1CIAT InfoNota Género Diciembre 2016

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2015 en París, Colombia asumió el compromiso de disminuir en un 20% los gases de efecto invernadero e implementar diez iniciativas que incrementen la capacidad de adaptación al cambio climático. En parte, por su contribución histórica en la liberación de gases y su exposición geográfica a la variabilidad climática (García Arbeláez et al., 2015).

El arroz bajo riego es un cultivo que a nivel internacional, según indican algunos datos, contribuye con el 10% de los gases liberados por la agricultura (Richards y Sander, 2014). Sin embargo, en Colombia, aún no existen registros claros sobre las emisiones generadas por este cultivo.

Es por ello que el CIAT, con el apoyo de la Federación Nacional de Arroceros (FEDEARROZ), está llevando a cabo una investigación para determinar la viabilidad de implementar en Colombia una técnica que permita reducir las emisiones de gas metano y contribuya a la reducción en el uso del recurso hídrico, mediante un manejo mejorado del agua durante el ciclo de producción del arroz. Un ejemplo de ello es la técnica AWD.

Para el éxito de este tipo de iniciativas, es cada vez más importante conocer cómo los individuos toman decisiones y si las diferencias entre ellos pueden influir en que implementen o no recomendaciones encaminadas al logro de objetivos relacionados con enfrentar el cambio climático. O, por otro lado, si las nuevas prácticas o tecnologías agrícolas pueden tener un impacto diferente según los roles que ejercen los individuos dentro o fuera del sistema de producción.

Reconociendo a las mujeres del arroz en Colombia Un paso para las tecnologías de mitigación al cambio climático

Mensajes clave

• Las mujeres participan en la producción del arroz en cinco departamentos en Colombia, pero no son reconocidas como las principales productoras.

Las mujeres toman decisiones y contribuyen a la producción de arroz con sus activos (ej., maquinaria y tierra).

• Las mujeres pueden ser agentes de cambio en pro de estrategias de mitigación de gases de efecto invernadero (GEI), en la producción de arroz en Colombia:

Los hogares en donde las mujeres toman las decisiones sobre la producción de arroz están relacionados con los hogares en donde la principal motivación para implementar nuevas prácticas, como el moje y secado alternado (AWD, por sus siglas en inglés), es mitigar los efectos sobre el clima o reducir el uso del agua.

• Es necesario incluir la perspectiva de género en los servicios de información y de extensión agrícola al diseminar una nueva práctica amigable con el medio ambiente:

Menos mujeres que hombres acceden a servicios de información sobre producción y manejo del agua para el cultivo del arroz. A pesar de que ambos toman decisiones sobre el manejo del cultivo. Siendo la información un servicio usualmente asociado a un mejor manejo agronómico e incluso al uso de tecnologias agrícolas.

• La diseminación de una nueva práctica puede tener impactos distintos para los hombres y las mujeres, según las labores que realicen:

Las mujeres contribuyen con tareas específicas a la producción del arroz, especialmente en el control de maleza. Los hogares en donde trabajan mujeres en esta actividad están más inclinados a manifestar problemas de maleza, hacen en promedio más controles de maleza y hacen control de maleza manual. Las tecnologías y prácticas con un potencial de cambiar el manejo de malezas pueden tener un efecto positivo o negativo en la vida de las mujeres rurales.

Resultados de un estudio socioeconómico con perspectiva de género

Moje y secado alternado (AWD, por sus siglas en inglés)

Es una técnica que ahorra agua y reduce las emisiones de gas metano, mediante un manejo de agua durante la producción de arroz distinto al tradicional. Es decir, usualmente el cultivo del arroz mantiene inundado gran parte del ciclo del cultivo; con AWD, se haría un riego intermitente en los momentos claves en que la planta lo necesite (Richards y Sander, 2014). Esta es una práctica de manejo del agua diseñada por el Instituto Internacional de Investigaciones sobre el Arroz (IRRI, por sus siglas en inglés).

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Es por ello que es importante hacerse preguntas como: ¿Las diferencias sociales, económicas y/o en términos de incentivos/motivaciones pueden ser determinantes en el momento de implementar una nueva recomendación?

Las diferencias entre hombres y mujeres han sido identificadas como un elemento importante a tener en cuenta (Beuchelt y Badstue, 2013; FAO, 2013; World Bank et al., 2015). Si existe una división del trabajo de acuerdo al género, las prácticas que impliquen cambios en labor afectarán distintamente a hombres y mujeres. Igualmente, algunos estudios han mostrado que hombres y mujeres, por sus diferentes condiciones sociales, culturales y económicas, pueden tener diferentes motivaciones o limitaciones para implementar recomendaciones agrícolas (Doss, 2001; Doss y Lorris, 2001). Hecho que se hace más relevante en la producción de arroz, un cultivo que en países de América Latina es visto usualmente como de “dominio masculino” y en donde el rol de la mujer es poco reconocido (Twyman et al., 2015).

El caso del arroz en Colombia

Resultados de un estudio realizado en Colombia por el CIAT,1 con el apoyo de FEDEARROZ, encontró que si bien los hombres son los que en mayor medida toman decisiones, las mujeres también contribuyen a la producción de este grano; ya sea tomando decisiones, siendo dueñas de activos o ejerciendo labores en los

lotes. No obstante, su participación suele no ser reconocida. Las implicaciones de no reconocer la participación de las mujeres para futuras prácticas amigables con el medio ambiente van desde aspectos pragmáticos (ej., no adopción de prácticas o no alcanzar las metas de mitigación) hasta sociales (ej., aumentar o perpetuar posibles inequidades de género, impactar negativamente la vida de hombres y mujeres aumentando su carga de trabajo o disminuyendo sus fuentes de ingresos).

Las productoras “no reconocidas” del arroz

De los 609 hogares que practican arroz de riego encuestados en Tolima, Norte de Santander, Casanare, Cesar y Córdoba (importantes departamentos productores de arroz), se encontró que en el 34% hay mujeres productoras de este grano básico.2 No obstante, solo en el 31% de los hogares en que hay mujeres productoras, estas son reconocidas por quien respondió la encuesta (usualmente el jefe de hogar) como: jefes de hogar, encuestadas, productoras principales, reciben información o pertenecen a grupos. En el caso de los hombres, la situación es distinta. La Figura 1 muestra la proporción de mujeres productoras “reconocidas” y “no reconocidas”, con base en si fueron o no identificadas en el estudio como: jefas de hogar, encuestadas, productoras principales, público objetivo de fuentes de información o pertenecientes a grupos agrícolas. Lo mismo se muestra para los hombres productores.

1 Los resultados que se presentan en esta infonota hacen parte del estudio socioeconómico con perspectiva de género para AWD, que se hizo en el marco del proyecto “Reduciendo emisiones de gas metano en cultivos de arroz en Colombia”. Para mayor información, ir al blog: García M. 2016: Gender and AWD. A study in progress with rice farmers in Colombia. Disponible en: http://bit.ly/28JD6p9

2 Se entiende como productor a aquella “persona natural o grupo de personas físicas que toman las decisiones sobre las actividades que se realizan en la Unidad de Producción Agropecuaria (UPA) y enfrentan los riesgos, toman los créditos reciben las ganancias o asumen las pérdidas económicas con su patrimonio” (DANE, 2016).

Mujeres

• Características: unidas, parejas del jefe de hogar y amas de casa (dedican más horas a labores domésticas)

• Hogares: mayor probabilidad de estar por debajo de la línea de pobreza y jefatura masculina

• Geografía: Tolima y Norte de Santander

Hombres

• Características: solteros, hijos, agricultores u otras ocupaciones

Particularidades de quienes no son reconocidos(as):

Figura 1: Porcentaje de hombres y mujeres productores que son o no reconocidos. Número de hombres productores = 675; número de mujeres productoras = 250. Fuente: Elaboración propia de los autores a partir del estudio de Género y AWD (2016).

Se observan por lo menos dos aspectos. Primero, el jefe del hogar, que en la mayoría de los casos es un hombre, no es la única persona que toma decisiones sobre los lotes de arroz o contribuye con activos para la producción, ni tampoco es el productor principal. Hecho que se confirma al evidenciar que en el 40% de los casos hay dos o más personas del hogar que son productores. Segundo, a pesar de que las mujeres toman decisiones o contribuyen con sus activos, no reciben, en la misma proporción que los hombres, información agrícola ni pertenecen a grupos. La poca participación de mujeres en grupos y servicios de extensión se ha explicado así: “En parte, los

servicios de extensión no siempre consideran a las mujeres como agricultoras, y cada vez menos mujeres asisten a las reuniones comunitarias organizadas por dichos servicios o visitan parcelas de demostración” (Huyer et al., 2015: 3). La no visibilidad de las mujeres ha sido identificada también por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y por ello ha hecho recomendaciones para identificar a las mujeres productoras en los Censos agropecuarios (FAO, 2007). Para el sector arrocero en Colombia, se deberá hacer un análisis más profundo para determinar las razones.

Jefe dehogar

0

20

40

60

80

100

Encuestado Productorprincipal

Recibeinformación

Sí No

Pertenecea grupos

Jefa dehogar

Encuestada Productoraprincipal

Recibeinformación

Pertenecea grupos

Hombres productores Mujeres productoras

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Figueiredo y Perkins (2013) explican este tipo de fenómenos por el rol que han cumplido históricamente las mujeres como cuidadoras, lo que genera una tendencia hacia este tipo de preferencias. No obstante, podrían haber otras razones; por ejemplo, que estos hogares sean de agricultura familiar, que se hayan visto más afectados por la sequía, entre otros posibles aspectos. Esto tiene implicaciones importantes al momento de diseminar una tecnología. ¿Qué incentivos ofrece la tecnología versus los que esperan los potenciales usuarios? Si bien gran parte espera productividad y/o reducción de costos, los hogares en donde las mujeres deciden parecen mostrar una inclinación a tener en cuenta otro tipo de incentivos. Esto implica reconocer a las mujeres no solo como una población vulnerable al cambio climático, sino también como agentes de cambio (Huyer, 2016). Sin embargo, los resultados obtenidos al momento no permiten explicar el porqué en los hogares en donde hay mujeres tomando decisiones existe mayor inclinación por motivaciones relacionadas al cuidado del medio ambiente; para ello es necesario realizar más análisis.

Las labores en los lotes de arroz según el género

Los datos muestran que en la producción de arroz existe una división de género en las labores. En la mayoría de los hogares, hay hombres participando en todas las actividades productivas.

Esto implica siembra, control de malezas, plagas y enfermedades, riego, cosecha y actividades de supervisión y administrativas, tanto como mano de obra familiar y contratada. Por su parte, las mujeres contribuyen en actividades específicas, especialmente en el control de maleza, trasplante (aunque la producción en el país se caracteriza en especial por la siembra directa), proveer alimentos y en algunos casos en el registro de la información (Cuadro 1).

Según estos resultados, las tecnologías y prácticas que estén relacionadas con un cambio potencial en el manejo para el control de maleza podrían tener un impacto en las mujeres que están participando en esta actividad, especialmente cuando se requiere mano de obra manual. Resultados preliminares del estudio muestran que el hecho de que en un hogar una mujer haga control de maleza, ya sea como mano de obra del hogar o contratada, tiene una relación estadísticamente significativa con los siguientes aspectos: si el hogar manifiesta tener problemas de maleza, el número de veces que el hogar hace controles de maleza durante el ciclo de producción y si se hace control de maleza manual o no – en este último punto, cabe aclarar que algunos de los hogares clasificados en Control manual de malezas también hacen control de maleza químico, pero los clasificados en el grupo de No control manual de malezas solo hacen controles químicos. Así lo muestran las Figuras 3, 4 y 5.

El reconocer la contribución de las mujeres en la producción de arroz se inicia al admitir que puede haber más de una persona en el hogar tomando decisiones sobre la producción. Lo que a su vez permitiría conocer a mayor profundidad el público objetivo que decide sobre las tecnologías agrícolas.

Las mujeres: agentes para la mitigación del cambio climático en la agricultura

En el estudio, al comparar los hogares en donde hay mujeres tomando decisiones con aquellos en donde no las hay y solo son hombres, se encontró que en los primeros hay una mayor proporción que considera que al implementar una tecnología del manejo del agua encaminada a la mitigación, como lo es AWD, lo haría para mitigar el cambio climático y reducir el uso del agua. Contrario a los hogares en donde solo hombres toman las decisiones y la mayor motivación es aumentar la productividad (Figura 2). Aspecto que contribuye a visibilizar las preferencias que existen en distintos hogares, para el posible uso de una tecnología como AWD.

Figura 2: Las razones que tienen los hogares arroceros para implementar una tecnología como AWD, según si mujeres toman decisiones sobre la producción de arroz (porcentaje de hogares). Fuente: Elaboración de los autores a partir del estudio Género y AWD (2016).

0

67.1

46.0

72.8

8.4

22.2

4.7

13.922.0

11.7

9.7 9.59.7

Total Solo hombres tomando decisiones

n=480

Mujeres tomando decisiones

n=129

20

40

60

80

100

Mayor productividad Mitigar cambio climático Reducción de agua Reducción de costos Otro

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Figura 3: Porcentaje de hogares que manifiestan tener problemas de maleza, según si hay mujeres trabajando en el control de maleza.Fuente: Elaboración de los autores a partir del estudio Género y AWD (2016) .

Figura 4: Número promedio de controles de maleza que hace un hogar, según si hay mujeres trabajando en el control de maleza.Fuente: Elaboración de los autores a partir del estudio Género y AWD (2016).

Figura 5: Porcentaje de hogares que hacen control de maleza manual, según si hay mujeres trabajando en el control de maleza. Fuente: Elaboración de los autores a partir del estudio Género y AWD (2016).

Actividad # HogaresMano de obra contratada

# HogaresMano de obra del hogar

Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Trasplante 29 100.0 50.5 18 100.0 5.4

Control manual de maleza 342 83.4 21.0 111 100.0 2.7

Supervisión 119 100.0 4.0 386 95.1 8.8

Registro de información 75 91.4 11.3 313 90.9 13.1

Preparación de alimentos / llevar comida al lote 132 30.2 78.9 166 61.9 49.7

Cuadro 1: Porcentaje de hogares en donde las mujeres, en comparación a los hombres, son mano de obra contratada y del hogar en la producción de arroz, según actividad.

Fuente: Elaboración de los autores a partir del estudio Género y AWD (2016).

0Hogares: Mujeres

no hacen control de maleza

Hogares: Mujeres sí hacen control de

maleza

20

40

60

80

100

Manifiestan problemas de maleza

No manifiestan problemas de maleza

Promedio de controles de maleza durante el ciclo

Hogares: Mujeres no hacen control de maleza

Hogares: Mujeres sí hacen control de maleza

0

1

2

3

4

5

0

Hogares: Mujeres no hacen control de maleza

Hogares: Mujeres sí hacen control de maleza

20

40

60

80

100

No control manual Sí control manual

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Mujer trabajando, Colombia (Foto: FEDEARROZ). Mujer sembrando arroz, Colombia (Foto: FLAR).

Anotaciones finales

• El presente estudio ofrece datos que permiten incorporar el enfoque de género en el análisis de la producción de arroz en Colombia.

• Un paso para el diseño de prácticas y tecnologías agrícolas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, mejoren la eficiencia del uso del recurso hídrico y mantengan o mejoren la productividad, es reconocer aquellos que toman decisiones y no son reconocidos. En la producción de arroz en cinco departamentos en Colombia, las mujeres toman decisiones; no reconocerlas es omitir una parte de los usuarios potenciales.

• Las mujeres pueden ser motores de cambio para acciones encaminadas a enfrentar el cambio climático. En este caso, no se pudo identificar las motivaciones individuales de hombres y mujeres, puesto que se entrevistó a una persona por hogar (y mayormente hombres), pero sí se evidenció que en hogares donde las mujeres toman decisiones, los intereses de mitigación y reducción del consumo de agua se hacen más evidentes.

• Las tecnologías y prácticas dirigidas a la mitigación y adaptación al cambio climático, incluidas las del manejo del agua, que tengan potencial de cambiar las labores requeridas

Se deben realizar mayores análisis para poder identificar los impactos específicos que pueden tener las prácticas y tecnologías recomendadas, como AWD, en las labores necesarias para controlar maleza. En el caso de Colombia, como se observó en los resultados presentados, las mujeres son mano de obra contratada en control manual de maleza. Es por ello, que cabría preguntarse ¿Cuántos jornales reduce o aumenta una nueva tecnología o

para el control de maleza, pueden afectar la vida de mujeres, especialmente las que venden su fuerza de trabajo. Por ello, debe realizarse una profundización junto con más estudios, para identificar con mayor entendimiento las posibles interferencias que nuevas recomendaciones traen diferenciadamente a hombres y mujeres en el sector rural, en donde el arroz es un cultivo importante.

• Es importante realizar procesos de diagnóstico, monitoreo y evaluación, durante las fases iniciales del desarrollo de las prácticas y tecnologías, para identificar con mayor exactitud cómo y en qué magnitud puede la nueva recomendación afectar a las mujeres que trabajan en el control de maleza manual. Esto requiere conocer las implicaciones en términos técnicos de la tecnología y tener un conocimiento exhaustivo de quiénes son las mujeres que ejercen esta labor.

• “Los procesos de política climática deben ir más allá de la representación numérica de las mujeres y establecer mecanismos activos que permitan expresar opiniones, emprender iniciativas e influir en las decisiones” (Huyer et al., 2015).

práctica de agricultura sostenible adaptada al clima dirigida a la mitigación de gases de efecto invernadero, principlamente en el manejo del agua en la producción de arroz? Y ¿Quiénes tendrían que aumentar o disminuir sus horas de trabajo? ¿La reducción o aumento de trabajo para las mujeres sería potencialmente un hecho positivo o negativo para su calidad de vida?

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Referencias

Beuchelt TD; Badstue L. 2013. Gender, nutrition- and climate-smart food production: Opportunities and trade-offs. Food Security 5(5):709–721.

DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística). 2016. Comunicado de prensa 7, Censo Nacional Agropecuario 2014. Bogotá. pp. 1–8.

Doss C. 2001. Design Agricultural Technology for African Women Farmers: Lessons from 25 Years of Experience. World Development 29(12): 2075–92.

Doss C; Lorris M. 2001. How does gender affect the adoption of agricultural innovations? The case of improved maize technology in Ghana. Agricultural Economics 25:27–39.

FAO. 2007. Un sistema integrado de censos y encuestas agropecuarios. Volumen 1. Programa Mundial del Censo Agropecuarios 2010. Roma.

FAO. 2013. Climate-smart agricultural sourcebook. http://bit.ly/1l0RA6A

Figueiredo P; Perkins PE. 2013. Women and water management in times of climate change; participatory and inclusive processes. Journal of Cleaner Production 60:188–194.

García Arbeláez C; Barrera X; Gómez R; Suárez Castaño R. 2015. El ABC de los compromisos de Colombia para la COP21. 2 ed. WWF-Colombia. 31 p.

Huyer S. 2016. Gender and international climate policy. An analysis of progress in gender equality at COP21. CCAFS. Copenhagen, Denmark: CGIAR Research Program in Climate Change, Agriculture and Food Security.

Huyer S; Twyman J; Koningstein M; Ashby J; Vermeulen S. 2015. Apoyo a las mujeres agricultoras en un clima cambiante: cinco lecciones de políticas. CCAFS. Copenhagen, Denmark: CGIAR Research Program in Climate Change, Agriculture and Food Security.

Richards M; Sander O. 2014. Alternate wetting and drying in irrigated rice. Implementation guidance for policymakers and investors. Practice brief. IRRI and CGIAR Research Program on Climate Change, Agriculture and Food Security. 6 p.

Twyman J; Muriel J; García M. 2015. Identifying women farmers: Informal gender norms as institutional barriers to recognize women’s contributions to agriculture. Journal of Gender, Agriculture and Food Security 1(2): 1–22.

World Bank; FAO; IFAD. 2015. Gender in Climate-Smart Agriculture. Module 18 for the Gender in Agriculture Sourcebook. World Bank Group, FAO, and IFAD.

Agradecimientos

Esta investigación fue posible gracias al apoyo de la Federación Nacional de Arroceros (FEDEARROZ), quién contribuyó en el levantamiento de la información. Igualmente, extendemos nuestros agradecimientos al Programa de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y la Coalición Clima y Aire Limpio (CCAC), por su valioso apoyo en el desarrollo del proyecto.

Este estudio se realizó dentro del marco del proyecto “Reduciendo emisiones de gas metano en cultivos de arroz en Colombia”, financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), a través de la Coalición Clima y Aire Limpio.Durante su implementación (dic 2014–dic 2016), se logró el valioso apoyo de socios importantes como el Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) de Colombia y el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego (FLAR).

Cita correcta

García MA; Twyman J; Katto MC; Chirinda N. 2016. Reconociendo a las mujeres del arroz en Colombia: Un paso para las tecnologías de mitigación al cambio climático. Resultados de un estudio socioeconómico con perspectiva de género. Infonota Género. Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). Cali, Colombia. 6 p.

Autores

María Alejandra García, socióloga, asistente de investigación en Género, Área de Investigación en Análisis de Políticas (DAPA), CIAT. maria.garcia@cgiar.org

Jennifer Twyman, PhD en Economía Agrícola, líder del equipo de Género, Área de Investigación DAPA, CIAT. j.twyman@cgiar.org

María Cristina Katto, MSc en Genética de Plantas, asociada de investigación, Área de Investigación en Suelos y Cambio Climático, CIAT. m.katto@cgiar.org

Ngonidzashe Chirinda, PhD en Agroecología, científico en el Área de Investigación en Suelos y Cambio Climático, CIAT. n.chirinda@cgiar.org

Con el apoyo de:

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