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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE LETRAS MÉRIDA – VENEZUELA
INFLUENCIA QUE EJERCEN LOS APARATOS DENTALES ORTODÓNTICOS EN LA PRODUCCIÓN Y PERCEPCIÓN DEL HABLA
(Memoria de Grado postulada por el Br. Hernán J. Martínez Matos bajo la tutoría de la profesora Elsa Mora, como requisito parcial para optar al título de Licenciado en Letras mención Literatura Hispanoamericana y
Venezolana)
Br. Hernán J. Martínez Matos
Tutor: Prof. Elsa Mora
MAYO – 2002
Agradecimientos
A la Profesora Elsa Mora por enseñarme a descubrir la
importancia y utilidad de la fonética...
A la Profesora Alexandra Álvarez por siempre darme el consejo y la
respuesta adecuada...
Al Dr. Rafael Prato por su grandiosa colaboración en la elaboración de este trabajo
interdisciplinario...
A mi familia
RESUMEN
Este trabajo estudia la influencia y / o interferencia que ejercen los aparatos dentales ortodónticos en la producción y percepción del habla; pues dichos problemas conllevan, generalmente, una posible incomprensión del lenguaje. Hemos podido determinar, a través de análisis perceptivos, cuáles son los sonidos afectados por los aparatos dentales ortodónticos, estableciendo así los puntos articulatorios donde le interferencia es mayor o menor. Al mismo tiempo, se establecen cuáles son los aparatos dentales ortodónticos cuya interferencia en la producción del habla es mayor o menor. El estudio se realizó con muestras de un Test de Pares Mínimos (T. P. M.) aplicado a 5 hablantes antes e inmediatamente después de someterse al tratamiento con aparatos dentales ortodónticos. También, se realizó un Test de Rasgos Distintivos (T. R. D.) a 20 oyentes, lo que nos mostró cuáles son, a nivel perceptivo, los fonemas, rasgos distintivos y puntos de articulación afectados por los aparatos dentales ortodónticos.
Índice General
INTRODUCCIÓN_______________________________________________ i
Capítulo I: Los fonemas y los rasgos distintivos______________________ 1
• Historia______________________________________________2
1. Los fonemas___________________________________________5
2. Los rasgos distintivos o pertinentes_________________________7
2.1. La redundancia_____________________________________ 15
2.2. Pares Mínimos______________________________________16
2.2.1. El test de rasgos distintivos (T. R. D.)____________ 17
2.2.1.1. Composición de las listas_______________18
2.2.1.2. Presentación_________________________19
2.2.2. El test de pares mínimos (T. P. M.)______________ 19
2.2.2.1. Longitud de las palabras_______________ 20
Capítulo II: Definición y clasificación articulatoria de los fonemas del español
venezolano________________________________________________________21
1. Fonética articulatoria___________________________________ 22
1.1. Modo de articulación________________________________24
1.2. Lugar de articulación________________________________26
2. Sistema consonántico del español venezolano________________27
Capítulo III: La ortodoncia y los aparatos dentales ortodónticos__________29
• Breve historia_________________________________________ 30
1. La ortodoncia_________________________________________ 32
1.1. Problemas ortodónticos______________________________33
2. La fonación. Efectos de los defectos dentales en el habla_______34
3. Los aparatos dentales ortodónticos________________________ 36
3.1. Condiciones generales que deben reunir los aparatos
dentales_____________________________________________ 37
3.2. Tipos de aparatos dentales ortodónticos_________________38
3.2.1. Aparatos removibles__________________________ 39
3.2.2. Aparatos fijos________________________________41
Capítulo IV: Aspecto experimental_________________________________ 45
1. Antecedentes_________________________________________ 46
2. Planteamiento del problema_____________________________ 48
1.1. Hipótesis del trabajo_______________________________ 48
1.2. Objetivos________________________________________ 48
3. Metodología__________________________________________ 49
3.1. El corpus________________________________________ 49
3.2. Los pacientes_____________________________________ 50
Capítulo V: Análisis de los resultados_______________________________ 54
CONCLUSIÓN_________________________________________________ 65
Referencias bibliohemerográficas consultadas_______________________ 68
Anexos________________________________________________________ 69
Introducción
La buena articulación de los sonidos lingüísticos es muy
importante en todas las lenguas para la perfecta comprensión del significado del
discurso hablado.
En la cavidad bucal se articulan y modifican los elementos fundamentales
de las palabras que son las vocales y las consonantes (fonemas, pues); actúa también
como cavidad de resonancia, conjuntamente con las fosas nasales y la faringe. Algunas
veces, dicha cavidad puede presentar algunas anomalías esqueléticas, alteraciones
maxilodentarias, lo que hace que se produzcan trastornos del lenguaje asociados a
alteraciones fonéticas. Específicamente, los defectos dentales y mandibulares causan
serios problemas en la producción del habla y por consiguiente en la percepción de la
misma.
Los dientes en mala posición y las anomalías maxilares no sólo afectan la
apariencia física de las personas, sino que además pueden generar: masticación
deficiente, modificaciones en la armonía facial, dificultad para la producción de
sonidos lingüísticos, trastornos que predispongan a una respiración inadecuada, etc.
Es, precisamente, por esta razón que se implementa la utilización de los
aparatos dentales ortodónticos, ya sean fijos o removibles. Dichos aparatos, a pesar de
que su función es la de corregir las anomalías dentomaxilofaciales del paciente,
influyen considerablemente en la producción y percepción del habla.
En estas páginas estudiaremos fonética y lingüísticamente la influencia y /
o interferencia que ejercen los aparatos dentales ortodónticos tanto fijos como
removibles en la producción y percepción del habla. Nos dedicaremos a estudiar, a
nivel perceptivo, exclusivamente los efectos que originan dichos aparatos.
Esta inquietud surge luego de haber observado detenidamente estos
efectos, o defectos, tan obvios, y audibles en personas con aparatos dentales
ortodónticos, y por experiencia propia. A partir de allí se nos presentó la necesidad de
respondernos ¿por qué las personas que usan aparatos dentales ortodónticos
presentan tantos problemas articulatorios en el habla?; ¿qué es lo que hace que la
presencia de estos aparatos cause tantos problemas?, entendiendo que la presencia de
un elemento extraño en la cavidad bucal puede perturbar el habla. Además, ¿cuan
significativo es el hecho de la pérdida perceptiva de fonemas y puntos de articulación?,
¿causa graves problemas en la decodificación del mensaje por parte de los
interlocutores a los que se dirigen las personas con aparatos dentales ortodónticos?.
Para poder abordar la búsqueda de las respuestas a tales interrogantes esta
investigación se estructuró en cinco capítulos, que a continuación se presentan.
Capítulo I
Los fonemas y los rasgos distintivos
• Historia Los primeros estudios de fonética se realizaron hace más de 3000
años y los llevaron a cabo quienes estudiaban el sánscrito, como el gramático Panini que
se ocupó de la articulación fonética para establecer la pronunciación inalterable de los
libros sagrados en las ceremonias y los ritos. En el mundo moderno el primer fonetista
fue el danés J. Matthias, autor del tratado De litteris (1586). Posteriormente, el inglés
Jhon Wallis, que era maestro de sordomudos, fue quien primero clasificó las vocales
según su punto de articulación (1653). Años después el alemán C. F. Hellwag inventó el
triángulo vocálico en 1781. Diez años más tarde, el físico austriaco Pierre Rousselot fue
el primer investigador de la fonética experimental y escribió Principes de phonétique
experimentale que se publicó entre los años 1897 – 1908. También en el siglo XIX se
empieza a estudiar la fonética desde otro ángulo y se esboza la teoría del fonema por
Jan Baudouin de Courtenay, y la formula el fundador de la escuela estructuralista, el
suizo, Ferdinand de Saussure. Tiempo después, en el ámbito español, trabaja Tomás
Navarro, que escribe el Manual de pronunciación española. Su discípulo, Manuel Gili
Gaya publica en 1961 los Elementos de fonética general. En los Estados Unidos, el
lingüista Leonard Bloomfiel y el antropólogo Edward Sapir, contribuyeron de forma
sucesiva a la teoría fonética, mientras que el creador del Círculo de Praga,
conjuntamente con Nikolay Trubetzkoy, Roman Jakobson, desarrolló la teoría de las
características universales de todos los sistemas fonéticos. Para la época, en España los
estudios de fonética tienen dos líneas de trabajo: la estructuralista, que representa
Emilio Alarcos Llorach con su obra Fonología Española publicada en 1960; y la
acústica, representada por Antonio Quilis, colaborador del fonetista danés Betil
Malmberg, que publica Fonética y fonología del español en 1963.
Específicamente, la búsqueda de los constituyentes mínimos de la lengua
capaces de discriminar significados ha durado varios siglos. Sus primeros pasos están
manifestados en la historia de los sistemas de escritura, con su gradual separación de la
secuencia discursiva o decurso hablado, en palabras, sílabas y finalmente los segmentos
sucesivos más cortos. Este último paso se logró por primera vez, como ya dijimos, hace
más de tres mil años en el arameo y después en la escritura alfabética griega. Mucho
tiempo pasó en el que se hicieron muchos y muy importantes trabajos que hicieron
avanzar en el problema básico de la relación entre sonido y significado: pasando por la
época renacentista hasta el siglo XX. Revisemos brevemente los siglos XIX y XX, ya
que en ellos se establecieron nuevas e importantes teorías, nuevos conceptos, que sin
duda han definido y delimitado los segmentos fónicos.
Durante el siglo XIX ocurrieron sucesos importantes que van a impulsar el
desarrollo de la fonética. Algunos jóvenes precursores de distintos países comenzaron
alrededor de 1870 a esforzarse por delinear e identificar aquellos constituyentes
indivisibles de la lengua que sirven para diferenciar las unidades lingüísticas
fundamentales dotadas de significado propio, tales como palabras y sus componentes
gramaticales significativos. Uno de ellos, como señalábamos anteriormente, fue J.
Baudouin de Courtenay, quien se refirió al asunto de las diferencias de sonido que “se
utilizan para diferenciar significados” y la elaboración de “conexiones entre sonido y
significado”, lo que se convirtió en la preocupación principal de sus investigaciones y
enseñanzas a lo largo de las décadas siguientes (1869). El objeto del lingüista era
descubrir las invariantes de relación en el flujo del habla, con sus innumerables
variaciones sonoras contextuales y opositivas (ver Jakobson, 1987:23). Inspirado por
Baudouin, Saussure se concentró sobre los problemas de relación entre sonido y
significado. En el bosquejo general de un tratado fonético, escrito alrededor de 1890,
Saussure considera a los fonemas como signos simples que dotan a las oposiciones
acústicas de un valor discriminador de sentido.
A finales del siglo surge la idea de recurrir a procedimientos análogos.
Baudouin ya lo había predicho al decir que “los correlatos acústicos de estas invariantes
lingüísticas podrían determinarse con mayor precisión cuando el análisis del habla
pudiera obtener una representación visual de las ondas sonoras (más detalles en
Jakobson, 1987:23-24). El siglo XIX culminará con la creación de la Asociación
Internacional de Fonética con un firme objetivo: promover los estudios fonéticos en
vista de la enseñanza de idiomas. Años más tarde dicha Institución creó, con el fin de
proporcionar un repertorio de signos lingüísticos de las principales realizaciones
fonéticas de varias lenguas mundiales, el Alfabeto Fonético Internacional (AFI) o
International Phonetic Alphabet (IPA).
Ya en el siglo XX, en la década de 1920, el análisis de los constituyentes
que son discriminadores de sentido no fue más allá de los segmentos sucesivos de la
secuencia sonora, en otras palabras, los fonemas se consideraron como los términos de
oposiciones que no pueden discriminarse en oposiciones menores ( ver Jakobson,
1987:27). También durante este tiempo, sobre la base de los estudios de Baudouin y
Saussure, se constituye, por reacción contra la tradición histórica, comparatista, una
lingüística sincrónica, estructural (Obediente, 1998:18), levantándose así, una barrera
entre la fonética instrumental, que usaba los métodos de las ciencias naturales; y una
fonética destinada a la descripción de las funciones y de la forma, dando origen, luego,
a la fonología moderna, constituyéndose en el primer Congreso Internacional de
Lingüistas de la Haya en 1928, siendo su padre el gran lingüista Nikolay Trubetzkoy;
pues, fue este quien, con Principios de fonología, plantea la nueva teoría fonológica.
Por su parte, en el Circulo Lingüístico de Praga, fundado en 1926, sus
miembros, intentaron derivar las características de los fonemas a partir de las
interrelaciones de tales unidades.
Después de intensas discusiones sobre los fundamentos de la fonología en
los congresos internacionales de lingüística, y luego, de forma más general en el
Congreso Internacional de Fonología de Praga de 1930, resultó más clara la necesidad
de discriminación constante de un fonema en sus constituyentes simultáneos. La
fonología, entonces, tendrá como tarea, entre otras, establecer el repertorio de fonemas
de una lengua dada y sus correlaciones fonológicas. De esta manera, quedan separadas
la fonética y la fonología: la primera, encargada del estudio de los sonidos del habla,
utilizando los métodos de las ciencias naturales; y la segunda, del estudio de los sonidos
de la lengua, determinando la función que cada sonido cumple dentro de la estructura de
aquella.
Así, décadas de investigación lingüística han pasado, al tiempo que se han
derogado viejos conceptos e introducido y concretado (siempre con excepciones y
escepticismos) nuevas y “definitivas” concepciones de lo que son las unidades fónicas,
además de las fronteras de la fonética y la fonología.
1.- Los fonemas
Como dijimos ya, la fonología se ha encargado de estudiar las unidades
fónicas en el plano de la lengua, su función dentro de ella.
Saussure, desde sus comienzos, concibió a los “fonemas = valor
semiológico”. Esto es, los fonemas considerados como signos simples que denotan a las
oposiciones acústicas de valor “discriminador de sentido”; al tiempo, y siguiendo el
principio de linealidad del significante planteado por él, que sólo pueden ser divididos
en unidades distintivas simultáneas y no sucesivas, es decir, “así como los fonemas de
una lengua dada forman un sistema de secuencias, así un sistema de fonemas a su vez,
está formado por sus constituyentes, esto es, por sus rasgos pertinentes” (Saussure 1968;
citado por Jakobson, 1987:40). Ilustremos esto con un ejemplo. El fonema / p /, en su
realización en el habla [ p ]1, puede dividirse simultáneamente en los rasgos
consonántico, oclusivo, bilabial, sordo; estos son sus rasgos distintivos o pertinentes2 y
aparecen en conjunto, en bloque.
A principios de la década de 1930, los estudiosos de Praga designaron el
fonema como un “conjunto, paquete, totalidad de aquellas propiedades sonoras
concurrentes que se utilizan en una lengua dada para distinguir palabras con significado
diferentes”. Tales propiedades, tentativamente, las denominaron cualidades o atributos
diferenciales o distintivos.
Roman Jakobson, con su teoría de rasgos distintivos en La forma sonora
de la lengua (1987), plantea que los fonemas son definidos como el conjunto de rasgos
que los identifican, estos rasgos están en el interior del habla y es el hablante quien se
encarga de producir ciertos movimientos de sonido a fin de que los rasgos distintivos
estén presentes en las ondas sonoras y queda de parte del oyente extraer o no esas
ondas.
El fonema no es más que un concepto que no corresponde a ninguna
realidad concreta, es abstracto; ya que sólo es el conjunto de los rasgos pertinentes
realizados simultáneamente. Sin embargo, aunque sólo existe en función del rasgo
diferencial, este concepto tiene un valor práctico, y es necesario para el método
fonológico, porque, además, son los fonemas y no los rasgos pertinentes o distintivos,
las unidades mínimas que identifican los hablantes. De ahí que pueda definirse el
fonema como el conjunto de las propiedades fonológicamente relevantes de un
complejo fónico.
1 . Convencionalmente se usan las barras diagonales / / para encerrar a los fonemas, y los corchetes [ ] para los fonos. 2 . De los rasgos distintivos hablaremos más adelante.
Vemos así, que los lingüistas coinciden en que a cada una de las unidades
fonológicas que no pueden ser divididas en unidades sucesivas, pero si simultaneas, más
pequeñas y simples, por tanto mínimas; que pueden oponerse a otras en contraste
significativo; y que carecen de significado, pues por sí solas, aisladas, no poseen carga
semántica, se les conoce como fonemas.
Ya que la lengua es una convención social, no palpable, no material, los
fonemas, al pertenecer a ella, son abstractos. Ahora bien, para la lengua
“materializarse”, y por consiguiente ser concreta, palpable, debe “realizarse”, utilizando
los fonemas, en el habla. Los fonemas, pues, se materializan cuando emitimos algunos
parámetros / aspectos físicos, cuando hablamos; entonces, serán considerados como
meros hechos físicos. Cuando esto sucede los fonemas reciben el nombre de fonos. Esto
es, siguiendo a Trubetzkoy, “los sonidos concretos que hallamos en el habla son […] los
símbolos materiales de la forma” (Trubetzkoy, Principios de fonología 1973:34; citado
por Obediente, 1998:25). Así, por ejemplo, el fonema / t / español se materializa cuando
emitimos un sonido con rasgos consonántico, oclusivo, dental, sordo simultáneamente =
[ t ]. Dichos rasgos, como hemos venido diciendo, son distintivos o pertinentes, ellos
hacen que un fonema sea único dentro de la estructura de una lengua dada.
2.- Los rasgos distintivos o pertinentes
Son los rasgos pertinentes, que funcionan normalmente por medio de
varios correlatos acústicos o articulatorios, los que aseguran, por tanto, la función
distintiva, y deben ser las unidades básicas de la fonología. Esto afirmaría, según las
fuentes manuscritas del Curso de Saussure, que no son los fonemas, sino sus elementos
los que tienen un valor puramente opositivo, relativo, negativo. (en Quilis, 1981:108).
Los rasgos distintivos o pertinentes son, pues, señales fonéticas complejas que
diferencian y definen los fonemas, son capaces de cambiar un fonema por otro
(sustitución) y ocasionar transformaciones significativas en el mensaje; aparecen
simultáneamente, en conjunto, no aislados, y sólo podemos percibirlos en relación a los
demás.
La idea de distinción, que contiene el concepto de rasgos, presupone la de
oposición o contraste:
“(...) no puede distinguirse una cosa de otra, si no están opuestas entre sí, si no se relacionan por contraste. Una cualidad fónica tendrá función distintiva cuando se oponga a otra cualidad fónica, esto es, cuando ambas formen una oposición fónica. Las diferencias fónicas que en una lengua dada permiten distinguir las significaciones, son oposiciones fonológicas o distintivas” ( Alarcos Llorach, 1981:39).
Por esta razón es que Jakobson propuso anteriormente que los rasgos
distintivos se organicen en sistemas binarios (Binarismo Jakobsoniano), lo que equivale
a la elección entre dos cualidades polares de la misma categoría: presencia / ausencia de
una cualidad determinada (sordo / sonoro, nasal / oral, etc.), o de dos cualidades
diametralmente diferentes (denso / difuso). Cada uno de los miembros de una oposición
distintiva es una unidad distintiva, diferencial, pertinente o fonológica.
La oposición3 es un concepto que designa las diferencias del sistema, es
decir, diferencias entre elementos que pueden aparecer en el mismo contexto;
diferencias entre un elemento, que realmente está en el decurso hablado; y otro, que
sólo es virtual (ver Alarcos Llorach, 1981:40).
Por tanto, diremos que, los fonemas no son definibles sino en relación con
sus opuestos (que se encuentran en la estructura de la lengua), a las diversas clases de
oposiciones que actúan en él. Toda oposición presupone no sólo las propiedades
3 . El binarismo Jakosoniano introdujo algunos cambios a este concepto.
mediante las cuales se distinguen sus miembros, sino también las propiedades que son
comunes a los miembros que constituyen la base de la comparación.
La concepción binarista presenta los rasgos en pares mínimos4: un rasgo y
su opuesto; cuando aparece uno en un segmento dado, el otro es excluido
inmediatamente; así, un segmento puede tener el rasgo sonoro o sordo, pero no los dos
al mismo tiempo: / p / y / b / son fonemas del español porque se oponen en peso / beso
(por sonoridad).
Los rasgos distintivos tienen dos funciones, siguiendo a Jakobson
(1987:61):
i. La función obviamente primaria, la de discriminación de sentido
(sólo distintiva) le asigna al rasgo la capacidad de señalar la
semejanza o desemejanza de dos unidades verbales significativas.
ii. Son discriminadores de sentido (obviamente, presupuesta por la
anterior) o, según la terminología lanzada por el Circulo de Praga,
la función mor(fo)fonológica.
Los rasgos, siguiendo a Quilis (1981:114), se dividen en dos grupos:
1. Los rasgos prosódicos que afectan sólo a los fonemas que
constituyen núcleo silábico.
2. Los rasgos intrínsecos o inherentes que, al contrario de los
anteriores, se manifiestan en los fonemas aislados, independientes.
4 . De ellos nos ocuparemos más adelante.
Ya que no pretendemos estudiar en este trabajo los fonemas que
constituyen núcleo silábico, sólo revisaremos los rasgos intrínsecos o inherentes5.
Los rasgos intrínsecos, su presencia o ausencia, pueden cambiar, si es
pertinente dentro de una lengua dada, la naturaleza de un fonema, lo que implica el
cambio de significado dentro de un segmento o palabra. Estos rasgos se dividen en dos
grandes grupos: los rasgos de sonoridad y los de tonalidad. Los primeros, relacionados a
la cantidad e intensidad6; y los segundos, relacionados con la altura o tono de la voz, se
hacen patentes por medio de la distribución de la energía en el espectro de frecuencia.
Revisemos, ahora, detenidamente, los rasgos intrínsecos de sonoridad:
I. Vocálico / no vocálico7: acústicamente, los fonemas vocálicos se
caracterizan por la presencia de una nítida estructura formántica. Desde el punto de vista
articulatorio, por la ausencia de obstáculo al paso del aire a través de las cavidades
supraglóticas.
II. Consonántico / no consonántico: muestra, acústicamente, una
disminución en la energía total. Articulatoriamente, se caracteriza por presentar un
obstáculo al paso del aire en las cavidades supraglóticas.
Las vocales tienen el rasgo vocálico y no consonántico, al contrario de las
consonantes. El rasgo vocálico y el consonántico nos separan las fonemas, según
Jakobson y colaboradores, en cuatro grupos: vocales, fonemas con sólo el rasgo llamado
vocálico; consonantes, los que poseen el rasgo consonántico; líquidas (laterales y
vibrantes), fonemas que presentan ambas propiedades; y glides, que son fonemas sin
5 . Para ampliar la información sobre los rasgos prosódicos, pueden verse Jakobson, 1987 y Quilis, 1981. 6 . La intensidad es la concentración de energía en el espectro y el tiempo 7 . Siguiendo a Obediente (1998), daremos la definición del primer rasgo del par, entendiendo que el rasgo opuesto presenta esas misma características con signo negativo, a menos que haya necesidad de precisar conceptos.
propiedad vocálica ni rasgo consonántico, esto por mostrar una energía total bastante
alta en el espectro y por no poseer una estructura clara de formantes.
III. Denso (o compacto) / difuso: desde el punto de vista acústico, los
fonemas densos se caracterizan por una concentración más elevada de energía en una
zona relativamente estrecha, además de un aumento de la cantidad total de energía. Los
fonemas difusos, por el contrario, se caracterizan por una concentración más reducida
de energía en la zona central del espectro, acompañada de una disminución de la
cantidad total de energía.
Articulatoriamente, estos dos rasgos se diferencian por la razón entre el
volumen de la parte anterior de la cavidad bucal y el de la parte posterior, respecto al
lugar de articulación, tal razón es mayor en los segmentos densos que en los difusos.
IV. Tenso / flojo: Jakobson caracteriza acústicamente el rasgo tenso
con zonas de resonancia mejor definidas en el espectro, a la vez de un aumento de la
cantidad total de energía y de su expansión en el tiempo. Articulatoriamente, los
fonemas con este rasgo se caracterizan por una mayor precisión y tensión que los
correspondientes fonemas flojos.
Los rasgos tenso y flojo son totalmente redundantes en el sistema
fonológico español, por “coincidir con el rasgo sordo y con el sonoro, respectivamente”
(Quilis, 1981:122).
V. Sordo / sonoro: este rasgo se caracteriza acústicamente por la
superposición de una fuente armónica sonora que se refleja en el espectrograma como
un formante de muy baja frecuencia. La diferencia articulatoria de estos dos rasgos es la
vibración o no de las cuerdas vocales.
VI. Nasal / oral: el rasgo de nasalidad, acústicamente, se presenta en el
espectro de las vocales a través de una reducción en la intensidad del primer formante, y
en las consonantes, por la aparición de zonas de formantes en unas determinadas
frecuencias. Articulatoriamente, este rasgo es originado por la adición de otra cavidad
de resonancia (la cavidad nasal) debido al descenso del velo del paladar.
VII. Continuo / interrupto: el rasgo continuo se caracteriza por no
presentar interrupción en la salida del aire fonador, frente al rasgo interrupto al que
corresponde un momento breve de silencio, ocasionado, articulatoriamente, por un
breve cierre o vibración en la cavidad bucal. Las oclusivas, africadas y vibrantes son
“interruptas”; las fricativas, nasales, laterales y glides son “continuas o no interruptas”.
VIII. Estridente / mate: afectan, estos rasgos, sólo a las consonantes. El
rasgo estridente, articulatoriamente, presenta una barrera u obstáculo suplementario a la
salida del aire fonador, no presente en el rasgo mate. Acústicamente, en el primero
encontramos ondas sonoras totalmente irregulares y turbulencias, mientras que en el
segundo encontramos la energía distribuida con mayor regularidad.
IX. Bloqueado / no bloqueado: los sonidos que poseen el rasgo
bloqueado se caracteriza por una proporción elevada de la descarga de energía en un
intervalo de tiempo reducido. Articulatoriamente, este rasgo se produce por medio de
una oclusión rápida y momentánea de la glotis.
Pasemos a revisar, ahora, los rasgos intrínsecos de tonalidad.
I. Grave / agudo: el rasgo grabe se caracteriza acústicamente, por la
energía concentrada a bajas frecuencias, mientras que en el agudo encontramos energía
en las zonas medias y altas del espectro. Articulatoriamente, presenta un resonador
amplio e indiviso, propio de segmentos periféricos.
Ya que surgieron grandes polémicas sobre la dicotomía grave / agudo,
Jakobson propuso la subdivisión de esta pareja en dos grupos, en las lenguas que
tuvieran tres fonemas consonánticos nasales: / m /, / n /, / n /. De este modo surgen los
grupos grave / no grave, agudo / no agudo.
II. Bemolizado / no bemolizado: acústicamente, este rasgo se hace
patente en el monograma por el descenso de la línea de frecuencias de algunos o de
todos los formantes del espectro. Desde el punto de vista articulatorio, los sonidos
bemolizados se oponen a los no bemolizados por una reducción del orificio anterior o
posterior del resonador bucal, y por una velarización concomitante que lo dilata.
III. Sostenido / no sostenido: los fonemas sostenidos presentan una
elevación del segundo formante, o por un refuerzo de alguno de los componentes de alta
frecuencia. Articulatoriamente, se produce este rasgo a causa de una dilatación del
orificio posterior del resonador bucal (la laringe) y por un movimiento concomitante de
la lengua hacia el paladar.
Clasificación acústica de los fonemas españoles
i e a o u p b t d k g f q s j x tj m n m l l r r
Vocálico / no vocálico
Consonántico / no cons.
Denso / difuso
Tenso / flojo
Sordo / sonoro
Nasal / oral
Continuo / interrupto
Estridente / mate
Grave / agudo
+ + + + + - - - - - - - - - - - - - - - + + + +
- - - - - + + + + + + + + + + + + + + + + + + +
- + + + - - - - - + + - - - + + + - - + - + - -
- +
- + - + - + - - - + - - + + + + + + +
- - - - - - - - - - - - + + + - - - -
- ± - ± - ± - - - ± - + - - - - - + -
- - - - - - - - + - - +
- - - + + + + - - + + + - - - + - + - - - - - -
Rasgos de Jakobson & Halle (Tomado de De Cárdenas y Marrero 1999)
Agrupación de fonemas consonánticos españoles, correspondientes a la
variedad venezolana, en parejas opuestas por un sólo rasgo distintivo8:
Sonoridad: Continuidad:
/ p / - / b / / s / - / t /
/ t / - / d / / s / - / t /
/ k / - / g / / l / - / r / / p / - / d / / r / - / r /
Nasalidad: Densidad:
/ m / - [ b ] / p / - / k /
/ m / - / j / / m / - / m /
Gravedad: Estridencia:
/ m / - / n / / f / - / s / / j / - / t /
/ p / - / t / / l / - / m /
/ b / - / d /
/ g / - / j /
La teoría de los rasgos distintivos binarios de Jakobson se ha visto rodeada
por una gran cantidad de críticas. Pero, como ha señalado Quilis: “seguramente, con el
tiempo se materializará la doctrina jakobsoniana, pero en nuestra opinión, y en la de la
mayoría de los lingüistas, el binarismo y con él la concepción del rasgo distintivo es el
acontecimiento más importante en fonología desde la aparición de los Grundzüge de
Trubetzkoy” (1981:113).
8 . No se incluyen aquí las vocales, pues no se estudiarán en este trabajo por ser mucho más fáciles de identificar que las consonantes. Incluimos fonemas líquidos a pesar de que fonológicamente se consideran + vocálicos (también + consonánticos) y se opongan en no sólo un rasgo distintivo con otros fonemas, pero sí crean cambios de significación en algunas posiciones.
2.1.- La redundancia
En la teoría de la comunicación, la redundancia se define como “la
diferencia entre la capacidad teórica de cualquier código y la media de información
transmitida” (Quilis, 1981:33-34).
En una situación comunicativa, el sistema transmite una cantidad de
información variable. La información transmitida por un signo disminuye conforme
aumente su probabilidad de ocurrencia: cuanto más probable sea una unidad, menor será
la información que transmita ( de Cárdenas y Marrero, 1999:16). Tomemos como
ejemplo el proporcionado por Quilis al respecto:
“ (...) en español la aparición de la preposición a en una secuencia como voy… comer, etc., es totalmente predecible; como no está en oposición paradigmática en ese contexto con otra unidad, su probabilidad es 1, y su cantidad de información, 0; si se omitiese, no se perdería ninguna información: es totalmente redundante” (1981:29).
Fonológicamente, los rasgos redundantes ocupan un lugar importante en la
forma acústica (sonora) del habla y sirven para apoyar y realzar los rasgos distintivos,
pero deben, al mismo tiempo, ser diferenciables de estos. Jakobson señala que el papel
auxiliar de la redundancia es el de proporcionar información complementaria acerca de
la identidad de rasgos distintivos contiguos que son o bien adyacentes en la secuencia o
concurrentes con los rasgos redundantes (Jakobson, 1987:45).
Obediente (1998:34) ilustra un claro caso de redundancia para el español:
“aunque / t /, fonéticamente, es [+ anterior] y [+ coronal] (rasgos distintivos articulatorios), y / k / es [- anterior] y [- coronal], el rasgo [+ anterior] es redundante para la definición de / t / español, y el rasgo [- coronal] lo es para / k /. En efecto, dado que las dentales son las únicas oclusivas
[+ coronales], una oclusiva que sea [+ coronal], debe ser también [+ anterior]; y como las velares son las únicas oclusivas [- anteriores], si una oclusiva es [- anterior] también es [- coronal]”.
En español algunos rasgos distintivos son redundantes; por ejemplo, los
rasgos tenso y flojo son totalmente redundantes ya que coinciden con el rasgo sordo y
con el sonoro, respectivamente.
2.2.- Pares mínimos
“La redundancia disminuye en proporción directa al número de
alternativas” (de Cárdenas y Marrero, 1999:18).
Son, pues, los pares mínimos, conjunto de palabras que sólo difieren en un
fonema, las alternativas en este caso. El fonema en el que difieren, por tanto, adquiere
un alto valor de significación y presenta, al mismo tiempo, escasa redundancia. Un
subtipo especial de pares mínimos es el que aparece en los Test de Rasgos Distintivos:
pares mínimos de palabras que sólo difieren en un fonema, en uno de los rasgos
distintivos que lo constituyen. Señalan de Cárdenas y Marrero (1999:18) que sí el
fonema no se percibe claramente, resulta muy difícil identificar el mensaje, lo cual los
dota de un alto valor informativo, y escasa redundancia.
2.2.1.- El Test de Rasgos Distintivos (T. R. D.)
Los primeros test que evaluaron segmentos constitutivos de las palabras
(los fonemas) fueron llamados “test de rimas”9. La metodología de estos test ha servido
para medir la inteligibilidad de los fonemas en numerosas lenguas, bajo diferentes
9 . Traducción literal del Rhyme Test, creados por Fairbanks en 1958.
condiciones de transmisión10. Verdadero precedente fue el trabajo que realizó Voiers
(1983)11, donde se descendió al nivel del rasgo distintivo. Este estudioso, al intentar
evaluar la inteligibilidad de un sistema de comunicación controlando la influencia del
contexto, propuso un test estructurado en respuestas de elección dobles cuyas dos
opciones sólo difieren en un rasgo distintivo.
El T. R. D. es una prueba experimental que, mediante una estricta
selección del material, proporciona una estimación cuantitativa sobre la capacidad de
discriminación de un sujeto, así como una información cuantitativa referente a fonemas,
rasgos distintivos y bandas de frecuencia afectadas. El T. R. D. que realizamos para
nuestra investigación va, a través de los resultados que arrojará gracias a las respuestas
de los oyentes del corpus, a medir la pérdida perceptiva de los rasgos distintivos y de
fonemas en los pacientes de nuestro corpus.
La finalidad de este test es la de controlar al máximo los factores de
respuesta – estímulo (palabra) hasta reducirlos a una única variable, el elemento más
pequeño del sistema lingüístico, constituyente del fonema: el rasgo distintivo.
Esta es la razón, según de Cárdenas y Marrero, por la que se utilizan, para
la prueba, pares mínimos de palabras que, como dijimos, difieren en un fonema y que
estos difieren, a su vez, en uno de los rasgos distintivos que los constituyen: grave /
agudo, por ejemplo.
10 . Para más detalles véase Cuaderno de logoaudiometría, 1999:80. Los T. R. D. que se proponen allí son utilizados con fines de discriminación logoaudiométrica, para la elaboración de análisis clínicos a pacientes con dificultades de discriminación auditiva. 11 . Diagnostic Rhyme Test.
2.2.1.1.- Composición de las listas
Estos test deben estar fónicamente balanceados; esto es, que los fonemas
tengan la misma frecuencia de aparición; deben estar acorde con la frecuencia del
fonema en la lengua, el que aparece menos debe tener la misma frecuencia que el que
aparece más; y en mayor frecuencia los que sean objeto de investigación. Además,
deben tener un valor significativo dentro de la palabra. Por otra parte, debe haber un
control estricto de la redundancia: “todas las palabras deben tener al menos un par
mínimo del que difieran en un fonema y solo un rasgo distintivo, y cuya frecuencia de
aparición es similar” (De Cárdenas y Marrero, 1999:83).
Para lograr todo lo dicho, y según de Cárdena y Marrero, hay que: 1)
agrupar los fonemas en parejas opuestas por un solo rasgo distintivo12; 2) controlar los
rasgos secundarios (todos aquellos rasgos distintivos comunes a ambos elementos de la
pareja, pero diferentes de los que caracterizan a otras parejas del mismo grupo); el
contexto (pues existen oposiciones en las que los fonemas que nos interesan aparecen en
posición interior de la palabra, por ejemplo el par / r / - / r /); y la frecuencia (esto es, que
las palabras que aparezcan en las listas sean frecuentes en el habla, por tanto conocidas
y utilizadas).
2.2.1.2.- Presentación
El T. R. D. puede presentarse en dos modalidades:
i. Presentación abierta: esta modalidad es la tradicional en las
listas de discriminación, donde se le pide al oyente repetir las
palabras que oirá. 12 . Como lo hicimos en el parágrafo referente a los rasgos distintivos.
ii. Presentación cerrada: esta modalidad se limita, de antemano, a
dos respuestas posibles; para ello se muestra al oyentes una
plantilla de respuestas. Como lo es nuestro caso. En esta
plantilla encontramos pares mínimos de los cuales sólo uno será
escuchado y luego marcado con una X por los oyentes (Ver T.
R. D. en anexos).
La información que ofrece el Test de Rasgos Distintivos es muy valiosa: a
nivel de la palabra se obtiene la discriminación máxima basada en comparación de % de
respuestas correctas / erradas con los patrones correspondientes; a nivel del fonema se
da una valoración de la percepción de un sólo fonema en cada palabra, ya que éste se
usa como “elemento de medida de audición” (de Cárdenas y Marrero, 1999:90).
2.2.2.- El Test de Pares Mínimos (T. P. M.)
Al igual que en el T. R. D., en los test de pares mínimos, conseguiremos
conjuntos de palabras pareadas por oposición, dúos que sólo se oponen por un fonema,
por uno de los rasgos distintivos constituyentes del fonema.
Ahora bien, el T. P. M. que presentamos en esta investigación está
constituido por una lista de 78 palabras con las características antes señaladas. Dicho
test fue leído por cinco pacientes de ortodoncia con y sin aparatos dentales
ortodónticos.
2.2.2.1 Longitud de las palabras
Las palabras en español son “relativamente largas”, factor éste, entre otros,
que hacen que nuestro idioma sea redundante: la lengua permite que el mensaje sea
entendido, a pesar de que no todos los sonidos sean percibidos. Es este el problema a la
hora de elaborar las listas de los T. P. M.
El Cuaderno de logoaudiometría (1998), propone como solución que las
palabras que compongan las listas del Test de Pares Mínimos deben reflejar las
características fónicas (y distintivas) de nuestro idioma; necesariamente, deben ser
bisílabas, ya que éste es el patrón más frecuente en nuestra lengua; además, de ser
palabras con una frecuencia de uso bastante alto, pues, a la hora de estudiar la
información que éste proporciona a través del T. R. D., es esto necesario13.
Los T. P. M. son, como decíamos anteriormente, necesarios para la
elaboración y aplicación de los T. R. D.; pues los primeros, los cuales han sido
leídos y grabados por los pacientes de nuestro corpus, deben ser escuchados para
responder satisfactoriamente la planilla de respuestas que se le presenta a los oyentes
de los últimos.
13 . Las palabras que conforman nuestro T. P. M. son bisílabas, con alta frecuencia y escasa redundancia. Para llegar a ello se tomaron en cuenta las oposiciones, pertinentes al español venezolano, ya planteadas en el punto referente a los rasgos distintivos.
Capítulo II
Definición y clasificación articulatoria
de los fonemas del español
venezolano
1.- Fonética articulatoria
Los sonidos de una lengua desde el punto de vista fisiológico son
estudiados por la fonética articulatoria. Es ella quien describe qué órganos orales
intervienen en su producción, en qué posición se encuentran y cómo esas posiciones
varían los distintos caminos que puede seguir el aire fonador cuando sale por la boca,
nariz o garganta, para que se produzcan sonidos diferentes.
Una de las funciones de esta rama de la fonética es la de determinar la
forma y volumen de los resonadores que se forman en la cavidades laríngea y las
supraglóticas, en la realización de las diferentes articulaciones.
Desde el punto de vista fisiológico, el hombre dispone de un conjunto de
órganos, que cumplen, ante todo, funciones biofisiológicas, y que ha adaptado para
hablar; todos estos órganos en conjunto forman lo que se conoce como aparato fonador.
Este es, usualmente, dividido en tres cavidades: cavidades infraglóticas,
cavidad laringea y cavidades suproglóticas. Las primeras están conformadas por la
musculatura torácica y abdominal, los pulmones, el diafragma y la traquea, y su función
es proporcionar el aire necesario para la producción de los sonidos lingüísticos. La
segunda cavidad está situada sobre la traquea y es donde se encuentran las cuerdas
vocales, éstas vibran cuando el aire pasa por sacudidas entre sus bordes.
Las cavidades supraglóticas están constituidas por órganos móviles (labios,
mandíbulas, lengua) y fijos (faringe, paladar blando y duro, alvéolos, dientes que
forman la cavidad bucal, y las fosas nasales que forman la cavidad nasal). Son estos
órganos los que intervienen en la articulación de los sonidos, son los que le dan el
timbre definitivo a la corriente de aire que viene de la laringe producidas por las
cavidades infraglóticas.
Aparato fonador
(Tomado de Obediente, 1998: 88)
Las cavidades del aparato fonador le dan dos características importantes,
desde el punto de vista articulatorio, a los sonidos lingüísticos: el modo y el lugar de
articulación.
1.1.- Modo de articulación
Esta característica se determina por la manera cómo la corriente de aire
atraviesa el tracto bucal. Así las cosas, las consonantes se clasifican, por su modo, de la
siguiente manera:
• Oclusivas: estas consonantes presentan una interrupción instantánea y
completa del paso del aire en algún punto de la cavidad bucal, se produce
un silencio momentáneo y luego una explosión debido a que el
movimiento de soltura libera bruscamente el aire acumulado. En el español
tenemos tres clases de oclusivas: bilabiales (donde su unen los labios uno
contra el otro) [ p ] y [ b ]; dentales (se realiza un cierre completo entre los
dientes y el ápice de la lengua) [ t ] y [ d ]; y velares ( producidas por un
cierre que se produce entre el dorso de la lengua se pegue al velo del
paladar) [ k ] y [ g ].
• Fricativas: son las consonantes en las que el aire sale de la cavidad bucal
por un paso estrecho sin interrupción, produciendo un sonido de fricción.
Son fricativas en nuestro idioma las labiodentales (en este caso, los
incisivos superiores se superponen sobre el labio inferior produciendo un
estrechamiento dejando libre la salida del aire) [ f ]; alveolares (el ápice de
la lengua está formando un estrecho con los alvéolos dejando que el aire
salga por un espacio reducido) [ s ]; palatales ( donde el dorso de la lengua
sube hasta el paladar creando un lugar estrecho por donde sale el aire) [ j ];
y glotales (la glotis permanece poco abierta produciendo el aire un roce
contra las cuerdas vocales), también llamadas aspiradas [ h ].
• Africadas: En ellas se produce una leve interrupción al paso del aire
primero, y luego el paso se deja libre; combinan una oclusión con una
constricción de manera simultanea, no sucesiva. Dentro de esta categoría
encontramos, para el español, la palatal (el pre dorso de la lengua forma un
cierre con el paladar, el cual se deshace gradualmente hasta que se crea un
espacio reducido por donde sale el aire con fricción) [ tz ].
• Nasales: Estas consonantes presentan un cierre interrumpido de la cavidad
bucal, a la vez que se produce el descenso del velo del paladar dejando
que el aire salga por la cavidad nasal, a través de las fosas nasales. Según
el punto donde se produce el cierre tenemos consonantes nasales: bilabial [
m ]; alveolar [ n ]; palatal [ m ], todas sonoras.
• Líquidas: según la manera de cambiar la oclusión y la abertura se
clasifican en:
Laterales: combinan una oclusión y una abertura simultáneamente,
produciendo un contacto con la lengua pero dejando pasar
libremente el aire a uno y otro lado del tracto bucal. Así, tenemos la
alveolar (el ápice de la lengua hace contacto con los alvéolos, el
dorso de la lengua se contrae y el aire sale bordeando su cuerpo)
[l].
Vibrantes: combinan la oclusión y la abertura, al contrario de las
anteriores, de manera sucesiva. En español tenemos dos tipos de
líquidas vibrantes: simple (la punta de la lengua se eleva hacia los
alvéolos donde contacta una sola vez, dicho contacto es breve y
rápido) [ r ]; y la vibrante múltiple ( donde los contactos del ápice
de la lengua con los alvéolos suelen ser 3 o más, sucesivos, breves
y rápidos) [ r ].
1.2.- Lugar de articulación
Se determina por la disposición de los órganos móviles en las
cavidades supraglóticas y laríngea y cómo éstas impiden o dejan libre el paso del aire.
Esto es, el lugar donde se produce cada sonido, que es la región donde el canal se ve
más estrecho. Los lugares de �nterdental� para las consonantes corresponden a las
divisiones anatómicas del tracto. Para el español tendremos entonces: �nterden,
�nterdental, �nterdental, dental, alveolar, palatal, velar y glotal.
(Tomado de Obediente, 1998:102)
(Tomado de Obediente, 1998:93)
2.- Sistema consonántico del español venezolano
Es por el modo y el lugar de articulación, además de la frecuencia
(acústica) y la acción de las cuerdas vocales, que se define y clasifica el sistema
consonántico de una lengua dada, en nuestro caso el español, y específicamente su
variedad venezolana. Dicha variedad reconoce un sistema consonántico de fonemas que
se pueden ordenar según sus propiedades en el siguiente cuadro.
Bilabial Labiodental Dental
Alveolar Palatal Velar Glotal
Oclusivos p b t d k g Fricativos f s j h Africados tz Nasales m n n Laterales l Vibrantes S. r Vibrantes M. r
Fonemas consonánticos del español venezolano
También, los fonemas consonánticos pueden clasificarse y definirse:
Por su frecuencia en Por la acción de las cuerdas vocales en
agudas sonoras
graves sordas
Capítulo III
La ortodoncia y los aparatos
dentales ortodónticos
Es importante tener conocimientos mínimos de lo que es la ortodoncia,
para conocer el alcance real que se tiene y consigue con ella. La idea de que la
ortodoncia sirve para colocar los dientes más alineados y bellos, queda en estos días
bastante incompleta, ya que es sólo una de las ventajas que se consigue con un buen
tratamiento de ortodoncia, pues la fonación, deglución y masticación se ven
beneficiados; además, se dan una serie de cambios psíquicos, como por ejemplo, una
mejor aceptación de la apariencia física del paciente, mejor autoestima y conducta de la
persona.
• Breve historia
Las anomalías de posición de los dientes y las alteraciones de la oclusión
se han observado desde la época del Hombre de Neardenthal, pero de acuerdo a las
investigaciones históricas y antropológicas se encuentran las primeras referencias de las
anomalías en la época de Hipócrates.
Pero, no es nuestro objeto hacer una reseña histórica completa de la
ortodoncia desde sus comienzos hasta la fecha, sino que resaltaremos algunas de sus
grandes etapas.
El primer método que se registra en la historia es el de Celso, famoso
escritor romano quien ya preconizaba la extracción de los temporarios morosos cuando
los permanentes evolucionaban desviados. Cayo Plinio II es el primero que propone el
tratamiento mecánico para corregir las irregularidades por medio de limado y
extracciones. Durante la Edad Media, la Odontología progresó lentamente hasta el siglo
XVI. Aparecen trabajos de Hemmard, Paré y Purrman (Graber, 1974).
Los más grandes progresos se vieron entre 1728 y 1800 en Francia. La
Ortodoncia le debe mucho a Francia, su país de origen y donde se desarrolló con mayor
eficacia. A partir de esta fecha el panorama para ésta rama de la odontología cambia
fundamentalmente por cuanto aparece el hombre que sin lugar a dudas marca un nuevo
rumbo en el desarrollo y evolución científica de la ortodoncia: Edward Hartley Angle.
En 1987 publica su primer libro Maloclution of the teeth. Establece la clasificación de
las anomalías más simple y fácil de aplicar que supera a todas las existentes, y todavía
es hoy mundialmente utilizada. Por otra parte, impuso una aparatología propia: primero
el aparato de perno y tubo, luego el arco cinta y posteriormente el arco de canto, con
bandas, brackets individuales, conocidas y utilizadas en todo el mundo.
En 1900, Angle dio un curso de ortodoncia que duró semanas y admitió
seis odontólogos que se comprometieron al ejercicio y estudio exclusivo de ella. Ese
mismo año, Case preconiza la armonía dentofacial, la relación de las arcadas con la cara
y sustenta la extracción de los primeros premolares con el fin de buscar dicha armonía
dentofacial.
G. Ainsluorth, en 1904, presenta en un trabajo aparatos de corrección que
le ha dado resultados exitosos. El más conocido es el expansor con bandas de anclaje en
premolares y con alambres soldados en su parte lingual que contornean los dientes a
mover.
Posteriormente a todos estos autores, hay nombres que por sus libros y
detalles de perfeccionamiento técnico, de investigación, etc., imposibles de nombrar a
todos, han dado, hasta la actualidad, perfeccionamiento y orientación en esta ciencia, de
la cual todavía mucho tenemos que aprender14
14 . Para más información véase Guardo, A.; Guardo C., 1981.
1.- La ortodoncia
La Ortodoncia (palabra que proviene de los vocablos griegos orthos:
enderezar, corregir; y dons: dientes) se puede definir como la rama de la Odontología
que tiene por objeto el estudio, prevención y corrección de anomalías de posición de los
dientes y alteraciones de la oclusión15 de los maxilares, de problemas de mordida, así
como también de guiar la erupción de los dientes y, por ende, de la armonía
dentomaxilofacial; con el fin de restablecer la oclusión y funciones básicas normales
que conducirán al equilibrio de las proporciones y a la estética facial.
El campo general de la Ortodoncia (según Graber:1974) se puede dividir
en preventiva, interceptiva y correctiva.
• Ortodoncia preventiva: aquella que ejerce una acción para evitar
anticipadamente un daño o perjuicios, para conservar la integridad de lo que
parece ser una oclusión normal en determinado momento. Bajo este encabezado
están aquellos procedimientos que intentan evitar los ataques indeseables del
medio ambiente o cualquier cosa que pudiera cambiar el curso normal de los
acontecimientos.
• Ortodoncia interceptiva: indica que existe una situación anormal. Es aquella
fase de la ciencia y arte de la ortodoncia empleada para reconocer y eliminar
irregularidades en potencia y malposiciones del complejo dentofacial: hábitos
orales como succión digital y labial, empuje lingual, etc.
• Ortodoncia correctiva: como la interceptiva, reconoce la existencia de una
maloclusión y la necesidad de emplear ciertos procedimientos técnicos para
reducir o eliminar el problema y sus secuelas; para conseguir su fin primordial:
el restablecimiento de la oclusión normal, el equilibrio armónico de la cara y
relación labio–dentaria. Dichos procedimientos son, generalmente, mecánicos y
de mayor alcance que las técnicas utilizadas en la ortodoncia interceptiva.
15 . La oclusión es la relación dinámica del maxilar inferior con el superior, con mayor número de puntos de contacto dentario y de presión molar.
Los doctores Antonio y Carlos Guardo (1981), agregan a esta división la
• Ortodoncia contentiva: está destinada a mantener y asegurar las correcciones
ejecutadas por el tratamiento correctivo y durará hasta tanto se restablezca el
fisiologísmo y consolidación ósea normal evitando que se produzcan las
recidivas.
1.1.- Problemas ortodónticos
Hay dos grandes grupos de problemas ortodóncicos:
i. Problemas dentarios: aquellos que se originan por una mala posición de
las piezas dentarias, sin estar alterada la ubicación y las relaciones de los
huesos maxilares. En ellos la ortodoncia es sumamente eficaz y
constituyen el 70% de los casos.
ii. Problemas esqueléticos: aquellos que se producen por una alteración en
el crecimiento y desarrollo de los maxilares, los que no se ubican
adecuadamente en relación al cráneo. Alguno de los maxilares podría
encontrarse hacia adelante o hacia atrás de su posición normal, ya sea
individualmente o en conjunto, modificándose notoriamente el perfil y la
armonía facial de la persona. La relación entre ambos maxilares estará
alterada, lo que originará una mala correspondencia entre las piezas
dentarias superiores e inferiores. En estos casos será más efectivo
realizar un tratamiento a temprana edad, para aprovechar y / o controlar
en lo posible las fuerzas del crecimiento y desarrollo.
Los dientes en mala posición y las anomalías maxilares no sólo
afectan la apariencia física de las personas, sino que además pueden generar:
• Masticación deficiente. • Modificaciones en la armonía facial. • Trastornos que predispongan a una respiración inadecuada. • Dificultad para pronunciar algunas sonidos y palabras. • Alteraciones en los músculos de la cara y en las articulaciones de la mandíbula. • Mayor predisposición a la caries dental y a la enfermedad periodontal. • Afecciones en la personalidad, autoestima y conducta de la persona. • Riesgo de sufrir mayor daño en los dientes anteriores, frente a un golpe o caída.
2.- La fonación. Efectos de los defectos dentales en el habla.
Muchos animales se comunican entre sí de muchas formas, unos lo hacen
por señales químicas o eléctricas, otros emiten sonidos peculiares. Los humanos son los
únicos seres que tienden a comunicarse a través del lenguaje.
Las áreas cerebrales del lenguaje se encuentran en los dos hemisferios con
predominio del izquierdo. Sin embargo, para hablar, leer, escribir y comprender el
lenguaje, estas áreas deben estar conectadas con las auditivas y visuales, así mismo, con
los sistemas motores, que controlan los maxilares, el paladar blando, la lengua, los
labios, mejillas, laringe y faringe.
Al igual que en la deglución, en el mecanismo del habla intervienen los
mismos elementos anatómicos, de los que ya hablamos, pero con la variante de que en
la primera los movimientos son dirigidos hacia el interior del organismo y en el habla,
la energía se dirige hacia el exterior.
En la cavidad bucal se articulan y modifican los elementos fundamentales
de las palabras que son las vocales y consonantes (fonemas, pues); actúa también como
cavidad de resonancia, conjuntamente con las fosas nasales y la faringe. Algunas veces,
dicha cavidad puede presentar algunas anomalías esqueletales, alteraciones
maxilodentarias, lo que hace que se produzcan trastornos del lenguaje, alteraciones
fonéticas. Específicamente, los defectos dentales y mandibulares causan serios
problemas en la pronunciación de algunas palabras. Los defectos más comunes son:
Mordida abierta: es un efecto que sí es severo puede ocasionar serios
trastornos del lenguaje. Los dientes superiores no tocan a los inferiores, por lo tanto los
fonemas / f / y / b / en su realización fricativa [ β ], serán defectuosos. Los fonemas / p /,
/ b / y / m / son difíciles de pronunciar correctamente si el paciente presenta
hipotonieidad labial, ya que los labios no pueden ponerse en contacto. Difícilmente
podrá pronunciarse el / s / correctamente, pues es muy grande la cantidad de aire
escapando entre el paladar y la punta de la lengua.
Mandíbula retruida en clase II o clase II mandibular: los fonemas, sobre
todo / p /, / b /, / m /, / s / y todos los sonidos, están influenciados por la incorrecta
posición de los labios, incisivos y la lengua.
Prognatismo o proyección de la mandíbula: debido a que los dientes
superiores no pueden tocar los labios inferiores, se ve afectado el fonema / f /.
Protrusión de los incisivos superiores y overbite aumentado o sobresalte
horizontal aumentado: ya que los incisivos superiores reposan sobre el labio inferior,
todos los sonidos se ven afectados.
Ausencia parcial o total de los molares superiores permanentes sin
pérdida de espacio: el aire de los sonidos se escapa lateralmente sobre todo en el
fonema líquido / l /, este sonido suena defectuoso.
Hendidura velo palatina: las cavidades de resonancia se encuentran
modificadas originando una asinergía muscular que produce una voz sin las cualidades
de intensidad, tono, timbre y de poca duración. La voz de estos pacientes con
insuficiencia velofaríngea, se produce por una espiración fuerte, con tensión reforzada
de las cuerdas vocales, dando lugar a una resonancia primitiva ya que el velo queda
descendido y al no producir el cierre de las fosas nasales, el aire escapa por este espacio
y se produce un timbre nasal. Estos pacientes una vez operados del defecto de la
estructura anatómica, tienen que realizar ejercicios de fonación para activar la
musculatura del velo.
3.- Los aparatos dentales ortodónticos
“La presión sobre un diente causa ciertos cambios en las estructuras de soporte. Si la presión es de intensidad y duración adecuadas y si no existen fuerzas ambientales o funcionales restrictivas,
el diente o los dientes se moverán”. T. M. Graber
Se denomina aparato dental ortodóntico a todo mecanismo, fijo o
removible, que generando una fuerza pueda, por su aplicación, desplazar las piezas
dentarias o todo un maxilar en maloclusión (Guardo, A.; Guardo, C., 1981:369).
Muchos de los primeros aparatos eran de tipo removible. Los primeros
aparatos fijos fueron, generalmente, bandas metálicas toscas ligadas a los dientes con
alambre de bronce o plata.
Kingsley, Angle, Case y otros (Graber, 1974), pronto comprendieron que
para realizar movimientos dentarios adecuados era necesario idear alguna forma de
controlar los dientes individualmente, sin tener que extraer ninguna pieza, ni la
necesidad de mover toda la arcada dentaria. Esto los condujo al perfeccionamiento de
los aparatos removibles y a la creación de aditamentos soldados sobre coronas
modificadas o bandas metálicas fijas. Los primeros aditamentos eran sólo espoleares
que servían para sostener un alambre. El típico aparato fijo estaba formado por dos
bandas “ancla” colocadas en los molares o coronas modificadas, con tubos largos o
cubiertas colocadas sobre la superficie vestibular, paralelas al plano oclusal y un arco
labial de alambre pesado que seguía al contorno de la arcada dentaria superior o
inferior16.
Hoy día, son muchos los aparatos que se conocen y utilizan. Los progresos
de la ortodoncia y sus grandes maestros han creado diverso número de ellos y técnicas.
Pero, no es nuestro objeto revisarlos aquí.
3.1.- Condiciones generales que deben reunir los aparatos dentales
Los doctores Guardo (1981:387) aseguran que, con el fin de corregir las
anomalías dentomaxilares, los aparatos deben reunir una serie de condiciones:
anatómicas, fisiológicas, mecánicas e higiénicas.
• Condiciones anatómicas y fisiológicas
Los aparatos deben respetar la anatomía y no impedir sino facilitar las
modificaciones normales del crecimiento. Debe ser efectivo de acuerdo al tipo de
anomalía existente, ya dentaria o maxilar. Deben conservar el fisiologísmo dentario, sus
movimientos naturales y actuar restableciendo la posición fisiológica en los desviados.
No deben provocar dolor, ni por construcción deficiente o mala adaptación,
ni por su función; no deben perturbar la erupción ni el crecimiento vertical de los dientes,
ni impedir la relación oclusal de ambas arcadas; no deben perturbar las funciones
masticatorias, fónica17, respiratoria.
Cuanto más voluminosos y complejos sean los aparatos más tardará el
paciente en acostumbrarse y más dificultades tendrá en la masticación y en la fonación.
16 . Para obtener más detalles sobre la creación y evolución de los aparatos dentales puede consultar a Graber 1974:497 17 . Es esta perturbación la que estudiamos en este trabajo.
• Condiciones mecánicas e higiénicas
Los aparatos deben ser de construcción sencilla y adecuada; deben ser
confeccionados en materiales que no afecten los tejidos duros y blandos o que sufran
alteraciones químicas por la acción salival. Pese a su delicadeza, deben ser resistentes
para soportar los traumas masticatorios, los movimientos linguales y la acción de los
dedos por molestias ocasionadas.
Deben ser higiénicos, esto es, no impedir la higiene natural y artificial de la
boca, y esto estará directamente vinculado, a su sencillez y extensión. El aparato debe
ser de fácil remoción de la boca para su ajuste o limpieza.
3.2.- Tipos de aparatos dentales ortodónticos
Una de las áreas de la ortodoncia es la Terapéutica Mecánica, a la que le
corresponde la confección y aplicación de dispositivos y aparatos.
La ortodoncia correctiva reconoce la existencia de las maloclusiones o
anomalías; y por la necesidad de emplear procedimientos y técnicas para reducir o
eliminar el problema, propone diversos tipos de aparatos; de entre tantos nuestro estudio
analiza hablantes con aparatos fijos y removibles.
3.2.1.- Aparatos removibles
Existe gran variedad de ellos, pero no podemos revisar cada uno, pues no
es nuestro objeto; más adelante veremos, detenidamente, sólo aquellos aparatos que
usan los hablantes de nuestro estudio, sus funciones y materiales. Demos, entonces, un
vistazo general a este tipo de aparatos.
La utilización y evolución de diversos tipos de aparatos removibles ha
coincidido con el perfeccionamiento de los aparatos fijos. La mayor parte de los
aparatos removibles constituyen modificaciones de la placa de Coffin y generalmente el
principio que rige su utilización es similar al de los aparatos fijos en un momento dado
(Graber, 1974:511-512).
Estos aparatos son menos caros, pueden ser construidos por un técnico
sobre moldes de yeso, exigen menos ajustes y permiten al dentista recibir a más
pacientes en su consultorio18. Son estos, si se quiere, motivos socioeconómicos
importantes, aunque no deberían ser utilizados para justificar un tratamiento inadecuado
e ineficaz.
Los aparatos removibles pueden ser divididos en dos grandes grupos:
i. Aparatos que realizan movimientos de los dientes mediante ajustes
a muelles o aditamentos dentro del aparato (placas activas).
ii. Aparatos que estimulan la actividad muscular refleja, que a su vez
produce el movimiento dentario deseado, utilizando fuerzas
naturales e involuntarias como la presión muscular, tensión de los
tejidos (placas pasivas) (Graber, 1974:513).
Las ventajas que traen los aparatos removibles son obvias. Como
señalábamos anteriormente, el dentista puede atender a un número mayor de pacientes
con estos aparatos que con unos fijos. El aparato utiliza el paladar o el hueso alveolar
inferior para obtener anclaje. La actividad muscular del propio paciente se emplea para
producir un movimiento dentario más fisiológico. Este tipo de aparato crea menos
problemas estéticos que los fijos. Es más higiénico, pues puede removerse de la boca y
ser limpiado, hay menos problemas con las caries.
18 . Aunque si se quiere prestar el mayor servicio posible a cada paciente, deberán utilizarse los aparatos fijos. En muchos casos, lo ideal es una combinación de aparatos fijos y removibles.
Su mayor desventaja es la dependencia casi total de la cooperación del
paciente. Estos aparatos, con algunas excepciones, son toscos, dificultan la masticación,
la fonación, etc. No son satisfactorios a la hora de hacer movimientos dentarios
individuales. El tiempo que deberán llevarse los aparatos removibles es generalmente
mayor que el necesario para los aparatos fijos. La cooperación del paciente se reduce
paulatinamente y las oportunidades de daño o pérdida de los aparatos aumenta
significativamente. Por otra parte, los cambios y crecimiento de los tejidos reducen las
oportunidades de un buen ajuste del aparato. El logro del objetivo deseado es más difícil
con el aparato removible que con el fijo.
Aparato removible
3.2.2.- Aparatos fijos
Al igual que los removibles existen diferentes tipos, y revisaremos sólo la
función, estructura y materiales de aquellos que nuestros hablantes están utilizando.
Cuando existe falta congénita de uno o más dientes, o pérdida de un diente
debido a caries o a un accidente, casi siempre es preferible emplear aparatos
ortodónticos fijos, pues las demás piezas dentarias pueden tender a moverse hacia el
espacio vacío, los aparatos fijos permitirán, entonces, un control más preciso de la
dirección de los dientes y su inclinación axial. Los ajustes son más positivos; existe
menos dependencia de la cooperación del paciente. Debido a la ventaja de los aparatos
fijos sobre los removibles para ciertos tipos de problemas de ortodoncia limitada, su
empleo será descrito para ajustarse a condiciones circunscritas específicas.
Dentro de sus desventajas, encontramos que para los pacientes resulta un
tanto incómodo, pues en algunos casos hay maltrato del tejido de las mejillas y labios.
Estéticamente, algunos crean mucho más problemas que los aparatos removibles para el
pleno desenvolvimiento en público de los pacientes; sin embargo, existen aparatos
cosméticos que crean una buena apariencia estética. La limpieza de los dientes es
mucho más complicada debido a su estructura.
Básicamente, están constituidos por un bracket para arquear el alambre y
transmitir la fuerza de ajuste a los pacientes en forma adecuada, precisa y eficaz. Para
ayudar a los arcos de alambre se usan topes sobre el arco para ligar; las ligas o bandas
elásticas ayudan a que los aparatos muevan eficazmente a los dientes. Además de los
llamados soportes o brackets pueden emplearse espolones, botones u “ojales” giratorios.
Actualmente, ya las bandas metálicas son sólo usadas, en la mayoría de los
casos, en los primeros molares, utilizándose sólo brackets en los incisivos, caninos y
aun en los premolares, adheridos a los dientes empleando resinas epóxicas,
constituyendo, cosméticamente, un adelanto. Los aditamentos pegados con resinas
eliminan el procedimiento tedioso de ajuste de bandas y reducen en gran parte la
descalcificación y daño gingival, además de causar un mejor efecto estético.
Elementos básicos que constituyen los aparatos dentales ortodónticos fijos
1. Brackets o frenos 2. Bandas 3. Arco de alambre 4. Tubo de adhesión directa 5. Ganchos 6. Ligas 7. Elásticos
Ya que no podemos detenernos en la revisión de cada tipo de aparato,
quisiéramos, para crear un panorama mucho más amplio, presentar a continuación la
clasificación que hacen los Doctores Guardo al respecto:
Clasificación de los aparatos vestibular arcos adaptados lingual Sin bandas vestibulares de anclaje arcos a anclaje intramolar linguales las ligaduras continuas Fijos diastemas 1. arco liso vestibular dispositivos otros 2. arco de Lourie arco único 3. arco de Angle 4. arco de canto a tubo horizontal Con bandas Johnson de anclaje vestibular doble Atkinson Aparatos a tubo perno y tubo Ainworth vertical lingual vertical Mershon - Quintero - Monti a tubo pasivos unimaxilares activos mixtos placa intraorales Robbin Activador bimaxilares Anderssen Bimler Removibles sin placa Jakso Crozat extraorales
Capítulo IV
Aspecto experimental
1.- Antecedentes
Los problemas en el habla causados por la presencia de aparatos dentales
ortodónticos se han observado desde los comienzos de la Ortodoncia como ciencia.
Angle, Case, entre otros (Graber, 1974), los habían señalado, pero sin darle mucha
importancia, ya que para ellos, obviamente, lo más importante era, para ese
momento, conseguir una perfecta funcionalidad en los aparatos dentales para
provocar los efectos deseados: la corrección de las anomalías dentomaxilofaciales.
Todo buen ortodoncista está consciente de la influencia de los aparatos
dentales en el habla; muchos de ellos le recomiendan a sus pacientes ejercicios
continuos de lectura para mejorar la articulación de los sonidos lingüísticos en la
primera etapa del tratamiento. Sin embargo, son pocos los ortodoncistas que se han
encargado de estudiar el problema que nos ocupa.
Los lingüistas, simplemente, no le han prestado atención a los problemas
articulatorios en las personas con aparatos dentales ortodónticos.
De ahí que se nos haya hecho muy difícil el obtener referencias sobre el
tema que estudiamos. Descartando el área de la lingüística, área a la que
pertenecemos, encontramos pocos trabajos desarrollados en el campo de la
ortodoncia.
Varios estudios han enfocado los efectos de la cirugía ortognática, el
tamaño de los arcos alveolares, problemas de deglución y anomalías oclusales en el
habla. Sólo dos previos estudios se han detenido en determinar los efectos de los
retenedores maxilares en la articulación del habla.
Uno de ellos fue hecho por los doctores Cleavonne Strutton y Glenn
Burkland en 1993, titulado “The effect of maxillary retainers on the clarity of
speech”, publicado en la revista especializada Journal clinical of orthodontic (1993).
En él se estudia la claridad del habla en pacientes con varios tipos de aparatos
removibles superiores de material acrílico. Los pacientes leyeron un test
fonéticamente balanceado llamado “Rinbow Passage”, el cual fue escuchado por un
panel compuesto por ortodoncistas, audiólogos y especialistas en patologías del
habla. Los resultados nos sugieren que las coberturas acrílicas que cubren todo el
paladar hacen que la claridad del habla sea menor que con otro tipo de retenedores
que no cubren toda el área palatina. Al reducir dicha cobertura las limitaciones
articulatorias son menores, aumentando, por consiguiente, la claridad del habla, el
confort y reduciendo la sensación de gangueo (gaguin).
Por su parte, en 1996, el grupo de ortodoncistas encabezado por los
doctores Haydar Bülent y Karabulut Gülsün, de Ankara, Turquía, evaluaron la
habilidad articulatoria de 15 pacientes en el final del tratamiento ortodóntico y al
inicio de la utilización de aparatos removibles, en un artículo titulado “Effects of
retainers on the articulation of speech”, publicado en la revista American Journal of
Orthodontic (1996). Un test de articulación, basado en consonantes y vocales en
palabras monosílabas, fue usado para evaluar las distorsiones articulatorias en los
pacientes usando los aparatos removibles y retenedores mandibulares y maxilares. El
test se aplicó en tres fases: 1) el primer día con los aparatos; 2) 24 horas después y; 3)
una semana después. Estadísticamente se encontraron significativos desordenes
articulatorios en los sonidos / t / y / d / en el primer día con los retenedores
mandibulares y maxilares. También fueron notados desordenes importantes en el
sonido / k /. Estos desordenes decrecen en el curso del tiempo. Al séptimo día con los
retenedores los problemas desaparecen completamente o decrecen a un nivel que no
impide la claridad del habla.
2.- Planteamiento del Problema
Los aparatos dentales ortodónticos causan problemas en la producción del
habla, influyendo así, en la percepción de la misma. De ahí que resulte necesario
estudiar la influencia y / o interferencia que ejercen esos tratamientos en la producción
y percepción del habla, ya que dichos problemas conllevan, generalmente, una posible
incomprensión del lenguaje, debido a un desplazamiento entre el sonido lingüístico
producido y el percibido por el oyente.
Este estudio interdisciplinario pudiese contribuir, en el área de la
lingüística, con la identificación de los sonidos afectados por el uso de ciertos aparatos
dentales; así como, en el área odontológica, para futuras y posibles mejoras en la
utilización de materiales, modelos, elaboración y aplicación de los aparatos dentales.
2.1.- Hipótesis del Trabajo
Los aparatos dentales ortodónticos causan problemas en la
producción del habla, influyendo así, en la percepción de la misma.
2.2. Objetivos
i) Determinar, a través de análisis perceptivos, cuáles son los sonidos
afectados por los aparatos dentales.
ii) Establecer el / los puntos articulatorios donde la interferencia ejercida
por los aparatos dentales es mayor o menor.
iii) Establecer cuáles son los aparatos dentales ortodónticos cuya
interferencia e influencia, en la producción de los sonidos lingüístico es mayor o
menor.
3.- Metodología
3.1.- El Corpus
El corpus que utilizamos para estudiar la interferencia que ejercen los
tratamientos ortodónticos está conformado por grabaciones de habla controlada
realizadas a cinco (5) personas antes de someterse a un tratamiento ortodóntico. Además,
se realizó una segunda grabación del mismo tipo y a los mismos hablantes, usando ya los
aparatos dentales removibles y / o fijos.
En ambas grabaciones se le pidió a los pacientes que leyeran una lista de
78 palabras que constituye el Test de Pares Mínimos (T. P. M.), el cual fue elaborado,
especialmente, para este estudio. Para dichas grabaciones fue utilizado un grabador Sony
tipo periodista WGP-TCM323; cada grabación tiene una duración entre 1, 50 y 2, 10
minutos aproximadamente; estas se realizaron en el consultorio de Ortodoncia del
Departamento de Ortodoncia del CAMOULA.
Para el análisis perceptivo se elaboró un Test de Rasgos Distintivos (T.
R. D.), para el cual se utilizaron los mismos pares mínimos de palabras del T. P. M., los
cuales se diferencian entre sí por un fonema, un rasgo distintivo. Así, se compusieron dos
listas complementarias de treinta y nueve (39) palabras cada una. Con el T. R. D.
buscaremos evaluar la discriminación en el sentido de que nos dará una medida de la
capacidad del oyente para diferenciar los sonidos lingüísticos, además de mostrarnos
cuáles son los fonemas más afectados por los aparatos dentales.
Las grabaciones tomadas con el T. P. M. a los pacientes fueron
expuestas a veinte (20) oyentes, con el fin de que señalasen, en las plantillas de
respuestas bajo las que se presenta el T. R. D., las palabras percibidas, para determinar,
finalmente, los % de percepción.
3.2.- Los pacientes
En este parágrafo queremos señalar las anomalías dentomaxilofaciales
que presentan los pacientes que conforman el corpus de nuestra investigación, además
del tipo de aparato que están usando.
• Paciente / Hablante Nº 1: presenta apiñamiento ligero en la arcada
superior e inferior. Usa aparatología fija correctiva: arco recto,
brackets y alambre de acero inoxidable. (Figura 1)
• Paciente / Hablante Nº 2: diastemas en los incisivos superiores.
Para la corrección se utiliza un aparato removible de material
acrílico.(figura 2)
• Paciente / Hablante Nº 3: paciente clase III, con apiñamiento en la
arcada inferior, mala relación molar – canina; presenta, además,
problemas de empuje lingual. Usa aparatos fijos: brackets, bandas,
arco de alambre de acero inoxidable y una rejilla lingual en el
maxilar superior. (figuras 1 y 4)
• Paciente / Hablante Nº 4: es un paciente clase II esquelética y
dentaria. Para la corrección se está empleando un posicionador
para clase II hecho de material acrílico. (figura 3)
• Paciente / Hablante Nº 5: presenta mordida abierta causada por
succión digital y empuje lingual, además de problemas de
deglución. Para la corrección dentaria y de empuje lingual tiene
aparatos fijos: brackets, bandas y una rejilla lingual en el maxilar
superior.(figuras 1 y 4)
.
Es importante hacer notar que todos los pacientes de nuestro corpus
tienen, debido a las anomalías dentomaxilofaciales que presentan, problemas en la
articulación de los sonidos lingüísticos, igualmente se pudo observar un problema de
gangueo (gaguin) en dos pacientes. Esto se debe tener muy presente a la hora de hacer
conclusiones, ya que dichos problemas se mantienen o intensifican (en la mayoría de los
casos) con la presencia de los aparatos dentales.
Capítulo V
Análisis de los resultados
A continuación expondremos los resultados arrojados por los análisis
estadísticos elaborados a los datos de esta investigación, por paciente y por cada tipo
de aparato dental ortodóntico.
Hay que decir que sólo se analizaron los fonemas consonánticos en
posición inicial de sílaba o inicio de palabra ya que son, a nivel perceptivo, más audibles.
Los demás contextos se analizarán en futuras investigaciones.
Cómo señalábamos anteriormente, las grabaciones hechas por los 5
pacientes fueron expuestas a 20 oyentes bajo un T. R. D. con el fin de que señalasen la
palabra percibida para así determinar los porcentajes de percepción.
Para el análisis de los resultados obtenidos del T. R. D. fue preciso
aplicar la siguiente fórmula estadística para determinar directamente el porcentaje (%) de
percepción:
% = Nº Respuesta correcta *100 Nº de oyentes
Así las cosas, presentamos a continuación un cuadro donde se
contienen los porcentajes de pérdida de oposiciones mínimas a nivel perceptivo en
cada hablante con aparatos dentales ortodónticos:
PÉRDIDA PERCEPTIVA DE OPOSICIONES MÍNIMAS
HABLANTE 1 HABLANTE 2 HABLANTE 3 HABLANTE 4 HABLANTE 5 s c s c s c s c s c / p – b / 15% 21, 25% 20,0% 12, 5% 11, 25% 40,0% 22,5% 33, 75% 23,75% 28,75% / t - d / 23,75% 32,5% 18,75% 26,25% 21,25% 21,25% 32,5% 31,25% 32,5% 32,5% / k – g / 22,5% 23,75% 10,0% 11,25% 15,0% 15,0% 13,75% 17,5% 16,25% 28,75% / p – d / 10,0% 11,25% 11,25% 13,75% 15,0% 21,25% 21,25% 27,5% 22,5% 26,25% / k - t / 41,25% 45,0% 36,25% 26,25% 38,75% 43,75% 37,5% 47,5% 51,25% 61,25% / n – j / 26,25% 35,0% 13,75% 8,75% 15,0% 16,25% 21,25% 21,25% 18,75% 28,75% / m - n / 41,25% 41,25% 46,25% 43,75% 38,75% 32,5% 47,5% 48,75% 48,75% 57,5% / p – t / 28,75% 32,5% 43,75% 31,25% 15,0% 10,0% 30,0% 32,5% 41,25% 40,0% / g - h / 22,5% 18,75% 15,0% 8,75% 7,5% 11,25% 17,5% 21,25% 12,5% 21,25% / f – s / 22,5% 33,75% 43,75% 38,75% 27,5% 33,75% 25,0% 33,75% 51,25% 52,5% / l – m / 30,0% 27,5% 16,25% 21,25% 16,25% 17,5% 21,25% 28,75% 16,25% 22,5% / s – t / 18,3% 25,83% 13,3% 23,3% 10,0% 25,83% 10,83% 30,0% 18,3% 38,3% / s - t / 28,75% 28,75% 22,5% 22,5% 17,5% 15,0% 15,0% 23,75% 26,25% 45,0% / l – r / 23,75% 21,25% 7,5% 12,5% 11,25% 15,0% 16,25% 20,0% 12,5% 25,0% / r - r / 23,75% 21,25% 10,0% 10,0% 7,5% 11,25% 21,25% 20,0% 11,25% 26,25% / p - k / 58,75% 57,5% 32,5% 32,5% 31,25% 37,5% 37,5% 42,5% 32,5% 33,75% / m - n / 31,25% 33,75% 11,25% 12,5% 13,75% 22,5% 26,25% 42,5% 23,75% 37,5% / j – t / 13,75% 19,38% 6,88% 8,75% 9,37% 12,5% 11,25% 18,75% 13,12% 23,12% S= sin aparatos C=con aparatos
Cuadro 1
Primeramente, quisiéramos precisar que en el cuadro 1
presentamos los resultados que arrojó el T. R. D. cuando los pacientes no estaban
usando los aparatos dentales ortodónticos, ya que esta comparación permite apreciar la
pérdida perceptiva de fonemas, rasgos distintivos y lugares de articulación.
Del cuadro anterior se desprende que con aparatos dentales
ortodónticos en contraste a la no presencia de estos, a nivel perceptivo:
• El paciente / hablante 1 pierde significativamente la oposición / n – j /
(nasalidad) en un 35%; la oposición / f – s / (gravedad) en 33,75%. En
menor medida pierde la oposición / t – d / (sonoridad) en 32,5%; la / s -
t / (continuidad) en 25,83%; la / j – t / (estridencia) en 19,38%. La
oposición / p – k / (densidad) se ve seriamente afectada en 58,75% y
57,5% tanto sin como con aparatos; al igual que las oposiciones / k – t /
(41,25% y 45,%) y / m – n / (41,25%).
• El paciente / hablante 2 pierde con aparatos los dentales la oposición / t
– d / (sonoridad) en 26,5%; la / s – t / (continuidad) en 23,3%; seguida
por la oposición / l – m / (gravedad) que se pierde en 21,25%. En
menor porcentaje lo hace la oposición / l – r / (12,5%) (continuidad). Sin
embargo, las oposiciones / j – t /; / n - j /; / r – r /; y la / g – h / son las
oposiciones que menos porcentajes de pérdida presentan a la hora de
utilizar aparatos dentales ortodónticos, no se pierden en más de un 10%,
lo que representa a dos auditores.
• El paciente / hablante 3 pierde en un 43,75% la oposición / k – t /
(sonoridad); extrañamente se pierde la oposición / p – b / (sonoridad) en
un 40%; seguida muy de cerca por la / p – k / (densidad) en 37,5%.
También se pierden las oposiciones / f – s / (33,75%) (gravedad) y / m –
n / (22,5%) (gravedad). Como podrá verse en el cuadro, este hablante
presenta considerables índices de pérdida de oposiciones, importantes;
los cuales pueden deberse a la presencia de la rejilla lingual, la cual
impide una “buena” articulación de los fonemas.
• El paciente / hablante 4 pierde con los aparatos en 47,5% la oposición /
k – t / (sonoridad); seguida muy de cerca por las / p – k / con 42,5% y la
/ m - n / (densidad) con igual porcentaje. Con 33,75% las oposiciones / p
– b / (sonoridad) –al igual que el paciente 3– y / f – s / (gravedad) son
perdidas. A todas estas les siguen las pérdidas de / s – t / (30%)
(gravedad) y / p – d / (27,5%). Este hablante, al igual que el tercero,
presenta, a nivel perceptivo, altos índices de pérdida de oposiciones
tanto sin aparatos dentales ortodónticos como con ellos, que en su caso
es el posicionador para clase II (figura 3). Aunado a los problemas
articulatorios, también presenta una especie de gangueo (gaguin), lo que
hace que la percepción sea mucho más difícil y los porcentajes de
pérdida de oposiciones sean mayores.
• El paciente / hablante 5 es quien más porcentajes de pérdidas de
oposiciones presenta, esto quizá se deba a la mala calidad de la
grabación. Pierde con 61,25% la oposición / k – t / (sonoridad); en
57,5% la / m – n / (gravedad). También se pierden las oposiciones / s
– t / (continuidad) en 45%; seguida por las oposiciones de / s – t/
(continuidad) en 38,3% y / m - n / con una pérdida del 37,5%. Al igual
que el paciente 3, este hablante tiene una rejilla lingual, lo que no le
permite articular bien los sonidos lingüísticos; pero además, presenta
gangueo, efecto que hace que la percepción sea más difícil.
De acuerdo a estos resultados podemos observar que los rasgos distintivos
más afectados por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos son el rasgo de
sonoridad, gravedad y continuidad; seguidos, en menor medida, por los rasgos de
densidad, estridencia y nasalidad. Dentro del grupo de oposiciones fónicas que se
oponen por la sonoridad más afectadas se encuentran las oposiciones / k – t /, / p – b /
y / t – d /. Las oposiciones opuestas por el rasgo de gravedad más afectadas por los
aparatos son la / f – s / y la / l – m /. Mientras que las opuestas por continuidad más
influenciadas por los aparatos son la / s – t / y la / s – t /. El par / p – k /, opuesto por
densidad, es muy influenciado por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos.
La pérdida del rasgo de gravedad en los fonemas quizás se deba a
que estos presentan, articulatoriamente, un resonador amplio e indiviso, y no
precisamente por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos. Por su parte, el
raso de continuidad articulatoriamente se caracteriza por no presentar interrupción en
la salida del aire fonador, salida que, en todos los pacientes, a excepción del número 1,
es afectada o interrumpida por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos,
debido a las trabas y al volumen que cada aparatos ocupa en la cavidad bucal, y
específicamente en la parte anterior de éste. Extrañeza nos causa la pérdida del rasgo
consonántico, que es el que en mayor porcentaje se pierde. Articulatoriamente, este
rasgo se caracteriza por la vibración de las cuerda vocales. Pero la presencia de los
aparatos dentales no impide la vibración de aquellas. La percepción del rasgo ± sonoro
es muy sensible, la pérdida se produce con mucha facilidad, incluso sin aparatos
dentales ortodónticos.
Vemos así que en su mayoría los rasgos distintivos más afectados
por los aparatos, articulatoriamente, son aquellos que tienen lugar en la parte anterior
de la cavidad bucal; y damos por sentado que la presencia de aquellos no tiene nada
que ver con la pérdida de rasgos que tienen lugar en la parte posterior de la cavidad
bucal.
Hemos podido advertir, además, que los puntos o lugares de
articulación más influenciados por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos
son, en orden decreciente y en promedio, el alveolar, el palatal, bilabial y dental.
Esto se debe a que en los pacientes 3, 4 y 5 el punto o lugar
articulatorio alveolar está completamente obstruido por los aparatos dentales que cada
uno de ellos está usando. Los pacientes 3 y 5 están usando una rejilla lingual que,
como se puede ver en la figura 4, no permite el contacto entre el alveolo y el ápice de
la lengua; el paciente 4, debido a que el posicionador para clase II que usa cubre, con
material acrílico, todo el alveolo, no puede realizar una buena articulación en dicho
punto. Por otra parte, en los pacientes 1 y 2 el punto alveolar no está siendo afectado
por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos.
El punto articulatorio palatal, que comprende todo el área palatina
de la cavidad bucal, es también seriamente influenciado por los aparatos dentales. En
los pacientes 2 y 4 este punto está completamente cubierto por una capa de material
acrílico (véanse las figuras 2 y 3), que hace que el dorso de la lengua se desplace o
deslice con facilidad sin llegar a crear un estrecho y fijo contacto con el paladar,
dejando de producir la presión necesaria que caracteriza al sonido palatal. En los
pacientes 3 y 5 el punto articulatorio palatal es, en menor medida, también afectado
por las rejillas linguales que usan, pues estas no dejan, debido al poco espacio que
queda libre en el paladar, que la masa de la lengua se pueda contraer correctamente
para crear el estrechamiento entre ella y el paladar. Por su parte, el paciente 1 no
presenta ningún impedimento, producto de los aparatos, para articular en el paladar.
Por otra parte, en los pacientes 1, 3 y 5 el punto de articulación
bilabial está influenciado por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos fijos.
Como hemos dicho y como se puede ver en la figura 1, los brackets están pegados en
la cara anterior de las piezas dentarias; debido a su presencia se crea un abultamiento
de los labios, haciendo que estos se proyecten hacia delante y hacia arriba y abajo
respectivamente; produciendo, entonces, un contacto menos estrecho entre los labios,
lo que hace que los sonidos articulados en este punto pierdan la tensión y presión que
normalmente presentan. Por su parte los hablantes 2 y 4 en este punto de articulación
no presentan problema alguno, ya que sus aparatos no impiden el estrecho contacto
entre los labios.
El punto articulatorio dental, al igual que el palatal, está muy
afectado por los aparatos. Los pacientes 3 y 5 están imposibilitados, debido a la rejilla
lingual que usan, para articular sonidos en este punto, pues no hay contacto entre el
ápice de la lengua y los incisivos superiores. El paciente 4 presenta el mismo
problema, pero en menor medida.
De todo esto, podemos asumir como conclusión obvia, que los
puntos o lugares articulatorios más influenciados por la presencia de los aparatos
dentales ortodónticos fijos o removibles son los anteriores.
Ahora, pasemos a comparar la interferencia e influencia que, en la
producción de los sonidos lingüísticos, ejercen los aparatos dentales ortodónticos fijos
o removibles, a través de los resultados obtenidos en el Cuadro 2.
PÉRDIDA PERCEPTIVA DE OPOSICIONES POR TIPO DE APARATO DENTAL ORTODÓNTICO
APARATOS FIJOS APARATOS REMOVIBLES / p - b / 30,00% 23,13% / t - d / 28,75% 28,75% / k - g / 22,50% 14,38% / p - d / 19,58% 20,63% / k - t / 50,00% 36,80% / n - j / 26,60% 15,00% / m - n / 43,75% 46,25% / p - t / 27,50% 30,80% / g - h / 17,00% 15,00% / f - s / 40,00% 36,25% / l - m / 22,50% 25,00% / s - t / 30,00% 26,70% / s - t / 29,60% 23,10% / l - r / 20,40% 16,25% / r - r / 19,58% 15,00% / p - k / 42,90% 37,50% / m - n / 31,25% 27,50% / j - t / 18,30% 13,75%
Cuadro 2
Como se puede ver en el cuadro anterior, los aparatos dentales
ortodónticos fijos interfieren e influyen en la percepción de las oposiciones fónicas del
T. P. M.. La / k – t /, se pierde en un 50%; la / p – k / se pierde en 42,9% de los casos,
seguida muy de cerca por la pérdida de la oposición / f – s / en 40,0%. Las oposiciones
/ m - n / y / p – b / se pierden por encima del 30%. En promedio, los aparatos dentales
ortodónticos fijos hacen que se produzca una pérdida perceptiva de las oposiciones
fónicas en 27,4%.
Por su parte, los aparatos removibles interfieren en la percepción,
provocando la pérdida de varias oposiciones fónicas, como la / m – n / que se pierde en
46,25% con la presencia de estos aparatos dentales ortodónticos. Pero también se
pierden la oposición / p – k / (37,5%), la / p – t / (30,8%), la / l – m / (25%) y la / p – d
/ (20,63%). Como podrá verse, las oposiciones influenciadas por la presencia de estos
aparatos dentales contienen fonemas que, en su mayoría, son articulados entre los
incisivos y el alveolo, zonas que estos aparatos cubren con material acrílico (véanse las
figuras 2 y 3), de ahí la indistinción que se da entre los dos fonemas del par. En
promedio, estos aparatos interfieren en la percepción de los sonidos en un 23,7%.
Así las cosas, vemos que los aparatos fijos son los que influyen
mayormente en la percepción del habla. Con esto no queremos decir que todos los
aparatos fijos tengan el mismo efecto; además, hay que tener en cuenta que de los 5
pacientes que conforman nuestro corpus, 3 de ellos los están usando. Estos resultados,
también, se deben al tipo de aparato fijo que usan nuestros pacientes, que en la
mayoría de los casos combinan varios aparatos, como los paciente 3 y 5. Sin embargo,
creemos que hay una pérdida más significativa del habla cuando se usan los aparatos
removibles de material acrílico, como es el caso de los pacientes 2 y 4, debido al
material y a la disposición del aparato dentro de la cavidad bucal.
Personalmente, sin haber tenido ningún tipo de discusión sobre ello
con especialistas, creemos que es preferible y mucho más eficiente y funcional la
utilización de aparatos dentales ortodónticos fijos. Creemos que influyen menos en la
producción, y por tanto, en la percepción del habla. A pesar de los resultados
mostrados aquí, pues los aparatos fijos que presentan nuestros pacientes son pocos
comunes, si se quiere, en los tratamientos de ortodoncia.
Conclusión
Al principio de esta investigación nos propusimos determinar, a
través de análisis perceptivos, cuáles son los sonidos afectados por los aparatos
dentales, para, además, establecer los puntos articulatorios donde la interferencia
ejercida por aquellos es mayor o menor, así como establecer cuáles son los aparatos
dentales ortodónticos cuya interferencia e influencia en la producción de los sonidos
lingüísticos es mayor o menor.
A partir de todo lo que hemos visto hasta aquí y del análisis de los
datos arrojados por los resultados de los T. P. M. y de los T. R. D. hemos llegado a las
siguientes conclusiones:
• Los sonidos consonánticos, tanto sordos como sonoros, mayormente
afectados por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos son,
organizados en pares mínimos y en orden decreciente, / k – t /, / p – b /, / t
– d / (opuestos por sonoridad) / f – s / y / l – m / (opuestos por gravedad).
En menor medida lo son / s – t /, y / s – t / (opuestos por continuidad).
• Los rasgos distintivos más afectados por la presencia de los aparatos
dentales ortodónticos son el rasgo de sonoridad (auque se lo atribuimos a
la mala calidad de sonido de la grabación), gravedad y continuidad,
seguidos en menor medida por los rasgos de densidad, estridencia y
nasalidad.
• Hemos podido advertir, además, que los puntos o lugares de articulación
más influenciados por la presencia de los aparatos dentales ortodónticos
son en orden decreciente y en promedio, el alveolar, el palatal, bilabial y
dental.
• Por otra parte, los aparatos dentales ortodónticos, como se ha señalado,
que mayor interferencia e influencia ejercen en la producción del habla
son, en nuestro caso los aparatos para clase III que corrigen problemas de
deglución, empuje lingual y succión digital, es decir, los aparatos fijos que
utilizan o combinan la rejilla lingual. En menor medida lo hacen los
aparatos removibles de material acrílico que cubren toda la zona palatina.
Sin embargo, hay que señalar, además, que los aparatos fijos que no
combinan la rejilla lingual causan menos problemas articulatorios que los
aparatos removibles, caso del paciente N° 1, por ejemplo.
Evidentemente, hay que señalar que, en efecto, se demostró que los
aparatos dentales ortodónticos causan serios problemas en la articulación de los
sonidos lingüísticos, independientemente de si son fijos o removibles. Sin embargo,
hay que decir que dichos problemas con el paso del tiempo van decreciendo ya que,
ante la nueva “realidad” que se le presenta a los pacientes en la cavidad bucal, estos
reorganizan los puntos articulatorios para una mejor articulación de los fonemas
condicionada, claro está, por el medio ambiente, entiéndase la sociedad, la interacción
que esta implica.
Para finalizar, manifestamos que el estudio realizado con nuestros
pacientes ha sido satisfactorio de acuerdo a nuestros intereses. Por una parte
contribuimos en el área de la lingüística con la identificación de los sonidos afectados
por el uso de ciertos aparatos dentales y en la ampliación de las fronteras de la
disciplina; así como, en el área de la ortodoncia, en la concientización de los
problemas que causan algunos de los aparatos dentales ortodónticos, especialmente los
que aquí se estudiaron, estableciendo cuales son los aparatos que menos influencia e
interferencia ejercen en la producción y percepción del habla, detalles que deben ser
tomados muy en cuenta por cualquier ortodoncista o paciente a la hora de iniciar un
tratamiento de ortodoncia.
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