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Estudio participativo
Usos ancestrales del territorio, en el ámbito de la propuesta del Área de
Conservación Regional “Bosques de Alto Shunté y Mishollo” y de la
Concesión para la Conservación “Bosques del Angaisa”.
Carlos Daniel Vecco Giove
Urku Estudios Amazónicos
1. Introducción.
Las tierras y los territorios que los pueblos indígenas ocupan o utilizan de alguna u otra manera
son un componente indesligable de la identidad y de la subsistencia de estos pueblos,
independientemente de la condición jurídica de las mismas. Para los pueblos indígenas el
territorio “está conformado por el conjunto de elementos materiales y espirituales que lo
integran y con los cuales establecen un vínculo histórico, geográfico, ecológico, económico,
cultural, social espiritual y político”1.
El uso del término “territorio” es “a veces considerado reciente, al surgir del nuevo
constitucionalismo latinoamericano junto a nuevos enfoques de descentralización y
ordenamiento territorial”. El Convenio Número 107 de la OIT (1957) Sobre los Pueblos Tribales
e Indígenas, utilizaba los términos “tierras” y “territorios”. Sin embargo, el Convenio 169
clarificó que el término “tierras” incluye el concepto de “territorios”2.
Una evaluación preliminar de las diversas formas que toma la presencia de los pueblos
indígenas en el territorio de la región San Martín, muestra que existen: (i) territorios
reconocidos bajo la figura de propiedad colectiva, (ii) territorios no reconocidos como
territorios indígenas por encontrarse en el régimen de propiedad individual (predios rurales
titulados), y (iii) territorios no reconocidos por no existir un reconocimiento legal de propiedad.
Dentro de estos últimos, podemos distinguir “territorios indígenas” o territorios sobre los
cuales existe alguna forma de uso o acceso de los pueblos indígenas, ya sea en forma exclusiva
como compartida.
1 Huertas 2007.2 Plant y Hvalkolf 2002.
Los territorios ancestralmente compartidos por poblaciones y pueblos, bajo un marco de
derecho fáctico socialmente aceptado o consolidado, son relevantes por su rol en las
estrategias indígenas de subsistencia: caza, pesca, recolección, de extracción familiar de
recursos especiales (sal, arcilla), de agricultura a pequeña escala para la subsistencia temporal
in situ. Estos territorios se ubican en zonas especiales o de libre disponibilidad, concesiones
otorgadas por el Estado a terceros sin previa consulta (forestal, fauna, turismo, conservación,
minería e hidrocarburos), y en áreas naturales protegidas. También se incluyen las zonas de
interés común por un valor especial o vital para la sociedad mayor y sobre la cual existen
derechos difusos, como es el caso de las áreas protegidas a nivel local, con fines de preservar
un recurso esencial como el agua, para las poblaciones urbanas y rurales, por ejemplo.
Antes de implementar mecanismos o modalidades de conservación de la biodiversidad, es
importante considerar el diagnóstico de los derechos consuetudinarios sobre el territorio, tanto
para evitar afectaciones al derecho de dichos pueblos y conflictos con el Estado, como para
involucrarlos plenamente y fortalecer las capacidades de impacto de las políticas públicas para
la Conservación.
El presente informe sistematiza los procedimientos y resultados que sustentan el derecho
consuetudinario de los pueblos quechuas y ribereños, en los territorios de la propuesta de Área
de Conservación Regional “Bosques de Alto Shunté y Mishollo”, y de la solicitud de concesión
“Bosques del Angaisa”. El trabajo tuvo por objetivo, evaluar la presencia en el territorio de los
pueblos originarios y poblaciones derivadas de éstos, en base a la evaluación de seis criterios:
referencias históricas, evidencias arqueológicas, topónimos, demografía, lazos ecológicos, y
vínculos geográfico - políticos.
2. Metodología.
Se planteó como Hipótesis de Trabajo, que el uso y derecho ancestral de un pueblo sobre un
determinado territorio, debe evidenciarse en la intensidad y frecuencia de los vínculos
históricos que se establecen entre este territorio y los elementos materiales y espirituales que
conforman dicha sociedad que lo reclama.
En dicho sentido, se aplicaron seis criterios para caracterizar dicha relación: referencias
históricas, evidencias arqueológicas, topónimos, demografía, lazos ecológicos, y vínculos
geográfico - políticos.
Las referencias históricas y evidencias arqueológicas, son construidas para un escenario
general, compilando y analizando las fuentes bibliográficas disponibles. El resto de criterios fue
construido y analizado en particular, para cada ámbito propuesto, considerando los siguientes
objetivos:
a) Evidencias culturales: demostrar la existencia de evidencias culturales que demuestren la
ocupación previa del territorio por los ancestros de las actuales poblaciones originarias de
San Martín.
b) Topónimos: determinar relaciones históricas que se remontan a épocas prehispánicas o
coloniales; estableciendo posibles vínculos genéticos con las poblaciones originarias y
ribereñas que actualmente ocupan los territorios de San Martín.
c) Demografía: identificar las poblaciones originarias y ribereñas que eventualmente pueden
realizar usos ancestrales o tener derechos dentro de los ámbitos propuestos bajo
mecanismos de conservación de la biodiversidad.
d) Lazos ecológicos: establecer específicamente las relaciones de las poblaciones identificadas
con el territorio y sus recursos.
e) Vínculos geográfico – políticos: establecer las relaciones de poder y control del territorio
que ejercen actualmente las poblaciones identificadas en los ámbitos propuestos.
Se realizaron talleres y entrevistas a grupos locales e interesados, localizados en el ámbito de
los territorios propuestos para la implementación de las modalidades de conservación del Área
de Conservación Regional “Bosques de Alto Shunté y Mishollo”, y la Concesión para
Conservación “Bosques del Angaisa”.
Para el levamiento de la información se eligieron localidades adyacentes al área propuesta bajo
la modalidad de conservación y se realizaron las siguientes actividades:
- Seis talleres en los Municipios Distritales de Shunté, Tocache y Pólvora, entre los meses de
setiembre y octubre 2012.
- Ocho reuniones con las comunidades nativas y organizaciones representativas en el ámbito
de influencia de la Concesión para Conservación “Bosques de Angaisa”, entre los meses de
agosto y octubre del 2012.
- Inspección ocular al área de la Concesión para Conservación “Bosques de Angaisa” (23 – 29
de octubre 2012).
- Visita a la propuesta de Zona de Amortiguamiento de la propuesta Área de Conservación
Regional “Bosques de Alto Shunté y Mishollo” (18 – 22 de diciembre 2012).
- Taller de coordinación entre organizaciones de pueblos indígenas y productores
agropecuarios de San Martín (Tarapoto, 7 de enero 2013).
3. Referencias históricas generales.
La configuración actual de los pueblos indígenas de San Martín ha sido moldeada por la
conformación histórica de los pueblos y naciones prehispánicas que habitaron el espacio
geográfico de la cuenca del Huallaga, las cuales pudieron tener orígenes diversos: tupi-guaraní,
jíbaro, pano, caribe y arawak.
Fuentes bibliográficas de los siglos XVII y XVIII3 indican la presencia de los siguientes grupos en
el territorio:
1. Los Motilones o Lamas, a orillas del río Mayo, referencialmente en los alrededores de
Moyobamba, Lamas y Tarapoto. Estaban además emparentados con los denominados
Calzas Blancas4.
2. Los Tabalosos, ubicados en el Mayo Central.
3. Los Pandules, ubicados en el valle del Mayo.
4. Los Suchiches, en el valle del Mayo y Tarapoto (en el barrio del mismo nombre).
5. Los Cascasoas, localizados en la boca del Huayabamba; posteriormente ubicados en
Chazuta y el Bajo Huallaga.
6. Los Amasifuén, en la orilla izquierda del Huallaga Central.
7. Los Payansos, en la margen derecha del Huallaga, desde el río Huayabamba hasta el río
Chipurana.
8. Los Watanas, Nindasos, Nomonas y Sapasos, en el Huallaga Central.
9. Los Cheduas, Alon y Choltos, en el Alto Saposoa y Huayabamba (entrando desde
Chachapoyas).
10. Los Cumbazas o Belsanos, entre Balsapuerto y Tarapoto (Shilcayo), así como en las
cabeceras del Cushabatay.
11. Los Cognomonas, ubicados en el Alto Huallaga, cerca de los Payansos.
12. Los Hibitos, ubicados desde Monte Sión hasta Pachiza.
13. Los Cholones, en el Alto Huallaga (Tocache – Uchiza).
Además, es preciso considerar, de acuerdo a otras fuentes:
14. Los Panatawa que habitaron en el alto Huallaga, entre San Martín y Huánuco5.
3 Maskrey et al. 1991, basados en J. Steward 1948.4 Barclay 2001.5 Vecco R, CA. 2011. Enciclopedia Andina. Vol VIII. 53 p. Inédito.
15. Los Muniches, ubicados en las cabeceras del Paranapura y cerca a Moyobamba.
16. Los Chayawitas o Shawi (cahuapanas), en la cuenca del Paranapura y cerca a Moyobamba.
17. Los Orimonas y Posic, en el valle de Moyobamba6.
18. Pobladores de habla quechua dentro de algunas poblaciones originarias, posiblemente
como evidencia del intercambio político, social y económico.
La mayoría de estos pueblos o naciones hablaba lenguas distintas, aunque posiblemente
existieron afinidades entre algunos de ellos7. Hasta nuestros días se conocen las lenguas
originales de los Shawi, Munichis, Cholones e Hibitos, pero sólo los primeros persisten como
lenguas vivas. El resto de pueblos referidos en general, con excepción de los orimonas y los
posic, no entendían el quechua a la llegada de los conquistadores.
La lengua quechua, tradicionalmente denominada “llakwash”8, fue en últimos términos,
impuesta como lengua franca a los pueblos conquistados de la Amazonia, y derivó en única
durante la Colonia. En la región San Martín se hablan por lo menos tres variantes dialectales
correspondientes a Lamas, San José de Sisa y Chazuta, como centros de influencia.
Los pueblos quechua de San Martín, probablemente tienen su origen en la reducción de
diversos pueblos originarios, que durante la Conquista y la Colonia y una buena parte de la
República, fueron diezmados, sojuzgados y eventualmente transados en calidad de esclavos,
por conquistadores, evangelizadores, encomenderos, y terratenientes. Luego de un primer
proceso de despoblamiento del territorio en los siglos XVII y XVIII, se sucedieron incursiones de
retorno y desplazamiento de los pueblos sometidos por el poder Colonial o como producto de
conflictos internos y rencillas entre los clanes que constituían nacionalidades diferentes antes
de la Conquista. La identidad de las naciones originarias fue desapareciendo, dando lugar a las
nuevas identidades quechua y mestiza que posteriormente se distribuyeron por toda la
Amazonia peruana.
6 Doherty et al. 2007.7 Doherty et al. (2007) mencionan afinidades lingüísticas entre Tabalosos, Lamas y Suchiches, así como supuestas afinidades entre Amasifuenes, Hibitos y Cholones.8 Doherty et al. 2007.
La población quechua en el nuevo escenario de colonización cumplió la función de frente de
expansión y soporte con mano de obra de bajo costo (servidumbre) para las familias
acomodadas en el poder local, permaneciendo estas condiciones hasta muy avanzado el siglo
XX, cuando la apertura de nuevas vías de comunicación terrestre, el crédito agrario y la
efervescencia social, impulsaron cambios radicales en las antiguas relaciones de explotación.
Sobre el origen de las otras etnias presentes en la actualidad (Shawi y Awajún), es muy
probable que el pueblo Shawi haya tenido una mayor presencia en el territorio de la actual
región San Martín durante el pasado9. Desde el año 1997 en que se reconoció la comunidad
nativa de Charapillo, se ha registrado una mayor afluencia de poblaciones Shawi hacia San
Martín, posiblemente por el desplazamiento que venían sufriendo de sus tierras por grupos
migrantes en la región de Loreto o por que encontraban territorios poco ocupados o por
percibir mejores oportunidades de desarrollo en San Martín.
Por otra parte, los pueblos Awajún han sido citados como jíbaros durante la conquista para el
valle del Alto Mayo10; pero en un momento histórico más reciente, migraron desde la cuenca
del Marañón a partir de la década de 194011 y se ubicaron en las provincias que actualmente
ocupan.
4. Evidencias arqueológicas.
Los pueblos y naciones que habitaron el territorio de San Martín, establecieron relaciones
complejas de relacionamiento económico, político y cultural entre ellos y otros pueblos y
naciones, tal como ha sido demostrado por las evidencias encontradas en el Huallaga Central y
la dispersión de petroglifos, cerámica y herramientas líticas en todo el ámbito de San Martín y
la Amazonia12.
9 La población del Pongo de Caynarachi, principalmente en el centro poblado de Yumbatos y las zonas más bajas del distrito, parece tener ciertas afinidades antropológicas y culturales con la población shawi.10 León 2012.11 Brown 1984.12 Vecco y Vecco 2009.
No obstante, las evidencias arqueológicas (evidencias culturales, petroglifos, estructuras,
talleres líticos, entre otros), no han sido estudiadas aún en suficiente detalle, como para inferir
las relaciones específicas con las poblaciones que actualmente ocupan la región.
5. Topónimos.
No existe un estudio detallado sobre el origen y etimología de los topónimos de San Martín; sin
embargo se pueden tomar algunas conclusiones de la toponimia asociada a los pueblos
originarios y de los pueblos ribereños de actual habla española.
Los topónimos quechuas suelen ser descriptivos, indicando una característica relevante de un
lugar, experiencia o calidad. Suelen utilizar sustantivos y sufijos, con la estructura aglutinante
del quechua, y combinarse con palabras de origen español, hispanizadas, o con palabras o
sufijos pertenecientes a otras lenguas originarias no conocidas en la actualidad.
- Topónimos indicados por el sufijo posesivo –yko o –yuk: Moteloyko, Polvorayko,
Metilluyko, etc.
- Topónimos indicados por el sufijo–sapa: Pakaysapa, Kaspisapa, Ponasapa, Wawtusapa,
Churusapa, etc.
- Topónimos indicados por el sufijo–pampa: Muyupampa, Atunpampa, etc.
- Topónimos indicados por el sustantivo –yaku o –rarka (para ríos y quebradas): Mishkiyaku,
Kachiyaku, Yurakyaku, Yanayaku, Kallanayaku, Ankashyaku, Utkurarka, Sanirarka, etc.
- Otros topónimos indicados para ríos y quebradas (no quechuas, posiblemente
hispanizados): Kumbasa, Pachisa, Kuñumbusa, Uchisa; Shunté, Tocache, Semache, etc.
- Otros topónimos indicados para ríos, quebradas y lugares: Ishichiw(i), Alaw, Tallikiw(i),
Paw, Mamonakiwa, Shanaw, Fisakiw(i), Nankaw, Chumbakiw(i), Falinkaw, Upakiw(a),
Asanhiw(a), Mindaw, etc.
- Topónimos quechuas de lugares específicos: Killkarumi, Aukapata, Urkupata, Killuallpa,
Pukallpa, Maray, Wayrapurina, etc.
Cabe destacar la amplia distribución de apellidos toponímicos, gentilicios o patronímicos,
asociados a los pueblos quechuas de San Martín: Tuanama, Tulumba, Fasabi, Ishuisa, Tapullima,
Sankama, Satalaya, Amasifuén, Salas (Tabalosos), Chasnamote, Upiachiwa, Ushiñawa, Lumba,
Sinarawa, Ohanasta, Putapaña, Amasifuen, Chuhandama, Insapillo, Inuma, Pisanko, Guerra,
etc.
6. Evidencias demográficas.
La población de San Martín se ha multiplicado por más de 6 veces, entre los años 1940 (casi
121 mil habitantes) y 2007 (más de 753 mil habitantes). Es difícil diferenciar las poblaciones
originarias de las migrantes, debido a que las migraciones se producen en forma continua y ya
incluye varias generaciones que se han incorporado como población local. En el año 1993, la
población que había nacido fuera del departamento constituía 31,7% del total; pero en el año
2007, era el 28,7%, con un incremento del 37,9% (142 631 habitantes) con respecto al periodo
anterior13.
No existe una adecuada estimación de la población originaria y otros pueblos ribereños de San
Martín. Los datos censales de 1993 para la población indígena, son discutibles y reportan
24,319 habitantes (4,25% del total departamental), ubicando a san Martín en el quinto lugar a
nivel nacional14. No obstante, existe un acelerado proceso de pérdida lingüística y cultural, que
queda evidenciado en el hecho de que al 2007, el 98% de la población tiene al español como
primera lengua15.
Los quechuas representarían el 93% del total de población indígena. Sin embargo, que la
población quechua o de ascendencia quechua podría exceder largamente las estimaciones
oficiales, cuando se consideran los pueblos no reconocidos, un ámbito geográfico mas preciso
de análisis y los cambios de paradigmas que determinan un mayor auto-identificación.
Al respecto, un informe del Instituto de Estadística e Informática16 menciona que los nativos
amazónicos del departamento de San Martín se encuentran distribuidos en 22 distritos:
Moyobamba, San Roque de Cumbaza, San Pablo, Shanao, San José de Sisa, Tabalosos, San
Martín, Zapatero, Santa Rosa, Shamboyacu, Alto Saposoa, Awajun, Lamas, Pinto Recodo,
13 INEI 2009.14 INEI 1993.15 INEI 2009.16 INEI 2010.
Rumisapa, Cuñumbuqui, Chazuta, Caynarachi, Papaplaya, Shapaja, Shunté y Uchiza. Lo notable
del informe, es que en muchos de estos distritos no existen comunidades nativas o campesinas,
lo cual se puede interpretar como un primer reconocimiento desde una entidad del Estado
Peruano, de la existencia de pueblos indígenas no organizados bajo la fórmula jurídica de
comunidad, en San Martín.
7. Lazos ecológicos.
Las cosmovisiones y lenguas amazónicas están fuertemente asociadas a la diversidad ecológica
que caracteriza sus territorios ancestrales y de sus recursos más importantes.
El idioma Llakwash mantiene el uso de diversas palabras asociadas a la flora y fauna amazónica,
y que tienen carácter inter-lingüístico, además de los aportes del español. Muchas de estas
palabras son compartidas por los pueblos jíbaro, como: “achu” (achu-al) para “awashi”,
“lluychu” para “venado”, “waywash” para “ardilla”, “pinchi” para mono “pichico”, entre otras.
Otras palabras parecen tener origen tupi-guaraní, como “tamamuri”, “pururuka”, o
“tupushayri”, o el término de parentesco “ima”. Otras palabras son de origen desconocido,
como el término “sektop” (“ishtapi”), “ñeha”, “shapaha”, etc.
El modo de subsistencia indígena y las rutas comerciales consolidadas durante la Colonia,
establecen una serie de lazos entre los pueblos indígenas y los territorios, asociados a un ciclo
de aprovechamiento estacional de sus recursos: la sal, la caza, las plantas medicinales y la
tierra.
Estos lazos suelen desintegrarse, al desaparecer los recursos naturales o los grupos humanos
que los utilizan. Algunos ejemplos de estas relaciones son:
- Los quechuas - lamas y awajún, con la caza del makisapa (Ateles spp.) y el consumo de la
kakapana (cigarra comestible), el sikisapa kuru (hormiga) y larvas de otros insectos
coleópteros y lepidópteros. Sustentado en testimonios locales y la observación directa.
- Los pueblos del Huallaga Central con la manchinka (Brosimun alicastrum) y el chuchuwasha
(Maytenus sp.). Sustentado en testimonios locales y la observación directa.
- Los quechuas chasutinos con el comercio fluvial y la pesca. Este dato ha sido históricamente
documentado17 y reforzado por testimonios locales.
- Las relaciones específicas de cada pueblo con los yacimientos salinos. Tema ampliamente
documentado18, con testimonios locales y con una amplia difusión en los mitos de los
pueblos quechuas.
8. Organizaciones de pueblos originarios.
En la actualidad se han reconocido más de 48 comunidades nativas quechuas19, y una existe
una mayor cantidad de pueblos no reconocidos (como pueblos originarios) o en proceso de
reconocimiento como comunidad nativa. Estos pueblos quechuas están organizados en cuatro
federaciones:
a) La Federación de Pueblos Indígenas Kechwas de la Región San Martín (FEPIKRESAM),
constituida legalmente el 13 de abril del 1993, integrada actualmente por diez comunidades
nativas con territorios titulados. Su ámbito geográfico es las provincias de Lamas, San Martín
(Bajo Huallaga), Picota, Huallaga y Mariscal Cáceres.
b) El Consejo Étnico de los Pueblos Kechwas de la Amazonia (CEPKA), constituida legalmente el
12 de diciembre del 2002, integrada actualmente por 32 comunidades nativas sin territorios
reconocidos. Su ámbito geográfico es las provincias de Lamas, San Martín (Bajo Huallaga),
Picota, y El Dorado.
c) La Federación Kichwa Huallaga Dorado (FEKIHD), constituida legalmente el 1 de enero del
2011, integrada formalmente por cinco comunidades nativas y tres organizaciones de
pueblos originarios (asociaciones civiles). Su ámbito geográfico es las provincias de Huallaga,
Bellavista y El Dorado.
17 Barclay 2001.18 Rengifo 2009; Vecco y Vecco 2009.19 Dirección Regional Agraria San Martín. 2011. Oficio Nº 399-2001-GRSM/DRASAM. Respuesta a solicitud de información pública.
d) La Federación de Pueblos Indígenas Quechuas del Bajo Huallaga Chasuta (FEPIQECHA),
recientemente organizada, en el ámbito del Bajo Huallaga (provincia de San Martín).
En el año 2009 se constituyó la Federación Regional Shawi de San Martín (FERISHAM). Su
ámbito geográfico es la provincia de San Martín.
La nacionalidad Awajún esta organizada en 14 comunidades nativas reconocidas, organizadas
en la Federación Regional Indígena Awajún del Alto Mayo (FERIAAM), con ámbito geográfico en
las provincias de Moyobamba y Rioja.
Tanto FEPIKRESAM como CEPKA, se encuentran afiliadas a la Asociación Interétnica de
Desarrollo de los Pueblos Indígenas (AIDESEP). Estas dos organizaciones, con FERIAAM y
FERISHAM, son parte de la Coordinadora de Desarrollo de los Pueblos Indígenas de San Martín
(CODEPISAM).
FEPIKRESAM, CEPKA y FEKIHD, constituyen una instancia de coordinación, denominada Mesa
Técnica de los Pueblos Quechuas de San Martín.
9. Evaluación de criterios por territorio propuesto bajo modalidades de conservación.
9.1. Área de Conservación Regional “Bosques de Alto Shunté y Mishollo”.
a) Referencias históricas específicas:
Existen amplias referencias históricas20 que coinciden en referir la presencia de las
naciones Hibito y Cholón en el territorio propuesto para ACR. El último representante
hablante de la Cholón, fue mujer y dejó de existir en la década del 80, en la ciudad de
Huicungo21.
La quebrada Chontayacu reviste vital importancia, puesto que en dicha zona empiezan
los yacimientos salinos del Huallaga y es uno de los puntos de conexión más cercanos
con el Marañón medio donde esta Tantamayo y Piruro (sitios arcaicos monumentales). 20 Maskrey et al. 1991; Barclay 2001; León 2012.21 Carlos A. Vecco R. Patronato de Ciencia y Cultura del Perú. Lima, noviembre 2012. Comunicación personal.
Los pueblos del Marañón aprovechaban la sal del Huallaga por esta ruta y los incas
entraron la misma, al igual que los primeros españoles.
El “Plan del Curso de los ríos Huallaga y Ucayali y de la Pampa de Sacramento”,
publicado por Manuel Sobreviela y la Sociedad de Amantes del País en 1791, ilustra
como principal fuente de ingreso al valle del Huallaga, dos rutas desde Tayabamba y
que utiliza las cuencas de los ríos Mishollo y Alto Huayabamba - Apisoncho.
b) Restos culturales:
Se tienen referencias de los siguientes restos culturales.
- Hachas de piedra.
- Restos de cerámica: durante la evaluación de campo se encontró cerámica incisa
(posiblemente formativa), en los lugares aledaños de la quebrada Tingo, afluente
del Crisneja, cuenca del Chontayacu.
- Petroglifos: de ubicaron en los transectos Shunté – Metal, y Uchiza.
- Construcciones arqueológicas.
- Tumbas.
c) Topónimos.
- Topónimos indicados por el sufijo–pampa: Pampayaku.
- Topónimos indicados por el sustantivo –yaku (para ríos y quebradas): Challwayaku,
Kachiyaku, Chontayaku.
- Otros topónimos indicados para ríos, quebradas y lugares (posiblemente no
quechuas o hispanizados): Tocache, Mishollo, Matallo, Shunté, Shumansa, Iscote.
- Apellidos toponímicos, gentilicios o patronímicos: Ishuiza, Sangama, Tapullima,
Amasifuén, Apagüeño, Sinarahua, Satalaya, Cachique, Fasabi, etc.
d) Evidencias demográficas.
La población que cuenta con rasgos culturales originarios y apellidos toponímicos
asociados al pueblo llakwash, es minoritaria y puede aún encontrarse en convivencia
con otros grupos en diversas zonas (como Ramal de Aspusana). Asimismo, existen
grupos originarios de habla quechua, migrantes de la sierra de Huánuco, Ancash y La
Libertad, quienes conforman grupos diferenciados con intereses de ser reconocidos en
su identidad.
En tres trayectos evaluados (Shunté, Chontayacu - Crisneja, Maná – Batán) no se
encontró población originaria amazónica. En el eje más amplio de Shunté, la población
adulta es migrante en su mayoría o descendiente de migrantes en primera generación,
con origen en el distrito de Tayabamba (Pataz).
Sin embargo, se ha constatado la presencia de comunidades campesinas de habla
quechua, no reconocidas, y provenientes de la sierra central y del distrito de Cholón en
Huánuco. Asimismo, existen poblaciones originarias en la margen derecha, en Ramal de
Aspusana; y al norte del área de amortiguamiento de la propuesta de ACR.
e) Lazos ecológicos.
Las poblaciones locales continúan el relacionamiento con la naturaleza, a través de
actividades de caza y pesca de subsistencia, en forma muy similar a como la realizan
actualmente los pueblos originarios en la región. Una encuesta realizada en el distrito
de Shunté, evidencia que la relación entre la población actual con la biodiversidad no
es tan estrecha como la observada con los pueblos originarios. No obstante, los
nombres de ciertas especies, y tecnologías de subsistencia han sido en parte,
replicadas.
f) Vínculos geográficos y políticos.
Las poblaciones se encuentran organizadas en torno al poder político del Estado, el
frente cívico, las rondas campesinas, asociaciones de productores (cacao, arroz, café,
coca). Las organizaciones que mayor presencia y fortaleza tienen para el control
territorial y la conservación participativa en la zona, son la Federación de Campesinos
Cocaleros y Productores Agropecuarios “Saúl Guevara Díaz” (FECCPA), y las rondas
campesinas.
FECCPA recientemente ha suscrito acuerdos de cooperación interinstitucional con las
federaciones indçigenas FEPIKRESAM, CEPKA y FEKIHD, para apoyar la gestión
participativa del ACR Bosques de Alto Shunté y Mishollo, otras concesiones de
conservación en su Zona de Amortiguamiento, y otros territorios en el Alto Huallaga. La
gestión directa de las áreas de conservación, estarán a cargo de las poblaciones locales,
constituidas por las comunidades campesinas y nativas afiliadas a FECCPA, pueblos
ribereños, rondas campesinas de la provincia de Tocache, en coordinación con las
organizaciones indígenas quechuas y otras instituciones afines.
9.2. Concesión para Conservación “Bosques de Angaisa”.
a) Restos culturales:
Se tienen referencias de los siguientes restos culturales.
- Hachas de piedra.
- Restos de cerámica.
b) Topónimos.
- Topónimos indicados por el sustantivo –yaku (para ríos y quebradas): Yanayaku,
Morroyaku.
- Topónimos quechuas de lugares específicos: Killuallpa.
- Apellidos toponímicos, gentilicios o patronímicos: Ishuiza, Sangama, Tapullima,
Amasifuén, Apagüeño, Sinarahua, Satalaya, Cachique, Fasabi, etc.
c) Evidencias demográficas.
Se consideran las poblaciones más cercanas al área propuesta, no obstante, no existen
registros consistentes de población. Las fuentes disponibles, como el Proyecto Especial
Alto Mayo y las municipalidades provinciales de Moyobamba y Lamas, no brindan cifras
confiables. Las poblaciones son las siguientes:
- El Álamo - Pampa Hermosa. Población migrante.
- El Higuerón. Población migrante.
- Yarao: Población awajún.
- Bella Selva. Población migrante.
- Nueva York. Población migrante.
- El Cóndor. Población migrante.
- Jesús del Monte. Población migrante.
- Sol Andino. Población migrante.
- Nuevo Jaén. Población migrante.
- Almirante Graú. Población migrante.
Las poblaciones quechuas interesadas son las siguientes:
- CN Wayku.
- CN Naranjal.
- CN Shukshuyaku.
- CN Anak Juanjuicillo.
- CN Chumbakiwi.
d) Lazos ecológicos.
Las poblaciones locales continúan el relacionamiento con la naturaleza, a través de
actividades de caza y pesca de subsistencia, en forma muy similar a como la realizan
actualmente los pueblos originarios en la región. Este modo de vida es incluso
aprendido por las poblaciones migrantes en la zona.
e) Vínculos geográficos y políticos.
La existencia de vías de acceso, construidas en el presente más reciente, determina un
mayor relacionamiento con el eje político de Moyobamba. Las condiciones de flujo y
acceso al área son las siguientes:
- Por la trocha carretera que conecta Moyobamba con Nuevo Progreso, Cordillera
Andina, y Nueva York (3 horas en movilidad). Desde Nueva York, la concesión se
ubica a 3 horas de camino a pie.
- Desde Quilluallpa, existe un ramal (trocha carretera) a Bella Selva y El Álamo (2
horas en movilidad desde Moyobamba). Desde El Álamo, la concesión se ubica a 2
horas de camino a pie.
- Desde Santa Anita (a 20 minutos de Moyobamba en movilidad), la concesión se
ubica a 10 horas de camino a pie, pasando por Nuevo Salinas, La Florida y Nuevo
Iquitos.
Una ruta alternativa de las comunidades nativas ingresa desde la CN Yurilamas, a pie, e
implica atravesar el flanco Oeste del Área de Conservación Regional Cordillera Escalera.
Esta ruta se encuentra en el ámbito de las comunidades nativas afiliadas a las
organizaciones representativas FEPIKRESAM y CEPKA.
Las poblaciones ubicadas en la zona adyacente al área tienen como forma natural de
organización a las Rondas Campesinas, las cuales no tienen niveles de coordinación con
las Comunidades Nativas.
10.Conclusiones.
10.1. Área de Conservación Regional “Bosques de Alto Shunté y Mishollo”.
El ámbito propuesto para el Área de Conservación Regional “Bosques de Alto Shunté y
Mishollo”, fue ocupado y compartido en diversos momentos históricos por diversos
pueblos originarios, cuyos descendientes se pueden encontrar físicamente, sin su lengua
originaria, ni una noción de su origen y pertenencia étnica (identidad). No obstante,
demuestran un arraigo por el territorio, basado en su permanencia y dependencia sobre
sus recursos.
Asimismo, se identificaron poblaciones con condiciones para el reconocimiento de
comunidades campesinas.
10.2. Concesión para Conservación para Conservación “Bosques del Angaisa”.
- Existen abundantes evidencias sobre el Derecho histórico de las actuales poblaciones
quechuas de San Martín sobre el territorio. Estas poblaciones se adecúan a las
definiciones de pueblos indígenas u originarios, y de territorio indígena; establecidas
por el Convenio 169 de OIT, entre otras normas.
- Las áreas adyacentes al ámbito propuesto para la concesión de conservación
“Bosques del Angaisa”, han sufrido un fuerte proceso migratorio, que ha ocasionado
el desplazamiento de las poblaciones originarias, la predominancia de poblaciones
migrantes, y el desarrollo de vínculos geográficos y políticos que limitan el control y
acceso por las rutas ancestrales de los pueblos quechuas interesados en recuperar el
área.
11.Recomendaciones.
- La metodología propuesta por el presente mini - estudio, podría replicarse hacia otras
iniciativas impulsadas por el Sistema Regional de Conservación de San Martín.
- Promover mecanismos de coordinación y participación en la gestión de conservación, entre
el Estado, las organizaciones de pueblos originarios y campesinas, y las poblaciones locales
del Alto Huallaga; incorporando los usos de subsistencia en la propuesta del Área de
Conservación Regional “Bosques de Alto Shunté y Mishollo”.
- Reformular los límites de la solicitud de la Concesión “Bosques del Angaisa”, para reducir los
riesgos de conflicto por el territorio.
- Promover mecanismos de coordinación entre organizaciones indígenas y migrantes para
fortalecer el mecanismo de conservación propuesto en la Concesión “Bosques del Angaisa”,
a cargo de los pueblos quechuas organizados en FEPIKRESAM y CEPKA.
12.Referencias bibliográficas.
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13.Anexos.