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i f o I.—•!? ÉPOCA. Mrfxioo, NOTIIMBRK 30 1900. TOMO I. —NTÍM.1(J egenerac PBBJÓPICO JUBÍDICIO INDBPBNDIBNTE. UUbariaidalaawaaUBAtiana mia ttaitaa. qu« «I paapata A 1* vld»?riyada, A U moral y A te paj pfib; a*. (Art. 7.• 4* 1* Conautuottn.) Cuando te BeptbHo» pranoMto n v«z •OIMIMU, wrt íoraoio HiMttni ó di- mitir. OAHBBTTA, DIRECTORES: £fC.Jesús flores Jtíagón.Sic. jTntonio ¿(orces/tes.—Ricardo flores Jtfagón, Oficinas: Centro Mercantil, 3er. piso, núm. 20. (México, D. P.) Teléfono 264. jfidministrador: Ricardo flores jtfagón. CONDICIONES. tiEMKMUUCióvtt «da loa dfaa T, M, tt y oitlaa» da ead* mn y IIM prado* d« aubaorlpeion san: Pan te Capital, trimaatre adelantado LM P a n loa Eatadoa, id. Id LOO Pan al •xteanjcro, id. id añoro 9.00 Namerofl aneltoa II otra. Ndmetoa atrawdoi. 16 at*i. •a antendeii aceptad* la, ankacrlptlta, «o eaao da qua no aa da. ToalTmalpaiWdiooyaa girará |«r al Importe 4» un trlnaalw. Ateaagwntaa aa laa abonan al 16 por danto. Ko daroalMn origlnalaa. Par» ka anuadoa an el pariMlw, pídaaaa tarifa». Epilepsia oratoria. No es la sociedad el dios hebreo que re- clama la sangre de los caídos; no es el Mo- lock púnico, insaciable y voraz, amante del sacrificio para la salud del pueblo car- taginés, ni el Huitzilopoxtli azteca que ne- cesita la fiereza de Ahuizotl para aplacar sus iras con un torrente de sangre. La sociedad no clama venganza; laso- ciedad pide justicia. No es una ebria que escandaliza pidiendo sangre, ni una deli- rante que se retuerce üe furor al sentirse herida; es una matrona augusta j noble en «sus dolores. Pero en México, el representante de la s iciedad no sabe ¿ quien representa; el Mi- nisterio Público no sabe Su papel. El Mi- nisterio Público, como los malos actores, interpreta mal y dice peor. Cree que la so- ciedad es una desalmada, y ahoga sus sen- (no nos referimos á los honrados y que cumplen con su deber) todo hombre que comparece ante sus jueces es un malvado y el más anodino de los rostros tiene para ellos rasgos lombrosianos. Si un hombre, en defensa de su Hacien- da ó de tu vida hiere ó mata á otro, ese hombre, para el Ministerio Público, es un asesino; y si eje hombre, al cometer el ho- micidio estaba armado, obró con ventaja; si se prueba que siempre portaba armas, obró con premeditación, porque al andar armado, naturalmente premeditaba el deli- to. En consideración á tan espeluznantes circunstancias, el Ministerio Público, en nombre de la sociedad, pido la pena de muerte. El representante de la sociedad no atien- de & las circunstancias atenuantes; para él, debía borrarse del Código Penal, por ocio- sa, la parte relativa. Cree el Ministerio Público que á fuerza de condenar á infelices se salva la sociedad, y se engaña. Nuestra sociedad, culta y honorable, no quiere sangre; no es la so- ciedad de zafíos del Sur de los Estados U- nidos, que ejercita venganzas reprochables en forma de lyircharaientos. La sociedad, en presencia de un crimen enorme, pide que se aplique la ley; pero al mismo tiempo ordena que al aplicarse» se tengan en cuenta las circunstancias ate- tiinientos; cree que' es una bacante, y ras- ga las vestiduras de la Ley. Paré los representantes de la sociedad nuantes; que al aplicarse, se haga con áni- mo sereno (sin odio ni temor). - La sociedad necesita hombres imparcia-

ifo I.—•!? ÉPOCA. Mrfxioo, NOTIIMBRK D« I.—NTÍM.1(J egeneracarchivomagon.net/wp-content/uploads/e1n16.pdf · 2014. 2. 19. · Sr. Juez de 1!V Instancia del Partido Norte

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  • i f o I.—•!? ÉPOCA. Mrfxioo, NOTIIMBRK 30 D« 1900. TOMO I.—NTÍM.1(J

    egeneracPBBJÓPICO JUBÍDICIO INDBPBNDIBNTE.

    UUbariaidalaawaaUBAtiana miattaitaa. qu« «I paapata A 1* vld»?riyada,A U moral y A te paj pfib; a*. (Art. 7.•4* 1* Conautuottn.)

    Cuando te BeptbHo» pranoMto n v«z•OIMIMU, wrt íoraoio HiMttni ó di-mitir.

    OAHBBTTA,

    DIRECTORES:£fC.Jesús flores Jtíagón.Sic. jTntonio ¿(orces/tes.—Ricardo flores Jtfagón,

    Oficinas: Centro Mercantil, 3er. piso, núm. 20. (México, D. P.) Teléfono 264.jfidministrador: Ricardo flores jtfagón.

    CONDICIONES.

    tiEMKMUUCióvtt «da loa dfaa T, M, tt y oitlaa» da ead* mny IIM prado* d« aubaorlpeion san:

    Pan te Capital, trimaatre adelantado • LMPan loa Eatadoa, id. Id LOOPan al •xteanjcro, id. id añoro „ 9.00Namerofl aneltoa II otra. Ndmetoa atrawdoi. 16 at*i.•a antendeii aceptad* la, ankacrlptlta, «o eaao da qua no aa da.

    ToalTmalpaiWdiooyaa girará |«r al Importe 4» un trlnaalw.A tea agwntaa aa laa abonan al 16 por danto.Ko t» daroalMn origlnalaa.Par» ka anuadoa an el pariMlw, pídaaaa tarifa».

    Epilepsia oratoria.No es la sociedad el dios hebreo que re-

    clama la sangre de los caídos; no es el Mo-lock púnico, insaciable y voraz, amantedel sacrificio para la salud del pueblo car-taginés, ni el Huitzilopoxtli azteca que ne-cesita la fiereza de Ahuizotl para aplacarsus iras con un torrente de sangre.

    La sociedad no clama venganza; la so-ciedad pide justicia. No es una ebria queescandaliza pidiendo sangre, ni una deli-rante que se retuerce üe furor al sentirseherida; es una matrona augusta j noble en«sus dolores.

    Pero en México, el representante de las iciedad no sabe ¿ quien representa; el Mi-nisterio Público no sabe Su papel. El Mi-nisterio Público, como los malos actores,interpreta mal y dice peor. Cree que la so-ciedad es una desalmada, y ahoga sus sen-

    (no nos referimos á los honrados y quecumplen con su deber) todo hombre quecomparece ante sus jueces es un malvadoy el más anodino de los rostros tiene paraellos rasgos lombrosianos.

    Si un hombre, en defensa de su Hacien-da ó de tu vida hiere ó mata á otro, esehombre, para el Ministerio Público, es unasesino; y si eje hombre, al cometer el ho-micidio estaba armado, obró con ventaja;si se prueba que siempre portaba armas,obró con premeditación, porque al andararmado, naturalmente premeditaba el deli-to. En consideración á tan espeluznantescircunstancias, el Ministerio Público, ennombre de la sociedad, pido la pena demuerte.

    El representante de la sociedad no atien-de & las circunstancias atenuantes; para él,debía borrarse del Código Penal, por ocio-sa, la parte relativa.

    Cree el Ministerio Público que á fuerzade condenar á infelices se salva la sociedad,y se engaña. Nuestra sociedad, culta yhonorable, no quiere sangre; no es la so-ciedad de zafíos del Sur de los Estados U-nidos, que ejercita venganzas reprochablesen forma de lyircharaientos.

    La sociedad, en presencia de un crimenenorme, pide que se aplique la ley; peroal mismo tiempo ordena que al aplicarse»se tengan en cuenta las circunstancias ate-

    tiinientos; cree que' es una bacante, y ras-ga las vestiduras de la Ley.

    Paré los representantes de la sociedad

    nuantes; que al aplicarse, se haga con áni-mo sereno (sin odio ni temor).- La sociedad necesita hombres imparcia-

  • REGEÑERACÍOlf.{

    loi que la representen y no epilépticos nienergúmenos; pero entre nosotros (paraconvencerse hay que asistir á las audien-cias de jurados) el representante de la so-ciedad trepa á la tribuna en actitud-de pu-gilista sajón, apretados loa puños y frunci-do el ceño, para vaciar desde su alturacon altivez olímpica, todo un fardo bienreploto de denuestos ó imprecaciones sobreol miserable reo.

    La misión del Ministerio Páblíco es muyelevada. El Ministerio Público tieue queacusar; tiene que cuidar de que la ley seaplique en su verdadero sentido; tiene quorebatir (con lógica) los argumentos de ladefensa, que por ser los más simpáticos,soji los quo más impresionan, y tiene queinvadir la extralimitaeión del juez venal.

    • En suma, la sociedad necesita defensoresdo sus intereses y no verdugos; Agentesdel Ministerio Público y no epilépticos; re-presentantes serenos ó imparciales y noenergúmenos.

    Juez Olvidadizo.En ol asunto Kamonetti, que acaba de

    fallar la 2il Sala del Tribunal Superior, elSr. Juez de 1!V Instancia del Partido Nortede la Baja California, sentenció al proce-aado á dos anos de prisión, olvidándose defijar en la sentencia la fecha en que debiócomenzarse á contar la pena.

    Para ese Sr. Juez, como para nuestro 3o

    Correccional, da lo mismo que el procesadopermanozca más ó menos tiempo en la pri-sión. Como no son ellos los encarcelados!

    Los juiciosde indemnización.

    En el Juzgado 4o de lo Civil, sigue D.Lorenzo Chimal, bajo el patrocinio del in-teligente abogado t). Isidro Rojas, un jui-cio en contra de la Compañía de los Ferro-carriles del Distrito, por indemnización de

    los daños causados en unEl accidente ferroviario dio lugar á

    averiguación, criminal, que aunña, y la expresada Compañía, fandándosien ol artículo 362 del Código do Procedi-mientos Penales, ha solicitado se suspendael curso d¿l juicio civil, hasta que u ter-mine la averiguación criminal.

    La cuestión planteada es de muy seriasignificación, y creemos, que para roxolvei-la, debe recordarse la diferencia que existíentre el delito ó cuasi-delito civil, es decir,el hecho que produce responsabilidad ci-vil, y el delito criminal. Éste, es la infrac-ción de una ley penal y tiene por caract*ríatica, la imposición da una pana, por ra-zones de derecho público y de interés so-cial. En el delito ó cuasi-deiito civil, minterés no está al debate. La parte lesio-nada obra en reparación del daño que sel»ha causado. Propiarnonte hablando, no hajun delincuente, hay solo un deudor y un1

    acreedor.Cuando se trata de la infracción da I»

    ley penal, es preciso quo previamente s«defina la culpabilidad del autor de aquella,para resolver da-jpués la cuestión quo plaaite i el interés particular.

    Cuando solo se trata del auto ó lieclwperjudicial, no so requiere la previa roiolución penal. Sírvanos, por ejemplo, el caáde danos causados por la caída de un irbol ó do cualquior otro objeto de pro-tiedad particular; los que provengan de «lescomposición de canalos y presas ó loscausan los establecimientos industrial»ya en razón del peso y movimíonto demáquinas, ya en razón de emanaciones d»letéreas, etc. - En todos estos casos podihaber intervención de la policía judicial]seguirse una averiguación criminal,ella no entorpece la acción del juea civipara juzgar y sentenciar con criterio ibsolutainente ajenó á la resolución que 4dó en el ramo penal, y plegándose solo 4que lo impone el artículo 1486 del CódijPCivil., Creemos que este es el criterio que hauobservarse en esta delicada cuostiói f*el que sospechosamente presenta la Cotpañía demandada que, de ser aceptado, i

  • 9

    j «n I* mayor parte de loa casos, sinmultado ninguno lat cuestiones de in-

    c«&tra la* "empresas forroviS-

    «si* interesante litigio poraos torámitea, por que ĉ de interés

    palpitante todo lo que atafio & \oi juiciosle ind«mnixaoióxi, que pueden ser el únicoremedio «n contra de los constantos abusosé irregularidades que cometen las compa-

    ferroviarias #n su deficiente servicio.

    gracejadasJncor\ venientes.

    L un amigo nuestro, decía el Juez 3 °,Ifcroor, Lie. Patitto Suarea, que * Porfirio»litaba muy triste, porque las ¿estas nojbn ¿ lucir, pues Magón y su «REGENE-RACIÓN,» no querían asistir á ollas, cosa

    era 4» lamentarse.»La inmoderada propensión al gracejo

    mal antendido y peor expi jtado, ha hecho|tt ti Sr. Jusz Patino Suárez se muestreírrtspetuofo para, con su superior, llaman-do

  • 4

    nadie, debe comprender la trascendencia de su auto infundado, y si á pesar de com-prenderlo, continúa excusándose, no ten-drá idea alguna de su misión, ni del cum-plimiento de su deber, ni de la confianza que en §1 se ha depositado.

    ES CURIOSO-

    Prometimos, para enseñanza de algunos Jueces, publicar, en lo conducente, una sentencia pronunciada por el Sr. Juez 2o

    Penal de Aguascalientes, Lie. Federico M. Sotomayor, y confirmada por sus propio* y legales fundamentos, ¡wr el Supremo Tri-bunal de Justicia de dicho Estado.

    E l valiente coleja «Li E>ra! lo» de a jue-11a Ciudad, publicó el siguiente- párrafo:

    «¡Bien por el Muy Ilustre!—La tarde «del domingo 13, «1 Ja rd j i de San Cláreos

    AOIO&.

    «se r i ó muy concurrido por personas que «eneraban música: sería muy bueno qua «ya que ol Muy Ilustre no quiere mandar «la banda á dicho Jardín, nos euoiizára-«mos los concurrentes" para poner" á los «pátaeoches.—¿Le daría vergüenza al Ayun-tamiento?»

    El Ayuntamiento no se avergonzó, a n o que se ofendió y al efecto el Síndico I o en nom-bre de la Corporación Municipal, presentó una querella contra el autor del ultrajante párrafo, haciendo consistir el delito en la frase «¿Le daría vergüenza* al Ayunta-miento?»

    El Sr. Juez Sotomayor, que .tiene una gran dosis de sentido coman é ilustración, para suplir la carencia, en el Cuerpo Municipal, de ambat> cualidades, pronunció su sentencia absolutoria, con los siguientes fundamentos:

    «Considerando Io—Que para que exista el delito de ultrajes de que hablan los artí-culos 910 y siguientes del Código Penal, es necesario que haya una injuria; y la in-juria, según el articuló 611 del mismo Có-digo, es: «toda expresión proferida y toda aeeión ejecutada pa.*a manifestarle 4 otro desprecio, ó con el fin de hacerle una ofen' sa.»—2o Que el párrafo denunciado revela por sí solo, é independien t arrien te' de todo comentario, el deseo del articulista de que se ponga una música en un jardín público, en lo cual está en su perfecto dereeho; y al indicar que los particulares sustituyan al Ayuntamiento, para ver si le daría ver-güenza, á éste, no hace sino estimula!-, exci-tar, mover el ánimo del referido Ayunta-miento, con el buen sentimiento de la ver-g:iema, lo cual, lejos de ser una ofensa, és un estímulo para que las autoridades cum-plan con su deber,—3° Que además "de lo expuesto concurre en el Lie. Lomelí la cir-cunstancia de ser periodista, y por lo mis-mo, tener que tratar en su periódico los asunto» de interés pilblieo; por lo cual, y dei-tro de los límites constitucionales, pue-de manifestar todas las ideas que no ata-quen la moral, la vida privaday ni la -pa¿ publica, sin, que ni remotamente pusda de-cirse que las ataca el párrafo denunciado; que antes al contrario, aconseja un medio

    En el Conservatorio Nacional de Músi-ca, se aceptó como texto la obra de Peda-gogía Musical que escribirá un conocido é inteligente Abogado, profesor de aquel plan-tel.

    Podrá confiarse mucho en las aptitudes del futuro autor: pero nos parece aventu-rado, y más que aventurado, inconvenien-te, discutir las bondades de una obra que no se conoce. La aceptación de una obra de texto, requiere un estudio detenido y la aplicación de un análisis severo, y ni ci estudio ni el análisis pueden efectuarse en este caso.

    Hubo quien reprobai-a la admisión de lfu-turo texto; pero no faltó alguien que adujera el argumento de que ya en otra escuela se había aprobado como texto, la obra de his-

    * toria que pensó escribir el Lie. D. Ezequiel Chávez.

    H a y motivos para que la instrucción pública ande tan descarrilada.

    Jueces y^prihüijal lloarados.

  • BEGENEEACIQN.

    pacifico para proporcionarse la distracción que el Ayuntamiento no ha establecido.»

    Tan sensatos fundamentos fueron, y con justicia, confirmados en todas sus partes por el Tribunal. La* sola lectura de ellos abona la independencia Jel Sr. Juez Soto-mayor y del Tribunal, JIO infectados por el medio. Actos tan levantados y liberales, tan ceñidos á la Constitución, y tan escasos en estos tiempos pletóricos do servicios po-líticos, mueven al a]ilauso de los hombres honrados. De esa sent-encia surge, clara y viril,la sanción de un b9Üo principio Cons-titucional, la libertad de imprenta, tan estropeada por nuestras autoridades irres-petuosas. .

    Ojalá que la actitud digna de los tribu-nales de Aguascalientes, fuera secundad» por los de la República, que conocen de querellas contra periodistas.

    • • I I • — | • I ^ T ^ — "

    Despoblación de Aguase alientes. Amargamente se queja nuestro ilustra-

    do y digno colega El Heraldo, de Aguas-calientes, de los tristes resultados que dio la funesta Administración del Gobernador Arellano. Aguascalientes se está quedando sin habitantes.

    Durante esa Administración, que con ho-rror recuerdan los ciudadanos del Estado, se les deportaba injustificadamente, arran-cándolos de sus hogares para remitirlos en calidad de rateros al Talle nacional, ó bien se les hacía sentar plaza de soldados en el Ejército, atribuyéndoles supuestos delitos que ni siquiera habían pensado cometer.

    Ese sistema de terror aplicado á ciuda-danos honrados, motivó la emigración de los habitantes de Aguascalientes, que pre-firieron las eventualidades de una vida aven-turera al sobresalto en que vivían con la a. menaza de un gobierno despótico.

    E l censo ha venido á poner en clara la despoblación de Aguascalientes, arrojando una disminución de 6127 habitantes en cinco años. ^ Sin embargo de ésto, seguirá caeareán-

    3OSP iratitro. gotismo paternal é

    Preceptos oqtfconst/tucfonales. En el Capítulo del Código de Procedi-

    mientos Civiles que trata de las formalida-des judiciales, se encuentra el art. 54 que ordena, que los escritos ú ocursos que pre* senten las partes, deben estar timbrados conforme á la ley. Ese artículo, en su in-teligencia literal, que es la mas usada en los Juzgados por ser la menos penosa, y es la menos penosa, porque no requiere meditación y estudio, podrá fundar un auto de «promoviendo en forma se provee-rá,» cuando un escrito se presente sin la estampilla que ordena la ley del Timbre. Todavía más: la práctica lleva su rigoris-mo hasta el grado de no dar entrada al es-crito que carece de la estampilla.

    E l precepto no es científico y la prácti-ca carece de constitucionalidad.

    Formalidades son, las condiciones, tér-minos y expresiones, que se requieren para que un acto ó instrumento sea válido y perfecto, y la estampilla no es una condi-ción de validez en las actuaciones, es sim» plemente una contribución impuesta al l i-tigante.

    La Ley del Timbre señala penas á los que infringen sus disposiciones, y en ellas incurrirá el litigante que no adhiera á su escrito la estampilla correspondiente: pero decretar como formalidad judicial la es-tampilla, ó, como declara el art . 120 del mismo Código, que se tenga por no hecha la promoción cuando falte papel timbrado para proveer, es sencillamente la declara-más desenvuelta y más terminante, de que los tribunales no estarán expeditos para administrar justicia á aquellos que no ha-yan pagado el impuesto del timbre.

    La práctica de no admitir la promoción, que se presente en papel no timbrado, y la otra de que se tendrá como no hecha por no expensarse dicho papel para proveer, son anticonstitucionales, pues es una ga-rantía individual la de que á toda petición recaiga un acuerdo escrito de la autoridad á quien ge haya dirigido, la que está pbli«

  • REaENERACION.

    gada á hacer que el peticionario conozcaese acuerdo. Li práctica y la ley al desa-tender este precepto constitucional, con elfátil pretexto de que no se ha cubierto elimpuesto del timbre, olvida, que sobre to-(\ is las leyes está la Constitución y que esun deber ineludible, en caso de conflictode una ley con los j>receptos constitucio-nales, jweferir y aplicar éstos, que son labase y objeto de las instituciones sociales.

    Sos liberalesveracruzanos.

    La causa del liberalismo, santa comotoda causa que tiende á la regeneraciónpolítica y social, sigue abriendo brecha enlas filas del retroceso, encaminando salu-dablemente si las conciencias hacia la liber-tad y la democracia.

    Como una prueba del avance liberal, in-sertamos en soguida una circular que he-mos recibido.

    Dice así:. «Señores Directores de «REGENERA-CIÓN»,— México;

    «El día 17 del corriente fné instaladoen la casa núm. 16 de la Callojuola de Cla-rijero, el O'u'o Liberal Literario:«SEBASTIAN LERDO DE TEJADA»cuyo objeto es combatir por el sostenLmiento do las instituciones liberales lega-das por los ilustros Campeones de la Ke-forma, ahora amenazadas soriamento porlos partidarios del retroceso, de la traicióny dol embrutecimiento de las masas popu-lares.

    «ILUSTRACIÓN Y REFORMA.»«La Mesa Directiva quedó constituida

    como sigue:Presidente, Santiago de la Hoz.—Vico-

    Presidente, Rogelio García.—Vocal 1,°-Juan C. Bastón.—Vocal 2,° Augusto Ai-llaud.—Vocal 3,° Teodoro Hernández.—Secretario, Manuel P. Lira.—Tesorero,Francisco Gassós.

    «Lo que me honro en comunicar hn$ dudando objencr «u, vítlíoif «yo-

    da, como una prueba do su reconocido li-beralismo.

    j «ILUSTRACIÓN T REFORMARE' Veracruz, Novienbre 24 de 1900.—El 8a-jeretario, Manuel P. Lira.—V. B. El Presi-dente, Santiago de la Hoz.»

    Hacemos votos fervientes por que lostrabajos del Club «SEBASTIÁN LBBDO D»TEJADA» sean fructíferos. Con placer re-mos que no han muerto los «anos idéala»de la libertad, sino quo saliendo sus soste-nedores del marasmo producido por el ac-tual asfixiante medio político, se aprettanvigoroso» y llenos de riela á la lucha porlos principios liberales.

    Nosotros, que también luchamos por el01principios, nos congratulamos al rev qu»no estamos aislados, y con toda el almaenriamos nuestras felicitaciones á loimiembros del nuevo club y ponemos «BE-GENERACIÓN» á sus ordene*.

    Otro Juezarbitrario*

    También el Estado do Tamaulipas lionesu ftorKC«ncía nociva d» Jaece* .arbitra-rios. Como ejemplo puede citarse ei Je 1*instancia de C. Laredo.

    Hace 7 meses, el 26 de Abril de ost»año, fue reducido & prisión el Sr. FedericaM. Chincoya, por acusación que promovióen su contra el Lie. Joaquín Canta Cárde-nas, quien so croyó difamado en un entr*-filet que aquel señor escribió en un diariocío esta Capital.

    Dos puntos graves hay en é»t» procese,que deslindan perfectamente él carácterde arbitrario que tiene el procedimiento.

    En primer lugar, el Juez instructor e»incompetente par» eonooer de esto proceso.El párrafo considerado oomo difamatorio,se publicó en esta Capital. Aquí, pues, í#cometió el'delito y el Juez de 0. Laredo Qtpuede prorrogarse una jurisdicción que n#le corresponde.

    Decimos quo en esta Capital §• oentefetfel dettto, porque Ipt ¿9 fraptt&tfcatf titift»

  • el carácter de continuos, sino el de instan-táneos. La acción del agente concluyó enel momento en que profirió la frase difa-matoria, y si la hoja periodística llevóhista C. Laredo la nota delictuosa, la pu-blicidad es una agravante, y no tina cons-titutiva fiel, delito.

    En segundo lugar, el Juez de C. Laredoha dilatado exageradamente la resoluciónde este asunto, lío se trata en este caso denn delito en que el Juez camine á tientaspira descubrir la rerdad. Si s© cometiá-»ndelito, allí está la hoja periodística que lorevela desde luego, sin necesidad de ulte-riores diligencias, que ningunas ha habido.£1 Juez, en complicidad con la chícana, hadilatado, pues, in útilmente ese proceso, pa-ra satisfacer, quizá, la venganza de un ter-«tro.

    Muy sensible 63 que loa Jueces, como eldo C. Laredo, burlen, con perjuicio de lalibertad individual, derechos consagrados|or las leyes, alardeando de impunidad yde una conciencia encallecida en los espec-táculos judiciales.

    La censuraen las mnnHrqmas.

    Bíe# un cablegrama reciente:«Otro hecho más tfrgno aun de nótame,

    es que el «Eoícbstag» por primera vez,desde la formación del Imperio, se ha en-tregado á la Ubre é ilimitada censura delas palabras y actos del Emperador, to-mando parte todos los jefes de partido, sinque una sola vez le haya puesto coto elpresidente de la Cámara.

    «Otra novedad política notable ha sido^ue da los conservadores han partido lascensuras máí severas contra los descomedi-dos discursos militares de su majestad. £1«Beichbotts,» periódico conservador ex-tremadamente leal, comentando una vezlas «locuciones á las tropas y épostrofan-fo personalmente al soberano, le advierte$06 en 2o sucesivo mida más sus palabras,I 1» $#t) %%• 00 deb# olvidar

  • do, aparecen esos conceptos quoreveíanlaoscasa ilustración del Juez. No se ha llega-do á saber quien sea eso testigo, que la pe-netración del Juez descubre. El actor pi-dió quo ol Secretario certificara hechos.¿Será el Socretario el testigo á que aludeel Juez? Si así fuese, el Lie . PatinoSuárez, maestro, sogún él, en la ciencia delderecho, ignora que el Secretario en ejer-cicio de sus funciones, no es un testigo,sino un funcionario público cuya certifica-ción reviste los oaracteres de una pruebaplena. Ahora nos explicamos por qué elJuez Patino Suárez falla los negocios encontra de los que se presentan en juiciocon una certificación expedida por funcio-nario público. Considera á iste como testigo!

    Hay algo más que no abona la conductaoficial del Juez referido. Por los detallesde este asunto y por sus conversacionesC3n el Sr. Lie. Eugenio L. Amoux, apode-rado del actor, s3 viene en conocimiento lapremeditación del Juez para desechar lapromoción mencionada. Después de dicta-*do el auto ajeno á la ley y á los preceptosgramaticales, dijo al Abogado roferido "quopidiera su revocación, la quo no prospera-ría, por tratarse de una sentencia interlo-cutoria," y se vanagloriaba do haber dadoesa forma á sus procedimientos, para evi-tar la revocación.

    Tal proceder es indigno de un funciona-rio público. Este, no debo buscar la formade eludir el reproche á sus actos. Debo pre-sentarse sincero y con ol conocimiento desu deber, sin entretenerse en juegos de ju-glar do las leyes, sabiendo que el único re-curso sería el do responsabilidad, que no seharía efectiva. La impunidad es repugnan-te.

    Después de conocer esos preceptos sabráque su proveído fue sencillamente un auto.susceptible de ser revocado por contrarioimperio.

    Deseó maniatar y descubrió su escasailustración como Juez.

    EL PUEBLOTOLERANTE Y MIEDOSO.

    Con profunda sorpresa hemos visto en*El Monitor Stnalo&nse,» un remitido fir-mado por un Sr. J. Octaviano Vega, en elque inpugna ün artículo publicado pornuestro valiente colega *El hniversal,»que desnudó al impopular Gobierno delGeneral Caftedo. No estriba nuestra sorpre-sa en 1A defensa incondicional del remiten-te, qne ello es costumbre vieja y muy ex-plotada, aino la en forma que la defensase hace.

    Dioe así el remitente:< *, es in-

    justificado é inmerecido el ataque embo-zado dirigido al Gobernador de Sinaloa,que no puede estar en todaj partes ni pre-ver las tendencias crimínalos do los agen-tes subalternos de las muchas oficinas d 1Estado.

    «Si en los Distritos hay caciques; si lasautoridades se desmandan, culpa es delpueblo que las tolera, por miedo, ó les rin-de la cerviz, prestando ruin homenaje á lavil adulación.

    «•Los Tribunales están expeditos para elque demande justicia. La Federación am-

    Por otra parte, el Juez Patinopara al inocente oprimido. ¿Si pues conta-

    Suá- Imos c o n medios legales de defensa, á quéi'ez al pretender maniatar al actor, descu-brió que ignoraba las leyes. Su resolución

    de unano e3 ni pdedo tener el caráctersentencia interlocutoria.'

    Para que norme sus actos en lo futurole aconsejamos que lea el art. 601 del Códi-

    ocurrir al desprestigio de un gobernanteque ignora lo que pasa, porque nos faltavalor civil paradefendernos,óporqueen losDistritos abundan espíritus apocados, qnepor el miedo ó la lisonja, elevan votos deconfianza en favor de los Prefectos buenos

    go de Procedimientos Civiles, y para que ° malos, engañando así al Gobernador,sepa qué es un incidente y cuál la tramita- P^a inculparlo/lespuós?»ción especial de ellos, debería leer. el cap. j Cuando se defiende al gobernante, sin elI del tít. XI del mismo Código. (talento de la defensa de Jas malas cauíw,

  • resultan estos traspié* y esas confesiones pa-ladinas. El .Oral. O&Sieáoijnora h que pasa,¿ice el remitente. Aceptado, y cuando ungobernante ignora lo que pasa en su terri-

    , no merece la confianzapública y por eso se la han retirado loshabitantes honrados do Sins! a. Cuandoun gobernante, por incuria, por ineptitudó por cálculo, ignora lo que pasa, no es unbuen gobernante, es un individuo que no

    distingue á dos metros, por el humo del in-cienso que sus aduladores Té queman. Elgobernante que tiene aduladores, revela uncarácter débil que gusta solamente de sa-tisfacciones egoístas

    Acusar al pueblo de tolerante y miedo-so, cuando no tiene libertad de acción,cuando, como en Jalisco, se encarcela alque le indica que ejercite sus derechos,cuando, en el mismo Sinaloa> se persigue yencarcela á los distinguidos AbogadosGaxíola y Buelria, porqueundíean que esaAdministración de Justicia es inepta y esservil, cuando, si ejercita sus derechos, tro-pieza con el látigo que lo cruza el rostro conla injuria que lo deprime y cmon la carriolque lo amordaza, entonces, acucar al pue-blo do tolerante y miedoso, es remover susheridas con zalla do buitre para despuésescarnecerlo y befarlo.

    Eso pueblo no ocurre á los tribunales,porquo éstos no le administran justicia,porque la ley, en manos de jueces compla-cientes y serviciales, es una espada de dosfilos, porque el juicio do responsabilidad es

    careta de virtud que cubre ol rostro delfuncionario perverso y po'rqua la calumniajudicial sí es efectiva para el querellante,enando se teje la burda trama de una ven-ganza:

    Por eso ol pueblo tolera, por eso no ocu-tte á los tribunales. Tiene una gran do-i?io sentido común que no estiman los go-bernantes. Cuando busca lx ley y tropieza

    ol látigo, apunta y anota. La Historia*jereitará su venganza.

    el próximo número_ que contendrá asun

    to de palpitante interés.Números sueltos 15 ctvs»

    25

    El asuntoTomás González.

    Saben ya nuestros lectores, que el pro-cesado de ese nonbre solicitó el amparo dela Unión contra la sentencia del Juez3o Correccional, Lie. .GuillermüJ3aundersfpor no haborle imputada el largo términoque duró la instrucción.

    El Juez Io de Distrito, Lie. JuanPérez de León, ha concedido el amparo alquejoso, y en nuestro sentir, justificada-mente. Seguiremos 4 esto señor en su folio.

    El Juez Saundors sentenció á Gonzá-lez á sufinr cinco meses de arresto, conta-dos desde el 13 de Septiembre de este año,á pesar de que el procesado había perma-necido preso desde el 4 de Novieraim» tlelaño pasado. De manera que, cuando faésentenciado por ol Juez 8.° Oorreecio*nal, González había permanecido en la pri-sión diez meses, ocho días, término excesi-vo para instruir un proceso. Al senten-ciarse A González á cinco meses, y al noimputársele los transcurridos, la pena re-sultaba de quince meses, ocho días; peroconcediendo que no se le imputara el tér-mino de tres meses que debió haber dura*

    do la instrucción, resulta una pena de unaño, ocho días, con agravio del artículo280 del Código de Procedimientos Penalesy de los 19i y siguientes del Penal.

    El Juez Saunders, en su informo conjustificación, pretendió disculparse di-ciendo, que no imputó á la pena el excesode tiempo referido, porque el reo y su de-tensor demoraron el proceso. A este res-pecto dice el Juez de Distrito; «Debió(el Juez Coireccional) fundar y expresaren la-sentencia, por qué no computaba eltiempo anterior. Además, las diligenciasque se han tenido á la vista no indican

    en la demora que sufrió la averigua-ción, hayan tenido culpa el reo ó el defen-sor, ni que aquel, durante la instrucción,haya tenido mala conducta.»

    Estas consideraciones fundaron la con-cesión del amparo al reo, por violación dolos artículos 1£ y 16

  • 10 REGÉNEKACIOir.

    nuestrossubscriptores

    FUNCIONARIOA CUSAD O.

    pues so aplicó inoxac lamer: te la ley proce-sal y se causaron íaolosiias inmotivadas alquejoso.

    Con mucha justificación, pues, concedióel amparo el Juez do Distrito, destru- El Jefe Polítieo de Guadalajara, D. J .yendo el procedimiento ilegal del Juez Trinidad Alamillo, terror de los reportenSaundors, á quien no le preocupa la liber- de "El Correo de Jalisco," ha sido acusa-tad individual. do por dos distinguidos abogados del loro

    Jalisciense. Se le imputan delitos oficia-les.

    Aplaudimos la actitud de esos dignosAbogados. El Sr. Alamillo se ha distin-guido por su impericia administrativa ypor su impetuosidad para arrollar lasleyes* Como ejemplo, recordaremos el he*cho de haber reducido á prisión al repór-ter Sr. Salado Alvares, porque lo ofendió,según afirma el Jete Pelitico, en vez d*

    A las personas-que pagaron nuestro giro 1 acusarlo ante la autoridad competentepor el trímetro do Agosto á Octubre de Saldrían gananciosos los habitantes de

    a aFio, les giramos almraúnicam^ motivo de esa acúsa-los meses jle Noviembre y Diciembre pa ra ron , se viesen libres del 8r. Alamülo.comenzar el año entrante á girar por sus Últimamente hemos sabido que este se-trimostred naturales. ñor ha reanudado su cruzada contra le*

    A las personas que pagaron nuestro giro periodistas que no gustan de aplaudir susJK>V el bimestre de Septiembre y Octubre desaciertos.de este afto, les giramos nuevamente como En lugar de venganzas dé mal generaá los primeros, esto os, por Noviembre y esa autoridad arbitraria debía proemrarelDiciembre, para comenzar tnmbíén por tri- cumplimiento de sus obligaciones; de e§tmestres el año entrante. «M*1O ** l e aplaudiría; pero como no lo ha-

    Alas personas que han recibido desde jeo, seleeensiup.el número í>, les giramos por el trimestredo Octubre & Diciembre próximo, conti-nuando después girándolos por trimestres. \íí p i

    Por último, á las personas que reciban' ^v*del número 13 en adelante, les giramos por.el bimestre de Noviembre y Diciembre, pa-ra comenzar el año entrante por trimestres.

    NOTA.-Suplicamos atentamenteá las! Indicamos en nuestro número anteriorpersonas contra quienes giramos, no res- * u e e 8 t e rñhmt« o o l*S* ****** tidodenw-palden nuestras libranzas con la nota d e « ^ o por ultrajes á funcionarios públicos.que cuando reciban de terminado número V e a m o s a n W* 9 * l i a l ^*io eonsístíf el áe-

    11 'xque no so les ha remitido, cubrirán el im-porte de la subscripción, pues pueden cu- N u e s t r o °°lf8» pablicó un sesudo wtfbrirlo y escribimos acerca de ese asunto, o u l ° s o b r e }& inorganizada policía canapécon la seguridad de que serón atendidas cnana> naciendo rigurosas observacionessuf quejas con toda «acrupulosidad. (sobre su falta de disciplina, la impunidad d«

    las infracciones que comete, sus atropellosinjustificados y su reclutamiento áin cál-culo y sin talento. Además, «a un párrafode informaron dio en«nt» i» BU

  • ¿¿GENERACIÓN. 11

    atontado cometido por la policía, disolvien-do por la fuerz-v á un grupo do señoritas yjóv#nes qu© &• distraían inooontemonte.

    LA* apreciaciones viriles del colega, mo-tivaron la acusación que presentó el Mi-nisterio Público, y en virtud do ella, fueronencarcelados el Director del Colega, DonSalvador Martínez Alomía y el colaboradorDon Manuel Gutiérrez Zamora.

    Las apreciaciones hechas por «El Repro-ductor Campechano,» no constituyen undelito. S«» refirió a los actos oficiales de•sa policía desorganizada de Campeche,reclutada en los cuarteles y en los presi-dios. Discutió enérgicamente la falta deAptitudes en el personal, su carácter in-educado y brusco, su poco tacto al ejercersus funciones, apreciaciones todas dirigi-das al empleado público, no k lí nersonaprirada. Esturo, pues¿ el colega dentroHelos términos constitucionales^ es decir, nomiró esas tres taxativas (la vida privada,la moral y la paz pública) de las que lagazmoñería y la chicana lian hecho trestrampas.

    Pero las autoridades campechanas, comocasi todas nuestras autoridades, apreciaronquo se cometió un delito, el de ultraje áfuncionarios públicos, al descubrir las pús-tulas que cubrían los raidos uniformes deesos gendarmes, y se coaietió un atropellomas, contra la libertad do imprenta.

    Esperamos el tallo de los tribunalesMtnpechftnos, para ver de tributarles aplau-sos ó de dirigirles nuestra censura.

    Creación de un delito.El Círculo de Amigos del Presidente

    (no de D. Porfirio Díaz) ha resuelto: *laspersonas que vendan los boletos de entradaá las diversiones publicas futuras, serántenñgnadai á la autoridad competente.»

    ¿De qué delito previsto y penado se lesaonsará?Y hay Abogados, al parecer distinguidosy apto», #ntr# «sos Amigos del Presidente.

    Aclaración InconvenienteUn» rocíente aclaración á la Ley del

    Timbre dispone, que el que pida habilita-ción por causa de pobreza, si antes de ob-tenerla, aunque ya esto solicitada, promue-ve en el juioie para el que la ha pedido,tendrá que usar estampillas de a cincuen-ta centavos, hasta que en el incidente ob-tenga sentencia íavorable.

    Nuestro ilustrado colega «La Libertad»de Guadalajara, critica con seriedad y conevidente justicia, en un bien meditado es-tudio, tal disposición, contraria á la mentey objeto oon que tales habilitaciones seconceden.

    Al solicitarla, hay que expresar cuál esel juicio que se va á promover, piles no seconcede habilitación general para pleitos.El que tenga que solicitar una providen-cia precautoria, quo por sli naturalezamisma tiene .quo -permanecer secreta, paraconseguir la habilitación tiene que divul-garla ó gastar estampillas de á cincuentacentavos en el iuicio y de á cinco en el in-cidente; de modo que, el que no puede su-fragar los gastos ordinarios del juicio, sele recarga con un diez por ciento por cau-sa de pobreza.Si tal disposición es dura para el que va a

    representar el papel do actor, es tiránica pa-ra ol demandado. El incidente de habilita-ción no suspende el improrrogable térmi-no que la. ley concedo para contestar la de-manda, y «i no puede contestarla por care-cer de recursos para proveerse de estampi-llas de á cincuenta centavos, los dilatadostrámites de la habilitación agotarán aquelplazo, y cuando esté en aptitud de usarestampillas de á cinco centavos, será yainútil el beneficio, pues la demanda y sucontestación, con todas las serias conse-cuencias que le son anexas, habrá fijado in-defectiblemente el cuasi-contrato del jui-cio, y en esas condiciones, la defensa es yainútil

    Encierra esta disposisión otra inconve-niencia mayor que las apuntadas y quehace enteramente ilusoria la habilitaciónpor caust d« pobreza.

  • 12 BEGÉÍÍERACtóN.

    Si el habilitado por pobre obtiene, sen-tencia favorable, tiene quo reponer las es-tampillas de todo el juicio, como condiciónindispensable para ejecutar el fallo. Si nolas repone, porque su pobreza se lo impide,el fallo permanece intacto, y la resoluciónjudicial que no puede ejecutarse, es unplatonismo que ridiculiza al Juez quo la dictay en nada mejórala situación desesperantedel vencedor. Sin entrar á la vía de apre-mio, no puede resolverse en dinero el pú"blico reconocimiento de un derecho, yliastaque el habilitado por causa de pobreza po-sea ese dinero, podrá expensar las estampi-llas necesarias.

    Felicitamos cordialmente á nuestro esti-mado colega «La Libertad,» por haber ini-ciado esta discusión de utilidad prácticaindiscutible.

    El Gobierno Sonorense.Un enérgico escrito presentado al Go-

    bierno del Estado de Sonora, por el inteli-gente Sr. Lie. Antonio Sarabia, apoderadode D.Belisario1 Valencia, Director do El Sol,nos ha hecho conocer detalles quo patenti-zan la tiranía adminiiítratis*a y judicial deese Estado.

    Por exceso do material, nos es imposibleocuparnos de 61 en este número; pero en elpróximo,- demostraremos quo la justicia liahuido avergonzada de eso Estado, que suadministración pública burla las leyes, queallí impera la voluntad soberana del Jefedel Ejecutivo local y que Sonora es unapequeña monarquía, on la que el Gober-nante se siente magnánimo con el sojíor deuna plácida digestión.

    "Jalisco foibre"perseguido.

    No hace mucho tiempo apareció en Gun-dalajara, lleno de bríos y rebosando honra-dez, el valiente colega «Jalisco Libre* y

    ya comienza á ser víctima del nefasto Go-bierno de eso Estado. Uno de sus Redac-tores, D. Atanasio Oxozco,. fue reducido áprisión, con motivo de la denuncia quehizo el Ministerio Público, de un artículopublicado en el inteligente colega.

    El párrafo denunciado por el MinisterioPúblico, inconmovible para la persecuciónde los delitos comunes; pero sagaz y acti-vo en la persecución de los delitos do im-prenta, dice así:

    «El pueblo de Jalisco sufre por los di-símbolos elementos en que se desarrollay vive; por la abyección vergonzosa enque se pretende sumergirlo. Pero no serásiempre así; confiamos en el porvenir; quese despeje el horizonte y brillara sobrenosotros la augusta Magostad de la ley.»

    «Pueblo! el grande, ef Soberano eres tú!Levántate, ejercita tus derechos

    «No dejes que te engañen tu» enemi- -gog.»

    El Agente del Ministerio Público opinéque el párrafo transcripto provoeaba á undelito y hacía la apología del mismo deli-to, y fundó su acusación ea el capítulo 8°del Titulo 6o del Código Penal.

    Lastima, y mucho, conocer tales proee-dimientos, emanados de una tenebrosa ehi-cana política. Decirle á un pueblo que esel grande, el soberano y que se levante yejercito sus derechos, no será vm delito si-no en el cerebro tortuoso de los funciona-rios jalisciencesy en el cerebro de otros muchos funciona-rios.

    La soberanía nacional reside esencial yoriginariamente en el pueblo, y por resi-dir en él, es poderoso y grande. La cons-titución autorizó al Redactor de «JaliscaLibre,» pa*'a llamar al pueblo soberano ygrande, y cuando la Ley Fundamental au-toriza, el Ministerio Público de Guadala-jara debe someterse ó dimitir. Si su mio-pía intelectual ó su ilustración deficientelo conduce á violar la Constitución, debe-ría ser destituido, si no contara, como cree*mos que cuenta,, con la incondicional prp-tección de «se Gobierno fimwto y furbitn»rio»

  • RIÍ&BNERACIÓtf

    Ese mismo pueblo, tiene la facultad deejercitar derechos, y al indicarle que losejercité, no se provoca un delito ni se hacela apología de él, porque ese ejercicio dederechos no es delito. En los sistemas deCtobierno, como el de Jalisco, en que exis-ten gérmenes latentes de monarquías ab-solutas, el ejercicio del derecho constituye•1 delito de rebelión y la protesta se ahogabajo la férula oprimente de una acusacióndel Ministerio Publico. Esta instituciónsabia, organizada para proteger derechos..es el instrumento mas apropiado para aho-garlos. Cambia entonces su ropaje protec-tor, por la túnica pavorosa del verdugo.L;i ley, que la sociedad en un momento deestulta confianza, pone en sus manos, sotransforma, al calor de resabios monárqui-cos, en el látigo que recuerda el vasallaje.. El viril pueblo jalisciense está, y conjusticia, profundamente afectado. Cayó lacareta y se erigió en delito el ejercicio desus derechos y se le negó su soberanía. Elproceso de «Jalisco Libre,» es la autocra-cia que se desenmascara.

    go por conveniente y no encanallando elperiódico con anónimos vergonzosos.

    Por otra parte, no es el anónimo el me-dio de combatir. El combate debo ser hon-rado y sobro todo valiente. No se corrigecon aspavientos de mujer, sino atracandoresuelta y virilmente.

    Si queremos ser dignos, tenemos quecomenzar por tener valor civil; si carece-mos de él, conformémonos con ser esclavospara vivir lamiendo las plantas de los ti»ranos.

    Cuando haya valor civil se salvarán lasinstituciones.

    Un Juej delator,discípulo de Judas.

    Este título de novela por entregas, sirvede epígrafe ó un anónimo que acabamosde recibir.

    Nos hemos hecho el firme propósito deno publicar anónimos, tanto porque no nosmerecen fé las notas que en ellos se con-signan, como porque odiamos todo lo queen la obscuridad, como los arañas, ejecutaun trabajó sordo y cobarde.. Además, nos- choca que se considere álos periódicos como instrumentos de des-ahogos personales. Sí nosotros atacamos álo» empleados públicos, lo hacemos no ata-cando á log hombres, sino á los funciona-rios.

    Si "el autor, del anónimo tiene resenti-mientos personales con el seftor Jaez á que«lude, puede rengarse del modo que ten-

    La Constitucióny los impuestos fiscales.

    En el Estado de Querétaro, como en o»tros do la Eepública, la ley que reglamen-ta el impuesto directo sobre profesiones,obliga al Abogado foráneo que va á ejer-cer en los estrados de aquella Entidad Fe-derativa, á registrar previamente su títu-lo, pagando la cuota que la ley fija al efec-to. Sin ese requisito, la promoción es re-chazada. Tal disposición es anticonstitu-cional.

    El litigante que hace una promoción a-rregladaá derecho, tiene la promesa dela Constitución Federal de que habrá derecaer á su solicitud un acuerdo escrito enconsonancia con la petición que efectúa.,Cuando los Tribunales de Querétaro, aca-tando una ley fiscal, rechazan desde luegoy sin acuerdo las promociones firmadaspor un Abogado de título no registrado,obran en abierta oposición con el preceptoconstitucional, y de paso, demuestran, conultraje de otro principio constitutivo, quelos tribunales de aquel Estado no estaránexpeditos para administrar justicia, sinocuando ol Abogado que patrocina á los li-tigantes, ha satisfecho la contribución. Demanera que la ley local, nacida al calor deuna aspiración de lucro sin cálculo y sintalento, encadena á una condición el cum-

    HEMEROTECA NACIONALM É X I C O

  • 14 BEGENEftACIÓN.

    plimiento de los amplios y liberales pre-ceptos constitutivos mencionados.

    Los tribunales queretanos no deben res-petar esa ley local, si no quieren caer bajola'censura de la Constitución ó incurrir enseria responsabilidad. «Esta Constitución,dice el art.126, será la ley suprema de to-da la Unión. Los Jueces do cada Estadose arreglarán a ella á pesar de las disposi-ciones en contrario que pueda haber en lasConstituciones ó leyes de los Estados.» Silos Jueces no acatan esta terminante dis-posición, «necesario es confesar que lostribunales son los ciegos cómplices de lasviolaciones Constitucionales cometidas porel Legislativo; si ésto hubiere de ser así,lo repetiré, la Constitución sería una so-lemne burla.» (Vallaría. — Votos.)

    A esto agregaremos, para enseñanza delos Jueces queretanos, que el Código Pe-nal tiene reservadas muy severas penaspara los funcionarios que violan los precep-tos Constitucionales.

    Por otra parto, si el Pistado do Queréta-_to desea medrar á costa de los Abogadosíbrárreos, dispone el Ejecutivo do la facul-tad eoonómico-coactiva para hacer efecti-vos los impuestos. ])e esta manera satis-fará sus deseos, sin perjudicar la marchade un juicio nrofender á la Constitución.

    Urja Protesta.

    Abusos en Tecamacbalco,Muy grava» quejas aeraos recibido, re-

    lativas a arbitrariedad** que comete el je-1

    fe Político de Teeamaehalco, Puebla, yque, de ser fundadas, ameritan serios re-proches para dicho jefe.

    Nos informan que á un individuo deapellido Montes se lo exigió que cedierauna casa de su propiedad para construir unportal en el lugar quo ocupa esa casa.Montea se opuso á tal cesión, y por estacircunstancia se atrajo la enemistad delJefe Político, habiendo tenido que sepa-rarse de la población á fin de evitar un de-saguisado. Ignora el Jefo Política,

  • REGENERACIÓN.

    Y «amos otro heehe.El Sr. D. José Franqueza fue llamado á

    ¿celara? ante el Juez 3 J de primera ins-tancia de Vei¡aeruz, en virtud de la de-nuncia que se hizo de na suelto de gaeoti-llf publicado ea. El Didamen Público doaquella ciudad.

    Auddió el Sr. Franqueza á la cita paraevitar un apercibimiento vergonzoso y su-po C9ii extrafieza que ya estaba dictado elauto de íormal prisión en contra do él.Esto quiere decir, que antes da rendir sudeclaración preparatoria, ya ul Juez, listopara mortificar á personas mezcladas enasuntos periodísticos, había calculado comoddlito, un hec'.io que sitaba por saberse siera delictuoso.

    Tal vejación cometida en la persona deun ciudadano, amontaría un castigo paraese Juez de primera instancia, en otro Es-tado que no fuera el do Veracruz, pues quoen éste, se ha venido comprobando día ádút que el Gob¿mador Dehesa está dispues-to á sostener (como él está sosfconiendo noobstante las protestas del pueblo veracru-zano) funcionarios que no saben aplicar laley sino su capricho,

    Un Juez déspota. xEl Juez 28 de lo Criminal de San Luis

    Potosí, D. Benito Carrizales, ha dado mues-tras de. una altivez insoportable, en elasunto del Sr. José M.m Facha, asunto delque próximamente nos ocuparemos con laextensión que merece.

    Dicho J uez Carrizales, no ha tenido, se-gún parece de los datos que se nos han en-viado, el respeto que merecen los defenso-res del Sr. Facha, sino que los ha tratadocon el despotismo ultrajante de un amo,en vez de atenderlos con la correcta urba-nidad de un servidor. Es foizoso que eseJuoz comprenda que está en ese Juzgadopara sorvii*, para atender al público, quees el que paga las quincenas que recibe/ yno para tratarlo con altivez despótica.

    Ya nos ocuparemos do las incorreccio-nes de ese Juez en este asunto.

    ENCARCELAMIENTOSARBITRARIOS.

    fiábamos que en Jojutla, Morelos, tam-bién se acostumbra encarcelar á los deudo-res de la contribución personal, teniéndo-los presos hasta ocho ó quince días, comosi fuera delito no tener con que pagar unacarga pesada, que las más da las veces nin-gún beneñcio reporta á los habitantes delEstado.

    Ya hemos demostrado que con talos en-carcelamientos se viólala garantía que otor-gaelart. 17 déla Constitución, que proscribela encarcelación por deudas, cuando éstasno tienen por origen un acto consideradocomo delito.

    Tales encarcelamientos son arbitrarios yultrajan á la libertad humana consiguien-do tan solo, por medio del rigor, la relaja-ción dol afecto quo debe haber entre lo»gobernantes y loa gobernados, haciendoquo aquellos pierdan su prestigio, si es quelo tienen, y provocando por lo tanto, unsentimiento de hostilidad por parte de lo*ciudadanos para con sus autoridades, cir-cunstancia de la que éstas deben huir, porser inmoral y destruir la buena harmoníaque debo existir entre unos y otros, si sequiere que un pueblo progrese y sea fuer-te.

    Si el Gobierno del Estado de Morolos notiene conocimiento de esos hechos, buenoes que averigüe si existen, y en su caso, loscorrija, para que no se tache de mala suadministración.

    ALEGATO.Hemos recibido, en bien escrito folleto

    que trata de Marcas de Fábrica, los alega-tos que presenta ante la Suprema Corte, eljoven y estudioso Abogado D. ManuelSánchez U a vito, en nombre de los Sreslí-ogert y Gallet, de París, solicitando soconfirme una sentencia que les concedióel auxilio federal, contra actos del Tribu-nal 2° de Circuito.

    Agradecemos su remisión y felicitamosal autor de tan meditado trabajo.

    HEMEROTECA NACIONAL

  • 16 REGENERACIÓN.

    SECCIÓN DE CONSULTAS

    Subscriptor.- ~N. L.I. Ominamos que la conformidad de L.

    con los inventarios y avalúos que, en sunombre y como sulegítimo representante,haobjetado su esposo, no puede influir enla aprobación de aquellos, porque, si la mu-jer casada no puede contratar sin consen-timiento del marido, monos puede hacerloen contra de su expresa voluntad. Sería elrelajamiento completo del vínculo conyu-gal.

    II. No puede la mujer casada absolverposiciones en el juicio que sigue su esposo,porque su contesión no tiene valor, comohocha por persona incapaz de obligarse.

    III. No importa donación la conformi-dad de la esposa con los inventarios, por-que la mujer casada no puede hacer dona-ciones sin consentimiento del marido.

    IV. La conformidad de la mujer, pormás que sea única dueña, no tiene valoron contra da la oposición del esposo, puesla mujer casada no puede obligarse sinconsentimiento del marido; en consecuon-cia, su conformidad, por sí sola, no puodefundar la aprobación de los inventarios.

    Sr. Francisco Lomolí Sánchez.—Jalos-lotitlán. Jal.

    1.* consulta.Los contratos no necesitan, para su vali-

    dez, más solemnidades externas que Jas ex-

    to de que no tiene derecho de disponer daella.

    En el caso, sabía el antiguo dueño qusno podía enajenar la propiedad raiz quthabía dado en aparcería, sino en tantoque se respetasen los derechos del aparce-ro, y si el comprador tuvo conocimientode la existencia de la aparcería antes eleconsumar la compraventa, debe ser consí«dorado como cómplice del vendedor,

    2.a consulta.Creemos que la información ad-perpe-

    tuam no puede suplir como título de pro-piedad en contra del tercer poseedor, por-que no se recibe con citación de parte ysería una tórmula fácil do violar la ley,

    «REGENERACIÓN» en varios artícu-los ha sostenido, que no tratándose de con-tratos solemnes, la falta de formalidadesexternas que exige la ley en los contratos,no los invalida, y por consiguiente,el Juezno debe rehusarse á dar entrada á una do-manda cuando no se presenta el título,pu63 si se haco constar en ella que este noexiste, durante el juicio puede probara»plenamente el derecho que se disputa.

    3.a consulta.Creemos que la cédula de que habla el

    art. 418 del Código, de Procedimientos Ci-viles, debe contener lo mismo que el ins-tructivo de que habla el 7;3.

    Sr. S. Álzate.—Valle de Bravo, Móx.Es constitutiva del delito de estupro,

    obtener el consentimiento de la mujer,para la cópula, por medio de la seduc-ción y el engaño. Por consiguiente, espreciso que resulte plenamente probadoque existió di engaño ó la seducción, paraque se pueda considerar de delictuoso elacto imputado.

    Es cierto que la ley de ose Estado dis-pone quo.en el rapto, el solo hecho de

    presamente señaladas por la ley. En con-'ser la mujer menor de diecisiete añossecuencia, el do aparcería varal, al quo la cofwfciüiy» la prueba de que hubo seduc-

    ' l ' a i c i o n ° engaño; p«»ro no está ordenado loley no le señala ninguna, es válido, aunque m i s m o ref