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INTRODUCCION a 1 REYES Este libro es una sección excepcionalmente didáctica de nuestra historia universal. Aunque es un registro parcial de la vida político-religiosa de una sola nación, puede muy bien representar una perspectiva y medida de nuestros pueblos hoy en día. Si anhelamos conocernos a nosotros mismos como nación, veámonos a través de la vida del pueblo de Dios; sobre todo en los períodos críticos de su historia. NOMBRE Y ORGANIZACIÓN Los libros de Samuel y Reyes en el heb. Formaron originalmente un solo rollo o pergamino, pero los traductores de la Septuaginta (LXX, versión gr. del AT) hicieron la división que hoy conocemos. Desde luego, la versión latina (la Vulgata) continuó la organización de la LXX. Las versiones españolas, aunque emplean los mejores textos heb. (el Texto Masorético), siguen también la organización de la LXX. Esta división de un solo rollo en cuatro probablemente obedecía a que el heb. Carece de vocales; el gr. no, por ende, en la versión gr. se hizo necesaria la división debido a la excesiva extensión del libro; no habría cabido dentro de un solo rollo. Pese a esta división, los traductores de la LXX reconocían una unidad implícita en Samuel y Reyes ya que aludían a estos escritos como 1–4 Basileia o sea, los cuatro reinos o reinados. De modo que no es recomendable hablar de 1 y 2 Reyes como materiales aislados; hablar de 1 Reyes independientemente también presenta problemas, porque siempre hay un contexto mayor dentro del cual se debe estudiar dicho libro. LA FECHA Y EL CONTEXTO MAYOR DE 1 REYES Por muchos años, por lo menos desde el siglo XIX, la preponderancia de la erudición bíblica europea prefería hacer caso omiso de la unidad canónica. Optaba mejor por considerar los actuales libros de Reyes como una historia preexílica de la monarquía hebrea, con revisiones importantes hechas por otros editores después del exilio babilónico del pueblo hebreo que tuvo lugar comenzando en el año 587 a. de J.C. Estos estudiosos abogaban por una teoría llamada “la doble redacción”. Quiere decir simplemente que 1 y 2 Reyes no fueron escritos por un solo autor, sino por varios oficiales de las diferentes cortes

Introduccion a 1 Reyes

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Introducción y Comentario

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INTRODUCCION a 1 REYESEste libro es una sección excepcionalmente didáctica de nuestra historia universal. Aunque es un registro parcial de la vida político-religiosa de una sola nación, puede muy bien representar una perspectiva y medida de nuestros pueblos hoy en día. Si anhelamos conocernos a nosotros mismos como nación, veámonos a través de la vida del pueblo de Dios; sobre todo en los períodos críticos de su historia.

NOMBRE Y ORGANIZACIÓN

Los libros de Samuel y Reyes en el heb. Formaron originalmente un solo rollo o pergamino, pero los traductores de la Septuaginta (LXX, versión gr. del AT) hicieron la división que hoy conocemos. Desde luego, la versión latina (la Vulgata) continuó la organización de la LXX. Las versiones españolas, aunque emplean los mejores textos heb. (el Texto Masorético), siguen también la organización de la LXX. Esta división de un solo rollo en cuatro probablemente obedecía a que el heb. Carece de vocales; el gr. no, por ende, en la versión gr. se hizo necesaria la división debido a la excesiva extensión del libro; no habría cabido dentro de un solo rollo. Pese a esta división, los traductores de la LXX reconocían una unidad implícita en Samuel y Reyes ya que aludían a estos escritos como 1–4 Basileia o sea, los cuatro reinos o reinados. De modo que no es recomendable hablar de 1 y 2 Reyes como materiales aislados; hablar de 1 Reyes independientemente también presenta problemas, porque siempre hay un contexto mayor dentro del cual se debe estudiar dicho libro.

LA FECHA Y EL CONTEXTO MAYOR DE 1 REYES

Por muchos años, por lo menos desde el siglo XIX, la preponderancia de la erudición bíblica europea prefería hacer caso omiso de la unidad canónica. Optaba mejor por considerar los actuales libros de Reyes como una historia preexílica de la monarquía hebrea, con revisiones importantes hechas por otros editores después del exilio babilónico del pueblo hebreo que tuvo lugar comenzando en el año 587 a. de J.C. Estos estudiosos abogaban por una teoría llamada “la doble redacción”.

Quiere decir simplemente que 1 y 2 Reyes no fueron escritos por un solo autor, sino por varios oficiales de las diferentes cortes reales del período aludido. Posteriormente, estos materiales serían reinterpretados por una larga lista de editores que los adaptarían según las necesidades y prejuicios de su tiempo.

En años recientes, sin embargo, otros eruditos han tomado un rumbo diferente en su interpretación de Reyes. Estos estudiosos afirman la unidad esencial no tan sólo de los libros de Reyes, sino de una colección mayor de escritos con la cual Reyes se ve ligado tanto en estilo como en convicción teológica. Según Martín Noth, el mayor exponente de este nuevo movimiento, un solo escritor durante el exilio babilónico había echado mano de diversos materiales tradicionales, tanto escritos como orales, existentes desde el tiempo de los reyes de Israel y de Judá. Estos materiales, tres fuentes distintas, consistían en registros oficiales de las cortes reales y del templo, como también en historias populares respecto a los profetas. Con estos materiales este autor exílico forjó una interpretación histórico-teológica de los materiales. Por “histórico-teológica” se entiende que el autor empleó datos concretos de sus respectivas fuentes, pero los factores y convicciones religosos gobernaron el manejo, interpretación y arreglo de esos materiales históricos. El resultado de su trabajo se contempla en nuestros libros canónicos desde

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Josué hasta 2 Reyes (Josué, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, los cuales forman parte del canon heb. Conocido con el nombre de “Profetas Anteriores”). Los eruditos de esta corriente suelen llamar a este escritor “el historiador deuteronómico” o simplemente “el deuteronomista”. Se le llama así porque sus convicciones teológicas gobernantes se aprecian mejor a todas luces dentro del libro de Deuteronomio. Seguramente fue este mismo libro el que se descubrió cuando la reforma de Josías en el año 622 a. de J.C. Estas convicciones religiosas se detallarán más adelante. Se ignora el nombre propio del autor, pero “el deuteronomista” resulta ser uno de los mejores y más capaces escritores del AT. Aunque una tradición judía asigna la composición de 1 Reyes al profeta Jeremías, no deja de ser hasta ahora una mera tradición. No hay indicios contundentes que lo confirmen.

EL PAPEL DEL PROFETA EN REYES

Es significativo el hecho de que 1 y 2 Reyes, junto con los demás libros escritos en el conjunto que forma la historia deuteronómica, se hayan redactado posiblemente durante los primeros años del exilio babilónico (siglo VI a. de J.C.). Esto quiere decir que el famoso movimiento profético israelita ya se había hecho sentir fuertemente. El comentarista Walter Brueggemann afirma que el autor se propuso dar una narración extensiva en torno a los profetas, especialmente Elías, Eliseo e Isaías, y no un informe desapasionado de la secuencia de los reyes de Israel y Judá.

Uno no puede leer Reyes sin darse cuenta del papel crucial que jugaron los profetas en el devenir de la historia de los reyes de Judá y de Israel. Eran los profetas también quienes recalcaban la importancia de la Torah, la ley, durante este período.

Esto se sugiere a través de Reyes, pero se expresa clásicamente en 2 Reyes 17:13. Dependiendo de cómo tal o cual rey, juntamente con el pueblo, acataran y respetaran la ley, así eran juzgados como buenos o malos. De modo que hay tres elementos que se entretejen en la historia deuteronómica: los reyes, los profetas y la ley. Al fin y al cabo, el autor desea dar una explicación de los personajes y eventos que condujeron a la desaparición del reino del norte (Israel) a manos de los asirios en el año 722 a. de J.C. y la trágica “muerte de la nación” (el reino del sur, Judá) en el exilio babilónico a partir del año 587 a. de J.C.

Para el historiador deuteronomista, los profetas eran los que recalcaban las convicciones teológicas gobernantes. En los libros del deuteronomista encontramos sobre todo los siguientes elementos: (1) Un énfasis sobre la centralización del culto en el templo en Jerusalén; esto se aprecia aún más marcadamente después de la división entre los dos reinos, el del norte (Israel) y el del sur (Judá). Cada rey de Judá era juzgado positivamente siempre y cuando siguiera las pisadas de su “padre David”. Cada rey de Israel era juzgado negativamente si seguía o no “el pecado de Jeroboam” (1 Rey. 15:26, 34, etc.). Este pecado consistía principalmente en promover el culto a Dios en altares fuera de Jerusalén por razones políticas (1 Rey. 13:25– 33). Desde luego, como es sabido, el culto llevado a cabo fuera de Jerusalén tendía siempre a convertirse en la más crasa idolatría en “los lugares altos”. (2) Un segundo elemento en la teología del deuteronomista es que considera que la profecía se cumple en eventos históricos, juzgados los hombres según la justicia divina. Casi como una letanía se afirma que los fieles al pacto son bendecidos; los infieles al pacto son condenados. Sin variar, el deuteronomista condena la idolatría y el fracaso de los reyes en no gobernar según los designios de Dios. El libro de Josúe, con su relato de la conquista, demuestra bendición

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por la obediencia; los libros de Jueces, Samuel y Reyes demuestran los efectos aciagos de la desobediencia.

EL PROPÓSITO TEOLÓGICO DE 1 REYES

Más que presentar una mera relación de acontecimientos importantes, el objetivo básico es el de trazar la influencia providencial de Dios en la vida de su pueblo. Es con ese fin, altamente profético-religioso, que se señalan errores y pecados de cada monarca, con la disciplina de juicio y castigo que cada uno merecía. Por esto no se hace una evaluación político-militar de cada rey como tal. Lo que interesa es la clase de relación entre Israel y Jehovah. El destino como nación iba a depender de su obediencia y fidelidad a las leyes divinas. Esto significa que el juicio y veredicto final están basados sobre consideraciones morales y espirituales. Obsérvese que las frases: “Hizo lo malo en ojos de Jehovah”, e “hizo pecar a Israel”, resuenan como estribillo en el libro. Esto refuerza el que nos parece el tema central, tomando una frase de Números 32:23: “Vuestro pecado os alcanzará.” Como punto importante, notamos que ningún rey es aprobado sin reservas, a excepción de David y Salomón.

Otro gran propósito es mostrarnos que Dios no permitirá la aniquilación total y definitiva de su pueblo. Según el pacto davídico, la línea real y redentora será conservada mediante la salvación de un remanente. Pero una condición es irrevocable: Israel debe volver a su Dios en genuino arrepentimiento. Este libro, pues, tiene urgente vigencia para nuestros pueblos y gobernantes de turno, cualesquiera sean su ideología y tendencia política. El ateísmo práctico de aquellos no puede producir otra cosa sino injusticia, inmoralidad y corrupción administrativa.

Estos son los pecados que, entre otros, hunden a nuestros pueblos en crítica pobreza; y aún más, en el caos, el desastre y la destrucción final. “El que controla el pasado, controla también el futuro”. La prosperidad de cualquier nación depende de su observancia de las leyes del Creador. Es, pues, con esta perspectiva que debemos acercarnos a 1 Reyes. No sólo con una visión de la historia, sino con una perspectiva de la profecía y de su mensaje.

BOSQUEJO DE 1 REYESI. REINADO DE SALOMÓN, 1:1-11:431. Preliminares: últimos incidentes en la vida del antepasado David, 1:1-2:11(1) Decadencia de David, 1:1-4(2) Conjura de Adonías, 1:5-10(3) Contrarrevolución, 1:11-37(4) Coronación de Salomón, 1:38-53(5) Últimas instrucciones de David al nuevo rey, 2:1-112. Fortalecimiento del reino, 2:12-4:34(1) Eliminación de enemigos, 2:12-46(2) Piedad y sabiduría de Salomón, 3:1-28(3) Organización y administración, 4:1-19(4) Esplendor y gloria, 4:20-343. Edificación de obras públicas, 5:1-8:66(1) Construcción del templo, 5:1-6:38

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(2) Edificios reales, 7:1-12(3) Equipamiento del templo, 7:13-51(4) Dedicación del templo, 8:1-664. Período de poder, grandeza y fama de Salomón, 9:1-10:29(1) Recibe nueva visión del Señor, 9:1-9(2) Poderío y riqueza de Salomón, 9:10-28(3) Alcanza la cima de su grandeza, 10:1-295. Declinación y ocaso de Salomón, 11:1-43(1) Alejamiento de Dios, 11:1-8(2) Profecías de juicio y castigo, 11:9-13(3) Adversarios de Salomón, 11:14-40(4) Punto final: muerte de Salomón, 11:41-43II. LA DIVISIÓN DEL REINO, 12:1-22:531. Algunas causas, 12:1-15(1) El descontento, 12:1-5(2) Un consejo insensato, 12:6-14(3) El designio de Dios, 12:152. Se concreta la división, 12:16-243. Historia paralela de los dos reinos, 12:25-22:53(1) Reinado de Jeroboam en Israel, 12:25-14:20a. La importancia del profeta en el relato sobre los reyes27b. Jeroboam y el profeta de Judá, 13:1-34c. Ajías de Silo condena a Jeroboam, 14:1-20(2) Reinado de Roboam, 14:21-31(3) Reinado de Abías o Abiam, 15:1-8(4) Reinado de Asa[p 33] , 15:9-24(5) Reinado de Nadab, 15:25-32(6) Reinado de Baasa, 15:33-16:7(7) Reinado de Ela, 16:8-14(8) Reinado de Zimri, 16:15-20(9) Reinado de Omri, 16:21-28(10) Principio del reinado de Acab, 16:29-344. Paréntesis profético: Elías y Eliseo, 17:1-19:21(1) Primer enfrentamiento de Elías con Acab, 17:1-24a. El anuncio de la sequía, 17:1-7b. Elías y la viuda en Sarepta, 17:8-24(2) Segundo enfrentamiento de Elías con Acab, 18:1-19(3) Elías y la confrontación entre Jehovah y Baal, 18:20-40(4) Elías anuncia el fin de la sequía, 18:41-46(5) Elías ante Jehovah en Horeb, 19:1-18(6) Unción de Eliseo como sucesor de Elías, 19:19-215. Continuación del reinado de Acab, 20:1-22:40(1) Ben-hadad sitia Samaria, 20:1-12(2) Acab derrota a Ben-hadad, 20:13-21(3) Victoria sobre los sirios en Afec, 20:22-30(4) Acab hace alianza con Ben-hadad, 20:31-34(5) Acab es reprendido respecto a Ben-hadad, 20:35-43

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(6) Acab y la viña de Nabot, 21:1-16(7) Elías anuncia juicio contra Acab, 21:17-29(8) Acab y Josafat van contra los sirios, 22:1-30(9) Derrota de Israel y muerte de Acab, 22:31-406. Resumen del reinado de Josafat, 22:41-507. Reinado de Ocozías en Israel, 22:51-53