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Instituto de Investigaciones Históricas (2021-2025)
Plan de trabajo
Estela Roselló Soberón
Ciudad Universitaria, mayo de 2021
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I. UN INSTITUTO DE HISTORIA CON MIRAS AL FUTURO 3
RESCATAR LA RELEVANCIA DEL CONOCIMIENTO HISTÓRICO 3 ÉTICA Y CUIDADO 4 EL FUTURO 6 EL MUNDO 7
II. DÓNDE ESTAMOS. NUESTRO INSTITUTO 8
III. HACIA DÓNDE VAMOS 9
INVESTIGACIÓN A LA VANGUARDIA 10 DOCENCIA Y COMPROMISO SOCIAL 12 PREPARATORIA Y CCH 13 LICENCIATURA 13 POSGRADO 13 DIFUSIÓN Y DIVULGACIÓN 15 ADMINISTRACIÓN 16
IV. PROYECTOS ESTRATÉGICOS 17
1. LABORATORIO DE LA HISTORIA DE LA ÉTICA DEL CUIDADO, LA NO VIOLENCIA Y EL GÉNERO 17 2. NODO DE FUENTES Y REPOSITORIOS DIGITALES PARA LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA 17 3. LÍNEA DE INVESTIGACIÓN PARA LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA 18 4. UNA VENTANA AL MUNDO: INVESTIGACIÓN, DOCENCIA Y DIFUSIÓN 19 5. TALLER PERMANENTE DE MATERIALES DIDÁCTICOS Y HERRAMIENTAS PARA LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA 21 6. ESPECIALIDAD EN HISTORIA 21 7. HISTORIAS GENERALES PARA DIFERENTES SECTORES DE LA SOCIEDAD 22 8. SEDE OAXACA 23
UNA PUERTA ABIERTA 24
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I. Un Instituto de Historia con miras al futuro
Rescatar la relevancia del conocimiento histórico
Quienes hacemos investigación en el Instituto de Históricas de nuestra Universidad
tenemos un compromiso ético muy importante. En un momento de coyuntura como este,
la Universidad de la Nación debe ofrecer investigaciones históricas que, desde la
perspectiva económica, política, social y cultural, den herramientas para comprender mejor
los grandes problemas nacionales y del mundo y con ello, dar orientación a otros expertos
para encontrar soluciones a situaciones que reclaman atención urgente.
La pandemia de COVID 19 ha marcado un antes y un después en la historia reciente
de la humanidad. El fin de época que vivimos exige recuperar la relevancia del
conocimiento histórico en nuestro país y en el mundo. Es tiempo de buscar indicios y
explicaciones en nuestro pasado para encontrar las respuestas necesarias para enfrentar el
futuro incierto y confuso que se nos presenta. Pensar históricamente dispone al ser
humano a la reflexión ética de la vida; revisar los dramas y dilemas a los que se ha
enfrentado la humanidad invita a preguntarnos por nuestras propias contingencias y por la
necesidad de replantearnos hacia dónde y cómo queremos ir; qué es lo que importa
conservar, qué no queremos repetir, cómo podemos imaginar los nuevos rumbos que es
posible construir a partir de lo que hemos sido y somos. La conservación de la memoria y
el conocimiento histórico nos hacen más conscientes y capaces de elegir y de tomar
decisiones para dar solución a los problemas que enfrentamos como humanidad hoy.
El planeta atraviesa tiempos difíciles e inciertos que exigen de toda nuestra lucidez,
trabajo y compromiso para hacer frente a retos que requieren de acciones claras para
encontrar soluciones que no solo garanticen nuestra supervivencia como especie, sino que
hagan más llevadera y digna la vida en sociedad. La pandemia nos ha puesto sobre la mesa
un sinnúmero de preguntas que requieren de reflexión urgente. ¿Qué hacer con el cambio
climático? ¿Qué con los efectos inmediatos de la desigualdad social? ¿Cómo construir
vínculos sociales en los que predominen la confianza, el respeto y la empatía? ¿Cómo evitar
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la polarización, el odio, el rencor, las explicaciones dicotómicas simplistas y maniqueas de
la vida y de la sociedad? ¿Cómo erradicar el sinnúmero de manifestaciones de violencia -de
todo tipo- que forman parte de la cotidianidad, en nuestro país y en el mundo? ¿Cómo
reconstruir sobre nuevos cimientos la legitimidad perdida de las instituciones, fundamental
para vivir en un mundo donde prevalezcan la paz, la justicia y la razón? ¿Qué hacer para
que los jóvenes de nuestro país puedan encontrar un lugar donde sea posible imaginar
tener una vida segura y plena? ¿Cómo podemos contribuir a la solución de algunos de estos
problemas desde nuestro ámbito universitario?
En ese contexto de interrogantes, la sociedad reclama toda nuestra creatividad e
imaginación para encontrar respuestas. No podemos postergar la generación de ideas,
implementar proyectos, programas y medidas que no sabemos si en pocos años tendrán ya
el mismo impacto. Es imperioso comenzar a cimentar, desde ahora y sobre la grandeza
humana que aún conservamos, todo eso que las futuras generaciones necesitarán para
construir un mundo habitable y disfrutar del legado que podamos felizmente heredarles.
En ese contexto, la Historia contribuirá de forma decisiva en los debates humanistas que
nos puedan ayudar a comprender mejor los problemas económicos, políticos, sociales,
culturales y éticos que vivimos actualmente y que requieren la participación de todas las
ciencias y disciplinas.
El plan de trabajo que presento a continuación tiene tres ejes: la dimensión de la
ética y el cuidado, la dimensión del futuro y la dimensión del mundo. Los tres están
intrínsecamente relacionados y dan sustento para pensar en cómo organizar y dar sentido
institucional a los proyectos estratégicos para desarrollar la investigación, la docencia y la
difusión de una Historia de vanguardia en el siglo XXI.
Ética y cuidado
Propongo organizar la vida académica del Instituto de Investigaciones Históricas a partir de
la ética del cuidado, esa ética incluyente, feminista, promotora de la no violencia y pilar de
la educación en la Construcción de Paz. Construir conocimiento histórico interesado en la
ética y en la importancia del cuidado tiene especial importancia en la búsqueda de nuevos
mecanismos de gobernabilidad tanto dentro de nuestra Universidad como del país.
5
El mundo que se nos presenta hoy es uno en el que todo se redefine: la función de
los Estados, las identidades de género, el significado de las posiciones políticas, la relación
con la autoridad, el sentido de las relaciones personales, el lugar del conocimiento y de la
razón. Por momentos, todo parece desordenado e ininteligible. Más allá de concentrarnos
en las sensaciones apocalípticas de nuestros tiempos, es fundamental reflexionar en los
enormes retos y en las grandes oportunidades que esta coyuntura nos presenta. Si las
épocas de crisis son períodos de oportunidad, la nuestra nos ofrece una ventana invaluable
para reflexionar sobre los límites de la libertad humana y la jerarquía que queremos darle
a los nuevos valores que den sentido a nuestra existencia. En ese contexto, la pandemia
nos ha mostrado que el cuidado –sin importar edad, género, condición social, religión u
origen– debe ser una de las premisas sustanciales en la construcción de nuestras nuevas
formas de relación cotidiana. Vernos, tratarnos, comunicarnos, escucharnos y cuidarnos
como personas y rescatar, ante todo, el valor de la dignidad humana será la condición
indispensable para articular nuevos vínculos que realmente nos permitan vivir en
comunidad.
La ética del cuidado tiene un sustento teórico sólido. Nació en el feminismo de las
décadas de 1970 y 1980 que observó que el cuidado se asoció durante siglos como una
responsabilidad del género femenino. Las feministas que defendieron la importancia de
promover y universalizar esta ética hablaron de la necesidad de extender la capacidad de
cuidar, de cuidarse uno mismo, de cuidar al otro y de cuidar al medio ambiente. En la
Historia hallamos muchos momentos y muchas situaciones en que los seres humanos han
sido capaces de cuidarse entre sí. Es importante rescatarlos en la memoria y promover
conocimiento histórico que aumente la consciencia sobre la importancia que tiene
cuidarnos entre todos, como personas dignas de derechos y de respeto. Es importante
mostrar también cómo, cuando esa ética se pierde, el sufrimiento, la pobreza y la violencia
se vuelven cotidianos.
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El futuro
El conocimiento histórico es irrelevante si no aporta algo para pensar en el futuro. Quienes
laboramos en el Instituto de Históricas debemos formar a las futuras generaciones
profesionales y, en especial, a las historiadoras e historiadores de México, asegurándoles
que van a contar con las herramientas conceptuales, metodológicas y tecnológicas más
actualizadas para insertarse en los debates historiográficos más relevantes y también, para
desarrollarse como personas capaces de aportar reflexiones útiles para que los seres
humanos podamos vivir con bienestar en el futuro.
Nuevamente, en este momento de redefinición y fin de época que vivimos, la
Historia tiene mucho qué decir. La conservación de la memoria y la construcción de
conciencia histórica hacen posible imaginar que hay lugar para un futuro distinto, que las
cosas siempre pueden cambiar y pueden ser mejores. Efectivamente, nuestras
investigaciones muestran que los seres humanos logramos adaptarnos a las nuevas
circunstancias y que sabemos hacer frente a la transformación. Hoy, el mundo nos exige
estar atentos a los cambios que vamos a requerir de manera impostergable y la Historia
debe tener el compromiso de ofrecer conocimiento relevante para imaginar respuestas
posibles para enfrentarlos. Historias de la ciencia, de la salud y del cambio climático;
historias comparadas en un mundo global, historias de las epidemias, la violencia, el
racismo, las migraciones y la violencia de género; historias de la pobreza, de los niños y los
jóvenes, de las relaciones jerárquicas entre los hombres y las mujeres; historias de las
identidades religiosas, comunitarias, locales y regionales; historias de las fronteras, de las
identidades sexogenéricas, del cuerpo y de las emociones. También, historias de las
formas de producción y socialización del conocimiento, de los medios de comunicación y
las tecnologías de la información. Una Historia que haga de su rigor académico una
garantía para ofrecer explicaciones relevantes, una disciplina que ayude a tolerar mejor la
incertidumbre y a enfrentar los retos que nos depara el futuro. Si lo que queremos es
conocimiento histórico de vanguardia, necesitamos estar atentos a cómo y para qué se
construye nuestra disciplina en otras regiones del mundo. La reflexión histórica global es
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necesaria para poner en contexto, también, el significado de nuestros propios problemas
nacionales.
El mundo
La construcción de un conocimiento histórico relevante debe insertarse en los debates y
la conversación globales. Esto no sólo en términos de los problemas que atañen en la
realidad a diferentes regiones del mundo y a nuestro país, sino también, en términos de
intercambios académicos y epistemológicos. México no está aislado del mundo.
Olvidarnos de ello puede resultar muy costoso. Históricas debe ser muy consciente de esto
y por lo mismo debe buscar participar en las discusiones trasnacionales sobre por qué es
importante la Historia, sobre cómo y para qué debe enseñarse a las nuevas generaciones
y sobre qué aportaciones puede ofrecer nuestra disciplina en la redefinición que vive la
humanidad en el presente. También debemos poner especial atención a los fenómenos
sociales, culturales, económicos y políticos que nos han vinculado con el mundo a lo largo
del tiempo.
La experiencia de la pandemia nos mostró que la tecnología nos permite estar más
vinculados que nunca con regiones remotas y casi desconocidas. La vida virtual que
conocimos este último año incluyó acortar las distancias geográficas no solo a partir de la
posibilidad de los encuentros a través de diferentes plataformas, sino también, a partir de
la unificación de muchas experiencias sensibles comunes entre personas diversas, afectadas
por el miedo, el dolor y la incertidumbre.
La reflexión sobre nuestros problemas nacionales no puede hacerse fuera del
contexto mundial. El compromiso que tiene nuestra Universidad de llevar conocimiento y
cultura histórica a todos los sectores de la sociedad mexicana debe partir de que la
investigación se vincule más con los problemas reales que aquejan a la población, es decir,
exige que los investigadores estemos más conectados con el mundo fuera de nuestros
cubículos.
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II. Dónde estamos. Nuestro Instituto
El Instituto de Investigaciones Históricas fue creado en 1945. Su fundación correspondió a
una época en la que había la necesidad de fortalecer un proyecto nacionalista. Desde muy
pronto quedó claro que la investigación académica rebasaba cualquier limitación. Casi de
inmediato, hubo investigaciones de historia europea, estadounidense y, en menor medida,
latinoamericana. La posibilidad de hacer investigaciones en los archivos y bibliotecas
nacionales (y las dificultades para ir a repositorios extranjeros), además de las
preocupaciones de cada generación, propiciaron que la mayoría de los trabajos elaborados
en Históricas fueran de tema mexicano. De ahí que se organizó en tres áreas: Historia de
México Prehispánico, de México Colonial, de México Moderno y Contemporáneo.
En la actualidad, hay una nueva área de Historia Mundial –integrada por dos
investigadores—y se modificó el nombre de las áreas tradicionales como una forma
provisoria de atender a transformaciones historiográficas y de las condiciones de creación
del conocimiento histórico: Historia de los Pueblos Indígenas, Historia Colonial e Historia
Moderna y Contemporánea, lo que permite investigaciones que no se limitan al territorio
mexicano. En esas áreas se integran 32 investigadoras y 25 investigadores; tres en la
Unidad Oaxaca y el resto en la Ciudad Universitaria. Complementan la planta académica
17 técnicas académicas y 8 técnicos académicos cuyo trabajo es de vital importancia para
las actividades de investigación, docencia y difusión.
Nuestro trabajo ha obtenido numerosos reconocimientos. En los medios
especializados, la calidad de los libros y revistas de Históricas es reconocida. La planta
académica colabora en publicaciones de reconocido prestigio dentro y fuera de México.
Varios indicadores dan cuenta de la solidez de la planta académica del Instituto de
Investigaciones Históricas. Los más relevantes son el SNI y el PRIDE, que benefician al 95%
de nuestra planta académica. La incorporación de investigadores más jóvenes al Instituto
en los últimos años ha favorecido el surgimiento de nuevos enfoques y líneas de
investigación. El interés en problemas relativos a la historia de las mujeres o de los pueblos
indígenas no es nuevo, pero se ha fortalecido en fechas recientes. Ahora hay interés por la
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historia climática y la de las enfermedades, pero también por visiones latinoamericanas y
otras que nos vinculan tanto con el Pacífico como con el Atlántico.
Varias generaciones de profesionales de la Historia han contribuido a lo largo de 76
años para hacer que nuestro Instituto sea lo que es hoy. Edmundo O’Gorman, Sergio
Ortega y Noriega, Josefina Muriel, Miguel León-Portilla, Álvaro Matute y Víctor Castillo,
por citar solo unos pocos nombres, vincularon sus quehaceres de investigación con la
docencia, principalmente en la Facultad de Filosofía y Letras. Debemos construir sobre este
legado, todo aquello que nos permita dar respuestas a una realidad que exige creatividad,
imaginación y rigor, para impulsar los cambios que el mundo actual nos demanda.
III. Hacia dónde vamos
El Instituto de Investigaciones Históricas debe ocupar un lugar de liderazgo en los debates
humanísticos contemporáneos, así como ser ejemplo de ética, rigor académico y solidez
institucional para otras instancias de la Universidad, el país y el mundo. Para lograrlo, el
plan de trabajo de la dirección que propongo se guía por los siguientes principios:
• Partir de una visión clara que integre la pluralidad de líneas, metodologías y
proyectos individuales de investigación a las tareas comunes y colectivas que
debemos plantearnos como instituto.
• Transparencia y equidad en la toma de decisiones y en la administración de
recursos.
• Impulsar los Colegios Académicos y los Claustros como espacios para resolver
preocupaciones institucionales.
• Promover proyectos de investigación transversal entre las áreas y proyectos
colectivos para fomentar el intercambio académico de los investigadores.
• Vinculación con otras dependencias y entidades de nuestra Universidad para llevar
a cabo proyectos multidisciplinarios y aprovechar infraestructura, recursos
humanos y tecnológicos que den mayor proyección a nuestras investigaciones. Ante
la escasez de recursos, aprovechemos los que tiene la Universidad en sus otras
dependencias.
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• Fortalecer nuestras redes internacionales y construir nuevas.
• Dirección receptiva a las necesidades de toda la gente que labora en Históricas.
• Compromiso con la ética del cuidado, la no violencia y el cuidado del medio
ambiente.
• Igualdad sustantiva de género, que no se reduce a la paridad de género.
• Habilitar y promover espacios de sociabilidad académica en terrazas verdes que
permitan trabajar, conversar, intercambiar ideas y enriquecer nuestra vida
colegiada.
Investigación a la vanguardia
El cuidado
• Fortalecer los vínculos académicos entre las personas que integramos el Instituto.
Hacerlo desde una perspectiva de ética del cuidado, es decir, que tenga en cuenta
las necesidades que como personas tenemos quienes laboramos aquí. La
colaboración en proyectos colectivos institucionales será muy provechosa para
renovar el sentido de pertenencia a nuestra comunidad y favorecerá la
productividad de la planta académica que de manera natural se sentirá estimulada
y comprometida a realizar con entusiasmo su trabajo.
• Construir una comunidad académica incluyente, simétrica y respetuosa, en la que
sus integrantes, sin excepción, se sientan vistos, tomados en cuenta y reconocidos
en su valor humano y profesional; una comunidad académica en la que se pueda
hablar con honestidad, de frente y a partir del debate de las ideas. La dirección del
Instituto debe garantizar el respeto absoluto a la libertad de investigación, así como
la cabida institucional de los intereses preferentes que cada investigador quiera
privilegiar en su quehacer cotidiano.
• Dignificar y dar mayor visibilidad al conocimiento especializado de quienes laboran
en las áreas técnico-académicas, integrándolos con mayor responsabilidad en
proyectos institucionales.
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• Mantener la equidad de género institucional y generar condiciones laborales
favorables para mujeres trabajadoras, madres de familia e investigadores de
cualquier sexo que están a cargo del cuidado de otras personas en su familia. En este
aspecto se recuperará el primer eje del Plan de Desarrollo Institucional de la
Rectoría.
• Explorar modalidades de trabajo híbrido como medida de prevención sanitaria y
proporcionar apoyo institucional para orientar a los miembros del Instituto que se
vean afectados por posibles nuevas olas de COVID o efectos psicológicos ante el
confinamiento.
El futuro
• Dotar al Instituto de las condiciones tecnológicas necesarias para enfrentar los retos
de la nueva realidad virtual de la educación y la construcción del conocimiento en el
mundo para hacer investigación histórica de punta.
• Colocar al Instituto en un lugar de liderazgo académico en el debate global que se
vincule con temas históricos e historiográficos de relevancia para imaginar
respuestas para el futuro.
• Enriquecer los recursos digitales de nuestra Biblioteca para atender las necesidades
especializadas de los investigadores y de las líneas de investigación tradicionales y
más novedosas actualmente. Continuar con la modernización y digitalización de
nuestras revistas especializadas.
• Promover investigación que tome en cuenta la mirada histórica particular de las
mujeres y los grupos sexogenéricos, en aras de comprender la relevancia que estos
actores históricos juegan hoy y jugarán en la sociedad del futuro.
En diálogo con México y el mundo
• Fortalecer y aprovechar las redes internacionales que ya tenemos de manera
institucional, pero también promover vínculos con centros de investigación en
América Latina y el Caribe, en Medio Oriente, Asia, África y Oceanía, con los que
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actualmente no tenemos relación, y en donde se hace historia novedosa, que puede
enriquecer y poner a la vanguardia nuestro quehacer académico.
• Fortalecer nuestros vínculos y trabajar más de cerca con universidades y centros de
investigación de otros estados de la República. El estudio de las particularidades
históricas de fenómenos regionales y locales de muchas comunidades del país
resulta especialmente importante en este momento de redefinición nacional.
• Fomentar una relación más estrecha, respetuosa e incluyente con el personal
académico de las carreras de Historia de la FFyL y la FES Acatlán, así como con otros
centros e institutos en donde se hace investgación histórica en nuestra Universidad,
para articular con la colaboración permanente.
• Tender puentes con las dependencias universitarias de la Coordinación de
Investigación Científica. Debemos entrar en diálogo con ellas para tratar temas de
interés para nuestro país y el mundo, relacionados, por ejemplo, con la importancia
de la biodiversidad en la vida de las comunidades, el impacto del calentamiento
global en las transformaciones sociales y culturales de la vida humana, la historia
ambiental, la historia de la ciencia, las enfermedades y la salud pública y su
interrelación con la vida cotidiana.
Docencia y compromiso social
El cuidado
• Hacernos cargo de nuestro compromiso docente forma parte de la promoción de
una ética del cuidado que permita que la juventud mexicana se sienta atendida y
escuchada por su Universidad. Integrar a estudiantes a los proyectos de
investigación del Instituto es una manera de reconocerlos, acercarlos con el mundo
de la investigación y mostrarles lo que puede tener impacto en la construcción y
socialización del conocimiento en el país y el mundo.
• Promover que las materias que impartimos tengan una perspectiva de género, que
cada día es más necesaria para la comprensión de los fenómenos sociales y
culturales de nuestro país y del mundo.
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El futuro
• Cumplir con nuestro compromiso docente en la formación profesional de las
futuras generaciones de historiadoras e historiadores de nuestro país. Apoyar el
eje segundo del Plan de Desarrollo Institucional de nuestra Universidad. Es
importante que nuestro quehacer docente llegue a estudiantes de educación media,
media superior y superior y en ese sentido vincular nuestras investigaciones con la
enseñanza de la historia a nivel bachillerato, licenciatura y posgrado.
• Explorar las nuevas tecnologías digitales, recursos didácticos en línea, plataformas
virtuales que serán indispensables en la enseñanza de la Historia en el futuro.
Preparatoria y CCH
• Diseñar con la ENP y el CCH talleres de actualización de su personal académico y
apoyarlos en la elaboración de planes y programas de estudio, en la impartición de
conferencias, así como en la selección y elaboración de material didáctico. Crear un
vínculo horizontal e institucional con estas instancias de educación media para que
personal docente, estudiantes e investigadores de nuestro instituto tengan
intercambio y formación constante.
Licenciatura
• Fomentar que el personal de carrera de nuestro instituto dé clases en la
licenciatura, no solo en la carrera de Historia de la FFyL, sino en otras carreras de
esa facultad, en la de Historia de la FES Acatlán y en otras facultades y escuelas de
nuestra Universidad donde se imparten materias de Historia y a las que
normalmente no nos acercamos. Hay que establecer vínculos institucionales, pero
también promover que los estímulos reconozcan ese trabajo.
Posgrado
• Fomentar una comunicación constante entre los investigadores, la dirección y la
coordinación del posgrado es indispensable para hacer un diagnóstico de cuáles son
las necesidades más específicas para saber en qué puede contribuir cada uno de
nosotros, más allá de la impartición de cursos, para hacer del posgrado en Historia
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un referente nacional e internacional. Por otro lado, no debemos olvidar nuestra
participación en otros posgrados con los que también tenemos compromiso y donde
también podemos cumplir con nuestras obligaciones docentes como son el de
Arquitectura y Estudios Mesoamericanos.
• Buscar el ingreso de la maestría al PNPC e integrar al doctorado en el nivel de
competencia internacional a partir de la continuación de los esfuerzos que se han
realizado en los últimos años.
• Tomar en cuenta los nuevos requisitos que exige el CONACYT para mejorar la
eficiencia terminal de los estudiantes y lograr una mayor proyección social y
nacional de la maestría y el doctorado. Es importante vincularnos con universidades
de otros estados de la República para promover que sus estudiantes puedan cursar
nuestro posgrado y con ello tener el liderazgo en la formación especializada, así
como servir a todo el país y no solo a los estudiantes de la ciudad de México.
• Fomentar la publicación y divulgación en medios electrónicos o en papel –previo
proceso de dictamen– de las tesis que reciban reconocimientos, como el premio
Maus. Esto no solo sería un reconocimiento al rigor académico de dichos
estudiantes, sino también, una vía para crear una relación más estrecha e incluyente
con el personal académico de las carreras de historia de la FFyL y la FES Acatlán.
En diálogo con México y el mundo
• Organizar mesas redondas, virtuales o presenciales, de discusión de temas
históricos relevantes para el mundo actual en la que participen estudiantes de
licenciatura, el personal académico de nuestro instituto, de la FES Acatlán, de la FFyL
y de estas otras instituciones universitarias. Estas mesas tendrían el propósito de
generar discusión pública en temas actuales que es muy importante analizar desde
la historia, así como acercar a estudiantes de licenciatura con los investigadores
nacionales.
• Invitar a colegas con reconocimiento internacional para que, de manera virtual o
presencial, impartan charlas y conferencias para nuestros estudiantes de posgrado.
Esto requerirá que la dirección busque financiamiento con instancias públicas o
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privadas, así como con Institutos y Centros de nuestra Universidad. Este programa
también puede aprovechar las relaciones y vínculos de las sedes que nuestra
Universidad tiene en otras partes del mundo.
Difusión y Divulgación
El cuidado
• En la ética del cuidado que este proyecto quiere promover, la labor de difusión y
divulgación es muy importante. Si bien muchos investigadores hacen esfuerzos muy
loables por difundir y divulgar el conocimiento histórico, es necesario explotar mejor
el potencial que el Instituto tiene para ofrecer una divulgación histórica de alta
calidad académica y amplio impacto social. Esto para saldar la deuda que tenemos
como institución pública, cuya obligación es ofrecer los resultados de nuestras
investigaciones más allá de la difusión especializada, para que quien así lo quiera
aprenda, disfrute de la historia y, lo más importante, tenga conciencia histórica,
elemento indispensable en la construcción de una ciudadanía activa.
• Promover la construcción y la divulgación de conocimiento histórico que hable de
las experiencias de cuidado que la humanidad ha vivido en tiempos pasados.
El futuro
• Ofrecer los recursos necesarios para difundir y divulgar el conocimiento histórico a
partir de los nuevos medios digitales y tecnológicos. Crear un micrositio y una
página de difusión y divulgación, adicionales a la página institucional, en la que
Históricas ofrezca a investigadores especializados, docentes, estudiantes de nivel
básico, medio y superior y público en general, información organizada,
sistematizada y articulada sobre lo que hay y se hace en el campo de la historia en
nuestro país y en el mundo, así como lo que el Instituto produzca específicamente
para su difusión y divulgación.
En diálogo con México y el mundo
• Ofrecer a niñas, niños y adolescentes del país materiales creativos que faciliten,
motiven y hagan más placentero e inspirador el aprendizaje de la historia. Para
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hacer estos materiales, el Instituto cuenta con el talento de jóvenes de servicio social
y técnicos académicos que podrían trabajar en estrecha relación con nosotros.
Además, la Universidad cuenta con la infraestructura necesaria para construir este
tipo de recursos en instancias como TV UNAM, Radio UNAM o la DGTIC. Hay que
aprovecharlos.
• Colocar al personal académico del Instituto en un lugar de liderazgo en los debates
nacionales e internacionales que generan conversación pública en los medios de
comunicación.
• Promover talleres, seminarios y mesas redondas para entrar en diálogo con
funcionarios de la SEP, Memorica, el Comité Mexicano de Ciencias Históricas, la
Academia Mexicana de la Historia, las Cámaras de Senadores y Diputados y otras
instituciones interesadas en temas acuciantes en los que se reflexione sobre el
sentido de la historia, de su enseñanza y de la conservación de la memoria y la
construcción de conciencia histórica en nuestro país y en el mundo.
• Dar importancia a las cátedras universitarias, recuperar las nuestras y reestablecer
nuestros encuentros con el Instituto de Investigaciones Estéticas. Durante mucho
tiempo, el Instituto contó con dos cátedras extraordinarias, la Marcel Bataillon y la
Edmundo O’Gorman, que permitieron invitar a conferencistas de otros países a
compartir sus conocimientos.
• Colaborar con la Coordinación de Humanidades y con la Dirección General de
Publicaciones en la redacción de colecciones virtuales o impresas de fuentes,
bibliografías y antologías generales útiles para estudiantes y maestros de
bachillerato y CCH.
Administración
• Trabajar a partir de un Plan de Desarrollo Institucional con objetivos claros para
cada Secretaría, Área y Coordinación.
• Garantizar el cumplimiento del Plan de Desarrollo Institucional de Rectoría para
seguir la pauta de los ejes de trabajo de nuestra Universidad.
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• Definir metas y objetivos de estas instancias en cada trimestre del año para planear
cuánto presupuesto y para qué se le debe asignar a cada una de ellas. Administrar
de esta manera también nos daría una base más sólida para solicitar y obtener
recursos extraordinarios, tanto internos como externos.
• No se puede limitar el consumo cotidiano de papel, energía eléctrica y agua solo por
economizar, sino que se debe planificar el consumo de los recursos para apoyar de
la manera más eficaz la labor académica del Instituto. Para ello será indispensable
que los investigadores sean conscientes de la importancia del uso responsable de
estos recursos, no solo como tema de ahorro institucional, sino también, como
tema de consciencia ecológica y compromiso con el cuidado del medio ambiente.
IV. Proyectos Estratégicos
1. Laboratorio de la Historia de la Ética del Cuidado, la no violencia y el Género
• Objetivo: Promover investigación histórica al servicio de la ética y la cultura del
cuidado, la no violencia y el estudio histórico de las identidades de género, en
concordancia con el Plan de Desarrollo Institucional de la Rectoría.
• Proyecto institucional: Crear un laboratorio que impulse proyectos de investigación,
docencia y difusión en estos temas, en colaboración con otras dependencias
universitarias como la Facultad de Filosofía y Letras, el Centro de la Felicidad en
Cuernavaca, el PUEG, la Coordinación de Género y nuestra Sede Oaxaca por
mencionar algunas. Su propósito será ofrecer cursos, conferencias, talleres,
campañas, materiales didácticos, mesas de debate, programas para materias
especializadas que, desde el conocimiento histórico, puedan fortalecer la educación
en la Construcción de Paz dentro de la Universidad, el país y el mundo. Toda la
comunidad de Históricas será invitada a participar, sin exclusiones.
2. Nodo de fuentes y repositorios digitales para la investigación histórica
• Objetivo: Articular, sistematizar, organizar y ofrecer a los investigadores, a
estudiantes y público en general una red con todas las fuentes y repositorios
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digitales que faciliten la investigación, la enseñanza y el aprendizaje históricos
sobre México y otras regiones del mundo a la que se pueda acceder desde la página
de Históricas.
• Proyecto institucional: Construir una plataforma que ponga en un solo lugar los
recursos digitales útiles para la investigación histórica, como catálogos de archivos,
de bibliotecas, mapas, planos y documentos especializados. Trabajaremos en que
nuestros académicos tengan acceso a esos repositorios de un modo fácil y cotidiano,
que puedan ser capacitados en el uso de estas plataformas cuando lo requieran, y
que tengan una asesoría constante para aprovechar lo mejor posible todos los
recursos documentales a los que podemos acceder como investigadores de nuestra
Universidad. Para lograrlo, utilizaremos los recursos humanos y tecnológicos con los
que ya cuenta nuestro Instituto. De igual modo, promoveremos la elaboración de
convenios con otras instituciones que ya tienen repositorios virtuales de archivos
muy utilizados por nuestros investigadores, como el Archivo General de la Nación,
el de la Ciudad de México, el de Notarías y la Red de Archivos Españoles. La
pandemia nos ha confirmado que el acceso virtual a estos materiales es
indispensable para nuestro trabajo académico. Por tanto, el acceso a estos recursos
es un deber impostergable de la dirección de nuestro Instituto, en aras de garantizar
la continuidad del trabajo de excelencia de nuestra planta docente. Esta plataforma
favorecería al personal académico del Instituto, pero también a estudiantes y
colegas del país y el mundo. Hospedar este nodo para el acceso digital a las fuentes
históricas, respaldado por el conocimiento académico, el prestigio y la antigüedad
de nuestro Instituto no solo brindaría un gran servicio a la gente interesada en la
historia, sino que daría una gran visibilidad a nuestra institución.
3. Línea de investigación para la Enseñanza de la Historia
• Objetivo: Hacer del Instituto un referente nacional en la construcción de los relatos
históricos que forman parte de los debates públicos más importantes en nuestro
país y en el mundo entre los que se encuentran el sentido que tiene hoy la
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enseñanza de la historia, la construcción de ciudadanía, el significado de las
identidades nacionales, comunitarias, locales, étnicas, regionales y de género.
• Proyecto institucional: Abrir una línea de investigación en la Enseñanza de la
Historia, tema que sin duda es especialmente relevante en la actualidad. Esta línea
puede tener un impacto social muy importante en aspectos como la elaboración de
planes y programas de estudio, de libros de texto y, en general, de la enseñanza
de la historia en todos los niveles. En el contexto que vive nuestro país y el mundo,
es muy necesario reflexionar por qué es importante enseñar historia hoy, así como
pensar en las múltiples maneras en que esto puede hacerse. Nuestro Instituto
cuenta con docentes excepcionales. Su experiencia debe contribuir a generar ideas,
preguntas y reflexiones que formen parte de este debate urgente en nuestro país y
en el mundo. Abrir una línea de investigación en Enseñanza de la historia puede
estrechar nuestros vínculos universitarios con la FFyL, así como con el Instituto de
Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (ISSUE). Además, permitiría que
nuestro Instituto entrara en diálogo con la Secretaría de Educación Pública, las
instancias educativas estatales y los Congresos, para ofrecer a esas instituciones un
foro de interlocución con nuestros especialistas. Los resultados de las
investigaciones en esta línea tendrían que socializarse en jornadas o talleres
periódicos. A estos eventos, podríamos invitar a docentes de primaria, secundaria,
preparatoria y universidad, con interés en actualizarse en este tema tan importante
para el presente. En particular, la sede de Oaxaca del Instituto puede tener un
impacto local en este sentido. Impulsar esta línea de investigación permitirá
convertir al Instituto un centro de referencia para la reflexión sobre la enseñanza de
la historia en México.
4. Una Ventana al mundo: investigación, docencia y difusión
• Objetivo: Actualizarnos en los debates historiográficos internacionales
contemporáneos. Enriquecer nuestras metodologías y perspectivas para seguir a la
vanguardia de la investigación histórica. Esto a partir del fortalecimiento de nuestras
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redes internacionales institucionales e individuales con Estados Unidos, Europa y
América Latina y la creación de nuevos vínculos con colegas de instituciones de
países en Asia, África, Medio Oriente y Oceanía con los que tenemos menos relación,
pero en donde se hace Historia muy interesante y novedosa que prácticamente
desconocemos. Esto contribuirá al cumplimiento de la internacionalización prevista
en el quinto eje del Plan de Desarrollo Institucional del Rector.
• Proyecto institucional para la investigación: Organizar un taller de trabajo o
seminario de investigación anual de tres días con colegas de estas regiones del
mundo donde se hace Historia importante, pero con las que prácticamente no
tenemos relación. Este encuentro podría hacerse de forma virtual; no se trataría de
escuchar ponencias, sino de trabajar en talleres de diálogo e intercambio académico
para actualizarnos en lo que se hace en otras regiones del mundo y para que
nuestros colegas de dichas geografías conozcan qué es lo que hace el Instituto de
Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
• Proyecto para la docencia: Ofrecer un catálogo de cursos en línea para que el
personal académico que así lo desee, ofrezca su docencia en otras instancias
educativas del mundo. Buscaremos acuerdos con dichas instituciones para que
estos cursos tengan valor curricular para sus estudiantes. Además, se buscará que
estos cursos sean reconocidos por las Comisiones PRIDE y dictaminadoras como
cumplimiento de la obligación estatutaria de la impartición de docencia por parte
de los investigadores.
• Proyecto para la investigación y la difusión: Generar una sección en la página web
de difusión para reseñas de libros y revistas de historia de lugares del mundo con
cuya producción historiográfica tenemos poco contacto y conocimiento (Israel,
China, Nigeria, Japón, Suecia, Rusia, Australia, por ejemplo). Esto permitiría abrir una
ventana al mundo desde la cual podemos enterarnos de lo que se hace en otros
países y darlo a conocer en nuestro país desde nuestro Instituto.
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5. Taller permanente de materiales didácticos y herramientas para la enseñanza de la
historia
• Objetivo: Crear el taller permanente de herramientas de enseñanza de la Historia
y materiales didácticos digitales para educación básica, media y superior
• Proyecto institucional: elaborar materiales digitales con la colaboración de un
grupo representativo de maestros de educación primaria y secundaria que pudiera
orientar la producción de contenidos de dichos materiales. La pandemia ha hecho
muy evidente la falta de este tipo de recursos elementales para la educación y la
enseñanza de la historia en nuestro país.
• Colaborar con la Coordinación de Humanidades y con la Dirección General de
Publicaciones en la redacción de colecciones de fuentes y antologías generales
útiles para estudiantes y maestros de bachillerato y CCH. Esto, con el propósito de
volver a editar colecciones como las Lecturas Universitarias y participar más en la
Biblioteca del Estudiante Universitario que sin duda son referente muy importante
para muchas generaciones y de las cuales el Instituto dejó de ocuparse hace mucho
tiempo. Las publicaciones que el Instituto tiene en esas colecciones han sido
herramientas fundamentales en la formación de estudiantes de bachillerato y de
nivel universitario; han abierto vocaciones y han sido las primeras lecturas históricas
de mucha gente. Será necesario impulsar su versión impresa y un nuevo formato
digital.
• Elaborar ediciones comentadas por nuestros investigadores de bibliografías,
compendios metodológicos y fuentes primarias necesarias para nuestros
estudiantes de licenciatura. Esto en versiones impresas y en formatos digitales.
6. Especialidad en Historia
• Objetivo: Ofrecer a estudiantes de licenciatura y a profesionistas interesados en
titularse o en ampliar su conocimiento histórico una especialidad en Historia con
distintas líneas de salida que sean de utilidad para promover la cultura histórica en
nuestra sociedad y para brindar mayores herramientas para el desarrollo en el
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campo laboral de quienes la cursen. Tener un nuevo espacio para que la planta
académica de Históricas participe en el nivel posgrado.
• Proyecto institucional: Organizar seminarios para que los investigadores acuerden
las líneas, las metodologías, las materias y la estructuración de la especialidad
misma. Elaborar el plan de estudios. Trabajar en conjunto con el Colegio de Historia
de la Facultad de Filosofía y Letras para vincularla a las modalidades de titulación de
nuestra licenciatura.
7. Historias generales para diferentes sectores de la sociedad
• Objetivo: Escribir historias generales para distintos públicos de nuestro país.
Nuestro Instituto no cuenta con obras de este tipo y es muy importante que empiece
a elaborarlas para ofrecer diferentes versiones e interpretaciones de nuestra
historia nacional. En un momento de redefinición histórica como el que vivimos,
Históricas tiene la obligación de recuperar su espíritu generalista y brindar a la
sociedad obras que promuevan la reflexión histórica y el conocimiento de nuestro
pasado en diferentes ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales.
• Proyecto institucional: Escribir historias para el público en general y para el
bachillerato. Este proyecto podría desarrollarse en colaboración con nuestros
colegas del Colegio de Historia de la FFyL, de la FES Acatlán y otras dependencias.
• Elaborar un manual para la enseñanza de la historia para personal docente de
enseñanza primaria y secundaria, que surgiera del trabajo de los investigadores de
la línea de la enseñanza de la historia.
• Por otro lado, se buscarán acuerdos con instituciones públicas y privadas para
promover la cultura histórica mediante breves historias: Historia del trabajo, con
CTM o STPS, Historia de la medicina, con IMSS, Historia de la justicia, con el Poder
Judicial, por mencionar algunos ejemplos. En un entorno de crisis, esto permitiría
también tener recursos extraordinarios para el Instituto.
• Escribir historias de carácter más social para el público en general. El país necesita
respuestas a numerosos problemas. Podemos ofrecerlas: una historia de las
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mujeres, de la violencia en México, de las desigualdades de género, de la
diversidad sexual, de la juventud, de la infancia, de las comunidades indígenas y
afromexicanas, de la salud y enfermedad, de las relaciones humanas con el medio
ambiente y la naturaleza en general. Estas serán obras que en pocas páginas
ofrezcan los resultados de nuestras investigaciones y que contribuyan a que la gente
tenga elementos para su vida cotidiana. Este proyecto también podrá desarrollarse
en colaboración con nuestros colegas del Colegio de Historia de la FFyL, de la FES
Acatlán y otras dependencias universitarias. Estas historias podrían publicarse en
alianza con editorial comerciales o con colectivos promotores de derechos.
8. Sede Oaxaca
• La sede Oaxaca debe construirse y consolidarse a partir de las discusiones colectivas
entre toda la comunidad. De esta forma debe cobrar vida a partir de las necesidades
institucionales y mediante el análisis colegiado de las líneas de investigación que
tienen más oportunidad de desarrollarse en dicha sede.
• Promover una comunicación constante entre los investigadores de la sede de
Oaxaca y la de CU; favorecer el intercambio y el trabajo colectivo entre ellos.
Garantizar que los investigadores de dicha sede cuenten con todas las condiciones
físicas, económicas e institucionales necesarias para desempeñar óptimamente su
trabajo cotidiano. No tiene sentido promover una nueva sede si no cuenta con los
elementos básicos para funcionar.
• Consolidar la línea de investigación en Historia del medio ambiente y la historia
territorial en la que trabajan tres colegas de dicha sede.
• Promover líneas de investigación que sean significativas y útiles a las comunidades
oaxaqueñas, así como a la población local, regional y estatal del Sur y Sureste
mexicano. Algunas de ellas podrían ser la historia de la salud comunitaria y las
epidemias, dada la fuerte tradición médica popular en dicha región; la historia de
las identidades comunitarias, locales regionales, étnicas, religiosas, así como la
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historia del liderazgo femenino en las comunidades del estado de Oaxaca y la
región del sureste.
• Promover proyectos interinstitucionales dentro de la propia UNAM, con otras
instituciones públicas de educación superior, de los tres niveles de gobierno y de la
sociedad civil, encaminados a la integración y reconstrucción del tejido social a
través de la investigación y difusión de la historia y el patrimonio material e
inmaterial de las comunidades y regiones de nuestro país.
• Hacer de la Sede Oaxaca un referente regional de lo que hace la UNAM en el país,
fuera de la ciudad de México, así como en el mundo.
Una puerta abierta
En 1979, seis artistas comprometidos con la Universidad Nacional Autónoma de México
inauguraron el Espacio Escultórico que habían imaginado y construido juntos. Nadie firmó
con su nombre las obras artísticas más vanguardistas del mundo en su momento. La
grandeza de aquel espacio se había logrado gracias a su trabajo como equipo y a la
aceptación de que lo que importaba eran las buenas ideas, y no de dónde vinieran. La
Universidad se construye así, como una obra colectiva, producto de la vida en respetuosa
comunidad.
Hoy más que nunca, después de la pandemia que hemos vivido, quiero asumir la
gran responsabilidad y deuda que tengo de servir a la Universidad y de ofrecer
conocimiento que llegue a diferentes sectores de esa sociedad que hace posible que mis
colegas y yo realicemos nuestro trabajo académico todos los días. El Instituto de
Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México debe hacer
honor a su legado histórico y a su solidez institucional para aprovechar de manera más
efectiva todos los recursos humanos y académicos con los que cuenta para colaborar a
hacer frente a los grandes retos que el presente y el futuro de este mundo nos presentan.
Históricas es parte del mismo paisaje geográfico del Espacio Escultórico; seamos, también,
parte de su espíritu y así, en palabras de Helen Escobedo, la única mujer en el equipo de
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aquellos seis artistas mexicanos, participemos en ese homenaje activo a la creatividad
humana y a la naturaleza.