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Buenas a todos, con esta introducción o invitación al proyecto trato de acercaros en términos generales al impulso, todavía indefinido pero enérgico, que me llevó a pensarlo como posible y pertinente. Es bastante probable que, más allá de pareceros insuficientes o primarios, no deduzcáis de los siguientes puntos un programa concreto de proyecto, un árbol jerarquizante que estructure formalmente un proyecto positivo: no lo hay. He redactado algunos borradores y trazado algunas líneas generales (anonimato del proyecto, formato, líneas editoriales, extensión y frecuencia de los artículos, modo de seleccionar los temas para cada mes, etcétera), pero no tiene sentido que las presente aquí. De hecho, ni siquiera tiene sentido tenerlas en cuenta: la forma del proyecto debe desarrollarse en grupo a partir de todos aquellos que converjan con la intensidad general que me ha movido a mí a este punto, y es ésta la que he intentado mostraros: a modo de esbozo, 1. atacar desde una posición reactiva la economía cultural, el modo de producción relativo a la materialidad sónica, pictória, escultórica, arquitectónica, literaria, audiovisual, etcétera; 2. atacar desde la materialidad de la crítica la inmaterialidad de la cultura, sin reducir el campo de ésta a ningún tipo de formalidad, o lo que es lo mismo, deshilachar la historiografía contemporánea de la cultura y reinterpretar, expandir o resignificar los fenómenos culturales a partir de la materialidad que los conforma, a partir de los modos en que su lenguaje se violenta desde sí o desde fuera de sí; 3. no hay aquí ninguna pretensión abstraccionista en último término: se trata de intentar una forma de crítica cultural desidealizante, o lo que es lo mismo, híper-histórica, historializada, hegemonizada. No hay nada de nuevo en esto; de hecho, quisiera nacer también de una inercia antihumanista, alejarse de la filia que pueda establecerse o no entre un ser-cultural y un espectador-receptor, y eso nos lleva casi por necesidad a rechazar a priori cualquier forma de optimismo progresista, abandonando precisamente las categorías de lo nuevo y lo viejo, y, con ello, inhibiendo cualquier impulso moralizante del análisis cultural; 4. asimismo, lejos de cualquier teoría indie o kitsch del arte como fenómeno paralelo y (tal vez) relacionable con la política (¿tal vez lo político?), la forma de crítica que este proyecto pretende intentar no quiere ser otra cosa que materialista, factual, partiendo del principio de que cualquier forma de crítica territorializante, edificante o constructiva es ya una modulación del dispositivo hegemónico de la industria cultural; consecuencia de ello, la crítica será, ya antes de ser formulada, desterritorializante, destructiva, no- reconocible, no-identificable, nunca una, sino múltiple, multiplicante, siendo-con ya en su seno, sabiéndose a priori como forma particular de una multiplicidad irreductible, o lo que es lo mismo, hablando de arte y política (género e historia, relaciones de producción y poesía) en un mismo gesto o postura, re-construyendo las relaciones interdisciplinares de las que tanto oímos hablar y comprendiendo su unicidad respecto de lo que cabría llamar (no sin riesgo) mundo. He pensado que podríamos quedar a principios de la semana que viene (lunes-23, a las 23:00) en el grupo de Slack para que cada uno plantee las cuestiones que probablemente le hayan surgido (comprendo la falta de claridad en el esbozo, pero espero haber plasmado también su carga enérgica), o comente, en general, cualquier cosa relativa al proyecto en su conjunto. La idea es empezar a trabajar durante los próximos meses, de un modo u otro, y presentar “la revista” (tampoco el formato está cerrado) a finales de junio. En cualquier caso, allí, en Slack, os espero el lunes próximo. Un saludo, Jaime

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Buenas a todos,

con esta introducción o invitación al proyecto trato de acercaros en términos generales al impulso, todavía indefinido pero enérgico, que me llevó a pensarlo como posible y pertinente. Es bastante probable que, más allá de pareceros insuficientes o primarios, no deduzcáis de los siguientes puntos un programa concreto de proyecto, un árbol jerarquizante que estructure formalmente un proyecto positivo: no lo hay. He redactado algunos borradores y trazado algunas líneas generales (anonimato del proyecto, formato, líneas editoriales, extensión y frecuencia de los artículos, modo de seleccionar los temas para cada mes, etcétera), pero no tiene sentido que las presente aquí. De hecho, ni siquiera tiene sentido tenerlas en cuenta: la forma del proyecto debe desarrollarse en grupo a partir de todos aquellos que converjan con la intensidad general que me ha movido a mí a este punto, y es ésta la que he intentado mostraros:

a modo de esbozo,

1. atacar desde una posición reactiva la economía cultural, el modo de producción relativo a la materialidad sónica, pictória, escultórica, arquitectónica, literaria, audiovisual, etcétera;

2. atacar desde la materialidad de la crítica la inmaterialidad de la cultura, sin reducir el campo de ésta a ningún tipo de formalidad, o lo que es lo mismo, deshilachar la historiografía contemporánea de la cultura y reinterpretar, expandir o resignificar los fenómenos culturales a partir de la materialidad que los conforma, a partir de los modos en que su lenguaje se violenta desde sí o desde fuera de sí;

3. no hay aquí ninguna pretensión abstraccionista en último término: se trata de intentar una forma de crítica cultural desidealizante, o lo que es lo mismo, híper-histórica, historializada, hegemonizada. No hay nada de nuevo en esto; de hecho, quisiera nacer también de una inercia antihumanista, alejarse de la filia que pueda establecerse o no entre un ser-cultural y un espectador-receptor, y eso nos lleva casi por necesidad a rechazar a priori cualquier forma de optimismo progresista, abandonando precisamente las categorías de lo nuevo y lo viejo, y, con ello, inhibiendo cualquier impulso moralizante del análisis cultural;

4. asimismo, lejos de cualquier teoría indie o kitsch del arte como fenómeno paralelo y (tal vez) relacionable con la política (¿tal vez lo político?), la forma de crítica que este proyecto pretende intentar no quiere ser otra cosa que materialista, factual, partiendo del principio de que cualquier forma de crítica territorializante, edificante o constructiva es ya una modulación del dispositivo hegemónico de la industria cultural; consecuencia de ello, la crítica será, ya antes de ser formulada, desterritorializante, destructiva, no-reconocible, no-identificable, nunca una, sino múltiple, multiplicante, siendo-con ya en su seno, sabiéndose a priori como forma particular de una multiplicidad irreductible, o lo que es lo mismo, hablando de arte y política (género e historia, relaciones de producción y poesía) en un mismo gesto o postura, re-construyendo las relaciones interdisciplinares de las que tanto oímos hablar y comprendiendo su unicidad respecto de lo que cabría llamar (no sin riesgo) mundo.

He pensado que podríamos quedar a principios de la semana que viene (lunes-23, a las 23:00) en el grupo de Slack para que cada uno plantee las cuestiones que probablemente le hayan surgido (comprendo la falta de claridad en el esbozo, pero espero haber plasmado también su carga enérgica), o comente, en general, cualquier cosa relativa al proyecto en su conjunto. La idea es empezar a trabajar durante los próximos meses, de un modo u otro, y presentar “la revista” (tampoco el formato está cerrado) a finales de junio. En cualquier caso, allí, en Slack, os espero el lunes próximo. Un saludo,

Jaime