Internet y redes socialesHacia una nueva era en el campo de las

producciones audiovisuales

Berenice Argüello

DATOS - PISCITELLI

Internet y redes sociales. Nueva era.

“Primero modelamos nuestros instrumentos,

después ellos nos modelan a nosotros”

Marshall Mc Luhan.

Es moneda corriente hablar del enorme desarrollo de la ciencia y las nuevas tecnologías que en los últimos años originaron una serie de cambios estructurales en las actividades sociales humanas, así como en los soportes tecnológicos y culturales. Esto se ha dado especialmente con la socialización de internet, la evolución de los sistemas de información y comunicación, el uso de las redes sociales y a raíz del desarrollo de productos informáticos audiovisuales de uso masivo.

Teniendo en cuenta este fenómeno, me pregunto qué sucede con las producciones audiovisuales, ¿Cómo se financian los proyectos si compartimos y “pirateamos” todo lo que circula en la web?¿Qué va a pasar con la publicidad? ¿Cobra mayor importancia el Estado y sus respectivos subsidios para los proyectos? ¿Estamos vislumbrando el ocaso de la industria audiovisual tal como la conocíamos?

Cada época genera sus propias tecnologías, que a su vez contribuyen a definir ese momento histórico. Las tecnologías no sólo transforman al mundo sino que también influyen en la percepción que los sujetos tienen de ese mundo.

Retomando a Scolari: “…la idea de una aldea global viendo a la misma hora el mismo programa de televisión se vuelve cada vez más insostenible. Si la producción y la distribución hipermediatica están adoptando lógicas que desmotan los ritmos de la línea de montaje industrializada, el consumo hipermediático se fragmenta en millones de situaciones asincrónicas. Es probable que la frase “no se pierda el próximo episodio, a la misma hora, en el mismo canal”, no tenga sentido para nuestros nietos.”

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Años atrás, la televisión tenía una programación pautada con mucha anticipación. La gente sabía en qué horario y por cuánto tiempo iba a disfrutar de su programa favorito. El contenido de los programas era prefijado según la audiencia que veía televisión en diferentes horarios. Con la aparición de internet, se desarticula la grilla de programación según la audiencia y se puede ver lo que uno quiere, en el tiempo que quiera, sin cortes ni publicidad.

La socialización de internet y la revolución tecnológica han generado, entre otras cosas, que actividades como el cine, la música o la producción de videojuegos, entre otras cosas, antes concentradas en manos de empresas, creadores o intermediarios especializados, hayan pasado a ser una actividad común para millones de personas, de tal forma que la distancia entre creadores y consumidores de productos culturales es cada vez más corta y difusa. Todo ello, unido al fácil acceso y colocación de contenidos en Internet, ha originado un gran debate en torno a los derechos de autor o propiedad intelectual, lo que preocupa a muchos creadores y productores, los cuales ven en peligro sus intereses económicos.

Ley S.O.P.A. ¿Somos todos piratas?

Uno de los últimos espacios "realmente libres" del mundo se está viendo amenazado y esto provocó la respuesta de los usuarios en el mundo.

En el discutido terreno de la propiedad intelectual y los derechos de autor, la piratería abarca todos los ámbitos de la creación cultural y se ha visto potenciada por el desarrollo tecnológico. Copiar es fácil y barato porque los dispositivos que facilitan las copias están al alcance de todos.

Si la ley prospera, cualquier sitio web que contenga enlaces a contenidos protegidos por derechos de autor (música, películas, series, programas informáticos, etc.) sin tener

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licencia para ello podrían ser bloqueados, independientemente de donde esté alojada la página web (dentro o fuera de las fronteras de Estados Unidos). En la práctica, la aprobación de la ley supondría que todos estos sitios podrían ser bloqueados temporalmente.

Me parece acertado pensar que “todas las tecnologías innovadoras nacieron de alguna forma de piratería: el cine vs. las patentes (ejemplo Edison, teatro, literatura), la industria discográfica vs. los intérpretes, la radio vs. las discográficas, el video hogareño vs. el cine, o la televisión por cable vs. la televisión abierta. Todas operaron en áreas grises de la legislación, hasta que las leyes se adaptaron a lo nuevo. Un marco legal restrictivo y anticuado (como el que se quiere imponer ahora) hubiera ahogado muchas de esas nuevas ideas, y sin dudas ahogará las ideas por venir”.

A su vez, tomando los conceptos de estrategias y tácticas de De Certeau como punto de partida, quisiera reforzar el debate sobre la piratería y la acción colectiva.

Por estrategias el autor concibe a aquellas acciones producidas por las instituciones. Poseen un lugar propio, organizan el espacio y el tiempo cotidianos, dictan leyes y normas, producen discursos y textos. Se sostienen en el peso de la historia y se sedimentan en el tiempo acumulado. Son acciones de los poderosos, de los productores.

Las tacticas, por el contrario, son caracterizadas como prácticas de desvío producidas por los débiles, los consumidores. No poseen lugar propio sino que deben actuar en los escenarios del otro. Dependen de la astucia, no anticipan, usan las fallas y fisuras del sistema y no capitalizan lo que ganan. Las tácticas, no poseen autonomía, pero a pesar de esto, marcan los productos de los que tienen el poder. Estas marcas, aunque débiles y silenciosas, son cultura.

En lo cotidiano, los consumidores van marcando esas producciones que vienen “desde arriba”, con sus trayectos plurales y heterogéneos. Estos practicantes operan sobre un espacio que, antes que un orden fijo, quieto e inmutable, implica vectores de dirección, velocidad y tiempo, es decir un lugar practicado, donde se realizan operaciones hechas por sujetos concretos. La práctica cotidiana opera marcando el territorio estratégicamente diseñado por el poderoso; allí el débil recombina las reglas y los productos que ya existen, y hace un uso de ese existente bajo su influencia, aunque no totalmente determinado por sus reglas. Porque desde la perspectiva del autor, las prácticas no son ‘libres’ sino que poseen un grado de indeterminación relativa.

De Certeau concibe la lectura popular (las tácticas, el hacer cotidiano) como una serie de avances y retiradas, tácticas y juegos con el texto, como una suerte de bricolage cultural mediante el cual los lectores fragmentan los textos y vuelven a reunir los fragmentos en función de su propio programa, salvando materiales encontrados para dar sentido a su propia experiencia social. Lejos de ver el consumo como imposición de significados del público, el autor sugiere que el consumo implica el reciclaje de materiales textuales, apropiándose o reapropiándose de ellos.

Para más información ver:

http://www.taringa.net/posts/info/13583646/Mafalda-te-explica-la-Ley-SOPA.html

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http://www.youtube.com/watch?v=5fvwoHKj6cs&feature=player_embeddedd

Arquitectos de historias.

Considero que la última película de Martin Scorsesse aborda el tema de las mutaciones mediáticas, tecnológicas y cognitivas (el cine es ciencia y arte). Es un sentido homenaje a George Méliès, precursor del cine - espectáculo, y al séptimo arte en general: su poder, su magia (de la película y del cine) para entender la pasión que el film transmite.

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Podemos relacionar la película con los conceptos que expongo anteriormente como el compartir la información, el desarrollo tecnológico, la piratería y los debates en torno a “lo nuevo” con respecto a la defensa de intereses de grupos económicos.

Méliès trabajó a partir de Julio Verne, él fue su inspiración para muchas de sus creaciones. Me parece un claro ejemplo en lo que concierne a la socialización de la información, el “construir entre todos” y los referentes para la reapropiación y creación de algo nuevo basado en algo ya existente.

Por otro lado, el cine a principios del siglo XX era considerado una atracción menor, incluso un número de feria, pero cuando Méliès usó todos sus recursos para simular experiencias mágicas, creando lo que sería el comienzo de los efectos especiales, los realizadores captaron las grandes posibilidades que el invento ofrecía. De esta manera, surgieron múltiples pequeños estudios fílmicos, tanto en Estados Unidos como en Europa. Asimismo, se produjeron los primeros juicios en torno a los derechos de autor de las adaptaciones de novelas y obras teatrales al cine, lo que llevaría con el tiempo a la creación de las franquicias cinematográficas basadas en personajes o sagas.

Siguiendo con el debate sobre derechos de autor, un dato curioso fue que Edison, teniendo patentado el kinetoscopio, quiso aprovecharse de la situación ventajosa del nuevo negocio que el cine traía consigo y tomar el control de los derechos sobre la explotación del cinematógrafo. El asunto llegó a juicio contra los productores independientes, quienes al haber perdido su batalla, decidieron partir hacia la costa oeste. Esta circunstancia trajo como consecuencia el surgimiento de lo que años más tarde sería el nuevo imperio de producción industrial cinematográfica de occidente llamado Hollywood.

Por otro lado, también hay registros de “copias sin autorización”: “…Méliès intentó distribuir comercialmente Viaje a la Luna en Estados Unidos, pero técnicos que trabajaban para Edison lograron hacer copias de la película y las distribuyeron por toda Norteamérica, y a pesar de que fue un éxito, Méliès nunca recibió dinero por su explotación. Creador de alrededor de quinientas películas, la paulatina transformación de la industria (monopolizada por Edison en Estados Unidos y Pathé en Francia), junto con la llegada de la Primera Guerra Mundial, afectaron a su negocio, que fue declinando sin remedio.

Para más información ver:

http://es.wikipedia.org/wiki/Melies

http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_cine

¿Conclusiones?

El motor de la convergencia es la tecnología, y sobre todo, la digitalización, que ha transformado no sólo la producción y la gestión, sino los productos y servicios que se ofertan, y los equipos y procesos de las empresas. En este sentido podemos decir que convergencia tiene que ver con codificar la información -tanto las imágenes en movimiento, texto y sonido- para distribuirlas a través de diferentes soportes que hasta ahora parecían incompatibles. Pero la cuestión clave de la convergencia radica en qué medida la tecnología puede incidir en la mejora de los procesos de producción, distribución y comercialización y cómo va a beneficiar al consumidor final, en otras palabras, a la sociedad.

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Si el DVD ya murió, demos la cordial bienvenida a las increíbles posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías en forma de Pay TV, Video On Demand, televisión interactiva, entre otros.

Quisiera traer el concepto de Jenkins que sostiene que la actitud de los fans es activa y creativa, capaz de apropiarse de los productos mediáticos que consumen, desmenuzarlos y reconstruirlos bajo una nueva forma que responda mejor a su visión del mundo.

El autor abandona el concepto de caza furtiva de De Certeau para hablar de los fans en los 90 y trata de describir el cambio operado en “la manera de relacionarse los consumidores mediáticos los unos con los otros, con los textos mediáticos y con los productores mediáticos”. Jenkins habla de cómo la cultura del conocimiento altera la cultura de la mercancía y las fronteras entre producción y consumo se disuelven y redefinen en cada uso que se hace de los productos surgiendo así un entorno dinámico de acción colectiva donde el control de la antigua cultura de la mercancía deja de tener sentido. Los blogs o las redes P2P se han hecho su sitio en la cultura del conocimiento y han puesto patas arriba muchos de los principios de la antigua cultura de la mercancía. Quiero destacar rol activo, protagonista, del receptor tradicional, transformado ahora en figura híbrida como “prosumidor”, simultáneamente productor y consumidor.

A su vez, retomando a Scolari, en Hipermediaciones, el autor plantea las nuevas subjetividades espacio temporales que están generando las tecnologías digitales en un contexto de movilidad y pluriubicuidad. De esta forma, las tecnologías digitales, no sólo transforman el mundo, sino que también inciden poderosamente en la comprensión y percepción que tienen los sujetos de ese mundo. En ese sentido, para el autor, una “teoría de las hipermediaciones, debe saber moverse en un terreno discursivamente pantanoso, consolidando una sólida red de interlocutores a partir de los cuales comenzar a construir su propio recorrido epistemológico”.

Ya vimos qué pasó con la música, el CD como cualquier otro formato de reproducción impuesto por las casas discográficas del siglo XX, quedaron obsoletos. El mercado de la música ya no es un negocio. No hace falta recorrer mucho la ciudad para darnos cuenta de que las antiguas disquerías donde los consumidores pasaban horas eligiendo sus discos favoritos, quedaron “para el recuerdo”. El consumo de música, hoy en día, se realiza mediante internet, ya sea descargando legal (Itunes store) o ilegalmente artistas o escuchando música online mediante páginas como www.grooveshark.com o www.spotify.com .

A su vez, Napster es un ejemplo de una página que compartía ilegalmente archivos y que fue enjuiciada y cerrada por la justicia pero dio lugar a páginas similares y a otro tipo de sistemas de intercambio de archivos.

Así es como podemos imaginar que el consumo de productos cinematográficos podrá ir por dos sendas: la “ilegal”, sin importar el derecho de autor y compartir mediante foros, tecnologías P2P, o páginas como www.cuevana.com o por la “legal”, mediante páginas como www.netflix.com , un portal donde el usuario paga una tarifa mensual y disfruta de las películas que desea ver, con un funcionamiento similar a un videoclub online. Obviamente esta opción en particular cuenta con el apoyo de las grandes casas de producción cinematográfica.

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Ahora, retomando la pregunta inicial, si estamos en camino hacia una era donde todo se comparte y nadie paga por el uso o el derecho de una pieza producida por un tercero, debemos preguntarnos de dónde salen los fondos para las producciones audiovisuales. Frente a esta pregunta nacen sitios como www.kickstarter.com en donde productores independientes muestran proyectos originales que no pueden financiar por sus propios medios. Esta comunidad hace que el total usuarios sean quienes aporten fondos para la realización de dicho proyecto o también ideas y sugerencias para los mismos.

Esto es sólo un ejemplo de cómo los consumidores se apoyan entre sí para la producción de contenidos. Dicho de otra manera, los medios de producción ya no están en pocas manos, sino que, aunque aún queda mucho por hacer, estamos empezando a apropiarnos de ellos.

Un ejemplo de reapropiación, cómo a través de la película Pulp Fiction y la edición, se genera un nuevo producto “musical”.

http://www.youtube.com/watch?v=F7Ad1AuHriI&feature=player_embedded

Desde nuestras sociedades fragmentadas, desiguales y con altos niveles de exclusión, necesitamos enfrentar el inmenso repertorio de posibilidades creativas y de producción que la nueva era audiovisual y tecnológica supone. Hay que impulsar propuestas que, desde el análisis de la complejidad, propongan soluciones viables. Se requiere saber distinguir y escoger entre las decisiones hegemónicas y las formas de comunicación de los países opulentos y aquellas apropiadas para la mayoría de nuestros países. Buscar soluciones creativas para la expresión de nuestras culturas en el cine y la televisión y a través de Internet; soluciones inteligentes y arriesgadas, es uno de los retos que enfrentamos como comunidad.

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Bibliografía.

- Jenkins, Henry: “Fans, bloguers y videojuegos” (2008)- Jenkins, Henry: “Convergencia cultural” (2009)- De Certeau, Muchel: “La invención de lo cotidiano. Artes de hacer” (Cap. X!!

“Leer una cacería furtiva”. (1979)- Scolari, Carlos: “Hipermediaciones” (2008)

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