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12 A pesar de su ubicuidad y su importancia cultural, el estudio de la narrativa gráfica ---ya sea tira cómica, vi- ñeta, historieta, manga o novela gráfica--- todavía es relativamente incipiente. Por ello se requiere de un mod- elo general que facilite el estudio de sus componentes formales, especialmente en el plano de lo que podríamos llamar la forma del contenido. En las notas que siguen se estudia la narrativa gráfica en términos de su naturaleza formal, y con ello se pretende contribuir a la creación de un modelo de análisis para estudiar las estrategias de traducción que se ponen en práctica a partir de otras for- mas de narrativa (en particular de la literatura, el teatro y el cine). Para ello, aquí se propone estudiar cada uno de los diez componentes formales que distinguen a la narra- tiva gráfica: inicio, diseño, puesta en escena, trazo, color, estructura narrativa, convenciones genéricas, intertextos, ideología y final. Con el fin de precisar la función estructural que cumple cada uno de estos componentes en la práctica es necesario distinguir su pertinencia, en cada caso particular, a una u otra tradición estética, ya sea clásica (es decir, conven- cional), moderna (es decir, vanguardista) o posmoderna (como yuxtaposición de rasgos clásicos y modernos). A conti-nuación se propone una descripción general de cada uno de estos componentes, como contribución para la construcción de una narratología general de la estética posmoderna. Las características de la narrativa literaria han sido estudiadas en mi Manual de análisis narrativo; las características de la narrativa audiovisual, en Elementos del discurso cinematográfico, y las de la narrativa espacial (entendida como la reconstrucción de la experiencia de viaje o de la visita a un espacio cual- quiera), en el Antimanual del museólogo. Hacia una museografía de la vida cotidiana. Conviene iniciar esta exploración señalando la importancia que tiene la ex- trema brevedad de la narrativa gráfica, de tal manera que siempre ha dominado la tira (formada por una breve se- rie narrativa de tres o cuatro imágenes sucesivas) sobre los otros formatos, ya sean la viñeta (que generalmente ocupa una página completa), el episodio (formado por una serie de viñetas), el cuaderno (que contiene varios Los componentes formales de la narrativa gráfica La Historieta Clásica:El formato fundamental

Historieta Cla Sica

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modelo general que facilita el estudio de sus componentes formales, especialmente en el plano de lo que podríamos llamar la forma del contenido.

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    A pesar de su ubicuidad y su importancia cultural, el estudio de la narrativa grfica ---ya sea tira cmica, vi-eta, historieta, manga o novela grfica--- todava es relativamente incipiente. Por ello se requiere de un mod-elo general que facilite el estudio de sus componentes formales, especialmente en el plano de lo que podramos llamar la forma del contenido. En las notas que siguen se estudia la narrativa grfica en trminos de su naturaleza formal, y con ello se pretende contribuir a la creacin de un modelo de anlisis para estudiar las estrategias de traduccin que se ponen en prctica a partir de otras for-mas de narrativa (en particular de la literatura, el teatro y el cine). Para ello, aqu se propone estudiar cada uno de los diez componentes formales que distinguen a la narra-tiva grfica: inicio, diseo, puesta en escena, trazo, color, estructura narrativa, convenciones genricas, intertextos, ideologa y final.

    Con el fin de precisar la funcin estructural que cumple cada uno de estos componentes en la prctica es necesario distinguir su pertinencia, en cada caso particular, a una u

    otra tradicin esttica, ya sea clsica (es decir, conven-cional), moderna (es decir, vanguardista) o posmoderna (como yuxtaposicin de rasgos clsicos y modernos). A conti-nuacin se propone una descripcin general de cada uno de estos componentes, como contribucin para la construccin de una narratologa general de la esttica posmoderna. Las caractersticas de la narrativa literaria han sido estudiadas en mi Manual de anlisis narrativo; las caractersticas de la narrativa audiovisual, en Elementos del discurso cinematogrfico, y las de la narrativa espacial (entendida como la reconstruccin de la experiencia de viaje o de la visita a un espacio cual-quiera), en el Antimanual del muselogo. Hacia una museografa de la vida cotidiana. Conviene iniciar esta exploracin sealando la importancia que tiene la ex-trema brevedad de la narrativa grfica, de tal manera que siempre ha dominado la tira (formada por una breve se-rie narrativa de tres o cuatro imgenes sucesivas) sobre los otros formatos, ya sean la vieta (que generalmente ocupa una pgina completa), el episodio (formado por una serie de vietas), el cuaderno (que contiene varios

    Los componentes formalesde la narrativa grficaLa Historieta Clsica:El formato fundamental

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    Lauro Zavala. UAM Xochimilco

    episodios, y cuya extensin oscila entre 24 y 32 pgi-nas), el libro (que recibe el nombre de novela grfica) o la serie (formada por una sucesin de cualquiera de los formatos anteriores). A continuacin presento una descripcin general de cada uno de los componentes de la narrativa grfica, desde la perspectiva del modelo paradigmtico, es decir, a partir de la distincin entre narrativa clsica, moderna y posmoderna.

    La narrativa grfica de carcter clsico, es decir, de na-turaleza formalmente estable, es el fundamento de todas las otras formas posibles de narrativa grfica, al menos en Occidente. En general, la historieta clsica se dis-tingue por tener un inicio conceptualmente (y en oca-siones, incluso grficamente) integrado al relato, de tal manera que anuncia, de manera implcita, el final de la historia. Este anuncio recibe el nombre de intriga de pre-destinacin, y permite al lector ubicar fsica, emocional y socialmente a los personajes y su situacin dramtica. A esta ubicacin dramtica los formalistas rusos la des-ignaron con el nombre de inicio narrativo, y lo asociaron

    al trmino tcnico de Plano General (PG), proveniente del lenguaje cinematogrfico. Se trata, entonces, de un PG de naturaleza dramtica, no necesariamente visual. Un ejemplo claro de este recurso clsico se encuentra en las vietas sobre la vida cotidiana elaboradas por Quino, y en las vietas de Boogie el Aceitoso, del tambin ar-gentino Fontanarrosa.

    Por otra parte, el diseo de la historieta clsica es hipo-tctico, lo cual significa que cada una de sus imgenes, cada una de sus vietas y cada una de sus unidades narrativas guarda una relacin de carcter causal con la siguiente, en una secuencia apodctica, es decir, de necesariedad mutua. El filsofo Walter Benjamin, que reflexion sistemticamente sobre la esttica moderna, seal que en la cultura clsica el fragmento siempre tiene nostalgia por la totalidad, y la requiere para revelar su sentido pleno. Esto se traduce en el hecho de que un fragmento cualquie-ra (por ejemplo, una imagen) nunca es autnomo y slo se explica plenamente en relacin con las que la anteceden y/o la suceden. sta es la marca

  • distintiva de DC Comics, la editorial donde nacieron y se han difundido los superhroes ms famosos en todo el mundo durante ms de medio siglo. En la puesta en escena de la narrativa clsica, los personajes de la his-torieta determinan la funcin dramtica que cumple el espacio. En otras palabras, el espacio acompaa (es decir, ilustra, refuerza, revela y confirma) al personaje y su correspondiente valor dramtico. Esta relacin entre personaje y espacio dramtico es similar a la que existe en la narrativa audiovisual, como es el caso del cine hol-lywoodense y del cine mexicano (ambos en la dcada de 1940), as como el cine de Alfred Hitchcock o el cine musical, policiaco, fantstico y de ciencia ficcin de ese periodo. Estas convenciones narrativas pueden obser-varse, por ejemplo, en la clsica serie francesa de Tintin, tal vez la ms difundida en el contexto europeo. El trazo en la narrativa grfica de carcter clsico tiende a ser metonmico, es decir, convencional y detallado, precisa-mente al estilo de Marvel Comics, la tradicional com-petencia de DC Comics. Es un trazo representacional y realista, como en la mayor parte de las series de nar-rativa grfica producidas entre 1930 y 1960 (pensemos, por ejemplo, en Chanoc, Dick Tracy o Batman).

    El color, por su parte, cumple una funcin didctica en relacin con el trazo. Es decir, el color acompaa (ilustra, refuerza, revela y confirma) al trazo. Esta relacin entre trazo y color (o entre trazo y textura, cuando la imagen es monocromtica) es similar a la que se encuentra en el cine clsico entre imagen y sonido, y se puede observar en las historietas de naturaleza ertica, como la tradicio-nal Dirty Comics o, ms recientemente, la curiosa serie de Tijuana Bibles. La narrativa clsica es causal, de tal manera que primero se muestra la causa de una accin e

    inmediatamente despus la cor-respondiente consecuencia lgi-ca. Al ser causal, esta narrativa es tambin cronolgicamente secuencial y contenida (en el sentido de que una historia con-tiene, despus del inicio, el cor-respondiente desarrollo y final). Cuando la secuencialidad est al servicio de un protagonista he-roico, entonces, por definicin,

    la estructura narrativa es mitolgica, y por lo tanto, con-tiene las doce unidades narrativas sealadas por Joseph Campbell. Cuando la secuencia narrativa es lo sufici-entemente extensa, tiende a incorporar la estructura del Paradigma Levitz, que consiste en la superposicin de dos o ms subtramas en un mismo episodio, de tal mane-

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    Dick Tracy 1938, ester Gould

    Chanoc 1000, texto

    Dick Tracy 1938, ester Gould

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    ra que al concluir cada una de ellas queda en suspenso la conclusin de las otras. En otras palabras esta estrategia de suspenso estructural permite aplazar la conclusin de las subtramas hasta el cuaderno siguiente. Aunque esta estrategia de suspenso surgi en las series de histo-rietas de superhroes en la dcada de 1940, se incorpor en la dcada siguiente a la estructura de las series televi-sivas, y forma parte de la organizacin narrativa de los gneros cannicos. En el caso de las tiras, debido a su extrema brevedad y a su naturaleza elptica, la secuencia autocontenida suele asumir variantes no necesariamente narrativas. Uno de los casos ms distintivos (y diverti-dos) es el de Rube Goldberg, que en la dcada de 1920 parodi la efervescencia de patentes que surgi en los Estados Unidos, creando toda clase de inventos extra-os para apoyar la realizacin de actividades tan cotidi-anas como cerrar una ventana, pelar una nuez o cazar un ratn. Las modalidades genricas de naturaleza clsica son las sealadas por la preceptiva aristotlica: trgico-heroica, melodramtico-moralizante y cmico-satrica. A la primera pertenecen los superhroes; a la segunda pertenecen los materiales erticos; a la tercera pertene-cen las series sobre la vida cotidiana, como Lorenzo y Pepita. Un caso paradigmtico donde se presentan las tres modalidades de manera regular es la serie mexicana de La Familia Burrn, creada por Germn Vargas y ad-mirada por el escritor Sergio Pitol.

    La ideologa de la historieta clsica se sostiene en el pre-supuesto de una causalidad implcita, que naturalmente lleva a una organizacin teleolgica del relato, es decir, a una historia donde todo tiene una causa explicable. Estas causas evidentes son, por ejemplo, las contingen-cias que llevan al protagonista a la tragedia, y que suelen estar personificadas en un enemigo especfico. Es fcil reconocer esta ideologa en las novelas grficas de aven-turas, como los textos ilustrados por Breccia o la serie de viajes de Corto Maltese ilustrados por el tambin ar-gentino Hugo Pratt.

    Chanoc 1000, texto

    Chanoc 1000, texto

    Texto para el pie de foto de la imagen de arriba y de la dizquierda Chanoc 1000, texto

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    Todo lo anterior lleva a un final que parece ser inevi-table al verlo en retrospectiva. En otras palabras, el fi-nal clsico es epifnico, es decir, es el momento en el que una verdad narrativa resuelve todos los enigmas planteados a lo largo del relato. La resolucin epifnica suele estar asociada a una perspectiva general, que re-basa el contexto inmediato de la historia narrada, y que permite conectarla con una perspectiva ms general. Un caso claro de la modalidad epifnica se encuentra en la conocida tira de Mafalda, donde el cuadro final siempre cierra irnicamente la breve serie de tres o cuatro cua-dros. El final del relato clsico es el espacio natural de la narrativa secuencial. La epifana (o revelacin final) suele estar acompaada por una anagnrisis, es decir, la revelacin de una verdad dramtica que permite recono-cer la verdadera identidad del protagonista. Otros casos de historieta clsica son, entre muchos otros, las series de guerra (G.I.) y de hroes (Tarzn) y superhroes (de Superman a Spiderman) producidas a partir de las dcadas de 1940 y 1950, as como las series de terror, fantasa, ciencia ficcin y romance.

    En resumen, la historieta clsica es epifnica, teleolgica y metonmica. Cuando tiene la suficiente extensin, el inicio contiene una intriga de predestinacin implcita, y adopta una perspectiva contextual. El diseo es hipotc-tico, y el espacio acompaa (es decir, ilustra, refuerza, revela y confirma) el perfil dramtico del personaje cen-tral. El trazo es realista y convencional, y el color (o la textura) cumple una funcin didctica en relacin con el trazo. La narrativa es causal, secuencial, tiende a ser mitolgica y contenida, y adopta las modalidades aristo-tlicas. Los intertextos son implcitos; la ideologa est organizada por la anagnrisis, y el final es epifnico.

    texto para la imagen de lado izquierdo y de abajo Dick Tracy 1938, ester Gould

    Dick Tracy 1938, ester Gould

    Dick Tracy 1938, ester Gould

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    Las caractersticas de la historieta clsica la hacen un vehculo idneo para los fines didcticos, aunque a ve-ces corre el riesgo de ser estereotipada y repetitiva. Sin embargo, en ella hay lugar para el humor, la irona, y para ocasionales parodias y remakes. Ello explica que este formato sea utilizado en los materiales de naturaleza enciclopdica, pedaggica o historiogrfica. Por ltimo, debe sealarse que no es infrecuente encontrar novelas grficas de formato clsico con contenidos poco conven-cionales, como en el notable caso de Art Spiegelman, que en Maus presenta las memorias de un ratn judo en los campos de concentracin nazis, y que obtuvo el prestigioso premio Pulitzer. As tambin, a principios de la dcada de 1980 en Mxico la Secretara de Educacin Pblica produjo una serie de historietas sobre algunos pasajes de la historia del pas, si bien con una visin histrica extremadamente convencional.

    Como ocurre con los cuentos de Poe y de Quiroga, y con las pelculas de Hitchcock y de Fritz Lang, las caracter-sticas de la narrativa clsica garantizan la continuidad de las convenciones formales del lenguaje narrativo. La vigencia del estilo clsico se puede observar tan slo en la reciente publicacin de dos novelas grficas que son, en realidad, la adaptacin al formato grfico de las respectivas novelas literarias. Se trata de El capitn Alatriste, de Arturo Prez-Reverte (Barcelona, Libros de Bolsillo, 2006) y Ciudad de cristal, de Paul Auster (Barcelona, Anagrama, 2005, con una introduccin de Art Spiegelman).

    [Fin de la primera parte, continuara en los siguientes numeros de Cenizas con el anlisis de la Historieta Mo-derna y la Historieta Posmoderna]

    Dick Tracy 1938, ester Gould

    texto para la imagen de arriba y del lado izquierdo y de abajo Dick Tracy 1938, ester