Hughes Sharrock 1997

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    1/61

    Traduccin deM N I C A U T R I I J L A D E N E I R A La filosofa de lainvestigacin social

    /wJOHN H U G H E Sy W E S S H A R R O C K

    FONDO DE CULTURA ECONMICAM X I C O

    L

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    2/61

    Pr imera edicin en espaolde la primera edicin en ingls, 1987Segunda edicin en espaol,de la tercera en ingls, 1999

    Se prohibe la reproduccin total o parcial de esta obraincluido e l diseo tipogrfico y de portada,se a cual fuere el medio, electrnico o mecnico,sin el consentimiento por escrito del editor.

    Ttulo original:The, Philosophy o f Social Research Long m a n Group UK Limited 1990 Addison Wesley Longman Limited 1997, parala presente edicinISBN 0-582-31105-5

    Esta traduccinde la tercera edicin en ingls de La filosofa de lainvestigacin social se publica po r acuerdo co n Addison WesleyL o n gm an Limited, Londres

    D . R. 1999, F O N D O D E C U L T U R A E C O N M I C ACarretera Picacho-Ajusco, 227; 14200 Mxico, D . F.ISBN 968-16-5656-3Impreso en Mxico

    PREFACIOEsta tercera edicin ha sido considerablemente re-visada de diversas maneras; en primer lugar, al in-vitar a Wes Sharrock como coautor. Wes y yo he-mos estado trabajando juntos sobre toda unavariedad de proyectos durante buen nmero deaos, y esta tercera edicin no habra sido factiblesiquiera sin su docta y considerable participacin.E n segundo lugar, incluye exposiciones de varias la-gunas que haba en la segunda edicin; especial-mente faltaban Foucault, Derrida y los esfuerzos delo s posempiristas por sostener el espritu del posi-t iv ismo. El tercer cambio, uno de los ms impor-tantes, se encuentra en la estructura del libro. Enefecto, la revisin de los argumentos se divide aho-ra ms claramente en dos partes: la primera tratadel positivismo y la segunda examina toda unagama de ideas que constituyen reacciones a aqul.La trama que une ambas partes es la del funda-mentalismo y el antifundamentalismo, y ayuda adar cierta continuidad temtica a las que podranparecer cuestiones muy diferentes e inconexas. Eltexto ha sido extensamente revisado e incluye doscaptulos nuevos, los cuales responden a las inte-rrogantes que rodean la fundamentacin del len-guaje en la ciencia social. Tambin la conclusin ha

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    3/61

    VIL LENGUAJE, REALIDADY RACIONALIDAD

    Si, C O M O en el captulo anterior, se dice que los fe-nmenos soc ia les son de na tura leza predominante-men te "s ignificativa", y es tn cons t i tu idos por me-dio del l enguaje , cabe preguntar si la adopcin detales enfoq ues correr el riesgo de caer en e l subje-tivismo, el idealismo y el relativismo. Dada la con-cepcin de s ign i f icado y de lenguaje como mediospara "def in ir la realidad" o "cons t i tu ir la realidad",n o significa esto que se ha roto la conexin esen-cial entre lenguaje y significados, por una parte, yun a realidad e xtern a, por la otra; que la realidad seha vuel to in terna al s ignif icado y al l engua je , y not iene n ingn nexo con nada que ex is ta fuera dellenguaje y e l s ign if icado, como un mundo na tu ra l?Examinaremos dos conjuntos de ideas, las de Witt-genstein y las de su seguidor Peter W i n c h , acercadel l engua je , y las de Thomas Kuhn sobre la racio-nalidad del progreso cientf ico; unas y otras sonfuen tes importantes de las angustias antes mencio-nadas. Estas angustias han provocado argumentosen contra que in ten taban reaf irmar e l que cons ide-ran un realismo necesario acerca de la existencia deun m undo externo , ma ter ia l o na tura l y , por lo tan-to , tratan de recuperar par te del ter reno pe rd ido en332

    LE N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 3 3el enorm e giro adverso a l pos it iv ismo, mie ntras dancabida a mu chas de las objeciones hech as con tra l.El "rea l ismo trascendenta l" de Roy Bhaskar ilustraeste punto de vis ta .

    Uno de los resultados de la reaccin contra elproyecto positivista ha sido la sbita prominenciade las preocupaciones ep is temolgicas .1 En e l cap-tulo anter ior hemos v is to a lgunos in tentos de tratarla cues t in del s ignif icado bs icamente en t rminosmetodolgicos y sociolgicos, es decir, dirigindosea la preg unta de cmo una sociologa que preten deestudiar lo s f e n m e n o s que son s ignificativos en lanaturaleza llega a enfrentarse a esos fenmenos deun a mane ra in te l ec tua lmen te rigu rosa pero no po -sitivista ni, de modo necesar io , cientf ica. Sin em-bargo, au nq ue ta les enfoque s acaso no se propus ie-ran hacer lo , han se rv ido , a l m e n o s en parte, paraprecipi tar un movimiento de cues t iones ep is temo-lgicas has ta e l centro del escenario. Tales preocu-paciones sern el principal tema de los dos prxi-m os captulos. El rechazo del proyecto positivistafu e insp irado o condu jo a la aceptac in de muchostipos diferentes de actitudes "antipositivistas", enpar t icular posiciones "ant i fundacionis tas" o "anti-formalistas" .

    1 Conno l ly (1995) sugiere que el cambio del positivismo alpose s t ruc tu a l i smo es un paso de preocupaciones epis temolgi-cas a preocupaciones oncolgicas. El proyecto posit iv is ta depen-d a de supos ic ione s oncolgicas imp l c i t a s , que e s taban t anp r o f u n d a m e n t e a r ra igadas que no se la s p o n a en duda. E lpose structura l ism o, af irma Connolly, cuest iona prec i samenteesta suposicin.

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    4/61

    334 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A DUna de las consecuencias de negar a la cienciauna posicin privilegiada sera el rechazo de la ideade que la ciencia poda ser la portadora de la certi-dumbre acerca de la natu ra le z a de la realidad. L a

    necesidad de tener certidumbres fue parte de unaconcepcin filosfica l l am ada "fundacionismo", lacual sostena que slo podamos tener c onfia nza ennuestro conocimiento si logrbamos ident i f icar a l-gunas cer t idumbres . E l conocimiento era como unedificio que slo poda mantenerse en pie si estababasado en cimien tos seguros e inam ovibles. Y parael conocimiento tales cimientos seran la s certi-dumbres absolu tas . Por lo tanto, como lo h e m o s es-bozado en el captulo i, desde el principio mismode la filosofa m o de rna se lanz la bsqueda de unconjunto de cer t idum bres , un conjun to de proposi-ciones de las que no se pudiera dudar. De estem o d o , el concepto mismo de fund acion es es t co-nectado con el problema del escepticismo pues,desde luego, tales certidumbres absolutas deberanse r capaces de resistir a las ms persistentes y pro-fundas dudas de los escpticos desafiantes. Comoes bien sabido, las nicas certidumbres que logrpresentar Descartes fueron la existencia de Dios y"pienso, luego existo". Sin embargo esto bast, yaque a par t i r de dichas cer t idumbres inic iales Des-cartes pudo entonces deducir otras cosas que, porestar derivadas lgicamente, compartiran la verdadde las premisas de las que procedan. Los emp iris-tas, co n quienes se asoci el positivismo, buscaronla cer t idumbre en la experiencia sensorial, es decir,

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 3 5la exper iencia que pudiramos conocer direc ta-mente . Tenemos nuestras experiencias sensorialesy no necesitamos hacer inferencias para conocerlas;por consiguiente, no corremos el riesgo de hacer in-ferencias discutibles acerca de ellas. Cuando hable-mos de W. V. O. Quine, en el siguiente captulo, loasociaremos con el trmino "posempirismo", enparte por el modo en que ab ando na la posibilidadde encontrar certidumbres del t ipo empirista.De esta forma, abandonar doctrinas como el po-sitivismo podra se r y as fue considerado aban-donar tambin las aspirac iones funda cionis tas y, se-gn muchos, adoptar posiciones antifundacionistas.A m e nu do se ha considerado qu e rechazar el positi-vismo porque t iene un carcter funda cionis ta impli-ca la adopcin de la opinin opuesta: que no hayfundamentos. Sin embargo, es ste un paso haciael escepticismo No es sta una emigrac in a la ideade que no existe cosa tal como los fundamentospara el conocimiento y que, por lo t an to , nu nc apuede haber un conocimiento autntico, final, de-finitivo y categrico? N o t iene que haber siempremargen para la duda y no debemos, por lo tanto ,aceptar que nuestras convicciones ms ntimas pue-den estar tan desviadas como las de nuestros pre-decesores histricos? Por consiguiente, no debe-ramos retirarnos a una posicin de mucho mayorhumildad y aceptar que nuestras propias creencias,incluso los tan elogiados logros d e la cienc ia, tal vezno sean mejores, no sean m s ciertos o seguros quelos de cualquier otro? sta es, por lo tanto, otra ruta

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    5/61

    33 6 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A Dpor la cual el relativismo empieza a parecer no me-nos convincente.

    Otro cambio que ha ocurrido en la filosofa du-rante este siglo, y que ha cobrado importancia en susegunda mitad, es lo que se ha llamado el "giro lin-gstico", reflejado en todos los argumentos que re-visaremos en los restantes captulos. La n a t u r a l e z ay el papel del lenguaje se han vuelto la manzana dela discordia para muchas de las principales cuestio-nes de la filosofa, incluyendo las epistemolgicas.Que podamos conocer algo o no se ha vuelto, enparte importante, una pregunta sobre si las expre-siones de nuestro lenguaje (en que se expresannuestro pensamiento, teoras y creencias) puedencaptar la naturaleza intrnseca de la realidad. Lasposiciones relativistas tienen que negar esto. Suscrticos sostienen que deben negar al menos que ellenguaje pueda conocer alguna realidad externa in-dependiente. Si distintas creencias, expresadas endiversas formas lingsticas, son todas ellas igual-mente vlidas, no pueden identificar todas una y lamisma realidad. Por lo tanto, el relativismo implicaque el lenguaje no puede ser un medio de conoceruna realidad externa. Los relativistas pueden soste-ner que la idea de una "realidad independiente dellenguaje" es vlida, afirmando que la realidad esproducida, constituida o construida por medio dellenguaje, y que por ende podemos conocer la reali-dad, pero no puede ni podr ser jams una realidadindependiente de l lenguaje y del pensamiento. D e estemodo, la idea de que la naturaleza de una realidad

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 33 7caracterizada por el lenguaje deber depender de laestructura de la realidad a la que caracteriza, y quepor lo tanto debe haber una forma nica que eselenguaje pueda adoptar, resulta casi invertida por laafirmacin de que la naturaleza de la realidad sederiva del lenguaje y de que el lenguaje o, dichoms estrictamente, los hablantes del lenguaje "cons-tituyen" o "construyen" la realidad. De este modo,puede haber tantas realidades diferentes como di-ferentes estructuras del lenguaje y de la creenciahay. Hablar de "realidades mltiples" a u nq u e noprecisamente en el mismo sentido en que las iden-tifica Schutz se vuelve posible, y claras la s impli-caciones relativistas: lo que puede ser verdadero enuna realidad es independiente y diferente de lo quees verdad en otra.

    Nos concentraremos en algunas de estas cues-tiones mediante un examen de los argumentos con-tenidos en las obras de dos de las principales figu-ras en gran parte responsables de precipitar losdebates acerca de l relativismo: The Idea of a SocialScience de Peter Winch (1990, 1977) y The Structureo f Scientific Revolutions (1996), de Thomas Kuhn [L aestructura de las revoluciones cientficas, Mxico, Fon-do de Cultura Econmica]. Estos dos libros inicia-ron unos debates que se han enconado cada vezms desde su publicacin. Ambos han sido acusa-dos de engendrar posiciones relativistas al subva-luar la racionalidad de la ciencia. Continuaremostambin el anlisis de algunos temas revisados en elcaptulo v en relacin con la concepcin positivista

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    6/61

    33 8 L E N G U A J E , REALIDAD Y RACIONALIDADde la natura leza de la investigacin social, que t am-bin son pertinentes a los problemas de la relacinentre los conceptos legos y de las ciencias sociales.Sin embargo, antes deseamos analizar co n mayordetal le algu nas de las consecu encias de l levar el len-guaje a un lugar principalsimo en la escena de losdebates metodolgicos.

    LOS C IMIENTOS DE L LENGUAJ ELa idea de la acc in como fenmeno profunda-mente ar ra igado en e l uso del lenguaje ordinar ioapoya de ma nera marcada una idea del lenguajecomo const i tut ivo del mundo social . Tambin im-plica que las acciones slo pueden ser ident i f icadaspor medio de los conceptos de los propios actoresde acuerdo con las visiones que stos tienen delmu ndo. A dem s, impl ica una marcada d is t inc inontolgica entre el m u n d o fsico y el mu n d o h u ma -no y, lo que no es de sorpre nder, esta distin cinbien podra tener serias consecuencias epistemol-gicas. Por ejemplo, sobre este ltimo aspecto W inchaf irma que, aunq ue la s ciencias naturales y tambinla s sociales hacen que los sistemas de co nceptos in-f luyan sobre su s respectivos temas, lo que es tudianlos cientficos naturales tiene:

    una existencia independiente de esos conceptos. E x i s -tieron tormentas y truenos mucho antes de que hu-biera seres humanos para formarse conceptos de ellos

    LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDAD 339[. . .] no tiene sentido suponer que los seres humanospudieran estar emitiendo rdenes y obedecindolasantes de que llegaran a formarse el concepto de man-do y de obediencia [Winch, 1990: 125].Como ya lo hemos visto en el captulo anterior,lo s miembros de la sociedad tienen sus propias con-cepciones de lo que estn haciendo y de las "concep-ciones segn la s cuales normalmente pensamos enlo s hechos sociales [. . .] ent r an en la vida social mis-ma y no simplemente en la descripcin de el la quehace un observador" (Winch, 1990: 95).Se considera que la tesis segn la cual la identifi-

    cacin de las acc iones debe necesar iam ente es tar enel lenguaje del actor social t iene muy serias conse-cuencias sobre el estatus del conocimiento acercade lo social. Lo que se es t proponiendo es msque, simplemente, apremiar a los investigadores so-ciales a investigar la s ideas y las creencias de aque-llos a quienes es tudian. La discusin es acerca de lanatura leza de los conceptos util izados por la cienciasocial para explicar sus fenm eno s. La identifica-cin de las acciones no slo d e pe nd e de conceptosempleados por los actores sociales en el curso desus vidas, sino tambin las normas de evidencia,prueba, racionalidad, y similares, que afectan la crea-cin y evaluacin de dichas identificaciones. As,poder ver que alguien que est tal lando una piezade madera es t efec tuando un acto religioso exigeatribuirle a esa persona el concepto de "religin",cuya posesin es la capacidad de util izar debida-

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    7/61

    340 LENG UAJE, REALIDAD Y RACIONALIDADmente es e concepto y establecer distinciones entreesta actividad y otras.2 Las concepciones de la rea-lidad y de cmo se la puede estudiar, aunque inde-pendientes de las ideas de cada individuo, dependende las actividades humana s del caso que, a su vez,debern ser definidas por quienes las practican.Esto, puede decirse, es tan verdadero para la cien-cia como para la religin, para el arte, para crear fa-milias, para la poltica y para cualquier otra activi-dad humana .Estos argumentos t ienen una fuerza especial conrespecto al estudio de las culturas que son distintasde las nuestras propias. Tales estudios se enfren tanal problem a de catalogar las condu ctas que se estnpresenciando. Para seguir con el e jemplo anter ior ,qu est haciendo un hombre que talla una piezade madera? Est dedicado a una actividad econ-mica? Es un acto de culto? U n gesto poltico?Simplemente un m odo de pasar el tiempo? 3 El pro-blema, como lo ha sealado Schutz, es que las acti-vidades pueden parecer s imilares pero t ener d i-ferentes s ignif icados dentro de sus respec tivasculturas.4 Si un patrn de actividad es "una danza

    2 "Concepto" no es lo mismo que "palabra". Podra decirsequ e alguien que se dedica a actividades similares a la plegaria yel culto tiene el concepto "religin", aunque tal vez su lenguajeno tenga es a palabra.3 Desde luego, no hay una razn necesaria por la que deba-m os l imitarnos a una sola categora. La pertinencia de las des-cripciones est atada al punto de vis ta adoptado co n respecto ala actividad.4 Esto tambin es aplicable dentro de culturas .

    LEN G U A J E, R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 4 1de guerra, un intercambio de mercancas, la recep-cin de un embajador amigo u otra cosa" (Schutz,1963: 237) es algo que slo pueden decir los pro-pios participantes.

    Han sido observaciones como stas las que hanservido para plantear la cuestin del relativismo.Una cult ura distinta de la nuestra p uede parecemosun mbito de discurso distintivo y justificado por smismo, con su propia lgica y normas de racionali-dad, en funcin de las cuales se la debe describir yjuzgar. Para algunos esto implica una inconmensu-rabilidad de esquemas de pensamiento, ya quenuestros propios esquemas de pensamiento, inclu-yendo el de la ciencia, estn arraigados en nuest racultura y por lo tan to no pueden consti tu ir una po-sicin absolutamente independiente desde la cualcomprender e investigar otras culturas. Ese relati-vismo radical surge de las ideas de los lingistas Ed-ward Sapir y Benjamin Lee Whorf , a quienes se hainterpretado diciendo que sostienen que las dife-rencias entre lenguajes reflejan diferencias en lametafsica o en las "cosmovisiones". Esta tesis noslo es acerca de las diferencias notadas en el voca-bulario de los diferentes lenguajes sino sobre elmodo en que los vocabularios estn organizadospor sus gramt icas y, de esta manera, organizan la sformas de pensamiento de quienes hablan ese len-guaje. Entonces, la gramtica de un lenguaje es vis-ta como una teora de la realidad. Diferentes modosde ver el m und o se expresan en d iferentes sistemasclasificatorios que quedan indicados por las dife-

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    8/61

    342 LENGUAJE, REALIDAD Y R A C I O N A LI D A Drencias de gramticas y, de este modo, es la gram-tica la que determina el pensamiento y el modo enque el mundo es visto y constituido. No hay mane-ra de apartarse del lenguaje para determinar el va-lor de verdad de las "cosmovisiones". No podemosenfrentar una "cosmovisin", como teora completade la realidad, contra otra. Aunque podra argirse,por ejemplo, que la lengua apache, al convertir sus-tantivos como "crepsculo" en verbos como "cre-pusculcar", muestra mejor la naturaleza procesal delacontecimiento que el sustantivo ingls, esto no esmotivo suficiente para decir que la lengua apachein toto es superior al ingls. Las estructuras grama-ticales son subdeterminadas por el modo de ser delmundo. El mundo y sus palabras se pueden organi-zar de muy diversos medios, sin que haya manerade decir que uno es superior a otro (por ejemplovanse Whorf, 1956; Horton y Finnegan, 1973).

    Lo que tenemos es, una vez ms, cierto nmerode cuestiones que giran en torno de los fundamen-tos del lenguaje en la investigacin social; cuestionescomo el relativismo, la naturaleza de la ciencia socialy su relacin con concepciones legas y, desde luego,la importante cuestin de la naturaleza del lenguajemismo y su relacin con la realidad. La obra de Pe-ter Winch es particularmente apropiada para explo-rar con mayor profundidad algunas de estas cues-tiones y, como parte esencial de l, para esbozar eltrato dado por Ludwig Wittgenstein a la relacin en-tre el lenguaje y la realidad, ya que esto es impor-tante para comprender los argumentos de Winch.

    T LENGUAJE, REALIDAD Y R A C I O N A LI D A D 34 3L E N G U A J E Y S I G N I F I C A D O

    The Idea of a Social Science, de Winch, fue un inten-to por hacer que la filosofa de Wittgenstein pesaracrticamente sobre la concepcin de los estudios so-ciales como ciencia. Algunos de los argumentos yafueron analizados en el captulo anterior. Tomadosplena pero sucintamente, diremos que Wittgensteintrat de poner fin a la filosofa tal como tradicio-nalmente se la haba practicado, dudando de si te-na algunos problemas serios y autnticos que sepudieran considerar en trminos de la bsquedade un conocimiento general y autntico. De estemodo, aunque creyera que los problemas a los quese enfrentaba la filosofa eran a menudo serios yprofundos, como los relacionados con el significa-do de la vida y de la t ica, no crey que existieranrespuestas tericas, y por lo tanto filosficas, a talespreguntas. En la medida en que se les poda dar res-puesta, esto slo podra hacerse por medio de unabsqueda espiritual o tica, no filosfica. Sostuvoque la impresin de que los problemas de la filoso-fa eran cuestiones tericas profundas, solemnes yfundamentales era el resultado de confusiones acer-ca del modo en que f unc i ona el lenguaje. Por con-siguiente, Wittgenstein trat de convencer a los fi-lsofos de que adoptaran una visin diferente de sudependencia del lenguaje.

    Una de las primeras tradiciones del pensamien-to filosfico era considerar la cuestin de saber si

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    9/61

    344 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A Der a posible, y cmo, hablar co n verdad acerca de lanaturaleza del mu ndo, de la realidad exterior; ana-l izando esta cuestin, Wittgenstein argy que lacomprensin de la naturaleza de l lenguaje se de-formaba de dos maneras importantes. E n primer lu -gar, el lenguaje era considerado exclusivamente entrminos del papel de hacer declaraciones fcticaso empricas. En segund o lugar, como resultado, co-m nm ent e se pensaba que el meollo mismo de l len-guaje era la relacin de nombres que ofreca unnexo entre el lenguaje y el mundo, pues represen-taba una conexin directa entre una pa l abra y algono l ingstico, externo al lenguaje. Tan poderosaer a esta concepcin que a veces llegaba a pensarseque el significado de una palabra era la cosa que lapalabra representaba.5E n gracia a la simplicidad, la labor posterior deWittgenstein puede concebirse como un replantea-miento fundamental de la idea de cmo la s pala-bras obtienen su significado. No deseaba negar quelas palabras representan cosas. . . a veces! No ne-gaba que hubiese, por ejemplo, una diferencia en-tre el propio perro Fido, y el nom bre de l perro"Fido". Tampoco quera negar que el nombre "Fido"

    5 Esta opinin fue lo bastante poderosa como para haberconvencido al propio Wittgenstein en la pr imera par te de su di-vidida carrera. Despus de completar su primer libro, el Trac to -tu s Logico-Phi losophicus, nico publicado durante su vida, aban-don por un t iempo la filosofa, pensando qu e haba acabadoco n ella. A l volver a la filosofa desarroll un a opin in muy dis-tinta, en la que crit ic profundamente su primer l ibro. Vansesus Philosophica l Inves t igat ions (1958).

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 45en realidad representa al perro Fido. Pero esto sloes otro modo de decir que "Fido" es el nombre delperro. Lo qu e Wittgenstein dese cuestionar fu eque el perro Fido fuese el signif icado de la palabra"Fido" y, por consiguiente, negar que la relacin denombre, como la presenta e l lenguaje , pudiesedesempear el papel que los filsofos t radicional-mente haban deseado asignarle, es decir, aseguraruna conexin fundamental entre nuestro lenguaje yel mundo. Tampoco quiso negar que las palabrashablan, por decirlo as, "acerca del mundo ", aunqu es crey que preguntar por la "relacin entre el len-guaje y la realidad" resultara muy poco ti l e n rea-lidad, contraproducente como manera de plante-ar el problema.L a posicin del propio Wit tgenstein puede re -sumirse como de "autonoma de la gramt ica", vi-sin que socavaba drst icamente la suposicin m scom nm ent e acept ada y f u n d a m e n t a l de que es lanaturaleza de la realidad la que determina los sig-nificados de nuest ras palabras. C onforme avance-mos en el debate sobre Winch, veremos qu e los cr-ticos de Wit tgenstein a menudo estn reafi rmandoprecisamente la visin que Wittgenstein trat desocavar.Si no s interesa la na t ura l eza de la relacin entreel lenguaje , por una parte, y el mundo exterior, po rla otra, probablemente veremos que la relacin depalabras desempea un papel clave. Nombrar lascosas parece ser un punto de contacto directo entrelo s dos fenm eno s que se deben conectar, la pala-

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    10/61

    34 6 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A Dbra (el nombre) y una cosa en el m u n d o , es decir, lacosa que el nombre representa; de aqu emana unateora de que el significado de un n om bre es la cosaque representa. El hecho de que se pueda n darnombres a las cosas sugiere que si el significado dela palabra es la cosa qu e representa, entonces el sig-nificado de la palabra queda determinado por lanatura leza de la cosa que la palabra representa. Siel significado de "Fido" es el perro Fido, entonces elsignificado de la pala bra "Fido" queda determ inadopor la naturaleza del propio perro Fido. De estemodo, la s palabras so n nombres, y sus signif icadosquedan determ inados por la natu rale za de la reali-dad a la que se ref ieren. El hecho de que podamoshacer af irmaciones c ier tas acerca del mundo quedaasegurado por e l hecho de que nu estro lenguaje re-fleja la naturaleza, la es t ruc tu ra de la realidad.Una parte del rechazo de la opinin anterior porpar te de Wittgenstein q u e l mismo sostuvo du-rante lo s inicios de su car r e r a intelectual incluasealar algunos de sus absurdos m s ma nifiestos. SiFido, el perro, es el significado del nom bre "Fido",deberamos tener que decir , cuando naci Fido,qu e haba nacido el significado de la palabra "Fido"y, al mor i r el perro, dir amos qu e haba muer to elsignificado de la palabra "Fido". Este y otros argu-mentos bastante m s ref inados de Wittgenstein re-futaban la idea de que las palabras reciben su sig-nificado de las cosas que representan. En ese caso,cmo reciben la s palabras su significado? Lo reci-ben, sostuvo Wittgenstein, del lenguaje mismo.

    LENGUAJE, R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 34 7El significado de una pala bra es su posicin den-tro de un complejo. Resulta tentador decir que elsignificado de una palabra se deriva de su posicindentro de un sistema, pues es fcil y comn hablar

    acerca del lenguaje como sis tema. Sin embargo,Wittgenstein insiste en que el lengu aje no es un sis-tema, ciertamente no en algn sentido slido.Compar un lenguaje con una ciudad que a lo lar-go de los aos haba ido creciendo; forma un todo,pero est compuesta de zonas, distr itos, reas queson ms o menos independientes entre s y que di-fieren considerablemente en carcter , como unaszonas antiguas y atestadas de l centro de la ciudad yunos suburbios espaciosos y bien dispuestos, zonasindustriales, etc. Por lo tanto, una ciudad es uncomplejo pero no un sis tema, y casi lo mismo pue-de decirse del lenguaje, segn Wittgenstein.b El sig-nificado de una palabra lo da su posicin en uncomplejo y l a par te qu e puede desempear en com-binacin con otras p alab ras que util izam os y conlas cosas que hacemos.

    Un paso decisivo en el desplazamiento qu e efec-tu Wittgenstein en la teora de los nombres fu euna reconsideracin de la relacin de stos. Porejemplo, parece fcil comprender cmo un punto6 Un punto en que es importante insistir es saber si, como elWittgenstein poster ior , se adopta la opinin de que entre las di-versas causas de la confusin f i losfica se encuent r a la inclina-cin a generalizar en exceso lo s patrones de l empleo del len-guaje; la preocupacin de que el lenguaje sea una especie desistema plenamente integrado sera una gran tentacin hacia la

    excesiva generalizacin prematura.

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    11/61

    34 8 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A Dde contacto entre el m u n d o y el lenguaje se esta-blece al nom brar, al adherir una palab ra a una cosaespecfica, como su nombre. De este modo, apren-der un lenguaje podra hacerse simplemente sea-lando la conexin del nombre con la cosa. Porejemplo, mostramos a un nio pequeo una man-zana y al hacerlo pronunciamos el sustantivo "man -zana". Sin embargo, la conexin qu e aqu se est es -tableciendo no es tan obvia como parece. Por unaparte, cmo captar el nio que cuando se pro-nuncia la palabra "manzana" lo que se est hacien-do es dar el nombre de la cosa? Supongamo s qu e al-guien sealara el retrato de una m a n z a n a y gritara"corre!", sera eso dar el n o m b r e de una cosa, yhabra aprendido el nio la leccin correcta? Lomalo de la idea del lenguaje como integrado pornom bres p ara las cosas, concluy Wittgenstein, eraque pasaba por alto el hech o, por lo dems familiar,de que un lenguaje tiene diferentes tipos de pala-bras. Slo algunas palabras so n nombres. "Corre!"es una orden, no un nombre. As, para que las per-sonas aprendan correctamente el nombre de algo,al sealarlo y pronunciar el nombre, deben com-prender que la palabra pronunciada pretende fun-cionar como nombre. Deben poder captar el tipode palabra que se est em pleand o y que en ese casola palabra es un nombre, para ver que el objeto se -alado sea del t ipo de cosa que nom bra el nombre.En realidad, tienen que c aptar ms que esto. Las pa-labras "Fido" y "perro" son nombres, ambos, delanimal que se encuentra en el rincn, de modo que

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 4 9el nio al que se estn enseand o las palabras debecomprender cmo debe funcionar el nombre, yasea como nombre de un tipo de animal o comonombre propio de es te anim al en particular. Esto seofrece por medio del nexo de comunicacin entreel nio y el maestro, mediante el modo en que esteltimo organiza y lleva adelante la situacin educa-tiva. En otras palabras, la capacidad de conectar ellenguaje con el mundo presupone relaciones socia-le s entre la gente. Esto, ins inu W ittgens tein , mues-t ra que una cap tac in de la organ izac in d e llenguaje es anterior al establecimiento de las cone-xiones de nombres particulares, las conexiones en-tre palabras y el m u n d o , y que el nexo entre nom-bre y objeto no puede desempear su papel defund a m ento del lenguaje. Nombrar es una especiede papel que las palabras pueden desempe ar , peroslo es un papel, y un lenguaje es una coleccin dediferentes tipos de palabras, una disposicin quele s asigna diferentes papeles. Slo si una palabradada ya desempea su papel como nombre pode-mos ver, cuando se seala la cosa, que se la est se-alando como la cosa nombrad a por la palabra .Para aclarar toda la fuerza del argumen to, Witt-genstein estableci una analoga con los juegos, tra-tando las palabras como si fuesen similares a laspiezas de un juego. De este modo, una pieza de aje-drez como un "rey" es lo que es por v irtud d e la fun-cin que desempea en todo un complejo de acti-vidades. Explicar a alguien lo que es un "rey" es, enparte, ensearle el juego de ajedrez. Se necesita des-

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    12/61

    350 L E NGUAJ E , RE AL I DAD Y RACI ONAL I DADcribir algo del complejo juego de ajedrez acerca decuadros, piezas, que lo juegan dos contrincantes,que los jugadores se turnan, etc., para que alguienpueda tener una idea de cmo el rey encaja entrela s otras piezas, cmo su capacidad de moverse enel tablero es especfica de l, y cmo se re lac ionacon otras piezas. Si no tenemos dificultad paracomprender este ejemplo, entonces, por qu he-m os de espantarnos ante la idea de que darle a algoel significado de una palabra es similar a describirla parte que la palabra desempea en un complejode act ividades? Explicar el significado de la pa labra"rey" en el ajedrez es algo que exige, despus detodo, explicarle a alguien que es el nombre de unapieza de un juego, que las piezas se di ferenc ian porel tipo de movimientos que pueden hacer, etctera.El paso ms decisivo de W ittgenstein consisti enargir que el significado de las pa labras es su lugardentro del l enguaje , y que su significado se derivadel papel de las palabras en las actividades de lagente, como ya lo haba hecho en el caso de los ni-os que aprenden palabras, como hemos visto an-tes. Las palabras se desarrollan en conjunc in conactividades y adquieren su significado por el m odoen que em bon an en las actividades. Sin embargo, siesto es as, de ah se sigue que el lenguaje que te-nemos depende de la historia que tenemos y de lasactividades que hemos id o adqui r iendo a lo largode la historia. Por ejemplo, podramos no haber te -nido nunca el juego de ajedrez, o habra podido te -ner ste una historia m uy diferente. Podramos ha-

    L E N G U A J E , RE AL I DAD Y RACI ONAL I DAD 351ber tenido una historia m uy distinta en todo tipo demodos, lo que significara que nuestro lenguajetambin habra sido muy distinto. Wittgenstein noslo acepta esto sino que insiste en ello. Sin embar-go, aunque podamos no tener gran d i f icul tad enaceptar se m ejante conc lusin con respecto a los jue-gos y otras ac t ividades hum anas que inventamosnosotros mismos despus de todo, por todo elmundo existe una enorme var iedad de juegos quetienen su s races en cul turas especficas, pode-m os aceptarlo ta n fc i lmente en referencia al mu n -do natural? Podemos aceptar alegremente que si notuviramos el ajedrez no tendramos palabras parala s piezas o para sus jugadas, si no hub iera ftbolno t end r amos u so para pa labras como "centrodelantero", "portero", "gol", etc. Pero, deseamosaceptar la imp licacin de que si nue stra historia hu-biese sido muy diferente acaso no tendramos nom-bres para lo s planetas , por ejemplo, o para lo s elec-trones, o para el magnetismo, o para el slice, y questos, por lo t anto, no hab ran existido? Que los pla-netas existan o no es algo que no puede dependerde que tengamos o no una palabra para ellos. Lanaturaleza de un planeta es la que es, y sin duda noes algo que resulte del modo en que los seres hu-manos d isponen sus actividades. El planeta Marteestaba all arriba, en el cielo, mucho antes de quetuviramos la palabra "planeta" o la pa labra "Mar-te". Por consiguiente, si W ittgenstein parece haberlogrado eludir algunos de los problemas de la filo-sofa del lenguaje, da la impresin de haber cado

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    13/61

    352 LENGU AJE, REALIDA D Y RACIONA LIDADen profundas dif icultades con su propia versin dela conexin entre el l engua je y el mundo . Si las m a-neras en que nuestras palabras nombran, identif i-ca n y describen las cosas dependen enteramente dela s formas de las act iv idades huma nas, y se derivande ellas, entonces la s m a n e r a s en que hablamosacerca de las cosas en el m u n d o en el mejor de loscasos se relacionan por pura coincidencia con elmodo en que stas son.La preocupacin expresada acerca de los argu-mentos de W ittgenstein reiter, desde luego, el tipode ideas que l estaba tratando de rechazar, a saber,que es la naturaleza de las cosas del mundo la queimpone cierta especie de l imitacin a lo que nues-tras palabras pueden significar . Su negativa de laopinin de que el significado de las palabras les eraimpuesto por la naturaleza de las cosas acerca dela s que se hablaba incluy su ya mencionado argu-mento en favor de la "autonom a de la gramtica" .7La organizacin de nuest ro lenguaje se origina enla s necesidades y en los requer imientos de nuestravida social y sus act iv idades const i tu t ivas, y no esimpuesta a l lenguaje por la est ructura del mundo.Pero, si aceptamos la "autonoma de la gramtica",cmo estaremos seguros de que existe alguna co-nexin entre el lenguaje y la verdadera naturalezadel mundo? La respuesta de W ittgenstein a esta pre-ocupacin fue enrgicamen te imp uesta a la atencin

    7 Para Wittgenste in la "gramt ica" no es el tipo de act ividadque se dedica, por ejemplo, a clasi f icar partes de l habla. S e rela-ciona ms con lo que tiene sent ido decir.

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 5 3de la ciencia social por Winch, aunque su aplica-cin de los argumentos de Wittgenstein estimularaesas preocupaciones, en lugar de calmarlas.

    Revisin de reglas, razones y causasEn el contexto de sus esfuerzos por aplicar los ar-gumentos de Wittgenstein acerca de la relacin dellenguaje con la realidad y las cuestiones de las cien-cias sociales, Winch plante argumentos acerca dereglas, causas y razones, algunos de los cuales he-m os encontrado ya en el captulo anterior . Aqu de-seamos relacionarlos ms directamente con cuestio-ne s ms generales.Siguiendo lo s pasos de W ittgenstein, Winch ar -gy que el significado de las palabra s se deriva desu lugar en las actividades prcticas y sociales de lagente. Por lo tanto, el signif icado de la pa labra f i-losficamente difcil "realidad", para poner unejemplo crucial , debe derivarse de las act iv idadesdentro de las cuales se la emplea. As como "rey"tiene significados muy diferentes, aunque no total-mente desligados, cuando se lo usa como t tulo delgobernante de un pueblo y cuando se lo util izacomo el n o mb r e de una pieza de ajedrez, as tam-bin la palab ra "realidad" t iene sign ificado s noto-riamente distintos au nq u e, una vez ms, no desli-gados del todo cuando se la emplea, por ejemplo,en derecho, en ciencia y en religin, respectiva-mente. Segn Winch, no t iene sentido preguntarse

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    14/61

    354 LENG UAJE, REALIDAD Y RACIONALIDADsi el l engua j e se relaciona con la rea l idad comocuest in general , pues lo que la pregun ta p l an tea , loque pos ib lemente pud iera s ignificar, depender delcontexto en que s e la plantea. La idea mism a de "re-lacin con la rea l idad" es dis t in ta en diferentes es-feras de la v ida . Por e l lo , pregun tar por la real idaden el sentido de interrogarse acerca de lo que posi-blemente exista o sea el caso, y cmo podra resol-verse la cuestin de si se da o no el caso, es cosa to-ta lmente distin ta en rel igin de lo que es en ciencia.Los dos conjuntos de act ividades son sumamen tedispares y, segn Winch , es un hecho l amen tab l equ e en nuestro mundo moderno haya l legado apensa r se a menudo que slo hay una forma quehace preguntas acerca de la natura leza qu e puedeadoptar la r ea l id ad , a saber, "la fasc inac in que laciencia t iene para nosotros" , hac indonos "fciladoptar su forma cient f ica como parad igma contrael cual medir la respetabil idad intelectual de otrosmodos de discurso" (Winch, 1977: 18). Y el hechode que Winch disienta de esta suposicin lo l leva asus otros argumentos .En la ciencia social este t ipo de problema pareceeno rme , aunque no slo se lo encuen t r a en talescontextos por referencia a otras cul turas , en espe-cial cu l tu ra s m uy diferentes de la nuestra . Es enesas comparac ione s donde probablemente encon-traremos creencias y prcticas sociales "extraas ", ytal vez hasta exticas, que nos resulta difcil com-prender. ste es el meollo mismo del problema delantroplogo: cmo l legamos a comprende r un a s o ^

    Tf ce L E N G U A J E , R E AL I DAD Y R AC I ONAL IDAD 3 5 5ciedad ajena? Tambin es un problema, como lo he-mos visto en el captulo anterior, para comprenderla s sociedades histricas que hace mucho t iempodejaron de existir. De hecho, el problema es todaun a coleccin de problemas, que t iene relacin di-recta con la cuest in de la relacin del l en g u a j e conla real idad, especialmente cuando, como en el ejem-plo empleado por W inch, exis te un conf l ic to entrelo que nuestra ciencia dice que existe y las creenciasy prct icas de otra cu l tura .Como i lus t rac in de sus a rgum en to s W inch u t i -liza un in forme sobre la s prct icas "de hechicera"de una t r ibu afr icana , hecho por el antroplogoE. E. Evans-Pr i tchard (1965). Winch obje ta una par-te pequea pero importante de l i n fo rme de Evans-Pritchard p o r lo d em s s u m a m e n t e favorable enel que i n t en ta juzga r la rac ional idad de una prcti-ca mg ica u t i l i z ando , de m a n e r a i n jus ta , n o r m a scientf icas. Segn Winch esto es absolutamente ina-propiado, y s imilar a t r a t a r de ano ta r lo s goles deu n par t ido de ftbol de acuerdo con las convenc io-nes de la ano tac in en el ten is . En su f o r m a m saudaz y ms bsica, la diferenc ia en tre Winch yEvans-Pritchard es que el lt imo sostiene que la "he-chicera" es un in ten to fa l l ido por l legar a la clasede e n t e n d i m i e n t o que s e a r roga la c ienc ia , mien trasque el pr imero sost iene que la i n t e rp re tac in reli-giosa es to ta lmente d is t in ta de la in terpre tac incientfica y no una forma pervertida de ella.8sVale la pena notar, dicho sea de paso , que el propio Evans-

    Pri tchard, en otras par tes de su argumento , e s t m u y cerca de

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    15/61

    35 6 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A DPara Winch, como hemos vis to, la pala bra "reali-dad" y la expresin "corresponde a la realidad" tie-nen significados diferentes cuando se las emplea enlo s contextos co mp ara t ivos de la ciencia y de la re-l igin. No es como si, en cada contexto, la gente di-

    jera cosas sobre cmo sera el m u n d o sin tener lamenor idea de cmo poda descubrir si lo que dicees verdad o no. Por ejemplo, lo s prac t icantes de laciencia se aferran a la idea de que una de las ma-neras importantes de descubr ir las cosas es pormedio de una investigacin emprica del tipo apro-piado. Win ch desea sostener que no es como si pu-diramos, co n respecto a la ciencia, decir que laciencia afirm a varias cosas acerca de l m u n d o y lue-go preguntar si es bueno ut i l i zar mtodos empr i -cos o, en realidad, cul es la nica o m ejor man erade saber si las cosas dichas por la ciencia corres-ponden a la rea l idad. En la ciencia la expresin "co-rresponde a la realidad" efectivamente equipara "loque ha pasado la s pruebas exper imenta les" o "estconf irmado por e l es tudio empr ico".9 De esteaceptar algo similar a las ideas de Winch. El propio W i n c h diceque en buena medida, l y F.vans-Pi itchard estn en gran acuerdopero que a l f inal , E vans-Pritchard no est en sufic iente acuerdo.La crtica de Winch se concentra en un punto en que consideraque el etnlogo est cayendo en la opinin ms desprestigiada.

    9 De este modo Winch e s t implicando que la llamada "teo-ra de correspondencia de la verdad", antes mencionada, la cualsostiene que una declaracin es cierta cuando corresponde a loshechos, no est planteando una teora acerca de la relacin entredo s cosas declaracin y hechos sino ta n slo replanteandouna equivalencia de significado a partir de nuestro lenguaje or-dinario. "Cierto" y "corresponde a los hechos" son expresionesequivalentes y a menudo intercambiables.

    LENGUAJE, REALIDAD Y R A C I O N A L I D A D 35 7modo , cuando los cientficos afirman haber esta-blecido que se ha descubierto que una teora o hi-ptesis "corresponde a la realidad", quieren decirque hoy ha recibido apoyo em prico, que se la ha so-fnct ido a una valid acin experim ental , etctera.En contraste, lo s practicantes de la religin dicenCnsas acerca de cmo es el m u n d o , que el sufri-miento es o no es parte del plan de Dios, por ejem-plo, o que la salvacin se logra mediante buenasobras, o que la mala suerte se debe a hechicera.Pero al hacer tales afirmaciones la persona religio-in no es t preguntando si es tas a f i rmaciones hanpasado pruebas exper imenta les u otras formas deevaluacin emprica. Antes bien, trata de determi-na r si ste es en realidad el plan de Dios, por ejem-plo, orando en demanda de una seal, estudiandola s escr i turas , buscando la gua de un d ir igentereligioso, o consul tando a un orculo. Por consi-guiente, lo que las personas religiosas quieren decircuando af i rman que un hecho particular est deacuerdo con el plan de D ios que su concepcin del coincide con la realidad, es que ha sido confir-mado en las escrituras o revelado en orac in o pro-fetizado en las enseanzas de un gur.El hecho de no sealar esta diferencia de signifi-cado que ti ene n las palabras "correspond e a la rea-lidad" cuando se las pronuncia en diferentes contex-to s es lo que, segn la versin de W inch, consti tuyela clave de la falsa interpretacin dada po r Evans-Pritchard a las prcticas de "hechicera" de los azan-de. Le lleva, errneamente, a hablar de las creen-

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    16/61

    358 LENGUAJE, REALIDADY RACIONALIDADcias de los azande como si su correspondencia conla realidad fuese cuestin de someterlas a pruebasexperimentales o empricas del tipo empleado porla ciencia. La nocin de "corresponde a la reali-dad", tal como se encuentraen el modo de vida dela tribu, quiere decir algo muy distinto. En este con-texto no significa "sometido a pruebas empricas yestadsticas", sino, antes bien, "ha sido confirmadopor el orculo".

    Dos cosas pueden ser llamadas "iguales" o ''diferen-tes" slo por referencia a un conjunto de normas queestablecen lo que se considera como diferencia perti-nente. Cuando las "cosas" en cuestin son puramentefsicas, las normas a las que se recurre sern, desdeluego, las del observador. Pero cuando nos enfrenta-mos a "cosas" intelectuales (o, en realidad, a cualquiertipo de cosas sociales), no ocurre as, pues el hecho deque sean de carcter intelectual o social [. . .] dependepor completo de que pertenezcan en cierta manera aun sistema de idea o modos de vida. Slo por referen-cia a las normas que gobiernan ese sistema de ideas omodo de vida tienen alguna existencia como hechosintelectuales o sociales. De all se sigue que si el inves-tigador socilogo desea considerarlas como hechos so-ciales [. . .] deber tomar en serio las normas que seaplican para distinguir "diferentes" tipos de acciones eidentificar las "mismas" acciones dentro del modo devida que est estudiando. No le corresponde a l im-poner arbitrariamente sus propias normas desde fue-ra. En la medida en que lo haga, los hechos que estestudiando perdern por completo su carcter de he-chos sociales [Winch, 1990: 108].

    359LENGUAJE, REALIDAD Y RACINALA40Es importante notar que el argumentooe _no es acerca de las respectivas verdades dela ^

    da y de la religin, o de cualquier otro conjun ^creencias, y no le hace sostener que la hechicer"tan buena" o "tan verdadera" como J a c'enc ,m.que le preocupa es saber cmo debemosprender" actividades en este caso la

    los azande , en lugar de ofrecer argumentos s'si las ideas religiosas o cientficas son ciertas o ^Al tratar de interpretar la hechicera decomo forma descarriada de ciencia,chard sostiene Winch interpret

    ^

    tealgunos rasgos cruciales de las prcticas de lachicara.10 Esto es, segn Winch, un generalizerror que se encuentra en las races misivas degf 'inlaparte de la ciencia social, a saber, la idea de .

    ' Fl fciencia es la nica base de la comprensin- r-i ssultado inevitable de esta ltima tendencia no-i U3

    10 De ciertas maneras, el anlisis de Evans-Pritcliardcont )tj.l, i tradicin que considera que las vidas de los pueDls P1 e\i-v < is estn regidas po r creencias animistas ya que igjiorai1 P ej( r i o las verdaderas causas de por qu ocurren la* co&as c 0inundo que los rodea. Al aumentar el conocimiento cien i ( -Ins fenmenos de la naturaleza dejan de ser atribuidos a s*j,-Ins. Esto pasa por alto el hecho de que esos pueblo* er nde0.(liles cazadores y trabajadores del metal, que necesitaba*1un.r.iKicimiento detallado de la naturaleza para pode* Sj""A.imisino, como lo observ Wittgenstein, si las dan*55^via. por ejemplo, pretendan hacer caer lluvia, podamosque fuesen ms frecuentes en pocas de sequa. Per n

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    17/61

    360 L E N G U A J E , R E AL I D AD Y R AC I O NAL I D ADsostiene Winch, una m ejor comprensin de la so-cialidad humana sino una visin seriamente defor-mada de ella .Como lo hemos sealado a lo largo de todo nues-tro texto, uno de los rasgos distintivos de la ciencia,y una de sus ideas ms difciles, filosficamente, essu preocupacin por las regularidades. P ara el po-sitivismo las leyes universales eran el objetivo de lainvestigacin cientfica natura l y, por consiguiente,el objetivo, a ms largo plazo, de la ciencia social.D e hecho, gran parte del desarrollo de lo que aquhemos llamado mtodos positivistas de investiga-cin, la encuesta social, el modelo hiptetico-de-ductivo de explicacin social, medicin, etc., fuemotivado por la necesidad de construir un apara toque fuera capaz de contribuir, al menos, a las teo-ras generales. Como ya hemos visto, esto no resul-to precisamente directo. Sin embargo, para Winch,aunque desde luego no niega que existen regulari-dades en la vida social, la pregunta im portante con-cierne a su naturaleza. Para la s concepciones posi-tivistas de la ciencia la s nicas regularidades deinters para la ciencia eran las causales. En estecaso lo que se necesita es una ciencia social que nosd una explicacin de la vida social en trm inos deun conjunto de relaciones causales y generales. Se-gn esta opinin, dar una explicacin es identificaruna causa. En contraste, Winch desea sugerir queexisten otros tipos de regularidades descubiertas enla vida social, aparte de las causales, y otros tipos de

    Ti- t vr L E N G U A J E , R E AL I D AD Y R AC I O NAL I D AD 3 6 1plicacin que pueden darse a las actividades so-ciales.11Como lo hemos visto en el captulo anterior, unt ipo importante de regularidad que se encuentra enla vida social es la regularidad gobernada por re-glas. La conducta ante lo s semforos fue el ejemploUtilizado, pero se podra extender la lista prctica-mente has ta e l inf in i to , para inc luir cosas comohorarios, "colas", actividades de trabajo, procedi-mientos en los tribunales, conversaciones, juegos,matrimonios, obediencia a las leyes, transaccionesfinancieras y muchas, muchas ms. L as regularida-des gobernadas por reglas no son y a lo hemos v is-to como las causales. Explicar algo por referenciaa una regla es muy distinto de explicar algo por re-ferencia a una causa.12Muchos de los problemas que provocan descon-cierto acerca de la conducta humana y las posiblesexplicaciones que se le dieran no surgen por nues-tra falta de comprensin sobre la causa de algunaaccin, sino de la ininteligibilidad de esa accin. Nopodemos ver qu accin es, o qu objeto tiene, opor qu alguien p udiera pensar en hacerla, etc. Yaqu es donde se encuentra el peso del ejemplo de

    1' Winch no est negando que dar una explicacin puede serofrecer un a causa. Lo que est cuestionando es que sa sea lanica manera.12 E l argumento de Winch no requiere qu e todas la s regula-ridades de la sociedad estn gobernadas por reglas y que ningu-na de ellas se a causal. Su punto slo exige qu e algunas regulari-dades, incluso muchas de ellas importantes, sean "gobernadas

    po r reglas" y no causales.

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    18/61

    362 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y RACIONALIDADla "hechicera". El rasgo que desconcer t a Evans-Pri tchard, entre muchos otros, fue cmo ese pueb lopoda creer en el pod er d e la hechicera dado que,desde un pun to de v is ta europeo, ev identem ente nofunciona . Por consiguiente , el problema de Evans-Pri tchard fue t r a t a r de "ver el sentido" de estasprcticas. Cualesquiera que sean los pros y los con-tras en tre Winch y Evans-Pritchard al respecto, lan a tu ra l e z a del asunto que discuten ilustra el pun tode Win ch acerca de los tipos de problemas que ten-dra que en f ren ta r una ciencia que se pre tenda so -cia l , y que son errneamente enfocados a la mane-ra de l hom bre de c iencia .

    En trminos sencil los, la s acc iones , como las pa-labras , derivan su sent ido de su s i tuac in en uncomplejo, en es te caso un pa trn de ac t iv ida des .Por ejemplo, no podemos "anotar un gol" sin elconcepto del ftbol , un gol, un por tero, etc.; "el co-mercio" sin clientes, sin re lac iones de comprar yvender; el "voto" sin elecciones, cargos electora les,etc. U na pala bra puede resu l tarnos in in te lig ib leporque no es tamos fam il iar izado s con e l l engua jedel que forma par te, de mo do que tambin l a ac-cin de a lguien puede resultar desconcertante por-que no conocemos el complejo de actividades del queforma par te . Podemos sent i rnos desconcer tadosante lo que es tn hac iendo dos personas inc l ina da ssobre una mesa si desconocemos el concepto de aje-drez. Aun si estamos famil iar izados con el juegobien podemos desconcertarnos por l a movida deun jug ad or si ste acta en el nivel de "gran m aes-

    TENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDAD 363tro" y nosotros slo tenemos un a fa mil iaridad deprincipiantes con el ajedrez. As, para mucha s cosasque nos descon ciertan en las actividad es de la gen-te, despejar nuestra incomprensin es describir elcomplejo dentro del cua l se encuentra la accin des-concertante, establecer la conexin entre la acciny e l comple jo organizado pa ra poner de manif ies tocmo embona la ac t iv idad en ese comple jo , es de-cir, cmo la jugada del "gran maestro" inc luye , entrminos de ajedrez, una in tencin d iab l icamenteas tuta . El meollo del asunto es, para Winch, quegran par te de l a obra que una presunta c iencia so-cial pueda rea l izar se parece ms a expl icar el aje-drez de los grand es ma estros a un pr inc ip ian te , quea los cientf icos que tratan de descubrir una nuevaley causa l .13Esto significa que existe una diferencia p rofun daentre una presunta ciencia social y unas t r iun f an te sciencias naturales. El natura l is ta puede observar la srelaciones entre lo s f enmenos y ponerse , entonces ,n crear una teora que, en relacin con los objetivosy requerimientos de la l abor cientfica, sea la quemejor se acomode a los patrones observados entrelo s fenmenos de inters. En real idad, "para lospropsitos de la ciencia" se puede considerar comouna norma que puede gobernar l a labor de l c ien t -fico natura l is ta y que le permite clasificar y medi r

    13 Puesto que sta no es en realidad una tarea en el sentidohahi tua lmente considerado por los pretendidos cientficos so -ciales, l a preferencia de Winch fue hacia la expresin "estudiosnocales".

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    19/61

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    20/61

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    21/61

    368 LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDADque tiene significado para ellos, y a partir de estosurgen muchos de los enigmas para la investigacinsocial, que no pueden resolverse teorizando ni me-diante anlisis causales.Deseamos ocupa rnos ahora de otro tipo de ar-gumentos que tambin plantearon el fantasma delrelativismo pues, segn mu chos de sus intrpretes,desafiaban la racionalidad de la ciencia m edianteun estudio del desarrollo de las propias ciencias na-turales.

    EL GIRO KUHNIANO

    Pese a sus propias protestas en sentido contrario, aKuhn se le atr ibuy com nm ente plantear una ver-sin relativista e irra ciona l de la ciencia y, a la lar-ga, negar que sta pudiera establecer algn tipo decontacto con una realidad "objetiva".La parte central del argumento de Kuhn planteaun relato de la historia de la ciencia c.omo si inclu-yera discontinuidades sustanciales en lugar de unaprogresin evolutiva hacia teoras cada vez mejores,ta l como lo haba hecho en versiones anteriores ycomo lo analizamos en el captulo IV. En pocas pa -labras, la ciencia se caracteriza por periodos de re-volucin en que investigaciones y teoras antes do -minantes son desechadas en favor de otras nuevas.Despus de tales revoluciones, la ciencia vuelve a es-tablecerse en su fase "normal" de resolver enigmas,hasta que, en cierto punto, vuelven a surgir la s con-diciones para otra revolucin, y s e reanuda el ciclo.

    LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDAD 369Sin embargo, aunque la descripcin de K u h n er adel desarrollo histrico de la ciencia, en particu larde la revolucin copernicana y los orgenes de la teo-r a cuntica , su s argumentos iban dirigidos en con-tra de varios filsofos de la ciencia y sus versionesde la racionalidad de la ciencia. Tal vez no sea sor-prendente , a la luz de sus argumentos, que en ge-neral se considerara que Kuhn estaba negando laracionalidad de la ciencia mientras que, segn su spropios trminos, l intentaba sustituir la concep-cin prevaleciente de la racionalidad a la que con-sideraba demasiado limitadora para captar la s rea-lidades y complejidades de los cambios histricosen la ciencia por una diferente.Uno de los elementos de las filosofas de la cien-cia m s tradicionales que Kuhn trat de cuestionarfue la idea de un mtodo cientfico, un algoritmode procedimientos explcitos y precisos que, de serapropiadamente aplicado, permitira a los cientfi-co s determinar cul, entre v arias teoras rivales, er ala correcta, la que mejor representaba la real idad.La bsqueda de semejan te algoritmo, sostuvo Kuhn,er a intil, pues la eleccin entre teoras cientficasrivales rara vez o nunca es clara, inequvoca y di-recta. Como ya se indic antes, el cuadro pintadopor Kuhn del desarrollo de la ciencia es de perio-dos alternantes de ciencia "normal" y "extraordina-ria" o revolucionaria. Una ciencia ya madura , comola fsica y en contraste con la sociologa, qu e estdividida por interminables desacuerdos entre los di-ferentes enfoques, tiene (durante gran parte del

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    22/61

    370 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y RACIONALIDADt iempo y en much as reas) un acuerdo bsico sobrela s cosas fundamenta les , sobre la s teoras apropia-das y sobre lo s mtodos eficaces. La "ciencia nor-mal" se desarrolla en semejante periodo estableci-do y consensual, en que un cientfico puede teneruna clara idea de cul es un problem a, cm o se lopuede resolver, cul es su apariencia, cmo se rela-ciona co n otros problemas, etc. Es un periodo de' 'solucin de enigmas" porqu e lo s cientficos tien enuna idea de cmo resolverlos, aunque an no lo ha-yan hecho.Sin embargo, duran te esos periodos "asentados"se acumulan la s anomalas a las teoras aceptadas.Los cientficos hacen investigaciones que no obtie-nen los resultados que se esperaban de acuerdo conla s teoras prevalecientes. Estas anom alas al princi-pio pueden no ser consideradas demasiado serias yatribuirse a error experim ental, o vistas como cues-tiones que con el t iempo se resolvern dentro delmarco de pensamiento recibido. N o obstante, algu-nas de estas anomalas seguirn siendo intratablesy, en algn momen to, llegar a verse que estn plan-teando un problema pro fund o para las teoras acep-tadas, lo cual, a su vez, l leva a la ciencia a una crisis.El hecho de que estas anomalas no puedan aco-modarse dentro de la teora recibida empieza ahoraa sugerir que acaso haya algo profu ndam ente err-neo en ella. Se necesitan nuev as teoras que puedanhacer frente a las anomalas, y entonces la cienciaentra en la fase revolucionaria. Se hace un intentopor reorganizar globalmente la ciencia en torno de

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 71ideas tericas. Adems, sostiene Kuhn, eligen poltico del trmino "revolucin" resulta

    propiado, pues introducir nuevas teoras equivaleR una lucha poltica cuyo resultado no se decidirobre la base de la evid en cia cientfica, sino sobre labase de l poder . U na ievolucin cientfica no inclu-ye a toda la comunidad cientfica, que, por consen-|O , aceptar abandonar el ant iguo esquema e intro-ducir uno nuevo. Lejos de ello, resulta en unapugna intensa y prolongada dentro del mbito de laCiencia. El patrn comn es que las nueva s ideas ra -dicales son a brazad as por los cientficos ms jve-nes que estn al comienzo de su carrera y que anno han desarrollado un serio compromiso con losViejos marcos de pensamiento. As, durante untiempo el campo queda d ividido entre protagonis-tas irreconciliables de lo ant iguo y de lo nuevo; elresultado a veces es determ inado simp lemente porIR morta l idad . Las nuevas teoras triunfan po r f in ,pero no porque todo mu ndo haya quedado persua-dido por ellas l a vieja generacin acaso no se re-concil ie con ellas nunca, sino porque la oposicinI C ha retirado o s implemente ha muerto .Un elemento clave del a rgumen to de K u h n es( | U C normas o criterios como sencillez, generalidad,y sistematizacin, entre otras, por las cuales se su-pone q ue los cientfico s eligen entr e las teoras, noion ta n delimitadoras como para ofrecer, en casospart iculares, una resolucin con cluyen te. Recom en-dar a la gente que pref iera la teora m s sencilla,Blas general y ms sistemtica puede ser un buen

    1

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    23/61

    372 LENGU AJE, REALIDAD Y RACIONALIDADconsejo pero no ayuda mucho cuando se trata dehacer la eleccin prctica, por ejemplo, entre tresteoras, X, Y, y Z, en que la teora X es ms sencillaque Y pero no es tan general ni tan sistemticacomo Z, pero en que Z, aunque ms sistemtica ygeneral que X e Y, es menosi fenera l que X e Y. Aque norma se deber da r prioridad: la sencillez, lageneralidad o la sistematicidad? H ay muchas mane-ras de responder a esto. Adems, existen diferentesmodos de juzgar la sencillez, la general idad o la sis-tematicidad, y distintos cientficos bien pueden, ra -zonablemente , sumar lo s mr i tos de las teoras com -petidoras de maneras m uy diversas, as comoquienes discuten sobre lo s mri tos de los deport is-tas pueden sumar lo s mritos de los candidatos ri-vales de acuerdo con muy diferentes juicios de surespectivo valor. La disputa respecto a si una teoracientfica debe ser prefer ida sobre otra puede ser e histricamente ha demostrado serlo cuestinabierta . En cua lqu ie r comparac in de teora a teo-ra nos enfrentamos a una larga lista de pros y con-tras y, por consiguiente , au n cuando con el paso deltiempo una teora acaba por triunfar sobre otra,esto no significa que po da decirse todo en favor dela teora victoriosa y nada en favor de la derrotada.En real idad, K uhn observa con irona que un pun-to de vista supuestamente derrotado podr ser re-habil itado, en parte, si no del todo, en la siguienterevolucin.Como lo hemos visto, este cuadro de la ciencianormal contrasta con el que fue planteado por Po-

    LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONA LIDAD 373cr, quien consider que la ciencia era una activi-esencialmente crtica, en la que los cientficosItaban esforzndose sin cesar po r refutar la s teo-S de los dems. Po r consiguiente, la ciencia norma lKuhn era, segn Popper, una concepcin no re-esentativa de lo que encarnaba el espritu esen-fdal de la ciencia. Esto era una desviacin de la ac-itud implacablemente crtica propia del verdadero

    Identifico. Adems, la insistencia de Kuhn en la im-por tancia de una preparacin cientfica dogmtica\ autoritaria, en la que se le peda al cientfico queAbsorbiera mansamente la ciencia ortodoxa, sin de- lacuerdos, como condicin para ser admitido en laComunidad cientfica, hace ms grave la culpa deKuhn a ojos de Popper.S in embargo, Kuhn no est diciendo que quienesle oponen al cambio en las teoras lo hacen por ra-zones estrechamente polticas y tan slo porque tie-ne n un inters en la organizacin prevaleciente deI n ciencia, aun qu e bien podran tener d ichos intere-H C S . S u argumento es, en cambio, que un importan-I c obstculo para que trasladen su lea l tad a las nue-vas teoras es que les resulta extremadamente difcil,n i no imposible, comprenderlas. N o pueden ver nicomprender lo s mritos del nuevo m arco mental. Elcambio en las teoras cientficas, sostiene K uhn , in -cluye cambios de significado. Dado que los trmi-no s tericos reciben su s ignificado de la teora a lacjue pertenecen, au n cuando se utilicen las mismaspalabras en una teora nueva sig nificar n algo dife-rente; son inconmensurables con las viejas palabras

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    24/61

    37 4 LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDADde la antigua teora. D e este modo, un cientficcque fue criado y educado en la antigua teora slopuede enfrentarse a la nueva como si fuera un a len-gua ext ranjera , aunque, en apariencia, ut i lice lo smismos conceptos y palabras. La situacin es tantode una ruptura de la comunicacin como de unarevolucin.En lo tocante a Kuhn, su s argumentos no afir-man que el resultado de la controversia cientficaslo sea cuestin de poder y de intereses creados,carente en absoluto de racionalidad. Insiste en quela ciencia s es una bsqueda racional y que haceprogresos. De este modo, con respecto a la revolu-cin copernican a en astronoma, K uhn sostiene qu elo s argumentos en favor de la teora copernicana noeran mejores quiz fuesen an ms escasos qu elos que favorecan la teora geocntrica, y que laaceptacin de los argumentos de Coprnico se de-bi al at ract ivo qu e ejercieron sobre algunas men -talidades casi msticas, no cientficas, por entoncesprevalecientes ent re a lgunos ast rnomos qu e ejer-can gran inf luencia . No fue una superioridad em -prica y evidencial obvia de la obra de Coprnico laqu e triunf. Sin embargo, ta l como resultaron lascosas, la concepcin copernicana ha sido validada,ha demostrado se r superior y hoy existen pruebasabrumadoras en apoyo de esa posicin. De esta ma-nera, la astronoma ha hecho un progreso. Pero sila ciencia progresa no lo hace del modo qu e anteshaban supuesto la s filosofas de la ciencia. Los jui-cios de los cientficos acerca de los mritos de las

    LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDAD 375:oras en competencia son mucho ms complejos

    lo que podramos suponer ajuzgar por el pano-rama anterior. Aunque sean equivalentemente ra -cionales en sus deliberaciones, lo s cientficos pue-den sacar muy distintas conclusiones en un casodeterminad o, entre otras cosas por la pluralidad denormas de eleccin de teoras que ya hemos obser-vado. Sin embargo y tal vez sta sea la ms inten-sa provocacin de Kuhn el progreso en la cienciaincluye m u ch o ms que racionalidad, en este senti-do, de una teora que logra una captacin ms cer-cana de la naturaleza de la realidad. Aqu, la consi-deracin clave es el lenguaje .

    De nuevo el lenguajeEn el caso de Kuhn, el argumento cont ra la idea deun a teora nueva y ahora triunfante qu e haya mos-Irado una captacin m s ntima de la naturaleza del a realidad lt ima que sus predecesoras descartadasse origina en su rechazo de la dist incin entre el"lenguaje de la teora" y el "lenguaje de la observa-cin", que fue un elemento clave de la t radicionalfilosofa empirista de la ciencia, como ya hemos vis-lo . Segn Kuhn, es a distincin no se puede soste-ner, porque el lenguaje en que se ponen las obser-vaciones est, a su vez , preado de teora. Como lohemos visto en el captulo anterior, en relacin c onel anlisis de la lgica conceptual de motivos e in-tenciones, stos son conceptos que entran en la des-

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    25/61

    376 LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDADcripcin de acciones de modo que resulta difcilsostener una distincin discreta entre, digmosloas, un lenguaje de observacin conductual y unlenguaje de estados mentales, ya que ambos perte-necen pa r a tomar una concepcin de Wittgen-stein a una "gramtica de los conceptos de ac-cin", en la que los dos se encuentran nt imamenteentrelazados. Una teora similar aparece en la no-cin de que el lenguaje de la observacin est pre-ado de teora.La distincin entre lo s lenguajes de la "teora" yde la "observa cin" pretenda dar una segu ridad dequ e las teoras cientficas s establecan conexincon el m u n d o . En una teora form ulada en f o rmaverdaderamente deductiva, los conceptos generalesabstractos en extremo se conectaran sistemtica-mente con los fen men os observables, por med iode los niveles cada vez menos generales que inter-vinieran en la cadena de las proposiciones deduci-das, lo que, a la postre, conducir a a hacer predic-ciones acerca de estados de cosas concretos ,especficos y observables, asegurando as que la teo-r a respondiera al modo en que era el m u n d o y per-mitiendo hacer una comparacin directa y que s e -gn se esperaba embonara entre lo s hechos delmundo y las pretensiones de la teora. Sin embargo y segn K u h n dado que la observacin cientficareal se hace en los trminos de algun a teora, los ti-pos de cosas que se observan deben depen der de lateora; por ejemplo, si un fisilogo est interesadoen los efectos de un medicamento sobre la hemo-

    LENGUAJE, REALIDAD Y RACIONALIDAD 377globina en el torrente sanguneo, su s observacionesdebern hacerse en trminos de una teora en laque ya se encuentren definidos muchos de los fe-nmenos observacionales clave. De este modo, yuna vez ms segn Kuhn , no es posible describir elmundo independientemente de alguna teora. Y lo qu e pesa ms que esto la idea de un m u n d o in -dependiente de alguna teora no pued e ten er signi-ficado, y el cientfico slo puede encontrar al m u n -do en los trminos de una teora que acept; Kuhnglosa este punto describiendo a los protagonistas te -ricos como si vivieran en "mundos diferentes".Por lo tanto, la discontinuidad entre las fases prerre-volucionaria y posrevolucionaria de l cambio cient-fico es tan grande que casi no tiene sentido hablarde que una teora ofrece una mejor versin del mis-mo mundo que su predecesora. Ms valdra decirque la nueva teora nos pone en un mundo distintodel de su predecesora .14

    EL GIRO LINGSTICO EN LA INVESTIGACIN SOCIALHemos dicho al comienzo de este captulo que la in-sistencia en el significado como caracterstica dis-

    14 K uhn est consciente de que tal argumen to 110 se debe to -m ar demasiado l i teralmente, aunque algunos de sus seguidoresno hayan sido tan cautelosos. Mejor sera ser formularlo de lamanera siguiente: una ciencia posrevolucionaria produce cam-bios en el modo en que se efecta el trabajo cientfico y la visindel m u nd o que proyecta.

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    26/61

    37 8 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A Dt in t iva de la vida social humana t rajo el lenguaje alprimer plano de las preocupaciones de la cienciasocial. En los dos ltimos decenios, poco ms o me-nos, ha predominado un enfoque en el lenguaje, es-pecialmente por medio del trmino "discurso", noslo entre las disciplinas ms tradicionales sinotambin en nuevas infusiones intelectuales, comolos estudios culturales, adems de favorecer, para-djicamente, otro giro social en aquellas disciplinasque por tradicin estaban preocupadas por el len-guaje, como los estudios literarios y la lingstica.E n aos ms recientes el lenguaje se ha vuelto unfoco central de atencin interdisciplinaria.

    Aunque Wittgenstein, Winch y Kuhn estn lejosde ser los nicos especialistas responsables de estehincapi, fueron figuras influyentes y se puede de-cir que nos recordaron que la vida social y el len-guaje estn entrelazados. El lenguaje es una activi-dad social. Es algo que se desarroll en y comoparte de actividades sociales y, a la recproca, las ac-tividades sociales se efec tan por medio del len-guaje. De este modo, el lenguaje es un medio pro-minente de la conducta de la vida social y, porconsiguiente, el estudio de la vida social se vuelve,en aspectos importantes, el estudio del uso del len-guaje. La insistencia de Wittgenstein en la diversi-dad de los usos del lenguaje pretenda contrarrestaraquella fijacin en unos aspectos del lenguaje queincluye "hablar del mundo" y, en cambio, reconoceel papel que desempea el lenguaje al llevar ade-lante las relaciones y actividades sociales. Subray

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 3 7 9to al poner el sentido o significado antes de la ver-4ad en sus deliberaciones sobre el lenguaje. Slottna declaracin que tenga sentido, que diga algo[lie pueda ser comprendido, puede ser verdadera o.lsa, y las cosas que determinan el sentido, es de-

    I Cr, el hecho de que las palabras desempeen un pa-; pe en el lenguaje y las actividades, son diferentesde las que determinan si lo que se dice es verdade-ro o falso. ste fue un nfasis muy diferente del delas filosofas positivistao empirista, que daban prio-ridad a la verdad como condicin para hacer unat declaracin significativa; este rasgo fue particular-mente notable en el positivismo lgico y, en la

    ' investigacin social, se hizo hincapi en poner aprueba la verdad de las teoras como punto de la in-vestigacin.E n sociologa esas opiniones convergieron con elinteraccionismo simblico y la etnometodologaque, aun cuando de diferentes inspiraciones filos-ficas, haban estado largo tiempo haciendo campa-a por la adopcin de la idea de que la vida sociales un asunto lingsticamente constituido y que con-siste, sustancial y centralmente, en el empleo dellenguaje (vase, por ejemplo, Lee, 1991). Una com-binacin de las influencias etnometodolgica ywittgensteiniana ha dado por resultado el desarro-llo del "anlisis de la conversacin", que enfoca,con grande e intenso detalle analtico, el carctersocialmente organizado de la charla ordinaria.10 En

    15 El fundad or del anlisis de conversacin fue Harvey Sacks.Vanse sus conferencias reunidas (Sacks, 1995).

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    27/61

    380 L E N G U A J E , REALIDAD Y RACIONALIDADaspectos s igni f ica t ivos estos desarrollos amplan lat rad ic in antes mencionada , que surgi de los de-bates cul tura les ocurr idos en A leman ia a f ina les de lsiglo Xix, que t ra t a b a n de for jar una d i s t i nc i n , porprinc ipio, ent re la s c ienc ias soc ia les y las natura les .

    LA CUESTIN D EL R E L A T I V I S M O Y EL I D E AL I SM OEn el meol lo de la cr t ica de W i n c h y, por re lac in,la de K u h n , se e nc ue n t ra la cues t in de saber si susargumen tos invi tan a sacar conclus iones re la tiv i s tas .Gra n pa r t e del esfuerzo de las f i losofas posi t iv i s tay e mp i r i s t a , as c om o de las rac iona l i s tas , t endi aobtener una base absoluta para e l conoc imientocientf ico. W i n c h y K uh n pa re c e n a l m e n o s enopi n i n de algunos es tar negando ta les ambic io-n e s . C o m o ya lo hemos sealado, a m e n u d o se in-terpreta a Winc h como si di jera que la hechic era estan buen a com o la c ienc ia o, en f o r m a un tanto mscautelosa, que no e x i s te n m e d i os i nd e p e nd i e n t e s deescoger entre hechicera y c ienc ia .1 6 D e m a n e r a si -mi lar K u h n , en su descripc in de los " m und os di-ferentes" que part iciparon en la revolucin entre lasteoras ant iguas y las nuevas, parece estar arguyen-do que no es la real idad la que determina cul teo-ra es la correcta, s ino, m s b i e n , la p rd id a de vi-gor de los part idar ios de la vieja teora. Por lo tanto,

    "' Desde luego, para Winch, hechicera y c ie nc ia no puedencontradecirse, puesto que ni siquiera estn hablando "el mismol en g ua j e" . yi

    L E N G U A J E , REALIDAD Y RACIONALIDAD 381puesto que no hay medio de determ inar cu l t eorate compara mejor con la real idad, resultan inevita-bles la s conclusion es relat ivistas.Ciertamente, s i sta fuese la clase de teoras quees taban defendiendo Winch y K u h n , difcil seraevi tar las conclus iones re la t iv i s tas . S in embargo,Otra acusac in cont ra ambos, y por ello contra lo sque sustentaban ideas s imi lares , es su supuesto idea-l i smo. Por e jemplo, a menudo se d ice que Kuhnaf i rm que la rea l idad es lo que una comunidadcientfica part icular sos t iene que es . El m u n d o pos-revolucionario de la c ienc ia es d i fe re n t e del prerre-voluc ionario. E se idea l i smo evi ta un a d i s t i nc i ncruc ia l para nues t ro pensamiento rac iona l : queexiste una diferenc ia ent re e l mu ndo ta l como cree-mos que es y el m u n d o ta l c o m o es. El c onc e p t o delmundo como " independiente de la men te", cualquiercosa que creamos que es, resulta una de las clavesde todo nuest ro m o d o de pen sar , y slo se lo pu edenegar cor r i en d o el riesgo de caer en lo absurdo.Obviamente creer que uno se ha ga na d o la loterano es a y! lo m i s m o qu e sacarse la lotera.

    E L R E A L I S M OPor lo ge ne ra l se cons idera que los a rgum e n t os deW i nc h y K u h n son un desafo a las posic iones m a-terial ista y real ista , basadas en la premisa de la afir-macin de una real idad i n d epen d ien te d e la m e n t ey que, en este respecto, forman par te del legado del

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    28/61

    382 L E NGUAJE , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A Dposi t iv ismo. C o m o en el caso del pos i t iv i smo, es-ta s posiciones fi losficas sos t ienen c ier tas concep-ciones del es tudio de la vida social como cienciacomparable a la ciencia na tura l , con un papel im -por tan t s imo para la teora pero den tro de lo que seespera sea una vis in m s ref inada de la cienciamisma.

    El cuadro de la ciencia social pintad o por Wincheludi la idea de que sta deb era preo cupars e prin-cipalmente por ofrecer explicaciones causales. A n-te s bien, su papel era ms comunicat ivo. A l pedirexplicaciones de lo que es taban haciendo los de-ms, casi todo el t iempo lo que se neces i t aba er adescubr i r lo que no sabemos, pero de lo que ellost ienen pe rfec ta conciencia . Si hacemos que nos ex-pl iquen el juego del ajedrez, lo que a p r e n d e m o s eslo que ya saben. Algo similar ocurre con la hechi-cera de los azande. Por cons igu ien te , aunq ue laciencia social pueda descubrir cosas, durante granparte del t iem po stas sern ya familiares para quie-nes se dedican a las act ividades , pero a nosotros nosdesconciertan. Esto est en marcado contraste conla nocin de que las ciencias sociales son o debenser ciencias de d escubrim iento, como o tras cienciasde descubrimiento, y capaces de descubrir cosasqu e nadie conoca antes. Esta fu e c ie r t amente la con-cepcin sostenida por Durkheim, por ejemplo,como lo hemos visto en el captulo u. Marx , aunquede maneras s ignif ica t ivamente dis t intas , tambinsostuvo la misma opinin. Las fuerzas que dan for-ma a la sociedad es tn profund am ente arra igadas y

    T L E N G U A J E , REAL IDAD Y RACIONALIDAD 383son en gran parte invisibles a los miem bros de la so-ciedad hasta que son descubiertas por la aplicacindel mtodo del materialismo histrico. Tal cornoDarwin descubri lo s orgenes evolutivos de la vidaO qu e Einstein descubri que la velocidad de la luzconsti tuye el l mite del m ovim iento , as deben serla s ciencias sociales.El concepto de ciencia social como empresa dedescubrimiento no encaja m uy bien con las nocio-nes supues tamente idea l is tas de que no existe unarealidad "independiente de la mente". Si as ocu-rriera la ciencia no tendra ningn objeto. Si la rea-lidad consiste en lo que creemos, debemos tenerconciencia de estas creencias y no podemos equi-vocarnos acerca de ellas, y si la realidad es lo mismoque nosotros creemos, entonces, lgicamente, de-bemos conocer la realidad misma. No tendra nin-gn objeto la ciencia, como hemos dicho hace unmomento ; todo lo que necesitaramos sera inspec-cionar nuestras creencias. A este respecto, Marx yFreud des tacan como "prueba" de que no conoce-m os nuestras mentes. Sus descubrimientos mostra-ro n que nues tras mentes no son transparentes. S o-m os inconscientes de las fuerzas que fo rman yguan nuestras acciones.Tanto el mater ia l ismo como el realismo insistenen lo indispensable que es la brecha entre el mun-do tal como creemos que es y el m u n d o ta l comoes , la brecha entre la apariencia y la realidad. Parael materialismo la "mente" o las "ideas" son inma-teriales y no pueden desem pear u n papel causal.

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    29/61

    38 4 L E N G U A J E , REALIDAD Y RACIONALIDADEl rea l ismo, aunque no comprometido con la no-cin ma terialista de que la realidad consiste slo enla ma teria, insiste asimismo en que aun cuandonues t ros esfuerzos acaso no capten l a naturalezaverdadera de la realidad, se debe mantener una dis-t incin entre la s creencias y la fo rma en que el mun-do es en s mismo.

    Realismo y cienciaUn in tento importante por recuperar e l te r reno per-dido por el ataque al positivismo, y as re tener laidea de una ciencia social, fu e hecho por Bhaskar(1978), quien present lo que l lam un "realismotrascendental", que incluira a las ciencias socialesentre las ciencias. Permitira, en su opinin, retenerun modo marxista de explicacin revisado, j u n toco n diagnst icos de falsa conciencia y la implica-cin poltica de la posibil idad de emancipacin ,pero no tan vulnerable al t ipo de objeciones inspi-rado por Winch y otros como las concepciones po-sitivistas de la ciencia.Bhaskar sostiene que la ciencia hace descubri-mientos acerca de la natura leza y de los poderes dela s cosas reales, cosas que existen independiente-men te de esa ciencia y de nuestro conocimiento deaqul las, y que continuaran existiendo y compor-tndose como lo hacen aun si no existiera ningunaciencia para explicarlas. Es decir, Bhas kar desea in -sistir al mismo t iempo en que la ciencia, lo que co-

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 385nocemos y lo que podemos decir acerca de la natu-raleza y el poder de las cosas reales, a su vez es con-tingente, es un fenm eno producido h istr ica y so-cia lmente . A s, a l m e n o s en par te , est dispuestoa aceptar conc lus iones supues tamen te re la t ivistas ,pero desea argir que re la t ivismo y rea l ismo no es-tn en conf l ic to . Segn el plan de Bhaskar , dadoque la posibil idad misma de la ciencia requiere quereconozcamos la existencia de un mundo rea l , in -dependiente de la mente y que funciona de acuer-do con la necesidad nat ura l , lo que lee mo s es unrealismo ontolgico. Sin embargo, tambin debemosreconocer que la ciencia y su conocimiento son unaactividad h u m a n a , forjada cu l tu ra l c his tr icamen-te. Por lo tanto, tambi n se requiere un relativ ismoepistemolgico. Existe all, dicho de o t ra manera , unadiferencia entre nuestras descr ipciones de la reali-dad y la realidad que queda descr i ta . Au nqu e slopor medio de nuestras descripciones cientficas co-nocemos e n la medida en que conocemos las co-sas en la realidad, lo s t ipos de descripciones queaparecen en la ciencia son, a su vez, producto s his-trica y socialmente formados , resultado de la obrade anteriores investigadores y ter icos . Son ellosquienes han forjado la terminologa que emplea-m os para hablar acerca de la realidad, y no es ne-cesario que descr ibamos las relaciones naturales ynecesarias entre lo s f e n m e n o s en la terminologaque casua lmente hemos heredado . Podemos descri-bir estos fenmenos de otras manc-i as, y los hemosconocido bajo descripciones diferentes de las que

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    30/61

    3 8 6 L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A Dhoy tenemos. Pero esto no s igni f ica que la natura-leza de las cosas conocidas sera diferente. La n a tu -raleza de las cosas en la rea l idad no es lo m ism oque sus descripciones. Por ello una descripcin deuna cosa de una manera y no de otra no mo di f i c ala natura leza de la c osa c ua n do a l t e r a m os el len-gua je de la descr ipc in. 17Dentro de la posic in "na tura l i s ta" de Bhaskar ,lo s t rad ic iona les dua l ismos de n a tu ra le za f r e n te ahermenut ica , voluntar ismo frente a re i f icac in , eind ividual i smo frente a colec t iv ismo, no son oposi-ciones necesarias en las que tengamos que escogerlo uno o lo otro. Bhaskar trata la oposicin entre elna tu r a l i smo y la h e r m e n u t i c a c o m o si consistieraen los otros dos dual ismos y p ud ie ra se r superadamediante un modelo t r an s fo rmac io n a l de la accinsocial. L as es truc turas soc ia les no son re i f icadasc om o c osa s que poseen una vida prop ia y que de-te rminan las acc iones de los indiv idu os , como en e lco lec t iv ismo. L as estructuras sociales preexisten ala s acc iones indiv idua les y son condic in prev iap a ra ellas. Al mismo t iempo, son produ ctos de esasacc iones.18 L a vida soc ia l no es a lgo c on s t i tu ido ex-17 sta fue una posicin hacia la que se incl in Kuhri , peroluego se retir en favor de la idea de que la na tura l eza de las co-sa s dependa de nuestras descr ipciones de ellas y que, po r consi-gu ien te , lo s cambios en los modos de descr ib ir s ignif icaban cam-bios de la naturaleza de las cosas . Para Bhaskar la s diferentesdescr ipciones t ratan de cap ta r la naturaleza intr nseca de la cosa.

    18 L a noc in no es muy diferente del concep to de Giddens de"estructurac in", en que " la sociedad es a la vez la condic in y e lresul tado de la agenc i a humana , y la agenc i a humana es a la vezla producc in y reproduccin (o t r a n s f o r m a c i n ) de la soc iedad"(Giddens, 1986: 92).

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 38 7ilusivamente po r individuos, ni comprendido po rpnjuntos sociales autosubsistentes, sino una red deelaciones sociales, un conjunto de posiciones da-las, actividades y prcticas asociadas, ocupadas porindividuos que son agentes capaces de tomar deci-liones y de hacer elecciones y que, por consiguien-I j t e , pueden cumpl i r con los requerimientos de esas

    1 posiciones y, por ello, so n capaces de t r a n s form a r laestructura que ellos u otros ocuparn m s adelan te .Estos argumentos aseguran , para Bhaskar, que las"ciencias sociales puede n verse como ciencias en elmismo sentido que la c iencia experimental de la na-turaleza, como la qumica orgnica , pero en f o rm a sque son tan distintas de la materia como especf icasde la n a tu ra le za de las sociedades" (Giddens, 1986:93). En otras pa labras, las c iencias sociales tendrnque tomar en cuenta el t ipo de fenmenos que, se-gn Winch y otros, socavaron su posicin mismacomo c ienc ias , como la interpretacin de los acto-re s sociales Bhaskar l lama a esto el "momento her-menut ico", y un reconocimiento de que la reali-dad social consiste, en parte, en los c on c e p tos einterpretaciones de los actores sociales.

    C O N C L U S I NHemos planteado pero no respondido directa-mente la pregunta de si las opiniones de Witt-genstein acerca de la "autonoma de la gramt ica"no dieron por resultado la desconexin de la "rea-

    388 L E NGUAJ E , RE AL I DAD Y RACIONALIDAD

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    31/61

    l idad externa" del tipo que teme Bhaskar, y si stet rata de reconectar la con su propia declaracin deun real ismo elaborado. No respondimos di recta-mente a la pregunta , pero debe ser bastante claroque no da por resul tado esa desconexin. Antesbien, el argumento de Wittgens tein va contra elplan te amie n to de la pregunta acerca de la relacindel l engua je con la realidad como algo que se de-bera plantear y responder de manera general . Esbastante claro que el nom bre "Fido" no es el mism oque el perro Fido, y cuando le damos el nombre"Fido" al perro es tablecemos un a conexin entrealgo l ingstico, un n om bre , y algo no l ingstico, asaber, el perro vivo. Sin duda Wit tgens tein no estnegando tan obvios hechos . S in embargo, lo queest i n t en tando hacer es disuadirnos de empezar por

    y e n f o c a r exclusivamente lo s hechos de dar nombres ala s cosas como si representaran la esencia mismadel lenguaje. Tambin desea hacernos recordar queestablecer dichas conexiones entre palabras y cosasno representa la raz ni el f u n d a m e n t o del lenguaje,que tales conexion es presup onen la existencia deuna ac t iv idad hum ana organizada , de la que el len-guaje forma par te . El hecho m ismo de dar nom bresa lo s perros es una prctica social que t ambin ha-cemos extens ivas a ot ras m ascotas , pero que noapl icamos a los animales en general . Sin embargo,disponer de esta prctica sociocul tura l es algo queya queda p resupues to en el ejemplo m s bsico derelacionar palabras con cosas, como darle nombre

    a un perro. Reflexionando sobre lo que sera un

    L E N G U A J E , R E A L I D A D Y R A C I O N A L I D A D 38 9conciso sumar io de opiniones wittgensteinianas, yhas ta kuh nianas , podem os pro pone r es to: el reco-nocimiento de la impor tancia del contexto socio-cul tural en nue s tras prct icas lings t icas y de otrostipos no nos priva de la capacidad de "hablar acer-ca de la realidad", s ino que nos da la capacidad dehacer es to. Dep ende mo s de una real ida d sociocul-tural para que la expresin de "hablar acerca de larealidad" tenga un sentido y una apl icacin inteli -gibles.

  • 7/29/2019 Hughes Sharrock 1997

    32/61

    L A E V A P O R A C I N D E L S IG N IF IC A D O 39 1

    VIII. L A E V AP O R AC I ND E L SIGNIFICADO

    E N LOS dos captulos anteriores hemos revisado la sposiciones que intentan s