HOMILÍA VIRGEN DEL PILAR 2013

Según una antiquísima tradición, la Virgen María, cuando aún vivía

en la tierra, se apareció en carne mortal al Apóstol Santiago en

Zaragoza. Le acompañaban ángeles que traían una columna o pilar

como signo de su presencia. En la aparición, Nuestra Señora

consoló al Apóstol, a quien prometió su asistencia materna en su

misión por España.

Desde entonces, y es lo que estamos celebrando hoy, el Pilar es

considerado como el símbolo de la firmeza de la fe. La Virgen es el

pilar firme, el cimiento seguro, donde se asienta la fe. Ella fue el

camino elegido por Dios para hacerse hombre y venir a los

hombres; Ella debe ser también nuestro camino para llegar a Dios.

Pero esta aparición de la Virgen sobre el Pilar de Zaragoza, que tan

importante fue para la extensión del Evangelio en nuestro país,

tiene, desde hace un siglo, una especial importancia para la

Guardia Civil española, que la celebra como patrona.

La devoción de los guardias civiles a la Virgen en su advocación del

Pilar, procede del Colegio de Huérfanos de Valdemoro. Cuando fue

destinado al Colegio de Valdemoro su primer Capellán Castrense,

D. Miguel Moreno, el sacerdote organizó la capilla del Centro,

donde fue instalada una imagen de la Virgen del Pilar e introdujo a

los jóvenes alumnos en la devoción y amor a la Virgen.

Con el tiempo, los guardias procedentes del Colegio fueron

extendiendo la devoción a la Pilarica por toda la geografía nacional.

Esta circunstancia fue determinante para que el 7 de enero de 1913

(hace 100 años), el Director General del Cuerpo (General Aznar)

solicitara al rey Alfonso XIII la proclamación de la Virgen del Pilar

como Patrona de la Guardia Civil. La orden sería firmada con fecha

8 de febrero.

Cómo celebrar esta fiesta de la Patrona quedó ya establecido

también en 1913: sea “una fiesta del compañerismo, en la que los

componentes de cada acuartelamiento se reúnen para rezar…

principalmente mediante la celebración de la Santa Misa por los

guardias civiles fallecidos”. Con esta intención estamos celebrando

esta Eucaristía.

Pero también permitidme que ofrezca esta Misa por vosotros, los

guardias civiles que estáis vivos y por los que aún estáis en

servicio. Que la Virgen del Pilar os ayude, especialmente a

vosotros, a vivir los valores que la Guardia Civil ha asumido y hecho

propios, pero cuya fuente y modelo supremo yo veo en el Hijo de la

Virgen, nuestro Señor.

Os invito a que fijéis la mirada en Cristo crucificado, y así

aprendamos estos seis valores de la Guardia Civil y de todo hombre

firme y honrado: el sacrificio, la lealtad, la austeridad, la disciplina, la

abnegación y el espíritu benemérito.

Virgen del Pilar, consuelo de los afligidos, madre de España,

ayúdanos a vivir así, como tu Hijo, y que la vida de estos guardias

civiles que se presentan ante ti, sea siempre un ejemplo para quien

les vea.

Amén.