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203Indios de los oasis, indios de la puna. Procesos migratorios y rearticulaciones identitarias en AtacamaVolumen 40, N 2, 2008. Pginas 203-217
Chungara, Revista de Antropologa Chilena
INDIOS DE LOS OASIS, INDIOS DE LA PUNA. PROCESOSMIGRATORIOS Y REARTICULACIONES IDENTITARIAS EN
ATACAMA (SUSQUES, SIGLOS XVIII-XIX)
INDIANS OF THE OASIS, INDIANS OF THE PUNA. MIGRATORYPROCESSES AND THE REFORMULATION OF IDENTITIES IN ATACAMA
(SUSQUES, XVIII-XIX CENTURIES)
Cecilia Sanhueza Toh1
Desde una perspectiva dinmica de los procesos sociales de construccin de identidades colectivas, se sistematiza y analiza lainformacin de los archivos parroquiales de San Pedro de Atacama (siglos XVIII-XIX) respecto a las poblaciones indgenas de laregin de Susques, Puna de Atacama. A travs del estudio de las adscripciones tributarias y sociales asignadas a estas poblaciones,se elabora una propuesta respecto a los posibles procesos de reformulacin identitaria experimentados por las poblaciones de
tierras bajas y tierras altas de Atacama. Palabras claves:Puna de Atacama, Susques, identidades sociales.
From a dynamic perspective of the processes of collective social identity construction, we systematize and analyze the informa-
tion arising from ecclesiastical archives of San Pedro de Atacamawith regard to the indigenous populations of Susques, Punade Atacama(XVIII-XIX centuries). Through the study of social and tributary affiliation assigned to these populations, this paperattempts to develop a proposition about possible identity reconstruction processes experienced by the lowland and highland
peoples of Atacama.
Key words:Puna de Atacama, Susques, social identities.
1 Universidad Catlica del Norte, Instituto de Investigaciones Arqueolgicas y Museo, San Pedro de Atacama, Chile.
Recibido: mayo 2007. Aceptado: julio 2008.
Nuestro propsito aqu es plantear una discusin
respecto a los posibles procesos identitarios vividospor las poblaciones indgenas de la regin de Susques,
Puna de Atacama, entre mediados del siglo XVIIIe inicios del XX. Abordaremos el problema por lomenos desde dos perspectivas. Por una parte, desde
las adscripciones o pertenencias sociopolticas que
los dispositivos estatales (coloniales y republicanos)
les adjudicaron, y por otra, desde los procesos yprcticas sociales de produccin de identidades
que surgieron desde la propia experiencia de estascolectividades.
En efecto, partimos del supuesto de que losprocesos identitarios no slo son consecuencia dela relacin entre grupos distintos, sino que ademsestn en gran medida condicionados por las rela-ciones de poder que entre ellos se establecen. Esdecir, es desde quienes ejercen el poder en un mo-mento o perodo dado desde donde se estructuran
los marcos referenciales a partir de los cuales se
desarrollan nuevas identidades y nuevos sujetossociales. Sin embargo, si bien los discursos y lasprcticas polticas lideran o al menos contextualizan
los procesos de construccin de identidades, stosno son determinados unilateralmente. Se trata,
por el contrario, de realidades sociales dialgica ydialcticamente construidas (Abercrombie 1991).Desde esta perspectiva discutiremos los antecedentes
disponibles respecto a las pertenencias sociales ode identidad de los habitantes de Susques, reginque correspondi hasta los inicios del siglo XX a
la jurisdiccin de San Pedro de Atacama o Atacamala Alta. Propondremos, adems, una aproximacin
metodolgica que, desde los registros eclesisti-
cos, contribuya al estudio de poblaciones andinasperifricas desde la perspectiva de sus posiblessentidos de pertenencia social, de sus cambios y de
sus rearticulaciones en el tiempo.
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El Espacio Puneo, Territorialidades y
Dependencias Administrativas
Un aspecto recurrente en la documentacin
histrica colonial y republicana es la percepciny representacin de la Puna de Atacama como unespacio paradigmtico de lo inhabitable, impro-
ductivo y marginal, categoras que la configuraronhistricamente como un territorio de frontera
(Sanhueza 2001).No obstante eso, desde mediados del siglo
XVIII el corregimiento de Atacama extendi su
jurisdiccin hacia esos territorios, puesto que se
haca indispensable un control fiscal (tributario)
y doctrinario de la poblacin que se encontraba
residiendo all en forma ms o menos permanente(Casassas 1974)1. Para esos efectos se cre el anexo
puneo de Susques, dependiente de la parroquiade San Pedro de Atacama, cuyo amplio territorioparece haber abarcado originalmente desde el
oeste o suroeste de Casabindo (anexo parroquialdel curato de Humahuaca) hasta los alrededores
del enclave minero de Incahuasi, que tambin fueerigido como anexo de Atacama (Hidalgo 1982a:194)
(Figura 1).Es interesante sealar, sin embargo, que esta
regin est separada de la cuenca del salar de Atacama
por la cordillera de los Andes. Es decir, los nuevos
Figura 1. Lmites coloniales aproximados del corregimiento de Atacama, establecidos en el siglo XVIII (basados en Hidalgo1982a). La zona achurada corresponde a la Puna de Atacama.Approximate colonial limits of the Corregimiento of Atacamaestablished in the XVIII century (based on Hidalgo1982a). Theshaded zone corresponds to the Puna of Atacama.
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anexos se encontraban mucho ms cercanos a lasjurisdicciones doctrinarias del Tucumn que a SanPedro de Atacama. Esto permite suponer que en su
incorporacin al curato de Atacama debi primar un
criterio de carcter social o poltico en cuanto a los
vnculos de su poblacin con los oasis del salar.Luego de la Independencia, la provincia de
Atacama fue incorporada a Bolivia y el anexo deSusques, junto con otros anexos puneos que sehaban creado en el intertanto, mantuvo su antiguadependencia doctrinaria y administrativa. El Estado
boliviano continu con el rgimen tributario indgena
y estas localidades siguieron siendo empadronadas
desde la capital de San Pedro de Atacama (Cajas
1975). A partir de 1879, producto de la Guerra delPacfico, Chile, Bolivia y Argentina intentaron ejercerjurisdiccin sobre este gran territorio, hasta que en
los inicios del siglo XX gran parte de la Puna deAtacama fue anexada a Argentina (Delgado 2007)(Figura 2).
La Etnificacin de la Poblacin de la Puna
de Atacama desde el Prisma del Siglo XIX
Exceptuando los registros eclesisticos y tribu-
tarios, es escasa la informacin disponible sobre las
poblaciones de la Puna de Atacama. Sin embargo,a partir de la Guerra del Pacfico la regin adquiriun relativo protagonismo por constituir un territorio
en disputa entre naciones que aspiraban a mantener,
negociar o expandir sus lmites territoriales. De all
que durante las ltimas dcadas del siglo XIX y losinicios del XX el espacio puneo y sus habitantesfiguren con mayor frecuencia en la documentacin
Figura 2. La Puna de Atacama en el contexto de las actuales fronteras nacionales.The Puna of Atacamain the context of present national borders.
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histrica. Funcionarios, sacerdotes e incluso expe-dicionarios cientficos o naturalistas registrarony describieron sus recursos naturales, productivosy sociales, dando origen a un conjunto de textos
(informes, diarios de viajes y publicaciones de di-vulgacin) sin precedentes en la regin. Es duranteeste perodo cuando surgen los primeros estudios que
se proponen identificar, definir y describir grandesunidades socioculturales o ms bien raciales, deacuerdo al pensamiento cientfico de la poca yse divulgan los primeros discursos etnificadores
sobre el indio atacameo (Bertrand 1885a y b;San Romn 1896-1902, 1967; Vasse 1894; Vasseet al. 1896; Risopatrn 1910 [1903-1904]; Boman
1991 [1908]). La asociacin entre raza, lengua yterritorio, indiscutible en la poca, lleva a algunos
de los principales exponentes de estos estudios adefinir la raza atacamea a partir de una cate-
gora lingstica, la lengua cunza (en proceso de
desaparicin), y a circunscribirla geogrficamentea las hoyas hidrogrficas del ro Loa y del salar deAtacama (Vasse et al. 1896; San Romn 1967:76-77;
Risopatrn 1910 [1903-1904]:138-139). Dentro de
esa definicin (y no obstante que no fuera la nicaque se postul en la poca), los indios de la puna,
ubicados al otro lado de la cordillera de los Andes,no entraban en la categora de atacameos2.En ese contexto, es interesante identificar cules
fueron las pautas de clasificacin social y las per-cepciones sobre los habitantes de la puna que loscategorizaron como una poblacin racial, social y
culturalmente distinta a la de las tierras ms bajas de
Atacama. Por ejemplo, y en particular la poblacin
de la entonces subdelegacin chilena de Susques,fue considerada como perteneciente a la raza
quechua (Vasse 1892:183). Esta identificacin
no era del todo arbitraria, segn los paradigmascontemporneos, puesto que los indios de Susques
eran principalmente quechua-parlantes (Boman
1991 [1908]:438-439).Pero no era slo ese factor el que determinaba
las diferencias entre las poblaciones del salar deAtacama y las de la puna. Las fuentes del siglo XIX
suelen adjudicar un mayor grado de civilizacino una mayor propensin a ella a los indios delas tierras ms bajas de Atacama, mientras que losindios de la puna son calificados recurrentemente
como ms primitivos, extremadamente pobres,aislados y marginales (Bertrand 1885a y b; San
Romn 1896-1902; Vasse 1894). En efecto, los
habitantes de la puna, principalmente ganaderos,
fueron considerados por las autoridades bolivianas
y luego por las chilenas como miserables o pau-
prrimos por las bajas potencialidades agrcolasdel medio. Incluso, en el perodo boliviano se lesaplicaron medidas de excepcin como la rebaja del
monto de su tributo con respecto al de las tierrasms bajas de Atacama (Cajas 1975). Aos des-
pus, el prroco de Atacama atribua, justamente,a la general apata de la raza quechua el que loshabitantes de Susques no hubieran desarrollado
una agricultura diversificada como en los oasis
atacameos (Vasse 1892:183).Otra categora de diferenciacin radicaba en
los patrones de poblamiento y ocupacin del es-
pacio. Como sealaba Vasse (1894), exista unasignificativa diferencia en el modo en el que lospobladores ocupaban ambos lados de la cordillera:
mientras los indios del lado occidental (es decirde las tierras bajas de Atacama) vivan reunidos en
poblaciones, los del lado oriental (aquellos de lapuna) vivan apartados unos de otros, reunindose
slo algunas veces al ao en sus pueblos. De allprovena, segn el cura, el relativo adelanto de losprimeros, mientras que los de la puna, diseminados
en sus estancias, estaban an en las tinieblas del
coloniaje.De manera que, adems de incorporar ele-mentos biolgicos y lingsticos, las categoras
de diferenciacin atribuidas a las poblaciones detierras altas y bajas establecan tambin jerarquasy valoraciones socioculturales y econmicas.
Diferencias que eran percibidas como realidadesancestrales y permanentes.
No obstante, demostraremos aqu que, al menos
en tiempos coloniales, una significativa poblacinde la Puna de Atacama tena estrechos vnculos
sociales y de parentesco con aquella del salar. Paraello es necesario detenerse previamente en algunas
consideraciones tericas y metodolgicas.
El Escenario y la Cartografa Social
en el Perodo Colonial
Desde los inicios del perodo colonial los re-gistros eclesisticos fueron el principal suministrode informacin no slo para el adoctrinamiento
sino tambin para el empadronamiento de la po-
blacin. Los libros parroquiales establecan quinescorrespondan a la categora fiscal de indios, ascomo los asentamientos, comunidades o ayllus deorigen, de pertenencia o de adscripcin social o
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tributaria. De all que se trate de un tipo de fuenteque permite, por una parte, iniciar una discusinrespecto a las categoras de pertenencia social,
territorial o poltica asignadas por las instituciones
espaolas a una poblacin especfica, y por otra,identificar ciertas prcticas, procesos y cambios
sociales locales.Inevitablemente debemos partir desde un
escenario (mediados del siglo XVIII, cuando
Susques es incorporado a la jurisdiccin de
Atacama) en el que ya se han producido y se estn
produciendo cambios significativos. Como se hadocumentado en otras regiones, ciertos grupos
o unidades sociales indgenas que identificamos
durante el perodo colonial no se originaron entiempos prehispnicos, sino en el proceso dereducciones y en el establecimiento de las jurisdic-
ciones administrativas y eclesisticas. En ciertoscasos, las reorganizaciones territoriales espaolas
determinaron arbitrariamente las pertenencias odependencias polticas y sociales de una o variascolectividades (Abercrombie 1991; Wachtel 1997).
De all que, si partimos nuestro anlisis desde unperodo colonial tardo, debemos asumir que losmapas sociales que suponemos prehispnicos ya
haban sido o estaban siendo redefinidos.
Patrones de Asentamiento: un Modelo
de Anlisis a Tener en Cuenta
Los estudios multidisciplinarios de la regin de
Atacama entendida tradicionalmente como aquel
territorio que abarcaba las hoyas hidrogrficas
del Loa y del salar de Atacama han postulado laexistencia, desde tiempos prehispnicos, de ciertas
prcticas o patrones de poblamiento y ocupacin
del espacio que permiten integrarla a un reamayor, el rea Circumpunea. Desde esta miradams amplia, la puna deja de ser entendida comouna regin de frontera y constituye un espacioque, dotado de recursos forrajeros y faunsticos
permanentes, permita articular y complementar
las economas de las regiones circundantes. En
un medio de caractersticas de extrema aridez,
como es el caso de Atacama, la optimizacin de laexplotacin de recursos diversificados y dispersoshabra configurado la combinacin de espacios o
ncleos de poblamiento ms permanente, general-mente asociados a actividades agrcolas en tierrasms bajas, con otros de carcter ms estacional otransitorio en tierras altas, dedicados principalmente
a prcticas ganaderas. En este contexto se habraido desarrollando desde tiempos prehispnicos
un conjunto de estrategias sociales de ocupaciny explotacin del espacio, articulado a su vez poruna constante movilidad e intercambio interregio-nal (Aldunate et al. 1985; Hidalgo 1978; Nez yDillehay 1979).
Esta estructura de asentamiento (ncleo-
periferia) pudo haber experimentado un mayor
desarrollo o nfasis en el contexto colonial, dadoslos esfuerzos de la administracin hispana por
concentrar a la poblacin en tierras bajas. Para elsiglo XVII, Martnez (1998:163-169) postula quelas poblaciones de Atacama, a nivel de los ayllus
o incluso de las unidades domsticas, articularonzonas de poblamiento demogrficamente ms im-portantes en los oasis o quebradas de la cuenca delsalar, con la ocupacin de una serie de otros asen-tamientos dependientes, de carcter ms disperso,de baja concentracin demogrfica y de ocupacin
menos permanente3. En la actualidad, esta prctica
que se ha definido como un patrn de articulacinpueblo-estancias se reproduce principalmente
en las comunidades que continan desarrollandoactividades ganaderas (Aldunate et al. 1985; Folla
1989; Nez 2000).La documentacin colonial da cuenta, soloen forma muy fragmentaria, de estas prcticas
de ocupacin y usufructo del espacio puneo.
La primera revisita conocida, realizada en 1683,menciona como asentamientos slo a los ayllus
inmediatos a San Pedro de Atacama (Condeduque,
Sequitor, Solcor, Soncor, Solor, Coyo y Beter), yen el sector oriente del salar, a Toconao, Camar,Socaire y Peine. Prcticamente no hay alusin a laocupacin de tierras ms altas, salvo referencias
sobre actividades ganaderas de la poblacin delsalar de Atacama en localidades puneas ubicadasfuera del corregimiento, particularmente en la actual
puna jujea y en Lpez (Hidalgo 1984a; Martnez1998). Es muy probable que esto se deba a que losprimeros empadronadores slo consideraban y re-gistraban los asentamientos con mayor densidad de
poblacin ignorando los restantes (Hidalgo 1984a;
Martnez 1998:100-101).Sin embargo, y a medida que la administracin
espaola intentaba consolidar su control poltico
y tributario, la dispersin y la movilidad de loshabitantes de Atacama comenz a convertirse enun problema y a evidenciarse en la documentacin.
Hacia mediados del siglo XVIII, son elocuentes
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las referencias respecto a la ocupacin, al menostemporal, de estancias de la Puna de Atacama (p.ej.
Olaros, Susques e incluso Antofagasta de la Sierra
que estaba hasta entonces fuera de la jurisdiccin4),
donde se alimentaba no slo ganado camlido,
sino tambin mular, vacuno y ovino. Se sealantambin actividades mineras y de caza, especial-mente de vicuas. Estos recursos, en especial laslanas y cueros de vicua, eran intercambiados
en la misma cordillera o comercializados en losvalles transandinos de Salta (Hidalgo y Castro
1998; Sanhueza 1991:90, 124). Sin embargo, esta
ocupacin, que suponemos hasta el momento como
estacional o temporal, ira adquiriendo, hacia las
postrimeras del siglo XVIII, un carcter de mayorpermanencia.
Los Libros Parroquiales Coloniales: Segunda
Mitad del S. XVIII e Inicios del XIX
Desde mediados del siglo XVIII figuran
como correspondientes a la capital doctrinaria deSan Pedro de Atacama el pueblo homnimo y susayllus circundantes. Como anexos del curato se
encuentran las localidades de Toconao y Socaire
y se registran por primera vez los anexos puneosde Incahuasi y Susques (Casassas 1974). Incahuasi
fue un importante asiento minero durante el sigloXVIII (Hidalgo 1982a), mientras que Susques erafundamentalmente un espacio de actividad ganadera
(Vasse 1894). Este ltimo habra sido creado en1752 (Casassas 1974) y figura a partir de 1764 enlos libros de matrimonios y de defunciones de laparroquia de San Pedro de Atacama5.
A travs de la revisin de las inscripciones
de matrimonios y de defunciones efectuadas en
Susques entre 1764 y 1789, es decir en un lapsode 25 aos, pudimos constatar que la gran mayora
de los indgenas registrados (aproximadamente un85% del total promediando ambas fuentes) figuraban
como naturales, tributarios u originarios delocalidades que no pertenecan a este anexo puneo6.De ellos, adems, una mayora (74% en promedio)
figuraba como originaria de aylluso pueblos de lacuenca del salar de Atacama. Es decir, de los ayllusde la capital y de los restantes anexos de Atacama
la Alta (Figuras 3 y 4).Si recurrimos a un registro tipo de estasinscripciones tenemos, por ejemplo, en 1764, el
matrimonio de:
Xavier Carlos, indio, hijo legitimo deFrancisco Javier, difunto, y Mara Josefa,tambien difunta,del ayllo de Solcor en
Atacama y residente en este [anexo de
Susques], con Ramona Michaela, india,
hija legtima de Francisco Martn y de
Juana Maria, del pueblo de Toconao y
residente en este... (Matrimonios I, 1763-1808, f. 4v. Subrayado nuestro aqu y ensiguientes citas).
Figuran como testigos de este matrimonio Don
Pascual Guacasur, de Toconao, Ignacio Bernab de
Soncor y Juan Andrs Cayo de Chiuchiu, todos
residentes en Susques. Por ltimo, como padrinosestn Don Pedro Pablo y su mujer, Doa Ramona
Piero, caciques de Toconao (Matrimonios I,
1763-1808, f. 4v).Es necesario considerar que, en general, la
adscripcin a una localidad, pueblo o aylluen estasinscripciones se refiere a los padresde quienes secasan o fallecen. Adems, la condicin mayoritaria
de los contrayentes como hijos legtimos mani-fiesta que sus padres estaban dentro del sistema deempadronamiento oficial.
Como se seala en esta inscripcin matrimo-nial y en la gran mayora de las realizadas duranteeste lapso de tiempo (1764-1789), los indgenas
registrados son adscritos principalmente a aylluso pueblos de la cuenca del salar de Atacama y
especialmente al pueblo de Toconao. En estos
25 aos se realizan 55 matrimonios en Susques
que involucran a 103 contrayentes indgenas,
seis mestizos y un espaol. Como se detalla en laFigura 3, un altsimo porcentaje de los indgenas es
registrado como proveniente de la zona del salar,
correspondiendo un 21% de ellos a los ayllusdeSolcor, Soncor, Sequitor, Condeduque y al anexo deSocaire. Por su parte, un 53% corresponde al anexo
de Toconao. De Atacama la Baja, es decir, del otrocurato del corregimiento, figura slo un 3% de loscontrayentes. Como forasteros, esto es, que nopertenecen a la jurisdiccin de Atacama, se registran
11 personas (11%) provenientes principalmente de
localidades puneas de la jurisdiccin del Tucumn,
como Rinconada, Santa Catalina o el Ro de SanJuan (Matrimonios I, 1763-1808).
Los registros de defunciones mantienen, aproxi-madamente, estas proporciones. De 159 indgenasfallecidos en Susques en ese mismo perodo, 117,es decir un 73%, corresponde a poblacin adscrita
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a la cuenca de Atacama la Alta (45% al anexo deToconao y sobre un 29% a los diferentes ayllusyanexo de Socaire). Algo ms de un 7% corresponde a
poblaciones forasteras en su mayora provenientes
de localidades puneas de la jurisdiccin del Tucumn
(Defunciones I, 1763-1791) (Figura 4).En ambas fuentes (matrimonios y defunciones)
se distingue, sin embargo, un reducido nmero depoblacin que es considerada como natural o
de Susques, sin otorgarse una pertenencia original
de sus padres a otra localidad. Esta adquiere unaproporcin que slo bordea el 10% y el 12% deltotal de los registros efectuados, respectivamente(Figuras 3 y 4).
Con respecto a la mayora de los indgenasregistrados en este anexo, a pesar de sealrselesun origen no local, se explicita muchas veces sucondicin de residentes all, aunque continentributando, ellos y sus padres, en sus ayllus o pue-blos del Salar de Atacama7. En ciertos casos, losregistrados como naturales del anexo, es decir,nacidosall, y que a su vez son hijos de padres
tambin nacidos en Susques, se siguen adscribiendoa un origen no local. Al mismo tiempo, se explicitan
las diferencias entre aquellos que son nacidos all y
quienes son residentes de los ltimos aos8
.
En definitiva, se observan diferentes categoras
relativas a la condicin de los contrayentes segnsu lugar de origen (el de sus padres o abuelos), denacimiento o de residencia, no obstante que, apa-rentemente, sigan tributando slo en sus localidades
de origen. Sin embargo, la adjudicacin de estascategoras no es todo lo rigurosa que quisiramos.En muchos casos se seala a los registrados comode un determinado lugar, sin distinguir si se trata
de una adscripcin por nacimiento, por pertenencia
ancestral o por correspondencia tributaria.A pesar de estas imprecisiones, podemos concluir
que en este primer perodo investigado un altsimoporcentaje de los residentes en Susques es definido
como originario de localidades que no pertenecena ese anexo puneo (aproximadamente un 85%) yque en su gran mayora corresponden a las tierrasms bajas de la doctrina de San Pedro de Atacama(74%). Esta poblacin registrada en Susques tiende
a establecer y reproducir alianzas matrimoniales
y de parentesco ritual (compadrazgo) entre s. Esdecir, los matrimonios se realizan principalmenteentre provenientes de los distintos aylluso pueblosde Atacama y, en mucho menor medida, entre stos
y forasteros provenientes de otras jurisdicciones
puneas. Por su parte, la poblacin designada como
Curato de Atacama
la Alta
Curato de Atacama
la BajaForasteros
Total deRegistros
55
N de individuos contrayentes
Indgenas
103
Mestizos
6
Espaoles
1
Localidadde origen
Sin
informacin
Ayllus de S.P.de Atacama
Anexo deSocaire
Anexo deToconao
Anexo deSusques
Sin msinformacin
Corregimientode Tucumn
Corregimientode Lpez
20 (19%)
77 (75%) 10 (10%) 3 (3%) 11 (11%) 2 (2%)
91 (88%)
2 (2%) 55 (53%) 3 (3%) 7 (7%) 1 (1%)
Figura 3. Matrimonios efectuados en el anexo de Susques entre 1763 y 1789 (Libro I de Matrimonios de San Pedro de Atacama,aos 1763-1808).Marriages registered in Susquesbetween 1763-1789 (Libro I de Matrimonios de San Pedro de Atacama, years 1763-1808).
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de Susques (en promedio un 11% de los indivi-duos registrados) establece alianzas matrimoniales
entre s, con gente de los ayllusde Atacama y conforasteros (Matrimonios I, 1763-1808).
Lamentablemente, los libros consultados sufren
un corte en 1789 y slo contamos con los registrosefectuados a partir de 1808, casi 20 aos despus5.Este segundo libro abarca slo nueve aos y corres-
ponde a la ltima etapa del perodo colonial.La parroquia de San Pedro de Atacama conta-
ba, entonces, con tres anexos en la puna: Susques,
Rosario e Incahuasi. Este ltimo presentaba ya unaescasa poblacin9. El anexo de Rosario, tambinvinculado a la minera, estaba en un perodo de
mayor auge, registrando 22 matrimonios de origen
heterogneo y que manifestaban cierto nivel de
movilidad en la poblacin10(Figura 5).Sin embargo, en el anexo de Susques, la situacin
era muy diferente. Prcticamente todos los individuos
registrados entre 1808 y 1817 (11 matrimonios,
22 indgenas contrayentes) son definidos como
originarios, naturales, hijos de naturales,
de este anejo, vecinos, hijos de vecinos, sinmencionarse ningn caso de contrayentes que pro-
vinieran, ellos o sus padres, de localidades externas.
Aunque correspondan a un lapso de tiempo muybreve, estos antecedentes, comparados con los delperodo anterior, evidencian cambios importantes.Pero se trata de cambios efectivos en cuanto alsentido colectivo de pertenencia social de estas
poblaciones, o slo manifiesta cambios adminis-trativos aplicados desde el aparato fiscal respectoa sus adscripciones tributarias?
Al respecto, es necesario considerar dos hechos
importantes. Por una parte, de acuerdo a nuestrainformacin, a partir de 1787 las poblaciones re-
sidentes en el anexo de Susques comienzan a serempadronadas tributariamente en forma separadade sus antiguas cabeceras o ayllus. Efectivamente,en la revisita practicada al Partido de Atacama enesa fecha aparece, por primera vez, la categora deoriginarios del anexo de Susques y que son em-padronados en la puna (Hidalgo 1978:86). Por otra
parte, sabemos que en 1792 se dictaron disposiciones
oficiales tendientes a fijar residencia y tributacindefinitiva en otras jurisdicciones, principalmenteen Salta y Tucumn, a aquellos originarios de
Atacama que se haban ido radicando all en lasltimas generaciones. En esos casos tambin se
opt por cambiar el criterio de adscripcin fiscal,
Curato de Atacamala Alta
Curato de Atacamala Baja
Forasteros
Total deRegistros
163
N Fallecidos
Indgenas
159
Mestizos
2
Espaoles
2
Localidadde origen
Sininformacin
Ayllusde S.P.de Atacama
Anexo deSocaire
Anexo deToconao
Anexo deSusques
Sin msinformacin
Corregimientode Tucumn
Corregimientode Lpez
45 (28%)
117 (73%) 19 (12%) 2 (1%) 12 (7%) 9 (5%)
131 (82%)
1 (0,6%) 71 (45%) 3 (2%) 8 (5%) 1 (0,6%)
Figura 4. Defunciones registradas en el anexo de Susques entre 1764 y 1789 (Libro de I de Defunciones de San Pedro de Atacama,aos 1763-1791).Deceases registered in Susquesbetween 1764-1789 (Libro de I de Defunciones de San Pedro de Atacama, years 1763-1791).
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puesto que los vnculos tributarios de esas pobla-ciones eran cada vez ms difciles de sostener paraefectos de la recaudacin (Hidalgo 1984a). Es decir,
estos cambios administrativos habran correspon-dido a una readecuacin del sistema fiscal ante unproceso migratorio que lo haba vuelto inoperante.
El caso de Susques, no obstante que perteneca ysigui hacindolo a la jurisdiccin del Partido deAtacama, parece haber obedecido a esos mismoscriterios tributarios.
Aunque no nos es posible en este trabajo expli-
car, dentro de su complejidad histrica, las razones
que pudieron impulsar este proceso migratorio,
podemos sealar que la presin tributaria colonialdebi haber sido un factor de importancia. As loseala el estudio efectuado por Hidalgo (1984a)
respecto a los desplazamientos de tributarios
de Atacama hacia las haciendas y otros centros
productivos transandinos con el objeto de accedera otros ingresos para el pago de las tasas, lo quefinalmente habra culminado en una desvinculacin
definitiva con sus comunidades de origen. Sin em-bargo, y como el mismo autor lo seala, es necesario
considerar tambin que estas poblaciones estaban
reproduciendo antiguas estrategias de movilidad yacceso a recursos distantes. Probablemente, durante
un largo proceso de transicin, los habitantes deAtacama sustentaron tanto su economa tradicional
como aquella enmarcada en el contexto mercantilcolonial en una ocupacin particularmente dispersa y
dinmica del espacio, manteniendo los miembros de
los diferentes ayllus sus derechos y obligaciones. Sinembargo, hacia fines del siglo XVIII y en el marcode un control y una presin tributaria ms efectivasobre la poblacin, estas prcticas ancestrales ya nohabran podido mantener su lgica original.
En efecto, y especficamente en el caso de
Susques, una lectura diacrnica de los registros
efectuados desde 1764 hasta la culminacin del
perodo colonial permite advertir cierta secuenciaen los cambios producidos en las adscripciones
sociales de sus habitantes. Al crearse ese anexo
puneo el grueso de su poblacin fue definida
como no originaria. Con el pasar de los aos lacondicin de naturales (es decir, nacidos all) yde individuos o grupos familiares definidos comoresidentes o de Susques, fue aumentando pau-
latinamente. Esto parece haber abarcado un proceso
Anexo deSusques
Anexo deRosario
Anexo deIncahuasi
Total deregistros
11
N de contrayentes
Indgenas
22
Mestizos Espaoles
Total deregistros
22
N de contrayentes
Indgenas
38
Mestizos
6
Espaoles
Total deregistros
4
N de contrayentes
Indgenas
8
Mestizos Espaoles
Curato de A.la Alta
Anexo deSusques Ayllusy anexos
de A. la AltaAyllusy anexos
de A. la AltaAnexo deRosario
Anexo deIncahuasi
Curato de A.la Alta
Forasteros ForasterosCurato de A.la Alta
22 (100%) 6 (16%) 8 (21%) 24 (63%) 2 (25%) 3 (37%) 3 (37%)
Figura 5. Matrimonios efectuados en los anexos puneos del curato de Atacama la Alta entre 1808 y 1817 (Libro II de Matrimonios
de San Pedro de Atacama, aos 1808-1817).Marriages registered in the puna parish annexes of Atacamabetween 1808 and 1817 (Libro II de Matrimonios de San Pedro deAtacama, years 1808-1817).
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complejo, a travs del cual incluso despus de
dos o tres generaciones se segua adscribiendo acontrayentes nacidos en Susques (y cuyos padreseran tambin ya definidos como naturales de
ese anexo), a una pertenencia original de sus
abuelos en Atacama. Pero hacia los ltimos aosdel perodo colonial la categora de originario de
Susques pas a ser la de la mayora de la poblacin
local, disminuyendo drsticamente la presencia de
individuos o grupos familiares registrados como
nacidos u originarios de la cuenca del Salar deAtacama. La permanencia relativamente estable de
esta poblacin en la puna se puede verificar a travs
del seguimiento de varios casos individualizables.
A modo de ejemplo, en 1764 mencionbamos msarriba, como testigos de matrimonio, al cacique deToconao y su mujer. Los registros del fallecimiento
de dos de sus hijos en los aos siguientes (1765y 1767) y posteriormente del propio ex cacique,en 1785, indican que este grupo familiar se habaestablecido en Susques (Defunciones I, 1763-1791:
fs. 26, 30v y 113v).Una poblacin definida como originaria de
los oasis se estaba radicando en la puna. Por cierto,
el concepto de radicacin en trminos andinos es
bastante relativo, puesto que su constante movilidad,no slo entre las vegas y estancias de altura, sinotambin hacia localidades ms bajas del noroesteargentino, como lo sealan las fuentes coloniales,manifiesta que sus estrategias de acceso a recur-sos distantes y diversificados seguan operando
(Hidalgo 1984a; Pino Manrique citado en Bertrand
1885b:143).Pero de estos antecedentes se desprende otra
discusin. Un alto porcentaje de la poblacin regis-
trada en este anexo en el siglo XVIII era definida
inicialmente como originaria del pueblo deToconao, es decir, de uno de los primeros pueblos
fundados por los espaoles en Atacama y que parece
haber sido una de las ms importantes reduccionesindgenasde la zona (Hidalgo 1982b). Como tal,pretenda aglutinar y fijar residencia permanente auna poblacin que tradicionalmente estaba dispersa
y en constante movilidad entre tierras altas y bajas(Martnez 1998:100-101). Desconocemos si en elperodo colonial tardo en que nos estamos situan-do exista ya un verdadero sentido de pertenencia
social e identitaria entre los habitantes del pueblode Toconao. No obstante, si bien no es de extraarque el propio cacique de Toconao figure en 1764 en
Susques ejerciendo como padrino de matrimonio
puesto que evidencia la continuidad de la movilidad
trashumntica de las poblaciones reducidas, loque s marca un cambio, a nuestro juicio, es queesta autoridad local y su grupo familiar, as comouna cantidad considerable de unidades domsticastambin adscritas a ese pueblo, se estuvieran esta-bleciendo en forma definitiva en la puna.
El hecho de que el anexo de Susques se ins-tituyera en forma bastante tarda parece deberse auna necesaria readecuacin del sistema de registros
eclesisticos y sobre todo del empadronamiento
tributario ante un proceso de factode migracin oradicacin all. Pero reiteramos la pregunta de sila continuidad incluso hasta una tercera genera-
cin de las adscripciones a unayllu
de origen oa un pueblo de reduccin se deba a una polticaadministrativa que pretenda perpetuar las depen-dencias tributarias iniciales, o era una estrategia
de las poblaciones atacameas para mantener susvnculos de pertenencia social, poltica y/o ritualcon sus comunidades de origen?
Con el paso de los aos, sin embargo, el sur-gimiento de estos nuevos originarios de Susques
parece estar dando cuenta del inicio de nuevas
construcciones identitarias en esa regin de la puna
de Atacama.
El Escenario y la Cartografa Social
en los Tiempos Republicanos
Una revisin preliminar de los registros parro-
quiales del perodo boliviano permite sostener quelos lazos originales dejaron de operar o de repro-ducirse entre las poblaciones del anexo de Susques
y las del salar de Atacama, al menos en lo que serefiere a vnculos de pertenencia, a relaciones de
parentesco a travs de alianzas matrimoniales o arelaciones sociales de compadrazgo.Para el perodo boliviano hemos procesado los
registros matrimoniales efectuados entre 1836 y
1860 (es decir, un lapso de 24 aos). La Parroquiade San Pedro de Atacama comprenda ahora los
anejos o viceparroquias puneas de Rosario, Susques
y Antofagasta de la Sierra (Matrimonios III, 1836-1870) (Figura 6).
El anexo de Rosario presenta una significativa
disminucin de la poblacin avecindada, manifes-
tando el fin del auge minero, como lo corroboranotras fuentes posteriores (Bertrand 1885a:275;Vasse 1894). Sin embargo, el porcentaje de pobla-
cin indgena definida como local ha aumentado
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213Indios de los oasis, indios de la puna. Procesos migratorios y rearticulaciones identitarias en Atacama
notablemente11. En Antofagasta de la Sierra, sobreel 60% de los inscritos figura como natural y elresto se distribuye, principalmente, entre originarios
de diferentes localidades puneas12.El anexo de Susques, mucho ms importante de-
mogrficamente que los anteriores, sigue registrando
matrimonios mayoritariamente pertenecientes a esa
circunscripcin. Entre 1839 y 1860 se realizan 75matrimonios (149 contrayentes indgenas), de loscuales un 91% es inscrito como tributario, ori-ginario, natural o del anexo, especificndoseen muchos casos los nombres de sus localidadesde residencia dentro de esta jurisdiccin: Susques,Coranzulis, Pastos Chicos, Olaros, Pastos Grandes,
El Toro, y una gran cantidad de asentamientos
menores (Matrimonios III, 1836-1870).Los contrayentes considerados como forasteros
corresponden, aproximadamente, a un 3% y com-prenden a oriundos de diferentes localidades puneas
argentinas y bolivianas. De los 149 indgenas regis-
trados en este perodo, slo un individuo es definido
como originario de Atacama (los dos restantescorresponden a anexos de la puna). De manera que,
como se verificaba para el ltimo perodo colonial,
el proceso migratorio y las alianzas matrimonialescon poblaciones de tierras bajas de Atacama ya nose reeditan, al menos en forma significativa.
Vnculos y Rupturas
Los mecanismos de control fiscal debieron
instituirse en la regin punea para poder fijar
nueva residencia y someter a un nuevo intentode reduccin a una poblacin que, por su distanciade los asentamientos nucleares del corregimiento,presentaba dificultades para el cobro de las tasas.Sin embargo, estos esfuerzos no siempre provocaron
los efectos deseados. La radicacin de poblacin
en la regin punea no implicaba su inmovilidad,
ni el abandono de sus patrones de articulacin deespacios productivos diversificados y dispersos. El
hecho de que una gran mayora perteneciera ahoraal anexo de Susques no significaba la concentracin
de la poblacin en asentamientos aglutinados o pue-
blos. Durante el siglo XIX, ciertas localidades como
Coranzulis, Susques, Pastos Grandes o Pastos Chicos,
Anexo deSusques
Anexo deRosario
Anexo deAntofagastade la Sierra
Total deregistros
(1839-1860)
75
N de contrayentes
Indgenas
149
Mestizos
1
Otros
Total deregistros
(1836-1860)
23
N de contrayentes
Indgenas
38
Mestizos
4
Blancos
4
Total deregistros
(1846-1851)
12
N de contrayentes
Indgenas
22
Mestizos Espaoles
2
Curato deA. la Alta Forasteros
Curato deA. la Alta Forasteros
Curato deA. la Alta Forasteross/i
Ayllusy anexosde A. la Alta
Anexo deSusques
Ayllusy anexosde A. la Alta
Anexo deRosario
Ayllus y anexosde A. la Alta
Anexo de A.de la Sierra
3 (2%) 136 (91%) 4 (3%) 9 (2%) 20 (52%) 14 (63%) 6 (27%)9 (2%)6 (4%) 2 (9%)
Figura 6. Matrimonios efectuados en los anexos puneos del curato de Atacama la Alta entre 1836-1860 (Libro III de Matrimoniosde San Pedro de Atacama, aos 1836-1870).Marriages registered in the puna parish annexes of Atacama la Altabetween 1836-1860 (Libro III de Matrimonios de San Pedrode Atacama, years 1836-1870).
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que figuran entre las ms mencionadas, constituan
ms bien zonas de asentamiento disperso a travs de
estancias. Las primeras referencias que conocemos
respecto al pueblo de Susques, propiamente tal,provienen del ao 1864 (Bautismos IX, 1862-1896,
f. 32v). Pero ste, hasta los inicios del siglo XX,no era habitado en forma permanente, sino para las
fechas ritual o socialmente significativas (Boman1991 [1908]; Vasse 1894).
Una revisin preliminar del perodo corres-pondiente a los aos previos y posteriores a la
Guerra del Pacfico parece indicar que las rela-ciones sociales y las alianzas de parentesco de
estas poblaciones se desenvuelven principalmente
dentro del espacio puneo (punas de Jujuy y deAtacama) (Bautismos VII, VIII y IX, 1849-1896).Pero a la vez, sus estrategias de movilidad se hanvolcado con un mayor nfasis hacia los territorios
transandinos. En 1892, Vasse describa a Susques
como el segundo distrito ms importante de la
entonces subdelegacin chilena de San Pedro deAtacama, contando con una poblacin de 800 a1.000 habitantes, dedicados principalmente a lacrianza de ganado. Sus otras actividades consistan
en intercambiar ganado y textiles por diferentes
productos en el sur de Bolivia y en los valles ar-gentinos. Los habitantes de Susques durante esteperodo, sostena Vasse (1892:184),prcticamenteno tenan relaciones econmicas o comerciales con
Atacama, no obstante que sta continuara siendosu capital administrativa.
La Comunidad de Susques en los Inicios del
Siglo XX
Hacia 1903 contamos con un valioso material
registrado por el arquelogo E. Boman (1991[1908]) sobre la entonces llamada Comunidad deSusques. Al definir la composicin tnica de losindios de Susques, Boman enfatiza sus diferen-cias respecto al resto de los habitantes de la puna.Desde los paradigmas etnolgicos de su poca,
la describe como una tribu racialmente pura,de prcticas estrictamente endogmicas, de una
economa autrquica y de una condicin social ygeogrfica extremadamente aislada. Es decir, como
una comunidad esttica que no haba sufrido
cambio alguno durante los ltimos siglos (Boman1991 [1908]:435, 464).Segn su pormenorizado relato, la mayora de
los habitantes de Susques no vivan en el pueblo,
sino que se encontraban en l slo para las fiestasreligiosas o las asambleas de la comunidad. La asam-
blea y la autoridad local (el cacique o capitnde Susques) eran respetadas y su convocatoria poda
reunir a familias que se hallaban diseminadas engrandes distancias (Boman 1991 [1908]:433-434).
Contradictoriamente con lo sealado ms arriba, el
propio autor describe la capacidad de articulacineconmica de la produccin local con el altiplanoboliviano y valles argentinos. La actividad ganadera
en las estancias abarcaba un inmenso territorio (dehasta 100 km de distancia), y se alternaba con eldesplazamiento regular a otras regiones para prac-ticar el comercio y el intercambio. De hecho, los
productos agrcolas de ms alto consumo (coca ymaz) no eran cultivados localmente sino adquiridosafuera a cambio de textiles, ganado y sal. Con laregin de Atacama, sin embargo, prcticamente
no tenan relaciones comerciales, o stas eran muy
poco frecuentes (Boman 1991 [1908]:433-434,
440-463).Otro aspecto importante destacado por Boman
era la lengua de los habitantes de Susques. Si biensealaba que todos, al menos los hombres, hablaban
el espaol, el idioma principal de la poblacin era el
quechua. Respecto al cunza, sostena que los susque-os negaban conocerlo, no obstante que empleabanpalabras en ese idioma y parecan comprenderlo bien
(Boman 1991 [1908]:438-439). Recordemos que,hacia fines del siglo XIX, el prroco de Atacama(y experto en lengua cunza, E. Vasse) defina a los
habitantes de Susques como de raza quechua.
Este problema, no del todo resuelto hasta el estado
actual de nuestra investigacin, permite proponeralgunas hiptesis. Por una parte, podemos sealarque quienes mayoritariamente iniciaron el pobla-
miento permanente en la regin de Susques erancunza-parlantes (Hidalgo 1984b:227). Sin embargo,sabemos que en tiempos coloniales la poblacin
de Atacama manejaba varias lenguas, entre ellasla aymara y la quechua (Martnez 1998:85-86).
Creemos que es posible que el uso del quechua sehaya potenciado producto del estrechamiento de los
vnculos con las regiones transandinas que, durante
el perodo colonial, vivieron un proceso de quechui-
zacin o de expansin de esa lengua (Nardi 1962).
Probablemente a ello debi sumarse la radicacin
de poblaciones quechua-parlantes provenientes deotras regiones puneas y del sur de Bolivia, y dela cual los registros parroquiales podran no estardando cuenta en su real magnitud.
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215Indios de los oasis, indios de la puna. Procesos migratorios y rearticulaciones identitarias en Atacama
No obstante lo anterior, Boman (1991 [1908])seala un fuerte vnculo religioso de los habitantes de
Susques con la parroquia de Atacama. Era frecuente
que stos acudieran a la iglesia de San Pedro paracelebrar bautismos y matrimonios. Slo una minorarecurra a las entonces parroquias de Casabindo,Cochinoca o San Antonio de los Cobres, situadasmucho ms cerca y que no requeran atravesar lacordillera (Boman 1991 [1908]:434-435). Ello a
pesar de que, en la poca en que Boman visitabala comunidad de Susques (1903), sta haba dejado
de pertenecer a la jurisdiccin chilena (Delgado
2007). Cabe entonces preguntarse si estos lazos eran
producto de la fuerte influencia que haban ejercido
sus curas prrocos, o denotaba, adems, algn tipode relacin ms profunda entre la poblacin de
Susques y los oasis del Salar.Hay muchos aspectos de la historia de la
comunidad de Susques, tal como se la describeen los inicios del siglo XX, que desconocemos.
A medida que hemos desarrollado una mirada
diacrnica respecto a sus orgenes, asistimos a unproceso de redefiniciones identitarias articuladas y
en gran medida provocadas por las dinmicas de
resistencia y adaptacin a los poderes y estructurascoloniales y nacionales.Pero los procesos de construccin de identidad
requieren de una memoria histrica, de una articu-lacin entre el pasado y el presente, en la que laprofundidad temporal sea una forma de legitimacin
de la existencia de una colectividad. Nos surge,
entonces, la pregunta qu memoria exista entrelos susqueos de los inicios del siglo XX respectoa sus orgenes? Afortunadamente Boman, a su
manera, tambin se la plante:
Cul es el origen de esta tribu? Los
indios mismos no saben nada sobre eso.El Capitn Victoriano me aseguraba que la
iglesia de Susques databa de hace ms decuatrocientos aos; es decir, de antes de la
conquista espaola del Per y que su casaen el pueblo haba sido construida por su
padre, hace 60 aos (). Muchos indios se
acordaban de sus abuelos, algunos an desus bisabuelos, pero ninguno pudo darme
detalles sobre el origen o las migracionesposibles de la tribu. Parecan estar con-vencidos de que sus antepasados haban
vivido en Susques desde la creacin del
mundo (Boman 1991 [1908]:464).
Reflexiones Finales
Algunas fuentes histricas o acadmicas de
las postrimeras del siglo XIX identificaban a laspoblaciones puneas como correspondientes a una
raza distinta a aquella de los indios atacameos.Estas diferenciaciones establecidas externamentepodran, sin embargo, corresponder tambin con
sistemas de diferenciacin que efectivamente se
haban ido construyendo desde las propias pobla-ciones indgenas a travs de un complejo (aunquerelativamente breve) proceso histrico y social.
En ese contexto, el archivo parroquial se
nos presenta como una herramienta de gran
inters para una aproximacin a esos procesos
de cambio. Pero es tambin un arma de doblefilo. Por una parte, contiene o constituye undiscurso etnificador y ordenador de los mapassociales, estableciendo, a travs de pertenenciastributario-administrativas, supuestas pertenencias
identitarias. Por otra, nos permite percibir lo que,creemos, son complejos procesos de rearticulacin
o reformulacin identitaria. Pero hasta qu punto
se pueden separar ambos factores? Desde dnde
se sientan las bases o se establecen los marcos que
definen o determinan estos procesos? Se trata,como decamos inicialmente, de un sistema deidentidades dialcticamente construido?
Agradecimientos: Esta investigacin fue finan-ciada por los Proyectos FONDECYT N 199053 yN 1040290. Se agradecen muy especialmente lassugerencias, comentarios y aportes de los evalua-dores de este artculo.
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Referencias Citadas
Fuentes Inditas
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1808.Libro II de Matrimonios de San Pedro de Atacama, aos
1808-1817.Libro III de Matrimonios de San Pedro de Atacama, aos
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Publicadas
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217Indios de los oasis, indios de la puna. Procesos migratorios y rearticulaciones identitarias en Atacama
Notas
1 Hasta entonces el corregimiento estaba organizado en dosdoctrinas o curatos. La principal, en trminos demogrficos
y administrativos, era Atacama la Alta, con cabecera en SanPedro de Atacama. Inclua los oasis y aylluscircundantesa la capital y los anexos de Toconao, Socaire y Peine en lacuenca del Salar. Atacama la Baja, con cabeza doctrinariaen San Francisco de Chiuchiu, comprenda los pueblos
y asentamientos del curso medio y superior del ro Loa,adems del anexo y puerto de Cobija (Hidalgo 1978).
2 Una importante excepcin a este respecto fue el arquelogo
sueco E. Boman (1991 [1908]), quien postulaba la extensin
de la cultura atacamea hacia sectores de la Puna de
Atacama. Entre ellos, la regin de Susques.3 En un sentido amplio entenderemos por ayllu, al menos desde
el siglo XVII, a cada una de las unidades sociales (propias de
las sociedades segmentarias) que se estructuraban en base arelaciones de parentesco y relaciones rituales de origen mtico.
Cada aylluse organizaba bajo una autoridad poltica comn yregulaba los derechos de acceso de sus unidades domsticas
a recursos agrcolas y ganaderos considerados dentro de su
territorio (Rasnake 1989). En el caso atacameo, el territorio
nuclear de cada aylluparece haber correspondido a cadauno de los pequeos oasis homnimos que circundaban alcentro administrativo colonial. Sin embargo, y atendiendo a
la discontinuidad territorial caracterstica de los habitantescircumpuneos (sensuMartnez 1998), no conocemos conmayor precisin los mecanismos que organizaban el acceso
a los recursos dispersos y lejanos ubicados en las tierrasaltas y cmo se distribuan, en un mismo nicho o espacioproductivo, los derechos de explotacin entre miembros de
ayllusdistintos.4 Si bien en tiempos republicanos Antofagasta de la Sierra
era un anexo parroquial de Atacama, en el perodo colonial
parece haber pertenecido administrativa y eclesisticamente
a Catamarca (Garca et al. 2000).5 Los libros parroquiales de la doctrina de San Pedro de Atacama
correspondientes al siglo XVII estn extraviados. Los delsiglo XVIII se encuentran incompletos y slo hemos podido
trabajar los aos 1763-1789 (Libro I de Matrimonios 1763-
1808; Libro I de Defunciones 1763-1791). Para la ltimaetapa del perodo colonial pudimos revisar el breve lapsocomprendido entre 1808 y 1817 (Libro II de Matrimonios1808-1817).
6 Los porcentajes y cifras que exponemos aqu son aproxi-mados, puesto que, si bien la mayora de los registros
proporcionan antecedentes para establecer localidades depertenencia, hay siempre un pequeo porcentaje respectoal cual no se entrega informacin.
7 Por ejemplo: Registro de Matrimonio de hijo de indiostributarios del ayllo de Toconao residentes en estas estanciasde Susques, con hija de indios tributarios de Toconao ycon la misma residencia en esta de Susques (MatrimoniosI 1763-1791, ao 1778 s/f).
8 Por ejemplo: Matrimonio de hijo de indios del pueblo deToconao naturales de dicho anejo de Susques, con hijade indios del dicho pueblo y residentes en dicho Susques(Matrimonios I, 1763-1791, ao 1787, s/f).
9 Una revisin preliminar de los registros del anexo de Incahuasi
(que en el libro parroquial mencionado incluye slo cuatromatrimonios entre 1814 y 1817) manifiesta que este enclave
se encontraba en decadencia. La poblacin indgena presenta
una relativa heterogeneidad en cuanto a su adscripcin, co-
rrespondiendo a Atacama la Alta, Antofagasta de la Sierra,Lpez y slo dos de los contrayentes son considerados como
de Incahuasi.10 Un 63% de los contrayentes indgenas no provena de ese
anexo. Sus lugares de origen eran principalmente localidades
puneas de la jurisdiccin del Tucumn (como el curato de
La Rinconada), y en menor medida de las jurisdicciones de
Chichas y de Lpez (Matrimonios II, 1808-1817).11 Si bien en el breve perodo anterior (1808-1817) se haban
registrado 22 matrimonios, en estos 24 aos se realizan 23matrimonios, que incluyen 38 indios, cuatro mestizosy cuatro blancos. De los indgenas, un 52% figura ahoracomo de este anejo. Se registra slo un individuo de losayllusde Atacama, y el resto proviene de los otros anexospuneos del curato. Los forasteros provienen principal-
mente de la puna jujea y de otras localidades de la Punade Atacama.
12 De 12 matrimonios efectuados entre 1846 y 1851 en esalocalidad, se inscriben 14 naturales de Antofagasta, unooriginario de San Pedro de Atacama, uno de Susques ylos restantes seis se distribuyen en localidades de la punade Atacama, correspondientes ahora a territorio argentino:Fiambal, Molinos y Beln.
7/22/2019 Indios de La Oasis
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