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HORIZONTE DISTRITAL DE LA FORMACIÓN DISTRITO ARGENTINA - PARAGUAY

Horizonte Distrital de la Formación

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ASOCIACIÓN EDUCACIONISTA ARGENTINAViamonte 1982 - 4° piso - Of. G - (C1056ABD)

Buenos Aires - ArgentinaTel.: (011) 4374-9046

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DISTRITO ARGENTINA - PARAGUAY

HORIZONTEDISTRITAL

DE LA FORMACIÓN[Versión 2.2]

22 de junio de 2003

Buenos Aires, 2 de diciembre de 2004.

Horizonte de la Formación, es el títu-lo que hemos querido darle al presentedocumento, que quiere ser para todosaquellos que encaren la formación en lospróximos años, un "hacia dónde ir", odicho de otro modo, un "por dónde ir".

Estamos convencidos de que elDistrito de Argentina y Paraguay es forma-dor de sus agentes pedagógicos pastorales.Y como tal, presenta aquí desde la imagende los umbrales progresivos y los niveles deconciencia, el itinerario del lasallano y lalasallana en nuestro Distrito.

Este Horizonte da cuenta de los con-flictos que en la vida cotidiana enfrenta-

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Y Texto

Nuestro camino en la formación

1. Desde 1990, el Distrito de Argentina-Para-guay ha venido escribiendo sobre la con-ciencia que tiene de su empeño por viviriluminado por el Misterio de Jesucristo, En-carnación de Dios en el mundo para sutransformación por la fuerza de la Pascua yde Pentecostés. Esta consideración es paranosotros clave de lectura y criterio de ac-ción. Esta contemplación es para nosotrosun camino que recorremos juntos.

2. El camino de la formación del Distrito hatenido sendas diferentes, no aisladas,progresivamente convergentes para Her-manos y Seglares.

3. En este camino hemos ido construyendouna imagen propia en nuestro Distrito,imagen que todavía está en camino. Lo queen algún momento1 comprendimos como

mos todos y nos configuran como las personas quesomos. Conflictos y tensiones son hechos familia-res en nuestras vidas, y aquí se nos invita a transi-tarlos para configurar nuestra existencia del modomás humano y libre posible.

Mirando a los próximos diez años de nuestroDistrito con este Horizonte, queremos trabajar paraprovocar la pertenencia comunitaria y la libertadcreativa, en un estilo de Iglesia de Comunión,peregrina en el mundo y comprometida en la evan-gelización de la cultura.

A la Comisión de Formación, a los ConsejosDirectivos, a las comunidades de Hermanos, a losdocentes, a todos los que participaron en la confec-ción de este texto durante más de dos años: Gracias.

Por la Comunidad de Animación Distrital.Hno. Martín Digilio, Visitador del Distrito

de Argentina y Paraguay.

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1. Estas expresiones, en un instituto internacional como el nuestroestán sujetas a un juego de uso complejo. No siempre han coinci-dido los usos locales y los oficiales. La expresión Familia Lasallanafue muy frecuente entre nosotros desde la década del sesenta alochenta. Sin embargo en 1989, cuando casi estaba en desuso entrenosotros, recibimos una “Carta a la Familia Lasallista” que dirigía elConsejo General a todo el Instituto. La misma carta habla de unaFamilia muy amplia que incluye instituciones, grupos y personas. Enel 2000, el Capítulo General utilizará la expresión “Asociación” parareferirse a la relación entre casi los mismos grupos.

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ro. Es el límite de nuestro interés: distingue loque nos interesa de lo que no. Por eso establecedistancias, criterios, prioridades, plazos.

6. Juntos, Hermanos y Seglares nos hemos pro-puesto un Horizonte Distrital que buscaorientar la formación. Proponernos un hori-zonte distrital para la formación es alzar unaseñal para un camino que queremos realizarjuntos en torno al sentir, pensar, valorar y de-cidir juntos. La formación es un trabajo queapuesta a la misión dentro de diez años.

7. Mirar juntos el horizonte abre un campo de jue-go común. Dentro de él podemos movernos enlos intereses comunes para jugar y jugarnos,esforzarnos y disfrutar juntos. El juego tiene for-ma de diálogo. No busca la dominación.

8. El horizonte propio y el horizonte común no tie-nen por qué coincidir desde el principio. Poreso el campo de juego abierto por el estableci-miento del horizonte común es lugar de conflic-tos. Todos estamos llamados a este juego.

Formación, conflictos y placer:la opción por un horizonte común

9. Esa misma conflictividad es la que está enel centro de la formación. La formaciónmisma es un proceso acumulativo de reso-lución de conflictos dialécticos hacia hori-zontes de mayor atención a la experiencia,de mayor comprensión inteligente, de valo-ración más ajustada al evangelio y de deci-siones más responsables.

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Y Familia Lasallana, constituida sobre todo desde lazosde afecto y tarea compartida, nos llevó a entenderque había allí algo oculto: la espiritualidad lasallanaque los Hermanos podían compartir. Nació así la mi-sión compartida desde la espiritualidad compartida.En ese compartir descubrimos el tesoro de la asocia-ción como el núcleo fuerte que nos vincula a Herma-nos y Seglares. Pero en ese mismo núcleo estamosdescubriendo la pluralidad de los modelos que nossuman a la misión con y sin asociación formal o ju-rídica. Por eso hablamos hoy de un distrito que quie-re y busca ser comunidad de comunidades. Un nue-vo modelo de Distrito que todavía no sabemos haciadónde nos puede llevar, pero que entendemos comofidelidad al querer de Dios sobre nosotros.

4. Las comunidades, en su pluralidad, son la fuente, el lu-gar y la meta de la formación. Comunidades lasallanas,comunidades para la misión.

Horizonte y horizontes en la formación

5. Hablamos de horizonte para referirnos al límite de nuestravisión. Horizonte es lo que sale a nuestro encuentro cuan-do miramos. Es el mundo que viene a nosotros como futu-

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Para nosotros, como Distrito, siempre han sido más importantes las realidadesque las definiciones muy exactas. Nuestros documentos han buscado tratar dejugar entre el señalamiento de orientaciones y las realidades efectivas. Por eso“misión compartida” fue primero una realidad, un proceso progresivo desde loscomienzos del Distrito y no nos asombró cuando en 1987 la expresión figuró enla Regla del Instituto. Compartir la espiritualidad fue un proceso de crecimientonatural que hemos ido comprendiendo de a poco, como todo lo demás.

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Y este el punto de mira de los procesos formati-vos. El desarrollo de la conciencia responsablede los grupos y de las personas, su mayor feli-cidad, el gozo de la libertad asumida responsa-blemente y realizada en el seguimiento comu-nitario de Jesús.

Conflictividad y formación: caminos inauténticos

12. Algunos modos de resolver los conflictos bus-can el dominio de las personas al someterlassiempre a una posición dependiente y de mino-ridad. Para realizar esto, las instituciones, cuyoproyecto incluye esta dinámica, crean disposi-tivos que operativizan la dominación supri-miendo las opciones que dan lugar al creci-miento de la subjetividad conciente y responsa-ble. Es evidente que no toda institución tieneesta dinámica. Pero ante el conflicto, existesiempre el peligro de recurrir a estos caminosinauténticos de resolución.

13. Los dispositivos institucionales que bus-can la dominación de las personas mu-chas veces recurren a la noción de “forma-ción permanente” para reparar una su-puesta desactualización de las personas ylos grupos. La noción de actualización ha-blaría, en estos casos, de un grupo queposee el saber actualizado como algo pro-pio. Ese grupo está en posición de poderdentro de la institución. Pero lo que buscala institución no es la subjetividad de los

10. Hay conflictos de distintos tipos y se ubican en distintosniveles: personales, comunitarios, hermenéuticos, cogni-tivos, éticos, sociales, políticos, económicos, simbólicos...Unos son más fecundos que otros. La fecundidad depen-de de la estructuración de los opuestos en conflicto: 10.1. unos conflictos son de tipo complementario,

en el que lo aparentemente opuesto no es si-no dos posibles miradas igualmente válidas.Este conflicto se resuelve en el diálogo, queaunque doloroso, no conduce a horizontesefectivamente nuevos. Esta apertura implicanecesariamente la humildad de aceptar laparcialidad de lo propio.

10.2. otros son derivados del desarrollo histórico delconocimiento, en el que las oposiciones se deri-van de comprensiones más o menos completassobre algo. Muchas veces la idea que tenemossobre algo ha quedado anclada en un períododel desarrollo del conocimiento de ese objeto eignoramos ulteriores desarrollos, cuyo conoci-miento no daría lugar a este conflicto.

10.3. otros son dialécticos: lo que se opone en ellos sondos posiciones irreconciliables a favor o en contradel evangelio. En los anteriores, la oposición pue-de resolverse en la convivencia de ambos polos.No así en este caso. El conflicto dialéctico obliga ala opción: o lo uno o lo otro. En el conflicto dialéc-tico, la libertad sensibilizada, conciente y respon-sable descubre que una afirmación da vida y laotra produce muerte, que una es más fecunda quela otra.

11. Los que interesan a la formación son estos últimos por-que llevan al incremento de la conciencia responsable. Es

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Y dos dialógicos, puede ser oportunidad para elaprendizaje y para el crecimiento, mientrasexista apertura en las personas y grupos enjuego. La interiorización del fracaso como si-tuación definitiva puede llevar a la muerte.

18. Otro camino inauténtico es el de la resisten-cia corporativa. Muchas veces, grupos o per-sonas que se sienten amenazados en juegointerno de las instituciones organizan la for-mación para la conservación de su situación.También este es un camino inauténtico desolución de la conflictividad.

19. Los modos de resolución de conflictos queinteresan a la formación desde nuestro hori-zonte lasallano no están destinados a la do-minación sino a la posibilitación del creci-miento de las subjetividades, del ejercicio dela libertad para la comunidad que es signodel Reino en la animación de la misión co-mún. La verdadera actualización es la de lasposibilidades de la persona y los grupos ensu autotrascendencia.

Conflicto, diálogo y autotrascendencia: formación

20. Los modos de resolución de conflictos queinteresan a la formación tienen forma dialógi-ca en el espacio de juego abierto por la de-terminación de los horizontes comunes.

21. Tomar los conflictos como oportunidad deautotrascendencia es hacernos concientesde la necesidad de convivir permanente-mente en la tensión de lo instituido y lo ins-

grupos en su interior, sino la dominación de los mis-mos y de las personas en función de su propia per-petuación y de la del estado de cosas.

14. Los caminos inauténticos incluyen casi siempre la no-ción de dogmatismo y de unilateralidad autoritaria dela verdad. Una concepción así comprende la formacióncomo sometimiento y como cierre progresivo.

15. Cercana a esta postura de recurso a la formaciónpermanente como actualización está la de la fasci-nación por lo novedoso. Muchas veces las institu-ciones organizan su formación por la lógica del mer-cado editorial, recurriendo continuamente a las úl-timas versiones de las distintas teorías. La desac-tualización se comprende como un problema, en lu-gar de buscar soluciones para los problemas reales.De esta forma la capacitación resultante se muevesobre cuestiones ociosas que se demuestran infe-cundas en la práctica educativa.

16. Otras veces, los dispositivos institucionales recurren alcontrol de las personas por el recurso a la homogenei-zación de las prácticas y las teorías. La referencia deeste tipo de dispositivo de dominación no es la actuali-dad supuesta de las teorías y las prácticas, sino el pa-sado y la ortodoxia como supuesta fidelidad a algunadefinición de la identidad institucional. En el juego delo instituido y lo instituyente, esta comprensión de laformación se cierra a la novedad y traiciona la fidelidadal origen que custodia lo instituido.

17. Otras veces el dispositivo institucional –o la concienciaque lo ha interiorizado- recurre a la figura del fracasopara encerrar el conflicto en una situación sin salida. Loque es aludido como fracaso es siempre una experien-cia compleja y ambigua que puede ser resuelto de mo-

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Y plio, nos acercamos permanentemente porpasos verticales.

24. El placer, el gozo del valor realizado conjun-tamente en las personas, en las comunida-des y en sus actividades es el logro de losprocesos formativos. En esta experiencia deplenitud el futuro que viene a nosotros es al-go poseído aunque más no sea fragmentaria-mente, en cada autotrascendencia personal ygrupal, individual o institucional efectiva-mente realizada. Juego y conflicto, esperanzay fiesta son indisolubles. Por eso el acto cen-tral de la formación es festivo.

La formación

25. La formación es una preocupación institucio-nal por el futuro de la misión. Nuestra misiónes construir la esperanza por la educación.En la comprensión lasallana, formar para lamisión tiene que ver con la pertenencia y lafidelidad: no hay educación sin una comuni-dad que se comprometa en ese proyecto,porque lo que educa es el credo compartido.Y pertenencia y fidelidad, en la tradición la-sallana, tienen que ver con asociación, con lacapacidad de comprometer la propia fideli-dad con una comunidad concreta cuyo pro-yecto supera el trabajo local. La formación esel proceso de facilitación de la autotrascen-dencia en, desde y hacia la asociación.

26. La formación es una iniciación existencial.Iniciación es un proceso de inserción de la

tituyente, de lo vivido y lo por vivir, de lo personal ylo comunitario, de lo bueno y lo mejor.

22. El horizonte propio y el común tienen movilidad. El futu-ro es siempre móvil. Porque el Futuro Absoluto es Diosmismo que viene a nosotros como plenitud del mundo. Elfuturo viene y lo esperamos como aquel lugar al que per-tenecemos sin saberlo: la verdad, la justicia, la belleza, lavida. Pero la movilidad del horizonte no tiene que servirde coartada para la inmovilidad de las personas y de lasinstituciones. Alcanzar el futuro es vivir en proceso, es ac-ción, apertura, autotrascendencia.

23. Cada uno de nosotros y los distintos grupos a los quepertenecemos nos movemos habitualmente dentro denuestros intereses, en el término de nuestro horizontepersonal o grupal. Dentro del horizonte habitual nosmovemos horizontalmente, decidiendo en nuestromundo, interesados en lo de siempre. Dentro del hori-zonte personal o grupal nos preocupamos por lo propioy decidimos muchas cosas, pero de un modo más omenos autocentrado. Pero pasar al horizonte común,abrirnos a nuevos intereses más amplios y descentra-dos, exige un salto a otro horizonte que nos trasciende,a otro círculo de intereses, a uno superior. Pasar a unhorizonte superior es saltar expansivamente a interesesde mayor alcance. Es un salto cualitativo. Eso es unejercicio vertical de la libertad. Una decisión vertical esla de poder realizar cosas que no estaban en lo que ha-bitualmente se esperaba y nosotros mismos esperába-mos de nosotros. Eso es la autotrascendencia. No es unsalto de lo malo a lo bueno, sino de lo bueno a lo me-jor. Esto es lo que busca construir la formación comoun flujo permanente de actividad en las personas y losgrupos. Al horizonte común, que es cada vez más am-

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Y zonte mayor: el del valor conocido y amadoconjuntamente. Enamorarse de las mismaspersonas, de los mismos valores y de las mis-mas ideas nunca es una disolución de lasidentidades, porque el amor identifica al mis-mo tiempo que unifica.

30. Porque es iniciación, formación no es sim-plemente capacitación. La capacitaciónpuede ser un momento en algunos proce-sos formativos o no. Incluso, a veces, loseventos de capacitación pueden obstaculi-zar la formación.

31. Porque es existencial, formación no es algomeramente intelectual o puramente prácti-co. Iniciación existencial no es una rituali-dad exterior por la que se pasa más o me-nos mecánicamente. No consiste en algoque se añade a la persona sino en una rein-terpretación, una nueva construcción, unarelectura desde la propia experiencia en unnuevo horizonte más abierto.

32. Porque es inserción en una comunidad,formación no es nunca algo individual. Lapersona en relación es el sujeto de la for-mación. Nos formamos desde, en y hacia lacomunión. Y porque esta comunión es ca-tólica, no puede ser comprendida nuncacomo sectaria, excluyente de otras perte-nencias eclesiales o civiles.

33. Porque es desarrollo interior, siempre es pro-ceso, nunca un evento aislado, nunca es al-go impuesto, algo exterior, sino siempre unacontecimiento de libertad.

persona en la comunidad lasallana distrital, comunidadde comunidades. Iniciación existencial es un desarrollointerior de la afectividad, el pensamiento, la valoracióny la libertad de la persona hacia los sentimientos, lasideas, los valores y el proyecto educativo y evangeliza-dor de esas comunidades.

27. La inserción comunitaria es el estado dinámico de es-tar enamorado junto a otros de las mismas personas,de los mismos valores y de las mismas ideas. Este es-tado de enamoramiento común tiene que ver con laspersonas que juntas se van enamorando y con las po-sibilidades de esas mismas personas.

28. Enamorarnos es un desarrollo profundo de nuestrasensibilidad inteligente y responsable. Es convertir elamor en el acto originario de toda nuestra actividad,poniendo determinadas personas en el centro que or-ganiza nuestra vida. Estas personas son descubiertaspor nosotros como valores que requieren nuestra op-ción total en un proceso continuo. Así el enamora-miento es un proceso de autotrascendencia. Nos ena-moramos de nuestros compañeros, de nuestros alum-nos, de los pobres, de Jesucristo, del Evangelio, desus valores, de sus intereses, de sus proyectos. Ena-morarnos es transformarnos en un dinamismo, en unestado dinámico de estar enamorados como principiodel que fluyen nuestros deseos y temores, nuestrastristezas y alegrías, nuestro discernimiento, nuestrasdecisiones y nuestras realizaciones. Este estado diná-mico es el mismo Espíritu que ha sido derramado ennuestros corazones (Romanos 5,5).

29. Como todo proceso de enamoramiento no está exentode dificultades y contradicciones. Como todo enamora-miento implica la propia conversión, el salto a un hori-

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Y 39. Pedagogía es el modo en que se aprende y loque aprender significa desde nuestra antro-pología cristiana.

40. El lugar del pobre es su situación, su causa,su lucha, sus intereses: la vida, la dignidad,el trabajo, el placer. El lugar del pobre aludetanto a situaciones de desigualdad como dediferencia en distintos niveles: de edad, degénero, sociocomunitarios, simbólicos, políti-cos y económicos.

41. Discernimiento es el proceso por el que aten-demos particularmente a una experiencia pa-ra comprenderla, valorarla desde el evangeliocomo ocasión de conversión y decidir respon-sablemente por las posturas más consisten-tes con la opción por Jesucristo.

42. Pedagogía del discernimiento desde el lu-gar del pobre es el proceso por el que elsentir, el pensar, el valorar y el decidir delas personas, se configuran en un flujo per-manente desde ese lugar, hacia el serviciode los pobres por la educación, desde, en yhacia comunidades.

43. Esta pedagogía es la puesta en práctica delespíritu de fe y de celo. La Meditación parala Fiesta de Epifanía de La Salle (MD 96)concentra dramáticamente la fuerza de estapedagogía: Dios que llama insistentementedesde el lugar del pobre, la fe que debemoseducar para discernir su voz, el celo para sos-tener la búsqueda en el discernimiento, eldiscernimiento como una tarea comunitaria,el lugar del pobre como lugar de encuentro

34. La formación, mirada desde el interior de las personas y losgrupos, requiere tiempo. Es tarea de todas las edades.Cuando las personas y las comunidades no destinan tiem-po para interiorizar es muy posible que hayan pasado de laseriedad personal y profesional a la rutina profesional y auna cierta abdicación de los propios sueños. En nuestroscontextos empobrecidos, lograr esos tiempos es a veces unesfuerzo que requiere un fuerte apoyo institucionalizado.

35. La formación requiere de la creación de equipos ycomunidades en las que la mediación de la inicia-ción existencial sea posible. Esto es, comprendernuestras obras, equipos, grupos, comunidades, co-mo ambientes de modificabilidad en los que la ins-titución diseña itinerarios y encuentra personas quepuedan mediar la autotrascendencia de las perso-nas y los grupos.

36. La formación es un trabajo de la esperanza fundada en lafuerza de Dios y en la libertad propia y la de los demás.Todo puede ser de otro modo, todo tiene alternativa.

37. Propiamente, no cabe hablar de formadores y forman-dos. Nadie forma a nadie, nos formamos en comuniónsiendo unos mediadores ante otros. Los habitualmentellamados formadores son un grupo de mediadores queel Distrito coloca en situación de animación de los pro-cesos de formación por su grado de conciencia del ho-rizonte común, para mediar la iniciación conciente delas comunidades y de las personas.

Pedagogía de la formación

38. La pedagogía de la formación del Distrito de ArgentinaParaguay es la pedagogía del discernimiento desde ellugar del pobre.

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Y da de la pobreza y de nuestra opciónpor el lugar del pobre como propio.Nuestra atención a Dios presente co-mo compañero de tarea, como quiennos elige, consagra, congrega y envía,se deriva de nuestra fe en él como Vi-da de nuestra vida, Alma del mundo,Señor de la Historia, Futuro Absoluto.

44.4. Formar para la identidad responsa-ble, personal y comunitaria, en el“juntos y por asociación para el servi-cio de los pobres”, a imagen de la Tri-nidad, Misterio de comunión y parti-cipación. Formarnos para la unióncon Jesucristo y el Espíritu.

45. Estas son cuatro miradas sobre la forma-ción que es siempre un proceso unitario.Todo proceso formativo debe tenerlas encuenta conjuntamente: fe y celo, contem-plación y comunidad, unidas en la relación.La relación que siempre es única y que, almismo, tiempo nos lleva a Dios, a los hom-bres (los compañeros, los alumnos, los po-bres), al mundo, a las formulaciones cientí-ficas con las que trabajamos en la escuela.Son estas las cuatro conversiones que tene-mos que mediar en los procesos de forma-ción: la contemplación como un nuevo mo-do de prestar atención, la fe como un nue-vo modo de entender la vida, el celo comoun nuevo modo de valoración en las apre-ciaciones, la comunidad como un nuevomodo de ser responsables.

con Dios, la fe que abre ese espacio, el celo que llevaal amor y al honor de los pobres y sus intereses. “Quela fe los lleve a hacerlo con afecto y con celo, porqueellos son miembros de Jesucristo” (MD 96.3).

44. Entendemos el espíritu de fe y celo en la línea queLa Salle inició como “una participación en el Espíri-tu de Dios” (Carta 105) y como un proceso de for-mación (Cf. Prólogo del Capítulo 2 de las Reglas Co-munes de 1718):44.1. Formar nuestra atención a la experiencia co-

tidiana para formar juntos los “ojos de lafe”, para poder mirar las cosas en Cristo,con la profundidad que la Palabra de Diosles otorga. Formarnos para la adoración deDios Presente y Actuante. Así el lugar delpobre es claramente el lugar del Dios de lospobres. El espíritu de fe nace de nuestra de-voción a la Biblia.

44.2. Formar nuestra comprensión inteligente de laexperiencia desde la memoria de Jesucristo, elpobre, Dios Encarnado, Muerto y Resucitado,para calibrar mejor el punto de mira de la ac-ción, para poder obrar celosa, entusiastamen-te, y sin doble intención, para ser la compañíaamorosa de los varones y mujeres en el Espíri-tu, sobre todo los niños y adolescentes, sobretodo los pobres.

44.3. Formar nuestros criterios de valoración para atri-buir a Dios lo que viene de él. Esto nos llevará auna comprensión contrastada de la vida, distin-guiendo las oportunidades de conversión, crean-do una esperanza posible hacia el Padre. Tam-bién nos llevará a una comprensión más ajusta-

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Y sólo movidos por la fe, entrega del pro-pio misterio personal a Dios.

47. Resumiendo, se trata de una conversióndel empleo al ministerio y de la organiza-ción a la comunidad. Pero está claro quelos itinerarios en esta conversión puedenser muchos y variables.

Los itinerarios de la formación: mediaciones para autotrascender

48. Comprendemos la iniciación existencial, que esla formación, como un cruce de umbrales. Losumbrales son pasos pascuales, momentos deconversión, ejercicios de libertad vertical en losque pasamos de un horizonte a otro, de hori-zontes centrados sobre los intereses individua-les a otros centrados sobre el otro, el alumnoque menos sabe, puede o quiere, el excluido,el Dios de Jesucristo. Son realizaciones vertica-les de la libertad, por las que responsablemen-te pasamos a vivir de un modo nuevo.

49. Un umbral es un cambio de horizonte. Unhorizonte muestra el límite de los interesespropios y los ajenos. Pasar a otro horizonte essaltar a un ámbito más descentrado de inte-reses. Es autotrascender, es convertirnos.

50. Estos umbrales no son localizables a nivel deuna experiencia que se hace, como un curso.Pero son, en cierto modo, perceptibles en laexperiencia que se vive. Son reconocibles através del discernimiento de la comunidadque vive en ese umbral.

46. Por eso la formación lasallana, tiene siempre cuatro ta-reas a realizar conjuntamente en todos los itinerariosformativos2 que se derivan de estas miradas a formar yconversiones a mediar:46.1. La comunitariedad de los educadores: se trata de

un paso de la dependencia a la pertenencia: nosasociamos para tener juntos y por asociación lasescuelas al servicio de los pobres.

46.2. La profesionalidad de los educadores: se trata deun paso del tecnicismo a la sabiduría: siendomediadores del Espíritu de Jesús, Sabiduría es-condida de Dios.

46.3. La vitalidad de los educadores: se trata de un pa-so de la intrascendencia al signo: servidores delDios de la verdad hasta dar la vida, día a día.

46.4. La libertad de los educadores: se trata de un pasodel espíritu escolar a la fe: el espíritu escolar es elpropio de quien en una conciencia dependiente ac-túa por temor o por costumbre, por cumplir con laautoridad o por no perder su lugar. El espíritu de feque para La Salle es el espíritu del cristianismo nosimpulsa a no vivir de un modo dependiente sino

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2. “Llamamos itinerario formativo a la práctica de autoapropiación de la biografíapersonal, comunitaria y distrital interpretada, reconstruida desde determinadosumbrales y niveles de conciencia. En este sentido el itinerario formativo es uncamino, un recorrido de búsqueda intencional, personal, que la comunidad lasa-llana propone a cada uno de sus miembros. Un itinerario formativo no se reducea una sumatoria de cursos y actividades; se opone a la homogeneización y a lainclusión en un todo cerrado y prearmado; no es un proceso solamente intelec-tual ni solamente afectivo. Un itinerario formativo tendrá que tener en cuentacondiciones, intencionalidades, destintatarios, etapas, procesos, metodologías ycontenidos en torno a: identidad/espiritualidad, pertenencia/comunidad, des-pempeño/misión” (Del borrador del equipo “Itinerarios formativos”).

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Y samente cumplirse en cada existencia particu-lar de cada educador. Los distintos umbrales yniveles de conciencia no pueden servir comoúnicos criterios para la evaluación de las perso-nas como si fueran una medida de su compro-miso con la institución. Dentro de cada umbralhay cabida para un enorme desarrollo personalen compromiso fiel.

56. Tampoco deben ser concebidos desde una vi-sión de progreso ininterrumpido y sin límitesen la vida humana. En la biografía de cadauno y de cada comunidad hay muchas idas yvenidas, avances y retrocesos.

57. Pasar de un umbral a otro es algo que cada unohace llevado por el amor que experimenta. Lasconversiones de umbral en umbral suponenambientes comunitarios posibilitadores, me-diadores de estos actos de libertad vertical.

58. Desgraciadamente también existe la posibili-dad del revés de la conversión, la resistenciaa la autotrascendencia. El respeto de los di-namismos de las personas y los grupos, elrespeto a las múltiples pertenencias y a lasprovisionalidades, nunca puede ser, para losanimadores de la formación, para los encar-gados de la conducción institucional y paralos actores de la formación en general, unaexcusa o una máscara de la resistencia a laautotrascendencia.58.1. Umbral de contacto inicial / Nivel de

conciencia: tarea58.1.1. Para quien tiene un primer con-

tacto con determinada obra

51. La formación es también constitución narrativa deidentidades personales y comunitarias. La identidad la-sallana ha sido narrativamente constituida desde la ex-periencia fundante de La Salle y de los primeros Her-manos. Esa identidad fue inicialmente masculina, céli-be y consagrada. El correr de la narración nos lleva aredefiniciones complementarias masculinas y femeni-nas, célibes y matrimoniales, consagradas y seglares. Yen esto hay una autotrascendencia institucional.

52. Los umbrales que vamos cruzando son experimentadoscomo profundizaciones de nuestra identidad, comotrascendencia de horizontes. A ellos nos referimos co-mo niveles de conciencia en el proceso de iniciación,proceso de constante reiniciación.

53. Hablar de niveles de conciencia significa reconocerdistintos modos de comprensión de la propia existen-cia y del sentido de la vida. Estos cambios de nive-les son saltos de trascendencia en el modo de auto-comprensión. Reconocer los distintos niveles de con-ciencia y el dinamismo de las personas, significa nocentrar la maduración sobre etapas de participaciónen acontecimientos exteriores, en cuestiones cuanti-tativas, como podrían ser cantidades de semanas deformación, cantidades de retiros, de cursos… sino enla propia identidad que crece en la apertura a un ca-risma de educador cristiano que se reconoce progre-sivamente en la propia vida.

54. Estos niveles de conciencia, como los umbrales, estánconcebidos como descentramientos, como realizacio-nes verticales de libertad. Los niveles de conciencia sonla apropiación conciente de los umbrales.

55. Los umbrales y los niveles de conciencia son presentadoscomo un itinerario de plenificación, pero no deben forzo-

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Y una guía externa, que no mecomprometía con ellos másque a proveer a su manteni-miento y a cuidar de que cum-plieran con su empleo conpiedad y educación.”

58.1.5. Como vemos, este nivel deconciencia se centra en el “yotrabajo” o aun el “yo colabo-ro”. Pero no va más allá de al-go puramente exterior. Exteriorno significa mal desempeña-do. Cabe una enorme profe-sionalidad y fidelidad dentrode este horizonte.

58.2. Umbral de pertenencia / Nivel de con-ciencia: participación58.2.1.En algún momento, el educa-

dor experimenta un descen-tramiento mayor. De prontosiente que de alguna mane-ra ya no tiene el control com-pleto de su vida. Los requeri-mientos de colaboración vanmás allá de lo previsto. Per-tenece a algo más grande enel que su vida encaja de unmodo que lo excede y lo ple-nifica; su vida de educadoradquiere un sentido más am-plio. Se descubre como suje-to de la Historia de la Salva-ción que, con una necesidad

educativa pastoral lasallana, la vincula-ción se da fundamentalmente a travésdel Proyecto Curricular Institucio-nal y secaracteriza por la adopción de un modode trabajo específico que irá descubrien-do poco a poco.

58.1.2. Hay un paso progresivo de la ignoranciainicial de lo lasallano a la noticia más omenos exterior, dentro de este umbral.Probablemente también pueda haber unpaso de profundización en los conteni-dos de la tarea que pueden tener que vercon el sentido religioso de la tarea, consu sentido comunitario y con una seriede exigencias de seriedad.

58.1.3. Nadie empieza este itinerario de ini-ciación desde cero. La biografía de ca-da uno lo ha traído hasta la obra lasa-llana. Tal vez el ingreso, aunque hayaignorancia del proyecto, comience enun nivel de conciencia que no sea elde la mera tarea.

58.1.4. Como escribía La Salle en 1694 en suMemoria de los comienzos, refiriéndosea acontecimientos de 1679: “Estas dosocasiones, a saber, el encuentro con elSr. Nyel y la proposición que me hizo esaseñora (Catalina Leleu) me han hechoempezar a ocuparme de las escuelas pa-ra niños. Antes no había pensado en elloen ningún momento. (...) Yo me había fi-gurado que el interés que tomaba por lasescuelas y los maestros consistía sólo en

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Y quiere vida para todos, empe-zando por aquellos que estánexcluidos de los beneficios dela educación. Y puede com-prometerse en esa misión.

58.3.2. El Distrito no tiene obras edu-cativas y pastorales sola-mente para enseñar y paraanimar socioculturalmente.Lo que sostiene esta red edu-cativa y evangelizadora, es laintención de constituir laIglesia, Pueblo de Dios entre-tejido de comunidades paraacoger el Reino de Dios en lasociedad, siguiendo el cami-no de Jesús, Dios encarnadoen nuestro mundo.

58.3.3. 1691 marcó el paso de esteumbral para san Juan Bau-tista de La Salle. Dos textospodrían ayudarnos a com-prenderlo: el Memorial sobreel hábito y la Fórmula de vo-tos utilizada en el gesto lla-mado Voto heroico: “San-tí-sima Trinidad, nos consagra-mos enteramente a Vos paraprocurar con todas nuestrasposibilidades y todo nuestrointerés el establecimiento dela Sociedad de las EscuelasCristianas (...) sin podernos

enteramente azarosa, pasa por él, porsu comunidad, por el mundo de estaescuela en cuyo proyecto participa. Sa-be que forma parte, toma parte y tomapartido. Y en ello encuentra felicidad.

58.2.2. “Y si hubiera sabido que el cuidado de pu-ra caridad que tomaba para con los maes-tros hubiera podido obligarme a convivircon ellos, lo hubiera abandonado (...) elsimple pensamiento de que hubiera teni-do que vivir con ellos me hubiera resulta-do insoportable”. Así continúa el texto deLa Salle anteriormente citado. Los umbra-les son pasos pascuales, saltos de hori-zontes autocentrados a otros autotrascen-dentes. Pasos de mayor verdad, de senti-mientos más valiosos. Cambiar de um-bral, cambiar de intereses, es un momen-to de conversión en nuestra vida.

58.2.3. Quien vive en este umbral puede identifi-carse con la obra a la que pertenece. “Yosoy parte” puede decirse. “Yo participo”,“lo mío vale”, “este es mi lugar”.

58.3. Umbral de la misión / Nivel de conciencia:compromiso58.3.1. Quien se descubrió llamado a pertenecer

a una comunidad con su proyecto, pue-de en un momento de su vida, descubrirque en el fondo de esa familia a la quepertenece hay un proyecto, una intencio-nalidad. Puede descubrir que en el cora-zón de esa intencionalidad está el Diosde Jesucristo, el Dios de los pobres que

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Y do”, “esto es lo mío y lo prefie-ro”, “amo esto aunque econó-micamente no sea tan ventajo-so”, “esto es lo nuestro”.

58.4. Umbral de la comunidad / Nivel deconciencia: animación58.4.1. En el complejo tejido de

nuestro Distrito reconocemoscomunidades de Hermanos,comunidades de fe y de laPalabra formadas por segla-res, grupos intencionales quevan naciendo y asociacionesmás formales de Hermanos ySeglares y equipos que pue-den caminar hacia formasmás comunitarias.

58.4.2. Llamamos comunidades lasa-llanas a los grupos establescuyas relaciones interpersona-les tienen una densidad im-portante como para conferiruna identidad particular a susmiembros. Estas relacionesestán fundadas en la fidelidadcristiana al proyecto comuni-tario. Dichas comunidades la-sallanas están centradas en lamisión que animan junto aotras comunidades.

58.4.3. Las comunidades son el re-sultado de un largo procesoque debe ser acompañado

desentender del mismo, ni siquiera enel caso de que quedáramos los tres so-los en dicha Sociedad o que nos viéra-mos obligados a pedir limosna y vivirde solo pan (...) prometemos hacer porunanimidad y por consentimiento co-mún todo lo que creamos, en concien-cia y sin consideración humana algu-na, ...” Es el compromiso perpetuo deasociación con otros para una misióncuya intención profunda ha sido con-cientemente experimentada, compren-dida, valorada y adoptada.

58.3.4. La identidad lasallana queda definida ensu identidad por este compromiso. Losnombres del compromiso que nos defi-ne, tanto a Hermanos como a Seglares,son asociación, estabilidad y obediencia.Este es el nudo de la comunidad lasalla-na: juntos y por asociación al servicio dela educación de los pobres. Una misiónque supera el entusiasmo individual.Una misión que necesita de la asocia-ción. Un proyecto que merece la estabi-lidad de la asociación más allá de la du-ración de los compromisos individuales.Un proyecto que requiere la entrega de lapropia libertad para el logro de la misión,la resignación de los proyectos individua-les aislados en obediencia al discerni-miento común.

58.3.5. Quien vive en este umbral se piensa como elque se queda aunque pierda. “Yo me que-

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Y juego del poder. Animar espotenciar. El poder no debeconfundirse con el ejerciciode la autoridad. Todos pue-den más o menos, de acuer-do a su posición en el campode juego y las posibilidadesdeterminadas en el mismo.

58.4.7. El poder de animación es po-sibilitación de la vida de laobra educativo pastoral, delas regiones, del Distrito. Elpoder de animación se niegaal dominio, se arrepiente y seconvierte de toda forma dedominación transformándoseen servicio de animacióndesde el lugar del pobre: ac-tualización de todas las posi-bilidades de todos, dar vidaa lo que está escondido.

58.4.8. La comunidad educativa seconstituye y se interpreta a símisma como comunidad decomunidades. La misma cali-dad educativa de la obra sejuzga desde la existencia y vi-talidad de las comunidades.

58.4.9. Para La Salle 1694, el mismoaño en que escribe la Memo-ria de los comienzos que ve-níamos siguiendo, marca elcruce de este umbral. Ha po-

local, regional y distritalmente. Llama-mos grupos intencionales a aquellosgrupos que, distrital o regionalmentereconocidos tienen como proyecto laconstrucción de su identidad comuni-taria lasallana.

58.4.4. Entre quienes están comprometidos enel proyecto de una obra educativo pas-toral y que han comprendido la inten-cionalidad misionera que el mismo im-plica, hay quienes llegan a constituircomunidades de fe, animadoras de lasobras educativas. Sus relaciones inter-personales y su posición en el conjun-to tienen una suficiente perdurabilidaden el tiempo y en el juego de poder, elcampo de fuerzas posibilitadoras delDistrito. Estas características las cons-tituyen en comunidades animadoras: lacalidad de sus relaciones, sus posibili-dades y su perdurabilidad.

58.4.5. Suscitar, animar, fortalecer y dinamizar es-tas comunidades es como un punto de fu-ga que direcciona la actividad de conduc-ción de los centros educativos, de las re-giones pastorales y del mismo Distrito.

58.4.6. El juego del poder en las instituciones, elcampo en el que se crean las posibilida-des, se compone de fuerzas disemina-das en su interior y su exterior. Las co-munidades y sus miembros están inser-tas en ese juego como actores. La ani-mación dice relación especial con este

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Y costado no significa el olvidode la propia identidad y lapertenencia a la comunidad.

58.5.2. El testimonio del valor de la mi-sión, de la intencionalidad co-mo guía de la conversión ha-cia los más pobres es un teso-ro de las comunidades lasalla-nas. Por eso el Distrito, las co-munidades, las obras y losservicios deben buscar laconstitución de espacios enlos que este testimonio seamediado para la misión. Hayen eso un camino institucionala recorrer construyendo local,regional y distritalmente lasmediaciones posibles.

58.5.3. En 1714 La Salle intentó des-vincularse de su comunidad.Pero sus Hermanos lo requi-rieron por un tiempo más. LaSalle obedeció a sus sociosque le pedían un último es-fuerzo. Ese esfuerzo significópara su conciencia de Funda-dor, la necesidad de dar lugara un Hermano como autori-dad. Luego, hasta último mo-mento se esforzó por vivir co-mo cualquier Hermano. Dedi-có su tiempo a la formaciónde los novicios, a pulir su Ex-

dido dedicarse a escribir la Regla paraconstruir la vida de la comunidad, co-labora con los Hermanos para redactartextos que animen la vida escolar (Guíade las escuelas; Deberes del cristiano;Reglas de cortesía, Meditaciones...) yquiere dar la autoridad a un Hermano.

58.4.10. Los que animan son los que se preocu-pan por actualizar las potencialidadesde los demás. “Yo me hago cargo jun-to con ustedes”, “nos ponemos la obraal hombro”.

58.4.11. Vivir en la animación de la obra no sig-nifica ser siempre el encargado de suconducción. Ni siquiera es forzoso tra-bajar en ella. La animación es másuna postura de vida, un nivel de con-ciencia, que un encargo funcional.

58.4.12. La comunidad que anima es una comu-nidad sabia: tiene sabor propio; es se-guidora de Jesús, el Maestro Sabio; escreadora de ámbitos de relación; es pre-sencia y señal; es conciente de su voca-ción; es docente; ha sido enviada porotra comunidad y envía nuevos misione-ros para crear comunidades.

58.5. Umbral de la distancia / Nivel de conciencia:testimonio58.5.1. Llega en la vida del educador un tiem-

po en que debe dar un paso al costado.Puede coincidir con la jubilación o no.Pero para quien pertenece, se ha com-prometido y ha animado, el paso al

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Y conciencia de que en el fondono hay un acuerdo en algunaporción del proyecto que sos-tiene a la comunidad o a laobra educativa y evangeliza-dora por un lado, y los crite-rios, las ideas o las realizacio-nes de esta persona o estegrupo por el otro. Esto será di-fícil y por eso requiere unacompañamiento sostenido.

58.6.2. Otras veces es la misma perso-na o un grupo quien decide sudesvinculación. Correspondea quienes animan la forma-ción mediar la autotrascen-dencia de estas personas paraque su salida del proyecto la-sallano sea una ocasión decrecimiento, de profundiza-ción de su propia identidaddesde el desacuerdo connuestro proyecto.

58.6.3. No parecen encontrarse enla vida de La Salle ocasio-nes en las que haya tenidoque despedir a alguien per-sonalmente. La mayoría delos maestros que en un co-mienzo había reclutadoAdrián Nyel se retiraron en1681 manifestando su de-sacuerdo con el proyecto

plicación del método de oración, y aconstruir comunidad. Así pudo decir alfinal de su vida: “Adoro en todo el proce-der de Dios para conmigo”.

58.5.4. El testigo es el que hizo una síntesis vitaldel sentido de la vida desde el seno delmundo. Es una persona que ha cargadocon sus preguntas y ha buscado y en-contrado en el seno de la relación. Esuna persona que ha sentido el gozo deaprender y educar. Es una persona quese ha encontrado con el Dios de la in-tención que hay detrás de la misión. Esuna persona que ha aprendido a amarrenunciando a poseer.

58.5.5. “Esto vale más allá de mí y mi partici-pación”, “qué bueno lo que están ha-ciendo”, “yo he dado la vida por esto yagradezco que ustedes lo mantenganvivo”, “antes era distinto y estaba bien,pero lo de hoy me gusta también”: esla conciencia del testigo.

58.6. Umbral de la desvinculación / Nivel de concien-cia: desacuerdo58.6.1. A veces, desafortunadamente, las comu-

nidades y las instituciones deben proce-der a desvincular a algunos de susmiembros, individual o grupalmente. Es-te dolor debe formar parte de los proce-sos formativos y no ser considerado co-mo algo aparte. En los momentos dedesvinculación debe mediarse un incre-mento en el nivel de la conciencia, la

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Y pia decisión aunque ignorándolo un poco.Como dice La Salle: “Dios, que todo lo guíacon sabiduría y dulzura, y que no acostum-bra forzar la inclinación de los hombres, que-ría comprometerme del todo a cuidar de lasescuelas, y lo hizo de manera muy impercep-tible y en mucho tiempo, de tal modo que uncompromiso fue llevándome al siguiente, sinque yo pudiera preverlo desde el comienzo”.

60. Pero toca a las comunidades de fe, a cada unade ellas, hacer el discernimiento tanto del in-greso como del egreso, de los avances y de lavaloración de las personas que admite en suseno. Lejos de todo voluntarismo estéril, cadaregión pastoral, cada obra educativa, cada ser-vicio, cada grupo, cada equipo y cada comuni-dad debe pensar en la formación de sus miem-bros solidariamente con las demás, en un teji-do interdependiente de comunidades, grupos,servicios, equipos, agentes, regiones y obrasque llamamos Distrito.

61. El camino de umbral en umbral, de concien-cia en conciencia, no se logra con una se-cuencia de cursos bien montados sobre espi-ritualidad, aunque estos sean necesarios. Esun camino de descubrimiento en el seno dela propia experiencia de vida docente, profe-sional, un camino de conversión continua, uncamino penitencial, un camino vivido en co-munidad, un camino de autoapropiación. Esun camino difícil, tensionante, en el que con-viven los reclamos de lo cotidiano y de lamultiplicidad de pertenencias.

lasallano. En el conflicto del desa-cuerdo el mismo La Salle verá unaocasión para su propia conversión ysu propia autotrascendencia. Cuan-do en 1682 los maestros le cuestio-nan la precariedad del compromisoque los une, él terminará resolviendodejar su canonjía y distribuir sus bie-nes porque “los ejercicios de la co-munidad y el trabajo de la escuelaexigen un hombre entero” (Memorialsobre el hábito).

58.6.4. Es conmovedor ver sus actitudes en elacompañamiento de algunos casos deHermanos que terminaron abandonan-do la Asociación como, por ejemplo, elconjunto de cartas al H. Matías (Car-tas 42 a 51); lo mismo que su actitudpara con Nicolás Vuyart, quien habíaabandonado la Asociación en 1704para intentar salvar un proyecto localde formación de maestros. Aunque es-to le causó un gran dolor (expresadoen la Carta 17 a Gabriel Drolin), cuan-do el proyecto igualmente fracasó yNicolás quiso regresar, La Salle eraproclive a readmitirlo, cosa que losHermanos no permitieron.

Umbrales, niveles de conciencia y comunidades

59. Cada persona pasa de umbral en umbral movida porDios. Cada persona pasa de umbral en umbral por pro-

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Y 62. El camino de umbral en umbral necesita del amor comu-nitario que se hace acompañamiento, mediación de la au-toapropiación para la autotrascendencia de las personasy los grupos. Este acompañamiento es el servicio que lascomunidades encomiendan a algunos de sus miembrosque han podido construir una memoria suficientementecrítica de su propio camino de autoapropiación, que hanpodido constituirse en narradores responsables de la iden-tidad comunitaria, que han podido desarrollar competen-cias mediacionales probadas.

63. En este camino de interiorización de la experiencia, loseducadores podrán pasar del empleo al ministerio y dela organización a la comunidad. Y cada pasaje de um-bral en umbral merece ser celebrado.

64. La comunidad es fuente, lugar y meta de la formaciónporque fuera de la relación de pertenencia nos hallamossolos, en un soliloquio estéril que nos llena de preguntasvacías o nos reduce a coleccionistas de respuestas inúti-les. Las preguntas verdaderas nacen en el seno de la re-lación de la comunidad. Es allí que tiene lugar el diálogode la vida y sus necesidades con los saberes cultivadospor las ciencias y traspuestos con esfuerzo por los edu-cadores para sus alumnos. Es allí donde la experienciade cada uno se hace pregunta y respuesta para la de losdemás. Es allí donde cada uno es oferta de sentido y pro-mesa de encuentro para los compañeros.

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