18
1 IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA POR JAVIER TRÍMBOLI* * E N LA ACTUALIDAD SE DESEMPEÑA COMO ASESOR HISTORIO- GRÁFICO DE C ANAL 7, LA TELEVISIÓN PÚBLICA . C OMO TAL , PARTICIPÓ EN LAS PELÍCULAS R EVOLUCIÓN Y B ELGRANO , ASÍ COMO EN LA REALIZACIÓN DE LOS DOCUMENTALES H UELLAS DE UN SIGLO . E NTRE SUS LIBROS PUBLICADOS ESTÁN M IL NOVE- CIENTOS CUATRO . P OR EL CAMINO DE B IALET M ASSÉ (B UENOS A IRES , C OLIHUE , 1999) Y , JUNTO CON R OY H ORA , P ENSAR LA A RGENTINA (B UENOS A IRES , E L CIELO POR ASALTO , 1994). P UBLICA FRECUENTEMENTE ENSAYOS EN PUBLICACIONES COLEC- TIVAS Y REVISTAS TALES COMO L A B IBLIOTECA , E L RÍO SIN ORI- LLAS Y K ILÓMETRO 111 . P OR OTRA PARTE , DA CLASES EN LA ES- CUELA MEDIA Y COORDINÓ EL PROYECTO DEL M INISTERIO DE E DUCACIÓN DE LA N ACIÓN “A TREINTA AÑOS DEL GOLPE ”, EN 2006. E N LA F ACULTAD DE F ILOSOFÍA Y L ETRAS DE LA UBA, FUE DOCENTE EN LA CÁTEDRA P ENSAMIENTO ARGENTINO Y LATI- NOAMERICANO . A TRAVÉS DE ALGUNAS FOTOGRAFÍAS DE LA C OLECCIÓN W ITCOMB , LA MIRA- DA DE UN HISTORIADOR DESARROLLA LA COMPLEJA RELACIÓN ENTRE LAS IMÁGENES Y LAS PALABRAS QUE LES DAN SENTIDO , AL TIEMPO QUE TRAZA UN PANORAMA DE LA A RGENTINA DEL C ENTENARIO Y DE LAS IDEAS QUE APUNTA- LABAN LA HISTORIOGRAFÍA DE LA ÉPOCA . E L TEXTO PERMITE ATISBAR , ADE- MÁS , ESTRATEGIAS PARA ABORDAR EL TRABAJO CON IMÁGENES EN EL AULA .

IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

  • Upload
    others

  • View
    1

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

1

IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA

POR JAVIER TRÍMBOLI*

* E N L A A C T U A L I D A D S E D E S E M P E Ñ A C O M O A S E S O R H I S T O R I O -

G R Á F I C O D E C A N A L 7 , L A T E L E V I S I Ó N P Ú B L I C A . C O M O T A L ,

P A R T I C I P Ó E N L A S P E L Í C U L A S R E V O L U C I Ó N Y B E L G R A N O , A S Í

C O M O E N L A R E A L I Z A C I Ó N D E L O S D O C U M E N T A L E S H U E L L A S D E

U N S I G L O . E N T R E S U S L I B R O S P U B L I C A D O S E S T Á N M I L N O V E -

C I E N T O S C U A T R O . P O R E L C A M I N O D E B I A L E T M A S S É ( B U E N O S

A I R E S , C O L I H U E , 1 9 9 9 ) Y , J U N T O C O N R O Y H O R A , P E N S A R L A

A R G E N T I N A ( B U E N O S A I R E S , E L C I E L O P O R A S A L T O , 1 9 9 4 ) .

P U B L I C A F R E C U E N T E M E N T E E N S A Y O S E N P U B L I C A C I O N E S C O L E C -

T I V A S Y R E V I S T A S T A L E S C O M O L A B I B L I O T E C A , E L R Í O S I N O R I -

L L A S Y K I L Ó M E T R O 1 1 1 . P O R O T R A P A R T E , D A C L A S E S E N L A E S -

C U E L A M E D I A Y C O O R D I N Ó E L P R O Y E C T O D E L M I N I S T E R I O D E

E D U C A C I Ó N D E L A N A C I Ó N “ A T R E I N T A A Ñ O S D E L G O L P E ” , E N

2 0 0 6 . E N L A F A C U L T A D D E F I L O S O F Í A Y L E T R A S D E L A U B A ,

F U E D O C E N T E E N L A C Á T E D R A P E N S A M I E N T O A R G E N T I N O Y L A T I -

N O A M E R I C A N O .

A T R A V É S D E A L G U N A S F O T O G R A F Í A S D E L A CO L E C CI Ó N WI T C O M B, L A M I R A -

D A D E U N H I S T O R I A D O R D E S A R R O L L A L A C O M P L E J A R E L A CI Ó N E N T R E L A S

I M Á G E N E S Y L A S P A L A B R A S Q U E L E S D A N S E N T I D O , A L T I E M P O Q U E T R A Z A U N

P A N O R A M A D E L A AR G E N T I N A D E L CE N T E N A R I O Y D E L A S I D E A S Q U E A P U N T A -

L A B A N L A H I S T O R I O G R A F Í A D E L A É P O CA . EL T E X T O P E R M I T E A T I S B A R, A D E -

M Á S, E S T R A T E G I A S P A R A A BO R D A R E L T R A B A J O CO N I M Á G E N E S E N E L A U L A .

Page 2: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

2

AGN

Monumento al Ejército de los Andes. Cerro de la Gloria, Mendoza. El monumen-to, obra del escultor Juan Manuel Ferrari, fue inaugurado en 1914.

“Una imagen vale más que mil palabras.” ¿Seguro? Una foto, esta

foto que ustedes pueden ver en la pantalla, ¿logra mostrar mucho

más que lo que pueden mostrar las palabras? O, incluso, ¿alcanza a

explicarse por sí sola? Alejándonos un poco más del dicho: las imá-

genes, ¿logran recoger, sin que las palabras intervengan, parte im-

portante del sentido de lo que retratan? John Berger, uno de los

principales estudiosos contemporáneos de la fotografía y la pintura

(y también un muy buen escritor), se hace preguntas parecidas a es-

tas. Y, en un tramo de la respuesta que va ensayando, nos señala

Page 3: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

3

que las únicas fotos que preservan su sentido, son aquellas destina-

das a un uso privado, fundamentalmente, las fotos familiares. Por-

que al verlas, si no solos, con la ayuda de un hermano podemos re-

conocer con relativa facilidad el rostro de otro familiar e incluso, el

lugar y a propósito de qué ocasión se consideró que valía la pena

tomarlas. ¿Y si son más viejas? Quizás ya la facilidad no sea tanta,

pero si damos con el adulto adecuado, con el “narrador”, con un da-

to que nos revele, como la punta del ovillo, podemos descifrar las

huellas que la foto nos acerca. De este modo, la memoria rescata a

esa imagen del sinsentido que la envolvería sin su socorro. La me-

moria y sus tentáculos.

EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-

ramente quienes sean de Mendoza, o quizás también los de Cuyo,

no demoren mucho en darse cuenta de que la foto que encabeza

este texto es el Monumento del Ejército de los Andes, en el Cerro

de la Gloria, de la ciudad de Mendoza. Ellos podrían pensar que pa-

ra esta imagen las palabras huelgan, están de más. Aunque mucho

tiempo haya pasado desde que se la tomó, aunque las fotos que

hoy se hacen, que hacemos, muy raras veces sean en blanco y ne-

gro. Así las cosas, para mendocinos y cuyanos no hacen falta pala-

bras para entender de qué trata esta foto, se las arreglan sin epígra-

fe. La foto les entrega por sí misma el núcleo de información con

que carga, sin ayudas exteriores.

En una de esas ya lo advirtieron: cuando decía que estaba variando

un poco la definición, me refería a que es usual suponer que una

comunidad social y política puede ser pensada y representada como

una familia. La familia mendocina, entonces, distingue esta foto con

Page 4: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

4

relativa facilidad, como los entrerrianos reconocen de la misma ma-

nera el Palacio San José y los porteños la Catedral o la Pirámide de

Mayo. Me permito agregar la sospecha de que con un lugar como el

Cabildo pasa otra cosa. Es muy probable que no importe en qué lo-

calidad de la Argentina vivan y estudien, para que puedan respon-

der qué construcción es esa que tienen fotografiada. Aun cuando

sea vieja.

AGN

El Cabildo entre 1842 y 1850, según el epígrafe, la imagen más antigua de este edificio. Se trata de un daguerrotipo de C. Fredricks, de 1852, en los días de la secesión de Buenos Aires de la Confederación. (Fuente: La Fotografía en la Historia Argentina. Buenos Aires, Clarín AGEA, 2005).

Los nostálgicos de los tiempos nacionales, cuando muy pocos duda-

ban (o al menos se atrevían a hacerlo en voz alta) de que la única

familia que entre nosotros existía era la de los argentinos –atrás,

Page 5: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

5

bastante atrás, tenía que quedar la de mendocinos, porteños o en-

trerrianos–, añoran el momento en que todos reconocíamos el Ce-

rro de la Gloria y su gran Monumento o, aunque no estén en esta

colección de fotos, el monumento a Güemes en la ciudad de Salta y

el de la Bandera en Rosario. Como la familia argentina predominaba

y se sentaba usualmente alrededor de la mesa, imágenes como es-

tas eran compartidas por todos. Manuales escolares, láminas, es-

tampillas, distintos dispositivos intervenían para apuntalar una me-

moria nacional.

No hay motivo en especial para disgustarnos con los nostálgicos y el

motivo de su añoranza, pero es muy dudoso (si no sencillamente

improbable) que alguna vez haya existido esa familia argentina, es-

trechamente unida en el presente y consustanciada por igual con

imágenes del pasado. Sin ir más lejos, quien esto escribe hizo su es-

cuela primaria y los primeros años de la secundaria antes de la Gue-

rra de Malvinas, de 1982, cuando se suponía que esa familia argen-

tina gozaba de inmejorable salud, o al menos, existía. Bueno, en

esos años, ante una foto como esta hubiera permanecido en silen-

cio, sin nada que decir. Quizás sospechaba que algo tenía que ver

con lo que las autoridades de esas instituciones educativas llamaban

“patria”, con demasiado embeleso y gesto solemne: tal como esta-

ban las cosas entonces y aunque mucho no las entendiera, sabía

que así definida la patria mucho no me interesaba. Pero el problema

es más grave. Que no se malentienda, no en un sentido pesaroso,

que nos lleve a la tristeza, sino por su importancia. Sabemos cómo

son las familias: ante todo, que nunca estuvieron tan armaditas có-

mo se las evoca, que tienen, tuvieron y tendrán sus idas y vueltas,

sus peleas y secretos. Es más, no solo ahora escasean los adultos

con la disposición para introducirnos con sus relatos por los vericue-

Page 6: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

6

tos de nuestros antepasados. Y, además y fundamentalmente: si te-

nemos suerte, tal vez con su ayuda podamos reconocer los rostros

de la foto familiar, quizás entender el motivo que la mereció, pero

lo que muy probablemente se nos siga escapando es el estado de

ánimo, los sentimientos que embargaban a los fotografiados.

De vuelta en nuestra foto. Señala Berger que la cámara fotográfica

“separa una serie de apariencias de la inevitable sucesión de apa-

riencias posteriores. Y las mantiene intactas”. Toma un instante, una

instantánea, de la vida de ese cuerpo y lo congela, con la pretensión

de que sobreviva hasta llegar a nosotros tal como fue registrado en

ese preciso momento. Por supuesto, al tratarse de un monumento,

esta regla (que es general) se acentúa, porque está en el fundamen-

to mismo de esas construcciones eternizarse, ser inmunes al tiempo

y a la historia. Hacia 1909, el mismo año en que se sancionó la ley

que impulsó la construcción definitiva de esta obra que corona el

Cerro de la Gloria, un joven llamado Ricardo Rojas, oriundo de San-

tiago del Estero y perteneciente a una familia distinguida, escribe un

libro bien interesante llamado La Restauración Nacionalista. Había

pasado una temporada en Europa, enviado por el Consejo Nacional

de Educación, con el objetivo de estudiar los sistemas de educati-

vos, sobre todo en lo que hace a la enseñanza de la Historia. Lo que

confirma en su libro es que la hora es de nacionalismos, es decir,

después del proliferar de memorias (y enseñanzas) universales o eu-

ropeístas, los Estados se habían dispuesto a apuntalar relatos que

fortalecieran la identidad nacional por encima de cualquier otra.

Acompañandola expansión imperialista desplegada desde Europa y

como antesala de lo que cinco años más tarde sería la Gran Guerra

o Primera Guerra Mundial.

Page 7: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

7

LA PEDAGOGÍA DEL CIVISMO NACIONALISTA En el último capítulo de su libro, “Bases para un Renacimiento na-

cionalista”, una de las preocupaciones principales de Ricardo Rojas

es la de las estatuas. “Hay una Pedagogía de las estatuas: su peda-

gogía es de civismo, de estética y de historia.” Se le ocurre que es

imposible enseñar y aprender nuestra historia sin imágenes que,

distribuidas y emplazadas en el espacio público, condensen los ins-

tantes más destacados de ese pasado. A la par que propone que se

erijan estatuas y monumentos que recuerden a nuestros próceres,

la emprende contra aquellas que recuerdan a personalidades ex-

tranjeras. Estamos en la Argentina que, años después, el historiador

José Luis Romero llamaría “aluvial”, marcada por el arribo sin pausa

de trabajadores inmigrantes, que llegan desde las regiones más po-

bres de Europa. A ellos, Ricardo Rojas, como otros hombres de Es-

tado, los quiere incluir en una nueva memoria nacional. Una estatua

en particular lo inquieta y la toma como contraejemplo: se trata de

la del revolucionario republicano italiano Giuseppe Mazzini.

“Mazzini en cambio, como pensador, no alcanza proporciones uni-

versales”, escribe Rojas. “Nada le debe como hombre nuestra nacio-

nalidad. Es el teorizador de una época, y ni él ni Garibaldi pueden,

como símbolos, oponérsele al otro [se refiere a Dante]. La estatua de

un extranjero, además, no puede seguir a las puertas mismas de

Buenos Aires; e impónese trasladarla.” ¿A dónde llevarla? Una posi-

bilidad en danza era al barrio de La Boca, de mucha presencia inmi-

grante italiana, pero Rojas rápidamente manifiesta su oposición a

ese proyecto que significaría “consagrar oficialmente esa población

como un pedazo de Italia”. Sin dudas, en su lugar, recibiendo e im-

pactando a esas multitudes que bajan de los barcos para instalarse,

al menos por una temporada, en la Argentina, debería estar la esta-

Page 8: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

8

tua de Juan de Garay, el fundador de Buenos Aires, o la de “don Ma-

riano Moreno, el fundador de la democracia”.

AGN

Estatua de Giuseppe Mazzini, en el Paseo de Julio, actual Avenida Leandro N. Alem. Se trata de lo que hoy es Plaza Roma. El monumento fue emplazado allí en 1875.

Más allá de su crítica, la estatua de Mazzini permaneció ubicada en

una plaza contigua al puerto, a una cuadra de Leandro N. Alem –por

entonces, Paseo de Julio– y Corrientes. Si en este tema Rojas no fue

tomado en cuenta, lo cierto es que el Monumento al Ejército de los

Andes se realizó en un clima de ideas e inquietudes entre las mino-

rías gobernantes que había quedado muy bien registrado en su libro

La Restauración Nacionalista. El clima que rodeará la celebración

del Centenario que mucho más que festejar a una revolución, la de

Page 9: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

9

mayo de 1810, quiso ser de reencuentro con la esencia de una na-

cionalidad.

“Una estatua que se alza tiene todos los caracteres de una resurrec-

ción, y no resucitan sino los dioses”, continúa Rojas. “Ha de ser bella,

para tener el prestigio del arte; ha de ser justa, para tener el presti-

gio de la gloria: la gloria y la belleza han de prestarle el soplo de la

inmortalidad.” Por lo tanto, a la cuestión del tema nacional se le

suma esta afirmación estética y también, ¿qué duda cabe?, religio-

sa: una y otras en la búsqueda de instalarse en las memorias y su-

perar las contingencias del tiempo. Plantado el Monumento al Ejér-

cito de los Andes en la cima de un cerro, nos obliga a mirarlo siem-

pre desde abajo, siempre con el cielo de fondo. La foto con que con-

tamos pronuncia un poco más este ángulo y, ante todo, lo que nos

transmite es grandeza. Grandeza de la empresa del cruce de los An-

des, con el ejército en lo más alto, y grandeza del monumento que

los recuerda. Busquemos un poco más la palabra que corresponde a

lo que persigue producir el conjunto escultórico. Virtud, ideal, ele-

vación. Y esta foto le es muy fiel a esta búsqueda. La Libertad es una

figura alegórica, alada. El monumento y lo que evoca: más cerca de

la inmutabilidad del cielo, y de Dios, que de la transitoriedad de la

tierra, de los hombres y mujeres de carne y hueso.

Propongo entonces asaltar esta imagen desde la historia, al menos

desde otro instante de ella, uno muy preciso, en el que lució muy

distinto. Se trata del día en que fue inaugurado, el 12 de febrero de

1914, a 97 años de la batalla de Chacabuco, en la que el ejército de

San Martín, después de cruzar los Andes, derrotó a las tropas realis-

tas que respondían a España, haciendo posible la independencia de

Chile. Resonaban aun los ecos de las celebraciones de 1910 cuatro

Page 10: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

10

años atrás, cuando la invitada principal, paradójicamente, había sido

una representante de la Corona de España contra la que San Martín

y los suyos habían luchado, la infanta Isabel. Podemos presumir que

ese día de febrero de 1914 el calor era agobiante y, dada la relevan-

cia del acontecimiento, fue feriado en Mendoza. “Jamás Mendoza

ha presenciado aglomeraciones tales”, así nos dice la crónica del

diario Los Andes del día posterior. Y también nos informa que solo

quienes cuentan con “invitación oficial y carruaje” pueden ingresar

hasta su base para presenciar de cerca la inauguración, lo que lleva

a que la población humilde que se acerca hasta el cerro se vea obli-

gada a dar una serie de rodeos y contentarse con ocupar sus lade-

ras. Componen así una imagen extraña, que se lee de arriba abajo,

como el monumento. ¿Y qué duda cabe de que quienes cuentan

con invitación oficial y pueden acercarse hasta allí en carruaje son

miembros de las familias más poderosas de la provincia? Así la mul-

titud, que fue estimada en más de 20.000 personas, se ubica por

debajo de esa minoría, escenificando también, de manera acciden-

tal –aunque no tanto–, la estratificación social vigente en una Ar-

gentina que aun no conocía la democracia ni las políticas sociales

del Estado.

En contraste, entonces, con esta foto del Monumento al Ejército de

los Andes, que por algún tiempo fue reconocida por una parte de la

sociedad, al menos en su motivo, conviene situar esta otra imagen

hecha tan solo de palabras. En contra de la pulcritud y la inmutabili-

dad del monumento, es una imagen desprolija y ligada, en la bús-

queda de precisión, a un contexto en particular. Porque este mo-

numento vive tanto en una imagen como en otra, es una y otra. Pe-

ro algo más nos cuenta la crónica. Que dos “máquinas” sobrevola-

ron la ceremonia y hasta nos dice los nombres de quienes las pilo-

Page 11: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

11

tearon, Teodoro Fels y Mario Casale. Y que llevan en el vuelo a un

acompañante que toma fotos del monumento, de la ceremonia y de

la multitud. Pero no contamos con estas fotografías que quizás se

aproximan bastante a lo que intentamos reconstruir con palabras.

Quizás las atesora algún familiar del fotógrafo que las tomó o de es-

tos aviadores. Lo cierto es que no hubo memoria pública, apuntala-

da por el Estado, que se ocupara por hacerla suya y cuidarla, segu-

ramente porque no correspondía a la memoria nacional que se pre-

tendía forjar. O, de otra manera, porque era en exceso reveladora

de un orden social en el que la distinción entre privilegiados y pos-

tergados era flagrante. Los problemas de la familia.

Antes de avanzar con la última fotografía en la que propondré dete-

nernos, señalo que la estatua de Mazzini que bastante enojo le pro-

dujo a Ricardo Rojas, también supo de situaciones de multitudes, y

no solo de multitudes episódicas que transitaban por la zona al des-

embarcar. Porque la plaza en la que estaba situada, bajo su presen-

cia, era una de las preferidas por el movimiento obrero de la época,

para celebrar sus grandes asambleas y concentraciones, principal-

mente por el muy poderoso grupo que respondía al anarquismo. Es

decir, eran multitudes que ya no representaban, alrededor de un

monumento y en la aceptación de su lugar de dominados, una es-

tructura social dual e injusta, si no, por el contrario, la lucha por su

emancipación. De hecho, ese mismo año de 1909, la movilización

obrera del 1.º de Mayo tenía planeado desembocar en esa plaza,

frente a esa estatua, cosa que habría sucedido de no ser por la bru-

tal represión que interrumpió su marcha y dejó un tendal de muer-

tos. A la cabeza de la represión estuvo el jefe de la policía, Ramón L.

Falcón. Entre los manifestantes andaba un joven que había llegado

de Europa oriental, Simón Radowitzky. En ambas fotografías, la del

Page 12: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

12

Cerro de la Gloria y la de Mazzini, una misma operación impera: sus-

traer de ellas a las multitudes que las rodearon. A lo sumo encon-

tramos individuos, lo que les da un aire metafísico, como en los

cuadros de De Chirico.

UNA IMAGEN ENTRE LA VENERACIÓN Y EL OLVIDO Mientras que la alianza entre fotografía y monumentos, puesta a

funcionar en la coyuntura del Centenario, aísla la imagen del curso

de la historia, de su barro podríamos decir, y busca eternizarla –

idéntica a sí misma, insuperable–, hay otro uso de la fotografía que

pretende resguardar aquello que la misma historia en su devenir es-

tá pronta a derrumbar. Son varias las fotos de esta colección que

parecen estar animadas por esta voluntad. Pero detengámonos en

esta en particular.

Page 13: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

13

AGN

La antigua casa de Rosas, en Palermo, fotografiada por Christiano Junior en 1876, cuando funcionaba como Colegio Militar.

No es arriesgado decir que, desde que esa construcción fue levan-

tada –casona la llamaron y la obra se realizó entre 1838 y 1848–, no

había habitante oriundo de Buenos Aires, tampoco muchos de las

provincias, que no supiera de qué se trataba. Fueran miembros de

las clases elevadas o de las postergadas. La odiaran a la casona o, al

revés, sintieran por ella un enorme respeto más bien silencioso. Sí,

una construcción y luego una imagen pueden ser odiadas o venera-

das. Durante algunos años, no muchos pero muy intensos por cier-

to, había sido el centro del poder político. Sin dudas, la llegada ma-

siva de inmigrantes (que tanto se aceleró desde los alrededores de

1880) con otras memorias, modificó este reconocimiento unánime,

Page 14: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

14

aunque este nunca llegó a perderse del todo. Lejos de eso. Hoy, casi

está demás decirlo, sin un epígrafe sería muy difícil descifrar de qué

trata esta imagen.

Lo cierto es que la noche del 2 de febrero de 1899 fue demolida. Al-

gunos registros sugieren que acordes de música festivos acompaña-

ron la explosión de dinamita que la echó por tierra. No, no fue un

atentado terrorista, sino el producto de una decisión del intendente

de Buenos Aires, Adolfo Bullrich. Es que esa era la residencia em-

blemática de Rosas, la de San Benito de Palermo. Y Rosas, en la mi-

rada de las elites liberales y a la vez conservadoras, que gobernaban

la Argentina hacia aquel entonces, era el representante por exce-

lencia de la barbarie, el tirano que había gobernado largos años

apoyándose en las clases populares, en la “plebe”. Tanto simboliza-

ba San Benito de Palermo, que el día después de la derrota de Rosas

en la batalla de Caseros en 1852, Sarmiento se siente definitivamen-

te vencedor cuando entra en la casona y redacta una carta cele-

brando la victoria desde el escritorio de su enemigo. ¿Qué hacer con

ese caserón? El mismo Sarmiento le buscó otras utilidades: así fue

sede del Colegio Militar y de la Escuela Naval, y en una carta escrita

unos años antes de morir aconsejaba que no se derrumbara “la

construcción bárbara del tirano, notable y digna de conservarse por

su originalidad arquitectónica, como por su importancia histórica”.

Hasta que, como dice Ricardo Rojas en su libro, fue “destruida por la

impaciencia progresista de quien no comprendió que hubiera sido

hasta un bello detalle decorativo entre la fronda oscura de Paler-

mo”. El diario La Prensa elogiaba que se hubiera elegido esa fecha

para la demolición, “de modo que el sol de Caseros –la batalla suce-

dida un 3 de febrero– no alumbre más ese vestigio de una época

Page 15: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

15

luctuosa y que fue morada del tirano”. También, para ahorrarle ese

espectáculo al nuevo siglo.

Quizás quien tomó esta foto se encontraba movido por el mismo

ánimo que llevó al escritor Fray Mocho a escribir –justo antes de la

demolición, enterado de ella y embargado por lo que significaba–

una nota en la revista Caras y Caretas en la que recogía los vestigios

que quedaban entre los contemporáneos de ese momento del pa-

sado. No lo podemos saber. Apenas llega esta foto hasta nuestras

manos y constatamos que, como dice Berger, “las fotos no narran

nada en sí mismas”. Para que el olvido sea mayor, incluso para que

la foto se pierda, inentendible, y para que nos perdamos en ella y

cansados la dejemos de lado, en el mismo sitio en el que estaba la

casona de Rosas, el 25 de mayo de 1900, apenas un año y unos me-

ses después, se inauguró la estatua a Sarmiento encargada al escul-

tor francés Auguste Rodin.

AGN

Monumento a Sarmiento, de Auguste Rodin, en Palermo.

Un nuevo símbolo sobre otro que se entierra pero, conviene agre-

gar, el flamante, supuestamente vencedor, también tiene sus plie-

Page 16: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

16

gues y no vive sin contradicción. Porque Sarmiento no quiso ese fi-

nal para la casona pero también porque la estatua que se le dedicó

causó cantidad de discusiones y discrepancias al interior de las elites

y de la opinión que lo homenajeaba. Además, hoy, en Buenos Aires,

aunque se encuentre en un lugar muy visitado de la ciudad, a me-

tros del zoológico, son pocos los que en ella reparan. Pero esta es

otra historia.

DE LO FAMILIAR A LO INQUIETANTE Por último, el Cabildo. Así como hay fotos que nos garantizan que

siempre lo reconoceremos, otras lo muestran con una torre muy

poco hispánica que lo vuelve extraño.

AGN

El Cabildo, después de las reformas de 1879, realizadas por Pedro Benoit.

Page 17: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

17

Esta colección, maravillosa incluso por su amplitud –me animo a de-

cir por su desorden que pretendemos surcar–, nos acerca también

la imagen del Cabildo de 1910, de ese Centenario tan aristocratizan-

te, al borde de las transformaciones políticas y sociales que trans-

formarían a la Argentina.

AGN

Avenida de Mayo, edificio de la Intendencia y el Cabildo sin torre, ca. 1910. En 1889 había comenzado la demolición de tres arcadas del edifi-cio del antiguo Cabildo y de la Casa de Policía (que se hallaba al lado), por las obras de la Avenida. En ese momento también se demolió la torre del Cabildo.

Y entonces lo extraño se vuelve inquietante. Escribe Rojas: “El Ca-

bildo de la Independencia queda ahí, trucidado en el flanco, espe-

Page 18: IMÁGENES EN LA TRAMA DE LA HISTORIA · EL ÁLBUM DE LA FAMILIA ARGENTINA Por ejemplo, y variando un poco, solo un poco, la definición: segu-ramente quienes sean de Mendoza, o quizás

18

rando su definitiva destrucción”. Las imágenes y las palabras son

imprescindibles para recorrer el pasado de nuestra sociedad.