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HOMEOPATÍA PARA
PLANTAS Y SUELOS
CURSO TEÓRICO PRÁCTICO ON LINE
INTRODUCCIÓN A LA AGROHOMEOPATÍA
NÚRIA CUCH ARGUIMBAU
MÓDULO 1
CAPÍTULO 1
¿Qué es la agrohomeopatía?
La agrohomeopatía es el uso de la homeopatía para la mejora de la
salud global de las plantas y los suelos.
¿Por qué agrohomeopatía?
Pequeña historia de la agrohomeopatía
Cultivar alimentos no es una tarea fácil. A lo largo de la historia la
agricultura ha pasado por distintas fases y en muchas épocas y lugares ha
habido, y hay, grandes hambrunas debido a sequías, plagas y enfermedades de
los cultivos, aunque sobre todo son debidas a las guerras que destruyen las
estructuras agrarias y sociales.
Ya antes de la segunda guerra mundial se publicaron trabajos que
alertaban de los efectos nocivos del tipo de agricultura que se estaba
desarrollando desde la revolución industrial. Sir Albert Howard empezaba el 1
de enero de 1940 el prefacio de su libro Testamento agrícola (Howard,
1940) con estas palabras:
“Con la llegada de la Revolución Industrial, se ha incidido en acelerar
los procesos de crecimiento para ajustar las producciones de alimentos y de
materias primas a las necesidades de las poblaciones y de las fábricas”.
Después de la segunda guerra mundial se desarrolló un tipo de
agricultura basada en el uso de los agroquímicos (insecticidas/acaricidas,
fungicidas, herbicidas y fertilizantes de síntesis) y de máquinas cada vez más
potentes de alto consumo energético (petróleo) que tenían una gran
repercusión sobre el suelo (tractores, grandes arados, cosechadoras, cubas de
tratamientos...), lo que se conoce como la Revolución Verde.
Hemos heredado una cultura agraria basada en un concepto industrial
de la producción de alimentos, junto con una visión de la salud en la que las
enfermedades se curan con el contrario (antibiótico, antitérmico,...). De la
misma manera, los problemas de la salud de las plantas se solucionan con el
contrario (por ejemplo, si hay problemas con insectos, se elimina a los insectos
Traducción de la autora, de la versión francesa.
con insecticidas), aunque muchos de estos problemas sean fruto de la
concepción industrial de la agricultura.
Nos encontramos, pues, ante un paradigma concreto, una visión de la
agricultura coherente con la visión preponderante sobre la producción industrial
y sobre la salud de las personas.
Si retrocedemos a 1810 vemos la publicación de la primera edición del
Órganon de la medicina de Samuel Hahnemann y el nacimiento de la
homeopatía, que nos introduce en un paradigma distinto desde el cual
observamos la salud de las personas desde una perspectiva totalmente
diferente. También debemos retroceder a 1790, cuando Johann Wolfgang von
Goethe empieza a publicar sus escritos sobre la metamorfosis de las plantas. Su
visión de la naturaleza fue muy importante para Rudolf Steiner (Steiner, 1883-
1897) quien en 1924 dio un curso sobre agricultura biológico-dinámica en
Koberwitz que supuso la fundación de la agricultura biodinámica.
Fueron unos discípulos de Rudolf Steiner, Eugene y Lily Kolisko, los
primeros que aplicaron la homeopatía en las plantas. Publicaron sus resultados
en el libro Agriculture of tomorrow (Kolisko, et al., 1939).
Ilustración 1. Acuarelas realizadas por Goethe a principios de los
1790 para una secuencia de La metamorfosis de las plantas
(Goethe, 1790 (edición inglesa 2009))
Ilustración 2
(Steiner, 1924 (edidión
española 1988))
Ilustración 3
(Kolisko, et al., 1939)
Así pues, la homeopatía para las plantas empieza a utilizarse de la mano
de los agricultores biodinámicos. En 1986 Maria Thun, agricultora y
experimentadora biodinámica, publica su trabajo El control de las plagas
(Thun, 1986). Desde finales de siglo XX hasta ahora ha habido desarrollo de
experimentación y uso de homeopatía en plantas en distintos países: Australia,
Holanda, Alemania, México, Brasil, España.
La agrohomeopatía requiere entrar en un paradigma distinto, desde el
que poder entender las plantas y los suelos, diferente al que hemos recibido de
la agricultura convencional, e incluso de la ecológica. Hace falta ir más allá de la
materia, de la física y la química clásica, y entender que hay algunas realidades
para las que todavía no tenemos una explicación racional pero que se
experimentan en la materia a partir de un trabajo a otro nivel: de energía, de
información. No tenemos la palabra adecuada para hablar propiamente de ello,
pero lo que descubrió Hahnemann fueron sus efectos sobre la salud de las
personas. Centrémonos pues en los efectos sobre la salud de las plantas y los
suelos a base de experimentar.
La agrohomeopatía puede servir para solucionar problemas fitosanitarios
que actualmente se gestionan a base de productos químicos de síntesis cuyos
efectos secundarios sobre las mismas plantas, los suelos, el ecosistema y los
consumidores, se han demostrado graves a lo largo de estos dos últimos siglos
de agricultura intensiva. Además, la agrohomeopatía puede dar soluciones a
problemas agronómicos que no están siendo resueltos desde la actual visión
materialista de la agricultura. Y sin producir estos efectos secundarios nocivos.
Ilustración 4 (Thun, 1986)
Reflexión sobre la palabra agrohomeopatía
Para referirse a la utilización de la homeopatía en plantas y suelos se ha
generalizado el uso de la palabra agrohomeopatía. No es éste el nombre más
adecuado, aunque es el más corto y más práctico, y por esto se utiliza de forma
generalizada, en castellano (agrohomeopatía), en catalán (agrohomeopatia), en
inglés (agrohomeopathy), en francés (agro-homéopathie), en alemán (agro-
homöopathie), tanto en artículos como en páginas web. Aunque, a decir
verdad, los tres libros actualmente editados sobre homeopatía para las plantas
evitan el uso de la palabra agrohomeopatía en su título (Das Kaviraj, 2011)
(Maute, 2011) (Tichavský, 2009).
El prefijo agro- se utiliza para referirse a las actividades relacionadas con
la agricultura, es decir, la producción de alimentos, e incluye a menudo la
producción ganadera. En este sentido, la palabra agrohomeopatía excluye otros
usos, como la jardinería y el tratamiento de espacios naturales. Por este motivo
sería mejor utilizar “homeopatía para plantas”, “fitohomeopatía”,
“homeoplant”... aunque ninguno de estos es tan cómodo como
agrohomeopatía. Es por ello que seguimos utilizando esta palabra dando por
sabido que se incluye en ella un campo de actuación más amplio que el de la
producción agrícola.
Uso de la homeopatía en la producción vegetal:
marco legal
El significado etimológico de la palabra fitosanitario es “para la salud de
las plantas” (fito- planta, sanitario- para la salud de). Producto fitosanitario es
un término regulado a nivel de la unión europea en el Reglamento CE
1107/2009 (Reglamento (CE) n° 2003/2003 del Parlamento Europeo y del
Consejo de 13 de octubre de 2003 relativo a los abonos, 2003), de la lectura de
cuyo artículo 2 podemos concluir que cualquier producto que contenga
sustancias activas y cuyo uso sea el descrito en este artículo se considera
producto fitosanitario y está regulado por este reglamento.
Artículo 2. Reglamento CE 1107/2009
1. El presente Reglamento se aplicará a los productos, en la forma en
que se suministren al usuario, que contengan o estén compuestos
de sustancias activas, protectores o sinergistas, y que estén
destinados a uno de los usos siguientes:
a) Proteger los vegetales o los productos vegetales de todos los
organismos nocivos o evitar la acción de estos, (...);
b) Influir en los procesos vitales de los vegetales como, por
ejemplo, las sustancias que influyen en su crecimiento, pero
de forma distinta de los nutrientes;
c) Mejorar la conservación de los productos vegetales, siempre y
cuando las sustancias o productos de que se trata no estén
sujetos a disposiciones comunitarias especiales sobre
conservantes;
d) Destruir vegetales o partes de vegetales no deseados,
excepto las algas, a menos que los productos sean aplicados
en el suelo o el agua para proteger los vegetales;
e) Controlar o evitar el crecimiento no deseado de vegetales,
excepto las algas, a menos que los productos sean aplicados
en el suelo o el agua para proteger los vegetales.
Estos productos se denominarán, en lo sucesivo, “productos
fitosanitarios”.
2. El presente Reglamento será aplicable a las sustancias, incluidos los
microorganismos, que ejerzan una acción general o específica
contra los organismos nocivos o en los vegetales, partes de
vegetales o productos vegetales; dichas sustancias se denominarán,
en adelante, “sustancias activas”.
El uso de la homeopatía en plantas tiene como finalidad algunos de los
cinco apartados de este artículo, principalmente el primero y el segundo, y
como tal, debería estar regulado por este reglamento.
Si nos ceñimos al concepto de sustancia activa, vemos que un
medicamento homeopático de potencia superior a 12 CH ya no contiene
sustancia, sino más bien, acción activa. Pero un medicamento homeopático de
potencia inferior a 12 CH sí que contiene trazas de sustancia activa. En sentido
estricto, este concepto no encaja en potencias medias y altas y sí en potencias
bajas. En sentido amplio, se puede entender la cepa homeopática como la
sustancia activa. Por lo que, en realidad, también debería estar regulado por
este reglamento.
Este reglamento establece la existencia de una lista positiva de
sustancias activas autorizadas para los usos mencionados en el territorio de la
Unión Europea. En esta lista no aparece la homeopatía. Este hecho deja a la
homeopatía fuera de juego a nivel normativo para su uso en las plantas en la
Unión Europea.
Esta situación solo nos deja la utilización de homeopatía en plantas y
suelos por motivos de conciencia. Dada la situación actual del entorno agrario
en relación a la salud de los ecosistemas agrarios (y urbanos, y de jardín, y
naturales), los motivos de conciencia son, a mi parecer, suficientemente fuertes
como para desarrollar el conocimiento de la agrohomeopatía, desde su práctica.
No conozco cual es la normativa fitosanitaria que rige en el resto del mundo,
pero es un hecho que la agrohomeopatía se está desarrollando en todo el
mundo y, aunque su uso no es muy amplio, crece día a día.
La agricultura biodinámica, aceptada en todos los países de la Unión
Europea, utiliza unos preparados conocidos como preparado 500 y preparado
501, cuya aplicación en campo consiste en la dinamización a la primera
potencia de estiércol de vaca y de sílice, ambos sometidos previamente a un
proceso de elaboración (Von Wistinghausen, et al., 1998). Si en la biodinámica
se permiten estos productos también se deberían permitir los preparados
homeopáticos. Pero en los momentos actuales, de ataque sistemático a la
homeopatía a todos los niveles, la discreción en el uso de estos preparados y el
desarrollo de estudios para corroborar los resultados sería lo más prudente.
Para consultar esta lista visitar la página web
https://www.mapama.gob.es/es/agricultura/temas/sanidad-vegetal/productos-
fitosanitarios/registro/menu.asp, y seleccionar Sustancias Activas de Productos Fitosanitarios
Aceptadas, Excluidas y en Revisión Comunitaria. Este documento está permanentemente
actualizado con la normativa europea vigente.
Posibles efectos adversos o secundarios
de la utilización de la homeopatía en el campo
En el año 2000, IFOAM publicó un artículo sobre las posibilidades de la
aplicación de la homeopatía en producción ecológica de vegetales, en el cual
dejaba abiertas algunas cuestiones, entre las cuales se encuentran los posibles
efectos secundarios. Tal como dice el artículo, “Pequeñas cantidades de
potencias homeopáticas son suficientes para inducir considerables reacciones
en humanos” (Homeopathic dilutions: is there a potential for applications in
organic plant production?, 2000). No hay conocimiento suficiente aún sobre qué
reacciones pueden tener las plantas y los organismos de su entorno a
aplicaciones homeopáticas, ni a sus diferentes potencias. Por ello recomiendan
precaución e investigación.
En esta precaución se debe tener en consideración las plantas mismas y
su entorno, el consumidor de estas plantas y el aplicador del tratamiento. En
este sentido hay que tener en cuenta dos conceptos homeopáticos que explican
reacciones no esperadas y/o no deseadas: la agravación homeopática y la
experimentación en individuos sanos. Hablaremos de estos conceptos en el
próximo tema.
El mencionado documento de IFOAM (Homeopathic dilutions: is there a
potential for applications in organic plant production?, 2000) también hace
hincapié en el desconocimiento que hay sobre qué nivel de potencia o qué tipo
de potencia (C, D) es más adecuado y sobre qué parámetros de preparación
(naturaleza del solvente, tiempo de sucusión, dosis y frecuencias de aplicación)
son los idóneos en la preparación y aplicación de medicamentos homeopáticos
en plantas.
Cabe destacar que los ensayos hechos por el matrimonio Kolisco
(Kolisko, et al., 1939) y los hechos por Maria Thun (Thun, 1986) muestran una
gran oscilación en la respuesta de las plantas a las potencias crecientes
aplicadas, lo que no permite aplicar a las plantas los mismos criterios aplicados
en personas y animales en relación al ámbito de actuación de las diferentes
potencias crecientes (potencias bajas – acción local, potencias medias y altas –
acción emocional y mental).
Hace falta mucha experimentación para poder llegar a sacar
conclusiones sobre estos tres puntos – efectos inseperados sobre las plantas y
el medio, experimentación del medicamento por parte del aplicador y las
Agravación homeopática: hablaremos de ella en el módulo 3
Experimentacion en individuos sanos: hablaremos de ella en el capítulo 3 del módulo 1.
potencias y parámetros de preparación de los medicamentos – y para tener
más información sobre el uso de la homeopatía en plantas y en suelos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Das Kaviraj, Vaikunthanath. 2011. Homeopathy for Farm and Garden.
Kandern : Narayana Publishers, 2011.
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Thun, Maria. 1986. El control de las plagas. [trad.] Ingrid Suanzes. Editorial
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Tichavský, Radko. 2009. Homeopatía para plantas. Monterrey, Mexico :
Fujimoto Promociones S.A., 2009.
Von Wistinghausen, Christian , y otros. 1998. El empleo de los preparados
biodinàmicos. Madrid : Editorial Rudolf Steiner, 1998.