Iniciación Filosófica - Augusto Salazar Bondi

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El Dr. Augusto Salazar Bondi es sin duda una de las personalidades de mayor renombre en el ámbito de la filosofía contemporánea en Latinoamérica. Su profunda vocación académica, un agudo sentido de la crítica, lo pragmático de su pensamiento y un convencido compromiso social se vuelcan en sus obras para hacer de cada una de ellas un material pedagógico de inestimable valor, accesible a todos y de gran utilidad.

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    AUGUSTO SALAZAR BONDY

    ICIACION ILO~ ~~ICA

  • INICIACION

    FI LOSOFICA-

  • Del mismo autor:

    La filosofa en el Per. Washington, Unin Panamericana. 1954.

    Irrealidad e Idealidad. Lima, Biblioteca Filosfica, U. de San Marcos, 1958 . .

    La epistemologa de Gastn Bachelard. Lima, Biblioteca Fi-losfica, U . . de San Marcos, 195B.

    Tendencias contemporneas de la filosofa ' moral britnica. Lima, Biblioteca Filosfica, U. de San Marcos, 1962.

    En tomo a la educacin. Lima, Fac, de Educacin, U. de San Marcos, 1965.

    Historia de las ideas en el Per contemporneo. 2 vol., Li-ma, Fralcisco Moncloa Editores, 1965. Lecturas filosficas. Lima, Ed. Renovada, 1965.

    Breve vocabulario filosfico. Lima, Ed. Universo, 1967.

    Breve antologa filosfica, Lima, Ed. Universo, 1967.

    Didctica de la Filosofa, Lima, Ed, Arica, 1968.

    Educacin Cvica. Lima, Ed. Arica, 1968.

    La Filosofa en el Per. Lima, Ed. Universo, 2a. Ed. 1967.

  • Augusto Salazar Bondy

    .

    INICIACION FILOSOFICA Curso Universitario

    ~ EDITORIAL ARICA S. A. ~ LIMA PERU

  • Primera edicin, 1963 S~nda edicin, 1964 Tercera edicin, 1967 Cuarta edicin, 1969

    Derechos de Autor res8rvadoi AUGUSTO SAlAZAR BONDY,

    Derechos de Arte Grfico resarvados BORIS ROMERO ACCINElLl.

    Derechos de Edici6n resalllados EDITORIAL ARICA S. A. Paseo de la Repblica 32B5 San Isidro Telfono 4().1670 - Casilla 3537 Lima ~ Per.

    .,

    IMPRESO EN EL PEAU - PRINTED IN PEA U

  • /0 1-S/' o' "

    A mis colaboradores en la ctedra de Introduccin a la Filosofa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en testimonio de agra-.decimiento ' y amistad,

  • PROLOGO A LA PRIMERA EDIClON

    Recogemos en este libro el contenido fundamental de las lecciones de introduccin a la filosofa dictadas en los ltimos aos a los estuc/iantes de la Facultad de Letras de la Universi-dad Nacional Ma~~;)r de San Marcos. La idea regulativa de es-tas lecciones ha sido la filosofa como un saber sui generis y co-

    . .

    mo un hecho de cultura que el estudiante universitario, en cuan-to hombre de nuestro tiempo y de nuestra sociedad, encuentra existiendo y obrando en torno suyo y cuyo sentido debe enten-der reflexivamente si ha de estar preparado pdra penetrar en el hondn de la vida contempornea. Una genuina educacin uni-versitaria es formacin del espritu 'para la comprensin y la di-reccin de la existencia de la comunidad. La nuestra es una co-munidad que implica inevitablemente la filosofa y slo puede ser comprendida y orientada a partir de ella.

    Entender reflexivamente la filosofa no es, sin embargo, lo mismo que asumirla implcitamente en las ideas, hbitos y usos convencionales. En este caso prevalece un pensar inconsciente y un actuar sometido a normas y fines no deliberados, que pueden conducir fcilmente a la confusin y el error y, de cualquier mo-do, son incompatibles con el ideal de un espritu culto. Entender

    . reflexivamente la filosofa es hacer ver su fisonoma propia y aco-ger/a con sus contrastes y matices y $O dinmica histriCa pecu-liar. En una introduccin a la filosofa no cabe, por consiguien-te, aceptar y ratificar la idea simplista o rudimentaria del saber filosfico que tiene el principiante, ni ceder a la tentacin de ba-nalizar, con pretextos didcticos, la .comprensin del filosofar.

  • 10 INJCIACION FlLOSO FICA

    Pero tampoco debe pretenderse la iniciacin por la exposicin y discusin filosfica de nivel superior o el tratanliento sistemtico de los problemas de la filosofa. La mentalidad del estudiante de los primeros aos, que no est en condiciones de. abordar es-ta tpreo, sera chocada por semeiante proceder y adquirira se-guramente un reffeio de rechazo. La iniciacin en la filosofa implica un paso dialctico' del pensar 'comn a un pensar nuevo, que es lo contrario de la simplificacin o el empobrecimiento de la reflexin y de la naturaleza del filosofar; pero u~ paso, una orientaCin y un acomodamiento de la mirada intelectual capa-ces de hacr posible . la penetrt;Jcin en esta naturaleza.

    La reorientacin y .el acomodamiento de que hablamos exi, gen fundamentalmente dos cosas en que hemos insistido a lo lar-go' de las lecCiones aqu reunidas. Una descripcin de los rasgos diferenciales, caractersticas y modos del filosofar como conoci-miento sui generis, y una remisin sistemtica a la historia de la filosofa, a los textos cfsicos 'y al debate vivo del pensar a/ual. No hemos excusado las repiticiones y los planteos diversos del mismo tema para hacer ms segura y efectiva la primera con~ dicin. Y hemos insistido una y otra vez en la necesidad de po-nerse en contacto directamente co"' los textos de los grandes .fi-lsofos de la historia, as como de maneiar los estudios y medios auxiliares de jo especialidad, como' condicin de un acceso gra-dual y_ firme al filosofar. Con este propsito, en cada 'captulo se encontrar una Gua de Lecturas con la bibliografa recomen-dable, la cual se ha limitado a la castelfana a fin de contar slo con los medios de estudio accesibles a todos los alumnos de los cursos elementales.

    No se ha inventado todava la manera de ingresar a la fi-losofa sin esfuerzo intelectual y sin autodisciplina. Este libro no pretende por eso hacer fcil lo que por su naturaleza supone la dificultad de las tareas serias; y tan seria es sta .de la filosofa que le toma cuentas, con irona grave, a .Ias cosas y las personas que se sienten ms serias, intocables y hasta sagradas. Busca s este libro ' conducir y ayudar al estudiante universitario -y a cualquier lector interesado- en su esfuerzo de inteleccin y asun-cin consciente del filosofar.

  • PRO,LOGO 11

    Por cierto que hay otras maneras de cumplir esta tarea y no pocos que pueden ' hacerlo con ms xito que el autor de estas p6ginas. Fcilmente se encontrarn aqu muchas cosas que en-mendar y agregar y ms de un pun.to ob;etable por los entendi-dos; Estos, sin embargo; sabrn comprender que, por lo menos en una par(e, las ob;eciones y divergencias son insalvables , y, en la misma medida, excusables: 'en aquella parte en que toda in-troduccin a la filosofa traduce un modo' personal de concebir y practicar la filosofa y da testimonio de la formacin y las pr~ferenci.as intelectuales de quien ensea, de las lecciones e ideas de los maestros que lo formaron y de la orientacin , esencial de ' su' propia meditacin.

    A. S. B.

    Li ma , mov de 196.~

    PROLOGO A LA SEGUNDA EDIC/ON

    En esta segunda edicin 'se han introducido ligeros camolos que no afectan el ' contenido y el. planteo fundamentales de la obra y, se han agregadoalgonos nuevos ttiJlos a la bibliografa, adems de corregirse las numerosas erratas que se des/iaron en e'.texto impreso 'de la primera.

    A. S. B.

    Lima, mayo de 1964.

  • 12 INICIACION FlLOSOFICA

    ,

    PROLOGO A LA TERCERA EDIClON

    En la presente edicin se ha ampliado el contenido de algu-. nos captulos y se ha actualizado, en la medida de lo posible, la bibliografa recomendada. Entre la segunda edicin y esta ter-cera, hemos compuesto tres obras que tienen el carcter de me-dios auxiliares de la enseanza filosfica: Lecturas filosficas, Bre-ve Antologfa Filosfica y Breve Vocabulario Filosfica, que com-plementan el enfoque didctica del presente curso. En lugar de hacer reiteradas referencias a ellas, hemos preferida hacer aqu esta mencin general a su utilizacin recamendoda.

    Agradezco la gentil colaboracin de la Srta. Eva Villaverde, quien ha preparado el ndice onomstico, y del Sr. Vctor Len Roca, que revis las pruebas de imprenta.

    A. S. B.

    Lima, abril de 1967.

  • EL COMIENZO DEL FILOSOFAR

    "Si la visin de todo artista es irreductible a la visin comn, es porque desde su ori-gen est ordenada por los cuadros y las es-tatuas, por el mundo del arte_ Resulta re-velador que ninguna memoria de gran artista registre una vocacin nacida de otra , cosa que de la emocin sentida ante una obra: representacin teatral, lectura de un poema o de una novela en los escritores; audicin en los msicos; contemolacin de un cuadro en los pintores , , . En Chortres como en Egipto, en Horencia como en Babilonia, el arte no nace de la vida sino a travs de un arte anterior" .

    Andr Malraux

    "No creo que el mundo o las ciencias me hayan sugerido nunca algn problema filo-sfico, Lo que me ha sugerido problemas filosficos son las cosas que otros filsofos han dicho sobre el mundo o las ciencias".

    G. E. Moore

    " El Pathos del asombro no se encuentra simplemente al comienzo de la filosofa, co-mo, por e;emplo, el lavarse las manos pre-cede a la operacin del ciru;ano. El asom-bro sostiene y domina la filosofa".

    Martin Heidegger

    "Hasta el momento no se puede aprender ninguna filosofa, pues dnde se encuen-tra, quin la posee y en qu podemos re-conocerla? Slo se puede ,aprender a filo-sofar" .

    Kant.

  • El arte, dice Malraux, nace d~1 arte. la mISmo ocurre con la filosofa, ' segn la experiencia personal de quienes la hacen. No hay filosofa que haya surgido de la nada, como producto de una meditacin sin ejemplos y sin influencias intelectuales,es decir; sin contacto con una . filosofa ya formulada y actuante. la ided de una reflexin "natural", obra de un pensador aisla-do, e contacto puro con el cosmos, es ilusoria . As como hay siempre ano mediacin entre el artista y la naturaleza, una ma-nera pictrica o potica de ver el munpo, que es aprendida y que da testimonio de la preexistencia de la pintura o la poesa, as tambin entre el pensador y el mundo slo ,se establece un contacto filosfico a travs de la filosofa ' que ya han ' hecho otros 'hombres. P0r estar 'implcito en todo filosofar un contacto en las filsofos, un 'dilogo con ellos, un proceso abierto de asimi,-lacion, provocacion y trasmisin de inquietudes, dudas y convic-ciorles acerca de los problemas de la existencia, la , filosofa re-mite a la historia. Por lo mismo, 'nadie sabe quin fue el primer filosofo, ni interesa mucho saberlo, y seguramente no tiene sen-ti,do el tratar de determinarlo como un ' personaje singular de la historia. En efecto, nos apercibimos de ,la existencia de la fi.lo ,

    ,sofa cuando ya est en obr por 'largo tiempo un, dilogo ra-cional y se ha prducido una evolucion ideologica que enlaza, la meditacion intel,igente de unos hombres 'con la de otros. Di-cho de diferente modo, la filosofa que encontramos eh ~a histo-ria hunde sus races en una tradicion reflexiva . En cualquier caso, su origen hubo de esi'ar en una mediacin inicial gracias a la cual una cultur nueva surgi dialctica mente de un pensar anterior.

    ,Estas consideraciones tienen una consecuencia principal que , debe tomar en cuenta todo aquel que quiera comprender el sen-o ti do de la filosofa: la filosofa es eso que historicamente ha sido formado y es as coma la historia la ofrece desde los griegos hasta , nuestros das. lniciarse en la filosofa significa, por la tan-to, entrar en el dilaga de los filosofas," aprender su lenguaje, recibir el impacto de sus inquietudes y ser promovido de este modo a un nuevo pensar.

    Pensar "natralmente" y filosofar san, por consiguiente, co-sas contrarias. Nadie llega a la filosofa por la espontaneidad

  • 16 INI CIA CION FILOSQ.F'lCA

    de su propia conciencia, sin nexo con la comunidad pensante de la historia. Todo esfuerzo hecho en esta direccin planear en el vaco y se mostrar incapaz de dar frutos aprovechables para el dominio intelectual de la realidad. En filosofa, ms se-guramente que en otra disciplina, slo es frtil el pensamiento educado, apto para plantear cuestiones y formular respuestas con sentido, es decir, encuadradas en un contexto ideolgico preciso. Un problema planteado adnicamente, sin precedentes y puntos de referencia bien determinados, sera en la prctica un pseudoproblema, un pensamiento inane. lo mismo ocurre con las respuestas. Una solucin no preparada dialcticamente por el pensar anterior sera una respuesta impertinente, un esfuerzo intelectual infecundo, entre otras cosas por ignorante de s mis-mo y de los condiciones en que puede ser probada su verdod.

    No hay entonces monera de' ingresar en la filosofo a no ser insertndose en el desorrollo de ella, admitiendo lo influen-cia y la estimulocin de los filsofos que lo hocen, oprendiendo el dilogo racional y preparndose paro el trabajo creodor. De oll que puede decirse tambin o propsito de la filosofa, co-mo lo dice Molraux del arte, que quien comienzo en ello pro-duce siempre postiches. Un principiante en filosofa crea a du-ras penos y nunca sin imitar. El , volor de su pensamiento est dado por el esfuerzo que pone en comprender y troducir a sus maestros, ontes que por un aporte original. Este pensar y decir por cuenta propia las ideas de los otros, esta reflexin y formu-lacin imitativo es, sin embargo, un primer lenguaje personol, una primera forma de autoofirmocin intelectual que se alimen-ta de una rebelda escondida'.

    Pero -podr observar alguien- no implica ' 10 filosofa un puerilizarse?, no se ho dicho desde antiguo que el filosofar co-mienza con la admiracin, con el asombro ante las cosas del mundo?, no significa esto romper con las ideas anteriores y quedar librado a lo e'spontoneidod del propio pensor? Platn y Aristteles afirman, en efecto, que lo filosofa comienza con lo admiracin, y la historio de la filosofa confir,ma su aserto. Pe-ro no debe olvidarse que hay admiraciones y admiraciones. Hay la ,admiracin de cualquiera y la otra, la contraria, como dice Aristteles, que es lo filosfica . . Un espritu' simpln puede po-

  • EL COMIENZO DEL }'ILOSOFAR 17

    sarse la vida extrandose de las cosas ms banales y comen-tes sin llegar nunca a filosofar. En verdad, e: pensamiento filo-sfico est ms lejos de la conciencia del rstico que -se : queda boquiabierto ante los tranvas y las luces nen de la ciudad, que del hombre urbano cuya mente na es extraa al lenguaje de .10 ciencia y la tcnica y, quiz sin .saberlo, interpreta la real idad racionalmente gracias a las categoras de este lenguaje. Est~ hombre posee ya un esquema conceptual apto para convertirse en lenguaje filosfico, mientras el primero est preso en imge-nes y nociones indiferenciadas que impiden articular lgica mene te el pensamiento. Y es cierto que la actitud filo~fica implica un puerilizarse, un ver lcis cosas con mirada indita . Pero con ello no 'quiere decirse que el nio sea filsofo '1 que haya que retornar a la conciencia infantil real para hacer filosofa, por-que la nueva mirada filosfica implica . romper con toda credu- . lidad, con toda idea recibida, con todo tab, es decir, entre otras cosas, con el mundo ingenuo de la infancia. lo cual comporta un penoso esfuerzo de .conversi~ espiritual, un largo ejercicio de

    Iiberacin de la mente, en suma, un aprendizaje. la admiracin de que se nutre la filosofa es, pues, una manera de ver y pen-sar aprendida en la escuela de los filsofos . Por cierto que la conciencia anterior, todas las maneras de juzgar y reaccionar ante el mundo, que son propias del sentido comn y, en general, de la mente no filqsfica, tienen su valor y son aprovechables por la filosofa. En rigor, forman la raz de la que ha de surgir, por oposicin .dialctica, la reflexin filosfica; del moda como histricamente la filosofa fue condicionada por el mito. Pero la mediacin pedaggica, el dilogo con los filsofos, eS el fac-lar fundamental.

    Por lo dicho se comprender que no estamos haciendo una recomendacin de pasividad. Aprender y educarse en filosofa no significa recibir simplemente cjeterminados contenidos tericos, sino asumir problemas y prepararse para responderlos de un modo original y creador. la mera recepcin es menos concebi-ble en filosofa que en otra discipl ina terica porque, como se-alaba Kant, no hay nunca una filosofa formada y acabada, .y porque, en consecuencia, lo que en ella cuenta es el acto de pensar. la analoga del arte vale tambin en este punto. Ser educada, por ejemplo, en la pintura, aprender a pintar, . es cosa

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    muy distinta de acoger pasivamente ciertas valares y tcnicas ya existentes; supone, por el contrario, dominarlos y manejarlos co-mo casa propia ;. Quien no ,concurre a la escuela de los pinto-res, quien no atiende las lecciones de la pintura universal, nunca podr formarse y quedar ' fuera del mundo del arte. Pero quien se limita a registrar lo que otros han 'hecho, sin poner en juego su 'personalidad y su voluntad polmica, . nunca llegar ci pintar. As tambin oC,urre en filosofa . Hay que recibir y asimilar el ejemplo y las orientaciones de quien gua, pero al mismo . tiempo hoy que poner en obra el. propio pensamiento racional, respon-der al . estmulo y acoger las sugestiones del pensar extrao per-sonalmente, convirtiendo en cosa propia ' las motivaciones y tc: nicas aprendidas.

    Ms adelante hemos de insistir una y otra vez en que la fi-losofa es meditacin personal. Esto implica que nadie. ingresa a la filosofa sin ' estar comprometido "en persona" con '10 re-flexin racional, sin adaptar '0 las condiciones y exigencias del propio espritu los problemas y temas que' le llegan de una tra-dicin secular.

    Tradicin y originalidpd -que es como decir historia ge-riuina- son, en suma, categoras fundamentales del quehacer fi-losfico; Por eso, aprender fUosofa no es repetir una filosofa '

    . existente, sino llegar, por mediacin de un filosofar existente, a un nuevo pensar. No se puede aprender-filosofa sino ti filoso-far deca tambin Kant. Eso es lo que nos ensean, y lo que slo por ellos podemos aprender, los filsofos que han hecho la historia .del peMamiento racional.

    Gua de lecturas. Desde el prinCipiO, el estudiante debe po-nerse en contacto con los clsicos de la filosofa a travs de' la lectura personal de algn texto famoso. En rigor, cualquier gran obra filosfica, . leda atenta y pacientemente y con la de-bida orientacin, sirve como inmejorable iniciacin en el filoso-far. Sin embargo, de acuerdo con lo que aconseja nuestra ex-periencia de la enseanza de la filosofa, ' cabe" recomendar es-pecialmente ciertos autores y ttulos como los ms apropiados al fin sealado. En este sentido, Platn, pese a ser un filsofo de

  • E L COMJENZO DEL F'ILOSOF'AR 19

    una gran riqueza y profundidad de pensamiento, se destaca en-tre todos. De sus obras, recomendamos la Apologa de Scrates, Critn, Georgias y e l libro I de La Repblica.' Algunos libros de pensadores ingleses modernos, tales coma Tres dilogos entre Hylas y Filonus, de George Berkeley, e Investigacin sobre el en-tendimiento humano, de David Hume, se seala n por su claridad y vivacidad polmica. La introduccin a la Crtico de la .razn pura de Kant, complementada con otros textos kantianos vase por ejemp.lo la anto loga de J. Zhitlovski, Kant, Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 1941), tiene tambin gran va lor formativo ." Pa-ralelamente a est.as y otras lecturas anlogas conviene consu ltar algunos estudios acerco de las respectivas autores, para lo cual remitimos a la bibliografq mencionada ' en los captlos consa-grados a las etapas de la filosofa III y IV) ..

    Otro gnero de obros que ayudan a familiarizarse con el sentido y objeto de la filosofa . son los manuales y ensayos de iniciacin. A este respecto, existen en castellqno numerosos li bros y . de muy diversos tipos y orientaciones. He aqu, descrito! brevemente, algunos de los ms conocidos.

    Una sencillo y clara presentacin de la filosofa, su carcter y dominio, se encontrar e'n Francisco Romero, Qu es la filosofa, Buenos Aires; Ed. Columba, 1953, y J. D. Gorda Bocea, Elemen-tos de filosofa, Caracas, Univ. Central,. 1963. Igualmente acce-sibles son los ensayos de A. Vasalla, Qu es filosofa? o de una sabidura heroico, Buen,as Aires, Ed. Lsada, 1945, y A. Snchez Reulet, Raz y destino de la filosoMa, Tucumn, Universidad Na-cional, 1942.

    Una iniciacin a travs del estudio de las diferentes discipli. nas filosficas, sus mtodos y contenidos, es el breve libra de H. [eisegang, Introduccin a la filosofa, Mxico, Ed. Uteha, 1961. Del mismo gnero es el de R. Lehmann, Introduccin a la filosofa, Buenos Aires, Ed. Losada, 1941. Una organizacin semejante de' la materia y adems un estudio de las corrientes filosficas prin-cipales se encontrar en el ms extensa y menos sencillo . ma-nual de O . Klpe, Introduccin a la .filosofa, Buenos Aires, Ed. Poblet, 1946. El breve libro d J. M. Bochenski , Introduccin al pensamiento filosfico, Barcelona, Herder, 1965, ofrece un enfo-que muy claro y serio de los principales problemas y temas filo -sficos. Uno obra ms difcil, que presenta la fi losofa por te-mas y problemas y, paralelamente, por disciplinas, es la de Aloys Mller, Introduccin a la filosofa, Madrid, Ed. Revista de Occi-

    ' dente, 1934 hay otra edicin, Buenos Aires, Ed, Espasa,Calpe Argentina, 1940). La .Gua de l filosofa de C. E. M. Joad Bue-nos Aires; Ed. Losada , 19401. que es. obra que se recomienda

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    por ser enjudisa yola vez accesible, trata tambin de los gran-des sectores temticos de la filosofa , pero agrega al examen de los problemas informacin acerca de su debate a travs de la historia de la filosofa.

    El muy conocido y 'justamente estimado manual de Manuel Gorda Morente, Lecciones preliminares de filosofa , Buenos Aires, Ed. Losada, 1941, es una tpica introduccin histrica en la filo-sofa. El mismo gnero de enfoque se encontrar en Leopoldo Zea, La conciencia del . hombre en la filosofa. Introduccin a la filosofa, Mxico, Universidad Nacional , 1953. El sugestivo li9ro de Juan David ,Gorda Bocea, Invitacin a filosofar, La Casa de spaa en Mxico, 2 vol., 1940-1942, adopta en mucho una pers-pectiva histrica, resaltando el contraste entre las formas del co-nocer' clsico y moderno; no es, sin embprgo, un libro con el cual ' se debe comenzar, pues supone un cierto entrenamiento filos-fico.

    La ' Antologa filosfica de ' Jos Gaos (Mxic, La Casa de . Espaa en Mxico, 1940) est concebida como una iniciacin en la filosofa a travs del estudio de algunos. textos capitles. , De ac'uerdo a los postulados historicistas que defiende, el autor . trata de poner al principiante en contacto con el proceso mis-mo del filosofar. Contiene una excelente seleccin de textos de grandes pensadores de la antigedad y comentarios y notas in-formativas muy tiles para comprender el pensamiento de !os autores all includos y, en general, el sentido del quehacer filo-sfico. Como una revisin h.istrica est igualmente concebida y desarrollada la primera p'cirte .de la valioso Introduccin a la fi-losofa de Nicolai Hortmann (Mxico, .univ. Nac ., 1961). No cu-bre, sin embargo, el proceso entero de la filosofa , sino que se detiene en la exposicin y anlisis del pensamiento de Kant. La segunda parte es ms bien una exposicin breve de los te-mas principales de la filosofa, en la cual desarrolla el autor sus propios puntos de vista tericos sobre la problemtica filosfica.

    Los breves volmenes de Bertrand Russell , Los problemas de la filosofa, Barcelona, Ed. Labor, 1928;. William James, Proble-mas de la filosofa, Buenos Aires, Ed. Yerba Buena, 1944; y Georg Simmel, Problemas fundamentales de la filo sofa, Buenos Aires, Coepla , 1947, ofrecen un tratamiento directo de algunas ' cuestio-nes principales que ocupan al pensamiento filosfico. Corres-ponden as

  • EL COMIENZO DEL .FILOSOFAR 2l

    dosq . Por su par,te, la Introduccin a la filosofa de Jean Wahl Mxico, Fondo de CE., Brev., 1952) ofrece un vasta repertorio de enfoques y soluciones o las cuestiones fundamentales de la fi-lasafo; no es, empero, un libro til en la primera etopa del aprendizaje, justamente ~n razn de su riqueza temtica.

    Son frecuentes los introducciones a la filosofa o los manua-les de iniciacin que presentan la filosofa explcitamente -pues en rigor todos lo hacen, bien que Implcitamente-' desde la perspectiva . de una determinada corriente o escuela filosfica. Tal es el 'caso, par ejemplo, de los siguientes lib ros: R. le Senne, Introduccin a la filosofa, Buenos Aires, Ed. El Ateneo, 1954, obra' densa y de ningn modo elemental, que defiende los plan-teamientos de la metafsicd espiritualista francesa; Julin Moros t Introduccin a la filosofa, Madrid, Ed. Rev. de Occ., 1947, si-tuado en la lnea del vitalismo orteguiano; Jacques Maritain, Introduccin a la filosofa, Buenos Aires, Club de lectores, 1954, que es representativa t entre otras obras, de la orientacin filo-sfica neoescolstica; Karl Jaspers, La filosofa desde el punto de vista de la existencia, Mxico F. de CE., Brev., 1953, en que el autor expone sus puntos de vista doctrinarios encuadradas den-tra de la filosofa existencial; y, en fin, las manuales de ' orienta-cin marxista , como par ejemplo el de Gearg;,s Politzer,' Princi-pias elementales de filosofa, Buenas Aires, Ed. lautaro, 1953 'que, por /0 aems, no es un libro orgnico sino una compilacin de lecciones editada despus de la muerte de su autor).

    Muy valioso como instrumento didctico, por el planteamien-to y el mtodo, es la Introduccin al an/isis filosfica de J. Hos-pers, B. Aires, Ed. Macchi, 1965, 2 vol. Es el nico libro intro ductorio en espaol que aborda la filosofa desde la moderna perspectiva analtica.

    Existe un tipa diferente de libras que, sin ser propiamente introducciones , a la filosofa en el sentida ordinaria, pueden prestar gran ayuda a quien quiere penetrar en la filosofa. ' Este es el casa de las conferencias de Ortega y Gasset .. publicadas pstumamente "con el ttulo de Qu es filosofa?, ' Madrid, Ed. Rev. de Occ., 1958. las calidades expositivas de Ortega hacen recomendable este libra, pese a na ser una obra orgnica. Ms difciles y por ello menos aconsejables en un primer estadio son el ensayo de Max Scheler, Esencia de la filosofa, Buenos Aires, Ed. Nova, 1958, y el conocido estudio de W. Dilthey, .Esencia de la filosofa, del cual hay varias ediciones en castellano Ed. losa-da, 1944, y en el volumen Teora de la concepcin del mundo, editado por el F. de CE., 1945).

  • !2 INICIAClON FlLOSOFlCA

    Acerca de la reflexin filosfica y el estudio de la filosofa, el principiante podr obtener tiles indicaciones en el ensayo de Alberto Wagner de Reyna, La filosofa en Iberoamrico, Lima, Sociedad Peruana de Filosofa, 1949, primerc y terce ra parte; en el artculo de Francisca Mir Quesada, "Cmo se debe 'Ieer a Kant?", Letras, lima, primer cuatrim., 1942, y en el Anexo 1 a nuestro libro Lecturas filosficas, Lima, Ed. Renovada, 1965, re-proaucido en Breve antologa filosfica, Lima , Ed. Universo, 1967.

    las historias de la filosofa y los diccionarios filosficas son instrumentos de trabajo cientfico a cuyo uso debe acostumbrar-se desde el principio el estudiante. Ellos. le permitirn situar su lectura y su reflexin. en la ' perspectiva del desarrollo de la filo -sofa en el tiempo y en el cuadro del lenguaje y la conceptua-cin de los filsofos. Sobre las primeras remitimos al lector a las indicaciones que hacemos en ' el cap. 111. los principales diccionarios filosficos en castellano' son: Jos Ferrater Mora, Diccionario de filosofa, '30_ ea. Buenos Aires, Ed. Suda':;'ericana, 1951; Andrs lalande, Vocabulario tcnico y crtico de la filoso-fa, Buenos Aires, ~d. El Ateneo, 1954, 2 vol.; 1. Quiles y J. Rey Pastor, Diccionario .filosfico, Buenos Aires, Ed. Espasa-Calpe, 1952; Nicola Abbagnano, Diccionario de filosofa, Mxico, F. de C.E., 1963, y Walter Brugger, Diccionario de Filosofa, Barcelona, Herder, 1965. Aparte de .estos diccionarios, que son obras ex_O tensas y detalladas, cabe mencionar los breves y manuales de R. Jo I ivet, Vocabulario de filosofa, B. Aires, Ed. Descle 'de Brou-wer 1954, de A. Cuvillier Diccionario de filosofa, B. Aires, Ed. ler"', 1951, el de Apel ludz, Mxico, Uteha, 1961, Y nuestro Bre-ve vocabulario filosfico, .Lima, Ed. Universo, 19.67.

    la informacin cientfico sobre la bibliografa, fuentes, .co, . lecciones filosficas, revistas y publicaciones peridicas se con-signa en las obras generales de referencia y los repertorios de la materia, que dan una informacin indispensable para el tra-bajo serio de investigacin. Vase, como ejemplo, la Introduc-cin del libro de R. Mondolfo, Problemas y mtodos de la inves-tigacin en historia de la filosofa, Tucumn, Univ. Nac., 1948 (hay hueva edicin de Eudeba)'. Desgraciadamente, en cas/ella,

    1 Lo. principales diccionarios filos6ficos en Jengua extranjera son 108 de R. Elsler. Woerterbuch der philo80phischen BeJ"riffe. BerHn. Mlttler. 4', ' ed., 1927-1939. 3 vol. (el mismo autor tiene. ademAs, otras dos obras del gne-ro) y J. M. Baldwin, Dictiomuy of Phllosophy and Paycholo,y. New York, Smith, 1940-49 , 4 vol.

    '2 Entre los repertorios ms recient4:!s en lengua extranjera se recomienda el de Gilbert Varet, Manual de bibliographte phlloBophique. Parla, Pres8es Univer-aitaires de Franca. 19&6, 2 vol. El Inatltut Internntlonal de Philosophie pu-bllcn , de~e 1937 una ' bibliografa general de la materia y boletines peri6-(Ueo!! con referencial! sobre libros y RI'tlculo8 (Paris. Ed, Vrin).

  • EL COMIENZO DEL FILOSOFAR 23

    no no existen obras de calidad en este dominio. Hay -una ' Bi-bliografa filosfica espaola ' e hispanoamericana (1940-1958), compilada por Luis Martnez Gmez IBarcelona, Ed. Juan Flors, ' 1961), que si bien constituye un esfuerzo meritorio se resiente de lo falta de un. criterio selectivo adecuado. Mencionaremos, fi-nalmente, como una .obra importante en un campo especial , la bibliografa preparada por Ilse Brugger, Filosofa alemana fra-ducida al espaol, Buenos Aires, Univ. de B. Aires, Instituto de Es-tudios Germnicos, 1942 Ihay adems un primer suplemento de 1945).

    Sobre la admiracin como comienzo del filosofar, conviene que el estudiante veo en los prpios textos de Platn y Arist-teles el tratamiento de la cuestin . Consltese al efeclo, Platn, Teetees, . 155 e, y AliStfe/es, Metafsica, lib. 1, 2. Heidegger co-menta, estas pasajes en ' Qu es es fa, la filosofa?, Lima, Bibliote-ca Filosfica, 1958, pp. 49 y ss. lel ensayo en su conjunto:.es, sin embargo, de difcil lectura para . el principiante).

  • I !

    EL CONCEPTO DE FILOSOFIA

    "Pero la teora de la filosofa" es en s misma un problema para la filosofa; y "no slo un problema posible "sino un problema inevitable; que tarde o temprano est obligada a plan-t " " ear .

    R. C. Collingwood

    "Una cosa es examinar y describir opIniones de filsofos . Otra cosa muy diferente es dis-cutir con ellos lo que dicen , "es decir, aquello de lo que hablan".

    Martin Heidegger

    " La meta de la filosofa es el esclarecimiento lgico de los pensamientos. La filosofa no es una teora sino una actividad" .

    Ludwig Wittgenstein

    "Pero la filosofa es un sistema de acciones vivientes, como pueden serlo los puetazos, slo que los puetazos de la filosofa se lla-man ideas".

    Jos Ortega y Gasset

    "Un filsofo es un hombre que experimenta, ve, oye, sospecha, espera y suea constante-mente cosas extraordinarias, que se sietfte im-presionado por sus propios pensamientos, co-mo si stos viniesen de fuera , de arriba aba;o, como por una especie de acontecimientos, co-mo rayos " que l solo pede sufrir, porque quiz l mismo es una tempestad, siempre pre-ada de nuevos rayos; un hombre fatal , alre-dedor de quien rueda, ruge, estalla siempre algo de inquietante. Un filsofo es "una ser ay! que muchas veces huye de s mismo . . .

    frJero que es demasiado curioso para no vol-ver siempre sobre s mismo".

    Federico Nietzsche

  • Hay una' paradoja -y no es la nica- de la filosofa que consiste en que todo el mundo cree saber lo que es la filosofa y, en cambio, los filsofos no estn seguros de poder dar una definicin cabal de ella, pese a que entre sus principales afanes est el esclarecer el concepto de filosofa. Esto tiene que ' ver directamente con la clase de actividad que desenvuelve el fi -lsofo, de tol monera que podra decirse que llegar a entender en qu consiste la filosofa es llegar a entender por qu es di-fcil y hasta imposible definir exactamente el cometido del fil-sofo. En efecto, la filosofa se ofrece histricamente como una actividad desarrollada por ciertos hombres de modo tan mlti-ple y variado que, si bien en cada coyuntura concreta puede al-guien singularizar o un filsofo, no es fcil y seguramente nunca faena plenamente cumplida el comprender la filosofa .

    ~onviene subrayar a este re.specto que a lo largo de la evolucin histrica del pensamiento filosfico han sido muy dis-pares los asuntos de que se han ocupado los filsofos e igual-mente diversas las circunstancias intelectuales y culturales que han dado sustento a su actividad. Los filsofos han sido educa-dores, . oradores, polticos, religiosos, matemticos, fsicos, historia-dores o poetas, y han expuesto doctrinas y escrito libros sobre

    . asuntos tan diversos como el Estado, la materia, el lenguaj.e, el amor de Dios, la belleza, la circulacin de la sangre, la educa-cin, los nmeros o lo formacin del universo. Hay razones pa-ra extraarse de que se consideren dedicados 0.1 mismo quehacer hombres como, por ejemplo, Plotino, cuyo pensamiento est pe-netrado de aliento mstico y se expresa en un lenguaie potico, Marx, para quien la filosofa cobra s~ verdadero sentido en la crtica de la existencia social y da paso a la denuncia poltica yola accin subversiva, y Carnap, cuya metodologa y vocabu-lario distan poco de los modos de proceder del cientfico. Y no slo por estas razones parece difcil incluir a los tres en un mismo gnero, sino tambin porque hay un innegable contraste entre la funcin que Plotino estuvo llamado a cumplir en cuanto filsofo en las. postrimeras del mundo antiguo, la que ha tenido Marx en el moderno y la que hoy corresponde a Carnap.

    Con esta extraeza est emparentado el sentimiento de in-satisfaccin que frec.uentemente se experimenta cuando, buscan-

  • 2R TNTCJACION I'ILOSO l'TCA

    do el cncepto de tilosofa por remisin o las primeras manites-taciones de esta fOfma de pensamiento, se rene documentacin sobre los usos de las palabras 'filsofo' y 'filosoftJ ' en la tra-dicin de la antigedad clsica, Parque, segn cuenta Herodo-to, Sol6n fue llamada filsofa en razn de que recorra el mun-do viendo coses, esforzndose por saber, y -de acuerdo con el relato conservado por Digenes laercio- Pitgoras, pregunta-do por len, prncipe de los fliacios, acerca del arte que profe-saba, dijo no poseer ninguna y se calific, en cambio, de filso-fo, queriendo dar a entender: afanoso de sabidura, hombre con-templador de las cosas, slo interesado en la verdad, Estas son las primeras huellas de los nombres referidos, Coincidiendo con la definicin ms general de ellos, Scrates defendi la concep-cin del filsofo como aquel hombre que no sabe pero quiere saber, oponiendo la filosofa a la vana ciencia de sus opositores. Platn difundir en sus obras, una idea anloga; idea que pre valece en la antigedad, a pesar de los intentos de determinar y precisar el concepto debidos al propio Platn y a Aristteles,

    Si nos atenemos a estos datos, . el rasgo caracterstico de la. filosofa es la bsqueda del conocimiento, la investigacin desin-teresada de la verdad, lo ' cual extiende enormemente el con-cepto, hasta hacerlo cubrir toda actividad cog.noscitiva, . 10 cien-tfica especialmente, y aun el quehacer religioso --cama ocurri de hecho en los comienzos del cristianismo, Por lo dems, esta amplitud de la ' significacin de la ' palabra 'filosofa' se ha man-tenido por mucho tiempo, como basta para probarlo el que en las principales lenguas modernas slo en el siglo XJX 'comienzan a emplearse denominaciones diferentes para el entfico y el, fi-lsofo propiamente dicho, as como la persistencia en ciertos pa. ses de nombres como 'Facultad de Filosofa: y 'Doctor en Filo-sofa', empleadas para designar en general los institutos univer-sitarios cientficos y a los graduados en ciencias, lo cual refleja el lento proceso de diferenciacin del saber filosfico, a partir de una unidad originaria en que todas las disciplinas y especia-lidades estaban involucradas sin distincin y na tenan propia mente sentido como' formas independientes de conocimiento ,

    Esta ampltud y hasta vaguedad del concepto, que se pres-ta a todas la s confusiones y ha alentado en el vulgo una sobre

  • EL CONGEPTO nE L
  • :w 1NI CIA CION 1"1 LOSl)lt'H.:A

    siendo considerodas, alternativa o simultneamente, competencia de las filsofos. Dicho en una frmula sinttica, la filosofa ha venido siendo: 19 una reflexin crtica; 29 una concepcin del mundo; y 39 un saber de la vida. Veamos brevemente en qu con-siste cada una de ellas.

    Lo que aqu hemos llamada reflexin crtica podra ser de-signado tambin con otros nombres, como anlisis lgico y lin-gstico, definicin de conceptos, indagacin de categoras, in-vestigacin de los datos ltimos y los ' principios de toda expe riencia, fundamentacin del conocimiento o la accin, esclare-cimiento de mtodos y supuestos, etc. Es lo que haca Scrates cuando, a travs del .dilogo, buscaba la definicin general y las relaciones de los conceptos; Aristteles al . trazar el cuadro de las categoras y 01 estudiar sistemticamente la lgica, la re-trica, la tica o la poltica; Bacon al fundamentar el mtodo inductivo; Descartes en el Discl,lrso del mtodo, Lacke en el En-sayo sobre el entendimiento humono, Mach en el An/isis de los sensaciones y Husserl en las Investigaciones lgicas: y es por cierto tambin lo que Kant, dirigiendo la mirada Cf'tica en todas las direcciones de la actividad huniana, ofreci como fundamen-tacin de la ciencia, la moralidad y el arte en sus tres Crticas famosas. Estos son slo algunos casos ejemplares 'que ilustran el sentido de este aspecto cel filosofar.

    Desde .este punto de visto, la filosofa es, pues, uno reflexin sobre los problemas del . conocimiento, la accin, la invencin o la existencia. Trabaja sobre lo ya dado por la ciencia, la praxis moral, la .creacin artstica y la vida cotidiana, como una inda-gacin acerca de realizaciones espirituales ya producidos. Es un mirar el reverso de aquello que el conocimiento y la vida han creado, sin producir nuevos contenidos o. nueva actividad de vida . Es un saber segundo, una determinacin de la texttlra in-terna, la articulacin esencial y lo forma de lo dado, a manera de una radiografa o una ' foto en negativo, que permite. ver de otro modo las mislOlas cosa~; una tcnico de entender las reali-dades ya descubiertos y no de descubrir realidades inditas.

    Como concepcin del mundo, en cambio, lo filosqfa pre-tende sobrepasar lo dado y abrozar, en una mirado total, la rea-

  • EL CONCEPTO DE FILOSOFIA 31

    lidad en conjunto, descubriendo nuevos panoramas y formas de ser. La concepcin del mundo" en el sentido aqu entendido, comprende muchas cosas: visin trascendente, intuicin del abso-luto, generalizacin inductiva y sntesis ltima de conocimientos, unificacin total de las c;iencias y las experiencias, desvelamien-to del ser, dialctica de la idea y la naturaleza, saber universal, etc. Esta es la forma del quehacer filosfico que da sustento a las formulaciones metafsicas de todo gnero, a las especulacio-nes ontolgicas, a las teologas y tambin, por cierto, a las im-plicaciones y remates msticos de muchas .filosofas. Los nombres de grandes especuladores, como Plotino, Santo Toms, He:el, Whitehead, ilustran bien esta forma del filosofar.

    No es raro, por otra parte, que los filsofos propongan a que, de ellos se demande un juicio valorativo acerca de ia vida, su sentido y sus metas, y una prescripcin sobre la conducta propia del hombre en su expresin ms alta . Es ste el saber de la vida o la sabidura en que, para muchos, sobre todo en la antigedad, parece consistir esencialmente la filosofa . Orientar a los hombres es lo que haca Scrates, adems de analizar con-ceptos. La moral filosfica era la sustancia del pensamiento de los estoicos y epicreos y otros sabios de la edad clsica. Por-que consider principal este quehacer filosfico, Spinoza llam E/iea al libro en que expuso el sistema de su filosofa . Pensemos en los filsofos marxistas yen' las existencialistas de nuestro tiempo y se nos har claro que el valorar y prescribir sig'uen te-niendo hoy da n lugar fundamental en la actividad filosfica . Este es el lado prctico de la filosofa, su compromiso con el hombre concreto, un hacer vital que se vincula y sobrepone al saber terico estricto.

    Importa no' olvidar ,que estas faenas o aspectos del filoso-far estn vinculados entre s e influyen profundamente los unos en los otros. Pero conviene distinguirlos suficientemente, no s-lo porque de hecho se dan as en la obra de muchos filsofos, sino, adems, porque la confusin de estas tareas es susceptible de conducir a vicios de procedimiento en el juicio sobre los fil-sofos y en la prctica misma del filosofar. El filsofo, en efecto, opera de modo diverso cuando critica y ' analiza los supuestos de la ciencia y del comportamiento, cuando construye una vision

  • 32 lNICIACJO N n LOSOFICA

    metafsica del mundo y cuando expresa una valoracin a pro-pone' una meta de accin. Aunque los resultados de estas ope-raciones penetren los unos en los otros, la crtica, la especula-,cin y la prescripcin tienen cada uno su sentido peculiar y su valor como momentos del esfuerzo filosfico. I

    Podra pensarse que los tres aspectos , pnnclpales del filoso-far tienen que ver directamente con el contenido de las llama-das disciplinas filosficas, como la . lgica , la tica, la ontologa, etc.z., Esto no es as, sin embargo, por lo menos si se piensa en una correlacin estricta. Es cierto que la reflexin parece tener mayor vigencia en la lgica, la epistemologa y la semitica, mientras que la concepcin del mundo resulta ser nervio "de la metafsicd y la ontologa, en tanto que la tica y la antropolo-ga puedbn considerarse muy estrechamente ligadas a un saber de la vi~a . Pero no debe olvidarse que una antropologa pue-de ser ta'mbin francamente metafsica, y una 'tica, que da sus-tento al saber 'de la vida cuando se traduce en valoraciones, es anlisis crtico I en el sentido ms' riguroso cuando pone en tela de juicio los supuestos de la moralidad. La lgica, por su par-te, puede estar penetrada de metafsica y prolonga rse, sin rup-tura, en una estimativa, a tiempo que hay ontologas de cepa analtica. Conviene retardar a este propsito q U'e, frente a los planteas puramente gnoseolgicos, Nicolai Hartmann postula una integracin de dos discipl inas o,en todo caso, una transfar-maci6n del enfoque que podra creerse tpico de la teora del cnocimiento.

    Observemos, ,por otra 'parte, qu cada filsofo entiende a su manera y expresa con sus propias palabras las faenas filos-ficas sealadas, sin olvidar que muchos descartan explcitamente alg'unas de ella'~ y hasta les niegan todo valo r, combatindolas como empresas imposibles o perniciosas para el adelanto de , la filosofa. El ejemplo ms claro de esto es la negacin positivis-ta de la ,meta fsica cO,mo pensar especulativo. En otros casos,

    Lo Que aqu dejamos df. eho !:le re ltu:ionn nti~~ente co n el .pl'oblema . del_.~e . . todo y la verdad en f~losol a. Hemos tle volver sobre e l tema en e l captu-

    lo XII. 2 Sobre las disciplinas filosficas, -vase 'e l captulo V .

  • EL CONCEPTO DE F1LOS()lo'l A 33

    los filsofos cancelan temporalmente una de las formas del pensar filosfico y vuelven ms trde a ella, rectificndose expl-citamente o proponiendo modificaciones tendientes a superar aquellas dificultades antes consideradas insalvables.

    Pero aceptando todas las formas o rechazando alguna, lo que prevalece en el trabajo filosfico es la ,manera como cada pen-sador articula las diversas facetas de su meditacin, acentuan-:lo segn los casos una ms que otra; el modo en que apoya su reflexin crtica sobre su especulacin 'o su prescripcin, o sta sobre aqullas, y el 'aprovechamiento especial de cada aspecto y motivo del pensar en el conjunto de la empreso creadora. Lo que la filosofa es en cada caso resulta de esta sntesis va,riable; de esta modalidad singular y mltiple de hacer filosofa . Los esquemas abstractos de que nos valemos para acercarnos al fi-losofar slo cobran; pues, sentido en contacto con el trabajo

    -concreto del pensador en el contexto de , su circunstancia vital. Lo cual nos lleva a la historia de la filosofa como lugar natural del filosofar y va obligada de su nieta comp'ren~in.

    * * ~

    Gua de lecturas. Sobre los primeros usos de 'filsofo' y 'filosofa', varise Herodoto, Historia, lib. 1, cap. XXX; Cicern, Cuestiones tuscu/anas, lib. V, cap. ' 111; y' Digenes laercio, Vidas y opiniones ,de los filsofos ms ilustres, lib. " 12. De todas estas obras hay diferentes ediciones en ,castellano. Los textos princi-pales estn adems consignada~ en ' Gaos, Antologa filosfico y en A. Solazar Bondy, Lecturas filosficas. Como ilustracin del punto de . vista socrtico y platnico, consUltese de Platn, Apolo-ga de Scrates, esp., 23; La Rep'blica; lib. 11, 376, b y , Y Fedro, 278, d. De Aristteles, vase MetaH,;~" . lib , 1. 2.

    Un repertorio vanado de defiricionesy caracterizaciones de ' la filosofa se puede obtener consultando, entre otros, los si-guientes libros: F. Romero, Qu es la filosofa, VI; Aloys Mller, Introduccin o la filosofa, Introduccin; y la antologa Ciencia y 'i/osofo, Buenos Aires, Ed. Amricalee, ,1955.

    Aparte de las introducciones 0 _ la filosofa , el concepto de filosofa es analizado en los libros ,especiales s,ealados en el ca-ptulo primElro. Conviene que l estudiante consulte alguno de

  • 34 lNlCIACION FlLOSOl'l CA

    los siguientes ttulos: W. Windelbond, Preludios filosficos, primer ensayo, "Qu es filosofa? Sobre el concepto y la historia de la filosofa ", Buenos Aires, Ed. Santiago Rueda, 19

  • 111

    EL PROCESO HISTORICO

    DE LA FILOSOFlA

    "Amar los mitos es en cierto forma mostrarse /ils%".

    Aristteles

    " La hi,toria de la /i/oso/a es una disciplina interna de la /ilosofa, y no un aadido a ella o curiosidad suplementaria".

    Jos Ortega y Gasset

    "Toda /ilosofa es la /ilosofa de su tiempo, un escaln en la gran cadena de la evolucin es-piritual; de donde se desprende que slo .pue, de dar satisfaccin o los intereses propios de su tiempo. Por esta razn, una filosofa procedente de una poca anterior no puede nunca satisfacer 91 espritu que vive yo un ' concepto determi-nado de un modo ms profundo. Lo que el espritu pugna por' encontrar en ella es este concepto suyo, que es ya su propio determ';-nacin interior y la raz de su existencia cap-tada como ob;eto de pensamiento; lo que

    . , . ,. qUIere' es conocerse a SI mIsmo ,"

    Hegel

    "No es que los .griegos sean nuestros clsicos: e~ que, en cierto modo, fos griegos somos no-sotros" . .

    Xavier Zubiri

  • Se acostumbra situar en Grecia, hacia l.os primeros decenios del siglo VI a. c., el perodo inicial de la filosafia. Los orgenes

    h~stricos son siempre indeterminados y oscuros porque slo de-jan huellos firmes las formas ya constitudas; se comprende que sea ms difcil an fijarlos en el coso de la filosofa, cuyo con-cepto, segn hemos visto, no se libra todava hoy de una cierto ambigedad y ms bien parece por esencia llamado a estar en constarite mutacin. Es posible, en verdad, encontrar en el Orien te, especialmente dentro de los crculos culturales de la China y la India, formas de actividad espiritual que ofrecen algunas ano logas con la reflexin griega y que influyeron indudablemente en sta. Pero, aparte de que es siempre riesgoso aplicar cate-goras de una cultura a otra -y la categora de filosofia es . un producto tpico de la tradicin occidental-, en las colonias griegas del Asio Menor, y. ms precisamente en la Jonia, es don: de por primera vez aparecen, en lo poca sealada. monifesta-cion'es bien defihidas de un pensamiento que busca independi-zarse de los motivos heredados del pasado religioso y propone una . e.xplicacin de la naturaleza y la vida sobre bases raciona-les. Por cierto que la cuna de esta reflexin es ese pasado re-ligioso, las antiguos mitologas en que se expresaban hasta en-tonces la inquietud cognoscitiva ms universal y el deseo de com-prender el sentido de la existencia. ' . Pero con la filosofa se pro-duce u cambio de signo en estas representaciones, por el cual ellas resu'ltan al mismo tiempo conservadas y superadas. En efecto, de la conciencia mstico toman los primeros filsofos griegos elementos sustanciales de aquellas concepciones que exponen y defienden, p'rolongando as ~n esfuerzo anterior de la mente humana. En este vnculo profundo pensaba Aristte.-les cuando pona cerca del filsofo 01 amante de los mitos. Pe ro 01 apa'recer ' la filosofa hay una mudanza de actitudes, un paso a otra forma de pensar, que lleva consigo uno seculariza-cin d'el mito. ' Los filsofos afirman los derechos de un pensa miento librado ,a sus propias fuerzas y qu.e se nutre de lo obser vacin de la naturaleza, de la praxis del trabajo y de la activi-dad social, filtradas por la rozn, la cual es extrao a la menta lidad anterior.

    Desde esto poca inicial, la filosofa se ha desenvuelto siguien-do mltiples lneas y recibiendo el impulso vivificador de muchas

  • 38 INICIACION FILQSO FJCA

    sociedades y culturas, hasta llegar al estado en que hoy la encon-tramos, ahta de toda esta larga historia, con la viva conciencia de las mutaciones que ha sufrido, las crisis que ha superado y las posi-bilidades que tiene ante. s. El estudio de este proceso histrico es ,el cometido de la fi~toria de la filosofa comodiscipl.ina terica'. Aunque iniciada en la antigedad, como la obra de Aristteles, en-tre otras, lo muestra c1aromente, y proseguido empeoso mente en '10 poca moderna, en la cuol Johon Brucker publica hacia 1741 la primera historia crtica de los doctrinas y sistemas, esta investiga-cin recibi su ms decisivo impulso de la obra de Hegel. Es ver-dad que la metafsica hegel iana, que fue el fermento de su concep-cin histrica, haca del proceso filosfico un movimiento ideal, autnomo e incondicionado, que se confunda con el desenvolvi-miento dialctico de la idea absoluta, y llevaba a postular una cul-I\'linacin de la marcha del pensar en un momento determinado: la poca de la propia filosofa hegeliana. Pero, no obstante esta car-ga especulativa, la concepcin de Hegel abri las puertas a la comprensin de la evolucin de la filosofa como historia,' es decir, co.mo una abra humana cuyo sentido est en la creacin, integra-cin y sobrepasami'enta de los esfuerzos reflexivos de los hombres. Hegel hizo ver que el pasado filosfico no es el depsito de las ideas ilusorias y los sistemas errneos en que la humanidad se ha extraviado, sino un momento esencial, un paso indispensable en el progreso det pensamiento y de la vida.

    A partir de esta toma de ~oncjencia tunda mental, la historia de la filosofa se ha constitudo: como una indagacin rigurosa, al par histrica y filosfica, y ha ensayado mtodos y criterios inter-pretativos diversos. Hoy se considera que una recta comprensin del proceso de la filosofa exige tomar en' cuenta, de una parte, la conexin sistemtico de las ideas y las doctrinos, cO.mo articulaci"n lgica de las representaciones sucesivas del mundo y las teoras fi losficas de diversos tipos, y, de otra, el condicionamiento histrico cultural le los produc.tos del pensar filosfico y, adems, el apor te singula r de la personalidad y el genio del pensador. La sepa ro

    1 Cabe, Dues, dilltinguir la. 'historia. de la .fiIo80fia, como I1roceso de laa Ideas en la. evolucin de 18.8 sociedades y , culturas, de la historia d. la filosofla. como disciplina o investigacin de ese~ Dl'oceso. En. lo que s igue, el contexto preci -sar suficiente'mente el tientidq

  • EL PROCESO HISTQRICQ DE LA "ILQSOFlA

    clon artificial de estos instancias o la sobrevaloracin de una en, desmedro de las otras impide entender el proceso de la filosofa en su dinmica interior y en su riqueza creativa. Ha ,de fracasar todo intento de reducir esta historia a un encadenamiento de con-ceptos separados de la realidad humana originrio, o de concebir-la como un reflejo mecnico de causas socia les indiferenfes a la dialctica interno de las ideas, o como un monlogo de coda pen-sador fundado slo en motivaciones personales. El devenir de la filosofa es en verdad el proceso de 19 interpretacin reflexiva que los hombres dan a su existencia como una totalidad real, sin ex-clusin 'de ningn factor decisivo; es una conciencia de la poca que, como tal, no puede entenderse cabalmente, en su necesidad y su contingencia, sin la interna conexin de los ideas que vincula un pensamiento a otro, sin la respuesta personal a los problemas del tiempo y sin la accin de los mltiples factores pol/icos, socia-les, et;onmicos Y geogrficos que provocan Ic;lS tensiones y 'don base a las realizaciones de cado poca. En codo uno de sus mo-mentos, la historia de la filosofa comporta el drama' de un hom-bre que reflexiona por sus propios motivaciones y segn sus talen~ tos y experiencias, pero que reflexiona a partir de uno tradicin ideolgico, en comercio con otros reflexiones que lo han educado, le trasmiten un lenguae y ,una tcnica de pensar, lo alientan o lo contraran, y que est situado en el contexto de uno poca hist-rico-cultural, de' una nacin, uno clase o un grupo social. Siempre hay una explicacin sociolgica aplicable a una filosofa Iy tie-ne que haberla, puesto que la filoso,fa est inserta en la historia de nuestra sociedad y cuenta en ella cO,mo un factor social, a ve ces muy poderoso), pero siempre hay tambin una influencia inte-lectual y un IOS90 personal -una conexin ideolgica y uno psi-cologa- que son imprescindibles 'para comprender por qu esa fi losofa tiene un perfil peculiar y se da como un cuerpo terico irrepetible, en el cual desembocan y del cual proceden conceptos y argumentos cuya lgica puede descifrarse. La personalidad de Platn no es un dato indiferente cuando 'se trata de comprender su filosofa, como tampoco lo es el impacto que recibi de Scra-tes; y ambos .elementos no pueden juzgarse rectamente sino en el cuadro de la concepcin del mundo y la actitud ante la vida, de los afanes y problemas propi~s de la sociedod griega de la po-ca . Kant no se comprende sin Hum'e, sin Leibniz . sin Rousseou, y

  • 40 INIClACION FILOSOFICA

    sin su poderosa m~ntalidad analtica y su sentido del deber, pero tampoco sin la Reforma protestante y la emergencia de los valores y formas de vida social capitalista, La obra de Bergson es, a la vez, el fruto de una mentalidad potica, el reflejo de la crisis de la sociedad burguesa y la proyeccin filosfica del evolucionismo cientfico del siglo XIX, todo ello integrado de un modo singular en un cuerpo doctrinario lleno de fuerza y orioinalidad,

    Comprender la filosofa en su historia es, en sumo descubrir la interna vinculacin de cada obra; de cada sistemo, de cada ideo con los afanes de la sociePuede -diVidirse la historia de la filosofa ' en la s siguientes cinco etafia

  • EL PROCESO HISTQRICO " DE LA tJLOSOFIA 41

    glo XV). 111: Filosofa del Renacimiento (siglos XV y XVI). IV. Fi, losofa moderna (del siglo XVII a fines del siglo XIX). V. Filosofa contempornea (de fines del siglo XIX a nuest(os das!.

    Estas eJopos X sus lmites cronolgicos, que" corresponden fun-damentalmente o los pocas en que se suele dividir lo historio occidental, son en mucho divisiones convencionales. No ~ebe pen-sarse que "hay cortes bruscos entre un momento y. otro de la re-flexin filosfica, sino un trnsito y un cambio de orientacin que se hocen sensibles contemplando o lo distancia lapsos suficien-temente amplios. ' De all que muchos pensadores y movimientos de ideas puedan ser considerados g~ntro de una u otra etapa, segn sea el criterio de divisin que se aplique al proceso histrico. Las mismas observaciones valen para las pocas y perodos particula-res que ms a'delante habremos de sealar dentro de cada una de estos cinco' grandes etapas.

    Gua de leduras. El estudiante debe tener ' presente que pa-ra su formacin personal es~ importante el estar famil iarizado con los principales manuales y exposiciones de l .historia de lo filo- ' sofa general y de los perodos especiales, y tener unq ideo de los problemas y mtodos de la investigacin histrico-filosfica . De-be, no obstante, considerar que la sola ' informacin histrica, sien-do condicin muy necesaria, no es suficiente para lograr ~na cabal formacin filosfica" Creemos corvenient~ insistir aqul en que la lectura e interpretacin de los textos filosficos 'ms c-lelres, lo meditacin personal sob re Is problemas que surian de esa lectura, lo prctica constante "del anlisis crtico de lo rico te-mtica que ha reclamado lo atencin de los filsofos en el posa-do y vuelve o plantearse hoy 'desde los nuevos perspectivos inte lectuales de nuestra poca, en suma, el situarse directo y p'erso nalmente en el ' proeso del filosofar, es condicin irremplai:abl, para penetrar en "lo filosofa y su historia"

    En torno a lo historio de lo filosofa, sus tareas, problemas, mtodos e interpretaciones pueden consultarse en castellano los siguientes libros, Francisco Romero, Sobre la historio de lo filoso-fa, T ucum"n, Universid. Nacional r;fe T ucumn, 1943; Rbdolfo Mon-dolfo, Problemas y mtodos de la investigacin en historia de lo filosofa, " ya citado, que adems" de valiosas orientaciones meto-dolaicas ofrece amplio biblioQrafa sobre el temo , Nicolai Hart-

  • TNICIACION FILOSOFICA

    mann, El Pensamie'nto filosfico y su historia, Montevideo, Ed. Clau-dio Gorda, 1944, en que el autor def.iende una concepcin de la historia de la filosofa como proceso del pensamiento problem-tico, que l opone al pensa.miento constructivo sistemtico. Con provecho se leern tambin la Introduccin a la Historia de la filosofa de W. Windelband IMxico, Ed. Robredo, 1941, t. 1, y Buenos Aires Ed. El Afeneo 1960, t. 1); la Introduccin a la Histo-ria de la filosofa de E. Breheir IBuenos Aires, Ed. Sudamericpna , 1942, t. 1), as como el prlogo que para este libro escribi Orte-ga y Gasset con el ttulo de " Ideas paro una historia de la filo-sofa", y el prlogo del mismo Ortega a la Historia de la filoso-fa de Karl Vorlaelider, Madrid, Ed. Beltrn, 1921 , vol. l. , que ilus-tran bien el punto de vista historicista sobre la evolucin de la fi-losofa y su investigacin historiogrfica. Puede consultarse qsimis-mo el e.osayo de Ortega, Origen y eplogo de la filosofa. Mxi-co, F, d. C.E., 1960, y el libro de Julin Moras, Biografa de la fi-losofa, Buenos Aires, Ed. Emec, 1954.

    Fundamentales pata la comprensin del praceso de la filo-sofa, pero de mucho ms difcil lectura -por lo cua l deben se, manejados en una etapa ulterior del estudio- son los trabajos de W. Dilthey, especialmente los reunidos en los volmenes Intro-duccin a las ciencias del espritu y Teora de la concepcin del mundo, de la traduccin castellana de las Obras comoletas de este autor, odi tadas en Mxico por el Fondo de Cultura Econmi-ca . Otro tanto hay que decir de las Lecciones sobre la historia de la filpsofa de Hegel (Mxico, F. d. C. E., 1955, 3 voL), que el es-tudiante ' no puede abordc:" sino despus de poseer una slida for~aci,:, filosfica genera l y una v'ersacin suficiente en el peno samiento hegelianC?

    Las ms amplios historias de la filosofa en nuestro idioma 1 son las ya . mencionadas de Windelband y Breheir. Otros manua-les de diferente amplitud y orientadn son el d Karl Vorlaender ya ci tado; J. Hirschberger, Historia de la filosofa, Barcelona, Ed. Herder, '1954-56, 2 vol; Albert Ri vaud, Historia de la filosofa, 3 vol. B. Aires, Ed. Kapeluz, 1962 (que se extiende slo hasta la fi-losofa moderna); Nicola Abbagnano; Historia de la filosofa, Bar-celona, Ed. Montaner y Simn, 1955, 3 voL; Augusto Messer, His.-torio de la filosofa, Madrid,- Ed. Rev. de Occ., 1927, y Buenos Aires, Ed. Esposa Calpe, .1939, 5 voL; Ju.1in Moras, Historia de la filo'sofa, Madrid, Ed. Rev. de Occ., 100 . . ed., 1958, que sigue la

    La ms notable historia ceneral de la filosola, obra clsica ya por su infor-macin, adualh:ada y completada a travs de sucesivas; roodlclones, e8 la de F. Uuberweg, Grundriu der Guchichte dtr Phllosophie. BerUn. 124 e(l.. t!lH-92S, r; \ '01.

  • EL PROCESO HISTORICO DE LA FILOSOFlA:

    orientacin ortegiana Michele F. Scacca, Historia de la filosofa , Barcelona Ed. Mirade, 20 . ed., 1954, de orientacin idealista ca-tl ica; Angel Gonzlez Alvarez, Manuel de historia de lo liIasofo, Madrid, Ed. Gredas, 1957, de orientacin esca lstica. Se est edi-tando actualmente en castellano en varios vo lmenes, una Hist. de la filosofa, dirigida par M. A. Dynnik, de la Academia de Ciencias de la Unin Sovitica Mxico, Ed. Grijalva). que sigue la lnea del materialismo dialctico ruso oficial.

    La Hist. de la filosofa occidental de Bertrand Russell Bue-nas Aires, Ed. Esposa Calpe, 1947) es, ms que la obra de un his- ' toriador, un enjviciamiento del proceso de lo filosofa desde el punto de vista personal crtico del autor as situada es "una obro muy sugestiva y va lioso.

    Como manuales breves se recomiendan Ernst von Aster, Hist. de la filosofa, Barcelona. Ed. Labor, 1945; Guido de Ruggiera, Sumario de Historio de lo filosofa, B. Aires Ed. Claridad 1949; J. Hirschberger, Breve historio de lo filosofa, Barcelona, Herder, 1961 , y R. Delgaauw, Historia de lo filosofa, B. Aires, Ed. Carlas Lohle, 1966. Un apretado cmpendio es tambin el libra de W. Dilthey, Hist. de lo filosofa, Mxico, F. d. C. E. , Brev., 1951. Tienen una utilidad limitado como instrumentos de aprendizaje las sinop-sis del tipo de Hist . de lo filoso~o, en cuadros esquemticos, por Ang'el Gonzlez Alvaree f"~~rid, Esposa , 1950) y Grficos .de /o' hist. de la filosofa, por Ismael

  • INICIACION FILQSOFICA

    lb mayora de las obras antes mencionadas no tocan direc-tamente e l pensamiento oriental. La edicin de la Hist. de la filo-sofa de Brehier incluye, sin embargo, el estudio de Pa ul Masson-Oursel, "La filosofa en Oriente", que es una buena introduccin a ese pensamiento. Pueden consultarse asimismo en castellano: H. Frankfort y otros, El pensamiento !"efilosfico, Mxico, F. d. C.E_, Brev., 1954,2 voL; C. P. Conger y otros, Filosofa del Oriente, M-xico, F. d. C. E., Brev., 20 . ed., 1954; Rene Guenon, Introduccin al estudio de las doctrinas hindes, B. Aires, Losado, 1945; y Vi-cente Fatone, Introduccin 01 conocimiento de la filosofa de la Indio , Buenos Aires, Ed. Yiau. s. a .

    Lo filosofa clsica o antiguo comprende el desarrollo de lo reflexin en Giecia y Romo. Uno prime ro poca dentro de este amplio lapso es lo de lo filosofa griega propiamente dicho, que va desde- los primeros filsofos hasta Aristteles. A continuacin de sto, uno segundo poca comprende el pensamiento filosfi-co que se desenvuelve dentro del morco de lo llamado culturo helenstico y se prolongo en Roma hasta el fin del ImpeJio.

    1.-, La filosofa griega (siglo '-': ' a . c. a siglo IV a. C). Se con-viene en ~onsi derar a Tales de Mileto, quien vivi aproximada-mente entre 'Ios aos 624 y 546 a. c., el primer pen;ador que se propuso dar uno e

  • EL P ROCEtiO HISTORICO IJE LA lo'IL0 80L"IA ,

    Los pensadores jnicos y los que vienen a continuacin de ellos, especulando separadamente o en escuelas, se interesan por la realidad en conjunto; par el mundo exterior, los fenmenos de la tierra , y el cielo; su tema es el cosmos, cuya existencia y ' ley quieren entender y formular. Es. por esto que, pese a las diferen-cias particulares de orientacin y de actitud, se estudia a todos estas figura~ cama parte de un solo gra n perodo, el primero de la filosofa griega, al que se da el nombre de cosmolgico o pie-socrtico.

    Dentro de este perodo, Pitgoras y los pensadores de la escuela pitagrica util izan el concepto de nmero como principio explicativo de las cosas e incorporan as los criterios y mtodos racionales de la matemtica -que ellos contribuyeron decisiva-mente ,d constituir como disciplina terico- dentro del repertorjo mental de la filosofa. Por otra parte, Herclito, que es una de las persJ'nalidades intelectuales m s poderosas de la antigedad, contina en cierto modo la l.nea , del pensamiento jnico, pues propone un principie fsico, el 'fueg, como arj csmico, pero al mismo tiempo sobrepasa este estadio de la reflexin griega al hacer del cambio de las cosas tema central de su reflexin, conci-bindolo como principio unjversal, razn o lagos de 'toda existel.1-cia . . Este desplazamiento del inters terico hacia el ~ proceso del mundo y esta conceptualizacin del cambio .como tal hocen del pensamiento de Herclito el modelo de todas las filosofas del de-venir que luego han surgido en el curso de los siglos. Pero en es-te perodo surge tambin, con Jenfanes de Colofon y, sobre to-do, con Parmnides y sus discpulas de la escuela de Elea, entre los que destacan Zenn y Melisa, el modelo del pensar contra-puesto a 1,,, filosofas del devenir, esto es, las filosofas del ser, que' postulan la permanencia e inmutabilidad de la esencia del mundo y conciben la verdad como la unidad absoluta y perfecta de lo real. y ;, modo de con

  • 16 lNI CIAt:ON F ILOSOFICA

    infinita de cua lida des e lementa les Ihomeomeras), y, finoi mente, la de leucipo y Demcrito, que formulan la primera teora atomis-ta de alcanc~ universal, aportando con ello un fecunasimo prin-cipio explicat ivo que slo el pensamiento moderno habr de apro-vecha r y desa rrollar cabalmente.

    En el sig lo V a. C. la filosofa, llegada a su madurez, ama un giro nuevo. En parte siguiendo su propia 'lgica interna , pues el fracaso de las grandes sntesis cosmolgicas exiga ' una concep-cin distinta de las tareas del pensar, y en parte por accin del cambio de las circunstancias socia les y el establecimiento de la democracia en Atenas, el centro de atraccin de la filosofa s( desplaza hacia la temtica del hombre. El alma, la conducta in dividual y los Jundamentos de lo organizacin social, el conoc m,iento y lo accin, se convierten en 19s problemas fundamenta-les de la filosofa. Con ello se abr.e un nuevo perodo de la re-flexin hel nica, e l antropolgico, que estar animado por la ac-tividad de 'Ios "educadores de hombres', entendido, en el arte de pensar, argumentar y persuadir, qu.e hacen de lo filosofa una pro-fesin de utilidad prdica y un ' poderoso faator poltico. Lo tradi-cin los ha 'hecho famosos con el nombre de sofistas. Protgoras, Gorgias, Hipias, Prdico, son los ms renombrados. A este movi-miento pertenece tambin el ms ilustre adversario y crtico de los sofistas, Scrates 1470-339 a. c.i, cuyo huello ha sido' muy hon-da en el pensamiento griego. En la ,meditacin socrti!=a est el punto de arranque de corrientes de pensamiento tan dispares co ~ ' mo la escuela cnica de Antstenes y Digenes: la escuela cirenai-ca q\Je, a travs de la , enseanza de AristipQ, difunde una tica hedonista, la escuela de Megara, con Euclides, Diodoro (ranos y otros pensadores, a quienes se debe fundamentales contrib,ucio-nes a la lgica y la dialcticJJ, las escuelas de Elis y Eretra, con Fedn y Menedema, y, en fin , Platn y su escuela . Pero en Scra-tes puede verse en verdad lo fuente del curso pdncipal del filo-sofar europeo ulterio(. El introdujo un' mtodo de p'ensar, uno tcnica nueva de planieo y elaboracin de lo problemtico filo-sfica, y propuso temas 't soluciones cuyo influjo puede rasJrear-se o lo largo de la evolucin de la filosofa hasta nuestros das. El anlisis del lenguaje, lo crtica de los conGeptos bsicos de la ciencia, la fundpmentacin racional de la conducta humana y de la organizacin. del Estado, y la nocin filosfica de alma son

  • EL PHOCESO Hl STORICO DE LA 1'"lLO::;O FJA

    motivos capitales del pensamiento filosfico que encuentran su primera 1 formulacin en Scrates.

    Con Platn (427-348 o . C) se define y con Aristteles (384-122 a. e), discpulo de ste, alcanza su culminacin un nuevo pe-rodo, el tercero del filosofar griego; puede lIamrsele el perodo de las grandes filosofas sistemticas. En l, la inquietud por el hombre y sus problemas se 'inserta dentro de una vis in 'total de la naturaleza y el co,mos. El pensamiento platnico, liellamente ex-presado en los libros que en forma de dilog~s escribi el fil so-f atenienset es de ":Ina riqueza que rsist~ a todo esquematismo. Slo un aspecto de l es la famosa teora de las ideas que; en cuanto concepcin metafs ica , postula la realidad de entidades ideales trascendentes, a las cuales, siendo el ser por eminencio, estn supeditados, como i~itociones o reflejos de ellas, los co-sos de la naturaleza que observamos. En esto doctrina est la fuente de una .poderosa tradicin del pensamiento occide.ntal , el idealismo objeti.vo, y, de una manero de entender y practicar la reflexin filo~fic, vigente hasta nestros das.

    Aristtel~s sostiene, en ca mbio, la inmanencia de las ideas en las cosas. Introduce, adems, los conceptos fundamentales de acto y potencia, que, junto con los de niateria y forma, causa fi-nal y causa eficiente, le permiten explicar el cambio real y con-cebir el univers como una escala ordehada de entes que va des-de las cosas fsica s, en que prevalece la potencio, hasta Dios, que es acto' puro. E'1 _~~. meditacin sobre el ser, centrada en la no-cin de l su~acia~ . oicanz su ms cabal realizacin el 'proyecto griego :le ' c~nceb-f el conjunto de lo existente como una natura-leza sujeta a legalidad y armoniosamente concertada. La influen-cia de Aristteles, c,uyo saber cubra todos los campos, ha sido enorme en el curso del filosofar ulterior, como basta para probar-lo la filosofa escolstica medieval que lo reconoci como autori.-dad indiscutido .

    Despus de Aristteles, el pensamiento griego se prolonga siguiendo la traza dejada por este 'filsofo y Platn, especialmen-te a travs del ,Liceo y la Academia, que son las es.s:uelas qua ellos fundaron. Esta lnea de pensamiento no logra , sin embargo, nue-vos frutos de. alto valo r. ta sociedad ha cambiado entretanto y

  • " lNICtAOION l
  • EL PROCESO HISTORICO DE LA FILOSOFlA ..

    erotes, Mxico, ~. d . C. E., Brev., 1961. A Gmez Robledo, Scra-tes y el socratismo, Mxico, Centro de Estudios Filosficos, 1966. Una extensa biografa intelectual es la de Antonio Tovar, Vida de Scrates, Madrid, Ed. Rev. de Occ., 20 .. ed., 1953. Para el conoci-miento de la personalidad y la influencia de Scrates, en contacto

    con~ las "fuentes griegas, se recomienda la lectura de" "Jenofonte, Rec;uerdas de Scrates, y.Apologo, Mxico, Univ. Nac., 1949 (ver-sin castellana de J. D. Gorda Bacca y texto griego), as como Platn, Apologa de Scrates (hay varias ed. en castellano; la ms recomendable es la de Mxico, Univ. Nac., 1944, traduccin de Gorda Bacca). El bello libro' de Romano Guardini, Lo muerte de Scrates, Beno~ Aires, Ed. Emec, 1960, est construdo como una seleccin y comentario de varios textos platn!cos referentes a los ltimos momentos de Scrates. Es tambin una excelente in-troduccin a .10 lectura de Platn.

    Sobre Platn y su {ilosofa, pueden consultarse: Walter Pater, Platn y platonismo, Buenos Aires, Ed. Emec, 1946; Auguste Dies, Platn: su vida, su pensamiento, sus doctrinas, Mxico; Ed. Am-rica, 1941; Pierre-Maximine Schuhl, Lo obra de Platn, Buenos

    . Aires, Ed. Hachette, 1945, con una nota de Juan Adolfo Vsquez sobre las traducciones. de Platn al espaol; y Alei

  • IN.1CIACrON l" lLOS01~Jr:A

    Aristteles, vida, escritos y .doctrinas, Buenos Aires, Ed. Esposa, Col. Austral, 1944. Ms adelante, podr consultar 'otros trabaio~ ms amplios, como el de David Ross, Aristteles, Buenos Aires, Ed. Sudamericcna, 1957, y el de Jaeger, Aristteles, Mxico, F. d. C.E., 1946. Sobre la escuela aristotlica, vase, J. L. Stocks, El aristote-lismo y su influencia, Buenos Aires, Ed. Nova, 1947 y J. Brun, Aris tteles y el Liceo, B. Aires, Eudeba, 1961.

    Aunque el prlnClplonte no pue~e abordar Tacllmente la lec-tura completa de las principaJes obras de Aristteles Ivg., Metaf- . sico, Etico Nicomoqueo, De Anima, Fsica l Poltica) es necesdrio qUe se ponga en contacto con los textos del filsofo a travs de selecciones com,? las que se encuentran en los ' libros de Gcos, Mondolfo, Moras y A.S.B., mencionados a propsito_ de Platn. El concepto de verdad en Aristteles, pr Alberto Wagn~r de Rey-na IMendoza; Univ. Nac. de Cuyo, 1951). contiene una antologa de textos aristotlicos; comentados por el autor, que constituye una muy didctica iniciacin en la le~tura e interpretacin del fi-lsofode Estagiro. De las ob.ras completas de Aristteles, adems de la, .. versin indirecta de' Patricia de Azcrate, existe le directa de Francisco de P. Samarancli, Aristteles, Ohras, Madrid, Agui-las, 1964. Entre las ediciones serias de diversos libros de AristJe-les estn las bilinges de la Univ. de Mxico 'v del 'ln,tituto de Es-tudios Polticos

  • EL P ROCESO HI STORJ CU DE LA FJLQSOFIA "

    metafsica de corte materialista y utiliza el concepto heracliteano de logos o razn del mundo, ms importante en ella es el conte-nido moral del pensamiento, desenvuelto sobre todo por los fil-sofos de la poca romana. El sabio estoico es el hombre que sabe vivir segn h rozn y lo naturaleza, ' dominando sus pasiones y alcanzando la autarqua, es decir, la, independencia de todo aque-.110 que puede esclavizar su alma y hacerlo infeliz. la misma preo-cupacin moral es caracterstico en lo otra gran corriente filos ficalaica de la poca , el epicuresmo, que toma su nombre del filsofo ' griego Epicuro 1341-270 a. c.), q~ien abri escuela en Atenas hacia el ao 306 a. C. El famos poeta rom,ano lucrecio ha sido uno de los 'principales difusores de este pensamiento, al que est dedicado su poema De Rerum Natura. las tesis de Epi-curo conciliar:" una' cosmologa materialista, que procede ,del ato mismo presocrtico, con una' tico hedonista. La sabiduria epic reo aconse ja buscar la fel icidad por el . placer sujeto a medida y concorde cori la naturaleza del hombre. Tambin aqu la meta suprema es la tranquilidad interior lataraxia ), la paz del alma li-bre del dolor y del temor. En el escepticismo antiguo o pirronis-mb, representado por Pirrn de Elis, Enesidemo; Sexto Empri

  • 1)2 INIClACION FILOSOJi'ICA

    filosofa ' de os Podres de lo Iglesia ISan Gregario, Son Clemen te, Son Ambrosio, etc.)" representan lo tomo de contacto del cris tianismo. con la filosofa antigua, cqntacto que es en mucho po~ lmico y que llega inclusive, como es el caso de Tertuliano, a una negacin radical de lo rozn griego por po rte del creyente. Len tamente, sin embargo~ se produce una a~uncin de '10 tradicin filosfi,co anterior en esto nuevo corriente del pensar occidental

    . y una formulacin de los motivos cristianos en el lenguaje teri-co de eso tradicin. Esto es lo obro sobre todo de lo ms notable figuro de: entonces, Son Agustn 1350430), en quien se do lo pri mera gran interpretacin de las relaciones entre la razn y la fe, principal preocupacin del penscimie'nto cristiano o lo largo de su evolucin. Son Agustn postulo lo necesidad de creer poro po der entender y ve la toreo propio de la filosofa- cuyo centro

    ,

    de inters es Dios y el alma- en lo elaboracin racional del cre-do, sustentado e iluminado por ,19 fe.

    En la patrstico se define ya, no sin pugnas internas y vorie-dad de matices, lo orientacin principal de lo meditacin cristia-na, que ha de expandirse en uno nuevo poca de lo filasofa, por lo cual algunos historiadores lo estudian en lo porte correspon-diente o lo filosofa medieval. Dos son los /notivos cardinales que definen esta orientacin: el acendra.miento de la concepcin in-ter.ior, personal, del hombre, y lo ideo, de lo creacin del mundo o partir de lo nodo, que ero extrao 01 espritu griego. Esto ideo implico lo nocin de un Dios creador 'y trascendente y llev o con cebir lo' realidad y lo existencia mundanos ,omo esencialmente dependientes , y perecederos. Lo confianza antiguo en el ser ce-de el lugar as a. lo confianza en Dios:

    Gua de lecturas. Sobre ls filosofas de esto poca, cons l-tese, adems de los historias y exposiciones generales del pensa-miento dOlico .Y medieval', A. Reyes, La filosofa helenstica, M-xico, F. d. C. E., Brev., 1959.

    En La filosofa en sus textos de Moras y El pensa miento an-tiguo de Mondolf" se encontrarn Jextos bien seleccionados de

    1 Vase la blbliografia de las pp. 48 y 60.

  • EL PROCESO HJSTORlCO DE LA 1"ILOSOFIA "

    filsofos de esta poca . La antologa de fragmentos antropolgi-cos compilada por J. Moras, La idea d~1 hombre, Buenos Aires, Ed. Esposa Calpe, Col. Austral, 1952, incluye fragmentos de los estoicos, Epicuro, los escpticos y eclcticos, Filn, Plotino, San Agustn y otros Padres.

    Puede leerse tambin directamente algunos de los textos es-toicos del perodo imperial, como el Enquiridion de Epicteto, los Soliloquios de Morco Aurelio y algunos trotados de Sneca, de los cuales hay ediciones accesibles en Col. Austral. De Sneca hay, adems, una traduccin de sus Obras completas, Madrid, Ed. Aguilar, 1949. Sobre el estoicismo consltese el libro de P. Barth, Los estoicos, Madrid, Ed . de Occ., 1939.

    Los cartas de Epicuro son " lectura muy recomendable paro ganar uno idea justo del pensar epicreo; pueden encontrarse en Digenes Laercio, Vida y opiniones de los filsofos ms ilustres, lib. X (hoy varias ediciones; vg ., Esposa Calpe, Co l. Austrol). Lo importante "Epstola a Meneceo" ha sido includa en Lec/uros fi-losficas. Sobre Epicu ro pueden lerse, Andr Cresson, Epicuro; su vida, su obro, su filosofa, Mxico, Ed. "Amrica, 1941, y A. J. Fastugiere, Epicuro y sus dioses, B. Aires, Eudeba , 1960, 'que abar. da el tema de la religin en Epicuro.

    Conviene que el estudiante maneie algunos textos de los pri-mer9s filsofos cristianos. La Bibli oteca de Autores Cristianos ha editado un volumen de Padres apologetas griegos, Madrid, 1954. Una buena inicic;tcin en el pensamiento de San Agustn es la antologa seleccionada por el P. Prziwara, El Pensamiento de San AgusHn, Lima, Biblioteca Peruana de Cultura Catlico, 1946 . .Las Confesiones y los Soliloquios son tambin lectura que el estudian-te puede hacer por su cuenta. A este efecto sealamos lo , edi-cin bilinge de la s Obras de San Agustn, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1946, cuyo vol , 1. contiene una introduccin general y una bibliografa del filsofo catlico. Un estudio bre-ve y ~e r io es el de' M, Baumgartner "Son Agustn ", e'n la colec-cin Los grandes pensadores, vol. 19 , Otros estudios recomen-dables san: A: Gmez Robledo, Cristianismo y filosofa en la ex-periencia agustiniano, Mxi~o, Univ. Nacional, 1942, y .Regis Jolivet, Son Agustn " y el neoplatonismo cristiano, Buenos Aires, C.E.PA, 1941.

  • IV

    EL PROCESO HISTORICO DE LA FILOSOFIA (continuacin)

    .. De las potencias vit"/es, que determinaron desde los senos ms profundos lo evolucin milenario de lo Edad Medio, nacen tambin para lo filosofa moderno los grandes impu/-sos",

    Heinz Heimsoeth

    " lo actitud del filsofo moderno con respecto o lo historia parece estar morcado por uno tensin perpetua entre el deseo de apoyarse en el pasado y el temor de ver el p~nsQmien~ to filosfico disiparse y desmenuzarse en la erudicin"

    Emile Brehier

    "No podemos tener una visin perfecto de nuestros orgenes inmediatos. La historio em-piezo -solamente cuando se ha posado el pol-vo del re.cuerdo. Los formas de pensamiento y de vida de hoy son una continuacin de-masiado potente de los de ayer pwo que po-damos verlos con cloridod"_

    Gilberl Ryle

  • 3-La filosofa medieval (del siglo V al siglo XV). La diso-lucin del Imperio romano sea la el fin de la edad antigua y con ' l una crisis profunda de la cultura y la vida de Occidente. La filosofa sufre el efecto de este cambio decisivo. En las siglos que siguen inmediata mente al derrumbe del poder imperial se ha perdido memoria de las grandes realizaciones del pensamiento grecolgtino. Apenas si , par abra de Boecio, a quien ha hecho famoso su Consolacin de la filosofo, se salva del naufragio parte de la lgica aristotlica y el Isagoge del neoplatnico Por-firio. Al lado de las obras de San Agustn, este legada frag-mentario ha de tener una influencia enorme en la construccin de la nueva cultura , la propiamente medieva l, que se delinea claramente hacia el siglo X. Entretanto, en un mundo catico, en el que lentamente se iban reconstituye.ndo los cuadros de lo vida europeo y se establecan nuevos principios de .ordenacin

    poltic~ y social, el quehacer intelectual se refugia en o" los conven-tos y abadas y all, a partir de comienzas muy rudimentarios y simples, prospera con los siglos. los escuelas conventuales y catedralicias son de este modo la motriz de la nueva filosofa , la llamada escolstico, que ha de flo recer a partir del siglo X. En ello encuentra su ms cabal expresin terica el espritu del hombre medieval. Antes 'de ese siglo, en el per:do que suele lla-marse pre-escolstico, puede sea larse como nombre importante en filosofa, a Juan Escoto Ergena (muerto hacia 804), cuya re-flexin intenta una sntesis del neo platonismo con las doctrinos cristianas.

    La escolstica es un producto de la enseanza y. en 'su for-ma ms desenvuelta, de la ,Universidad. En su mtodo y en su intencin lleva el sello de este origen. Las formas tpicas de la docencia de ~nto~ces son la lectio, o lectura e interpretacin de textos de autoridades, y la disputotio, a disc.usin de puntos doc-trinarios, por va dialctica. En consonbncia con esto, las obras de los filsofos son dedicadas principalmente al comentario de los autores reconocidos, al anlisis de puntos sujetos o disputa y demostracin (quaestiones y opuscu/a) y, .finalmante, a expo-siciones sistemticas de lo dodrrna filosfico y teolgica cristia-na (las famosas Sumos como la Summo Thea/ogica de Santo To-ms).

  • aS JN ICJACJON FILOSOFI CA

    Otro corcter que marca profundamente esta filosofa , nti-mamente vinculado con el anterior, e, su 'dependencia de los preocupaciones religiosas dominantes en la poca, La escols-tica es una filosofa al servicio de la religin, aunque no deje de reclamar y tenga efectivamente un sector propio de inquisicin, De all que sea motivo constante de reflexin el desl inde del cam-,po en que la rozn puede aduar con autonoma, estando como est subordinado a lo revelacin, es , decir, o la fe, en lo que toca a las ltimos certezas acerca de la existencia y el ser.

    Dentro de este marco, el pensamiento escolstico formu l una concepcin total de la realidad en que los motivos funda-mentales del cristianismo se unieron a las ideas heredadas de la

    ,filosofa g reco-latina , especialmente las de Platn, que se en-troncan con la tradicin agustiana, y I,as de Aristteles, que po-co o poco se difunden por mediacin. d~ los rabes y encuentro n su's ms notables defensores en San Alberto Magno y Santo To-ms. Uno imagen acabado del cosmos, una ordenacin univer-sa l de formas terrenales y astrales, el hombre en el centro -que es la Tierra segn la astronoma ptolomeica- y, presidiendo todo este conj unto, un Dios trascendente y personal, del que pro-cede y en el que s. fu nda todo ser y todo valor, es el fruto de este notable esfuerzo especulativo,

    Las motivaciones metafsicas y teolgicas dominantes expli-can la pasin que los escolsticos, pusieron en la elucidacin de problemas como el de los universales, en cuyo debate se enfren-taran los realistas, defensores de la existencia efectiva de las ideas generales, al estilo platnico, los nominalistas, que redujeron estos entidades o meros nombres, al aceptar slo Jo existencia de 10 individual, y los conceptualistas,' que sostuvieron uno tesis me'diadora, reconociendo una entidad mental a las ideos. No se puede, en efecto, desligar este debate del contexto de la onto-loga escolstica, 'fa que cada una de estas interpretaciones tie-ne consecuencias que tocan profundamente a los tesis metafsi-

    . cas bsicas de la teologa cristiana.

    Pese- a su uniformidad de conjunto, no est desprovisto el filosofar escolstico de un vivo dinamismo interno, ni deja de haber e~ l importaQtes variaciones dodrinori

  • EL PROCESO H1STOl'!.lCO DE LA FILOSOFIA (continuacin) 59

    den distinguirse tres momentos principales en la evolucin de e'sta filosofa : 1) la antigua escolstica, o perodo de formacin, que llega hasta el siglo XII, en el. cual destocan San Anselmo de Canterbury 11033-1109), los filsofos de lo escuela de Chartres, de orientacin platnica y real ista (Bernardo de Chartres, Gil-bert de la Porr", Juan de Salisbury, etc.), Pedro Abelardo (1079-1142) Y Hugo y Guillermo de San Vctor, entre otros. 2) La alta escolstica, o perodo de apogeo (siglo XIII, principalmente), en que surgen los filsofos ms importantes de la tradicin agusti-niana, como Alejandro de Hales y San Buenaventura .(1221-1274), y las grandes figuras del aristotelismo catlico, oomo San Alber-to Magno y, sobre todo, Santo Toms de Aquno 11225-1274), cuyas obras (Suma contra los gentiles, Suma teolgica, Del ente y la esencia, etc.), sntesis acabadas del filosofar medieval, han tenido uno enorme repercusin en el pensamiento cristiano has-ta nuestros sJas. Al mismo perodo pertenece otro gran maes-tro escolstico, Juan Ouns ESG:oto" en cuya meditacin el ogusti-nismo se entronco con el tomismo. Por su voluntorismo, Escoto seala una direccin contraria a la del maestro de Aquino. Otras figuras son: Roger Bacon, que se distingue como precursor cel inters por la investigacin experimental de la naturaleza, si bien sus motivaciones siguen siendo bsicamente teolgicas, y el lgico cataln Raimundo Lulio. 3) La escolstica decadente (si-glo XIV), en que destacan Guillermo de Occam, Nicols de Autre-court y Juan Buridn, defensores vigorosos de las, tesis nomina-listas, cuyos plonteo~ ms radicales conducen al umbral de una poca de la filosofa.

    Cabe sealar, como. una corriente paralela 01 filosofar es-colstico propiamente dicho, la del pensamiento mstico, repre-

    se~tado entre otros por Son Bernardo de Claraval, en el siglo XII y, ms tarde, por el maestro Eckhart (1260-1327).

    AlilT]entadas por otras creencias religiosas, discurren tam-bin a lo 'argo d.1 medioevo las filosofas musulmana y juda. Son figuras importantes, en la primera, Avicena, Aben Tofail y Averroes, y, en ~a segunda,' Avicebrn 'y Moimnides, cuyo pen -samiento est , en lo esencial, pese a las diferencias re ligiosas y dor"'; "",;rios, "1uy fuertemente influ do po r Aristteles.

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  • INICJACION FILQSOFICA

    Gua de lecturas. Acerco del pensamiento medievat como obras generales, pueden leerse: A. Dempf, La concepcin del mundo en la Edad Media, Madrid, Ed. Gredos, 1958, y E. Gilson El esprilu de la filosofa medieval, 8uenos Aires Ed. Emec, 1952. Poro situar el filosofar cristiano en el contexto histrico y social de la poca, se recomienda el cap. IV, " la tradicin intelectual", del libro de R. W. Southern, La formacin de la Edad Media, Ma-drid, Ed. Rev. de Occ. 1955.

    Manuales breves sobre la filosofa medieva l, que se leern con provecho, son los de Paul Vignoux, El pensamiento en la Edad Media, Mxico, F. de C.E., 1954, y Mortin Grabmann, Filo -sofa medieval. Barcelona, Ed. labor, 1928. Ms extensos y de-tallados son los de J. M. Verweyen; Hisloria de la filosofa me-dieval, Buenos Aires, Ed. Nova, 1957; E. Gilson, La filosofa en lo Edad Media , Madrid, Ed. Gredos, 1958, 2 vol.; y Maurice de Wulf, Hislaria de lo filoscifa medieval, Mxico, Ed. Just, 1945-1949, 3 vol. Sobre dos importantes sectores de lo reflexin es-colstica, lo metafsica y lo .tica , pueden consultarse los libros de A. Dempf, Melafsica de la Edad Media, Madrid, Ed: Gredas, 1957, y Elica de la Edad Media, Madrid, Ed. Gredas, 1958. El problema de los universales a lo largo de la evolucin de pe n-so miento medieval es estudiado muy detalladamente en el citado libro de Verweyen port. principal, A- III ).

    El estudianie debe procurar .Ieer algunos textos de las prin-:ipales figuras de la escolstica. Es recomendable, vg., el Pros-logium de Son Anselmo, del cual hay traduccin en lo edicin bilinge de los Obras complelas de este autor publicado en Ma-drid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1952-1953, 2 vol., 1: ' Apar-te de esta edicin, existen otras en castellano entre ella s es muy til la de R. labrousse, Buenos Aires; Ed. Yerba Buena , 1945, pues trae en apndice una seleccin de textos relativos a la historia de la prueba ontcilgica. En la misma Biblioteca de Autores Cristianos se han publicado, en 6 vb lmenes, con texto bilinge, las Obras completas de San Buenaventura Madrid, 1945-1946), y de Santo Toms de Aquino, la Suma contra los genliles, Ma-drid, 1952-1953; 2 vol., y lo Suma teolgica, Modrid 1947-1958 diversos volmenes si n continuidad). Del ltimo hay una edicin de los Opsculos filosficos genuinos, 8uenos Aires, Ed. Poblet, 1947, 't varias del ms famoso entre stos, Del ente y la esencia. Sobre Santo Toms, como estudios breves, son recomendables los de Martin Grabmann, Santo Toms de' Aquino, Barcelona , Ed. labor 1930, y F. C. Copleston, El pensamiento de Sonia To-ms, Mxico, F. d" C.E., Brev., 1960. Conviene asimismo que el estudiante tome cont9cto. con las obra s