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Las aventuras (apócrifas) de la increíblemente pequeña en la ciudad más grande del mundo

Increíblemente pequeña

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Una apropiación de los "Textos del Yo" de Cristina Rivera Garza en una aventura defeña.

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Page 1: Increíblemente pequeña

Las aventuras (apócrifas) de la increíblemente pequeña

en la ciudad

más grande del

mundo

Page 2: Increíblemente pequeña

La mujer increíblemente pequeña llegó en una

de esas tardes de invierno en las que nadie debió

haber llegado.

Llegó con la mirada en lo alto. ¿A dónde más si no

miran las increíblemente pequeñas?

Llegó con el aullido, rompiéndose con el paso

ligero. Relámpago.

Llegó a la ciudad más grande del mundo, el lu-

gar al que, quizá, pertenecen lasincreílemente

pequeñas.

Cuan opuesto tiende a ser todo.

Cuantas ganas de romper, de consumirse.

Andaba buscando un amor, el amor que la consu-

miera.

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“Dolían sus ojos que miraban desde el ángulo exacto de la más absoluta inermidad.Dolían como duelen a veces los gritos de ciertos cuervos extraviados en la más cercana lejanía después del aguacerocómo dolían esos cielos de un máldi-to cielo azúl definitivo”

La pura felicidadLos personajes del lugar.Los textos del Yo pg. 121Fondo de Cultura Económica

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Hay tantas maneras de perderse. Hay un fuego que se apaga con el olvido. Hay ganas de romper lo establecido, lo automáticamente establecido. Hay ciertos huesos que se oxidan. Cierta manera de abrir el corazón para que entren las ga-nas, el tiempo perdido. La desolación absoluta. Alguien, entre tantos rostros deseaba ser invisible. Al-guien, increíblemente pequeña descubre La Ciudad. Y tiene miedo. Le gusta sentir que se pierde. Que no contesta preguntas. Que no añade información innecesaria.

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“Tal vez él, efectivamente extendió los brazos y la cobijó bajo su aliento.Tal vez ella lo tomó como algo perdido y encontrado al azar con el paso del tiempo.Tal vez él le dijo: no te esperaba y ella le respondió: soy tu espejo”

18. Qué chiquito es el mundo La más MíaLos textos del yo. pg.. 61

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El encuentro está por suceder.

Uno dice esperar a que esto, esto que pasa una

vez en la vida, es el ahora.

Ellos se miran.

Él tiene cuidado de no abalanzarse, de no

aplastarla, de no abrumarla con la enormidad

de la ciudad, no responde.

Tiene cuidado, ella se adentra por sus ojos.

Recuerda el horror de la sangre.

Ella está literalmente dentro de sus ojos. Los

remueve, los apretuja para entrar, literalmen-

te entrar. Él lo permite y no lo dice, pero éste,

quizá, también fue el momento más feliz de su

vida. No puede dejar de tocar las dos manitas,

la cintura imposble de asir.

Esas provocaciones de increíblemente

pequeña.

Page 7: Increíblemente pequeña

“Te llamabas La Ciudad Más Grande del Mundo. Te llamabas afortunadamente. Te llamabas todas las cosas y cuando yo decía todas las cosas murmuraba tu nombre más querido”

La Juez. Los personajes del lugar.

Yo ya no vivo aquí.Los textos del Yo. Pg. 131

Fondo de Cultura Económica.

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Él le dijo eso, que a veces todo cae como caen a

veces las cosas: de rodillas.

Que a veces las increíblemente pequeñas se per-

dían en el vientre de las ciudades, sobre todo de

las más grandes del mundo.

Dijo que a veces las calles, el silencio, dijo que exis-

tía el viento y la hoja que cae.

Uno sabe esas cosas.

Que las increíblemente pequeñas son muy poco

tallo y son más bien hoja que se quiebra.

Y era esa, la voz del Hombre de la Ciudad, del

Hombre Oscuro, una voz que son muchas voces.

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“Yo estuve en lo correcto y lo tuve y me tuvo como se tiene el segundo en que todo resplandece. El instante”

12. El amor es dar lo que no tienes a alguien que no lo quiere.La más mía. Los Textos del Yo.pg. 47

Fondo de Cultura Económica.

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La increíblemente pequeña, muerde.

Se aferra a las entrañas.

Arrebatada.

El Hombre Oscuro le llama Verdad, le

llama Veinte Años, le llama Mediodía

Claro, le llama Frío Por Las Noches.

Le llama. La nombra.

Y así somos cadena mortalmente abra-

zados.

Y el tiempo es la temperatura que entre-

laza a los pies debajo de la cobija.

Hay un olor a fruta y a miedo.

El hombre no sabe de las increíblemente

pequeñas.

De las mujeres idas.

De las que se van.

La noche es una orilla que regresa.

El abrazo siempre es un aferrarse del

tallo de un álamo frente a los remolinos.

Page 11: Increíblemente pequeña

“La pasión y el crimen siempre suceden después.El azoro y el vicio ocu-rren un instante des-pués, una era después.

Ávido lector: sólo en la memoria, (que es puro lenguaje) sentimos.“

Exhortación primera ¿Quieres saber lo que se siente?Los textos del Yo. pg. 88Fondo de Cultura Económica

Page 12: Increíblemente pequeña

Dijo que basta ya, dijo “estuve tan a punto de quererte

estos días, tan a punto de decirte tómame como una

plaza, como un continente, como un país”.

La consumación del amor preferentemente

enorme, preferentemente lleno de tráfico.

La increíblemente pequeña se mete en las

entrañas. Ese es el fuego que se pierde

entre los días, entre las horas que es-

tán a punto de ser.

La increíblemente pequeña sabe

de sangre, de intestinos, de cora-

zón y de riñones.

Ha estado adentro.

En esa abertura.

La increíblemente pe-

queña ha estado.

Es hora de irse.

Aún puedo ver-

te viéndolo en

este texto de

silencios.

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“¿Es esto La Ciudad?”

23. La hoja La más mía. Los textos del yo.

Pg. 71 Fondo de Cultura Económica

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Apropiación de poemas encontrados en el libro

“Los Textos del Yo”de

Cristina Rivera Garza. Por@ale_atezada