Intenciones de oración del Papa Benedicto XVI para el 2012 (Comentadas)

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Oracin y ServicioOrar con la Iglesia durante 2012

COMENTARIOS A LAS INTENCIONES DE 2012

EDITORIAL

Este ao 2011 est siendo un tiempo intenso e importante en nuestro desafo de renovar, o mejor, de RECREAR el Apostolado de la Oracin. Est en marcha el proceso de consulta participativa en que muchos de ustedes han ya enviado sus aportes, buscando juntos una forma ms adecuada y actualizada de compartir hoy nuestro tesoro espiritual. Este ao tambin tienen lugar tres importantes reuniones continentales del AO/MEJ en Africa (aqu en la foto), en Asia y en Europa, que nos dan la ocasin de ahondar ms en el tema de nuestra recreacin. Y mientras tanto, la misin contina. Vemos que el Santo Padre nos sigue invitando a colaborar con l en la difusin de sus intenciones de oracin para cada mes. Les ofrezco los comentarios a las intenciones del Papa para 2012, esta vez preparadas por especialistas en los temas especficos, a quienes he solicitado ayuda. Estoy seguro que sern de mucha utilidad para ustedes y de provecho para el pueblo de Dios. Que el Seor bendiga sus esfuerzos para ayudar a los miembros del AO a comprender mejor los desafos que nos plantea el Papa con estas intenciones, abriendo nuestros horizontes a las dimensiones del mundo.

ENEROINTENCION GENERAL ENERO

Para que las vctimas de desastres naturales reciban el alivio espiritual y material necesario para reconstruir sus vidas.

Con ocasin del primer aniversario del terrible terremoto que arroj a vuestro pas al luto, me uno a todos vosotros, queridos haitianos, para aseguraros mi oracin, en particular por cuantos fallecieron. Deseo asimismo daros una palabra de esperanza en las circunstancias presentes, particularmente difciles. En efecto, ahora es tiempo de reconstruir, no slo las estructuras materiales, sino tambin y sobre todo la convivencia civil, social y religiosa. Confo en que el pueblo haitiano sea el primer protagonista de su historia actual y de su futuro, contando igualmente con la ayuda internacional, que ya ha dado muestras de gran generosidad a travs de un apoyo econmico y de los voluntarios llegados de todos los pases. Estoy presente entre vosotros mediante su eminencia el cardenal Robert Sarah, presidente del Consejo pontificio Cor unum. Con su presencia y su voz, os lleva mi aliento y mi afecto. Os encomiendo a la intercesin de Nuestra Seora del Perpetuo Socorro, patrona de Hait, quien, estoy seguro, desde lo alto del cielo no permanece indiferente ante vuestras oraciones. Que Dios bendiga a los haitianos! BENEDICTO XVI MENSAJE AL PUEBLO DE HAIT CON OCASIN DEL PRIMER ANIVERSARIO DEL TERREMOTO 5 de enero de 2011 Copyright 2011 - Libreria Editrice Vaticana

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Despus del ngelus Mi pensamiento se dirige en este momento a las poblaciones del Pacfico y del sudeste asitico, golpeadas en los ltimos das por violentas calamidades naturales: el tsunami en las islas Samoa y Tonga; el tifn en Filipinas, que sucesivamente ha afectado tambin a Vietnam, Laos y Camboya; el devastador terremoto en Indonesia. Estas catstrofes han causado graves prdidas en vidas humanas, numerosos desplazados y "sin techo" e ingentes daos materiales. Pienso tambin en cuantos sufren a causa de las inundaciones en Sicilia, especialmente en la zona de Messina. Os invito a que os unis a m en la oracin por las vctimas y sus seres queridos. Estoy espiritualmente cerca de los desplazados y de todas las personas probadas, implorando de Dios alivio en su pena. Hago un llamamiento para que no falte a estos hermanos y hermanas nuestra solidaridad y el apoyo de la comunidad internacional. BENEDICTO XVI NGELUS 4 de octubre de 2009 Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana

Otros textos del Magisterio: BENEDICTO XVI - ADDRESS TO H.E. Mr. RAJAONARIVONY NARISOA NEW AMBASSADOR OF MADAGASCAR TO THE HOLY SEE - 18 December 2008 (Ingls)

COMENTARIO PASTORAL Hasta ahora nunca habamos visto tan de cerca un desastre natural como el terremoto y el tsunami que golpearon Japn en marzo 2011. Las imgenes inundaron el mundo por medio de la televisin, los diarios y sobre todo por medio del Internet, donde aun podemos verlas. Quienes no estamos en el lugar del desastre, olvidamos pronto: una semana, dos semanas al mximo, y perdemos el inters. En el lugar mismo, sin embargo, el recuerdo puede perdurar aun medio siglo, si no ms, especialmente entre aquellos que han perdido todo. No olvidis. Nunca olvidis. Quiz una o dos imgenes les llamaron la atencin, les impresionaron, como la del hombre en el viaducto. El agua cae torrencialmente en la calle debajo de l, agua negra llena de escombros. El agua sube rpidamente. Aparecen las barcas, flotando en la corriente. El hombre mira hacia abajo, curioso, y camina al otro lado para ver que el agua contina su camino de destruccin, camina de nuevo hacia atrs, donde estaba antes, hasta que se da cuenta, al igual que el conductor de un auto que estaba cerca de l, que en realidad quiz no est seguro en el viaducto. Y, entonces comienza a correr... Lograr salvarse? Llamamos madre a la naturaleza, pero es una madre inconstante, voluble. Los rboles dan su fruto, los campos producen el grano, el arroz, las papas, las flores iluminan y alegran nuestro da con miles de colores, si ... si el sol brilla, si llueve en el tiempo justo y en la cantidad justa, si la tierra permanece calmada y si el mar no se mueve. No hablemos de los otros seres que se mueven y con quienes compartimos este planeta, para mejor o para peor, desde los animales domsticos hasta las langostas destructivas y los elefantes. El hombre en el viaducto, qu tan bien conoca a la madre naturaleza? Pareca fiarse de ella. Ciertamente, no vio el golpe que vena, la rabia, no imagin que el rostro tierno podra convertirse en malvado. No olvidis. Nunca olvidis. Pero es que hemos de seguir adelante con nuestra vida, y olvidar el pasado, que lo pasado quede en el pasado? S, debemos hacerlo, pero sin olvidar lo que hemos visto aquel da. Uno podra llamarlo una revelacin, algo que normalmente est escondido en la profundidad del conocimiento del corazn. En un instante de nuevo, nos dimos cuenta, claramente, que no tenemos un lugar perdurable en la tierra, que el cuidado materno de la naturaleza tiene sus lmites, y que estos son desconocidos, imprevisibles. Aun aquellos a quienes se les advirti del tsunami y no corrieron inmediatamente, rpidamente fueron arrastrados por los acontecimientos. El hombre del viaducto poda ser cualquiera, cuando la naturaleza se vuelve furiosa, violenta. Podemos llamar madre a la naturaleza, en sentido figurado. Pero tambin tenemos un Padre, literalmente, Creador del cielo y de la tierra y, es a l a quien podemos dirigirnos en la oracin de manera segura. El hombre del viaducto, habr rezado? Cuntos milagros tienen lugar durante el tsunami? Probablemente, muchos ms de los que pensamos, y muchos menos de lo que hubiramos querido. Dado que son raros, es mejor rezar y pedir el consuelo. El consuelo es ms importante que los milagros, porque ayuda a las vctimas de la naturaleza a lo largo del da, de las semanas y de los aos despus de que han sido olvidadas por el resto del mundo. No olvidis. Nunca olvidis. Un da puedes ser el hombre en el viaducto. La madre naturaleza nos pone a todos juntos, para mejor o para peor. Pero podemos poner nuestra confianza completamente en Dios nuestro Padre, aun siendo tan dbiles y vulnerables, y presentarle nuestras necesidades, las necesidades de las vctimas de los desastres naturales. (No pudimos encontrar de nuevo el video original al cual hemos hecho referencia aqu, pero parte de l se puede ver en http://www.youtube.com/watch?v=zY2HPT7obWE&feature=relmfu ) Marc Lindeijer, sj Trabaja en la Curia General de los Jesuitas para la Causa de los Santos Jesuitas

PREGUNTAS PARA UNA REFLEXION INDIVIDUAL O EN GRUPO 1. Me informo por las noticias de los desastres naturales que ocurren en otros lugares del mundo? De qu manera me afecta y me mueve a hacer algo por las personas damnificadas? 2. Los desastres naturales y el sufrimiento que provocan pueden ser considerados un castigo de Dios? Cmo se deben interpretar desde una mirada cristiana? 3. Cmo podemos organizarnos mejor como comunidad cristiana para ofrecer una respuesta efectiva que vaya en ayuda de los damnificados?

TEXTOS BIBLICOS PARA LA CELEBRACION Jer 14,17-22 la desgracia de mi pueblo Apoc 21,1-4 la nueva Jerusaln Juan 9,1-3 ni l pec ni sus padres

INTENCION MISIONERA - ENEROPara que el empeo de los cristianos a favor de la paz sea ocasin para dar testimonio del nombre de Cristo a todas las personas de buena voluntad.

Desde hace demasiado tiempo en Oriente Medio perduran los conflictos, las guerras, la violencia, el terrorismo. La paz, que es don de Dios, tambin es el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales, y en particular de los Estados ms implicados en la bsqueda de la solucin de los conflictos. Nunca debemos resignarnos a la falta de paz. La paz es posible. La paz es urgente. La paz es la condicin indispensable para una vida digna de la persona humana y de la sociedad. La paz es tambin el mejor remedio para evitar la emigracin de Oriente Medio. Invocad la paz para Jerusaln nos dice el Salmo (122, 6). Oremos por la paz en Tierra Santa. Oremos por la paz en Oriente Medio, esforzndonos para que este don de Dios ofrecido a los hombres de buena voluntad se difunda en el mundo entero. Otra contribucin que los cristianos pueden aportar a la sociedad es la promocin de una autntica libertad religiosa y de conciencia, uno de los derechos fundamentales de la persona humana que cada Estado debera respetar siempre. En numerosos pases de Oriente Medio existe la libertad de culto, pero no pocas veces el espacio de la libertad religiosa es muy limitado. Ampliar este espacio de libertad es una exigencia para garantizar a todos los que pertenecen a las distintas comunidades religiosas la verdadera libertad de vivir y profesar su fe. Este tema podra ser objeto de dilogo entre los cristianos y los musulmanes, dilogo cuya urgencia y utilidad ha sido ratificada por los padres sinodales. BENEDICTO XVI HOMILA - MISA CONCLUSIVA DE LA ASAMBLEA ESPECIAL PARA ORIENTE MEDIO DEL SNODO DE LOS OBISPOS 24 de octubre de 2010 Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana

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Vivir en el amor y en la verdad 10. En un mundo globalizado, caracterizado por sociedades cada vez ms multitnicas y multiconfesionales, las grandes religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la familia humana. Sobre la base de las respectivas convicciones religiosas y de la bsqueda racional del bien comn, sus seguidores estn llamados a vivir con responsabilidad su propio compromiso en un contexto de libertad religiosa. En las diversas culturas religiosas, a la vez que se debe rechazar todo aquello que va contra la dignidad del hombre y la mujer, se ha de tener en cuenta lo que resulta positivo para la convivencia civil. El espacio pblico, que la comunidad internacional pone a disposicin de las religiones y su propuesta de vida buena, favorece el surgir de un criterio compartido de verdad y de bien, y de un consenso moral, fundamentales para una convivencia justa y pacfica. Los lderes de las grandes religiones, por su papel, su influencia y su autoridad en las propias comunidades, son los primeros en ser llamados a vivir en el respeto recproco y en el dilogo. Los cristianos, por su parte, estn llamados por la misma fe en Dios, Padre del Seor Jesucristo, a vivir como hermanos que se encuentran en la Iglesia y colaboran en la edificacin de un mundo en el que las personas y los pueblos no harn dao ni estrago [], porque est lleno el pas de la ciencia del Seor, como las aguas colman el mar (Is 11, 9). [] La libertad religiosa en el mundo 14. Por ltimo, me dirijo a las comunidades cristianas que sufren persecuciones, discriminaciones, actos de violencia e intolerancia, en particular en Asia, en frica, en Oriente Medio y especialmente en Tierra Santa, lugar elegido y bendecido por Dios. A la vez que les renuevo mi afecto paterno y les aseguro mi oracin, pido a todos los responsables que acten prontamente para poner fin a todo atropello contra los cristianos que viven en esas regiones. Que los discpulos de Cristo no se desanimen ante las adversidades actuales, porque el testimonio del Evangelio es y ser siempre un signo de contradiccin. Meditemos en nuestro corazn las palabras del Seor Jess: Dichosos los que lloran, porque ellos sern consolados. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarn saciados []. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa ser grande en el cielo (Mt 5, 5-12). Renovemos, pues, el compromiso de indulgencia y de perdn que hemos adquirido, y que invocamos en el Pater Noster, al poner nosotros mismos la condicin y la medida de la misericordia que deseamos obtener: Y perdnanos nuestras deudas, as como nosotros perdonamos a nuestros deudores (Mt 6, 12).[17] La violencia no se vence con la violencia. Que nuestro grito de dolor vaya siempre acompaado por la fe, la esperanza y el testimonio del amor de Dios. Expreso tambin mi deseo de que en Occidente, especialmente en Europa, cesen la hostilidad y los prejuicios contra los cristianos, por el simple hecho de que intentan orientar su vida en coherencia con los valores y principios contenidos en el Evangelio. Que Europa sepa ms bien reconciliarse con sus propias races cristianas, que son fundamentales para comprender el papel que ha tenido, que tiene y que quiere tener en la historia; de esta manera, sabr experimentar la justicia, la concordia y la paz, cultivando un sincero dilogo con todos los pueblos. BENEDICTO XVI MENSAJE PARA LA CELEBRACIN DE LA XLIV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 8 de diciembre de 2010 Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana

COMENTARIO PASTORAL Una esperanza y una llamada a comprometerse en el trabajo de la paz y la reconciliacin Nuestro mundo hoy contina a estar desgarrado por el odio, la dictadura y el conflicto violento. Estamos confrontados con un sentido de desesperacin, de falta de confianza, y nos preguntamos si la paz verdadera es posible. Vemos y sentimos el conflicto que existe a nuestro alrededor sea en las familias separadas, las sociedades divididas o el ambiente degradado. Cristo experiment las mismas condiciones abrumadoras de divisin y odio dentro de la sociedad juda entre los pobres y los ricos, los colonizadores romanos y el pueblo judo, los justos y los pecadores, los samaritanos y el resto de la comunidad juda, los saduceos y los fariseos, los judos y los gentiles o paganos, los esclavos y los libres. Pareca que su misin no iba a tener xito, que no iba a aportar ningn cambio a la sociedad. Sin embargo, en la muerte y resurreccin de Cristo estn nuestra victoria y el gran mensaje de una Esperanza comprometida. El

Padre, en su gran misericordia, mediante la Resurreccin de Jesucristo de entre los muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva, a una herencia incorruptible (1 P 1:3). Pero no hemos de conservar esta esperanza slo para nosotros; hemos de llevarla a los dems. Los discpulos en el camino de Emas haban llegado al punto de la desesperacin, de prdida de esperanza. La nica persona en quien haban puesto su esperanza (Jess), haba muerto de una muerte humillante. Cuando Jess se les aparece y camina con ellos, el camino a Emas se convierte en un momento de revelacin, de creer, de fe. La falta de esperanza se vuelve esperanza, la impotencia se convierte en compromiso total. Y aun lo ms consolador es que reconocieron a Jess en la fraccin del pan, en la Eucarista. Ms tarde, Pentecosts les aport el cumplimiento y el valor de ser profticos, vigilantes y cristianos comprometidos. De la misma manera, nosotros somos llamados a cambiar nuestras situaciones de conflicto e injusticia siendo profticos, vigilantes y comprometidos en el servicio de la fe y la justicia. De esta manera, daremos testimonio de Cristo, el Prncipe de la Paz. Ser proftico quiere decir estar presentes con el pueblo de Dios, guindolo por el camino de la paz, de la reconciliacin y de la justicia. Ser vigilante es cultivar la capacidad de ser pro-activo no slo en leer los Signos de los Tiempos, sino en anticipar esos signos estando a favor o abogando por acciones inmediatas que tengan un impacto positivo futuro sobre la transformacin social. Comprometerse significa confiar en la Divina Providencia y participar en los diversos procesos que buscan la plenitud de la vida (Juan 10,10) para toda persona humana, sea en el campo poltico, econmico, de la agricultura, el comercio o la tecnologa. La nuestra es una fe que aporta esperanza comprometida en un cambio positivo y la realizacin del Reino de Dios en la Tierra. Elias Omondi Opongo, SJ Jesuita de Kenya, actualmente est siguiendo estudios doctorales en el Reino Unido

FEBREROINTENCION GENERAL FEBRERO

Para que todos los pueblos tengan pleno acceso al agua y a los recursos necesarios para su sustento cotidiano. Sr. Jacques Diouf, [] En el contexto de la Dcada 2005/ 2015, que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado Dcada Internacional de Accin: Agua para la vida, el tema de este ao: Hacer frente a la escasez del agua, nos da la oportunidad de pensar en la importancia del agua como fuente de vida, cuya disponibilidad es esencial para los ciclos vitales de la tierra y fundamental para una existencia completamente humana. Todos somos conscientes de la dificultad de lograr, a nivel mundial, la meta fijada por la comunidad internacional para el ao 2015 de reducir a la mitad el nmero de personas que no tienen acceso a agua limpia y a los servicios higinicos bsicos, entre otras cosas, por medio del desarrollo, de planes integrados de gestin y de un uso eficaz de los recursos del agua. Sin embargo, de la misma manera, todos estamos convencidos de la importancia de no fallar en estas metas, dada la centralidad del agua en cualquier proceso destinado a fomentar la promocin del desarrollo integral humano. Adems, las inversiones apropiadas en el sector del agua y de los servicios higinicos representan un mecanismo significativo para acelerar el crecimiento econmico y el desarrollo sostenible, para mejorar la salud y la higiene humanas, para erradicar la pobreza y para combatir en contra de la degradacin del ambiente. El agua, bien comn de la familia humana, constituye un elemento esencial para la vida; la gestin de este precioso recurso debe permitir que todos tengan acceso a l, especialmente aquellos que viven en condiciones de pobreza, y debe garantizar que el planeta pueda vivir para la presente y para las futuras generaciones El acceso al agua es de hecho uno de los derechos inalienables de todo ser humano, porque es un requisito indispensable para la realizacin de los otros derechos humanos, tales como el derecho a la vida, al alimento y a la salud. Por esta razn, el agua, por su misma naturaleza, no puede ser tratada como una simple mercanca ms entre las otras, y su uso debe ser racional y solidario..... El derecho al agua..... se basa en la dignidad humana y no en valoraciones de tipo meramente cuantitativo, que consideran el agua slo como un bien econmico. Sin agua la vida est amenazada. Por lo tanto, el derecho al agua es un derecho universal e inalienable (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, (n. 485). La Jornada Mundial del Agua es una oportunidad muy valiosa para animar a la comunidad internacional a buscar modos efectivos para permitir que este derecho humano bsico sea promovido, protegido y disfrutado. A este respecto, la gestin sostenible del agua se convierte en un desafo social, econmico, ambiental y tico que implica no slo a las instituciones sino tambin a toda la sociedad. Esto debe considerarse de acuerdo con el principio de subsidiaridad, es decir, por medio de la adopcin de un enfoque de participacin que involucre tanto al sector privado y, sobre todo, a las comunidades locales; el principio de solidaridad, un pilar fundamental de cooperacin internacional, que requiere una atencin preferencial por los pobres; el principio de responsabilidad hacia la generacin actual y hacia las futuras, de la cual resulta la necesidad consecuente de re-examinar los modelos de consumo y produccin, con frecuencia insostenibles respecto al uso de los recursos del agua. Adems es una responsabilidad que debe compartirse y que se convierte en un imperativo moral y poltico en un mundo que tiene niveles de conocimientos y tecnologas capaces de poner fin a las

situaciones de la escasez o caresta de agua y a sus consecuencias dramticas que afectan especialmente a las regiones que tienen ingresos ms bajos, y en los cuales el acceso al agua, con frecuencia, puede provocar verdaderos conflictos, mientras puede convertirse en un motivo para la cooperacin interregional en cualquier lugar donde las personas aprecian un enfoque con visin de futuro fundado en interdependencia hidrolgica que une a aquellos que usan el recurso de agua en pases vecinos con un acuerdo conjunto. Seor Director General, estos son aspectos que no slo piden la responsabilidad de los jefes de gobierno y de los polticos, sino que desafan a todo individuo. Todos estamos llamados a renovar nuestro estilo de vida por medio de un esfuerzo educativo que pueda volver a dar a este bien comn de la humanidad el valor y respeto que debe tener en nuestra sociedad. [] BENEDICTO XVI MENSAJE FIRMADO POR EL CARDENAL TARCISIO BERTONE AL DIRECTOR GENERAL DE LA FAO EN OCASIN DE LA CELEBRACIN DE LA JORNADA MUNDIAL DEL AGUA 2007 22 de marzo 2007 Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana

Otros textos del Magisterio: CONVEGNO GREENACCORD "DAMMI DA BERE". MESSAGGIO DAL VATICANO: "L'ACQUA NON E' UNA MERCE" Il saluto del segretario del Pontificio Consiglio della Giustizia e della Pace, mons. Mario Toso

COMENTARIO PASTORAL Alabado seas, mi Seor, por medio de la Hermana Agua; es tan til, y humilde, y preciosa, y casta. (San Francisco de Ass: Cntico del Sol) En el ao 2010, la Organizacin de las Naciones Unidas declar que el agua potable segura y limpia y las instalaciones sanitarias eran un derecho humano, esencial para disfrutar plenamente de la vida y de todos los otros derechos humanos. Sin agua, ningn ser humano puede sobrevivir ms de unos pocos das. La falta de acceso al agua causa anualmente la muerte a ms nios que el SIDA, la malaria y el sarampin juntos, mientras que la falta de instalacin sanitaria afecta al 40 por ciento de la poblacin mundial. http://www.righttowater.info/ Pero el desafo de acceso al agua potable segura no es solamente un problema de la gente para el desarrollo de los pases. En muchos pases desarrollados alrededor del mundo, el agua potable es muy cara cuando los gobiernos venden las fuentes pblicas del agua a grandes compaas, que despus venden el agua sacando ganancia, y la someten a las fuerzas del mercado. El agua embotellada tambin produce una cantidad enorme de botellas de plstico en los vertederos de basura, que requieren hasta 1,000 aos para que se degraden o destruyan. Benedicto XVI, hablando de esta preocupacin en su discurso en la Exposicin Mundial en Zaragoza, Espaa, en el ao 2008, dijo que el derecho al agua est fundado sobre la dignidad de la persona humana; es necesario en esta perspectiva examinar atentamente el enfoque de aquellos que consideran y tratan el agua meramente como una comodidad econmica. Su uso debe ser racional y de apoyo, el resultado de una sinergia equilibrada entre los sectores pblicos y privados. El uso indirecto del agua para la produccin de los alimentos hace surgir cuestiones muy serias referentes al estilo de vida en los pases desarrollados. La produccin de un kilo de carne de res requiere un promedio global de 16,000 litros de agua. Para producir una taza de caf se requiere un promedio de 140 litros de agua. Todos somos conscientes del hecho que la gente de los pases en vas de desarrollo consumen menos agua, pero tambin tenemos que tomar en cuenta que mientras ms desarrollado sea un pas, ms tiende a importar el consumo del agua a expensas de otros pases. Por ejemplo, muchas flores que se venden en los mercados europeos vienen de Kenya, donde drenan o desaguan las fuentes de agua locales mientras los europeos pueden seguir nadando; y el 65% del consumo del agua en

Japn viene de fuera del pas, en forma de arroz, carne, y otros bienes y servicios. http://www.waterfootprint.org/ En principio, un sencillo cambio de actitud puede motivarnos a economizar el agua cada da: ser reverentes y apreciar el agua, recordando que es un don de Dios, y no debe desperdiciarse. En la casa podemos mostrar esta reverencia cada vez cerrando el grifo mientras nos lavamos los dientes, tomando una ducha en vez de un bao de tina, cuando reparamos un grifo que gotea, o cuando tenemos una comida vegetariana en lugar de comer carne. Fuera de casa, podemos ser sensibles a la cuestin del agua embotellada, en lugares donde el agua del grifo no es segura para beber, comprar de los negocios locales en lugar de las compaas multinacionales. Podemos participar en campaas locales o nacionales en contra de la privatizacin del agua. Este ao, se nos invita a rogar por el xito del 5 Foro Mundial del Agua que tendr lugar del 12 al 17 de marzo 2012 en Marsella, Francia (http://www.worldwaterforum.org/), y organizar una reunin de oracin para la Jornada Mundial del Agua el 22 de marzo 2012. La cuestin del agua es verdaderamente un derecho a la vida (Delegacin de la Santa Sede en el 4 Foro Mundial del Agua, Ciudad de Mxico, 2006). Uta Sievers Redes de Defensa y Comunicacin Secretariado de Justicia Social y Ecologa (SJES) Curia General de la Compaa de Jess

Otro material: - Water photos on National Geographic: http://environment.nationalgeographic.com/freshwater/photos/ - JPIC Water booklet See/Judge/Act plus prayer service, 2003: http://www.ofmjpic.org/aqua/index.html#english - Reflection by Robin Koning SJ, 2004: http://www.faithdoingjustice.com.au/docs/WaterOfLifeReflection.pdf - Vatican Mexico statement, 2006: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_2006 0322_mexico-water_en.html - Pope Zaragoza statement, 2008: http://www.catholicculture.org/culture/library/view.cfm?recnum=8628 - World Water Forums: - http://www.worldwaterforum5.org/ (Istanbul 2009) - http://www.worldwaterforum.org/ (Marseille 2012) - Seven Weeks for Water (WCC), Lent 2011: http://www.oikoumene.org/en/activities/ewnhome/resources-and-links/seven-weeks-for-water.html - Italian water campaign, 2011: http://www.adistaonline.it/index.php?op=articolo&id=49446 - Water Footprint: http://www.waterfootprint.org/ - Right to water: http://www.righttowater.info/

PREGUNTAS PARA UNA REFLEXION INDIVIDUAL O EN GRUPO 1. Mediante qu prcticas concretas busco cuidar y valorar el agua que consumo cada da? 2. Cmo podemos participar en campaas o actividades que ayuden a hacer realidad la intencin de oracin del Papa este mes, que todos los pueblos tengan pleno acceso al agua y a los recursos necesarios para su sustento cotidiano? 3. Es Jess un agua viva que sacia mi sed? Cmo?

TEXTOS BIBLICOS PARA LA CELEBRACION Ezequiel 47,1-12 la visin del agua que brota del templo Juan 4,7-14 el agua viva ofrecida a la Samaritana Juan 7,37-39 la promesa del agua viva

INTENCION MISIONERA - FEBREROPara que el Seor sostenga el esfuerzo de los trabajadores de la salud en su servicio a los enfermos y ancianos de las regiones ms pobres.

Expreso mi agradecimiento a todos aquellos que trabajan, en los distintos sectores de la pastoral de la salud, para vivir la diacona de la caridad, que es central en la misin de la Iglesia. [] El tema que habis elegido este ao Caritas in veritate. Para un cuidado de la salud equitativo y humano reviste un inters especial para la comunidad cristiana, en la que es central el cuidado del hombre en cuanto ser, de su dignidad trascendente y de sus derechos inalienables. La salud es un bien precioso para la persona y para la colectividad que hay que promover, conservar y tutelar, dedicando los medios, recursos y energas necesarios a fin de que puedan gozar de l un mayor nmero de personas. Lamentablemente, todava hoy sigue existiendo el problema de numerosas poblaciones del mundo que no tienen acceso a los recursos indispensables para satisfacer las necesidades fundamentales, particularmente en lo que se refiere a la salud. Es preciso actuar con mayor empeo a todos los niveles a fin de que el derecho a la salud sea efectivo, favoreciendo el acceso a la atencin sanitaria bsica. En nuestra poca asistimos, por una parte, a una atencin a la salud que corre el riesgo de transformarse en consumismo farmacolgico, mdico y quirrgico, convirtindose casi en un culto del cuerpo y, por otra, a las dificultades de millones de personas para acceder a condiciones de subsistencia mnimas y a medicamentos indispensables para curarse. [] En este sentido, con una expresin sinttica e incisiva, san Agustn enseaba que la justicia consiste en ayudar a los pobres (De Trinitate, XIV, 9: pl 42, 1045). Inclinarse, como el buen samaritano, hacia el hombre herido abandonado al borde del camino es cumplir la justicia mayor que Jess pide a sus discpulos y realiza en su vida, porque el cumplimiento de la Ley es el amor. La comunidad cristiana, siguiendo las huellas de su Seor, ha cumplido el mandato de ir por el mundo a ensear y curar a los enfermos y a lo largo de los siglos ha sido muy sensible al ministerio para con los enfermos y los que sufren, como parte integrante de su misin (Juan Pablo II, motu propio Dolentium hominum, 1), de testimoniar la salvacin integral, que es salud del alma y del cuerpo. A los hermanos y hermanas que sufren les expreso mi cercana y la invitacin a vivir tambin la enfermedad como ocasin de gracia para crecer espiritualmente y participar en los sufrimientos de Cristo por el bien del mundo, y a todos vosotros, comprometidos en el vasto campo de la salud, os aliento en vuestro valioso servicio. A la vez que pido la proteccin maternal de la Virgen Mara, Salus infirmorum, os imparto de corazn la bendicin apostlica, que extiendo tambin a vuestras familias. BENEDICTO XVI MENSAJE A LA 25 CONFERENCIA ORGANIZADA POR EL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA PASTORAL DE LA SALUD 15 de noviembre de 2010 Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana

COMENTARIO PASTORAL La Organizacin Mundial de la Salud (OMS) define la SALUD como el estado de completo bienestar fsico, mental y social; y no solamente la ausencia de enfermedad. En coherencia con esta definicin, un Informe sobre la salud en el mundo (2006) defini los trabajadores de la salud como todas aquellas personas que llevan a cabo tareas o acciones que tienen como principal finalidad promover ese estado de bienestar, proteger y mejorar la salud. Podramos decir que tambin nosotros mismos, en nuestra cotidianidad, con simples acciones, muchas veces trabajamos para eso: el joven que hace voluntariado en una ONG, la madre que cuida de su beb, el hijo que acompaa a sus padres al hospital o la abuela que recurre a su experiencia de vida y saberes ancestrales para atender y confortar... La lista sera interminable si quisiramos tener en cuenta todas aquellas personas que, de algn modo, trabajan para la salud de los dems. Sin embargo, nos referimos ahora a los trabajadores de la salud en sentido ms estricto, a aquellos que pasan por una etapa de formacin profesional o capacitacin ms especifica. No podemos ignorar que tambin entre ellos hay una gran diversidad: mdicos, enfermeras, personal que prepara y sirve los alimentos, trabajadores de saneamiento, los que atiende al familiar de un enfermo, los farmaceutas El Santo Padre, en este mes, nos pide de orar particularmente por aquellos que estn a contacto y prestan ms directamente su servicio a los enfermos y ancianos en las regiones ms pobres. Porque hay que pedir al Seor que sostenga sus esfuerzos? Qu pasa? Qu dificultades encuentran? Las motivaciones de esta intencin las podemos sintetizar en dos puntos: 1. El que trabaja con enfermos y ancianos necesita l mismo encontrarse en salud, es decir, con un equilibrio psico-fsico-espiritual que permita una relacin interpersonal enriquecedora, totalizante, de entrega sin condiciones, de verdadero servicio al otro. Una persona enferma o anciana de por s ya se encuentra en un estado de mayor vulnerabilidad por sus propios achaques y padecimientos, por el deterioro progresivo del organismo, por sus sentimientos de ansiedad, de soledad, etc. El trabajador de la salud ha de tener en cuenta la persona en su totalidad, con todo lo que vive y siente, con sus circunstancias concretas y recordar que su interlocutor no solo necesita de sus cuidados y competencias mdicas, sino ha de ser atendido tambin en sus demandas psicolgicas y afectivas en momentos particularmente difciles de su vida. En muchas ocasiones, sobre todo en las regiones ms pobres, no es posible aliviar el dolor y el sufrimiento fsico ajeno, prevenir y curar enfermedades por falta de recursos sanitarios, pero siempre es posible ser vehculos de calor humano y de una mirada que acompae. 2. Hoy da existen fuertes contrastes. Por una parte hay enormes avances en el bienestar humano, grandes beneficios de nuevos medicamentos y tecnologas para hacer frente a numerosas enfermedades o para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, por otra coexisten la amenaza de una deshumanizacin de la medicina, la distribucin de los recursos mundiales no equitativa y situaciones de privaciones extremas en los pases ms pobres. El respeto a la vida humana es un presupuesto universal, uno de los principios ms fundamentales y evidentes en todas las ideologas y culturas. A pesar de que su fundamentacin no necesita ningn esfuerzo racional, seguimos viviendo situaciones de grandes injusticias. Por recordar una: "En el corazn de frica hay cuatro millones de personas que necesitan ayuda. Los mdicos ven morir a sus pacientes porque carecen de lo mnimo para salvarles la vida" (La Koyassoum Doumta, Ministra de Salud Pblica y Poblacin Republica Centroafricana). En muchas regiones de nuestro planeta, las crisis poltica, econmica, social y sanitaria no permiten una inversin en campo sanitario y los trabajadores de la salud se ven privados de todo respaldo a cualquier nivel y sometidos a un estrs y una inseguridad cada vez mayores. Efectivamente, las enfermedades ligadas a la pobreza (SIDA, Tuberculosis, Malaria) estn devastando numerosas poblaciones sin recursos y las crisis sanitarias aumentan rpidas e imprevistas causadas por epidemias, catstrofes naturales, conflictos Las tareas y funciones requeridas a los trabajadores de la salud en estas circunstancias tan adversas son sumamente arduas Que el Seor bendiga y sostenga sus esfuerzos!! Hermana Antonella Rizzo, Religiosa de las Hijas de Jess, obstetra, trabaja hoy en un hospital en Roma.

MARZOINTENCION GENERAL MARZO

Para que en todo el mundo sea reconocida adecuadamente la contribucin de la mujer al desarrollo de la sociedad.

Cada da percibimos nuevas amenazas contra la vida, especialmente en sus fases ms vulnerables. Aunque la justicia exige que sean denunciadas como violacin de los derechos humanos, tambin deben suscitar una respuesta positiva y concreta. El reconocimiento y el aprecio del plan de Dios para las mujeres en la transmisin de la vida y en la educacin de los hijos es un paso constructivo en esa direccin. Adems, dada la notable influencia de las mujeres en la sociedad, es necesario animarlas a aprovechar la oportunidad de defender la dignidad de la vida mediante su compromiso en la educacin y su participacin en la vida poltica y civil. En efecto, al haber sido dotadas por el Creador con una "capacidad nica de acogida del otro", las mujeres desempean un papel crucial en la promocin de los derechos humanos, porque sin su voz se vera debilitado el tejido social (cf. Congregacin para la doctrina de la fe, Carta a los obispos de la Iglesia catlica sobre la colaboracin del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo, n. 13). [] Espero sinceramente que vuestros debates de los prximos dos das se traduzcan en iniciativas concretas para salvaguardar el papel indispensable de la familia en el desarrollo integral de la persona humana y de toda la sociedad. El genio de la mujer para movilizar y organizar, la dota de la habilidad y las motivaciones necesarias para desarrollar redes en continua expansin para el intercambio de experiencias y la generacin de nuevas ideas. Los logros de la Alianza mundial de mujeres en favor de la vida y la familia, y de la Unin mundial de organizaciones femeninas catlicas, son un magnfico ejemplo de esto, y animo a sus miembros a perseverar en su generoso servicio a la sociedad. Ojal que el radio de vuestra influencia siga creciendo a nivel regional, nacional e internacional para la promocin de los derechos humanos basados en el slido fundamento del matrimonio y la familia. BENEDICTO XVI MENSAJE A LOS PARTICIPANTES EN UNA CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE EL TEMA: "VIDA, FAMILIA Y DESARROLLO: EL PAPEL DE LA MUJER EN LA PROMOCIN DE LOS DERECHOS HUMANOS" 20 de marzo de 2009 Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana

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Un aspecto importante de vuestra reflexin en este Ao de la familia ha sido la particular dignidad, vocacin y misin de las mujeres en el plan de Dios. Cunto debe la Iglesia en estas tierras al paciente testimonio de fe y amor de innumerables madres cristianas, religiosas, maestras, doctoras y enfermeras! Cunto debe vuestra sociedad a todas las mujeres que de diferentes maneras, a veces valientes, han dedicado su vida a construir la paz y a promover el amor! Desde las primeras pginas de la Biblia, vemos cmo el hombre y la mujer, creados a imagen de Dios, estn llamados a complementarse mutuamente como administradores de los dones de Dios y colaboradores suyos en comunicar su don de la vida, tanto fsica como espiritual, a nuestro mundo. Por desgracia, esta dignidad y misin dadas por Dios a las mujeres no siempre han sido suficientemente comprendidas y estimadas.

La Iglesia y la sociedad entera han cado en la cuenta de la urgencia con la que necesitamos lo que mi predecesor el Papa Juan Pablo II llamaba "el carisma proftico" de las mujeres (cf. Mulieris dignitatem, 29) como portadoras de amor, maestras de misericordia y constructoras de paz, que comunican calor y humanidad a un mundo que con frecuencia juzga el valor de la persona con criterios fros de explotacin y provecho. Con su testimonio pblico de respeto por las mujeres, y su defensa de la dignidad innata de toda persona humana, la Iglesia en Tierra Santa puede dar una importante contribucin al desarrollo de una cultura de verdadera humanidad y a la construccin de la civilizacin del amor. BENEDICTO XVI HOMILA - PEREGRINACIN A TIERRA SANTA 10 de mayo de 2009 Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana

COMENTARIO PASTORAL Vida familiar o carrera profesional, es necesario elegir ? Testimonio... Nac en 1953, y fui educada juntamente con tres hermanos; ninguno de mis recuerdos de infancia me hacen pensar en las ocupaciones tradicionales de las nias. Ser acaso esto lo que me hizo elegir, al terminar mis estudios en la escuela secundaria, una Escuela de ingeniera en Agronoma? Esas escuelas se acababan de abrir a candidatas femeninas. De nuevo me encontr en un universo esencialmente masculino. Me cas y a mi vez fui madre de tres hijas. Esta vez se transform el equilibrio y en la casa nosotras las mujeres ramos mayora. A su vez ellas se hicieron mujeres, esposas o compaeras y madres. Y su manera de vivir esta triple vocacin es bastante diferente de la ma. En treinta aos, la idea, la manera de pensar el papel de la mujer y las maneras prcticas como lo realizan han cambiado bastante. Por ejemplo cmo unir la vida de familia y la carrera profesional? Por mi parte, al regresar de un largo tiempo de cooperacin en frica, con tres nias pequeas, eleg no retomar la actividad profesional para estar ms disponible y administrar tranquilamente los asuntos domsticos. Mis tres hijas, treinta aos ms tarde, tienen un empleo que desean conservar. Como la mayor parte de las mujeres francesas, ellas podrn, sin duda, unir su actividad profesional y atender al mismo tiempo a dos o tres hijos! Gracias a los permisos o licencia para los padres, a las treinta y cinco horas de trabajo a la semana, a los subsidios familiares y a la buena acogida de los nios pequeos en la guardera infantil y en las escuelas, ellas han podido organizar su vida de una manera impensable hace algunos aos, particularmente cuando los lugares de trabajo no son los mismos para ambos padres. Las condiciones para lograr esto con xito: sus cnyuges respectivos han aceptado que no siempre su propio proyecto profesional tenga la prioridad, y ambos participan en las tareas domsticas y del cuidado de los nios. Pero estos son equilibrios precarios o inestables. Las responsabilidades de las empresas y del legislador estn comprometidas, especialmente en materia de derecho del trabajo (cambios forzados o el trabajo el domingo por ejemplo). Es la condicin para que estas mujeres, instruidas y competentes, puedan aportar su contribucin propia a la sociedad. Mirando 30 aos hacia atrs, no lamento las opciones que hice, lo que he elegido. Ello me ha permitido dedicarme a cierto nmero de actividades asociativas, de ocuparme en su debido momento de mis padres ancianos. Este servicio que prestan las mujeres debe ser reconocido por la sociedad (ser tomada en cuenta para el clculo de la pensin, por ejemplo). Pero me alegro que mis hijas puedan, cada una, vivir su compromiso de madre y ejercer su actividad profesional al servicio de la sociedad. Oremos pues este mes con el Santo Padre para que, en todas partes del mundo, las mujeres puedan aportar su contribucin a la sociedad en general. Oremos de manera particular por las mujeres que viven en pases o culturas en los cuales su capacidad es poco valorada y sus derecho fundamentales mal respetados. Claire Ranquet del Equipo Apostolado de la Oracin - Francia

PREGUNTAS PARA UNA REFLEXION INDIVIDUAL O EN GRUPO 1. La mujer tiene los mismos derechos y deberes que el hombre? En qu sentido y por qu afirmamos esto? 2. Hay diferencias entre el rol propio de la mujer en la sociedad y es el rol propio del hombre? Cules? 3. Qu iniciativas podemos tomar para que disminuya la discriminacin hacia las mujeres en nuestra sociedad y en otras?

TEXTOS BIBLICOS PARA LA CELEBRACION Lc 1,26-38 Anunciacin: el rol de Mara en la obra de salvacin Juan 8,1-11 la mujer dignificada Mc 10,1-11 prohibicin del divorcio, fortalece los derechos de la mujer

INTENCION MISIONERA - MARZOPara que el Espritu Santo conceda perseverancia a cuantos son discriminados, perseguidos y asesinados por el nombre de Cristo, particularmente en Asia.

1. Al comienzo de un nuevo ao deseo hacer llegar a todos mi felicitacin; es un deseo de serenidad y de prosperidad, pero sobre todo de paz. El ao que termina tambin ha estado marcado lamentablemente por persecuciones, discriminaciones, por terribles actos de violencia y de intolerancia religiosa. Pienso de modo particular en la querida tierra de Irak, que en su camino hacia la deseada estabilidad y reconciliacin sigue siendo escenario de violencias y atentados. Vienen a la memoria los recientes sufrimientos de la comunidad cristiana, y de modo especial el vil ataque contra la catedral sirio-catlica Nuestra Seora del Perpetuo Socorro, de Bagdad, en la que el 31 de octubre pasado fueron asesinados dos sacerdotes y ms de cincuenta fieles, mientras estaban reunidos para la celebracin de la Santa Misa. En los das siguientes se han sucedido otros ataques, tambin a casas privadas, provocando miedo en la comunidad cristiana y el deseo en muchos de sus miembros de emigrar para encontrar mejores condiciones de vida. Deseo manifestarles mi cercana, as como la de toda la Iglesia, y que se ha expresado de una manera concreta en la reciente Asamblea Especial para Medio Oriente del Snodo de los Obispos. sta ha dirigido una palabra de aliento a las comunidades catlicas en Irak y en Medio Oriente para vivir la comunin y seguir dando en aquellas tierras un testimonio valiente de fe. Agradezco vivamente a los Gobiernos que se esfuerzan por aliviar los sufrimientos de estos hermanos en humanidad, e invito a los Catlicos a rezar por sus hermanos en la fe, que sufren violencias e intolerancias, y a ser solidarios con ellos. En este contexto, siento muy viva la necesidad de compartir con vosotros algunas reflexiones sobre la libertad religiosa, camino para la paz. En efecto, se puede constatar con dolor que en algunas regiones del mundo la profesin y expresin de la propia religin comporta un riesgo para la vida y la libertad personal. En otras regiones, se dan formas ms silenciosas y sofisticadas de prejuicio y de oposicin hacia los creyentes y los smbolos religiosos. Los cristianos son actualmente el grupo religioso que sufre el mayor nmero de persecuciones a causa de su fe. Muchos sufren cada da ofensas y viven frecuentemente con miedo por su bsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa. Todo esto no se puede

aceptar, porque constituye una ofensa a Dios y a la dignidad humana; adems es una amenaza a la seguridad y a la paz, e impide la realizacin de un autntico desarrollo humano integral.[1] BENEDICTO XVI MENSAJE PARA LA CELEBRACIN DE LA XLIV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 8 de diciembre de 2010 Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana

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A los cristianos en Oriente Medio se pueden aplicar las palabras del Seor Jess: No temas, pequeo rebao, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino (Lc 12, 32). En efecto, aunque su nmero es escaso, son portadores de la buena nueva del amor de Dios por el hombre, amor que se revel precisamente en Tierra Santa en la persona de Jesucristo. Esta Palabra de salvacin, reforzada con la gracia de los sacramentos, resuena con particular eficacia en los lugares en los que, por designio de Dios, se escribi, y es la nica Palabra capaz de romper el crculo vicioso de la venganza, del odio y de la violencia. De un corazn purificado, en paz con Dios y con el prjimo, pueden nacer propsitos e iniciativas de paz a nivel local, nacional e internacional. A esta obra, a cuya realizacin est llamada toda la comunidad internacional, los cristianos, ciudadanos de pleno derecho, pueden y deben dar su contribucin con el espritu de las bienaventuranzas, convirtindose as en constructores de paz y en apstoles de reconciliacin para el bien de toda la sociedad. [...] Queridos hermanos y hermanas de Oriente Medio, que la experiencia de estos das os asegure que no estis nunca solos, que os acompaan siempre la Santa Sede y toda la Iglesia, la cual, nacida en Jerusaln, se extendi por Oriente Medio y despus por el mundo entero. BENEDICTO XVI HOMILA - ASAMBLEA ESPECIAL PARA ORIENTE MEDIO DEL SNODO DE LOS OBISPOS 24 de octubre de 2010 Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana

COMENTARIO PASTORAL Muchos pases, tambin en Asia, se sienten orgullosos de la democracia. Saben que el fundamento de la democracia es el respeto de los derechos humanos. Por esta razn, todos los ciudadanos tienen la libertad de elegir y practicar sus religiones respectivas. Desgraciadamente, la persecucin a los seguidores de algunas religiones sigue siendo hoy una realidad actual. En los pases comunistas, como China y Vietnam, el Cristianismo tiene mucha dificultad para crecer y prosperar. Otros pases rechazan el cristianismo de manera ms implcita, como por medio de la discriminacin poltica. Recientemente, la palabra Allah para referirse al Dios de los cristianos fue prohibida en Malasia. Esta prohibicin no fue fcil para los cristianos all porque esa era la nica manera que conocen para dirigirse a su Dios. Afortunadamente, esta prohibicin unilateral por fin fue revocada. Entre tanto en Indonesia, donde los musulmanes son una mayora, hay discriminacin en casi todos los aspectos de la vida aun cuando el gobierno nunca lo ha reconocido. Aqu, ser cristiano quiere decir que se le niega todo acceso a ser empleado del Estado o a carreras destacadas como ser profesor en una universidad del Estado, y a no recibir suficiente educacin religiosa en las escuelas del Estado. Aun en algunas regiones, los servicios religiosos slo se permiten dentro de la Iglesia y no se permite ningn culto en las casas. Esto es algo irnico en Indonesia, que es famosa por su ideologa de Bhinneka Tunggal Ika, que significa unidad en la diversidad cuando, en realidad, la tolerancia entre los seguidores de diferentes religiones no existe. En este pas, la persecucin contra los cristianos no se puede considerar meramente como discriminacin sino tambin como un acto de hostilidad. Los hechos: durante los aos 2004-2010, 2.442

iglesias han sido destruidas o cerradas. Recientemente, en febrero 2011, hubo un brutal ataque masivo organizado contra las Iglesias Catlica y Pentecostal en Temanggung, Java Central. ltimamente, especialmente en Asia, la persecucin contra los cristianos tiende a intensificarse. Una de las causas es la ola de radicalismo y fundamentalismo de las otras religiones. Ellos sospechan que los cristianos dedican grandes esfuerzos para tratar de cristianizar a otros. Debido a este peligro latente, en marzo del ao 2012, la Iglesia nos invita a rogar por los cristianos frecuentemente perseguidos y tambin para que disminuya el radicalismo y el fundamentalismo. En medio de este desafo y amenaza, los cristianos necesitan profundizar e intensificar su perseverancia, y tener valor para defender su fe. De hecho, la Iglesia, especialmente en Asia, tiene que encontrar maneras de convivencia en paz y armona, a la vez que defenderse del radicalismo y del fundamentalismo. De hecho es un momento de gracia por medio del cual la Iglesia en Asia pueda experimentar la verdad del Evangelio. Dichosos vosotros si sois injuriados por el nombre de Cristo, pues el Espritu de gloria, que es el Espritu de Dios, reposa sobre vosotros (1 P 4, 14). Est claro que el esfuerzo humano solo no es suficiente para hacer frente a este santo desafo. Necesitamos orar fervientemente para que el Espritu Santo fortalezca a los que son discriminados y que son vctimas de persecucin y violencia por su fe. Gabriel Possenti Sindhunata, SJ Secretario Nacional del Apostolado de la Oracin en Indonesia

ABRILINTENCION GENERAL ABRIL

Para que muchos jvenes sepan acoger el llamado de Cristo a seguirlo en el sacerdocio y en la vida religiosa.

El arte de promover y de cuidar las vocaciones encuentra un luminoso punto de referencia en las pginas del Evangelio en las que Jess llama a sus discpulos a seguirle y los educa con amor y esmero. El modo en el que Jess llam a sus ms estrechos colaboradores para anunciar el Reino de Dios ha de ser objeto particular de nuestra atencin (cf. Lc 10,9). En primer lugar, aparece claramente que el primer acto ha sido la oracin por ellos: antes de llamarlos, Jess pas la noche a solas, en oracin y en la escucha de la voluntad del Padre (cf. Lc 6, 12), en una elevacin interior por encima de las cosas ordinarias. La vocacin de los discpulos nace precisamente en el coloquio ntimo de Jess con el Padre. Las vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada son primordialmente fruto de un constante contacto con el Dios vivo y de una insistente oracin que se eleva al Seor de la mies tanto en las comunidades parroquiales, como en las familias cristianas y en los cenculos vocacionales. El Seor, al comienzo de su vida pblica, llam a algunos pescadores, entregados al trabajo a orillas del lago de Galilea: Venos conmigo y os har pescadores de hombres (Mt 4, 19). Les mostr su misin mesinica con numerosos signos que indicaban su amor a los hombres y el don de la misericordia del Padre; los educ con la palabra y con la vida, para que estuviesen dispuestos a ser los continuadores de su obra de salvacin; finalmente, sabiendo que haba llegado la hora de pasar de este mundo al Padre (Jn 13,1), les confi el memorial de su muerte y resurreccin y, antes de ser elevado al cielo, los envi a todo el mundo con el mandato: Id y haced discpulos de todos los pueblos (Mt 28,19). La propuesta que Jess hace a quienes dice Sgueme! es ardua y exultante: los invita a entrar en su amistad, a escuchar de cerca su Palabra y a vivir con l; les ensea la entrega total a Dios y a la difusin de su Reino segn la ley del Evangelio: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto (Jn 12,24); los invita a salir de la propria voluntad cerrada en s misma, de su idea de autorrealizacin, para sumergirse en otra voluntad, la de Dios, y dejarse guiar por ella; les hace vivir una fraternidad, que nace de esta disponibilidad total a Dios (cf. Mt 12, 49-50), y que llega a ser el rasgo distintivo de la comunidad de Jess: La seal por la que conocern que sois discpulos mos, ser que os amis unos a otros (Jn 13, 35). Tambin hoy, el seguimiento de Cristo es arduo; significa aprender a tener la mirada de Jess, a conocerlo ntimamente, a escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los sacramentos; quiere decir aprender a conformar la propia voluntad con la suya. Se trata de una verdadera y propia escuela de formacin para cuantos se preparan para el ministerio sacerdotal y para la vida consagrada, bajo la gua de las autoridades eclesisticas competentes. El Seor no deja de llamar, en todas las edades de la vida, para compartir su misin y servir a la Iglesia en el ministerio ordenado y en la vida consagrada, y la Iglesia est llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento y de la maduracin de las vocaciones sacerdotales (Juan Pablo II, Exhort. ap. postsinodal Pastores dabo vobis, 41). Especialmente en nuestro tiempo en el que la voz del Seor parece ahogada por otras voces y la propuesta de seguirlo, entregando la propia vida, puede parecer demasiado difcil, toda comunidad cristiana, todo fiel, debera de asumir conscientemente el compromiso de promover las vocaciones. Es importante alentar y sostener a los que muestran claros indicios de la llamada a la vida sacerdotal y a la consagracin religiosa, para que sientan el calor de toda la comunidad al decir s a Dios y a la Iglesia. Yo mismo los aliento, como he hecho con aquellos que se decidieron ya a entrar en el Seminario, a quienes escrib: Habis hecho bien. Porque los hombres, tambin en la poca del dominio

tecnolgico del mundo y de la globalizacin, seguirn teniendo necesidad de Dios, del Dios manifestado en Jesucristo y que nos rene en la Iglesia universal, para aprender con l y por medio de l la vida verdadera, y tener presentes y operativos los criterios de una humanidad verdadera (Carta a los Seminaristas, 18 octubre 2010). Conviene que cada Iglesia local se haga cada vez ms sensible y atenta a la pastoral vocacional, educando en los diversos niveles: familiar, parroquial y asociativo, principalmente a los muchachos, a las muchachas y a los jvenes como hizo Jess con los discpulos para que madure en ellos una genuina y afectuosa amistad con el Seor, cultivada en la oracin personal y litrgica; para que aprendan la escucha atenta y fructfera de la Palabra de Dios, mediante una creciente familiaridad con las Sagradas Escrituras; para que comprendan que adentrarse en la voluntad de Dios no aniquila y no destruye a la persona, sino que permite descubrir y seguir la verdad ms profunda sobre s mismos; para que vivan la gratuidad y la fraternidad en las relaciones con los otros, porque slo abrindose al amor de Dios es como se encuentra la verdadera alegra y la plena realizacin de las propias aspiraciones. Proponer las vocaciones en la Iglesia local, significa tener la valenta de indicar, a travs de una pastoral vocacional atenta y adecuada, este camino arduo del seguimiento de Cristo, que, al estar colmado de sentido, es capaz de implicar toda la vida. BENEDICTO XVI MENSAJE PARA LA XLVIII JORNADA MUNDIAL DE ORACIN POR LAS VOCACIONES 15 de noviembre de 2010 Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana

Ver el texto completo: BENEDICTO XVI - MENSAJE PARA LA XLVIII JORNADA MUNDIAL DE ORACIN POR LAS VOCACIONES 15 de noviembre de 2010 Otros textos del Magisterio: BENEDICTO XVI - MENSAJE PARA LA XLVII JORNADA MUNDIAL DE ORACIN POR LAS VOCACIONES 13 de noviembre de 2009

COMENTARIO PASTORAL

El SEOR JESUS dijo a sus apstoles La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al Seor de la mies, que enve obreros a su mies (Lc. 10, 2) Tambin hoy, la mies es mucha y los obreros son pocos. En algunos lugares del mundo podemos decir que no hay escasez de sacerdotes o de religiosos/religiosas, que los fieles estn bien atendidos, bien apoyados por suficientes sacerdotes. Pero la realidad es que en la mayora de las Iglesias locales se nota muy fuertemente la escasez de hombres y mujeres especialmente consagrados al SEOR; muchas comunidades en todo el mundo catlico, no tienen pastores que las animen a vivir segn el Evangelio de Jesucristo; hay Parroquias en muchas partes que no tienen Prroco; eso significa que muchos Domingos o Fiestas de Guardar, en esas Parroquias no se celebra la Eucarista; los fieles de esas Parroquias no celebran la CENA DEL SEOR, no celebran el SACRIFICIO DE CRISTO. El sacerdote es insustituible, slo l puede consagrar el CUERPO DE JESUCRISTO en la Eucarista, slo l puede perdonar nuestros pecados en el confesionario, porque el mismo Cristo les dio esa potestad en la Ultima Cena. Los Religiosos y Religiosas, los Diconos y Laicos Consagrados, cooperan con la accin evangelizadora de la Iglesia Universal en diferentes formas, ayudando a los sacerdotes, trabajando en la Pastoral de sus Iglesias locales, etc., los contemplativos con su oracin son los soportes de la Iglesia, con su oracin fortalecen nuestra fe y nos ayudan a llevar al SEOR JESUS a todos los rincones de la tierra. Es cierto que el Seor llama, es cierto que est llamando ahora y que nunca dejar de llamar, pero ese llamado necesita una respuesta del hombre o de la mujer llamados; esta respuesta es obstaculizada hoy da por la secularizacin y el materialismo que consumen a nuestras sociedades; all, en esa respuesta es donde el Santo Padre nos pide que intervengamos; la Iglesia est constituida por todos los bautizados, por eso tambin los laicos, junto a nuestros pastores, somos responsables de que el Seor tenga suficientes operarios para su mies.

Su Santidad nos pide en esta intencin que oremos para que muchos jvenes sepan acoger el llamado de Cristo a seguirlo en el sacerdocio y en la vida religiosa, para que nunca falten sacerdotes, religiosos y religiosas santos, para que santifiquen a su Iglesia y a nosotros sus hijos. Sr. Fernando Cavada Guzmn, laico chileno, pap y abuelo, Vicepresidente de Comunicaciones Serra Internacional

PREGUNTAS PARA UNA REFLEXION INDIVIDUAL O EN GRUPO 1. Qu le diramos a nuestro hijo o hija, o a un amigo o amiga, que nos manifiesta su deseo de ser religioso? 2. Qu acciones concretas podemos hacer en nuestras comunidades para crear un ambiente favorable al surgimiento de vocaciones sacerdotales y religiosas? 3. De qu maneras concretas podemos mostrar nuestro apoyo a la vocacin de los que ya han sido llamados (los seminaristas de nuestra dicesis, religiosos de nuestra ciudad o parroquia, nuestro prroco, etc.)?

TEXTOS BIBLICOS PARA LA CELEBRACION Jer 1,4-10 vocacin del profeta Rm 1,5-7 Pablo constituido apstol Mc 1,16-20 Jess llama a los primeros discpulos

INTENCION MISIONERA - ABRILPara que Cristo resucitado sea signo de segura esperanza para los hombres y mujeres del continente africano.

He aqu un mensaje de esperanza para frica: lo acabamos de escuchar de la Palabra de Dios. Es el mensaje que el Seor de la historia no se cansa de renovar para la humanidad oprimida y sometida de cada poca y de cada tierra, desde que revel a Moiss su voluntad sobre los israelitas esclavos en Egipto: "He visto la afliccin de mi pueblo en Egipto; he escuchado su clamor (...); conozco sus sufrimientos. He bajado para librarlo (...) y para subirlo de esta tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel" (Ex 3, 7-8). Cul es esta tierra? No es el Reino de la reconciliacin, de la justicia y de la paz, al que est llamada la humanidad entera? El designio de Dios no cambia. Es lo mismo que profetiz Jeremas, en los magnficos orculos denominados "Libro de la consolacin", del que est tomada la primera lectura de hoy. Es un anuncio de esperanza para el pueblo de Israel, postrado por la invasin del ejrcito de Nabucodonosor, por la devastacin del Jerusaln y del Templo, y por la deportacin a Babilonia. Un mensaje de alegra para el "resto" de los hijos de Jacob, que anuncia un futuro para ellos, porque el Seor los volver a conducir a su tierra, a travs de un camino recto y fcil. Las personas necesitadas de apoyo, como el ciego y el cojo, la mujer embarazada y la parturienta, experimentarn la fuerza y la ternura del Seor: l es un padre para Israel, dispuesto a cuidar de l como su primognito (cf. Jr 31, 7-9). El designio de Dios no cambia. A travs de los siglos y de las vicisitudes de la historia, apunta siempre a la misma meta: el Reino de la libertad y de la paz para todos. Y esto implica su predileccin por cuantos estn privados de libertad y de paz, por cuantos han visto violada su dignidad de personas humanas. Pensamos en particular en los hermanos y hermanas que en frica sufren pobreza, enfermedades, injusticias, guerras y violencias, y emigraciones forzadas. Estos hijos predilectos del Padre celestial son

como el ciego del Evangelio, Bartimeo, que "mendigaba sentado junto al camino" (Mc 10, 46) a las puertas de Jeric. Precisamente por ese camino pasa Jess Nazareno. Es el camino que lleva a Jerusaln, donde se consumar la Pascua, su Pascua sacrificial, a la que se encamina el Mesas por nosotros. Es el camino de su xodo que es tambin el nuestro: el nico camino que lleva a la tierra de la reconciliacin, de la justicia y de la paz. En ese camino el Seor encuentra a Bartimeo, que ha perdido la vista. Sus caminos se cruzan, se convierten en un nico camino. "Hijo de David, Jess, ten compasin de m!", grita el ciego con confianza. Replica Jess: "Llamadlo!", y aade: "Qu quieres que te haga?". Dios es luz y creador de la luz. El hombre es hijo de la luz, est hecho para ver la luz, pero ha perdido la vista, y se ve obligado a mendigar. Junto a l pasa el Seor, que se ha hecho mendigo por nosotros: sediento de nuestra fe y de nuestro amor. "Qu quieres que te haga?". Dios lo sabe, pero pregunta; quiere que sea el hombre quien hable. Quiere que el hombre se ponga de pie, que encuentre el valor de pedir lo que le corresponde por su dignidad. El Padre quiere or de la voz misma de su hijo la libre voluntad de ver de nuevo la luz, la luz para la que lo ha creado. "Rabbun, que vea!". Y Jess le dice: "Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante recobr la vista y lo segua por el camino" (Mc 10, 51-52). Queridos hermanos, demos gracias porque este "misterioso encuentro entre nuestra pobreza y la grandeza" de Dios se ha realizado tambin en la Asamblea sinodal para frica que hoy concluye. Dios ha renovado su llamada: "nimo! Levntate!" (Mc 10, 49). Y tambin la Iglesia que est en frica, a travs de sus pastores, llegados de todos los pases del continente, de Madagascar y de las dems islas, ha acogido el mensaje de esperanza y la luz para avanzar por el camino que lleva al reino de Dios. "Vete, tu fe te ha salvado" (Mc 10, 52). S, la fe en Jesucristo cuando se entiende bien y se practica gua a los hombres y a los pueblos a la libertad en la verdad o, por usar las tres palabras del tema sinodal, a la reconciliacin, a la justicia y a la paz. Bartimeo que, curado, sigue a Jess por el camino, es imagen de la humanidad que, iluminada por la fe, se pone en camino hacia la tierra prometida. Bartimeo se convierte a su vez en testigo de la luz, narrando y demostrando en primera persona que haba sido curado, renovado y regenerado. Esto es la Iglesia en el mundo: comunidad de personas reconciliadas, artfices de justicia y de paz; "sal y luz" en medio de la sociedad de los hombres y de las naciones. Por eso el Snodo ha reafirmado con fuerza y lo ha manifestado que la Iglesia es familia de Dios, en la que no pueden subsistir divisiones de tipo tnico, lingstico o cultural. Testimonios conmovedores nos han mostrado que, incluso en los momentos ms tenebrosos de la historia humana, el Espritu Santo acta y transforma los corazones de las vctimas y de los perseguidores para que se reconozcan hermanos. La Iglesia reconciliada es una poderosa levadura de reconciliacin en cada pas y en todo el continente africano. [...] "nimo, levntate!". As el Seor de la vida y de la esperanza se dirige hoy a la Iglesia y a las poblaciones africanas, al trmino de estas semanas de reflexin sinodal. Levntate, Iglesia en frica, familia de Dios, porque te llama el Padre celestial a quien tus antepasados invocaban como Creador antes de conocer su cercana misericordiosa, que se revel en su Hijo unignito, Jesucristo. Emprende el camino de una nueva evangelizacin con la valenta que procede del Espritu Santo. La urgente accin evangelizadora, de la que tanto se ha hablado en estos das, conlleva tambin un apremiante llamamiento a la reconciliacin, condicin indispensable para instaurar en frica relaciones de justicia entre los hombres y para construir una paz justa y duradera en el respeto de cada individuo y de cada pueblo; una paz que necesita y se abre a la aportacin de todas las personas de buena voluntad ms all de sus respectivas pertenencias religiosas, tnicas, lingsticas, culturales y sociales. En esta ardua misin t, Iglesia peregrina en el frica del tercer milenio, no ests sola. Te acompaa con la oracin y la solidaridad activa toda la Iglesia catlica, y desde el cielo te acompaan los santos y las santas africanos que han dado testimonio de plena fidelidad a Cristo con la vida, a veces hasta el martirio. nimo! Levntate, continente africano, tierra que acogi al Salvador del mundo cuando de nio tuvo que refugiarse con Jos y Mara en Egipto para salvar su vida de la persecucin del rey Herodes. Acoge con renovado entusiasmo el anuncio del Evangelio para que el rostro de Cristo ilumine con su esplendor las mltiples culturas y lenguajes de tus poblaciones. Mientras ofrece el pan de la Palabra y de la Eucarista, la Iglesia se esfuerza por lograr, con todos los medios de que dispone, que a ningn africano le falte el pan de cada da. Por esto, junto a la obra de primera urgencia de la evangelizacin, los cristianos participan activamente en las intervenciones de promocin humana. BENEDICTO XVI HOMILA - CONCELEBRACIN EUCARSTICA PARA LA CLAUSURA DE LA II ASAMBLEA ESPECIAL PARA FRICA DEL SNODO DE LOS OBISPOS 25 de octubre de 2009 Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana

COMENTARIO PASTORAL Ms de 2000 participantes caminan en la procesin de 5 kilmetros para meditar sobre la Pasin y Muerte de Jess siguiendo cantos y oraciones apropiados. Todo esto tiene lugar durante un da de mucho sol, donde la temperatura es superior a 30 C. As escribe un amigo, Misionero canadiense en frica, desde una misin en Malawi. Esto puede parecer algo fuera de lo comn y extraordinario a los lectores del Occidente, pero de hecho, esto es bastante normal en la Iglesia en frica. Con frecuencia, en ocasiones importantes, la gente se rene en grandes nmeros y salen a peregrinar bajo cualquier clima, y siempre estn contentos de poder alabar a Dios durante muchas horas seguidas. Cuando trabajaba en una Parroquia rural en la parte de habla Zulu de frica del Sur, Pascua era la fiesta que atraa grandes multitudes. La Vigilia era algo que duraba toda la noche con un gran nmero de confesiones seguidas de la Liturgia que poda terminar al amanecer de la maana del da siguiente. Respecto a la Liturgia, se haca completa, y siempre incluamos un buen nmero de bautizos de adultos. Y, todo lo que se poda cantar se cantaba y se cantaba bien! La atraccin de la Vigilia Pascual en parte era una cuestin de inculturacin la gente Zulu, junto con muchas otras culturas africanas conocen bien la vigilia que dura toda la noche. Hay vigilias que duran toda la noche antes de sepultar a un muerto. Hay muchos cantos, oraciones y se recuerda a la persona que ha muerto cuyo cuerpo est presente y visible en la casa entre los plaideros. Mientras esto se realiza dentro de la casa, un equipo de hombres excava la sepultura afuera. A la muerte no se le encubre ni se le esconde es aceptada como parte de la vida y la gente toma el tiempo necesario para llevar a cabo esos rituales tiles que todas las culturas necesitan para tratar con este misterio humano final. Por lo tanto, para los fieles es perfectamente normal que haya una vigilia substancial para celebrar la muerte y la resurreccin del Seor. La gente ha comprendido las varias partes de la Liturgia y su simbolismo tan rico el fuego, el cirio, el agua. Recuerdo que a veces los no catlicos asistan a la Vigilia para llevarse a casa un poco de agua bendita! Paul Ricoeur dice que la Esperanza, en cuanto es esperanza de resurreccin, es la contradiccin viva de lo que procede de y de lo que se coloca bajo el signo de la Cruz y la muerte. El continente africano ha tenido en su historia reciente ms muertes de las que le corresponden. Esto puede explicar la fe viva en la resurreccin que muestran los creyentes cristianos en el tiempo litrgico cuando celebramos la victoria de Jess que sufri la muerte y que resucit. No estoy seguro si el socilogo de religin el Padre Andrew Greeley pensaba en frica cuando escribi las siguientes lneas, pero ciertamente se aplican bien: Creo que las doctrinas centrales del cristianismo la Encarnacin, la Resurreccin, la vida despus de la muerte son ahora tan firmes o fuertes como siempre. De hecho, la creencia en la vida despus de la muerte ha aumentado en este siglo. Ciertamente, el crecimiento de la Iglesia africana en el siglo XX (en que escriba Greeley), es uno de los ms espectaculares en la historia de la evangelizacin cristiana. Quiz esto se debe en parte a que los cristianos africanos han captado el corazn del mensaje Cristo ha resucitado, su resurreccin puede vencer la muerte en todas sus formas. Chris Chatteris, sj Secretario Nacional del AO en frica del Sur

MAYOINTENCION GENERAL MAYOPara que sean promovidas en la sociedad las iniciativas que defienden y refuerzan el rol de la familia. El trabajo y la fiesta estn ntimamente relacionados con la vida de las familias: condicionan sus elecciones, influyen en las relaciones entre los cnyuges y entre padres e hijos, inciden en la relacin de la familia con la sociedad y con la Iglesia. La Sagrada Escritura (cf. Gn 1-2) nos dice que familia, trabajo y da festivo son dones y bendiciones de Dios para ayudarnos a vivir una existencia plenamente humana. La experiencia cotidiana demuestra que el desarrollo autntico de la persona comprende tanto la dimensin individual, familiar y comunitaria, como las actividades y las relaciones funcionales, al igual que la apertura a la esperanza y al Bien sin lmites. En nuestros das, lamentablemente, la organizacin del trabajo, pensada y realizada en funcin de la competencia de mercado y del mximo beneficio, y la concepcin de la fiesta como ocasin de evasin y de consumo, contribuyen a disgregar la familia y la comunidad, y a difundir un estilo de vida individualista. Por tanto, es preciso promover una reflexin y un compromiso encaminados a conciliar las exigencias y los tiempos del trabajo con los de la familia y a recuperar el verdadero sentido de la fiesta, especialmente del domingo, pascua semanal, da del Seor y da del hombre, da de la familia, de la comunidad y de la solidaridad. BENEDICTO XVI CARTA AL PRESIDENTE DEL CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA CON VISTAS AL VII ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS 23 de agosto de 2010 Copyright 2010 - Libreria Editrice Vaticana

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Los desafos de la sociedad actual, marcada por la dispersin que se genera sobre todo en el mbito urbano, hacen necesario garantizar que las familias no estn solas. Un pequeo ncleo familiar puede encontrar obstculos difciles de superar si se encuentra aislado del resto de sus parientes y amistades. Por ello, la comunidad eclesial tiene la responsabilidad de ofrecer acompaamiento, estmulo y alimento espiritual que fortalezca la cohesin familiar, sobre todo en las pruebas o momentos crticos. En este sentido, es muy importante la labor de las parroquias, as como de las diversas asociaciones eclesiales, llamadas a colaborar como redes de apoyo y mano cercana de la Iglesia para el crecimiento de la familia en la fe. [] Junto con la transmisin de la fe y del amor del Seor, una de las tareas ms grandes de la familia es la de formar personas libres y responsables. Por ello los padres han de ir devolviendo a sus hijos la libertad, de la cual durante algn tiempo son tutores. Si estos ven que sus padres y en general los adultos que les rodean viven la vida con alegra y entusiasmo, incluso a pesar de las dificultades, crecer en ellos ms fcilmente ese gozo profundo de vivir que les ayudar a superar con acierto los posibles obstculos y contrariedades que conlleva la vida humana. Adems, cuando la familia no se cierra en s misma, los hijos van aprendiendo que toda persona es digna de ser amada, y que hay una fraternidad fundamental universal entre todos los seres humanos. []

Este encuentro da nuevo aliento para seguir anunciando el Evangelio de la familia, reafirmar su vigencia e identidad basada en el matrimonio abierto al don generoso de la vida, y donde se acompaa a los hijos en su crecimiento corporal y espiritual. De este modo se contrarresta un hedonismo muy difundido, que banaliza las relaciones humanas y las vaca de su genuino valor y belleza. Promover los valores del matrimonio no impide gustar plenamente la felicidad que el hombre y la mujer encuentran en su amor mutuo. La fe y la tica cristiana, pues, no pretenden ahogar el amor, sino hacerlo ms sano, fuerte y realmente libre. Para ello, el amor humano necesita ser purificado y madurar para ser plenamente humano y principio de una alegra verdadera y duradera (cf. Discurso en san Juan de Letrn, 5 de junio de 2006). Invito, pues, a los gobernantes y legisladores a reflexionar sobre el bien evidente que los hogares en paz y en armona aseguran al hombre, a la familia, centro neurlgico de la sociedad, como recuerda la Santa Sede en la Carta de los derechos de la familia. El objeto de las leyes es el bien integral del hombre, la respuesta a sus necesidades y aspiraciones. Esto es una ayuda notable a la sociedad, de la cual no se puede privar y para los pueblos es una salvaguarda y una purificacin. Adems, la familia es una escuela de humanizacin del hombre, para que crezca hasta hacerse verdaderamente hombre. En este sentido, la experiencia de ser amados por los padres lleva a los hijos a tener conciencia de su dignidad de hijos. BENEDICTO XVI VIAJE APOSTLICO A VALENCIA (ESPAA) CON MOTIVO DEL V ENCUENTRO MUNDIAL DE LAS FAMILIAS 8 de julio de 2006 Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana

COMENTARIO PASTORAL En este mes en que se celebra en Miln, Italia, el Encuentro mundial de las Familias, la intencin del Papa busca la promocin de iniciativas que fortalezcan a la familia que est siendo atacada de diversas formas y se encuentra herida profundamente. No es insensato afirmar que los problemas que tienen ciertas personas con las drogas, la pornografa, la delincuencia, etc., tienen en gran parte su origen en su familia, que no lo acept, no lo am, no lo educ, ni le dio el apoyo que necesitaba. Todo ser humano necesita sentirse amado y apoyado por sus padres, que le den buenos ejemplos y lo encaminen a su propia realizacin. Si carece de eso, se sentir mal, y no le importar hacer cualquier cosa, porque no se siente amado, respetado ni aceptado. La familia es el ncleo, la base y el fundamento de la sociedad, y para que la sociedad est sana y prspera, debemos cuidar a la familia, fundada por un hombre y una mujer, que enseen a los hijos cmo se es hombre o mujer, cmo se vive en sociedad, inculcando buenos hbitos en la familia. De esa forma, cada familia ser un fermento de amor, una escuela donde se aprende a ser artfice de paz y justicia. Slo as la sociedad se ir mejorando poco a poco y recuperando de sus heridas. Sus problemas no se resolvern si esperamos que la solucin venga de fuera, que 'alguien' realice el cambio en la sociedad. La solucin est dentro de la misma familia, que a travs de sus miembros, vayan cambiando y transformando la sociedad. Si t eres padre de familia, considera que el Seor te ha dado una gran misin con los tuyos. Trabaja por ellos. Da buen ejemplo, cuidando lo que entra en tu hogar, sean revistas, televisin, etc. Piensa que ests dando un testimonio ante tus hijos, que te observan y algn da copiarn tus cualidades o tus defectos y harn lo que t haces. Procura ser un padre presente, que conviva con su familia. Realicen actividades o deportes juntos. Respeta a tu esposa y trtala con educacin y cario. Ten fidelidad en tu matrimonio, haciendo felices a tu mujer e hijos. Cultiva tu vida espiritual, los valores morales y esfurzate por construir el hogar sobre bases slidas: Jesucristo, la justicia, la verdad, el respeto, la honradez, la patria, etc. Colabora con tu esposa en las tareas de la casa y en la educacin de tus hijos, formando correctamente la conciencia de ellos, indicando con claridad lo que est bien y lo que est mal. Marca lmites claros y haz que los hijos los obedezcan. Si eres madre de familia, protege y acepta con amor el tesoro de los hijos que el Seor te ha dado, desde su concepcin. Mustrate cercana a todos los miembros de tu hogar por tu compasin, cario, disposicin al dilogo, fidelidad y respeto. Si trabajas fuera del hogar, cumple con amor tu doble jornada laboral, pues al llegar a casa te espera tu deber de madre y esposa. O en caso que seas madre soltera, lleva con dignidad tu misin de madre ejemplar. Fomenta en tus hijos la hermandad, la sana diversin y la cultura. Desde pequeos, da alguna responsabilidad a tus hijos en el hogar, de manera que se sientan parte de la familia, y que su trabajo contribuye al bienestar de todos. Conoce y practica tu religin, rene a la familia en la prctica de la oracin. Ensales a rezar, a amar y a confiar en Dios y en la Virgen, que deben estar presentes en tu hogar. Conserva las tradiciones familiares, aquellas que unen a la familia y cuida la

armona en tu hogar. Inculca buenos hbitos: orden, limpieza, sinceridad, educacin, paciencia, y da el ejemplo practicando la caridad con los dems. Si eres hijo o hija, mustrate agradecido de tus padres ayudndoles en lo que puedas, respetndolos, obedecindoles y comprendindolos si se equivocan. Tenles confianza y platcales lo que te pasa, para que ellos te ayuden. Sigue sus consejos, que son los mejores, ya que buscan tu bien. S un buen hijo, un buen hermano y estudia mucho, para que cuando seas mayor, puedas formar bien tu propia familia. Pidamos al Seor, para que cada familia sea una luz en el mundo y en la sociedad, un ejemplo para todos, que sea un fermento de amor, comprensin y respeto. Ma. Carmen Celayeta, Madre de familia, escritora y miembro del Apostolado de la Oracin en Mxico.

PREGUNTAS PARA UNA REFLEXION INDIVIDUAL O EN GRUPO 1. Cul es el rol o cules son las tareas de cada miembro de mi familia, en mi casa? Colaboran todos en las tareas de los otros, en ciertos momentos? 2. Pensando en las dificultades que a veces se suscitan en el hogar, qu iniciativa concreta puedo tomar para mejorar el ambiente y la buena convivencia de mi familia? 3. De qu manera puedo contribuir a que en mi sociedad se apoye y refuerce la familia?

TEXTOS BIBLICOS PARA LA CELEBRACION Fil 2,1-4 actitudes para la convivencia familiar 1 Co 7,1-11 consejos para los casados Lc 15,11 parbola del Padre misericordioso: el perdn, clave de la vida familiar Mt 22,34-40 el amor, fundamento de la familia

INTENCION MISIONERA - MAYOPara que Mara, Reina del mundo y Estrella de la evangelizacin, acompae a todos los misioneros en el anuncio de su Hijo Jess.

As, una vez ms, podemos contemplar el lugar que ocupa Mara en el plan salvfico de Dios, el "plan" del que nos habla la segunda lectura, tomada de la carta a los Romanos. Aqu, el apstol san Pablo, en dos versculos de notable densidad, expresa la sntesis de lo que es la existencia humana desde un punto de vista meta-histrico: una parbola de salvacin que parte de Dios y vuelve de nuevo a l; una parbola totalmente impulsada y gobernada por su amor. Se trata de un plan salvfico completamente penetrado por la libertad divina, la cual, sin embargo, espera que la libertad humana d una contribucin fundamental: la correspondencia de la criatura al amor de su Creador. Y aqu, en este espacio de la libertad humana, percibimos la presencia de la Virgen Mara, aunque no se la nombre explcitamente. En efecto, ella es, en Cristo, la primicia y el modelo de "los que aman a Dios" (Rm 8, 28). En la predestinacin de Jess est inscrita la predestinacin de Mara, al igual que la de toda persona humana. El "Heme aqu" del Hijo encuentra un eco fiel en el "Heme aqu" de la Madre (cf. Hb 10, 7), al igual que en el "Heme aqu" de todos los hijos adoptivos en el Hijo, es decir, de todos nosotros. [...]

Y, adems, obviamente, est vuestro amor a la Virgen. En efecto, hoy conmemoramos el gran acto de fe que realizaron hace un siglo vuestros padres, encomendando su vida a la Madre de Cristo, cuando la eligieron como patrona principal de la isla. Entonces no podan saber que el siglo XX sera un siglo muy difcil, pero precisamente gracias a esa consagracin a Mara encontraron luego la fuerza para afrontar las dificultades que sobrevinieron, especialmente con las dos guerras mundiales. No poda ser de otra manera. Vuestra isla, queridos amigos de Cerdea, no poda tener otra protectora que no fuera la Virgen. Ella es la Madre, la Hija y la Esposa por excelencia: "Sa Mama, Fiza, Isposa de su Segnore", como solis cantar. La Madre que ama, protege, aconseja, consuela, da la vida, para que la vida nazca y perdure. La Hija que honra a su familia, siempre atenta a las necesidades de los hermanos y las hermanas, solcita para hacer que su casa sea hermosa y acogedora. La Esposa capaz de amor fiel y paciente, de sacrificio y de esperanza. En Cerdea estn dedicadas a Mara 350 iglesias y santuarios. Un pueblo de madres se refleja en la humilde muchacha de Nazaret, que con su "s" permiti al Verbo hacerse carne. S bien que Mara est en vuestro corazn. Hoy, despus de cien aos, queremos darle gracias por su proteccin y renovarle nuestra confianza, reconociendo en ella la "Estrella de la nueva evangelizacin", en cuya escuela podemos aprender cmo llevar a Cristo Salvador a los hombres y a las mujeres contemporneos. Que Mara os ayude a llevar a Cristo a las familias, pequeas iglesias domsticas y clulas de la sociedad, hoy ms que nunca necesitadas de confianza y de apoyo tanto en el mbito espiritual como en el social. Que ella os ayude a encontrar las estrategias pastorales ms oportunas para hacer que encuentren a Cristo los jvenes, por naturaleza portadores de nuevo impulso, pero con frecuencia vctimas del nihilismo generalizado, sedientos de verdad y de ideales precisamente cuando parecen negarlos. Que ella os capacite para evangelizar al mundo del trabajo, de la economa, de la poltica, que necesita una nueva generacin de laicos cristianos comprometidos, capaces de buscar con competencia y rigor moral soluciones de desarrollo sostenible. En todos estos aspectos del compromiso cristiano siempre podis contar con la gua y el apoyo de la Virgen santsima. Encomendmonos, por tanto, a su intercesin maternal. Mara es puerto, refugio y proteccin para el pueblo sardo, que tiene en s la fuerza de la encina. Pasan las tempestades, pero la encina resiste; despus de los incendios, brota nuevamente; sobreviene la sequa, pero la encina sale victoriosa. As pues, renovemos con alegra nuestra consagracin a una Madre tan solcita. Estoy seguro de que las generaciones de sardos seguirn subiendo hasta el santuario de Bonaria para invocar la proteccin de la Virgen. Nunca quedar defraudado quien se encomienda a Nuestra Seora de Bonaria, Madre misericordiosa y poderosa. Mara, Reina de la paz y Estrella de la esperanza, intercede por nosotros! Amn. BENEDICTO XVI HOMILACELEBRACIN EUCARSTICA EN EL ATRIO DEL SANTUARIO DE NUESTRA SEORA DE BONARIA 7 settembre 2008 Copyright 2008 - Libreria Editrice Vaticana

Ver el texto completo: BENEDICTO XVI - CARTA A LOS OBISPOS, PRESBTEROS, PERSONAS CONSAGRADAS Y FIELES LAICOS DE LA IGLESIA CATLICA EN LA REPBLICA POPULAR CHINA - 27 de mayo de 2007

COMENTARIO PASTORAL Por lo general, a los misioneros se les enva en grupos de dos o ms. Esta fue la manera como Jess envi a los primeros apstoles y discpulos. Una persona laica puede ser acompaada por el esposo/a. Los Religiosos y religiosas van a la misin con miembros de su Congregacin, a Zambia o Zimbabwe, a Corea o a China. Pero a cualquier parte a donde se les enva, nunca van solos. El Espritu Santo los gua, la Buena Nueva del Evangelio es el tesoro que comparten. Y, al rezar este mes con el Papa, Mara tambin los acompaa a todos los misioneros. Mara acompa y cuid a Jess desde el momento de la Anunciacin, desde su nacimiento en Beln, y durante su vida escondida en Nazaret. Ella estuvo presente en el primer milagro en Cana, el primer

misterio de la Luz. Ella estuvo con Jess en el camino al Calvario como nos lo recuerda la cuarta estacin del Via Crucis y permaneci con su Hijo al pie de la Cruz. Aunque Mara no era uno de los apstoles que Jess envi hasta las extremidades de la tierra a ensear a todas las naciones, ella estuvo en la Sala Superior junto con los apstoles cuando se estaban preparando para llevar a cabo su misin. Ella, en oracin esper juntamente con ellos la venida del Espritu para que los capacitara. El Papa Pablo VI describe su presencia fuerte con estas palabras: En la maana de Pentecosts ella presidi con su oracin el comienzo de la Evangelizacin bajo el influjo del Espritu Santo. Sea ella la Estrella de la evangelizacin siempre renovada que la Iglesia, dcil al mandamiento del Seor, debe promover y realizar, sobre todo en estos tiempos difciles y llenos de esperanza (Evangelizacin en el Mundo Moderno, N 82). As pues, este mes rezamos para que todos los misioneros sientan la presencia de Mara, compasiva y amorosa que los gua. Los cristianos saben desde hace ms de 2000 aos que uno verdaderamente no entiende ni tiene a Jesucristo en su vida a menos que honre y respete a su Madre Mara. As como Mara trajo a Jess a nuestro mundo hace 2000 aos, que ella tambin, Estrella de la Evangelizacin, acompae y asista a los misioneros hoy llevando a Jess a que nazca en los corazones de hombres y mujeres hoy. Rev. Peter Schineller, S.J. Archivero de la Provincia de Nueva York de la Compaa de Jess

JUNIOINTENCION GENERAL JUNIOPara que los creyentes sepan reconocer en la Eucarista la presencia viva del Resucitado, que les acompaa en la vida cotidiana.

La Eucarista tambin es un modelo para la vida cristiana, que debe impregnar toda nuestra existencia. Cristo nos convoca para reunirnos, para constituir la Iglesia, su Cuerpo en medio del mundo. Para acceder a las mesas de la Palabra y del Pan, debemos acoger antes el perdn de Dios, don que nos vuelve a levantar en nuestro camino diario, que restablece en nosotros la imagen divina y nos muestra hasta qu punto somos amados. Adems, como al fariseo Simn, en el evangelio segn san Lucas, Jess nos dirige continuamente las palabras de la Escritura: "Tengo algo que decirte" (Lc 7, 40). En efecto, cada palabra de la Escritura es para nosotros una palabra de vida, que debemos escuchar con suma atencin. De modo especial, el Evangelio constituye el corazn del mensaje cristiano, la revelacin total de los misterios divinos. En su Hijo, la Palabra hecha carne, Dios nos lo ha dicho todo. En su Hijo, Dios nos ha revelado su rostro de Padre, un rostro de amor, de esperanza. Nos ha mostrado el camino de la felicidad y de la alegra. Durante la consagracin, momento particularmente intenso de la Eucarista, porque en l recordamos el sacrificio de Cristo, estis llamados a contemplar al Seor Jess, como santo Toms: "Seor mo y Dios mo" (Jn 20, 28). Despus de haber recibido la palabra de Dios, despus de haberos alimentado con su Cuerpo, dejaos transformar interiormente y recibid de l vuestra misin. En efecto, l os enva al mundo para ser portadores de su paz y testigos de su mensaje de amor. No tengis miedo de anunciar a Cristo a los jvenes de vuestra edad. Mostradles que Cristo no es un obstculo para vuestra vida, ni para vuestra libertad. Al contrario, mostradles que l os da la verdadera vida, os hace libres para luchar contra el mal y para hacer que vuestra vida sea bella. No olvidis que la Eucarista dominical es un encuentro de amor con el Seor, sin el cual no podemos vivir. Cuando lo reconocis "en la fraccin del pan", como los discpulos de Emas, os converts en compaeros suyos. Os ayudar a crecer y a dar lo mejor de vosotros mismos. Recordad que en el pan de la Eucarista Cristo est real, total y sustancialmente presente. Por tanto, en el misterio de la Eucarista, en la misa y durante la adoracin silenciosa ante el santsimo Sacramento del