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HOMENAJE DE LA SOCIEDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

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HOMENAJEDE LASOCIEDAD BOLIVARIANADE VENEZUELA

Academia VenezoLana de La LenguaCorrespondiente de La EspañoLa

Caracas - VenezueLaCaracas, 25 septiembre de 1990

SeñoresMiembros de laSOCIEDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELACaracas.-

Señores muy distinguidos:

La Academia Venezolana de la Lengua ha acordado, con entusiasta unani­midad, adherir al homenaje que esa perilustre Sociedad tributa a su digno Pre­sidente actual Doctor Ismael Puerta Flores, con motivo de su octagésimo cum­pleaños.

Pocas vidas consagradas con mayor devoción al servicio público eficaz yhonesto, sin nunca descuidar las tareas culturales, como la de Don Ismael. Másde medio siglo de carrera administrativa y política, que comienza como Oficialde la Biblioteca Nacional (1933) y Concejal por elección popular uninominal alAyuntamiento capitalino (1936), pasa a cargos universitarios relevantes: titularde Cátedras, Decano, Secretario, Vice-rector, que abarcan las dos disciplinas quele son más caras: Economía e Historia de la Cultura. Justísimos títulos son loshonores que h~ recibido, que pocas veces confluyen en una personalidad, conmodestia ejemplar, para traducir vitalmente el lema bolivariano de Moral y Luces.

Sus libros publicados e inéditos han reflejado sus preocupaciones patrióti­cas, sea en el estudio de la morfología económica nacional o en la hacienda pú­blica del municipio; en la historia, la revolución de las reformas, en biografía,aquellas denotadoras de pasiones creativas, como en Bello, Acosta, González,Smith; sin olvidar la poesía que guarda el mentido robador de Europa, divinidadfenicia trasplantada al mundo helénico, ninfa que bajo las alas del ángel caído,prohija lo más de su producción que responde al signo occidental y cristiano;todo ello sin olvidar lo autobiográfico en las gavetas escondido.

Vida la del doctor Puerta Flores ciertamente paradigmática, por su capa­cidad y pulcritud, y el civismo útil e idealista. Por ello, la Academia Venezo­lana, de la cual es Correspondiente, se congratula y solidariza, en este día de tanjusticiero significado, con la Sociedad Bolivariana de Venezuela, regida desdeRafael Urdaneta por varones de resplandeciente coraje ético.

Cumplo el mandato de la ACADEMIA VENEZOLANA DE LA LENGUAal consignar, sintéticamente, estas veraces apreciaciones.

Dios guarde a Ustedes(fdo) Luis Beltrán Guerrero

Secretario

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EN LOS 80 AÑOS DEL DOCTOR ISMAEL PUERTA FLORES·

Es motivo de gran complacencia para la Sociedad Bo­livariana de Venezuela, y particularmente para la Junta DirectivaNacional, la celebración de este acto. en homenaje de nuestroapreciado Presidente, en ocasión de su cumpleaños.

Hace poco tiempo nos reunimos aquí, con igual complacen­cia y motivo semejante. para celebrar el cumpleaños de nuestroapreciado poeta Osear Rojas Jiménez.

Pero estas celebraciones.no pueden entenderse como unacelebración cualquiera. Ellas tienen una significación especial, unaimportancia extraordinaria, un alcance trascendente. Ellas tienensu razón de ser en que nuestros queridos compañeros de directi­va, nuestros estimados consocios. nuestros apreciados amigos. hancumplido nada menos que ochenta años. Ochenta años bien lle­vados, gozados y sufridos. completos, rozagantes, estupendos. Elprimero fue un fervoroso militante del Grupo Viernes, movimien­to que fue expresión innovadora en nuestra literatura, quien nosdeslumbró con su brillante poesía. Escritor, periodista y crítico dearte, ha dejado sus huellas en múltiples actividades. El otro, nues­tro homenajeado de hoy, nuestro querido Presidente, quien en laprimera década, posterior al cese de la dictadura gomecista, nossorprendió con sus excelentes ensayos, su cultura humanística ysu clásica formación intelectual. Abogado, economista, escritor,poeta, académico, profesor y alto funcionario universitario, polí­tico representante de las clases populares. Estas dos figuras in-

* Discurso pronunciado en la sede de la Sociedad Bolivariana de Venezuela por elDr. Manuel Vicente Magallanes, Primer Vicepresidente de dicha Institución.

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telectuales, orgullo de nuestra sociedad. son como dos samanes.símbolos de los valles de Barlovento y Aragua, que hoy se empi­nan verticales frente a nosotros.

Si la edad de ellos dos la sumáramos a una edad prome­dio de los otros miembros que integramos la directiva. esta juntallegaría a contar más de mil quinientos afias. Y hay que ver lamadurez, la experiencia. la seriedad que esto representa, comouna manera muy original de acumular energías. Quienes vamospor caminos todavía distantes de las metas por ellos alcanzadas.no dejamos de tener una especie de nostalgia de futuro al preten­der llegar, en aproximaciones sucesivas. a ese escalón importantede la vida.

Hace pocos días una agencia noticiosa informaba que lasestadísticas del Japón registraban cifras sorprendentes de perso­nas centenarias. No es esto resultado de la ciencia y la técnica ni­ponas, pues también aquí en Caracas. capital de un país subdesa­rrollado. vimos el sábado pasado, a través de un programa de te­levisión. la entrega de un Meridiano de Oro a un venezolano ca­bal, protagonista con su discurso de un comercial publicitario delBanco Industrial, que tiene ciento once afias bien cumplidos.

Desde tiempos inmemoriales el hombre ha tenido la aspi­ración constante de prolongar lo más posible la duración de lavida. Desde el sueño frustrado de Fausto hasta las recetas de laseñora Aslam, el ser humano ha gastado su tiempo en tratar derecuperar ese bien perdido por las imprudencias de Adán y Eva,según nos dice la biblia, en el Jardín del Edén. Pero parece, al de­cir de algunas revistas especializadas, que hay buenos auguriossurgidos en los laboratorios de la ciencia moderna. En EstadosUnidos, por ejemplo, han producido un medicamento destinado adetener el tiempo y abolir sus efectos en la vida del hombre. Esteremedio, que pertenece al grupo químico de los antioxidantes,u~utraliza en el organismo ciertas moléculas llamadas "radicaleslibres", responsables de la arterioesclerosis y la senilidad. Coneste remedio podemos vivir muchos afias más. Pero ahora hay

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otro medicamento, el FEC (Factor Epidérmico del Crecimiento)basado en los descubrimientos del bioquímico norteamericano StanlcyCohen, premio Nobel de Medicina 1986, que constituye una prome­sa de conservar también el aspecto de la juventud. Estos hechoshacen concebir una meta próxima a beneficios, fijada en el lfmitede los 120 años, donde la palabra vejez no tendría ningún senti­do. No obstante, para el investigador italiano Carlos Sirtori, pro­fesor de Milán, no debemos aceptar metas tan modestas, pues porel aumento logrado en el promedio de vida y por el número decentenarios que existen en el mundo, debemos proponemos unavida de mil ochocientos años.

Con esta perspectiva de amplitud en la prolongación delos años de vida nos permitimos expresar, que no podría tildársenosde exagerados cuando decimos que hoy celebramos, con los mejo­res deseos de todos sus amigos, los primeros ochenta años denuestro querido presidente Ismael Puerta Flores.

Dichas estas palabras paso a dar lectura al texto del diplo­ma redactado por la comisión nombrada para la organización deeste acto, aprobado por la Junta Directiva, y a hacer entrega de éla nuestro Presidente el doctor Ismael Puerta flores.

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Le puso en la puerta flores...(Semblanza) ..

Varias asociaciones, circunstanciales algunas de ellas, po­drían traerse a colación con motivo de los ochenta años de vida,muy merecidos y ejercidos, de Ismael Puerta Flores. Lo primeroque nos viene a la mente es aquello a lo cual aludía GregorioMarañón al alcanzar la misma edad que ahora tramonta, con pier­nas y ánimo de apremioso joven, el presidente de la SociedadBolivariana de Venezuela. Marañón, gran literato dentro de lasciencias médicas y médico prestado también a las buenas letras, leadvertía a una reportera madrileña, al llegar él a idéntico paraleloy ya fuera del acoso de las vitales tormentas, que, en lugar delocho y del cero, agregase nueve meses más, que son los quevivimos, sin preocupación alguna, nadando en el líquido del vien­tre materno.

Revisando un poco el ensayo que Montaigne titulaba Dela Edad, Marañón narraba la conocida anécdota atribuida a Catón,cuando éste, al contar los cuarenta y ocho años, le sobrevino unacrisis depresiva y atentó en contra de sí mismo. "[Cómo se mereprocha -expresó el gran escritor antiguo- el que yo haya queri­do suicidarme, si, en verdad cronológicamente soy un viejo". ¿Es­toy yo en trance, ahora, de respetar mi propia vida, que ha re­basado en cinco lustros el promedio de estos tiempos: El sobre­vivir, según hacía notar Montaigne,

Mario Torrealba Lossi. Segundo Vice Presidente de la Sociedad Bolivari­ana de Venezuela. Temas de Afirmación Venezolana, Caracas, 1992.

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es un excepción que la naturaleza nos conceda como favor par­ticular, a uno solo, en el espacio de dos o tres siglos, descargán­dolo de las trabas y dificultades que interpuso entre dos estalarga carrera. Puesto que ordinariamente -añadía el ensayista­los hombres no vivimos tanto, es prueba de que estamos yaavanzandos, y puesto que traspusimos los límites, que son lamedida verdadera de nuestra vida, no deberíamos esperar el irmás lejos.

Recordamos haber leído en la autobiografía de De Gaullecómo este sentía mucho miedo por la senectud y más por la pro­pia muerte.

La vejez -escribió en 1950- es como un naufrago. Uno quieresiempre dirigir el barco hacia la eternidad, lo recuesta por entrelos acantilados de la esperanza, como para que no nos arrastrenlas marejadas, pero, luego de tanto batallar caemos vencidos.

Volviendo a Marañón, el científico y humanista hispanono escondía la sensación placentera que deriva del ejercicio de serviejo. Es mentira, según él, que se trata del tiempo de las en­soñaciones y de los hábitos muelles, como los de recordar lo queantes fuimos. Para la época del eminentísimo médico ya se habíadescubierto los estimulantes y rejuvenecedores del cerebro y delsistema cardiovascular. Antes de los sorprendentes hallazgos de laDra. Aslam, quien de paso falleciera octogenaria, el geriatra Víc­tor Vogomolets descubrió un líquido llamado reticocelular, que sino hacía que los pacientes regresaran sexualmente a la perdida ju­ventud, les ilusionaba el alma y ellos, al verse frente al espejo o alobservar la pasajera belleza de los cuerpos, creían ser la imagende Dorian Gray: Plus sapit vulgus quia tantum cuantum opus estsapit (Horacio).

Si se echa una ojeada, decía Marañón, al mundo de lapolítica y de las cosas del Estado, ninguno más apto para regir lasnaciones que los hombres entrados en edad. En la época de Man­uel Azaña, de Clemenceau y de Chamberlain, para no llegar has­ta el más viejo de todos, en inglés Lloyd George. Si Servio Tu-

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lio, en arranque demagógico, eximió a los romanos mayores decuarenta y siete de las fatigas de la guerra, al comienzo de lasegunda conflagración mundial Winston Churchill, anciano ya,daba saltos nor los tejados londinenses para ver hasta dónde lle­gaban los destrozos causados por la aviación nazi. Es cierto queaquí en América muchos políticos jóvenes han conquistado y ejer­cido el poder, sin hacerlo del iodo bien, porque además de inep­tos se han visto envuelto en escándalos de faldas. Pero ¿no sepuede pensar en Joaquín Balaguer y en Juan Bosch, el uno aca­démico y el otro gran cuentista, ilustres personajes de la Repú­blica Dominicana, quienes, tal declararon, hace poco, mediránotra vez fuerzas cuando concluya el período constitucional? Se­gún las irónicas descargas de los líderes más jóvenes de ese país,Balaguer y Bosch por un tris no se encontraban entre los caci­ques que saludaron el paso de las carabelas de Colón por losmares de la antigua Iberoamérica.

No más lucubraciones. Avancemos en breves líneas haciala imagen aproximada de lo que fue, es y será por mucho tiempoIsmael Puerta Flores. Lo primero que resalta es su talento físico,hecho de huesos y de nervios, como aquel personaje de la novelade Unamuno Un hombre de verdad. Y no basta con esto, porqueel valor de lo humano, no 10 definen las características fisonó­micas, ni la inteligencia, que en él resulta bastante sobrancera,sino las peculiaridades del espíritu, tal refería de alguno de sus ar­quetipos don Femán Pérez de Guzmán. El origen de Puerta Flo­res y su trayectoria dentro de la vida venezolana se parecen a losde otros compatriotas contemporáneos suyos. Aunque se le po­dría incluir en la llamada generación del "veintiocho", Puerta de­spunta un poco más tarde, sin que ello signifique que haya sidoremiso o indiferente. Muchos de los provincianos que llegaron aCaracas poco antes de los sucesos de la Semana del Estudiante(febrero de 1928) prefirieron quedarse en la retaguardia. No sóloporque aun no habían soltado la lana pueblerina, sino porque otros,de mayor edad, ocupaban ya los primeros puestos de lucha. Is­mael venía de San Sebastián de los Reyes, pequeño burgo delestado Aragua que durante la Colonia fuera el núcleo generador

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del poblamiento de los llanos centrales. En la misma tierra deMiguel Ramón Utrera, el poeta de Aquella Aldea y de Nocturnal,Puerta Flores se asomó al mundo un cuatro de septiembre de1910, afio de cometa Halley.

A él le correspondió el mismo periplo de los muchachosinterioranos de entonces. Pero antes de llegar a Caracas, hizopasantía en Barcelona, ciudad que él ama y ella le corresponde.Debieron ser muchas sus incursiones solípedas por las sabanas deMaurica, tan recordadas por Rómulo Gallegos en El Forastero.Aquel frontón de paisaje, que pugna, en medio de cujíes y pita­hayas, por entrar a la costa, evoca los pasos trashumantes de Fer­dinandof por el cambiante paisaje del oriente venezolano. A Ca­racas debió abordarla Ismael por La Guaira, quizás como pasaje­ro del vapor "Maracaibo". Al menos que, siguiéndole las pisadasal poeta Miguel Ramón, de regreso a San Sebastián, haya de­cidido hacer el itinerario que hicimos todos los nacidos en elpiedemonte llanero: San Juan de los Morros, Villa de Cura, LaEncrucijada, El Consejo, Las Tejerías y Los Teques. Por cierto,que esta ciudad, ayer "capital de la bruma", según la imagen deCarlos Gottberg, ocupa sitio especialísimo en el corazón de Puer­ta flores. Allí encontró moza bien garrida, del talante de doñaXimena, la del romancero del Cid.

Puerta se graduó de abogado con excelentes clasificacio­nes jubilosos apretones de manos en 1934. Todavía faltaba afio ymedio para la muerte del General Gómez, Ha ocupado relevantescargos dentro de la docencia universitaria y en la administraciónpública. Sin embargo en mayor mérito de que podría vanaglo­riarse reside en la pulcritud de espíritu y en la conciencia sinfisuras ni bastardías, virtudes que ya poco las hay en Venezuela.A partir de 1936 hubo de iniciarse en las luchas por los derechosmunicipales y como representante al cabildo de esta Ciudad tra­bajó incansablemente por el adecentamiento de las parroquias delDistrito Federal. Especialmente por la de El Valle, bucólico pueble­cito a donde se iba en tranvía y refugio de poetas como JuanEspaña. allí debió oír Puerta Flores el canto del cucarachero, ese

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inquieto pajarillo que tanto simboliza el carácter de nuestro pueblo.En dicha parroquia foránea (víctima hoy de la piqueta y del ce­mento armado) murió José Tadeo Monagas y Fermín Toro, yaviejo, se entretenía, en su casa de grandes acreedores, leyendo porlas tardes a Virgilio y a Horacio. Era la Venezuela decimonómi­ca, que tuvo que esperar el afio treinta y seis para absorber eloxigeno de la centuria.

Pertenece Ismael a una generación de adelantados. A esegrupo de hombres que, aunque provenientes de otros idearios (cer­canos y lejanos) echaron los basamentos políticos, filosóficos yeducacionales que sirvieron de orientación y guía en la Venezue­la posterior a 1935. Aunque él no haya salido a la pelea abierta,como Prieto Figueroa y Luis Padrino, en el fondo estuvo identi­ficado con las reformas que estos distinguidos compatriotas pre­dicaron, ya en el campo de la enseñanza, ya en la política y en lacivilidad. Seguían el mismo ejemplo del emeritense Alberto Adria­ni. Cabe recordar cómo en 1943, cuando se introdujeron al Con­greso modífícacíones a la Ley de Educación (la de 1940), PuertaFlores, integrante de la comisión de diputados que hizo el estu­dio del texto propuesto, hubo de coincidir con la tesis que desdela cátedra y la prensa sostenía Prieto respecto a la necesidad del"Estado Docente". En el fondo, ninguno de ellos -Saturno Cane­lón, Suárez Flamerich, Rafael Escobar Lara, Rafael Pinzón y An­drés Eloy Blanco- adversaban la autonomía de nuestras univer­sidades, pero la experiencia mexicana los puso en guardia. Teníaque llegar el afio 1958, cuando el aire de los nuevos tiempos y lapresencia de otro espectro político-social se dieron las manos.Puerta Flores fue, durante esa coyuntura, uno de los más fer­vientes partidarios de la tan ansiada autonomía. Si por desgracia,regresaban las charreteras, la Universidad habría de contar con unestatuto para la defensa de su legalidad.

Solamente quiero informar -decía al concluir la intervención del28 de junio de 1943- que no es un sentido ejecutivista el quepresenta el actual Proyecto de Reforma Educacional, puesto quela mayoría de las naciones, empezando por Francia, la nación

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clásica de la libertad educativa, al rector y a las diversas auto­ridades universitarias los nombra el Ministerio respectivo o elPresidente de la República, y lo hace así, porque allá hay, tantocomo una filosofía docente, cierto sentido y tradición de las ins­tituciones públicas...

No queremos dejar de soslayo, luego de los anteriores párra­fos, la obra, breve y enjundiosa (en el buen sentido gracianesco)de Ismael Puerta Flores. El fue, en propiedad, quien introdujo ypuso de moda en Venezuela las ideas de Ortega y Gasset, quepronto hallaron eco entre los glosadores y exégetas de la época.Uno de nuestros profesores de Historia de la Filosofía en el Ins­tituto Pedagógico, (Domingo Casanovas) al hablarnos' del granpensador español, decía simplemente "Ortega", como si se trata­ra del Señor Jesucristo. Puerta escogió el tema de las pasiones,para aplicárselo a insignes hombres de la "autoctonía". Hasta sulibro Las Peregrinaciones Largas, publicado en 1961 por la Uni­versidad Central, no escapa de inspirarse en ese leit motivo An­tonio Leocadio es para él la pasión del liberalismo, mientras queel oponente Juan Vicente González pareciera contener en su vi­gorosa personalidad, el summum del vitriolo, la ironía y el sar­casmo, hasta hoy no superados en Venezuela e Hispanoamérica.Al comienzo de Cinco Tesis sobre las Pasiones y otros ensayos,la obra cumbre de Puerta Flores, éste introduce, como epígrafe,cierta frase muy elocuente sobre Bacon, citada por D' Alembert:"La historia del mundo sin la historia de los sabios --escribe- escomo la estatua de Polifemo a quien se le ha arrebatado un ojo".

Si Antonio Leocadio es la pasión del liberalismo, JoséAbalos, primer intendente de la provincia de Venezuela, lo es dela organización y de la técnica. Abalos vino de La Mancha y tra­jo al país la fuerza creadora y la tenacidad de Carlos 111. AgustínCodazzi encarnaba el sentido de la Geografía y del paisaje, mien­tras que Cecilio Acosta siempre cargó a cuestas el punzante ta­banillo de la nacionalidad. Don Cecilio, el misógino, fue, segúnPuerta Flores, un apóstol del raciocinio y de progreso, en tantoque José Oviedo y Baños (la pasión de la historia) lo era también

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de la verdad. Por ser celoso guardián de este valor axiológico espor 10 que el segundo tomo de Su Historia de Venezuela hubo deextraviarse o de terminar en la hoguera. No fueron tan claras lasconciencias de aquellos hombres, descendientes algunos de íncli­tos barones de Castilla, pero dueños de una moral execrable.

No se contenta Puerta Flores con ser convidado de piedrao ecléctico al enfrentarse a cada uno de estos personajes y sus pa­siones. A José Domingo Díaz -ahora a la búsqueda de otra ver­dad- 10 llama el "apologista" de la servidumbre. A Fermín Toro,10 compara con los más grandes pensadores europeos del sigloXIX, digno de estar en cualquier gabinete de Isabel 11 o de aseso­rar a los ingleses Disraeli y Palmerston. Y en la semblanza deArístides Rojas, va a buscar aliento por entre las Tradiciones Pe­ruanas de don Ricardo Palma.

Entre esos modelos de encontradas y disímiles pasiones,se nos ocurre que Puerta Flores debió haber tenido preferencias.Si se tratara de novelarlos, ningunos como Antonio Leocadio y suantípoda Juan Vicente González. Estos andan todavía en busca deun intérprete. Las cargas psíquicas de Acosta, de Abalos, de Toroy de Arístides Rojas pertenecen al común de los mortales, esdecir, no presentan las cimas ni las simas de ese par de celososque fueron respectivamente, el "Diablo" del Sillón "B" de la Aca­demia de la Lengua y el urticante polemista. Ni el mismo JoséDomingo Díaz, a quien Ismael le reitera el remoquete del servi­lismo, merece la atención de la historia novelada, como lo hizoFrancisco Herrera Luque con Boves y Piar.

En el epígrafe de Cecilia Acosta que Puerta Flores intro­duce como leit motiv de su exégesis de Antonio Leocadio, ya seintuye alguna tendencia a justificar las pasiones mórbidas, por­que en el fondo de ellas hay algo de positivo.

Por mala que sea una época -escribe don Cecilio- y aun no que­riendo oír para estudiarla sino a los que no figuran en ella, doscosas hay ciertas: que no se puede lanzar el anatema contra to-

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dos sus hombres. porque es inexplicable que toda una colecciónsea perversa. y que en la crítica política. como en la filosófica espreciso. al mismo tiempo. que se discierna la causa del malestar.procurar encontrar. aunque sea ahondando mucho. el hilo orgá­nico social que constituye el desarrollo del progreso humano.

En lo de la "perversidad" que se le endilgan. tanto a An­tonio Leocadio como a González, no pasarían de ser apreciacio­nes de época. tenida la de ambos como pacata y prejuiciada si sela compara con los valores y gustos de hoy. Guzmán debió haberfirmado pacto con Satanás. Pero con todo lo aberrante de esapráctica. Juan Vicente no se quedaba en la retaguardia. pues susdardos y picas. cuando no produjeron muerte. hicieron daños irre­parables. ¿Se podrá imaginar un espectáculo más degradante ydegenerado que aquel en donde. según cuenta Ramón Díaz Sán­chez "Tragalibros" refiere cómo oyó. cierta vez, unos sollozos,pasada la hora del Angelus, dentro de uno de los zaguanes delcentro de Caracas y al acercarse se encontraría con que se tratabade Antonio Leocadio, quien estaba tirado en el piso, porque dosarrapiezos lo habían golpeado y -para colmo- le dejaron una velaintroducida en cierta parte del cuerpo demasiado pudenda?

Pero como contrapartida -el lado afirmativo insinuado porAcosta-, Guzmán fue el creador del liberalismo en Venezuela y aél también se le debe la génesis de los partidos. Además. sabíalatín. griego y hasta sánscrito. tesoros no tan comunes en estaépoca. En cuanto a Juan Vicente González, nadie. hasta ahora. loha superado en las escabrosas lides de la diatriba y la polémica.Sólo podría comparársele con Horado y Esquines. insignes maes­tros de la antigüedad clásica. "[Bárbaro -escribió de Páez- hasmancillado la fábula que te creó mi cariño!",

Hombre de la generación del treinta y seis. a Puerta Flo­res no se le puede juzgar como contemplativo. sino, más bien.como partícipe de la gozosa audacia. Ve más allá de cuanto po­dría alcanzarle la mirada. Nunca estudia el pasado en función decosa muerta, sino unido al porvenir. En ese tiempo, Adriani escribió

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sus mejores ensayos recogidos después en Labor Yenezolanista,en tanto que Picón Salas, Briceño Iragorry y Enrique BernardoNúñez hurgaban en lo propio, pero con la intención agónica dequienes adversaron al positivismo.

La realidad en el hombre -dice Ismael sobre Cecilio Acosta­tiene la fuerza del apasionamiento que encarna su modo de pen­sar y actuar. La realidad de toda creación tiene que manifestar­se indubitablemente en idéntica forma de apasionamiento, perogobernada por la fuerza del raciocinio.

Afirmabamos al comienzo de esta semblanza cómo PuertaFlores fue el primero que se refiriera en Venezuela a la persona­lidad y a la obra de Ortega y Gasset. Pero no se nos ocurre, luegode la cita anterior, que él y muchos otros intelectuales de la épo­ca debieron abrevar, asimismo, en el ideario de Henri Bergson, elnotable filósofo y escritor francés moderno. Ensayos como Intro­ducción a la Metaflsica, Materia y Memoria y La Energfa Espi­ritual influyeron, ciertamente, en todas nuestras juventudes deprincipios de siglo. El hombre, según el bersongnismo, es muchomás que historia, cultura e intención colectiva. Es espíritu en cons­tante sed de trascendencia. Es, en suma, la sublimación de todo locreado por Dios.

Saludamos a Ismael Puerta Flores, al cumplir ochenta añosde fructífera vida, con aquella copla que el ingenio y la gracia deAndrés Eloy Blanco le ofreciera al ilustre hijo de San Sebastiánde los Reyes, hace ya casi media centuria:

A Ismael. en sus amores,le cabe destino infausto;como a Margarita Fausto,le puso en la puerta flores . . .

1990.

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BIBLlOGRAFIA

Congreso de la República. El Pensamiento Político Venezolano del SigloXX. Caracas, 1987.

Díaz Seijas, Pedro. Introducción al estudio del ensayo en Venezuela.Caracas, Talleres Atlántida, 1946.

González, Juan Vicente. Epístolas catilinarias (compilación y estudio deVíctor José Cedillo y Virgilio Tosta). Caracas, Ediciones Garrido,1955.

Guzmán Antonio Leocadio. El Pensamiento Venezolano del Siglo XIX.Colección de la Presidencia de la República, Caracas, 1960-61.

Marañón, Gregorio. Tres ensayos sobre la vida sexual, Madrid, 1926.Ideas biológicas del Padre Feijoo. Madrid, 1939.

Montaigne, Miguel de. Ensayos (De la Edad), Clásicos Jackson, BuenosAires, 1948.

Picón Salas, Mariano. Estudios de Literatura Venezolana. Caracas, 1961.

Puerta Flores, Ismael. Antonio Leocadio Guzmán. Pasión del Libera­lismo. Asociación de Escritores, Caracas, 1948. Cinco Tesis sobrelas Pasiones y otros ensayos. biblioteca Popular Venezolana, Cara­cas, 1949. Las Peregrinaciones Largas. Caracas, UCV, 1964.

Salcedo Bastardo, José Luis. "Antonio Leocadio Guzmán, Pasión delLiberalismo" (artículo contenido en la Revista Nacional de Cul­tura, (N2 70).

Torrealba Lossi, Mario. Los Años de la Ira. Ediciones Ateneo, Caracas,1979.

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LECTURAS PROLOGALES

Hoy diecisiete, de diciembre, segunda vez a la misma ho­ra, desde esta tribuna. envuelta en la sombra del dolar como a to­dos los hombres y mujeres de las naciones nacidas libres por suespada contorneadas en plenitud después de su muerte para unaadoración ecuménica, me ha tocado el deber patriótico, que escompenetración con su espíritu, dirigirles las palabras sacramen­tales con las que nuestra adoración perpetua evoca el recuerdo dela ida de su mundo, y nos hace patentizar, que si la conciencia deAmérica no ha perdido su sentido histórico como reclamó una vezRodó, así como el Anahuac es la más alta cumbre de América, enel mundo nada hoy más grande que Bolívar.

Desde el amanecer de este día esta conmovido, cuerpo yespíritu nacional e internacional por la muerte del gran hombre.Demos gracias a la naturaleza que podamos nosotros a nuestraedad llorar todavía nuestros muertos sagrados; simbolizando enun día duelo, nuestra Sociedad cumple su papel por resoluciónescrita, de citarnos fuera de nuestras casas para una reunión queen nuestros entristecidos corazones eleven esta oración de dolorcomo campana que doblega nuestro pie y nos hace mirar hacia esameca del infortunio como ritual de hijos adoloridos por quien nosabandonó en medio de la lucha para subir hacia su sitio sagrado.

Mañana amanecerá y Bolívar proseguirá haciéndonos mov­ilizar nuestras acciones para el gran compromiso que nos pidiócon sus últimas palabras. El compromiso de la modernidad, uni­dos en un destino último y único, la paz del mundo y el bienes­tar humano.

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Cuando leí hoy desde el lugar que guarda sus restos suúltima proclama de despedida, sentí con la vibración que deja enlas ondas del espíritu, sus palabras de Luz, todo de lo ecuménicoque albergaba aquel hombre y toda la responsabilidad de la con­secuencia con sus palabras que parecía susurramos, usted comoyó, tenemos mucho que hacer en América todavía.

Hemos mantenido el criterio, que algunas veces le toque aintelectuales del interior, quienes se ocupen de las tareas del espí­ritu y también sea socio bolivariano, para que lleven la palabra deesos días escogidos con fecha de recordación, sea las fastas onefastas.

Tócale esta oportunidad a un distinguido galeno orientalCumanés, por excelencia, el Dr. José Mercedes Górnez, pero tam­poco ha sido por azar esta escogencia, sino porque el titular con­lleva a su vida honores, distinciones y calidades de alta estimaque lo hacen ser un intelectual y Bolivariano.

A estas calidades se une una valoración de vida activa entodos los pormenores de la medicina, de la historia, y de aquellastareas intelectuales que hacen ser el hombre más perfecto y másde uso ciudadano.

El Dr. Gómez, une a su profesión médica realizada enOriente con constancia y abnegación, después de internados yestudios en el País, y en Francia, que hace figurar entre aquelloshombres distinguidos para la Patria que han sido honrados comoMiembros de la Academias; de la Historia, de la Lengua, de laSociedad Francesa, de Historia de la Medicina, de la SociedadMundial de la Historia de la Medicina, y de Academia Nacionalde Medicina..

Esperamos una vez más que el Dr. Gómez, nos haga unnuevo regalo de vida a la vera de una vida inmortal extinguidaque animó a quien hemos llamado Padre de la Patria.

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