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O EL HOMO SAPIENS DEL FUTURO La evolución humana continúa. Nuestro organismo y cerebro no son iguales a los de nuestros antepasados, ni a los que tendrán nuestros descendientes ¯ PETERWARD CONCEPTOS BASICOS ¯ Suele creerse que nuestra especie apenas ha evolucionado desde Ia prehistoria. Sin embar- go, la genética de poblaciones sugiere que el ritmo de la evo- lución humana seaceleró con la aparición de la agricultura y la urbanización. ¯ Si nos hallamos todavia en evolución, ¿qué aspecto tendr~ nuestra especie dentro de un milenio si logra sobrevivir a las transformaciones amblentales y sociales que nos aguardan? Las hipótesis aharean desde la esperanza hasta la frustración. 7 obre la apariencia tutLtra de los humanos, suelen avanzar~e dos hipótesis. Una re- curre a ra vieja ~nras~a cictlt[fica de un cerebro clt(}rmc cot~ ulla fret~tc muy despeiada ), ttll intek’cto superioE La otra considera que nLtcstra evo]ución ~sica ha cesaclo, porque el desarrolle) récnico ba pueslo ~n a la lóg~ua brutal de la svlvcci6n natural: la ~volución ser~a hoy ptlramcl~Le cu[ttll’al La hip6tesis dc[ "supvrcercbro" carece de base cientii~ca. El registra rósil mueslra que el aume=lto de nuestl’o cráneo y, por Lamto, del g()llllTIgll cerebral ~Cdetuvo hace illuch~shllo tiempo. De ah{ se infirió tltle había cesado la evo/ucióil r~sica du[ ser hun~al~o. Sin embar- go, el análisis de genomas antiguos y actuales demuestra que la historia no es rail sencilla. Momo sa/)i~’~*s no s6[~~ ha p~/SaCLO p(ll gratldes reorganizaciones gen~ticas desde la aparici6n de la especie, sino que el ritmo de su cvo- luciOn p~lcde incluso hal~erse acclertdo. I,o I1]iSlllO ¢ltle otros ~lrg~anismos, hls cambios más espectaculares en la ~’orma de nuestro cuerpo acaecieron e~~ los comienzos de la especie; sin embargo, seguimos e×perimentando c-amf~ios genéticos que at~clan a ntlestra fiMolog~a y qtLizá tanlbién a la conduela. Hasra tiempos muy recientes, en las diversas rcgiolles del pla- llt$ta se aculltuaban las diferencias elltre razas huntarlas, L’I~ vc~/di" a[emtarse. Els co ndid(} n~.’s de la vida modwna pc~drian csEar inducicndo modificaciones genéticas que reper¢mirfan en rasgas dd c(imporlaltlient¢l. Si no es un cerebro gigante, ¿qu¿ nos de- para entonces el i’Lttum? ¿Nos baremos mds graildes o más chicos, más listos o más toll- tos? ¿(:~mo nos vall a afectar la aparictóll d~ nuevas cll~rmedadcs ~~ el aumcnto de la tenlperarura global? ¿Sulgirá algún dia Ull[I ntleva espcc[c humana? ¿O tal vez la futur~t evoluci{’m de la hulnanidad no descanse vil los genes sino en nLicslro dominio de 1~ téc- nica, cotlforme prolonguemos coll silicio p CVl’O nuestro cerebro ;’ cuerp{~? Quizá nuestra ftlrlc:iÓn cvt)[tLtiva se t’eduzca a la COIlSlrLLCCióll de una intdigencia cibernética que dominari;I el mundo. Pasado remoto y pasada reciente El estudio de la ev(llución humana so]ia sc’r dominio de b)s palcontólogos, que ,malizan ~escos fósi[es de cras arcaicas. La lamilia hu- mana (Hominic[ae) data por lo menos de hace sicre millones de aOos, tiempo en que vivia Lm pr()mhumano de bre~e talla: ,%z/~da~ttbrop~t~ ~ ~ ;cJ~~¢dlrlsia. Desde entonces, en nuestra ~amilia hltl nacido varias especies nu{.vas, al~tll~as to- dav~a cuestionadas: nueve conocidas más on’as i- scgLllarr/¢nt~ ocultas en d escaso registro ~~sil i: de los homú~idos. I)ado que los es£ueletos más ,tntigu~~s (pie se han hallado raras ~ec¢s yaciall en lechos sedimcnLar[os, la estim,{ción anrcriol cambia afio tras ,filo conforme sc publkann u t~’- "e : 5 v ~ cscu/~rimientos v se reintcrp~etan los ah- ~~ re[dores [l~¿,(tl.(, HOl~~lhldo5 cot][¢l~lp{)la[leo ~- por [an "lhttersall: Ixv~s~lG,~(:Jó~ v CIt.~;(:t,~, marzo de 2000, y "El más anliguo de ]os }lOlII[llid(}s", por Kate gong; ]NVES[[C;ACIóN g CIENCIa, mar7o de 2(}031. Aparec[a por e~olución uni especie llttcv~l m Ctl;llldo un p¢$(lueño grupo de hotlllllid()s que- ~:" daba por alguna caus~ separado del grueso de ~~ O.J.D.: E.G.M.: Fecha: Sección: Páginas: 20866 156000 01/01/2009 MONOGRAFICO 82-87 1 INGENIERIA GENETICA Y BIOLOGIA MOLECULAR Tarifa: 16502

Homo Sapiens Del Futuro

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O

EL HOMO SAPIENSDEL FUTURO

La evolución humana continúa. Nuestroorganismo y cerebro no son igualesa los de nuestros antepasados, ni a losque tendrán nuestros descendientes

¯ PETER WARD

CONCEPTOS BASICOS¯ Suele creerse que nuestra

especie apenas ha evolucionadodesde Ia prehistoria. Sin embar-go, la genética de poblacionessugiere que el ritmo de la evo-lución humana se aceleró con laaparición de la agricultura y laurbanización.

¯ Si nos hallamos todavia enevolución, ¿qué aspecto tendr~nuestra especie dentro de unmilenio si logra sobrevivir a lastransformaciones amblentalesy sociales que nos aguardan?Las hipótesis aharean desde laesperanza hasta la frustración.

7 obre la apariencia tutLtra de los humanos,suelen avanzar~e dos hipótesis. Una re-

curre a ra vieja ~nras~a cictlt[fica de un

cerebro clt(}rmc cot~ ulla fret~tc muy despeiada), ttll intek’cto superioE La otra considera quenLtcstra evo]ución ~sica ha cesaclo, porque eldesarrolle) récnico ba pueslo ~n a la lóg~uabrutal de la svlvcci6n natural: la ~volución

ser~a hoy ptlramcl~Le cu[ttll’alLa hip6tesis dc[ "supvrcercbro" carece de

base cientii~ca. El registra rósil mueslra que elaume=lto de nuestl’o cráneo y, por Lamto, delg()llllTIgll cerebral ~C detuvo hace illuch~shllo

tiempo. De ah{ se infirió tltle había cesado laevo/ucióil r~sica du[ ser hun~al~o. Sin embar-

go, el análisis de genomas antiguos y actualesdemuestra que la historia no es rail sencilla.Momo sa/)i~’~*s no s6[~~ ha p~/SaCLO p(ll gratldesreorganizaciones gen~ticas desde la aparici6nde la especie, sino que el ritmo de su cvo-luciOn p~lcde incluso hal~erse acclertdo. I,oI1]iSlllO ¢ltle otros ~lrg~anismos, hls cambios másespectaculares en la ~’orma de nuestro cuerpo

acaecieron e~~ los comienzos de la especie; sinembargo, seguimos e×perimentando c-amf~iosgenéticos que at~clan a ntlestra fiMolog~a yqtLizá tanlbién a la conduela. Hasra tiemposmuy recientes, en las diversas rcgiolles del pla-llt$ta se aculltuaban las diferencias elltre razashuntarlas, L’I~ vc~/di" a[emtarse. Els co ndid(} n~.’s

de la vida modwna pc~drian csEar inducicndomodificaciones genéticas que reper¢mirfan enrasgas dd c(imporlaltlient¢l.

Si no es un cerebro gigante, ¿qu¿ nos de-para entonces el i’Lttum? ¿Nos baremos mdsgraildes o más chicos, más listos o más toll-

tos? ¿(:~mo nos vall a afectar la aparictólld~ nuevas cll~rmedadcs ~~ el aumcnto de latenlperarura global? ¿Sulgirá algún dia Ull[Intleva espcc[c humana? ¿O tal vez la futur~tevoluci{’m de la hulnanidad no descanse vil

los genes sino en nLicslro dominio de 1~ téc-nica, cotlforme prolonguemos coll silicio pCVl’O nuestro cerebro ;’ cuerp{~? Quizá nuestra

ftlrlc:iÓn cvt)[tLtiva se t’eduzca a la COIlSlrLLCCióll

de una intdigencia cibernética que dominari;Iel mundo.

Pasado remoto y pasada recienteEl estudio de la ev(llución humana so]ia sc’rdominio de b)s palcontólogos, que ,malizan~escos fósi[es de cras arcaicas. La lamilia hu-mana (Hominic[ae) data por lo menos de hacesicre millones de aOos, tiempo en que viviaLm pr()mhumano de bre~e talla: ,%z/~da~ttbrop~t~ ~ ~

;cJ~~¢dlrlsia. Desde entonces, en nuestra ~amilia

hltl nacido varias especies nu{.vas, al~tll~as to-dav~a cuestionadas: nueve conocidas más on’as i-

scgLllarr/¢nt~ ocultas en d escaso registro ~~sil i:

de los homú~idos. I)ado que los es£ueletos más,tntigu~~s (pie se han hallado raras ~ec¢s yaciallen lechos sedimcnLar[os, la estim,{ción anrcriolcambia afio tras ,filo conforme sc publkan n u t~’- "e

: 5v ~ cscu/~rimientos v se reintcrp~etan los ah- ~~re[dores [l~¿,(tl.(, HOl~~lhldo5 cot][¢l~lp{)la[leo ~-

por [an "lhttersall: Ixv~s~lG,~(:Jó~ v CIt.~;(:t,~,marzo de 2000, y "El más anliguo de ]os}lOlII[llid(}s", por Kate gong; ]NVES[[C;ACIóN g

CIENCIa, mar7o de 2(}031.Aparec[a por e~olución uni especie llttcv~l

mCtl;llldo un p¢$(lueño grupo de hotlllllid()s que- ~:"

daba por alguna caus~ separado del grueso de ~~

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MAS ALLA DEHOMO SAPIENSEn tiempos pasados, nuestroliaaje produjo especies nuevas,¿Quñ sucederñ en el futuro?La espedadÓn requiere alggnmecanismo de aislamient o.El mñs común es el geográfico;una poblaci6n pequeña quedaseparada del acervo génicoprincipal. Por el tamaño y lacapacidad de interconexión dela población mundial, estaposibilidad es remota en lascondiciones actuales. Con todo,la especiaeidn podria ocurrir enciertas circunstancias:

Establecimiento de colonias

Ja población durante muchas generaciones, encondiciones ambientales inéditas que favore-dan la selección de determinadas adaptacio-nes. Aislados de su linaje, el grupo seguía supropia ruta genética, hasta que sus r~iembrosdejaban de poder cruzarse y tener descenden-cia con los de la población originaria.

El registro fósil revela que Jos miembrosmás amtiguos de nuestra especie habitaron hace195.000 años en lo que hoy es Etioph; desdeafii se extendieron por todo d globo. Unos10.000 años atrás, los humanos modernoshabiail colonizado todos los continentes, salvola Antártida. La adaptación a condiciones loca-les tan dispares, entre otras fuerzas evolutivas,dio lugar a lo que hoy llamamos ~on ciertaimprecisiór>-- razas. Los grupos que vivian endiferentes lugares mantuvieron entre si un gra-

humanas en mundos distantesdo de rdación suficiente para que su evolución

Pdrd[da o aPandono voJuntario de lastécnicas que permiten un intercambioglobal de nuestros genes.

Fracciouamiento en grupos aisladostras nna catústrofe como el cñoguede un gran asteroide con la Tierra~

Intervenciunes de irlgenJeriagenética~

El autorviene dedicando-

se desde hace m~s de treintaaños a la paleontología, labiologia y la astrobiologia. De2001 a 2006 dirigi6 el centrodel in~titut o de *~trobiologlade la NASA COn sede en ]aUniversidad de WashingtonEs experto en extinciones enmasa e impactos de origenextraterrestre.

no desembocara en especies distintas, Con elplaneta poblado, didase que se ha acabadoel tiempo para la evolución.

No hay tal. Un estudio publicado en 2008por Henry C. Harpending, de la Universidadde Utah, John Hawks, de la Universidad deWisconsin Madison, y otros, analizaba losdatos del mapa internacional de haplotipos(HapMap) del genoma humano [véase "Hue-Ras de ma pasado lejano", por Gary Stix; IN-VESrICACIóN V CIENCIa. septiembre de 2008].Se concentraron en los marcadores genéticosde 270 individuos procedentes de cuatro grupos: chinos han, japoneses, yombas y europeosnórdicos. Hallaron que al menos un siete porciento de los genes humanos hablan evolucio-nado en época muy cercana, hace sólo 5000años. Eta buena medida, los cambios consis-úan era adaptaciones a determinados entor-nos, naturales y humanizados. Por botón demuestra, pocos individuos adultos de Chinay Africa pueden digerir la leche cruda; encambio, casi todos en Suecia y Dinamarca lohacen, seguramente, por haberse adaptado ala gana&ña lechera.

Otro estudio del grupo que dirige Pardis C.Sabeti, de la Universidad de Harvard, escudri-ñó enormes bloques de datos de variacionesgenéticas en busca de indicios de selecciónnatural a través del genoma humano. Mas de300 regiones del genoma mostraron cambiosrecientes, que mejoraban la capacidad de su-pervivencia y reproducción del individuo. Al-teraciones que confedan resistencia a la fiebrede Lassa (uno de los grandes azotes de Africa),resistencia parcial aendemias como la malariaen algunas poblaciones africanas, cambios depigmentación de la piel y desarrollo de foiicu-los capilares entre los asiáticos, y evoluciónhacia una piel más fina y oios azules en elnorte de Europa.

El equipo de Harpending y Hawks estimóque en Jos 10.000 últimos años la evoiuciónbumana habia sido hasta lOO veces más rá-pida que en cualquier otra época desde quelos primeros homfnidos se escindieron de losprecursores de los actuales chimpancés. Esaaceleración de la evolución se atrihuyó a ladiversidad de entornos habitados por los hu-manos y a las nuevas condiciones de vida aso-ciadas a la agricultura y la urbaniz~ción. Nonos referimos al cultivo y la ganadería, ni a latransformación del paisaje debida a la conver-sión de tierras virgenes en campos explotados,sino a una combinación, a menudo letal, desanidad deficiente, nuevos hábitos afimentariosy aparición de enfermedades (contagiadas deotros congéneres o de animales domésticos).pese a las reservas formuladas sobre tales esti-

maciones, resulta innegable que los hmnanossomos unos "maestros" de la evolución.

Selección extranaturalA lo largo del siglo pasado yo]vid a cambiarel marco vital dc nuestra especie. El aisla-miento geográfico de los grupos cede antela facilidad del transporte y van cayendo lasbarreras sociales que separaban las etnias. Ja-más el genoma humano presentó una mczc[atan variada de poblaciones locales que anteshabian permanecido aisladas. La movilidadactual podría conducir a la homogeneizacidnde la especie. Al propio tiempo, la selecci6nnatural de Horno sapiens se ve contrariada pornuestro potencial técnico y terapéutico. Engran parte del mundo, la mortalidad infantilha experimentado un descenso notable. Hoyviven y engendran hijos individuos con afec-ciones genéticas que antes resultaban f:atales.Los depredadores naturales ya no determinanla supervivencia.

Steve Jones. del Colegio Universitario deLondres, sostiene que la evolución humana hatermirtado. En el debate celebrado en 2002 enla Sociedad Regia de Edimburgo bajo el titulo"¿Ha terminado la evolución?", Jones afirmaba:"Las cosas han cesado de mejorar, o empeorar,para nuestra especie. Si queréis saber cómo esla Utopia, mirada vuestro alrededog’. Jonessugeria que, al menos en el mundo desarro-llado, casi todas los personas llegan a la edadreproducUva y las posibdidades de tener hijosson iguales para pobres y ricos. La resistenciaa enfermedades congénita~ (al Vllq, por ejem-p[o) otorgarla todavía una ventaja en cuanto la supervivencia, pero el factor decisivo sobre lavida o la muerte corresponde hoy a la cubura,m~s que la herencia genética. En resumen, laevolución puede hoy considerarse "memática"(por la ~ransmisión cuhural de la información)más que genética [véase "El poder de los me-

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mes", por Susan Blackmore; INVESTIGACIÓNV CIEr~Cla, diciembre de 2000].

Otra hipótesis afirma que la evolución ge-nética prosigue todavía hoy, pero a la inversa.Ciertas caracteristicas de la vida moderna pue-den provocar cambios evolutivos que dificul-ten nuestra supervivencia, si no la cuestionan.Multitud de estudiantes universitarios viven etasu propia pid las consecuencias de ese tipo deevolución "inadaptativa": dejan la reproduc-ción para más adelante, mientras muchos desus compañeros de instituto que no han idoa la universidad empiezan enseguida a tenerhijos¯ Si los padres menos inteligentes son losque tienen más descendencia, entonces la in-teligencia constituye una desventaja da~vinistaen el mundo actual; la inteligencia promediopodria evolucionar a la baja.

La historia de esos razonamientos es largay controvertida. Aduce uno de los numerososcontraargumentos que la inteligencia humanacomprende diversas facultades codificadas porun número extenso de genes; es, por tanto,heredable en un grado bajo. ha selección na-tural opera sólo sobre rasgos heredables. Semantiene vivo d debate sobre la beredabilidadde la inteligencia [véase "Gen~tica de la inte-ligemcia", por Carl Zimmer; INVESTma¢IóN yCIEt~¢tA, diciembre de 2008]. Las investiga-ciones no han detectado ninguna disminuciónde la inteligencia promedio.

Algunos cientificos piensan que podrianacumularse en la especie humana otros ca-racteres más heredables, pero perjudiciales.Ciertos trastornos de la conducta (el sfndromede Tourette y el de hiperactividad por déficitde atención o TDAH) podrhn ser codifica-dos por un número reducido de genes y ser,por tanto, heredables en alto grado. Si talesalteraciones aumentaran la probabilidad detener hijos, destacarfan m:~s en cada nueva ge-neraci6n. Según David Comings, del Institutode Investigación Beckman, esas condiciones sedan ahora con mayor frecuencia que antes, [oque podrh deberse a la evolución: las mujeresque sufren tales sindtomes no suelen ir a launiversidad, lo quc aumenta la probabilidadde que tengan más hijos que las dem~s. Otrosexpertos presentan graves ohjeciones a la teoffade Comings; no existen pruebas que demues-tren un aumento de la incidencia del Tourertey del TDAH. Además, las im~es figaciones sobreesos trastornos entrañan una gran dificultadpor el estigma social que afecta a quienes lossHfren,

Aunque los ejemplos anteriores no superanun examen cienrifico, la línea básica de razo-namiento resulta en cierta medida plausible.Tendemos a pensar que la evolución implicauna modificación estructural sin reparar en

INVEST[GACIONCIENCIA, enero, 2oo9

que afecta tambidn a la conducta. Muchosindividuos llevan genes que les hacen pro-pensos al alcoholismo, la drogadicción u otrostrastornos. La mayoría de ellos no sucumbe,porque los genes no imponen un destino (suefecto depende del entorno). Pero otros si.Sufren entonces trastornos que pueden incidiren la supervivencia y en el número de hijosque tengan. Esas alteraciones de la fertilidadbastan para que opere el influjo de la selecciónnatural. Gran parte de la evolución futura dela humanidad podria comportar nuevas con-ductas que se extiendan como respuesta a lascambiantes condiciones sociales y ambientales,Por supuesto, la especie humana se diferenciade las demás en que no tiene que aceptarpasivamente la lógica darwinista.

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Evolución dirigida¿P/n qud no dh]gir nueslra evoJucidn comoh~71ii(is hecho con la d~ ral~[Os ailil~l[ll~s y ve~

g¢[a]cs? ¿P(~r qué esperar a que [a sclecciñnHar/lral de&Hr/ll]e s/i tarl2a cuando I~Osotros

pi)demos hacerlo más del;risa y de un modoque nos bcncl~cie? En eL área de la conductahumana, [us [fidlogos laslrean los COlnponcnles ocnet[co~ no sólo de los trastornos shlolalnhién de la se×ualidad y la compedlividad,nluchc/s d~ los cuales podrian ser hel’edab[cs,al menos en parte. Andando el dmnpo, qu]zá sea n]ol~cda eomútl Tamizar ht dotación

g~.¿dca &’l paciente !’ ohccerle I~h’macospersonalizados

La etapa s[guic[ll¢ consistirá en ~2ambiarIo$ geJles dt: hls pel’sonar, Puedell Callllñars~k)s genes salto en el órgano af~cta&~ ([ch~piag~nica s(m~áñca) o aherar el gcnoma entero

(terapia génk:a germinal). Los invesrigadorcsbatallan todavía con la terapia gdnica som iticapara curar enfermedades. Pero si logran algúnd~a exLender]a a las células gcrrnina]es (óvubis y espermatozoides), nll sólo se ayudará alafectado, sino tambidn a su descendencia. Elprincipal obsráctdo que hallará Ja ingcnicriagcnd[ica en nuestra espcde será la complejidaddel genero J humano Los genes sue[¢n realizarm,is de una [’unción; a la inversa, las funcionesacostumbran estar codificadas por imis de ungen. Debido a esa propiedad, denominada

p[dorrop;a, manipu/al un gen puede aclrrealconsecuencias h/sospechadas.

¿No hemos de intentado siquiera! Ias prcsioncs por alterar los genes vendrán de lospadres, deseosos de asegurar que su hijo sea

niño o niña, guapo, inteligente, con talentomusical o buen carácter, l) que I]O sca avicxo.

depresivo, hiperacdvo o se convierta el/ uncrhninah A la irresistible presidn paterna por

la mejort genética de la prole cabda añadir¢[ combate contra el envejecimiento hLtmanll.

[Numerosos estudios recientes sugieren qll~

la veiez no Col’responde tanto a LI]I desgas-to del organismo cuanto a tina decadenciaprogramada, en buena medida bajo controlgélúCO. De ser dio cierto, la prdxima centuriade investigación genética podña dcsbhNuearnulnerosos g¢lles que controlan mu[Litud deaspecu/s del envejecimiento. Y esos genes podrian manipu[arse.

Supmùendo que el Calnbh~ de nuestros ge

nes fuera factible, ¿cómo afbcraria a h f’ururaevolución de la humanidad? Probablemen-

te tendr[a ua [uerte impacto. Supmlgamosque los padres manipu]aran :] stJs hiios en lasprilnmas fases de su vida para potcnciar suintdigcncia, vigor ~’isico y longevidad, Si loschicos hmran tan inteligemes como longevos(cociente intdcctual de 150 y esperanza devida de /50 años) tendrian más hijos y acumular~an iil¿S exitos que el resto de IlOSO[rO8,Probabiememe serían at raidos por olms de susmismas cara¢leristicas. Con cierta segregacióngeogláfica o social que se autoimpusicran, susgenes podrian derivar y di~brenciarsc por finen una nueva especie. Algún dia, pues. cstarlaen nuestras illano$ traer al mundo LLna/ IIUeYa

especie humana Nuestros descendientes deberán elegir si deciden seguir ese canlino

Futuro cibernétic0,*On más dO~ci] de preveE que nuestro uso deJa hlgenielhl genética es el que hagamlls de lasmáquinas o el que ellas ejerzan sobre nosotros.¿Acaso la evolución fina] de nuestra especierenderá a una simbiosis con las máquinas, unaSíl][e£is ]]LHIlaEIO I~láqtl01¿? \ll]chcls escriLL)Ee5

de fan[as;a dent(fica han p~edic}m la vincula

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ci6n de nueslros organismos con robots o ladescarga de nue~rroa cer,-bros en ordenadoresA decir verdad, nuestra dependencia de lasmáguinas es ya urna realidad: igual que las fi>bricamos para satisl:acer necesidades humanas,

fieRlOS estructurado nuestras vidas ! comporIalTI]entos para atender las suy*s. Puesto qn~las máquinas son cada vez más complejas yestán ITlá, inrerconectadas, [orzosamenl¢ habrá

que acomodarse a ellas. Opinión quz expusocol1 toda crudeza George Dyson en su librodv 1998 Dm-li,ir* amon,~ the Ma, hine~ (Dar-wbl entre las máquinas): "Todo lo que están

Bos[ro[l~ propollld otJa visi(~n, l]lás oscllra~

que nos resuira demasiado famifiar: la ruinaque nos causar~a la carga de nueslrus cerebrosen ordenadmes f a intdigencb~ artificial avan-

zada ¢ncapau[arfa los diversos componentesde la c()gnición hunlana y los cnsamblarfa algo que ya no serra humano, y quc nos rornarra obso]ems Bosu’om predice el siguientecut~o de acontecimientos: ’%Jgunos individuos

cargan y elaboran numerosas copias de si mis+mos M[untras tanto, se produce /in progresogradual en neuroci¢ncia e inteligencia ar tificJal;al final se hace posible aislar módulos cog-

batiendo los humanos para f’aci~iulr el tnanejo nitiw)s individuales )’ conectarlos a módulosde las redes de ordenadores, facilita ,d propio

dempo, aunque }lar razones distintas, quc losbunlanos sean manejados por las redes infoi-nl~~tJcas.. La evolución darwinista, en una

de esas paradojas que canto abundan en lavida, puede ser vicdma de su propio ~xi[o, al

no poder segLdr el ritmo de los procesos n(~darwinis(as que ha generado".

Nueseros logros técnicos amenazan inun-dar los viejos caminos de la evolución. Con-

sideremos dos visiones del futuro que apa-recen en un ensayo de Nick Bosrrom, de laUniversidad de Oxf~~rd, de 2004. El enio-que optimista propone: "A grandes rasgos,apreciamos urla tendencia domhlante hacianiveles superiores de complejidad, conoci-miento, consciencia y organización dhigiday coordinada; tendencia que, sin aqui[ataJdemasiado, pe)demos denominar ’progreso’.Según esa visión panglossiana, ¢1 tegis;ro delos éxitos anteriores ohece argumentos sólido~para creer que la evolución (ya sea biol6gica,mero~tica o ~écnica) seguirá encauzada en lasdileccioncs dcseables".

Señalemos. no obstante, quc esa i~feren-

cia al "progreso" seguramenle es[remecerfa aS¢even Jay (;ot*Id Sosrenia Gou[d que ]os

~~Ssiles, incluidos k)s de nuestros antepasados,nos enseñan que el proceso de la eVO]LlCi()[I

no es con[{nLloj sirio quc cxperinlenr;l pulsos

de actividad y periodos de estasis ("equilibriopuntuado"). N(~ es "progresivo~’ ni direceiona]los organismos (a¢l pronto crecen com(}

adlican. Pero la evolución se ha demostradoal menos en una dirección: la del aumenlode la complejidad. Quizá sea ~se el destino dela evo]ud6n humana: una complejidad mayora Iravés de c[erea combinación de anatomia,~ñsio]og;a y ~onducta. Si col~tinuanlos la adap-tación (y emprendemos una hábil ingenieriaplanetaria), no hay ~azones de indole gcné-gca o evolucionista para que nucs;ra espe-cie no permanezca hasta ver apagarse el SoLA diferencia del envejecimiento, la exdnción

no parece estar programada en fi]s genes acninguna especie.

p]ocedcl/tcs de otras mentes descargadag..,

Ios m6dulos que se acomoden a un patrón

C()lTlún SCIán nlás ~:apaees de comunicarse

cooperar con otros m6dulos B por tanto, illásproductivos ecOnóluicanlente, cleando Lino

presión a f~vor de la estandarización.., la]¥ffL no baya lugar para arquitecturas mentalesdel tipo humano".

Como si [a obsolescel~cia técnica no fuerasu]lcienremente pertulbadora, Bostrom retraena serialando algo todavía más temible: si laaptitud evolutiva rnviera que nledirse por laeficacia de Jas máquinas, mucho de lo que con

sideramos quintaesencia de lo humano scfiadesterrado dc nuestro linaje. En sus palabras,"hay exrravagancias y diversiones que pretell-den dar a la vida humana gran parte de susentido {humor, amor, juego, arte, sexo, baile,contacto social, fib~soEa, literatura, descubri-mieIltos cicntificos, comida, bebida, amistad,fami]ia, deporte) y a las que nos dedicanlospreferentemente con predisposici(mes que ennuestro pasado evolutivo ~’ueron adaptat]vas;~qué base tenemos para confiar cn que esasactividades u otras similares sean adaptativastambién en el mañana? Quizá lo que en elfuturo exu’cme su idoneidad sea s6[o el trabajofatigoso ), illonÓ(ono, sin luchll]ento, oriell-

todo a mejorar el octavo dechnal de algunamedida de Ia producci6n ecotlómica"

En resumen, suponiendo que no vayamos ala extind6n, el fnnn’(l de la humanidad podriadiscurlir por IAno de varios callliIIos:

Estasis. Nos quedamos más o menos igualque ahora con pequeños cambios debidossobre rudo a la lusi6n de razas.

Especiaci6n. Evoluciona una nueva especie

humana en es{e a otro planeta.Simbiosis com máquinas. La inregraci6n de

las máquinas y [os cerebros humanos produce una inteligencia colectiva que puede o nonlalltcner las cualidades que hoy reconocemosconlo [ll]illa rlaS.

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20866

156000

01/01/2009

MONOGRAFICO

82-87

6INGENIERIA GENETICA Y BIOLOGIA MOLECULAR

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