1930)". Colección Textos yEnsayos, nº 2. Zegel Editores. Almería. 305 pp.- PUGA, E. y DÍAZ, A. (1976). "Metamorfismopolifásico y deformaciones alpinas en el Complejo deSierra Nevada (Cordillera Bética). Implicacionesgeodinámicas". Reun. Geod. Bét. Alborán. Granada.pp. 79-111.- TORRES RUÍZ, J (1980). " Los yacimientos dehierro de la comarca del Marquesado del Zenete:Alquife y Las Piletas (Granada, Cordilleras Béticas)".Tesis doctoral. Universidad de Granada. 321 pp.

67

Hermosos cristales de la Gran Geoda. Foto: J. M. Cuesta.

La extracción incontrolada de algunos cristales de la Geoda Gigante ocasionó una gran cantidad de yeso enpolvo que se esparció por el resto de la cavidad, dificultando las sesiones fotográficas. Marzo de 1999. Foto:Fernando Gómez.

Los cristales de yeso de la Gran Geoda alcanzan di-mensiones decimétricas. Foto: Fernando Gómez.

PILAR DE JARAVÍA

Cierre con escombro del acceso al socavón generalde la Mina Rica. Foto: Fernando Gómez.