6
La colq-y;(jn '%, .. E iiopmann e iilas cuneif~rmes Marco histórico Real Academia de la Historia conseiva en su Gabinete de Antigüedades una importan- colección de 339 tablillas cuneiformes escritas en lengua sumeria procedentes del sur Mesopotamia, que se conocen como la Colección Lippmann. Mesopotamia fue, durante los tres milenios que precedieron a nuestra era, el escena- no de las más antiguas e importantes conquistas en la Historia del Hom- bre. En efecto, junto a los rios Tigris y Éufrates aparecieron las prime- ras ciudades, se formaron los primeros estados y los más grandes impe- rios. La agricultura, la ganadería, la industria, la navegación, las formas de organización económica, social y politica, la cultura, el arte ..., todas las facetas de la vida rural y urbana conocieron en ese tiempo un desa- rrollo espectacular de profundas repercusiones en el mundo antiguo. Un instrumento eficaz e imprescindible en este proceso fue la escri- ra. Inventada por los sumerios a finales del iV milenio a.e., la escritu- que hoy denominamos cunefomze se extendió rápidamente por todo Próximo Oriente. Era un sistema de una gran complejidad, pues cons- ba de varios centenares de signos, cada uno de los cuales podía tener n frecuencia distintos valores logográficos o silábicos. Y a pesar e ello, e versátil y flexible como para servir de vehículo de resión a otras lenguas: además del sumerio, con este sistema se repre- arían lenguas tan distintas entre si como el eblaita o los diferentes pertenecientes al grupo semítico-, el hitita -de la , y el hurrita, el urarteo y el elamita -de filiación El resultado fue la redacción de centenares de miles de textos cunei- entran repartidos por museos de todo el mundo. La mayoría se rela- Tablilla cunevorme s cotidianas: documentos legales, cartas, recibos, inventanos, inspec- referente a entrega de res pación por anotarlo todo era casi compulsiva, especialmente en el plata, co"sistentes flestidos, en un calzado 4 ciones públicas. Ello obedecía a la necesidad de aprovechar al máxi- frasco de perfume. os recursos de un medio natural que, desde muchos puntos de vista, se presentaba hos- La voluntad de racionalización de dichos recursos se agudizaba sobre todo cuando el torio administrado era geográficamente extenso y política y socialmente complejo. Ese el caso del primer gran imperio mesopotámico, el Imperio Sargónico (c. 2335-2154 a.e.1, odo al que pertenece el archivo de tablillas cuneifomes de la Colección Lippmann. Le Colccriiili L;p,~limnnn 2i /061illo,i c,mr~fi~lnl< ralos de S un

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La colq-y;(jn '%

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es

Marco histórico

Real A

cademia de la H

istoria conseiva en su Gabinete de A

ntigüedades una importan-

colección de 33

9 tablillas cuneiform

es escritas en lengua sumeria procedentes del sur

Mesopotam

ia, que se conocen como la C

olección Lippm

ann. M

esopotamia fue, durante los tres m

ilenios que precedieron a nuestra era, el escena- no de las m

ás antiguas e importantes conquistas en la H

istoria del Hom

- bre. En efecto, junto a los rios T

igris y Éufrates aparecieron las prim

e-

ras ciudades, se formaron los prim

eros estados y los más grandes im

pe- rios. La agricultura, la ganadería, la industria, la navegación, las form

as de organización económ

ica, social y politica, la cultura, el arte ..., todas las facetas de la vida rural y urbana conocieron en ese tiem

po un desa- rrollo espectacular de profundas repercusiones en el m

undo antiguo. U

n instrumento eficaz e im

prescindible en este proceso fue la escri- ra. Inventada por los sum

erios a finales del iV m

ilenio a.e., la escritu- que hoy denom

inamos cunefom

ze se extendió rápidamente por todo

Próximo O

riente. Era un sistem

a de una gran complejidad, pues cons-

ba de varios centenares de signos, cada uno de los cuales podía tener n frecuencia distintos valores logográficos o silábicos. Y

a pesar e ello, e versátil y

flexible como para servir de vehículo de

resión a otras lenguas: además del sum

erio, con este sistema se repre-

arían lenguas tan distintas entre si como el eblaita o los diferentes

pertenecientes al grupo semítico-,

el hitita -de la

, y el hurrita, el urarteo y el elamita -de

filiación

El resultado fue la redacción de centenares de miles de textos cunei-

entran repartidos por museos de todo el m

undo. La mayoría se rela-

Tablilla cunevorme

s cotidianas: documentos legales, cartas, recibos, inventanos, inspec-

referente a entrega de res

pación por anotarlo todo era casi compulsiva, especialm

ente en el plata, co"sistentes

flestidos, en un

calzado 4 ciones públicas. E

llo obedecía a la necesidad de aprovechar al máxi-

frasco de perfume.

os recursos de un medio natural que, desde m

uchos puntos de vista, se presentaba hos-

La voluntad de racionalización de dichos recursos se agudizaba sobre todo cuando el

torio administrado era geográficam

ente extenso y política y socialmente com

plejo. Ese el caso del prim

er gran imperio m

esopotámico, el Im

perio Sargónico (c. 2335-2154 a.e.1, odo al que pertenece el archivo de tablillas cuneifom

es de la Colección L

ippmann.

Le Colccriiili L

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Tablilla cuneforme con un

recuento de lanzas de las que se describe su estado de conservación.

Fue un semita, S

argón, iniciador de la Dinastía de A

kkade, quien desde la ciudad de

Kish consiguió, por vez prim

era, superar el tradicional modelo político sum

eno de la ciu- dad-estado y unificar la B

aja Mesopotam

ia de manera efectiva. C

on él y con sus snceso- res R

imush y M

anishtushu, y especialmente con su nieto N

aram-S

in, el imperio sargóni-

co alcanzó unos limites que llegaron al sur y al este de Irán, a C

apadocia, y al norte de M

esopotamia y de S

iria. La articulación del im

perio fue, lógicamen-

te, larga y costosa, pues no todas las principa- les ciudades-estado del sur de M

esouotamia se

adhirieron a él sin oponer resistencia. Una de

las que tardaron en entrar en la órbita del impe-

rio sargónico fue Adab, ciudad de la que proce-

den los documentos de la C

olección Lip

pm

an

n.

Aunque no sabem

os gran

cosa sobre los avatares de esta ciudad durante la prim

era fase

de dominio sem

ita, parece que Adab perm

ane-

ció políticamente ligada a la ciudad de U

mm

a hasta que R

imush, el sucesor de S

argón, consi- guió derrotarla y capturar a su rey M

eskigal. A

partir del reinado de Naram

-Sin, y al igual que

muchas otras localidades m

eridionales, Adab se

integró en la estmciura del im

perio y gozó de un largo período de estabilidad política y eco- nóm

ica. Éste, sin em

bargo, se vio truncado tras la invasión de los G

uti, un

pueblo procedente de los Z

agros que consiguió hacerse con el poder

sobre todo en la zona norte de la Baja M

esopo- tam

ia.

2) Ubicación geográfica y cronológica de la colección

Aunque las tablillas de esta colección no proceden de excavaciones regulares, podem

os enm

arcarlas sin dificultad, como ya se ha señalado, en el periodo sargónico. E

llo es posi-

ble, en primer lugar, gracias a la valoración de sus peculiaridades paleograficas, que

apuntan además hacia una fase tem

prana de dicho período. Por otro lado, la frecuente

mención en los textos de la ciudad de A

kkade, la capital del imperio, algunos antropó-

nimos y otros elem

entos nos proporcionan las claves necesarias para situar el archivo hacia el 2

25

0 a.e., es decir, com

o muy tarde a com

ienzos del reinado de Naram

-Sin, nie-

to de Sargón. N

o hay

por ahora, lamentablem

ente, ningún otro dato que nos permita

realizar mayores precisiones cronológicas: ningún texto aparece datado por el año, n

i tam

poco se menciona a soberano alguno en cuyo reinado podam

os situar con seguridad

nuestro archivo. La procedencia de las tablillas, por otra parte, no deja lugar a dudas. É

stas se redac-

taion en la ciudad de Adab, y de ello son testim

onio las diversas menciones de dicha ciu-

dad en los textos y, sobre todo, el calendario empleado, característico de la A

dab de épo- ca sargóriicd. C

oncretamente, casi la m

itad de los textos de la colección incluyen el nom-

bre del mes en que se redactó el docum

ento.

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Esta es la distribución cronol0gica de los textos datados y su eqiiivalente aproxim

a

do en nuestro propio calendario:

Meses del calendario de A

dab N." textos

Septiembre

I iti %

-ki-ti 8

Octubre

I I iti ab-e,-zi-ga

16

Noviem

bre 111

iti ga,-udu-ur, p.-

9

-- niriem

hrp IV

iti duz-ku, 19

Enero V

iti nig,-g%riiri,

12

-

Febrero VI

iti mu-tir

9

Marzo

VI I iti ~

MU

.$X

ZA

-~U

~

6 --

Abril

Vlll

iti ezem-"N

in-mu~

O

- p.p--

Mayo

IX iti Se-sag,,-ku,

22 ---

Junio --

X .-

iti e$,-GA

NA

,-ra 1

Por otra paite, y aunque los textos carecen de contexto arqueológico, podemos supo-

ner, por su contenido, que la mayoría de las tablillas proceden de los archivos del gober-

nador (ensi): así lo atestiguan los numerosos docum

entos que reflejan actividades econó- m

icas y administrativas relacionadas con el palacio, el gobernador y su

entorno. Los textos m

encionan en uarticular los nombres de dos gober-

u

nadores de Adab, S

arm-uruni y L

ugalamu; de este últim

o sabemos, tam

- bién por nuestro archivo, que antes de asum

ir el cargo de gobernador

desempeñó el im

portante puesto de sagga, el administrador del tem

plo

del dios Ishkur, durante el mandato de Sarru-irnini.

Es también seguro, no obstante, que algunos de los textos son aje-

nos a dicho archivo: es el caso de algunas tablillas de formato redonde-

ado, cuyo texto está distribuido en columnas, que habria que datar en

una fase mas tem

prana a la del grueso de la colección; del mism

o modo,

el unico texto que hay

en ella escrito en lengua acadia, una carta, pro-

viene sin duda de un

ambiente adm

inistrativo distinto al del resto. Es dificil decir en qué parte del actual yacim

iento de la Adab antigua,

llamado B

ismaya, podia ubicarse el palacio del gobernador y sus depen-

dencias. Adab fue excavada en los años 1904-1905 por E

dgar J. Banks

(Babylonian and A

ssyrian Section of the O

riental Exploration Fund of

the U

niversity of C

hicago). De las actividades de B

anks, sin embargo, quedo

sólo el recuerdo de algunas notas manuscritas suyas, una serie de cai7as

dirigidas a R.F. Harper (director de la B

abylonian and Assyrian Section ... )

y un libro de divulgación titnlado Bism

ya. En 1949, C. N

estmann, basán-

dose en este material, intentó realizar una exposición sistem

ática de los resultados de una Tablilla referente a entrega de haces dc lirio a un alto

excavación bastante alejada de los cánones actuales (The E

xcavation at B

ismaya, M

.A. T

he- digna,ano

de, sis, U

niversity of Chicago 1949). F

inalmente, Y

ang Zhi trató de situar, en la m

edida de lo

posible, los hallazgos epigráficos en su contexto arqueológico, ofreciendo al mism

o tiempo

una visión general y bastante precisa de los periodos de ocupación del yacim

iento ("'he Exca-

vation of Adab", Joum

al of A

ncient Civilizations 3 [1988] 1-21).

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De un m

odo muy resum

ido, podemos decir que el yacim

iento de Bism

aya comprende

un grupo de pequeños promontorios en los que se docum

enta una importante ocupación

durante el 111 milenio que, desde el P

rotodinástico, se prolonga hasta el periodo paleobabi- Iónico; los hallazgos de época casita y neobabilónica son m

uy escasos. Banks excavó en

algunos de estos promontorios y encontró abundantes testim

onios epigráficos del periodo sargónico en los n.O

S 3 y 4

. Parte de esta docum

entación ha sido publicada por D.D

. Luc-

kenbill (Inscriptions from A

dab, OIP 14, C

hicago 1930) y Y. Zhi (Sargonic Inscriptions from

Adab, C

hangchun 1989). mientras que el resto perm

anece inédita en el Museo de E

stambul.

3) Las tablillas La C

olección Lippm

ann consta de 339 tablillas de contenido admi-

nistrativo. Todas ellas están escritas en lengua sum

eria, excepto una, que lo está en acadio. S

u aspecto exterior es el caracieristico de la

mayoria de los docum

entos cuneiformes de este tipo que se redacta-

ron en la Antigua M

esopotamia. Se trata de tablillas de barro coci-

das al sol, de pequeiío tamaño, en general de form

a rectangular, y

escritas por una o por las dos caras. Concretam

ente, más de la m

itad m

ide alrededor de 35

x 25 mm

, mientras que el resto está en torno a

los 60 x 40 mm

; su grosor medio es de 15 m

m. T

ambién m

ás o menos

la mitad de los docum

entos tiene entre seis y diez lineas, la cuarta parte entre una y cinco lineas, y el resto m

ás de diez. La mayor par-

te de las tablillas están escritas por ambas caras, y sólo en seis ejem

- plares el texto está dividido en colum

nas. Su estado de conservación

puede calificarse, en general. de bastante bueno. C

omo es frecuente en el periodo sargónico, los textos no apare-

cen sellados mediante el caracteristico cilindro-sello personal, que m

ás tarde, durante la IIl D

inastía de Ur (c. 2120-2004 a.c.), si encontrare-

mos en u

n alto porcentaje de los docum

entos administrativos.

Tablilla cuneiforme con u

n

4) Contenido d

e los texto

s registro de entradas y salidas de calzado de piel.

En las grandes insituciones sum

erias del 111 milenio a.e. confluian una gran variedad de

actividades que abarcaban los principales ámbitos de la vida económ

ica rural y urbana. A

ellas prestaban sus servicios decenas de agricultores, pastores, artesanos y un

ejército de

burócratas y funcionarios dedicados a asegurar el control de los recursos materiales y

humanos.

De la relación entre funcionarios y trabajadores surgió una literatura adm

inistrativa de gran riqueza, potencialm

ente capaz de proporcionarnos informaciones m

uy detalladas

sobre multitud de aspectos de la vida económ

ica y social del pueblo sumerio. E

n general, los textos adm

inistrativos abordaban dos tipos de contabilidad.

Había una contabilidad interna, por la que se controlaba el paso de los productos y

de las personas de un

departamento a otro. Por ejem

plo, en un

a tablilla de arcilla podía

registrarse un

a cantidad de cobre que, procedente de un

almacén, se le entregaba a u

n

metalúrgico con el fin de que éste fabricase utensilios agricolas; después, en otra tablilla

quedaria reflejada la entrega a un

oficial de esos utensilios ya fabricados, quien después se encargaría de distribuirlos a los agricultores que trabajaban para el palacio, acto que

también daría origen a la redacción de u

n nuevo docum

ento. Así m

ismo, las personas, en

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tanto que consumidoras de raciones alim

enticias o de otro tipo y generadoras de recursos, estaban suje- tas a la m

isma contabilidad: regularm

ente se haci- aii inspecciones, se anotaban las raciones entrega-

das a cada trabajador y la tarea que éste desempe-

ñaba, así como su producción, etc.

En segundo lugar, había también una contahi-

lidad relacionada can el exterior, en la que sobre

todo se documentaban las entradas y salidas de bie-

nes o personas. La tendencia era a justificar más por

escrito las salidas que las entradas, y de ello es fiel reflejo tam

bién nuestro archivo. E

n efecto, en la Colección L

ippmann, lo m

ismo que en otros archivos cuneiform

es, podem

os distinguir tres grandes tipos de documentos, que dependen de la función adm

i- nistrativa que desem

peñaban. El primero de ellos, y el m

ás numeroso (lo constituyen casi

el 70010 de los textos), está formado por las tablillas en las que se registra un m

ovimiento

de bienes hacia el exterior de la institnción o hacia una de sus dependencias; el segundo incluye docum

entos en los que se realiza algún tipo de balance contable (inventanos de existencias, recuento de personal, etc.); el tercero, cuantitativam

ente el menos im

portan- te, com

prende los textos en los que se ha anotado la entrada de bienes o personas desde fuera de la institución o desde otro departam

ento. H

ay además, en esta colección, un pequeño grupo de cinco cartas que tam

bién entran en la categoria de docum

entos administrativos, pues en ellas el rem

itente (normalm

ente un alto funcionario) escribe a alguien (por lo general un subordinado) pidiéndole que rea- lice un servicio, que lleve bienes o personas a algún lugar, que se los de a un tercero, o que realice una actividad sim

ilar. Contam

os, así mism

o, con tres textos legales, también

de carácter administrativo, en los que el elem

ento central son bienes o personas para cuya entrega o devolución se presentan unos avales o se realiza el correspondiente juram

ento. E

n cualquiera de estos documentos suele haber una serie de elem

entos más o m

enos constantes, que podriam

os describir del modo siguiente:

- El motivo de la redacción del texto: descripción de bienes m

uebles, campos o per-

sonal, acompañada de indicadores num

6ricos de diverso tipo que sirven, por ejemplo, para

anotar la cantidad, el peso, la capacidad, la extensión, la cuantía de raciones, etc. - L

os agentes que intervienen en la operación administrativa: sum

inistradores, ven- dedores, receptores, inspectores, agrim

ensores, oficiales, etc. - El tipo de actividad realizada, norm

almente descrita a través de una form

a verbal conjugada: le ha dado, ha recibido, ha sido devuelto, ha pagado, etc.

- Si procede, el lugar en el que se realizó la transacción o destino de la mism

a. - La datación: en los textos de esta colección se proporciona con frecuencia el nom

- bre del m

es, pero no el día concreto ni el año. L

os temas que abordan nuestros textos, por otra parte, son m

uy diversos y reflejan bien la variedad de actividades en las que podia estar im

plicada una institución tan pode-

rosa como el palacio. E

n este caso, además, parece que nos hallam

os ante un archivo rela- cionado con las dependencias artesanales, y en m

ucha menor m

edida con la agricultura y la ganaderia: era sin duda en otro lugar donde se guardaban los docum

entos vinculados

a estas dos últimas actividades.

~ablilla referente a una entrega de instnrm

entos de cobre (sierras) realizada pol un herrero.

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Mapa de la antigua

Aksopoinm

ia con la localización de la ciudad de A

dab.

Tres son los grupos que podríam

os hacer en función del asunto del que traten los textos. a) A

dministración de bienes m

uebles: está constituido por el 85% de los docum

entos y engloba parcelas m

uy diversas. Por orden de importancia, tenem

os textos que registran operaciones adm

inistrativas relacionadas con: lana, lino y tejidos; animales (ovinos, bovi-

nos y, excepcionalmeute, equinos); pieles de anim

ales y objetos fabricados con ellas (sobre todo calzado); m

etales como el bronce, el cobre, la plata, el oro y el estaño, y objetos de

metal (generalm

ente útiles agricolas); grasas vegetales y animales; m

adera y objetos de m

adera (en especial piezas de carros); cereales como la cebada y la espelta, y productos

derivados (pan. harinas, cerveza...); cañas y objetos realizados con caña; frntas, hortalizas y plantas de diverso tipo; sal; pescado.

b) Adm

inistración de personas: unas cincuenta tablillas están dedicadas a la adminis-

tración del personal vinculado a la institución palaciega. Así, hay textos que registran las

raciones (por lo general de alimentos y vestidos) destinadas a los trabajadores y oficiales,

y en ocasiones también a m

ensajeros enviados en misión oficial a A

kkade, la capital del im

perio, o a otros lugares; textos en los que se refleja la asignación de cuadrillas de arte- sanos u otro tipo de trabajadores a determ

inados capataces u oficiales; simples listas de

recuento de personal; y listas de fugitivos, es decir, trabajadores obligados a prestar sus servicios en el palacio, fuese a tiem

po parcial o completo, y que decidieron huir en busca

de un

lugar mejor donde vivir.

c] Adm

inistración de terrenos: sólo tenemos tres textos en

los que se describen exten-

siones de campos o se asignan éstos a personas determ

inadas. El examen paleográfico pare-

ce indicar que en este caso nos hallamos ante textos que pertenecen a un archivo dife-

rente. En resum

en, las 339 tablillas cuneiformes sum

erias conservadas en la Real A

cademia

de la Historia constituyen un interesantisirno grupo de docum

entos que arrojan luz sobre el periodo sargónico, un m

omento cm

cial en la Historia de M

esopotamia, pues en él se for-

mó el prim

er gran imperio m

esopotámico iiiipulsado por Sargón de A

kkade. En el aspec-

to lingüistico y epigráfico, es muy relevante sobre todo la inform

ación de carácter paleo- gráfico y lexicográfico que nos proporcionan estas tablillas, y en el plano histórico son de gran im

portancia los datos que nos ofrecen sobre procedimientos adm

inistrativos, organi- zación social y económ

ica, producción y cultura material.